Mostrando las entradas con la etiqueta Autor Descontexto. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Autor Descontexto. Mostrar todas las entradas

domingo, septiembre 08, 2024

«Bajo las estrellas del invierno», de Héctor Viel Temperley





   La liebre que una vez que yo miraba
atardecer volaban los chimangos!
salió del sol y se sentó a mirarme

     El pájaro que una mañana
se posó exactamente sobre mi corazón
a una hora en que su cuerpo todavía
calentaba la piel más que el sol

     El pene entre mis dedos de ese enfermo
al que ayudé a orinar mientras marchábamos
lentamente una noche a un hospital
cruzando playas de estacionamiento

     La perra que buscaba a mi pene en la sombra
cada vez que salía para orinar desnudo
mirando las estrellas del invierno
antes de regresar corriendo hasta el colchón
iluminado por el fuego que ardía toda la noche
en los troncos que hachaba con mi hacha todo el día

     La mujer que pedía serenamente auxilio
agitando los brazos y volviendo a nadar
en las primeras horas de una tarde pesada
en que yo con el pan en el estómago
no encontraba a otro hombre en las orillas

     Y todos los metros que nadé por el mar
sin ver jamás a la terrible aleta
     Y mi alegría de noche en las ramas de un árbol
oyendo tangos en mi adolescencia
     Y mis siestas sentado junto al cajón de un muerto
descansando en la digna frescura de una bóveda
del verano porteño que nos había humillado

     Hablo de todas las horas y de todos los días
y de todas las estaciones y de todos los años

     Pero la liebre que una vez que estaba solo
se ubicó exactamente entre el sol y mis ojos
guardando exactamente la distancia
que guarda un ángel que visita a un hombre...

     Y el pájaro que un día
se posó exactamente sobre mi corazón
lo que es igual a recibir de un golpe
el propio corazón en el lugar exacto
el único lugar del universo
donde es una victoria recibirlo...

     Y la perra que se acercaba agitando la cola
cada vez que volvíamos a encontrarnos desnudos
y solos bajo el cielo del oeste...

          En fin...
          Brillan los miles de ojos que me miran
          Brillan las estrellas del oeste en invierno
          Sobre la borda del colchón iluminada por las llamas
     me siento arreglo el fuego
     leo diarios viejos mientras mi sombra crece

          Son las tres de la tarde en el reloj
     que después del almuerzo se detiene
          La noche es larga
          Toda la noche sopla el viento
          Mi muslo brilla con la saliva de la perra
     o entre las piernas de una mujer de buen carácter
     desnuda alegre dormida satisfecha
          Vuelvo a despertarme cuando quiero
          Vuelvo a salir al frío y a orinar nuevamente
     porque estas noches bebo mucha agua
          El fuego hace sudar al que lo cuida

          En fin...
          Hice orinar a un hombre
          Salvé del mar a una mujer lejana
          Y sé que puedo recordar algunos otros
     actos de más amor de más coraje

          En fin...
          Pienso en todas las horas pienso en todos los días
     pienso en todos los años sin encontrar mi imagen

          Pero una liebre un pájaro una perra
     me miraron a los ojos al corazón al sexo
     como creo que sólo me miró también el mar
una madrugada de verano en que vagaba
con una pistola en el puño sin tener dónde afeitarme




 
en El hombre que nada hasta los cielos (Antología), 2021
Originalmente publicado en Legión extranjera, 1978









Pueden comprar este libro escribiendo a [email protected]
o en las mejores librerías -al menos- de Chile y Argentina

















martes, agosto 20, 2024

«El Fantomas», de Tomás Harris





Le decían el Fanta,
Le decían el Fantasma.
Le decían el Fantomas.
Había trabajo en una carnicería en Chiguayante.
Sabía separar las partes de los cuerpos.
Sabía los puntos más húmedos y morados de los cuerpos. 
Ahora era el Señor de Rais.
Había combatido junto a la Santa, por la Fe.
Cuando su figura permanecía tras la potente luz del foco 
Crecía como un halo inclemente
Y se adelgazaba amenazador
Como un lúgubre personaje de un filme expresionista. 
Todo un Nosferatu en el pueblo y después de la ciudad. 
Ese día lo dedicó por completo a una niña.
Una niña desaparecida de la oquedad de los baldíos
Que rodeaban la población La Libertad,
Una niña como tantas
Temblorosa, gimiente,
Sin odio,
Como perrita asustada
Sin comprender nada de su destino:
«Yo soy el Monje Antonin»
Le susurró el Fantomas a la niña al oído,
«¿Recuerdas, Justine»?
Mientras le dejaba caer una gota de saliva
Como un arito de rocío o un maremoto en sus lóbulos;
La niña callaba
Sólo temblaba
Ausente de su Destino.
Al final, le puso un chocolate en la boca,
Tal vez por aliviar su trabajo tan duro,
Tal vez por algo así como la piedad,
Porque la niña no comía hacía días.
Cansado, al final de la jornada,
Le susurro a la niña al oído:
«No te olvides que soy tu protector…»
Mientras la niña gemía, mientras la niña no cesaba de gemir.





