Pajas - Carlos de Luca PDF
Pajas - Carlos de Luca PDF
felizmente invisibles.
Lo que empezara siendo una
adiccin terminar en un recorrido
por los bajos fondos de la ciudad,
donde todos quieren sacar provecho
del ms dbil.
Carlos de Luca
Pajas
ePub r1.0
Polifemo7 28.03.14
1. Mi mano y yo
He follado, y ms veces y con ms
mujeres de lo que muchos pensaran al
verme. Soy un hombre normal. Ni alto ni
bajo, ni gordo ni atltico. No soy tan
listo como para ser un completo infeliz,
ni tan tonto como para crermelo todo.
Soy lo que viene siendo el estndar de
joven ser humano en nuestros das.
Probablemente mi historia sea, en
muchos aspectos, calcada a la de
millones de personas. Algunas de esas
personas me estarn leyendo, y se
sentirn plenamente identificadas. A
otras les dar asco por lo que voy a
2. Los confines de la
red
La pornografa poco a poco se fue
adueando de mi tiempo: en el trabajo
no vea la hora de llegar a casa y
ponerme a disfrutar; cuando llegaba, me
iba directo al ordenador y tena que
hacerme una rpida antes de comer.
Acto seguido, coma fugazmente y mal,
para descansar un poco y seguir
consumiendo vdeos.
Dej totalmente de lado el deporte
(era aficionado a pasar tiempo en el
gimnasio y a practicar tenis o escalada)
3. Sorpresa
Se puede decir que, desde aquel
momento, me convert en un adicto a
Sandra: se conectaba de lunes a jueves a
las cinco de la tarde, con puntualidad
inglesa. Deca que era universitaria, y
que a esa hora se quedaba sola en casa.
Su show duraba hora y media o dos
horas. Tena el timing perfecto para m.
No puedo describir el morbo que senta
al pensar que podra pasarme el da
recorriendo el campus universitario
hasta encontrarla. Por supuesto que no lo
hara, pero la posibilidad me excitaba
sobremanera.
joven,
despreocupada,
descarada.
Dejaba ver una hilera de dientes blancos
y alineados, con las paletas ligeramente
ms grandes y separadas que el resto.
Esto no le restaba un pice de atractivo,
al contrario, haca ver que an era casi
una nia. Una nia mayor de edad y muy
traviesa.
Tras la charlita de rigor con las
parejas y hombres que poblbamos el
chat, comenzaba a desnudarse, siempre
lentamente. Tena la habilidad de hacerte
desear con toda tu alma cada nuevo
milmetro de carne que estaba a punto de
ensear. Cuando ya no le quedaba nada
ms que mostrar, comenzaba a tocarse.
extra.
Yo me mantena expectante. La
sorpresa y la decepcin fueron dando
paso al morbo: iba a ver a Sandra follar.
Tras media hora de charla, en la que
explicaron las veces que lo hacan cada
da, sus posturas preferidas y otros
detalles, comenzaron a comerse la boca.
Se daban unos muerdos que me
recordaban a aquellos que les daba a
mis primeros rolletes con quince aos:
con desesperacin y hambre.
Con cuidado de que no se les viera
toda la cara, se incorporaron sobre la
cama. Sandra us su pelo largo, moreno
y liso, para taparse. Solo mostraba la
4. No existen las
coincidencias, solo lo
inevitable
Sandra y su afortunado novio
comenzaron a emitir juntos cada vez con
ms asiduidad. Desplegaron ante su
pblico las ms variadas posturas y
prcticas: juguetes, esposas, sexo anal,
corridas faciales fueron cumpliendo
todos y cada uno de los perversos
sueos que los pajilleros expresaban en
el chat, y disfrutaban con ello.
Aun as, yo siempre disfrutaba ms
cuando ella emita a solas. Eran
6. Destapada
Tres menos diez.
La cafetera junto a la entrada del
centro comercial estaba hasta los topes.
No fumo, pero me acerqu a la mquina
de tabaco y compr un paquete de
Fortuna. Ignoraba si Sandra fumaba,
pero deba asegurarme de tener las
mximas herramientas posibles para
establecer y prolongar un contacto
amistoso con ella. O qu diablos, quizs
me encendiera un cigarrillo para
hacerme el interesante, como en las
pelculas.
Sub las escaleras mecnicas hacia
equilibrar la balanza.
Deba intentar por todos los medios
romper el aire hostil que haba tomado
la conversacin, del cual yo era cien por
cien culpable. Por nada del mundo
quera que pareciese un acoso, aunque
cualquiera hubiera dicho que lo era. Mi
cabeza bulla intentando pensar mil y
una alternativas para corregir la
situacin.
Si
crees
que
pretendo
aprovecharme de ti de algn modo, ests
muy equivocada. Simplemente te he
reconocido y quera saludarte. Y t an
no me has devuelto el saludo.
Volv a ofrecerle mi mano y la
explicaciones.
Vamos,
Marina.
Djame
compensarte por ese susto. Ahora mismo
soy la envidia de cientos de machotes.
Esto no puede quedar as por lo
menos un refresco, una cerveza, lo que
sea.
Par su marcha en seco:
No, no y no. No soy de las que se
van con el primer extrao que les habla.
Te repito que me has asustado.
Contest firme.
Joder, no soy ningn extrao.
Le dije. Para m es como si te
conociera, no enseas solo carne,
Marina. sta frase al parecer logr
fuese a reconocer.
Aun as, debo confesar que en
aquella ocasin el invitas t, que
normalmente
me
hara
calificar
automticamente de puta diva a la mujer
que me lo dijese, en aquella ocasin me
son a triunfo. Un triunfo como el que
llevaba mucho tiempo sin sentir.
Bajamos a la cafetera y nos
sentamos fuera, en la terraza. No era una
situacin muy cmoda. Lgicamente ella
estaba muy cohibida; a buen seguro yo
sera el primero que conoca a Sandra
en persona. Senta por momentos que
estaba cometiendo una locura, aunque en
realidad solo se trataba de una charla
mi
novio
problema.
tendremos
un
7. Mscaras
Aquel mensaje despert en mi cuerpo
sensaciones que crea que nunca jams
volvera a sentir. No, no poda
confundirse con enamoramiento, ni
ilusin, ni nada de eso, ni mucho menos.
Quiero que esto quede bien claro. La
cursilada de la mariposa en el
estmago ya la haba abandonado largo
tiempo atrs. Los amores platnicos
eran cosa de la adolescencia. En aquel
momento lo que senta era una mezcla de
excitacin ante lo desconocido y de
deseo. Era algo carnal, duro, real,
arrebatador. Quera correrme en
peluche.
8. Los mediocres
Aquella fra y lluviosa noche de jueves
celebrbamos la cena de Navidad de la
empresa.
En el interior del cntrico
restaurante no caba ni un alfiler.
Nuestra mesa estaba reservada en una
sala de planta stano. All estaba,
presidiendo la mesa, Antonio Arellano,
el director general, o simplemente el
jefe, como los dems le conocamos.
