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¿Cuándo una urgencia médica es realmente una urgencia?
Justo cuando se está dando un aumento en la ocupación de estos servicios en Medellín, los médicos recuerdan las claves para identificar qué es una urgencia y cómo se organiza el sistema de atención de las mismas en Colombia.
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Es importante que el usuario conozca cuáles son los servicios de urgencia de baja, mediana y alta complejidad tiene su sistema de salud. FOTO Archivo
05 de julio de 2024
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Lo primero que aclara el médico especialista en urgencias, Alejandro Marín Valencia, líder del servicio de urgencias de adultos del Hospital Universitario San Vicente Fundación, es que una urgencia médica se da cuando hay una alteración de la integridad física o mental de un paciente.
“Puede ser por un accidente o trauma (herida, golpe) o una enfermedad y generalmente que pueda poner en riesgo la vida de una persona o su funcionalidad (riesgo de invalidez) eso requiere una atención médica urgente o emergente y eso lo define un triaje”.
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Ahora bien, triaje, explica el especialista, es una palabra que viene del francés y significa escoger o clasificar y se utiliza desde las batallas napoleónicas en las que se escogían a los heridos más graves para atenderlos primero, “como una clasificación en el campo de batalla”.
Por eso el término se acuñó a lo que ahora se llama triaje intrahospitalario que es, en resumen, una manera de clasificar la urgencia, “es decir, de clasificar el riesgo que tiene un paciente de morirse o de quedar con algún problema de invalidez”, explica el doctor Marín.
La importancia del triage
Hay que aclarar que en un servicio médico las urgencias no se atienden por orden de llegada sino por la gravedad del paciente y por eso es importante el triaje. “En Colombia se llama Índice de severidad de emergencia y en el mundo hay 5 o 6 escalas de triaje. Para aplicarlas hay una reglamentación, el Decreto 5595 de 2015 en el que habla de la obligatoriedad del triaje porque en urgencias llegan muchos pacientes y el triaje es la única manera de definir quien se atiende primero”, explican desde el San Vicente.
Este lo que hace es establecer unas categorías que permiten priorizar la atención con relación a ese nivel de urgencia o gravedad que presentan los pacientes que acuden al servicio.
Estas categorías van de la 1 a la 5, según la resolución del Ministerio de Salud y Protección Social y van de la 1 que es para quienes requieran atención inmediata porque la condición clínica del paciente representa un riesgo vital y necesita maniobras de reanimación hasta la 5 que es cuando el paciente presenta una condición clínica relacionada con problemas agudos o crónicos, sin evidencia de deterioro que lo comprometa o que represente un riesgo evidente para la vida o la funcionalidad de miembro u órgano.
Educación es primordial
El doctor Marín explica que ante todo no hay que menospreciar los síntomas de un paciente, pero sí es importante dos cosas: que conozca muy bien su cuerpo como para saber que hubo un cambio en su salud de la noche a la mañana (que puede ser considerado una urgencia porque compromete su vida) y que no es algo crónico y segundo, saber, según el sistema de salud al que esté afiliado, cuáles son los servicios de urgencias que puede consultar para baja, mediana y alta complejidad: “Eso aparece en todas las páginas de las EPS, todas tienen la red muy clara de los servicios de salud”.
Pero eso no significa tampoco que si tiene una urgencia de alta complejidad deba cruzar la ciudad de Norte a Sur porque su entidad prestadora de salud tiene el servicio de urgencias lejos de su residencia, “porque hay personas que no alcanzan a llegar hasta el lugar. La recomendación es asistir a un lugar mas cercano para que el médico defina, hay cuestiones en las que el tiempo que pasa es contraproducente y ya luego uno como médico puede hacer el traslado en ambulancia hacia su centro de atención, ya con la situación estabilizada”, insiste el doctor Marín.
En cuanto al primer punto, aclara el doctor que si usted se siente mal, si tiene algún cambio en su estado de salud, le duele demasiado la cabeza, fiebre muy alta y prolongada, algo que apareció de la noche a la mañana hay que consultar, pero si tiene algo crónico, que ya sabe que le da por alguna razón, como una alergia, por ejemplo, si no compromete su vida, no es una urgencia, es una consulta externa y lo recomendable es pedir una cita.
“Uno es el primero que define, pero es bueno que los pacientes sepan que las dolencias leves, que son las más frecuentes, se deben atender en urgencias de baja complejidad. Hay urgencias de mediana complejidad, como por ejemplo una persona que sufra del hígado y se está hinchando y además tiene una enfermedad de base y se descompensó, necesita un especialista: medicina interna, pediatría, ortopedia, cirugía general, gineco-obstetricia, se atienden en hospitales de mediana complejidad. Y luego están los enfermos que necesitan subespecialistas, cuidado especial, intensivo o que están muy graves, un accidente, traumas en la cabeza, fracturas, si se le tuerce la cara o no puede mover la mitad del cuerpo, si la una persona está insconsciente, se deben atender en lugares de alta complejidad, van a necesitar imágenes diagnósticas, radiografías y hasta cirugías, temas con enfermedades complejas se tratan en hospitales de alta complejidad”, explica el doctor del San Vicente Fundación.
Lo importante de entender esto es que optimizar ese tipo de recurso garantizará que los servicios de salud sean más óptimos. “Si los pacientes graves van a la baja complejidad no habrá recursos suficientes para atenderlos bien y si los que tengan algo más leve van a la alta complejidad le van a quitar espacio a los más graves”, cuenta el doctor Marín.
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