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Historias de fe: Descubre el poder de la fe
Historias de fe: Descubre el poder de la fe
Historias de fe: Descubre el poder de la fe
Libro electrónico127 páginas1 hora

Historias de fe: Descubre el poder de la fe

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Información de este libro electrónico

¿Qué mueve a los seres humanos?

 

Algunos son movidos por el amor; otros por el odio; algunos por la codicia y otros son inertes.

 

Pero la mayor fuerza impulsora del ser humano es la Fe. Ella es el combustible más inflamable y potente que ya existió.

 

A través de la Fe, las personas construyen templos, crean organizaciones de ayuda humanitaria, viajan a lugares lejanos para evangelizar y siempre hacen su mejor esfuerzo para agradar a Dios y honrar su nombre.

 

Por la Fe, André enfrenta un cáncer con bravura y positividad. Él no se deja abatir por el diagnóstico porque cree que todo está bajo el control de Dios.

Por la Fe, Simone se muda para una ciudad del interior con graves problemas socioeconómicos. Ella cree que su propósito y llamamiento es ayudarlos y evangelizarlos.

Por la Fe, el pastor Henrique asume el compromiso de ser un siervo para los hijos de Dios. Él muestra que las acciones hablan más que las palabras.

Por la Fe, Fernanda busca una iglesia donde pueda adorar y acercarse a Dios. Ella no puede vivir lejos de Él.

Por la Fe, una iglesia invierte en tecnología para mejorar sus métodos de evangelización. Ellos creen que así pueden llevar más gente a Dios.

 

Sé inspirado por estas Historias de Fe y descubre lo que la Fe puede hacer por ti.

IdiomaEspañol
EditorialRafael Lima
Fecha de lanzamiento6 feb 2024
ISBN9798224132942
Historias de fe: Descubre el poder de la fe
Autor

Rafael Lima

Brasil, 1989 Graduado em Processos Gerenciais e M.B.A. em Gestão Estratégica de Projetos pelo Centro Universitário UNA. Cristão pela Graça de Deus. Apaixonado pela escrita (português, espanhol e inglês), poeta e romancista. Um poeta e escritor, que compartilha seus pensamentos através dos versos dos poemas e dos capítulos dos romances. Também escrevo em inglês e espanhol para alcançar mais pessoas em mais lugares. No tempo livre, gosto de videogames, filmes e séries. Fico pensando no dia em que um de meus livros será a base para uma destas produções…

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    Historias de fe - Rafael Lima

    Copyright © 2024 Rafael Henrique dos Santos Lima y RL Producciones literarias

    Todos los derechos están reservados. Ninguna parte de ese libro puede ser reproducida en cualquier medio existente sin la autorización del autor de ese libro.

    Para autorizaciones, contacte: [email protected] / [email protected]

    Esta es una historia ficticia con gente y eventos ficticios, cualquier semejanza de nombres, lugares, hechos o gente es mera coincidencia.

    Esta es una obra de ficción basada en la libre creación artística y no posé compromiso con la realidad.

    Introducción

    El capítulo once del libro de Hebreos ofrece la siguiente definición de fe:

    La fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.

    A primera vista, puede parecer algo distante y sin conexión con la vida cotidiana, pero si reflexionamos un poco, veremos la fe en los detalles más pequeños.

    Una persona pone su alarma creyendo que estará viva al día siguiente. Alguien que está enfermo cree que se mejorará y se curará. En general, las personas creen que el futuro será mejor; creen que la crisis y las luchas serán superadas. Aunque no haya evidencia, hay fe.

    La fe es aún más poderosa cuando está apoyada por Dios y su poder. El que confía cree que todas las cosas son posibles, cree que todo siempre será mejor y cree que Dios siempre está en su camino, sin importar la situación que enfrente.

    La fe genuina no ve dificultades, impedimentos, obstáculos ni imposibilidades. Jesucristo mismo dijo que todo es posible para el que cree. Él no dijo que algunas cosas son posibles, Él dijo que todo es posible. Además, Jesús también dijo que con Dios todo es posible.

    Combina estas dos certezas y tendrás el mayor poder que alguien haya soñado. Todo será posible con tu fe y la ayuda de Dios.

    Tabla de contenidos

    No puedo creer

    ¿Qué estoy haciendo mal?

    Mi último día de tristeza

    ¿Dios está aquí?

    El algoritmo de la fe

    No puedo creer

    El experimentado doctor Alberto Calixto estaba impresionado con lo que estaba viendo. Parecía imposible que eso sucediera; en sus veinte años de oncología, nunca había testimoniado algo así.

    —¡No puedo continuar! —exclamó sorprendido al equipo quirúrgico.

    —¿Por qué? —preguntó su asistente.

    —¡No hay tumores aquí!

    —¿Qué? —el asistente estaba sorprendido—. Todos los exámenes mostraron tumores.

    —Sé lo que los exámenes mostraron.

    Alberto caminó hacia unas pantallas donde estaban los exámenes de imagen. Los miró atentamente. Las imágenes eran incuestionables, había tumores en el abdomen del paciente. Sin embargo, la realidad era totalmente contraria.

    El abdomen del paciente estaba abierto, y no había señales de que un día tuviera un tumor. Todos sus órganos estaban plenamente saludables.