Su padre, adems, fund la empresa
largos aos atrs. Tena unos setenta
aos aunque se negaba a cualquier tipo
de jubilacin. Era un hombre menudo y
encorvado,
cuyo
espeso
bigote
destacaba en su cabeza despoblada de
cualquier vestigio de cabello. A su lado
se sentaba Felipe Torres, jefe de ventas:
treinta y muchos, metro setenta, cabello
canoso, actitud pensativa y poco
sonriente. Probablemente fuera el mejor
trabajador de la empresa; sin l y sus
contactos todo se habra ido al garete en
varias ocasiones.
Mis dos compaeros ms cercanos
eran Francisco Romero, encargado de
produccin, y Joaqun, el responsable de
la lnea de montaje. Francisco (a quien
todos le llambamos Paco) era un
hombrecillo callado, como una ratita
9. Parking
No s cuntos tonos escuch hasta que
finalmente una voz son al otro lado de
la lnea en aquella madrugada fra,
empapada y triste.
Qu coo haces llamando, y a
estas horas? Acaso te dije que
llamaras, eh? la haba despertado, lo
notaba en su voz. A pesar de ello sus
palabras sonaban directas; yo era un
incordio y ella buscaba zanjar rpido la
llamada. No pensaba rendirme tan
fcilmente. Paco estaba semidormido
sobre el suelo.
Quiero verte solt sin ms.
disculpas.
Yo tom el siguiente taxi. Cuando
llegu a casa ya estaban bien entradas
las seis de la maana. Mi despertador
estaba programado a las siete. Tocaba ir
de empalme al trabajo. Hice tiempo
como mejor saba, acudiendo a alguna
que otra web; la paja triste, la paja del
borracho, como recordaris. Una rpida
ducha para despejarme, un buen
desayuno en el cual empapara el alcohol
sobrante. Un zombi saliendo de casa,
con un largo da por delante.
Joaqun
apareci
radiante
incandescentes.
Venga, ste no es sitio para hablar
dije finalmente. Vmonos, sube.
Ests ms loco de lo que pensaba
si crees que me voy a subir en tu coche
segua en sus trece.
Piensas que voy a secuestrarte o
algo as?
No s qu pensar de un to que me
acosa en mi puesto de trabajo y que me
llama borracho de madrugada con
exigencias y fanfarronadas.
Est bien, en realidad te
comprendo. Pero piensa no te
gustara estar ahora mismo en otro
lugar? Este aparcamiento es feo y
ruidoso.
No quiero que nadie nos vea
juntos, pero ya te he dicho que tampoco
me voy a subir ah contigo. Las chicas
que acaban semienterradas en un
descampado empiezan as.
Joder, Sandra. Mira, lleguemos a
un acuerdo, vale? me mir incrdula,
arqueando una ceja. A veces pienso que
las mujeres ya nacen con esos gestos
aprendidos o grabados a fuego en sus
genes. Yo aparco el coche aqu
dentro, junto a otros. Como ves, no para
de pasar gente. Apago el motor, te metes
y hablamos.
Relaj mnimamente la expresin.
brome.
Me mir fijamente.
Qu es lo que quieres?
Sencilla pregunta y difcil respuesta.
Qu quera yo de ella? Dejando aparte
el instinto carnal que cualquier hombre
sano hubiera sentido por Sandra, yo me
senta atrado a ms niveles, y
sospechaba que conocindola mejor esta
atraccin poda ir a ms. Senta que
Sandra era la respuesta a algunas cosas
que me iban mal. Cmo cojones
responderle si ni yo mismo lo saba?
Quiero conocerte un poco ms
intent ser lo ms sincero posible.
Ricardo, no s cmo era tu vida
permaneca
casi
virgen,
pues
prcticamente solo daba uso al
microondas.
Aquel sbado, al despertar, no
puedo negar que vi las cosas de otra
manera. Creo que lo llamaban ilusin,
un trmino que haba desaparecido de
mi vocabulario aos atrs, mientras era
forzado a estudiar y hacer cosas que no
me apasionaban. La posibilidad de
conocer a fondo a Sandra traa a mi
estmago aquella agradable sacudida
que senta de adolescente al besar y
tocar a mis primeras novias. El ser
consciente de que una chica tan
imponente consideraba darme una
delicatesen variadas.
La vi a lo lejos, dando el callo en su
puesto. Qu buena estaba, daba igual la
distancia desde la que mirara. La
hubiera montado all mismo, como un
animal, sobre la banda transportadora de
aquella caja veintitrs, y luego hubiera
repetido en cada una de las otras.
La espera en la cola se hizo eterna.
El resto de personas parecan espectros
que flotaban entre ella y yo. Al fin nos
pusimos al frente. Me dio los buenos
das y sonri ligeramente, pero hizo
como si no nos conociramos. Era una
juguetona. Cuando la mquina expuls el
ticket, ella lo tom por unos segundos,
no me gustaba en absoluto.
Al fin nos separamos de las arterias
principales
y
disminuy
considerablemente el flujo de personas.
Podamos hablar de nuevo y caminar sin
problemas el uno junto al otro.
Me encanta la Navidad dijo
Sandra.
A m ms bien me estresa.
Pues a m me trae grandes
recuerdos de cuando era nia. Era todo
muy mgico.
Toda la magia se pierde cuando te
enteras de que los reyes magos son los
padres brome. Ahora ya ni
siquiera hay reyes magos en la
en su cara.
En serio no conocas este sitio?
le pregunt.
En mi vida haba venido aqu. Me
gusta, Richard. Buena eleccin.
Por supuesto que Sandra no conoca
aquel lugar, como tantas y tantas
personas que no haban ido ms all de
su barrio; gente que celebraba los
cumpleaos en el bar de la esquina, y
las bodas de la familia en la carpa
prefabricada de algn restaurante junto a
la carretera. An no poda saber si
Sandra era una de aquellas personas,
pero generalic una vez ms: cajera de
hipermercado
sin
estudios,
Si no es mucho preguntar se
puede decir quin es tan insistente
llamndote y a la vez es tan molesto que
no lo coges?
No importa, Richard.
S que importa objet. No me
gusta que se interrumpa una buena
conversacin.
No hace falta que te diga quin
es
Lo supona tu novio, eh? la
not incmoda, pero me daba igual.
Quera que me contase por qu
demonios no le coga el telfono.
Efectivamente, pero no me
apetece hablar de l ahora mismo
Lo prometo.
Me alegro, Richard. Me ha
costado decrtelo, lo he pasado tan
bien
Y yo tambin. Pero antes de
dejarte marchar me tienes que hacer
un ltimo y gran favor aqu
comenzaba el todo o nada. No tena
mucho que perder. Tuve una de aquellas
ocurrencias fruto del alcohol; una
respuesta mental lcida y rpida a un
problema.
Soy todo odos. Espero que no sea
algo a lo que tenga que decir que no
me mir como una madre mira a un
hijo gamberro.
All
Sandra.
viva
Marina,
all
emita
11. Siembra
vientos
Aquel domingo fue triste, gris, lluvioso.
Sal en contadas ocasiones de la
cama. El da anterior llegu a casa
andando, entrada la madrugada, calado
hasta los huesos. Un tremendo catarro
era la consecuencia.
Si viva para el sexo, haba
desperdiciado la amante ms dedicada,
el cuerpo ms sensual, los mejores
besos.
