Jenni Hermoso: “Quiero ser recordada como alguien que ha dejado a España en lo más alto pero, sobre todo, que ha intentado que muchas mentalidades cambien”

Campeona del mundo, máxima goleadora de la selección femenina y fan incondicional de Camela, Jenni Hermoso es Mujer GQ del Año. El rostro del cambio en el fútbol español lo tiene claro: “Voy a seguir disfrutando de este deporte”.
Jenni Hermoso
Fotografía: Viridiana. Estilismo: Something Wonderful.

Además de en España, miles de personas en Malta, Portugal, el Congo Democrático y Uruguay teclearon su nombre en Google el 20 de agosto. Son los cinco países donde más se buscó a Jenni Hermoso (Madrid, 1990) en las horas posteriores a la final de la Copa Mundial Femenina de Fútbol. Con un reñido partido contra Inglaterra, La Roja se coronaba campeona del mundo en el torneo más seguido en la categoría femenina de este deporte hasta la fecha. La delantera había fallado un penalti que pronto se olvidaría. No solo por la alegría del triunfo, sino por acabar envuelta en el suceso que cambiaría el fútbol español para siempre. Del epicentro del terremoto que estaba por desatarse, el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el buscador registra muchas menos búsquedas. La futbolista, segunda máxima goleadora del combinado nacional (solo superada por David Villa), pasaba a convertirse en la involuntaria protagonista de un caso que daba la razón a generaciones de jugadoras que apuntaban a una estructura sexista y poco profesional en la selección. Su nombre aparecía en todas partes, su imagen también, con sus pestañas kilométricas, una tensísima cinta en el pelo y los brazos tatuados. Pero muy pocos sabían quién era la mujer detrás del dorsal número 10, que acumula en su palmarés personal siete ligas, cinco Copas de la Reina, cinco trofeos pichichi, una Supercopa de España, una Copa de Francia, una Champions, un Balón de Plata del Mundial y, ahora, una Copa del Mundo.

¿Quién es, en realidad, Jenni Hermoso? En los últimos años, con el creciente interés alrededor del fútbol femenino, colegas como Alexia Putellas, Aitana Bonmatí o Vero Boquete han mantenido un perfil más o menos alto: documentales, libros, programas de televisión o colaboraciones con marcas aparentemente ajenas al mundo deportivo. La madrileña es de las veteranas de la absoluta, en la que juega desde hace doce años. ¿Se imaginaba una recta final de carrera más discreta? “Pues sí, y no hay que irse muy lejos, hace tres meses ni era campeona del mundo, que es lo máximo a lo que podía aspirar, y desde luego no me imaginaba estando en el punto de mira. Tengo muchas discusiones con una amiga porque no creo en el destino. Para mí son cosas que te pasan porque tú las has trabajado. No sé si la vida me tenía preparado esto o no, pero me ha hecho verlo todo de otra manera y darme cuenta de que aunque haya llegado a lo más alto en mi carrera deportiva, hay mucho más. Me tengo que poner nuevos objetivos para volver a superarme a mí misma”, asegura por teléfono, en la primera vez que habla con un medio desde aquel día de agosto. Menciona, por un lado, su participación en la Liga de Naciones, donde, en su regreso a la selección días después de esta charla, marcará el único tanto del encuentro con Italia. Un gol que acerca el sueño de los Juegos Olímpicos de Paris 2024. Pero también hace referencia a una faceta pública, que si bien le resulta nueva, incluso incómoda por los hechos que la han precipitado, conecta de lleno con sus valores.

Jenni Hermoso, con abrigo de Fendi y zapatos de Hermès.Fotografía: Viridiana. Estilismo: Something Wonderful.

