Heidegger Martin - Desde La Experiencia Del Pensar PDF
Heidegger Martin - Desde La Experiencia Del Pensar PDF
Heidegger Martin - Desde La Experiencia Del Pensar PDF
del pensar
Debajo y a travs de los altos abetos
MARTIN HEIDEGGER
Traduccin y comentario
EDITORIAL
VRTICE
B I B L I O T E C A
D I G I T A L
Heidegger, Martin
Desde la experiencia del pensa: debajo y a travs
de los altos abetos 1 ed.
Ciudad Autnoma de Buenos Aires: Vrtice, 2014
E-Book
Traduccin y comentario por: Claudio Csar Calabrese
ISBN 978-987-9222-68-3
1. Filosofa.
CDD 190
Fecha de catalogacin: 05-12-2014
ndice
MARTIN HEIDEGGER
I. Introduccin........................................................................ 21
II. Sobre el sentido del comentario........................................ 26
III. Un comentario a Desde la experiencia del pensar.......... 32
IV. Eplogo............................................................................. 84
V. Conclusiones...................................................................... 85
VI. Bibliografa...................................................................... 90
Prlogo
que mencion antes, investigando la presencia del Hiponense en la filosofa alemana del siglo XX.
Aus der Erfahrung des Denkens es prolongacin de
aquellas lecturas: lo le primero en las traducciones que
menciono en la bibliografa; entre la atraccin y la incertidumbre de la meta, me aproxim un poco ms, al original,
y la traduccin se prolong en la necesidad de comentarlo,
es decir, de entenderlo, de apropirmelo. Por ello, insisto,
no presento ni un artculo ni un ensayo, sino un comentario.
Esta labor est intensamente ligada a la tierra mexicana;
la decisin familiar de partir de Argentina, en medio de las
miserias y contradicciones de su vida universitaria (y no
slo), para recalar en Mxico signific, en medio de la generosidad de su gente y de sus paisajes intensos, la posibilidad de pensar lejos del solar.
Esta tarea comenz una tarde magnfica en la biblioteca
de la Universidad de Cassino, durante mi ltima estada, al
amparo de la clebre abada y culmina hoy en la Biblioteca
de la Universidad Panamericana, en la ciudad de Aguascalientes, que nos ofreci a Ethel y a m la posibilidad de
continuar el magisterio inescindible de docencia e investigacin; a sus autoridades, nuestro agradecimiento.
A Jesucristo, nuestro Seor, nuestra humana fidelidad.
Claudio Csar Calabrese
Aguascalientes, 23 de septiembre de 2014
MARTN HEIDEGGER
Camino y balanza
Sendero y palabra
Se encuentran en una andadura.
Marcha y lleva
Ausencia y pregunta
A lo largo de tu propio sendero.
Cuando la veleta canta, delante de la ventana de la cabaa, con la tempestad que se levanta
Si el coraje del pensar viene de la llamada apremiante del ser, entonces crece el lenguaje del destino.
Tan pronto como tenemos la cosa ante los ojos y, en
el corazn, prestamos atencin a la palabra, el pensar
se cumple.
Pocos son suficientemente experimentados en distinguir entre un objeto aprendido y una cosa pensada.
Si en el pensar hubiera adversarios y no simples
enemigos, le ira mejor al pensar.
10
11
Cuando a comienzos del verano florecen aislados narcisos, ocultos en el prado y brilla bajo el arce la rosa de la
montaa...
El esplendor de lo sencillo.
Slo la forma conserva la mirada,
pero la forma descansa en el poema.
A quin podra traspasar el entusiasmo como un
soplo, si quiere evitar la tristeza?
El dolor regala su fuerza salvadora donde menos
sospechamos.
12
Cuando el viento, cambiando rpido, se queja en las vigas de la cabaa y el tiempo se vuelve molesto.
13
Todo coraje del nimo es la resonancia de la galanura del ser, que convoca nuestro pensar en el juego
del mundo.
En el pensar, cada cosa se vuelve solitaria y lenta.
En la paciencia prospera la magnanimidad.
Quien piensa en grande debe errar en grande.
14
Cuando el arroyo de la montaa, en la calma de las noches, narra su cada por encima de las rocas
Lo ms antiguo de lo antiguo llega a nuestro pensamiento detrs de nosotros y, sin embargo, viene a
nosotros.
Por eso, el pensar se detiene en la llegada de lo que
perdura, y es recuerdo.
