Hace 6 meses que cambié de empresa

Acabo de hacer 6 meses en Lean Mind.

Salí después de 8 años en Kairós. Una empresa con la que crecí profesionalmente a la par que ella crecío.

Donde dejé amigos y muchísimas personas que aprecio.

Pero se terminó y di el paso de dejar un lugar estupendo, pero donde ya no me encontraba feliz.

Las relaciones laborales, literalmente, son un mero contrato. Se pacta realizar una labor a cambio de una cantidad de dinero que se percibe al final de mes. A veces se dan extras como ciertas facilidades para formación, comida, guarderías, médicos… A veces facilidades para conciliar. A veces se incluye un extra al finalizar el año en base a los resultados obtenidos si estos han cumplido o superado cierto objetivo.

Y la relación laboral puede terminar por muchos motivos. Los más comunes: dejamos de aportar suficiente valor para el salario que nos pagan (despido) o percibimos que aportamos más valor que el salario que nos pagan (dejas el trabajo por otro)

Si pasas suficiente tiempo en una empresa, creas vínculos con las personas de la misma. Al menos en España es lo más común para la mayoría de las personas.

Si realizas un trabajo por el que te sientes suficientemente bien pagado, que te llena, tienes buenos compañeros, buen ambiente de trabajo, la labor de la empresa crees que aporta valor a la sociedad y es una empresa que tiene en cuenta a sus empleados, es fácil que generes además vínculo con la empresa, que a su vez se retroalimenta con los vínculos con las personas y que crean el tan ansiado "engagement" por los equipos de RR.HH., ahora conocidos como equipos de People

Cuando esto sucede, puede, que si cambia tu situación en la empresa y/o si la empresa evoluciona o cambia, no seamos capaces de percibir la necesidad de cambiar de trabajo.

Hay personas que no les sale o que eligen conscientemente no generar vínculos fuertes para ser objetivos y poder dejar la empresa si deja de cuadrarles o si encuentra una oferta mejor. O simplemente si cree que le están tocando las narices.

Pero en mi experiencia, las mejores empresas crecen y aportan,  gracias a esa implicación y a que se generan esos vínculos y ayudan a retroalimentarlos.

Una vez tiene un volumen o tamaño suficiente y si la empresa es capaz de generar ingresos más allá de qué personas lo conforman, esa empresa puede pasar a ser una empresa mas "empresa", a tener mas peso el negocio que los vínculos con las personas, y empezar a tener gente que simplemente esté suficientemente a gusto, de los cuales algunas personas estarán vinculadas y otras meramente contratadas. 

Hay quien me ha dicho que a partir de cierto número de personas es imposible mantener a tanta gente vinculada. Está claro que si piensas así, es imposible.

Yo sé que sí es posible si no dejas de hacerlo y tomas decisiones en ese sentido, aunque a veces eso suponga sacrificar cierto margen de beneficios, que es el talón de aquiles de todo empresario. Pero este es otro tema.

Por eso, las empresas, al crecer en tamaño, empiezan a no ser capaces de fidelizar de igual manera a sus empleados más allá de que les cuadre la relación trabajo-compañeros/salario-beneficios.

Las personas que están vinculadas, cuando empieza a suceder este cambio, empiezan a no sentirse igual de bien y a realizar su trabajo de manera más artificial, probablemente a bajar su rendimiento o aporte de valor.

Puede que se den cuenta o puede que no. A veces en las relaciones no nos damos cuenta que dejan de funcionar porque nos dejamos arrastrar por la inercia, la costumbre y el miedo a salir de esa costumbre, el miedo a “y dónde voy yo con XX años” y tener que buscar otra relación laboral.

Pero sé que cuando sientes que dejas de formar parte de algo lo mejor es dejarlo, marcharse y/o dejar marchar. Aceptarlo. Agradecer el tiempo pasado juntos. Sentir orgullo por todo lo bueno que se ha hecho juntos. Y comenzar de nuevo. 

