Inma Gómez

A veces simplemente escuchar de manera activa y estar atento a las necesidades e inquietudes del cliente es parte importante del propio proceso. Forzar, presionar o influir en el cliente para que continúe un proceso siempre tiene resultados negativos. Sentirse cómodo e implicado son condiciones básicas para que conseguir un resultado de éxito. Por lo tanto, si algún cliente decide dejarlo. Lo primero sería escuchar atentamente el porqué. Después se tomarán las decisiones.

El rumor, circule en el ámbito en el que circule, siempre suele generar conflicto y la información que contiene no suele ser correcta ni cierta. En un aula, aún es más sensible la influencia del rumor, por lo que es necesario detectarlo lo antes posible y mantener conversaciones con los alumnos en las que prime una información clara y eficaz de cara a mejorar la convivencia en la clase. Tanto entre alumnos como entre alumnos y profesor.

Decía Zigmunt Bauman, que la única certeza que tenemos hoy en día es la incertidumbre. Aprender a vivir en y con la incertidumbre supone posicionarte con ventaja tanto en las relaciones laborales como la vida en general. Cuánto mejor manejes la certeza de que no puedes tenerlo todo controlado, de que todo puede cambiar en un momento, mucho mejor para tu equilibrio y tu éxito personal. Las personas con más recursos emocionalmente y más exitosas, saben manejarse muy bien en la incertidumbre.

Sea un compromiso temporal o permanente, es muy importante conocer a la audiencia que va a escucharnos. Si además consigues empatizar con ellos y acercarte a sus inquietudes y necesidades, la comunicación mejorará y fluirá. En el caso de los compromisos permanentes, las posibilidades de profundizar en el conocimiento de la audiencia son mucho mayores, porque se repite el contacto y la comunicación. Y eso, sin duda, mejora la efectividad del mensaje.

En mi experiencia profesional he comprobado en numerosas ocasiones que la credibilidad te la da tu autenticidad. Y ahora ser auténtico tienes que ser coherente. Tiene que haber una total coincidencia entre tus palabras y tus actos. Si Noe s así, no generas la confianza suficiente para que los equipos se comprometan con su desempeño. No serás ejemplo y si no eres ejemplo tu credibilidad se diluye y arrastra la motivación y la ilusión de los equipos.

Para saber si tu comunicación ha sido efectiva y ha cumplido los objetivos marcados hay que solicitar el feedback de los receptores. La primera cuestión es comprobar si el mensaje que tú querías hacer llegar ha quedado claro y ha impactado de la manera en que tú deseabas que lo hiciera. Si en sus impresiones detectas que lo que querías transmitir se aleja mucho de lo que ellos han entendido o recibido, hay que empezar a cuestionarse el lenguaje verbal, paraverbal, y la forma en que comunicamos para evitar que se repita la distancia entre la intención y el resultado.