en Los siete náufragos (Edición definitiva), Descontexto Editores, 2023




Fotografía original de Jimmy Quintana






Pueden comprar el libro escribiendo 
directamente a [email protected]
o en las mejores librerías gracias a BigSur












lunes, agosto 19, 2024

«Poemas del coyto», de Gamaliel Churata






                     1

ansyedad rejtangular definitiva del marabilloso instante 
no engullo su qarne ni deseo triturarla
el sol i y yo aqarisyamos tu distansya
mis manos qonservan el rreqwerdo
de sus bestyales desnudeses y sus pulpas ajtibas

LA MEMORYA SE EMPAPA EN EL SUDOR LEJANO DE SU QWERPO

¡qomo todo tyene el alito la pulsasyon el ritmo 
rejtangular definitibo del marabilloso instante!



                     2

bino la susesyon de rrostos futuros 
atrabesando el tímpano en el byento i la fyebre 
bweltos tyerra bolqaniqa
disparada al bertise de la boluntad!

ella ubo de abrirse plasida
en rrombos de transparensya birjen 
myentras le undyan qoleriqa florasyon 
mis rrojos qandentes



                     3

lwego la mañana el chispaso la estrella 
REBENTASON DE LUCES LIQIDAS 
bolqanes de estomago irbyente
            lo nwebo
            lo uniqo
            lo impensado
bos qe arranqa de infansya
i en el embryon se abre el pajaro qe trina





en De este lado del cielo. Nueva Antología de la Poesía peruana, 2018
Mario Pera, Antologador
Descontexto Editores





Pueden comprar este libro
escribiendo a [email protected]












domingo, agosto 11, 2024

«No salir jamás», del Carlos Germán Belli




(1927-2024)


¿Cuándo, cuándo de nuevo volveré, 
en qué minuto, día, año o centuria, 
al sacro rinconcillo de mi dueña, 
paraje oculto para mí guardado,
y a merced de su excelsa carne allí 
yacer adentro y no salir jamás?
A aquel lugar yo quiero retornar, 
hasta el punto central eternamente, 
introducido en el secreto valle,
y en ella cuerpo y alma así cuajado. 
No quiero nada más sino volver 
adonde fugazmente ayer estuve, 
cruzar el umbral con seguro paso
y ahora para siempre allí quedarme, 
no como dueño de un terrenal sitio, 
mas por entero rey del universo. 




en De este Lado del Cielo. Nueva Antología de la Poesía Peruana, 2018

Descontexto Editores (Edición de Mario Pera)















jueves, agosto 01, 2024

«La luna en harapos», de Susana Villalba

Fragmento del inicio


Fotografía original de Sebastián Freire

Hernán Cortés: Tres días la sed fue tan intensa que hasta pensamos en volver. Tres días pensé en la Catalina, su olor a nuez moscada y a tomillo, su pelo arrebatado, piel de lima y su jadeo, me tapaba los oídos y no había ron ni agua. Al fin una tormenta nos vino a ocupar en cosas de hombres. Los navíos resistieron el viento pero no el encabritar de los caballos, los hubo que atar como a los hombres que escucharon relatos de huracanes. Almacenamos agua pero la sed dejó su huella para siempre, los hombres ya no tienen corazón. Lo van perdiendo en fiebres, en la falta de paisaje, de mujer y taberna, la falta de todo lo que hace que lo tengan. Ya no hablan, el mar no necesita explicación. Y en su siempre sonar van olvidando que es posible escuchar. Sonámbulos, los tiene fascinados el naufragio como algo que al menos sucediera, como una concreción en este mundo de real espejismo. Por qué no habré venido con marinos de verdad, con los aventureros el riesgo es esta lentitud.