Son varios los intentos de cerrar la fecha para este encuentro. A la de por sí apretada agenda de toda futbolista, en el caso de Hermoso se suma la diferencia horaria entre España y México, donde juega actualmente; compromisos con su club, el Pachuca Femenil, que está en la última fase de la temporada regular y, cuando parecía que llegaba el día, la filtración de su declaración íntegra ante la Fiscalía sobre lo ocurrido en la final del Mundial sacude nuestros planes. La joven, desde la otra parte del mundo, amanecía con un nuevo revés a la tranquilidad que poco a poco iba conquistando. “Estas semanas han sido muy difíciles”, analiza días después, tras realizar estas fotos en la Universidad del Fútbol de Hidalgo y volar a Madrid para reunirse con la selección. “También el tener que contarlo una y otra vez me estaba haciendo mucho daño. Pero sé que lo tenía que soltar de alguna manera. Sigo trabajando en ello con la ayuda de mi psicóloga, con la que llevo muchos años. Para mí, la salud mental es tan importante como el entrenamiento diario, como las horas que tengo que dormir para poder salir al campo. Gracias a ella me siento fuerte y no estoy derrumbada o pensando en no querer jugar más a fútbol. No he perdido la ilusión”.

Ha pasado un día desde que Jenni volvía a la selección. Anteriormente, había sido descartada por la nueva entrenadora, Montse Tomé, con la excusa de “protegerla”, para los dos primeros partidos de la Liga de Naciones. En aquella concentración en Oliva (Valencia), las internacionales no durmieron. Pasaron la noche reunidas con la Federación. El lunes 23 de octubre, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, antes del entrenamiento, y esta vez con Jenni convocada, se formalizaban los acuerdos alcanzados con el Consejo Superior de Deportes y la RFEF. “Ayer fue un día bastante duro, volvía después de todo lo ocurrido. Tampoco había visto a mis compañeras, ni me había puesto la ropa de la selección, ni la camiseta con la estrella. Salí de casa tranquila, luego tuve algún bajón, pero en general trato de estar contenta. Para una futbolista, no hay nada más bonito que poder jugar para su país”. Pese a la amalgama de emociones, a lo largo de la semana, la jugadora se encontró con grupos de fans con pancartas de apoyo y mensajes de cariño, que la arroparon después de un fin de semana con los suyos. “Siempre que llego a España, lo primero que hago es ir a casa de mis padres. Vienen mis tíos y primos, veo a mi sobrina, comemos cocido... Soy una persona muy familiar”.

La futbolista lleva 'total look' de estilo sartorial de Louis Vuitton.Fotografía: Viridiana. Estilismo: Something Wonderful.
Jenni Hermoso luce los tatuajes de su espalda y brazos.Fotografía: Viridiana. Estilismo: Something Wonderful.

Con apenas 14 años, Jenni Hermoso debutaba en el Atlético de Madrid. Se estrenó con un gol. Ese día, se cerró el círculo: su abuelo había jugado como portero en este club. Él mismo se encargó de recorrerse la región en busca de un equipo donde aceptaran que jugara una niña. “En mi familia, él era el único futbolista. Mi padre ve mucho fútbol, pero no ha sido profesional. A mi hermano no le gusta nada, es más de gimnasio; a mi hermana, tampoco. El gen me viene de mi abuelo. Ha sido mi referente en el deporte, pero también en la vida. En general, los hombres de mi familia son muy importantes para mí. Siempre me han apoyado para que pudiera ser futbolista”. Natural de Carabanchel, barrio obrero del sur de Madrid, es hija de un funcionario jubilado y un ama de casa “que a veces ha trabajado limpiando en otros lugares”. Esgrime que su escuela de fútbol fue la calle. Jugaba en el parque que había cerca de casa de sus abuelos o en el colegio, siempre con chicos. “Muchos me han escrito mensajes estos años, sobre todo en el Mundial, cuando en su día no querían jugar conmigo por ser una chica. Cuando me dejaban, ya no marcaban [goles] los mismos de siempre. Ahora sé que se sienten muy orgullosos de la futbolista que soy”, relata, y asegura que ninguno de aquellos chavales se ha dedicado a este deporte. Su historia la hermana con colegas de profesión que, siendo pequeñas, no lo tuvieron nada fácil. De alguna manera, estaban buscándose sin encontrarse.

