Así debe ser la dieta basal, la opción saludable normocalórica que suministra todos los nutrientes necesarios

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Los menús diarios de los hospitales, colegios y otros establecimientos se diseñan siguiendo los principios de la dieta basal, que debe ser equilibrada y adaptada a las necesidades de cada colectivo y grupo de edad. Te explicamos cómo se elabora.

Actualizado a: Miércoles, 29 Mayo, 2024 15:00:35 CEST
Un camarero sirve un plato de verdura La dieta basal debe contener una cantidad suficiente de alimentos vegetales. (Foto: Shutterstock)

La mayoría de las personas no siguen ninguna dieta para adelgazar ni tienen ningún requerimiento alimenticio especial por alguna alergia o intolerancia. La mejor opción es siempre lo que se conoce como dieta basal, que no significa ingerir libremente cualquier tipo de alimento, sino seguir un menú sano, equilibrado y adaptado al grupo de edad al que está dirigido. El objetivo es suministrar al cuerpo todos los nutrientes que necesita.

La dieta basal es “una dieta normocalórica (es decir, que busca que las calorías ingeridas igualen a las que nuestro cuerpo quema) que está destinada a cubrir las necesidades fisiológicas y psicológicas de un paciente sin necesidades de modificaciones especiales en su alimentación habitual”, según expone Raquel Fernández, dietista-nutricionista del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas y presidenta del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de La Rioja (Codinular).

A quién se dirigen las dietas basales

Las dietas basales se utilizan habitualmente en hospitales, centros educativos, residencias de mayores… “para tener una dieta que mantenga la salud del individuo sin un objetivo especial (pérdida de peso, aumento de masa muscular...) más allá de mantener un buen estado de salud física y psicológica”, apunta Fernández.

Se elabora adecuando la alimentación tanto a las características del individuo o del colectivo (mayores, escolares, pacientes de hospitales) como a la actividad que se realiza. “No quema las mismas calorías un niño que corre en el colegio todo el día que un paciente hospitalizado que está tumbado en la cama”, señala la experta.

Calorías y alimentos de la dieta basal

Una dieta basal aporta generalmente entre 2.200 y 3.000 kilocalorías diarias, según la edad, la condición física y las calorías que se calcula que quema la persona o colectivo al que se dirige. Debe estar basada, fundamentalmente, en alimentos vegetales: frutas, verduras, hortalizas, cereales integrales y legumbres. Se complementa con carne, pescado, huevo y lácteos, según las preferencias y gustos del escolar, residente o paciente.  

La proporción de nutrientes básicos se adapta también a las necesidades específicas en cada caso. En general, se considera que los hidratos de carbono deben aportar al menos un 55-60% del aporte calórico total, las grasas no deben superar el 30% de las calorías totales ingeridas y las proteínas deben de suponer el 15% restante en la dieta.

La bebida por excelencia debe ser el agua y quedan fuera de este menú básico los ultraprocesados en todas sus vertientes: comida precocinada, bollería industrial, refrescos, batidos, etc.

Un buen esquema para elaborar una dieta basal equilibrada que contenga cada tipo de alimento en la proporción adecuada es lo que se conoce como plato de Harvard, que consiste en dividir lo que se va a ingerir en la cena o la comida en cuatro partes: dos partes (es decir, la mitad) están ocupadas por vegetales, un cuarto por proteínas y el restante 25% por hidratos de carbono.  

Ejemplo de menú basal

  • Desayuno: Café con leche. Tostada de pan integral con tomate y aceite.
     
  • Media mañana: Yogur natural con cereales integrales.
     
  • Comida: Lentejas estofadas con verduras y patata. Pechuga de pollo a la plancha. Kiwi.
     
  • Merienda: Manzana y un puñado de frutos secos.
     
  • Cena: Menestra de verduras. Tortilla francesa. Plátano.

Dietas terapéuticas o especiales generadas a partir de la basal

En los hospitales, colegios y residencias de ancianos, entre otros establecimientos, se elaboran dietas terapéuticas o adaptadas partiendo de la basal, efectuando modificaciones que pueden afectar a los alimentos seleccionados, la textura, la frecuencia o la proporción de nutrientes

“Se deberán considerar modificaciones necesarias a nivel individual en función de ciertas patologías o posibles alergias o intolerancias que precisen cambios a nivel nutricional”, explica la dietista-nutricionista. Así, por ejemplo, se puede confeccionar una dieta sin gluten para pacientes celíacos; dieta sin pescado para personas alérgicas; dieta sin sal para hipertensos; o con los alimentos triturados para quienes tienen problemas de masticación o para tragar.

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