Cómo funcionará la oficina encargada de supervisar la IA en la Unión Europea

La Oficina de Inteligencia Artificial de la UE reestructura varias unidades tecnológicas de la Comisión Europea y coordinará la aplicación de la Ley de Inteligencia Artificial en la región.
Ejemplo de un proyecto sobre inteligencia artificial
La estructura de la Oficina Europea de IA queda distribuida en cinco unidades principales, enfocadas en las cuestiones primordiales de dicha tecnología: excelencia, regulación, seguridad, innovación y bienestar social.Tang Yanjun/Getty Images

La Oficina Europea de Inteligencia Artificial (IA) formará parte del organigrama de la Comisión Europea a partir de mediados de junio. Pero esta dependencia administrativa, que debe coordinar la aplicación de la Ley de Inteligencia Artificial (AI Act) de la Unión Europea (UE), el reglamento sobre dicha tecnología para la región, y regir las políticas de la UE de inversión y apoyo al sector, ha empezado ya a tomar forma.

Al frente queda una directiva italiana, Lucilla Sioli, que ya lidera la sección de IA dentro de la Dirección General de Redes de Comunicación, Contenidos y Tecnología (DG CNECT), la división de la Comisión Europea que se ocupa de la tecnología, los asuntos digitales y las telecomunicaciones. De hecho, la Oficina Europea de IA, creada por el reglamento sobre inteligencia artificial de la región, remodela y amplía la oficina ya existente, reorganizando a los responsables en funciones, pero sin crear nada nuevo.


Europa aprueba en definitiva la Ley de IA
Analistas sugieren que la aprobación de la Ley de IA en Europa puede dictar nuevos parámetros de competencia en el mercado emergente a nivel mundial.

Vacantes en la Oficina de IA

Oficina Europea de IA llegará a emplear a 140 personas, entre expertos administrativos, jurídicos, políticos y económicos, científicos y profesiones tecnológicas. De los primeros, la Comisión ya ha asignado a algunos elementos en la nueva dependencia, mientras que busca sobre todo perfiles del sector tecnológico en mayor número. En los próximos dos años, mientras la Ley de IA entra plenamente en vigor, serán necesarias 80 nuevas contrataciones para cubrir las necesidades de la Oficina de IA y la Comisión podrá recurrir a proveedores externos para cubrir las carencias.

Cómo se organiza la Oficina de IA

Toma papel y bolígrafo porque ahora nombres y cargos quedan entrelazados. Bajo la dirección de Sioli, la Oficina de IA se organizó en cinco unidades. La primera, denominada Excelencia en IA y Robótica, se encarga de apoyar el desarrollo de la investigación en el sector y la coordinación de GenAI4EU, una iniciativa lanzada por la Comisión para el desarrollo de modelos europeos de IA generativa y su uso a nivel industrial. Con sede en Luxemburgo, está dirigida por Cécile Huet, que ya coordinó la unidad sobre IA y robótica.

Killian Gross encabeza la unidad de Regulación y Cumplimiento de la IA, que tendrá que velar por que las normas se apliquen de forma coordinada. De hecho, es el trabajo que ya realizaba como responsable de la política de IA. La Comisión pretende asegurarse a través de esta oficina de que las autoridades locales cumplen la Ley de IA y defienden las directrices de la UE. También se ocupará de las investigaciones, las posibles infracciones y las sanciones. Además, actuará como Secretaría del Consejo de IA, otro órgano instaurado por el reglamento. Estará compuesta por un representante de cada país (los nombramientos están en curso, explica Bruselas) y se dividirá en dos subgrupos, uno dedicado a la vigilancia del mercado y otro a las notificaciones de las autoridades.

Organigrama de la Oficina Europea de IALuca Zorloni

Aún está por decidirse la persona que liderará, al igual que los técnicos, la tercera unidad: Seguridad de la IA. ¿Sus tareas? Evaluar y probar los modelos de inteligencia artificial general, en el marco de un código de conducta que se lanzará en junio. Tendrá que desarrollar estrategias de mitigación y sistemas de control para los modelos que circulen en la Unión.

La cuarta oficina se ocupa de la Innovación y la Coordinación de Políticas de la IA: deberá homogeneizar las políticas y estrategias nacionales (los 27 integrantes tienen un año para nombrar a las autoridades locales de enlace), desarrollar incentivos y servicios para las pyme, incluso a través de redes de hubs dedicados y las famosas fábricas de IA, los centros de pruebas para startups conectados a la red de supercomputadoras. Malgorzata Nikowska encabeza esta unidad por designación interna de la DG CNECT.

También llega de las filas de la Comisión Europea Martin Bailey, director de la quinta unidad, dedicada al Bienestar Social de la IA y, en particular, a aplicaciones y usos de esta tecnología que beneficien a la comunidad, ya sea modelos climáticos para previsiones meteorológicas de gran alcance, diagnóstico de enfermedades, creación de gemelos digitales para preservar el patrimonio cultural. Todo esto en coordinación con organismos internacionales. Para ello, la unidad contará con dos asesores. El primero, en asuntos internacionales, es Jouga Heikila, de nuevo una nombramiento interno, y tendrá que difundir el enfoque comunitario de la inteligencia artificial. El segundo es el científico en jefe, un asesor de alto nivel que aportará sus conocimientos a la redacción de la ley y deberá coordinarse con el Panel Científico, otro órgano asesor del elaborado entramado de la Ley de IA.