Malinche: La noche de otra boda, marido como un hijo, perfumes ahuyentaban lo que no era posible ventilar. Un arco tensión era la casa, Abuela sentía algo funesto, una madre alejando el tiempo de su cuerpo. Pero ya no era virgen que domarle demonios. Sus hermanas cuidaban con la furia de ordenar lo que traiciona fuerza, madre junco, los vinos y su amor de falsa mitad sin hombre. Y falso era el más suave que padre. Negociando tierras yo estaba parte pero sentía un rumor que me apartaba. Parteras de otro mundo sentí, me desgarraban. Madre era una mujer, yo no era la hija, era mujer. Puñal sus ojos, lo miraba por ver si él me miraba. Me alejaba con pedidos inútiles. Después cambió la casa.


Templario: Por el agua fue mi cuna y fue mi vida, Juan Sin Tierra y una sola quietud que fue la Orden templando el corazón. Por el agua fui cristiano y por el fuego caballero, por la cruz donde se cruzan en la tierra. Por los siglos de los siglos en el agua. La ciudad de cristal está muy cerca. Lo sé por los tifones que la guardan, por los monstruos que suben a cubierta devorando marineros con su abrazo fatal y sus silbidos de náufraga artimaña. Qué frágiles navíos, qué juncos por espadas, qué inconstancia. Llegamos a la tierra del verano donde aguardan los grifos, los perros lobizones gimiendo ante las puertas, atrayendo a las estériles que sueñan con un llanto en el umbral.


Malinche: De pronto la madre se hizo madre por el hijo. La hija nació cuando era niña de madre. El padre fue a la muerte y yo tras él como sus mantas, su cuchillo y las ofrendas al guardián del pasadizo. Fui tras él como su perro que lo guía entre montañas, por el frío, por el agua y las arenas de la muerte. Se fue el padre y ya no tuvo la madre que ser madre de la hija. Fue mujer y no fue madre de mujeres. Fue nueva de hombre nuevo, hijo nuevo, lo viejo hasta la hija fue arrojado.


Soñador: No el agua del segundo doblez, que se camina, agua de mundo, volver a ser, después del frío, una saeta agua. Vendrá de sal de vientre, los sueños de la tierra, una copulación en disolverse. Por agua que brama, por entraña de agua que ruge, por el revés del cielo. Vendrá animal que corre cuando no huye, o de su sombra. De los tiempos atrás del tiempo cuando empezó a correr. Una embriaguez animalada a lo venado. Baba de espuma de sal cuando salía de la boca del mundo de atrás. En el segundo doblez. De la tercera generación de lunas. Un fuego hecho venado con su jaguar en corazón. Una flecha con patas de animal y cuerpo de dos brazos, como hombre de la novena casa, del círculo de estrellas que nos toca. Peligrosa conjunción. El tercer fuego el que debía ser, sacerdote guerrero. Vendrá prestado. Vendrá torcido, dividido. De la madera que frotó la mala piedra. La piedra piedra. Venado tras venado tras venado. De la profundidad del corazón de agua. Brujo de los brujos de los peces, una memoria hacia adelante. Y hacia atrás. Agua que quema como agua. Salir de madre. Cabeza ya fue. Jaguar tendido. Ubre del sueño. Así vendrá, la mala leche, salada y fuego. Que no apagó en el tiempo de apagar. Vendrá. Mucha madera para nada.


Hernán Cortés: Agua y joyas, Grijalba no pedía otra cosa. Sin ver lo que no quiso detrás de cada orilla. Por eso vengo yo por toda la agua del mundo. Y detrás siempre hay agua. La calderilla se la dejo a Velázquez, no vine de tan lejos a hacerle de patán y contador sino a mis cuentas propias con la vida, no vengo en cualquier busca como andan ganapanes. Estamos para altos menesteres sobre estos sarracenos. Venir a pedir agua y unas joyas que no ahorran la costa de la armada, no debieran admitir a los cobardes, no debieran permitir a los vulgares mercachifles. Si les faltan esclavos descubren por azar y le fabulan intención, efímeras conquistas necesarias. Perros del bastimento.


Malinche: Aquella noche hubo tormenta, venía como un rayo el que nacía. Algunos árboles cayeron, el padre vendaval golpeó la casa. Me soñaba entre parteras, con la madre esperando a ese rey de tempestades, ese oscuro como el clan del axolote, llegado intempestivo a llevárseme la madre como al padre se lo llevó el olvido. Pero no estaba allí, me vinieron a buscar las comadres al alba. Lejos el hermano había nacido en esa puja con los cielos, por la noche, con la luna de tormenta. Lo dejamos una noche en las cenizas, por saber qué animal lo protegía. Por la mañana hubo huella de ocelote, el que limita territorio. Bautismo de cacao, lo llevamos al oráculo. Lo llamaron ese día ni aciago ni a favor, un solo obstáculo dijeron y todos me miraron.




