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TESIS DOCTORAL

AO 2013



EL RESERVISMO MILITAR EN ESPAA

JOS MIGUEL QUESADA GONZLEZ
INGENIERO INDUSTRIAL



INSTITUTO UNIVERSITARIO GENERAL GUTIRREZ MELLADO



DIRECTOR: DR. D. FERNANDO PUELL DE LA VILLA
TUTORA: DRA. D. ALICIA GIL GIL




























Dpto. de estudios de seguridad internacional
INSTITUTO UNIVERSITARIO GENERAL GUTIRREZ MELLADO













EL RESERVISMO MILITAR EN ESPAA











Autor: D. Jos Miguel Quesada Gonzlez. Ingeniero Industrial
Director: Dr. D. Fernando Puell de la Villa
Tutora: Dra. D. Alicia Gil Gil


















































A mi madre, Manolita, ofrenda minscula si se la compara
con toda una vida llena de amor y dedicacin.

A mi mujer, Pilar, por alumbrar con esperanza el camino
que nos queda por recorrer.































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AGRADECIMIENTOS


Una tesis es una larga carrera de fondo en la que se libra una dura batalla entre las
obligaciones laborales y personales del doctorando y su propia determinacin de acabar la
investigacin. El propsito que sirvi para emprender la misma no siempre es capaz de mantener
por s mismo el entusiasmo por encontrar el hallazgo y, debido a ello, es a menudo necesario que
aparezcan algunos allegados que, de forma consciente o no, empleando la tcnica del palo o la de
la zanahoria ambas a veces, hagan que el investigador d un paso ms, rellene una pgina
ms, termine un captulo ms.
La primera de las personas que merecen aparecer en esta seccin es el director de la tesis. El
coronel Fernando Puell de la Villa ha tenido, como hace siempre con sus doctorandos, una
dedicacin extraordinaria. Indispensable faro de todo aqul que se interese por la Historia militar,
este trabajo se ha podido hacer, de la manera en que se ha hecho, en medio de las circunstancias
adversas en las que se ha escrito, gracias a l. Adems, sin salir de la sede universitaria pero en un
lugar completamente distinto, se encuentra la comandante Maribel Albaladejo. Cmplice
acadmico imprescindible, compaera insustituible que, dentro de un ambiente de franca
camaradera y de amistad, se ha implicado personalmente en la investigacin y ha tenido palabras
y gestos de aliento cuando ms se necesitaban.
Asimismo, no quiero dejar de dar las gracias al Instituto Universitario General Gutirrez
Mellado por la oportunidad que brinda a tantos doctorandos y a concurrentes de todo tipo
para que se acerquen al apasionante mundo de la Defensa. Tambin, mi agradecimiento para los
empleados de los archivos y las bibliotecas utilizadas, que han ofrecido muy a menudo su amable e
inestimable colaboracin, facilitando en ocasiones la difcil investigacin a distancia. Quisiera
distinguir particularmente en este contexto a Sandra Rodrguez Bermejo, del Archivo del Congreso
de los Diputados. Ha habido asimismo un importante grupo de poseedores de valiosa y profusa
informacin, personal o corporativa, que han querido cederla con desinteresado afecto, debiendo
destacar aqu al capitn de fragata Fernando Moreu, al teniente coronel Manuel Bads, al teniente
Juan Ros y al alfrez Vicente Corbatn. Los tres ltimos son, dicho sea de paso y cada uno en lo
suyo, artfices de la situacin actual del reservismo militar espaol.
Finalmente, quisiera tener unas palabras para mi familia. En primer lugar para mis hijos,
Anabel y Fernando, por la comprensin que han tenido con todo el tiempo que les he negado. En
segunda instancia para Pilar Quintana quien, cuando se publiquen estas pginas, ser con toda
previsin mi mujer. Su venturosa llegada a mi vida ocurri precisamente en el ecuador del proceso
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de redaccin de la tesis, no pudiendo negar que el texto final est impregnado del intenso tiempo a
su lado.
































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NDICE

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SIGLAS Y ABREVIATURAS .................................................................................................... 17
TABLAS Y FIGURAS ................................................................................................................ 21
INTRODUCCIN ....................................................................................................................... 25
PARTE PRIMERA.- ANTECEDENTES HISTRICOS
CAPTULO PRIMERO.- ANTECEDENTES REMOTOS ........................................................ 43
1. La ancestral disponibilidad para el combate ................................................................... 43
2. Servicio militar obligatorio en Roma .............................................................................. 44
3. Servir al rey antes de la conquista de Granada ............................................................... 47
3.1. Las leyes visigodas y el servicio militar: Fuero Juzgo ................................................... 47
3.2. Evolucin del marco jurdico durante la Reconquista: las Siete Partidas ...................... 50
3.3. Composicin del ejrcito medieval ................................................................................ 53
3.3.1. La hueste real .................................................................................................... 54
3.3.2. Mesnadas o tropas seoriales ............................................................................ 55
3.3.3. Milicias concejiles ............................................................................................. 56
4. Los Austrias: el ocaso de la participacin popular ......................................................... 58
4.1. El ejrcito de los Austrias espaoles .............................................................................. 58
4.2. La reserva en la poca de los tercios .............................................................................. 59
4.3. La Milicia General de Castilla ....................................................................................... 60
CAPTULO II.- LA MILICIA BORBNICA ............................................................................ 63
1. Ilustracin y guerra. El Ejrcito de la nueva dinasta ..................................................... 63
1.1. El Ejrcito espaol de la Ilustracin ............................................................................... 64
2. La Milicia Provincial: ejrcito peninsular de reserva ..................................................... 66
2.1. Necesidad de una nueva milicia ..................................................................................... 68
2.2. Creacin de la milicia moderna ...................................................................................... 69
2.2.1. Organizacin y misin....................................................................................... 70
2.2.2. Reclutamiento. Derechos y deberes de los milicianos ...................................... 73
2.2.3. Instruccin y equipamiento ............................................................................... 77
2.3. Cuestionamiento de la utilidad de la Milicia: el declive ................................................ 78
3. Milicias Disciplinadas americanas .................................................................................. 81
3.1. La obligacin de contribuir a la defensa de las Indias ................................................... 82
3.2. Crisis en el sistema defensivo americano ....................................................................... 84
3.3. La gran reforma: reglamento de milicias de Cuba ......................................................... 86
3.3.1. Organizacin y misin....................................................................................... 87
3.3.2. Derechos y deberes de los milicianos ................................................................ 90
3.3.3. Instruccin y equipamiento ............................................................................... 91
3.3.4. Consideraciones de orden social ....................................................................... 93
4. Defensa de plazas fuertes y fronteras: Milicia Urbana ................................................... 94


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CAPTULO III.- LA RESERVA ISABELINA .......................................................................... 97
1. Nacin y Ejrcito Nacional ............................................................................................ 97
1.1. El primer Ejrcito Nacional espaol .............................................................................. 99
1.2. Milicias populares del siglo XIX que no constituan una reserva ................................... 102
1.2.1. Milicia Nacional ................................................................................................ 103
1.2.2. Otras milicias .................................................................................................... 105
2. Efectos de la Primera Guerra Carlista ............................................................................ 107
2.1. Nuevo concepto de reserva: unificacin con el Ejrcito ................................................ 108
3. Organizacin de la reserva isabelina .............................................................................. 110
3.1. Batallones provinciales de reserva ................................................................................. 110
3.2. Ejrcito de Reserva ........................................................................................................ 113
3.3. Integracin de la reserva en las unidades del Ejrcito ................................................... 116
3.4. Restauracin de los batallones provinciales ................................................................... 118
3.4.1. El establecimiento de los 80 batallones ............................................................. 119
3.4.2. Las sombras de la organizacin en provinciales ............................................... 122
CAPTULO IV.- LA BATALLA DE SADOWA O LA TRANSFORMACIN DE LA
RESERVA ........................................................................................................ 125
1. Influencia del modelo de reclutamiento prusiano .......................................................... 125
1.1. Reaccin espaola ante la derrota austriaca ................................................................... 127
2. ltima reestructuracin de Isabel II: segunda reserva ................................................... 129
3. El Sexenio Democrtico: vuelta a los provinciales ........................................................ 132
3.1. Reserva activa en batallones provinciales ...................................................................... 133
3.2. La reserva republicana ................................................................................................... 135
3.3. Participacin en la Tercera Guerra Carlista ................................................................... 137
4. Restauracin y reserva .................................................................................................... 143
4.1. La reserva tras las guerras carlistas ................................................................................ 144
4.2. Martnez Campos o los batallones de reserva y de depsito .......................................... 148
4.3. Escala de Reserva retribuida, una cuestin de semntica ........................................... 152
4.4. El general Cassola: la reforma que no pudo ser ............................................................. 153
4.5. Movilizaciones de la reserva durante la Restauracin ................................................... 156
4.5.1. Guerra de Cuba 1895-1898 ............................................................................... 156
4.5.2. Guerra del Rif de 1909 ...................................................................................... 158
PARTE SEGUNDA.- RESERVA Y SERVICIO MILITAR UNIVERSAL (SIGLO XX)
CAPTULO V.- PRIMERA LEY ESPAOLA DEL SERVICIO MILITAR UNIVERSAL .... 163
1. Un largo camino para un gran logro social .................................................................... 163
1.1. La cuestin militar en el Regeneracionismo .................................................................. 165
1.2. Antecedentes de un hito histrico en materia de reclutamiento y reserva ..................... 167
1.2.1. Proyecto de ley de bases para el reclutamiento de 1904 ................................... 168
1.2.2. Otros proyectos anteriores a 1911 ..................................................................... 171
2. La ley de reclutamiento de 1912 y reserva ..................................................................... 173
2.1. Obligaciones generales y situaciones del reservista....................................................... 176
2.2. Exclusiones y excepciones del servicio militar .............................................................. 179
2.3. Prrrogas y cuotas: conciliacin con la vida civil, pero slo para unos pocos .............. 181
2.4. Instruccin militar de soldados y reservistas ................................................................. 184

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3. Primeras clases de oficiales movilizables ....................................................................... 187
3.1. Oficiales de la reserva territorial de Canarias ................................................................ 190
3.2. Escala de Reserva gratuita de Canalejas ........................................................................ 193
4. Organizacin de la reserva a comienzos del siglo XX ..................................................... 195
CAPTULO VI.- CRISIS DE LA RESTAURACIN Y DICTADURA DE PRIMO DE
RIVERA (1918-1931) ....................................................................................... 199
1. Incidencia de la Gran Guerra en el entorno militar espaol ........................................... 199
2. Reformas de la Dictadura en materia de reclutamiento y reserva .................................. 202
2.1. Universalizacin del servicio militar: real decreto de reclutamiento de 1924 ............... 204
2.2. La primera organizacin para la instruccin premilitar ................................................. 209
2.3. Cuadros de mando reservistas: Escala de Complemento ............................................... 214
2.3.1. Candidatos, instruccin y carrera militar........................................................... 215
2.3.2. Encuadramiento y cometidos ............................................................................ 219
2.3.3. Derechos y deberes ............................................................................................ 221
2.3.4. Consideraciones sobre su integracin en el Ejrcito y su aceptacin
social .................................................................................................................. 223
2.4. Somatn Nacional, reserva militar o fuerza policial? ................................................... 224
3. Organizacin de la reserva de la Dictadura .................................................................... 226
4. Movilizacin de los primeros reservistas del servicio militar universal ......................... 229
4.1. Huelgas ferroviarias de 1912 y 1916 ............................................................................. 229
4.2. Huelga general de 1917 .................................................................................................. 232
4.3. Annual y Alhucemas ...................................................................................................... 233
CAPTULO VII.- SEGUNDA REPBLICA Y GUERRA CIVIL (1931-1939) ....................... 235
1. Las escasas aportaciones republicanas a la reserva militar ............................................. 235
1.1. Reclutamiento, reserva y movilizacin total .................................................................. 236
1.2. Evolucin de la Escala de Complemento ....................................................................... 241
1.3. Milicias de los partidos polticos o la negacin de la reserva militar ............................ 245
2. Reglamento de movilizacin de 1932 ............................................................................. 248
3. La mayor convocatoria de reservistas espaoles de todos los tiempos .......................... 251
CAPTULO VIII.- DE LA AUTARQUA AL DESARROLLISMO (1939-1968) .................... 259
1. El ejrcito del racionamiento .......................................................................................... 259
2. Reaccin militar espaola ante la evolucin de la Segunda Guerra Mundial ................. 261
3. Reclutamiento y reserva durante los primeros XXV aos de paz .................................... 264
3.1. Ley de reclutamiento de 1940 ........................................................................................ 267
4. Universidad y cuadros de mando en reserva .................................................................. 271
4.1. Milicia Universitaria (1940-1944) ................................................................................. 272
4.2. Instruccin Premilitar Superior (1945-1972) ................................................................. 276
4.3. Las clases de complemento en la Marina y en el Ejrcito del Aire ................................ 284
4.3.1. Milicia Naval Universitaria ............................................................................... 284
4.3.2. Milicia Area Universitaria ............................................................................... 287
4.4. Primera asociacin de veteranos de la Escala de Complemento .................................... 290
4.4.1. Paradigmas existentes en las asociaciones de oficiales reservistas ................... 290
4.4.2. Unin Nacional de los Antiguos Oficiales y Suboficiales de las
Milicias Universitarias de los tres Ejrcitos ...................................................... 291

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CAPTULO IX.- DISTENSIN Y FINAL DE LA GUERRA FRA (1968-1991) ................... 295
1. Tardofranquismo y reclutamiento .................................................................................. 295
1.1. La necesidad de reformar el reclutamiento .................................................................... 297
1.2. Una ley para el servicio militar en los dos Ejrcitos y la Armada (1968)...................... 299
2. Instruccin Militar para la formacin de oficiales y suboficiales de Complemento ...... 305
3. El servicio militar dentro de la transformacin militar de la Monarqua ....................... 308
3.1. Marco de reformas militares de la Transicin ............................................................... 309
3.2. La primera disposicin sobre reclutamiento de la Espaa democrtica (1984) ............. 311
3.2.1. Antecedentes sociales y legislativos ................................................................. 312
3.2.2. Tramitacin de la ley y resultado final .............................................................. 314
3.3. La Transicin o la proliferacin de asociaciones de veteranos ...................................... 317
4. Agitacin social y ltimas movilizaciones en Espaa .................................................... 319
4.1. Generacin de fuerzas y encuadramiento de reservistas antes de la modernizacin ..... 320
4.2. Las movilizaciones de la Transicin .............................................................................. 322
CAPTULO X.- FIN DE UNA ETAPA HISTRICA: SUSPENSIN DEL SERVICIO
MILITAR (1991-2001) .................................................................................... 329
1. La ltima ley del reclutamiento espaol (1991) .................................................................. 329
1.1. De nuevo el debate sobre el servicio militar .................................................................. 330
1.2. Tramitacin y resultado de la ley ................................................................................... 332
2. Servicio para la formacin de cuadros de mando para la reserva del servicio militar ... 335
3. Consideraciones sobre movilizacin y sobre reservistas................................................ 339
4. Factores adversos para el mantenimiento del servicio militar obligatorio ..................... 342
4.1. Evolucin del entorno estratgico .................................................................................. 343
4.2. Tecnologa y necesidad de adiestramiento ..................................................................... 345
4.3. Motivacin e integracin del soldado de reemplazo ...................................................... 346
4.4. Conciencia de defensa nacional en Espaa .................................................................... 348
5. El final .......................................................................................................................... 350
CAPTULO XI.- ANLISIS DE OTRAS FUERZAS SIGNIFICATIVAS DEL SIGLO XX
QUE PUDIERON CONSTITUIR UNA RESERVA MILITAR ..................... 359
1. Inscripcin Martima, reserva de marinera?: ............................................................... 359
1.1. El antepasado por antonomasia de la Inscripcin Martima: la Matrcula de Mar ........ 360
1.1.1. El problema del reclutamiento de marineros en la Edad Moderna ................... 360
1.1.2. Intentos incipientes de implantar un rol de marineros (1625-1717).................. 362
1.1.3. La Matrcula de Mar durante la Ilustracin (1717-1812) .................................. 364
1.1.4. El debate liberal sobre el mantenimiento de una figura del Antiguo Rgimen
(1812-1873) ....................................................................................................... 368
1.2. Inscripcin Martima y el reclutamiento del siglo XX en la Armada (1873-1984) ........ 372
2. Oficiales movilizables de la Armada: Reserva Naval .................................................... 376
2.1. La Reserva Naval entreguerras (1915-1946) ................................................................. 376
2.1.1. Creacin del primer cuerpo de oficiales movilizables de la Armada ................ 378
2.1.2. Afirmacin del mantenimiento de una reserva de oficiales .............................. 380
2.2. Reserva Naval y Escala de Complemento (1946-1991) ................................................ 383
2.2.1. Primera gran reorganizacin de la Reserva Naval ............................................ 384
2.2.2. Convergencia con la Escala de Complemento en el tardofranquismo .............. 386

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3. Damas Auxiliares de Sanidad Militar ............................................................................. 387
3.1. Servicio, Cuerpo y Agrupacin de Damas Auxiliares ................................................... 388
3.1.1. Reglamento de 1941 .......................................................................................... 388
3.1.2. La madurez de la mano del reglamento de 1977 ............................................... 390
3.2. Ingreso de la mujer en las Fuerzas Armadas y extincin de las Damas ......................... 391
4. Escalas Honorficas del Ejrcito de Tierra y del Ejrcito del Aire ................................. 395
4.1. Escala de Complemento Honoraria de Ferrocarriles ...................................................... 395
4.1.1. La inestabilidad anterior a la Guerra Civil (1920-1936) ................................... 396
4.1.2. Posguerra, actualizacin y extincin (1936-1989) ............................................ 400
4.2. Otras escalas honorficas ................................................................................................ 403
PARTE TERCERA.- EL RESERVISMO HOY
CAPTULO XII.- LA RESERVA MILITAR DESDE UNA PERSPECTIVA ATLNTICA ... 411
1. El marco estratgico actual: amenazas y respuestas en los albores del siglo XXI ........... 411
1.1. Nuevo mundo, nuevas amenazas ................................................................................... 412
1.2. Comprehensive Approach y otras respuestas ................................................................. 414
2. Doctrina OTAN sobre reserva ........................................................................................ 417
3. Orgnica de la Alianza Atlntica vinculada a los reservistas ......................................... 422
3.1. Confdration Interallie des Officiers de Rserve (CIOR) y Confdration
Interallie des Officiers Mdicaux de Rserve (CIOMR) ..................................................... 423
3.2. NATO Reserve Forces Committee (NRFC) ................................................................... 428
CAPTULO XIII.- PARADIGMAS ACTUALES DE ORGANIZACIN DE UNA
RESERVA MILITAR ..................................................................................... 431
1. El entorno OTAN o el liderazgo indiscutible de la reserva basada en voluntarios ........ 432
2. Ciudadanos en disposicin de combatir: modelo sajn ...................................................... 433
2.1. Los siete componentes de la reserva de Estados Unidos ............................................... 433
2.1.1 Los dos Ejrcitos, la Armada y la Infantera de Marina ..................................... 434
2.1.2. La Guardia Nacional, por tierra y por aire ........................................................ 435
2.1.3. La Guardia Costera ............................................................................................ 437
2.1.4. Situaciones de disponibilidad del reservista estadounidense ........................... 438
2.2. El Territorial Army britnico y sus otras reservas ......................................................... 439
3. Aprovechamiento de las capacidades civiles: modelo continental ................................... 444
3.1. Rserve Operationnelle y Rserve Citoyenne francesas ................................................ 446
3.1.1. Integracin en la vida de las unidades activas ................................................... 447
3.1.2. Fomento de la cultura de defensa ...................................................................... 448
3.1.3. El Consejo Superior de la Reserva Militar ........................................................ 449
3.2. Forze di Completamento Volontarie y Riserva Selezionata italianas ............................ 451
4. Otros modelos existentes en pases que no son miembros de la Alianza ......................... 454
4.1. La pertinaz reserva de masas : Repblica Popular China y Federacin Rusa ................ 454
4.2. Cuando las Fuerzas Armadas son una inmensa milicia: el caso israel y su
antecedente suizo .................................................................................................................. 457




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CAPTULO XIV.- EL MODELO RESERVISTA ESPAOL DEL SIGLO XXI ..................... 465
1. De la reserva de masas a los reservistas voluntarios ...................................................... 465
1.1. Deliberaciones previas en torno a la solucin ms adecuada (1991-1999) .................... 466
1.1.1. Pasos dados durante los ltimos aos de la primera etapa socialista
(1991-1996) ................................................................................................................. 467
1.1.2. El nacimiento de la reserva voluntaria en el ocaso del servicio militar
obligatorio (1996-1999) .............................................................................................. 470
1.2. El largo proceso de puesta en marcha (1999-2004) ....................................................... 474
1.3. Marco legislativo vigente ............................................................................................... 476
2. Descripcin del modelo .................................................................................................. 478
2.1. Reservistas voluntarios........................................................................................... 482
2.1.1. Convocatorias y seleccin de aspirantes ........................................................... 484
2.1.2. Formacin, adiestramiento y otras activaciones................................................ 486
2.1.3. Apuntes de ndole sociolgica .......................................................................... 491
2.1.4. Aceptacin del nuevo reservista por parte de la componente activa de las
Fuerzas Armadas y de la Administracin pblica ....................................................... 494
2.1.5. La dimensin de la empresa .............................................................................. 498
2.1.6. Breves notas sobre retencin ............................................................................. 501
2.2. Reservistas de especial disponibilidad ........................................................................... 503
2.3. Reservistas obligatorios ................................................................................................. 504
2.4. Reservistas honorficos .................................................................................................. 505
3. Impacto de la nueva reserva en el tejido asociativo ....................................................... 506
3.1. La aparicin de nuevas asociaciones y la adaptacin de las existentes ......................... 506
3.2. Federacin de Organizaciones de Reservistas de Espaa (FORE) o el nexo de
representacin de los reservistas ........................................................................................... 509
CONCLUSIONES ....................................................................................................................... 513
FUENTES Y BIBLIOGRAFA .................................................................................................. 519
APNDICES
1. Orden de movilizacin de los soldados en funcin de su situacin en el servicio
militar, de acuerdo con la ley de reclutamiento de 1912 .................................................... 549
2. Distribucin por escalas de los alfreces eventuales de complemento de la IPS
(Ejrcito de Tierra) ............................................................................................................. 551
3. Distribucin por escalas de los sargentos de complemento de la IPS (Ejrcito
de Tierra) .......................................................................................................................... 553
4. Poblacin masculina universitaria de comparacin con los alfreces y sargentos de
la IPS publicados cada ao (1943-1972) ............................................................................ 555
5. Distribucin por escalas de los alfreces eventuales de la IMEC (Ejrcito de Tierra) .. 557
6. Distribucin por escalas de los sargentos eventuales de la IMEC (Ejrcito de Tierra) . 559
7. Distribucin por escalas de los alfreces eventuales del SEFOCUMA (Ejrcito de
Tierra) .......................................................................................................................... 561
8. Nmero de reservistas voluntarios por comunidad autnoma y por provincia (2012) .. 563
9. Federaciones y asociaciones espaolas de reservistas voluntarios (2012) ..................... 565

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10. Documentacin sobre organizaciones de oficiales de reserva, enviada desde el
Estado Mayor Conjunto a los segundos jefes de Estado Mayor de los dos Ejrcitos y
la Armada .......................................................................................................................... 567
11. Protocolo de hermanamiento entre la FORE y la UNOR ............................................. 579
12. Renovacin del protocolo de hermanamiento entre la FORE y la UNOR ................... 581






























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SIGLAS Y ABREVIATURAS

AAA: Artillera Antiarea
AANF: Archivo digital de la Asamblea Nacional Francesa
ACA: Artillera de Campaa
ACMU: Asociacin Catalana de Veteranos de la Milicia Universitaria y Reserva
Voluntaria
ACO: Artillera de Costa
AEM: Alto Estado Mayor
AGMa: Archivo General de Marina
AGMi: Archivo General Militar
AHN: Archivo Histrico Nacional
ALRU: Archivo digital de legislacin de Reino Unido
ALF: Archivo digital de legislacin de la Repblica Francesa
ALS: Archivo digital de legislacin federal de Suiza
AME: Asociacin de Militares Espaoles
AMMU: Asociacin Madrilea de Antiguos Miembros de la Milicia Universitaria del
Ejrcito de Tierra
ANF: Archivo digital de la Repblica Francesa
AOSSCIM: Asociacin de Oficiales y Suboficiales de la Escala de Complemento del Cuerpo
de Infantera de Marina
ARES: Asociacin de Reservistas Espaoles
ARESCAV: Asociacin de Reservistas Voluntarios de Alicante, Castelln y Valencia
AREVOC: Asociacin de Reservistas Voluntarios de Catalua
AREVOLCE: Asociacin de Reservistas Voluntarios de Ceuta
ARGA: Asociacin de Reservistas Voluntarios de Galicia
ARIBAL: Asociacin de Reservistas Voluntarios de las Islas Baleares
ARVCU: Asociacin de Reservistas Voluntarios Catalanes Ultonia-Girona
ASFAS: Asociacin de Suboficiales de las Fuerzas Armadas
ASFASPRO: Asociacin Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas
ASORE: Asociacin de Suboficiales Reservistas de Espaa
ASREVOME: Asociacin de Reservistas Voluntarios de Melilla
ATS: Archivo digital del Tribunal Supremo
AUME: Asociacin Unificada de Militares Espaoles
AVMUETE: Asociacin de Veteranos de la Milicia Universitaria del Ejrcito de Tierra
AVMUNA: Asociacin de Reservistas y Veteranos de la Milicia Universitaria de Navarra
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BCD: Biblioteca del Congreso de los Diputados
BCEU: Biblioteca del Congreso de Estados Unidos
BN: Biblioteca Nacional de Espaa
BNF: Biblioteca Nacional de Francia
BOCE: Boletn Oficial de las Cortes Espaolas
BOCG-C: Boletn Oficial de las Cortes Generales Congreso
BOCG-S: Boletn Oficial de las Cortes Generales Senado
BOCN: Bulletin Officiel du Conseil National (Suiza)
BOD: Boletn Oficial del Ministerio de Defensa
BOE: Boletn Oficial del Estado
BOJD: Boletn Oficial de la Junta de Defensa Nacional de Espaa
BS: Biblioteca del Senado
CC: Coalicin Canaria
CIMIC: Civil-Military Co-operation
CIOMR: Confdration Interallie des Officiers Mdicaux de Rserve
CIOR: Confdration Interallie des Officiers de Rserve
CIPET: Cuerpo de Ingenieros Politcnicos del Ejrcito de Tierra
CIR: Centro de Instruccin de Reclutas
CLE: Coleccin Legislativa de Espaa
CNT: Confederacin Nacional del Trabajo
CSIC: Consejo Superior de Investigaciones Cientficas
CSRM: Conseil Suprieur de la Rserve Militaire
DIGENPOL: Direccin General de Poltica de Defensa
DOE: Diario Oficial del Ejrcito
DOMG: Diario Oficial del Ministerio de la Guerra
DOMD: Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional
DOME: Diario Oficial del Ministerio del Ejrcito
DRE: Dirio da Repblica (Portugal)
DSC: Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados
DSCC: Diario de Sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias (Cortes de Cdiz
1810-1813)
DSCG: Diario de Sesiones de las Cortes Generales
DSS: Diario de Sesiones del Senado
EMAD: Estado Mayor de la Defensa
ESO: Enseanza Secundaria Obligatoria
ETA: Euskadi Ta Askatuta
19

FET: Falange Espaola Tradicionalista
FORE: Federacin de Organizaciones de Reservistas de Espaa
GDE: Grupo de Deporte y Entrenamiento de reservistas voluntarios
GG: Gaceta del Gobierno
GM: Gaceta de Madrid
GU: Gazzetta Ufficiale della Repubblica Italiana
GUMD: Gazzetta Ufficiale del Ministero della Difesa (Italia)
HBN: Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional
HEPERMISA: Hermandad de Personal Militar en Situacin Ajena al Servicio Activo
ICAI: Instituto Catlico de Artes e Industrias
IDF: Israel Defense Forces
IMEC: Instruccin militar para la formacin de oficiales y suboficiales de complemento
IMERENA: Instruccin militar para la formacin de oficiales de la Reserva Naval
IMS: International Military Staff
IPS: Instruccin Premilitar Superior
ISAF: International Security Assistance Force
ISFAS: Instituto Social de las Fuerzas Armadas
IU: Izquierda Unida
JEMAD: Jefe del Estado Mayor de la Defensa
JEME: Jefe del Estado Mayor del Ejrcito
JONS: Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista
JORF: Journal Officiel de la Republique Franaise
JUJEM: Junta de Jefes de Estado Mayor
MAU: Milicia Area Universitaria
MILREP: Representante ante el Comit Militar de la OTAN
MNU: Milicia Naval Universitaria
NARAUK: Archivo digital nacional de Reino Unido
NARAUS: Archivo digital nacional de Estados Unidos
NBQ-R: Nuclear, Biolgico, Qumico y Radioactivo
NRFC: NATO Reserve Forces Committee
ONG: Organizacin No Gubernamental
ONU: Organizacin de Naciones Unidas
OSCE: Organizacin para la Seguridad y Cooperacin en Europa
OTAN: Organizacin del Tratado del Atlntico Norte
PESD: Poltica Europea de Seguridad y Defensa
PP: Partido Popular
20
PSOE: Partido Socialista Obrero Espaol
RH: Reservista honorfico
ROA: Reserve Officers Association
RV: Reservista voluntario
RVH: Reservista voluntario honorfico
SABRE: Supporting Britains Reservists & Employers
SEFOCUMA: Servicio para la formacin de cuadros de mando
SMO: Servicio militar obligatorio
UCD: Unin de Centro Democrtico
UEO: Unin Europea Occidental
UGT: Unin General de Trabajadores
UME: Unin Militar Espaola
UORVAR: Unin de Oficiales Reservistas de la Armada
UV: Unin Valenciana
UY: Archivo digital Beinecke Rare Book and Manuscript Library de la Universidad de
Yale
WMD: Weapon of Mass Destruction


















21

TABLAS Y FIGURAS

Pgina

TABLAS

1. Efectivos de las distintas fuerzas que componan el ejrcito de los Reyes Catlicos en
1491 .......................................................................................................................... 57
2. Plazas en las fuerzas regulares que componan el Ejrcito espaol de la Ilustracin en
1759 .......................................................................................................................... 66
3. Distribucin por provincias de los regimientos de infantera que componan la Milicia
Provincial segn la Ordenanza de 1734, con sus plazas .............................................................. 71
4. Efectivos medios en las fuerzas regulares del Ejrcito de Amrica en el intervalo
1740-1810 .......................................................................................................................... 85
5. Unidades que componan la Milicia Disciplinada de Cuba segn el Reglamento de 1769,
con sus plazas .......................................................................................................................... 87
6. Efectivos de las milicias disciplinadas en Amrica en el intervalo 1765-1780 ....................... 88
7. Efectivos de las Fuerzas Armadas en 1840, a la finalizacin de la Primera Guerra Carlista .. 107
8. Regimientos de Infantera, Caballera y batallones de la reserva que quedan asignados a
cada Capitana General, en 1844 ................................................................................................. 112
9. Das mximos en filas requeridos por el mozo del cupo de instruccin dependiendo de la
formacin militar previa acreditada y la unidad a la que se adscribiera su depsito, segn el
reglamento de reclutamiento de 1914 .......................................................................................... 186
10. Organizacin de la reserva del Ejrcito antes de la Primera Guerra Mundial ....................... 196
11. Preferencias en la admisin de aspirantes a oficiales de complemento para los llamados
Servicios Especiales del Ejrcito, en funcin de su profesin o titulacin .............................. 220
12. Organizacin de la reserva del Ejrcito entre 1918 y 1931 ................................................... 227
13. Evolucin del nmero de oficiales de complemento hasta la Guerra Civil ........................... 243
14. Mximo nmero de hombres movilizables en Espaa segn el alcance fijado por el
Gobierno en 1939 ......................................................................................................................... 256
15. Asignacin de Armas en el Ejrcito de Tierra a los aspirantes a ingresar en la IPS, en
funcin de la carrera que estuviesen cursando (1942) ................................................................. 274
16. Distritos Universitarios de la IPS que instruan a los aspirantes encuadrados en las
distintas Armas del Ejrcito de Tierra (1942) .............................................................................. 275
17. Asignacin a categoras y a Cuerpos de la Armada a los aspirantes a ingresar en la MNU
en funcin de la carrera que estuviesen cursando (1952) ............................................................ 286
18. Asignacin a Cuerpos del Ejrcito del Aire a los aspirantes a ingresar en la MAU en
funcin de la carrera que estuviesen cursando (1947) ................................................................. 287
19. Estudiantes ingresados en la MAU, distribuidos por Servicio del Arma de Aviacin y
empleo (1949-1972) ..................................................................................................................... 288
22
Pgina

20. Organizacin de la reserva en el Ejrcito de Tierra entre 1964 y 1984 ................................ 321
21. Especialidades del SEFOCUMA (Ejrcito de Tierra) que requeran de estudios
especficos , excepto el Cuerpo de Sanidad Militar ..................................................................... 337
22. Servicios de la Reserva Naval con los requisitos de ingreso y la carrera militar realizable
en cada uno de ellos, segn el decreto de reorganizacin de 1946 ............................................. 385
23. Distribucin por clases y empleos de los miembros de la Escala de Complemento
Honoraria de Ferrocarriles (1961) ............................................................................................... 401
24. Estudios o profesin requeridos para ingresar en las Escalas Honorficas de los Cuerpos o
Servicios del Ejrcito de Tierra que se indican (1943)................................................................ 404
25. Estudios o profesin requeridos para ingresar en las Escalas Honorficas de las Armas,
Cuerpos y Escalas del Ejrcito del Aire que se indican (1951) ................................................... 406
26. Duracin de la instruccin militar y de la permanencia en la reserva de los ciudadanos
suizos, por empleos ..................................................................................................................... 459
27. Clasificacin de los reservistas espaoles ............................................................................. 479
28. Distribucin de los reservistas espaoles por clase ............................................................... 480
29. Distribucin de los reservistas voluntarios por ejrcito, empleo y sexo ............................... 483
30. Distribucin de los reservistas voluntarios por empleo y Ejrcito (efectivamente
publicados en el BOD) ................................................................................................................ 491

FIGURAS

1. Paradigma de reserva militar MINO ....................................................................................... 29
2. Situaciones militares del soldado de reemplazo segn la ley de 1911, con su vinculacin al
ejrcito de 1. 2. lnea .............................................................................................................. 177
3. Situaciones militares del soldado de reemplazo segn el real decreto de 1924, con su
vinculacin al ejrcito de 1. 2. lnea ....................................................................................... 205
4. Alfreces eventuales y sargentos de la Escala de Complemento nombrados a lo largo de
toda la vida de la IPS (Ejrcito de Tierra) ................................................................................... 279
5. Comparacin de los estudiantes universitarios de penltimo y ltimo ao con la
publicacin de los alfreces eventuales y sargentos de la IPS nombrados en el ao
correspondiente (Ejrcito de Tierra) ............................................................................................ 283
6. Alfreces y sargentos eventuales de la Escala de Complemento nombrados dentro del
perodo de vigencia de la IMEC (Ejrcito de Tierra) .................................................................. 307
7. Alfreces eventuales de la Escala de Complemento nombrados dentro del perodo de
vigencia del SEFOCUMA (Ejrcito de Tierra) ........................................................................... 338
8. Proceso de aportacin gradual de reservistas .......................................................................... 481
9. Plazas de reservistas voluntarios convocadas y asignadas anualmente, con el ndice de
solicitantes por plaza (2003-2012) .............................................................................................. 485
23

Pgina

10. Das anuales de activacin de los reservistas voluntarios (2004-2011) ................................. 489
11. Distribucin de los reservistas voluntarios por edad y ejrcito ............................................. 492
12. Distribucin de los reservistas voluntarios por formacin acadmica .................................. 493
13. ndice de poblacin reservista voluntaria e ndice de Conciencia de Defensa por
Comunidad Autnoma ................................................................................................................. 494
14. Distribucin anual, y por motivos, de las bajas en la reserva voluntaria ............................... 502

Introduccin 25


INTRODUCCIN


A lo largo de las ltimas dcadas, la estructura de las fuerzas de reserva ha cambiado en todo
el mundo: la relacin entre reservistas y fuerzas permanentes, las responsabilidades que se les
asigna, la manera en que se forman, cmo se equipan y emplean, etc. Tras el fin de la Guerra Fra,
los reservistas no constituyen ya fuerzas suplementarias para intervenir en una guerra convencional
donde se busca una superioridad numrica que colapse al enemigo. Ahora se trata de que aporten
capacidades complementarias a las ya existentes en el seno de las fuerzas regulares, habida cuenta
que, tras la Guerra del Golfo de 1991 y las campaas de Bosnia y Kosovo, contar con la
superioridad tecnolgica es ms deseable que hacerlo con la numrica. No obstante lo anterior, los
escenarios blicos de Irak y Afganistn han demostrado que la supremaca tecnolgica no resulta
suficiente para vencer en conflictos asimtricos, reclamando nuevas formas de hacer la guerra. Una
de estas innovaciones es el concepto desarrollado por la Alianza Atlntica denominado
Comprehensive Approach. En esta estrategia, la formacin y experiencia civiles de los reservistas
pueden ser de gran ayuda
1
.

1. LA IMPORTANCIA DE LA RESERVA COMO RECURSO MILITAR PREVENTIVO

Aunque por lo general muchos gobiernos an emplean solamente a los reservistas en destinos
operativos convencionales, la mayora est ampliando su participacin al resto de actividades
militares: misiones de paz, contra el terrorismo, estabilizacin tras el conflicto, etc. Los pases
europeos, con la excepcin del Reino Unido, tienden a renunciar a su empleo como combatientes y
a potenciar el resto de aplicaciones, merced al mayor valor aadido por su faceta civil.
La OTAN ofrece libertad a sus miembros a la hora de organizar la reserva, si bien propone el
fomento del voluntariado, canaliza el intercambio de mejores prcticas entre los aliados y
promueve la participacin de reservistas en misiones internacionales, consciente de que las
capacidades civiles aportadas por stos son muy tiles para hacer frente a las nuevas amenazas.
En 1999, el Gobierno espaol se aline con las recomendaciones de la OTAN y dividi la
plantilla de las Fuerzas Armadas en Fuerzas Permanentes y Fuerzas de Reserva, creando las

1
Esta estrategia fue presentada durante la Cumbre de OTAN en Bucarest, celebrada en abril de 2008. La esencia de la
misma es reunir acciones de amplio espectro, tanto civiles como militares, para afrontar los conflictos asimtricos,
como los que permanecen abiertos actualmente en Asia Central. Dichas acciones, aparte de las operaciones militares,
pueden ser la formacin, la cooperacin, la comunicacin, el orden pblico o la reconstruccin. Vid
http://www.nato.int
26 El reservismo militar en Espaa

siguientes clases de reservistas: temporales, voluntarios y obligatorios
2
. Cuando esta ley fue
derogada, en 2008, su sucesora no introdujo cambios en este aspecto, explicando someramente en
su prembulo cul es, en realidad, el modelo de reserva espaol:

La Ley 17/1999, de 18 de mayo, al suspender la prestacin del servicio militar obligatorio,
estableci un sistema de reclutamiento en el que el personal se vinculaba voluntariamente a las
Fuerzas Armadas con una relacin de servicios profesionales. Al mismo tiempo regul la
aportacin de recursos humanos cuando la defensa de Espaa lo exigiera, con arreglo a las
obligaciones militares que seala el artculo 30.2 de la Constitucin. De ese modo se aseguraba la
participacin de todos los ciudadanos, imponiendo slo las obligaciones imprescindibles. En el
desarrollo y aplicacin de aquella ley ha adquirido gran importancia la figura del reservista
voluntario, que en sta se mantiene y refuerza favoreciendo una mayor implicacin de la sociedad
con las Fuerzas Armadas.
[]
El proceso de incorporacin de reservistas a las Fuerzas Armadas se pondr en marcha en
aquellas situaciones de crisis en que las necesidades de la defensa nacional no puedan ser atendidas
por los efectivos de militares profesionales. En tales circunstancias, el Consejo de Ministros podr
adoptar las medidas necesarias para la incorporacin a las Fuerzas Armadas, en primer termino, de
reservistas voluntarios y de reservistas de especial disponibilidad y posteriormente, slo si es
preciso, solicitar al Congreso de los Diputados autorizacin para la declaracin general de
reservistas obligatorios, a los que se reconocer su derecho a la objecin de conciencia.
El Ministro de Defensa tambin podr autorizar la incorporacin de reservistas, con carcter
voluntario, para misiones en el extranjero o cuando las Fuerzas Armadas colaboren con las
Instituciones del Estado y las Administraciones Publicas para preservar la seguridad y bienestar de
los ciudadanos o para prestar servicio en las unidades, centros y organismos del Ministerio de
Defensa
3
.

En este modelo, el reservista voluntario ha quedado constituido como una necesidad
permanente no coyuntural. No se pretende que cubra huecos existentes en las plantillas de
unidades, centros u organismos, sino que complemente las capacidades existentes con la
experiencia y formacin que posee. A la vez, el individuo puede enriquecer su experiencia al
dedicarse, dentro de las Fuerzas Armadas, a trabajos especficos propios de su formacin y, por
tanto, de directa aplicacin en su vida civil, con resultados tambin positivos para su empleador.
Uno de los primeros responsables de la reserva, el general Echepare, defini as esta figura del
sistema defensivo: Un reservista voluntario es un espaol que adquiere con las Fuerzas Armadas
un compromiso de disponibilidad para ser llamado a incorporarse a ellas cuando las circunstancias
lo requieran
4
.
Sin embargo, transcurridos casi diez aos desde el nombramiento de los primeros reservistas
voluntarios, la utilizacin de este recurso es an escasa. Son varias las conjeturas que se pueden

2
Ley 17/1999 de rgimen del personal de las fuerzas armadas, 18 de mayo de 1999, BOE, n. 119. Los reservistas
pasaron ms tarde a ser voluntarios, obligatorios y de especial disponibilidad (ley 39/2007 de la carrera militar, 19 de
noviembre de 2007, BOE, n. 278).
3
ley 39/2007 de la carrera militar, 19 de noviembre de 2007, BOE, n. 278.
4
Echepare (2006), pg. 75.
Introduccin 27


realizar acerca de las razones que frenan la voluntad poltica de emplearlos regularmente, cuando
los representantes de la OTAN piensan que son vitales en las operaciones actuales
5
. No es
aventurado suponer que esto sucede porque se considera que los reservistas no vienen a cubrir una
necesidad detectada en la defensa espaola y que, consecuentemente, no es preciso recurrir a ellos
para las misiones que las Fuerzas Armadas tienen encomendadas. Eso puede deberse tanto a que
dicha necesidad no se haya identificado suficientemente bien como a que la constitucin, seleccin
y adiestramiento del colectivo no puedan cubrirla. Arrojar un poco ms de luz sobre este asunto es
la razn de ser de la presente investigacin.
En este sentido, la hiptesis se plantea en forma de pregunta y es la siguiente: hasta qu
punto la reserva actual ha sido influida por las organizaciones de la misma ndole implantadas
anteriormente en Espaa y comparte tanto su falta de utilizacin como las causas de sta? Se
anticipa que las formas similares de participacin de los espaoles en la defensa han sido
escasamente aprovechadas por los responsables de la poltica de defensa en cada coyuntura
histrica, debido a razones parejas a las que interesan la situacin de la reserva actual.

2. EL PARADIGMA DE RESERVA MILITAR

Antes de entrar en el estado de la cuestin conviene definir qu se entiende por reserva
militar. En el acervo cultural est que se trata de una fuerza armada que permite a los ejrcitos
reforzar sus capacidades en tiempos de crisis. El Diccionario de la Real Academia Espaola, en la
octava acepcin del trmino reserva, lo define como la Parte del Ejrcito o Armada de una
nacin, que termin su servicio activo, pero que puede ser movilizada, y en la novena, Cuerpo
de tropas de tierra o mar, que no toma parte en una campaa o en una batalla hasta que se
considera necesario o conveniente su auxilio. Esta ltima, al hacer referencia expresa a la fuerza
que, con fines tcticos, se emplaza en las inmediaciones del lugar donde suceden los combates, no
forma parte del objeto de este trabajo, por lo que no se hablar de ella en adelante.
Sin menosprecio del significado lingstico, en un trabajo de investigacin es preciso disponer
de definiciones con mayor proximidad temporal y contextual al objeto de estudio porque, lo
mismo que ha sucedido con otros conceptos, la definicin de reserva ha ido cambiando a medida
que lo han hecho los ejrcitos y el mundo de la guerra en general. Por ejemplo, en el siglo XVIII, lo

5
El teniente general David Bill, representante britnico en el Comit Militar de OTAN, hizo el 19 de febrero de 2009,
en la conferencia inaugural del Encuentro de Invierno de la Confederacin Interaliada de Oficiales de Reserva, una
clara defensa del papel de los reservistas en el marco de las operaciones aliadas y en el refuerzo de las capacidades que
stos proporcionan a sus naciones de origen.
28 El reservismo militar en Espaa

ms parecido a una reserva eran las milicias populares que se organizaron segn el modelo de la
Milicia Provincial imperante en Francia y en Espaa, que Sanz defina as:

Son tropas formadas de los vasallos del rey para guarnecer los estados mientras las veteranas
estn en alguna expedicin, por cuyo medio se defiende el insulto que pudieran hacer los enemigos
si no las hubiese. Todas las provincias estn obligadas a contribuir con el nmero de gente que a
proporcin les seala el prncipe, tanto para defensa del reino como para remplazar las de
campaa
6
.

A mediados del siglo XIX, sin embargo, las fuerzas armadas ya no servan al rey sino a la
Nacin y la definicin anterior perdi parte de su vigencia. En pleno liberalismo, era preciso
introducir la existencia de la divisin de poderes y la necesidad de acatar la Constitucin, ley
suprema del Estado. As, la definicin de reserva qued establecida por Almirante de la siguiente
manera:

Aquella parte integrante y constitutiva del ejrcito permanente que no conserva las armas en la
mano durante la paz, o en perodos normales; pero que est dispuesta y apercibida a tomarlas,
cuando lo juzguen conveniente el poder legislativo o el ejecutivo, segn lo prescriba la Constitucin
de cada pas
7
.

Cristina Borreguero, en su Diccionario de Historia militar, aade un interesante matiz legal a
las definiciones anteriores: Situacin de los individuos sometidos a las obligaciones militares
legales fuera del tiempo de servicio activo, y que pueden ser llamados a filas en caso de guerra o
de otras circunstancias
8
.
El Diccionario militar moderno de Fontenla Ballesta es mucho ms breve, limitndose a una
consideracin de disponibilidad general: Conjunto de recursos susceptibles de ser incorporados a
las Fuerzas Armadas en caso de guerra o crisis
9
.
Yendo directamente al momento actual, por evitar ser prolijos, en la Alianza Atlntica las
fuerzas de reserva ocupan hoy un puesto preferente, si bien su doctrina al respecto tiene naturaleza
de recomendacin. La definicin que esta organizacin internacional hace de reserva es:

The Reserves are forces composed of various mobilisable categories of personnel who are not
normally employed on full-time military service. Personnel may be Voluntary, Ex-Regular or
Conscript. They may be assigned to organised units or serve as individuals supporting Regular
units
10
.

6
Sanz (2007), pg. 73.
7
Almirante (1989), vol. II, pg. 915.
8
Borreguero (2000), pg. 293.
9
Fontenla Ballesta (2006), pg. 294.
10
[La reserva es una fuerza compuesta por distintas categoras de personal movilizable que, normalmente, no tienen
dedicacin militar a tiempo completo. El personal puede provenir del voluntariado, de antiguos miembros de las
fuerzas permanentes o del servicio militar obligatorio. Pueden estar asignados a unidades especficas o prestar apoyo a
Introduccin 29



Figura n. 1: Paradigma de reserva militar MINO. Fuente: el
autor.

Debe hacerse hincapi que, en todas las anteriores definiciones, estn presentes, explcita o
implcitamente, tres elementos: subordinacin orgnica a las mximas autoridades del pas,
organizacin integrada parcial o totalmente en la estructura castrense y carcter dual civil y
militar. Se necesita elaborar un poco ms esos elementos de manera que se obtengan unas
condiciones, lo ms atemporales posible, que sirvan como patrn de validacin. As, el paradigma
que permitira comprobar si una determinada fuerza armada organizada en tiempo de paz puede
rigurosamente considerarse una reserva, se ha formulado de la manera siguiente:

Mando: la mxima autoridad a la que obedece, tanto en pie de paz como en
guerra, es la misma que aqulla de la que dependen las fuerzas armadas
permanentes.
Ideologa: derivada de la anterior. Corporativamente est exenta de ideologa
poltica alguna; sirve a la colectividad al Estado, cuando sea aplicable este
trmino, no a una faccin de ella.
Naturaleza: sus integrantes tienen una dedicacin parcial a la milicia,
ocupndose en pie de paz de sus cometidos civiles, como cualquier otro
ciudadano.

las unidades regulares. Traduccin del autor], Comit Militar de la OTAN (2001), NATO Framework Policy on
Reserves MC 441/1: http://cior.net/old/docs/english/KeyDocuments/MC_441_1_e.pdf.
30 El reservismo militar en Espaa

Organizacin: est constituida en tiempo de paz como una parte de las Fuerzas
Armadas, a la que se une solidariamente en pie de guerra por medio de
unidades especficas de reservistas o mediante el refuerzo de las unidades
permanentes.

En la figura n. 1 se ha representado de manera esquemtica este paradigma el cual se
podra denominar MINO por las iniciales de sus elementos. A lo largo de la tesis el modelo
descrito se utilizar frecuentemente.

3. LA RESERVA COMO OBJETO DE ESTUDIO EN LA HISTORIOGRAFA ESPAOLA

La escasa bibliografa que proporciona cierta perspectiva histrica sobre las distintas
modalidades espaolas de reserva es de reciente factura y ha recibido la colaboracin de conocidos
miembros de la comunidad reservista actual. Luis Ceballos-Escalera, Luis Cercs y Jos Leopoldo
Lpez ofrecen en su libro Las fuerzas de reserva en Espaa una retrospectiva sobre la
participacin popular en la defensa nacional espaola, si bien dicha aportacin no es exhaustiva e
incluye fuerzas que no pueden considerarse como una reserva, segn el patrn de verificacin
establecido anteriormente. La recluta de voluntarios para dar respuesta a una crisis grave, como
sucedi con los alfreces provisionales y tenientes en campaa de la Guerra Civil espaola o con
los batallones universitarios de la Guerra de la Independencia, no se puede considerar la
constitucin de una reserva. Por otra parte, dichos autores, miembros activos de la Unin de
Oficiales de la Reserva Voluntaria de la Armada UORVAR, han dedicado gran parte de su
obra a proponer mejoras al modelo reservista espaol actual, apoyndose en la comparacin con
sus homnimos atlnticos.
De la milicia concejil al reservista. Una historia de generosidad es una publicacin del
Centro Superior de Estudios para la Defensa Nacional CESEDEN presentada por el general
Asensio y que vio la luz en los primeros meses de 2009. Con especial nfasis en los captulos
dedicados a la Reserva Voluntaria, a los agentes nacionales e internacionales relacionados con ella
y a los veteranos de la Escala de Complemento fuente inestimable de cuadros de mando para la
reserva hasta la suspensin del servicio militar obligatorio, el 31 de diciembre de 2001, los
antecedentes histricos no pretenden ms que constituir una introduccin para el cuerpo de su
exposicin. En dichos antecedentes se mezclan fuerzas que tuvieron carcter de reserva con otras
que claramente no lo fueron, tal sera el caso de la Milicia Nacional o el de los Garrochistas de
Utrera, adoleciendo de una ubicacin temporal rigurosa posiblemente debido a los lmites de
Introduccin 31


espacio para que el lector pueda entender por qu las autoridades espaolas fueron incorporando
determinados cambios a la organizacin de este tipo de fuerzas a lo largo de los ltimos tres siglos.
Como puede comprobarse, la frontera entre reservistas y civiles armados que podan ser
llamados paramilitares hoy en da es muy delgada y puede ser rebasada en cualquier momento,
tanto desde la perspectiva militar como desde la civil. Se quiere destacar con ello que la falta de
rigor citada en los prrafos anteriores no es censurable por cuanto est presente en muchos textos
en los que se habla, aunque sea tangencialmente, del pueblo en armas. As, por abundar en los
ejemplos negativos, y desde el punto de vista estrictamente organizativo, tampoco fueron reserva
militar ni las milicias de Falange Espaola, ni el Batalln de la Gabardina, ni los Lanceros de
Castilla
11
.
Quiz la confusin se vea favorecida por la doctrina dimanada del final de las guerras
napolenicas, donde la participacin del pueblo armado en los combates constituy una prueba
rotunda del inmenso valor blico de los que defienden lo propio. Clausewitz se hizo eco de las
opiniones tanto de los defensores como de los detractores del uso de fuerzas ciudadanas en los
conflictos, pero concluy diciendo que la insurreccin popular es un medio ms de combate,
especialmente indicado para guerras nacionales libradas en el interior del mismo pas donde reside
el pueblo que se levanta en armas, aparte de otras consideraciones tcticas, y que cualquier nacin
que la utilice [la insurreccin popular] de manera inteligente obtendr, por regla general, cierta
superioridad sobre quienes la desdean
12
.
Sin embargo, esta tesis no tomar en consideracin los momentos en que el pueblo espaol ha
tomado las armas para luchar contra sus gobernantes o a lado de ellos, sino las fuerzas organizadas
en tiempo de paz que, nutrindose de elementos civiles, han respondido estrictamente al paradigma
de reserva militar.
En los ltimos aos s que han aparecido, en revistas especializadas en seguridad y defensa,
numerosos artculos sobre el modelo actual de reserva. Los ms autorizados, por la vinculacin de
sus autores con la organizacin y la gestin de los reservistas, son los escritos por diversos
responsables de la Subdireccin General de Reclutamiento, como el almirante Cayetano, el general
Echepare, el general Asensio o el coronel Aguirre.



11
El llamado Batalln de la Gabardina fue una agrupacin de vecinos de Sidi-Ifni que se ofrecieron, en 1957, a la
autoridad militar para realizar patrullas nocturnas por la ciudad, tras los primeros ataques de las bandas marroques.
Los Lanceros de Castilla estaban constituidos por garrochistas salmantinos, al mando de Julin Snchez el Charro,
luchando contra los franceses en la Guerra de la Independencia, VV. AA (2009), pgs. 33 y 65.
12
Clausewitz (1999), libro VI (La defensa), captulo 26 (El pueblo en armas), pgs. 685 y 686.
32 El reservismo militar en Espaa

4. EL INTERS POR EL ESTUDIO DE LA HISTORIA MILITAR

Asegura Puell de la Villa que la Historia militar no se convirti en motivo de estudio
cientfico hasta mediados del siglo XIX. La razn de ese inters sobrevenido no tuvo nada que ver
con el deseo de profundizar en el conocimiento de las fuerzas armadas sino, muy al contrario, se
trat de una mejora propuesta por Schanhorst y Clausewitz a los planes de estudios de la Escuela
de Guerra de Berln para proporcionar a los futuros miembros del Estado Mayor General
enseanzas prcticas de tctica y estrategia, mediante el estudio de las campaas ms prximas en
el tiempo, lgicamente las ms didcticas en virtud de la analoga de las armas y procedimientos
de combate utilizados
13
.
El mismo autor se lamenta de que este objetivo primigenio se haya descuidado en los
contenidos impartidos en las academias militares espaolas, habida cuenta las muchas enseanzas
prcticas que pueden derivarse del conocimiento de las pasadas acciones blicas y sabiendo que, a
pesar de la tecnologa y de la evolucin de la estrategia, siempre podr establecerse un paralelismo
entre aqullas y las acciones actuales con el fin de evitar incidir en errores ya cometidos por otros.
A modo de ejemplo, como prueba de que otros pases s que creen en el inters de lo mencionado,
durante la preparacin del desembarco de Normanda fue estudiada, entre otras, una accin similar
aunque claramente distante: el desembarco franco-espaol de 1925 en la baha de Alhucemas
14
.
Durante el franquismo la Historia militar se consider tab y el mundo acadmico evit caer
en el conocimiento de aquella temida y desconocida institucin. Fueron dos hispanistas Payne y
Christiansen y dos militares universitarios Miguel Alonso Baquer y Julio Busquets
Bragulat quienes cultivaron y alcanzaron cierto relieve en este campo a lo largo de aquellos
aos. Esta estela fue seguida, en los aos setenta, por tres catedrticos universitarios: Carlos Seco
Serrano, en Barcelona, Jos Cepeda, en Granada, y Manuel Espadas, en el Consejo Superior de
Investigaciones Cientficas (CSIC), lo que gener un inters creciente en el mundo de la enseanza
superior, logrando atraer a discpulos que han realizado grandes aportaciones a la historiografa
militar espaola como Francisco Andjar Castillo, Cristina Borreguero Beltrn o Fernando
Fernndez Bastarreche.