Si confiaba en recuperarme de mis
adicciones y conocer a alguien de
No
entiendo
nada
le
interrump. l temblaba y miraba al
suelo.
No s ni por dnde empezar.
Pues empieza ya porque estoy
deseando saber qu me cuentas yo
tena una mezcla de curiosidad y miedo,
pero intentaba ocultar esto ltimo.
Vers a veces hay situaciones
en la vida en que nos vemos
obligados a hacer cosas que no
queremos no haca falta que me lo
jurase. Todo esto empezaba a parecerme
surrealista. Paco soltndome dilemas
morales en aquel parking, con el
morlaco del primo all presente, bien
Joder.
Joder.
contest.
Soy un amigo aad.
Esperaba encontrarla en su caja a esta
hora.
Pues no sers tan amigo me
respondi cortante, cuando no sabes
que est de vacaciones desde el
mircoles.
Se puede decir que Sandra haba
hecho una buena jugada. Emitir conmigo
y desaparecer del mapa, o al menos del
sitio
donde
poda
encontrarla
fcilmente. Tambin se haba tomado
vacaciones de la web. Quizs nunca ms
pensaba emitir por miedo a que en el
chat los pajilleros hicieran preguntas
nombre completo.
Sub las escaleras hasta el tercer
piso. De las tres puertas, la suya
quedaba justo a la izquierda. Me
acerqu sigilosamente y pegu la oreja a
la puerta durante unos segundos. Si
algn vecino me hubiera encontrado as
hubiera tenido que salir pitando
escaleras abajo.
Voces. Risas. Al menos un hombre y
una mujer. Tintineos de cubiertos sobre
la vajilla. El televisor encendido de
fondo y a bajo volumen. Todos aquellos
ruidos provenan del interior del
apartamento. A travs de la puerta poda
orles hablando, pero no entenda lo que
interminable calle.
Como digo, si era el novio de
Sandra, mi imaginacin no pudo estar
ms equivocada respecto a l. Recuerdo
aquella primera (y para m dolorosa)
emisin juntos; l vesta camisa a
cuadros, aunque poco le dur puesta. En
mi mente lo tena por un muchacho
universitario de cara aniada, con la que
habra conquistado a Sandra. Pensaba
que se habra dejado influenciar por su
novia y por el morbo, como les pasaba a
muchos componentes de parejas amateur
en internet, convencidos para grabar
vdeos e hipotecando con ello su imagen
para siempre. Aunque, por otro lado,
13. Confesiones
Eres una maldita zorra le dije. Al
ver sus ojos, tan verdes como
mentirosos, volv a sentirme inundado
de rabia. Ella lo not y se qued
paralizada, sin poder reaccionar. T y
yo tenemos que hablar seriamente. Voy a
quitarte la mano de la boca poco a poco;
no grites si no quieres empeorar las
cosas.
Sandra temblaba como un flan; ni
siquiera hizo amago de escabullirse,
morderme, o de zafarse de m de
cualquier otra forma. La resuelta, lista y
exhibicionista
muchacha
estaba
inquina.
No termina de convencerme lo
que me ests diciendo le dije. Y no
s hasta qu punto pretendes llegar.
Tampoco s qu clase de venganza es
esa de emitir conmigo y revelar mi
identidad en una situacin tan ntima
al adjetivo ntima aad interiormente
penosa; an no olvidaba ni olvidara
aquel gatillazo. Segn t no debera
haberme enterado de nada, y por tanto
hubiese seguido mi vida de forma
normal. Una venganza no es venganza si
el otro no la sufre en sus carnes.
Nunca has vivido pasiones
locas? Nunca has tenido deseos que
mujeres
transparentes
con
sus
sentimientos, pero a la vez calladas de
sus actos. Las ms peligrosas, las que
invitan a otorgarles confianza ciega
hasta que te das cuenta de que guardan
un pual bien afilado bajo la ropa.
Puedo asegurarte que por mi parte
nunca llegar a enterarse dijo
buscando algo de complicidad.
Aunque no lo creas, tom bastantes
precauciones. l estaba de viaje
trabajando. De hecho, por ese motivo
pude quedar contigo, como recordars.
No iba solo, con l estaban personas
muy cercanas, que aun as nunca
llegaron ni llegarn a saber que yo
An no me has respondido
convenientemente a lo principal le
dije. Por qu lo hiciste? S que
queras vengarte, pero me has
reconocido que te ca bien, que no
estabas actuando. No entiendo que
cambiases de parecer a ltima hora.
No cambi de parecer. Ya te he
dicho que nadie me ha pisoteado nunca.
Yo saba que tarde o temprano te
acabara haciendo dao. No pensaba
que fuese en aquel momento, ni en aquel
lugar ni de aquella manera. Ese sbado
noche en mi cabeza se form un buen
cctel
Cctel?
comenzaba
a
desesperarme de nuevo.
Pasin, revancha, morbo dijo
secamente. Pareca que al fin haba
encontrado las palabras correctas con
que expresarse y tuviese que soltarlas
rpidamente, no vaya a ser que
escaparan. Las copas de ms, los dos
cachondos en ese sof donde ests
sentado. Me dej llevar. Fui al bao y
tuve uno de esos momentos lcidos en
mitad de una borrachera, nada fue
premeditado me puse a cien solo de
pensar en lo que iba a hacer. Fui a mi
cuarto, encend el ordenador y me puse
la mscara. Me met en la web, escrib
el topic y empec a emitir. Despus vine
a por ti y
me llevaste hasta tu
habitacin complet.
Exacto. Te llev all por puro
morbo. Quizs se me puede considerar
enferma, o viciosa, me da igual
reconocerlo. Lo que ms me pone en
este mundo es que me vean, lo sabes
bien, joder, t mejor que nadie. Emitir
contigo era lo que me apeteca en aquel
momento, o mejor dicho lo que
necesitaba. Escrib tu nombre y
apellido, bien visible para todos.
Aunque t no lo supieras, te estaba
devolviendo el dao; mi orgullo
quedaba tranquilo y a la vez me
tus padres
Hermana correg. No quera
mezclar a mi familia lo ms mnimo en
la conversacin, pero no tena sentido
mentir, y estaba ansioso por ver cul era
su idea.
Bien, pues antes de denunciar a
esos cabrones, dile que est atenta a
cualquier cosa que pueda llegar al buzn
o a casa. Adems, dudo que incluso
tengan la direccin y se atrevan a
hacerlo realmente. Si ella te pregunta
ya es tu decisin contarle todo o confiar
en ella para que no meta las narices. En
cuanto al trabajo, t mismo puedes
controlar los movimientos de ese
14. La Navidad de
Richard_dreyfuss
A nadie le sorprendera si digo que
aquellas fueron unas vacaciones de
Navidad bastante ms tristes de lo
normal.
A solo ciento cincuenta kilmetros
de Sandra, de Paco, de Puertas Arellano
y del oscuro agujero de mi piso de
soltero, estaba mi antiguo hogar, aquel
que me vio crecer con ilusiones vanas,
aquel que abandon por primera vez
pocos aos atrs, para empezar una
carrera
que
me
convertira
definitivamente en un infeliz ms en el
gigantesco rebao.