Publicada por Salta el Pez Ediciones, Buenos Aires, 2021



Publicada por Descontexto Editores, Santiago, 2024







Puedes comprar este libro escribiendo 
o en las mejores librerías de Chile








domingo, julio 21, 2024

«Irreductible. Una antología, de Oliverio Girondo; Un aire de libertad emerge en Buenos Aires», de Eugenia Brito





Con prólogo de Beatriz Sarlo, Descontexto Editores ha sacado una antología del poeta Oliverio Girondo (Buenos Aires, 1891. Ibid. 1967). Se llama Irreductible y contiene los trabajos de Girondo desde Veinte Poemas para ser leídos en el Tranvía, 1922; Calcomanías, Membretes, publicados entre 1924-1927; Espantapájaros, 1932; Persuasión de los días, 1942; hasta en En la masmédula (1954-1963). Además incluyen poemas en otras publicaciones, y un conjunto de fragmentos de poemas no recopillados en un apartado llamado «Trizas».  

Girondo perteneció a un grupo de artistas entre los que se contó Borges, Enrique Molina, Olga Orozco, la novelista Nora Lange, su esposa, Macedonio Fernández, es decir la plena vanguardia argentina.

Su peculiar revolución, impresa en su estilo, consistió en una alteración profunda de la sintaxis y el léxico habitual del español de su tiempo. Ir en contra de la corriente del hábito burgués, y que en su caso particular consideró una estética que saludó a la modernidad como un espectáculo en que se desarmaban las divisiones entre lo sublime y lo grotesco; lo alto y lo bajo, marcada por un fuerte anticlericalismo y por una puesta en escena de una sensualidad que abarcaba tanto el cuerpo de la letra, su volumen, sus pliegues y múltiples juegos, como sus lados más oscuros y siniestros.

Los escenarios de Girondo están dominados por la erótica y la velocidad:
 
«Las notas del pistón describen trayectorias de cohete, vacilan en el aire, se apagan antes de darse contra el suelo. Salen unos ojos pantanosos con mal olor, unos dientes podridos por el dulzor de las romanzas, unas piernas que hacen humear el diccionario».

El esfuerzo del poeta Girondo en sus primeros textos, el llamado «diario de viaje», como diría alguna crítica va a ser ir en contra del diccionario, de la costumbre así como de lo trascendente: más bien su estética consagra lo repentino, transitorio, fugaz, no hay valores fijos y toda verdad se descarna, desencantada, de su objeto. Así Girondo, se siente lejano de esos objetos que aparecen sellando el cuerpo diurno de la modernidad; es una especie de flaneur, como Baudelaire en el S. XIX, pero más caótico y menos melancólico y crítico. Baudelaire trazó las huellas de lo moderno en Europa; Girondo vio la llegada del liberalismo expansivo y triunfante, pero también su ácido corrosivo y poderoso, ajeno a toda ética.

Según Mallarmé, el libro es la extensión total de la letra y en estos textos encontramos el y los golpes de dados de una partida que tiene «bandejas que son lunares con senos semidesnudos», «ingleses que fabrican niebla con sus pupilas», sirvientas cluecas, «un mar lleno de baba y epilepsia», en una «hora en que los muebles viejos aprovechan de sacarse las mentiras». En fin, la permutación de lo trascendente y el humor y el desplazamiento de lo serio y solemne hacia lo ocasional y lo absurdo. Una nueva gramática, de origen surrealista y patafísico alimenta esta estética y desempolva los huesos de lo serio. El sexo, como ha dicho Sarlo en su Prólogo, el sexo riente y jubiloso es el que se exhibe aquí sin pudor como el gran ornamento de la máquina. Girondo es un gran lector de Mallarmé y de su discípulo Marcel Duchamp.
 
Vio la eroticidad de la máquina, el orgasmo de su mecanismo y la lengua de su cuerpo que modeló emociones y construyó psiques, economías y cuerpos. Específicamente, Girondo, quiso darle un vuelco al realismo, a Güiraldes, al gauchismo; quizá planeó una estética cosmopolista y exultante, venerante de la máquina, el tranvía, el automóvil, la foto.

Un arte sin aura nace tanto para la foto, el cine y también para el libro, en la medida que admite una postal turística dentro de sus páginas. El que viaja en un transatlántico goza el instante o lo padece, pero ha renunciado a la profundidad. Los viajes de Girondo por Europa lo inundan del olor y sabor de un nuevo mundo Conoce a mucha gente y este saber parcial inunda su poesía: Apollinaire y los caligramas, la poesía visual, Rimbaud, Jarry, Pérec.

