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De la carreta a los barcos
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Libro electrónico98 páginas1 hora

De la carreta a los barcos

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El autor reseña las primeras impresiones de su uso de razón en un ámbito pueblerino y campirano en su pueblo natal, y las relata con  pulcritud y sencillez, así como las dificultades para iniciar sus estudios básicos, cita a sus amigos de la infancia y posteriormente procede a participar en un concurso de oposición para su ingreso como Cadete a la Heroica Escuela Naval Militar (HENM), de Antón Lizardo, Veracruz, México; narra las vicisitudes de su participación en ese proceso y su desarrollo a bordo de los buques de guerra en el servicio activo de la Marina Armada de México, SEMAR.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento29 abr 2023
ISBN9798223365624
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    De la carreta a los barcos - Perfecto de la Paz Reyes

    Los inicios

    Nací en un pueblito de nombre San Blas Atempa Oaxaca, el día 6 de marzo de 1946, en una propiedad de mis abuelos, ubicada en la esquina que conforman las calles José María Morelos y Benito Juárez, y todavía por ahí cruza otra calle que se conoce con el nombre de Calzada del panteón en el corazón de este pueblo, en una casa de tejas de dos aguas con horcones y morillos, circundado con muros de barro amalgamado con ramas de un pequeño árbol que se conoce con el nombre zapoteco de (copachin) resistente a las inclemencias del tiempo y a las plagas, construcción que antiguamente cuando aún vivía mi abuelo Toribio De La Paz Salinas y sus hijos: Carlos, Panuncio (mi papá), Medardo, Anita y Roselia, era la cocina, al morir mi abuelo, mi abuela, Magdalena López Gallegos (Na Lena Rancho) junto con mi papa continuaron trabajando para la crianza de mis tías, toda vez que mi tío Medardo se murió de enfermedad propia de la región y mi tío Carlos (el mayor) se lo llevo la leva a la Revolución Mexicana de 1910, y jamás se supo dónde quedó.

    Junto con mis tías también fueron criados los hijos de mi tío Carlos que son Teresa y Sergio De La Paz Ramírez; Mi abuela decide entonces realizar viajes de compraventa de productos regionales a la comunidad de San Mateo del mar aprovechando la yunta que dejo mi abuelo con todo y carreta y esa actividad lo podía realizar mi abuela junto con mi padre que ya era adulto, llevando productos agropecuarios, vendiendo y canjeado con productos de pesca de los Mareños huaves (habitantes de San Mateo del mar, municipio de Tehuantepec Oax.), actividad que realizaron durante varios años.

    Al casarse mi padre con la señora Juventina Reyes Gutiérrez, mi abuela dispone que en la antigua cocina vivieran mi padre con su esposa y la nueva cocina se construyó en el corredor de la casa propiamente dicha, el área del predio de ellos (mis abuelos paternos) era aproximadamente de 40 por 40 metros por cada lado.

    Esa cocina (casa después), con piso de tierra apisonada, reunía los estándares habitables experimentados en ese pueblo, pues de día era fresca y de noche era tibia. Tenía un área de 6 por 5 metros por lados, ahí nací.

    Mi Tía Anita

    Mi tía, Anita De La Paz López, (Na Nita Rancho), se casó con el señor Andrés Carrasco (ta ndre luxo), este matrimonio no tuvo hijos, mi tía Anita con el deseo de tener un bebe le pidió a mi padre que me prestaran a ese matrimonio, mi padre accedió a tal petición, ese matrimonio se dedicaba a la elaboración de carbón vegetal en una ranchería perteneciente al municipio de san Blas, de nombre Monte Grande en zapoteco (guishi roo), distante a unos 10 kilómetros del pueblo.

    En ese lugar fueron las primeras impresiones que registra mi memoria, tengo el primer recuerdo indeleble que andaba alrededor de la palapa de dos aguas donde vivían los esposos Carrasco-De La Paz en esa ranchería, mientras mi tía estaba dedicada a las labores de la cocina yo salí persiguiendo unas mariposas que me llamaron la atención, andaba descalzo, se me encajaron unos abrojos en la planta de mis pies que me provocaron una punzada, me senté y me los arranque luego me puse a jugar con estos abrojos que les veía la forma de caballitos.

    La carreta

    Un día de esos, mi tío político me llevo al lugar de su trabajo a inspeccionar el horno de carbón y para esta actividad nos fuimos en la carreta que era en aquel entonces el medio de transporte, la carreta, una plataforma de tres maderos, normalmente de caoba, (allá lo conocen en zapoteco como CÓBANO) cuadrados, de aproximadamente seis pulgadas por lado, perforados y unidos de manera horizontal con unas alfardas al madero central, éste, más largo, de aproximadamente cinco metros, que los maderos laterales éstos de unos dos metros de largo, ese madero (el madero central) por allá le llaman timo donde se aparejan los bueyes unidos con otro madero que ellos llaman ayubo de forma especial para no lastimar el cuello de los animales, que se ata a los cuernos de éstos con una correa de piel vacuno crudo que ellos llaman coyunda, afirmando los bueyes al ayubo, éste, (el ayubo) se ata al timo con lo que ellos llaman el barzón, el timo que en ese extremo tiene un taquete de madera en la parte inferior que evita que el barzón se chorre sobre el Timo, el barzón, una cuerda hecha de tiras de cuero crudo vacuno torcido y trenzado de aproximadamente una pulgada de diámetro, los maderos laterales al timo ya unidos fuertemente con las alfardas de madera especial, conforman una cama que se asienta sobre un eje de madera de unos ocho pulgadas de diámetro y aproximadamente un metro y medio de largo, perpendicular al timo, con unos pernos de metal de aproximadamente una pulgada de diámetro, que atraviesan verticalmente los maderos laterales y el eje por un barreno; este eje de madera está unido en ambos extremos con dos ruedas de aproximadamente un metro y medio de diámetro, estas ruedas construidas con una masa de madera con un orificio al centro de aproximadamente cuatro pulgadas de diámetro que en zapoteco llaman guipi por donde pasa el eje, que lubrican los carreteros con velas de sebo que ellos llaman guiri zaa, para evitar el deterioro de esa parte del eje, en el extremo del eje tiene un orificio vertical de aproximadamente una pulgada de diámetro por donde se inserta un taquete de madera para evitar que las ruedas no se zafen por los extremos, sobre esa masa guipi se insertan unos rayos de madera de forma rectangular de aproximadamente 2.5 x 1.5, (dos y medio por uno y medio pulgadas), sin aristas; en el extremo opuesto, estos rayos se insertan en unos sectores semicirculares que unidos conforman la rueda que en su parte exterior va protegida por un suncho de metal de aproximadamente un centímetro de espesor y unos diez a quince centímetros de ancho; sobre los maderos laterales al

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