NOS tenemos
“La soledad es un concepto anglosajón”. Así comienza un cuento de Lucia Berlin que podría ser una carta de amor a México, una historia sobre el fracaso o lo que brilla al principio y al final: una fábula sobre la hermandad entre mujeres. No es casual que nuestro “encuentro de mujeres” sea una experiencia inédita en el mundo: las latinoamericanas tenemos un talento para crear comunidad. Nos gusta estar juntas, ser ruidosas, hablar interrumpiéndonos, llorar sobre el hombro y ensuciarnos la remera. En el cuento de Berlin, la protagonista y su hermana vuelven a casa: ella, a prepararse para una cita, la hermana, a. La imagen de la hermandad para mí son esas seis mujeres, todas distintas, llorando juntas en una cocina por la telenovela o consolando luego a la protagonista por su cita fallida. Es que con las hermanas se puede ser vulnerable. Hermanas son las que “no piensan que soy una tonta por llorar”.
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