“Llamado de Petro a una Constituyente es vacío y problemático”: Uprimny

El jurista especializado en derecho constitucional, Rodrigo Uprimny, insiste en la inviabilidad de una Constituyente e insta al presidente a avanzar en un acuerdo nacional.

Según el jurista, los temas planteados por el Jefe de Estado en una eventual Constituyente son “muy genéricos” y, en todo caso, todos se pueden tramitar a través del Congreso. FOTO CORTESÍA EL TIEMPO

Tras permanecer en el congelador durante varias semanas, una vez más el país está hablando de la alternativa de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. Lo anterior, tras el intempestivo anuncio de Juan Fernando Cristo, el nuevo ministro del Interior del gobierno de Gustavo Petro. Ante ello, el profesor Rodrigo Uprimny, quien se ha especializado en derecho constitucional y es investigador en derechos humanos y democracia, analiza la iniciativa, advierte que es “vacía y problemática” y asegura que no deja de ser un “momento difícil” para aventurarse en ese proyecto.

¿Cómo recibió la noticia de que el Ejecutivo persistirá en una Constituyente?, ¿lo tomó por sorpresa o pensó que quizá con el arribo del ministro Juan Fernando Cristo (otrora opositor a esta salida) habría un cambio de postura?

“Fue una doble sorpresa, por un lado que Cristo cambiara parcialmente su posición, porque había dicho que no era el momento de hablar de Constituyente. Ese cambio es un poco sorprendente, pero al mismo tiempo hay una sorpresa positiva, si se quiere del otro lado, que es que el Gobierno señala que sería una Constituyente en el marco de la Constitución. Es decir, por los procedimientos establecidos. Es positivo que el gobierno Petro, a través de su ministro, aclare que será dentro del marco de la Constitución”.

Usted ha insistido en que una Constituyente es “innecesaria, improvisada, inoportuna, contradictoria, ambigua y riesgosa”. Ahora, justo cuando Petro está a mitad de mandato, ¿por qué es todavía más innecesaria?

“Cuando uno mira el temario de los nueve puntos señalados por el presidente Petro, la mayoría no requieren una Constituyente y ni siquiera una reforma constitucional.

Sin embargo, sí hay algunos temas que podrían requerir reformas constitucionales, entre ellos, ciertos componentes de reforma a la justicia, como suprimir funciones electorales a las cortes o elementos de reforma política como modificar o incluso eliminar el Consejo Nacional Electoral y sustituirlo por una corte electoral. Pero todo eso se puede hacer por actos legislativos y reformas en el Congreso.

Tal vez habría un tema que podría requerir una Constituyente: el ordenamiento territorial, siempre y cuando se piense en una reforma profunda, que abarque cambiar los límites de los departamentos, cambiar sus competencias o transitar al federalismo. Pero de eso nunca ha hablado el gobierno Petro.

De una reforma de esa envergadura no se habló en campaña, no hizo parte de su programa y sus promesas. Por ello, no es una justificación para la Constituyente que él plantea. Por eso, es innecesaria y es inconveniente en la mitad del Gobierno porque lo distrae de su labor que es gobernar. Es una propuesta problemática. En este momento es doblemente innecesaria”.

¿Confía que en caso de que haya una suerte de acuerdo político que permita viabilizar la Constituyente sí se respetará el paso a paso que anunció Cristo ceñido a lo que determina la Constitución para una Asamblea Nacional?

“El Gobierno tiene que respetar los trámites establecidos en la Constitución. Ello implica, primero, lograr aprobar una ley en el Congreso que requiere mayoría absoluta. Luego hay un punto que es importante: la revisión de constitucionalidad de esa ley convocante que no es un tema menor. Además, surgirán temas complejos como hasta dónde puede llegar el temario de esa Constituyente, porque esa ley debe definir su competencia, cómo se integra, qué periodo tiene y si todos sus miembros van a ser electos o habrá algunos designados por otros procedimientos.

Todo esto planteará debates constitucionales complejos y será un paso antes de que se pueda entrar a la votación por el pueblo. Esos trámites tienen que ser respetados por el Gobierno, lo cual hace que sea un trámite política y jurídicamente complejo y difícil. Si no sería una ruptura constitucional”.

En el escenario hipotético de que la Constituyente avance y logre llegar hasta las urnas, ¿Petro podría conseguir los 13 millones y medio de votos que requiere? En caso de que no, ¿cómo cree que reaccionaría?

“Es un umbral difícil de alcanzar, sobre todo si es un temario muy amplio que espanta y puede asustar a mucha gente. Por ejemplo, el presidente Petro fue electo con 11 millones y medio de votos. Por ello, no es nada fácil de alcanzar. Por supuesto, con un pacto político de todas las fuerzas se podría. Pero eso implicaría un consenso en puntos precisos y ese acuerdo no es fácil de lograr.

El presidente tendrá que aceptar esa decisión, si gana el sí, pero gana, por ejemplo, con 8 millones de votos, pero no superó los 13 millones y medio. Por ello, tendría que aceptar que la Constituyente no fue convocada. Por eso creo que es un momento difícil para intentar una aventura Constituyente”.

En algún momento Petro habló de un referendo en lugar de una Constituyente, ¿le parece viable o también sería innecesario?

“No excluyo la posibilidad de referendo sobre puntos precisos, pero en este momento no veo la necesidad de ninguno en particular. Uno puede plantear que ciertos temas ameritan un referendo, pero el presidente no ha señalado ninguno que lo amerite. Por eso su llamado a una Constituyente es vacío y problemático.

Vacío precisamente porque no precisa en qué consiste lo que quiere someter a pronunciamiento popular. Son temas muy genéricos. Es problemático además porque es muy riesgoso. En el fondo esto pone en riesgo la Constitución del 91. Este debate sobre la Constituyente puede generar una profunda división de la sociedad colombiana en torno a una de las pocas cosas que aún nos une que es la Constitución del 91. La mayoría de los colombianos la reconocemos como un marco jurídico apropiado, sin perjuicio de que se necesiten ajustes”.

Usted ha insistido en un acuerdo nacional para sacar adelante las reformas. ¿Bajo qué términos debería concretarse y qué debería hacer el Jefe de Estado?

“Se trata de un esfuerzo por establecer unos mínimos democráticos y cambios sociales que den mayor gobernabilidad al presidente Petro y más tranquilidad al país. Por ejemplo, precisamente la idea de mantener la Constitución del 91 sin perjuicio de reformas puntuales, pero no meterse a reformas profundas porque es algo que nos une.

A ello se suma un compromiso de alternancia, que el presidente en el 2024 no pretenderá buscar alargar su período y reelegirse. Además, que al mismo tiempo los opositores respeten el periodo presidencial y haya un acuerdo en tratar de avanzar en reformas concertadas. Todo esos puntos pueden llevar a un acuerdo nacional sin necesidad de una Constituyente. Era lo que proponía en su momento Juan Fernando Cristo antes de ser ministro”.

¿Cómo afecta todo este ruido Constituyente al trámite de las reformas, la labor del entrante ministro?

“A pesar de que el ministro Cristo dijo que una de sus prioridades iba a ser la implementación del Acuerdo de Paz –lo cual es una declaración positiva–, es obvio que la idea de buscar acuerdos para una eventual Constituyente lo va a distraer de labores esenciales, como la propia implementación y buscar acuerdos en el Congreso para avanzar en las reformas sociales por las cuales fue electo el presidente. El Gobierno debería mejor concentrarse en esos temas para ver si logra acuerdos.