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PAPELUCHO CASI HUERFANO MARCELA PAZ

Un señor que llegó a verme, me dijo que él había


encontrado mi diario en la basura y que ahora era un libro
famoso. Me preguntó si seguía escribiendo, le contesté que
no. Me trajo un lindo cuaderno con tapas de jabalí para que
siga escribiendo mi diario. Le dije que no lo haría más porque
me dio pena que hubiera sacrificado a un jabalí.
El caballero me ofreció diez Lucas para que siguiera
escribiendo y yo le acepté porque me acordé de un pollo
asado, de una máquina fotográfica y de un rifle que me quería
comprar. Después de conversar mucho con el caballero, supe
que existe gente muy original y que yo también lo soy.

Mi papá está un poco pobre así es que no me importa lo que


yo quiera, le daré las diez lucas y se arrepentirán de ser
injustos con su hijo.
Mi mamá comentaba el otro día que estamos en la miseria, a
mí me da mucha pena. Lo bueno de ser pobre es que: Uno no
va al colegio el último trimestre, no importa si a la casa se le
caen pedazos y no hay necesidad de andar pituco.
Decidí colocar un taller para componer de todo y así ganar un
poco de plata pero, no me imaginé que esto no resultaría ,
porque vino un inspector para ver si tenía permiso, en fin, mi
mamá se puso mal porque le tuve que dar la mermelada a
este señor para que no me llevara preso.

Octubre 4
Sonó el teléfono anoche tarde, era para avisar que se había
muerto el tío Tristán. Mi papá y mamá salieron de inmediato
El tío era millonario pero, demente, parece que ahora
seremos requetemillonarios, justo ahora que nos moríamos
de pobres.
Javier y yo casi ni dormimos haciendo listas de las cosas que
vamos a comprar. Estamos de luto por el tío Tristán, lo malo
es que a mi papá todavía no le dan la plata y no podemos
comprar.
A mi papá le vinieron a ofrecer un buen auto pero, mi mamá
insiste con viajar, total era tío de ella .Con Javier y yo nos
peleamos y la mamá nos castigó otra semana sin plata ,
aunque ni siquiera la tiene todavía. Javier está enfermo, en
mi casa andan con secretos y muy cariñosos conmigo, la
Domi no me quiere decir que pasa. Algo muy raro está
pasando, creo que tengo una enfermedad terrible y nadie me
quiere decir.
El gringo de enfrente andaba mascando su chicle y yo se lo
pedí prestado pero , me cobró porque dijo que era de North-
América, aunque estaba usado, igual dijo que era legítimo. Se
lo quité y le pegué, vino su mamá a reclamar en inglés
porque le saqué mucha sangre de narices.

Javier se cree santo porque lleva harto tiempo en cama y


hasta me regaló su mecano que le compraron.
Tengo rabia y pena por eso no escribía mi diario por algún
tiempo, mi papá y mi mamá se fueron a Estados Unidos y
llevaron a Javier con ellos y sus calambres, a mí me dejaron
con la tía Rosarito en el campo. Ahora soy casi huérfano. Me
regalaron una mugre de bicicleta usada para consolarme.
Me gusta un poco estar en el campo porque no hay que
ordenar y todos los que viven aquí se anuncian cuando
vienen. Don Bernabé, el administrador, tiene espuelas de
plata. La tía Rosarito tiene un llavero amarrado a ala cintura,
la Zoila es coja, la Martina hace tencas cuando respira y el
José silba todo el tiempo. Dicen que en esta casa penan pero,
a mí no me da susto.

Estaba yo un día sentado en una piedra pensando como sería


Estados Unidos y llegó el tonto del fundo, el Luchito, que se
ríe todo el tiempo y me dijo que me iba a contar un secreto,
yo no le di importancia pero, después me dio curiosidad y lo
seguí ala bodega. Debajo de un montón de fierros había un
montón de ratoncitos, dijo que eran un tesoro de los dos.
Un día que fuimos a verlos no estaban, nos pusimos a
buscarlos y en lugar de ellos encontramos una caja negra,
este era el secreto, era muy pesada, le hicimos palanca y se
abrió.

Estaba casi llena de puras monedas, era el tesoro del que


pena por las noches en la casa. Yo transpiraba de puros
nervios, se me paraban los pelos de miedo, porque pensaba
que el fantasma se podía enfurecer. Saqué una moneda, me
fui al almacén a comprar un chicle y me preguntaron de
donde la había sacado. –La encontré les dije y el Luchito que
apareció de repente se puso a temblar y arrancó de puro
susto. Cuando volví la caja ya no estaba, entonces el
fantasma tampoco.
Ahora por fin tengo un amigo de verdad y tiene tres patas,
es Napoleón un perro un poco huérfano como yo. Es muy
rehabiloso y buena gente, me despierta por las mañanas.
Prometí no comprar más dulces si le salía la otra pata.
Jugamos a los duendes, no le gustan tampoco las papas con
arroz.