13
Puell de la Villa (2006), pg. 228.
14
Las palabras pronunciadas en 1991 por el general Norman Schwarzkopf, comandante de las Fuerzas de Coalicin
durante la Primera Guerra del Golfo, confirman la importancia estratgica e incluso tctica del estudio de la Historia
militar: The technology of war may change, the sophistication of weapons certainly changes. But those same
principles of war that applied to the days of Hannibal apply today [La tecnologa de la guerra puede cambiar, la
sofisticacin del armamento con toda seguridad ha aumentado, pero aquellos principios de la guerra que estaban en
vigor en tiempos de Anbal, son aplicables hoy, traduccin del autor], pud Pratt, D. (2008, invierno), Is there a
grand strategy in Canadian foreign policy?, Journal of Military and Strategic Studies, vol. 10, n. 2:
www.jmss.org/jmss/index.php/jmss/article/download/92/102.
Introduccin 33


Mencin aparte merece el ya nombrado Fernando Puell de la Villa, de quien particularmente
interesante para este trabajo resulta su anlisis exhaustivo sobre la evolucin del reclutamiento
espaol desde la Edad Moderna hasta el siglo XX.
Afortunadamente, desde hace un par de dcadas, el testigo que abandonaron los militares
profesionales ha sido recogido con inusitado inters por los investigadores civiles, que han seguido
una prometedora evolucin desde el estudio preferente de las relaciones ejrcito-sociedad
abundantes al inicio de este perodo de mayor protagonismo civil a los estudios biogrficos y la
Historia institucional. Aun as, manifiesta Puell de la Villa que: buena parte de la historia militar
de Espaa est por hacer y la ingente documentacin disponible, probablemente la ms abundante
de la Administracin pblica, apenas ha sido utilizada y contina archivada a la espera del
investigador que la desvele
15
.
Un elemento importante para el estudio y desarrollo de esta materia lo constituyen los
congresos de Historia militar. La Academia General Militar y la Universidad de Zaragoza
organizan peridicamente uno de ellos, celebrando su sexta edicin en 2008 y habiendo devenido
en las Jornadas divulgativas de Historia militar que han tenido lugar en abril de 2013. Por otro
lado, el Ministerio de Defensa y la Universidad Nacional de Educacin a Distancia son los
encargados de preparar el Congreso de Historia de la Defensa, cuya quinta edicin se celebr en el
ao 2012.
En lnea con lo anterior, no se puede desdear la labor institucional del Ministerio del ramo,
cuya Subsecretara de Defensa tanto viene haciendo a favor de la investigacin y difusin de la
Historia militar. En el mismo sentido, se destaca la acertada iniciativa de trasformar los antiguos
Servicios Histricos de los Ejrcitos y la Armada en los Institutos de Historia y Cultura, que ya ha
comenzado a rendir frutos. Adems, el Instituto Universitario General Gutirrez Mellado, eficaz
puente entre el mundo universitario y la milicia, favorece la generacin de numerosos trabajos de
investigacin histrica, estando varias tesis en vas de realizacin. Asimismo, resulta muy
destacable que en el seno de dicha institucin se haya lanzado el primer ttulo espaol de
Especialista Universitario en Historia Militar.




15
Puell de la Villa (2006), pg. 229. De los 263 ttulos publicados sobre la materia en Espaa entre 1966 y 2005, se
puede observar que dos terceras partes de ellos (172 ttulos) son estudios de historia institucional (73 ttulos),
relaciones entre Fuerzas Armadas y Sociedad (52 ttulos), y biografas y obras testimoniales (47 ttulos). Por el
contrario, la produccin historiogrfica dedicada al estudio de la guerra apenas supera el 16 por ciento del total (44
ttulos), cuando hasta 1975 doblaba este porcentaje, ibdem, pg. 230.
34 El reservismo militar en Espaa

5. FUENTES Y BIBLIOGRAFA

Es imposible entender la evolucin de la institucin militar, y de su reserva, sin encuadrar
dichos cambios en su momento histrico respectivo. En este sentido, han sido de gran utilidad las
colecciones Historia de las Fuerzas Armadas e Historia Social e Institucional de las Fuerzas
Armadas, as como los libros de Puell de la Villa Historia del Ejrcito en Espaa y El soldado
desconocido: de la leva a la mili (1700 1912), obras muy recomendables para los amantes de la
Historia, sin ms. El primero de los libros citados ha sido de mucha ayuda para conocer, en
relacin con el Ejrcito, los cambios habidos en la poltica de defensa y militar, en su propia
organizacin y en el sistema de reclutamiento vigente en cada periodo, siendo esto ltimo
particularmente interesante para la tesis. Es precisamente el segundo libro de Puell el que ha
aportado el anlisis de la prestacin personal obligatoria desde la Ilustracin hasta la reforma de
Canalejas.
Asimismo, ha sido interesante contar con el punto de vista de Claudio Snchez Albornoz para
poder comprender mejor el comportamiento del pueblo espaol durante las edades Antigua y
Media, en el sentido de su predisposicin al combate y de cmo estaba vinculado a la defensa.
Un mayor desarrollo de esto ltimo, referido a la Edad Media, se ha encontrado en los libros
de Dionisio Prez Snchez y de Roberto Muoz Bolaos El ejrcito en la sociedad visigoda y El
ejrcito visigodo: desde sus orgenes a la Batalla de Guadalete, respectivamente. El primero ha
servido para mostrar la conexin entre la institucin militar y la sociedad visigoda, mientras que el
segundo ha ofrecido una enriquecedora descripcin del primer ejrcito espaol. Por otro lado, se
ha accedido al conocimiento de la fuerza armada de la Edad Moderna a travs de sendas obras de
Enrique Martnez Ruiz y de Ren Quatrefages, Los soldados del rey: los ejrcitos de la monarqua
hispnica (1480-1700) y La revolucin militar moderna: el crisol espaol, respectivamente, si
bien este ltimo incluye tambin al ejrcito medieval, al que utiliza como punto de partida para
describir ms claramente los cambios habidos, en el seno del mundo castrense, durante el
Renacimiento, con importantes aportaciones cuantitativas. Para hablar de la reserva de la poca de
los tercios espaoles, con sus transformaciones, ya fueran slo proyectos o ya llegaran a
implantarse efectivamente, se ha consultado el citado libro de Enrique Martnez Ruiz.
La tesis doctoral de Paloma Oate Servir al Rey: la milicia provincial (1734-1846) se ha
convertido en una excelente fuente para entender la fuerza que constituy el ejrcito peninsular de
reserva del siglo XVIII, con el apoyo complementario de Jos Contreras Gay Las milicias
provinciales en el siglo XVIII: Estudio sobre los regimientos de Andaluca y de Cristina
Borreguero Reclutamiento militar por quintas en la Espaa del siglo XVIII: orgenes del
Introduccin 35


servicio militar obligatorio. Para hablar de su equivalente americano se han utilizado los libros
La defensa de las Indias (1764-1799) y Banderas olvidadas: el ejrcito realista en Amrica, de
Julio Albi, y el de Santiago Gerardo Surez Las milicias: instituciones militares
hispanoamericanas, sin olvidar a Alan Kuethe y Alfonso Garca Gallo, con sus artculos
firmados sobre este tema en la Revista de Historia Militar y en el Anuario de Historia del Derecho
espaol, respectivamente y entre otros.
El marco institucional castrense del siglo XIX ha sido aportado por Fernando Fernndez
Bastarreche y Pablo Casado Burbano El Ejrcito espaol en el siglo XIX y Las fuerzas armadas
en el inicio del constitucionalismo espaol, aparte de las fuentes histricas generales
anteriormente citadas. El inters del primero de ellos para esta tesis ha excedido lo meramente
contextual, dado que su autor incorpora resultados de estudios socioeconmicos que muestran de
una forma esclarecedoramente cuantitativa la situacin en la que se encontraba el Ejrcito. El libro
de Casado, por su parte, describe la transformacin del soldado servil del siglo XVIII en el soldado-
ciudadano del liberalismo lo que, como no puede ser de otra manera, tuvo su reflejo en las formas
de reserva militar del siglo XIX.
En cuanto al siglo XX, la mejor puesta en situacin del Ejrcito en su primer tercio con que
seguramente se poda contar era la de Michael Alpert La reforma militar de Azaa (1931-
1933). Por otra parte, ha resultado muy interesante el libro de Xavier Moreno Juli La
Divisin Azul, sangre espaola en Rusia para conocer el origen vacilante de la Milicia
Universitaria, gracias sobre todo a la detallada descripcin de la pugna que, en los primeros aos
del rgimen, hubo entre la Falange Espaola de las J. O. N. S. y las Fuerzas Armadas. La visin
militar del franquismo, desde varias perspectivas, ha sido principalmente ofrecida por los diversos
ponentes que participaron en el IV Congreso de Historia de la Defensa Los ejrcitos del
franquismo (1939-1975) cuyas actas fueron publicadas por el Instituto Universitario General
Gutirrez Mellado y editadas por Fernando Puell de la Villa y Sonia Alda.
En la Transicin comenz un proceso de transformacin de las Fuerzas Armadas que dur
varias dcadas. Las claves de dicha evolucin han sido encontradas en sendos libros de Narcs
Serra y de Jorge Ortega Martn La transicin militar: reflexiones en torno a la reforma
democrtica de las Fuerzas Armadas y La transformacin de los ejrcitos espaoles (1975-2008),
respectivamente. El primero de ellos ha ofrecido el punto de vista de quien lider gran parte de
los cambios durante la primera etapa socialista, con las valoraciones sobre las posibilidades
contempladas, las ventajas y los riesgos, as como la integracin de aqullos en una poltica global
de reforma militar. El general Ortega, por su parte, ha dado la perspectiva del sujeto de la
36 El reservismo militar en Espaa

transformacin, del militar de carrera, resultando su descripcin de una interesante, y asumida de
antemano, parcialidad.
La obligacin de servir a la defensa ha sido un deber tradicional y profusamente regulado por
la ley. No se puede hablar de dicho servicio personal, que tiene mucho que ver con la constitucin
de una reserva militar, sin acudir a los textos legislativos propios del momento de estudio. En este
sentido, el Fuero Juzgo en Latn y Castellano y las Siete Partidas alfonsinas han sido unas
importantes fuentes impresas, lo mismo que el Diario de sesiones de las Cortes Generales y
Extraordinarias diario de las Cortes de Cdiz y distintas recopilaciones legislativas, como la
Coleccin legislativa de Espaa o la Recopilacin de leyes de los reinos de las Indias.
Asimismo, ha sido interesante acceder, tambin como fuente impresa, a proyectos de reformas
militares diseados en el inicio del constitucionalismo espaol: la Constitucin poltica de la
Nacin espaola por lo tocante a la parte militar, de Dionisio Carreo, la Constitucin poltica de
la Nacin espaola por lo tocante a la parte militar, de lvaro Flrez Estrada, y el Ensayo de una
Constitucin Militar, de Vicente Sancho.
Aunque algunas fuentes han sido consultadas mediante el acceso a archivos fsicos, como el
Archivo de la Federacin de Organizaciones de Reservistas de Espaa, el Archivo General de
Marina, el Archivo General Militar, el Archivo Histrico Nacional, la Biblioteca Central Militar, la
Biblioteca del Congreso de los Diputados y la Biblioteca Nacional, se debe reconocer el
importante peso que la consulta de archivos digitales ha tenido en la confeccin del trabajo. El uso
de Internet y de sus potentes motores de bsqueda, disponibles en los portales de los archivos ms
importantes de Espaa y de otros pases, han facilitado la localizacin de numerosas fuentes
primarias de toda solvencia, por cuanto las instituciones que se encuentran detrs de dichos
portales son asimismo solventes. Por ejemplo, la Gaceta de Madrid, disponible en la pgina web
del Boletn Oficial del Estado, ha sido la fuente primaria utilizada con mayor frecuencia a lo largo
del trabajo y la que ha permitido hacer un estrecho seguimiento legislativo a lo largo de los siglos
XIX y XX, como luego se comprobar. El Diario de sesiones del Senado y toda la informacin
sobre la tramitacin de las leyes promulgadas desde la Transicin tambin se encuentran
disponibles en la Red.
Por otro lado, la Biblioteca Nacional ha puesto a disposicin de los internautas una
hemeroteca que contiene numerosos peridicos y revistas representativos de su poca, y que
reflejan la riqueza temtica de la edicin hemerogrfica hispana, conservndose colecciones
completas que llegan hasta los cuatro millones de pginas. Las referencias a los peridicos del
momento de estudio, salvando las orientaciones ideolgicas o sectoriales, han sido un valioso
complemento de la investigacin, por cuanto describen la reaccin popular a los cambios
Introduccin 37


legislativos y a los hechos histricos de toda clase. Adems, es preciso aadir las hemerotecas
digitales de prestigiosos diarios espaoles en activo, como ABC, El Pas o La Vanguardia, aparte
de fuentes extranjeras de esta misma ndole.
Finalmente, no se debe dejar de mencionar el acceso a fuentes primarias encontradas en los
archivos digitales de los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Suiza, as como los
boletines legislativos digitales de Francia, Italia y Portugal.

6. ORGANIZACIN DE LA TESIS

El esquema de la investigacin est ligado a la metodologa empleada, que ha sido muy
sencilla. Se han estudiado secuencialmente los distintos modos en que los ciudadanos han formado
parte de la defensa nacional por medio de organizaciones de reserva, sin desacoplarlos de su
contexto histrico y social. Como elemento fundamental de la observacin se ha considerado la
legislacin de cada perodo. Por otro lado, el paradigma de reserva militar, enunciado
anteriormente, ha servido para evaluar aquellas fuerzas armadas populares que podan resultar
dudosas. Una vez identificadas como vlidas, cada organizacin de reservistas ha sido analizada en
detalle, identificando sus problemas de implantacin, las mejoras introducidas a lo largo de su
vigencia y las razones de su potencial fracaso. Asimismo, se han determinado cundo han sido
movilizadas por las autoridades, si esto hubiera sucedido.
El cuerpo del trabajo se ha estructurado en tres partes y en 14 captulos, habiendo establecido
la separacin entre ellos, como cabra esperar, en dependencia de los hitos histricos ms
significativos para el objeto de estudio. Las dos primeras partes muestran la evolucin de la
reserva hasta finales del siglo XX, mientras que ltima de ellas se dedica al estado actual de la
cuestin.
Como comienzo, la primera parte de la tesis ofrece al lector una perspectiva de todas las
obligaciones de servir en Espaa o en su topnimo equivalente desde la Edad Antigua, de
manera somera y con numerosas referencias legales, hasta que fue implantado el servicio militar
universal de corte prusiano en 1912. El primero de sus captulos se centra en la Edad Media y en la
dinasta de los Austrias, cuando el Ejrcito era de las naciones espaolas. Luego, se contina con
la Ilustracin en sus vertientes espaola y americana, con una reserva encarnada por la Milicia
Provincial en suelo europeo y por sus gemelas, las milicias disciplinadas, en Amrica, terminando
con el fin de la Edad Moderna y la llegada del liberalismo.
Ms adelante, la Revolucin Francesa y las guerras napolenicas provocaron una nueva
transformacin militar en la que los ejrcitos debieron ser mucho ms numerosos que en la
38 El reservismo militar en Espaa

centuria precedente, con un nivel de participacin popular que alcanz extremos inimaginables
hasta entonces. Esto afect, cmo no, al reclutamiento y a las organizaciones de reserva que se
vinieron sucediendo a lo largo de un periodo de estudio que se ha enmarcado en el reinado de
Isabel II, empero se han hecho referencias a dcadas precedentes. El final del reinado de la madre
de Alfonso XII coincidi con un hecho muy significativo para el reclutamiento europeo: las
victorias prusianas contra austriacos y franceses en las guerras de las Siete Semanas y Franco-
prusiana, respectivamente, all por la dcada de los setenta del siglo XIX. Ese momento histrico
ha venido influyendo, desde entonces y hasta casi nuestros das, en la manera de organizar las
fuerzas de reserva en toda Europa a travs del modelo de reclutamiento prusiano, consistente en un
servicio militar obligatorio y universal, con reemplazos cortos y largas permanencias en la reserva
de todos los ciudadanos tiles. El cuarto captulo, por tanto, se ha dedicado a la reaccin espaola
ante las citadas victorias prusianas del siglo XIX o, mejor dicho, cmo el modelo germnico fue
evitado durante ms de cuarenta aos hasta su inevitable implantacin en 1912.
La segunda parte dedica siete captulos al siglo XX, cuando Espaa adopt y desarroll una
reserva de masas que involucraba a la mayor parte de su poblacin masculina. La primera de
dichas divisiones sita al lector en las consecuencias inmediatas del Desastre del Barranco del
Lobo de 1909, cuando la clase poltica espaola comprendi finalmente que no poda esperar ms
para implantar un servicio militar socialmente justo. Como respuesta a dicha coyuntura, las
disposiciones promulgadas en 1911 y 1912 sentaron la base conceptual de la reserva espaola de
ese siglo.
A continuacin, el captulo VI muestra la evolucin durante el perodo militarista de la
Restauracin y los intentos de conseguir los volmenes de ciudadanos disponibles que tenan otros
pases europeos, apostando por primera vez por la instruccin premilitar y por una clase de
oficiales de origen civil que permitiera poner sobre las armas a grandes contingentes de reservistas.
Adems, se incluye un esclarecedor anlisis del Somatn como reserva militar. El siguiente
captulo se ocupa de la Segunda Repblica y de la Guerra Civil, cuando tuvo lugar la mayor puesta
sobre las armas de ciudadanos espaoles de todos los tiempos. Como hitos significativos, en este
mismo perodo naci el concepto de movilizacin total y aparecieron numerosas fuerzas
paramilitares que algunos autores han tomado por reservas, siendo sometidas a la comparacin con
el paradigma de reserva MINO para determinar si dicha consideracin ha sido o no apropiada,
segn la metodologa de la investigacin.
Los captulos VIII y IX se encargan de la reserva militar del franquismo. El primero de ellos
describe cmo, durante el perodo denominado autarqua, fueron aumentando los aos de
permanencia en reserva y potenciados los cuadros de mando movilizables hasta extremos nunca
Introduccin 39


vistos en Espaa. En el siguiente captulo, se ve cmo la reduccin de efectivos y el miedo a la
penetracin de la subversin en los cuarteles fueron aliviando progresivamente a los espaoles de
sus obligaciones militares. El captulo dcimo es, en realidad, un eplogo. Cado el Muro de Berln,
todos los pases occidentales incluyendo Espaa afrontaron durante la ltima dcada del siglo
una severa reduccin de sus fuerzas armadas y una relajacin de la dedicacin de sus ciudadanos a
la defensa. Se trata por tanto del camino hacia la suspensin del servicio militar obligatorio,
trayectoria en la que surgi un largo e intenso debate sobre las Fuerzas Armadas que los espaoles
deseaban tener durante el siglo XXI.
El captulo XI no mantiene una conexin temporal con las otras divisiones de la segunda
parte. Aqu, la cronologa se ha detenido para aplicar el paradigma de reserva militar a algunas
organizaciones aisladas que estuvieron vinculadas a la defensa durante el siglo XX. De esta
manera, se determina de una manera objetiva si la Inscripcin Martima o Matrcula de Mar, la
Reserva Naval, las Damas Auxiliares de Sanidad Militar y las Escalas Honorficas de los Ejrcitos
de Tierra y del Aire fueron o no reservas.
Segn se ha dicho, la tercera parte est principalmente dedicada al modelo de reserva que se
encuentra en vigor en Espaa. No obstante, es preciso enmarcarlo previamente en la pertenencia a
la OTAN, organizacin que no ha podido menos que influir en el diseo espaol de la misma,
encargndose de la mencionada puesta en situacin el captulo XII. Adems, es preciso tener en
cuenta que esta influencia se ha ejercido con un amplio margen, dado que la Alianza ofrece una
doctrina flexible en esta materia como se ha mencionado y se repetir, siendo sta fruto de la
evolucin del entorno estratgico y habindose orientado a respetar las diferencias culturales y
sociales de sus miembros.
En la OTAN existen dos modelos de organizacin de la reserva: el continental y el
anglosajn. El captulo XIII describe estos dos puntos de vista casi antagnicos y profundiza en el
anlisis de las reservas ms caractersticas de ambos paradigmas, es decir, cmo nuestros
principales aliados han interpretado la doctrina de la Alianza y la han aplicado de forma viable
segn la idiosincrasia de su propia poblacin, teniendo presente sus propias polticas de defensa.
Finalmente, el ltimo captulo est enteramente dedicado a la reserva espaola que, aunque
establecida antes de la suspensin del servicio militar a finales de 2001, no comenz sus
actividades de reclutamiento y adiestramiento hasta 2003, recibiendo los primeros reservistas en
2004. Se ofrecen tambin numerosos y escogidos datos que permitirn al lector conocer
cuantitativamente este colectivo sin llegar pretendidamente al hartazgo, dedicando parte del
texto a las asociaciones de reservistas, entidades presentes en todos los pases de la OTAN y,
tambin, en Espaa.
40 El reservismo militar en Espaa

El ao pasado se cumplieron cien aos de la implantacin de la prestacin personal universal
en nuestro pas. Lamentablemente, no consta que haya habido conmemoraciones pblicas o
privadas para reconocer la disponibilidad manifiesta de millones de compatriotas en pro de la
seguridad de todos. Por otro lado, en este ao 2013 se cumplen diez aos de la primera
convocatoria de reservistas voluntarios, hito que se puede tomar como la puesta en marcha del
modelo actual. Tampoco se conoce hasta la fecha que est en preparacin ningn acto que
pretenda reconocer la importancia de este colectivo. En contraposicin al silencio de las
instituciones, la investigacin que se introduce en este momento desea constituir un modesto pero
sentido homenaje a todos los ciudadanos que cedieron y ceden parte de sus vidas a la defensa
nacional, con mayor nfasis en los pocos miles de espaoles los reservistas voluntarios que,
en un mundo donde las amenazas ms serias son las que parecen ms remotas y de ms
improbable materializacin, han dado un paso adelante para acercarse a las Fuerzas Armadas y as
ofrecer su tiempo, su conocimiento, su compromiso y su entusiasmo.

En Sevilla, a 31 de marzo de 2013

Fdo. Jos Miguel Quesada Gonzlez

















PARTE PRIMERA: ANTECEDENTES HISTRICOS







Captulo primero.- Antecedentes remotos 43


CAPTULO PRIMERO.- ANTECEDENTES REMOTOS


La adscripcin de civiles a lo castrense es algo tan antiguo como la aparicin de las primeras
comunidades humanas y el fenmeno de la guerra. El hombre primitivo era un ganadero, un
agricultor, un artesano que, en caso de amenaza a la comunidad, abandonaba sus quehaceres y
empuaba armas iguales o parecidas a las que empleaba para cazar. A lo largo de la Edad Antigua
y la Edad Media, quienes pretendan detentar el monopolio de la violencia fueron creando un
marco jurdico que regulara esta eventual contribucin ciudadana. Dichas leyes fueron
evolucionando con el crecimiento de la sociedad castellana, mientras que su aplicacin result de
utilidad en distintos y notables hechos de armas como, por ejemplo, la batalla de las Navas de
Tolosa o la toma de Granada. No obstante, durante la Edad Moderna, los ciudadanos siguieron
ligados a la defensa mediante un vnculo que fue degenerando en algo meramente formal y de
escasa capacidad blica, reflejando la decadencia que apareca en la sociedad.

1. LA ANCESTRAL DISPONIBILIDAD PARA EL COMBATE

El antroplogo Clastres sostiene que el carcter de cazador es el que otorgaba al hombre
primitivo su tendencia al comportamiento agresivo: la violencia como medio de subsistencia.
Ser cazador supona tener armas, es decir, poder formar parte de una fuerza armada y, mediante
ella, ser capaz de influir en la poltica del colectivo. Por otro lado, su modelo productivo
autrquico les permita prescindir de las otras comunidades, cayendo en la exclusividad del uso del
territorio y, consecuentemente, en el rechazo a los grupos vecinos. En esas sociedades primitivas,
dice Clastres, lo esencial es [...] el estado de guerra permanente en tanto conserva a todas las
comunidades en su diferencia respectiva
1
.
El historiador del Derecho Julio Martnez coincide en que el hecho blico es una realidad
connatural al ser humano. Sin embargo, a diferencia de Clastres, sostiene que tal inclinacin
viene dada por el afn de codicioso crecimiento, entendido ste tanto en el sentido individual como
en el colectivo, resultando una tesis vlida para cualquier momento histrico. La argumentacin de
Martnez sirve para explicar las guerras territoriales, las coloniales y las religiosas, por cuanto

1
Clastres (2004), pgs. 19, 20 y 69.
44 El reservismo militar en Espaa

buscan la ampliacin de los dominios, el control de determinados mercados y materias primas, y el
predominio de una confesin por encima de otra, respectivamente
2
.
En las sociedades primitivas, todos los hombres que podan tomar las armas eran potenciales
combatientes. La divisin del trabajo trajo la existencia de un grupo de guerreros con dedicacin
exclusiva pero, an as, la mayora de los individuos simultaneaban las tareas ligadas a la actividad
econmica de la comunidad caza, pesca, agricultura, ganadera, artesana, etc. con la
disponibilidad para el combate. No puede extraar, por tanto, que desde la ms tierna infancia, los
jvenes se prepararan para la guerra mediante una educacin disciplinada y rigurosa, donde el
adiestramiento para el uso de las armas individuales ocupaba un lugar principal, como una simple
evolucin de las tcnicas usadas para la caza. El carcter recurrente de la guerra ocasionaba que
sta estuviera presente en todos los mbitos de la vida diaria, tal como muestran las
manifestaciones artsticas o deportivas que nos han llegado. Un ejemplo es el pentatln la
competicin por excelencia de los juegos olmpicos de la antigua Grecia, que inclua, entre
otros, ejercicios de lucha y de lanzamiento de jabalina.
Estos planteamientos universales pueden ser aplicados particularmente a los pueblos que
habitaban la Pennsula Ibrica, la Iberia griega o la Hispania fenicia y despus romana. Estrabn
mencion el herosmo de sus gentes, su fiereza, su sentido de la independencia y el modo en que
luchaban por su libertad. No en vano, Roma tard dos siglos en conquistar ese territorio. Snchez
Albornoz atribuy la propensin al combate y al sacrificio de los hispanos a la triple sinfona
inconclusa del honor, de la dignidad y del orgullo
3
. Este comportamiento belicoso no se redujo al
suelo propio, dado que existen evidencias de la participacin de mercenarios hispanos en distintos
conflictos del arco mediterrneo. De cualquier manera, la plena disponibilidad para el combate de
todos los hombres tiles de la comunidad, con retorno a sus obligaciones tras la lucha, los
convirti en los primeros reservistas de lo que hoy se denomina Espaa
4
.

2. SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO EN ROMA

El ejrcito romano es el ms representativo de la Antigedad por la fuerte atraccin que,
puntualmente, ha ejercido sobre los ejrcitos occidentales. Si no hubiera sido as no se habra

2
Martnez Martnez (1984), pg. 11.
3
Snchez Albornoz (1971), vol. I, pg. 615.
4
En Redondo (1983), pgs. 27 y ss., se relacionan distintos escenarios blicos dnde guerreros beros los tartesos no
eran muy apreciados por su poco espritu guerrero formaron parte de fuerzas griegas o cartaginesas: Cerdea,
Sicilia, Grecia, Italia y el norte de frica, al parecer desde el siglo VI a. de J. C., llegando a constituir el ncleo ms
fuerte de algunas guarniciones como Libia y Cartago. As fue hasta el inicio de las hostilidades que tuvieron lugar en
suelo ibrico contra los cartagineses y, posteriormente, contra los romanos, a mediados del siglo III a. de J. C.
Captulo primero.- Antecedentes remotos 45


vuelto la vista atrs, tanto en el siglo XVI como en el XVIII, para revivir su arte militar. Ese ejrcito
ejemplar constitua uno de los tres elementos fundamentales del Estado
5
.
Para Hispania, provincia que acabara siendo leal y muy romana ms que la propia Roma,
se podra afirmar, hablar del ejrcito romano es hablar de su propio ejrcito. Frente al once por
ciento de italianos o el ocho por ciento de galos, es muy significativo que, en el siglo III, el 75 por
ciento de los legionarios que guarnecan la Pennsula Ibrica fueran hispanos
6
. Pompeyo Trogo
habl al igual que Estrabn de la actitud de los hispanos hacia el combate antes del cambio de
era.

Sus hombres tienen el cuerpo acostumbrado a la abstinencia y al trabajo y sus nimos dispuestos
para la muerte. Todos practican una moderacin severa y firme. Prefieren la guerra al ocio, y si les
faltan enemigos fuera, los buscan dentro. Con frecuencia han perecido en el tormento antes que
declarar un secreto a ellos confiado; hasta tal punto es para ellos preferible la reserva silenciosa a la
vida. An se celebra la constancia de aquel esclavo que durante la guerra pnica, habiendo vengado
a su seor, manifestaba su gozo con risas mientras le atormentaban, venciendo as con su serena
alegra la crueldad de sus verdugos. Este pueblo tiene gil movimiento e inquieto nimo, siendo
para la mayora de ellos ms queridos los caballos y los arreos militares que la sangre de los suyos
7
.

Aunque luego comenzara una progresiva profesionalizacin, el ejrcito de esos aos era una
fuerza compuesta por ciudadanos. Con la excepcin de algunas unidades cohortes vigilantes y
auxiliares, por ejemplo, y en el marco de determinados perodos, no poda ser llamado a filas
quien no ostentara la ciudadana que, como es sabido, no era un ttulo universal. Sin embargo, en
el caso de que no se poseyera, el servicio de las armas era un medio para conseguirla. Queda claro
que ese ejrcito enormemente capaz, cuyo valor se explicaba por la eficacia de los soldados y los

5
El Estado romano estaba soportado por la administracin central, la administracin provincial y el ejrcito:
cualquier modificacin de alguno de esos tres instrumentos de poder conlleva necesariamente una transformacin de
los otros dos. En los primeros aos de nuestra era Roma contaba con unos efectivos de alrededor de 250.000 hombres
repartidos en distintos tipos de unidades. Las de menor importancia eran los destacamentos fuerzas de maniobra
creadas para una misin concreta que poda ser tanto la construccin de una obra pblica importante como la
sofocacin de una rebelin y la marina. El grueso de la fuerza se distribua entre la guarnicin de la capital y el
ejrcito de las provincias. Mientras la primera se estableca en la periferia de la capital y estaba constituida
esencialmente por las cohortes pretorianas destinadas a proteger al emperador, las cohortes urbanas con
funciones policiales y las cohortes de vigilantes bomberos y centinelas nocturnos, el segundo se compona de
las legiones verdadero corazn del ejrcito y los auxiliares unidades formadas por hombres libres que no tenan
la ciudadana romana. La influencia poltica resida en la guarnicin de Roma; sin embargo, el ejrcito de provincias
posea una mayor capacidad militar, Le Bohec (2007), pgs. 10 y 46,
6
Datos elaborados por el autor a partir de la informacin ofrecida por Le Bohec (2007), pg. 117. Los turdetanos
deca el gegrafo del siglo I, Estrabn, sobre todo los que viven en las riberas del Betis, han adquirido enteramente
la manera de vivir de los romanos, hasta olvidar su idioma propio [...] Llmanse togados a los iberos que han adquirido
este gnero de vida; los celtberos mismos figuran entre ellos, aunque hayan tenido en otro tiempo fama de ser los ms
feroces, pud Snchez Albornoz (1971), vol. I, pg. 118.
7
Blzquez (2006), pg. 248.
46 El reservismo militar en Espaa

centuriones, una cualidad que se opone, a menudo, a la mediocridad de la lnea de mando
superior integraba con plenitud a ciudadanos hispanos
8
.
A principios de la era cristiana, las necesidades de renovacin de los soldados romanos no
eran muy altas. En un ejrcito de un cuarto de milln de hombres, slo eran necesarios unos
18.000 nuevos efectivos cada ao, es decir, tena una rotacin de algo ms del siete por ciento. Si
se piensa que era de dominio imperial toda la cuenca mediterrnea, parecer que no era una
cantidad difcil de conseguir. Sin embargo, las exigencias sobre los reclutas eran altas y los
pobladores de las provincias romanas, en ocasiones, no se acercaban en nmero suficiente como
para cubrir las vacantes existentes. Eso llevaba a que, aunque se prefiriera el voluntariado, haba
que recurrir regularmente al servicio militar obligatorio. Si la crisis declarada era tan seria como
para que ambos recursos no fueran suficientes, se movilizaba a los veteranos.
La duracin del servicio militar dependa de factores tales como la unidad en la que se serva,
la situacin de las finanzas o los conflictos abiertos, con oscilaciones entre los diecisis y
veintinueve aos, aunque se asume veinte aos como duracin de referencia alcanzada durante
el reinado de Augusto, en el ao 5. Tras la licencia, los veteranos reciban un premio en
metlico, unos terrenos y una serie de privilegios jurdicos. Como se ha mencionado, quedaban
disponibles para casos de crisis extrema, formando una reserva que cumple el paradigma de la
figura n. 1
9
.
En el siglo III aparecieron las primeras seales de feudalizacin del Imperio que, en el aspecto
militar, se manifestaron en el desentendimiento de las necesidades colectivas en favor de las
individuales por parte de los grandes propietarios o, lo que es lo mismo, en la creacin de
pequeas fuerzas de seguridad privadas y en la reticencia a ceder trabajadores para servir en el
ejrcito. Las autoridades se fueron plegando a ello y crearon un impuesto especial para los sbditos
que deseaban eludir el servicio militar. Era el llamado aurum tironicum, que se destin al pago de
los soldados mercenarios que deban sustituirles, curioso y remoto antecedente de la redencin a
metlico. Los propietarios pagaban gustosos dicho impuesto para no ver interrumpidas las
actividades productivas en sus dominios. Valente I, Emperador de Oriente, ira ms all y
promulgara una ley en el ao 371 que establecera la prioridad de las tareas agrcolas sobre la
prestacin del servicio militar, permitiendo cubrir las vacantes del ejrcito con los llamados
brbaros. Estos mercenarios llegaron a ser el segundo componente de la fuerza en la poca de

8
A modo de referencia, entre los siglos I y III, el 30 por ciento de los centuriones de la VII Legin Gmina fueron
hispanos, provincia que ya posea una importante antigedad en su romanizacin. Por el contrario, slo el dos por
ciento proceda de las provincias orientales, Le Bohec (2007), pgs. 50 y 103.
9
Ibdem, pgs. 87, 97 y 98. Puede consultarse una informacin ms amplia en las pgs. 312-318.
Captulo primero.- Antecedentes remotos 47


Teodosio. Esto es lo que se podra llamar barbarizacin o mercenarizacin del ejrcito, que
ira a ms durante los siglos IV y V
10
.
Aunque nunca se derog la ley que exiga que todos los ciudadanos sirvieran en el ejrcito, la
participacin ciudadana en la defensa de Roma haba entrado en una crisis de la que nunca se
recuperara.

3. SERVIR AL REY ANTES DE LA CONQUISTA DE GRANADA

La Edad Media fue la poca guerrera por excelencia. No se trataba tanto de la amenaza de ser
invadidos por pueblos brbaros o por grandes imperios como la indefensin personal, que obligaba
al pueblo a acogerse al vasallaje de un seor que les garantizara su integridad fsica. Los seores,
por su parte, rivalizaban por los lmites de sus tierras o intrigaban para favorecer a un determinado
candidato al trono. Se abra el tiempo de los ejrcitos privados al servicio de los nobles y de las
autoridades eclesisticas huestes y mesnadas en detrimento de la defensa de los dominios
reales y tambin, tcticamente hablando, del mayor peso en la guerra de la caballera y de los
caballeros frente a los infantes el pueblo llano, segn la poca y segn los teatros de
operaciones, como luego se ver
11
.
En lo que respecta a la reserva militar y a Espaa, en esta poca se crearon bases jurdicas
slidas y duraderas para involucrar al pueblo llano tanto en la defensa del territorio como en las
acciones militares emprendidas por el rey, bases cuya vigencia se prolong hasta la llegada del
liberalismo.

3.1. Las leyes visigodas y el servicio militar: Fuero Juzgo

El pueblo brbaro que se asent en la Pennsula Ibrica tras la cada del Imperio romano no
haba conocido un ejrcito regular hasta su relacin con la civilizacin del Tber. As, como

10
Aurum tironicum era El dinero de los reclutas. [Traduccin del autor], tambin llamado sistema aderativo, trmino
que no se incluye en el diccionario de la Real Academia Espaola, Prez Snchez (1989), pgs. 15-20. Como se ver
ms adelante, la redencin a metlico permita eludir el servicio militar a aquellos mozos que abonasen una
determinada cantidad al erario pblico. Se implant en Espaa a mitad del siglo XVIII y permaneci hasta 1912.
11
Ibdem, pg. 88.

Una hueste era, en Espaa y durante la Edad Media, la reunin de hombres armados formando un
ejrcito tras el llamamiento de prelados o nobles, con el objetivo de realizar expediciones o acudir a la guerra. La
mesnada era un cuerpo, un trozo, una divisin de la hueste al mando de un caudillo. El auge de la caballera comenz
en la batalla de Adrianpolis, enfrentamiento armado que se desarroll el 9 de agosto del ao 378 en las llanuras al
noroeste de la ciudad romana del mismo nombre actual Edirne, en la Turqua europea. En ella combatieron las
fuerzas de Fritigerno, jefe de los visigodos, y el ejrcito del Imperio Romano de Oriente comandado por el propio
emperador Valente I, que muri en la batalla y cuyo ejrcito fue destruido. Fue el ltimo combate en el que los
romanos emplearon sus clsicas legiones pues, a partir de entonces, comenzaron a poner ms nfasis en la caballera y
en las pequeas unidades armadas.
48 El reservismo militar en Espaa

sucedi en otros rdenes como el legislativo o el lingstico, parte de la cultura militar romana fue
asimilada por los visigodos recin llegados. En este sentido, los ejrcitos privados con fuerte peso
coexistieron con un ejrcito pblico hueste real que estaba a las rdenes del rey, guarneciendo
tanto las ciudades como los lugares estratgicos
12
. Todos los hombres libres tenan el derecho y el
deber de servir en el ejrcito real, a condicin de que fueran aptos para las armas. Esta ligazn de
todos los habitantes con el rey, por encima de los seores, se formalizaba mediante un juramento
de lealtad, tras el cual se les llamaba fideles. A pesar de este vnculo real, la disponibilidad de
efectivos para la defensa del Reino no resultaba gratis, dado que los seores solan requerir
contrapartidas, adoptando posturas no siempre leales
13
.
Tras sofocar una sublevacin a travs de la cual se le pretenda usurpar el trono, Wamba
promulg su ley militar del ao 673 De his qui ad bellum non vadunt para tratar de reformar el
decado ejrcito visigodo
14
. Esta norma reconoca de facto que las fuerzas armadas eran
insuficientes para la defensa y que el carcter combativo de los godos haba remitido. La ley
proclamaba que nobles y eclesisticos estaban obligados a acudir con sus tropas en caso de
invasin o rebelin, so pena de muerte, confiscacin de bienes y exilio. Los propietarios, por su
parte, deban unirse con, al menos, el diez por ciento de sus siervos, mientras que los hombres
libres aportaban su propia persona. Era el triunfo de la publica utilitas y la ejecucin del vnculo
contrado a travs del juramento como fideles. La ley pretenda acabar con el hbito de no
contribuir a la defensa de los territorios y a la unidad de stos, siempre en pro de la paz y de la
Patria
15
:

Para el restablecimiento de la milicia, entre otras cosas, dispuso que en caso de guerra y para
contener las entradas y rebatos de los enemigos, acudiesen todos indistintamente sin distincin de
clases ni estados, exceptuando solamente a los viejos, a los de corta edad y los enfermos, baxo la
pena a los obispos y sacerdotes de destierro, si no tienen bienes para resarcir los daos causados por
la guerra, y a los dems de perdimiento de las dignidades y honores que tuvieren, y de los bienes
aplicados a resarcir los daos causados por la guerra e incurrir en la ltima esclavitud, y que el rey
pueda hacer de sus personas lo que quisiere, y adems se les manda llevar consigo a la guerra la
dcima parte de sus esclavos armados con las diversas armas que expresa la ley
16
.


12
Ibdem, pgs. 26 y 117.
13
Snchez Albornoz (1946), pg. 86.
14
[De los que no van a la guerra. Traduccin del autor]. Wamba fue rey de los visigodos entre 672 y 680, siendo el
ltimo que les dio esplendor: con su muerte comenz la decadencia. Su reinado no fue fcil, pues lo pas casi
enteramente sofocando las luchas internas de la nobleza contra la monarqua, los nobles entre s, los catlicos contra
los arrianos y la poblacin hispanorromana contra los visigodos. Adems, tuvo que sofocar una rebelin de los
vascones y, en 672, hubo de enfrentarse a un nuevo y desconocido peligro: la invasin de norteafricanos o rabes, que
intentaron pasar sin xito a la Pennsula por Algeciras.
15
Surez Fernndez (1976), pg. 121, y Prez Snchez (1989), pg. 157.
16
Fuero Juzgo (1815), pg. XVI.
Captulo primero.- Antecedentes remotos 49


Con este marco jurdico, la monarqua visigoda fue capaz de movilizar hasta 110.000 hombres
adicionales al ejrcito permanente que estaba compuesto por entre 15.000 y 25.000 soldados,
quienes libraron una campaa contra los vascones en 673 y sofocaron la rebelin de la Galia
Narbonense ese mismo ao
17
.
Poco habra de durar. Dos aos despus de suceder a Wamba, Ervigio suaviz la ley militar de
su antecesor. Segn dijo el propio rey durante el XII Concilio de Toledo, de no haberse reformado
inmediatamente aqulla, la mitad de los visigodos habran incurrido en sancin en poco tiempo
18
.
En la nueva ley militar se mantuvo la movilizacin general en caso de crisis, a criterio del rey,
aunque se redujeron los castigos por incumplimiento a los nobles y se retir la obligacin de servir
a los eclesisticos.

Todos los hombres del reino haban de acudir a la batalla [...] con la dcima parte de sus
dependientes a los que tendran la obligacin de suministrar las armas necesarias entre las que
nombraban corazas, escudos, espadas varias, lanzas y flechas. Cualquiera que no se presentase con
esta dcima parte tal y como la ley ordena quedara merced a la decisin real
19
.

Ambas leyes, de finales del siglo VII, se podran considerar las ms remotas iniciativas para
crear en Espaa el servicio militar universal.
Con anterioridad a estas leyes, Recesvinto haba dispuesto otro cuerpo legal. Se trata del Libro
de los Juicios Liber Iudiciorum o Lex Visigothorum, conjunto de documentos de clara
inspiracin romana y de carcter territorial, publicados con toda probabilidad el ao 654.
Traducido y levemente modificado a mediados del siglo XIII, fue concedido como fuero a ciertas
localidades de la zona meridional de la Pennsula Ibrica, siendo denominado entonces Fuero
Juzgo Fori Iudicum. Estudiando este texto se puede tener una mejor comprensin de los
fundamentos del derecho visigodo.
El ttulo II del libro IX del Fuero Juzgo se denominaba De los que no van en la hueste e de
los que fuyen dela y es el que tiene inters en lo que respecta a la prestacin personal de los
ciudadanos. En su artculo VIII se hablaba de la obligacin de acudir a la llamada de movilizacin
general, sin exclusin alguna.

Onde nos mandamos a todos los pueblos que son de nuestro regno, por esta constitucin, que en
el da establecido, o en el tiempo, o en logar que el rey manda ir en la hueste, o algn de sus ricos

17
Soteras Escarpn (2010), pg. 202. Orlandis llama a la campaa gala de Wamba una de las pginas ms brillantes y
mejor conocidas de la historia militar de la Antigedad tarda, (2003), pg. 119.
18
Que tuvo lugar el nueve de enero de 681, Surez Fernndez (1976), pg. 121. Ervigio fue rey de los visigodos de
680 a 687. Lleg al trono tras la conjura que enga y narcotiz a Wamba para, una vez en ese estado, tonsurarlo y
hacerlo tomar los hbitos, lo que le impidi volver a ser rey. Ervigio probablemente, encabez esta conjura. El yerno y
sucesor de ste, gica, tambin introdujo algunas modificaciones a la ley militar.
19
Prez Snchez (1989), pg. 162.
50 El reservismo militar en Espaa

omnes, tod omne que recibe su mandado, o que lo sabe por qual manera quier, o en que logar deve
seer la hueste, manteniente se vaya pora la hueste e non ose fincar en su casa dall adelante; mas
vyase luego sin toda escusacion, e sin toda demoranza [...] cualquier que sea que deve ir en la
hueste lieve la meytad de sus siervos consigo, que ovieren de veinte aos fasta cinqenta: e non los
lieve sin armas.

As como del castigo al que se expona quien desoa la llamada real:

Si es omne de grant guisa, come rico ome pierda todo cuanto que ha, e sea echado de tierra; y
que el rey faga de sus cosas lo que quisiere. E los omnes que son de menor guisa, e los
cabdelladores que mandan la hueste, e los que las sacan, si non fueren prestos en la hueste aquel
dia, o en aquel tiempo que les fuere mandado, o si fuyeren de la hueste furtada- miente, reciba cada
uno CC [200] azotes, e sea sennalado laydamientre, e peche cada uno dems una libra doro al rey: y
el rey la de a quien quisiere.

Incluso apareca una rudimentaria traza de lo que luego se llamaran exenciones del servicio,
solicitando intervencin, ante la falta de una organizacin de reclutamiento, de la autoridad
eclesistica local: Y en esto mandamos guardar, assi de los grandes omes como de los menores,
que el que oviere grand enfermedad que non puede ir en la hueste, faga venir al obispo de la tierra,
que vea su enfermedad o buenos omes
20
.
Este inmenso poder de movilizacin general a favor del rey, que tena mucho de formal, no
fue capaz de oponerse a la invasin musulmana que, tras varios intentos anteriores, tuvo lugar
finalmente en el ao 711. La fragmentacin del poder y las luchas intestinas en el seno del Reino
ocasionaron que no se presentara una resistencia firme al invasor, que conseguira someter la
prctica totalidad del territorio, incluido una incursin en suelo francs, en tan slo siete aos
21
.

3.2. Evolucin del marco jurdico durante la Reconquista: las Siete Partidas

La oposicin a la invasin musulmana y la consiguiente oportunidad de recuperar el territorio
perdido, con el acicate aadido del enfrentamiento religioso, dieron bros a la conciencia militar de
los campesinos procedentes del vencido reino visigodo. Snchez Albornoz dijo que: en el nuevo
reino [el asturleons] todos eran soldados por temperamento y necesidad. No en vano, las
crnicas del los siglos VIII y IX dejan entrever que todos los cristianos acudan a las huestes reales

20
Fuero Juzgo (1815), pg. 160.
21
Muoz Bolaos (2003), pg. 20, sostiene que la falta de implantacin del espritu plasmado en la ley militar de
Wamba, as como las posteriores enmiendas de Ervigio y de los dems reyes, fue precisamente la causa de la derrota
ante los africanos. Parte del ejrcito visigodo abandon o desert desamparando a su rey. El poder de los nobles
impidi que los reyes controlaran directamente el reclutamiento de todos los sbditos del reino. Soteras Escarpn
aade el factor de la despoblacin de Hispania, que redujo a menos de la mitad los ciudadanos potencialmente
movilizables, (2010), pg. 204. A pesar de todo ello, hay que recordar que los visigodos fueron capaces de constituir la
primera fuerza armada propiamente espaola, Muoz Bolaos (2003), pgs. 24 y 80.
Captulo primero.- Antecedentes remotos 51


para combatir al invasor y que su destreza en el manejo de la espada y de la lanza rivalizaba con la
soltura en el manejo del arado. Fueron siglos y siglos de lucha consta, con la interrupcin de algn
decenio de paz
22
. El mismo autor compara el vigor del puado de visigodos que se refugiaron en
las montaas del norte de Espaa, con los europeos que profesaban su misma fe: Mientras que en
Europa Occidental los campesinos rehuan acudir al ejrcito, en Asturias no se trataba de defender
un reino en peligro o de ensanchar las fronteras del mismo, sino de crear un frente defensivo ante
la potencia arrolladora de un joven imperio
23
.
Sin embargo, este entusiasmo por lo militar decaera enormemente ms tarde, cuando la
guerra pas a ser ofensiva y hubo de librarse en el valle del Duero, en el valle del Ebro o en la baja
Catalua, lejos de las montaas y del hogar. An as, el esquema de las relaciones entre el rey y
sus fideles, en lo que respecta al servicio en el ejrcito del Medievo, fue poco a poco
transcribindose a todos los textos jurdicos.

El rey, como caudillo, debe organizar y mantener la hueste, el natural, el ciudadano, sea grande o
chico, seor o plebeyo, ha de contribuir con su persona a la defensa del territorio nacional y el
orden pblico. Son los derechos de orden natural y de ndole social los que regulan los estados
jurdicos de esas obligaciones
24
.

El Fuero Juzgo fue aplicado como derecho local, y en calidad de fuero municipal, a los
territorios meridionales de la Pennsula que Castilla fue conquistando, encontrando su primera
referencia tras la toma de Crdoba. Rega por tanto, en el suelo ganado a los musulmanes, la
obligacin general de acudir a la movilizacin a requerimiento del soberano. Como medida de la
importancia del Fori Iudicum, debe tenerse en cuenta que dicho texto legal pervivi en Espaa
hasta la aprobacin del Cdigo Civil a finales del siglo XIX, y que fue profusamente utilizado en
numerosos pases hispanoamericanos. Incluso en la actualidad sigue en vigor como derecho civil
supletorio en el Pas Vasco, Navarra y Aragn.
Con el fin de incentivar la repoblacin de las zonas conquistadas a los musulmanes, los reyes
cristianos otorgaron fueros particulares, distintos del Fuero Juzgo, a algunas ciudades. Mediante
esas normas se reducan las obligaciones de los potenciales habitantes, se les daba garanta de
libertad y se ofreca a los burgueses y a los mercaderes la consideracin de igualdad con los
caballeros. Asimismo, se protega la propiedad privada y se facilitaba la adquisicin de bienes. A
menudo, estas disposiciones especficas afectaban a las obligaciones militares, limitando el tiempo
de servicio en la hueste o la zona de despliegue: en el VII logar otorgo que conceio de Plazencia

22
Snchez Albornoz (1976), pgs. 134, 188 y 190, y Snchez Albornoz (1971), vol. II, pg.11.
23
Snchez Albornoz (1976), pg. 188.
24
Groizard (1909), pg. 354.
52 El reservismo militar en Espaa

non vaya en hueste, sinon fuere en su frontera, o con el Rey et non con otro, et tres meses et non
mas
25
.
Se conoce como las Siete Partidas al cuerpo normativo elaborado en Castilla durante el
reinado de Alfonso X (1252-1284) con el objeto de conseguir una cierta uniformidad jurdica
del reino. Su nombre original fue Libro de las Leyes aunque, hacia el siglo XIV, se le dio la actual
denominacin en virtud de las secciones en las que se encuentra dividido. Se cree que fue
redactado entre 1256 y 1265 por una comisin compuesta por los principales juristas castellanos de
la poca, bajo la direccin personal del rey. Si bien no hubo un nuevo cdigo similar a ste hasta
finales del siglo XV, algunas leyes se le fueron superponiendo durante sus dos siglos de vigencia
26
.
La partida II es la que trataba de la guerra, la paz, los ejrcitos, las armas y las estrategias
blicas. Su ttulo XIX Qual debe seer el pueblo en guardar al rey de sus enemigos
estableca cules eran los enemigos tanto internos como externos que amenazaban al reino:
et son dos maneras de enemigos; los unos de la tierra, et los otros de fuera: et los de la tierra son
aquellos que moran o viven cotidianamente en ella: et estos son mas daosos que los de fuera et
non se puede home bien guardar dellos. Asimismo, se fijaba la obligacin de todos de participar
en la defensa del rey y del Reino contra estos enemigos, viniendo a formar parte de la hueste en la
medida de sus posibilidades y capacidades, pudiendo adems formar parte de expediciones
ofensivas si se requiriese.

Et esta guarda [obligacin hacia el rey] se debe facer en quatro maneras: la primera guardando
su cuerpo cotidianamente, et las otras tres son a tiempos sealados as como en huestes, ca la una se
face quando alguno se alza dentro en la tierra misma del rey; et la otra quando los enemigos
entrasen en ella; et la tercera quando el rey entrase en la tierra de los enemigos
27
.

Los que desobedecan la llamada real eran considerados traidores, y se les imponan castigos
que dependan del tipo de misin a la que haban faltado. Por ejemplo, por negarse a rechazar un
ataque extranjero podan ser desterrados y, si se trataba de defender un castillo propio de un ataque
exterior, se arriesgaban a ser desheredados o desterrados si pertenecan a la nobleza o
ejecutados si los infractores eran del estado llano. Los nobles podan ser enviados al destierro
y desposedos de la mitad de sus bienes si se resistan a acompaar al rey en una misin ofensiva
en tierra enemiga; los no privilegiados, por su parte, podan morir ante la misma falta. Estas penas
se atenuaban si la ausencia estaba oportunamente justificada.

25
Fuero de Plasencia promulgado por Alfonso VIII en 1178, aproximadamente, pud Majada (1986), pg. 22. Debe
recordarse que las ciudades y villas pertenecan al rey, no a los seores.
26
Quatrefages (1996), pg. 22.
27
Alfonso el Sabio (1815), partida II, ttulo XIX, ley I: Qu cosa es enemistad et quntas maneras son de enemigos";
y ttulo XIX, ley II: Cmo debe el pueblo guardar al rey de sus enemigos.
Captulo primero.- Antecedentes remotos 53


Otrosi, los que a tal hueste como esta non quisieren venir o se fueren della sin mandado, porque
semeia que les non pesa de tal fecho, deben haber la pena que sobredicha es; [...] et sus
conseiadores de tal mal igualmente sean penados. Pero non caerien en pena los que non podiesen
venir mostrando escusa derecha, asi como aquellos que son de menor edad de catorce aos y o
mayor de setenta, o enfermos o feridos de tal manera que non podiesen venir, o si fuesen
embargados por muy grandes nieves o avenidas de rios que non podiesen pasar por ninguna guisa
28
.


3.3. Composicin del ejrcito medieval

El rey Alfonso X utiliz tambin sus Siete Partidas para definir las principales figuras
existentes entre el personal las fuerzas castellanas: caballeros, adalides, almogvares, almocdenes
y peones.
El caballero era el defensor por antonomasia del statu quo, el lder de la fuerza, encargado
ltimo de proteger a los otros estamentos: el pueblo y el clero, segn un reparto de papeles cuyo
origen se atribua al mismo Creador tres estados por que Dios quiso se mantuviese el mundo
. Eran individuos de buen linaje, expertos en el manejo del caballo y en el uso de armas y
armadura
29
.
El adalid, por su parte, era el especialista en emboscadas, en golpes de mano, en razzias, en
una palabra. Adems de buen conocimiento del terreno deban tener la mejor informacin posible
sobre la situacin del enemigo y ocuparse especialmente del avituallamiento de sus tropas. En
tiempo de guerra abierta, eran los guas naturales de los ejrcitos. Hoy seran, probablemente y
salvando las distancias, oficiales de estado mayor
30
.
Almogvares eran soldados fronterizos veteranos que combaten a pie o a caballo.
Finalmente, los almocdenes eran los jefes de los peones, responsables de rematar la accin de los
caballeros
31
.
Como se ha mencionado anteriormente, durante la Edad Media perdi importancia en toda
Europa la infantera formada por campesinos, cediendo el paso a una caballera numerosa. No

28
Ibdem, ttulo XIX, ley II: Cmo debe el pueblo guardar al rey de sus enemigos; ttulo XIX, ley IV: Cmo debe
el pueblo venir en hueste cuando los enemigos de fuera entrasen en la tierra para facer dao en ella de pasada; ttulo
XIX, ley V: Cmo debe el pueblo venir en hueste cuando los enemigos de fuera cercasen alguna villa o castiello en la
tierra del rey; ttulo XIX, ley IX: Cmo debe el pueblo venir en hueste cuando el rey hobiese de haber batalla con
sus enemigos dentro en la tierra dellos; y ttulo XIX, ley III: Cmo debe el pueblo guardar la tierra, et venir en
hueste contra los que se alzaren en ella.
29
Ibdem, ttulo XXI: De los caballeros et de las cosas que les conviene de facer; y ley X: Cmo los caballeros
deben seer sabidores de conoscer bien los caballos et las armas que troxieren si son buenas o non. Recurdese la
conocida frase de Adalbero de Laon muerto en 1030: Triplex Dei ergo domus est, quae creditur una nunc orant,
alii pugnant, aliique laborant, pud Don Juan Manuel (1991), pg. 277.
30
Quatrefages (1996), pg. 21 y 22: y Alfonso el Sabio (1815), partida II, ttulo XXII, ley I: Qules cosas debe el
adalid haber en s, et qul debe ser.
31
Quatrefages (1996), pg. 22. Slo se menciona a los almogvares en la descripcin de las competencias de los
adalides, Alfonso el Sabio (1815), partida II, ttulo XXI, ley IV: Por qules razones deben seer fechos los adalides.
54 El reservismo militar en Espaa

obstante, eso no sucedi en Espaa hasta que la guerra comenz a dejar de ser librada en las
montaas
32
. En cualquier caso, los peones tuvieron siempre una importancia superior en suelo
ibrico por la carencia de hombres suficientes para constituir grandes contingentes de caballera,
valor que sera creciente a partir del siglo XII por la mayor presencia de hombres procedentes de la
milicia concejil o municipal. Aqu se daba, singularmente, el solape de la caballera nobiliaria con
el soldado a caballo salido de las filas del pueblo, equipado a sus expensas sin recibir beneficios.
Un caballo era un recurso caro que no todos se podan permitir, en una poca en que el
combatiente deba costearse tanto su armamento como su equipo
33
.
La necesidad de ms jinetes y de menos peones, unida a la creciente reticencia a servir en las
filas reales, hara que los condes de Castilla y los reyes de Len comenzaran a atenuar los deberes
militares de sus sbditos, sustituyndolos por el suministro de bestias de carga o de comida a la
hueste o por la exencin del servicio a cambio de un impuesto fonsadera, que tambin sera
perdonado a algunas poblaciones. Ms adelante se limitara asimismo el fonsado o fonsada
movilizacin con carcter ofensivo a cierto nmero de das. Dichas exenciones no se aplicaban,
como parece obvio, en las zonas prximas al enemigo, donde la vigilancia de la frontera y las
guardias en las fortalezas consuman ya bastantes recursos ciudadanos
34
.
Queda sentado que, tanto el Fuero Juzgo como las Siete Partidas, hacan defensores del reino
a todos los hombres tiles, con la excepcin de clrigos y musulmanes, lo mismo frente amenazas
internas que externas, incluso en caso de misiones ofensivas en suelo extranjero. Dicho deber
poda ser ejercido de distintas maneras en funcin del estamento al que se perteneciese, los
recursos econmicos de que se disponan, la ocupacin y el lugar de residencia del sbdito, como
se ver a continuacin.