Los lugares rara vez permanecen
iguales cuando se abandonan por un
tiempo. Las personas que los habitan
cambian, maduran o se hacen mayores.
Asimismo, la imagen que conservamos
en el recuerdo sobre algn sitio se ve
invariablemente cambiada por la
realidad, que es ruda y no entiende de
sentimientos pasados. Tambin influyen
los ojos con que miramos las cosas.
Cuando eres nio tu casa es tu reino, tus
padres los reyes, tu habitacin es tu
templo y tus juguetes los dioses.
Despus vas creciendo, y esas claras
trabajo digno.
Cuando volviese a bajar del
vehculo estara de nuevo en aquella
puta y fra ciudad habitada por fras
almas, como la de Paco y, por qu no,
como la ma. Quizs era mi sitio, el
hbitat que corresponde a gente como
yo. Ninguno de mis colegas, los
normales, los que empleaban los viernes
en ir al cine con sus novias, estaban
siendo chantajeados ni tenan problemas
parecidos a los mos.
Me sent como una vctima de
bulling esperando lentamente a la
llegada de un nuevo lunes que volviese a
lanzarme al infierno. La sabandija de
mismo.
Qu qu haces aqu? la
pregunta sali trabajosamente por mis
cuerdas vocales.
He conseguido escaparme un poco
antes del hiper contest Sandra.
Aunque hubiese una temperatura bajo
cero, ella segua hermosa, cualidad que
pocas personas tienen.
Crea que no recordaras dnde
trabajo todo me haba pillado de
sorpresa, y no recordaba haberle
mencionado nunca Puertas Arellano.
Recuerdo ms cosas de las que
crees. No soy de esas que escucha y
olvida.
escucharlos.
Escogimos una mesa algo apartada
del jaleo y del ir y venir de los
trabajadores de la empresa de cementos
cercana, que engullan sus platos
ansiosamente. Ambos pedimos el men,
sopa de picadillo y filetes de ternera con
patatas asadas, aunque yo sospechaba
que mis platos quedaran intactos.
Sandra mir la etiqueta de su refresco y
empez a despegarla lentamente con las
uas.
Y bien? pregunt. Cuntame
qu ha pasado por tu cabeza. An no me
acabo de creer que hayas venido hasta
aqu.
Los Girasoles?
Nunca.
Lo supona.
No se me ha perdido nada all
dije. De todos eran conocidas las
historias que contaban sobre aquel
suburbio. Algunas seran leyendas,
magnificadas de boca en boca, claro
est, pero como suele decirse, cuando
el ro suena agua lleva, y tena en
mente el dato de que ni siquiera la
polica acuda a ciertas calles del
barrio.
Pues Alberto vive all, desde
siempre. Se cri en Los Girasoles y dice
que solo lo saldr de all en una caja de
pino.
No me pareci un gitano.
Sandra solt una carcajada.
Y yo, te parezco una gitana?
Qu pregunta ms estpida, pues
claro que no.
Pues tambin me cri all.
Debi ver como cambiaba la
expresin de mi cara; estaba encantada
de su poder de sorprenderme.
Tuve la suerte de irme de aquel
sitio hace ya muchos aos continu.
Me cri all con mi abuela; todo lo que
tengo se lo debo a ella. No era buen
lugar para una nia, y ella no par de
trabajar y ahorrar hasta que con el sudor
pas desapercibido.
Eres una caja de sorpresas dije
. No me dijiste nada sobre tu edad
aquel da.
A veces me gusta guardarme cosas
para m misma.
Ya veo. En fin, te agradezco tu
intento de ayudarme, pero no, gracias.
Me las apaar yo solo.
Pagars t solo, mejor dicho. All
t, Richard. Algn da dejars de ser un
cobarde. Promteme que te lo pensars
por si llega ese da.
Cogi el bolso, sac un billete de
diez euros, lo dej sobre la mesa y se
puso en pie.
alternativas va a darme l?
A qu te refieres? pregunt.
A que me parece una idea de
locos, y viniendo de donde viene, quizs
implique ms extorsin, o incluso
violencia, y ms precio a pagar por mi
parte.
Eso tendras que hablarlo con l.
Y no, por supuesto que no tendras que
pagar nada por su ayuda. No es una
especie de mafioso como t crees. El
favor que te hace es por m.
Cavil durante unos segundos. Quise
pensar en lo que poda ganar y perder
con la decisin que tena que tomar. Si
volva a decir que no, la vera
muerta de fro.
Est bien dije al fin. Hablar
con l.
Ella baj la ventanilla.
Sabia decisin.
Pero si algn detalle no me
convence, o su mirada, o la gente a la
que supuestamente me va a presentar
No tengas tanto miedo, joder
intervino. Lo nico que debes
recordar es que si l mismo se ofreciese
a hacer algo, a entrar en contacto de
algn modo con Paco y el primo, t
debes dar marcha atrs. Lo nico que l
sabe es que hay gente intentando joder a
un amigo mo. Es cosa tuya inventarte
Bar Vlez.
debido.
Vaya, ingeniero entonces, eh?
Efectivamente,
ingeniero
industrial.
Un coquito sonri.
No tanto. Solo se trata de tener
constancia.
Me mir con una cara mitad pena y
mitad admiracin.
Toda tu juventud estudiando,
esforzndote para conseguir un buen
trabajo, para que ahora te intenten joder.
Muy triste.
S, s que lo es.
Joder, quiero decir, ni en los
mejores sitios os libris de estas
la que asustarte?
La tienen confes.
Entonces estamos hablando de
palabras mayores adopt un tono ms
serio. No quiero entrar en el tema,
pero me lo imagino jodiendas con la
mujer del jefe, o su hija, o vete a saber.
Tampoco hace falta que digas ms.
No, no te lo imaginas, pens. Si te
lo imaginaras ya estara recibiendo una
paliza o algo peor.
Te lo agradezco, Alberto dije.
l volvi a sonrer por un instante.
No me acostumbro a que me
llamen as. Aqu todo el mundo, y
cuando digo todo es todo, tiene algn
mote.
Interesante fing. Y cul
es el tuyo?
Sable dijo henchido de orgullo
por unos instantes. Si te esperas a que
haga una llamada, te cuento el porqu.
Aunque no sers poli, verdad?
brome. Voy a avisar a Cazuela y
Furby. Ellos se encargarn de lo tuyo; te
caern bien, ya lo vers.
Se levant sacando el mvil del
bolsillo del pantaln, y sali por la
puerta, dejndome solo. Ya no me senta
observado solo por el camarero, sino
tambin por el resto de clientes. Es raro
e inquietante ese instinto de saberse
Me re con l.
Antes de despedirnos, puedo
preguntarte algo? dijo.
Por supuesto contest. No
esperaba tales formalismos de su parte.
Cmo conociste a Marina?
Qu cmo la conoc? pregunt
con la voz entrecortada, y rec porque
no me lo notara.
S. Si te digo la verdad, he tenido
controlados a los hombres con los que
trabaja. A sus amigos tambin. Pero t
no saba ni que existieras.
Me pill fuera de juego. No
esperaba aquella pregunta tan personal.
