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Management

Liderar en tiempo de redes

Claves para entender el nuevo contexto digital y liderar inspirando

En muchas ocasiones no compramos el producto o servicio que fabrica o comercializa una empresa, sino que el motivo de nuestra decisión se basa en el porqué lo hace esta marca. Un “porqué” que no es (o no debería) ser fruto de la casualidad, sino una decisión consciente de la empresa y que implica la suma de sus valores, de su ADN y de la profunda comprensión de las necesidades de estos consumidores.

Y este propósito debe nacer de la propia compañía, de las personas que la lideran y que son capaces de visionar, transmitir y hacer vivir este propósito. En el contexto actual, donde la mayoría de las compañías se hallan inmersas en un profundo proceso de transformación (digital), con total seguridad el primer gran desafío que esta transformación implica es cómo liderar, cómo compartir ese objetivo con todos y cada uno de los miembros de esa organización.

Según Harvard Business Review, las 4 características de los líderes inspiradores son:

  1. Son curiosos e inquisitivos, les gusta probar cosas nuevas y animar a que sus equipos también lo hagan.
  2. Son retadores y constantes, no permiten que el equipo se regodee en el éxito, siempre hay nuevos retos.
  3. Seleccionan a sus equipos por valores y por ajuste a la cultura de la organización, no siendo el primer factor las competencias técnicas de los candidatos.
  4. Son capaces de confiar en la gente.

El liderazgo en la era del cliente implica entender el contexto, el punto en el que nos encontramos y hacia donde visualizamos que se moverá el entorno de nuestra compañía. Los siguientes cinco elementos pueden ayudar, dentro de la responsabilidad de este liderazgo, para entender el momento:

  1. El peso de la economía digital. La economía digital se ha convertido ya en el motor de las economías más avanzadas, llegando en algunos casos a representar el 20% del mismo.
  2.  Meritocracia en tiempos de redes. La irrupción de Internet, la expansión de prácticas de gestión de proyectos más horizontales y en general la irrupción de las tecnologías de la información y de las redes sociales han vuelto a poner de moda el concepto meritocracia.
  3. Hacia la madurez digital. Son ya muchas las organizaciones que han incorporado lo digital en su relación con los clientes, en sus procesos de comunicación y marketing e incluso en sus operaciones, pero todavía son pocas las que realmente han alcanzado el grado de madurez digital necesario para optimizar sus beneficios.
  4.  Digital y territorio. Cada vez más local, sin ser menos global. Nadie duda de que una de las principales consecuencias de Internet ha sido acelerar el proceso de globalización. Lo digital ha acercado lo distante y ha mezclado lo diverso. Pero una de sus principales características, la ubicuidad, ha hecho además de Internet una poderosa herramienta para ampliar lo local y desarrollar los modelos de negocio centrados en lo local, lo geoposicionado, lo especializado y lo minorista.
  5.  Educación: de los contenidos a las competencias. Parece que mientras que la tecnología avanza rápidamente, las organizaciones y nuestras competencias profesionales lo hacen despacio. Si se interpreta que el aprendizaje ya no es una cuestión sólo de accesibilidad al conocimiento ni una cuestión exclusiva de asimilación de contenidos, entonces de lo que se trata es de ser capaces de asimilar valores y procesos y de adquirir habilidades y competencias como el trabajo colaborativo y en equipo, la gestión del tiempo, la capacidad de buscar, filtrar y priorizar información.

Quien lidera deberá comprender los profundos cambios que vivimos. No es fácil ni evidente liderar en tiempo de redes, pero hoy más que nunca es imprescindible poder generar una visión basada en el propósito y tener las habilidades para poderla compartir dentro de la organización.

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