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Poesía para Ti, Mujer (2014)
Poesía para Ti, Mujer (2014)
Casa argentina
7 de Marzo de 2014, 19:30 h Alcal de henares
Editado por:
Elisabeta Botan Jos Pej Cristina Penalva Eduardo Ruiz Paz Cornejo Hazel Messiatz Suko Rosario Delgado Enrique Sabat
CASA ARGENTINA
En la fotografa GLADIS RAMOS que dirigi y condujo el recital con mucha simpata y acierto.
En un ambiente alegre, fresco y distendido GLADIS RAMOS fue dando paso a cada uno de los poetas invitados. Cuando lleg el turno de CRISTINA PENALVA, sta fue acompaada con la msica de guitarra de JOS LUIS GALLEGO. Una tarde con diferentes voces que fue calando en los asistentes y que se convirti en sus corazones en un recuerdo hermoso.
El presidente de la casa, EUGENIO DE LA CRUZ BLZQUEZ, dirigi unas palabras a los asistentes. En la fotografa entre XAVI VERGARA y GLADIS RAMOS.
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CELINA CASALI Unin de Actores de Madrid ley los poemas de Pablo Neruda y de Mario Benedetti.
como una espada fresca. Junto al mar en otoo tu risa debe alzar su cascada de espuma, y en primavera, amor, quiero tu risa como la flor que yo esperaba, la flor azul, la rosa de mi patria sonora. Rete de la noche, del da, de la luna rete de las calles torcidas de la isla, rete de este torpe muchacho que te quiere, pero cuando yo abro los ojos y los cierro, cuando mis pasos van, cuando vuelven mis pasos, nigame el pan, el aire, la luz, la primavera, pero tu risa nunca porque me morira.
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Tus manos son mi caricia mis acordes cotidianos te quiero porque tus manos trabajan por la justicia si te quiero es porque sos (eres) mi amor mi cmplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho ms que dos tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada te quiero porque tu mirada que mira y siembra futuro tu boca que es tuya y ma tu boca no se equivoca te quiero porque tu boca sabe gritar rebelda si te quiero es porque sos (eres) mi amor mi cmplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho ms que dos
y por tu rostro sincero y tu paso vagabundo y tu llanto por el mundo porque sos (eres) pueblo te quiero y porque amor no es aureola ni cndida moraleja y porque somos pareja que sabe que no est sola te quiero en mi paraso es decir que en mi pas la gente vive feliz aunque no tenga permiso si te quiero es porque sos (eres) mi amor mi cmplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho ms que dos.
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JUAN DELGADO ejecut con guitarra la zamba titulada: Mujer nia y amiga. Autor: Robustiano Figueroa Hrnandez. Y para finalizar, cant un tango: Malena. Letra: Homero Manzi. Msica: Demare.
Entre el pblico, ELADIO CORROCHANO ley un manifiesto en defensa de la mujer y sus derechos
El colofn, fue el baile de SOLEDAD BARRIONUEVO y ALEXIS VERGARA, ambos de la Casa Argentina de Alcal de Henares El tema: Mujer en Zamba. Intrprete: 5 Sentidos
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De derecha a izquierda, por orden de aparicin: Elisabeta Botan Jos Pej Cristina Penalva
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Elisabeta Botan
BIANCA Nia con el cabello de sol me has devuelto los campos perdidos de la infancia ms floridos que nunca... y otra vez he tropezado con el deseo de no querer crecer.
ENTRE LMITES soy la piedra olvidada al margen de la hita entre la lnea del cielo y la de la tierra que recoge el agua de la cancin de la lluvia y acaricia las races escondidas que madura los sueos para que no los cubra la telaraa de la mudez
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del rbol
POEMA EN EL VIENTO Hoy me despert vestida con tu poema tejido con hilos de brillante retrica. Resulta raro, cmo me hace parecer mucho ms bella... pero huele a absenta y no es mi medida me aprieta en el pecho justo en aquel lugar donde anida el alma.
VUELO El segundo de luz alumbra la revuelta de la prisin del lenguaje de madera. Me crecen garras en el alma, de las garras me crecen alas y vuelo sobre el vaco de mi ser. Despus, clavo mis garras en la corteza de mi propia historia vendida por un grano de amor.
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RESIGNACIN He dejado de creer en el milagro del anfora He dejado de creer en tus palabras de fuego y viento He dejado de creer que podras escapar de la red de tus debilidades He dejado de creer que podras dibujar la eternidad sobre el lienzo del instante He dejado de creer en los sacrificios de los altares del amor He dejado de creer que existes
ABANDONO Ms exange que una flor marchita. Relegada al olvido en la penumbra del vaso que fue Soy el casco que te faltaba del mosaico que refleja tus amores fugaces
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Jos Pej
TRES ESPINAS Tres espinas fueron tres adiestradas y una pena que apenas fue pena como si no fueran tres como si no fueran espinas
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Cada vez que pronuncio la palabra mujer una mano se posa en mi rodilla y una efigie divina me apunta con sus pechos directamente al centro de mis ojos, donde yacen hundidos mil veleros con sus quillas de aleta arponeadas. Desencamo los rubios bastidores de mis fieles recuerdos, los que vuelan cerca cuando les abro los candados, Cada vez que pronuncio la palabra mujer, entro en un vrtigo de noches que no se apagan nunca , nunca, nunca.