Pero nada permanece a nivel metafísico. De la cual huye así como de su pretendida profundidad. Su estética es negativa, en la medida en que demuele las contradicciones y los binarismos que han cimentado el pensamiento occidental. Al contrario, todo comparece con igual derecho a existir, lo bello y lo feo, lo sublime y lo abyecto.

Este poner de cabeza abajo los valores serios en los que se afirmó por siglos la filosofía y la ética occidental es el gran aporte de Girondo, su esfuerzo fue un deconstructivista prematuro al instalar una nueva gramática que no otorga una jerarquía, sino al contrario, la demuele: Así en «Sevillano»: 

«En el atrio: una reunión de ciegos auténticos, hasta con placa, una jauría de chicuelos que ladra por una perra», p. 37.

«La Gioconda es la única mujer viviente que sonríe como algunas mujeres después de muertas», p. 51.

«Trasladar al plano de la creación la fervorosa voluptuosidad con que durante nuestra infancia, rompimos a pedradas todos los faroles del vecindario», p. 51.

«He dicho que parece / yo no aseguro nada», p. 119.

«Tiro mis veinte poemas como una piedra, sonriendo ante la inutilidad de mi gesto».

Hay en «Río de Janeiro»: «caravanas de montañas que acampan en los alrededores» y «con sus caras pintarrajeadas los edificios saltan unos encima de otro» (cita de Olga Orozco: «entre la nada y el absoluto»).

En «Sevilla»: «hay perros que pasean con caderas de bailarín» y «tabernas que cantan con una voz de orangután». (en «Paisaje Bretón»).

Reconoce el fanatismo, la desmesura y el recogimiento del espíritu español, con humor e ironía como reconoció y evaluó todo. 

Su poesía configura un teatro de metáforas en que las palabras, privadas de sus contextos habituales cobran volumen y espesor. El blanco de la página comparece como otro significante más en el juego de este nuevo contradiccionario haciendo aparecer el goce del encuentro con sentidos inesperados y las nuevas connotaciones, en el juego de las aliteraciones y los oxímoron que complejizan este universo básicamente constituido por el lenguaje.

En Persuasión de los días, se advierte una crítica al modo de vida abusivo y destructivo, de los imperialismos. Ya se siente el ácido espíritu de las Guerras Mundiales y la destrucción de los países europeos. La guerra hace su entrada y el paisaje social y cultural se transforma. Así lo señala en su texto: «Hay que compadecerlos» (p. 114):

     No saben
     ¡Perdonadlos!
     No saben lo que han hecho,
     lo que hacen,
     porqué matan,
     porqué hieren las piedras,
     masacran los paisajes…
 
Este proceso que se caracteriza como un duelo porlo perdido, por el desastre motivado por la guerra genera una revolución poética en su poesía, particularmente en su texto En la Masmédula (1954-1963), texto que recupera la ironía y el humor propios del escritor y lo lleva a encontrar, en la fuga de los significantes, el gesto errático y desobediente que caracterizó el gran texto girondiano.


Agosto, 2023







Pueden comprar el libro escribiendo a [email protected]
o en las mejores librerías de Chile y Argentina gracias a BigSur












lunes, julio 08, 2024

«A Ramón Imago no le importaba decirlo (aunque nunca lo dijo)», de Rafael Bielsa

Fragmento del inicio


 

Brandán Niemöller se preguntó cuál era exactamente su profesión. ¿La de un historiador errante, la de un arqueólogo, la de un antropólogo evolutivo, la de un escritor o detective? 

De la respuesta a esa pregunta dependería el estilo elegido para narrar todo lo que le había revelado el contenido del portafolios. El abordaje expositivo, su estilo, su ritmo. El aliento del texto. 

No hacía demasiado tiempo atrás, apenas después de que el Regente inaugurara la «cofia» durante una celebración ecléctica −en la que se mezclaron los símbolos ceremoniales con el vodevil popular, en una atmósfera cuyo exceso de colores, olores y sonidos conducía a lo reverencial−, había entrado en una de esas tiendas tan divulgadas luego de la última Máxima Purificación, donde se ponían a la venta objetos recogidos de la diáspora y el abandono. Desde dispositivos ecológicos superados hasta unas toscas piezas para sostener los pantalones, los llamados «cinturones», a los que se sumaban zapatos de cuero flor, y obsoletas fuentes internas de luz. Hasta un portafolios rebosante de papeles. En fin, todo esto en casas provisoriamente deshabitadas, o en edificios que alguna vez habían sido imponentes dependencias públicas que jamás volverían a cumplir las mismas funciones. La caída de todo orden es, inexorablemente, cubierta por otro que se dice superior. 