3.3.1. La hueste real

La fuerza a las rdenes del rey estaba compuesta de caballera e infantera y, atendiendo al
tipo de unidades adscritas, de la fuerza propia, las mesnadas y las milicias concejiles. La primera
de ellas, el ejrcito que acompaaba propiamente al rey, estaba formada por:


32
Este cambio sera patente en las huestes carolingias a partir del siglo IX, Snchez Albornoz (1976), pg. 190. El
autor se toma una licencia al mencionar la palabra infantera refirindose a los peones. No existira esta denominacin
hasta 1503, dentro del cuerpo expedicionario espaol que se despleg en Npoles, Quatrefages (1996), pg.135.
33
Quatrefages (1996), pg. 75 ; y Snchez Albornoz (1976), pg. 164. Sin embargo, combatir a caballo era un modo
de conseguir la hidalgua para los caballeros villanos, segn el mismo historiador.
34
Snchez Albornoz (1976), pgs. 191 y 192.
Captulo primero.- Antecedentes remotos 55


Unidades permanentes: soldados de caballera pagados y reclutados por la
administracin real. En tiempos de los Reyes Catlicos se denominaban
Guardas Reales y llegaron a sumar, a finales del siglo XV, un millar de
hombres
35
.
Unidades de reserva: procedentes de la caballera vasalltica, eran nobles que
tenan un contrato con el Rey para acudir a servirle personalmente en caso de
movilizacin. A cambio de esta disponibilidad reciban una compensacin
econmica llamada acostamiento de, aproximadamente, la cuarta parte de
lo que reciba un jinete de las Guardas Reales. Segn Quatrefages se compona
de unos 1.000 1.500 caballeros.

La Santa Hermandad tambin form parte de las tropas reales durante la campaa de Granada.
Con unos 2.500 jinetes y 10.000 alabarderos, espingarderos, zapadores y lanceros, eran fuerza
policial de caballera e infantera pagada por las ciudades y con una estructura similar a las
Guardas Reales
36
.

3.3.2. Mesnadas o tropas seoriales

En esta poca, los seores feudales y los prelados eran capaces de reclutar soldados entre los
habitantes de sus posesiones, ya fuera para servir como caballeros otros nobles que les rindiesen
pleitesa o como peones, todos bajo la conduccin del propio noble. Quatrefages asegura que el
mantenimiento de las mesnadas corra por cuenta del rey mientras estuvieran adscritos a la hueste
real, as que dicha contribucin no resultaba onerosa para el seor feudal, excepcin hecha de las
prdidas por baja produccin agrcola y ganadera, lo que seguro se vea compensado por el favor
real.
Los hidalgos, aqullos con sangre noble pero con escaso patrimonio, se presentaban a la
llamada de movilizacin solos y por sus medios, siendo integrados en unidades especficas para
ellos.

35
Quatrefages (1996), pg. 38. En realidad, este autor habla de lanzas, lo cual puede ser una unidad de medida
equvoca cuando se tiene que calcular el nmero de personas. En la Edad Media esa unidad se relacionaba con el arma
del caballero, sin tener en cuenta que ste llevaba con l un escudero miembro de la baja nobleza y varios peones.
Sin embargo, este autor dice tambin que, en Espaa y en esta poca, por el bajo nivel econmico medio de los
caballeros, se puede asumir que el nmero de lanzas se corresponde con el nmero de combatientes, lo que sera
absolutamente falso en Francia, por ejemplo.
36
Ibdem, pgs. 41, 44 y 47. Quatrefages habla de Hermandad, no de Santa Hermandad.
56 El reservismo militar en Espaa

Frente a Granada se reuniron casi 8.000 efectivos provenientes de los seoros feudales
peninsulares, entre caballeros, espingarderos, ballesteros, lanceros y otros, con mayor presencia de
los territorios meridionales
37
.

3.3.3. Milicias concejiles

Cuando la conciencia de independencia local apareci all por el siglo XI, los concejos de
las ciudades crearon, en el territorio donde tenan jurisdiccin y con el apoyo de los reyes, las
milicias concejiles. Pretendan imitar la estructura de las tropas seoriales y contrapesar su
extremo poder. Las milicias, compuestas de caballera villana y peones, se agrupaban bajo su
pendn a la orden de sus jefes, diputados a tal efecto por el concejo. En los fueros de algunas
ciudades se pueden encontrar precedentes de la creacin de esta agrupacin ciudadana, como
sucede en el de Jaca: Establit es que cadaun per si et totz ensemble aiuden al seinnor rey et a ses
omnes que tenen ses logars a defendre et a gardar les camins et les uiandantz
38
.
Y en otros fueros posteriores, como en el de Madrid, se dej constancia clara de la
constitucin de estas fuerzas de reserva de la manera siguiente: Otrossi: alo quenos mostraron en
rrason delas guardas delas puertas, e de los terminos: Tenemos por bien que cada unos coneios,
assi delas ordenes commo delos otros logares, que guarden ssus terminos delos ladrones e delos
ommes malos que non ffagan y danno
39
.
Como un ejemplo de aportacin suplementaria de fuerzas de este tipo, se puede mencionar
que en la batalla de las Navas de Tolosa participaron las milicias de los concejos castellanos de
Alarcn, Almazn, Arvalo, Atienza, vila, Aylln, Cuenca, Guadalajara, Huete, Madrid, Medina
del Campo, Medinaceli, Olmedo, San Esteban de Gormaz, Segovia, Soria, Toledo y Valladolid
40
.
Las milicias de vila y Segovia, por su parte, prestaron servicio al rey venciendo y apresando a
don lvaro Muiz de Lara que, durante la tutora de Enrique I, haba tiranizado el reino
41
.

37
Ibdem, pgs. 48, 49 y 51.
38
Groizard (1909), pg. 356; y Molho (1964) pg. 512. Fuero de Jaca, 93, 1, A-5: Com deuen aiudar al seinnor rey.
El primitivo fuero est datado en 1063 y procede del rey de los aragoneses y de los pamploneses Sancho Ramrez,
quien deseaba establecer una ciudad en su villa de Jaca. Era un fuero de francos, por cuanto su propsito consista en
atraer poblacin de ms all de los Pirineos.
39
Cavanilles (1852), pg. 66. Como apndice a este fuero consta el ordenamiento del rey don Sancho IV en las Cortes
de Valladolid, mandado al Concejo de Madrid en 1295 y una modificacin del mismo dada por Alfonso VII en 1202,
Archivo del Ayuntamiento de Madrid.
40
Groizard (1909), pg. 356. La batalla tuvo lugar el 16 de julio de 1212 cerca de la poblacin jiennense de Las Navas
de Tolosa. Tras la victoria, los reinos cristianos, principalmente el de Castilla, se extendieron hacia el sur de la
Pennsula Ibrica.
41
Snchez Albornoz (1971), vol. II, pg. 84. Enrique I fue rey de Castilla entre 1214 y 1217. Hijo menor de Alfonso
VIII y de Leonor de Plantagenet, la muerte de sus seis hermanos varones le supuso suceder a su padre en 1214 cuando
contaba con apenas diez aos de edad.
Captulo primero.- Antecedentes remotos 57



Caballera Infantera Peso
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Guardas reales 1.000
43 % Caballera vasalltica 1.500
Hermandad 2.500 10.000
Tropas seoriales 4.500 3.500 23 %
Milicias concejiles 800 11.000 34 %

Total 10.300 24.500
Tabla n. 1: Efectivos de las distintas fuerzas que componan el ejrcito de los Reyes Catlicos en
1491
42
.

En el campamento de Santa Fe, en 1491, las fuerzas procedentes de la milicia concejil, ya sea
sirviendo como caballero o como pen, suponan casi 12.000 efectivos, de un total de casi 35.000,
de los que 800 pertenecan a la caballera villana
43
. As pues, el 34 por ciento de todo el
contingente que culmin la llamada Reconquista estaba compuesto por habitantes de las ciudades
cuya profesin en su mayora labriegos o pastores no era guerrear en los ejrcitos del rey.
Casi un cuarto el 23 por ciento lo proporcionaron los seores, mientras que la parte restante
fue aportada por el mismo rey ver tabla n. 1. Como sucediera durante toda la Edad Media
espaola, el pueblo accedi entusiasta a participar en esta accin histrica porque as lo mandaba
el vnculo vasalltico que mantena con los seores y con los reyes y, tambin, por el carcter de
cruzada que se haba imprimido a la guerra territorial con la que se expulsaba, definitivamente, a
los musulmanes de los reinos hispanos.
Aunque con una fuerte orientacin policial, la milicia concejil era una fuerza armada
constituida por ciudadanos que se movilizaban cuando las necesidades defensivas de su ciudad as
lo aconsejaban, existiendo evidencias, como se ha visto, de su empleo como fuerza militar. La
dependencia de las ciudades debe ser entendida como dependencia del rey, con lo que se verifican
todas las condiciones para poder ser considerada una reserva militar.





42
Las cantidades han sido extradas, como rezan las notas, de Quatrefages (1996). Sin embargo, Martnez Ruiz (2008),
pg. 54, sostiene que las fuerzas que participaron de la batalla final granadina debieron ser entre 60.000 y 80.000 por
parte cristiana. Asumimos que las proporciones son, en cualquier caso, equivalentes porque el mismo autor dice que la
relacin entre plazas a pie y montadas fue, durante toda la guerra y aproximadamente, de tres a una. Los datos de la
tabla n. 1 muestran dos y media a una.
43
Quatrefages (1996), pg. 52.
58 El reservismo militar en Espaa

4. LOS AUSTRIAS: EL OCASO DE LA PARTICIPACIN POPULAR

La cada de Granada sucedi cuando, en Espaa y en Europa, se abordaba una transformacin
militar que, de hecho, ya vena manifestndose algunas dcadas atrs. Se estaba abandonando el
modelo feudal de gestin de los ejrcitos, imponiendo que el Estado fuera el nico administrador
de los mismos, concepto que constituy el verdadero germen del ejrcito contemporneo. Desde el
punto de vista tctico, la progresiva aplicacin militar de la plvora negra, que Puell de la Villa
acota entre el principio del siglo XV y la mitad del siglo XVII una etapa de transicin entre [...]
la guerra con armas blancas y la guerra con armas de fuego, conllev notables cambios en el
arte blico, reduciendo el peso de la caballera en favor de la infantera, desarrollando la artillera y
cambiando el diseo de las fortalezas, en un momento en el que el humanismo y la racionalizacin
impregnaba todas las actividades humanas
44
.
En coherencia con ese momento histrico, la monarqua de los Reyes Catlicos, acabada la
contienda en suelo ibrico, reorganiz completamente sus fuerzas una transformacin que,
finalmente, culminara Carlos I. Debe notarse que, en este tiempo, haba grandes retos desde el
punto de vista de la defensa. Si se miraba hacia la frontera se presenta la amenaza francesa;
mientras que si se oteaba el Mediterrneo, se intuan oportunidades expansionistas en Italia y en el
centro de Europa, amn de las pretensiones sobre el Nuevo Mundo. El ejrcito que expuls al
musulmn, y que tena la estructura de la tabla n. 1, no era el adecuado ni para enfrentarse a la
poderosa caballera pesada francesa ni para abordar la aventura mediterrnea y ultramarina. Ese
afn reformador se plasmara en sucesivas ordenanzas e instrucciones, como las de 1495, 1496 (2),
1503, 1511 y 1525
45
.

4.1. El ejrcito de los Austrias espaoles

Dados los desafos asumidos por la nueva dinasta austriaca en alguna medida heredados de
los Reyes Catlicos el ejrcito espaol estuvo conformado, durante dos siglos, por dos entidades
que hacan frente, cada una de ellas, a una necesidad distinta: un ejrcito exterior, heterogneo y
mercenario organizado en tercios y un ejrcito interior, que Martnez Ruiz llama de reserva.
Mientras el ejrcito exterior reciba un notable apoyo econmico, sus tcticas eran un ejemplo para
el mundo entero y sus victorias daban a la monarqua espaola los momentos de mayor gloria, el

44
Martnez Ruiz (2008), pg. 29; y Puell de la Villa (2007), pg. 537.
45
Martnez Ruiz (2008), pg. 38.
Captulo primero.- Antecedentes remotos 59


interior fue cayendo en el olvido presupuestario y en la falta de atencin administrativa.
Exagerando, era una fuerza que slo exista en los papeles
46
.
La nica unidad realmente operativa, de entre las que formaban parte del ejrcito interior, eran
las Guardas de Castilla, tropas permanentes de caballera mandadas directamente por el rey que
reemplazaron, en 1494, a las Guardas Reales y que supusieron la primera tentativa de crear una
fuerza de actuacin rpida en cualquier punto de la geografa castellana la Santa Hermandad, esa
polica militarizable costeada por las ciudades, se disolvi en 1498. Estaba integrado tambin
este ejrcito por las milicias concejiles o municipales y por las milicias seoriales, herencias ambas
de las fuerzas medievales de igual o similar denominacin. Radicaba la escasa operatividad de
estas dos milicias en que el estado llano haba perdido toda la conciencia de amenaza que haba
adquirido durante la Reconquista. Tampoco ayudaba que los nobles no tuvieran incentivos para
luchar al lado del rey, toda vez que ya no podan incrementar su patrimonio por ello. Sin embargo,
esta situacin no le pareci grave a Carlos I. Entenda el monarca que cualquier invasin que se
produjera en suelo patrio podra ser fcilmente neutralizada con unos pocos efectivos rpidamente
movilizados que se unieran a los ya existentes. No slo no prest atencin alguna sino que, tras la
victoria de Pava, y ante el evidente xito cosechado al emplear la infantera espaola contra la
caballera pesada francesa, decidi reducir el nmero de jinetes de las Guardas de Castilla
47
.

4.2. La reserva en la poca de los tercios

La constitucin de una reserva controlada por la Corona ya preocupaba a los Reyes Catlicos
al poco de caer la ciudad de Granada. El informe preparado en 1492 por Alonso de Quintanilla
propugnaba la creacin de, en cierto modo, una milicia compuesta por 100.000 efectivos. La
propuesta consista en seleccionar uno de cada diez hombres tiles de entre veinte y cuarenta aos,
descontados los hidalgos, y exigirles la compra de armamento y equipo para poder acudir
inmediatamente a una potencial llamada de movilizacin. La poblacin suplementaria, es decir, los
nueve dcimos restantes, era la que, en caso de crisis, deba retribuir al combatiente. Las
ordenanzas de 1495 y 1496 recogieron algunas de estas ideas y establecieron la obligacin, para
toda la poblacin, de disponer de armas en funcin del poder adquisitivo de cada uno. El nmero y
estado de las armas, as como el censo de potenciales combatientes, se revistaba varias veces al

46
Ibdem, pgs. 38 y 217.
47
Ibdem, pgs. 86, 123 y 310, si bien el Martnez Ruz estima que la cercana temporal de la batalla y la
promulgacin de la orden deben hacer suponer que la decisin estaba ya tomada de antemano. La batalla de Pava se
mantuvo el 24 de febrero de 1525 en las proximidades de la ciudad italiana homnima, entre tropas francesas al mando
del rey Francisco I y tropas espaolas del emperador Carlos I, con victoria de estas ltimas.
60 El reservismo militar en Espaa

ao en los llamados alardes una verdadera oportunidad para el fraude que llevaba a mostrar la
falsa capacidad combativa de los ciudadanos
48
.
La progresiva decadencia del sistema de milicias proveniente del medievo llev en 1516 al
cardenal Cisneros a proponer una fuerza que proporcionara 31.800 hombres movilizables. En
1562, se volvi a disear una reserva de carcter nacional: estara formada por voluntarios de las
ciudades, seran adiestrados y mandados por oficiales designados por la Corona y prestaran un
servicio temporal cuando fuera necesario. No prosperaron ninguna de las dos iniciativas por
desavenencias con los nobles y por falta de recursos econmicos, dado que eran las ciudades las
que deban sufragar, en esta ocasin, armas y equipo
49
.
La difcil victoria sobre los moriscos alpujarreos hizo recelar de la calidad y tamao de las
fuerzas del ejrcito interior. En 1572, Felipe II decidi hacer un llamamiento al espritu de defensa
colectiva de los agentes sociales del momento, con escaso xito. l saba que no poda
profesionalizar todo el ejrcito porque no tena recursos suficientes y, por eso, pidi un esfuerzo a
los seores, a los prelados que an disponan de propiedades y tropas privadas y a las
ciudades. Pinsese que las milicias eran mantenidas, en tiempo de paz, por los seores y por los
municipios, en funcin del carcter de la misma seorial o concejil. El Rey slo consigui
aumentar la fuerza de caballera cuantiosa a 5.000 jinetes, todos de Andaluca y Murcia, no sin
numerosas protestas. La mayora de los interpelados expresaron su dificultad cuando no su
negativa para atender la llamada real, aduciendo razones econmicas o de falta de motivacin de
sus gentes
50
.

4.3. La Milicia General de Castilla

Los intentos ya citados de crear una nica milicia fueron seguidos de algunas otras tentativas
en los sucesivos reinados de la dinasta de los Habsburgo, con comienzos renqueantes y pobres
resultados, todos influidos sin duda por la falta de armamento y el retroceso demogrfico
castellano, que hicieron que el mantenimiento de dicha fuerza fuera una onerosa carga para las
ciudades. El arranque formal de la Milicia General de Castilla se puede datar el 25 de enero de

48
Ibdem, pg. 63.
49
Ibdem, pgs. 219 y 311. Vid Quatrefages (1996), pgs. 253 y ss.
50
Los recursos de las ciudades y de los seores, en 1571, eran de 11.000 jinetes y 25.000 infantes. Los cuantiosos eran
una evolucin de los acostamientos de la Edad Media, aunque no estaban retribuidos como estos ltimos. Todo
caballero por encima de un determinado nivel de renta deba mantener caballo y armamento y estar listo para acudir a
la llamada del rey. En la poca de la que se trata slo los nobles del sur de Espaa mantenan este vnculo con la
Corona. Esta obligacin de servir desapareci definitivamente en 1619, en el marco de negociaciones con las Cortes,
Martnez Ruiz (2008), pgs. 264-313.
Captulo primero.- Antecedentes remotos 61


1598, mediante real cdula firmada por Felipe III, si bien, por las razones anteriormente citadas,
alcanz slo un alistamiento real de entre el 0,5 por ciento y el 29 por ciento de sus efectivos
nominales que eran ms de 43.000.
En la ordenanza de 1598, por la que se rega esta milicia, se exima a los milicianos de salir de
su tierra, de embarcar, de alojar tropas en su casa, de ceder recursos a los ejrcitos y de ser
detenidos por no pagar sus deudas. Podan portar armas y, tras veinte aos de servicio, pasar a un
retiro en condiciones ventajosas, inicio de una serie de intentos de incentivar la prestacin de este
tipo de servicio que duraran hasta el principio del siglo XIX.
En 1635, tras la ruptura de hostilidades con Francia en el marco de la Guerra de los Treinta
Aos, Felipe IV reorganiz la Milicia General en tercios provinciales de mil hombres distribuidos
en 16 compaas, aadindose 300 reclutas anuales para cubrir bajas. Como puede verse, era una
estructura que se asemejaba a la de un autntico ejrcito interior de reserva cuyo coste habra de
ser asumido por las provincias homnimas. En ese ao comenz tambin el trasvase puntual de
efectivos de la Milicia al ejrcito regular
51
.
A partir de 1640 se estableci el servicio de milicias o composicin de milicias, pago en
efectivo que exima a las ciudades y a los plebeyos de prestar servicio personal. Esta fuente
adicional de ingresos era utilizada por la administracin real, como sucediera en la poca
decadente del Imperio romano, para contratar voluntarios o para costear los gastos de la guerra. La
decadencia del servicio personal en las milicias y la falta de hombres fueron an ms evidentes
cuando se acerc el final de siglo. En definitiva, el grado de implantacin fue irregular y muy
dependiente del peso de las oligarquas locales, que buscaban colocar a algunos de sus miembros
muchos sin experiencia militar en puestos de mando de esta fuerza con el fin de conseguir, de
facto, un estatuto de nobleza
52
.
Como se puede deducir de todo lo anterior, durante la monarqua de los Austrias, Espaa
careci, de hecho, de una significativa reserva militar que fuera capaz de enfrentarse a eventuales
amenazas sobre sus posesiones y de reforzar a sus ejrcitos en las operaciones fuera del territorio
patrio. Ante los infructuosos intentos de llevar a buen trmino una reforma de las mismas,
diseando nuevas estructuras que no pasaran del papel en la mayor parte de los casos, se
mantuvieron en este perodo las viejas milicias heredadas de la Edad Media, aunque sin
operatividad alguna, como unidades que slo tenan una existencia formal.

51
Los datos de alistamiento estn referidos a 1619. Esa fuerza de 16.000 hombres era una pretensin inicial eran 16
las provincias existentes en la Espaa que contribua a la Milicia entonces. Ni siquiera se alcanzara el nmero de
cinco tercios adecuadamente constituidos hasta 1663, que estaban ubicados en Burgos, Crdoba, Madrid, Sevilla y
Toledo (ibdem, pgs. 312-314).
52
Ibdem, pgs. 313, 314 y 318.

Captulo II.- La milicia borbnica 63


CAPTULO II.- LA MILICIA BORBNICA


Dentro de una Europa que ya haba puesto en prctica los principios acordados en la Paz de
Westfalia, los ejrcitos no iban a quedar ajenos al enfoque ilustrado, cientfico y ordenancista con
todas las actividades humanas. En Espaa, la nueva dinasta borbnica fue la encargada de
importar e implantar las ideas ilustradas en el mundo castrense, siendo uno de estos exponentes la
creacin de la Milicia Provincial en la metrpolis y su hermana, las milicias disciplinadas, en
Amrica, que coexistieron con las milicias urbanas, unidades de menor impacto que estaban ms
relacionadas con el concepto medieval de reserva que con el de la Ilustracin. Con un
planteamiento formal impecable, estas fuerzas tuvieron la oportunidad de mostrar sus capacidades
en distintas ocasiones, si bien las unidades europeas no llegaron a responder a las expectativas que
se haban puesto en ellas.

1. ILUSTRACIN Y GUERRA. EL EJRCITO DE LA NUEVA DINASTA

En el siglo XVIII, la violencia y el sentimiento fantico de las confrontaciones ideolgicas o
religiosas de tiempos pasados dejaron su lugar a la guerra econmica y calculada, a la
caballerosidad, a los enfrentamientos desapasionados y a las maniobras de complicados y
geomtricos movimientos, desarrolladas del mismo modo que una partida de naipes. Tras la
catarsis que supuso la Guerra de los Treinta Aos, pareca haber un acuerdo tcito para minimizar
el empleo de la fuerza. Los combates en campo abierto slo tenan lugar excepcionalmente, dado
el inters en reducir el nmero de bajas propias costosas de reemplazar y, si se produca el
choque, el impacto sobre la poblacin civil era mnimo. De esta manera, las operaciones militares
solan consistir en el asedio de una plaza o la defensa de la misma, abrindose un proceso de
negociacin y obtencin de contrapartidas en el caso de que el defensor hubiese cedido. En
invierno, los contendientes se retiraban a sus cuarteles, sin tener en cuenta la posicin de ventaja
que haban adquirido frente al enemigo. Este concepto de guerra limitada y barata, que poda dar
lugar a enfrentamientos largos pero poco intensos, no condujo a soluciones polticas
significativas
1
.

1
Puell de la Villa (1996), pgs. 45 y 46; Redondo (1983), pg. 137; y Snchez Herrez (2008), pg. 31. Este ltimo
autor en (2007) llama a esta manera de emplear los ejrcitos guerra de primera generacin. Las cuatro generaciones
son: guerra basada en el orden hasta finales del siglo XIX, guerra de posiciones Gran Guerra, guerra de
maniobras Segunda Guerra Mundial y guerra asimtrica nuestros das.
64 El reservismo militar en Espaa

En cualquier caso, el principal fin de la guerra del siglo XVIII sin negar los propsitos
expansionistas que subyacen en casi todos los conflictos fue prestar servicio a las dinastas
europeas, es decir, contribuir a la renovacin en el poder de las familias reinantes, como se pondra
de manifiesto en las guerras de sucesin que tuvieron lugar a lo largo del siglo Espaa, Polonia
y Austria
2
.

1.1. El Ejrcito espaol de la Ilustracin

En lo que respecta a Espaa, la llegada al trono de Felipe V supuso una reorganizacin radical
del Ejrcito de los Habsburgo, permitindole afrontar con suficiencia los primeros conflictos del
siglo: la Guerra de Sucesin espaola y el primer Pacto de Familia. Al finalizar el primero de ellos
existan en Espaa nada menos que cien regimientos de infantera y 105 escuadrones de caballera
y dragones, cifras inimaginables en el ltimo tramo de la dinasta anterior
3
. Sin embargo, la
transformacin fue mucho ms all del incremento del tamao de la fuerza, reglamentndose todas
las actividades militares al modo francs, a pesar de que numerossimas disposiciones estaban
plagadas de errores. Dichas faltas se fueron depurando a medida que se imprima carcter espaol
a la organizacin, lo que sucedi con rotundidad en el segundo tercio del siglo con la
incorporacin de secretarios de Guerra espaoles como Patio, Campillo y Ensenada, y la
intervencin de Carlos III en los asuntos militares. Posiblemente, las Reales Ordenanzas de los
Ejrcitos este ltimo rey, ejemplo del ordenamiento militar de la Ilustracin, constituyen la gran
obra reglamentaria de toda la centuria: Debiendo mis Tropas, en tiempo de Paz, habilitarse para la
Guerra con frecuentes Ejercicios doctrinales, maniobras y ensayos de marchas: encargo mis
Capitanes Generales, y Gobernadores, que mantengan los Regimientos con la posible unin
4
.
El Ejrcito ya no era la fuerza mercenaria multinacional que se organizaba en tercios, lo que
resulta de lo ms trascendental. Segn Contreras, se sustituy el ejrcito hispnico o de las
naciones por el nuevo ejrcito espaol, primer antecedente claro de las Fuerzas Armadas actuales.
Eso no entra en conflicto con que un tercio de la infantera ilustrada estuviera compuesta por
unidades de valones, italianos, irlandeses o suizos
5
.
Durante el siglo XVIII, el Ejrcito espaol tuvo la composicin que se muestra a continuacin.

2
Vid Redondo (1983), pgs. 137-140.
3
Coronas (1983), pg. 145. Puell de la Villa afirma que las fuerzas regulares de Carlos II eran unos 23.000 hombres
repartidos entre Flandes y Miln, disponiendo de otros 13.000 milicianos de guarnicin en la Pennsula, algo as como
la dcima parte de lo que posea nuestro ancestral enemigo del norte. Esto da una idea del inmenso esfuerzo realizado
por el primer Borbn espaol (1996), pg. 41.
4
Reales Ordenanzas de los Ejrcitos (1768), pg. 99.
5
Contreras (1993), pg. 13. Ver tabla n. 2.
Captulo II.- La milicia borbnica 65


Tropas de la Casa Real: estaban encargadas de la seguridad del rey y de su
familia. La integraban el Real Cuerpo de Alabarderos, la Guardia de Corps, la
Brigada de Carabineros Reales y las Reales Guardias de Infantera. El primero
se encargaba de la seguridad interior de palacio, es decir, de custodiar los
edificios donde resida la familia real. La Guardia de Corps constitua la escolta
de las reales personas y permaneca, en todo momento, en el crculo ms
prximo del monarca y sus familiares ms cercanos. Los carabineros, por su
parte, controlaban los caminos antes y durante los desplazamientos que los
monarcas realizaban principalmente entre las residencias situadas en el
entorno de Madrid. Las Reales Guardias de Infantera eran dos regimientos de
lnea que se alternaban entre la tarea de guarnecer los Reales Sitios cuando la
familia real se encontraba en ellos y la participacin en campaa como
tropas de elite, en suelo europeo normalmente.
Tropas de Continuo Servicio: principal ncleo del Ejrcito, agrupaba a todas
las de infantera, caballera, dragones, artillera, ingenieros e invlidos.
Asimismo, inclua a los cirujanos y al servicio eclesistico.
Milicia Provincial: fue la principal fuerza de reserva militar, constituida al
amparo del concepto francs. Reemplaz formalmente a la Milicia General de
Castilla de los Habsburgo.
Milicias urbanas: unidades residentes en plazas fronterizas o costeras
integradas por los propios vecinos, que asuman tareas de orden pblico y, al
disponer de estructura jerarquizada y militar, podan contribuir a la defensa de
plazas fuertes o realizar funciones de vigilancia. Formaban parte del sistema
defensivo sin ser consideradas, en puridad, parte de los Reales Ejrcitos
6
.

En la tabla n. 2 se puede ver la magnitud terica de cada una de estas fuerzas con excepcin
de las milicias que, por ser el tema del presente captulo, sern tratadas a continuacin no se han
tenido en cuenta ni los cirujanos militares ni los capellanes castrenses. Hay que recordar que las
unidades raramente completaban todas sus plazas, sobre todo las de infantera, pudiendo estimar
los efectivos reales en el 80 por ciento de la cantidad total reflejada en la citada tabla, es decir,
unos 55.000 hombres
7
.

6
Balduque (1993), pg. 47; y Puell de la Villa (2008), pg. 225.
7
Esta estimacin est avalada por las cifras ofrecidas por Balduque (1993), pg. 212.
66 El reservismo militar en Espaa

En la Armada existan unos 6.000 hombres ms entre batallones de marina y guardias
marinas, aparte de casi 60.000 alistados en la Matrcula de mar, reserva naval que se mantuvo
hasta el siglo XX. En total, las fuerzas armadas regulares rondaran los 61.000 efectivos a mitad de
siglo
8
.


Inf. Cab. Art. Ing.
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Real Cuerpo de Alabarderos 100

Guardia de Corps 600

Brigada de Carabineros Reales 450

Reales Guardias de Infantera 6.700

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Infantera espaola 31.536

Infantera italiana 2.800

Infantera irlandesa 4.200

Infantera valona 4.200

Infantera suiza 4.210

Caballera de lnea 5.148

Dragones 2.400

Artillera 1.726

Ingenieros 150

Invlidos 4.800

Total 58.546 8.598 1.726 150 69.020
Tabla n. 2: Plazas en las fuerzas regulares que componan el Ejrcito espaol de la Ilustracin en
1759
9
.

2. LA MILICIA PROVINCIAL: EJRCITO PENINSULAR DE RESERVA
10


El afn reformista ilustrado, tan orientado a lo militar, revolucion y reglament el mundo de
la guerra como se ha dicho al principio del captulo, pero las monarquas despticas no
disponan de los recursos econmicos que pudieran resolver todas las necesidades defensivas y
ofensivas que se les planteaba. El coste de mantenimiento de los ejrcitos y de las operaciones era,
cada vez ms, una limitacin para la organizacin que se haba de tener en tiempo de paz y el

8
Ibdem, pg. 214. Los datos sobre la Marina estn referidos a dos dcadas posteriores, exactamente a 1777.
9
Tabla elaborada por el autor a partir de los datos ofrecidos por ibdem, pgs. 47-108. La cifra total de 65.000
hombres a mitad del siglo es coherente con la dada por Puell de la Villa (2008), pg. 225, que es de casi 88.000
efectivos regulares al comienzo de la Guerra de la Independencia. En la comparacin es preciso tener en cuenta el
impulso dado por Carlos III a las Fuerzas Armadas. Por otro lado, Borreguero (1989), pg. 151, nos aporta los datos
anuales de contingentes de la Infantera espaola en los que se puede observar que nunca se superaron los 40.000
infantes, dato que tampoco contradice el clculo de la tabla citada.
10
Denominacin dada por Carlos Corona en el I Congreso Internacional de Historia Militar, pud Cepeda (1998), pg.
366.
Captulo II.- La milicia borbnica 67


despliegue que se poda hacer en tiempo de guerra. En ese estado de cosas, los monarcas de la
Ilustracin pusieron la vista en una fuente potencial de recursos casi ilimitada: sus sbditos.
As en toda Europa se acabara el siglo con la implantacin de parecidos modelos
organizativos de milicia popular: fuerzas reguladas y estables que llegaron a sumar la mitad de los
combatientes en las Guerras de Sucesin de Polonia y Austria, as como en la Guerra de los Siete
Aos
11
. Se recuerda la definicin de Milicia Provincial usada en la introduccin como elemento
para confeccionar el paradigma de la reserva, que un contemporneo de estas unidades defini as:

Son tropas formadas de los vassallos del rey para guarnecer los estados mientras las veteranas
estn en alguna expedicin, por cuyo medio se defiende el insulto que pudieran hacer los enemigos
si no las huviesse. Todas las provincias estn obligadas a contribuir con el nmero de gente que a
proporcin les seala el prncipe, tanto para defensa del reyno como para remplazar las de
campaa
12
.

Contreras pone nfasis en la razn econmica que justificaba la constitucin de una milicia
provincial en el contexto de la Europa de la Ilustracin:

Fue siempre una fuerza de gente gratuita o casi gratuita durante el Antiguo Rgimen, sin la
preparacin ni la disciplina o los medios de los ejrcitos reales que, sin embargo, jug un papel
importante desde el punto de vista de la defensa interior []. Su utilizacin se debi a la escasez de
medios econmicos por parte de los Estados, al bajo costo de mantenimiento de las milicias y a las
limitaciones que tenan las monarquas absolutas para hacer frente a la defensa de sus propias
fronteras
13
.

Borreguero, por su parte, aade la contraposicin al ejrcito permanente, su consideracin de
reserva militar y las misiones desempeadas por la Milicia Provincial:

A partir del siglo XVII y en oposicin al ejrcito permanente voluntario de carcter mercenario,
en toda Europa se organizaron tropas de paisanos que se sometan en tiempos de paz a instruccin
militar en breves perodos anuales, y que eran movilizados, a manera de reserva, o como auxiliares
del ejrcito profesional o para la guerra defensiva
14
.

En cualquier caso, cuando comenz el siglo, Espaa dispona de unos 13.000 infantes
agrupados en distintas fuerzas milicianas de escasa aplicacin defensiva. Habran de pasar
bastantes aos antes de contar con una milicia que pudiera guarnecer el territorio en ausencia de la
fuerza profesional, como era su objetivo fundacional
15
.


11
Contreras (1993), pgs. 66 y 67.
12
Sanz (2007), pg. 73.
13
Contreras (1993), pg. 11.
14
Borreguero (2000), pg. 223.
15
Puell de la Villa (1996), pg. 41.
68 El reservismo militar en Espaa

2.1. Necesidad de una nueva milicia

Se deca en el captulo anterior que la Milicia General de Castilla tuvo una implantacin dbil
y una marcada decadencia a lo largo de todo el siglo XVII, llegando a existir, la mayor parte del
tiempo, slo en el papel, y siendo cada vez ms palpable la indefensin tanto del territorio europeo
como del ultramarino. Puell de la Villa sostiene que fueron los problemas de financiacin, unidos a
la percepcin de seguridad en el suelo peninsular, lo que impidi su crecimiento. Contreras aade
que todos los proyectos de milicias anteriores al de 1734, incluso los emprendidos bajo la
monarqua borbnica, estuvieron marcados por el apremio de lo coyuntural, adoleciendo de una
organizacin adecuada al fin que se esperaba conseguir y facilitando la oposicin de municipios y
oligarquas locales
16
.
Como en ocasiones anteriores, llegaran pronto estmulos externos que serviran de acicate
para la creacin de una nueva milicia. En 1702, las hostilidades en suelo italiano, el ataque
britnico a Cdiz y a una flota gallega en las inmediaciones de Galicia. Al ao siguiente, el cambio
de bando de Portugal. Una reserva de hombres listos para el combate era ms que aconsejable para
un pas que se negaba a perder la posicin hegemnica que an conservaba. Esas fueron las
motivaciones de la constitucin de la Milicia Provincial de 1704, hecha oficial mediante la real
cdula de ocho de febrero del mismo ao
17
.
Consista esta ambiciosa propuesta en una fuerza de carcter permanente compuesta por cien
regimientos provinciales de infantera de 500 hombres cada uno, establecidos en las 17 provincias
de la Corona de Castilla. Cada regimiento tena doce compaas de entre 40 y 50 efectivos, que
eran retribuidos tanto en tiempo de paz como en guerra, recibiendo slo una fraccin del sueldo
nominal en la primera de las situaciones
18
.
Se haba realizado un planteamiento presupuestario nada realista. Los costes de uniformidad y
armamento iban a cargo de los oficiales, mientras que no quedaba claro cmo se iba a retribuir a
un colectivo tan numeroso 50.000 hombres en un momento en que comenzaba la Guerra de
Sucesin. Todo ello fue la razn del fracaso de este modelo, que ni siquiera lleg a implantarse
19
.
Eso no significa que civiles armados y constituidos en milicias de circunstancia no fueran

16
Contreras (1993), pg. 63; y Puell de la Villa (2005
A
), pg. 44.
17
Oate (2003), pg. 44.
18
Contreras (1993), pgs. 28-31; e ibdem, pg. 45. Las Vascongadas, Navarra y los territorios de la Corona de Aragn
no dispusieron de Milicia Provincial por diversas razones. En primer lugar, sus fueros les eximan de la contribucin a
la defensa colectiva y, en segundo lugar, para la ltima de las regiones, no proceda el armado de la poblacin en un
momento de hostilidad por su posicionamiento a favor del archiduque Carlos. Como contrapartida, todos estos
territorios mantuvieron milicias locales para su propia defensa.
19
Contreras (1993), pg. 29-32.
Captulo II.- La milicia borbnica 69


empleados contra distintas amenazas del territorio peninsular, tal como sucedi en Granada en
los aos 1705 y 1706 o durante la defensa de Extremadura en 1706
20
.
En 1719 tuvo lugar el desembarco britnico en la ra de Vigo y tambin la expedicin a Italia.
Ms tarde, en 1727, durante el sitio de Gibraltar, aparecieron nuevas iniciativas de creacin de una
milicia efectiva, si bien volvieron a fracasar dada la corta visin con la que fueron planteadas, no
superando las resistencias locales que haban impedido prosperar similares intentos en la pasada
centuria
21
.
En el segundo tercio del siglo XVIII, una mayor agresividad en la poltica exterior de la
monarqua espaola que haba decidido la invasin de la pennsula italiana y la firma del Primer
Pacto de Familia puso de manifiesto, por ensima vez, la necesidad de una verdadera reserva en
apoyo del ejrcito regular. Se requeran unas fuerzas regladas y permanentes constituidas por
civiles y abandonar esas milicias defensivas, locales y ocasionales que se haban heredado de los
Austrias
22
.

2.2. La creacin de la milicia moderna

Emitida con el patrocinio de Jos Patio bajo el modelo de la Milicia Provincial francesa de
1726, la Ordenanza de Su Majestad de 31 de enero de 1734 sobre la formacin de 33 Regimientos
de Milicias constituy la reorganizacin ms importante en este campo del reclutamiento militar a
esa fecha y, consecuentemente, dada su visin de largo plazo, goz de razonable salud hasta
despus de la Guerra de la Independencia. Contreras afirma que fue la primera vez que se realizaba
un planteamiento racional, consistente y centralizado, lo que fue sin duda la clave del xito
posterior. Asimismo, sirvi de modelo para las milicias disciplinadas americanas, elementos
esenciales de la defensa ultramarina
23
.
Un poco ms tarde, en 1736, esta ordenanza mejorara su definicin con la Adiccion a la
Ordenanza de 31 de enero de 1734 sobre la formacion de los Regimientos de Milicias. Durante
todo el siglo se promulgaron distintas disposiciones que no haran ms que implantar y mejorar la
primera fuerza de reserva espaola con vocacin de utilidad y eficacia, como sucedi con el
Reglamento de Nuevo Pie en el que S. M. manda se establezcan los Cuerpos de Milicias
Provinciales, aumentndolos hasta el nmero de cuarenta y dos Regimientos en las Provincias de

20
Oate (2003), pg. 48.
21
Contreras (1993), pgs. 45, 55 y 63.
22
Ibdem, pgs. 65, 69 y 77; y Oate (2003), pgs. 65 y 66.
23
Patio fue Intendente de Extremadura durante la Guerra de Sucesin y, ms tarde, Intendente General de la Marina
espaola y secretario de Marina e Indias. La Milicia Provincial francesa contara casi con el triple de efectivos que la
espaola, unos 60.000, Contreras (1993), pgs. 11 y 31.
70 El reservismo militar en Espaa

la Corona de Castilla, datado el 18 de noviembre de 1766, mediante el cual se produjo un notable
incremento de la fuerza, como su ttulo indica.
No era la ordenanza de 1734 una reglamentacin que pretendiera romper con todo lo anterior.
Antes al contrario, se integraron en la Milicia Provincial las unidades de carcter similar que
pudieran estar funcionando adecuadamente a la fecha, prestando especial atencin a los oficiales
que haban tenido un buen desempeo en stas.

En la formacin de estos treinta y tres Regimientos se han de comprehender las antiguas
Compaas, y Regimientos de Milicias, que hay al presente en las Provincias que quedan sealadas;
y los oficiales de las mismas Compaas, y Regimientos, si fueren aptos, capaces, y desempeados,
de sobradas obligaciones caseras, sern nuevamente propuestos para continuar el servicio
24
.

De hecho, algunas milicias locales de justificado empleo siguieron funcionando
independientemente, como les sucedi a las Compaas de Infantera de la antigua Milicia de la
Costa del Reino de Granada, a las del Vecindario de Badajoz y Alcntara y a los Regimientos de
Cdiz que continuaran en la misma forma que hasta aqu, sin que se les alteren las reglas de su
establecimiento, ni se innove con ellas en cosa alguna
25
.

2.2.1. Organizacin y misin

Cada regimiento de la Milicia Provincial dispona, en 1734, de siete compaas de infantera
de cien hombres, con un cuadro de mandos y una plana mayor, estructura que haba sido copiada
del ejrcito regular. Los coroneles de cada regimiento dependan orgnicamente del inspector
general de Milicias
26
. Segn la distribucin de unidades recogida en la ordenanza, las plazas
totales eran las de la tabla n. 3. Ms adelante, se aadira una compaa de granaderos por
regimiento, cuya plantilla deba nutrirse de las otras compaas. Por otro lado, en el reglamento de
nuevo pie de 1766 las compaas pasaron a ser ocho por regimiento, con 80 soldados, entre
granaderos, cazadores y fusileros
27
.

24
Ordenanza sobre la formacin de 33 regimientos de Milicias, 31 de enero de 1734, AHN, lib. 571, art. II, signatura:
inquisicin.
25
Contreras (1993), pg. 94; y adicin a la ordenanza de 31 de enero de 1734 sobre la formacin de los regimientos de
milicias, 28 de febrero de 1736, AHN, lib. 571, art. LXXXIII, signatura: inquisicin.
26
Oate (2003), pgs. 87 y 88. Era un capitn general o un teniente general, siendo el primer designado para este cargo
el general Jos Antonio Tineo.
27
Adicin a la ordenanza de 31 de enero de 1734 sobre la formacin de los regimientos de milicias, 28 de febrero de
1736, AHN, lib. 571, art. LXXXIII, signatura: inquisicin; y reglamento de nuevo pie para el establecimiento de los
Cuerpos de Milicias Provinciales, aumentndolos hasta el nmero de 42 regimientos en las provincias de la Corona de
Castilla, 18 de noviembre de 1766, AGMa, tomo 4, coleccin Marina y Exercito, 16.527 (26). Vid resolucin para la
formacin de compaas de granaderos en los regimientos de Milicias, 1 de Agosto de 1735, AHN, lib. 571, pgs. 295r
y 295v, signatura: inquisicin.
Captulo II.- La milicia borbnica 71


Provincia N. reg. Plazas
Extremadura con todos sus partidos, excepto Plasencia 2 1.494
Sevilla, con todo su partido 3 2.241
Condado de Niebla y Sanlcar, juntos 1 747
Jerez y Puerto de Santa Mara 1 747
Crdoba 2 1.494
Jan 1 747
Granada 6 4.482
Murcia 1 747
greda 1 747
Soria 1 747
Logroo 1 747
Burgos 1 747
Sigenza 1 747
Plasencia y Ciudad Rodrigo 1 747
Zamora y Toro 1 747
Palencia 1 747
Len 1 747
Oviedo 1 747
Santiago 2 1.494
Lugo y Mondoedo 1 747
Orense 1 747
Tuy 1 747
Corua y Betanzos 1 747
Total 33 24.651
Tabla n. 3: Distribucin por provincias de los regimientos de infantera que componan la Milicia
Provincial segn la ordenanza de 1734, con sus plazas
28


La plana mayor regimental dispona de un coronel, un teniente coronel, un sargento mayor y
un ayudante. Cada compaa, a su vez, estaba mandada por un capitn, un teniente, un alfrez y
dos sargentos, con el auxilio de un tambor. En 1766, aument el tamao de la plana, pasando a
tener coronel, teniente coronel, sargento mayor, dos ayudantes, capelln, cirujano, asesor,
escribano, maestro armero, tambor mayor, primer pfano y segundo pfano. En este tiempo, la

28
Elaboracin del autor (ordenanza sobre la formacin de 33 regimientos de Milicias, 31 de enero de 1734, lib. 571,
art. II, signatura: inquisicin, AHN). Para el clculo de plazas se han tenido en cuenta las 700 plazas de tropa por
regimiento, a los que se le han aadido un capitn, un teniente, un alfrez, dos sargentos y un tambor por compaa,
adems de las cinco personas que componan la plana mayor, igual que hace Oate (2003), pg. 85. Los regimientos
pasaran a ser 42 en virtud del reglamento de nuevo pie de 1766 mientras que, en 1808, creceran hasta 51 y agruparan
a 30.531 hombres, Puell de la Villa (2008), pg. 229.
72 El reservismo militar en Espaa

compaa era liderada por los mismos tres oficiales capitn, teniente, alfrez, dos sargentos y
14 cabos
29
.
Relacionando las plazas de la tabla n. 3 con la nota siete y con Borreguero (1989), podemos
decir que Espaa dispuso, durante este siglo, de un miliciano por cada uno o dos soldados
regulares, dependiendo del momento
30
.
Como se observar, en la distribucin geogrfica de dicha tabla prima la periferia frente al
interior, con la excepcin de las provincias sujetas a fueros Vascongadas, Navarra y la Corona
de Aragn, exentas por las razones antes citadas. Esto obedeca a la decisin de ubicar de las
milicias al contrario que en 1704 en aquellos lugares ms prximos a la frontera y a la costa.
En compensacin, el papel de las provincias del interior era surtir de soldados al ejrcito regular
31
.
La funcin esencial de la Milicia Provincial, tal como ha quedado dicho, era constituir una
fuerza de reserva que pudiera guarnecer el territorio nacional cuando el ejrcito regular se
encontraba fuera del mismo. En 1745, el rey ampli esta misin a la participacin en campaas
exteriores para casos de extrema necesidad, rompiendo el espritu fundacional de 1734, que slo
prevea despliegues en la Pennsula:

Mi Real nimo siempre fue, es y ser que la Tropa de Milicias que hubiera de emplearse, sirva
en las Guarniciones de Espaa, pero como en mis empeos es indispensable, que los Pueblos de mis
Dominios ayuden a sostener la Guerra [] debern entender todos, que cuando las urgencias me
obliguen a sacar fuera de Espaa Tropa de estos Cuerpos, no ser faltar al fin con que se formaron y
mantienen
32
.

Haciendo uso de la mencionada potestad real, seis batallones de la Milicia combatieron con
un razonable xito en la Guerra de Sucesin Austriaca en 1741 y discretamente en Saboya
durante el Segundo Pacto de familia en 1743. Pero, dadas las cuantiosas necesidades del
Ejrcito, haba posibilidad de resistirse a la tentacin de utilizar estos efectivos ya encuadrados en
otros propsitos? Parece ser que fue imposible y que numeroso personal fue trasvasado a las
unidades regulares como haba sucedido durante la Guerra de Sucesin de Polonia, cuando
regimientos espaoles se desplegaron en Italia, o como sucedera ms tarde durante la Guerra de
los Siete Aos, al necesitar cubrir los huecos producidos en la guarnicin peninsular. Las

29
Ordenanza sobre la formacin de 33 regimientos de milicias, 31 de enero de 1734, AHN, lib. 571, art. II, signatura:
inquisicin; y reglamento de nuevo pie para el establecimiento de los Cuerpos de Milicias Provinciales,
aumentndolos hasta el nmero de 42 regimientos en las provincias de la Corona de Castilla, 18 de noviembre de
1766, AGMa, tomo 4, coleccin Marina y Exercito, 16.527 (26).
30
Borreguero (1989), pg. 151.
31
Contreras (1993), pg. 75.
32
Real adicin a la ordenanza de 31 de enero de 1734, 28 de abril de 1745, pud Oate (2003), pgs. 121 y 122.
Captulo II.- La milicia borbnica 73


autoridades pretendan evitar con ello el malestar que causaba en las ciudades el reclutamiento a
travs del sistema de quintas
33
.

2.2.2. Reclutamiento. Derechos y deberes de los milicianos

La crisis del reclutamiento, que Espaa vena arrastrando desde el segundo tercio del siglo
XVII, se convirti en un serio problema durante el XVIII. La falta de motivacin para alistarse
voluntariamente en el Ejrcito no pudo ser resuelta por los gobernantes ilustrados, quiz porque la
distancia con que se trataban los asuntos del estado llano an sbditos cuando no esclavos no
poda menos que causar cierta repulsin en los potenciales soldados
34
.
Los sistemas de reclutamiento de la poca eran la recluta, la leva forzosa y la leva honrada o
quinta, siendo el ltimo de ellos el que se aplicaba principalmente a la Milicia Provincial
35
.
El sistema de quinta arrancaba con la necesidad de un determinado contingente, que se
reparta entre las poblaciones en proporcin a su vecindario, con lo que la elaboracin de un
censo local fiable era crucial para el funcionamiento del proceso. Los soldados requeridos se
elegan por sorteo de entre los mozos considerados aptos.
Resida en cada ayuntamiento la responsabilidad de la presentacin de las listas de ciudadanos
y la seleccin de los milicianos que se les solicitase, lo que causaba rechazo pblico y no pocos
conflictos en una poca donde servir en los ejrcitos no era aceptado ni por los estratos ms bajos
ni tampoco por sus patronos, por el perjuicio que se ocasionaba a la actividad econmica.
Entonces, con qu criterio seleccionar a los que deban satisfacer la contribucin requerida? La
ordenanza de 1734 propona que se procurasen entre la gente de mas provecho, menos ocupada al
cultivo de haciendas, y no casada, en quanto se pueda, a fin de que con mas libertad, menos gastos,
y mayor desembarazo pueda acudir adonde, y quando la necesidad lo pida
36
.

33
Borreguero (1989), pg.70, Oate (2003), pgs. 119-121; y Puell de la Villa (2008), pgs. 229 y 230.
34
El ennoblecimiento de los oficiales del siglo XVIII ensanch la brecha entre clases dentro de las fuerzas armadas,
contrastando con el oficial ms cercano del ejrcito de los Austrias, o el particularmente prximo, casi un compaero,
de las empresas americanas, Puell de la Villa (1996), pgs. 47-50.
35
La recluta se realizaba con personal voluntario, lo cual proporcionaba mejores combatientes en general pero
resultaba un procedimiento lento si apareca una crisis. Aquellos miembros de la sociedad que se estimaban de menor
utilidad vagos y delincuentes se integraban en las unidades a travs de la leva forzosa, lo que era socialmente
aceptable aunque traa alguna distorsin a los regimientos. Por ltimo, la quinta o leva honrada consista en una
contribucin que el monarca peda a las ciudades en forma de hombres que pudieran engrosar las filas reales. La leva
forzosa y la quinta permita cubrir bajas, hacer crecer las unidades o crear otras nuevas en un plazo muy corto, ibdem,
pgs. 50 y ss.
36
Ordenanza sobre la formacin de 33 regimientos de milicias, 31 de enero de 1734, AHN, lib. 571, art. II, signatura:
inquisicin. Al contrario de lo que sucedi en determinadas pocas y en algunas unidades regulares, la Milicia se dot
de tropa ntegra y honrada, Oate (2003), pg. 90.
74 El reservismo militar en Espaa

En 1743 se realiz una tipificacin de clases que permiti determinar ms objetivamente
cules eran los mozos que podan cumplir mejor el artculo anteriormente citado de la ordenanza
de 1734, por orden de mayor a menor susceptibilidad de ser reclutados. El contingente deba ser
seleccionado de la primera clase y, si no era suficiente, se pasaba a las consecutivas:

Primera: solteros sin oficio ni hacienda.
Segunda: casados o viudos sin hijos, oficio y hacienda.
Tercera: casados o viudos con hijos, pero sin hacienda ni oficio, solteros con
hacienda u oficio y mayores de cuarenta aos
37
.

Esta jerarqua era an demasiado sencilla como para cubrir todas las situaciones posibles y no
cuidaba adecuadamente de los intereses de los propietarios, por lo que sufri modificaciones a lo
largo del siglo. La que se realiz en 1767 contaba con cinco clases y, como se puede observar ms
abajo, tenan prioridad los mozos sin cargas familiares y cuya ausencia causara menos impacto en
las actividades productivas.

Con el fin de que el servicio de Milicias, en quanto fuere dable, sea menos gravoso a mis
Pueblos y vasallos, incluyendo en los Sorteos a los menos menesterosos para el cuidado de sus
bienes y familias; mando que los Vecindarios, para el Alistamiento, se dividan en cinco clases:
La primera de mozos solteros, hijos de familia, y mozos de casa abierta, que no tengan oficio
menestral, ni cultiven hacienda propia, o arrendada; viudos sin hijos, que no tengan oficio
menestral, ni cultiven hacienda; y viudos, que, aunque tengan hijos, no los mantienen en su
compaa, ni tienen oficio menestral ni cultiven hacienda.
La segunda de los que se hayan casado antes de los diez y ocho aos de edad; bien entendido,
que siendo sta una ley penal, establecida contra los que, por libertarse del servicio, se casaban
antes de cumplir los diez y ocho aos, se observar son limitacin en los Pueblos ya contribuyentes
a Milicias; pero en los que han de contribuir nuevamente, conforme al Reglamento de 18 de
Noviembre del ao prximo pasado, deber comprehender solamente a los que, despus de haver
llegado el citado Reglamento para el establecimiento de Milicias, a los mismos Pueblos, se hayan
casando antes de cumplir la referida edad.
La tercera de casados sin hijos, meros Jornaleros, y viudos sin hijos, y mozos de casa abierta,
que tengan oficio menestral, o cultiven hacienda, que no sea suficiente a una yunta.
La quarta de casados sin hijos, pero con oficio menestral; y viudos sin hijos, y mozos de casa
abierta, que cultiven hacienda correspondiente a una yunta.
La quinta de casados sin hijos, que cultiven hacienda correspondiente a una yunta; casados con
hijos, (como no sean los de segunda clase) viudos con hijos, mantenindolos en su compaa;
viudos, o mozos de casa abierta, empleados con requa propia, y de continuo en el exercicio de la
Harrera, y mozos solteros empleados de continuo en la Harrera, con requa propia, de su padre, o
madre, constando que el padre ni otro hermano manejan, ni pueden manejar la requa, por no

37
Oate (2003), pg. 93; y Puell de la Villa (2008), pg. 230.
Captulo II.- La milicia borbnica 75


haverse exercitado en ello, o por impedimento personal; pero si dexase alguno el ministerio de la
Harrera, se le incluir para los Sorteos en la clase que le corresponda
38
.

Sobre esta segregacin, en base a la utilidad econmica y el estado familiar de los individuos,
se solapaba otra divisin social determinada por un sistema de exenciones que se justificaba por su
funcin pblica, su condicin social o su ubicacin en el territorio. Son las llamadas por Puell de la
Villa, y respectivamente, exenciones funcionales, estamentales o territoriales para el servicio en la
Milicia Provincial
39
.
Las exenciones funcionales sufriran evolucin a lo largo del siglo, pero las inicialmente
fijadas por la Ordenanza de milicias de 1734 fueron las que se relacionan a continuacin.

Se exceptan los Notarios de Audiencias, Juzgados de Obispo y Provisor, pero no sus hijos.
Asimismo los Procuradores del Numero de las Audiencias como no excedan de quatro en las
Seculares, y de dos en las Eclesisticas, pero no sus hijos.
Tambin sern exemptos los Oficiales de la Casa de la Moneda, pero no sus hijos.
Los que componen la Administracin de Rentas Reales, tengan su titulo, y exercicio con gages.
Un Mayordomo de Comunidad Eclesistica.
El Mayordomo de la Ciudad, Villa.
El Sndico de San Francisco.
Todos los Sacristanes, y Sirvientes de Iglesia, que gocen de salario, pero no sus hijos.
Los Labradores, que fueren de dos Arados de Mulas, Bueyes.
El Escribano de Cabildo, y los del Numero.
Los Maestros de Escuela, y Gramtica
40
.

