"El traje de baño es el nuevo vestido de gala en The Crown”: hablamos con las diseñadoras del vestuario de la serie

Amy y Sidonie Roberts nos hablan del cambio absoluto provocado por la llegada de Kate Middleton y cómo Lady Di se reinventó a sí misma.
The Crown
Daniel Escale/Netflix

“Pesada es la cabeza que lleva la corona”. Las diseñadoras de vestuario Amy y Sidonie Roberts lo saben perfectamente: en la premiada serie de Netflix, ellas son las encargadas de ponerla en su sitio. Encomendarse a Dios, a la patria y permanecer casada aunque infeliz son cosas que ocurren en The Crown, que estrena la primera parte de su última temporada este jueves. Para las cuatro temporadas de la serie en las que han trabajado, Amy y Sidonie han hecho su propia promesa: "Ropa, no disfraces”.

Eso significa ahondar en algo más que en los libros de historia para vestir a los Windsor. Los trajes que han utilizado se inspiran en infinidad de fuentes, desde cuadros de Lucian Freud hasta campañas de Miu Miu. “No creo que en ningún momento me haya sentado a mirar nuestro trabajo y haya pensado: ‘Parece un disfraz, una caricatura’, algo que podría haber pasado fácilmente con personajes como el de Mohamed Al-Fayed, una parodia de algo”, nos cuenta Sidonie en una reciente entrevista por Zoom a las dos diseñadoras.

El dúo, que ganó un Emmy al mejor vestuario de época por la tercera temporada y fue nominado en todas las siguientes, se apoyó en este mantra cuando se enfrentó a su diseño más difícil hasta la fecha: recrear la ropa que llevaban la princesa Diana (Elizabeth Debicki) y Dodi Fayed (Khalid Abdalla) el 31 de agosto de 1997, cuando murieron en el accidente de coche. "En el transcurso de las cuatro temporadas que hemos hecho, me sentí más obligada que nunca a hacerlo con suma precisión", dice Amy. "Más que el vestido de la venganza, más incluso que el de Aberfan, por lo delicado de su naturaleza”. Los trajes se hicieron imitando hasta el último detalle de los trajes reales "para que el foco estuviera donde tenía que estar", añade.

De hecho, Amy y Sidonie se sorprendieron al descubrir la cantidad de imágenes de los últimos momentos de Diana y Dodi. "Por horrible que parezca, las tienes desde bastantes ángulos en términos de largo de la chaqueta”, cuenta Sidonie. “Me refiero a que suena casi morboso hablar de esto así, sinceramente, pero esas imágenes están ahí. Tienen una calidad bastante granulada. Son de una cámara Cctv, muchas de ellas en el ascensor. Así que pudimos imaginar su aspecto exacto basándonos en sus atuendos anteriores, el tipo de materiales que llevaba, el tipo de tejido”.

Diana pasó muchos de sus últimos días antes del accidente en el yate de Dodi para hacer escapadas con sus hijos, el príncipe Guillermo y el príncipe Harry. Los primeros episodios de la temporada muestran la envidiable colección de trajes de baño de Lady Di. "El traje de baño es el nuevo vestido de gala en The Crown esta temporada”, bromea Sidonie. Algunos de los bañadores, como el azul que lució mientras se encaramaba a un trampolín, se copiaron al milímetro. "Es un momento icónico y tenía que serlo en nuestra historia", dice Sidonie. "No nos arriesgamos demasiado con eso. Otros bañadores, como el estampado que lleva mientras lanza cubitos de hielo a sus hijos, fueron más espontáneos. Los confeccionamos con un estampado japonés de seda de los años 90 que encontramos en París y un pareo a juego".

En una escena clave de la sexta temporada, Diana negocia con un barco de fotógrafos que la esperan diciéndoles que cambia fotos suyas en traje de baño con estampado de leopardo por la intimidad con sus hijos durante el resto del día. La ropa de Diana "era como una herramienta, porque quería que los paparazzi la dejaran en paz a ella y a sus hijos", cuenta Amy. "Si les doy esto, ¿me dejan en paz? Fue una elección táctica". No tuvo nada de malo que el estampado animal fuera portada durante el mismo ciclo de noticias que la fastuosa fiesta del 50º cumpleaños de Camilla Parker Bowles (interpretada por Olivia Williams) organizada por el príncipe Carlos (Dominic West).