Gilipollas de m, no llevaba alguna
cosas, hombre
Yo era un manojo de nervios. An no
saba cmo reaccionar o comportarme.
Pues ya ves re. Eso es lo
que pas. Supongo que ella tampoco te
haba contado nada por vergenza.
Ya lo creo, a m tambin me est
dando vergenza de escucharlo! Y
pensar que me has visto en pelotas, hay
que joderse.
Sable segua riendo y yo empec,
por fin, a respirar ms relajado.
Bueno, no erais la nica emisin
que vea ment. Simplemente
coincidi que estamos en la misma
ciudad. Estuve seguro de que era ella
cuando la encontr.
El mundo es un pauelo, ya lo
creo dijo. Con el dorso de la mano, se
secaba las lgrimas provocadas por la
risa. S muy bien lo que hacis los
que os metis en esas pginas mientras
tanto.
No creas, a veces es por puro
aburrimiento.
Claro, claro condenada cra,
saba que acabaran reconocindola.
Enseaba demasiado.
Volvi a sonrer, esta vez ms bien
hacia sus adentros, mirando por la
ventana del bar.
Sabes lo bueno de esto?
Parecan cansados.
Ahora cuntales en detalle lo de
esos dos hijos de puta. En cuanto
termines bscame en el parque dijo
Sable levantndose. Debi ver mi cara
de preocupacin; saba que no estaba
preparado para ir dando trotes por el
barrio. Est ah mismo, justo enfrente
del bar. Estar echando una pachanga
con los chavales.
Vosotros dos se gir hacia los
hombres, maana os veo. Bueno,
Cazuela, a ti te llamo luego. Tengo que
comentarte una cosa. En cuanto a ste,
cuiddmelo bien, que est algo blandito
sonri y se perdi de vista.
Dentro de la oscuridad de la
conversacin, con sus medias palabras y
sus lecturas entre lneas, lo que el
hombre estaba diciendo era lgico: no
era lo mismo proceder ante dos matones
que ante dos pardillos de barrio, fuese
cual fuese el procedimiento.
Uno de esos hombres dije, no
creo que entrae demasiado peligro. Lo
conozco ms o menos bien bueno, al
menos eso crea.
Qu pasa con el otro? inquiri
Cazuela. Pareca tener prisa por recabar
la informacin.
El otro es diferente. Es primo del
primero. No est en mi trabajo, aunque
De qu estamos hablando
exactamente? pregunt. Violencia,
intimidacin?
Una sonrisa cnica apareci en la
boca de Cazuela. Sus dientes eran muy
amarillos.
Tena razn Sable con eso de que
ests blandito. Explcale, Furby, haz el
favor.
El chaval tosi para aclarar la voz y
solt la jarra, ya vaca, en la mesa.
Dependiendo de lo que se paga se
hace ms o se hace menos. Se pueden
dar sustos: pequeos, grandes o ms
grandes. Se pueden hacer visitas. Puede
haber charlas amistosas. O puede haber
Aunque
yo
mismo
quera
estrangularle con mis propias manos
durante buena parte del da, en el fondo
saba que era un pobre desgraciado.
Probablemente, de forma indolora,
entrara en razn tarde o temprano.
Desconoca si poda pedir algn
tratamiento personalizado para l y
otro para el primo, aunque Cazuela y
Furby no parecan andarse con tonteras.
Pensar en mi compaero fue lo que
dio pie a un intenso debate interior
sobre si aceptar o no la solucin que me
daban aquellos hombres, y por ende, la
solucin de Sandra.
En este rpido devaneo se
18. Al acecho
S? Dgame?
Eran las tres en punto del da
siguiente a mi visita a Los Girasoles. La
noche haba sido razonablemente
tranquila, pero la maana improductiva
e inquieta. No haba podido esperar ms
para volver a escucharla. El da soleado
converta el interior de mi coche en un
invernadero.
Hola Sandra.
Quin eres?
Una sonrisa se dibuj en mi cara
cuando confirm que era su voz.
Soy Richard dije, no hace
manos en el barrio.
Quieres bajar la voz? se puso
roja. Ya te dije que eso quedaba entre
vosotros. No puedes reprocharme nada.
Adems, si te soy sincera creo que se
merecen eso y ms.
Entonces, t sabas de qu iba
todo esto, no? No son formas de
solucionar las cosas. Y sobre todo el
remedio puede ser peor que la
enfermedad.
Lo que hagan o dejen de hacer los
colegas
de
Alberto
no
es
responsabilidad ma.
Ninguno de ellos es trigo limpio,
Sandra dije. Ni siquiera el propio
Sandra
estaba
usando
la
archiconocida tctica del cambio de
tema y el reproche aadido, mtodo
habitual de mujeres (y algunos hombres)
desde el principio de los tiempos.
Pues conmigo casi todo fueron
risas, aunque te confieso que daba
miedo cuando se pona serio; era
imposible engaarle y aguantar la
mirada. No imagino cmo te debes
sentir con l.
Me siento estupendamente, por si
lo dudas mientras hablaba un ligero
temblor le traspas la garganta, y desvi
la mirada. El lenguaje no verbal nunca
miente, y yo no soportaba que sus
malcriado, Richard.
Lo s. Puede que tenga el
sndrome de Peter Pan Y bien?
De acuerdo dijo al fin. Pero
solo maana, y solo unas horas. Y como
no me devuelvas a mi pequen sano y
salvo y a tiempo, te denuncio por robo.
No te preocupes. Maana antes de
que anochezca lo tendrs en tu puerta.
Yo tambin le tengo aprecio al mo, que
lo sepas.
Le tend mis llaves y acto seguido
ambos bajamos al parking a realizar el
intercambio. El pequeo Clo rojo de
tres puertas de Sandra estaba aparcado a
un par de calles de mi coche. Aquel era
vayas a comisara.
Ahora me pides que te llame?
De perdidos al ro. Alberto ya
sabe que nos conocemos. Mientras siga
sin saber ciertas cosas, supongo que no
pasar nada.
Cuando la vi alejarse, supe que ya
estaba listo para ser detective por un
da.
Dediqu el resto de la tarde al
beneficio de mi cuerpo y mente: una
suave carrera bajo la lluvia, una sesin
de abdominales, la preparacin de una
cena sana y nutritiva y mi negacin a
encender el ordenador. No poda estar
ms orgulloso de m mismo. Una vez mi
excusa
perfecta
para
seguir
ejercitndolos, y quienes durante la
semana son trabajadores intachables,
necesitan foguearse en su tiempo de
asueto.
Lo fundamental aquella maana era
que Paco no supiese que haba venido a
trabajar en el Clo rojo. As pues, decid
aparcarlo a unos metros de la entrada de
Puertas Arellano, en la calle, entre
vehculos annimos. Fuese quien fuese
el que preguntase, mi coche estaba
averiado.
Afortunadamente
nadie
pregunt.
Solo tena que procurar salir a la vez
que Paco, para que me diese tiempo a
Me introduje en el pequen de
Sandra y arranqu el motor sin dejar de
observar la salida de vehculos de
Puertas Arellano. No pasaron ni dos
minutos cuando el tanque de Paco gir
en direccin a la calle. Sobre el coche
haba una fina pelcula de polvo que lo
envejeca an ms.