Las exenciones estamentales se aplicaban a nobles y clrigos, asumiendo que los primeros
acudiran al lado del rey, en caso de guerra, empujados por su propia condicin y la obligacin
proveniente del Fuero Juzgo y las Siete Partidas alfonsinas. De cualquier forma, aquellos nobles
que lo deseaban podan pertenecer a la Milicia en calidad de cadete, es decir, soldado con
consideracin de oficial y en las Compaas se les pondr siempre en las primeras hileras, y en
los puestos de ventaja
41
.
Por su parte, exencin territorial quiere decir que algunas poblaciones quedaron liberadas de
aportar efectivos para estas unidades. Solo quedaran exceptuados de ella los Pueblos de las diez

38
Real declaracin sobre los puntos esenciales de la ordenanza de Milicias Provinciales de Espaa, que ntern se regla
la formal, que corresponde a estos cuerpos, se debe observar como tal en todas sus partes, 30 de mayo de 1767,
AGMa, ttulo III, artculo I, Ordenanzas 274.
39
Puell de la Villa (1996), pg. 69.
40
Quales son los exemptos para la formacin de las Compaas, y a los dems no se admitir excepcin (ordenanza
sobre la formacin de 33 regimientos de milicias, 31 de enero de 1734, AHN, lib. 571, art. II, signatura: inquisicin).
41
Ibdem.
76 El reservismo militar en Espaa

leguas de Madrid []; las Plazas de Armas de Frontera, y Marina, que, para su defensa, tienen
formadas, con mi aprobacion, Compaias de Milicias Urbanas
42
.
Como se ha mencionado anteriormente, el establecimiento de clases para el sorteo, el sistema
de exenciones, los abusos del uso de ambos y los sobornos e influencias, sobrecargaron los
estamentos menos favorecidos y ocasionaron rebeliones locales en diverso grado.
En cuando a la designacin de los cuadros de mando, los coroneles y tenientes coroneles eran
elegidos de entre los nobles, mientras que los sargentos mayores y ayudantes eran oficiales que
provenan del ejrcito regular y que eran nombrados por el rey a travs de su mando militar en la
plaza o en sus inmediaciones. El resto de oficiales y cuadros podan tener experiencia militar o no
pero, en su eleccin, participaba el cabildo de la capital de provincia donde radicara el regimiento.
Este era un intento de sortear pasados obstculos locales, conciliando la gestin centralizada de la
Milicia con un protagonismo razonable de los Ayuntamientos. La preferencia expresada en la
ordenanza de 1734 era disponer de personal experimentado, ya fuera del Ejrcito o de los Cuerpos
de Invlidos con el fin que ms ha de conspirar al logro de que estos Regimientos sean tan tiles
como conviene. Por eso, se ofreca a las ciudades donde se estableca la unidad la posibilidad de
proponer oficiales aptos y, en caso de falta de stos, sugerir una terna de personas distinguidas de
la poblacin para eleccin definitiva por parte del rey. La convivencia de oficiales procedentes del
Ejrcito con los oficiales milicianos es la llamada por Oate doble procedencia, que origin
algunos problemas de heterogeneidad de clase en este colectivo
43
.
Para los oficiales no veteranos y para la tropa, la asistencia a los ejercicios en tiempo de paz o
la participacin en una campaa eran retribuidas por los intendentes de distrito: ordenarn a los
Tesoreros, pongan en las Cabezas de los Partidos donde han de concurrir los Regimientos, el
caudal necesario a satisfacer a los soldados que acudieren a ellos el pr, y pan por los tres das. En
cambio, los sargentos mayores, ayudantes y sargentos de compaa reciban una paga anual por su
funcin instructora
44
.

42
Reglamento de nuevo pie para el establecimiento de los Cuerpos de Milicias Provinciales, aumentndolos hasta el
nmero de 42 regimientos en las provincias de la Corona de Castilla, 18 de noviembre de 1766, AGMa, tomo 4,
coleccin Marina y Exercito, 16.527 (26).
43
Oate (2003), pgs. 87 y 88. Obviamente se preferan aquellos con experiencia militar: Como el fin que ms ha de
conspirar al logro de que estos Regimientos sean tan tiles como conviene, es poner en ellos Oficiales, Sargentos, y
Cabos de los que hayan servido en los Cuerpos del Exrcito, a efecto de que con sus adquiridas experiencias habiliten
a los Soldados en los exercicios. El pr o prest es un trmino de origen francs que debe tomarse como la paga
diaria del soldado (ordenanza sobre la formacin de 33 regimientos de milicias, 31 de enero de 1734, AHN, lib. 571,
art. II, signatura: inquisicin).
44
El sueldo permanente de algunos mandos se veran suspendido conforme avanzara el siglo debido a las penurias
econmicas. La frecuencia de los ejercicios tambin se vio reducida, por la misma razn, Oate (2003), pg. 104; y
ordenanza sobre la formacin de 33 regimientos de Milicias, 31 de enero de 1734, AHN, lib. 571, art. II, signatura:
inquisicin.
Captulo II.- La milicia borbnica 77


Los milicianos deban servir, segn la ordenanza de 1734, doce aos antes de ser licenciados.
A partir de 1766, este tiempo fue reducido a diez aos. A cambio, eran declarados exentos de
algunas cargas municipales y no tenan por qu ser reclutados para el Ejrcito. Con todo, el
principal beneficio de la pertenencia a la Milicia provena del acogimiento al fuero militar para las
causas criminales y, ms tarde, tambin para las civiles. Esta circunstancia les permiti disfrutar de
ciertas garantas procesales adicionales y tambin afrontar tribunales menos severos. El abuso por
parte de los milicianos de este derecho estuvo provocando serios conflictos jurisdiccionales entre
los tribunales ordinarios y los coroneles de los regimientos a lo largo de toda su vigencia. Los
oficiales eran mantenidos bajo fuero militar completo incluso desmovilizados, mientras que podan
ingresar en una orden militar a condicin de haber prestado un mnimo de diez aos de servicio. La
tropa deba acabar su tiempo de servicio para poder disponer de esa jurisdiccin de por vida,
afectando inicialmente slo a lo criminal
45
.

2.2.3. Instruccin y equipamiento

Cada regimiento deba ser reunido trimestralmente por espacio de tres das, perodo en el que
la tropa reciba instruccin de orden cerrado y practicaba el tiro en presencia de todos los mandos
de la unidad. Mensualmente, sargentos y cabos se ocupaban de mandar ejercicios sin armas.

Para la habilitacin de las evoluciones, ejercicios de fuego, Ordeno, que cada tres meses se junte
cada Regimiento en la cabeza de su Partido, donde alojar por tres das en casas yermas que se
tendrn sealadas para ello, a fin de que [] revisten los Soldados, los disciplinen, los enseen el
manejo del arma, la forma de cargar, y los hagan disparar []
[Dos sargentos y los cabos] tengan su residencia donde con facilidad puedan juntar los cincuenta
hombres que corresponden cada sargento, una vez al mes, para que los revisten aunque sea sin
armas
46
.

Por primera vez en la historia de Espaa, la Milicia tena uniforme, que deba ser pagado por
el rea de influencia de cada regimiento. El coste constituy una carga elevada para las ciudades,
siendo asumido de distintas maneras: repartindolo entre los vecinos, imponiendo tasas especiales
o pagndolo la cabeza de partido a cambio de la exencin del servicio personal a sus vecinos
47
.
En cambio, el armamento fue provisto por la Corona a condicin de que se custodiara en los
consistorios. As, en 1734, ms de 23.000 fusiles y bayonetas fueron enviados desde las fbricas

45
Contreras (1993), pg. 143 y Oate (2003), pgs. 105-107.
46
Ordenanza sobre la formacin de 33 regimientos de Milicias, 31 de enero de 1734, AHN, lib. 571, art. II, signatura:
inquisicin.
47
Contreras (1993), pgs. 148-158. Sevilla fue una de las ciudades que asumi el coste de la uniformidad de sus
regimientos a cambio de dicha exencin.
78 El reservismo militar en Espaa

reales hasta los almacenes de las cabezas de partido. Todo ese material fue reemplazado en 1766,
si bien el mantenimiento del armamento fue una asignatura permanentemente pendiente, al igual
que la conservacin de los uniformes. La plvora para los ejercicios tambin era de suministro
real
48
.
A pesar de que muchas veces se califica a la Milicia Provincial como una fuerza casi gratuita,
este calificativo slo puede aplicarse si se compara con el coste de un regimiento regular en orden
de combate. As, en trminos absolutos, el coste era alto, tal como reconoci el propio rey.

Considerando la utilidad que se sigue a mi servicio el establecimiento de los Regimientos de
Milicias Provinciales [] para defensa del Estado, compuestos de honrados Vasallos, que han
manifestado su honor, y marcial espritu en las ocasiones de guerra, en que ha sido empleada en
alguna parte [] estableciendo reglas que aseguren la igualdad entre todos los Pueblos de esta
gravosa, pero necesaria contribucin
49
.

Tan elevado coste, unido al sistema de reclutamiento, fueron las principales razones de la
extrema impopularidad de la Milicia, siendo detestada tanto por los burgueses, para los que
supona una tremenda carga econmica, como por el pueblo, que pona la mayor parte de los
efectivos
50
.

2.3. Cuestionamiento de la utilidad de la Milicia: el declive

Contreras sostiene que milicias y ejrcito regular mantienen en Espaa una preponderancia
recproca: la importancia de la milicia como institucin autnoma se corresponda necesariamente
con una organizacin deficiente del ejrcito [] el poder militar sobre el poder civil y la
consistencia del ejrcito determinaron el declive de la milicia. Segn esa proposicin, la mquina
militar casi perfecta del reinado de Carlos III era incompatible con una milicia fuerte y
considerada
51
.
La Milicia Provincial no particip en el Motn de Esquilache, ni como fuerza represora ante
un levantamiento popular, el rey no utiliz unas unidades en cuya lealtad no confiaba ni en
apoyo de los amotinados, pero se decidi potenciar sus recursos cuando se produjo la ruptura de
hostilidades con Reino Unido. El reglamento de nuevo pie de 1766 aglutin todas las mejoras

48
Ibdem, pgs. 159 y 160.
49
Con la gravosa contribucin se refiere tanto a coste material como humano, reglamento de nuevo pie para el
establecimiento de los Cuerpos de Milicias Provinciales, aumentndolos hasta el nmero de 42 regimientos en las
provincias de la Corona de Castilla, 18 de noviembre de 1766, AGMa, tomo 4, coleccin Marina y Exercito, 16.527
(26).
50
Contreras (1993), pg. 12.
51
Ibdem, pg. 71.
Captulo II.- La milicia borbnica 79


legislativas introducidas a lo largo del siglo, aumentando el nmero de regimientos a 42 31.920
plazas, reivindicando el papel del inspector de Milicias, optimizando la distribucin geogrfica
de los regimientos, creando un nuevo arbitrio para su financiacin y reduciendo la periodicidad de
las asambleas a una al ao
52
.
Aprovechando sin duda la mencionada corriente social desfavorable que exista en la
Pennsula, el conde de Aranda fue uno de los mayores detractores de la Milicia durante el ltimo
tercio del siglo, llegando a calificarla como una de las mayores destrucciones del Estado. Aranda
no crea que los civiles pudieran alcanzar ni el mismo nivel de instruccin que las fuerzas regulares
particularmente los oficiales, ni su disciplina, ni su vocacin, as que los inconvenientes que
perciba no tenan contrapunto posible.

Se distraa mano de obra cualificada de las actividades productivas.
Exista una baja tasa de natalidad debido a que las mujeres no deseaban casarse
con hombres sujetos al servicio.
Su coste era difcil de asumir por las economas locales.
Los privilegios otorgados a los milicianos exenciones de impuestos y fuero
militar causaban distorsiones sociales
53
.

Se puso sobre la mesa la propuesta de disolver la Milicia y crear en su lugar batallones de
infantera regular de coste equivalente, pero no fue aceptada. Como alternativa, en 1770 se decidi
el trasvase de 12.000 milicianos a las unidades veteranas para cubrir las vacantes dejadas por las
tropas desplegadas en Amrica, asestando un duro golpe a la Milicia Provincial y creando un
sistema coherente de reclutamiento y reemplazos para las fuerzas regulares: la ley del reemplazo
anual
54
.
En la dcada de los ochenta, esta fuerza volvi a ser tenida en cuenta debido a que la mitad de
la infantera se encontraba en Amrica y, tambin, por causa de que la penuria econmica no
permita contemplar otra alternativa. En menor medida, la dependencia de sus recursos se
prolongara hasta la Guerra de la Independencia, en la que se dispuso de la Milicia Provincial

52
Oate (2003), pg. 155.
53
Cepeda (1998), pgs. 359-363. En relacin al reclutamiento, el enfoque de las monarquas europeas de la poca era
que slo los nobles oficiales y los indeseables tropa deban ser alistados, manteniendo en sus puestos los
elementos tiles para la economa: burgueses, artesanos, jornaleros, etc.
54
Oate (2003), pg. 164. La condicin era que los milicianos traspasados fueran solteros de entre diecisis y cuarenta
aos.
80 El reservismo militar en Espaa

como una fuerza ms, en plena integracin con el resto de unidades veteranas que combatieron al
ejrcito de Napolen.
Tras la guerra, prcticamente qued restaurada la concepcin de milicia de 1766 con
pequeos cambios en cuanto al nmero de unidades y a la organizacin de las mismas. El entorno
ideolgico y social comenzaba a cambiar merced a la Revolucin Francesa, cuya gnesis
legislativa espaola fue la Constitucin de 1812, cre una fuerza de salvaguarda del Estado liberal
llamada Milicia Nacional.
La Milicia Provincial jug un papel importante en la restauracin de Fernando VII en el trono,
hecho que agradeci el monarca mediante un repetido respaldo a los regimientos provinciales,
particularmente a las compaas de granaderos y de cazadores. Dos regimientos de cada
especialidad 5.840 efectivos en total, agrupados en dos brigadas, formaron en 1832 la
Segunda Divisin de Infantera, llamada Guardia Real Provincial
55
.
La Primera Guerra Carlista, y la demanda de recursos que supuso, ocasion que la Corona
pusiera sus ojos de nuevo en los milicianos, que apoyaron la causa cristina. La reina gobernadora
dedic unas palabras de agradecimiento a la finalizacin de aqulla.

Deseando [] dar un pblico y solemne testimonio del alto aprecio debido a los eminentes
servicios prestados a la causa de la libertad nacional y del Trono legtimo en la ltima guerra contra
el despotismo y la usurpacin por los cuerpos de la Milicia Provincial, haciendo que estos
participen de los premios y recompensas del ejrcito permanente como han participado de sus
triunfos y fatigas
56
.

Sera la ltima accin de guerra en la que participara la Milicia Provincial. Aunque se
mantuvo el nombre hasta muy avanzado el siglo, con la unificacin de aqulla y el Ejrcito en
1841 desapareci, tras un siglo de implantacin, un concepto de reserva basado en el servicio al
rey, incompatible, por tanto, con los principios constitucionales nacidos al amparo de la
Revolucin Francesa. La soberana resida en el pueblo y corresponda a ste el derecho y el deber
de defender la patria, en un marco de responsabilidad universal que se contrapona a la divisin
estamental del Antiguo Rgimen.
La Milicia Provincial, vinculada orgnicamente a la Corona a travs de la Inspeccin General
de Milicias, constituida por unidades de orgnica militar, compuesta por civiles que permanecan
en situacin de disponibilidad en la espera de una eventual movilizacin para luchar en suelo
espaol o extranjero, fue sin duda la reserva militar de la Ilustracin en suelo peninsular.


55
Ibdem, pgs. 166 y 221.
56
Decreto de la Regencia provisional del Reino relativo a los grados y empleos de los jefes y oficiales de milicias
provinciales, 5 de noviembre de 1840, CLE (1841), pg. 334.
Captulo II.- La milicia borbnica 81


3. MILICIAS DISCIPLINADAS AMERICANAS

Cuando comenz la conquista de Amrica, los ejrcitos del mundo conocido estaban pasando
del control seorial al real. Sin embargo, la empresa americana fue llevada a cabo por particulares.
Eso imprimi un fuerte carcter civil a la defensa de aquellos territorios que permanecera siempre,
lo mismo durante pertenencia a la Corona espaola que tras el advenimiento de la emancipacin.
Los capitulantes y encomenderos de los siglos XVI y XVII tenan unas obligaciones militares que
recuerdan a las de los seores feudales de una poca anterior: deban correr con los gastos de las
armas y los soldados que fueran necesarios para la conquista los primeros o el mantenimiento
del territorio los segundos. A lo largo del siglo XVII, los encomenderos fueron perdiendo su
funcin militar por no requerirse ninguna actividad guerrera o por no poder pagarla
57
.
El mantenimiento de un ejrcito regular en un territorio de tan tremenda extensin tena un
altsimo coste para la Corona. Y no digamos el envo de fuerzas expedicionarias desde Europa
lo cual creaba un conflicto de prioridades aadido dados los frentes abiertos en el Viejo
Continente. Adems, hasta finales del siglo XVIII, se estimaba que los acontecimientos que
tenan lugar en Amrica eran independientes de lo que suceda en Europa. Con todo ello, se
comprender que se propiciara la creacin de unidades militares no regulares constituidas por
civiles, que evolucionaran a partir de los antiguos alardes. Estas milicias comenzaron a reunirse a
finales del siglo XVI, tal como sucediera en Castilla, y proliferaron a lo largo del Siglo de las
Luces, con mayor decisin cuando las amenazas empezaron a materializarse de una manera
intolerable
58
.
Por otro lado, Espaa vivi durante el perodo borbnico y, fundamentalmente, en el reinado
de Carlos III, profundas trasformaciones polticas y administrativas en los territorios americanos.
El deseo de revitalizar el Imperio de Ultramar como un amplio mercado que garantizase el
crecimiento peninsular, y que estuviese en la base de una nueva conquista de la hegemona
europea, estaba en la mente de los reformistas borbnicos.




57
Albi (1987), pg. 18, y Surez (1984), pg. 11, 44 y ss.
58
Albi (1987), pg. 11, y Surez (1984), pgs. 80 y 81. Por ejemplo, en 1591 exista en Lima exista una milicia que
mantena alistados a 800 hombres, Surez (1984), pgs. 80 y 81. El establecimiento de las milicias en Indias debi ser
inmediato. No conozco ninguna disposicin que ordene su creacin en el Nuevo Mundo o que las regule en este
tiempo o simplemente que mande aplicar en l la legislacin castellana. Pero de los primeros aos del siglo XVII son
algunas disposiciones, las ms antiguas que he encontrado, que se refieren a puntos de organizacin de milicias,
aunque sin aludir para nada a un reglamento general, Garca Gallo (1956), pg. 502.
82 El reservismo militar en Espaa

3.1. La obligacin de contribuir a la defensa de las Indias

El sistema jurdico indiano se basaba en el castellano, por lo que la obligacin de servir a la
defensa en sus variantes pasiva o activa provena, como en ste, del Fuero Juzgo y las Siete
Partidas alfonsinas. Empero, al contrario que en la Pennsula Ibrica donde esta obligacin tena
mucho de formal y se materializaba en pocas ocasiones, el elevado coste de disponer de una
guarnicin regular y de enviar fuerzas desde la metrpoli llev a la Corona a emitir profusa
legislacin que permitiera utilizar, efectivamente, la capacidad defensiva de sus sbditos con
mucha mayor frecuencia y xito, estimando que los intereses reales estaban por encima de los
individuales
59
. En una real cdula de 1570, Felipe II concretaba esta posicin ordenando a los
vecinos de los puertos que se prepararan para su defensa.

Mandamos a los virreyes, presidentes y gobernadores, que pongan mucho cuidado en que los
vecinos de los puertos tengan prevencin de armas y caballos, conforme a la posibilidad de cada
uno, para que si se ofreciere ocasin de enemigos, u otro cualquier accidente, estn apercibidos a la
defensa, resistencia y castigo de los que trataren de infestarlos, y cada cuatro meses hagan alarde y
resea, reconociendo las armas y municiones, y haciendo que continuamente se ejerciten, y de cada
alarde y resea enven testimonio escrito de escribano pblico a nuestro consejo
60
.

Unos aos ms tarde, otra instruccin invocaba la participacin del pueblo ms cercano en la
defensa de una fortaleza amenazada.

Si las guardas y centinelas descubrieren algunos navos, que sin hacer salva y sea quisieren
entrar en el puerto, y al alcalde de la fortaleza pareciere que no es bastante defensa la de la artillera
del morro y torreones para impedrselo, tendr seal conocida con que tocar al arma a los del
pueblo ms cercano, que habindola entendido, acudirn todos al puerto en buena disciplina, con
sus armas, y caballos; acaudillados del gobernador, que fuere de la tierra, para que con esta ayuda
se puedan refrenar los corsarios y enemigos, y defender la tierra
61
.

Nadie poda ser eximido de tales obligaciones, aunque eso fuera inevitable para determinados
oficios pblicos, tal como estableci formalmente Felipe III aos ms tarde:

Los gobernadores de ciudades y puertos de mar de las Indias no apremien a los escribanos
pblicos, procuradores y otros oficiales, a que acudan a meter guardias ningunas, ni salir en las
compaas en que estuvieren alistados a ninguna faccin de muestras, alardes ni recibimientos, de

59
Albi (1987), pg. 14.
60
Que los vecinos de los puertos esten apercibidos de armas y caballos, y hagan alarde cada cuatro meses, 7 de mayo
de 1570, Recopilacin de Leyes de Indias (1841), pg. 32.
61
Que si los navos fueran muchos y no hicieren la sea, la haya en la fortaleza para tocar a arma al pueblo, 1582,
ibdem, pg. 41.
Captulo II.- La milicia borbnica 83


que es nuestra voluntad, que sean exentos, porque no falten al uso y ejercicio de sus oficios,
quedando como han de quedar, obligados a asistir a las ocasiones y rebatos precisos
62
.

La disposicin popular al acatamiento de la voluntad real dependa de la probabilidad de sufrir
un ataque y, consecuentemente, era renuente en poca de dilatada paz y favorable tras una
incursin enemiga. Por ello, los sucesivos monarcas recordaron una y otra vez la obligacin de
servir, como hizo Carlos III en el reglamento de milicias de Cuba de 1769 que se analizar a
continuacin: ninguno est exempto de la obligacin de defender su Patria y servir a su rey. En
general, los alardes no se realizaron ni con la periodicidad establecida ni con las armas siempre
por cuenta del vecino y disciplina que el celo real esperaba. Esto precipit la reforma que tuvo
lugar a mitad del siglo XVIII
63
.
En ocasiones, tambin en Amrica, dicha obligacin de defender el territorio no se mostraba
mediante la toma de las armas, sino en la necesidad de contribuir con recursos econmicos a las
empresas de defensa, permutando el servicio personal por otro pecuniario. Se dispone de ejemplos
sobre cmo los vecindarios deban correr con parte de los costes de la hueste indiana, el fletado de
barcos o el artillado de plazas fuertes
64
.
Llegado este punto, se debe prestar atencin al trmino vecino, que es el sujeto de la
obligacin de servir. En el Antiguo Rgimen, el vecino era una unidad de poblacin de carcter
fiscal que posea una vivienda. En una primera poca, no comprenda esclavos ni indios que,
aunque sbditos, tenan prohibida la posesin y empleo de armas: Mandamos a los virreyes,
presidentes y oidores que no permitan a sus esclavos, mestizos y mulatos que les sirvieren o a sus
familias traer armas, guardando las prohibiciones generales. Asimismo, se les impeda el
aprendizaje en su fabricacin o reparacin: Los maestros de fabricar armas no enseen su arte a
los indios, ni permitan que vivan con ellos en sus casas, pena de cien pesos, y destierro a voluntad
del virrey, o gobernador. Los indios s que estaban sujetos al servicio personal sin armas, es decir,
la obligacin de trabajar en campos, minas, edificios, guardas de ganado, servicios de casas, etc.,
una prestacin sometida a abusos que la Corona intent limitar con distintas disposiciones
65
.
Se exigi el servicio militar a los indgenas cuando no se pudo contar con espaoles
suficientes, como sucedi a menudo en las misiones. Con el tiempo y el incremento de los ataques

62
Que los escribanos, procuradores, ni otros oficiales no entren ni salgan de guarda y acudan a los rebatos, 2 de
diciembre de 1632, ibdem.
63
Reglamento para las milicias de infantera y caballera de la Isla de Cuba, 19 de enero de 1769, pgs. 329r-347r, cap.
II, art. 25, BN, mss. 19252; y Albi (1987), pg. 19.
64
Garca Gallo (1956), pgs. 461 y 462, y Albi (1987), pg. 14.
65
Que los esclavos, mestizos y mulatos de virreyes y ministros, no traigan armas, y los de los alguaciles mayores y
otros las puedan traer, 30 de diciembre de 1665; Que los armeros no enseen su arte a los indios, 28 de setiembre de
1534; y Del servicio personal, Recopilatorio de Leyes de Indias (1841), pgs. 35, 276-284 y 322.
84 El reservismo militar en Espaa

enemigos, la necesidad creciente de recursos particularmente aguda durante el siglo XVIII hizo
que se acudiera a indios, mestizos, negros y mulatos para utilizarlos en la defensa, lo que signific
de hecho el reconocimiento de su obligacin para con la Corona y configur, asimismo, un
ejercicio de cierta alineacin social.
El servicio militar en Amrica acab siendo una obligacin de carcter general que afect por
igual a todos los naturales y sbditos espaoles, sin diferencia apreciable en lo esencial entre
ambos lados del Ocano. La misma obligacin, no siempre exigida por razones polticas, recay
sobre indios, mestizos, negros y mulatos
66
.

3.2. Crisis en el sistema defensivo americano

En el siglo XVIII y en lo que respecta a Amrica, la guerra ya haba dejado de librarse con el
fin de obtener riquezas. Ahora tena un inters geoestratgico, es decir, no se pretenda invadir un
territorio o saquear una ciudad costera: se trataba de ocupar puntos militar y comercialmente tiles
del litoral e interrumpir el comercio.
La administracin de los Austrias, conscientes de la presin externa generada por piratas y
corsarios, comenz la construccin de plazas fuertes en algunos ncleos vitales del sistema
comercial espaol, instalndose tras sus muros guarniciones completas, pagadas, vestidas y
armadas por la Corona. Asimismo se cre un sistema de flotas con escolta de navos de guerra.
Dada la longitud de la costa y el sinnmero de lneas comerciales existentes, no era posible
enfrentarse a la citada amenaza con ese sistema heredado de la conquista que, en 1586, costaba
menos que el Servicio de Correos en Espaa y que, por tanto, mantena desguarnecidas las
posesiones americanas
67
.
La respuesta de carcter pasivo que puso en marcha Felipe V diseada tras la Paz de
Utrech fue vlida durante la primera mitad de siglo. Involucraba a la Marina, las fortificaciones
y el Ejrcito, este ltimo compuesto de unidades veteranas y vecinos agrupados en milicias muy
heterogneas.
El embrin del ejrcito regular americano de la Ilustracin fueron las compaas de presidio,
es decir, soldados peninsulares y profesionales reclutados mediante el sistema de leva que
protegan las citadas plazas fuertes sin relevo, mantenindose a s mismos con sus pagas. No hubo
una unidad de tamao mayor que la compaa hasta 1719 Batalln de Infantera de La
Habana, por lo que hablamos de guarniciones pequeas por lo general. Esta organizacin de

66
Garca Gallo (1956), pgs. 458-462.
67
Albi (1987), pg. 20, y Surez (1984), pg. 115.
Captulo II.- La milicia borbnica 85


inspiracin austriaca entr en crisis a partir de 1739 por la complejidad creciente del sistema de
plazas fuertes y la dificultad de llevar tantos recursos a Amrica
68
. Por otro lado, primaba la
poltica de que el ncleo de la defensa fueran las unidades regulares, siendo notable la falta de un
esfuerzo para involucrar sistemticamente la poblacin civil en el reto de la defensa.
Tras la Guerra de los Siete Aos, en la cual se perdi La Habana y Manila a pesar de que
eran plazas muy bien fortificadas y defendidas, qued palmariamente demostrada la fragilidad
de dicho sistema, quedando en entredicho la magnitud y el adiestramiento de las tropas veteranas,
por un lado, y la falta de experiencia y equipamiento de las milicias, por otro, las cuales
prcticamente no participaron en los combates. Era evidente que Espaa tena una posicin dbil
en Amrica, con la imposibilidad de transportar a tiempo tropas europeas que pudieran reforzar su
guarnicin
69
.


Infantera Caballera Artillera Total
Ejrcito de dotacin 12.300 3.000 1.020 16.320
Ejrcito de refuerzo 3.500 125 3.625
Total 15.800 3.125 1.020 19.945
Tabla n. 4: Efectivos medios en las fuerzas regulares del Ejrcito de Amrica en
el intervalo 1740-1810
70
.

La reforma emprendida, transcurridos dos tercios del siglo XVIII, se dirigi hacia la instruccin
adecuada del ejrcito regular, la reforma de las milicias y a la actualizacin de las plazas fuertes.
De esta manera, el Ejrcito qued compuesto por:

Ejrcito de dotacin: unidades veteranas permanentes tambin llamadas
regimientos o cuerpos fijos de guarnicin en los principales puertos y plazas
fuertes, de marcado carcter defensivo. La estructura era similar a las unidades
peninsulares pero sus efectivos eran masivamente americanos.
Ejrcito de refuerzo: unidades expedicionarias enviadas ex profeso desde la
Pennsula y, por tanto, temporales. Se desplazaban a Amrica para dar apoyo a
las unidades fijas en caso de invasin inminente o para una accin ofensiva en

68
Albi (1987), pgs. 35 y 38; y Marchena (1992), pgs. 60, 61 y 92.
69
Kuethe (1979), pgs. 96 y 97; y Marchena (1992), pgs. 137 y 138.s
70
Tabla elaborada por el autor a partir de los datos ofrecidos por Marchena (1992), pgs. 125-128. Los efectivos de
estado mayor se han aadido a la columna de infantera. El tamao del ejrcito de dotacin coincide con el dato dado,
para 1771, por Albi (1987), pg. 84. Los valores medios no deben ocultar que hubo coyunturalmente un gran volumen
de fuerzas expedicionarias. Por ejemplo, en 1771 consta la permanencia en todo el territorio americano de unos 10.000
infantes peninsulares.
86 El reservismo militar en Espaa

la que no se quisiera involucrar a aqullas. Regresaban en cuanto las
operaciones haban acabado.
Milicias disciplinadas y sueltas: integradas por la inmensa mayora de la
poblacin. Se consideraban un ejrcito de reserva
71
.

Se implant, por tanto, en Amrica el binomio compuesto por fuerzas regulares y milicias,
adquiriendo durante esta poca una eficacia notable del mismo modo que en Castilla, si bien la
proporcin en el Nuevo Mundo estaba muy desequilibrada del lado miliciano. En la tabla n. 4 se
puede ver la magnitud de las fuerzas regulares; si se compara el volumen medio del ejrcito de
dotacin de carcter permanente con su homlogo peninsular de la tabla n. 2, la relacin es
de uno a tres, para un territorio que superaba en veinte veces el europeo. De ah la importancia del
desarrollo de las milicias disciplinadas en Amrica, verdadera clave del xito ante los ataques
recibidos con posterioridad, durante el siglo XVIII y ms all, siendo este ejrcito el que, incluso,
llega a tomar la iniciativa en la recuperacin de La Florida en 1779
72
.

3.3. La gran reforma: reglamento de milicias de Cuba

Como se ha dicho anteriormente, la derrota que llev a la Paz de Pars de 1763 fue un duro
golpe que no slo gener en el Imperio espaol un sentimiento de rabia y deseo de venganza, sino
tambin miedo ante la indefensin manifiesta en la que se encontraban los territorios americanos.
Los ingleses podan escoger el punto de ataque y concentrar sus tropas en l sin posibilidad de una
respuesta espaola proporcionada y a tiempo.
El conde de Ricla ya haba anticipado, antes de firmar la paz, que la resistencia a una amenaza
as slo poda afrontarse aadiendo, a unas fortificaciones eficaces y unas tropas regulares
equipadas y adiestradas, la participacin masiva de la poblacin local: Cada uno sea til al
servicio de la patria en caso de guerra, ya sea con las armas como milicianos, o con su trabajo
personal, como paisanos, que deben defender su Rey, haciendas y casas. Este es el sistema nico
que puede admitirse
73
.

71
Marchena (1992), pg. 110. Albi sostiene que los cuerpos fijos no formaron nunca parte del Ejrcito, si bien s que
participaron del sistema defensivo americano, (1987), pg. 81.
72
Kuethe (1979), pg. 95.
73
Discurso del conde de Ricla del 20 de enero de 1763, pud Kuethe (1979), pg. 99. Ambrosio de Funes Villapando,
conde de Ricla, fue un militar espaol cuyos xitos le llevaron a ser nombrado en 1763 capitn general de la Isla de
Cuba y todas las tierras pertenecientes a esta capitana: Puerto Rico, La Florida, Luisiana y Santo Domingo. Su
administracin comenz despus de ser recuperada La Habana de manos inglesas, que un ao antes haban logrado
hacer capitular la villa. En esa ciudad realiz una interesante labor de reorganizacin y ampliacin del ejrcito y
Captulo II.- La milicia borbnica 87


El mariscal de campo Alejandro O'Reilly fue el encargado de la reorganizacin del Ejrcito y
de las milicias a partir de 1763, comenzando por Cuba el territorio ms expuesto. Su
reglamento para las milicias de infantera y caballera de la Isla de Cuba lleg a ser aceptado como
la disposicin de referencia para la implantacin de estas unidades en toda Amrica. Dicha
regulacin sigui ajustadamente la poltica peninsular pero fue mejorada con un buen nmero de
medidas que la adaptaron a la realidad americana
74
.
Las milicias disciplinadas se esparcieron por toda Amrica en tan slo quince aos. A este
sistema basado en la Milicia Provincial espaola, mvil y eficaz, se le solap otro de milicias
urbanas tambin llamadas sueltas de carcter fijo, sin reglamentacin ni instruccin
75
.

Unidad Raza Infantera Caballera
Primer batalln de voluntarios de Inf. de La Habana Blanca 800
Segundo batalln de voluntarios de Inf. de La Habana Blanca 800
Batalln de voluntarios de Inf. de Cuba y Byamo Blanca 800
Batalln de voluntarios de Inf. del Puerto del Prncipe Blanca 800
Batalln de voluntarios de Inf. de Cuatro-Villas Blanca 800
Batalln de pardos libres de La Habana Mulata 800
Batalln de pardos libres de Cuba y Bayazo Mulata 800
Batalln de morenos libres de La Habana Negra 800
Regimiento de voluntarios de Cab. de La Habana Blanca 650
Regimiento de Dragones de Matanzas Blanca 300 150
Total

6.700 800
Tabla n. 5: Unidades que componan la Milicia Disciplinada de Cuba segn el Reglamento de 1769, con sus
plazas
76
.

3.3.1. Organizacin y misin

Antes de 1764 ninguna milicia americana haba estado tan bien dotada como las que se
crearon bajo la influencia del reglamento cubano reflejo, a su vez, del modelo miliciano espaol de
1734: organizacin regular, uniformes, equipo y entrenamiento sistemtico. Las vacantes creadas

complet su sistema de fortalezas, comenzando los trabajos de construccin del castillo de San Carlos de la Cabaa, la
mayor fortaleza colonial construida en el continente americano.
74
Ibdem, pg. 103. Alejandro O'Reilly fue un militar del Ejrcito espaol nacido en Dubln en 1725. En 1762 fue el
jefe de las tropas que pasaron a Cuba con el conde de Ricla y, seis aos ms tarden fue nombrado para suceder a Ulloa,
que haba sido recientemente derrotado en la Luisiana. Para ello sali de La Habana al frente de una fuerza que acab
apoderndose de la ciudad de Nueva Orleans.
75
Las fechas de implantacin fueron Nueva Espaa, Ro de la Plata y Venezuela (1764); Puerto Rico (1765); Per,
(1766); Cartagena y Nueva Granada (1773); Quito (1774); Chile (1777); y Paraguay (1778), Surez (1984), pgs. 116-
124; y Albi (1987), pg. 98.
76
Kuethe (1979), pg. 109. Se entiende que los mulatos podan ser tambin mestizos o zambos.
88 El reservismo militar en Espaa

en Cuba fueron 7.500, entre infantera y caballera, distribuidas en ocho batallones a pie, un
regimiento a caballo y otro de dragones recurdese que su organizacin homloga peninsular
slo dispona de infantera. En La Habana se organiz tambin una compaa de artilleros
voluntarios, si bien no form parte del proyecto de O'Reilly. En la tabla n. 5 se encuentran las
plazas de cada una de las unidades relacionadas. Hay que destacar que la poblacin cubana de la
poca rondaba los 78.000 hombres libres, sin contar los clrigos. La apuesta de O'Reilly consisti
en adiestrar, para posteriormente poder ser movilizados, al diez por ciento de la poblacin
masculina de la isla.
Cada batalln de infantera tena nueve compaas, una de ellas de granaderos. Por su parte,
los regimientos de caballera disponan de doce compaas, de las que una era de carabineros.
Cada unidad tena un coronel miliciano que estaba subordinado al inspector de Milicias, cargo
inicialmente desempeado por el propio O'Reilly.
El coste de un batalln de infantera de blancos era de menos de la cuarta parte de una unidad
regular equivalente
77
. Por ello, la Administracin borbnica llevara la estructura de milicias
disciplinadas hasta el ltimo de los virreinatos y gobernaciones americanas, siguiendo el orden de
mayor a menor vulnerabilidad de los territorios, y llegando a disponer de una reserva de ms de
160.000 hombres durante el ltimo tercio del siglo ver tabla n. 6.


Chile 16.181


Cuba 7.500


Nueva Espaa 9.244


Nueva Granada 14.580


Per 96.396


Puerto Rico 2.200


Ro de la Plata 7.471


Santo Domingo 1.800


Venezuela 5.880


Total 161.252

Tabla n. 6: Efectivos de las milicias disciplinadas en Amrica en el
intervalo 1765-1780
78
.

La misin de las milicias americanas, al igual que la de la metrpoli, consista en garantizar la
seguridad del propio territorio cuando el ejrcito regular se vea superado por el enemigo o cuando

77
Reglamento para las milicias de infantera y caballera de la Isla de Cuba, 19 de enero de 1769, pgs. 329r-347r, cap.
II, art. 25, BN, mss. 19252; y Kuethe (1979), pgs. 101-109.
78
Tabla elaborada por el autor a partir de los datos ofrecidos por Surez (1984), pgs. 195-220.
Captulo II.- La milicia borbnica 89


ste deba partir en alguna expedicin. Kuethe dice que su objetivo era desarrollar, a travs de
mandos capacitados y de entrenamiento regular, una ciudadana militarmente capaz que en tiempo
de guerra pudiera ayudar en la labor de defensa. Albi es ms concreto y sostiene que era una
verdadera reserva porque sus misiones podan ser, en tiempo de guerra, tanto defensivas como
ofensivas y, en tiempo de paz, tenan competencias en el mantenimiento del orden, la escolta a
personas o instalaciones y el auxilio a todo tipo a las autoridades, como por ejemplo en caso de
catstrofe
79
. El reglamento cubano deca lo que se reproduce a continuacin.

Por cuanto habiendo resuelto formar en la isla de Cuba varios cuerpos de infantera y caballera
de milicias para la defensa de las haciendas, vidas y religin de mis muy fieles vasallos, cuya
felicidad empea siempre todo mi cuidado [] se observarn inviolablemente los artculos
siguientes
80
.

En cualquier caso, por organizacin, misiones y dependencia orgnica, las milicias
disciplinadas cumplan el paradigma de la figura n. 1 y, por ello, deben ser consideradas una
reserva militar de acuerdo con la metodologa seguida.
Por otro lado, si se comparan las tablas n. 4 y la n. 6, ms de 180.000 hombres se encargaban
de la defensa del continente en el ltimo tercio del siglo. Eso significa que exista una proporcin
de cuatro milicianos por cada soldado profesional. Mientras tanto, en la Pennsula, la proporcin
tena signo contrario: haba ms regulares que milicianos ver nota n. 30. Por eso, cuando en
1779 Espaa reanudara las hostilidades con Gran Bretaa, se hallara en unas condiciones
defensivas que no podan haberse soado la dcada anterior. La prueba de fuego de tan exitosa
reforma militar tuvo lugar, como no poda ser de otra manera, en el campo de batalla: mientras
unidades regulares combatan en la Florida contra los ingleses, en el marco de la Guerra de
Independencia norteamericana, la milicia cubana fue capaz de asumir gran parte de la defensa de la
isla. Asimismo, muchos milicianos disciplinados combatieron entre las tropas espaolas que
desplazaron a los britnicos de la Florida, en una serie de victorias espectaculares, mientras que
otros dos mil constituyeron ms de la mitad de la fuerza que emple el general De Glvez para
defender Guatemala. Ms adelante, la milicia puertorriquea hara tambin un destacado papel en
la defensa de su isla contra una invasin britnica. La Milicia Disciplinada del Ro de la Plata, por
su parte, aunque se comportara dbilmente durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807, se
recuperara ms tarde y conseguira echar a los britnicos al mar
81
.


79
Kuethe (1979), pg. 104; y Albi (1987), pg. 122.
80
Reglamento para las milicias de infantera y caballera de la Isla de Cuba, 19 de enero de 1769, pgs. 329r-347r, cap.
II, art. 25, BN, mss. 19252.
81
Kuethe (1979), pg. 111 y 112; y Rodrguez Prez (2010), pg. 110.
90 El reservismo militar en Espaa

3.3.2. Derechos y deberes de los milicianos

Tras la implantacin del sistema de milicias disciplinadas, en tiempo de paz todos los
paisanos que tenan entre quince y cuarenta y cinco aos deban servir en ella, as como los
soldados que se licenciaran antes de cumplir los veinte aos de servicio hasta completarlos. En
tiempo de guerra y, en caso de necesidad, a todos comprende esta obligacin
82
.
El rasgo ms significativo de este reglamento y sus derivados fue la extensin de las
obligaciones a pardos y morenos, es decir, a los hombres con algn ascendiente de raza negra.
Aunque se mantena la segregacin en las unidades, no exista ninguna discriminacin por motivos
raciales en sus disposiciones, ni se prohiba la admisin de indios. Otros virreinatos preferan las
milicias de blancos si la poblacin era suficientemente numerosa, pero la integracin racial fue
prosperando hasta el punto de que, a finales del siglo XVIII, aparecieron las primeras unidades
mixtas blancos y negros en Nueva Granada. A eso ayud, en buena medida, el buen
desempeo de negros y mulatos en algunas operaciones tales como la defensa de Veracruz, en
Nueva Espaa, y su resistencia fsica a las enfermedades y a las malas condiciones presentes en el
combate y en los desplazamientos por determinados escenarios americanos
83
.
Por otro lado, tanto antes como despus de la creacin de las milicias disciplinadas, haba
compaas milicianas aborgenes en Amrica, aunque fuera discrecional su uso y despertaran
muchas suspicacias dependiendo de la coyuntura. Estas milicias acabaran mantenindose a pesar
de las dificultades
84
.
Las exenciones, por su parte, estaban orientadas, como en la Pennsula, a la consideracin a
determinadas personas edad, condicin fsica y posicin social, al inters pblico, a las
instituciones alistados en la Matrcula de mar y a las actividades productivas. Las principales
se recogan en el artculo 25. del reglamento cubano.

Aunque ninguno est exento de la obligacin de defender su patria y servir a su Rey, para en lo
posible atender al pblico, no se alistarn en la milicia los abogados, escribanos, mayordomos de
las ciudades, mdicos, boticarios, cirujanos, notarios, procuradores de nmero, como no pasen de
cuatro o tengan oficios comprados o mi Real corona y son vendibles y renunciables, y
administradores de rentas, sndico de San Francisco, sacristanes y sirvientes de iglesia que gozan
salario, maestros de escuela y gramtica, ni mayorales de ingenios. En los lugares interiores se
esceptuar igualmente a los factores interventores de tabaco, sirvientes que tengan nombramientos
de empleados por junta, y asimismo los apoderados de los cosecheros de cada partido; pero

82
Reglamento para las milicias de infantera y caballera de la Isla de Cuba, 19 de enero de 1769, pgs. 329r-347r, cap.
II, art. 25, BN, mss. 19252. Poda depender de la parte del territorio donde se encontrara. En el Per, por ejemplo, la
obligacin de servir estaba entre los catorce y los sesenta aos.
83
Albi (1987), pg. 100; y Surez (1984), pgs. 126, 128 y 130.
84
Surez (1984), pgs. 138-141. En 1757, en el Per haba 21 compaas de indios de un total de 76 compaas de
milicias.
Captulo II.- La milicia borbnica 91


ninguno de stos podr pretender escepcion alguna para sus hijos, escribientes, mozos, o
dependientes de cualesquiera clase que sean
85
.

Entre sus deberes se encontraba, obviamente, la asistencia a los ejercicios, asambleas y
revistas establecidos para mantener la disciplina y un adecuado nivel de adiestramiento. En cuanto
a los derechos, los milicianos obtenan la exencin o la reduccin de sus impuestos, la condicin
de soldado durante el tiempo de servicio activo y el amparo del Fuero Militar slo mientras durara
su adscripcin a la milicia, a diferencia de la Milicia Provincial que duraba toda la vida si se haba
servido lo suficiente. El fuero s era conservado por los oficiales tras veinte aos de servicio y por
cualquier miliciano que quedara impedido por herida de guerra. Estos privilegios, que no
discriminaban a los socialmente menos favorecidos ni a los vecinos de otras razas, generaran
protestas entre las clases altas. Aunque estos derechos fueron inicialmente abiertos a las milicias
urbanas, se recortaran ms tarde en stas para aumentar la recaudacin fiscal y para reducir el
nmero de ciudadanos sujetos a fuero militar
86
.
Por ltimo, el servicio activo en las milicias estaba retribuido y existan pensiones tanto para
los invlidos como para los parientes de los milicianos muertos en acto de guerra
87
.

3.3.3. Instruccin y equipamiento

Las milicias disciplinadas americanas incorporaron un proceso de instruccin sin precedentes
en este tipo de fuerza en Espaa, porque la mayora de las iniciativas anteriores no haban pasado
de los alardes medievales. El nivel de preparacin que alcanzaron dependi no slo del celo con el
que siguieron la doctrina, sino tambin de la frecuencia con la que entraron en combate
88
.
Los militares reformistas de la Ilustracin haban comprendido que unidades compuestas por
civiles no podan mantenerse adiestradas por s mismas. Por eso, integraron a mandos veteranos en

85
Reglamento para las milicias de infantera y caballera de la Isla de Cuba, 19 de enero de 1769, pgs. 329r-347r, cap.
II, art. 25, BN, mss. 19252. Estas exenciones se extenderan aos ms tarde a los comerciantes y sus cajeros 1779,
a los mancebos de stos 1794, a determinados oficios relacionados con la imprenta 1781, a los estudiantes
universitarios 1792, a los labradores con caudal propio 1801, etc. En cualquier caso, virreyes y gobernadores
se adaptaron a las circunstancias de cada momento, como sucedi en 1781, cuando se concedi una exencin a los
cultivadores de tabaco de Nueva Espaa para poder mantener los niveles de ingresos de los propietarios y de la
Hacienda real, Surez (1984), pgs. 175-180.
86
Albi (1987), pgs. 111 y 112. En relacin con esto ltimo, a mitad del siglo XVII, el fiscal de la Audiencia del Per,
Agustn de Mendoza, elev una protesta formal porque prcticamente todos los vecinos de Lima se encontraban bajo
fuero militar, Surez (1984), pg. 86.
87
Reglamento para las milicias de infantera y caballera de la Isla de Cuba, 19 de enero de 1769, pgs. 329r-347r, cap.
II, art. 25, BN, mss. 19252.
88
Las milicias chilenas, por ejemplo, estaban muy bien preparadas por la permanente amenaza de los araucanos. Por el
contrario, las del Ro de la Plata tuvieron un pobre papel en las invasiones inglesas de 1806 y 1807, Albi (1987), pg.
105.
92 El reservismo militar en Espaa

ellas con el propsito de mejorar la efectividad ante el enemigo, asegurar el buen uso de las armas
y garantizar su adhesin al rey. Qued fijado, al igual que en la Milicia Provincial, que el mando
fuera ejercido por milicianos coroneles y capitanes y que stos, conjuntamente con los
alistados, fueran asesorados e instruidos por veteranos: En todos los primeros batallones de
blancos habr un sargento mayor, un ayudante y un tambor mayor; y en cada compaa de las
nueve que lo componen un teniente, un primer sargento, dos cabos y un tambor, que gozarn los
sueldos que se sealan
89
.
Estos instructores provenan de las unidades veteranas asentadas en suelo americano y, sobre
todo al principio, de Espaa. Segn Surez, dada la desproporcin entre milicias y ejrcito regular,
los cuerpos fijos acabaron convirtindose, casi en exclusiva, en los suministradores de instructores
para las milicias, perdiendo con ello peso en el sistema defensivo. Ese conjunto de oficiales,
sargentos y cabos veteranos, instructores en infantera, caballera y dragones armas con las que
contaban las milicias, constituy el cuerpo llamado Asamblea.
La instruccin destinada a la tropa se realizaba bajo la supervisin de los veteranos una vez a
la semana, con preferencia el domingo, antes o despus de misa. Una vez al mes, estos ejercicios
se hacan un poco ms complejos y se requera la presencia de todos los oficiales. Cada dos meses,
los milicianos se adiestraban en uso de las armas de fuego, con cartuchos de fogueo, y una vez al
ao ejercitaban el tiro. En todas las disposiciones sobre instruccin se percibe un notable inters
por la comodidad del miliciano y por evitar interrupciones productivas importantes, tal como
suceda en la metrpoli
90
.
Este sistema de instruccin proporcion buenos resultados, como ya se ha dicho, obtenindose
pronto efectivos disciplinados y con gran amor al servicio. No en vano, ste era el objetivo de
oficiales y veteranos:

Todos los oficiales de milicias y en particular los veteranos comprendidos los sargentos y cabos,
dedicarn todas sus conversaciones a dar a sus compaas amor a mi Real servicio, fomentando en
ellas por todos los medios posibles fanatismo para la gloria militar []. Les darn una justa idea de
las acciones que se deben graduar de distinguidas y de cuan preferente es el honor a la vida
91
.

En cuanto a uniformidad y armas, por primera vez en la historia espaola de las milicias se
suministraban por parte de la Corona, si bien el mantenimiento corresponda al miliciano cuando el

89
Reglamento para las milicias de infantera y caballera de la Isla de Cuba, 19 de enero de 1769, pgs. 329r-347r, cap.
II, art. 25, mss. 19252, BN; y Surez (1984), pg. 142.
90
En cada ejercicio de fogueo los milicianos deban hacer 60 salvas, y en el tiro anual, disparar ocho cartuchos,
Kuethe (1979), pgs. 107 y 108; y reglamento para las milicias de infantera y caballera de la Isla de Cuba, 19 de
enero de 1769, pgs. 329r-347r, cap. II, art. 25, mss. 19252, BN.
91
Reglamento para las milicias de infantera y caballera de la Isla de Cuba, 19 de enero de 1769, pgs. 329r-347r, cap.
II, art. 25, BN, mss. 19252.
Captulo II.- La milicia borbnica 93


deterioro no se hubiera producido con ocasin de un acto de servicio. Este gasto de sostenimiento
fue costeado por los impuestos locales sobre el pan, sobre la importacin de algunas mercancas
harina, vino y aguardiente y sobre la exportacin del azcar. An as, la falta coyuntural de
fondos para la constitucin de la fuerza dio pie a la aparicin de los llamados oficiales de
beneficio. Se trataba de miembros de la alta sociedad local que costeaban los gastos de dotacin de
material de una unidad a cambio de detentar los empleos de capitn, teniente o subteniente
92
.

3.3.4. Consideraciones de orden social

No se puede afirmar que la convivencia de milicianos de distinta raza, clase y orgen no creara
fricciones en la sociedad americana del siglo XVIII. La reglamentacin no haca ms distinciones
que la segregacin por razas a la hora de constituir unidades pero exista, de hecho, una
discriminacin por razn racial, social y de procedencia. Hay que darse cuenta de que el servicio
en las milicias era un medio de ascenso y nivelacin social y de obtencin de privilegios que
preocupaba a los sectores ms favorecidos. La oposicin de stos se materializ, a travs de
algunas corporaciones locales, mediante la falta de colaboracin para actualizar los censos, habida
cuenta que ste era el medio esencial para el alistamiento de milicianos.
A morenos y pardos las milicias les ofrecan la posibilidad de colocarse al mismo nivel social
que otro miliciano de igual empleo, si eran libres, o de conseguir la libertad, si eran esclavos. Hubo
reacciones para limitar esa progresin, como vena sucediendo en Nueva Granada en 1779, donde
los oficiales pardos deban quitarse el sombrero ante los oficiales blancos de su mismo empleo.
En cuanto a su origen, los espaoles europeos lideraron las unidades mientras el nmero de
stos fue importante en relacin a los criollos pero, a finales del siglo, los oficiales americanos
superaron a los peninsulares en la mayora de cuerpos milicianos de Hispanoamrica. Tambin
para ellos era una oportunidad de progresin en la escala social. Por eso, las clases criollas,
especialmente los comerciantes, aceptaban de buen grado la pertenencia a la milicia mientras que
las grandes familias adquiran gran prestigio por detentar los empleos superiores en ella
93
.
Un oficial de milicias no era un militar: era un civil que no cobraba sueldo, ni poda optar a
una plaza en el ejrcito ni mandaba a soldados regulares ni haba estudiado las materias castrenses

92
Sin embargo, O'Reilly convenci a los voluntarios que se alistaron en las primeras milicias cubanas para que se
costearan su propio uniforme, Kuethe (1979), pg. 104; y Surez (1984), pg. 158.
93
Albi (1987), pg.108; Marchena (1983), pg. 80, y Surez (1984), pgs. 162-170.
94 El reservismo militar en Espaa

ni tena escalafn y, prcticamente, usaba el uniforme una docena de das al ao. Eso produjo no
pocas fricciones entre oficiales veteranos y milicianos de la misma clase
94
.
Al igual que la Milicia Provincial, las milicias disciplinadas de la Amrica espaola
constituyeron una verdadera reserva militar. No slo los prestigiosos autores citados apoyan esta
afirmacin, sino que, siguiendo con la metodologa avanzada en la introduccin, se cumplen las
condiciones de dualidad, de organizacin, de dependencia y de ausencia de adscripcin poltica.
Esta ltima se puso particularmente de evidencia cuando se libraron las guerras de emancipacin,
dado que hubo milicias disciplinadas a ambos lados de los frentes que desgajaron Espaa de la
gran parte de sus posesiones americanas.

4. DEFENSA DE PLAZAS FUERTES Y FRONTERAS: MILICIA URBANA

Desde el siglo XVI, los litorales mediterrneo y atlntico y algunas plazas fronterizas de la
Pennsula Ibrica estuvieron custodiados por compaas de milicia urbana. Eran stas unidades de
carcter local muy vinculadas a los gremios, con ciertas reminiscencias seoriales, que guarnecan
las torres de vigilancias y las plazas fuertes de su demarcacin. Entre sus misiones se contaba la
defensa contra la piratera, el contrabando y el bandolerismo, siendo una fuerza policial ms que
una unidad militar.
Los vecinos de los municipios que las nutran estaban exentos de prestar el servicio personal
en el Ejrcito o en la Milicia Provincial. El reemplazo se produca automticamente, mediante un
listado gestionado por las autoridades municipales, en el que figuraban inscritos todos los vecinos,
salvo los exentos por sus circunstancias familiares, su estamento o su profesin. En general, al
uso del Ejrcito, cada compaa era mandada por un capitn, un teniente y un alfrez elegidos de
entre las personas ms distinguidas de la ciudad, aparte de sargentos y cabos
95
.
Como se dijo al hablar de las exenciones territoriales que amparaba la ordenanza de milicias
de 1734, las poblaciones que tenan antiguas compaas de milicia urbana, y contaban con la
autorizacin real, haban quedado exentas de contribuir al sostenimiento de los regimientos
provinciales. La real declaracin de 1767 fij con precisin cules eran exactamente estas plazas
autorizadas:

Sern exentas las Plazas de Armas y Pueblos de Frontera, y Marina, que, para su defensa, deben
tener formadas, con mi aprobacin Compaas de Milicias Urbanas, que son: En el Reyno de
Sevilla, las de los Vecindarios de Cdiz, Puerto de Santa Mara, Isla de Len, Carraca, y Arsenales,

94
Marchena (1983), pg. 79.
95
Puell de la Villa (2008), pg. 231; y Coln (1807), pgs. 452 y ss.
Captulo II.- La milicia borbnica 95


Tarifa, Algeciras, San Roque, los Barrios, Ayamonte, Paymogo, San Lcar de Guadiana, la Puebla
de Guzmn, y Encina sola; En el de Granada, Almera, Roquetas, Vera, Moxaca, Carbonera, Nijar,
Vcar, Tlix, Enis, Adra, Albuol, Motril, Salobrea, Gualchos, Almucar, Vlez, Torrox, Nerja,
Estepota, Marbella, Mijas, y Velalmayna; En el de Murcia, Cartagena; En el de Galicia, Corua,
Ferrol, Vigo, Vayona, y Monterrey; En el de Len, Ciudad Rodrigo, Puebla de Sanabria,
Carbajales, y Trebejo; En la Provincia de Extremadura, Badajoz, Alburquerque, Alcntara,
Valencia de Alcantra, y Alconchel, que son las nicas que han de existir
96
.

