El canto de las sirenas
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En «El canto de la sirena», nuestro autor recrea, casi al modo de un policial, las causas y el azar de un amor entre dos estudiantes universitarios, en los años setenta en Argentina. La música de Piazzolla y Barbra Streisand sirven de soundtrack a este amor.
En «La voluntad azul», el encuentro entre dos amantes será la necesaria consecuencia de la lectura del enorme poeta Friedrich Von Hardenberg, mejor conocido por Novalis y del genial cuentista Ernest Hemingway. En «Los dolores de Renzi», el más breve de todo el grupo, nos presenta un homenaje a otro gran cuentista: Ricardo Piglia. «El viaje de su vida» nos presenta el gran engaño construido minuciosamente por un amante motivado quizá por el amor, quizá por la obsesión.
Finalmente, «Punto de vista», aborda el dolor de un escritor que, sacudido por tragedia de la pandemia, teme entregarse a la realidad y a la verdad de sus circunstancias.
El resultado de estas creaciones literarias nos induce a reflexionar sobre aquello que amamos, sean ocupaciones o personas y cómo la intensidad de ese querer tiene la capacidad de construir una realidad y un mundo que deseamos o no habitar.
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El canto de las sirenas - Jorge A. Auatt
Auatt, Jorge A.
El canto de las sirenas / Jorge A. Auatt. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Tinta Violeta, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-4114-30-3
1. Literatura Argentina. 2. Narrativa Argentina. I. Título.
CDD A863
La ilustración de portada pertenece a la obra de Matisse, Henri (1952) Desnudo azul II [Gouache sobre papel]. Museo Nacional de Arte Moderno. París, Francia. La ilustración fue retocada digitalmente.
Las ilustraciones presentes en el interior de este libro pertenecen a las siguientes obras pictóricas:
Klee, Paul (1926). Alrededor del pescado [Óleo y témpera sobre lienzo]. MoMA. Nueva York, EE. UU. La ilustración fue retocada digitalmente.
Matisse, Henri (1953). La Gavilla [Gouache sobre papel]. Museo Hammer. Los Ángeles, EE. UU. La ilustración fue retocada digitalmente.
Gris, Juan (1913). Naturaleza muerta con guitarra [Óleo sobre lienzo]. Museo Metropolitano de Arte. Nueva York, EE. UU. La ilustración fue retocada digitalmente.
Macke, August (1914). Mercado de Túnez [Acuarela sobre papel]. Thole Rotermund Kunsthandel. Hamburgo, Alemania. La ilustración fue retocada digitalmente.
Klimt, Gustav (1910). Muerte y vida [Óleo sobre lienzo]. Museo Leopold. Viena, Austria. La ilustración fue retocada digitalmente.
Autor
Jorge A. Auatt
E-mail: [email protected]
Editor Literario
Ed. Juan Carlos Vejo
E-mail: [email protected]
Desarrollador
Ed. Juan Carlos Vejo
E-mail: [email protected]
Web: www.jcvejo.com
Directora Editorial
Andrea Armesto
E-mail: [email protected]
Editorial Tinta Violeta
E-mail: [email protected]
Web: www.tintavioleta.com.ar
El canto de la sirena
Paul Klee – Alrededor del pescadoKlee, Paul (1926). Alrededor del pescado [Óleo y témpera sobre lienzo]. MoMA. Nueva York, EE. UU.
La noche era calurosa y húmeda, aún dentro de la antigua confitería en Suipacha a veinte metros de Corrientes. Aquel hombre canoso depositó suave su pocillo de café. Estaba sentado en una esquina observando a la gente que entraba y se iba. El mozo que lo atendía siempre le dijo con algo de titubeo que en unos días iban a cerrar el bar para refaccionarlo.
El hombre siguió mirando la gente y no respondió. Sabía que aquello era una excusa, un embuste piadoso para con él. Se dio cuenta, como nos damos cuenta cuando la existencia de nuestra vida ha cambiado en algún sentido y ya es imposible volver atrás, que iban a cerrar la confitería y que esas eran las últimas páginas de su libro. Que el libro era él.
De pronto, como salido de algún oscuro rincón del olvido, se oyó despacio aquella canción que siempre le producía un bienestar. Era un temblor en el estómago y un acelerarse los latidos. Un sabor y un aroma que lo llevaba, inexorablemente a cerrar los ojos y perderse en la neblina de hace casi cuarenta años atrás…
I
«Tiene razón Manuel, todo ese asunto del amor es algo anticuado, un ejercicio del pasado».
Ese es el pensamiento que Sergio Fernández tenía hasta hace apenas dos meses. Pero en este instante, diez segundos antes de la una de la madrugada, mientras caminaba lentamente por la Rambla, encuentra raras sensaciones en su cuerpo que, quizás, le estén señalando su error. Por