A lo largo de su carrera, la joven ha recalado en el Atlético de Madrid, el Rayo Vallecano, el sueco Tyresö FF, el FC Barcelona o el Paris Saint-Germain, antes de aterrizar en el Pachuca mexicano. La unión de estos puntos arroja luz sobre la evolución del fútbol femenino en la última década. “Cuando me fui a Suecia (2013) me encontré algo totalmente diferente a lo que había vivido en España. A las futbolistas se las trataba como se debe hacer con una profesional y el nivel de entrenamiento era más exigente. Ahí vi que el fútbol también era una manera de vivir para nosotras. En Francia (2017), sobre todo el contraste era económico. En los últimos años que pasé en el Barça habían cambiado las cosas. Sentí que podía tener un futuro como profesional. Para las nuevas generaciones de jugadoras hay un horizonte muy prometedor. A mí me pilla ahora con 33 años y veo un final de carrera muy positivo, y es gracias a la lucha de las que antes nos abrieron camino. Obviamente serán muy pocas las privilegiadas que se permitan vivir del fútbol cuando se retiren, para eso todavía queda mucho”. En su caso, tiene claro que el día que cuelgue las botas será para acompañar a las niñas que sueñan con dedicarse a este deporte.

La campeona del mundo es Mujer GQ del Año 2023.Fotografía: Viridiana. Estilismo: Something Wonderful.

Al crecer en un entorno proletario, Jenni Hermoso tiene muy presente la lucha por la igualdad social. Es de eso, en realidad, de lo que van las exigencias que junto a sus compañeras hace al sistema del fútbol en general y a la federación a la que pertenecen en particular. Y arguye: “Siempre he vivido en un barrio humilde y es primordial tener en cuenta al trabajador. Gracias a este deporte tenemos una posición y podemos cambiar muchas vidas, aunque no seamos del todo conscientes. Ahora, como campeonas, se nos escucha más. A nivel personal, no peleo por un estatus. Para mí, mi vida es mi barrio, mi familia, mi gente, las cosas más básicas. Nunca haré nada solo por ganar más dinero. Poder luchar por esto [unas condiciones más dignas para las futbolistas] es otro orgullo y ahí sí que quiero hacerme notar. Si tengo que poner mi cara para conseguir un cambio, adelante”. La madrileña dio su apoyo a Las 15, como se conoce a las internacionales que hace un año renunciaron a jugar si no se escuchaban sus demandas. Y extiende al respecto: “A mí siempre me ha gustado estar con la selección, representar a mi país, pero había algo que nunca me dejaba disfrutarlo del todo y si no hubiera pasado esto, todo hubiera seguido igual”.

A raíz del movimiento #SeAcabó, Jenni se ha erigido como el rostro de la revolución en el fútbol, pero también como un referente feminista. Muchas veces ocurre eso: de manera circunstancial, un personaje acaba liderando un cambio de paradigma que se hacía justo y necesario. Preguntada por si le interesaba el feminismo antes, no titubea en su respuesta: “Con todo lo que ha pasado, creo que muchas de nosotras hemos sido más conscientes de lo que realmente significa la palabra ‘feminismo’, incluidas muchas amigas y familiares. Nosotras, en el fútbol, hemos vivido en primera persona la lucha por la igualdad. Nos han llamado caprichosas. Siempre se ha dicho que queríamos cobrar igual que los chicos y no era verdad. Me da mucha rabia que digan que el fútbol femenino no genera tanto como el masculino. Obviamente lo sabemos y nunca hemos pedido cobrar como ellos. Simplemente queríamos lo más básico: tener un salario mínimo, que se nos respetara y se nos diera la oportunidad de poder hacer algo muy grande. En cuanto la hemos tenido, hemos ganado un campeonato del mundo”. La jugadora cree que hay cosas “que no han sido normales nunca” y que, gracias a la conciencia feminista, muchas personas están dándose cuenta de ello y rebelándose. “Creo que por eso se ha generado tanto revuelo y, en concreto, se ha causado tanto daño hacia mi persona. He tenido que asumir las consecuencias de un acto que no provoqué, que no había elegido ni premeditado. He llegado a recibir amenazas, y eso es algo a lo que no te acostumbras nunca”, continúa Hermoso, que muestra un don a la hora de relacionar los grandes relatos de la época con su propia experiencia. Como dicen, lo personal es político.

