LUZ, TELEFONÍA, INTERNET, REDES, SUMINISTROS...
La pandemia de covid-19, los problemas de abastecimiento de algunas materias primas, la escalada de precios de la energía y la acción militar de Rusia contra Ucrania trabajaron como la tormenta perfecta para infundirnos la sensación de que un escenario apocalíptico en forma de apagón tecnológico de tiempovindefinido no sólo podría ser posible, sino hasta probable.
La idea incluso fue alimentada en octubre de 2021 por la ministra de Defensa austriaca, Klaudia Tanner, quien afirmó que el apagón, en caso de producirse, no sólo afectaría a los servicios de Austria, sino de toda Europa.
Las palabras de Tanner fueron ciertamente inquietantes porque las consecuencias inmediatas de un apagón de semejante naturaleza se traducirían en problemas severos de suministros de energía, conflictos de comunicaciones, falta de alimentos, así como problemas de seguridad pública. Pero ¿hasta qué punto este escenario podría hacerse realidad? ¿Debemos tomar conciencia al respecto? ¿Habría que desarrollar