Justo en aquel momento, una
furgoneta de reparto se situ tras su
vehculo. Era perfecto para mis planes,
pues siempre que pudiese pensaba dejar
entre Paco y yo como mnimo un coche,
y as asegurarme de no ser descubierto e
identificado en una mirada a su
retrovisor.
m mismo.
Me dio tiempo a reflexionar sobre el
destino o lo que la vida reserva a cada
cual. Probablemente Paco, de ser algo
ms atractivo o menos introvertido,
habra conocido alguna mujer. Lo s, una
mujer no era mi respuesta, pero s poda
serlo para otras personas. Me imagin a
Paco rodeado de hijos, comiendo en una
gran mesa de aquel mismo restaurante.
Probablemente una vida estndar,
pese a su superficialidad y a sus
desengaos, habra sido una vida ms
feliz para l.
Me descubr pensando en hijos, en el
poder curativo de la sonrisa de un nio,
ni por un segundo.
Soy Evelina, encantada dijo
con acento del este, pero voz sugerente a
la vez que firme. Me dio dos besos y me
cogi de una mano, guindose en ella
para dar una vuelta sobre s misma, para
mostrarme su material de trabajo. El
culito respingn pareca querer salirse
de la falda y empezar a jugar. Tena las
piernas bien contorneadas y definidas, y
ese magnfico hueco entre ellas que solo
algunas mujeres tienen la suerte de
poseer. Esa chica haca deporte, mucho
deporte. Se cuidaba. Toda una
profesional.
Encantado. Me llamo Roberto
20. Deudas
Vaya, vaya dijo lex. Una visita
inesperada.
Acaso no puedo tomar una copa?
intent hacerme el valiente, pero no
poda ocultar el tembleque de mi voz.
Me puso una manaza en el hombro y
me oblig a bajar de la silla. Me sent
como un nio travieso cuando, acto
seguido, me cogi de la oreja y me la
retorci, hasta un punto en que me vi
obligado a girar la cabeza de forma un
tanto
cmica.
Evelina
haba
desaparecido en algn momento
indeterminado, y la chica de la barra
He seguido a tu primo.
As que ahora te ha dado por jugar
a los espas
Pareci divertirle la situacin. Se
sent en el silln giratorio, que me
pareci de juguete en cuanto lo ocup;
aquel inmenso y musculado cuerpo
sobresala por todos sitios.
Desde aqu controlo todo lo que
pasa en esta casa continu. Te he
visto con Evelina, curioseando y
entrometindote donde no debes. En
cuanto termine contigo, esa zorra se va a
enterar.
Sac su mvil, se gir ligeramente y
empez a marcar un nmero. En aquel
Casa
Damaris
pareca
estar
transformado.
Paco, no te pitaban los odos?
le pregunt lex riendo. Mira a quin
he encontrado: ahora mismo estaba
hablando maravillas de ti.
Qu qu cojones haces t
aqu? me pregunt Paco.
Ya ves. A uno tambin le gustan
las copas y las putas.
Quieres que te de otro aplauso en
la cara? exclam lex. Dile la
verdad.
Yo me qued callado. No me
apeteca dar explicaciones. Me haban
pillado all y punto. Nunca deb entrar
econmicos.
Ahora no te he dado permiso para
hablar prorrumpi lex.
Paco se haba girado hacia m, con
una pierna cruzada sobre la otra:
Djale dijo. Deja que hable.
Adelante, Ricardo. Si crees que debes
hablar, lo mejor ser que no te guardes
nada.
No saba ni por dnde empezar, ni
qu pretenda exactamente.
Te he seguido. Lo admito. Ya est.
Contina.
No. Ya est bien dije. Solo
quiero marcharme de una vez.
Vamos, Ricardo solo estamos
ni un euro ms.
Es lgico. Lo que me extraa es
que siga dejndote entrar en su negocio.
Es complicado, joder, muy
complicado. La nica forma que tengo
de salir de sta es seguir jugando. Jugar
y ganar. Lo que gane no ser para m,
sino para pagar la deuda que tengo con
l. Y para seguir jugando necesito
dinero.
Deudas para cubrir deudas. Crea
que eras ms inteligente. La deuda que
pretendes contraer conmigo va ms all
del dinero.
Estoy cogido por los huevos,
Ricardo. Estoy obligado a seguir
jugando.
No entiendo por qu.
Yo nunca gano, lo entiendes?
su voz son como una splica. Por un
instante me mir y supe que haba algo
que le era imposible contar. Reflexion
por un instante.
Ganes t o gane Mario, siempre
gana l. Trampas quizs? Dos
jugadores como si fueran uno resolv
.
Multiplicar
por
dos
las
posibilidades. Quizs tengis un cdigo
de gestos o miradas. Te acaricias la
oreja y sabe que vas de farol, o cosas
as. No soy un experto en pker, pero
creo que eso se hace en otro juego. Le
infierno.
Pens que, en cuanto arrancara el
coche, no sabra a dnde ir. No sabra si
acudir a comisara a denunciar,
ignorando las amenazas de lex. No
sabra si ir a casa, acostarme y no
volverme a levantar.
Mir mi cara enrojecida en el espejo
retrovisor; casi se intua la forma de la
mano de lex sobre mi carrillo
izquierdo. Volv a encender mi telfono
y a los pocos segundos recib una
llamada. Era Sable.
Sable.
Eran las seis de la tarde y yo tena
que devolverle el coche a Sandra.
Hubiera sido muy poco inteligente
aparecer con aquel vehculo rojo en las
narices de su novio.
Me present en el nmero
veinticuatro de la calle La Luna y llam
al tercero C con la tranquilidad de que
Sable no andara por all.
Quin es?
Sandra, soy Richard. Aqu tienes
tu coche. Te lo he dejado aparcado en la
puerta.
Richard! Subes? Tienes que
contarme
caras ms serias.
Este chaval le echa huevos a la
vida anunci Sable, y est
interesado en el tema.
No era exactamente eso lo que yo le
haba dicho, pero lo dej estar.
Qu sorpresa dijo ese tal
Copito. No hubiera dado un duro por
un pijito como t.
Este pijito tiene unos cojones ms
grandes que tu cabeza intervino Sable
, as que a partir de ahora le hablas
con respeto.
Lo que t digas respondi de
mala gana y me mir. Qu quieres
saber?
Lo s, lo s. Te lo he dicho antes,
nuestro transportista habitual nos ha
fallado. Pero tenemos que mantener el
da y la hora. Esto no depende solo de
nosotros. Y adems, los domingos son el
da perfecto para hacerlo.
Los domingos a media maana
complet el canoso. Si se hace muy
temprano hay controles para la gente que
sale de farra los sbados. Y si se hace
muy tarde hay ms poli en la carretera
porque hay trfico de personas
volviendo a sus casas despus del fin de
semana.
Exacto dijo Sable.
Si todo estaba bajo tan estricto
en paz descanse.
Joaqun, eh? Ahora no caigo en
ninguno ment. En ese momento lo
vea claro. Furby era una extraa
versin, ms joven y musculada, de mi
compaero de trabajo.
Se fue del barrio hace aos. Ya no
quiere saber nada de m ni de mi madre.
