Año/Cero

DRUIDAS MENSAJEROS DE LOS DIOSES

Como polillas a una vela, cada solsticio de verano, cientos de autoproclamados druidas peregrinan a las llanuras de Salisbury. Se reúnen a la sombra de las míticas piedras de Stonehenge y celebran el amanecer tras la noche más corta del año solar, en un acto que, de algún modo, al menos para los participantes, hinca sus raíces en la mismísima prehistoria, más allá incluso de la Edad del Hierro. Llenos de fervor y convencimiento, entienden que recrean una tradición milenaria que da sentido a su vida y que les proporciona una estructura moral y ética.

Tan en sintonía se sienten con aquellos tiempos lejanos que el Consejo de Órdenes Druidas Británicas (Council of British Druid Orders), con total convencimiento, ha declarado: «Es nuestra política que cualesquiera restos sagrados de nuestros hermanos y hermanas sean devueltos a los vivos paisajes de los que fueron arrebatados». Dejan claro así que, para ellos, las pretensiones de arqueólogos, científicos e historiadores son vanaglorias modernas de poca utilidad. A su entender no existe la necesidad de recuperar, estudiar o conservar los yacimientos arqueológicos. Y muchos podrían argüir que estos supuestos druidas modernos son una invención sin legitimidad, pero los implicados esgrimen una tradición secular y continuista sobre la que se niegan a aceptar la más mínima duda.

El caso es que los druidas, antiguos o modernos, falsos o verdaderos, han sido foco de atención y debate desde hace siglos. Sobre ellos, su mundo y sus creencias se ha venido escribiendo, hablando e incluso discutiendo desde centurias antes del cambio de era. Y cada generación ha llegado a sus propias conclusiones, a veces contradictorias. Ahora bien, cuando uno se aleja para tomar perspectiva y procura mantener un ojo crítico, es fácil advertir que los textos sobre druidas provienen de muy distintas localizaciones y muy diferentes autores a lo largo de un extensísimo período; el mero sentido común advierte de que no se debería comparar un texto clásico grecolatino con un documento victoriano, con un compendio escrito bajo la dinastía

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