Ntese cmo se cubra la costa atlntica y mediterrnea perteneciente a la Corona de Castilla,
as como la frontera con Portugal. Eran, en total, 50 compaas que, con aproximadamente 5.000
milicianos, se sumaron a la lucha contra los franceses de principios del siglo XIX
97
. Los territorios
sujetos a fueros Corona de Aragn, Reino de Navarra y Vascongadas tenan su propia milicia
urbana, al no contribuir al sostenimiento ni de las fuerzas regulares ni de la Milicia Provincial. El
Reino de Valencia, por ejemplo, contaba en 1781 con 85 compaas propias repartidas entre
Alcoy, Algora, Alicante, Castelln de la Plana, Denia, Jijona, Orihuela, Pescola y Valencia,
6.550 plazas en total.
El fuero militar y el uso del uniforme eran generalmente privilegios reservados a los oficiales
de milicias. Dichos privilegios los otorgaba el rey ciudad a ciudad y podan extenderse
excepcionalmente a otros empleos, como a los sargentos. La Milicia de Cdiz, por ejemplo,
solicit el fuero para todos sus integrantes y slo les fue concedido a los mandos.

Enterado el Rey de la instancia que V. E. dirigi en carta del 16 del pasado de los capitanes y
sargentos de esa plaza, solicitando se declarase todos los individuos el fuero militar en los
trminos que los tienen los matriculados de marina; no ha venido S. M. en concederles esta gracia
respecto de que solo deben gozarla los oficiales y sargentos del expresado cuerpo de milicias
urbanas, pero de ningn modo extenderse a los cabos y soldados.

Por el contrario, a los oficiales de las compaas del Campo de Gibraltar les fue negado ese
mismo privilegio, habiendo dado cuenta al Rey de la representacin de los oficiales de las
milicias urbanas de Algeciras, a que se les conceda el fuero militar [] se ha servido S. M.
declarar que no les corresponde
98
.
En Amrica surgieron, de la misma manera que en la Pennsula, compaas de milicia local a
medida que los municipios se fueron consolidando y requirieron una fuerza de orden pblico que
se encargara de la seguridad de los vecinos, si bien no contaron con reglamentacin alguna. Al

96
Real declaracin sobre los puntos esenciales de la ordenanza de Milicias Provinciales de Espaa, que ntern se regla
la formal, que corresponde a estos cuerpos, se debe observar como tal en todas sus partes, 30 de mayo de 1767, ttulo
III, artculo I, AGMa, Ordenanzas 274.
97
Puell de la Villa (2008), pg. 231.
98
Orden declarando que las urbanas de Valencia gozan de fuero militar, 11 de octubre de 178; orden concediendo el
fuero militar a los oficiales y sargentos de las urbanas de Cdiz, como los matriculados de Marina, 12 de agosto de
1768; y orden en que se neg el fuero a las urbanas de Gibraltar, Algeciras y los Barrios, 16 de noviembre de 1775,
Coln (1807), pgs. 455, 457 y 472.
96 El reservismo militar en Espaa

poco de crear las milicias disciplinadas, los gobernantes promovieron la constitucin de compaas
sueltas de milicia urbana para reducir el nmero de vecinos acogidos al fuero militar y facilitar el
servicio personal a aquellos ciudadanos exentos de servir en la disciplinada, dada la menor
movilidad de estas compaas. El perfil de estas unidades durante el siglo XVIII era muy similar al
existente la metrpoli: vecinos sin uniforme excepto oficiales, mandados por miembros de las
clases pudientes del lugar y acogidos a fuero militar de manera restringida.
El mismo reglamento que estableci la milicia disciplinada en las provincias de Yucatn y
Campeche, en el virreinato de Nueva Espaa, lo hizo con la milicia urbana, pudiendo servir de
representacin del resto del continente para el tema que nos ocupa. La estructura de la compaa
estaba compuesta cada una de cien hombres comprendidos quatro Sargentos, diez Cabos, dos
Tambores, y ochenta y quatro Soldados; y el numero de Oficiales constar de Capitan, primer
Teniente, segundo Teniente, y Subteniente.
En cuanto a la jurisdiccin de los milicianos, sta era militar siempre que estuviesen sobre las
armas, afectando el fuero slo a lo criminal en tiempo de paz y, a lo civil y a lo criminal, en tiempo
de guerra.

El fuero que en lo civil, y criminal [para tiempo de guerra] explica el Articulo 7 de este Titulo,
solo le tendr la Milicia Urbana durante el tiempo de su apronto, y servicio en puesto de defensa, o
ataque que el Capitan General la destinare: pero luego que se mande retirar a su respectivo
domicilio, cesar el goce de dicho fuero
99
.

Precisamente es la jurisdiccin lo que hace pensar que estas unidades constituyeron una
reserva militar, si bien se encuentran en la frontera entre el mbito militar y el castrense. Se debe
recordar que, en este tiempo, el Ejrcito tena entre sus misiones el mantenimiento del orden
pblico y la lucha contra el contrabando, entre otras de ndole civil segn se podra ver bajo la
perspectiva actual. La dependencia local no es bice si se tiene en cuenta que, en el Antiguo
Rgimen, todo el Estado dependa orgnicamente del rey de una u otra manera, lo mismo que las
fuerzas permanentes.
Las milicias urbanas peninsulares mantuvieron su vigencia hasta la creacin de la Milicia
Nacional en los albores del siglo XIX, sirviendo de germen para la constitucin de sta. Sus
hermanas americanas lucharon, como las milicias disciplinadas, en las guerras de emancipacin y
contribuyeron a crear, posteriormente y conjuntamente con ellas, los ejrcitos nacionales
hispanoamericanos.

99
Reglamento para las milicias de infantera de la provincia de Yucatn y Campeche, 10 de mayo de 1778, AGMi,
signatura 000232-Bis.
Captulo III.- La reserva isabelina 97


CAPTULO III.- LA RESERVA ISABELINA


La Milicia Provincial continu siendo el ejrcito de reservistas espaol por antonomasia del
primer tercio del siglo XIX, coexistiendo con milicias liberales y absolutistas cuyo carcter de
reserva debe ponerse en duda. Fruto de las corrientes que cristalizaron en la Constitucin de 1812,
los voluntariosos intentos por universalizar el servicio de las armas fueron infructuosos,
arraigndose con rotundidad las desiguales prcticas de la redencin y la sustitucin. El primer
cambio significativo vino tras la Primera Guerra Carlista, cuando Arma de Infantera y reserva
fueron unidas orgnicamente. El segundo, y ms trascendental, sucedi cuando a mitad del siglo,
la reserva dej de tener un reclutamiento especfico y pas a estar constituida por los terceros
batallones de los regimientos del Arma citada. En este modelo, como sucedi de una u otra manera
mientras dur el servicio militar obligatorio, los soldados que servan en los batallones activos
pasaban a los de reserva al convertirse en veteranos. Sin embargo, la necesidad poltica de reducir
el tamao de los reemplazos fue la causante de cierta inestabilidad en el modelo de reserva, que
volvi a tener un reclutamiento paralelo tras la subida al poder de los progresistas en 1854.

1. NACIN Y EJRCITO NACIONAL

La transicin del Antiguo Rgimen al liberalismo tuvo como consecuencia, entre muchas
otras, el abandono del modelo de Fuerzas Armadas concebido para ser utilizado en una guerra
limitada, tal como vena sucediendo durante el siglo XVIII. En esos momentos se produjo otra
revolucin de los asuntos militares alineada, como no poda ser de otra manera, con los cambios
polticos generados por la Revolucin Francesa. A innovaciones de tipo tcnico y tctico, puestas
de manifiesto durante las guerras napolenicas mejoras en el armamento ligero y en la artillera,
abandono de la lnea en pro de la columna, creacin de la organizacin divisionaria y auge de
tropas ligeras, como los cazadores debe unirse la participacin masiva de la poblacin civil en
los conflictos. Sin embargo, esta contribucin no consista en volver a ser servidores de su seor o
de su rey, como sucediera en las edades Media y Moderna, respectivamente, sino en ser defensores
de su propia nacin, de su propio pueblo. Es lo que llama Casado la transformacin del soldado
servil en soldado-ciudadano, proceso que coincidi con la reduccin de privilegios al estamento
militar, tales como la reserva de los empleos de oficial a la nobleza o el fuero militar extenso
1
.

1
Snchez Herrez (2008), pgs. 31-35; y Casado (1982), pg. 11.
98 El reservismo militar en Espaa

En Valmy qued patente que una fuerza compuesta principalmente por milicias ciudadanas y
voluntarios, con un bajo nivel de instruccin, poda resistir el envite del mejor ejrcito
profesional, por supuesto de la poca. Slo tuvieron que suplir esas carencias objetivas con
lealtad y pasin, con la seguridad de estar defendiendo lo propio
2
. Era la puesta en prctica del
concepto de nacin en armas, expresin novedosa ligada a la Declaracin de los derechos del
hombre y del ciudadano: Le principe de toute souverainet rside essentiellement dans la Nation.
Nul corps, nul individu ne peut exercer d'autorit qui n'en mane expressment
3
.
Los ejrcitos nacionales se hicieron mayores que sus antecesores ilustrados, se convirtieron en
enormes merced a la integracin voluntaria o forzosa de todos los ciudadanos necesarios para el
mejor discurrir de las operaciones
4
. En el debate sobre cmo deban constituirse los ejrcitos no
faltaron quines abogaban por la desaparicin absoluta de las fuerzas permanentes, en la seguridad
de que stas podran ponerse, en cualquier momento, en contra de los intereses revolucionarios.
Como alternativa a esta postura radical se impuso la necesidad de limitar el poder de los que
mandaban las fuerzas armadas: La garantie des droits de lHomme et du Citoyen ncessite une
force publique: cette force est donc institue pour lavantage de tous, et non pour lutilit
particulire de ceux auxquels elle est confie
5
.
Pero no se trataba de una limitacin creada por la Revolucin Francesa. Mucho antes, en
1689, mediante The Bill of Rights el Parlamento britnico ya haba prohibido al rey la constitucin
de ejrcitos permanentes, salvo que se declarara una guerra:

And thereupon the said Lords Spiritual and Temporal and Commons pursuant to their respective
Letters and Elections being now assembled in a full and free Representative of this Nation [] for
the vindicating and asserting their ancient Rights and Liberties Declare [] That the raising or
keeping a Standing Army within the Kingdom in time of Peace unless it be with Consent of
Parliament is against Law
6
.

2
Snchez Herrez (2008), pg. 35. La batalla de Valmy, tambin conocida como el caoneo de Valmy, se desarroll
el 20 de septiembre de 1792, durante las Guerras Revolucionarias Francesas, alrededor del poblado del mismo nombre,
al norte de Francia. En esa ocasin, los ejrcitos franceses del Norte y del Centro detuvieron el avance del ejrcito
prusiano. A pesar de las pocas bajas menos de 500 en total y de los inconclusos resultados tcticos, Valmy ha
sido considerada una de las quince batallas decisivas del mundo, porque una derrota gala habra acarreado el final de la
Revolucin Francesa. Goethe, que acompa a los prusianos en la batalla, dijo: Aqu, y en el da de hoy, comienza
una nueva poca de la Historia Universal, y podris siempre decir que estuvisteis presentes, pud Puell de la Villa
(1996), pg. 141.
3
El principio de toda soberana reside esencialmente en la Nacin. Ningn cuerpo ni ningn individuo puede ejercer
ninguna autoridad que no emane expresamente de ella [traduccin del autor], Dclaration des droits de l'homme et du
citoyen, 30 de setiembre de 1789, ANF, cote AE/II/1129.
4
En 1792, el ejrcito francs contaba con 300.000 efectivos, de los cuales 180.000 eran voluntarios, Gonzalo (2008),
pg. 68.
5
Para garantizar los derechos del Hombre y del Ciudadano se necesita una fuerza pblica: esta fuerza se constituye
para beneficio de todos, y no para utilidad particular de aqullos a los que sa es confiada [traduccin del autor],
Dclaration des droits de l'homme et du citoyen, 30 de setiembre de 1789, ANF, cote AE/II/1129.
6
En tales circunstancias, los citados lores espirituales y temporales y los comunes, hoy reunidos en virtud de sus
cartas y elecciones, constituyendo en junto la representacin plena y libre de la nacin [], declaran ante todo, []
Captulo III.- La reserva isabelina 99


Se abra as un perodo en que el poder militar deba quedar sometido a la voluntad popular,
como enunciaba, por ejemplo, la Declaracin de independencia de los Estados Unidos de Amrica.
Los colonos americanos que se levantaron contra la metrpoli alegaron que el establecimiento de
ejrcitos permanentes y el sometimiento del poder civil al militar eran una de las muchas injurias
que hacan necesaria la separacin de las colonias del Reino Unido:

The History of the present King of Great-Britain is a History of repeated Injuries and
Usurpations, all having in direct Object the Establishment of an absolute Tiranny over these States.
To prove this, let Facts be submitted to a candid World.
[]
He has kept among us, in Times of Peace, Standing Armies without the consent of our
Legislatures.
He has affected to render the Military independent of and superior to the Civil Power
7
.

Esta restriccin para constituir ejrcitos permanentes se traslad a algunas de las
constituciones liberales del siglo XIX, tal como le sucedi a la estadounidense, que slo lo
autorizaba por un tiempo limitado y con la aprobacin del Congreso, The Congress shall have
Power [] To raise and support Armies, but no Appropriation of Money to that Use shall be for a
longer Term than two Years
8
.
Si la libertad de creacin de ejrcitos permanentes se deba restringir, las leyes principales de
las naciones occidentales no tuvieron ms remedio que establecer, durante el siglo XIX y ms all,
la obligacin de todos los ciudadanos de defender la nacin con las armas en la mano.

1.1. El primer Ejrcito Nacional espaol

Si los franceses tuvieron su Valmy, los espaoles tuvimos nuestra Guerra de la
Independencia. En ella qued confirmado que unas fuerzas armadas basadas en el principio de
nacin en armas eran capaces de derrotar al mejor ejrcito del momento, tal como se consideraba
al francs de los primeros aos de su poca imperial. No importaba que ste estuviera compuesto,

para asegurar sus antiguos derechos y libertades: [] Que la formacin y sostenimiento de un ejrcito en el reino en
tiempo de paz, sin el permiso del Parlamento, son contrarios a la Ley [traduccin de Esteban (1979), pg. 111], The
Bill of Rights, 1689, NARAUK.
7
La historia del actual Rey de Gran Bretaa es una historia de repetidas injusticias y usurpaciones, con un objeto
inmediato, dirigido a establecer en estos Estados una tirana completa. Para probarlo, sometemos los hechos al juicio
de la humanidad: [] Ha mantenido entre nosotros, en tiempo de paz, ejrcitos armados, sin haber obtenido el
consentimiento de nuestras legislaturas. Se ha inclinado a establecer el poder militar con independencia y por encima
del poder civil [traduccin de Esteban (1979), pgs. 16 y 17], Declaration by the representatives of the United States
of America, 4 de Julio de 1776, UY, Call number 1977 folio 13.
8
Constitucin norteamericana, aprobada por la Convencin el 17 de setiembre de 1787, art. I, secc. 8, NARAUS. ["El
Congreso tendr facultad [] Para reclutar y sostener ejrcitos, pero ninguna autorizacin presupuestaria de fondos
que tengan ese destino ser por un plazo superior a dos aos". Traduccin de Esteban (1979), pgs. 22 y 23].
100 El reservismo militar en Espaa

a su vez, por ciudadanos: se debe tener en cuenta que la lealtad del soldado no profesional se
deterioraba enormemente durante conflictos prolongados fuera de las fronteras nacionales, al
desaparecer en l la percepcin de que se luchaba por defender lo propio
9
. En cualquier caso, el
principio fue asumido rpidamente por los espaoles de los primeros aos del siglo XIX porque
eran numerosas las invocaciones, con ocasin del comienzo de la Guerra de la Independencia, a
acudir todos a la lucha contra el francs. Por ejemplo, en 1808, deca el obispo de Albarracn que
Espaa tiene tantos soldados como habitantes
10
. El himno de la Milicia Nacional tambin pona
de manifiesto el cambio producido en la implicacin de los ciudadanos en la defensa, en
comparacin con lo que suceda en el Antiguo Rgimen:

Si antes al esclavo
se daba por pena
la infame cadena
o el noble fusil,
hoy honran las armas
al buen ciudadano
porque un miliciano
no puede ser vil
11
.

La Constitucin de Cdiz de 1812, que proclam la soberana nacional en sus artculos 1. y
2., fue la primera disposicin que comenz a convertir, al menos formalmente, los Reales
Ejrcitos en un Ejrcito Nacional
12
. Se encarg de ello su ttulo VIII De la fuerza militar
nacional: Habr una fuerza militar nacional permanente, de tierra y de mar, para la defensa
exterior del estado y la conservacin del orden interior. El captulo II de dicho ttulo determin la
creacin de la Milicia Nacional: Habr en cada provincia cuerpos de milicias nacionales,
compuestos de habitantes de cada una de ellas, con proporcin a su poblacin y circunstancias.
La obligacin de servir como soldado qued establecida por primera vez en Espaa con carcter
universal y obligatorio: Ningun espaol podr excusarse del servicio militar, quando y en la
forma que fuere llamado por la ley
13
. Adems, las Cortes de Cdiz tuvieron un alto inters por la
modernizacin del mundo castrense hasta el extremo de que existi un proyecto de Constitucin
Militar, una especie de precedente de lo que seran las llamadas leyes constitutivas del Ejrcito,
tales como las tres decimonnicas la aprobada durante el Trienio Liberal, la de 1878 y la de

9
Gonzalo (2008), pg. 72.
10
pud Casado (1982), pg. 54.
11
Mesonero (2008), pgs. 364 y 365.
12
Art. 1.: La Nacin espaola es la reunin de todos los espaoles de ambos hemisferios y art. 2.: La Nacin
espaola es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni person (Constitucin poltica
de la Monarqua de Espaa, 19 de marzo de 1812, BCD, signatura P-0004-0002).
13
Ibdem.
Captulo III.- La reserva isabelina 101


1889, y ms recientemente las orgnicas de la defensa nacional de 1980, 1984 y 2005
14
. En el
diario de sesiones de las Cortes de Cdiz qued registrada su necesidad: para que establezca el
orden y mantenga la disciplina, tan necesaria para asegurar el triunfo de nuestras armas, aunque
los proyectos que se prepararon al efecto nunca veran la luz
15
.
Dos de los proyectos citados fueron preparados por lvaro Flrez intendente del Ejrcito
y el capitn Vicente Sancho, ambos diputados de las Cortes. Sancho propona un sistema basado
en el modelo prusiano, con un verdadero Ejrcito Nacional de naturaleza defensiva que
comprendiera a todos los espaoles de veinte a veintin aos, sin exenciones excepto las fsicas. El
servicio en el Ejrcito se dividira en activo y sedentario, debido a razones puramente econmicas,
pasando cada soldado uno de los ocho aos que duraba el servicio militar en las unidades activas y
el resto en la reserva. Los reservistas acudiran a revistas anuales de tres meses de duracin. Aparte
de la reserva militar, se estableceran como apoyo milicias nacionales de carcter poltico
16
.
Flrez coincida en la universalidad del servicio militar y en la supresin de cualquier
exencin. A partir de los diecisis aos, cada mozo debera inscribirse en un registro municipal en
el que se podra optar por servir con las propias armas o con las que el Ejrcito proporcionara la
primera opcin permitira ser elegido diputado a Cortes, mientras que la segunda lo impedira.
Los mozos formaran parte del ejrcito activo, de la primera reserva o de la segunda reserva en
funcin de su edad, la cual estara comprendida entre los dieciocho y los veintisis aos, momento
en el que no recibiran la licencia absoluta, sino que pasaran a formar parte de una milicia
constitucional, de carcter policial y poltico, hasta los cincuenta y cuatro aos de edad
17
.
El proyecto de Flrez tendra una rplica durante el Trienio. El alfrez de las Reales Guardias
Espaolas, Dionisio Carreo, tambin redact un proyecto el tercero de la serie, que tampoco
lleg a estar vigente, que insistira en la propuesta de aqul de crear una especie de depsito de
soldados que se repartiran entre las unidades del ejrcito activo, las compaas provinciales y el
cuerpo de inscriptos, algo as como la primera y segunda reserva, todas estas figuras coexistentes
con la Milicia Nacional local
18
.
Volviendo a la Constitucin de 1812, la pretensin de las Cortes era tener una fuerza armada
dual con la siguiente organizacin: Tropas de Continuo Servicio y Milicia Nacional. Tras la

14
El trmino constitucin puede resultar extrao cuando no se aplica a un Estado. Segn Flrez, Una Constitucin,
es la que determina las relaciones que deben existir entre las Autoridades de una Sociedad y los dems individuos de
ella, expresando las facultades de aquellos, y los derechos y deberes de estos, (1813), pg. VII. A partir de esta
descripcin general, los sujetos que intervienen en ella pueden ser adaptados al colectivo que se determine en funcin
de la constitucin de que se trate: militares, jueces, etc.
15
15 de junio de 1812, Diario de Sesiones de las Cortes Generales (1870
B
), pg. 3.316.
16
Sancho (1813), pgs. 48 y 74.
17
Flrez (1813), pgs. 1-11.
18
Carreo (1820), pgs. 28-40.
102 El reservismo militar en Espaa

Guerra de la Independencia, cuando la llegada de la paz haca esperar que se pondran finalmente
en prctica, tanto la Constitucin como todos los principios que la haban inspirado quedaron
aparcados para, en su lugar, dar comienzo al Sexenio Absolutista. Durante el Trienio Liberal
1820-1823, resplandecieron de nuevo las ideas liberales para, a su trmino, intentar volver al
punto de partida con un nuevo perodo de monarqua absoluta que durara diez aos Dcada
Ominosa. Aunque las transformaciones que se estaban produciendo en Espaa, y en el mundo,
hacan imposible la vuelta atrs en todos sus trminos, Fernando VII mantuvo hasta su muerte, con
la excepcin del citado Trienio Liberal, una estructura que se asemejaba bastante a las fuerzas
armadas del Antiguo Rgimen, es decir, Tropas de Casa Real, Tropas de Continuo Servicio y
Milicia Provincial, con unos efectivos permanentes de, aproximadamente, 66.000 hombres
19
.
Fernndez Bastarreche sostiene que el Ejrcito de los primeros aos del liberalismo era una
organizacin grande e ineficiente el setenta por ciento del presupuesto militar se destinaba a
pagar salarios con una cpula desproporcionada y, por tanto, desmotivada por la falta de
ascensos. En su seno se distinguan las dos clases heredadas de la Edad Moderna: la privilegiada,
compuesta por generales, jefes y oficiales, y la de los oprimidos, es decir, los soldados. Los
miembros de esa clase militar privilegiada, ante la baja altura de la burguesa espaola, se
convertiran en los principales protagonistas de la vida poltica espaola desde 1814 a 1874
20
.

1.2. Milicias populares del siglo XIX que no constituan una reserva

Como revelaba la propia declaracin de los derechos del hombre y del ciudadano, la
burguesa liberal de los primeros aos del siglo XIX tena el temor, bastante fundado, de que los
estamentos privilegiados del Antiguo Rgimen usaran las Fuerzas Armadas para detener el proceso
revolucionario. Flrez pensaba que en los debates previos a la elaboracin de la Constitucin
Militar, anteriormente citada, se debera,

Averiguar si es forzoso la defensa del Estado; establecer una fuerza armada permanente capaz de
resistir en qualquiera evento la invasin de un enemigo exterior; examinar a quin y como debe
confiarse esta fuerza en caso de ser necesaria, sin que el Gefe que la mande pueda hacer abuso de
ella para destruir la libertad interior de los Ciudadanos []
21
.


19
Son datos de 1820, Casado (1982), pg. 91. De estos 66.000, 6.000 eran oficiales. El ejrcito resultante de la Guerra
de la Independencia tena unos 200.000 efectivos, de los cuales 16.000 eran oficiales, por lo que hubo que abordar una
drstica reduccin que ocasion una notable insatisfaccin, sobre todo en stos.
20
Fernndez Bastarreche (1978), pgs. 4, 11 y 16.
21
Flrez (1813), pg. XV.
Captulo III.- La reserva isabelina 103


Puede notarse cmo se recela del poder represor de los ejrcitos. No en vano, una de las
funciones tradicionales de las Fuerzas Armadas haba sido el mantenimiento del orden pblico,
sofocando cuantas revueltas populares se opusieran al statu quo representado por la sociedad
estamental. Por ello repugnaba tanto a los liberales la existencia de fuerzas permanentes y ponan
tanto empeo en limitar el poder de la cpula militar.
Como consecuencia, surgieron una serie de fuerzas armadas populares que no obedecan a la
disciplina de los ejrcitos y que deban apoyar, desde su constitucin, las tesis liberales. Por otro
lado, cuando la coyuntura poltica fue propicia, la faccin contraria tambin cre una fuerza de
ndole similar. Este movimiento pendular en la aparicin de fuerzas populares partidarias se
prolong hasta el ltimo tercio del siglo XIX.

1.2.1. Milicia Nacional

En relacin con las prevenciones anteriormente citadas, y a imitacin de la Guardia Nacional
Francesa creada en marzo de 1791, los liberales espaoles reunidos en Cdiz decidieron crear
la Milicia Nacional, cuyos fines y limitaciones se precisaban en el texto articulado de la primera
Constitucin espaola, ya citado.
Era sta una fuerza creada por los burgueses para apoyar su propia revolucin y que se
dedicaba, en lo inmediato, a mantener el orden y la propiedad privada. Es por ello que la
integraban los ciudadanos que tenan alguna propiedad que proteger: burgueses y artesanos de
cierto nivel, a los que se le peda acreditar una renta mnima anual antes de poder alistarse en sus
unidades
22
.
Durante el Trienio Liberal, la Milicia Nacional alcanz notable desarrollo. La Milicia
Provincial del Antiguo Rgimen pas a denominarse Milicia Nacional activa y constituy, como
su antecesora, un verdadero ejrcito de reserva con implantacin, por vez primera, en todo el
territorio nacional debe recordarse que hasta la Guerra de la Independencia algunas regiones
estuvieron exentas de contribuir personalmente a los Reales Ejrcitos. La Milicia Nacional
activa, al igual que el Ejrcito, estaba mandada por el rey y se nutra de recursos por un sistema
proporcional a la poblacin: cada 400 habitantes deban aportar tres soldados a la unidad
correspondiente a su provincia, seleccin que se realizaba por sorteo de entre los solteros y viudos
sin hijos de entre dieciocho y treinta aos. Este contingente, que se instrua los festivos, cubra las

22
Durante la ocupacin, el rey Jos I cre en Madrid, lo que podramos llamar, una versin en lado francs de la
Milicia Nacional, a la que se llam Milicia Cvica. Esta milicia se compona de afines a la causa afrancesada y se
encargaba del orden pblico en ausencia de la guarnicin militar, Prez Garzn (1978), pgs. 52-54.
104 El reservismo militar en Espaa

plazas de soldados, cabos y sargentos mediante un sorteo realizado cada seis aos, tiempo de
duracin del servicio militar requerido
23
.
Por su parte, las milicias urbanas del siglo XVIII sirvieron de base para la creacin de la
Milicia Nacional local con estructura, asimismo, militar; unidades con dependencia jerrquica y
poltica de las Cortes y que, por tanto, eran el cuerpo que los burgueses necesitaban. Durante el
Trienio, la Milicia Nacional local tuvo notables intervenciones en aras a salvaguardar el estado
constitucional:

Neutraliz una algarada absolutista llevada a cabo por la Guardia de Corps, en
febrero de 1821.
Sofoc el levantamiento de los artilleros de la guarnicin de Valencia, que se
atrincheraron en la ciudadela en mayo de 1822 y, por ltimo,
En julio de 1822, se enfrent a la Guardia Real en Madrid, dando al traste con
los planes de los absolutistas para someter el rgimen liberal.

Resulta evidente por qu Fernando VII tuvo que pedir ayuda militar a Francia para conseguir
restaurar la monarqua absoluta en 1823: con los efectivos leales a su causa en suelo nacional le
resultaba imposible
24
.
Esta pugna contra los que queran retornar al Antiguo Rgimen demostraba con rotundidad el
posicionamiento poltico de la Milicia Nacional y su funcin de oposicin al poder real, que se
ejerca principalmente, como queda claro por las sublevaciones mencionadas ms arriba, a travs
de sus ms fieles y prximas unidades. La Milicia Nacional no se someta al Ejrcito ni tampoco
sus funciones coincidan con las de una reserva de ste recurdese el paradigma de reserva
propuesto en la figura n. 1. Su actividad era fundamentalmente de ndole policial. Por todo ello,
a pesar de que algunos autores ven en ella una manifestacin del concepto de pueblo en armas, y
la comparan con fuerzas contemporneas del siglo XXI, no puede ser considerada una reserva
25
.
Durante el Bienio Progresista, fue la propia burguesa la que acab vindose rebasada por el
radicalismo que surgi en la Milicia Nacional. Sus unidades acabaron componindolas los
partidarios del capitalismo en desarrollo y los damnificados por el mismo, dominadores frente a

23
Ibdem, pg. 178.
24
Casado (1982), pg. 144.
25
VV. AA. (2009), pg. 35, incluye la Milicia Nacional dentro del captulo Reservas histricas, comparndola con
la Reserva Voluntaria, cuando la ley sobre organizacin de la Milicia Urbana su equivalente isabelino de 1835
dice en su art. I: La Milicia Urbana es una institucin civil, ley sobre organizacin de la Milicia Urbana (1835), pg.
4.
Captulo III.- La reserva isabelina 105


dominados, empleadores contra empleados. La lucha interna por el control de la Milicia no se
resolvi a favor de las clases pudientes, vindose envuelta la citada institucin en ocupaciones de
tierras, motines, huelgas industriales, etc. Por eso, aunque sera fugazmente rescatada por la
Primera Repblica, el rgimen liberal del general O'Donnell le dio el golpe de gracia efectivo en
1856:

Si pues la Milicia Nacional es para el orden y reposo pblico un motivo de perturbacin; si es
una ocasin de disgusto y de inquietud para las clases conservadoras, y un venero de corrupcin
para las menesterosas y proletarias; si daa a la produccin, intimida y entorpece al comercio;
detiene o anula las reformas pacficas; es antiptica a todo poder y todo Gobierno; impide el libre
desenvolvimiento de las instituciones representativas; ataja el flujo y reflujo de los partidos
constitucionales; extrava y encadena a su capricho la opinin pblica; y resiste a una organizacin
racional y a un fin legal concreto y definido; si no cabe en el rgimen de nuestros tiempos que tiene
por fundamento la concordia, y no la lucha, de los altos poderes del Estado; y finalmente, si cuando
suena la hora de las grandes catstrofes, la Milicia Nacional asiste impasible o resiste dbilmente al
comn naufragio del orden y de la libertad, los Ministros que suscriben, justificada y legitimada su
conducta a los ojos de la Nacin y a los ojos de la historia []
26
.

Durante la Primera Guerra Carlista la Milicia Nacional defendi, como es obvio, la causa
cristina, aunque eso no la convirti en una fuerza de reserva por las razones anteriormente citadas.
Los devengos adeudados a los milicianos originaran reclamaciones hasta mucho despus de su
disolucin
27
. En 1855, en vsperas de su definitiva abolicin, la Milicia Nacional contaba con
530.559 efectivos organizados en 539 batallones, con 115.569 armas porttiles de fuego, 38 piezas
de artillera y 7.699 armas blancas, es decir, menos de la mitad de lo necesario
28
.

1.2.2. Otras milicias

Una vez comprobado que el pueblo espaol era capaz de ponerse sobre las armas bajo el
concepto de nacin, Fernando VII decidi, a la vez que asuma de nuevo las riendas de la
monarqua absoluta, crear una fuerza armada que canalizara esa potencialidad popular que se haba
manifestado tanto en la Guerra de la Independencia como en el seno de la Milicia Nacional. En
1823, se fundaba una rplica de la Milicia Nacional de signo contrario, naturalmente llamada
Voluntarios Realistas. El fin principal de esta fuerza era mantener el orden y la polica interior,
patrullando de da y noche segn lo exijan las circunstancias. Se trataba, por tanto, de una milicia

26
Real decreto por el queda disuelta y extinguida definitivamente la Milicia Nacional del Reino, 15 de agosto de 1856,
GM, n. 1327.
27
Circular n. 24 del Ministerio de la Guerra, 20 de enero de 1861, GM, n. 49. Dado que la Primera Guerra Carlista
haba terminado veintin aos antes, en esta fecha se decidi cerrar definitivamente el plazo para presentar
reclamaciones.
28
Estado general de fuerza de la Milicia Nacional del Reino, organizacin que hoy tiene, y armamento que ha recibido
y necesita para el completo, 13 de junio de 1855, GM, n. 893.
106 El reservismo militar en Espaa

de voluntarios de entre veinte y cincuenta aos cuya honradez conocida, amor a nuestro
SOBERANO y adhesin decidida a la justa causa de restablecerle en su trono, y abolir enteramente el
llamado sistema constitucional fuera condicin indispensable de ingreso. En la prctica,
ingresaron en ella los colectivos que deseaban levantarse contra sus anteriores jefes burgueses: los
artesanos. Sin embargo, tampoco ha de considerarse como una reserva porque, aunque dependiese
en segunda instancia del capitn general de su provincia en primera, de los corregidores y
ayuntamientos, no tena una funcin militar y s un marcado carcter poltico
29
.
Los Voluntarios Realistas llegaran a sumar 5.000 efectivos y duraran tanto como la Dcada
Ominosa, siendo consecuentemente disueltos en el ltimo trimestre de 1833
30
.
A lo largo del siglo XIX se formaron otras milicias de ndole poltica que, por esa razn, no
pueden ser consideradas una reserva militar de acuerdo a las limitaciones del paradigma
representado en la figura n.1:

Voluntarios de la Libertad: milicia voluntaria creada tras la victoria
revolucionaria en la batalla del Puente de Alcolea, en 1868, que permaneci
activa durante el Sexenio Revolucionario. Al modo de la Milicia Nacional, se
nutra de civiles que pretendan salvaguardar el orden pblico contra las dems
fuerzas polticas isabelinos, absolutistas, etc.. Fue fundada como
institucin civil, pacfica aunque armada, prenda de orden y elemento de
libertad
31
.
Voluntarios de la Repblica: la misma fuerza anterior, a la que se cambi el
nombre en febrero de 1873 con el fin de reforzar su papel de defensa de la
Primera Repblica
32
.
Voluntarios de la Propiedad: milicias de propietarios de carcter conservador.
Se organizaron en 1874, recin acontecida la intervencin de Pava para
disolver la Asamblea Nacional y tras la disolucin de los Voluntarios de la
Repblica, habida cuenta el vaco de seguridad existente. Fue iniciativa de las

29
Real orden sobre la formacin de cuerpos de Voluntarios Realistas, 10 de junio de 1823, GM, n. 12.
30
Prez Garzn (1978), pg. 344.
31
Ibdem, pgs. 508-517; y decreto organizando la fuerza ciudadana de los Voluntarios de la Libertad, 17 de
noviembre de 1868, GM n. 323. Vid Orozco Guerrero (2012).
32
Real decreto resolviendo que los Voluntarios de la Libertad se denominen en lo sucesivo Voluntarios de la
Repblica, y mandando reorganizar los cuerpos de voluntarios disueltos desde el mes de octubre de 1868, 14 de
febrero de 1873, GM, n. 46. Los Voluntarios de la Repblica procedan de las facciones ms radicales de la Primera
Repblica y propugnaban la revolucin social, por lo que despertaron recelos de la clase media y fueron finalmente
desarmados en agosto de ese mismo ao.
Captulo III.- La reserva isabelina 107


grandes familias espaolas como los Urquijo, los Romero Robledo o los
Ybarra
33
.

2. EFECTOS DE LA PRIMERA GUERRA CARLISTA

La guerra civil que tuvo lugar en la Pennsula Ibrica entre los aos 1833 y 1840 constituy
una evidencia ms de la extraordinaria potencia de un ejrcito de voluntarios impulsados por una
idea. Redondo piensa que el inquebrantable entusiasmo de los soldados carlistas es uno de los
factores que hacen entender cmo una fuerza en inferioridad numrica, mal armada, pobremente
equipada y con serias limitaciones econmicas, pudo poner en jaque al ejrcito cristino durante
siete aos, con rotundas victorias y un incierto final la mayor parte del tiempo
34
.


Ejrcito regular 264.924


Milicia Provincial 61.076


Otras milicias 36.076


Total 362.076

Tabla n. 7: Efectivos de las Fuerzas Armadas en 1840, a la
finalizacin de la Primera Guerra Carlista
35
.

Durante la guerra, la Milicia Provincial, la Milicia Nacional, las milicias francas y el Ejrcito
lucharon codo con codo. En la tabla n. 7 se puede ver cul fue el peso de todas esas fuerzas,
sumando los dos ejrcitos contendientes. Se advierte fcilmente que los milicianos constituyeron
un tercio del personal combatiente. Finalizada la contienda civil, estos efectivos se redujeron a
77.500 hombres activos, que quedaron distribuidos en 31 regimientos de tres batallones. Adems,
sigui existiendo la Milicia Provincial como ejrcito de reservistas.
Llegada la paz, se eliminaron las unidades de extranjeros y se redujeron las Tropas de Casa
Real a la mnima expresin. De los 7.850 hombres que guarnecan el entorno de la familia real un
siglo antes ver tabla n. 2, el monarca y los suyos pasaron a ser protegidos, solamente, por el
Real Cuerpo de Alabarderos con idntica funcin y por la Escolta Real un escuadrn de

33
Prez Garzn (1978), pgs. 517-520. El gobierno de Serrano dio pie a ello, al emitir el decreto que deca: Resuelto
a no ceder en el camino emprendido por ningn gnero de consideraciones ni ante dificultades de ninguna especie, se
cree en el deber de extirpar de raz todo germen de trastornos, persiguiendo hasta en sus ms disimulados y recnditos
abrigos a los perturbadores de la tranquilidad pblica y a toda sociedad que, como la llamada Internacional, atente
contra la propiedad, contra la familia y dems bases sociales (decreto de 10 de enero de 1874, GM, n. 11).
34
Redondo (1983), pg. 199. Los otros factores que suplieron la falta de medios fueron: la eficacia de los mandos
carlistas, el conocimiento de la geografa y el apoyo de la poblacin civil. El bando carlista se nutri econmicamente
a travs de los crditos extranjeros, la emisin de bonos y las contribuciones forzosas.
35
Tabla elaborada por el autor a partir de los datos ofrecidos por Puell de la Villa (2005
A
), pg. 77.
108 El reservismo militar en Espaa

soldados profesionales que protega los desplazamientos de los reyes. La Brigada de
Carabineros Reales se convirti en el Cuerpo de Carabineros, desempeando competencias de
represin del contrabando en todo el territorio nacional. Por su parte, las Reales Guardias de
Infantera fueron el origen de la Guardia Civil, creada con la misin de asegurar el libre trnsito de
personas y mercancas por los caminos espaoles.
La creacin en 1844, durante el gobierno moderado del general Narvez, de estas unidades de
ndole policial Carabineros y Guardia Civil permiti liberar el Ejrcito de las
responsabilidades de seguridad interior. Con eso, sus funciones quedaron establecidas as:
preservacin del prestigio exterior de la monarqua, defensa del territorio nacional y salvaguarda
de la Constitucin
36
.

2.1. Nuevo concepto de reserva: unificacin con el Ejrcito

Como se dijo en el captulo anterior, durante la Primera Guerra Carlista se haba distinguido
especialmente la Milicia Provincial. Eso le permiti ganarse el aprecio de los mandos militares y el
de la propia regente, que reconoci oficialmente su contribucin a la victoria. El fin de las
hostilidades en suelo nacional provoc, tal como se ha venido diciendo, una nueva transformacin
militar de la que no poda quedar excluida la Milicia Provincial. Bajo una aparente paradoja, a
pesar del excelente papel jugado en la guerra, la principal decisin en relacin con ella fue unificar
el Ejrcito y su reserva, acabando con el esquema segregado del Antiguo Rgimen, pero por qu?
La Milicia Provincial de la Ilustracin estaba destinada a guarnecer el interior del pas cuando
el Ejrcito tena que marchar a combatir en el extranjero o cuando haba un problema de orden
pblico que haca innecesaria la intervencin de fuerzas mejor instruidas. Para estos cometidos no
era necesaria una extrema solidez en el adiestramiento de la fuerza y los cuadros de mando podan
ser elegidos de entre los notables de la poblacin, quienes ejercan sobre la tropa la influencia del
propietario sobre el colono, del amo sobre el criado, del rico sobre el pobre
37
.
Este concepto entraba en contradiccin con el estado social y poltico de la Espaa de
mediados del siglo XIX y no responda a las necesidades defensivas de una poca que ya no estaba
presidida por el envo permanente de tropas expedicionarias a los extensos dominios del Imperio,
sencillamente porque la mayor parte de ese imperio se haba emancipado veinte aos antes. Frente
a la concepcin de la Ilustracin, Almirante quien fue contemporneo de Isabel II propuso

36
Ibdem, pgs. 77 y 78.
37
Prembulo del real decreto dando nueva organizacin al Arma de Infantera y a su reserva, 23 de agosto de 1847,
GM, n. 4.727.
Captulo III.- La reserva isabelina 109


una definicin de reserva ms acorde con los nuevos tiempos, a la que llam reserva orgnica o
funcional:

Aquella parte integrante y constitutiva del ejrcito permanente que no conserva las armas en la
mano durante la paz, o en perodos normales; pero que est dispuesta y apercibida a tomarlas,
cuando lo juzguen conveniente el poder legislativo o el ejecutivo, segn lo prescriba la Constitucin
de cada pas
38
.

En esos momentos, como deca Almirante, se impona mantener un Ejrcito de mnimos que
protegiera el territorio y conservara el orden pblico en tiempo de paz. Esa misma organizacin
tena que ser lo suficientemente flexible como para poder recibir en tiempo de guerra el aumento
de efectivos que se considerara necesario. Una estructura as necesitaba abundancia de cuadros de
mando ya instruidos con el menor coste, porque este personal no se poda improvisar en caso de
urgencia sin asumir notables riesgos. Y esto slo se poda conseguir manteniendo cuerpos de
reserva organizados cuyos jefes, oficiales y algunas clases de tropa cobraran parte del sueldo, y
cuyos soldados se encontraran en la proximidad de sus mandos. La tropa deba ser preferentemente
veterana aunque se la llamara a asambleas de instruccin peridicas.
En este nuevo marco conceptual, queda claro que los mandos y soldados veteranos podan ser
enviados a sus casas tras determinados aos de servicio, cobrando una paga reducida en el caso de
los primeros y ahorrndose el Estado el haber completo para los segundos.
En cualquier caso, el nuevo concepto de reserva no permita ya otra configuracin que la de
un ejrcito unido a ella. Dicha unin, ese importante hito para las Fuerzas Armadas espaolas, se
dio en setiembre de 1841, a los pocos meses del comienzo de la regencia del general Espartero,
mediante un decreto en cuyo prembulo se deca lo siguiente:

Es un sano principio militar el unir la fuerza armada permanente con la colecticia que sirve de
reserva, de tal modo que formen hasta cierto punto un solo y mismo cuerpo. Si los primeros aos de
la carrera del soldado se emplean en el servicio activo, descansa los ltimos en el seno de su bogar,
dispuesto a tomar las armas siempre que la nacin reclame su servicio. Estos soldados veteranos, ya
tan prcticos en el cumplimiento de sus obligaciones, proporcionan una reserva excelente con todas
las circunstancias que deben tener los cuerpos de esta clase, tan necesarios en las varias vicisitudes
de una guerra. Ofrece adems este mtodo la ventaja de simplificar los alistamientos, haciendo que
no haya ms que uno solo para las dos clases de la fuerza armada. En Espaa eran diferentes antes
los sorteos que se hacan para el ejrcito y las milicias provinciales, y cada una de las dos cargas
estaba desigualmente repartida. Hoy que se reconoce el principio de que todos deben concurrir
igualmente a todos los sacrificios que exige la defensa nacional, se puede simplificar este mtodo
del alistamiento, no solo sin inconveniente, sino con grandes ventajas para el ejrcito y aun para el
Estado
39
.


38
Almirante (1989), vol. II, pg. 915.
39
Real decreto de unificacin de Ejrcito y milicias provinciales, 8 de setiembre de 1841, GM, n. 2.520.
110 El reservismo militar en Espaa

Durante los aos siguientes se probaran diversas variantes orgnicas de reserva militar que se
describirn ms adelante, teniendo todas como comn denominador la pertenencia ntima a las
Fuerzas Armadas como organizacin y estar formadas por civiles que permanecan en sus casas en
estado sedentario mientras no se les movilizase, cumpliendo en todos sus extremos con las
condiciones para ser consideradas una reserva.

3. ORGANIZACIN DE LA RESERVA ISABELINA

3.1. Batallones provinciales de reserva

En 1841, Espaa era un pas empobrecido como consecuencia de una guerra civil de siete
aos de duracin. En ese mismo ao, las Cortes aprobaron una reduccin del presupuesto del
Estado y el general Espartero procedi a la desamortizacin de las propiedades del clero secular
para intentar sanear, al menos parcialmente, las arcas pblicas.
Por otro lado, en los an recientes sucesos de La Granja de San Ildefonso, el Ejrcito se revel
poderoso a la hora de imponer su voluntad a la monarqua, una figura que slo un siglo antes se
consideraba incuestionable.
Ante esa penuria econmica, con una gran cantidad excedente de cuadros de mando, en plena
convulsin poltica por la asuncin por parte del general Espartero que se encontraba en pugna
con otros notables polticos de la Regencia del Reino, y exiliada la madre de la reina, era preciso
buscar una salida digna a la configuracin de la reserva.
El real decreto de unificacin de Ejrcito y milicias provinciales de 1841 estableca la
estructura conjunta de Ejrcito y reserva, que se nutra de personal mediante un servicio militar
obligatorio de ocho aos de duracin, al que se llegaba tras un alistamiento comn. Para los
infantes, los primeros cinco transcurran en las unidades activas. Pasado ese tiempo, se destinaban
a los batallones de la Milicia Provincial, es decir, a la nueva reserva, durante otros tres ms. Tras
este perodo obtenan la licencia absoluta.
Se entenda que el resto de especialidades fundamentales, como diramos hoy, Caballera,
Artillera e Ingenieros requeran de una formacin ms prolongada, as que los soldados
asignados a dichas unidades cumplan integramente sus siete aos de servicio militar uno menos
que los infantes en las unidades del Ejrcito. Al finalizar, se les haca entrega de la licencia
absoluta.
Se deduce de lo anterior que, como sucediera durante el siglo XVIII, la reserva del Ejrcito se
limitaba a unidades de infantera desplegadas en el territorio peninsular y en las islas adyacentes.
Captulo III.- La reserva isabelina 111


De acuerdo con la ley de ordenanza para el reemplazo del Ejrcito de 1837, el alistamiento
estaba formado por los espaoles solteros o viudos sin hijos que tuvieran entre dieciocho y
veinticinco aos de edad ms adelante, la edad mnima ascendi a veinte aos, realizndose el
sorteo por edades, de menor a mayor, sucesivamente, hasta completar el cupo requerido. Se inclua
tambin a los casados y ordenados in sacris que no hubiesen cumplido veintids aos
40
.
Desde 1819 para hidalgos y desde 1835 para el resto, los mozos que queran evitar la
realizacin del servicio militar podan, una vez sorteados, pagar una cantidad que los eximiera de
ello: 6.000 reales que, avanzado el siglo, pasaran a ser 8.000 2.000 pesetas o doce euros.
Como una referencia que permita entender la magnitud del esfuerzo requerido merece recordarse
que, a mediados del siglo XIX, un obrero textil barcelons necesitaba ms de tres aos de salario
para poder reunir dicha suma, mientras que un maestro de provincias requera dos. Las cantidades
recaudadas se empleaban en la recluta de voluntarios que reemplazasen a los mozos redimidos,
aunque no siempre resultara un equilibrio entre lo pagado por stos y lo compensado a los
voluntarios. Dependiendo de la coyuntura, el sistema poda resultar beneficioso para las arcas del
Estado o, por el contrario, arrojar prdidas
41
.
La redencin a metlico as descrita se solapaba con una figura anterior: la sustitucin. Se
trataba de la permuta entre dos mozos, creada en una primera instancia para trabajadores de alta
cualificacin cuya permanencia en el tajo fuera esencial para el proceso productivo en el que
participase. El mozo que deseaba eximirse deba presentar un sustituto y un certificado de su jefe
en el que se expusiera que la permanencia en los mencionados destinos sea til conveniente,
aunque ms tarde eso no sera necesario. El sustituto poda ser alguno de los mozos que haban
resultado excluidos del servicio, tanto por el sorteo como por encontrarse exentos casados o
viudos con hijos, o tambin poda ser un soldado recin licenciado del Ejrcito o prximo a
licenciarse
42
.
Tanto la sustitucin como la redencin a metlico introducan una desigualdad en el deber
universal de defender la nacin plasmado en las constituciones liberales ya que, aunque las
cantidades en juego eran desorbitadas para la mayora de la poblacin, resultaban asequibles para
las clases medias y altas. El Gobierno consideraba que este procedimiento, refirindose a la
sustitucin, era el ms ventajoso a los mismos sustitutos, a quienes de este modo se proporciona

40
Ley de ordenanza para el reemplazo del Ejrcito, 2 de noviembre de 1837, GM, n. 1129.
41
A mediados de siglo, el sueldo anual de un obrero de la industria textil de Barcelona era de 600 pesetas de
promedio, mientras el de un maestro de provincias era de 1.000 y el de un mdico rural de 1.800. El umbral de pobreza
se situaba en 270 pesetas. Puell de la Villa (1996), pg. 115.
42
Real orden sobre reemplazo por sustituto de los empleados, 5 de marzo de 1828, GM, n. 36; y real orden sobre
reemplazo de quintos para sustituto, 18 de julio de 1830, GM, n. 96.
112 El reservismo militar en Espaa

el de contar con un capital propio en dinero, o en una propiedad que cultivaran por si mismos en
sus propios hogares, y con cuyos rendimientos podrn mejorar su fortuna
43
.
En esta organizacin de la reserva, el gobierno poda llamar a los efectivos de la misma que
estimase conveniente, sin ms requisito que dar cuenta a las Cortes de las razones que le hubieran
llevado a esa decisin. En 1842, la fuerza militar conjunta as configurada contaba con 90.000
plazas activas y 40.000 en la reserva
44
.

Capitana general Infantera Caballera
Reserva
(Inf.)
Andaluca y plaza de Ceuta 4* 1 6
Aragn 3 2 3
Burgos 1 2 4
Castilla La Nueva 6 5 3
Castilla La Vieja 2 1 5
Catalua 8 2 1
Extremadura 0 1 4
Galicia 1 1 7
Granada 1 1 5
Islas Baleares 1** 1* 1
Islas Canarias 1* 0 0
Navarra 3 1 0
Provincias vascongadas 1 1 5
Valencia 3 1 7
Total 35 20 51
Tabla n. 8: Regimientos de infantera, caballera y batallones de la reserva que
quedan asignados a cada Capitana General, en 1844
45
.
*Una de las unidades era, en realidad, un batalln o un escuadrn.
**Lase dos batallones.

En 1844, con la distribucin de la tabla n. 8, las unidades activas de infantera eran 32
regimientos y 100 batallones, mientras que la Caballera dispona de 20 regimientos y 73
escuadrones. Los batallones de infantera de reserva eran 51, cuyas plazas de oficiales ayudaron a

43
Real orden resolviendo que los quintos del actual y rezagos [sic] de los anteriores reemplazos que no estuvieren an
destinados a cuerpo lo sean desde luego a los de la reserva de los de sus respectivas provincias aquellos que quieran
sustituirse en el servicio con soldados licenciados por cumplidos, siendo estos nacidos o domiciliados en sus pueblos
de las mismas; y ms que se expresa, 20 de setiembre de 1847, GM, n. 4.755. En esta real orden se estableca que el
mozo sustituido no quedara libre del servicio, sino que ira a parar a los batallones de la reserva.
44
Ley por la que se determina la fuerza del ejrcito permanente para el presente ao, 21 de julio de 1842, GM, n.
2.841.
45
Tabla elaborada por el autor a partir de los datos referidos al 4 de octubre de 1844, encontrados en GM, n. 3673.
Captulo III.- La reserva isabelina 113


buscar destino al excedente sobrevenido tras la Primera Guerra Carlista, que pasaron a cobrar al
menos la mitad del sueldo.
Existen evidencias de la implantacin efectiva de esta orgnica basada en batallones
provinciales como, por ejemplo, la entrega de banderas o las revistas de los capitanes generales a
determinadas unidades de la reserva
46
, la participacin de algunas compaas en la captura de
partidas carlistas an activas en el Maestrazgo
47
o la ejecucin de reservistas ante la infraccin del
Fuero Militar al que se encontraban sometidos
48
.

3.2. Ejrcito de Reserva

El levantamiento de los moderados contra el general Espartero en 1843 abri una etapa de
gobiernos conservadores, casi autoritarios, que se prolongara hasta 1854. La Constitucin de
1845, promulgada bajo el gobierno del general Narvez, supuso un serio retroceso de las libertades
conseguidas con tanto esfuerzo por la generacin precedente soberana compartida entre las
Cortes y el Rey, dos cmaras con un senado de designacin real y sufragio censitario, aunque el
artculo sexto de la Constitucin de 1837 no se vio alterado: "Todo espaol est obligado
defender la Patria con las armas cuando sea llamado por la ley, y contribuir en proporcin de sus
haberes para los gastos del Estado"
49
.
En el aspecto militar, los moderados liderados por Narvez trajeron un significativo conjunto
de reformas que redujeron a la mnima expresin las Tropas de Casa Real del Antiguo Rgimen,
suprimieron la Milicia Provincial, crearon la Guardia Civil y el Cuerpo de Carabineros y
desterraron definitivamente la imagen menesterosa del soldado espaol, en un perodo en el que el
Ejrcito tuvo bastantes ocasiones de demostrar su eficacia tanto en suelo patrio como en el
exterior
50
.

46
El capitn general lleg a esta ciudad [Palencia] a las nueve de la noche []. En este da [24 de abril], a las ocho
de la maana, despus de pasar revista a una compaa del provincial de Santiago y al escuadrn de la Reina
Gobernadora, sali con direccin al canal []. Corresponsal (1845, 26 de abril), Noticias de las provincias, La
Esperanza, Madrid, pg. 3.
47
Tengo la satisfaccin de anunciarle [del comandante general de las tropas del Maestrazgo al capitan general] que el
titulado general carlista Jos Miralles (alias Serrador) y su sobrino Ramn Miralles (alias Bocanegra) han espiado [sic]
tambin sus crmenes muriendo a manos de los valientes soldados del batalln provincial de Cuenca, mandada por el
bizarro teniente D. Jos Navarrete, Redaccin (1844, 24 de mayo), Partes recibidos en el Ministerio de la Guerra,
El Boletn del Ejrcito, Madrid, pg. 3.
48
Antes de ayer por la maana fue fusilado un corneta del provincial de Castelln, por la muerte alevosa que dio un
compaero suyo un da de la semana ltima, durante la hora del ejercicio [], Corresponsal (1845, 15 de
noviembre), Crnica de las provincias, El Clamor Pblico, Madrid, pg. 3.
49
Constitucin de la monarqua espaola, 18 de junio de 1837, GM n. 935.
50
Debe recordarse que Espaa ayud, durante 1847, a la reina Mara II de Portugal a pacificar la nacin vecina tras la
guerra civil que se haba declarado un ao antes, cuando se destituy al dictador Costa Cabral. Tambin particip en la
114 El reservismo militar en Espaa

En 1846, Espaa dispona un ejrcito permanente de 76.035 hombres, pero deseaba aumentar
su nmero hasta 95.626. Convivan con esta fuerza regular 47 batallones provinciales que
encuadraban a 24.813 milicianos. En medio de una crisis agraria e industrial, no era razonable
mantenerlos mientras se peda un esfuerzo adicional a la nacin de casi 20.000 mozos ms. Por
eso, el general Narvez, que haba tomado ya demasiadas medidas impopulares a esas alturas las
quintas, el impuesto de consumos y la introduccin de un sistema de propiedad liberal que entraba
en contradiccin con los usos comunales de la tierra dispuso la disolucin de esos batallones
provinciales, integrando las clases de tropa en la Infantera regular, en aras de:

Proporcionar por su parte toda la reduccin posible en el presupuesto del ramo de guerra [].
En este concepto creo ser lo ms econmico, til y conveniente mandar que los 1.338 cabos
segundos y los 19.910 soldados que actualmente sirven en milicias, y cuya procedencia es la misma
que los del ejrcito, extingan el tiempo que les falta de servicio en los regimientos de infantera,
quedando los cuadros en situacin de provincia [] reportando [a] la nacin desde luego inmensa
ventaja y economa en el presupuesto de la guerra por la diferencia no pequea del coste a que
ascienden los sueldos y gastos de los 47 batallones sobre las armas y el que ocasionan en
provincia
51
.