Una pena.
Una pena no, que le den por culo.
Bueno, me tengo que ir.
Pinsate bien el viajecito me
dijo cuando ya me haba metido en el
coche. Creo que merece la pena.
Arranqu y empec a conducir tan
ensimismado en mis pensamientos que ni
A mujeres despampanantes y
guapsimas me pareci ver un atisbo
de celos pasando fugazmente por su
mirada, y no solo eso, sino juego;
Paco estaba jugando una cara partida de
pker con gente. Gente mucho ms rica
que l.
Y de dnde saca el dinero para
apostar? Y para lo dems? Pretende
que t le pagues la mala vida?
No exactamente
Le traslad como buenamente pude
la conversacin que tuve con Paco.
Mientras la historia se iba deslizando
cansinamente por mi cabeza y mi boca,
Sandra pona todo un muestrario de
ma.
Ella se incorpor sobre su asiento,
se golpe ligeramente las rodillas con
los brazos y se puso en pie.
Sabes qu? Algunas decisiones
hay que celebrarlas. Por ejemplo, sta
ltima. Ya es hora de que dejes de
pensar en este tema, levantes ese nimo
y te ras un poco. No te veo rer desde
aquel da se dirigi a la cocina.
Y cmo piensas conseguirlo?
pregunt. Estaba tan hecho aicos que
sus pasos retumbaron en mi cabeza,
recordndome que solo quera echarme
a dormir. Hara falta magia para
hacerme volver a sonrer.
Laura?
pregunt.
Te
refieres a aquella rubia con la que te vi
el primer da?
La misma. No le han dado ningn
motivo, pero todo el mundo sabe que ha
sido por ser demasiado mayor. Y solo
tiene cuarenta. Me he dado cuenta de
que nada es para siempre.
A buenas horas, pens. En efecto,
nada dura. Todo cambia ms rpido de
lo que uno deseara. Tan pronto uno se
acostumbra o est satisfecho con la vida,
sta se empea en darte una colleja para
que tengas que volverte a levantar.
Algunos como yo, en el fondo,
ansibamos ese golpe que nos hiciera
Uf! suspir.
Qu?
Nada, que ha estado muy bien.
Yo estaba exultante pero a la vez
muerto de cansancio, y no coment nada.
Siempre me parecan absurdas las
conversaciones de ese tipo despus de
follar.
Qudate a dormir me dijo.
Crees que hay suficiente cama
para los dos? brome.
Quin ha dicho que vayamos a
dormir los dos en la cama? si de
vacilar se trataba, ella siempre ganaba.
De acuerdo, yo la cama y t el
sof.
me malinterpretes
Ya s que no vas a dejarle por m.
Exacto. Voy a dejarle por m, por
lo que siento o ms bien por lo que he
dejado de sentir.
No es alguien para ti.
Puede. Pero eso que acabas de
decir es muy feo y adems no puedes
saberlo. Le conoces muy poco, y no me
conoces tanto a m.
Creo conocerte bastante bien. Y a
l en fin, me ha bastado con el par de
veces que le he visto.
Par?
No s si lo recuerdas, pero ayer
vena de hablar con l.
promesa. Me la hizo y no la ha
cumplido. Me prometi no volver al
trapicheo, me prometi que hara
negocios sanos y legales. Me prometi
que nunca se pondra en peligro a s
mismo con esa clase de mierda. Eran
drogas, verdad?
Cocana.
Al pronunciar esa palabra se
derrumb sobre mis brazos.
Sabes lo que te digo? Que me da
igual! Iba a dejarle de todos modos.
Pero me duele mucho, me quema por
dentro que me haya engaado durante
tanto tiempo
Los dos habis tenido un
aprovechado.
T lo has dicho. Para no hacerle
quedar mal delante de sus amigotes, le
dije que me lo pensara. Supongo que ya
habrn encontrado a otro que lo haga.
Por lo que ms quieras, aunque sta sea
la gota que ha colmado el vaso y vayas a
dejarle, no le digas que te he contado
nada.
Me ha engaado todo este
tiempo repiti. Todo este
tiempo
La tranquilic acaricindole el pelo.
Nunca se me dio muy bien dar muestras
de cario, pero pareci funcionar. Por
mi parte ya estaba todo dicho respecto a
respuesta.
Finalmente me levant y fui hacia el
saln. All estaba Sandra, arrebujada
bajo una manta en el sof, con la
televisin encendida pero mirando al
infinito con sus ojos verdes enrojecidos
y vidriosos. Me sent junto a ella sin
decirle nada.
Tena puesto un canal de noticias.
Hablaban del descubrimiento de un
barco hundido en alta mar, con toneladas
de oro y plata en sus entraas; un
gigantesco tesoro que nunca lleg a su
destino. As, de la forma ms casual y
absurda, una idea se ilumin en mi
cabeza. Era mejor que el todo el oro del
estar tranquilo.
Decid irme a mi apartamento y
descansar como es debido antes de que
llegara el domingo. Me desped de ella
con dos besos; ya no nos quedaba pasin
despus de tan larga noche, y estbamos
nerviosos por lo que tenamos por
delante. An a da de hoy me sigo
sorprendiendo de la actitud y la frialdad
de Sandra mientras encaraba aquel
desesperado y arriesgado movimiento
que yo haba propuesto.
Te llamar desde algn sitio
dije.
Cudate.
Llegu a casa y volv a repasar una y
Vamos, es la hora.
Me condujeron de vuelta al espacio
principal de la nave, hacia un portn
trasero que daba a un callejn. All
esperaba, con el maletero abierto y el
compartimento de la rueda de repuesto
vaco, un Ford Focus negro.
Este es el coche? pregunt a
Sable.
S. Ms discreto imposible. Ni
muy nuevo ni muy viejo, y con el color
tpico. Aqu no se improvisa nada.
Ya veo y la matrcula?
Qu quieres decir?
Est en algn registro o algo as?
Es una forma educada de
choc la mano.
Nos vemos en un par de horitas
con tu parte gui el ojo y me cerr la
puerta. En aquel momento me pareca
que era un mono al que, sin comerlo ni
beberlo, estaban a punto de lanzar al
espacio. Despus me acord de lo que
tena que hacer y el corazn empez a
latirme tan fuerte que not como quera
salirse de mi pecho. Tom aire y
arranqu el coche, dejando atrs a
aquellos dos hijos de puta sin
escrpulos.
podido
Escchame t cort. Ahora
voy a ser yo quien va a hablar. Si caigo
yo caemos todos. Ya vienen.
Colgu y segu mirando fijamente
por el retrovisor.
conclu.
Me encerr de nuevo y me qued
observando la hmeda rueda, o ms bien
el artilugio que pareca una rueda y
ocultaba doce kilos del polvo blanco
con el muchos indeseables se ganan la
vida. La toquete un buen rato y la palp
con el extremo de un rodillo de cocina.
El tacto era ms blando que el real en un
neumtico. De hecho, la goma era una
fina capa para que cupiese la mxima
cantidad posible de sustancia. Hice
palanca con un cuchillo en la llanta y ah
estaban: decenas de bolsitas disueltas en
lquido y metidas en bolsas mayores.