Antiguo significa detenerse a tiempo donde el pensamiento solitariode uncamino del pensar ha encontrado su lugar en su textura.
Tenemos que atrevernos a dar el paso atrs, de la
filosofa al pensar del ser, una vez que hayamos alcanzado familiaridad con el origen del pensar.
15
La expresin del pensar slo reposara en su esencia, si fuese incapaz de decir lo que debe permanecer
en silencio.
Tal impotencia colocara al pensar ante la cosa.
Nunca, y en ninguna lengua, lo pronunciado es lo
dicho.
Que cada vez y de repente hubiese un pensar, qu
asombro podra sondearlo?
16
17
18
19
Martin Heidegger
y los ojos de murcilago
Comentario a Desde la experiencia del pensar
I. Introduccin
Desde el inicio conviene dejar claro mi perspectiva acerca de la relacin poesa y filosofa, puntualmente en el
texto que nos ocupa: considero que Heidegger no las identifica, es decir, no niega sus especificidades.
As como la poesa alcanza la perfeccin dentro de los
lmites lingsticos de la creacin particular, el texto filosfico se hace ms fructfero mediante otros textos de la
misma naturaleza, pues su tarea, aunque individual, es
esencialmente dialgica.
21
24
do en Heidegger. En efecto, ste se presenta ms agudamente en cuanto se ha propuesto retornar a los orgenes
presocrticos del pensar, a sus races ocultas, desde el
olvido del ser.
25
Por lo dicho hasta aqu, la tesis que sustento en este comentario es la siguiente: el acto de fundar una palabra
potica implica recrearla como una nueva physis, que nos
regrese a la comprensibilidad de la physis del cosmos; se
constituye, de este modo, en el improntus filosfico (con
innegable continuidad en la teologa, aunque no se implique
aqu) de sostener ambas curvas de comprensin (poesa y
physis), en la tensin que implica exaltar simultneamente
ambos rdenes.
Se debe ponderar aqu que Heidegger, con su intento de
retorno al origen absoluto, ofrece una respuesta divergente
al problema de la naturaleza, al plantearla en genealoga y
semntica griegas: la reapertura de un significado arcaico
abre nuevas puertas al pensar en sentido omnicomprensivo.
Es necesario adems considerar que, en esta reapertura
de la comprensin de la naturaleza, se pone en crisis la
concepcin cartesiana de dominio de la naturaleza (Bonicalzi, 1990, p. 175), al mismo tiempo que el concepto
tradicional de natura, en cuanto certeza y exactitud de su
conocimiento (en nuestra interpretacin de la presente obra,
la esencia del ser es significativamente el viento).
Por ello no resulta exacto referirse a una recuperacin de
aquel concepto, sino de una completa recreacin, a la que
26
del ser, es decir, el lugar donde el ser se dice: las palabras y el lenguaje no son vainas en las que slo se envuelven las cosas al silencio de la comunicacin hablada y escrita. Slo en la palabra, en el lenguaje, las cosas devienen
y son (Heidegger, Introduccin a la metafsica, p. 22).
Este entramado aqu supuesto es lo que fundamenta la
semntica; en este sentido el lenguaje nos habla, como
seala en distintas oportunidades Heidegger. Y deja de
hablarnos cuando los campos semnticos que subyacen a
este velamiento, se confunden con l.
Poeta es el que est a la escucha del lenguaje; ste es el
sentido del habitar poticamente sobre la tierra, con el
que Heidegger reflexiona a partir de Hlderlin. Este desvelamiento, que conlleva una claro designio de objetividad,
consiste en interiorizar por el silencio lo que dice el ser;
la existencia potica resulta, entonces, un escuchar y un
hablar, que se sostienen mutuamente.
En la interpretacin de Heidegger, lo ms asombroso
(das Erstaunlichste) es que el ente permanece reunido en
el ser y brilla por el esplendor del propio ser, pero la grandiosidad de este esplendor consiste en que puede ser completamente ignorado o permanecer incomprendido, mientras
permanezcamos desatentos a su fulgor o sordos a su ritmo
(Heidegger, Der Spruch des Anaximanders in Holzwege,
p. 310).
31
2. La estructura de la obra
Desde la experiencia del penar se organiza en, por
lo menos, tres tramos: a) proemio; b) momentos de la physis y c) eplogo.
a) De lo que doy en llamar Proemio no har interpretacin, que no sea afirmar que resulta ms una apertura en
el sentido musical del trmino que un adelanto: lo que
adelanta el modo de la comprensin.
b) Cmo reinterpreta Heidegger la nocin de physis?
