o pierde la oportunidad de tomar la palabra para hablar de derechos sociales en ese Parlamento, "y donde haga falta", . Beligerante con las injusticias, habla alto y claro. Reconoce que en la intimidad familiar prefiere el Traductora, política y madre. La vida ha hecho de ella una política de raza, Representar a los ciudadanos de mis islas, de Balears, un paraíso del que no me puedo sentir más orgullosa, pero donde los ciudadanos tienen dificultades añadidas a las que comparten con el resto de los españoles por el hecho de ser unas islas. Sin duda, conseguir medidas para compensar las desventajas que supone la insularidad, que representa un sobrecoste del precio de la vida para todo, desde la cesta de la compra a la competitividad de las empresas. Y queda muchísimo por hacer. El pasado mes de mayo fui madre por segunda vez. Quiero que mi hija, como mi hijo y las futuras generaciones, puedan decidir su propio proyecto de vida sin que nadie les imponga cómo vivir. En un mundo en el que todos tengan las mismas oportunidades independientemente de la familia o lugar donde hayan nacido. Aunque suene utópico, quiero que vivan en un mundo en paz donde hayamos puesto freno al cambio climático y donde la violencia de género sea historia. Quiero un futuro de libertad y de libertades para nuestros hijos. Sin duda, el derecho al voto con el reconocimiento de que somos ciudadanas libres e iguales a los hombres. Además, las mujeres en la política hemos permitido representar a más de la mitad de la población, hemos aportado un modelo a seguir para otros campos donde esa igualdad todavía no es real. ¡Cuántas mujeres hay rompiendo techos de cristal! Soy una apasionada de la moda, no lo escondo. La moda comunica, es una señal de respeto. Para el trabajo, mi refugio es un traje de pantalón y chaqueta clásico, me da seguridad y creo que transmite profesionalidad. Mi abuela me cuenta que cuando era pequeña hablé antes de tiempo, que fui precoz y hablaba mucho, y ella siempre decía que saldría periodista. Al final, periodista no, pero política de hablar mucho sí, así que no iba desencaminada. [Risas].