La Asamblea General de la ONU
La ONU ya cuenta con la primera revisión del proyecto del pacto mundial en materia de gobernanza del internet: quiere frenar los intentos de desintegración de la web. Y, además, busca impulsar la normativa que regule la inteligencia artificial.

Una maquinaria compleja para regular la IA

Según un alto funcionario de la Comisión Europea, Bruselas está acomodando todas las piezas de su complejo mosaico para la gobernanza de la inteligencia artificial. Por un lado, el Consejo de IA, órgano político que se reunirá por primera vez en junio; por otro, la Oficina de IA, la parte administrativa. Será necesario un decreto de aplicación para crear el grupo independiente de científicos y expertos, a semejanza del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (un modelo que el Palacio de las Naciones Unidas también quiere reciclar para su pacto digital) y después un amplio foro abierto a universidades, empresas y asociaciones.

A finales de junio, la Comisión quiere empezar a trabajar en el Pacto de la IA, el proceso de cumplimiento de las normas de la UE para estar preparados cuando se pongan en marcha para todos. Ya cuenta con 400 partidarios, según anticipa WIRED Italia, entre ellos, confirman desde Bruselas, incluso los grandes desarrolladores de modelos de lenguaje, insinuando así el interés de OpenAI, Meta, Microsoft y Google. Algunas compañías ya han presentado sus promesas de adhesión.

A finales de mayo terminan las licitaciones para gestionar los contratos relacionados con la Ley de IA. Hay seis millones de euros para crear el acelerador de innovación en IA, un centro que ofrecerá capacitación, normas técnicas, software y herramientas para estimular la investigación, apoyar a las startups y a las pymes, y ayudar a las autoridades públicas que tienen que supervisar esta tecnología. Otros dos millones irán al financiamiento para la gestión de sandboxes o cajas de arena, es decir, a espacios o contextos para que los desarrolladores experimenten con nuevas ideas y prueben códigos en un entorno seguro sin afectar el modelo principal. Y 1.5 millones se destinarán a los centros de pruebas de IA de la Unión, que, por encargo de las autoridades antimonopolio de los países, tendrán que analizar los modelos y productos de IA comercializados para comprobar que cumplen las normas de la UE.

El fracaso de las inversiones en IA

Entre otros proyectos de apoyo al mercado de la región, la Comisión quiere utilizar 24 millones de euros para crear una Alianza para las Tecnologías del Lenguaje que agruparía a empresas de los estados en el desarrollo de IA generativa para competir con ChatGPT y similares. Una iniciativa que se parece mucho a la de Gaia-X, el proyecto olvidado para la creación de una nube de Europa. Otros 25 millones de euros se reservan para un gran modelo de lenguaje de código abierto, a disposición de las empresas europeas para crear servicios y proyectos de investigación. La Comisión se propone financiar varios modelos y, en última instancia, elegir el más adecuado a las necesidades de Europa. En total, para el periodo 2021-27, el Programa Digital de la UE ha previsto destinar 2,100 millones de euros a la IA, dinero que se queda corto en comparación con los 10,000 millones que una sola compañía, Microsoft, invirtió en una propuesta, la de OpenAI.

Según un informe del Tribunal de Cuentas Europeo, publicado mientras la Comisión cortaba la cinta para abrir las puertas de la Oficina de la IA, la UE no ha conseguido hasta la fecha hacer despegar el sector de la IA y se encuentra por detrás de otros bloques mundiales, como China y Estados Unidos. “Desde 2018, la Comisión Europea ha emprendido múltiples acciones y ha trabajado en los pilares fundamentales para desarrollar el ecosistema de la IA”, como la regulación, la infraestructura, la investigación y la inversión, y “se ha adelantado a explorar los riesgos. Sin embargo, las medidas de la UE no se han coordinado bien con las de los Estados miembros y el seguimiento de las inversiones no ha sido sistemático”. Se calcula que la diferencia entre Estados Unidos y la Unión Europea, en términos de inversión total, se habrá más que duplicado entre 2018 y 2020. En pocas palabras, los 27 integrantes llevan un retraso de más de 10,000 millones de euros.

Pero, ¿cómo se produce este retraso? Según el Tribunal, no existían herramientas de gobernanza, la Comisión no supervisaba las inversiones y no había datos sobre los objetivos alcanzados. Bruselas abrió la cartera sin estimular una contribución privada. ¿Resultado? Los magistrados contables destacan que “los planes sobre IA solo han dado lugar hasta el momento a un modesto apoyo a los innovadores” y “las recientes medidas adoptadas por la UE para lograr un mercado único de datos están aún en una fase inicial y no pueden estimular inmediatamente la inversión”. Ahora le toca a la Oficina Europea de IA hacer funcionar la maquinaria. ¿Lo conseguirá?

Artículo publicado originalmente en WIRED Italia. Adaptado por Andrei Osornio.