Pedro Delgado, exciclista y ganador del Tour de Francia y la Vuelta a España, se mantiene en muy buena forma a los 64 años y sigue entrenando en bicicleta siempre que puede. Comentarista también en televisión, su voz se asocia irremediablemente a esas tardes de verano viendo las etapas del Tour, y también colabora con distintas marcas. Como Panama, vehículos multifuncionales para el día a día. Hemos charlado con él y esto nos ha contado sobre sus entrenamientos y el panorama del ciclismo actual.
¿Cómo son ahora tus entrenamientos en bicicleta, tienes tiempo de salir mucho a carretera?
Bueno, en cuanto a mis entrenamientos en bicicleta, la verdad es que son mucho más relajados que cuando era ciclista profesional. En aquella época, mantenía un régimen de entrenamiento muy estricto para estar siempre en forma. Ahora, en cambio, mi objetivo es simplemente mantenerme saludable y en una forma física aceptable. Suelo salir a entrenar entre dos y tres días a la semana, y a veces incluso un poco más si tengo algún evento ciclista próximo. Pero ya no es esa rutina tan exigente de antes. Ahora lo hago más por placer y para hacer hábitos saludables, no tanto por la competición. Sigo practicando otros deportes como el esquí, el pádel o incluso un poco de golf, pero el ciclismo es el que realmente me llena. Me aporta ese punto de tranquilidad que necesito para desconectar del estrés del día a día. Y tampoco aspiro ya a ganar nada, simplemente a sentirme bien conmigo mismo a nivel físico e intelectual. Esos entrenamientos o salidas en solitario en bici me brindan justo eso, esa sensación de bienestar que buscaba. Ya no es una obsesión por estar en la mejor forma posible, sino simplemente disfrutar del ciclismo a mi propio ritmo y utilizarlo como una herramienta para mantener una vida saludable. Es mi deporte, mi pasión y mi válvula de escape.
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¿A medida que has cumplido años, en qué has notado que ha cambiado más lo de subirte a la bicicleta?
Bueno, conforme pasan los años, uno va notando que subirse a la bicicleta ya no es lo mismo que antes. Los años no dejan de ser un lastre, y poco a poco ves que tu condición física está lejos de lo que era. Pero eso no me desanima, porque creo que la gran ventaja que hay hoy en día es que con las bicicletas que existen, con esos desarrollos tan avanzados, puedo seguir disfrutando del ciclismo. Por poner un ejemplo, el plato pequeño de 34 dientes y el piñón grande de 30 que llevo ahora, en mi época eso era impensable. Primero, ni siquiera existía. Pero este cambio tecnológico me permite seguir subiendo puertos y yendo a parajes alejados, disfrutando del ciclismo a mi propio ritmo y manteniendo una condición física más que aceptable. La evolución de la bicicleta es clave, porque me permite adaptarme a mi edad y mis capacidades. Y si en un futuro la condición física se deteriora aún más, no tendré reparos en comprarme una bicicleta eléctrica, como muchos de mis amigos han hecho. Ellos se han vuelto a reencontrar con esa sensación de juventud, cuando subían cerros que hoy en día serían imposibles en una bicicleta normal. La bicicleta eléctrica te da ese pequeño empujón que necesitas para que la práctica del ciclismo siga siendo asequible y puedas volver a sentirte feliz haciéndolo, independientemente del entorno en el que te encuentres. Así que estoy convencido de que, con los avances tecnológicos, podré seguir disfrutando de este deporte que tanto me apasiona.
¿Qué te gusta de las bicicletas de ahora y qué te gustaba de las bicicletas de tu época?
