«Admito que me hace mucha gracia la cara de embarazada, con esos labios enormes que se te ponen, los mofletes inflados y los ojos que no se te abren. A ver, si fuese para toda la vida, me lanzaría al yoga facial como una loca, pero, siendo algo puntual, lo mejor es disfrutar de este momento», comenta entre risas Isabelle Junot (Nueva York, 1991), después de recibir el piropo de un espontáneo. La hija del empresario francés Philippe Junot y la exmodelo danesa Nina Wendelboe-Larsen se hizo popularmente conocida en nuestro país tras su paso por el programa de televisión donde, gracias a su frescura y a su desarmante, se en lugar de alcaparras. Para mí supuso un reto enorme, porque aunque lo hablo bien, no domino el español como mis lenguas maternas (francés, danés e inglés) y me sentía en inferioridad de condiciones. Además, por mucho que digan lo contrario, no estaba preparada culinariamente. Cuando volví de la luna de miel, mi madre estaba esperándonos y se lo conté. Me dio la enhorabuena y me vaticinó: “Te apañarás”. Aparte de alta cocina, aprendí mucho de mí misma, aunque suene cursi».
