Para muchos colombianos, comprar una casa se ha convertido en un sueño o en un negocio que puede resultar lucrativo. Sea cual sea la circunstancia, existen varias alternativas a las que pueden acceder quienes estén en busca de un inmueble, entre ellas los remates judiciales.
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Esta opción es una de las más apetecidas por inversionistas, que buscan altas rentabilidades y es que, en algunos casos, los precios de estos bienes pueden estar hasta un 70 % por debajo de los valores comerciales.
Esto se debe a que el avalúo es hecho por un juzgado, que casi siempre no es el mismo que realiza un perito avalador experto.
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Se estima que mensualmente se llevan a cabo 400 remates en todo el país. Cundinamarca, incluyendo a Bogotá, es el departamento que lidera las ofertas con un poco más del 50 %. Le sigue Antioquia, Valle del Cauca, Santander y Tolima.
Dentro de las opciones de negocio que se encuentran se destaca los apartamentos (35 %), casas (25 %), lotes (15 %), bodegas (15 %) y otros (10 %) que incluyen carros y enseres.
¿Qué es un remate?
Los juzgados subastan públicamente los bienes (casas, apartamentos, lotes, bodegas, automóviles, etc.) de deudores que, después de un proceso judicial, no cancelaron sus obligaciones con instituciones crediticias.
En las subastas se fija el precio de los bienes en un nivel inferior del valor comercial de la propiedad.
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No resulta importante que el precio sea menor, pues el fin del acreedor (banco) es recuperar parte de los recursos que le prestó a un deudor, quien no cumplió con los pagos acordados.
Por lo tanto, un juez ordena vender judicialmente esos bienes que estaban ‘atados’ como garantía de pago.
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