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Métodos de Recolección de Semillas
Métodos de Recolección de Semillas
Caída natural
En el caso de varios géneros que poseen frutos de gran tamaño es habitual recolectar
del suelo del bosque los frutos una vez que éstos han caído de manera natural y se
han abierto. Es un procedimiento barato y no exige una mano de obra tan calificada
como por ejemplo cuando hay que trepar al árbol; en esta tarea puede utilizarse a
escolares o mano de obra esporádica. El tamaño del fruto es muy importante, pues
cuanto mayor sea tanto más fácil será verlo y recogerlo a mano. Géneros de la zona
templada que se suelen recolectar del suelo son Quercus, Fagus y Castanea, y entre
los tropicales figuran Tectona, Gmelina y Triplochiton, así como varios géneros de
dipterocarpáceas.
Cuando los frutos se recolectan del suelo es frecuente que surjan dudas sobre la
identidad del árbol padre. Los árboles aislados no presentan problema alguno a este
respecto (aunque es posible que sean padres no convenientes debido al riesgo de
autofecundación), pero en los monocultivos densos, en los que las copas se
entrelazan, los frutos pueden mezclarse mucho. Esto no tiene importancia cuando se
recolectan cantidades comerciales de semilla, siempre que la calidad genética del
rodal corresponda al promedio o más. Cuando la recolección se efectúa con fines de
investigación o mejora genética, sin embargo, suele ser necesario mantener la
identidad del árbol padre de cada lote de semilla
Sacudimiento manual
Cuando los frutos se separan con facilidad pero la caída natural de los frutos no está
suficientemente concentrada en el tiempo, puede inducirse la caída de los frutos por
medios artificiales. Una posibilidad consiste en sacudir directamente con la mano los
troncos de árboles pequeños y las ramas bajas. Las ramas superiores pueden
sacudirse con ayuda de una vara larga terminada en un gancho, o con una cuerda.
Este método ha producido buenos resultados en Cordia alliodora y Cedrela spp., pues
facilita la recolección rápida de las semillas, con un buen nivel de viabilidad, tan pronto
como la inspección visual indica que los frutos están maduros (Stead 1979, Robbins y
otros 1981).
La utilización de una cuerda comprende una operación inicial que consiste en pasar la
cuerda por encima de la rama que se quiere sacudir, operación que describen Robbins
y otros (1981). Es el mismo método que se utiliza para subir una sierra o una polea a
la copa. Se ata un cordel fino a un peso, que luego se lanza por encima de la rama a
mano o con una catapulta. En caso de ramas más altas el cordel puede estar atado a
una flecha, que se lanza con arco, o a una varilla de hierro que se dispara con un rifle
de calibre 22. Es adecuado el cordel de nilón ligero, como por ejemplo un hilo de
pescar de 23 kg de tensión de rotura, y el peso o proyectil que se utilice debe ser lo
suficientemente pesado para que caiga al suelo, llevando el cordel con él, después de
pasar por encima de la rama. Hay que tratar de asegurar que el hilo se desenrolle
bien, sin enredarse, utilizando por ejemplo un carrete de pescar adecuado. Una vez
que el extremo del hilo ha llegado al suelo, se quita el peso o flecha y se pone en su
lugar una cuerda de nilón de 3–4 mm; después se vuelve a tirar del hilo por el otro
extremo, de manera que pase la cuerda por encima de la rama. Para sacudir la rama
puede agarrarse de la cuerda por sus dos extremos. La cuerda debe situarse cerca del
extremo de la rama, donde tendrá el máximo efecto de sacudida, y no cerca del fuste,
donde la rama tiene su máximo grosor.
Sacudimiento mecánico
Los primeros aparatos para sacudir mecánicamente los árboles se crearon para los
huertos de frutos y nueces, pero desde 1965 aproximadamente se viene utilizando
también esta técnica en algunos árboles forestales, sobre todo en los pinos
meridionales de los Estados Unidos (Turnbull 1975b). Estas máquinas son costosas,
necesitan un terreno llano para que puedan funcionar con eficacia y es esencial contar
con operadores experimentados para evitar dañar en exceso los árboles. En unos
pocos segundos se desprenden muchos conos, pero si se mantiene la sacudida se
rompen trozos de las puntas y ramas (Stein y otros 1974). No tiene sentido utilizar
estas máquinas para sacudir árboles en las operaciones de recolección difusa en el
bosque natural, pero probablemente se seguirán empleando en huertos o rodales
semilleros, con explotación intensiva, de una gama limitada de especies.