Uno de los puntos de partida posibles para una explicacin
lo encontramos nuevamente en Ser y Tiempo (p. 44): En
el sentido ms original y ms puro verdadero, es decir,
simplemente descubridor de tal suerte que nunca puede
encubrir, es el puro noein, el percibir, con slo dirigir la
vista (das schlicht hinsehende Vernehmen, p. 33), las ms
simples determinaciones del ser de los entes en cuanto tal.
El modo cmo se indaga la physis y se est tras la verdad
en general adquiere, en la reflexin de Heidegger, un nuevo ingreso a los significados de logos. Dado que este trmino es equvoco en Platn y en Aristteles (Ser y Tiempo,
p. 42; Sein und Zeit, p. 32), se requiere de una exgesis para
recuperar su significacin originaria.
Si planteamos la traduccin literal de logos como habla
(die Rede), sta tendr sentido si aclaramos el significado
de habla; en efecto, el rumbo posterior de esta exgesis
tendi a encubrir este significado fundamental o sencillamente lo distorsion al volverlo unilateral a partir de su
33
mos Ser y Tiempo (pp. 74-75; Sein und Zeit, pp. 61-62). En
el pargrafo 13, pp. 72-75, Heidegger presenta en escorzo
el conocimiento del mundo (Das Welterkennen), segn
el ser-en, que ilumina la idea de dirigir la mirada.
La reflexin sobre el preguntar debera aproximarnos a
la realidad misma del conocimiento, dado que ste se funde con la situacin del cognoscente en relacin a lo real; el
giro Schon-sein-bei-der-Welt, que Jos Gaos traduce por
ser ya cabe el mundo (p. 61), requiere, por lo menos,
explicitar dos de sus consecuencias, a partir de Ser y Tiempo.
Por un lado, implica estar situado atento a la situacin
que en la inmediatez del ahora se presenta; se trata, por lo
tanto de traspasar, lo que simplemente est ante los ojos,
mediante la preocupacin y as llegar a una cierta actividad
que determine teorticamente el modo en que se presenta
lo que est ante los ojos.
Por otro lado, esta actitud debe conservar su simpleza,
es decir, no querer llegar a nada distinto de lo que a ella
conduce (lo que podemos llamar accin de los prejuicios);
en este mismo pasaje Heidegger considera, apelando al
campo semntico del trmino griego eidos, que traduce por
aspecto (das Aussehen), el modo en que se presenta aquello en lo que se posa la mirada: dirigir la vista implica
detenerse en los entes para decir algo de ellos, es decir,
percibir y decir: Sobre la base de esteinterpretar
(Auslegen),en el ms amplio sentido, se convierte el percibir endeterminar (Bestimmen).
El preguntar queda determinado por aquello que llega a
nosotros, es decir, que el conocimiento del ser queda des35
conviene aqu especificar que las races del olvido del ser
se han ahondado al no saber ni ver ni escuchar el ser: olvidar, en suma, es ignorar el misterio de que algo sencillamente sea. Este olvido trajo aparejada la confusin sobre
la comprensin y la auto-comprensin de la vida, pues
nuestra vida es en relacin al ser (ella no queda indiferente
a nuestro modo de concebir el ser).
La causa de esto no est en las cosas, sino en nosotros
mismos reitero con Aristteles para agregar que una de las
principales dificultades que se impone con la reconstruccin
de los significados consiste que Heidegger no define sus
alcances (sera impropio del estilo de su pensamiento) sino
que gira en su entorno para ampliar los crculos concntricos que va creando.
Los ojos del murcilago estn ms all de la mera organizacin del pensamiento, sino que explican mimticamente, ya que a mi entender Aristteles aspira a delimitar
un discurso posible (no olvidemos que este pasaje inicia la
definicin de la filosofa como ciencia terica, es decir que
se discutir si es correcto llamarla ciencia de la verdad,
993b 19-23).
Se abre el camino, as, al mtodo que habr de definir la
actividad del intelecto como parte de una habilidad ingnita con que los seres humanos satisfacen su deseo fundamental por conocer. Me detengo en este punto, pues considero que Heidegger abreva en estos pasajes para sostener
los alcances de la produccin del lenguaje: la indagacin,
primero, de los lmites de la poesa y, luego, su puesta en
juego en Desde la experiencia pone en evidencia el hecho
37
41
42
45
de aqu germina su pensar, su palabra, aquellos que se encaminan hacia una estrella y que han partido, desde las
palabras del proemio, como Steg und Sage, sendero y
palabra.
