Fuki-No-Tô, La granja de Atsuko
Por Aki Shimazaki
()
Información de este libro electrónico
Todas las novelas de Aki Shimazaki pueden leerse individualmente o desordenadas dentro de una pentalogía, y forman una obra singular.
Aki Shimazaki
Novelista y traductora canadiense de origen japonés. Se mudó a Canadá en 1981, y ha vivido en Vancouver y Toronto. Actualmente vive en Montreal, donde enseña japonés. Escribe y publica sus novelas en francés desde 1991. Su segunda novela, Hamaguri, ganó el Premio Ringuet en 2000. Su cuarto libro, Wasurenagusa, recibió el Premio Literario Canadá-Japón en 2002, y su quinta obra, Hotaru, el Premio Gobernador General 2005 de ficción en lengua francesa. Sus libros han sido traducidos al inglés, japonés, alemán, húngaro y ruso.
Lee más de Aki Shimazaki
Suisen: El gato de Gôro Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Hôzuki, la librería de Mitsuko Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Azami Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Autores relacionados
Relacionado con Fuki-No-Tô, La granja de Atsuko
Libros electrónicos relacionados
Fuki-No-Tó, la granja de Atsuko Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAzami Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSuisen: El gato de Gôro Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Del amor tóxico al amor propio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUN SUENO HECHO REALIDAD Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi Hija Del Otro Mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl viaje de Corinna Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Sólo contigo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNací Varón ¿Y Qué? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn giro inesperado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLlanto y rabia de un pequeño Maltratado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Y cuando todo sale mal? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSinchi Kary Y La Cadena De Oro De Los Incas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl viaje al mundo de Lucía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn Mejor Amigo Muy Gruñón: Wolf Valley: Grumps, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLeticia pide perdón Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesQuerida familia: Les contaré mi secreto: cómo logré hacerme rico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCitas. ¡Quién las necesita! Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEncadenada a ti Calificación: 4 de 5 estrellas4/5En tu memoria Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAdiós, vieja maestra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEntre el pasado y el presente Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mi Marqués Mentiroso: A La Caza De Un Noble, #1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Entre molinos y secretos: contos espanhol, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesInfidelidad Un Camino Doloroso Hacia La Soledad: Destino Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesINFIDELITY: A PAINFUL ROAD TO LONELINESS: Destiny. First Part Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTe estaba esperando Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl crimen del que todos hablan Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCÓMO ELEGIR MI CARRERA PROFESIONAL: El Diario de Jonathan y las Inteligencias Múltiples Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesQuiero una vida (im)perfecta contigo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Ficción general para usted
Esposa por contrato Calificación: 3 de 5 estrellas3/5¿Cómo habla un líder?: Manual de oratoria para persuadir audiencias Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El libro de los espiritus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Reto de valientes: El honor comienza en el hogar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Rebelión en la Granja (Traducido) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Meditaciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crítica de la razón pura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Arsène Lupin. Caballero y ladrón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La riqueza de las naciones Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La milla verde (The Green Mile) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Ilíada y La Odisea Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Divina Comedia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5JJ Benítez: desde el corazón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Ilíada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El metodo de la domadora de mamuts Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sobre la teoría de la relatividad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Nocturna Calificación: 4 de 5 estrellas4/5100 cartas suicidas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Colección de Edgar Allan Poe: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Crimen y castigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las 95 tesis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El mercader de Venecia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Leviatán - Espanol Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos para pensar Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Alicia en el País de las Maravillas & A través del espejo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Fortuna Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mañana y tarde Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Poemas de amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Fuki-No-Tô, La granja de Atsuko
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Fuki-No-Tô, La granja de Atsuko - Aki Shimazaki
Aki Shimazaki
Fuki-no-tô,
la granja de Atsuko
Traducción de
Íñigo Jáuregui
019Paseo por el bosquecillo de bambús.
Estamos a principios de marzo. En la sombra, quedan restos de nieve aquí y allá. Camino lentamente sobre la tierra húmeda. Las camelias rojas de corazón amarillo aparecen entre los viejos bambús de color verde grisáceo. Es una belleza simple y serena que adoro desde que era niña.
Heredé este terreno de mi padre, junto con la casa y los campos que están más arriba. Siento un gran apego por este lugar salvaje y tranquilo y me gustaría dejarlo tal cual está. No obstante, es hora de limpiarlo para sembrar nuevos bambús. Si no, se convertirá en una maleza impenetrable y la operación al final resultará muy cara, así que debo actuar pronto.
Nací en M., una ciudad próxima a U., el pueblo en el que vivo ahora con mi marido y nuestros hijos.
Mi padre era un asalariado. Cuando yo tenía diez años, dejó su trabajo y compró esta casa y estos terrenos en el pueblo. Soñaba con hacerse granjero. Llamó a su granja Tomo, la forma abreviada de su nombre de pila, Tomohiko.
Mis padres, que seguían viviendo en M., iban a la finca en coche. Durante mi adolescencia yo tenía que ayudarlos en el campo los fines de semana y en las vacaciones escolares.
Soy hija única. Mi padre me trataba como a un chico y me enseñaba cómo usar las herramientas mecánicas y máquinas robustas como el arado de vertedera y el cultivador. Él sembraba tubérculos: daïkon, zanahoria, patata, remolacha, bardana. Mandó construir un gran invernadero para las verduras de hoja, principalmente espinacas. Mi madre intentaba acostumbrarse a la vida agrícola, pero no parecía verdaderamente feliz.