Por lo general se sujeta el árbol a unos 3 m de altura sobre el suelo, y suele bastar
una única sacudida de 15 segundos para soltar alrededor del 80 por ciento de los
conos de P. elliottii; en cambio, P. taeda y P. echinata presentan más dificultad, y es
frecuente que buenos operadores no consigan soltar más del 25–30 por ciento de los
conos tras prolongadas sacudidas. Los conos maduros de P. elliottii requieren una
fuerza de unos 2 kg para desprenderse, mientras que los de P. taeda no se sueltan si
no se aplica una fuerza de 20 kg o más (McLemore 1974). Se ha notificado un intento
sin éxito de reducir la fuerza precisa para desprender los conos de P. taeda mediante
la utilización de productos químicos que inducen la abscisión (McLemore 1973). El
sacudimiento repetido de los árboles más difíciles puede producir daños en la corteza
y la rotura de la guía (Kmecza 1970).
Té
cnica de lanzamiento de hilo. En (A)-(C)
figuran las diversas fases desde el lanzamiento del hilo hasta la subida de la cuerda de
trabajo. En (D)-(F) figuran varios usos posibles de la cuerda de trabajo, (D) con un
aparejo de poleas para subir a una persona hasta la copa, (E) para sacudir ramas y (F)
para cortar ramas mediante una sierra flexible. (A.M.J. Robbins)
Sacudidora de árboles Schaumann. Se trata de una de las diversas marcas de
sacudidoras que se pueden encontrar actualmente en el mercado (H.C. Schaumann)
Aunque la recogida del suelo suele emplearse sobre todo con los frutos, puede
aplicarse también a las semillas dispersadas una vez que se han abierto los conos o
frutos. Las semillas de los pinos meridionales de los Estados Unidos, como por
ejemplo Pinus elliottii y P. taeda, tienen un intervalo muy corto entre la madurez y la
dispersión, y se han evaluado diversos métodos para recolectar las semillas sueltas
cuando se dispersan. Además del empleo de lonas extendidas en el suelo, ya
mencionadas, comprenden la colocación de redes de polipropileno en torno a las
copas, la instalación de estructuras de madera en forma de embudo recubiertas de
tela o polietileno y fijadas a un eje central que rodea el tronco, y la utilización de lonas
o redes elevadas mediante unos postes. Las primeras experiencias no fueron muy
satisfactorias, pues raras veces se consiguió recuperar más del 50 por ciento de la
producción de semilla disponible (Turnbull 1975b). Cuando la semilla se produce
principalmente en la parte exterior de la copa o en sus proximidades, gran parte de ella
cae fuera del radio de captación de una única unidad de recogida. Cuando la lona o la
red debe permanecer instalada durante un largo período de caída natural de la semilla,
es probable que se deteriore por efecto de la intemperie y que se pierda una
determinada cantidad de semilla debido a la acción de las aves y otros animales.
La recogida de los frutos que están en el suelo efectuarse manualmente, pero puede
utilizarse como ayuda una sencilla herramienta de mano, como un rastrillo de mango
largo y cabezas intercambiables, de manera que se puedan utilizar distintos números
de dientes y distintos espaciamentos entre ellos.
1. Se precisa una amplia preparación del suelo del huerto para que pueda
funcionar bien.
2. Es ruidosa y produce grandes cantidades de polvo.
3. No funciona bien cuando el suelo está húmedo.
4. Ha sufrido una serie de problemas mecánicos que se han corregido en gran
parte, aunque todavía es necesario introducir en su diseño cambios menores.
En la actualidad se estima que los inconvenientes superan a las ventajas, y en los
huertos de la parte meridional de los Estados Unidos se prefiere, para recolectar las
semillas de P. taeda, el sistema de recuperación con red que se describe en la página
76.
Habida cuenta del costo de capital de este tipo de equipo y de la importancia que tiene
preparar de una manera inmaculada el suelo del huerto semillero para que funcione
correctamente, su utilización en los países en desarrollo es limitada, especialmente si
existen consideraciones sociales que aconsejan la utilización de métodos manuales
con gran densidad de mano de obra como medio de incrementar el empleo.