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Anhelando El Espiritu
Anhelando El Espiritu
El Espritu Santo nos da en sus dones los recursos que todo creyente necesitamos para realizar la obra que Dios ha puesto en nuestras manos. Los dones son para la edificacin de la iglesia. Con estos dones la iglesia crece y la fe de los creyentes es afirmada en un tiempo de tanta incredulidad. Los no creyentes son desafiados a creer viendo el amor y la compasin de Cristo a travs de la manifestacin de los dones de poder del Espritu Santo. La compasin le haca a Jess sanar a los enfermos y liberar a los endemoniados.
Despierta en m el anhelo de pedir una visitacin del Espritu y procurar sus dones ardientemente! El Seor me llevo a Santiago 4:17 y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado. Pecado de accin es hacer lo malo Pecado de omisin no hacer lo bueno Somos conscientes de los pecados de accin. Cuidamos mucho el no hacer lo malo. Pero no somos tan conscientes de los pecados de omisin. Muy poco pensamos en el bien que no hacemos reconocindolo como pecado.
Aplicando el pecado de omisin: Jess nos dice que pidamos al Padre el Espritu. Pablo dice que anhelemos ardientemente sus dones. El Espritu y sus dones son buenos y necesarios para la edificacin de los creyentes y para le extensin del Reino de Dios. El no pedir el Espritu y sus dones es pecado de omisin.
LA DESCISIN FINAL:
Adn es puesto fuera del huerto del Edn y tiene una trascendente decisin que tomar todava. Tiene a sus espaldas el paraso que es la comunin con Dios, el rbol de la vida eterna est protegido por querubines y una espada encendida.
Tiene delante la tierra maldecida por su pecado y una vida llena de consecuencias que le harn sufrir hasta que muera. Adn se puede revelar a vivir una vida lejos de la presencia de Dios y cargada de maldiciones para l y su mujer. Lo puede hacer arrojndose sobre aquella espada aunque le cueste la vida. As mostrara que la presencia de Dios le importaba ms que la vida misma. (El sacerdote Josu, vestiduras viles)
LA DECISIN TOMADA:
Adn decidi aceptar su nueva condicin sin oponerse. Haba pecado, Dios le dijo como vivira ahora y no hizo nada para recuperar lo que el pecado le rob. Adn acepta las consecuencias y las prdidas (la ltima vez que se dice que Dios habl a Adn es en el paraso).
Nosotros: Podemos caer en el error de adaptarnos a vivir una vida cristiana sin el carcter de Cristo y sin lo dones del Espritu Santo. La herencia del orgullo:
La cobarda que produce el orgullo nos impide perseverar hasta alcanzar lo que es nuestro. Nos conformamos con tener conocimiento pero no llegamos a experimentar. Jess nos dejo el legado de compartir por el Espritu Santo vida, no conocimiento.
SU DECISIN FINAL
Cristo en el huerto del Getseman estuvo por todos nosotros, en el mismo lugar que el primer Adn. Delante tena la voluntad del Padre separado por una cruz. Detrs una humanidad perdida en nuestros pecados que no merecamos la salvacin.
LA DECISIN TOMADA:
Cristo por nosotros toma la decisin de arrojarse a esa cruz que era smbolo de la espada encendida del Edn. La humildad produce valenta Cristo fue valiente (Filipenses 2:5-8) al humillarse y hacerse hombre, siendo hombre fue valiente y se humill hacindose siervo y siendo siervo fue valiente obedeciendo hasta morir humillado en una cruz para que t y yo podamos comer del rbol de la vida (Apocalipsis 2:7)
LA HERENCIA DE JESS
De Jess heredamos la valenta de humillarnos y no permitir que el pecado, nos robe lo que Dios nos ha dado. Debemos ser valientes y humillarnos reconociendo que el pecado de no procurar ardientemente al Espritu y sus dones, nos ha robado los recursos que el Padre nos ha dejado y que tanto necesitamos.
Los creyentes cuando amamos ms a Dios que a nosotros mismos, al pecar nos sentimos mal y nos arrepentimos de nuestro pecado. (David y el hijo prdigo a diferencia de Adn no buscaron culpables, asumieron su pecado, lo confesaron y se arrepintieron) Esto significa que si aceptamos como pecado el no haber procurado ardientemente al Espritu y sus dones, debemos confesarlo, arrepentirnos y cambiar nuestra actitud.
Cuantos malos entendidos y aun divisiones se hubiesen evitado en las congregaciones, si los dones de revelacin y de comunicacin fluyesen a travs de nosotros con el carcter de Cristo.
2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espritu de cobarda (Adn), sino de poder, de amor y de dominio propio (Cristo) Ana Snchez