Brandán, por aquellos días, estaba estudiando la Primera Independencia territorial respecto de la desaparecida República Argentina, concretada tras la Separación. 

O sea, los hechos que dieron vida y aliento a la República de los Buenos Aires, y los posteriores que determinaron su caducidad por medio de la creación de la Ciudad Sobe- rana de Buenos Aires, donde vivía, ahora bajo la «cofia». Protagonistas, líneas históricas de fuerza, instituciones. 

República Argentina, República de los Buenos Aires, Ciudad Soberana de Buenos Aires, todo en menos de dos décadas. Territorios menores y desdichas mayúsculas para demasiados seres humanos. Siempre las había habido, pero rara vez tan irreparables. 

Su empresa no era sencilla. Primero, porque sobre ese período existía una sombra espesa incitada por las autoridades, en particular por el Regente, quien detrás de su título transitorio no tenía la más mínima voluntad de abandonar el poder. Por lo propio, era difícil que los protagonistas presenciales se prestaran a la confidencia. Y, finalmente, porque el conocimiento de la historia no se le inculcaba a nadie, lo que no dejaba de tener su costado benéfico: esa ignorancia permitía encontrar −de casualidad o por provocación de los propios elementos hallados–, cosas como el portafolios. 

El contenido consistía en una gran cantidad de hojas impresas en viejos periféricos láser, libretas manuscritas, fotografías, reproducciones de documentos históricos, todo perteneciente en su tiempo a uno de los actores de la Primera Independencia en el que Brandán Niemöller había puesto la lupa: Ramón Imago. Protagonista secundario, es cierto, pero de ahí́ su originalidad y el peculiar interés en sacarlo a la luz. De los actores principales se ocupaba la memoria popular y la propaganda gubernamental, para adorarlos o para incendiarlos. 

Obedeciendo a un reflejo, rotó la cabeza hacia el archivador. Pensó en que la vieja República Argentina había sido un país desdichado. De indecible riqueza, con un pasado de apogeo que los argentinos terminaron por malograr. 

Habían cultivado tal virtuosismo destructivo, que llegó a ser el rasgo fundamental de esa comunidad organizada en el caos. A través del hábito de meterse en todo lo ajeno mientras desertaban de sus propias responsabilidades, abrazando el credo hipster de la división, siendo eruditos en la cultura de la discordia, desatando un darwinismo salvaje que, por unánime, terminó por decretar la impunidad del rebaño. Bastaba con que alguien escupiera en el suelo, para que de ahí́ naciera un saqueador. La anarquía misma, como chaparrones hidrófobos. 

Como amantes noveles ofuscados ante la belleza del objeto de su deseo, en lugar de poseerlo, habían preferido aniquilar a todo aquel que imaginaran que estaba deseando lo mismo que ellos. 

Amantes inseguros que fueron perdiendo la cordura en las bóvedas de la codicia, en el burlesque de la vulgaridad, en los laberintos de la intolerancia. Incapaces y caprichosos, soslayaron algunas de las lógicas del amor: su asimetría, el precio en dolor que hay que pagar por el disfrute de las delicias, su naturaleza transitoria, que aconseja algo de contemplación y bastante más de paciencia. 

Tardíamente adolescentes, siempre bruscos, jamás interesados por los bordes blandos de la armonía. Con una épica apoyada en la indolencia, la incompetencia, y la insensatez, vivieron años luchando, malviviendo, emigrando y muriendo por tratar de que lo inexorable tuviera la apariencia de un logro esperado. 

Su legendaria intemperancia estaba mucho más forjada en la impotencia que en la defensa de los principios. Y su ingenio, del que todavía se hablaba, no era más que astucia e instinto, los mismos de los animales para encontrar el camino más corto. Como la hormiga del desierto o el charrán ártico, bichos de los que hablan y muestran los programas audiovisuales y sensoriales de memorias del mundo exterior. 

