La tercera fase
Cómo me cuesta que me gusten los hombres: haber en lugar de a ver, bíceps tatuados, batidos de proteínas, narcisos enclenques, barbudos sabelotodo, newagers sensibleros. Poliamorosos, machirulos, hípsteres, corredores. Los que buscan una segunda mamá. Los que se creen alguien. Los que van de protectores, o de maestros, o de padres. Qué asquito todo, por favor. Pero Tadeo me gustó.
Lo trajo Astrid a la reunión que hizo Patri para sus cuarenta. La primera impresión fue rara: sonreía demasiado y escuchaba a todo el mundo sin hablar, o hablando cuando ya no le quedaba más remedio. Al principio no se separaba de Astrid, pero luego ella se alejó y a él le dio vergüenza seguirla. Se quedó donde estaba. Ridículo, con los brazos tensos, las manos clavadas en los muslos, intentando parecer natural. Seríamos unos
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