La neurociencia ha demostrado el inmenso impacto que los adultos tienen en los niños
“Los niños no se enteran”
“A partir de los nueve meses ya tenemos una sensación corporal clara de si‘valemos la pena’ y de si el mundo es un lugar seguro: una huella a partir de la cual vamos a comportarnos y a desarrollar un patrón neurológico concreto de procesamiento de la información. La relación con su figura de apego va a ser la base a través de la cual el niño se acerque a sus emociones, las exprese, establezca.