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El hermano de Macri niega ante un juez que haya pagado sobornos durante el kirchnerismo

El empresario Gianfranco Macri y su padre Franco están siendo investigados en la causa de los cuadernos de la corrupción

Federico Rivas Molina
Gianfranco Macri sale de los tribunales federales de Buenos Aires, tras declarar por presunta corrupción ante el juez Claudio Bonadio.
Gianfranco Macri sale de los tribunales federales de Buenos Aires, tras declarar por presunta corrupción ante el juez Claudio Bonadio.AFP

Gianfranco Macri, hermano del presidente argentino Mauricio Macri, se presentó este miércoles por primera vez ante la justicia para defenderse en una investigación por presuntos pago de sobornos a altos funcionarios del kirchnerismo. El empresario, al frente del holding fundado por Franco Macri, patriarca a los 87 años del clan familiar, entregó al juez Claudio Bonadio un escrito y contestó preguntas. A la salida de los tribunales federales enfrentó a la prensa: “Nunca en mi vida pagué una coima”. Bonadio esperaba también la declaración de Franco Macri, pero tendrá que esperar a que un médico determine si está en condiciones físicas de declarar. Los familiares del presidente son sospechosos de pagar sobornos para facilitar las operaciones de las concesiones viales que operaban en dos de los principales ingresos a la ciudad de Buenos Aires.

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Gianfranco Macri llegó desde Nueva York de madrugada y fue a los tribunales directamente desde el aeropuerto de Ezeiza. Sus abogados intentaron sin éxito posponer la audiencia para la semana que viene, con el argumento de que el empresario no había tenido tiempo para preparar su defensa. Estuvo poco más de una hora ante el juez y pidió su sobreseimiento. Los Macri fueron citados por Bonadio para que aclaren si es cierto que pagaron sobornos a los Gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner como titulares de importantes concesiones viales. Las sospechas surgieron tras la declaración de un ex alto funcionario que detalló, como arrepentido, una supuesta red de recaudación ilegal montada en el Ministerio de Infraestructura con dinero de empresarios de la obra pública. El arrepentido no nombró a la familia del presidente, sino que se refirió en general a las concesionarias de corredores viales, entre ellas Autopistas del Sol S.A. y Oeste S.A., ambas participadas por los Macri.

A su favor, Gianfranco Macri dijo que en el periodo que abarca la denuncia ya no tenía el control accionario de las empresas bajo sospecha y era “ajeno a maniobras de conducción”. En 2001, la participación del grupo Macri en Autopistas del Sol se redujo al 10%, con acciones que no otorgaban derecho a formar parte de la dirección, según el argumento del hermano del presidente. En 2004, en medio de una crisis interna, el grupo redujo aún más su participación, hasta el 7%. En la instancia en la que se encuentra el proceso, los Macri deben dar argumentos para convencer al juez de su inocencia. Bonadio tendrá luego 10 días para optar entre un sobreseimiento o un procesamiento que abriría la puerta a una investigación más profunda, un juicio y una eventual condena.

Bonadio decidió apuntar contra el entorno del presidente en la llamada “causa de los cuadernos”, iniciada a principios de agosto tras la difusión de las notas manuscritas de un chófer del poder con detalles de la ruta del dinero sucio durante el kirchnerismo. Oscar Centeno, así se llama, contó cómo durante años transportó bolsos cargados de billetes que recogía de manos de empresarios vinculados con la obra pública. Los dólares llegaban luego a manos del presidente Néstor Kirchner.

Las revelaciones generaron un verdadero terremoto político, con detenciones de altos funcionarios y empresarios arrepentidos que, a cambio de su libertad, confesaron pagos millonarios para hacerse con contratos del Estado. Bonadio procesó a la expresidenta Fernández de Kirchner como jefa de una presunta asociación ilícita conformada para recaudar dinero. La novedad fue que la ola alcanzó también a los pagadores, entre ellos al primo de Macri, Ángelo Calcaterra. No faltó mucho para que sonara en el expediente el apellido Macri, una familia que forjó su fortuna como contratista del Estado, incluso del kirchnerista.

Los abogados pudieron evitar, al menos por ahora, la foto de Franco Macri en los tribunales. El patriarca tiene 87 años y un accidente doméstico lo mantiene en su casa desde febrero. Su presencia ante el juez dependerá de lo que digan los médicos que lo examinarán en los próximos días. El presidente, entretanto, no hizo mención alguna a la citación de sus familiares, pero el golpe puede ser muy duro para su imagen si la causa continúa. Este año que comienza habrá elecciones generales y, ante el fracaso de las promesas de bonanza económica, la principal bandera del macrismo será la de la honestidad y la transparencia. Parte de la buena estrella de Macri dependerá de lo que pase en los tribunales federales.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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