Aqu se plantea la copertenencia del cosmos y la interioridad del pensador que busca reencontrar, en la manifestacin de la tormenta, la experiencia arcaica del lenguaje que
se hace destino.
5.1. Las sentencias
Si el coraje del pensar viene de la llamada apremiante
del ser, entonces crece el lenguaje del destino.
La nostalgia de la unidad vibra en esta disyuncin, pues
slo en su distancia es posible un cierto amparo; as la experiencia del pensar se integra al sentimiento de la existencia, que se sostiene en el desamparo de los nombres.
Aquella tormenta en ciernes resulta paradigmtica de la
fusin de la inteligencia que busca el ser y de la sacralidad
del cosmos, entendida aquella en su sentido ms arcaico.
As se expresa el hecho de que el modo de encaminarse
hacia una nueva proximidad del ser resulte de un aprendizaje en realidad previo: existir en lo innominado. Esto
tambin significa que el hombre, antes de hablar, debe escuchar el ser, aunque el riesgo de enfrentar lo innominado
consista en afrontar un silencio que puede volverse absoluto. Slo en este acto que asume el riesgo del silencio,
47
puede la palabra volver a su condicin prstina y ser morada en la que habite la verdad del ser.
El coraje (Mut) del pensar proviene de la llamada apremiante (Zumutung) del ser (Seyn, retomado en su forma
arcaizante, que en Heidegger es un recurso para sacralizar)
tiene su fruto en la palabra, la que en este sentido y con
esta precisin decide o cumple nuestro destino.
Tan pronto como tenemos la cosa ante los ojos y,
en el corazn, prestamos atencin a la palabra,
el pensar se cumple.
Qu significa el pensar se cumple? Se trata de una
afirmacin que echa races en el programa de la segunda
parte de Ser y Tiempo, del que slo llegaron a publicarse
como se sabe las dos primeras secciones. Esta ntimamente vinculada a la nocin de transparencia, a la que
me referir ms extensamente un poco ms abajo, aqu
acompaada por el adjetivo apropiada (Die angemessenen
Durchsichtigkeit).
El cumplimiento del pensar pone de relieve que la evidencia del ser y la oscuridad de su significado ontolgico
echa sus races en el situacin concreta de su transparencia,
que se destaca como su nota distintiva. Evidentemente ha
habido una lgica maduracin respecto de Sein und Zeit,
porque all se dirigan todos los esfuerzos fenomenolgicos
por delimitar las consecuencias de aquella transparencia
mediante el concepto de Vorhandenheit o estar ah delante.
48
50
lo que Heidegger llam Gelassenheit 4 (tranquilidad, serenidad, abandono). Interpretamos este pasaje en especial
y el conjunto de texto a la luz de aquella alocucin, en la
que, entre otras cosas, se sostiene que ante la amenaza del
no-pensar debemos abandonarnos a nosotros mismos, a la
espera de que advenga lo que est viniendo.
Como se lee en Carta sobre el humanismo (p. 71), el ser
humano antes de hablar tiene que permitir que el ser le
dirija la palabra, corriendo el riego de tener que sobrellevar
la situacin de no tener nada que decir; tal riesgo es imprescindible, pues no hay otro modo de devolver a la palabra su esencia sino mediante este silencio originario o
condicin previa para el dilogo.
Qu luz, de otro modo, podra concebirse debajo de un
cielo desgarrado y tormentoso? La intuicin genera espacios
propiamente compensados, es decir, que repercuten desde y en el lenguaje. La crisis de pensamiento podra consistir en una disyuncin de esta naturaleza, que, en Heidegger, se caracteriza y se recupera como dilogo.
Esa es la hora propicia del dilogo.
Se expresa as la capacidad de ser con del intelecto y
de compartir el logos de la realidad. Frecuentar el dilogo
con el lenguaje, cuya direccin va a la comn reflexin,
4 Alocucin pronunciada el 30 de octubre de 1955 en Messkirch, en oportunidad de
celebrarse el centsimo septuagsimo quinto aniversario de Konradin Kreutzer. Traduccin
Martin Heidegger, Serenidad, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1994.