Fue así, pensando en la estirpe de la Ciudad Soberana de Buenos Aires, casi como un cronista usando herramientas arqueológicas, que, tras pasar por la antropología en sus diversas especialidades y por la atractiva actividad detectivesca, llegó a tomar la decisión, de que los documentos de Ramón Imago serían material para una narración novelesca. Lo que alguna vez se había llamado real-fiction





en Bestias fugaces talladas en el tiempo, Descontexto Editores, 2024







Fotografía original de Rafael Bielsa por Silvana Colombo






Pueden comprar el libro escribiendo a [email protected]
o en las mejores librerías de Chile y Argentina gracias a BigSur
















miércoles, junio 26, 2024

Hoy: Presentación de "El camino de la noviolencia", antología de aforismos de M. K. Gandhi (edición de Alan Meller)

 





Descontexto Editores 
&
Instituto de Estudios Avanzados
de la Universidad de Santiago de Chile

los invitan a la presentación de 

El camino de la noviolencia
(Antología de aforismos)
(Edición y traducción de Alan Meller)

de

M. K. Gandhi


La presentación estará a cargo de

Jessica Sequeira 

y de

Armando Roa

Modera

Felipe Cussen


Miércoles 26 de junio a las 18:30 horas (puntual)
en Román Díaz #89, Providencia.












viernes, mayo 31, 2024

¡Todo este fin de semana Descontexto Editores en La Furia del Libro 2024 (Estación Mapocho)!



CATÁLOGO DESCONTEXTO EDITORES








LA FURIA DEL LIBRO 2024

Descontexto editores nuevamente participando de La Furia del libro
Estaremos en el stand # 96. No se lo pierda. 

Tendremos novedades editoriales:

La luna en harapos, de Susana Villalba & Geología, de Claudia Masin
(A partir del jueves en la tarde o ya viernes seguro)

Coordenadas:
Centro Cultural Estación Mapocho
➕ Jueves 30 de mayo al domingo 2 de junio, de 11:00 a 19:30 horas
➕ Entrada gratuita (no olvides obtener tu ticket en el link de la biografía 👀)
➕ Información en www.lafuriadellibro.com
Organiza: @lafuriadellibro  
Financia: Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura 2023 @culturas_cl
Auspicia: @santanderchile @acecultura
Patrocina: @estacionmapocho
Medios asociados: @laterceracom @clublatercera @futurofm
Ilustraciones: @lologongora







 

jueves, mayo 30, 2024

¡Desde hoy Descontexto Editores en La Furia del Libro 2024 (Estación Mapocho)!





LA FURIA DEL LIBRO 2024

Descontexto editores nuevamente participando de La Furia del libro
Estaremos en el stand # 96. No se lo pierda. 

Tendremos novedades editoriales:

La luna en harapos, de Susana Villalba & Geología, de Claudia Masin
(A partir del jueves en la tarde o ya viernes seguro)

Coordenadas:
Centro Cultural Estación Mapocho
➕ Jueves 30 de mayo al domingo 2 de junio, de 11:00 a 19:30 horas
➕ Entrada gratuita (no olvides obtener tu ticket en el link de la biografía 👀)
➕ Información en www.lafuriadellibro.com
Organiza: @lafuriadellibro  
Financia: Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura 2023 @culturas_cl
Auspicia: @santanderchile @acecultura
Patrocina: @estacionmapocho
Medios asociados: @laterceracom @clublatercera @futurofm
Ilustraciones: @lologongora







 

martes, mayo 21, 2024

“Cecyl Taylor toma un vaso de agua en Alcohuaz”, de Carlos Almonte





Sin alimento disponible,

lee en el cartel de entrada, su frondosa

larga escasa barba escama el gong,

de breve la espesura de un magro bosquecito

de sutil enredadera.

La expresión del piano flota sobre diminutas olas

el agua fría deja ir la reflexión meditación

con golpes cortos, secos, malparidos

en ritmo desprolijo asaz perfecto.

Voy al barco, grita y sube a una pasarela imaginaria.

Son los hongos, nos decimos,

hay decenas bajo el árbol.

 

Cecyl duerme aquella siesta y se levanta,

flota sobre el aire

hasta alcanzar su propia voz, sonido cristalino

entre la escarcha.

Nos tomamos de las manos, pienso en ovnis

machis, sacrificios, caminatas sobre el agua.

Nos volvemos hacia el cerro, hacia la cima.

Busco a Cecyl para despedirme

pero ya no está, se ha ido con el viento o

entreverado en el silencio

de las ramas

de aquel sauce

allá a lo lejos,

casi imperceptible,

diáfano,

diminuto,

cubierto por la niebla.

