TUS TISANAS
Las esencias naturales contenidas en la raíz, el tallo, las hojas y las flores de cientos de plantas ofrecen al ser humano una variada diversidad de sabores y aromas que le permite conectar con la naturaleza aunque se encuentre en un piso de una gran ciudad. El mismo proceso para adquirir las plantas es placentero de por sí: el aroma que percibimos al entrar en un herbolario “de los de antes” ya tiene propiedades especialmente relajantes. Cuánto más lo será su recolección en la naturaleza y su cuidadosa preparación y consumo con personas con quienes mantenemos una agradable relación.
En esta serie veremos sencillos consejos todas aquellas personas que sufren molestias, que han perdido el apetito, que duermen mal y que desean no sobrecargar su organismo con excesivos medicamentos potentes de farmacia. Todas esas personas podrán encontrar algún remedio natural que les alivie de sus dolencias, y sentirán un agradable reencuentro con nuestra madre naturaleza.
EL CULTIVO
En el caso de que dispongas del lugar suficiente, también puedes cultivar tus propias plantas para hacer tisanas. Aunque hay algunas plantas, como por ejemplo la menta, que no solamente se pueden cultivar en una maceta, sino que también se pueden tener en el interior. Necesitan bien poca cosa para ir creciendo: luz en abundancia, agua… y cuidados amorosos.
Además, este tipo de cultivo puede resultar terapéutico para todas aquellas personas que no pueden salir al exterior. Enfermos convalecientes, ancianos o minusválidos, pueden obtener un gran beneficio de la relación con las plantas. El contacto con su hermosa forma, su especial textura, y los colores de sus hojas y flores resultan de especial interés, por no hablar del maravilloso aroma que desprenden.
Una pequeña colección de plantas para hacer tisanas, no ocupa gran espacio. Pueden colocarse en la parte superior de una tabla de madera con ruedas. Así se pueden trasladar de una habitación a otra con el fin de proporcionarles luz y atención. Hay muchas plantas que se pueden cultivar para nuestros propósitos. Desde la caléndula hasta el tomillo, pasando por el romero o la