La granja Tomo marchaba bien. Evidentemente, mi padre quería que yo lo sucediese. Sin embargo, después de terminar el instituto en mi ciudad, me fui a Nagoya para estudiar Comercio en un tandai.[1] Dado que esta metrópolis se halla bastante lejos de M., me alojaba en la residencia universitaria. La vida urbana me fascinaba y quería seguir viviendo en esa gran ciudad.
Tras acabar mis estudios, encontré un empleo en la revista N. de Nagoya. Tal como me esperaba, fui destinada al departamento comercial. Allí fue donde conocí a mi marido, uno de los redactores. Yo tenía veintiséis años cuando nos casamos. Al año siguiente nació nuestra hija y tres años más tarde, nuestro hijo.
Cuando aún vivíamos en Nagoya, mi padre murió de un cáncer de hígado. En esa época empecé a añorar la vida campestre. Dado que mi madre no quería seguir siendo granjera, decidí hacerme cargo de la granja Tomo, pero a mi manera. Pretendía dedicarme a la agricultura ecológica. Al principio marchaba al pueblo con los niños solamente los fines de semana, pero poco a poco empecé a ir entre semana sin ellos. Mi madre me acompañaba de vez en cuando para ayudarme.
La vida es imprevisible. Igual que hizo mi padre, mi marido dejó su empresa de repente, después de haber trabajado catorce años en ella. Montó su propia revista en M., mi ciudad natal, y nos instalamos aquí, en el pueblo de U.
Las cosas nos van bien a los dos y espero que todo siga así hasta nuestra jubilación. Actualmente me ocupo yo misma de la contabilidad y de otras tareas administrativas. Esto me agota y necesito una ayudante. He puesto un anuncio en la revista de mi marido y hasta ahora se han presentado tres candidatas, que desgraciadamente no me convencieron. Así que sigo esperando que llegue la persona idónea.
Salgo del bosquecillo de bambús. Empieza a ponerse el sol. Son casi las seis y debo preparar la cena. Avanzo unos pasos y, al mirar a la montaña, oigo la voz de mi marido.
—¡Atsuko!
Me vuelvo hacia él, que está bajando por el sendero. Mitsuo todavía lleva puestos el traje y la corbata. Esta tarde estuvo invitado a una recepción en el ayuntamiento de M. Al llegar junto a mí, me lanza una sonrisa relajada.
—Los niños tienen hambre. ¡Y yo también!
Me fijo en su rostro. Me viene a la mente la imagen de una mujer: la amante que tuvo mi marido hace unos años. Nunca se lo he dicho a Mitsuo, pero vi a su amante una vez delante del apartamento donde ella vivía. Le estaba «hablando» a su hijo mudo, claramente mestizo. Parecía tener unos cuatro años, igual que nuestro hijo. La madre llevaba un vestido beis de estar por casa. Me quedé impresionada por su belleza y sensualidad.
—¿Qué te gustaría cenar esta noche? —le pregunto a Mitsuo.
—Podría preparar arroz al curri.
—Los niños estarán encantados —digo sonriendo—. ¿Vamos?
—¡Espera!
Busca algo en el bolsillo de la chaqueta.
—Tengo una buena noticia para ti.
—¿Hay otras candidatas para el puesto de ayudante?
—Pues sí. Recibí una llamada poco antes de salir de la oficina.
—Es la cuarta persona. Espero que esta sea mi última entrevista.
—Por su forma de hablar, me pareció totalmente adecuada —continúa.
—¿Es joven?
—No. A juzgar por su voz, me la imagino de treinta y tantos. Se llama señora Enju.
—¿Enju? Nunca había oído ese apellido.
—Yo tampoco.
Me da un trozo de papel en el que hay anotado un número de teléfono y el nombre Fukiko Enju. El nombre de pila está escrito en hiragana, y el apellido en kanji.
—Ese kanji, « », es difícil de leer. Ella me explicó que es el nombre de un árbol que suele utilizarse para fabricar las máscaras del teatro nô.
—Qué interesante. ¿Dónde vive?
—Eso no lo sé.
Pienso en los brotes de bambú. A principios de mayo, los cosechamos con la pareja mayor que contrato según las necesidades. Su sabor y calidad siguen siendo excelentes y las ventas aumentan de año en año. De nuevo estaremos muy ocupados esta temporada, por lo que deseo fervientemente que esta candidata sea la definitiva.
Unos pasos más adelante, exclamo:
—¡Mira ahí! ¡Hay fuki-no-tô!
Mitsuo observa las yemas de un verde amarillento que crecen entre las húmedas hojas muertas. Es la primera vez que las encontramos aquí. Emocionada, le invito a cogerlas conmigo.
—Esta noche, cariño, cenaremos también tempura de fuki-no-tô.
—¡Buena idea!
Comienzo la recolección mientras le explico que los fuki tienen flores que pueden ser macho o hembra, como las de las espinacas.
—¿De verdad? No lo sabía —dice, extrañado.
A él le encantan los pecíolos y las hojas de fuki, que recuerdan al ruibarbo. Le enseño orgullosa cómo crecen esas plantas. Cada raíz da primero una flor, luego los tallos se extienden horizontalmente bajo la tierra y producen pecíolos, que salen del suelo, y al final de cada uno tiene una flor única. Intrigado, Mitsuo me pregunta:
—¿Y los tallos permanecen todo el tiempo bajo tierra?
—Sí, se mantienen invisibles.
—¿Son duros?
—Sí, como las raíces.
—Qué curioso. ¿Esos tallos subterráneos son comestibles?
—¡Oh, no! Son tóxicos para los humanos.
Mitsuo arranca un fuki-no-tô, retorciéndolo.