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Ella abri la ventana, y la tormenta se agitaba sin fondo en su cintura. Descosi los cristales y apart las espinas de razn que pudieran asistirla. Llor por ese viento bandido que impulsaba la arena hasta su rostro. Desabroch el mundillo de su blusa, y dos versos hambrientos cayeron a sus pies. Ese da la calle estaba llena de insectos voladores que abordaron sus ojos y lamieron sus recuerdos olor a naftalina, cuando abri, de pequea, esa ventana, y unos ojos de agosto ensangrentado clavaron en sus pechos sus pupilas, a modo de cuchillos, desconsindole el alma.
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Cristina Penalva
DESAMBIGUACIONES A todas las intocables viudas del mundo Desparrama piones y avellanas, ramitas, en sus labios de ciclamen. Sus ojos se te clavan como agujas, cuando bajo sus prpados te miran, con sus sombras de cedro, sempiternas.
Se erige como templo de madera que ahuyenta a los gusanos. Su cuerpo suena a salmo de tambura, un bcaro de esencias con aceite de enebro que embalsama tormentos de corales, hundidos en los huertos del naciente.
La concibi en las curvas del dolor la serpiente gigante de manos arcillosas, con ms de cien cabezas por testigo, en la puerta oriental de la palabra. Todas las criaturas sobre el mundo le pusieron el nombre isha, y Dios,
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Pas seis das y una noche ms, fundida en las races del amor. La sagrada, la fiel sacerdotisa, horizonte infinito de existencia por encima y debajo de las aguas, igual que un iceberg.
Esperanza del mundo, un arcoris, el refugio vital de la semilla que fecunda las altas cataratas del cielo y regresa con un ramo de olivo a la tierra de todas las promesas.
En el techo de la ciudad, renuncia a su naturaleza de bosque y campanillas; han amaado atarla en matrimonio en la noche de bodas, una diosa de cuerpo de jazmn es ofrecida como prenda de luces, nia virgen, al despotismo humano de su casta.
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Implora por sus hijos, secretamente, al aire, y se aprende en la mtrica, los versos
Sus melodas de mbar tambin arden con la incineracin del falo funerario, y una metamorfosis de abandono la lleva a convertirla en otra diosa, diosa de la victoria de los locos, como pez de un diluvio secundario.
Cisne desarbolado, en desamparo, que vocaliza cantos de mendiga mientras mendiga cantos indulgentes en una ceremonia de intocable, con el alma encharcada, fuera de s, vagando por las calles del mundo, inculpada por siglos de ventiscas.
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De derecha a izquierda, por orden de aparicin: Eduardo Ruiz Paz Cornejo Hazel Messiatz
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Eduardo Ruiz
VIVE! (a las mujeres maltratadas) En este momento es preciso que pares, te mires al espejo y pienses : Cmo vas a ser mujer si decides instalarte en el miedo y te encierras en una urna de cristal? Cmo recobrars las primaveras con las persianas de tu vida bajadas? Cmo har el sol para alumbrar tus ojos cerrados por el llanto?
Sabes que siempre que llueve termina escampando, y que el tiempo ir, poco a poco, cerrando la herida que el odio y la violencia han escrito en tu cara.
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Quiero verte ser duea de tu propio destino, desterrar la agona de tu cara divina,
Todo el olor de la naturaleza te espera; todo el color del arco iris te llama; todo el sabor de una mirada te busca; todo el calor de la maana en tu puerta. Toda la dicha an al alcance de tus manos.
COMPAERA No me consuela poder verte cada da si no lo puedo hacer cada momento. No me ilusiona decirte hasta maana si hasta maana significa adis.
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Paz Cornejo
LA ABUELA INFRTIL Me entristece la perspectiva de que mis padres me vean hacerme mayor. No slo el hijo asiste al envejecimiento de los padres, lo que ya es bastante doloroso, es que stos asisten al del hijo, que es peor. Elise Plain
La historia de una madre que siempre acun a sus hijos. Se sacrific quizs demasiado por ellos. Atribulada permaneca atenta a su respiracin. Saba de sus debilidades y desgracias. Envolvi su cuerpo en semillas. Enterr sus propias manos y pies esperando el fruto. Pequeos tubrculos infructuosos. Cuatro vstagos que degeneraron el amor en podredumbre. La madre ya no poda moverse. Se convirti en una astilla anclada en la tierra. Ya sin hojas, sin races y sin frutos. La madre no volvi a tener brazos en los que acuar retoos. No quiso levantar la voz. Nadie le haba enseado. Expectante ansiaba la lluvia pero slo conoca la sequa. Se escapan los das y no habr cosecha.