Soy presidente de la Sociedad Conyugal de Perros Buenos así


es que ahora tengo miles de amigos, todos me quieren por
eso me eligieron presidente. Napoleón y yo hicimos una
cooperativa para perros.
Como me siento casi huérfano, me ha dado por hacer bromas.
Leí un aviso en el diario que alguien perdió su cartera y
escribí para decir que yo la había encontrado. Me retaron
porque vino el dueño a buscarla.
La tía Rosarito quiere mandarme al colegio pero y, ya no se
puede porque va a terminar el año así es que, llamó a la
señorita Mafalda para que me haga clases particulares, ella es
rebuena persona , me agrada y la pobre está a hace veinte
años esperando un novio, me da pena. Yo le presenté al
Chamudez para que se casara con ella pero tiene novia.

Solamente faltan 23 días para la Navidad y pienso en todo el


tiempo que mis papás están en Estados Unidos y cuántos
regalos me traerá.
Fuimos a misa con la tía Rosarito y me dio plata para comprar
chocolates pero, no me alcanzó así es que, compré dos
chicles, uno para cada uno, se nos pegaban en los dientes y a
la tía se le cayó la placa y a mí se me salió una tapadura.
Entramos al correo y había dos cartas de mi mamá, me da
mucha pena, prefiero que no me escriba. Hoy día dormí toda
la tarde y la tía creía que estaba enfermo, me hizo poner el
termómetro, creen que cuando uno se porta bien está
enfermo.

Quería juntar un poco de plata para mí y el resto se lo quería


dar a los trabajadores del fundo que no tienen casa ni baño ni
teléfono etc. Compré mil ambrosoli a la cuenta del fundo y
acá con mis amigos les sacamos los papeles y comimos los
caramelos, me dan 25 Lucas por ellos y así pago las cuentas.
La tía me encontró los papelitos, los botó y además me
castigó enviándome a la cama. Quiero que me roben los
gitanos, estoy requete aburrido, con ellos tal vez me
entienda, son tan malos como yo.

Hoy me levanté tempranito y fui a ver a los gitanos que están


en un campamento al lado del fundo. Entré a una carpa, una
gitana me sacó la suerte y me dijo que yo iba a ser famoso.
¿de qué?- le pregunté, pensando si sería un famosos ladrón-
famoso de rico, me contestó. Le pregunté si le gustan los
niños porque quería que me robar. Un gitano que estaba
fumando pipa habló con ella en un lenguaje raro y me echó.
A la tía casi le da un ataque porque fuimos en la camioneta
vieja a hacer un trámite y cuando ella se bajó le apreté un
cambio, salió disparada y la achoqué contra . Se estrelló
contra un rincón de la casa, ahí se quedó. Me salió un gran
chorro de sangre de narices pero, nadie se fijó porque se
armó una rosca. La tía se aburrió de mi y quiere ir a dejarme
a Santiago donde otra familia que se haga cargo. Le conté a
Carrasco y me dijo, que tenían que darme un “deshaucio”
(pagarme) si me echaban.

La tía se arrepintió de llevarme a Santiago y me fue a dejar


donde el cura par que me corrija un poco, según ella. El señor
cura es buena persona, tiene muchos libros para leerme,
además parece que vivir con un cura es bueno para los que
han sido malos como yo.
Parece que ya no escribiré más mi diario, ya no me importan
las diez Lucas del caballero total, al fin y al cabo, mis papás
están lejos y no importa que yo no tenga plata. Creo que es
terrible tener que hacer esto a la fuerza aunque, quiero
comprarme regalos porque pienso que nadie me hará regalos.

Hoy no ha pasado nada así es que solté a los pollos del


criadero, no me pasó nada, por suerte. Llegó hoy la Gérnica,
sobrina de la señorita Mafalda y me pidió que le cortara se
largo pelo. Al principio lloró ella y la señorita pero después se
conformaron, menos mal. Mañana me voy a la parroquia, me
llevaré a Napoleón y algunos de sus hijos, tendré con quien
conversar por si el cura no me aguanta mucho.
Llegué a la parroquia, me confesé y me acusé de algunas
mentiras por si acaso. La Juanita es la cocinera y no usa
delantal y tiene un gato que tiene sólo una oreja y le busca
camorra la Napoleón pero, mi perro ni lo mira.

Ayudé al cura a Hacer misa porque no está el sacristán,


después salimos a visitar un enfermo. A la hora del té
estuvimos revelando fotos y en la tarde hubo bendición y me
puse el traje de acólito. Me da rabia porque el sacristán está
todo el tiempo corrigiéndome.
Trajeron un muerto al iglesia y yo me encaramé para verlo ,
destapé la tapita, el muerto me cerró un ojo y cuando creo
me iba a decir algo, se dio vuelta el piso y me caí con todo.
Recogí todo, menos al muerto, pero aquí no está la tía para
que me echen la culpa. Por fin llegó el cura y descubrió todo y
llamó a un señor que le ayudó a levantar el cajón. En la tarde
fue el funeral y el muerto partió sin chistar y nadie supo del
costalazo que nos dimos los dos. En la noche otra vez hubo
papas con arroz.