Bueno, en cuanto a lo que me gusta de las bicicletas de ahora respecto a las de mi época, diría que son simplemente unos ‘maquinones’. Son mucho más ligeras, más rígidas y cuentan con una variedad de desarrollos que en mi época simplemente no existía. En mi época, si tuviese ahora la bicicleta que usé entonces, tendría problemas para subir puertos, ya que no tenía los desarrollos suficientes. Eso limitaba mucho las posibilidades de la máquina. Por otro lado, reconozco que la estética de las bicicletas clásicas siempre me ha hecho gracia y es interesante ver cómo han evolucionado hasta llegar a las de ahora. Pero en términos prácticos, me quedo con las bicis actuales. La ligereza, la rigidez, los desarrollos, las ruedas, los cambios... todo eso ha mejorado enormemente. Y sinceramente, prefiero disfrutar de todas esas mejoras técnicas antes que quedarme anclado en la nostalgia de las bicicletas del pasado. Tengo la bicicleta con la que gané el Tour y la Vuelta en 1989, y es una pieza de museo que cuido mucho. Pero realmente, ya no la saco a rodar, salvo algún compromiso puntual con la prensa o algo así. Prefiero disfrutar de las ventajas de la tecnología actual y dejar esa bicicleta histórica bien guardada y protegida.
¿Qué lugar de España es el más bonito para recorrer en camper o en bicicleta?
No creo que haya un lugar único y definitivo que pueda decir que es el más bonito de España para recorrer en camper o bicicleta. Más bien diría que hay cientos y miles de rincones maravillosos en nuestro país. Lo mejor es que cada uno se queda con esos lugares que, de alguna manera, te han cautivado y que te han dejado una huella imborrable. Por ejemplo, cuando he corrido el Tour de Francia o la Vuelta a Italia, he tenido la oportunidad de ver paisajes impresionantes como las Dolomitas, y me ha entrado el gusanillo de volver allí en plan más relajado, en camper o en bicicleta, para poder disfrutarlo al cien por cien. Y lo mismo me ha pasado aquí en España. Recuerdo con especial cariño la primera vez que subí a Ézaro, cerca de Finisterre, durante una etapa de la Vuelta a España. Fue una experiencia alucinante, ver ese entorno mágico de la costa gallega. O toda la zona de la Costa da Morte, en Galicia, que me pareció sencillamente espectacular. Y lo mismo podría decir de Portugal, otro destino que me ha cautivado y en el que me encantaría poder recorrer con más calma en alguna escapada en camper o bicicleta. No hay un sitio único y definitivo, sino esos lugares que te seducen, ya sea por haberlos visto en una competición, por recomendación de otros, o simplemente por esa chispa que te hace querer ir a explorarlos con más detenimiento. Y es que, en España, sinceramente, no me pongo límites, hay una riqueza natural abrumadora que merece ser descubierta.
¿Qué ciclistas españoles y extranjeros de ahora se parecen más a ti en tu forma de montar en bicicleta?
Bueno, sin duda, la respuesta que tengo muy clara es el ecuatoriano Richard Carapaz. Me encanta ese ciclista, esa forma de competir suya llena de ganas de luchar y de no rendirse nunca, incluso cuando parece que está más limitado físicamente que otros corredores. Lo que más me fascina de Carapaz es esa fortaleza mental tan impresionante que tiene. Cuando parece que ya no le queda ni un gramo de fuerza, es capaz de retroalimentarse y volver a atacar con toda su determinación. Esa capacidad de sobreponerse a cualquier adversidad y seguir luchando hasta el final me apasiona.
¿Qué aprendiste de tu época como ciclista sobre todo a nivel personal?