52
profunda, ante la que se debe permanecer firme; ello implica persistir con constancia en la bsqueda de la respuesta,
que aqu significar persistencia en interpelar y en escuchar
el ser, en permanecer abierto a su sencillez.
El origen y la posibilidad de una idea del ser en general no puede indagarse con los medios de una abstraccin
lgico-formal, es decir sin un horizonte seguro en el cual
preguntar y responder. Se trata, por el contrario, de buscar
un camino que lleve a esclarecer la cuestin ontolgica
fundamental y de recorrerlo. Si es el nico o, en general, el
recto, es cosa que no puede decidirse sino despus de recorrido: la presente ruta considera Heidegger es incipiente, apenas comienza a andarse, por lo cual la exgesis del
ser propiamente dicha no pudo haber empezado (Sein und
Zeit, p. 470).
Quiz de aquella comunidad algunos salgan
compaeros en el taller delpensar.
De modo que uno de ellos inesperadamente
se torne maestro.
La luz del ser congrega, en sus condiciones especficas,
la comunidad en el oficio del pensar. Desde la tradicin
griega, cuyo representante egregio es la Carta VII de Platn,
no es posible fructificar filosficamente en el aislamiento
de la existencia individual; en el origen de esta tradicin
comunitaria no se contrapone individuo y sociedad, como
lo demuestra el sentido y la conformacin del trmino polis, donde todo est puesto en comn.
54
Slo en la modernidad, la filosofa, entendida por lo dems como sistema, brota de la cabeza solitaria de un
genio, en el sentido romntico del trmino. Esta nocin
moderna de comunidad como reunin de soledades preexistentes que no se modifican en el pensar, quedan en lo
pblico (un artificio desgarrado y desgarrador), en lo que
es de nadie, la agona individualista de lo que es comn.
Heidegger vuelve a reclamar la comunidad del pensar
como la posibilidad de recibir la luz del ser.
7. Cuando a comienzos del verano florecen aislados narcisos, ocultos en el prado y brilla bajo el arce la rosa de la
montaa...
En el comienzo de la plenitud, el misterio: narcisos ocultos y el brillo tambin oculto de la rosa de la montaa. De
algn modo, el ocultamiento originario del ente es el mximo misterio.
7.1. Las sentencias
El esplendor de lo sencillo.
Por esplendor entendemos el asombro, tal como lo vimos
ms arriba, en Aristteles: es la consecuencia de los ojos
dispuestos a capar la luz del ser, cuya naturaleza es simple
y todo lo que existe depende de ella. Lo sofisticado, antnimo de sencillo, es lo artificioso, aquello que no recorre
55
56
realidad msticamente increada o que vive una vida inslita en su profundidad ontolgica.
Cmo contempla el poeta/pensador esa forma? Su mirada estar como torsionada, a fin de que sus elementos
habituales se configuren y congreguen en un nuevo nivel
de la realidad.
La captacin y expresin de un instante nico en la forma de las metforas forja un nuevo entramado de significaciones, donde lo real se vuelve cada vez ms inteligible,
esto es, torsiona tambin la mirada del lector.
As es fuente de deleite y de angustia, al mismo tiempo,
para quien se ha desasido de la mirada solo cotidiana y ha
captado la nueva simplicidad de ese mundo. Conviene
aclarar que no son mundos permanentes y paralelos sino
misteriosamente cotidianos y en transformacin en la comprensin del ser humano.
Despertar del olvido del ser como si fuese el sueo de
un mundo vislumbrado es el sentido de esta forma. Mirar
es un concepto que implica dirigir consciente, voluntariamente los ojos hacia un objeto determinado: mirar consiste en intentar ver. La mirada es un sustantivo que refiere a
un acto de la voluntad para captar una imagen.
Lo sencillo es a la forma lo que el silencio a la palabra.
La concepcin heideggeriana del ser se realiza en la consideracin de su versatilidad y de su movimiento y, por ello,
el viento que conmueve la pradera o que toma forma de
vendaval en las noches lo representa cabalmente.
58
65
Si el desafo siempre fue captar la inmediatez de la experiencia en el lenguaje de la lgica, ahora es necesario
recrear aquel lenguaje y el conjunto del entramado conceptual que supone, en los trminos de una hermenutica que
devuelva constantemente vivacidad a la comprensin de la
vida.
