En el vibrante escenario del stand-up comedy colombiano, emerge una figura que ha sabido combinar el humor con una chispa de cotidianidad: Gabriel Molano. Conocido cariñosamente como "el conchudo del humor", Gabriel no solo es un destacado comediante, sino también un ingeniero mecánico de profesión que decidió seguir su verdadera pasión. Aunque llegó a ejercer su carrera, pronto se dio cuenta de que su destino estaba en hacer reír a la gente. Ahora, nos visita para compartir anécdotas de su vida y, de paso, enseñarnos a preparar los peculiares "huevos de Marcelo".
Gabriel, de formación ingeniero mecánico, confiesa que, aunque su carrera le proporcionó momentos valiosos, la comedia siempre fue su verdadero llamado. "Alcancé a ejercer, pero la comedia definitivamente es lo mío", asegura entre risas. Y es que Gabriel encontró en el stand-up una forma de expresarse que no hallaba en la ingeniería. Su humor fresco y su capacidad para reírse de sí mismo lo han convertido en un favorito del público colombiano.
Pero Gabriel no solo se queda en los escenarios; también se ha aventurado en la cocina, aunque con menos éxito. "Intenté cocinar, pero me auto boté", confiesa. Este lado menos conocido de Gabriel lo llevó incluso a participar en el popular programa MasterChef. Sin embargo, su experiencia no fue precisamente culinaria, sino más bien humorística. "Marcelo necesita que alguien le pruebe los huevos, y yo me ofrecí a ayudarlo", comenta con su característico tono jocoso, refiriéndose a su compañero de cocina en el programa.
El título de "conchudo" no le molesta a Gabriel, quien lo lleva con orgullo. "Soy bien conchudo, y no me molesta", dice. Esta actitud despreocupada y su capacidad para reírse de sí mismo son parte de lo que hace a Gabriel tan especial. En sus presentaciones, no duda en burlarse de sus propios fracasos culinarios, y esa autenticidad resuena con su audiencia.
Durante su visita, Gabriel nos enseñó a preparar los famosos "huevos de Marcelo", un plato que él mismo ha popularizado. "Aquí están los ingredientes: dos huevitos, jamón, queso, sal, pimienta, aceite, mantequilla y cebollín", enumera Gabriel, mientras nos guía paso a paso en la preparación. Aunque no se considera un chef, su entusiasmo y humor hacen que cualquier receta se convierta en una experiencia divertida. "Mis huevos de Marcelo no son triple A, pero seguro que son de codorniz", bromea.
Para Gabriel, la cocina y la comedia son dos mundos que pueden coexistir, aunque no siempre de manera perfecta. "Cocinar en pareja es una mamera", asegura, destacando la importancia de tener espacio personal incluso en la cocina. Sus experiencias en MasterChef le enseñaron que, aunque no sea el mejor cocinero, su capacidad para hacer reír y entretener es inigualable. Finalmente, Gabriel Molano nos recuerda que la vida es mejor cuando podemos reírnos de nosotros mismos y disfrutar de cada momento, ya sea en el escenario o en la cocina.