Dos meses ms tarde, se formara el Ejrcito de Reserva partiendo de la base de utilizar []
los buenos elementos que los constituyen [los cuadros de los batallones provinciales], organizando
con ellos y con otros tomados del ejrcito permanente una verdadera y econmica reserva. Se
trataba de continuar con la poltica de que los mozos se incorporaran al Ejrcito y que los
veteranos pasaran a la reserva en cuanto estuvieran suficientemente adiestrados y, obviamente,
fueran reemplazados por los primeros
52
.
En realidad se trataba de una estructura similar a la anterior, si bien se aumentaba la
integracin en el Arma de Infantera al desaparecer el inspector de Milicias. El Ejrcito de Reserva
era una gran unidad dependiente del inspector de Infantera, que estaba compuesta por 16
regimientos de tres batallones cada uno, con un batalln adicional para las islas Baleares. Cada
batalln dispona, como era habitual en la Infantera permanente de la poca, de ocho compaas:
una de granaderos, una de cazadores y seis de fusileros. La plana mayor de mando inclua un
coronel, un teniente coronel y un tambor mayor. Los batallones, a su vez, tenan una plana mayor
administrativa compuesta de primer comandante, segundo comandante, ayudante teniente,
abanderado subteniente, capelln, cirujano, armero y cabo de tambores. Cada compaa

restauracin del poder papal sobre los territorios vaticanos en 1849. Por ltimo, a finales de la dcada de los cuarenta,
hubo de sofocarse la segunda rebelin carlista, fundamentalmente declarada en Catalua.
51
Real decreto del Ministerio de la Guerra, 30 de junio de 1846, GM, n. 4.308.
52
Real decreto disolviendo los cuadros de los batallones provinciales para proceder a la nueva organizacin que con el
nombre de Ejrcito de Reserva han de tener estos cuerpos, 7 de setiembre de 1846, GM, n. 4380.

Captulo III.- La reserva isabelina 115


contaba aproximadamente con 200 soldados mandados por un capitn, un teniente, un subteniente,
un sargento primero, dos sargentos segundos, un tambor dos cornetas, en el caso de las de
cazadores, seis cabos primeros y seis cabos segundos.
En tiempo de guerra, todos los llamados al servicio activo eran remunerados como en el
ejrcito permanente. En tiempo de paz, no era necesaria la presencia fsica en la unidad, excepto la
de un destacamento en la capital de la demarcacin de cada batalln, que custodiaba los efectos
pertenecientes al mismo y se encargaba de la instruccin de la tropa. Obviamente, los reservistas
podan ser llamados para recibir dicha instruccin. Ese destacamento lo formaba la tercera parte de
los sargentos y cabos primeros, junto con el cabo de tambores, tambores y cornetas, relevndose
cada cuatro meses y cobrando todos ellos el sueldo ntegro. En tanto no pasaran al servicio activo,
los oficiales destinados en las compaas cobraban la mitad del sueldo, mientras que los miembros
de las planas mayores sufran slo una reduccin de los complementos.
Para intentar incentivar a los cuadros de mando, en un destino que era desmotivador para
muchos, se establecieron ascensos para los oficiales dentro de la reserva, plazas de subteniente
oficial para los sargentos primeros del ejrcito permanente que solicitaran el pase a la misma y
preferencia en la obtencin de vacantes en el Real Cuerpo de Alabarderos o la Guardia Civil, para
los sargentos primeros de la reserva
53
.
En 1847, estos 16 regimientos pasaran a convertirse en 49 batallones independientes
mandados por un teniente coronel, que recibieron el nombre de infantera de reserva, con
estructura similar a los anteriormente descritos. Problemas para retirar a veteranos de algunas
unidades, en plena Segunda Guerra Carlista, hicieron flexibilizar el reclutamiento de las clases de
tropa para el Ejrcito de Reserva, estableciendo la posibilidad de completar las vacantes que
quedasen libres, por falta de trasvase de veteranos, con quintos. Estos soldados sin experiencia
militar inicial tenan que servir diez aos en los batallones de reserva, en vez de los ocho
habituales, si bien un mecanismo de reduccin por el tiempo de servicio sobre las armas evitaba
que no se superaran dichos ocho aos. El Gobierno poda trasvasar los soldados de los batallones
de reserva a la Infantera permanente en cuanto fuera necesario
54
.
Los problemas para cubrir las vacantes de subteniente, habida cuenta que los oficiales recin
despachados del Colegio General Militar no deseaban iniciar su carrera en la reserva, ni tampoco
los sargentos primeros solicitaban en nmero suficiente su traslado a la misma, llevaron al
Gobierno a implantar una medida ms propia del siglo anterior. Se dispuso admitir como
subtenientes de la reserva a los jvenes de buena educacin que lo soliciten por su amor la

53
Ibdem.
54
Real decreto dando nueva organizacin al Arma de Infantera y a su reserva, 16 de agosto de 1847, GM n. 4727.
116 El reservismo militar en Espaa

gloria de la profesin militar, si bien no cobraran sueldo ni se computara su antigedad en caso
de pasar a la infantera permanente. As pues, las plazas de subteniente del Ejrcito de Reserva
quedaran repartidas a partes iguales entre: cadetes que obtuvieran el empleo y lo solicitasen,
sargentos primeros que reuniesen las cualidades necesarias, y paisanos, de entre diecisiete y veinte
aos, que debern acreditar las circunstancias que por rdenes especiales se determinan
55
.

3.3. Integracin de la reserva en las unidades del Ejrcito

El modelo anterior resultaba an caro porque, aunque se redujeran a la mnima expresin o,
incluso, se suprimieran las movilizaciones para instruccin, el Ejrcito de Reserva tena ms de
3.300 vacantes de jefes, oficiales y sargentos, con pagas que fluctuaban entre el sueldo ntegro y la
mitad del mismo. Por ello, en 1848, con slo dos aos de vida, los cuadros de los cuerpos de la
reserva fueron disueltos y sus integrantes asignados a las distintas unidades del ejrcito
permanente
56
.
Era el paso previo a la unificacin no slo orgnica de la reserva, sino tambin de las escalas
de los cuadros de mando. Con ello se atendan las demandas de una oficialidad que haba luchado
lealmente por el triunfo del liberalismo en las guerras carlistas
57
. La fuerza del ejrcito ser una
sola y de una sola manera organizada, instruida y disciplinada en cada una de las armas del
ejrcito; pero en tiempo de paz una parte estar en servicio activo y otra en reserva. As rezaba el
art. 1. del real decreto de octubre de 1849. La reserva pas a estar constituida por los terceros
batallones de los regimientos de infantera de lnea y dos compaas de los batallones de
cazadores, mandados por jefes y oficiales que cobraban el sueldo ntegro y que estaban sujetos al
mismo rgimen de ascensos que en activo, siempre que no solicitaran ese destino, en cuyo caso
sufran la reduccin de su sueldo a la mitad.
La clase de tropa de los terceros batallones se compona de los sargentos, cabos, tambores y
soldados veteranos que ms prximos estuvieran a cumplir su tiempo de servicio, destinando los
quintos a las unidades en servicio activo, desde las cuales se producira el trasvase posterior a la
reserva. Dichos terceros batallones se ubicaron en determinadas poblaciones elegidas por el

55
Ibdem; y real decreto disponiendo que los jvenes de diecisiete a veinte aos de edad que, no perteneciendo a las
clases de sargento primero del ejrcito y cadete del Colegio General Militar, deseen ingresar como subtenientes en la
infantera de la reserva y en las vacantes que el decreto de 16 de agosto ltimo asigna a la de paisanos, debern
acreditar las circunstancias que por rdenes especiales se determinan; y ms que se expresa, 14 de febrero de 1848,
GM, n. 4903. La carencia de alfreces y tenientes fue una tnica habitual del ejrcito decimonnico y,
particularmente, de todas las variantes de reserva existentes durante ese siglo, vid DSS, 1 de mayo de 1858, pg. 644.
56
Real decreto mandando que los cuadros de los cuerpos de reserva quedan extinguidos, 31 de julio de 1848, GM n.
5076.
57
Puell de la Villa (2005
A
), pg. 79.
Captulo III.- La reserva isabelina 117


Gobierno, donde recibieron tambin a los soldados reservistas de otras unidades cuya residencia se
encontrara en la demarcacin dnde aqullos se radicaran.
Ntese que el Gobierno se reservaba la potestad de, en funcin de la disponibilidad
presupuestaria, enviar a los ms veteranos a la reserva, es decir, a su casa, donde no devengaran
prest, pan, utensilios, hospitalidad, gratificacin de vestuario ni de entretenimiento ni otra alguna
hasta el da en que se renan en la capital o punto que se les seale en virtud de la Real orden que
para ello se les expidiere. En tiempo de guerra, el proceso de incorporacin sera el inverso: los
batallones de reserva que no se encontraran activados recibiran a los quintos para su instruccin
antes de ser enviados a los batallones activos.
Las clases de tropa continuaban perteneciendo a esas unidades hasta la licencia absoluta,
quedando disponibles para la incorporacin en breve plazo, si fueran llamados. Los pertenecientes
a las especialidades fundamentales de Caballera, Artillera e Ingenieros eran adscritos a un
batalln de infantera al abandonar el servicio activo, no existiendo, por tanto, una reserva de
dichas armas
58
.
En la transicin del anterior modelo de reserva a ste, muchos batallones con sus cuadros de
mando al frente tuvieron que abandonar las sedes de sus regimientos para radicarse en otras
localidades y, posteriormente, marchar a sus casas. Este tipo de desplazamientos sola despertar los
sentimientos emocionados de las poblaciones que deban dejar marchar a unos soldados que
haban permanecido all por espacio de varios aos. Una muestra periodstica en cuya lectura
debe tenerse en cuenta que estamos en pleno perodo artstico del romanticismo recoge, a finales
del ao 1849, lo que suceda cuando uno de esos batallones marchaba a ubicarse en otro lugar:

Da de tristeza ha sido para esta poblacin [Igualada] el 18 del corriente. El tercer batalln del
regimiento de infantera San Quintn, 43, compuesto de soldados veteranos, a las diez de la maana
ha salido de sta por la puerta de San Agustn a formar parte de la reserva nuevamente creada.
Tristes eran los sonidos de la msica que los guiaba, y triste se presentaba hasta el cielo.
El Brigadier Ruiz, los oficiales que han quedado en estos batallones, los soldados que componen
los mismos, y parte de la poblacin salieron a despedir a aquellos soldados que cubiertos de laureles
marchaban a sus hogares. Un cuadro grandioso, sin animacin, que la pluma no puede describir, se
present a la salida de Igualada: unos y otros mirbanse sin hablar hasta que este silencio fue
interrumpido por el llanto de los guerreros al saludar por ltima vez a su querido Brigadier, oficiales
y compaeros de armas. Estos, como petrificados, permanecieron en aquel mismo sitio hasta ver
desaparecer a sus hermanos de San Quintn.
Marchad en paz, soldados virtuossimos, sed felices a la sombra de los autores de vuestra
existencia; y al abrazar a stos, o los objetos ms caros de vuestro amor, decidles que en Igualada
tambin se respeta vuestra memoria, vuestras virtudes, y jams se olvidan del honroso
comportamiento del nm. 43
59
.

58
Real decreto determinando que en tiempo de paz, una parte del Ejrcito est en servicio activo y otra de reserva, 22
de octubre de 1849, GM n. 5519.
59
Redaccin (1849, 26 de diciembre), Noticias nacionales, Gaceta de Madrid, pg. 2.
118 El reservismo militar en Espaa

Aunque los soldados en la reserva volvieran a sus quehaceres habituales sin que fueran
normalmente movilizados o llamados para asambleas de instruccin, resulta curioso advertir cmo
el carcter de soldado acompaaba al ciudadano hasta su licencia absoluta. Como ejemplo, sirva
esta noticia de Palma de Mallorca:

Ayer a las ocho y media de la maana fue pasado por las armas en la villa de Manacor el
soldado de la reserva Guillermo Rosell, uno de los autores del atentado cometido en Capar. []
y en su trnsito desde la capilla al lugar del suplicio [] patentiz la tranquila serenidad de un
soldado, marchando siempre al comps de las cajas
60
.


3.4. Restauracin de los batallones provinciales

Al final de la dcada de los cuarenta del siglo XIX, algunas seales de alarma indicaban en el
mundo entero que la revolucin liberal estaba tocando a su fin. La sociedad de clases burguesa
estaba siendo amenazada por los grupos menos favorecidos de esa pirmide social. Grandes masas
populares pertenecientes a todos los sectores econmicos comenzaron a sentir la inquietud de
cambiar el mundo en el que vivan, inspirados por determinados pensadores que luego se
revelaran trascendentales para la historia de la Humanidad, como Karl Marx. En esos vientos
democratizadores que, en Espaa, cristalizaron unos aos ms tarde en la Gloriosa, unos veran la
lucha por la propiedad de la tierra, otros el derecho de asociacin para no ceder ante el patrn y,
todos, la abolicin de las quintas. Debe notarse que los ejrcitos del siglo XIX entraban con cierta
asiduidad en combate, tanto dentro como fuera de Espaa, y que numerosas familias haban
perdido alguno de sus miembros ms jvenes o lo vean regresar del servicio militar tullido o
ciego. A este terror a la muerte o a la invalidez se una la rabia colectiva de saber que slo los que
no podan acogerse a la redencin a metlico o a la sustitucin corran ese riesgo.
En 1854, la asuncin del poder por los progresistas tras la Vicalvarada, con un gobierno en
manos de los generales Espartero y O'Donnell ste en la cartera de Guerra, supuso un cambio
de rgimen en toda regla que afect, como vena siendo habitual, al mundo militar. La ley de
reemplazos de 1856 surgi tras un serio debate entre el mantenimiento de las quintas o la apuesta
por un ejrcito profesional, donde la segunda opcin pareca agravar ms la segregacin de las
clases de tropa del resto de la sociedad, ya que era previsible que slo se atrajera a aqullos que no
tenan otra forma de ganarse la vida. En la decisin final influy el deseo de evitar dicha
segmentacin social, pero con el fin de evitar a toda costa la concentracin de socialistas en las
unidades militares. Revolucionarios armados podran haber utilizado la fuerza contra la sociedad

60
Redaccin (1851, 6 de marzo), Noticias nacionales, Gaceta de Madrid, pg. 3.
Captulo III.- La reserva isabelina 119


burguesa o la Corona, como haba sucedido en alguna ocasin cuando an no exista un mbito
ideolgico tan propicio. A resultas de este debate, la ley estableci un salomnico punto
intermedio que no suprimi el reclutamiento obligatorio, diciendo:

La fuerza del ejrcito se reemplazar:
Art. 1. Con los mozos de veinte a treinta aos que sienten plaza de soldado, y con los que se
enganchen y reenganchen voluntariamente, mediante retribucin pecuniaria.
Art. 2. A falta de suficiente nmero de soldados de la clase anterior, con los mozos de veinte,
veinte y uno y veinte y dos que designe la suerte []
61
.

Habida cuenta el compromiso electoral de los progresistas que contaba con la supresin de
las quintas, la aprobacin de la ley con el mantenimiento del reclutamiento forzoso y el sorteo
que vino a continuacin ocasionaron numerosos disturbios y motines durante la primavera de
1856. Particularmente grave fue la revuelta popular acaecida en Valencia, donde murieron ms de
20 personas en los tres das que dur la lucha callejera
62
.

3.4.1. El establecimiento de los 80 batallones

En este marco social, y con una economa saneada tras el fin de la penuria iniciada en 1846,
no qued ms remedio que reforzar la profesionalizacin del Ejrcito, reduciendo a la vez la
demanda de quintos para las unidades de servicio activo. La mejor manera de conseguir lo
segundo, an a costa de sacrificar a unos pocos, pasaba por eliminar la rotacin de soldados de
reemplazo por las unidades activas. Se suspendi entonces el trasvase de veteranos a las unidades
de reserva, pasando a ser retenidos todo el servicio militar ocho aos en la Pennsula, seis en
Ultramar en unas unidades que, afortunadamente para los potenciales mozos, haban menguado
en nmero
63
.
La reserva pas a contar, en 1855, con 80 batallones provinciales, organizados y dotados de
modo parecido a los batallones de aos anteriores. La funcin esencial de esta fuerza era guarnecer
las poblaciones y desempear los servicios propios de los ejrcitos de reserva, sin que se descartara
formar parte de las operaciones en caso de guerra. El Gobierno no poda disponer ni siquiera de
parte de estas unidades para ponerla sobre las armas fuera de su provincia, a menos que se tratase
de una guerra o de una grave perturbacin del orden pblico y, en ese caso, tena la obligacin de

61
Ley disponiendo lo conveniente sobre el reemplazo del Ejrcito, 30 de enero de 1856, GM, n. 1.125.
62
Puell de la Villa (1996), pg. 171.
63
Real decreto reformando cinco regimientos de infantera, los terceros batallones de los 40 restantes de lnea y las
quintas y sextas compaas de los batallones de cazadores, y organizando la Milicia Provincial decretada por la ley de
31 de julio ltimo, 13 de noviembre de 1855, GM, n. 1051.
120 El reservismo militar en Espaa

solicitar autorizacin previa a las Cortes si stas se encontraban abiertas, o dar explicaciones a
posteriori en caso contrario. Para su constitucin se aprovecharon los cuadros de mando que
existan en el modelo anterior, cuyos jefes y oficiales pasaron a cobrar cuatro quintas partes del
sueldo en servicio activo, salvo que estuvieran sobre las armas, claro est, en cuyo caso cobraban
la misma cantidad.
Las ubicaciones de dichas unidades fueron elegidas con el criterio de estar bien comunicadas
y encontrarse a distancia reducida de los principales ncleos de poblacin de su rea de influencia,
a fin de minimizar los desplazamientos de los efectivos. No obstante, pesaron tambin razones de
ndole histrica
64
.
Los batallones provinciales se dotaban mediante un reemplazo independiente del establecido
para ejrcito activo, el cual deba ser capaz de completar los 60.000 hombres previstos en los
primeros dos ejercicios. Cada ocho aos se sorteaban los mozos entre veintids y veinticinco aos,
casados y viudos con hijos incluidos, con las excepciones permitidas en la ley de reemplazos:

Soldados o licenciados del Ejrcito.
Los que en un reemplazo anterior hubieran redimido su suerte de soldado o
enviado sustituto.
Los que hubieran sido alistados en un sorteo anterior.
Los que tuvieran una talla menor a 1,598 metros.
Los declarados intiles por enfermedad o defecto fsico.
Los alistados en la Matrcula de mar.
Los carpinteros de ribera inscritos en las brigadas de arsenales.
Los religiosos profesos de las Escuelas Pas y de las misiones de Filipinas.
Los novicios de las mismas rdenes que llevasen seis meses de noviciado.
Los operarios del establecimiento de minas de Almadn del azogue que fuesen
vecinos de ese mismo pueblo o de los pueblos de alrededor.
Los alumnos de academias y colegios militares.

64
Las poblaciones de establecimiento de los batallones provinciales fueron, finalmente: Albacete, Alcal de Henares,
Alciz, Alczar de San Juan, Algeciras, Alicante, Almera, Astorga, vila, Badajoz, Baeza, Barcelona, Baza,
Betanzos, Burgos, Cceres, Cdiz, Calatayud, Castelln, Ciudad Real, Ciudad Rodrigo, Crdoba, Covadonga, Cuenca,
cija, Gerona, Granada, Guadalajara, Guadix, Helln, Huelva, Huesca, Jan, Jtiva, La Corua, Len, Lrida, Llerena,
Logroo, Lorca, Luarca, Lucena, Lugo, Madrid, Mlaga, Mallorca, Manresa, Mondoedo, Monforte, Monterrey,
Murcia, Orense, Oviedo, Palencia, Pamplona, Plasencia, Pontevedra, Requena, Ronda, Salamanca, San Clemente,
Santander, Santiago, Segorbe, Segovia, Sevilla, Soria, Talavera, Tarragona, Teruel, Toledo, Tortosa, Tudela, Tuy,
Utrera, Valencia, Valladolid, Vich, Zamora y Zaragoza (real decreto sealando las denominaciones que han de tomar
los 80 batallones de Milicia Provincial que han de formarse con arreglo a la ley de 31 de julio ltimo, 21 de agosto de
1855, GM, n. 964).
Captulo III.- La reserva isabelina 121


Los hijos o nietos nicos que mantuviesen a su padre o abuelo siendo ste
impedido o sexagenario.
Los hijos o nietos nicos que mantuviesen a su madre o abuela viuda y pobre.
Los hijos nicos que mantuviesen a su madre pobre, si el marido de sta, pobre
tambin, estuviera cumpliendo condena que no hubiera de cumplir en un ao.
Los hijos nicos que mantuviesen a su madre pobre, si el marido se hayase
ausente durante ms de veinte aos, ignorndose su paradero.
Los hijos o nietos nicos que mantuviesen a su madre o abuela pobre, si el
marido de sta, tambin pobre fuera sexagenario o impedido.
Los hijos nicos ilegtimos que mantuviesen a su madre pobre, que fuese clibe
o viuda, habindole sta criado o educado como tal hijo.
Los hermanos de uno o ms hurfanos de padre y madre pobres, que fuesen
mantenidos por l.
Los hermanos de soldados excepto desertores, sustituidos, redimidos a
metlico, cadetes y oficiales, no teniendo otro hermano mayor de diecisiete
aos apto para trabajar que pudiese socorrer a sus padres
65
.

Las clases de tropa deban cumplir los ocho aos de servicio militar en los batallones
provinciales antes de recibir la licencia absoluta, no pudiendo casarse durante la primera mitad del
perodo. En todo ese tiempo deban residir en las proximidades de la localidad donde radicara su
batalln, aunque pudieran viajar por razones de trabajo, previo permiso de su primer comandante.
Se haba previsto que los soldados de la reserva recibieran instruccin. Un importante
ejercicio era el tiro al blanco, para el que se les suministraban 50 cartuchos al ao. La instruccin
se imparta el primero y tercer domingo de cada mes en la capital de su demarcacin, debiendo
acudir adems a una asamblea anual de un mes de duracin. La fecha de dicha asamblea se elega
por el Gobierno de manera que causara el menor perjuicio posible a la agricultura e industria del
pas
66
.
Tras la cada de Espartero en julio de 1856, le sucedi O'Donnell al frente de un gobierno de
la Unin Liberal, que se alternara con los moderados hasta 1868, excluyendo del poder a los
progresistas durante todo ese tiempo. El Ejrcito de esta poca era una fuerza cara si se tiene en
cuenta su presupuesto en relacin a sus efectivos, y si se la compara con otros ejrcitos de reputada

65
Ley disponiendo lo conveniente sobre el reemplazo del Ejrcito, 30 de enero de 1856, GM, n. 1.125.
66
Ley creando, como reserva del ejrcito activo, 80 batallones en el territorio de la Pennsula e islas adyacentes,
exceptuando las Canarias, 31 de julio de 1855, GM, n. 943.
122 El reservismo militar en Espaa

eficacia como el prusiano o el francs. Esta fuerza asumi con xito diverso la expedicin a la
Cochinchina de 1858 a 1859, la Guerra de frica de 1859 a 1860, la expedicin a Mxico de 1861
y la aventura colonizadora de Santo Domingo entre 1860 y 1862
67
.

3.4.2. Las sombras de la organizacin en provinciales

En 1858, durante el debate mantenido en el Senado sobre el proyecto de ley para una quinta
de 25.000 hombres, se trat de la organizacin de la reserva dentro de un activo debate entre los
generales O'Donnell, Ezpeleta, Fernndez de Crdova y Ros de Olano, adems de otros
parlamentarios. El moderado Fernndez de Crdova, anterior presidente del Consejo de Ministros
durante 1854, tuvo unas duras palabras para calificar a la reserva que haba implantado O'Donnell:

He dicho que de todas las organizaciones de la reserva la peor es la que tenemos en el da, y
lleva ya cuatro aos de existencia para que no podamos hablar con conocimiento de causa. [] Y
ntese una cosa, que no se puede comparar esta organizacin con la de las milicias provinciales
porque son completamente diferentes. Comprendo aquella organizacin pero no comprendo esta
organizacin mixta.
La organizacin de la actual reserva es cara e insuficiente. Es cara como lo es la organizacin
localizada, porque exige cuadros, exige vestuario, exige asambleas si ha de estar instruida.
Qu reserva tiene la caballera del ejrcito? Ninguna; pues precisamente es esta el arma que
ms la necesita [] por eso en todos los pases se ha reconocido la necesidad de que haya una
reserva para las armas accesorias. [] La artillera en caso de guerra necesita aumentarse por lo
menos con un tercio ms de la fuerza que tiene en la actualidad. Pues no tiene reserva.

Los principales defectos de la organizacin de la reserva de esta poca pueden extraerse de las
intervenciones del general Fernndez de Crdova durante los das 1 y 3 de mayo:

Elevado coste: el 4,4 por ciento del presupuesto del Ejrcito se destinaba a los
batallones provinciales, es decir, 15.000.000 reales, cuando su coste habra
debido ser la tercera parte de esa cantidad.
Bajo nivel de instruccin: el coste de las asambleas anuales unos ocho o
nueve millones de reales en 1858 era la primera partida presupuestaria que se
quedaba sin cubrir, dada su baja prioridad en comparacin con las necesidades
de las Fuerzas Armadas del momento. Como resultado, los batallones
provinciales tenan poco espritu militar y reducida capacidad de lucha. La

67
El presupuesto del Ejrcito de 1858 era de 342.000.000 reales, el mismo que el del prusiano, y dispona de una
fuerza permanente de 60.000 hombres (intervencin del general Fernndez de Crdova en el Senado, 3 de mayo de
1858, DSS, pg. 656).
Captulo III.- La reserva isabelina 123


concepcin dieciochesca de que un infante poda ser bien instruido en cuatro
meses ya no estaba vigente en la segunda mitad del siglo XIX.
Localizacin: cada unidad estaba vinculada a una poblacin, con efectivos de
su comarca. Cuando una de ellas era diezmada en el campo de batalla, los
habitantes de territorios sentan dolor y desnimo.
Alcance limitado a la Infantera: la falta de reserva en las Armas de Caballera
y Artillera, donde la instruccin resultaba mucho ms importante y en las que
resultaba ms difcil aumentar el nmero de efectivos con rapidez en tiempo de
guerra, constitua un claro punto dbil del Ejrcito espaol. Se estimaba que, en
un tiempo corto, un regimiento de Caballera deba poder duplicar su nmero
de hombres y uno de Artillera aumentarlo en un 30 por ciento
68
.

La presin de los acontecimientos sobrevenidos en el ltimo tercio del siglo precipitaran la
aparicin de organizaciones de reserva ms numerosas que las aqu descritas, si bien se mantendra
la esencia de las mismas.

68
Ibdem, pg. 649.

Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 125


CAPTULO IV.- LA BATALLA DE SADOWA O LA TRANSFORMACIN DE LA
RESERVA


Durante el siglo XIX, la renuncia a los ejrcitos permanentes en favor de los ejrcitos de
ciudadanos ocasion un aumento progresivo del tamao de stos hasta magnitudes impensables tan
slo decenas de aos antes. El mismo Napolen comenz sus campaas con un ejrcito de 35.000
hombres y tuvo que emplear 200.000 una dcada ms tarde para vencer en Austerlitz a una
fuerza la mitad superior y compuesta por rusos y austriacos. Estas cantidades fueron creciendo
progresivamente hasta que el Congreso de Viena liquid definitivamente la era napolenica
1
.
La imposibilidad del mantenimiento de un ejrcito de estas dimensiones en tiempo de paz fue
lo que forz la aparicin de grandes reservas en los distintos pases europeos, al amparo del
modelo napolenico de reclutamiento y del concepto de ciudadano-soldado. En este marco,
todos los hombres de un pas podan ser potenciales combatientes con tal de reunir un mnimo de
facultades fsicas, obligados por la legalidad liberal a defender la nacin.
Los proyectos de Constitucin Militar de Flrez y Carreo, en los albores del liberalismo
espaol de los que se habl en su momento se haban redactado bajo las mismas
preocupaciones y haban propuesto soluciones parecidas a las finalmente dadas por otras naciones
bien avanzado el siglo, si bien nunca llegaron a ponerse en prctica. En cualquier caso, la reserva
espaola fue arrastrada tanto por los acontecimientos internacionales como por la coyuntura
interior las guerras civiles, la oposicin a las quintas, las limitaciones econmicas, la
macrocefalia y la deficiente organizacin del Ejrcito, experimentando una notable evolucin en
el ltimo tercio de la centuria.

1. INFLUENCIA DEL MODELO DE RECLUTAMIENTO PRUSIANO

La puesta sobre las armas de grandes masas de poblacin entraaba ciertas dificultades que
estaban relacionadas con la disponibilidad de la necesaria infraestructura. En el siglo XIX ya no era
posible encuadrar cientos de miles de soldados sin adiestramiento previo, mandos adecuados y una
orgnica eficaz. En este sentido, los prusianos, que tuvieron que formar un ejrcito masivo ante la
invasin napolenica de sus tierras, mantuvieron durante los dos primeros tercios del siglo una
verdadera obsesin por la mejora del sistema de reclutamiento que haban aprendido de sus

1
Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 68 y 69. Napolen reuni 477.000 soldados para invadir rusia la Grande Arme,
mientras que se necesitaron 665.000 efectivos para derrotarlo en Waterloo.
126 El reservismo militar en Espaa

invasores. El objetivo era conseguir la capacidad de movilizar a un ejrcito grande y bien instruido
al menor coste posible. Su modelo, en sntesis, consista en que todos los ciudadanos tiles
recibiesen una formacin militar intensa en el cuartel durante muy poco tiempo y, luego,
permaneciesen disponibles hasta la madurez.
A finales de junio de 1866, un ejrcito prusiano de 250.000 hombres entr en el territorio del
Imperio austriaco, barri a una fuerza de similar tamao en los alrededores de la ciudad de Sadowa
y consigui someter a todo el ejrcito de Francisco Jos I en tan slo siete semanas perodo que
dio nombre a esta guerra. El empleo de fusiles de retrocarga por parte de las tropas del general
Von Moltke, la superioridad de los mandos prusianos, el hbil empleo del ferrocarril y el
anquilosamiento tctico de los austriacos, fueron factores importantes en la victoria tudesca. Sin
embargo, la relevancia de estas circunstancias no fue capaz de oscurecer la inmensa ventaja que
supuso disponer de una tropa numerosa, principalmente formada por reservistas que haban
recibido instruccin y que haban participado, una vez al ao desde su ingreso en filas, en
maniobras de grandes unidades
2
.
La prensa de la poca realizaba un compendio bastante detallado de las causas de la victoria
prusiana, que no se reproduce en su totalidad:

Por efecto de su prodigiosa organizacin militar, Prusia puso sobre las armas a toda su poblacin
masculina, cre sus grandes ejrcitos, form sus depsitos de hombres y caballos, arregl los
servicios de subsistencias y hospitales ambulantes, y preparada ya, con oficiales instruidos, con
soldados jvenes y entusiastas, conociendo las costumbres militares del enemigo, abri la campaa,
cuyos planes estratgicos demuestran la energa y habilidad de sus generales. Divididos para
marchar, se han reunido siempre para combatir; la experiencia de las ltimas guerras europeas y
americanas no ha sido perdida para ellos; sus ejrcitos han recorrido distancias considerables con
una velocidad prodigiosa, aprovechndose para esto de los ferro-carriles y de los telgrafos, que
como por encanto servan con sus propios soldados, convirtiendo en un momento este material de
paz en una poderosa mquina de guerra
3
.

A resultas de su derrota, el Imperio austriaco asumi, entre otros, una reforma de su servicio
militar con carcter de urgencia, tan slo unos meses despus del fin de la guerra. El cambio ms
importante fue la duracin del mismo, que se aument hasta doce aos. De ese perodo, los
primeros seis aos transcurran en el servicio activo, los tres siguientes en la primera reserva y los
tres ltimos en la segunda, sin posibilidad de redencin por dinero. El Ministerio de la Guerra

2
Puell de la Villa (2005
A
), pg. 104. Los austriacos permanecieron fieles al fusil de avancarga dieciochesco y a la
carga frontal a la bayoneta, lo que no poda resultar efectivo ante una formacin provista de fusiles de retrocarga y
percusin por aguja. La instruccin de los soldados imperiales se limitaba a la que se poda impartir dentro de su
regimiento. En esta poca, el servicio militar prusiano se compona de tres aos de presencia efectiva, bajo las
banderas, tres en la reserva, cinco en la landwehr [milicia local] de primera clase susceptible de ser llamada a la
primera movilizacin, y por ltimo, otros cinco en la landwehr de segunda clase, o sea seis aos en el servicio activo y
diez en la reserva, Redaccin (1867, 16 de febrero), La Correspondencia de Espaa, pg. 2.
3
Maritegui (1866), pg. 319.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 127


austriaco era consciente de que era necesaria una reforma ms radical del reclutamiento, con el fin
de consagrar el principio de la obligacin general del servicio de las armas
4
.
En 1867, como consecuencia de la Guerra de las Siete Semanas, los otros pases europeos,
una vez recuperados de la estupefaccin, tambin aumentaron con celeridad la duracin de su
servicio militar: Francia a ocho aos siete en activo, Italia a once aos cinco en activo y
seis en la reserva y Blgica a diez aos. Un poco ms adelante, esas mismas naciones europeas,
incluso las que aos antes no crean en ello, procedieron a reorganizar sus reservas, creando
grandes contingentes de recursos movilizables
5
.
La confirmacin de que el modelo prusiano era el camino lleg slo cuatro aos ms tarde,
cuando la victoria en la ciudad francesa de Sedn decidi el resultado de la Guerra Franco-prusiana
1870-1871 a favor de los germanos y sus aliados. En pocas semanas qued copado el ejrcito
francs, vindose forzado a capitular cuando se tena por el ms poderoso del momento. Se puede
considerar que la causa fundamental de la derrota francesa fue la superioridad del modelo de
reclutamiento de su contrincante, es decir, la disposicin de tropas mejor adiestradas y de una
infraestructura de reserva donde ubicar rpidamente el contingente movilizado. Eso vino a refutar
que la victoria de Sadowa fuese un hecho coyuntural. Tampoco es menos cierto que la Guerra
Franco-prusiana se perdi por razones adicionales como, por ejemplo, la falta de preparacin del
Estado Mayor francs
6
.

1.1. Reaccin espaola ante la derrota austriaca

La situacin de la sociedad espaola en el ao 1866 era especialmente difcil. La bonanza
haba desaparecido y el crecimiento econmico de los aos anteriores se haba paralizado debido a
la crisis europea, vindose afectadas tanto la industria como la agricultura y provocando la salida
del capital extranjero que sustentaba buena parte del sector secundario nacional. El Banco de
Espaa tuvo dificultades para hacer frente al pago de billetes de banco en metales preciosos, lo que

4
Redaccin (1867, 4 de enero), El Austria en 1866, La poca, pg. 2.
5
Redaccin (1867, 31 de mayo), Continuacin del debate pendiente relativo al proyecto de ley modificando algunos
artculos de la vigente de reemplazos del Ejrcito, y para la reforma general de la misma ley, conforme a las bases de
dicho proyecto, La poca, pg. 3. Vid prembulo del real decreto reorganizando el ejrcito de la Pennsula, 24 de
enero de 1867, GM, n. 25.
6
Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 95-123, considera las batallas de Sadowa y Sedn como los eventos que ms
influyeron en la reforma del reclutamiento militar durante la segunda mitad del siglo XIX. Bieuville (1999), pg 18,
piensa que La traumatisante dfaite de 1870 sera en partie explique par les graves dfaillances du corps d'Etat-
major. Celui-ci aurait fait preuve d'inadaptation, de manque d'evolution en utilisant des mthodes en place depuis les
guerres du Premier Empire [La traumatizante derrota de 1870 se puede explicar en parte mediante las graves
deficiencias del Cuerpo de Estado Mayor. ste habra probado su inadaptacin, su falta de evolucin en la utilizacin
de los mtodos disponibles desde las guerras del Primer Imperio. Traduccin del autor].
128 El reservismo militar en Espaa

aceler la preocupacin, no slo de las clases populares, sino tambin de la clase media y de la
burguesa. Dicha crisis bancaria precipit la crisis de la Bolsa de Madrid y, en cascada, la de las
compaas de seguros que manejaban una parte sustancial de los ahorros de las familias. Entre las
mutualidades de seguros que tuvieron serias dificultades, hasta llegar a la bancarrota, se
encontraban las sociedades de seguros contra las quintas.
El funcionamiento de dichos seguros era similar al de las actuales plizas de defuncin. Los
padres contrataban el seguro antes de que el hijo cumpliera los dieciocho aos y pagaban una cuota
mensual que dependa de los aos necesarios para alcanzar la edad de sorteo. El capital mximo a
desembolsar era de 6.000 reales. Si el azar le deparaba al mozo la obligacin de servir en unidades
de servicio activo y deseaba evitarlo, los padres recuperaban los 8.000 reales necesarios para pagar
su redencin. En caso de que no fuera necesario les era devuelto el capital pagado
7
.
La feroz crisis econmica, la bancarrota del sistema financiero con el factor aadido de que
la prdida de los ahorros de muchos mutualistas llevara a sus hijos al servicio militar que se
haban propuesto evitar, y las soluciones meramente represivas ocasionaron el deterioro de la
situacin social, ampliamente criticada por los partidos democrtico y progresista frente a la
poltica gubernamental de Leopoldo O'Donnell de la Unin Liberal. A partir de ah se
desencadenaran todo tipo de disturbios que llevaran, inexorablemente, a la Revolucin de 1868.
El 22 de junio de 1866, mientras que los prusianos estaban invadiendo territorio austriaco, en
Madrid tena lugar la sublevacin de los sargentos del cuartel de San Gil, como parte de un
movimiento cvico-militar en el que estaba implicado el general Juan Prim y que pretenda
derrocar a la reina. Los sublevados, que consiguieron la adhesin de los efectivos de otras
unidades y de algunos civiles, no llegaron a alcanzar sus objetivos. Los mandos fueron
sumariamente fusilados y los soldados enviados a Filipinas o a Guinea Ecuatorial. Unas semanas
despus, O'Donnell dej su cargo y tambin el paso libre al general Narvez, quien se distingui
por una poltica represora de cualquier manifestacin subversiva, tratando a la vez de introducir
medidas reformistas.
En ese ambiente de reformas, Narvez vio con toda claridad que Sadowa haba trado un
nuevo paradigma al mundo de la guerra particularmente a la faceta del reclutamiento y que,
en consecuencia, en un futuro inmediato, las contiendas se libraran entre bastantes centenares de
miles de combatientes bien adiestrados. Seis meses despus de la clebre batalla, el general
impona mediante un real decreto una nueva organizacin del Ejrcito con mayor nfasis en su
reserva, sumando entre ambos, a partes iguales, 200.000 hombres. Esa era una cantidad

7
Puell de la Villa (1996), pg. 203.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 129


desorbitada en comparacin con cualquier tiempo de paz anterior, si bien era an baja si se
consideraban los contingentes de otros pases europeos
8
.
El prembulo del citado real decreto era una verdadera joya documental. Por un lado,
planteaba la que deba ser la poltica de defensa del Reino: preventiva, de mantenimiento de la
soberana sobre el territorio europeo y sobre las provincias de Asia, frica y Oceana, asumiendo
que la posicin geoestratgica continental y la orografa peninsular haran improbable una invasin
de fuerzas extranjeras sobre sta. Por otro, relacionaba los factores econmicos, de reclutamiento,
de instruccin, productivos y sociales que haban influido en la organizacin de la reserva ms
adelante descrita
9
.
Era la ltima vez que se abordaba la remodelacin de la reserva durante el reinado de Isabel
II, aunque no habra tiempo para que se implantara bajo su gobierno. Sin embargo, ni esta
disposicin ni las que le sucedieron tuvieron la valenta de poner fielmente en prctica el modelo
germano. Durante ms de cuarenta aos, las autoridades pondran en marcha distintas
organizaciones que se aproximaran, ms o menos, a las de los otros pases europeos, pero hubo
que esperar a 1912 para que el modelo de reclutamiento prusiano de mitad del siglo XIX se
implantara en Espaa.

2. LTIMA REESTRUCTURACIN DE ISABEL II: SEGUNDA RESERVA

Como se ha dicho, los sucesos blicos acaecidos en suelo europeo aconsejaban la disposicin
de una fuerza militar de grandes dimensiones. Lamentablemente, la coyuntura econmica de los
aos sesenta del siglo XIX no era la ms adecuada para afrontar el crecimiento del ejrcito
permanente. De hecho, ste haba venido viendo reducir sus efectivos ao tras ao. Se pens que la
necesaria solucin de compromiso deba pasar por una organizacin flexible que tuviera 100.000
hombres en activo y otro tanto en reserva.
La reserva entonces existente basada en los 80 batallones provinciales creados durante el
Bienio Progresista ya proporcionaba 60.000 reservistas. Sin embargo, se dudaba de la eficacia

8
Real decreto reorganizando el ejrcito de la Pennsula, 24 de enero de 1867, GM, n. 25. Prusia tena, en la misma
poca, un ejrcito en tiempo de paz de 500.000 hombres, ampliables a 700.000 en pie de guerra; por su parte, Francia
contaba con 600.000 efectivos (intervencin del ministro de Gracia y Justicia, Arrazola, en el Senado, 29 de mayo de
1867, DSS, pg. 349).
9
El porvenir que a Espaa se le presenta en estos momentos, no es un porvenir de conquista, es un porvenir de
conservacin, y para mantener nuestra independencia y neutralidad no necesitamos nosotros los grandes ejrcitos de
otros pases que tienen distintas condiciones, que tienen distinto porvenir (intervencin del ministro de Gracia y
Justicia, Arrazola, en el Senado, 29 de mayo de 1867, DSS, pg. 350).
130 El reservismo militar en Espaa

de su organizacin, de su instruccin y de que fuera capaz de entrar rpidamente en campaa, ya
que una fuerza de reserva eficaz deba salir del ejrcito permanente, no de los paisanos
10
.
Por otro lado, la prolongada permanencia en el servicio activo de los soldados detraa
anualmente un nmero considerable de brazos, y necesariamente los ms robustos, a la
agricultura, a la industria y a las artes, con el peligro cierto de que esos brazos en su mayor parte
no han de volver jams a sus anteriores ocupaciones. Se recomendaba, pues, una reduccin del
tiempo destinado en unidades permanentes a cambio de una mejor y ms rpida instruccin
durante el perodo en el que los soldados estaban encuadrados en ellas. Ello redundara en que los
individuos conservaran sus afectos de localidad, de familia, de ocupaciones y de apego al trabajo
[] sin que se resientan la moral ni la riqueza pblicas
11
.
En paralelo, parte de la clase poltica se haca eco del sentir popular, reivindicando la
abolicin de las quintas y el establecimiento de un ejrcito profesional costeado por una
contribucin personal obligatoria. La presin ejercida no pudo conseguirlo, pero cabe pensar que
influy en la reduccin del tiempo de la prestacin personal.
La organizacin del ejrcito de la Pennsula que se plasm en el real decreto de 1867 estaba
basada en un ejrcito permanente, una primera reserva o reserva activa y una segunda reserva o
reserva sedentaria, ambas integradas en el primero. El Ejrcito y la primera reserva deban sumar
100.000 hombres, mientras que la reserva sedentaria deba aportar otro tanto. El tiempo total del
servicio militar era de ocho aos el ms reducido de Europa, de los cuales cuatro deban
transcurrir en el servicio activo unidades permanentes y primera reserva y otros cuatro en la
reserva sedentaria. Los cuadros de los batallones provinciales peninsulares y las medias brigadas
de Canarias quedaron, obviamente, disueltos. Los soldados que pasaran a Ultramar, por su parte,
deban cumplir ocho aos completos en las provincias ultramarinas porque, en caso contrario:

El tiempo de instruccin y de adquisicin de hbitos militares y de disciplina, el de transporte y
aclimatacin, consumira casi enteramente el de servicio activo si slo durase ste cuatro aos; y
calculado en costo de pasaje y los dems que esta fuerza ocasiona, saldra aquella atencin por una
suma fabulosa
12
.

Como compensacin, la ley de reemplazos de 1867 les otorgara una reduccin de dos aos de
servicio seis en total, la cual poda sustituirse por una compensacin pecuniaria
13
.
El ejrcito permanente se alimentaba a partir de una nica quinta anual. Para la fijacin del
cupo asociado a sta deban tenerse en cuenta, adems, las necesidades de las reservas, de la

10
Real decreto reorganizando el ejrcito de la Pennsula, 24 de enero de 1867, GM, n. 25.
11
Ibdem.
12
Ibdem.
13
Ley reformando la vigente de reemplazos, 26 de junio de 1867, GM, n. 178.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 131


Guardia Civil, de la Infantera de Marina, de la marinera de guerra y de los ejrcitos de Ultramar.
En 1867 se estimaba que dicho cupo no podra bajar de los 43.000 hombres anuales
14
.
La primera reserva la componan los veteranos del ejrcito permanente de la Pennsula que
an no haban cumplido los cuatro aos de servicio activo requeridos, cuyo nmero excediera el
mximo fijado por la ley. As se cumpla lo establecido por las Cortes en cuanto a este lmite y se
reducan los haberes y los gastos. Semestralmente se concedan licencias por turno a un nmero de
individuos de tropa que era igual al excedente citado.
La segunda reserva, por su lado, estaba formada por todos los individuos del ejrcito de la
Pennsula que, procediendo de las quintas, haban cumplido cuatro aos de servicio en las unidades
permanentes, con la excepcin de los que a peticin propia y por conveniencia del servicio se les
permita la continuacin en activo, es decir, los reenganchados. Los pertenecientes a la reserva
sedentaria en situacin de licencia ilimitada, causaban baja en sus unidades de servicio activo e
ingresaban virtualmente en los terceros batallones de los 40 regimientos de infantera fijos y
estables, los cuales mantenan sus cuadros. En tanto estos batallones careciesen de fuerza, los
mandos auxiliaban a las otras unidades del regimiento. Como en tiempos pasados, la segunda
reserva era slo de infantera
15
.
En todas las capitales se crearon comisiones permanentes para el seguimiento de la residencia
y oficio u ocupacin de todos los reservistas de su provincia. Dichas comisiones estaban formadas
por un comandante, un capitn y un teniente. Obviamente, los miembros de la reserva sedentaria
no cobraban haber ni tenan derecho a las mismas prestaciones sanitarias que los que se
encontraban en activo
16
.
Se mantena que los reservistas de ambas modalidades quedaran sujetos a fuero militar y que
no pudiesen casarse sin permiso. A los individuos de la reserva sedentaria s que se les permita el
cambio de domicilio bajo autorizacin.
Para la movilizacin de la reserva activa el Gobierno no requera ms que su propio juicio,
debiendo dar cuenta a las Cortes con posterioridad. En cambio, la segunda reserva no poda
ponerse sobre las armas sin que el Ejecutivo recibiese autorizacin por una ley especial.

14
De hecho, el reemplazo fijado para ese ao qued fijado en 40.000 hombres, ibdem.
15
El ahorro anual previsto por este cambio en la organizacin de la reserva era de 10.533.310 reales, segn el ministro
de Hacienda, Sr. Barzallana, es decir, un tres por ciento del presupuesto total del Ejrcito, Redaccin (1867, 6 de
junio), Contina la discusin de presupuestos segn el extracto oficial, La Correspondencia de Espaa, pg. 2.
16
Se dispone de una aclaracin en relacin a la cobertura, por ejemplo, de enfermedades mentales: Los individuos de
la segunda reserva no tienen derecho a abono alguno de estancias de hospital por observacin de demencia, debiendo
ser de cuenta de los establecimientos civiles todas cuantas ocasionen; y que los individuos de la primera reserva, como
dependen directa y exclusivamente de los cuerpos del ejrcito, deben sufrir aquella observacin en los casos que fuere
necesario como los activos en los hospitales militares (circular declarando que los individuos de la segunda reserva
no tienen derecho a abono alguno de estancia de hospital por observacin de demencia, 12 de agosto de 1867, GM, n.
227).
132 El reservismo militar en Espaa

Un caso excepcional lo constituan los infantes de Marina que, al no haber organizado
unidades de reserva especficas de este Cuerpo, quedaban adscritos a unidades de infantera tras
cumplir los cuatro aos en activo
17
.

3. EL SEXENIO DEMOCRTICO: VUELTA A LOS PROVINCIALES

El levantamiento gaditano, que llevara definitivamente a la reina al destierro, inici en
Espaa una nueva etapa de intervencionismo militar en poltica. Poco poda imaginar el almirante
Topete que, cuando amotin la flota fondeada en Cdiz contra Isabel II con el apoyo de los
generales Serrano y Prim, que los militares iban a considerarse, hasta bien entrado el siglo XX
rbitros de la actuacin gubernamental y responsables ltimos del ordenamiento
constitucional
18
.
El Sexenio hered el ejrcito macroceflico de la poca isabelina, situacin a la que se haba
llegado tras la Primera Guerra Carlista y que estaba an sin resolver. Sin embargo, los gobiernos
democrticos an agravaran el problema, instaurando la costumbre de premiar con ascensos a los
militares que intervenan a favor de una u otra faccin poltica. Este excedente de mandos, como
haba venido sucediendo desde el Abrazo de Vergara, fue un factor que influy en, prcticamente,
todas las reorganizaciones de la reserva que se realizaron a lo largo del siglo XIX
19
.
En cuanto al servicio militar, a pesar de las esperanzas que algunos haban puesto en este
perodo eso nos recuerda a la llegada del Bienio Progresista, las dos grandes cuestiones
siguieron abiertas: la universalidad de la prestacin es decir, la supresin de la redencin y de la
sustitucin y la abolicin de las quintas. Las facciones ms radicales del espectro poltico
insistan, sobre todo, en esto ltimo para no caer en la franca contradiccin que supona apoyar la
universalidad del servicio militar cuando se abogaba por un ejrcito de voluntarios. Este airado
debate se mantena tanto dentro como fuera del hemiciclo. Por ejemplo, al poco del triunfo de La

17
Real decreto concediendo el paso a la segunda reserva sedentaria de los individuos de infantera de Marina que
hayan cumplido cuatro aos de servicio efectivo, 20 de febrero de 1867, GM, n. 52.
18
Puell de la Villa (2005
A
), pg. 105.
19
El Convenio de Vergara, nombre oficial de este tratado de paz, se firm en Oate el 31 de agosto de 1839 y trajo dos
consecuencias importantes para la organizacin del Ejrcito. La primera fue el reconocimiento de los empleos y
condecoraciones de los miembros del ejrcito carlista, quienes pudieron optar entre el retiro a sus casas licenciados
o en reserva, en funcin del empleo o la integracin en el Ejrcito, ya fuera como efectivos o como
supernumerarios. Este es el origen objetivo de la macrocefalia. La segunda consecuencia fue el reconocimiento de los
fueros y, con ellos, la recuperacin de la exencin de contribuir a la defensa de Espaa por parte de los ciudadanos
vascos y navarros, rompiendo la unidad constitucional en tal sentido implantada por la Constitucin de 1812, y que no
volvera a restaurarse hasta despus de la Tercera Guerra Carlista, Redondo (1983), pgs. 200-211. Los fueros fueron
confirmados por la reina regente el 25 de octubre de 1839 sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarqua
(ley sancionando los fueros de las provincias vascongadas y Navarra, 25 de octubre de 1839, GM, n. 1812).
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 133


Gloriosa, cuando las juntas provisionales de cada provincia hacan pblico sus programas
polticos, el de la Junta Revolucionaria de Cartagena deca as:

Exclusin definitiva de la actual dinasta. Consagracin de todas las libertades y derechos
individuales. Libertad absoluta de imprenta sin depsito, editor, ni ms penas que las impuestas por
la ley comn para los delitos de injuria y calumnia. Libertad de cultos, de enseanza, de reunin, de
asociacin, de trabajo y de trfico. Abolicin de quintas y matrculas de mar, sustituyendo este
sistema por el de alistamientos voluntarios, que han de producir un ejrcito de soldados ciudadanos
[]
20
.

A pesar de que, como se ha dicho, la abolicin de las quintas se inclua en todos los
programas de las fuerzas que participaron de la Gloriosa, fue la reivindicacin republicana por
excelencia. Sin embargo, ni la Repblica apremiada por la triple guerra civil: carlista, cantonal y
de Cuba ni, mucho menos, los otros gobiernos del Sexenio, incluyendo los del reinado de
Amadeo I, reformaron con seriedad esos aspectos esenciales del servicio militar. Es cierto que el
gobierno provisional de Serrano cre un ejrcito de voluntarios, pero caba la potestad
gubernamental de cubrir por sorteo las plazas no cubiertas, lo cual supona abolir las quintas
formalmente, pero no de hecho. La Primera Repblica tambin constituy, tras su instauracin, un
ejrcito activo formado de soldados voluntarios retribuidos con una peseta diaria sobre su haber,
pagada semanal o mensualmente, si bien la reserva asociada al Ejrcito deba cubrir forzosamente
las plazas que la falta de voluntarios haba dejado libres, es decir, destinando mozos al Ejrcito que
haban sido sorteados para nutrir la reserva. En ese caso, un individuo no poda ser redimido ni
sustituido, aunque las cosas cambiaran poco despus y la redencin s que fue permitida
21
.

3.1. Reserva activa en batallones provinciales

Elegidas las Cortes Constituyentes a finales de 1868, la mayora progresista que sali de las
urnas pensaba que deba dar alguna respuesta al pronunciamiento popular en contra del servicio
militar obligatorio. No obstante, no poda satisfacer las peticiones de abolicin de las quintas
porque las cifras histricas de voluntariado y de reenganches no permitiran afrontar las
necesidades defensivas del momento. Por entonces ya se haba declarado la Guerra de los Diez
Aos cubana y tambin se apreciaban movimientos segregacionistas en Puerto Rico, aparte de la
permanencia del carlismo, la incansable espada de Damocles del siglo XIX.

20
Redaccin (1868, 2 de octubre), Parte poltica, La poca, pg. 2.
21
Ley relativa al reemplazo y organizacin del Ejrcito, 29 de marzo de 1870, GM, n. 89; y ley dictando
disposiciones relativas al reemplazo del Ejrcito, 17 de febrero de 1873, GM, n. 51.
134 El reservismo militar en Espaa

La solucin de compromiso vino de la ley relativa al reemplazo y organizacin del Ejrcito de
1870. Como se ha dicho anteriormente, el Ejrcito se compona de voluntarios, los cuales deban
comprometerse a permanecer en el mismo un mnimo de cuatro aos. Dado que el servicio militar
era obligatorio para todos los espaoles al cumplir 20 aos de edad, esta prestacin, de seis aos
de duracin, se poda ejercer de dos maneras:

En servicio activo, formando parte del ejrcito permanente tras sorteo, en caso
de que no se pudieran cubrir todas las vacantes mediante el voluntariado. Los
mozos en esta situacin pasaran a la primera reserva o reserva activa tras los
primeros cuatro aos de servicio.
En segunda reserva, para aquellos mozos que, habiendo sobrepasado la edad de
veinte aos, excediesen del contingente anual fijado por las Cortes.

El Ejrcito se divida, por tanto, en ejrcito permanente y de reserva, subdividindose el
permanente en ejrcito activo y primera reserva o reserva activa. Los miembros de la primera
reserva disponan de licencia ilimitada sin haber alguno. Los de la segunda reserva ya no estaban
sujetos a la jurisdiccin militar, por lo que gozaban de todos los derechos ciudadanos a partir del
primer ao de servicio. Podan casarse sin autorizacin y cambiar de domicilio sin ms que
comunicarlo a la autoridad militar de la que dependieran
22
.
En 1872, tras el entronamiento de Amadeo I y cuando an no se haba declarado la Tercera
Guerra Carlista, se produjo una reorganizacin del Arma de Infantera que sugiri el
encuadramiento de los individuos de la reserva activa en unidades independientes en vez de en los
terceros batallones de los regimientos de lnea. La justificacin formal era reducir gastos y facilitar
la movilizacin de la segunda reserva. No obstante, el fin ltimo de esta reforma era poder ubicar
el excedente de cuadros de mando heredado de la poca isabelina al menor coste posible. Pinsese
que los tenientes coroneles, comandantes y capitanes que comenzaron a ascender en 1872 tenan
una antigedad de dieciocho aos en el empleo, mientras que los tenientes y alfreces tenan
catorce y ocho aos, respectivamente
23
.
Los soldados de reemplazo, transcurridos los cuatro aos de servicio en el ejrcito
permanente, pasaban a pertenecer a alguno de los 80 batallones provinciales de infantera que
fueron creados con casi idntica ubicacin que aqullos de la poca de O'Donnell. Cada cuatro
batallones sumaban una brigada 20 en total, mandada en tiempo de paz por un coronel

22
Ley relativa al reemplazo y organizacin del Ejrcito, 29 de marzo de 1870, GM, n. 89.
23
Real decreto reorganizando el Arma de Infantera del Ejrcito, 28 de febrero de 1872, GM, n. 69.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 135


inspector. En caso de guerra, y tras autorizacin de las Cortes, a estos batallones se les sumaran
mozos pertenecientes a la segunda reserva con el propsito de que pudieran ser adiestrados antes
de la entrada en combate
24
.
Cada batalln deba tener seis compaas, teniendo que conservar permanentemente un cuadro
compuesto por un teniente coronel, un comandante, seis capitanes, seis tenientes, seis alfreces,
seis sargentos primeros, un cabo de cornetas y tres cornetas. Eso supona asignar vacantes, nada
ms y nada menos, que a 1.620 jefes y oficiales del Arma de Infantera descontados los que
estaban empleados en las Comisiones de Reserva, que cobraran el 80 por ciento de su sueldo
ms un complemento por mando de brigada y de batalln, cuando esto fuera aplicable.
Con esta reforma se disminuy notablemente el personal sobrante en todos los empleos, con
excepcin de los comandantes. En el caso de los tenientes y sargentos primeros dicho excedente
desapareci por completo. Los alfreces supernumerarios, procedentes de aquellos subtenientes no
cualificados de la reserva de Narvez, fueron suprimidos. En cuanto a los gastos, se calcul que los
cambios estructurales reduciran el gasto en 232.072 pesetas, importe al que habra que sumarle los
ahorros en:

[] los captulos de transportes y pluses, por la que naturalmente producen en los movimientos
de tropas por ferro-carriles, y en casos de operaciones la considerable reduccin de Oficiales que
sufren los cuerpos activos por la supresin de los terceros batallones y de los Alfreces
supernumerarios; y tambin se obtiene la ventaja de aumentar la fuerza disponible de los cuerpos
por los individuos de tropa que hoy se hayan empleados de asistentes de los Jefes y Oficiales de los
terceros batallones y supernumerarios
25
.