 

 

 

en 51 poetas en el Reyno de Chile, 2014

Pareidolia Records, México

 















viernes, abril 19, 2024

“Antígona en el espejo”, de Juan Carlos Villavicencio





Fragmento

 

Antígona (nuevamente sin convicción): «No quiero rogarte que compartas mi obra pues, ni aunque quisieras, me harías cosa grata. Quédate donde quieras, yo»... «enterraré a mi hermano. Bella será la muerte, sí»... «amada yaceré junto al hermano amado». (Con fuerza) «¡Mucho más tiempo debo ser grata a los de abajo que a los que arriba viven!» (Desesperanzada) «A su lado allá abajo yaceré eternamente: desprecia si prefieres las leyes de los dioses».

 

 

 

en Antígona en el espejo (Acto primero), 2021

 

 

 

“Antígona en el espejo”, de Juan Carlos Villavicencio (ID: 340 en el Catálogo de Selección de Libros 2024 para Bibliotecas Escolares, CRA) reescribe la tragedia griega clásica de Sófocles (“Antígona”). El texto comienza con la negación de Antígona de aceptar la ley impuesta por el rey Creonte de dejar insepulto el cuerpo de Polinices, considerándolo un traidor en la lucha armada que entabló con Etéocles, ambos hermanos de la protagonista. Durante el desarrollo de la obra se aborda el tema de la resistencia de la mujer a los dictámenes de los hombres y el castigo que esto conlleva. Además, se reflexiona sobre el sentido de la fatalidad cuando un gobernante no escucha el sentido común propuesto por sus conciudadanos.

 

 




















miércoles, abril 17, 2024

“Tus manos”, de Max Blecher





Tus manos sobre el piano como dos caballos

Con pezuñas de mármol

Tus manos sobre mis vértebras como dos caballos

Con pezuñas de rosa

Tus manos en lo azul como dos pájaros

Con alas de seda

Tus manos sobre mi cabeza

Como dos piedras sobre una sola tumba.

 

 

 

en Cuerpo transparente, 2021

Traducción del rumano de Sebastián Teillier

 

 

 

Mâinile tale

Mâinile tale pe piano ca doi cai / Cu copita de marmurä / Mâinile tale pe vertebre ca doi cai / Cu copita de trandafiri / Mâinile tale in azur ca douä päsäri / Cu aripi de mätase / Mâinile tale pe capul meu / Ca douä pietre pe un singur mormänt.

 

 

 

”Cuerpo transparente”, Max Blecher (ID: 398 en Catálogo de Selección de Libro 2024 para Bibliotecas Escolares, CRA), es una obra poética que se presenta en edición bilingüe rumano/español. Estos poemas sitúan al lector en los márgenes de lo lógicamente establecido, presentando versos, metáforas e imágenes que no obedecen al sentido común de las cosas, en donde los sueños y sus símbolos son protagonistas. Escritura automática de un poeta que toma notas al momento de despertar, y que funciona como herramienta terapéutica para quien fue diagnosticado con tuberculosis espinal a la edad de 21 años y vivió gran parte de su vida postrado. Poemario que da cuenta de la potencia que representa el mundo onírico y la fuerza del inconsciente, cualidades que lo relacionan cercanamente con la poesía surrealista.

 




















lunes, abril 15, 2024

“El aromo”, de Jorge Teillier





El tiempo lo guardó en su memoria

para soñar con él, en las noches de invierno.

Los labios del tiempo despiertan,

y pronuncian, mojada de lluvia,

la primera palabra que recuerdan.

Y se enciende la llama del aromo

sin temor al viento, sin envidia del sol.

El aromo es el primer día de escuela,

es una boca manchada de cerezas,

una ola amarilla de donde nace la mañana,

un vaso de vino en la mesa de los pobres.

El aromo es un domingo en la plaza de provincias,

es lo que nace de la semilla

de un hueso de niño muerto,

la amistad de las ovejas y el molino

en los viejos calendarios

y la alegría de los brazos

que renacen cuando estrechan el cuerpo de quien aman.

 

 

 

en Para ángeles y gorriones, 2022

 

 

 

* ”Para ángeles y gorriones”, Jorge Teillier (ID: 297 en Catálogo de Selección de Libro 2024 para Bibliotecas Escolares, CRA). Corresponde a la reedición del primer libro de poemas publicado por Jorge Teillier, en el año 1956; edición que incluye en un apartado final algunas versiones originales. El libro contiene poemas que abordan temas como: las estaciones del año, el entorno, sensaciones íntimas, paisajes, la naturaleza, el amor, la amistad, reflexiones personales, etc. Son principalmente imágenes que evocan un paraíso perdido, un pasado añorado del lar, tema que Jorge Teillier trabajará a lo largo de toda su obra.