La madrileña, con un 'top' de Louis Vuitton y reloj de Panerai.Fotografía: Viridiana. Estilismo: Something Wonderful.

En estos meses, su hermano, Rafael, ha jugado un papel fundamental. Azafato de Renfe, en verano se fue a Oceanía para acompañar a Jenni durante el Mundial. “Me vio ser campeona del mundo y, sin comerlo ni beberlo, ha acabado metido en esta historia porque estuvo allí, lo vivió todo conmigo”, expone, en relación a su rol como testigo de las presiones que recibió el entorno de la jugadora por parte de la Federación con la intención de controlar su narrativa. Y retoma: “Mi hermano está siendo muy importante en este proceso, porque aparte de todo lo que supone contar con su apoyo, me aporta una visión masculina con mis mismos valores. Es mi familia, pero también un hombre que está apoyando la causa. Para mí, tiene mucho valor que tenga esta mentalidad”. Diferente es su sensación frente a la actuación de gran parte de sus compañeros futbolistas. “Entiendo que cada uno piense como piense y a mí también me encantaría poder centrarme solo en mi deporte, pero cuando ves situaciones injustas, tienes que estar de un lado o de otro. La gente me odiará o me querrá, pero tengo mi manera de pensar y no me importa decirlo abiertamente: el apoyo de ellos no sé si hubiera hecho todo más sencillo, pero desde luego nos hubiera ayudado mucho”. Pasa, eso sí, a mostrar gratitud a Borja Iglesias, Héctor Bellerín, Óscar Trejo e Isco, que fueron los primeros en posicionarse. Y lamenta la falta de unanimidad en el fútbol masculino: “Nosotras tenemos la filosofía de estar unidas y hacer lo que sentimos, y así hemos conseguido todo lo que hemos conseguido hasta ahora”.

Aquello cobró una dimensión inesperada, hasta Natalie Portman le mostró su apoyo. La actriz, que combina su carrera cinematográfica con su faceta como cofundadora del equipo de fútbol femenino Angel City en Los Angeles, fue también de las celebridades más vocales cuando el #MeToo agitó la industria del cine en 2017. Tiene sentido que la réplica española de este se haya gestado en el fútbol, el mayor negocio de entretenimiento del país. Las dos palabras con las que Putellas reivindicaba el fin de los abusos de poder en el deporte (escribió “se acabó” en X, antes Twitter) han tenido un efecto sin precedentes. Nuestra protagonista recapitula: “Agradezco muchísimo que tanta gente estuviera conmigo, con nosotras. Actrices, cantantes y futbolistas, algunas de ellas rivales con las que nos habíamos enfrentado en el Mundial, o la selección inglesa, a las que les ganamos la final. Todo eso me dio la fuerza para seguir y pensar que tenía que pasar por esto por todas. Hay muchas compañeras que necesitaban que alguien alzara la voz”. Destaca, asimismo, la labor de la gente anónima que se movilizó en redes y en la calle.

La jugadora, con 'blazer' con flor 3D sobre la solapa, de Dolce & Gabbana.Fotografía: Viridiana. Estilismo: Something Wonderful.