Bueno, creo que el ciclismo es un deporte que te enseña a ser muy humilde. Un día puedes estar arriba, alcanzando el éxito, y al siguiente día estar abajo. Eso te hace darte cuenta de que las desgracias y los malos momentos siempre pueden llegar. He aprendido que en el ciclismo nunca hay que rendirse, porque siempre hay una segunda oportunidad y una tercera. Esa mentalidad de "no hay que bajar los brazos nunca" es fundamental, porque nunca sabes cuándo va a llegar ese momento mágico en el que vuelves a reencontrarte con esa pasión por el ciclismo. De hecho, creo que fue esa actitud la que me permitió, por ejemplo, ganar la Vuelta a España de 1985. Aun cuando las cosas iban mal, me negué a rendirme y eso acabó recompensándome. Pero también he aprendido que cuando consigues triunfar, eso tiene un valor muy grande, porque hay muchísima gente que lo intenta y no lo logra. Y eso me ha hecho ganar mucha confianza en mí mismo. A pesar de los momentos duros y los palos que he recibido a lo largo de mi carrera, esa autoconfianza siempre ha estado ahí, diciéndome que tengo que mantener la concentración, que no puedo rendirme en el camino, porque al final las cosas acaban saliendo. Y es que, como suelo decir, estoy mucho más acostumbrado a perder que a ganar, pero eso nunca me ha hecho sentirme un fracasado. Siempre he mantenido esa mentalidad de no rendirme nunca, y eso es algo que el ciclismo me ha inculcado de manera muy profunda.
¿Qué deportes o ejercicio haces ahora para estar en forma y cuántas horas le dedicas a la semana?
Bueno, no soy de esos que piensa en las horas, pero sí es cierto que cuando salgo en bicicleta, hago salidas de entre 2 y 3 horas, y lo suelo hacer entre 2 y 3 días a la semana. Ahora que hace buen tiempo, incluso suelo salir 3 días a la semana. Hay excepciones, como cuando tengo algún evento deportivo que requiere un entrenamiento más intensivo. En esos casos, hago salidas más largas. Pero por lo general, me mantengo en mi ritmo habitual. Además del ciclismo, en invierno también practico esquí, lo que me ayuda a mantener el estado de forma. Y de vez en cuando, juego al pádel con la familia o incluso al golf, aunque en este último caso no me considero un jugador avanzado. Pero la bicicleta sigue siendo mi pasión principal, mi vía para encontrarme conmigo mismo. Es un deporte que me brinda esa conexión a nivel físico y mental que me hace sentir tan cómodo y habituado a él. La bicicleta es realmente mi pilar fundamental.
¿Cómo surgió la posibilidad de ser embajador de Panamá?
Coincidí con Santiago Niza – director de compras de Panama- en una marcha cicloturista en el mes de abril pasado y me comentó que trabajaba en una empresa de campers. Como aficionado y persona muy en contacto con el medio ambiente y el aire libre, en casa y entre amigos hemos hablado muchas veces de la idea de alquilar una camper, por la versatilidad que te da para viajar sin preocuparte por los hoteles y todas las ventajas que tiene. Cuando el equipo de Panama me hizo la propuesta, me pareció una idea genial, ya que es algo de lo que hemos hablado mucho con mis amigos. El hecho de que Santiago esté muy vinculado al deporte, especialmente al ciclismo, también hizo que la relación fluyera muy fácilmente. Además, la marca está plenamente comprometida con el desarrollo del deporte como una forma saludable de vivir por lo que, para mí, representar a Panama fue algo muy obvio. Y, ¿qué es lo que le gusta de la marca? La verdad es que solo tengo palabras de admiración por el buen ambiente que hay en la empresa y estoy encantado de seguir descubriendo lugares inéditos para mí, o que ya he conocido, pero poder visitarlos con un poco más de calma gracias a la Panama.
¿En qué va a consistir tu función como embajador?