Esto a veces da miedo, a veces pereza/desgana o a veces las dos.

Si ocurre, caemos en la posibilidad de sentir cierta desazón o incluso ser infelices y de hacer nuestro trabajo con insuficiente calidad y mas esfuerzo del acostumbrado.

Hay que ser honestos.

Eso es lo que me ocurrió en Kairós.

Sentí que dejé de formar parte de la empresa que es hoy.

Tenía fuertes vínculos con muchas personas, que ahora son mis amigos.

Sentía una fuerte responsabilidad con las personas que lideraba.

Pero no estaba bien. 

Y eso no significa que dejase de ser una buena empresa para estar. Objetivamente era ideal. Era un sitio donde me querían y me sentía querido.

Pero algo no iba. Algo se deterioró.

Al final, aunque influyen muchas cosas y siga habiendo cosas buenas, no estaba bien.

Soy una persona muy emocional, que necesita ese vínculo con la empresa y con las personas de la misma.

No es un vínculo que aparece de la noche a la mañana. Es un vínculo que va surgiendo y creciendo. Con el tiempo y la interacción y relación con las personas, te vas “enamorando” y sintiéndo feliz, ya no solo por el trabajo o lo que aportes o el salario que percibes, si no por que no puedes dejar de sentirte feliz.

Y cuando eso va desapareciendo es mejor dar el paso.

Ir a otro lugar que te enamore y al que enamorar. Arriesgar. Pero ser feliz.

La vida pasa muy rápido como para pensar en futuros.

Hay que pensar en presentes.

Muchos sacrificios posponen un supuesta felicidad futura de la que ni siquiera tienes garantias. Hay que saber elegir por qué te sacrificas.

Y hay que ser consciente que la felicidad la encuentras en el camino y con las personas que te acompañan durante el mismo, no en la meta ni en las personas que aparecen cuando llegas.

Estoy muy contento y orgulloso de mi paso por Kairós.

Quiero aprovechar para agradecer a todas las personas con las que compartí espacio y tiempo en Kairós Digital Solutions S.L. porque sin todos ellos no estaría hoy donde estoy. Por la increible y cariñosa despedida que me brindaron. Os llevo en mi por siempre.

Y estoy aún más contento y orgullos por mi entrada en Lean Mind.

No tengo más que palabras de agradecimiento por la calurosa acogida y por ser una empresa donde de nuevo soy feliz trabajando y dandolo todo de mí.

El balance es más que positivo. Ha sido todo un acierto el cambio.

No solo porque lo necesitaba, si no porque he aterrizado en una empresa en la que encajan mis valores.

Al entrar me dijo Carlos Blé Jurado que LeanMind en ese momento necesitaba a alguien como yo.

Lo que él no sabia es que yo necesitaba una empresa como LeanMind en este momento profesional de mi vida. Un giro.

Quiero agradecer a todas las personas que conforman LeanMind su cariñosa acogida, en especial a Carlos Blé Jurado y Dácil, siguiendo por el resto del equipo de apoyo: Yazmina de la Paz Estrello , Francisco Correa, 🖥️ Adrián Ferrera González y Cristian Suarez Vera.

A María y Savvily Editorial por haberme propuesto escribir un libro, que estoy apunto de entregar para revisión y publicar en breve.

Y al resto de compañeros: Jose R., Carlos S., Rubén T., Rubén Z., Michael R., Ricardo G., Jorge A., Noe D., Juanan Q., Jose Angel N., Raúl P., Borja G., Isaac A., Fran P., María S., María G., Manu P., Kevin H., Airán S., Eric D., Miguel C., Ari Z., Jonay G., Ana C., Dani A., Leto R., Mario P., Miguel P., Aitor S., Aitor R., Luis R., Elena S., Jose Fco R. y Antonio S. por acompañarme en esta nueva aventura y ser personas maravillosas.

Acabo de hacer 6 meses en Lean Mind :)