Yo quería ayudar al cura porque está requete pobre, tiene


sólo una sotana, cuando se la limpian debe meterse a la
cama, casi nunca comemos carne y nunca comemos postre.
Le pedí prestada al cura la máquina fotográfica para tomar
fotos del recuerdo cuando las personas se mueran. Con la
ganancia compré un cuarto de carne, tres damascos y dos
caramelos. Vinieron las personas que retraté para que les
devolviera la plata porque salieron malas las fotos.
Cuando estaba triste pensando en qué ganar plata llegó
Carlitos, fuimos al cine, yo no tenía plata pero inventamos
una cosa, nos tiramos en cuatro patas al suelo en la puerta
del teatro como buscando algo, entonces una señora preguntó
qué buscábamos, le dijimos que un billete y se rió y nos dio
uno.
Tuve un pesadilla terrible, soñé que me robaba un millón de
pesos y no tenía donde esconderlo pero, como me habían
dicho que yo podía ser un ángel por vivir en la parroquia me
acordé que tenía alas y me guardé la plata debajo.

Vino tía Rosarito, pagó la pensión y nos dejó más plata para
pagar mis deudas de las fotos y la pastelería. El Napoleón
mordió un poquito a una señora, hubo un gran boche.
Fuimos a visitar un enfermo)y nos regalaron harta fruta, la
trajimos en un canasto que estaba muy pesado, yo comí
mucha fruta y para que el canasto no estuviera tan pesado
que, me enfermé el estómago.

Faltan 10 días para navidad ,)tengo nervios, mis padres hace


mucho que no escriben, me da miedo que se les acabe la
plata antes de comprarme mis regalos. Se me ocurrió
inventar un circo y Carlos Troncoso va a ser mi socio. El día
de la función creíamos que un montón de gente venía al circo
pero, venían a una concentración, hasta nosotros fuimos
porque iban a repartir helados. Vino la policía a dispersar la
concentración y yo aproveché para irme al campo de aviación
a ver al capitán Parada, soñaba con ir a Estados Unidos. Lo
miré con cara de súplica pero no hubo caso. Me quedé
dormido , me dolía mucho el brazo, pensé que realmente
había volado. Volví a la parroquia, tenía mucho hambre, me
comí dos platos de comida, el del cura y el mío pues, él no
tenía deseos de comer. Estaba asustado, dijo que había
rezado por mí porque pensó que me había ocurrido algo
grave. Le dije que no rezara por eso porque tal vez, la
próxima no llegue y que me iría a viajar.

Hubo un incendio en casa de los Robledo y parece que yo voy


a dormir en la mecedora porque el cura les pasó mi pieza.
Quiero que llegue mañana para ir a buscar cosas en los
escombro.
Fui a la pastelería y me encontré con una señorita muy
anciana que tenía unos pelitos muy largos en el lunar, me
preguntó de quién era hijo o si era huérfano, me dio mucha
rabia y le contesté...casi.. Mis padres están en Estados
Unidos, se me llenaron los ojos de lágrimas, me dijo que no
llorara que ella me iba a ayudar porque era visitadora del
juzgado de menores y se había interesado en mi caso. Le
contesté todo lo que me preguntó y ella anotaba y anotaba en
una libretita ,hasta que finalmente me dijo, quedas bajo mi
protección.

Anoche conversé harto con el cura, lo más importante es


salvar almas. Salí a buscar a quien salvar y encontré aun
seños durmiendo en la plaza, no despertaba y yo lo sacudí
para decirle que era un pecado emborracharse pero, se enojó
y me retó.
Volvió en la tarde la visitadora y me contó que es cuñada del
capitán Parada, le dije que yo quería ser amigo de él
entonces, me invitó a tomar té a su cash. Le pediré al capitán
que me lleve a Nueva York.
En cuatro díhs más es Navidam pero, no me importa porque
la iré a pasar con mi familia...

Arreglé todo con la visitadora porque el capitán no estaba a la


hora del té, saldré pasado mañana a las 10 para llegar a
Miami al día siguiente, ella me conseguirá la dirección de mi
mamá con la tía Rosarito.
Estoy feliz de irme aunque, lo único que me da pena es el
señor cura porque se había preparado para pasar la Navidad
conmigo, me da pena también el Napoleón, no puedo llevarlo
en el avión.
Le escribí una carta al señor cura para agradecerle todo lo
que hizo por mí. Ahora tengo que arreglar mis cosas.

Sábado 24 de diciembre.
Estábamos almorzando con el señor cura cuando lo llamaron
por teléfono, era la tía Rosarito, para avisarle que mañana
llegan mis padres y mi hermano. Me dio por)reírme de puros
nervios. Me dijo que tomaríamos el primer tren yara ir
directammnte al aeropuer}o. Ni tuve que irreglar mi male}a
porque la tenía lista para el)viaje a Estados(Unidos. Mientras
llegue el avión voy a telefonear al señor que me regaló este
libro para que me traiga mi plata y se la voy a dar al cura
para que le compre regalos a su gente más pobre de la
parroquia.

Ahora estoy feliz de que mi mamá se fuera, de lo contrario,


no hubiera podido volver.

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