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Bolt, sin aspavientos, logra la mejor marca del año en 200 metros: 19,86 s

El jamaicano, Semenya y Dolores Checa brillan bajo la lluvia en Oslo

Los Bislett Games de Oslo eran, hasta hace nada, la reunión de atletismo en la que los dioses eran las gentes del medio fondo y el fondo, del 1.500 en adelante. Las cosas han cambiado en este ámbito también, como en todo. La temporada 2011, que ha arrancado marcada por la irrupción de los nuevos velocistas -Mullings, Ashmeade, Blake, Lemaitre-, que disputan los titulares y las marcas a los históricos -Gay, Powell-, la parada noruega de la Liga de Diamante tenía un solo rostro, el de Usain Bolt, quien, tras dos victorias en 100 metros con una marca de 9,91s que cabría calificar de mediocre para sus condiciones (su récord mundial es de 9,58s), disputaba el primer 200 metros del año, su distancia fetiche, la más cercana a su corazón. "Necesito hacerla a tope, quiero saber dónde estoy", había declarado el jamaicano la víspera, un claro síntoma de que sus dos primeras competiciones habían despertado en él tantas dudas como en los observadores. Esta noche, lluviosa, ha ganado con facilidad unos 200 sin apenas viento y sin rivales de su talla. Lo ha hecho con una marca de 19,86s -la mejor del año en el mundo, borrando a su insolente compatriota Nick Ashmeade, entrenado por Lance Brauman, como Tyson Gay-, una excelente marca para cualquier otro atleta, pero que para Bolt, que ya había bajado 20 veces de los 20s, y cuyo récord mundial es de 19,19s, sabe a poco: después de una excelente curva, el gigante jamaicano en la recta mostró una cierta falta de ritmo, de fluidez en sus movimientos, quizás debido a la sobredosis de musculación que ha seguido este invierno.

Semenya cambió las reglas, pero aún sigue buscando su hueco

Como una persona cohibida, una chica tímida asustada de la expectación que arrastra tras de ella, corrió Caster Semenya, la mujer que ha obligado a cambiar las reglas olímpicas, que ha borrado del vocabulario deportivo el enunciado "verificación de género", sustituido ahora por el término más neutro "hiperandrogenia". La sudafricana de 20 años que asombró al mundo con su fulgurante y triunfal aparición en el Mundial de Berlín disputa su primera verdadera temporada desde entonces. Desde que entonces se pusiera en duda su sexo, ya no se miran los cromosomas para decidir, sino la producción endógena de testosterona, la hormona de la masculinidad: incluso si una mujer produce la misma cantidad que un hombre, pero sus efectos, más que anabolizantes son puramente masculinizantes, tiene derecho a competir con las demás mujeres. Esa conclusión le costó a Semenya una suspensión provisional de 11 meses hasta que la federación internacional y el Comité Olímpico Internacional (COI) tomaron la determinación. Y ahora la que duda, la que aún tantea en la oscuridad buscando su hueco, es ella.

En su primera competición en la Liga de Diamante, hace una semana, Semenya terminó segunda con un buen tiempo (1m 59,88s, tres segundos, de todas maneras, más lenta que su marca de Berlín) y una reflexión: "Corrí muy lenta los primeros 150 metros". En Oslo, esta noche, salió muy fuerte (pasó los 400 metros en 57s, un segundo más rápida), pero no pudo mantener su ritmo y en la última recta, que inició en cabeza, fue superada por la marroquí Halima Hachlaf, que ganó con 1m 58,28s (mejor marca mundial del año) y la rusa Mariya Savinova (1m 58,44s). Semenya, tercera, logró de todas maneras, su mejor marca tras su regreso (1m 58,61s).

Dolores Checa se queda a dos segundos de Julia Vaquero

Hace 15 años, una noche blanca en la misma pista mágica de Oslo, el santuario del fondo, la gallega Julia Vaquero logró un récord de España en 5.000 metros de tanta calidad que aún se mantiene en los libros: 14m 44,95s. Esta noche, el sol que se niega a ponerse oculto tras unas nubes que llenaron el ambiente de lluvia, Loli Checa corrió el 5.000 de su vida rodeada de algunas de las mejores atletas de la historia, las etíopes Dejar, Ejigu y Melkamu entre otras, a las que trató de tú a tú, negándose a asumir un papel en la cola, a dejarse llevar. La pupila de Antonio Serrano, que ha regresado más fuerte después del parón por la maternidad (ya fue quinta en el Europeo en pista cubierta de París), fue a buscar la marca que le pedían sus piernas y, de hecho, se mantuvo la primera en la carrera hasta el toque de campana. Entonces, cuando las africanas lanzaron su 'sprint' largísimo (ganó Dejar), Checa, de 28 años, no se atolondró ni se despistó, siguió a su ritmo y terminó en 14m 46,30s, la segunda mejor marca española, por delante incluso de Marta Domínguez (14m 48,33s), la atleta española con más éxito en la historia.

Bolt cruza primera la meta en Oslo
Bolt cruza primera la meta en OsloODD ANDERSEN (AFP)

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