Me parece muy seductor el poder viajar con la camper, ya que te da un punto de calma en el estrés del día a día e ir contándolo a través de mis redes sociales y otros medios. Viajar con camper está muy bien y creo que mucha gente lo hace, sobre todo para desconectar y ganar en calidad de vida. Así que yo voy a contar mi experiencia. Al final el objetivo también es dar visibilidad a la marca y ayudar a que la gente se anime a comprar este tipo de vehículos, por todos los beneficios que tienen. Una de las grandes preocupaciones de los que viajamos mucho es reservar hotel, luego no hay hotel, o simplemente estar en un paraje que estás disfrutando, con ese universo, con ese medio ambiente. Así que yo voy a disfrutarlo y a contarlo. Panama es una marca joven, pero con las ideas muy claras. Lo que más valoro, sobre todo, es el equipo humano que hay detrás. En otras marcas puedes sentirte desatendido, pero en Panama tratan al cliente con el entusiasmo y la atención que merece, con personas reales atendiéndote. También participaré en aquellos eventos donde Panama crea que puedo ser de utilidad. Sobre todo, en los relacionados con el fomento del deporte. Ayudar a las personas a entender que, ya sea sobre una bicicleta, sobre una tabla de surf o, simplemente, haciendo ejercicio regular, se vive mejor es necesario en una sociedad donde nos cuesta encontrar tiempo para cuidarnos.
¿Por dónde harías un viaje con una de sus campers?
Yo creo que podría ir desde el infinito al más allá. Esa sería la mejor respueta. La versatilidad que te da la camper es increíble, ya que puedes ser independiente de todo. Puedes llevar tu propia comida, dormir dentro, y estar en un entorno natural y sensacional. Creo que podría ir a cualquier sitio, incluso repetir algunos lugares. Por ejemplo, hace poco estuve participando en una prueba ciclista en Cuenca y Priego, y me metieron por unos sitios que me dejaron realmente impresionado, con unos cañones, un río, y gente bañándose. Me pareció todo muy seductor, y pensé que tenía que volver con mi Panama, de forma tranquila, para disfrutar de un paseo en bici y ese entorno privilegiado. Quizás ya había estado antes en algunos de esos lugares, pero me resultaron muy atractivos. Al ser una persona que viaja mucho, sobre todo en bicicleta, y conoce bastante bien España, me apetece tener la camper para ir a esos sitios que muchas veces se me quedan pendientes, y también para descubrir otros nuevos. Creo que esa es la gran ventaja que tiene, porque puedes ser completamente independiente. Si tienes que dormir, levantas el techo retráctil y duermes arriba, y si sois cuatro personas, tienes la cama de abajo. Además, tienes la cocina y el frigorífico, así que puedes pasar unos días en un entorno espectacular, ya sea de montaña, de playa, o de cualquier otro tipo. La versatilidad es tan grande que no creo que tenga un sitio fijo, sino que podría repetir algunos lugares y descubrir otros nuevos, porque este tipo de vehículo te lo permite.
Roberto Cabezas es especialista en fitness, CrossFit, culturismo, material de entrenamiento, nutrición y suplementación deportiva en Men's Health España. Licenciado en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información, en Madrid, siempre me ha gustado el deporte. Jugué al fútbol, practiqué karate, tenis y ahora soy un apasionado del pádel y entrenar en el gimnasio. Creo firmemente en que llevar una vida saludable, comiendo bien y haciendo ejercicio a diario, es fundamental tanto para el cuerpo como para nuestra salud mental. Y animo a combatir el estrés con el entrenamiento fitness mediante rutinas de ejercicios.
Uno de mis hobbies es comprar comida porque me encanta comer, sobre todo carne, pero también la fruta y los postres healthy. No me falta mi batido de proteínas diario y puestos a recomendar, prueba la crema de cacahuete con plátano, esta es una de muchas de las recomendaciones que puedes encontrar entre los contenidos de nutrición en los que escribo y trato temas como, la creatina, proteína whey entre otros.
En lo profesional, antes de formar parte de la Healthy Unit de Hearst Magazines, estuve casi 20 años en las revistas Teleindiscreta, TP y Supertele, de la misma compañía, donde aprendí a ser periodista. Antes pasé por una consultora económica y una web femenina. ¿Más aficiones? La lectura, la música, el cine, las series y jugar con mis hijos. ¡Vive y deja vivir!