    —Vamos a cerrarlo —dijo Alberto—. Creo que sé lo que ha pasado aquí...

    Alberto estaba asistiendo aquel paciente, un hombre de mediana edad, hacía unos meses.

    En la primera cita médica, Alberto noto que el hombre estaba confiado y tenía una sonrisa contagiosa.

    —¡Buenos días, doctor! —dijo el hombre entusiasmado.

    —Buenos días, André —respondió seriamente el médico.

    —¿Qué tal tu día? ¿Estás teniendo un buen día? —André continuó en el mismo tono entusiasmado.

    Alberto suspiró y dijo desanimado:

    —André, soy oncólogo. ¿Cómo puedo tener un buen día?

    —Sé que tu trabajo puede parecer difícil y triste. Pero puedes presentar a los pacientes un nuevo tratamiento y darles esperanza. Puedes decir un diagnóstico mejor de lo que el paciente estaba esperando. Y cosas así.

    —Tal vez —Alberto respondió desanimado.

    —¿Cuáles son las novedades para mí?

    —André, infelizmente, no tengo buenas noticias —respondió incómodo.

    —¿Qué pasó? ¿No fueron mis exámenes como esperaba?

    —Tus exámenes confirmaron las sospechas del médico que le pidió la cita con el oncólogo. Tienes algunos tumores en el abdomen.

    —¡Dios mío! —André estaba asombrado—. Y ahora, ¿qué debo hacer?

    —Comenzarás la quimioterapia.

    —¿Eso funcionará?

    —Este tratamiento muestra eficacia en casos como el tuyo.

    —¡Gracias a Dios! —André respondió animadamente—. Y gracias al doctor y las medicinas. —Sonrió.

    —¿Crees en Dios?

    —¡Por supuesto! ¿Tú no?

    —No.

    —Doctor, deberías ser el primero en creer.

    —¿Por qué?

    —Has estudiado el cuerpo humano, sus funciones, sistemas, células, y todo lo demás. Conoces y ves la perfección de cada uno de nosotros. Puedes ver la obra de Dios más que los demás.

    —Quizás sea por eso que no creo. Veo cómo y por qué todo funciona. Puedo explicar la mayoría de las cosas.

    —Pero eso no es una razón para desacreditar a Dios. Podemos explicar cómo muchas cosas funcionan, sin embargo, eso no significa que no podamos creer en Dios. Podemos ver su acción sobre todo y también comprender cómo funciona.

    —Este es un punto de vista interesante. Pero hablemos de tu tratamiento.

    —Vale.

    Alberto le explicó a André todos los detalles. El paciente estuvo atento a las palabras del médico. Cuando tuvo alguna duda, preguntó. El médico fue muy cordial y respondió a cada una de sus dudas.

    Después de todas las explicaciones, Alberto dijo:

    —¿Estás listo para el tratamiento?

    —¡Tengo que estar! —André respondió con confianza—. Voy a superar esa enfermedad con la ayuda de Dios.

    —¿Realmente crees que Dios puede ayudarte?

    —Sí.

    —¿Por qué?

    —Porque conozco a Dios. Él nunca deja a sus hijos avergonzados. Él nunca los deja morir.

    —Si eso es cierto, ¿por qué tienes cáncer?

    Alberto estaba poniendo a prueba la fe de André.

    —Dios siempre tiene un propósito en todas las cosas. Ahora, no sé el porqué. Si Dios quiere, me mostrará la razón. Si no, todo bien. Confío en él —André respondió tranquilo porque no tenía dudas sobre el plan de Dios.

    ‹‹Todos estos creyentes dicen lo mismo. Supongo que estas palabras los reconfortan al enfrentar la tragedia del cáncer.›› Pensó Alberto.

    El médico respondió:

    —Veo que eres un hombre de fe.

    Él sonrió y dijo:

    —Tal vez el doctor pueda venir a mi lado.

    —Sería necesario algo sumamente insólito para cambiar de opinión —respondió Alberto seriamente.

    —No hay nada imposible para Dios.

    Hablaron de otros detalles del tratamiento y así se despidieron.

    Alberto continuó sus citas médicas. La siguiente era una joven con cáncer de mama. Su tratamiento se encontraba en una etapa avanzada y ella estaba debilitada debido a los efectos secundarios de la quimioterapia.

    Él había hecho su mejor esfuerzo para detener el crecimiento de los tumores, pero hasta este momento, solo consiguió frenarlos.

    El médico siempre informaba lo mismo en cada cita y notaba la triste reacción de la mujer.

    Ella entró en el consultorio con un pañuelo en la cabeza para ocultar su falta de cabello. Estaba pálida y usaba maquillaje para disimular su aspecto enfermizo.

    —¡Buenos días, Patrícia!

    —¡Buenos días, doctor! —respondió en voz baja, casi susurrando.

    —¿Cómo estás hoy?

    —Me siento débil.

    —Es un efecto secundario de la quimioterapia.

    —Lo sé. Este tratamiento está tardando muchísimo —dijo desanimada—. Estoy cansada.

    —Vamos a ver cómo están tus exámenes.

    Alberto miró en su pantalla y leyó el informe médico:

    ‹‹Los tumores muestran una sutil disminución respecto al último análisis.››

    Él iba a

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