Courtesy of Netflix

Movimientos como ese convirtieron a Diana en persona non grata en la familia real, como se refiere a sí misma en el primer episodio de la sexta temporada. Pero las diseñadoras de vestuario de la serie no creen que la realeza se sirviera de la moda para reivindicar su relevancia. "Si lo hizo, no creo que esa sea la historia que estamos contando en estos episodios", dice Sidonie. "Me refiero a que buscaba más bien encontrar su papel que una declaración de moda. En el momento de su muerte sentí que estaba en un viaje para averiguar lo que iba a hacer después. Cómo podía aprovechar para bien ese increíble poder que tenía. Por eso su muerte fue tan dolorosa”.

Para la escena en la que Diana y Dodi se van a tomar un helado a Montecarlo, las diseñadoras debatieron si Diana se habría quitado el traje de baño o si tal vez esperaba pasar desapercibida con ropa informal y una gorra de béisbol. "Es casi como probar en qué podría convertirse", dice Amy. Pero a esas alturas, no había muchos lugares en los que la princesa del pueblo pudiera pasar desapercibida.

"¿Puede ir a Montecarlo a tomar un helado y que nadie la reconozca? Por supuesto que no, pero lo intentaba", dice Sidonie. "Hay mucho de este periodo, muy efímero, por desgracia, en el que navega para encontrar una nueva vida para sí misma”.

Amy también se inspiró en el guion del creador de la serie, Peter Morgan. “Todas las escenas de Diana se escribieron en un contexto más hogareño y tranquilo", explica. "Por eso creo que la tragedia consiste en saber hacia dónde iba. Una pregunta de la que nunca sabremos la respuesta”.

La devoción de Diana por unos jóvenes príncipes Guillermo (Rufus Kampa) y Harry (Fflyn Edwards) se hace evidente en el estilo infantil de los príncipes. Los hermanos suelen ir vestidos con polos y pantalones chinos a juego. "Una vez vi a Diana en Kensington High Street comprando ropa para los chicos", cuenta Amy. "Así que estoy absolutamente convencida de que los vestía ella”.

Daniel Escale/Netflix

Cuando los niños se convierten en jóvenes adultos en la segunda mitad de la sexta temporada (interpretados por Ed McVey en el papel de Guillermo y Luther Ford en el de Harry), su sentido de la moda evoluciona en consecuencia. “Guillermo sigue siendo Guillermo, pero sabemos lo que le pasa a Harry, así que le vestimos con un estilo un poco más subversivo con camisetas holgadas y las muñecas llenas de abalorios". Según Sidonie, "Harry es para Guillermo lo que Margarita es para la reina. Es una relación similar".

Hablando de la siempre sufridora princesa Margarita, encarnada por Lesley Manville en las temporadas quinta y sexta, su armario dio a las diseñadoras una mayor libertad creativa. Pero juran guardar el secreto sobre los vaivenes sartoriales de Margarita. "No podemos decir mucho sobre ella", dice Sidonie. "Podríamos hablar largo y tendido porque, sin duda, ella es la que deja volar más la imaginación en esta temporada, su propio viaje personal lo justifica”. Y Amy añade: “De manera bastante sorprendente”. (La princesa Margarita murió en febrero de 2002, tras una serie de problemas de salud.)

Otro tema sobre el que las diseñadoras deben guardar silencio hasta el estreno de los últimos episodios de la temporada, el 14 de diciembre, es la esperadísima aparición de Kate Middleton (interpretada por Meg Bellamy), cuyo noviazgo universitario con el príncipe Guillermo empujó "a una chica normal de clase media a esta divertida y vieja familia disfuncional", cuenta Amy.

Justin Downing/Netflix

Aunque ha habido personajes no reales muy importantes en The Crown, como la familia Fayed o Michael Fagan, cuya irrupción en el palacio de Buckingham en 1982 se describe en la cuarta temporada, ninguno ha ocupado tanto espacio narrativo como los Middleton. “Fue la inyección de algo completamente diferente que no habíamos tenido en The Crown en muchísimo tiempo. Nos entretuvimos en ese mundo más tiempo”, cuenta Sidonie. Amy añade: “Hay mucho que contar de los padres", Carole y Michael Middleton. No olvidemos que también son padres de los hermanos de Kate, James y Pippa (interpretada por Matilda Broadbridge).

La relativamente modesta casa de la infancia de Kate en Bucklebury, Berkshire, supuso un cambio radical con respecto a los palacios decorados con oro y las fincas recargadas con las que las diseñadoras están acostumbradas a trabajar en la serie. "Es una casa normal que no se parecía a ningún otro plató de The Crown", explica Sidonie. "Era raro y tuvimos que adaptarnos. Fue un cambio radical", uno de los muchos a los que se enfrentaría la familia real en la época más moderna.

Artículo publicado por Tatler y traducido por Isabel Escribano Bourgoin. Acceda al original aquí.