El captulo sexto de Introduccin a la metafsica, nuestro
filsofo sopesa el valor la experiencia del ser en los primeros cosmlogos, all donde se concentra pensamiento,
poesa y teologa (el llamado pensamiento potico). El
ser se hace presente como physis, segn su prstina etimologa de salir a la luz (zum Vorschein kommen p. 70).
En Carta sobre el humanismo (p. 71), Heidegger seala
que la decadencia del lenguaje tan tardamente referenciada no es la causa del largo proceso de crisis sino su
consecuencia, pues el habla, en la metafsica subjetiva de
la Modernidad, se pierde en la falta de consistencia del
objeto que debera expresar.
9. Cuando un da de verano la mariposa descansa en la
flor y, con las alas cerradas, se mece con ella en la brisa
del prado...
Un da de verano: esplendor y luminosidad; el reposo
de la mariposa en la flor: sosiego y apertura; el dejarse
mecer: el estremecerse por estar en el mbito sagrado y
recibir la brisa del prado, la destinacin amorosa del ser, su
habitar en nuestro recogimiento.
66
La conciencia de un conflicto profundo, del que el poetapensador se siente partcipe, se presenta con rasgos muy
ntidos: en tanto que la exigencia de subordinar las sombras
se percibe como el acto de una inteligencia ordenadora,
como corresponde al registro grave que analizamos; la
reflexin sigue este registro que se desenvuelve desde la
plena oscuridad hasta la felicidad de la lumbre estival.
9.1. Las sentencias
Todo coraje del nimo es la resonancia de la
galanura del ser, que convoca nuestro pensar
en el juego del mundo.
La intuicin confirmada en las resonancias lricas, en la
coherencia de las imgenes que abren a la comprensin,
echa races en la galanura del ser, en los mutuos penetrales
del alma y del mundo, en la vibracin de la palabra, es
decir, aquella que es culminacin del sentido.
En el pensar, cada cosa se vuelve solitaria y lenta.
Cada cosa recogida queda, por ello, acogida y as se la
reintegra a la lentitud y a la soledad; del ajetreo al reposo,
el pensar encuentra el tiempo de cada cosa. Intuyo que el
poeta-pensador ha ingresado, por tramos de concentracin
sucesiva, a espacios de su propia interioridad, por medio
67
En la tautologa y en la poesa no hay hacia donde avanzar, sino que hay que permanecer para profundizar.
Por eso, el pensar se detiene en la llegada
de lo que perdura, y es recuerdo.
En este punto considero oportuno tener presente la interpretacin que el propio Heidegger hizo del poema Andenken
de Hlderlin, en la cual vincul poetizar y recordar.
A partir de este encuentro con Hlderlin, y a expensas
de ella, vincula el recuerdo con lo que perdura (literalmente la llegada de lo que ha sido, die Ankunft des Gewesenen)
y por ser precisamente lo perdurable resulta la percepcin
ms segura y ms firme del futuro.
Antiguo significa detenerse a tiempo donde el pensamiento solitariode uncamino del pensar ha encontrado su lugar
en su textura.
Por ello, un paso ms respecto del anlisis precedente;
hay un tiempo oportuno y un lugar para detenerse (rechtzeitig dort innehalten). Se intenta as una caracterizacin
claramente provisoria de los rasgos esenciales de la intuicin
de Heidegger. El espacio para percibir lo antiguo resulta
divergente de las determinaciones que pueden extraerse de
la simple negacin de las categoras de la intuicin sensible.
Considero que vincular antiguo y detenerse a tiempo
expresa la decisin de recuperar conjuntamente el lmite y
lo ilimitado: contemplar designa la visin de la teora
pura, que en sus orgenes marcaba la orientacin de lo que
se observaba.
71
puede comprenderse en el lenguaje; as se explica la mediacin porque el hombre dice el ser en el lenguaje: no hay
entonces subjetividad u objetividad, si el lenguaje ha tomado la palabra en el ser.
La realidad como fundamento o ser es lingstica y se
pone de manifiesto como logos, trmino que debemos comprender en el sentido que tuviera en Herclito, es decir,
reunin de mundo y hombre.
Donde se muestra, semeja, por mucho tiempo,
la utopa de un entendimiento semi-potico.
Se asume que el pensamiento potico requiere una actitud nueva ante el lenguaje; por ello, los intentos de ocultamiento y de des-ocultamiento semejan eslabones de una
cadena de acontecimientos que no se acaban de comprender
y es all donde se hace patente con insistencia el espejismo
de la (in)comprensin. Ello significa que asumir el pasado,
su secuencia y su consecuencia (lo que permanece a lo
largo de mucho tiempo) implica la distancia y la aproximacin desde la actual realidad.