Las futbolistas españolas también han abierto otros caminos sociales importantes, como dar visibilidad al colectivo LGTBIQ+ en el deporte. En los últimos años han consolidado una comunidad inclusiva y se han posicionado como referentes globales de diversidad sexual. “Ver a Irene [Paredes] con su niño y su mujer en un Mundial es un ejemplo para las mujeres del colectivo. Y ese es también el mensaje que queremos dar, especialmente a quienes les cuesta asumir ser de una manera por si les hacen daño. Hay muchas personas que lo pueden criticar, pero hay muchísimas más que se ven reflejadas en estas acciones y eso nos ayuda mucho a seguir así”, valora la internacional, que también tiene palabras para la falta de representación gay o bisexual en el fútbol masculino. “Creo que se debe al prototipo de futbolista de toda la vida. El padre de familia, el que tiene su novia... Al jugador que se plantea salir del armario le faltan referentes y cree que perjudicará su carrera deportiva porque la sociedad no es tan inclusiva todavía. En cambio, las mujeres han tenido una mentalidad respecto a esto muy diferente. Han visto que era absolutamente normal. Doy gracias a las que empezaron en este deporte, que crearon esa visión para todas las que vinieron después y eliminaron cualquier barrera”. Se ha sabido que durante muchos años en el combinado español femenino se aplicó una suerte de ley del silencio sobre el tema pero “cuando destapas algo que no gusta lo intentan tapar de cualquier manera”, dice en alusión a este hecho.

Además de reivindicativa, Jenni Hermoso es también el alma de la fiesta. Divertida, espontánea y optimista, se describe como una persona “siempre con un altavoz a mano” y bastante “cabezona”. “Soy muy Tauro, mi madre siempre me lo dice. He sido muy impulsiva toda mi vida pero, con el tiempo, he aprendido a ser una persona que controla mucho, no tanto los sentimientos, pero sí las situaciones. Aunque en esta época está habiendo muchas cosas que se me escapan”. Para “amansar a la fiera” que dice que a veces lleva dentro, recurre a Camela, su grupo favorito, que le descubrió su hermano en los noventa. Y saca a relucir de nuevo su orgullo de barrio. “Son un ejemplo de sacrificio. Durante muchos años, todo el mundo los escuchaba pero nadie lo decía. Hacerlo se asociaba a una clase social a la que nadie quería pertenecer. Han tenido que pasar treinta años para que se les valore. Hay una frase que dice ‘la vida es demasiado corta para no reconocer que te gusta Camela’, y estoy muy de acuerdo. Además, el Dioni es como si fuera de mi familia”. Puede sorprender, pero Jenni asegura que su mayor hobbie es hablar de cualquier cosa menos de fútbol. “Y el tardeo, la cervecita, estar con amigos, pasear por el centro de Madrid...”, enumera, y completa su lista de intereses con la moda. “Soy muy de Zara, pero para ocasiones especiales me gusta mucho todo lo que está haciendo Prada”. Le cuento que la diseñadora, una de las más influyentes de la industria de la moda, militaba en el Partido Comunista italiano en los 70. A esto, Jenni replica que es “totalmente compatible” tener poder y preocuparse por el bien común.

Hermoso, con vestido de Prada. Posa sobre una silla de Warren Platner, fabricada por Knoll en Galería Córdoba.Fotografía: Viridiana. Estilismo: Something Wonderful.

Y a ti, ¿cómo te gustaría ser recordada?

Como una persona que ha querido dejar a España en lo más alto pero, sobre todo, como alguien que ha intentado que muchas mentalidades cambien. Por suerte o por desgracia, está esta historia, pero voy a aprender a aprovecharla positivamente para pelear por lo que creo que es bueno para la sociedad. El movimiento #SeAcabó debe traer una nueva era. Estos meses, con todo lo ocurrido, la mente se me ha ido un poco del camino del fútbol. Por momentos no recordaba que era futbolista. Pero vuelvo a un entrenamiento, a un campo, a ponerme el uniforme, y quiero dar mi mejor versión otra vez. En la carrera a los Juegos Olímpicos, en mi equipo en México, en la selección. Voy a seguir disfrutando de este deporte.

La futbolista del Pachuca Femenil posó en México, donde reside actualmente, para GQ España.Fotografía: Viridiana. Estilismo: Something Wonderful.

Maquillaje y peluquería: Luz González.
Iluminación: Jair Franco.
Diseño de set: Josechu Garrido.
Producción: Fernando Carrillo @ Something Wonderful.
Asistentes de moda: Lisset Ángeles y Regina Cortina.
Asistente de fotografía: Eva Montiel. Talent manager: Loreto Quintanilla Dirección de Moda: Joana de la Fuente