3.2. La reserva republicana

A pesar de su fuerza aparente tanto en las Cortes como en la calle, el republicanismo era
minoritario entre los espaoles. Adems, estaba profundamente dividido entre los que queran una
repblica unitaria y los que deseaban una repblica federal, conflicto que dio origen a la
revolucin cantonal. Es significativo que fuera el nico cambio de rgimen del siglo XIX donde el
Ejrcito no estuvo presente.

24
Los cambios con respecto a la configuracin diseada por el general O'Donnell no se produjeron, lgicamente, en
las capitales de provincia. Antes al contrario, dichos cambios tuvieron lugar en localidades de menor entidad: Andjar,
Aranda de Duero, Cangas de Tineo, Cangas de Ons, Carmona y Orihuela sustituyeron a Baza, Covadonga, Luarca,
San Clemente, Requena y Utrera. Las residencias de los coroneles jefes de brigada se situaron en Albacete, Barcelona,
Cceres, Castelln, Huelva, Huesca, Jan, Lugo, Madrid, Mlaga, Murcia, Palencia, Salamanca, Santander, Santiago,
Sevilla, Soria, Valencia, Vigo y Zaragoza (real decreto reorganizando el Arma de Infantera del ejrcito, 28 de febrero
de 1872, GM, n. 69; y orden fijando la residencia de los coroneles jefes de las brigadas de reserva, 29 de febrero de
1872, GM, n. 62).
25
Real decreto reorganizando el Arma de Infantera del Ejrcito, 28 de febrero de 1872, GM, n. 69.
136 El reservismo militar en Espaa

Antes de que se recrudeciera el conflicto carlista en la primavera de 1873 cuando se
enardecieron por el advenimiento de la Primera Repblica en febrero de ese mismo ao la
Asamblea Nacional republicana aprob la abolicin de las quintas y la prohibicin de la
sustitucin y de la redencin a metlico
26
. El prembulo de la orden para la declaracin de mozos
tiles resuma la posicin imperante en relacin con el servicio militar de junio de 1873:

Ocasin oportuna es esta para manifestar de un modo claro y terminante cun distinto es, por
ndole y por carcter, el servicio actual del anterior en materia de reemplazos. Desaparece en el
nuevo la talla, exencin injusta, y a no pocas arbitrariedades ocasionada; desaparece asimismo la
redencin, ya por sustitucin, ya por metlico, declarndose sujetos al servicio todos los espaoles
de 20 aos que no tengan alguna de las excepciones contenidas en todas nuestras leyes sobre el
ejrcito, con lo cual el servicio de las armas se ennoblece y el deber de todos los ciudadanos se
cumple;[] No se puede, por lo tanto, confundir ni el nuevo servicio de las reservas con el antiguo
servicio militar, ni aquellas declaraciones de soldados por medio de la quinta con este llamamiento,
hecho adems en justa obediencia a una disposicin emanada de la ltima Asamblea Nacional
27
.

Como se ha mencionado antes, una cosa era suprimir la quinta como proceso de reclutamiento
forzoso y otra redimir indefinidamente a los ciudadanos del cumplimiento de su deber
constitucional que era lo que, en realidad, quera el pueblo espaol Todo espaol est obligado
a defender la Patria con las armas cuando sea llamado por la ley, y a contribuir a los gastos del
Estado en proporcin de sus haberes
28
. Debe tenerse en cuenta que en la coyuntura en la que se
situaba la nueva ley, las Fuerzas Armadas tenan que someterse a la terrible prueba de tener que
sofocar tres conflictos a la vez. No era, por tanto, el mejor momento para la captacin de
voluntarios para el Ejrcito. Sin embargo, se confiaba en hacerlo gracias a la admisin de mozos
de entre diecinueve y cuarenta aos de edad, sin limitacin de talla. Incluso los mayores de
diecisiete aos podan ser soldados a condicin de disponer de la suficiente robustez. Estos
hombres podan renovar el compromiso y permanecer en la profesin militar toda su vida, con la
nica restriccin de continuar siendo tiles para el servicio
29
.
Cuando lleg Castelar a la presidencia del Poder Ejecutivo de la Repblica, el rgimen se
estaba descomponiendo rpidamente, desgarrado por las disensiones ideolgicas entre sus lderes,
aislado por la hostilidad de la Iglesia, la nobleza, el Ejrcito y las clases acomodadas, y acosado
por las guerras civiles recrudecidas. Para tratar de salvar la Repblica, el gaditano negoci con las
otras fuerzas polticas poder gobernar con independencia de las Cortes, moviliz hombres y
recursos y encarg el mando de las operaciones a militares de prestigio.

26
Ley dictando disposiciones relativas al reemplazo del Ejrcito, 17 de febrero de 1873, GM, n. 51.
27
Orden fijando las reglas a que debe sujetarse la declaracin de mozos tiles para su ingreso en los cuadros de la
reserva, 3 de junio de 1873, GM, n. 155.
28
Constitucin de la monarqua espaola, 1 de junio de 1869, art. 28., GM, n. 158.
29
Ley dictando disposiciones relativas al reemplazo del Ejrcito, 17 de febrero de 1873, GM, n. 51.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 137


La nica reserva existente se suprima la dicotoma que provena de 1867 deba formarse
cada ao de manera forzosa con todos los mozos mayores de veinte aos o, voluntariamente, con
los mayores de diecisiete. El enfoque gubernamental consista en dar a la reserva un carcter en
cierto modo pasivo, puesto que slo ha de entrar en servicio, o cuando falten voluntarios para
cubrir las plazas del ejrcito activo, o en caso de una guerra interior o extranjera
30
.
El servicio en esta reserva duraba tres aos y la movilizacin de dicha fuerza dentro de la
provincia requera tan slo de un decreto gubernamental. Por el contrario, para hacerlo en todos los
dems casos era necesaria una ley, es decir, la aprobacin de la Asamblea.
Los soldados de la reserva tenan que recibir instruccin durante el primer ao y permanecer
en estado sedentario los otros dos, con la nica obligacin de asistir a los ejercicios y asambleas
que se establezcan hasta su completa instruccin, la cual recibirn en las capitales de provincia o
en los puntos donde resida el cuadro de los batallones o escuadrones a que pertenecieren
31
.

3.3. Participacin en la Tercera Guerra Carlista

El 5 de mayo de 1873 las fuerzas de Dorregaray, Rada y otros lderes carlistas vencieron a las
tropas del general Navarro en Eraul (Navarra), a las que produjeron numerosas bajas y prisioneros.
Esta importante victoria, junto a otras como la de Belabieta o Maeru dio alas al carlismo en las
Vascongadas y en Navarra. El pretendiente don Carlos, ante la boyante situacin, volvi a entrar
en Espaa en julio de 1873 para ponerse al frente de sus tropas. Segn Puell de la Villa, la guerra
haba puesto de manifiesto las muchas carencias existentes, sobre todo, en artillera e ingenieros.
Por cierto, en este momento tan poco oportuno se suscit el conflicto de los artilleros con el
Gobierno y su Cuerpo qued disuelto
32
.
La primera reaccin del Gobierno, en cuanto a la reserva se refiere, consisti en el apremio a
los gobernadores civiles para que se facilitara el alistamiento de los mozos y as poder formar
rpidamente la reserva diseada el mes de febrero anterior. Asimismo, en las provincias que no
contribuan con ciudadanos a la defensa nacional las tres Vascongadas y Navarra, organiz un
cuerpo armado llamado reserva de la provincia con los hombres de entre veinte y treinta y cinco
aos. Este cuerpo, que recuerda a las milicias locales del Antiguo Rgimen, estaba a cargo de las
Diputaciones Provinciales respectivas y era costeado por ellas, sin que pudieran prestar servicio

30
Orden fijando las reglas a que debe sujetarse la declaracin de mozos tiles para su ingreso en los cuadros de la
reserva, 3 de junio de 1873, GM, n. 155.
31
Ley dictando disposiciones relativas al reemplazo del Ejrcito, 17 de febrero de 1873, GM, n. 51.
32
Puell de la Villa (2005
A
), pg. 116.
138 El reservismo militar en Espaa

fuera de su provincia
33
. Obviamente, el incumplimiento de la condicin de dependencia orgnica
de la misma autoridad que las fuerzas permanentes impide considerar a esta fuerza popular una
verdadera reserva militar.
Unos das antes de que los envalentonados carlistas entraran en Estella, la Asamblea
Nacional, por primera vez en casi cuarenta aos, decidi movilizar a la reserva y hacer que 80.000
hombres ingresaran en el ejrcito activo
34
. El Gobierno sufri, durante el debate previo a la
aprobacin, la acusacin de falta al compromiso y tradiciones republicanas por tratarse, segn
algunos diputados, de una quinta encubierta. Pocos das ms tarde, los Voluntarios de la Repblica
tambin fueron puestos sobre las armas por el Gobierno
35
.
La siguiente polmica decisin tuvo que ver con la revisin de los dictmenes mdicos que,
en el alistamiento para la reserva de 1873, haban declarado intiles para el servicio de las armas a
miles de mozos
36
. La falta de compromiso social y poltico con el rgimen, primero, y con la
defensa nacional, despus, haban hecho que el nmero de considerados no aptos subiera
enormemente y que el Gobierno desconfiara de las declaraciones de exencin emitidas por
Ayuntamientos y Diputaciones. La prueba de que algo de verdad haba fue que el 30 por ciento de
los considerados exentos por estas entidades fueron alistados tras la revisin ordenada
37
.
A pesar de ello, el resultado fue demasiado pobre en algunas provincias. Decidido a reunir
todos los efectivos necesarios para ganar la guerra, el gobierno de Castelar orden un nuevo

33
Circular del Ministerio de la Gobernacin excitando el celo de los gobernadores de las provincias para llevar a cabo
el alistamiento y reunin de los mozos que forman la reserva llamada por la ley al servicio de las armas, 29 de julio de
1873, GM, n. 210; y ley autorizando a las Diputaciones de las provincias invadidas por los carlistas para organizar
con los mozos de 20 a 35 aos que no estn comprendidos en las reservas un cuerpo armado que se denominar
Reserva de la provincia, 2 de agosto de 1873, GM, n. 217.
34
Ley movilizando 80.000 hombres de los adscritos a la reserva, con arreglo a la ley de 17 de Febrero ltimo, 16 de
agosto de 1873, GM, n. 229. El reparto por provincias se hizo mediante la circular ordenando que las Diputaciones
Provinciales procedan inmediatamente a distribuir el cupo de los 80.000 hombres de la reserva de cada provincia entre
todos su pueblos en la forma que se expresa, 19 de agosto de 1873, GM, n. 232.
35
Un fragmento de la discusin puede consultarse en Redaccin (1873, 13 de agosto), Extracto de la sesin de las
Cortes Constituyentes celebrada el da 12 de agosto de 1873, La poca, pgs. 1 y 2. Como ejemplo de la lrica
patritica de la poca se reproduce un fragmento del prembulo del Decreto de movilizacin de los Voluntarios de la
Repblica: Enmedio de este patritico concurso de hidalgos esfuerzos y de generosas aspiraciones, la voz y deseo de
los Voluntarios de la Repblica deba dejarse escuchar, y se ha levantado reclamando un puesto de honor y de peligro.
El Gobierno no puede menos que or con entusiasmo tan legtima pretensin. Los que aspiran a reverdecer los laureles
de Gerona y Bilbao deben ser atendidos. Marchen, pues, esos celosos defensores de la Repblica y del orden all a
donde su patriotismo les gua; y mientras el soldado en los campos de batalla defiende la ensea gloriosa de la patria,
que es nuestra honra, sean los mas constantes adalides de la libertad los que opongan su pecho desde los muros de
nuestras ciudades como baluarte poderoso al carlismo y a la tradicin (decreto dictando reglas para movilizar
inmediatamente los batallones de Voluntarios organizados con arreglo al decreto de 17 de noviembre de 1868 que
hubiesen solicitado marchar a campaa, 19 de agosto de 1873, GM, n. 232).
36
Ley autorizando al ministro de la Gobernacin para que proceda a decretar nuevo reconocimiento de los mozos de la
reserva declarados recientemente intiles para el servicio de armas, 18 de agosto de 1873, GM, n. 232.
37
Decreto disponiendo que en el plazo de 30 das ingresen en caja todos los mozos adscritos a la reserva del presente
ao, aunque hubieren sido declarados intiles para el servicio en los reconocimientos facultativos que se hayan
verificado, y ms que expresa, 6 de diciembre de 1873, GM, n. 342.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 139


reconocimiento en Madrid para los exentos. Esta medida se realiz con cargo a los presupuestos
del Estado. Sin embargo, temiendo que an existieran abusos, se suprimi a finales de ao el
cuadro de exenciones fsicas y se declararon tiles todos los mozos excluidos, procediendo al
alistado automtico de todos ellos. Un jurado compuesto por personalidades de la provincia
gobernador civil, gobernador militar, juez decano, presidente de la Diputacin Provincial,
comandante de la Caja de Reclutas, alcalde y subdelegado de Sanidad deba dictaminar acerca
de las excepciones. Tales medidas no pudieron menos que exacerbar a los colectivos de mdicos,
como los catedrticos de la Facultad de Granada que protestaron en nombre de los facultativos de
su provincia por lo que consideraban una injuria para la profesin
38
.
An con todo, slo pudieron alistarse 42.000 hombres. Por tanto, el gobierno de
concentracin nacional, pocos das despus de que el general Pava mandara desalojar el hemiciclo
de la Asamblea, no pudo menos que implantar la redencin a metlico como medio de obtencin
de ingresos adicionales para la recluta de voluntarios y el sostenimiento de la guerra
39
.
La implantacin de la reserva republicana fue un verdadero fracaso: no pudo pasar la prueba
de fuego de toda reserva que es la movilizacin. Tras el fin de la Primera Repblica, en enero de
1874, el gobierno presidido por el general Serrano, que estaba acuciado por los xitos de los
carlistas, declar el estado de sitio y organiz una reserva extraordinaria de infantera de carcter
provincial con el propsito de que entrara inmediatamente en servicio activo, aunque limitado a las
operaciones en su propia provincia.
Dicha reserva extraordinaria o provincial encuadr a 125.000 hombres en 80 batallones
provinciales agrupados en medias brigadas, con la nica condicin de ser soltero o viudo sin hijos
de entre veintids y treinta y cinco aos. El cuadro de exenciones mdicas se restringi y no se
puso lmite de talla, permitiendo la redencin pero no la sustitucin. La duracin del servicio en la
citada reserva extraordinaria se fij en lo que mediara hasta el fin de la guerra ms un tiempo
adicional de seis meses de uso potestativo del Gobierno
40
.
Los batallones tenan entre 600 y 1.000 plazas, distribuidas en seis compaas, as como una
plana mayor de mando que contaba con un teniente coronel, dos comandantes el ms antiguo

38
Decreto autorizando al ministro de la Gobernacin para que disponga en Madrid un nuevo reconocimiento de los
mozos adscritos a la reserva declarados intiles por las comisiones que llevaron a cabo el anterior respecto de las
provincias en que lo estime necesario, 7 de noviembre de 1873, GM, n. 311; decreto disponiendo que en el plazo de
30 das ingresen en caja todos los mozos adscritos a la reserva del presente ao, aunque hubieren sido declarados
intiles para el servicio en los reconocimientos facultativos que se hayan verificado, y ms que expresa, 6 de
diciembre de 1873, GM, n. 342; y Redaccin (1873, 31 de diciembre), La Discusin, pg. 2.
39
Decreto llamando al servicio militar todos los mozos de la reserva del presente ao de 1874, 7 de enero de 1874,
GM, n. 8.
40
Decreto creando 80 batallones de reserva extraordinaria en el territorio de la Pennsula e islas Baleares para cuyo
servicio se llaman 125.000 hombres de 22 a 35 aos, 18 de julio de 1874, GM, n. 200.
140 El reservismo militar en Espaa

deba ser jefe del detall y el ms moderno fiscal, un capitn ayudante, un teniente habilitado, un
alfrez abanderado y un sargento o cabo de cornetas. Los mandos de cada compaa eran un
capitn, un teniente, un alfrez, un sargento primero, dos segundos, cuatro cabos primeros y cuatro
segundos
41
.
Los cuadros necesarios para la formacin de dichos batallones se obtuvieron, en parte, de la
rehabilitacin de jefes y oficiales del Ejrcito, de la Guardia Civil y del Cuerpo de Carabineros en
cuyo expediente no constara anotacin desfavorable, que se encontraran en su domicilio en
situacin de retiro o de licencia ilimitada y que, voluntariamente se ofrecan algunos incentivos
como la mejora del sueldo de retiro, quisieran volver al servicio activo
42
.
Este tipo de iniciativas no poda satisfacer al enemigo carlista y, como sucediera en la
movilizacin de la reserva del ao anterior, pequeas agrupaciones facciosas irrumpieron en
algunos municipios limtrofes con sus reas de influencia y amenazaron de muerte a los
funcionarios municipales y a los mozos en edad de alistamiento si acataban la llamada
gubernamental.
Al igual que en anteriores ocasiones, la poblacin civil y parte de la administracin reaccion
con pasividad a la llamada al servicio de las armas. Se intensificaron las medidas punitivas tales
como la consideracin de desertor para los prfugos o el envo forzoso de stos al ejrcito de Cuba
por ocho aos, pero eso no remedi la falta de efectivos. La ausencia de suficientes soldados y la
carencia de cuadros de mandos en nmero adecuado principalmente oficiales subalternos
llevaron al Gobierno a reducir sus propias expectativas y los 80 batallones se quedaron en tan slo
50 cuando apenas haban transcurrido dos meses desde la creacin de la reserva extraordinaria. El
bajo nivel de adiestramiento de los reservistas hizo pensar a las autoridades que, de las referidas
unidades, slo caba esperar un desempeo admisible en servicios sedentarios, a los que deban ser
destinadas preferentemente
43
.
En cuanto a los oficiales subalternos, para aumentar su nmero se decidi la creacin de la
clase de alfreces de Milicias provinciales. Podan aspirar al ingreso en dicha clase todos los
individuos mayores de dieciocho aos y que hubieran terminado una carrera profesional
Derecho, Medicina, Farmacia, Ingeniero en sus diversos ramos, Ayudantes de obras pblicas,
Arquitectura, Peritos agrnomos y Maestro de obras con ttulo [sic] o que fueran estudiantes de

41
Circular dictando las reglas que deben observarse para llevar a efecto la organizacin de los 80 batallones de la
reserva extraordinaria, 31 de julio de 1874, GM, n. 213.
42
Decreto concediendo la vuelta al servicio en los batallones de reserva provincial a los jefes, oficiales y clases de
tropa que hayan dejado de pertenecer al Ejrcito sin nota desfavorable, 31 de julio de 1874, GM, n. 213.
43
Decreto reduciendo a 50 el nmero de batallones de reserva extraordinaria llamados las armas por el de 18 de Julio
ltimo, 19 de setiembre de 1874, GM, n. 263.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 141


Ingeniera o Arquitectura con ms de dos aos aprobados o que, en su defecto, acreditaran
conocimientos suficientes a travs de un examen
44
.
Muchos aos despus, en lo que Grate Crdoba identifica con la carta fundacional de los
alfreces provisionales misiva dirigida por el general Mola al general Franco en los primeros
momentos de la Guerra Civil espaola se aludira, precisamente, a los alfreces de milicias
provinciales:

Dada la escasez de oficiales e incluso de cadetes para habilitarlos como tales he pensado en
hacer una promocin de alfreces de complemento con chicos de relativa cultura. Estos jvenes
podran habilitarse despus de un cursillo de un mes o mes y medio sin derecho ninguno despus de
la campaa a ser reconocidos como oficiales tcnicos para evitar lo que ocurri con los antiguos
provinciales
45
.

Se desconoce a ciencia cierta lo que sucedi con dichos antiguos provinciales, segn las
palabras del general Mola, aunque Caete piensa que, tras combatir en la Tercera Guerra Carlista y
en Cuba, se mostraron reivindicativos y quiz pudieron ser una molestia para la Administracin
46
.
Lo cierto es que dicha clase fue creada en un momento de crisis nacional grave cuando, como
haba venido sucediendo a lo largo del siglo, la poblacin no se mostraba en absoluto dispuesta a
acudir a la llamada a filas, si bien este rechazo popular se acentu particularmente tras el comienzo
de la Tercera Guerra Carlista. Prueba de ello es que cinco meses despus de la convocatoria de
noviembre para la incorporacin de los citados alfreces, en abril de 1875, hubo de hacerse otra
llamada ante la falta de aspirantes presentados a la anterior
47
.
En este contexto, resulta evidente que la decisin de Serrano de acabar radicalmente con la
rebelin carlista le llev a hacer concesiones para as atraer a un nmero suficiente de aspirantes a
oficial: A la disolucin de las reservas provinciales, quedarn de Alfreces de infantera, adems
de los que tuvieran ya declarado este empleo, los que hubiesen recibido herida de tal gravedad a
juicio facultativo que les hiciere acreedores a una recompensa especial y positiva
48
.
La disolucin a la que se alude debi tener lugar seis meses despus del fin la contienda
segn el decreto creando 80 batallones de reserva extraordinaria, de 18 de julio de 1874, es
decir, a lo largo de la segunda mitad de 1876. No obstante, en marzo de ese mismo ao, cuando

44
Decreto creando la clase de alfreces de milicias provinciales con destino a los batallones de la ltima reserva, y
fijando la edad y estudios de los que aspiren a ingresar en ella, 10 de noviembre de 1874, GM, n. 315.
45
Carta del general Mola al general Franco, Valladolid, 30 de agosto de 1936, pud Grate Crdoba (1976), pgs. 40 y
41.
46
Caete Pez (2005), pg. 28.
47
Real orden abriendo un nuevo concurso para alfreces de milicias provinciales, bajo las condiciones expresadas en
el decreto de 10 de noviembre ltimo, 26 de abril de 1875, GM, n. 117.
48
Decreto creando la clase de alfreces de milicias provinciales con destino a los batallones de la ltima reserva, y
fijando la edad y estudios de los que aspiren a ingresar en ella, 10 de noviembre de 1874, GM, n. 315.
142 El reservismo militar en Espaa

comenz la desmovilizacin, ya se reserv una tercera parte de las vacantes de alfrez de infantera
para los oficiales veteranos de Milicias que acreditaran un mnimo de un ao de servicio, adems
de las condiciones mnimas necesarias. Entretanto conseguan plaza quedaron disponibles con el
mismo sueldo que los alfreces en activo. Dicha medida era, adems, coherente con el hecho de
que la Academia de Infantera no pudiera tener nuevas promociones hasta pasados varios aos,
habida cuenta su inactividad acadmica durante la contienda
49
.
Se entiende por tanto que las prevenciones del general Mola, es decir, los errores que l tema
que se volvieran a repetir en la constitucin de la oficialidad eventual de 1936, se referan al coste
que supuso para el erario pblico el mantenimiento de un cierto nmero de oficiales en situacin
sedentaria y retribuida, as como la heterogeneidad que se introdujo en la escala del Arma de
Infantera ante la doble procedencia de sus oficiales. De todas maneras se deduce, de la fecha de
creacin de la clase y la edad mnima de ingreso, que debieron existir en el Ejrcito oficiales
procedentes de alfrez de milicias provinciales hasta bien avanzado el siglo xx, participando por
tanto, adems de en la Tercera Guerra Carlista como haba sido previsto, en los conflictos de
Cuba y Melilla.
A pesar de las prevenciones acerca de su eficacia, bastantes batallones de la reserva
participaron en acciones de guerra y se distinguieron en ellas, particularmente a partir de la gran
ofensiva lanzada por el general Serrano en julio de 1874. El Batalln de reserva de Cceres n. 12,
secundado por algunas fuerzas reducidas de infantera e ingenieros, defendi el cerro de Muriain
tambin llamado Monte Esquinza durante la noche del 3 al 4 de febrero de 1875. Una unidad
de reclutas que reciba esa noche su bautismo de fuego sostuvo dicha posicin a la bayoneta contra
el ataque de seis batallones enemigos. Por dicha accin, el citado batalln recibi la corbata de la
Orden de San Fernando. Tambin debe ser recordado que una brigada de reservistas, al mando del
general Dabn, fue ante la que se pronunci el general Martnez Campos a favor de Alfonso XII,
en Sagunto
50
.




49
[] atendiendo a los distinguidos servicios que han prestado durante la guerra civil que acaba de terminar
felizmente, cubriendo, los batallones a que pertenecen unas veces la guarnicin de puntos de importancia, y
concurriendo otras a gloriosos combates [] parece justo premiar a los Alfreces de Milicias provinciales [] (real
decreto disponiendo que de las dos terceras partes de las vacantes de alfreces de infantera que ocurran y que
corresponde cubrir a los alumnos de esta Arma, se adjudique una a los oficiales de milicias provinciales que cuenten
con un ao de servicio en dicha clase, 19 de marzo de 1876, GM, n. 80).
50
Real orden resolviendo que el Batalln de Reserva n. 12, antes de Cceres, se ha hecho digno de ostentar en su
bandera la corbata de la Real y militar Orden de San Fernando, 13 de junio de 1876, GM, n. 174; y Puell de la Villa
(2005
A
), pg. 116.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 143


4. RESTAURACIN Y RESERVA

El Ejrcito que hered el hijo de Isabel II tena, ms o menos, la misma estructura que haba
ideado el general Narvez para los ltimos aos del reinado de su madre. Se abra una poca
hasta 1898 en la que, a decir de Puell de la Villa, Espaa vivi ficticiamente. Con unas
Fuerzas Armadas tan poco operativas como las de ese perodo, poco se poda hacer ms que
apoyar la poltica de neutralidad que siguieron los distintos gobiernos, con excepciones poco
significativas como las operaciones de las Carolinas, en 1885, o de Melilla, en 1893
51
.
Empero las victorias prusianas de la dcada anterior, la poltica militar canovista y la
profesionalizacin del Ejrcito espaol haban creado una dinmica reformista que tena a los
militares entre sus principales arquitectos, conscientes de que deban preocuparse de las
oportunidades de mejora propias antes que de intervenir en la poltica nacional. Asimismo,
mediante la ley constitutiva del Ejrcito de 1878, se instaur formalmente en Espaa la figura del
rey-soldado, de amplia implantacin en el continente europeo. Dicho concepto dejaba las Fuerzas
Armadas en manos del monarca, pero no de una manera retrica sino, por el contrario y en caso de
guerra, con la posibilidad de tomar personalmente el mando de una unidad del tamao que l
determinase. Con este papel real se esperaba conjurar el peligro del intervencionismo militar en
poltica a travs de la presentacin del rey como primer soldado de Espaa ante la oficialidad
52
.
De cualquier manera, eran numerosas las reas que deban ser reformadas tras el fin de la
Tercera Guerra Carlista. Con todos los ascensos concedidos durante los conflictos peninsulares y
de Ultramar, la plantilla de cuadros lleg a extremos absolutamente insoportables. Los ms de 500
generales y 24.000 oficiales 3.000 de ellos ascendidos desde la clase de sargento, durante el
Sexenio resultaban una cantidad tres veces superior a las vacantes existentes.
La existencia de dos escalas distintas, el llamado dualismo, consista en recompensar a los
militares de artillera, ingenieros y estado mayor mediante la concesin, al menos y de una manera
honoraria, de un grado superior a su empleo efectivo. Dicho grado era concedido del Arma de
Infantera y no supona un incremento de sueldo, aunque s permita acceder a ciertos privilegios
como el derecho a llevar las divisas y el tratamiento correspondiente al empleo superior fuera de la
propia unidad.
A finales del XIX, el dualismo era bastante frecuente. La mezcla de divisas de distintos
empleos en el mismo individuo en circunstancias distintas, con diferentes tratamientos, generaba
una permanente confusin. Un capitn con el grado de coronel era tratado de seora por los

51
Puell de la Villa (1986
A
), pgs. 147 y 148.
52
Ibdem, pg. 150; y ley constitutiva del Ejrcito, 29 de noviembre de 1878, GM, n. 334.
144 El reservismo militar en Espaa

comandantes de unidades distintas a la suya. Por otro lado, los diferentes criterios de ascenso de
las Armas generales Infantera y Caballera, ms orientadas a la eleccin, y las Armas
especiales Artillera e Ingenieros, defensoras del ascenso por antigedad, tambin fomentaban
el conflicto jerrquico entre la oficialidad
53
.
Resulta curioso que un ejrcito en esta situacin no fuera capaz de reunir mucho ms de
100.000 hombres, cuando el francs de la misma poca, con menos del doble de presupuesto y,
prcticamente, con el mismo nmero de oficiales, dispona de un contingente cuatro veces
mayor
54
.
Aunque el objetivo inmediato, por razones de viabilidad econmica, se dirigi a la reduccin
de las plantillas, eso no fue bice para que se plantearan reformas a ms largo plazo. Las
principales iniciativas pretendieron la completa implantacin del servicio militar germanico, de
corte universal y larga duracin, y la creacin de grandes unidades orgnicas con una estructura
estable y reducida en tiempo de paz, ampliable con la incorporacin de reservistas en caso de
crisis
55
.

4.1. La reserva tras las guerras carlistas

En el primer ao libre de combates en la Pennsula Ibrica 1877 se promulgaron distintas
disposiciones con el fin de reorganizar el Ejrcito y su reserva. Durante el primer gobierno
presidido por Cnovas, entre 1875 y 1878, ste no deseaba iniciar una transformacin militar. Se
mantuvo alejado, como dira el prembulo de uno de sus decretos, de marchar franca y
desembarazadamente por el camino de las reformas
56
. Segn Puell de la Villa, se trataba de dar al
Ejrcito una postura legal, no deliberante en poltica, abrindole un horizonte africano hasta el
Atlas, fuera de Europa y de Amrica
57
.
Con esa escasa ambicin, la ley de 10 de enero de 1877 restaur el servicio militar obligatorio
de ocho aos para los hombres mayores de veinte. Siguiendo el patrn tradicional, cuatro de estos
aos deban cumplirse en el ejrcito permanente y los otros cuatro en la reserva, con la
autorizacin de sustitucin limitada a los parientes y de redencin a metlico previo pago de

53
Puell de la Villa (2005
A
), pg. 117.
54
Redaccin (1877, 29 de junio), Extracto de la sesin del Senado celebrada el da 18 de junio de 1877, La poca,
pg. 5.
55
Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 115-117. En 1876, los gastos de personal constituan las cuatro quintas partes de
todos los gastos militares.
56
Real decreto dictando disposiciones para llevar a cabo la organizacin y reemplazo del Ejrcito con arreglo a la ley
de 10 de enero del corriente ao, 27 de julio de 1877, GM, n. 213.
57
Puell de la Villa (1986), pg. 164.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 145


2.000 pesetas. Los excedentes de cupo residentes en sus domicilios en situacin de licencia
ilimitada se consideraban reclutas disponibles, siguiendo el mismo itinerario que los soldados de
su mismo reemplazo y cubriendo las bajas dejadas por stos. En la prctica, la presencia personal
de cuatro aos en las unidades activas oscil entre dos aos y tres meses y tres aos y cuatro
meses
58
. El servicio en Ultramar se deba cubrir preferentemente con voluntarios y, en caso de
falta de stos, con soldados de reemplazo, si bien quedaban dispensados de servir en la reserva tras
los primeros cuatro aos de prestacin
59
.
Estaban exentos del servicio militar, ya fuera temporal en caso de que desapareciera la
causa de exencin los mozos se incluiran en el alistamiento siguiente o definitivamente, los
siguientes individuos:

Los impedidos por enfermedad o defecto fsico para el servicio, de acuerdo con
el cuadro de exclusiones establecido.
Los de talla inferior a 1,54 metros, si bien los que tuvieran una altura entre 1,50
y 1,54 metros deban cumplir su tiempo de servicio en la reserva.
Los individuos inscritos en las industrias de pesca y navegacin, que tenan la
obligacin de servir en los buques de la Armada a travs de la Matrcula de
mar.
Los pertenecientes al Cuerpo de Voluntarios de Marinera.
Los religiosos que fueran profesores de enseanza y los miembros de misiones
reconocidas por el Estado, as como los novicios de esas mismas
congregaciones con un mnimo de seis meses de noviciado.
Los operarios de las minas de mercurio de Almadn.
Los alumnos de academias y los militares profesionales de cualquier clase, a
condicin de haber cumplido los ocho aos de prestacin mnima tras el
abandono de las Fuerzas Armadas.
Los hijos nicos que mantenan a su padre pobre, estando ste impedido o
sexagenario. Se aplicaba esta exencin a expsitos y nietos en situacin
equivalente.

58
Real decreto autorizando al ministro de la Guerra para que presente a las Cortes un proyecto de ley de reforma de la
actual organizacin del Ejrcito, 17 de noviembre de 1881, GM, n. 327.
59
Ley dictando disposiciones acerca de la organizacin del servicio militar y reemplazo del Ejrcito, 10 de enero de
1877, GM, n. 11. Al ao siguiente se ampliaran las posibilidades de sustitucin, al aprobar el reglamento para el
reemplazo y reserva del Ejrcito, 2 de diciembre de 1878, GM, n. 343.
146 El reservismo militar en Espaa

Los hijos o expsitos nicos que mantenan a su madre pobre, estando sta
viuda o casada con persona tambin pobre e impedida o sexagenaria, o ausente
por largo tiempo, por ejemplo por estar en la crcel. Igualmente, esta exencin
cubra relaciones similares como las de expsitos, hijos naturales y nietos.
Los hermanos nicos de uno o ms hurfanos de padre y madre, siendo stos
menores de diecisiete aos o impedidos para trabajar.
Los hijos de padres no pobres que tienen uno o varios hijos realizando
personalmente el servicio militar, no quedando otro mayor de diecisiete aos
que no estuviera incapacitado para el trabajo.
Los beneficiarios de la ley relativa al fomento de la repoblacin rural, de 3 de
junio de 1868, tras dos aos de residencia en la finca: arrendatarios, colonos,
capataces, mayorales, etc.
Los hijos de los habitantes del Pas Vasco que defendieron la causa cristina en
la Tercera Guerra Carlista
60
.

El estado de licenciado absoluto de cualquier militar se consideraba como definitivo, sin
posibilidad de volver al servicio activo a menos que sobreviniera una situacin de grave crisis, se
hubieran consumido los excedentes de su clase y lo decidiera el Gobierno
61
.
Por su parte, el real decreto de 27 de julio de 1877, sobre la nueva organizacin del ejrcito de
la Pennsula, estableci la estructura de sus Armas y Cuerpos, relacionando los distintos tipos de
unidad que deban quedar adscritas a cada uno de ellos
62
.
A partir de dicha fecha, la Infantera cont con 60 regimientos y 140 batallones activos de
cuatro compaas cada uno, las cuales deban sumar 200 hombres en tiempo de paz y 250 en pie de
guerra. En cada batalln activo haba dos cuadros adicionales capaces de mandar sendas
compaas llamadas de depsito que tenan la misin de instruir a los reclutas y poder
encuadrar, si se produca una movilizacin, a los soldados que estuviesen en licencia ilimitada.
La Caballera estaba compuesta por 98 escuadrones con 20 cuadros de reserva que incluan
cada uno un comandante, dos capitanes, un teniente y un sargento primero. Los artilleros, por su
parte, se repartan entre 50 bateras a razn de seis por regimiento, que podan ampliarse a ocho en
pie de guerra.

60
Ley de reemplazo y reclutamiento del Ejrcito, 28 de agosto de 1878, GM, n. 253; y ley haciendo extensivos a los
habitantes de las Provincias Vascongadas los deberes que la Constitucin de la monarqua impone a todos los
espaoles, 21 de julio de 1876, GM, n. 207.
61
Ley constitutiva del Ejrcito, 29 de noviembre de 1878, GM, n. 334.
62
Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 118 y 119.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 147


A la fuerza de infantera se sumaban 100 batallones de reserva, cuya plana mayor de mando
dispona de un teniente coronel primer jefe, un comandante jefe del detall, un capitn ayudante y
un cabo primero de cornetas. Cada batalln, tal como suceda en la infantera activa, tena cuatro
compaas, mandadas por un capitn, dos tenientes, un alfrez y un sargento primero, que se
auxiliaban de un corneta. Esta estructura de reserva permiti absorber a unos 4.000 oficiales
63
.
Como se ver, operando con las cifras dadas y contando slo a los infantes, el ejrcito poda
pasar de 117.600 plazas activas a 215.600 con la rpida incorporacin de los soldados en situacin
de licencia ilimitada, es decir, aquellos mozos tiles que excedan del contingente requerido. Esta
fuerza poda ser incrementada con otros 104.000 hombres 319.600 en total si todos los
reservistas eran movilizados.
Los soldados podan casarse cuando pasaban a la reserva, mientras que los reclutas
disponibles deban esperar que transcurrieran slo dos aos desde ser considerados tales. Los
viajes y cambios de domicilio estaban permitidos a condicin de obtener un pase de su jefe de
unidad en la reserva. Para compensar la dedicacin a la nacin, los individuos que estuvieran en
cualquiera de las dos situaciones citadas, as como los licenciados del Ejrcito, deban ser
preferidos en cualquier trabajo u ocupacin que se promoviese dentro del seno del Ministerio de la
Guerra, segn su profesin, como los Ingenieros, en obras de fortificacin o edificios militares;
los artilleros, en los parques, maestranzas o fbricas; los de Administracin, en las factoras de pan
o depsitos de utensilio; los de Sanidad, en los hospitales, etctera. Para los licenciados con buena
nota del Ejrcito se concedan ventajas adicionales como el acceso preferente a puestos en la
Administracin o la preferencia para la concesin de estancos o administraciones de lotera a los
familiares directos de las clases de tropa que fueran baja en acto de servicio
64
.


63
Real decreto dictando disposiciones para llevar a cabo la organizacin y reemplazo del Ejrcito con arreglo a la ley
de 10 de enero del corriente ao, 27 de julio de 1877, GM, n. 213. Los 100 batallones de reserva pasaran a ser 104 en
1880, en aras de obtener una proporcin orgnica razonable, una vez computados todos los hombres que deban
componer cada batalln. Las planas mayores de esos batallones de reserva estaban ubicadas en: Albacete, Alczar de
San Juan, Alcaiz, Alcira, Alcoy, Alicante, Almera, Antequera, Arcos, Astorga, vila, Badajoz, Barbastro,
Barcelona, Belchite, Betanzos, Bilbao, Burgos, Cceres, Cdiz, Calatayud, Cangas de Ons, Carmona, Cartagena,
Castelln, Chiva, Ciudad Real, Ciudad Rodrigo, Crdoba, Cuenca, Figueras, Gerona, Getafe, Gijn, Gracia
(Barcelona), Granada, Guadalajara, Guadix, Helln, Huelva, Huesca, Jan, Jtiva, La Corua, Len, Lrida, Lerma,
Linares, Logroo, Lorca, Lucena, Lugo, Madrid, Mlaga, Mallorca, Manresa, Matar, Medina del Campo,
Mondoedo, Monforte, Motril, Murcia, Orense, Orihuela, Oviedo, Palencia, Pamplona, Plasencia, Pontevedra, Ronda,
Salamanca, San Sebastin, Santander, Santiago, Santoa, Segorbe, Segovia, Sevilla, Sigenza, Soria, Tafalla, Talavera
de la Reina, Tarancn, Tarragona, Teruel, Toledo, Toro, Tortosa, Tremp, Tuy, beda, Utrera, Valencia, Valladolid,
Vera, Villafranca del Peneds, Villanueva de la Serena, Vitoria, Vern, Vigo, Zafra, Zamora y Zaragoza (real decreto
elevando a 104 los 100 batallones de reserva creados por el real decreto de 27 de julio de 1877, 15 de marzo de 1880,
GM, n. 77).
64
Real decreto aprobando el reglamento para el reemplazo y reserva del Ejrcito, 2 de diciembre de 1878, GM, n.
343.
148 El reservismo militar en Espaa

4.2. Martnez Campos o los batallones de reserva y de depsito

La inaccin canovista en materia de reformas militares provoc que dicho testigo fuese
tomado por la oposicin liberal que, sin embargo, al producirse la alternancia en 1881, con el
general Martnez Campos al frente del Ministerio de la Guerra, slo se limit a realizar reformas
que se podran calificar de tmidas, con la excepcin de la creacin de la Academia General Militar
de Toledo, base del ejrcito profesional del siglo XX.
En slo seis aos, desde 1875, los sucesivos gobiernos de la Restauracin no haban
conseguido levantar, entre ejrcito activo y reserva, ms que a 376.353 hombres, de los cuales slo
180.000 haban recibido formacin militar. Se estimaba que las necesidades defensivas de Espaa
requeran un mnimo de 400.000 hombres instruidos, que puedan presentarse en pocos das en
primera lnea
65
.
Con la mirada an puesta en las victorias prusianas de haca ms de una dcada, asumiendo
que se haba perdido el impulso necesario para implantar las mejoras que otros pases haban ya
culminado, Martnez Campos era consciente de que Espaa necesitaba un contingente mayor con
un mejor adiestramiento. La manera en que deba organizarse el Ejrcito y su reserva deba
responder a los siguientes principios:

El primero es que al ponerse el ejrcito en pie de guerra sea bastante numeroso para atender a las
necesidades de la defensa y contrarrestar las fuerzas de la agresin; segundo, que todos los soldados
que lo compongan tengan la instruccin suficiente; tercero, que se pueda movilizar con rapidez;
cuarto, que sus unidades tcticas tengan la fuerza suficiente, segn la opinin ms generalmente
aceptada; y quinto, que en tiempo de paz su presupuesto no exceda de los recursos que para esta
atencin pueda dedicar el Erario, y a esta condicin hay que aadir la de que el tiempo de
obligacin del servicio militar no exceda de cierto plazo
66
.

Difcil tarea la de encontrar una posicin de compromiso entre unos principios, en la prctica,
tan contradictorios. Espaa poda llamar a 70.000 mozos cada ao, pero no era capaz de costear el
ingreso anual en el Ejrcito ms a que la mitad de ese cupo, as que el contingente de 400.000
hombres no hubo ms remedio que asegurarlo con fuerzas de reserva. Los reclutas disponibles
los mozos que no haban recibido instruccin militar deban suministrar una fuerza adicional
de 300.000 individuos en caso de grave crisis. Esos 700.000 hombres tericos, porque el pas
nunca habra sido capaz de poner sobre las armas a todos constituan an una cantidad inferior a
la que eran capaces de movilizar Alemania, Austria, Francia, Italia o Rusia.

65
Prembulo del proyecto de ley de reforma de la actual organizacin del Ejrcito, 17 de noviembre de 1881, GM, n.
327.
66
Ibdem.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 149


El servicio militar as instaurado duraba doce aos con posibilidad de sustitucin y redencin
a metlico. Cada uno de los 140 batallones activos de la Infantera a los que se les suprimieron
las dos compaas de depsito organizadas al inicio de la Restauracin se corresponda con un
batalln de reserva y con otro de depsito, es decir, se deba disponer de cuadros suficientes para
movilizar 420 batallones de Infantera. Para las otras Armas, se creaban 24 escuadrones de
depsito y 24 regimientos de reserva de caballera, seis regimientos de reserva de artillera y diez
compaas de depsito de ingenieros. Durante esos doce aos, un mozo poda encontrarse en una
de estas situaciones:

En activo, formando parte de las unidades del ejrcito peninsular, hasta cumplir
tres aos de servicio.
En reserva activa, residiendo en su domicilio sin haberes y disfrutando de una
licencia ilimitada hasta cumplir seis aos de servicio. En caso de movilizacin,
los miembros de la reserva activa acudan a la llamada de los cuadros de la
unidad de depsito a la que se encontraban adscritos, sin que, durante estos
primeros seis aos, los soldados pudieran contraer matrimonio.
En segunda reserva, tras cumplir los seis aos de servicio activo y hasta llegar a
los doce requeridos, formando parte de un batalln de reserva. Si el mozo haba
sido declarado excedente del contingente anual, quedaba asignado a la segunda
reserva desde el primer instante, si bien no poda contraer matrimonio hasta
pasados dos aos de compromiso
67
.


67
Ley reformada de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 8 de enero de 1882, GM, n. 45; y real decreto
determinando la fuerza de hombres de todos los cuerpos e institutos del Ejrcito, as activos como de reserva, en
tiempo de paz, 9 de junio de 1882, GM, n. 161. Las sedes de las unidades de reserva y de depsito de Infantera
estaban localizadas en: Albacete, Alcaiz, Alczar de San Juan, Alcira, Alcoy, Algeciras, Alicante, Almera, Andujar,
Antequera, Aranda de Duero, Arcos de la Frontera, Astorga, vila, Badajoz, Barbastro, Barcelona, Baza, Bjar,
Belchite, Betanzos, Bilbao, Burgos, Cceres, Cdiz, Calatayud, Cangas de Ons, Cangas de Tineo, Carmona,
Cartagena, Castelln de la Plana, Chiva, Cieza, Ciudad Real, Ciudad Rodrigo, Colmenar Viejo, Crdoba, Cuenca,
Denia, Estrada, Figueras, Fraga, Gerona, Getafe, Gijn, Gracia (Barcelona), Granada, Guadalajara, Guadix, Helln,
Huelva, Huesca, Inca, Jan, Jtiva, La Corua, La Palma del Condado, Len, Lrida, Linares, Logroo, Loja, Lorca,
Luarca, Lucena, Lugo, Madrid, Mlaga, Manresa, Matar, Medina del Campo, Mrida, Miranda de Ebro, Mondoedo,
Monforte, Montoro, Motril, Murcia, Ocaa, Orense, Orihuela, Oviedo, Padrn, Palencia, Palma de Mallorca,
Pamplona, Plasencia, Pola de Lena, Pontevedra, Puebla de Trives, Reus, Ribadavia, Ronda, Sagunto, Salamanca, San
Sebastin, Santa Coloma de Farns, Santander, Santiago, Santoa, Sarria, Segorbe, Segovia, Seo de Urgel, Sevilla,
Soria, Tafalla, Talavera de la Reina, Tarancn, Tarazona, Tarragona, Teruel, Toledo, Toro, Tortosa, Tremp, Tudela,
Tuy, beda, Utrera, Valencia, Valladolid, Vera, Vergara, Vern, Vich, Vigo, Villafranca del Bierzo, Villafranca del
Peneds, Villalba, Villanueva de la Serena, Vinaroz, Vitoria, Zafra, Zamora y Zaragoza. Por su parte, los regimientos
de reserva y depsito de caballera estaban en: Alicante, Castelln de la Plana, Ciudad Real, Crdoba, Guadalajara,
Huesca, Jerez de la Frontera, Madrid, Murcia, Sevilla, Valencia y Zaragoza (real decreto determinando la fuerza de
hombres de todos los cuerpos e institutos del Ejrcito, as activos como de reserva, en tiempo de paz, 9 de junio de
1882, GM, n. 161).
150 El reservismo militar en Espaa

Por el diferente nivel de adiestramiento de las dos reservas, se entiende que los miembros de
la reserva activa podan ser movilizados inmediatamente, en pocos das, y que el pas sera capaz
de presentar batalla a un potencial invasor oponindole alrededor de 280 batallones de infantera a
razn de 1.000 1.100 hombres cada uno su dotacin en tiempo de paz era de unos 400
efectivos. Mientras tanto, se poda instruir a los batallones de reserva para conseguir otras 140
unidades ms, si se requiriese
68
.
Como en anteriores perodos, el ejrcito de Ultramar constitua caso aparte y se cubra con
voluntarios y con soldados seleccionados por sorteo de entre los cuerpos activos, ante la ausencia
de aqullos. El tiempo de servicio en este caso era de cuatro aos en servicio activo y de otros
cuatro en segunda reserva
69
.
Los miembros de ambas reservas podan ser llamados a asambleas de instruccin, no
pudiendo exceder su duracin y frecuencia de seis semanas cada dos aos, si bien no se han
encontrado evidencias de que eso llegara a suceder. De haberse producido, tanto los gastos de
desplazamiento como los haberes de los reservistas se habran devengado en las mismas
condiciones que los que pertenecieran al servicio activo. Sin embargo, s consta que se les
reclamaba para pasar revista anual mediante la presentacin a su jefe de unidad en la reserva. Si no
se resida en la ciudad sede de sta, los alcaldes o los comandantes de puesto de la Guardia Civil
podan certificar que el interesado se encontraba en un determinado paradero, siendo ste el fin
ltimo de dicha revista. Mientras permanecan en esta situacin, como en pocas precedentes,
soldados o reclutas disponibles no podan beneficiarse de la Sanidad Militar aunque s que se les
permita desempear cargos pblicos
70
.
Los cuadros necesarios para estas unidades deban provenir de la Escala de Reserva retribuida
se hablar de ella a continuacin, una clase de oficiales creada en 1883 para el Arma de
Infantera y que permanecera en la organizacin militar espaola hasta el advenimiento de la
Segunda Repblica.
La ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito de 1885 confirmara este servicio militar de
doce aos, con una mayor diferenciacin de las situaciones del mozo, elevndolas a cinco:

En caja de reclutas
En servicio activo permanente

68
Proyecto de ley de reforma de la actual organizacin del Ejrcito, 17 de noviembre de 1881, GM, n. 327.
69
Ley reformada de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 8 de enero de 1882, GM, n. 45.
70
Reglamento para el reemplazo y reservas del Ejrcito, 22 de enero de 1883, GM, n. 31; y real orden resolviendo
que los reclutas disponibles y los sargentos, cabos y soldados que en lo sucesivo pasen la reserva activa y a la
segunda reserva puedan servir destinos pblicos, 21 de marzo de 1883, GM, n. 81.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 151


En reserva activa o con licencia
Reclutas en depsito o condicionales, es decir, los excedentes del contingente
anual, los redimidos y los sustituidos
En segunda reserva

Los miembros de la reserva activa deban reforzar a los cuerpos activos en tiempo de guerra,
mientras que los reclutas en depsito reemplazaban las bajas tanto en tiempo de paz como en
guerra. La segunda reserva era un contingente adicional para crisis serias. Se trataba de consumir
seis aos entre las situaciones segunda, tercera y cuarta, pasando a continuacin,
independientemente de la posicin de origen del mozo, a la quinta, es decir, a la segunda reserva.
Es reseable que, por primera vez, a los miembros de la reserva activa se les permitiera casarse
71
.
En cuanto a la necesidad de mandos para esta gran reserva, Martnez Campos quiso
satisfacerla con la creacin, en 1886, de una escala de reserva gratuita de dbil implantacin y que
se trae aqu con carcter puramente testimonial. Se pretenda cubrir las vacantes que haban
quedado en los batallones de reserva y de depsito, tras la colocacin de los excedentes de la
escala activa y de reserva de las Armas generales Infantera y Caballera. Dicha escala tena
una composicin que denotaba la escasa ambicin de este planteamiento de reserva: jefes y
oficiales retirados o licenciados absolutos, no separados del servicio de manera deshonrosa y en
adecuada forma fsica. Asimismo, podan conseguir el empleo de alfrez de la reserva gratuita,
previo examen, los siguientes individuos:

Los sargentos con destino en la Administracin, mientras hubieran servido los
plazos que indicaba la ley.
Las clases de tropa integrantes de la reserva activa y la segunda reserva que
hubieran servido el tiempo mximo previsto en la ley de reemplazos, que
acreditasen el nivel de renta suficiente o ejerciesen cargo o profesin
compatible con la condicin de oficial.
Los que no excediesen de treinta y tres aos de edad, estuvieran libres de
obligacin militar en tiempo de paz y tuvieran la aptitud legal para ejercer las

71
Ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 11 de julio de 1885, GM, n. 194. Esta ley sufri modificaciones en
1896, en plena Guerra de Cuba 1895-1898, con el propsito de regular con mayor precisin el proceso de
incorporacin de los mozos a filas y de recortar los plazos para dictaminar sobre los exentos, entre otros. Las
modificaciones y aadidos al texto de 1885 se consideran la ley de reclutamiento y reemplazo de 1896, aunque no
exista una disposicin con tal nombre (leyes modificando y adicionando la ley de reclutamiento y reemplazo del
Ejrcito de 11 de Julio de 1885, 21 de agosto de 1896, GM, n. 236; y real decreto autorizando al ministro de la Guerra
para la publicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 21 de octubre de 1896, GM n. 296).
152 El reservismo militar en Espaa

profesiones de arquitecto, ayudante de obras pblicas, farmacutico, ingeniero,
mdico, telegrafista, topgrafo y cualquier otra considerada de utilidad en el
Ejrcito.
Los que se encontrasen en las condiciones anteriores de edad y obligaciones
militares, dispusiesen de una renta anual propia de 3.000 pesetas o de un sueldo
de funcionario de la misma entidad
72
.

4.3. Escala de Reserva retribuida, una cuestin de semntica

Como intento fallido de vencer la ya crnica macrocefalia del Ejrcito, naci en 1883 la
Escala de Reserva retribuida para el Arma de Infantera. Su cometido era proveer de oficiales a las
unidades de reservistas para que stas pudieran pasar de pie de paz a pie de guerra en un breve
espacio de tiempo y, de paso, descontar 2.310 oficiales de la Escala Activa. As, se ofreci los
cuatro quintos de sueldo a quines, contando con la edad suficiente, quisieran retirarse a su
domicilio en la espera de una improbable movilizacin. En 1886, se redujeron los lmites para el
ingreso y se ampli la misma al Arma de Caballera, de tal manera que convivi con la Escala de
Reserva gratuita anteriormente descrita
73
.
Aunque no se permita que estos oficiales ocuparan vacantes distintas a las de la unidades de
reserva, muy pronto, cuando acuci la necesidad de mandos para los conflictos coloniales esta
finalidad fue pervertida. As, se ofreci a los sargentos la posibilidad de ser ascendidos a cambio
de permanecer en dicha escala ocupando vacante en activo. Por ejemplo, en 1895, se conceda
empleo de segundo teniente de la Escala de Reserva retribuida a los sargentos de cualquier Arma
que quisieran ir a Ultramar y que contaran con un mnimo de doce aos de servicio y seis en su
empleo, creando en realidad una escala paralela a la Activa sin ms cometido que suplir las
carencias de mandos formados en academias. Como se habr comprendido, esto no tiene nada que
ver con una reserva militar
74
.
La apertura de dicha escala a lo largo de la Restauracin, durante distintos perodos, y la
posibilidad de ascender hasta coronel, fue un verdadero contrasentido si se tiene en cuenta la razn
de la creacin de la misma. Por ello, porque en ningn Ejrcito existe, ni ha existido, la doble
escala permanentemente retribuida, tan arraigada en el nuestro, una de las primeras medidas

72
Estos alfreces podan ascender de acuerdo con lo reglamentado, no pudiendo alcanzar mayor empleo que el de los
segundos jefes de los batallones de depsito y reserva (ley ampliando la Escala de Reserva al Arma de Infantera, 6 de
agosto de 1886, GM, n. 220).
73
Ibdem; y real decreto creando la Escala de Reserva del Arma de Infantera, 14 de diciembre de 1883, GM n. 348.
74
Real decreto dictando disposiciones para la concesin del empleo de segundo teniente de la reserva retribuida a los
sargentos del Ejrcito, 4 de agosto de 1895, GM, n. 218.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 153


reformadoras de Manuel Azaa fue la supresin de esta escala y el escalafonamiento de todos sus
oficiales en la Escala Activa. Como alternativa se pensaba en la organizacin de una adecuada
Escala de Complemento
75
.

