«LOGRÓ TRASLADAR LA ESENCIA DE LOS LUGARES QUE IBA VISITANDO, PRESENTÁNDOLOS NO SOLO AL ESPECTADOR, SINO A SÍ MISMO»
Oye, El legado del Oso… ¿Cómo se te ha ocurrido meterte en un lío así?
Bueno, no me metí, me metieron. Pero es verdad que en este caso no había sido la primera vez que me ofrecían un libro de estas características, un libro de homenaje a mi padre. Lo que pasa es que me había hecho el remolón y ya no supe decir que no. Laura Falcó me propuso hacerlo y a ella, con el cariño que le tengo, no supe ni pude decirle que no. Además me animó esa energía que irradia en sus proyectos. Me terminó de lanzar, y después mi padre, cuando se lo «comenté», imagino que se rió mucho pensando que estaban locos en la editorial si querían hacer un libro sobre su persona. En cierto modo me puso delante algo tan atractivo como era resolver sus misterios, el conocerle a través de los temas que fue tratando, para así identificar cuál fue el mayor enigma al que se enfrentó. En cierto modo en esta búsqueda él iba a compartir esa solución conmigo, y ante ambas cosas, pues mira, no me pude resistir, porque a fin de cuentas era otra forma de estar de nuevo con él.
Fernando, ¿era éste un libro necesario… necesario también para ti?
Para mí sí, porque me hizo asumir algo pendiente: incorporar el legado de mi padre. Eso es algo a lo que me fui resistiendo por muchas razones, pero antes y ahora el libro fue la excusa para que entrara en un viaje que me ha transformado. El libro realmente es la crónica de ese viaje; un viaje de iniciación que
