Ya sabemos que te duchas después de entrenar. Pero también deberías hacerlo antes, y con agua helada. Los expertos en fitness aseguran que con esta práctica se activa todo tu organismo y se acelera tu metabolismo, lo que significa que conseguirás quemar muchísimas más calorías.

Lo primero que deberías hacer antes de tu siguiente sesión de entrenamiento al aire libre es darte la ducha más fría que puedas imaginar. Permanece bajo el chorro durante unos 5 minutos. Relájate, mantén una respiración constante, deja la mente en blanco y sigue adelante.

Beneficios de una ducha fría antes de entrenar

¿Suena duro? Lo es, pero hay una razón para llevara cabo esta locura. Contra todo razonamiento, un baño o una ducha helados pueden ayudarte a entrar en calor antes de entrenar: sube el termostato interno de tu cuerpo, activa tu metabolismo e impulsa los mecanismos de producción de calor interno. También acelera la producción de norepinefrina y dopamina, dos hormonas que te ponen a tono, lo cual básicamente significa que es una gran manera de anunciarle a tu organismo que comienza el entrenamiento.

La primera vez que vivas esta experiencia la odiaras, pero eso es bueno. Te ayudará a adquirir la fortaleza mental que necesitas para llevar acabo un duro programa de entrenamiento. Además, una vez terminada la ducha ya habrás superado la parte más difícil. Después de eso, el resto te parecerá sencillo. Ten en cuenta que hay atletas que antes de entrenarse meten en una bañera con hielo.

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Ducha fría para la recuperación

A la hora de recuperarnos después de entrenar, podemos sentirnos agotados y sin fuerzas de hacer nada. Sin embargo, antes de tomar anti-inflamatorios puedes llevar a cabo otros procesos (A no ser que lo estés pasando muy mal). Nuestro cuerpo es inteligente y durante su recuperación, especialmente después de largos y duros entrenamientos, tiene unos tiempos, por eso es necesario no interferir en este proceso de recuperación natural.

Una ducha fría en las piernas o alternar frío y calor puede ayudar, dado que abrir y cerrar los vasos sanguíneos es una forma de estimular la expulsión de residuos de los músculos. El descanso y la recuperación son tan importantes como el entrenamiento, así que asegúrate de incluirlos en tus rutinas para correr.

Nadar en agua fría en invierno

Un informe de la Universidad de Oulu en el año 2004 reveló en un ensayo que los habituales valientes que se atreven a bañarse en agua fría en invierno tienen más energía y son más activos que el grupo de control con que se comparó. Además, aquellos que lidiaban con trastornos y problemas como fibromialgia, reuma o asma descubrieron que sentían menos dolor después de los baños en agua fría.

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Un metaanálisis publicado en la revista International Journal of Circumpolar Health ha cotejado los informes sobre los efectos en la salud de la exposición voluntaria al agua fría. De todos los posibles resultados beneficiosos para la salud, el que se ha revelado más evidente es el de que puede ayudar a adelgazar.

¡Ármate de valor y ya sea en la ducha o al aire libre, lánzate al agua fría!