La utopa de un entendimiento semi-potico: retomar
desde sus partes para comprender y precisar conceptos; la
utopa radica en pretender que en nuestro conocimiento de
hoy est comprendido absolutamente el pasado.
Por esta razn, tanto esta obra, cuanto el sendero que
abre, estn puestos como futuro y como camino por recorrer.
79
83
IV. Eplogo
84
V. Conclusiones
6 Heidegger, Martin (1929), Kant und das Problem der Metaphysik, GA, Band 3, 1991
(ed. esp. de G. Ibscher, Mxico, FCE, 2 ed., 1981), p. 209.
87
88
89
VI. Bibliografa
Fuentes
Heidegger, M.; Auf der Erfahrung des Denkens. Unter den hohen
Tannen hindurch, Gesamtausgabe, Band 13, Frankfurt am Main,
Vittorio Klostermann, 1983, pp. 75-86.
- Brief ber den Humanismus, Gesamtausgabe, Band 9, Frankfurt
am Main, Vittorio Klostermann, 1976, pp. 313-364.
- Der Spruch des Anaximanders in Holzwege, Frankfurt am Main,
Vittorio Klostermann, 1976; Serenidad, Barcelona, Ediciones del
Serbal, 1994.
Traducciones
Heidegger, M; La experiencia del pensar, Crdoba, Ediciones del
Copista, 2007 (Edicin bilinge a cargo de Arturo Garca Astrada).
Heidegger, M.; De la experiencia del pensar, en DEVENIRES VII,
13, 2006, 47- 60; traduccin y comentario de Alberto Constante
y Ricardo Horneffer.
Heidegger, M.; De la experiencia del pensar, Cuadernos Hispanoamericanos(Madrid), N 56, 1954, 178-180. Traduccin de Jos
Mara Valverde
Heidegger, M.; Lesperienza del pensare, Roma, Citt Nuova, 2000.
(A cura di Armando Rigobello).
Heidegger, M.; Sur lexprience de la pense, Nouvelle Revue
franaise, 1954, 236-239; traduccin J. Grard.
90
Heidegger, M.; Lexprience de la pense, in Questions III, Gallimard, 1978, 17-41, traduccin A. Prau.
Alqui, F., Lexprience, Paris, PUF, 1957.
Amoroso, L.; Arte, poesia e linguaggio, in AAVV, Guida ad Heidegger, a cura di F. Volpi, Laterza, Bari 1997.
Aspe Armella, V.; Lo maravilloso to thaumaston: Un elemento olvidado en la Potica, Signos filosficos, nm. 8, 2002, 51-70.
Beaufret, J.; Al encuentro de Heidegger, Caracas, Monte vila Editores, 1984
Berciano Villaverde, M.; Sinn-Wahrheit-Ort (Tpos). Tres etapas en
el pensamiento de Heidegger, Anuario Filosfico, 1991, 24, 9-48.
Bueno, G.; Fascismo y Filosofa,En El Basilisco, 2 poca, n 1,
1989, 85-87
Bonicalzi, F.; Passioni della scienza. Descartes e la nascita della
psicologia, Milano, Jaca Book, 1990.
Chantraine, P.; Dictionnaire tymologique de la langue grecque,
Paris, ditons Klincksieck, 1977.
Chauve, A., Lexprience scientifique, Philopsis, 2010.
Cournarie, L., Lexprience, Philopsis, 2010.
Dreyfus, H.L. & Wrathall, M.A. (Eds); A Companion to Heidegger,
London, Blackwell Publishing Ltd., 2005
Fabro, C.; Ontologia dellarte nellultimo Heidegger, in Giornale
critico della filosofia italiana, 31, 1952, 344-361.
Faras, V.; Heidegger y el Nazismo, 1997, disponible en http://www.
olimon.org/uan/farias-heidegger_y_el_nazismo.pdf
Ferrer Garca, A.; Temblor sin temor: miedo y angustia en la filosofa de Martin Heidegger, Factotum 10, 2013, pp. 55-67.
Gadamer, H.G.; Vrit et mthode, Paris, Editions Seuil, 1996, pp.
369-385 (Le concept dexprience (Erfahrung) et lessence de
lexprience hermneutique).
91
92