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LA CHONI DE TU BARRIO
No te duelas de mi esttica como si no fuera Coco Chanel en entreguerras, como si no fuera una sueca con un bikini de infarto, como si no fuera una feminista quemando su sujetador en una hoguera reivindicativa. No acuses a mi contorno de rimel ni a mis pendientes de oro. No ataques mi superficie, ni mis maneras. Las minifaldas nunca abarcaron todos los pecados capitales.
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Hazel Messiatz
EL GRAZNIDO DE LOS CUERVOS Hay noches silenciosas como espinas, y, como ellas, se hunden lentamente en la carne que palpita recuerdos del maana. Visiones de otros tiempos, otros mundos salpican las pupilas de sueos. Sin embargo, al bajar la vista de las nubes, con la boca llena de versos, el pecho solo encuentra un auditorio vaco. Los iris llueven perfumes de aciano sobre tristes ritmos que se agolpan en los dedos. Manchados, dibujan fnebres alegras
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al pasar las pginas ruidosas de ese corazn maldito que solo anhela una mujer de espada.
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De derecha a izquierda, por orden de aparicin: Suko Rosario Delgado Enrique Sabat
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Suk0
ABRIL Abril, clido, se abre paso entre rboles desnudos, das grises y noches silenciosas, llenas de oscuridad y tinieblas. Abril, llega, a hurtadillas, reflejndose en cristales todava sucios y empaados; en ojos que buscan la luz, hartos de no ver ms all de un horizonte apagado. Abril, clido, llega, a hurtadillas, mostrando mil matices en arcoiris infinitos.
CIERRA LA PUERTA Cierra la puerta al miedo sin medida, a las lgrimas contenidas, a la risa forzada, a la ilusin interrumpida, a la mano levantada, a la tristeza, al grito, al llanto, a la amenaza. Corre, que el tiempo apremia. Cierra la puerta a la violencia, al control, a la sumisin a la incomprensin, al olvido, al insulto, a no ser T. A estar muerta en vida cierra la puerta, ahora y para siempre; que la vida te espera. Noviembre 2013
El MIEDO Irrumpes en mi sueo, en medio de la noche, como un lobo herido y rabioso de colmillos brillantes y afilados dispuesto a devorar a la presa ms frgil. Irrumpes en mi calma en una tarde de tintes primaverales, como una violenta tormenta, que me zarandea de aqu para all y que arrasa todo lo que a su paso encuentra.
Irrumpes en mis recuerdos con cuidado almacenados de un ayer vivido y ya casi olvidado, para remover y renombrar lo que la marchita memoria a retener no alcanza. Irrumpes, Desvelas, Zarandeas, Remueves .Pero algo que desconoces es que el poder que sobre mi ejerces yo te lo he otorgado, yo; y yo misma ser quien lo arrebate, a su debido tiempo, cuando menos lo esperes. 13/02/2014
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Rosario Delgado
II
A Suko y Abril Alc mis manos entre lunas frescas y flores enjugadas de azcar. He abierto los mares, para ofrecerte la luz cristalina del Nuevo mundo, y he esparcido la Tierra Anciana en un lecho de frutos perdidos. Sub con mis alas a las Cimas de los Dioses, y agarr el ltimo Aroma, el ltimo Sabor que paladea ocioso en tu boca, cual beso reciente. Guard en mis entraas los fogones de nuestras almas, unidas gota a gota, macerando la receta perfecta, la obra genial, esa Nueva Criatura plegndose piel a piel, nutrindose entre mis brasas. Como el deslizar de los ptalos de lirios, llegaste suave y hermoso a mi pecho, y te alc una Noche de lunas frescas, y flores enjugadas de azcar.
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Enrique Sabat
El da de la mujer en la casa de Argentina de Alcal, la estudiantina, versos vine a componer. Mi cancin con gran placer acompa a los poetas y a las que no estn completas; las rimas cuando ellas faltan, mujeres fuertes que saltan y no pueden estar quietas.
A Gladis Ramos
Yo quisiera en puridad escribir siempre en perfecto hacer siempre lo correcto viviendo en la realidad. Cumplir si me demandad que escriba versos que ayer en el nombre de mujer dije lo me dola comprended seora ma que iguales no van a ser.
CASA ARGENTINA
Quiero escribir de otra tierra y en un tono algo mayor no soy si no un trovador que tras un muro se encierra. Vi lo que deja la guerra detrs de su eterna gloria solo ceniza y escoria de piel, ruinas y despojos, huesos y odio en los ojos tan amarga es la victoria.