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La “bien habitada” llamaban los musulmanes a Marbella, ciudad en la que levantaron una fortaleza que aún resiste el paso del tiempo. Declarado Bien de Interés Cultural, poco queda de aquel castillo califal construido en el siglo X para controlar el litoral, pero sí podemos intuir muchas de sus reconstrucciones posteriores, entre las que se encuentran sus murallas medievales, esas que hoy acogen al recién estrenado hotel El Castillo, el primer cuatro estrellas del casco histórico de Marbella.
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UN MONUMENTO CON MUCHO ARTE
Dormir en el hotel El Castillo es hacerlo es un monumento, ya que el edificio que ocupa, situado en la plaza de San Bernabé, está amparado –al igual que la antigua fortaleza– por la Ley de Patrimonio Histórico Español. Y aunque bien podrían haber elegido una decoración regia, acorde con la historia y el entorno, el grupo hotelero La Ciudadela Marbella al que pertenece ha optado, al igual que en el resto de hoteles boutique que posee en el casco histórico, por un interiorismo contemporáneo cargado de piezas de arte y diseño.
El encargado de dar forma a su cuidada decoración ha sido el CEO del grupo, Miguel Cerván, quien no tuvo reparos en recorrerse las las ferias más importantes del sector para dar con los acabados más impresionantes y artísticos: unas figuras humanas que escalan por el patio interior por aquí, unos modernos relojes de la firma qlocktwo que dan la hora en varios idiomas por allá y muchos textiles de calidad que, en algunos casos, siguen un mismo patrón para crear una uniformidad visual y conceptual.
Cada detalle decorativo ha sido escogido por Cerván con extremo detalle, sin seguir ninguna moda, tan solo la intuición y experiencia de quien sabe lo que quiere para crear un ambiente hospitalario, un hogar fuera del hogar, desde los inodoros artesanos fabricados a mano hasta los hipnóticos papeles de pared de Morris & Co.
“Nada es de serie, todo ha sido hecho al milímetro. Como el mostrador del lobby, que en realidad es una joya, una pieza única. Escogí la piedra natural, una especie de cuarcita, por su permeabilidad, para que dejase pasar la luz. No me gusta lo obvio, sino estrujarme la cabeza para hacer algo especial, algo que el cliente no vaya a encontrar en ningún otro sitio”, afirma el CEO de La Ciudadela Marbella.
LAS HABITACIONES Y EL RESTAURANTE
Las 13 habitaciones que conforman El Castillo han sido decoradas con mimo, y sin dejar ningún detalle al azar, con el fin de crear un ambiente acogedor y con personalidad propia. Uno que, al igual que el edificio en sí, combina el presente y el pasado Marbella, ese que tendremos muy presente en los cabeceros en madera impresa con imágenes antiguas de la ciudad. La ropa de cama es de algodón egipcio de 500 hilos y las amenities de Loewe o Guerlain. Hasta una plancha de pelo y un secador GHD serigrafiados con el nombre de La Ciudadela Marbella nos encontraremos de cortesía en el baño.
En la planta baja de este coqueto hotel boutique está su restaurante AFuego, una propuesta culinaria de calidad que apuesta por el producto fresco, de temporada y local: desde las lechugas hidropónicas, colocadas en un sorprendente huerto vegetal en la misma sala, que llegan vivas al plato, hasta una cuidada selección de carnes y pescados que se elaboran a la brasa.
EL ROOFTOP
Un espacio muy ecléctico y mediterráneo es el rooftop de El Castillo, que al estar en uno de los puntos más altos del casco antiguo de Marbella regala una completa panorámica de los tejados de la ciudad, el mar y el pico de la Concha. Es como estar en Saint Tropez, sintiendo que estás en Grecia, sabiendo que estás en Málaga.
En su original bar, en el que tomar desde un cóctel hasta un plato relajado, destaca un mirador acristalado que deja vistas al patio interior; y en la segunda planta, la zona del jacuzzi, que puede reservarse para tener una privacidad extra sin renunciar al animado ambiente de la terraza.
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LAS EXPERIENCIAS
“Lo único que necesitamos es que el huésped nos indique cómo podemos hacer de su estancia algo inolvidable, que nos aporte datos de quién le acompaña, gustos, intereses, etc… y nosotros hacemos el resto”, indican desde el hotel cuando se les pregunta por las experiencias que ofrecen. ¿Una jornada en barco por el Mediterráneo con música en vivo? ¿Una ruta sorprendente por sierra Blanca? ¿O, por qué no, reservar el hotel entero para disfrutarlo de manera exclusiva? Las opciones son tantas y tan variadas como puedas imaginar, e indicar.
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