Decid no seguir desplazando la
Que le he dejado.
Vaya no esperaba que lo
hicieras tan pronto.
Se lo he soltado justo antes de que
se marchara. Y no ha parecido
importarle tanto me ha dicho
pinsalo, ya hablaremos de todo con
tranquilidad, y me he negado. Esto ha
sido lo que estaba esperando, Richard.
Ese mamarracho estaba empeado en
engaarme hasta el final, en no decirme
que tena que irse por culpa de que uno
de sus putos negocios ha salido mal.
Y cmo te sientes?
Me siento extraa contest al
instante. Ni bien ni mal. Me siento
25. El gancho
Aquellos das de mi larga noche fui
como un fantasma fuera y dentro del
trabajo. Lo ms importante estaba por
hacer, y hasta entonces sera un autmata
insomne. Incluso Begoa, la secretaria,
me not raro. Solo el recuerdo de
Sandra, de su cuerpo sobre mi cuerpo,
consegua sacarme del ensimismamiento
y hacerme sentir vivo de nuevo.
Ms all de esos recuerdos solo
hubo algunas llamadas furtivas. Tanto
ella como yo tenamos miedo de vernos,
de que apareciera Sable o alguno de sus
conocidos en un callejn, en una
. Novedades?
Siguiente paso conseguido dije
. Te toca entrar en juego. Ests
preparada?
Joder, supongo que s contest
con la voz algo entrecortada. No ha
habido alternativa?
Ha sido imposible. Creo que no
se saca las llaves del pantaln, y aun as
no podra hacerlo en el aparcamiento, a
la vista de todos.
Ya, entiendo
En cuanto a ti, ya lo sabes: no
tendrs que hacer nada que no ests
dispuesta a hacer. Pero tendrs que
entretenerlo el mayor tiempo posible.
26. Vendetta
Febrero hizo su entrada con parsimonia,
como siempre glido y lluvioso, pero
con la promesa de un marzo ms clido.
Haban pasado justo ocho das desde
que Paco accediera a tener un encuentro
con Sandra. Se iba a llevar a cabo el
penltimo paso de mi venganza, una
venganza silenciosa e inesperada, tan
alevosa y premeditada como nunca la
hubo. Todo estaba preparado. Estaba
siendo un da tormentoso a ms no
poder, y quisiera o no esto daba un
trasfondo siniestro al asunto.
El lunes anterior inform a Paco de
partida.
Sub las escaleras despacio hacia la
cuarta planta, concentrado. Sandra
estaba haciendo a la perfeccin su parte
del trabajo, como si llevara toda la vida
conspirando. Traspas con todo el
silencio posible una puerta antiincendios
que estaba entreabierta, asomndome
por su ojo de cristal antes de acceder al
rellano donde se encontraban las dos
viviendas, A y B, de aquella planta.
A la derecha estaba la segunda, mi
destino. En la semioscuridad me acerqu
y empuj la puerta de entrada. La
madera se vea negra como el carbn, y
solo pude ver la cerradura y el picaporte
27. La llamada
Llegu a mi apartamento sin dejar de
pensar en lo que acababa de hacer y en
lo que acababa de or. Sandra se haba
implicado hasta el final. Nadie le haba
puesto una pistola en la cabeza para que
lo hiciera, pero yo me senta un
monstruo. Notaba el vrtigo de alguien
que ha dado un paso que no tiene vuelta
atrs, de quien se ha lanzado al vaco.
Por momentos pens que mi venganza
haba sido, o iba a ser, tan desmedida
que rompera todos mis esquemas y me
volvera loco. Y por ltimo, y aunque no
lo supiera, intua que algo se haba
poco a poco.
Aquella noche del ocho de febrero
fue febril e interminable hasta que son
el despertador. Volv a plantarme en
Puertas Arellano con mis ya habituales
ojeras y mi desgana. No servan de nada
los cafs ni los nimos de Begoa y
Joaqun. No llam a Sandra hasta que vi
a Paco aparecer con su tanque. Jams
podra imaginar el regalo que le haba
dejado en el maletero. Solo necesitaba
unos das ms, y que no pinchara una
rueda.
Ricardo, no tengo ganas de hablar
dijo Sandra justo despus de
descolgar. Espero que hicieras lo que
debas.
Lo hice. Qu tuviste que hacer
t?
Demasiado. Y te he dicho que no
tengo ganas de hablar.
No ests trabajando? Crea que
no me cogeras el telfono.
No he ido a trabajar. No me
encuentro bien.
Joder, qu te ha hecho?
Por tercera y ltima vez. No me
apetece hablar del tema. Adis, Ricardo
colg.
En aquel momento Paco apareci en
mi despacho con una mueca sonriente
que dud que hubiese visto antes.
Qu quieres? pregunt.
Vaya amiguita que tienes, Ricardo.
Estoy muy ocupado, Paco
ment. No tena ganas de escuchar
detalles, y menos de su sucia boca.
Solo quera darte las gracias. Me
cost ms de lo que pensaba y tuve que
portarme como un caballero: invitarla a
cenar y luego al cine. Pero mereci la
pena, ya lo creo que s.
Se qued plantado en la puerta,
esperando que le dijese algo, pero yo
me qued callado mirando al ordenador,
intentando que la amargura no se hiciese
duea de mi cara.
Imposible que uno no quiera
repetir con
hablaremos.
ella
dijo.
Ya
Entiendo.
Pero eso no es todo. En ese club
se organizan partidas ilegales. Yo
formaba parte de ellas, hasta que me
echaron como a un perro. Se ve que el
dinero ha dejado de alcanzarle a alguno
para seguir jugando, y ahora piensa
pagar en cocana. Y cuando digo ahora
me refiero a ahora.
Cmo
conoce
usted
esa
informacin?
El caso es que tengo fuentes
fiables conocidos que frecuentan ese
club. Y, como le digo, ha llegado a mis
odos que hoy tendr lugar un
intercambio. En un viejo Renault Laguna
mvil
de
Paco,
pero
estaba
desconectado.
Por disimulo, decid presentarme en
el despacho de Antonio Arellano, quien
se encontraba parapetado en su
escritorio tras media docena de
archivadores; l no tena ordenador ni
falta que haca. Era el jefe.
Don Antonio, buenos das y
disculpe que le moleste, puedo pasar?
Claro, claro, Ricardo, pase y
sintese si lo desea respondi. Nunca
nos tutebamos.
Ver, como sabr Paco lleva sin
venir toda la semana. Le he llamado a su
telfono pero est desconectado. No s
puesto el piercing.
Sonre instintivamente, pero tambin
me dieron ganas de llorar. Apagu el
ordenador. Fue en aquel momento
cuando supe que ciertas cosas que yo
imagin o llegu a pensar respecto a
Sandra solo fueron un espejismo.
Tambin supe que esa era la forma, tan
extraa y sin ruido, en la que Sandra
desaparecera para siempre de mi vida.
Y es que hay personas importantes que
se van as, sin una msera despedida, sin
compasin, en un doliente silencio. Lo
que pudo ser y no fue? No. Lo que fue y
termin. Me hubiera gustado decirle ms
cosas, verla una ltima vez, disfrutar de
una.