4.4. El general Cassola: la reforma que no pudo ser

El general Cassola no responda al prototipo de militar romntico del siglo XIX, en su mayora
procedente de las clases de tropa, es decir, hecho a s mismo. Hijo de maestro, se form en el
Colegio Militar de Infantera de Toledo y particip en las expediciones a Mjico y a Santo
Domingo, en las dos ltimas guerras carlistas y en el asedio del cantn de Cartagena. Asimismo,
prest servicio en Cuba y ocup importantes destinos, tales como la Capitana General de Granada
o la Direccin General de Artillera.
Trascendental reformista, adelantado a su tiempo y seguidor de la causa liberal, su proyecto
de ley constitutiva del Ejrcito, presentado a las Cortes el 22 de abril de 1887, cuando haca pocos
das que haba sido nombrado ministro de la Guerra por Sagasta, pretenda definir con claridad la
esencia del mismo [del Ejrcito] y establezca definitivamente su articulacin orgnica. Adems,
Cassola present otro proyecto de ley para aliviar la situacin personal, familiar y social por la que
estaban pasando los miembros del Ejrcito
76
.
Su propuesta de ley constitutiva se articulaba alrededor de tres pilares fundamentales: la
proclamacin efectiva de la obligatoriedad del servicio militar, la creacin de un servicio de estado
mayor y la supresin de la dualidad en el sistema de ascensos del cuerpo de oficiales. Este
proyecto de reformas militares, dursimamente combatido por la oposicin conservadora, y
tambin por militares liberales, apasion tanto a la opinin pblica como a las filas castrenses.
Dicha pasin lleg a tal punto que el propio gabinete Sagasta acab por considerarlo peligroso y
dej en la estacada a su promotor que, tras una primera dimisin no aceptada enero de 1888,
present su renuncia definitiva en junio de 1888 con el pretexto de un conflicto protocolario que le
enfrent con el general Martnez Campos, uno de sus ms importantes antagonistas
77
.
Interesa particularmente la parte del proyecto que trata de la instauracin de un servicio
militar universal, viejo anhelo de los liberales que apoyaron La Gloriosa, y al que Cassola dio el

75
Decreto suprimiendo las Escalas de Reserva retribuida de las oficialidades de las Armas y Cuerpos de Infantera,
Caballera, Artillera, Ingenieros, Intendencia y Sanidad Militar, y de los Institutos de la Guardia civil y de
Carabineros, 13 de julio de 1931, GM, n. 195.
76
Puell de la Villa (1986), pg. 167. Se recuerda que el Ejrcito espaol de 1887 se compona de 132.000 efectivos,
32.000 de los cuales se encontraban desplegados en Cuba, Puerto Rico y Filipinas (ley fijando la fuerza del ejrcito
activo de la Pennsula para el ao econmico de 1887 a 1888, 30 de julio de 1887, GM, n. 213).
77
Puell de la Villa (1986), pg. 167.
154 El reservismo militar en Espaa

enfoque prusiano de reemplazos cortos con perodos largos de disponibilidad. Esa prestacin no
habra podido ser eludida ni en paz ni en guerra con las armas en la mano, mientras tenga aptitud
para manejarlas, es decir, se habra suprimido la sustitucin y la redencin a metlico con
excepcin del servicio en Ultramar, para el cual s que se habra permitido la sustitucin
concesin hecha por Cassola que se convirti en una debilidad del proyecto por la contradiccin
que supona. Los mozos sustituidos y esta era una importante novedad, habran tenido que
ingresar en las unidades del Ejrcito en suelo peninsular
78
. El 8 de marzo de 1888, el elocuente
general Cassola defenda as su visin del servicio militar:

Nosotros hemos querido que vengan al Ejrcito todas las clases sociales porque de esta suerte
llegarn a estar representadas en el Ejrcito todas las energas, todos los entusiasmos y todo el
honrado inters de las fuerzas vivas del pas, y no suceda que el ser soldado venda a parecer como
una especie de oficio vil, puesto que slo lo ejercen los hijos de las familias ms infelices y menos
afortunadas del pas. La igualdad absoluta se presta a grandes ridiculeces; pero la desigualdad y el
privilegio se prestan a cosas ms odiosas
79
.

El proyecto mantena la duracin del servicio militar en doce aos ocho para destinados en
Ultramar, tres de ellos en filas, cuatro en la reserva activa y cinco en la segunda reserva. La
reserva activa perteneca a los Cuerpos, por lo que la movilizacin poda ser inmediata sin ms que
recibir aviso de las autoridades o del ministro de la Guerra. La segunda reserva slo se movilizaba
en tiempo de paz por orden del Gobierno asambleas de instruccin y, en caso de crisis, por
intervencin aadida de las Cortes
80
.
La restauracin de la clase de cadetes para aportar oficiales reservistas al Ejrcito era otra de
las sugerencias de Cassola. Para pertenecer a dicha clase haba que presentarse voluntario teniendo
entre dieciocho y veinte aos, sin haber sido requerido para el servicio militar. Adems, a lo largo
de su perodo de instruccin y antes de ser nombrados oficiales con carcter efectivo, deban
acreditar el cumplimiento de los requisitos siguientes:

1. Que poseen la instruccin terica y prctica exigible al soldado y al cabo del arma en que
ingresen.
2. Que disfrutan de la robustez y aptitudes fsicas necesarias para resistir las fatigas del servicio.
3. Que ellos o sus familias disponen de recursos suficientes para subvenir a las necesidades de
su vida con decencia, y para atender al cuidado y entretenimiento de su vestuario, puesto que no han
de percibir sueldo ni haber ninguno, y slo la racin de etapa en tiempo de guerra cuando se facilite
a las tropas.

78
Puell de la Villa (1979), pg. 146.
79
Discurso del general Cassola en el Senado, 8 de marzo de 1888, pud Puell de la Villa (1986), pg. 171.
80
Real decreto autorizando al ministro de la Guerra para presentar a las Cortes un proyecto de ley constitutiva del
Ejrcito, 22 de abril de 1877, GM, n. 113.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 155


4. Que han de presentar su uniforme, caballo y montura reglamentarios con su equipo y efectos
completos los que pretendan servir en cuerpos montados, y slo su uniforme los que aspiren a servir
en los de a pie
81
.

Se haba pensado que los oficiales reservistas se hicieran cargo del mando de las unidades de
reserva a medida que se fueran amortizando los excedentes en las escalas de jefes y oficiales de
reserva. Para pertenecer a esa clase haba que pasar una especie de promocin interna que consista
en unas pruebas tericas y en acreditar una renta anual mnima de 2.000 pesetas. Podan
presentarse a dicha promocin los siguientes individuos:

Los suboficiales del Ejrcito, excepcionalmente sin necesidad de presentarse a
examen.
Los sargentos del mismo.
Los cadetes que hubieran servido en filas al menos dos aos.
Cualquier individuo de las clases de tropa, siempre que hubieran cursado una
carrera o ejercieran una profesin para la que se requiriera ttulo acadmico.
Los individuos del Ejrcito y sus reservas que hubieran servido los plazos
exigidos por la ley.
Los que pertenecieran a las reservas o fuesen reclutas disponibles, y cumplieran
con el resto de condiciones
82
.

Los jefes y oficiales retirados o separados voluntariamente del servicio podan acceder a la
escala de oficiales reservistas sin cumplir ningn requisito adicional, siempre que su aptitud fsica
fuera buena y no hubiesen sido apartados del Ejrcito con nota desfavorable en su hoja de
servicios. La incorporacin se realizaba manteniendo tanto el empleo como la antigedad
83
.
Un ao despus de la dimisin del general Cassola, el 20 de julio de 1889, la Gaceta de
Madrid public una ley constitutiva que slo incorporaba algunas pocas sugerencias del proyecto
inicial. Para gloria tarda o pstuma del general Cassola, su propuesta de organizacin territorial se
implantara en 1893 a manos de uno de sus adversarios, el general Lpez Domnguez; la reforma
del reclutamiento hubo de esperar a 1911 cuando, a iniciativa de Canalejas, se promulg la ley de
bases del reclutamiento y reemplazo; y, por ltimo, la extincin definitiva del Cuerpo de Estado
Mayor se llevara a cabo en 1932 bajo la presidencia del gobierno de Azaa.

81
Ibdem.
82
Ibdem.
83
Ibdem.
156 El reservismo militar en Espaa

4.5. Movilizaciones de la reserva durante la Restauracin

El fin ltimo de toda reserva es poder incrementar el contingente de la fuerza en caso de
requerirlo la defensa nacional. Los ltimos aos del siglo XIX y los primeros aos del XX
constituyeron el marco temporal en el que Espaa perdi las ltimas posesiones ultramarinas y
tambin el de su expansin africana, sucesos en los que las Fuerzas Armadas fueron un actor de
primer orden al que requirindosele un mayor nmero de efectivos que el que, un momento antes,
se encontraba sobre las armas.

4.5.1. Guerra de Cuba 1895-1898

El 23 de febrero de 1895, a travs del denominado Grito de Baire, los seguidores de Jos
Mart proclamaron en la ciudad del mismo nombre en la provincia de Oriente, prxima a
Jiguan, la independencia de Cuba. Con ello comenzaba una insurreccin que acabara con la
separacin efectiva de la metrpoli tres aos ms tarde. Dicha lucha armada comenz mediante la
accin de partidas insurgentes en el territorio oriental de la isla para irse constituyendo, poco a
poco, en un verdadero ejrcito que se propag hacia el oeste. El 25 de febrero, Jos Mart y
Mximo Gmez publicaron en Santo Domingo el llamado Manifiesto de Montecristi localidad
situada en la Repblica Dominicana, en el cual se exponan los motivos y propsitos de la
revolucin recin declarada.
La primera medida del Gobierno fue enviar, tan slo unas cuantas semanas despus en un
alarde logstico para la poca, 20.000 hombres para el refuerzo de la guarnicin cubana que
contaba con 60.000 soldados por aquel entonces. El apoyo desde la Pennsula aument a 80.000
hombres antes de que comenzara el ao siguiente, con lo que el ejrcito desplegado en Cuba y
mandado por el prestigioso general Martnez Campos lleg a contar hasta con 140.000 efectivos.
Asimismo, oficiales subalternos que se encontraban en la reserva fueron movilizados antes de que
acabara el mes de abril
84
.
Dado que estaba establecido por ley que los integrantes de la reserva activa servan para la
puesta en pie de guerra del Ejrcito y que las bajas en las unidades deban cubrirse con reclutas en
depsito, en los primeros meses del conflicto se suscit una polmica sobre lo que el Gobierno
deba hacer a tenor de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito de 1885. Para decidir quin
deba cubrir los huecos dejados por el contingente de 20.000 hombres ya enviado a Cuba haba que

84
Redondo (1983), pg. 240; Redaccin (1895, 25 de abril), La Correspondencia de Espaa, pg. 3; y Redaccin
(1895, 5 de mayo), La Correspondencia de Espaa, pg. 3.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 157


establecer si esa accin era la puesta en campaa de un ejrcito o si los huecos dejados eran bajas
que deban ser cubiertas. Por un lado, los reclutas en depsito no tenan la instruccin suficiente
para ponerse inmediatamente sobre las armas pero, por otro, los pertenecientes a la reserva activa
ya haban servido durante varios aos y no pareca justo que recayera sobre sus hombros una
prestacin personal por unos cuantos aos ms
85
.
El Gobierno opt por la movilizacin de la reserva activa. El 27 de julio de 1895 se le
autorizaba a movilizar a los reservistas del reemplazo de 1891, si bien los seleccionados podan
permutar su destino en el ejrcito activo con otros individuos pertenecientes a un reemplazo
anterior, a condicin de que sustituto y sustituido pertenecieran a la misma Regin Militar
86
.
Como la ley de reclutamiento y reemplazo de 1885 permita a los reservistas contraer
matrimonio, muchos de los enviados a Cuba estaban ya casados. En aras de reducir la
conflictividad social que tal circunstancia poda promover, y en una iniciativa sin precedentes, se
establecieron ayudas para las familias de aqullos que contaran con pocos recursos econmicos.
Mientras el marido estuviera movilizado, 50 cntimos diarios era lo que obtena su mujer o hijos
hurfanos de madre, siempre que pudieran acreditar la condicin de necesitados. Esta cantidad
poda duplicarse si las Diputaciones Provinciales, los Ayuntamientos y las dems corporaciones
atendan el llamamiento del Gobierno de realizar una aportacin de, al menos, otro tanto. La
pensin resultante de 182,50 pesetas anuales entregada por el Estado cantidad calculada a partir
de la multiplicacin de la percepcin diaria de 50 cntimos por el nmero de das que tiene un
ao era la misma que, en esa poca, reciban los familiares de los soldados muertos en campaa
por lo que, asumiendo que las corporaciones locales aportaran la misma cantidad que el Gobierno,
se debe entender que la ayuda a las familias era muy generosa, habida cuenta que los haberes del
reservista movilizado se deban sumar a la pensin o pensiones citadas
87
.
En cuanto a los cuadros de mando, se decidi que los que deban marcharse a Cuba fueran
sorteados de entre los del servicio activo, con exclusiones tales como los que estuvieran prximos
al retiro o los que hubieran servido recientemente en la isla.
Como era previsible que la magnitud y duracin del conflicto cubano obligara a una mayor
disposicin de recursos, tambin se orden la revista de todos los reclutas en depsito y los otros

85
Alas, G. (1895, 8 de abril), Excedentes o reservistas? Quines deben ser llamados?, La Correspondencia de
Espaa, pg. 1.
86
Real decreto autorizando al ministro de la Guerra para llamar a las filas a las clases e individuos de tropa del
reemplazo de 1891 que se hallan en reserva activa, 27 de julio de 1895, GM, n. 210; y real orden circular dictando
reglas para las permutas de los individuos de la primera reserva del reemplazo de 1891, 31 de julio de 1895, GM, n.
213.
87
Real decreto concediendo pensiones a las familias de los reservistas del reemplazo llamados a filas, 4 de agosto de
1895, GM, n. 218; y real decreto sentencia resolutorio del pleito contencioso administrativo incoado por Domingo
Rodrguez Acedo sobre abono de atrasos de pensin, 2 de setiembre de 1888, GM, n. 245.
158 El reservismo militar en Espaa

individuos de las clases de tropa que se hallaran en las situaciones de licencia ilimitada o de
segunda reserva. Acabada la revista, era preceptivo que los Jefes de las zonas y reservas
averiguarn el paradero de los que hayan faltado, dirigindose a los Alcaldes y empleando los
medios que les sugiere su celo e inters por el servicio. A pesar de esta prevencin, la
movilizacin de la segunda reserva slo se llev a cabo en Canarias, unos das antes de que
Estados Unidos declarase la guerra a Espaa. Por aquel entonces la tensin entre ambos pases era
muy alta y se tema que en las Islas Atlnticas sucediera cualquier eventualidad. Por ello, y a
pesar de que algunas unidades peninsulares haban reforzado su guarnicin, se llam a las armas a
las fuerzas de segunda reserva del Ejrcito regional de Canarias, y a las filas, a los reclutas en
depsito del mismo Ejrcito, para nutrir los Cuerpos que lo constituyen o formar con ellos nuevas
unidades de combate. El contingente que se orden poner sobre las armas ascendi a seis
batallones de 1.000 efectivos cada uno, incrementando la fuerza de los dos batallones ya existentes
hasta alcanzar ese mismo nmero
88
.

4.5.2. Guerra del Rif de 1909

El Rif, rea montaosa del norte de Marruecos, se consideraba en 1909 una zona de influencia
espaola en virtud del tratado firmado con Francia el 5 de octubre de 1904. Sin embargo, la
autoridad del sultn nunca haba sido efectiva all y las cabilas fueron mostrando una creciente
hostilidad a los espaoles y franceses que, merced al inters minero de la regin, se haban
desplegado por la misma. El 9 de julio de 1909, la va frrea que se estaba construyendo para
transportar el mineral desde la mina de Beni-Buifur a Melilla fue atacada por cabilas hostiles a
Espaa, ocasionando la muerte de varios obreros. La provocadora actitud de los rifeos ante la
continuacin de las obras, y la disposicin amenazante de Francia de intervenir para proteger sus
intereses en la zona, ocasionaron que el general Marina, gobernador militar de Melilla, solicitara
refuerzos y presionara al Gobierno para que autorizara el empleo de la fuerza. En los das
siguientes fueron embarcadas distintas unidades en la Pennsula la Brigada Mixta de Cazadores

88
Real orden circular dictando las reglas a las cuales ha de sujetarse la revista anual de los individuos de la reserva del
Ejrcito a que se refieren los artculos 41 y 46 del reglamento orgnico de las zonas militares, 16 de setiembre de 1895,
GM, n. 263; real decreto autorizando al Ministerio de la Guerra para llamar al servicio de las armas y movilizar a las
clases e individuos de tropa de la segunda reserva del ejrcito regional de Canarias, 7 de abril de 1898, GM, n. 98; y
Redaccin (1898, 8 de abril), La reserva de Canarias, La Correspondencia de Espaa, pg. 3. Dichos reservistas
fueron desmovilizados a mediados de agosto del mismo ao, siendo socorridos con diez das de haber, como auxilio
de marcha, Redaccin (1898, 22 de agosto), Noticias militares, La Correspondencia Militar, pg. 2.
Captulo IV.- La batalla de Sadowa o la transformacin de la reserva 159


de Catalua lleg completa en nueve das y se permiti la ruptura de hostilidades, que devino en
la toma del monte Gurug y en el bombardeo naval y artillero de varias aldeas hostiles
89
.
En cualquier caso, la previsin de la necesidad de un contingente superior hizo que el
gobierno de Antonio Maura fuese autorizado por las Cortes, el 11 de julio, para movilizar a los
soldados de la reserva activa que considerara necesarios para reforzar las unidades del Ejrcito. El
Ministerio de la Guerra pens que se llegara a trasladar 40.000 efectivos al entorno de Melilla
90
.
Tal como sucediera en el conflicto cubano, la mujer e hijos del reservista tenan derecho a una
pensin de 50 cntimos diarios mientras ste estuviera en activo. Dicha pensin se converta en
vitalicia si el aqul mora en combate. Asimismo, el Gobierno limit los derechos de emigracin
de los miembros de la reserva activa y el de los mozos declarados soldados para el reemplazo de
1910
91
.
Reservistas recin movilizados participaron en el trgico combate del Barranco del Lobo, que
tuvo lugar el 27 de julio, tan slo dos semanas despus del llamamiento a filas. Exista un
ambiente de tensin social debido al injusto sistema de reclutamiento que permita la evasin del
servicio a las clases ms favorecidas, la llegada de noticias de los sucesos de Melilla a Barcelona
puerto de embarque de las tropas y a cuya regin pertenecan la mayora de las bajas.
Obviamente, eso aviv el ambiente de huelga general previamente convocada, degenerando en el
perodo de tumultos verdadera insurreccin popular denominado Semana Trgica. Esos
disturbios llevaron al Gobierno a suspender las garantas constitucionales en todo el pas a partir
del da 28.
Debe notarse que los reservistas llamados a filas pertenecan a los reemplazos de 1903, 1904 y
1905, que algunos llevaban licenciados tres aos y que dejaban, en la Pennsula, mujer e hijos que
tenan que ser confiados a la caridad de amigos y familiares. Como ejemplo de un sinfn de
iniciativas parecidas, la localidad de Sanlcar de Barrameda suspendi sus fiestas veraniegas de
1909 para socorrer a las familias de los reservistas de la localidad
92
.

89
Fernndez-Aceytuno (2009), pg. 116; Redaccin (1909, 11 de julio), La Brigada Mixta. Esperando el embarque,
La Correspondencia de Espaa, pg. 1; Corresponsal (1909, 12 de julio), El embarque en Barcelona, La
Correspondencia Militar, pg. 1; Redaccin (1909, 25 de julio), Declaraciones del ministro de la Guerra, La
Correspondencia Militar, pg. 2.
90
Real decreto autorizando al ministro del ramo para llamar a filas los soldados de la reserva activa que considere
precisos para nutrir los Cuerpos y unidades del Ejrcito que estime necesarios, 11 de julio de 1909, GM, n. 192; y
Redaccin (1909, 25 de julio), Declaraciones del ministro de la Guerra, La Correspondencia Militar, pg. 2. Puell
de la Villa (2005
A
), pg. 158, establece en 14.000 los reservistas efectivamente movilizados.
91
Real decreto suspendiendo la facultad de emigrar a los que se encuentren en situacin de reserva activa y a los
mozos declarados soldados, 28 de julio de 1909, GM, n. 211; y real orden disponiendo la forma en que han de
solicitarse y ser abonadas a las esposas e hijos hurfanos de madre de los reservistas llamados a filas, la pensin que
determina el real decreto de 22 de julio prximo pasado, 4 de agosto de 1909, GM, n. 218.
92
Puell de la Villa (2005
A
), pg. 158, y Redaccin (1909, 28 de julio), Los sucesos en provincias. Varias noticias,
La Correspondencia de Espaa, pg. 4.
160 El reservismo militar en Espaa

Aunque, despus de la tragedia del barranco del Lobo, 6.000 excedentes de cupo del
reemplazo de 1908 fueran movilizados para cubrir bajas en la guarnicin peninsular, este modelo
de reserva ya acusaba su total agotamiento y, tras la cada del gobierno de Maura, la clase poltica
espaola asumira finalmente la definitiva y efectiva implantacin del servicio militar universal,
con un gran impacto sobre la constitucin de la reserva militar
93
.

93
Real decreto autorizando al ministro del ramo para llamar al servicio activo a los excedentes de cupo del reemplazo
de 1908 que considere necesarios para cubrir bajas, 5 de agosto de 1909, GM, n. 218; y real orden llamando al
servicio activo de las armas 6.000 mozos de los 77.384 que resultan excedentes del cupo del reemplazo de 1908,
distribuyndolos en la forma que se indica, 9 de agosto de 1909, GM, n. 228.















PARTE SEGUNDA.- RESERVA Y SERVICIO MILITAR
UNIVERSAL (SIGLO XX)







Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 163


CAPTULO V.- PRIMERA LEY ESPAOLA DEL SERVICIO MILITAR UNIVERSAL


En los inicios del siglo XX, el debate sobre el modo en que deba prestarse el servicio personal
en el Ejrcito no se haba an cerrado a satisfaccin de los estratos ms bajos de la sociedad.
Tampoco el sistema de reclutamiento y reserva poda proporcionar los recursos necesarios para la
defensa de los territorios en los que an ondeaba la bandera roja y gualda. As, cuando lo militar
acusaba una severa falta de prestigio, fueron confeccionados algunos proyectos para intentar
abordar, de una vez por todas, la universalizacin del servicio militar. La primera ley de bases
relativa a este asunto fue propuesta a las Cortes en 1904, pero no obtuvo todos los apoyos
necesarios, fracasando lo mismo que otras disposiciones preparadas en aos sucesivos. Finalmente,
los acontecimientos blicos y sociales de 1909 precipitaron la ansiada reforma, aprobndose a
mitad de 1911 una ley de bases que implantara por primera vez en Espaa el servicio personal de
corte prusiano. Este captulo trata de los antecedentes de dicha ley y de la organizacin de la
reserva que result, que estuvo vigente, con pocas modificaciones, hasta la suspensin de la mili
obligatoria. Adems, se comenz a dotar al Ejrcito con oficiales movilizables, figura
indispensable en esta forma de entender la reserva militar que dur con una notable evolucin
mientras se mantuvo la obligacin de servir.

1. UN LARGO CAMINO PARA UN GRAN LOGRO SOCIAL

Como se ha dicho, la cuestin se encontraba abierta por aquellos aos. Por un lado, la
abolicin de las quintas constituidas en el reinado de Felipe V, y caballo de batalla de gran parte
de la clase poltica desde el Sexenio Democrtico, e incluso antes tena en contra el elevado
coste de los ejrcitos permanentes y el recuerdo de la participacin de stos en la represin de las
movilizaciones populares. Gran parte de la izquierda sigui pensando durante el primer tercio del
siglo XX que la libertad era incompatible con la existencia de ejrcitos profesionales
1
.
Y por otro, las clases pudientes mantenan la presin para conservar la posibilidad de eximir a
sus vstagos de la obligacin de servir mediante el pago de una suma sustitucin y redencin a
metlico, una prctica que trasladaba la desigualdad e injusticia sociales al mbito de la defensa
y que convena a la Hacienda pblica por cuanto supona una fuente de ingresos nada despreciable.
Con ello, el modelo prusiano de reclutamiento, consistente en un servicio militar universal de larga

1
Particularmente Manuel Azaa, Alpert (1982), pgs. 11-17 y 32.
164 El reservismo militar en Espaa

duracin con una corta presencia en las unidades activas, segua sindole hurtado al sistema
defensivo espaol a pesar del largo tiempo transcurrido desde los hechos blicos que haban
demostrado su eficacia.
Curiosamente, todo este debate tena poca resonancia en las Cmaras. Por un lado, dice Seco
Serrano que la abolicin [de la redencin a metlico estaba] incluida siempre, y siempre aplazada,
en los programas polticos de los que se autocalificaban como liberal-demcratas, mientras que
el Partido Conservador se preocupaba escasamente, a decir de Puell de la Villa, de los asuntos
militares
2
.
Tuvieron que llegar los sucesos de la Semana Trgica para conmover al pas entero y llevar al
rey, como se ha dicho en el captulo anterior, a forzar la dimisin de Maura y a encargar a
Canalejas, tras un breve mandato de Moret, la formacin de un nuevo gobierno. Como se
comprender, la oposicin popular al modelo existente de reclutamiento no fue ahogada por las
cargas de la Guardia Civil en Barcelona, ms bien fue asumida por los partidos obreros, que
comenzaban a cobrar importancia: Que la redencin a metlico sea abolida inmediatamente, por
considerar que el actual sistema de reclutamiento es injusto, protestando con suma energa de la
prrroga concedida por el ministro del ramo
3
.
No pudiendo ignorar las causas que haban movido a los ciudadanos a participar en tan
tremendos disturbios, y conscientes de que el servicio personal deba ser sometido a serias
reformas dilatadas durante demasiado tiempo, como se ha dicho, la intencin del nuevo
ejecutivo fue implantar, con pequeas adaptaciones y en su parte aplicable, el proyecto del general
Cassola. Y as se pronunci el rey en el discurso de apertura de las nuevas Cortes:

No incurrir Mi Gobierno en olvido ni negligencia hacia los sagrados intereses que representan
el Ejrcito y la Armada. El Ministro de la Guerra solicitar con gran diligencia vuestra cooperacin,
de modo que, mediante un comn movimiento de patriotismo, se llegue por parte de todos los
ciudadanos tiles al servicio obligatorio y a la instruccin militar con la misma fuerza preceptiva.
De igual modo os interesar en la pronta concesin de aquellos recursos necesarios a un Ejrcito
fuerte y organizado con todos los servicios modernos indispensables para poder pasar fcil y
rpidamente del pie de paz al pie de guerra
4
.

El nuevo concepto introducido por Canalejas en materia de reclutamiento y reserva quien
se haba estado significando en este sentido desde sus inicios en la poltica permanecera vigente

2
Puell de la Villa (2005
A
), pg. 125; y Seco Serrano (1984), pg. 249.
3
Conclusiones del mitin contra la guerra que tuvo lugar en el teatro Barbieri de Madrid el 23 de octubre de 1910,
organizado por las Juventudes Socialistas con la intervencin de Pablo Iglesias, Redaccin (1910, 24 de octubre),
Contra la guerra. Mitin en Barbieri, El Pas, pg. 3.
4
Discurso ledo por S. M. el rey D. Alfonso XIII en la solemne apertura de las Cortes verificada el 15 de junio de
1910, Redaccin (1910, 15 de junio), La apertura de Cortes, El Globo, pg. 2. Aunque este es el ejemplo de apoyo
real ms conocido, hubo otro anterior, en 1903, Redaccin (1903, 18 de mayo), Los discursos de la Corona, La
poca, pg. 1, e incluso uno de su madre, la reina Mara Cristina, en 1899.
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 165


con algunos cambios hasta finales del ao 2001 y sentara las bases de las Fuerzas Armadas
espaolas que han contado con mayor representacin social de todos los tiempos.

1.1. La cuestin militar en el Regeneracionismo

En 1900, Espaa tena, en relacin a la poblacin e incluyendo las potencias militares con
parcial implantacin en suelo europeo Rusia y Turqua, el segundo ejrcito ms pequeo de
Europa. Sin embargo, el presupuesto del Ministerio de la Guerra espaol era la quinta parte de sus
homnimos alemn y francs cuando las fuerzas propias representaban la sptima parte de las de
esos pases
5
. La ineficiencia que se desprende de ese dato objetivo tiene como principal causa que,
en estos aos inmediatamente posteriores al desastre colonial de 1898, el presupuesto se destinaba
ntegramente al pago de los salarios del personal profesional, con una orgnica cuyas vacantes no
llegaban ni de lejos a ser suficientes para dar ocupacin a todos los oficiales disponibles. Aun con
todo, incluso los militares en activo tenan serias dificultades para vivir con decoro. En
consecuencia, las unidades recibieron durante estos aos una cantidad mnima de soldados de
reemplazo con que nutrir sus menguadas plantillas, que difcilmente podan mantener la vida de
los cuarteles. Queda claro que el nivel de operatividad no era aceptable
6
:

El soldado [espaol] era el peor alojado y el ms recargado de servicio de toda Europa; la mayor
parte de los cuarteles eran antiguos, destartalados y ruinosos, edificios en los que la higiene era
poco menos que imposible y el confort totalmente desconocido [...]; la escasez de fuerza en los
regimientos y la abundancia de servicios hacan que el soldado careciera del reposo debido y aun
del tiempo necesario que la profesin exige
7
.

Acusados de la prdida de las colonias por la opinin pblica, desmotivados y mal pagados,
los mandos del Ejrcito fueron desarrollando durante los primeros aos del siglo una tremenda
animadversin contra parte del poder y la sociedad civiles, como contraposicin a un sentimiento

5
Espaa tena en 1900 un militar por cada 226 habitantes, proporcin solamente superada por Dinamarca, mientras
que Alemania, Francia, Inglaterra e Italia tenan uno por cada 94, 71, 165 y 130 habitantes, respectivamente. El
esfuerzo espaol de Guerra en ese ao porcentaje del presupuesto general del Estado que representaba dicho
presupuesto era del 14,9 por ciento, superado por todos los pases del entorno citado excepto Blgica, Dinamarca,
Noruega y Portugal. Las potencias centrales que participaron unidas en la Primera Guerra Mundial Alemania,
Austria-Hungra, Bulgaria y Turqua tenan un esfuerzo del 42,1, 27,3, 23,9 y 32,6 por ciento, respectivamente, Gil
lvaro (1901), pgs. 176 y 184.
6
Aguilar Olivencia (1986), pg. 144 y Puell de la Villa (2005
A
), pg. 124. Este ltimo autor afirma que en los
primeros aos del siglo XX slo 50.000 soldados de las clases de tropa estuvieron en filas, con lo que los regimientos
tuvieron que conformarse con tener alrededor de 300 efectivos y las compaas 33. Los generales, jefes y oficiales
eran alrededor de 24.000 en 1899, con 8.000 vacantes menos tras la prdida de las colonias, Alpert (1982), pg. 92.
7
Aguilar Olivencia (1986), pgs. 143 y 144.
166 El reservismo militar en Espaa

de hostilidad generalizado que, posiblemente, es resumido por la intervencin que protagoniz el
conde de las Almenas en el Senado, el mismo ao en que se firmaba el Tratado de Pars
8
:

Comienzo por dirigir un saludo de cario y de consideracin a esos pobres y desdichados
soldados que llegan a pisar el suelo de la Patria anmicos y casi sin vida, gracias a esa deplorable
administracin y sanidad militar, y gracias a esos jefes que no han sabido conducirlos a la victoria,
y ya que no a la victoria, a caer siquiera con honra y con prestigio
9
.

El cenit de este desencuentro entre sociedad civil y Ejrcito tuvo lugar durante los sucesos de
1905, en los que un grupo de militares, excedida su tolerancia con el prolongado contenido
antimilitarista de muchas de las publicaciones en prensa, asaltaron las redacciones de los
peridicos catalanes Cu-Cut! y La Veu de Catalunya y protagonizaron un sonoro choque con
simpatizantes regionalistas en las Ramblas. El conflicto se extendi a la Pennsula entera y
ocasion una crisis en el Consejo de Ministros, cuyo presidente Montero Ros decidi suspender
las garantas constitucionales en Barcelona y en su provincia, aunque posteriormente fue obligado
a dimitir tras renunciar a tramitar una ley de jurisdicciones que favoreciera al estamento militar.
Por el contrario, su sucesor Segismundo Moret apoy al Ejrcito y emprendi el camino para la
aprobacin de dicha ley, tal como aconsejaba una cpula castrense que estaba convencida de que
lo que realmente estaba en peligro era la unidad de Espaa
10
.
En aras de luchar contra el separatismo incipiente, como se ha dicho, los altos mandos y la
prensa militares presionaron al Consejo de Ministros en favor de la promulgacin de una ley que
entregara a la jurisdiccin castrense los inculpados de delitos de injurias y ofensas contra el
Ejrcito y la Armada, iniciativa que ya haba sido planteada y desestimada en 1895. En medio
de grandes tumultos y la oposicin de la mayor parte de la prensa y de algunas formaciones

8
El Tratado de Pars, firmado el 10 de diciembre de 1898, acab con la Guerra Hispano-estadounidense. Estados
Unidos pag a Espaa 20 millones de dlares por las posesiones de Guam, Puerto Rico y las Filipinas. Espaa, por su
parte, debi abandonar sus demandas sobre Cuba y declarar su independencia. La derrota puso fin al Imperio espaol y
marc el principio de la etapa imperialista de Estados Unidos.
9
El senador en cuestin preguntaba particularmente por las condecoraciones concedidas a los jefes y oficiales
destinados en Cuba con posterioridad al cese de las hostilidades, intervencin del Conde de las Almenas en el Senado,
6 de setiembre de 1898, DSS, pg. 764.
10
El conflicto entre prensa y Ejrcito vena de antiguo, de cuando muchos peridicos desataron campaas en contra
del desarrollo de las luchas en Cuba, Filipinas y Marruecos, siendo acalladas por razn de seguridad nacional muchas
de las informaciones preparadas. Por eso, la oposicin a la prensa civil foment la aparicin de la prensa militar
durante las ltimas dcadas del siglo XIX. Con posterioridad a la prdida de las colonias, muchos medios solicitaron la
apertura de expedientes a los mandos militares responsables de la derrota, siendo los peridicos regionalistas catalanes
particularmente activos en este sentido. A esto se uni la circunstancia de la prdida del crucero Cardenal Cisneros
por la impericia de sus oficiales el 28 de octubre de 1905, apareciendo toda suerte de comentarios mordaces, sobre
todo en la prensa catalana. En ese ambiente de tensin, el 25 de noviembre del mismo ao, las dos redacciones de La
Veu de Catalunya y de Cu-Cut! fueron asaltadas por un centenar de militares, como reaccin a una caricatura de Joan
Junceda. Tras el llamado banquete de la victoria celebrado por la Lliga Regionalista por su triunfo en las elecciones
municipales de ese mismo mes, la caricatura reproduca a un civil y a un militar vestido de hsar, observando al
numeroso pblico que aflua al banquete, con el siguiente dilogo: Qu se celebra aqu que hay tanta gente? /
El banquete de la victoria, / De la victoria?, Ah, vaya, sern paisanos, Arroyo (1990), pgs. 11-14.
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 167


polticas, el 20 de marzo de 1906 las Cortes aprobaron la llamada ley de jurisdicciones que
sancion el rey tres das ms tarde
11
. Con esta singular restriccin de la libertad de expresin
que se mantuvo hasta la Segunda Repblica comenzaba un perodo de la historia de Espaa en
el que los militares acabaran sustituyendo, progresivamente, al Estado
12
. Dicha escalada continu
con la creacin, en 1916, de las Juntas de Defensa y con la Dictadura del general Primo de Rivera
siete aos ms tarde, aunque es preciso reconocer que las potencias militares de Europa haban
experimentado con anterioridad a esta poca un aumento del poder de sus estructuras castrenses
13
.

1.2. Antecedentes de un hito histrico en materia de reclutamiento y reserva

Tras este prembulo, que se ha escrito para dar a conocer el estado militar y social del pas, se
puede concluir que durante los primeros aos del siglo XX, tanto en mbitos polticos como
militares, se encontraba muy maduro el debate sobre el servicio militar universal y
profundizando en el tema de esta tesis sobre la pertenencia a la reserva militar de todos los
hombres tiles, durante parte de sus vidas. En el ao 1900, por ejemplo, La Correspondencia
Militar se haca eco de las promesas en tal sentido del ministro de la Guerra del equipo de Silvela,
en las que se puede interpretar, por venir de donde vena, un apoyo firme del estamento militar a la
implantacin de esta modalidad de servicio:

Entre los proyectos del general Azcrraga, que inmediatamente sern presentados a las Cortes,
figura la reforma de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, en la cual se consigna la
instruccin militar obligatoria. [...]
El pobre, cuando ese proyecto sea aprobado, entregar a su hijo con entusiasmo para que
defienda la Patria, porque sabr que ese mismo deber lo cumplir tambin el poderoso, rindiendo
culto a las prescripciones de una ley tan lgica como sana
14
.

Sin embargo, esta reforma no vera la luz ni en ese ni en los sucesivos gobiernos, alguno de
ellos presidido por el mismo general Azcrraga. Era muy difcil renunciar a la fuente de ingresos

11
El nombre verdadero de la disposicin era ley para la represin de los delitos contra la Patria y el Ejrcito, 23 de
marzo de 1906, GM n. 114.
12
Seco Serrano (1984), pgs. 232 y 233. Alpert va ms lejos y afirma que, entre 1917 y 1923, el Ejrcito se enfrent
al poder civil, Alpert (1982), pg. 85.
13
Se refiere esta afirmacin al abandono del principio de nacin en armas que sufri Francia, por ejemplo, tras su
derrota en la Guerra Franco-prusiana. Contrariamente a las tesis nacidas de la Revolucin Francesa, el debate se
inclin del lado del mantenimiento de un potente ejrcito permanente, que lleg a tener 600.000 miembros en 1913,
aparte de las fuerzas coloniales, Alpert (1982), pg. 23 y 47. El mismo autor sostiene que, en realidad, Francia no
adopt el modelo de reclutamiento universal de origen prusiano hasta 1905. Es cierto que, con anterioridad, la loi sur
le recrutement de l'arme de 15 de julio de 1889 estableci un servicio militar de 25 aos con slo tres en las unidades
activas, pero los notables abusos de las exenciones previstas impiden sostener que la prestacin establecida en ella se
pueda considerar universal, Andreani (1889), pg. 15.
14
Redaccin (1900, 13 de setiembre), El servicio militar obligatorio, La Correspondencia Militar, pg. 1.
168 El reservismo militar en Espaa

adicionales que supona la redencin a metlico sin pedir al contribuyente un nuevo sacrificio
que se destinaba tanto al pago de enganches, para cubrir las plazas no cubiertas por los redimidos,
como a la compra de material de guerra, aparte de las presiones ejercidas por las clases
pudientes, muy bien representadas en el arco parlamentario. Asimismo, la sociedad no estaba an
suficientemente movilizada en el sentido de la reforma del reclutamiento, a tenor de la escasa
repercusin en la prensa civil de los argumentos a favor de la misma. Tras la paz surgida al perder
las colonias, daba la impresin de que ste era un asunto que slo interesaba a los militares
15
.

1.2.1. Proyecto de ley de bases para el reclutamiento de 1904

Aunque no era la primera vez que un monarca espaol se pronunciaba sobre este asunto, en la
apertura de las sesiones de las Cortes de 1903 que dio paso al primer Consejo de Ministros
presidido por Raimundo Fernndez Villaverde, el rey hizo mencin a la cuestin abierta del
servicio militar universal: El ministro de la Guerra ofrecer a vuestro examen y acuerdo la ley de
reclutamiento para implantar el servicio militar general sin redenciones
16
.
En el momento en que Alfonso XIII estaba pronunciando esas palabras, una comisin
parlamentaria francesa estaba a punto de enviar a su Congreso de los Diputados un proyecto de ley
que iba a consolidar en Francia el reclutamiento prusiano para el Ejrcito y la Armada, con un
servicio militar de veinticinco aos ya fijado en la ley francesa de reclutamiento del Ejrcito de
1889 con dos aos sobre las armas, igual para todos sin exenciones, salvo las de razn fsica. Es
de destacar que los franceses haban tenido antes de 1889 la posibilidad de reducir notablemente el
tiempo de servicio a cambio del pago de un impuesto. No obstante, no les pareci justo en ese
momento, desde el punto de vista social, mantener dicha reduccin. Entre el tiempo nominal de
tres aos y el reducido de un ao que podan tener antes de 1889, se propuso una duracin
uniforme de dos aos para todos, adems de la creacin de una clase de oficiales de complemento.

15
Vid intervencin del marqus de Perijaa en el Senado, 13 de diciembre de 1900, DSS, pgs. 221-230. Durante este
discurso a favor del mantenimiento de la redencin a metlico y otros asuntos, se produce la mayor indiferencia por
parte de la prensa, Redaccin (1900, 13 de diciembre), Senado. Sesin del da 13 de Diciembre de 1900, La poca,
pg. 2.
16
Discurso ledo por S. M. el rey D. Alfonso XIII en la solemne apertura de las Cortes verificada el 18 de mayo de
1903, Redaccin (1903, 18 de mayo), Los discursos de la Corona, La poca, pg. 1. En cuanto a los antecedentes, la
reina regente Mara Cristina dijo en la apertura de las Cortes de 1899 lo siguiente: se os sometern los proyectos de
ley que reorganicen nuestras fuerzas militares de mar y tierra sobre la base del servicio general obligatorio (discurso
ledo por S. M. la reina regente D. Mara Cristina en la solemne apertura de las Cortes verificada el 2 de junio de
1899, GM, n. 155).
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 169


Tras su marcha al Senado y vuelta a la Cmara Baja, dicha ley francesa fue finalmente promulgada
el 21 de marzo de 1905
17
.
Decidido tambin el Ejecutivo espaol a sacar adelante una ley de estas caractersticas, se
constituy una comisin parlamentaria presidida por Canalejas y formada por partidarios de la
universalidad del servicio militar que representaban a todas las fuerzas polticas, excluidos los
diputados ms catlicos y tradicionalistas. El 25 de febrero de 1904, aprovechando una sesin del
Congreso con escaso qurum, la comisin consigui la aprobacin a trmite de una disposicin
que deca en su base primera: el objeto de la ley es proporcionar al Ejrcito [...] la fuerza
necesaria [...], a virtud de ser obligatorio el servicio militar para todos los espaoles
18
. El proyecto
fue enviado al Senado cuatro das ms tarde en medio de una gran descalificacin de la prensa
catlica
19
.
Lo que aparentemente ms molestaba a los sectores religiosos del pas era la obligatoriedad de
hacer el servicio militar, por vez primera, para seminaristas y clrigos. Esta era una exencin que
se arrastraba desde la sociedad estamental del Antiguo Rgimen y cuya supresin representaba un
pequeo giro hacia la laicidad del Estado. Con una clara influencia de la ley francesa de 1905 a
la que la comisin parlamentaria espaola debi de tener acceso con anterioridad a su
promulgacin aparte de la eliminacin de la redencin y sustitucin, el proyecto introduca
importantes novedades como las prrrogas por estudios o aprendizaje bajo pago de un elevado
impuesto, por razn comercial o industrial y por abandono de las tareas agrcolas, as como la
creacin de cuadros de reserva gratuita formados por sargentos y alfreces a partir de soldados y
cabos que hubiesen demostrado especiales aptitudes militares y que cumplieran otras condiciones
acadmicas y profesionales
20
.
Como se deca, el servicio militar descrito en este proyecto era universal y duraba quince
aos, tres de ellos sobre las armas. Se permita la reduccin a un ao para Los que a su ingreso en
Caja tuviesen concluida carrera o profesin, se hubiesen distinguido notablemente en las Artes, la
Industria o la Agricultura, o hubiesen alcanzado primeros premios de tirador en concursos de Tiro
nacionales o provinciales de carcter general
21
.

17
La primera propuesta de reforma de la ley francesa de reclutamiento de 1889 se produjo el 22 de noviembre de
1898, loi modifiant la loi de 15 juillet 1889 sur le recrutement de l'arme et rduisant deux ans la dure du service
dans l'arme active, 21 de marzo de 1905, Librairie de la socit du recueil gneral des lois et des arrets (1905), pgs.
133-182; y loi sur le recrutement de l'arme de 15 de julio de 1889, Andreani (1889), pg. 1 y ss.
18
Proyecto de ley de bases para la reforma de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 3 de octubre de 1904,
DSS, apndice n. 7 al tomo n. 2.
19
Vid Editorial (1904, 27 de febrero), El clericalismo de Maura, El Siglo Futuro, pg. 1.
20
Proyecto de ley de bases para la reforma de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 3 de octubre de 1904,
DSS, apndice 7. al tomo n. 2.
21
Ibdem.
170 El reservismo militar en Espaa

Ntese cmo la influencia prusiana basada en el cuartel-escuela donde el Ejrcito se
encargaba de formar militar y civilmente a los reclutas se hace patente en este privilegio para los
ya instruidos: aqullos que contasen con estudios o con oficio o que fuesen buenos tiradores en
una poca en la que se consideraba el tiro la ms importante instruccin militar del soldado no
requeriran estar tanto tiempo en filas. Como era ya tradicional, los tres aos sobre las armas
podan ser reducidos a dos para reemplazos completos a juicio del mando, algo que sucedera por
razones econmicas, previsiblemente, siempre.
Pasados los tres primeros aos de servicio militar en las unidades activas, el reservista reparta
los doce aos restantes entre tres situaciones diferentes, con una probabilidad decreciente de ser
movilizado. El primero de estos estados era la primera reserva, a la que se perteneca durante
cuatro aos manteniendo el encuadramiento en las unidades activas. Una vez cumplido ese plazo,
es decir, al acabar el sptimo ao, ingresaba en la segunda reserva, donde permaneca otros seis
aos alineado en batallones y depsitos de reserva. Por ltimo, los dos aos restantes deban
pasarse en la reserva territorial, una entidad que raramente prestara recursos para una
movilizacin.
Como remedio para paliar la falta de ingresos por las redenciones a metlico, este proyecto de
ley inclua otra importante novedad: la cuota militar, impuesto copiado de la taxe militaire de
la ley de reclutamiento francesa de 1889 y que consista en que cualquiera que no realizara el
servicio militar excedentes de cupo, exceptuados o prfugos deba pagar una cantidad al ao
mientras sus compaeros de reemplazo estuvieran en la situacin activa, es decir, durante tres
aos. Quedaban exceptuados los prfugos, cuyas familias deban indemnizar al Estado con siete
aos de cuota
22
.
Lamentablemente, a lo largo del ao 1905, las Cortes permanecieron cerradas durante varios
meses por la oposicin de la mayora de los diputados conservadores a su correligionario en la
Presidencia del Consejo de Ministros, Raimundo Fernndez Villaverde, celebrndose despus del
verano nuevas elecciones con victoria liberal. A ambas circunstancias se sumaron los
trascendentales disturbios protagonizados por el Ejrcito a finales de ese mismo ao asaltos a

22
Ibdem. De haberse aprobado esta ley, la cuota militar, habra sido cinco veces la cdula personal del individuo o
la de sus padres, la cantidad que resultara ms alta. La cdula personal era un impuesto directo implantado en 1876
que deban pagar los mayores de catorce aos y que era remotamente similar al actual Impuesto sobre la Renta de las
Personas Fsicas. El impuesto iba asociado a la presentacin de un documento para acreditar la personalidad, de ah
que haya perdurado el nombre de cdula personal no como un impuesto, sino como la tarjeta de identidad anterior al
Documento Nacional de Identidad, Caamao, C. (1920, 9 de abril), Las cdulas personales, ABC, Madrid, pgs. 7 y
8. Los importes en 1876 eran de 50, 25, diez, cinco, dos y 0,5 pesetas, en funcin de la renta del individuo. Eso
significa que la exencin podra haber costado una cantidad entre 250 y 2,5 pesetas al ao, salvo actualizacin
(instruccin para la administracin y cobranza del impuesto sobre cdulas personales, 31 de julio de 1876, GM, n.
214).
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 171


peridicos regionalistas, ya mencionados con lo que el proyecto ni siquiera lleg a discutirse en
la Cmara Alta, aunque se puede pronosticar que no habra salido adelante en ese momento.

1.2.2. Otros proyectos anteriores a 1911

El rey no repiti su mensaje en apoyo de la implantacin del servicio militar universal en la
apertura de las sesiones de las nuevas Cortes que tuvo lugar en octubre de 1905 ni tampoco lo
hizo en las sucesivas aperturas hasta la de 1910, pero los nuevos diputados y senadores eran
muy conscientes de que dicha reforma estaba pendiente. Sin embargo, los debates sobre la ley de
jurisdicciones acapararon la atencin parlamentaria en materia militar hasta bien entrado el ao
1906. A pesar de ello, un mes despus del nombramiento del general Luque como ministro de la
Guerra que propuso, adems, la reforma del Estado Mayor Central, las Cortes tenan encima
de la mesa un nuevo proyecto de ley de bases para la reforma de la ley de reclutamiento y
reemplazo que, nuevamente, pretenda garantizar la prestacin del servicio personal por parte de
todos
23
.
Este proyecto, igual al de 1904 en cuanto a duracin del servicio militar y permanencia en la
reserva, fue planteado en trminos de mejorar la operatividad del Ejrcito, aumentar las reservas y
mantener los ingresos proporcionados por la redencin y sustitucin, contando entre sus medidas
con la muy republicana supresin de la talla mnima
24
. La redencin y sustitucin quedaban
definitivamente eliminadas pero, en aras de facilitar la viabilidad del proyecto de ley, se permita
la prestacin de un servicio militar de duracin reducida, en condiciones muy ventajosas, a cambio
de un impuesto de menor cuanta que la redencin.
La prdida de ingresos asociada a la eliminacin de la exencin voluntaria del servicio militar,
que era una de las barreras histricas para la implantacin de una modalidad universal del mismo,
se resolva en este proyecto con el establecimiento de diversos pagos: la cuota militar, el impuesto
por disfrute de prrroga ambos presentes en el proyecto de 1904 y el importe por reduccin
de la prestacin a un ao, siendo los que disfrutaran de esta ltima opcin los futuros miembros de
la escala de cuadros de mando de la reserva gratuita, que obtendran sucesivamente los empleos de

23
Real decreto autorizando al ministro de dicho departamento para que presente a las Cortes el adjunto proyecto de ley
de bases para la reforma de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 15 de noviembre de 1906, GM, n. 323.
24
Se recordar del captulo anterior que la Primera Repblica suprimi en 1872 la talla mnima para formar parte del
Ejrcito.
172 El reservismo militar en Espaa

cabo, sargento y teniente. Los pagos a satisfacer eran, respectivamente, cinco veces la cdula
personal anual, 15 veces esta misma cantidad y 1.500 pesetas
25
.
Una vez ms, las prioridades de las cmaras fueron otras y el proyecto de 1906 no fue
debatido en esa legislatura, la cual acab en enero de 1907 con la victoria de los conservadores de
Maura. Dicho proyecto fue retirado inmediatamente por el nuevo ministro de la Guerra el
general Weyler. Uno de los sucesores de ste, el general Primo de Rivera enemigo del
servicio militar obligatorio, tom con cierto entusiasmo el testigo y prometi presentar uno
nuevo en la siguiente legislatura, en una coyuntura en la que se tena una conciencia seria de la
situacin de indefensin en la que Espaa se encontraba si se la comparaba con el resto de pases
europeos, y en la que el establecimiento de un ejrcito activo y una reserva de dimensiones e
instruccin adecuadas jugaban un papel fundamental, a pesar de que la penuria presupuestaria era
an muy seria
26
.
Para afrontar esta situacin, es decir, mejorar la capacidad defensiva de Espaa a coste
reducido, Primo de Rivera prometi crear cada ao una divisin reforzada de 16.000 hombres bien
instruidos y aumentar la poblacin disponible para el uso de las armas mediante la implantacin
del servicio militar universal y el establecimiento de una mayor permanencia en la reserva,
concentrando la instruccin de los reclutas no divisionarios en la prctica del tiro. Asimismo, el
fomento de la prctica del deporte del tiro en la poblacin a travs de la llamada Sociedad del
Tiro Nacional hara que la mayora de los ciudadanos fueran tiles para la defensa, en la
creencia de que un ejrcito compuesto por buenos tiradores siempre llevara una ventaja positiva
sobre el enemigo. En cualquier caso, de todos los cambios prometidos, slo se llev a cabo la
creacin de la primera divisin reforzada, con una exigua dotacin de presupuesto y de personal
5.916 hombres, que desfilaron ante una comisin del Congreso en 1908. El reclutamiento no fue

25
Segn el general Luque, una de las razones para la reforma era que, con la legislacin entonces vigente, el 60 por
ciento de los mozos declarados soldados no reciba instruccin ni vesta el uniforme (exposicin del real decreto
autorizando al ministro de dicho departamento para que presente a las Cortes el adjunto proyecto de ley de bases para
la reforma de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 15 de noviembre de 1906, GM, n. 323).
26
En un discurso de Segismundo Moret en el Congreso, en medio del debate de aprobacin del presupuesto general, se
dijo: Se puede, todas las naciones procuran hacerlo, gastar lo menos posible en el ejrcito de primera lnea, con tal de
que tenga todo el material, todo el vestuario, todo el armamento, en una palabra, todo aquello que necesita; pero es
preciso preparar una primera y una segunda reserva [...]. Pues bien, seores, nosotros no marchamos en ese camino,
porque el ejrcito de guerra, durante los tres primeros aos del servicio, no se compone ms que de 128.000 hombres,
y la reserva activa, durante otros tres aos, de 91.000, y la segunda reserva, durante seis aos de 211.621; y el total de
las dos primeras cifras, que son las que forman los cuerpos activos en pie de guerra nos da, en primera lnea, para el
caso de tener que batirnos, una suma de 219.000 hombres. Pues dadas las fuerzas europeas, dadas las masas que hoy se
mueven, dados los modernos elementos de guerra, esto es completamente insuficiente, Redaccin (1908, 25 de
noviembre), El presupuesto de Guerra en las Cortes. Discusin de la totalidad. Discurso del Sr. Moret, La
Correspondencia Militar, pg. 1.
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 173


reformado y la sociedad anteriormente citada continu organizando certmenes de tiro sin la
penetracin popular esperada
27
.
Sustituido Primo de Rivera por un convencido del servicio militar de corte prusiano, el
general Linares, fue presentado por ste un nuevo proyecto que se pareca bastante al que
conseguira sacar adelante Canalejas dos aos ms tarde. Se alargaba el tiempo total de servicio
militar a dieciocho aos, se establecan dos modalidades de compensar econmicamente las
prdidas recaudatorias por la supresin de la redencin, se creaba la reserva territorial y se daba
importancia al establecimiento de cuadros de mando movilizables. Sin embargo, a pesar de haber
recorrido gran parte del trmite parlamentario, los sucesos de julio de 1909 dieron al traste con la
iniciativa
28
.
En resumen, durante la presidencia del Consejo de Ministros de Antonio Maura, que durara
dos aos, se abordaron numerosas reformas la ley electoral, la ley de huelgas, la ley del
descanso dominical, la creacin del Instituto Nacional de Previsin, la modernizacin de la Marina
de Guerra o el proyecto de ley para la reforma de la Administracin local pero la del
reclutamiento qued pospuesta una vez ms debido a la pasividad del citado partido en materia
militar, ya comentada.

2. LEY DE RECLUTAMIENTO DE 1912 Y RESERVA

Los graves sucesos de la Semana Trgica barcelonesa y la derrota militar previa en el norte de
frica sirvieron para ensanchar un poco ms la brecha entre Ejrcito y sociedad aunque, por otro

27
Ibdem; Puell de la Villa (1996), pg. 297; Redaccin (1907, 14 de agosto), Notas militares. Los proyectos del
ministro, La Correspondencia Militar, pg. 1; Redaccin (1908, 26 de noviembre), El presupuesto de Guerra en las
Cortes. Discusin de la totalidad. A nuestro pblico, La Correspondencia Militar, pg. 1. La Sociedad del Tiro
Nacional fue fundada en 1901 por regeneracionistas como reflejo de similares instituciones en otros pases europeos,
que deseaban imitar el buen desempeo de los campesinos que combatieron en la Guerra de los Boers. A la iniciativa
se sumaron militares jugando un importante papel como instructores y como jurados, e incluso religiosos, que
organizaron batallones de estudiantes por su valor patritico y por la ventaja que reportaba la prctica del tiro para la
disciplina personal. La Sociedad permaneci activa hasta la Guerra Civil y recibi, hasta entonces un notable apoyo
oficial, Sierera (2008), pgs. 163 y 164. El primer presidente fue el general Julin Surez Incln, ocupando dicho
puesto ms tarde el general Luque y, finalmente, el cedista Gil Robles, quien gener una severa polmica en 1934 al
identificar esta sociedad con una especie de milicia fascista, Redaccin (1915, 21 de junio), Madrid. Inauguracin de
dos monumentos, La Ilustracin Artstica, pg. 10; y Redaccin (1934, 13 de enero), El Tiro Nacional y su
presidente. En una carta dirigida a las representaciones provinciales del Tiro Nacional, el seor Gil Robles asegura que
nuestras organizaciones armadas de ciudadanos sern los ltimos y definitivos recursos a que apele la nacin para
defender su vida, El Heraldo de Madrid, pg. 1. En Francia existieron numerosas sociedades de tiro ya antes de la
Guerra de los Boers, agrupadas bajo la federacin L'Union Nationale des Socits de Tir de France, que se fund en
1886 y que permaneci activa hasta los prolegmenos de la Segunda Guerra Mundial (Le tir national, n. 1, 28 de
febrero de 1891, Pars, BNF).
28
Puell de la Villa (1996), pg. 298; y real decreto autorizando al ministro de este departamento para presentar a las
Cortes el adjunto proyecto de ley de bases para la de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 2 de abril de 1909, GM,
n. 95.
174 El reservismo militar en Espaa

lado, consiguieron que los partidos polticos prestaran atencin a la reforma del servicio militar
tantas veces planteada. Otra consecuencia significativa fue la creacin de unidades regulares
formadas por indgenas africanos
29
.
Tras los disturbios, el rey se vio obligado, como se ha dicho, a forzar la dimisin del
conservador Antonio Maura para as poder ceder la Presidencia del Consejo de Ministros a
Segismundo Moret, del Partido Liberal, quien hubo asimismo de dimitir en febrero del ao
siguiente por el veto de los miembros de su propia formacin poltica. En la bsqueda de una
opcin alternativa no traumtica al llamado turno pacfico que vena producindose desde
haca dcadas entre los dos partidos institucionales, Alfonso XIII confi la responsabilidad del
poder ejecutivo a un liberal radical. Jos Canalejas Mndez haba fundado en 1902 el Partido
Liberal-Demcrata y se haba destacado como cabeza de una corriente izquierdista que defenda
ideas democrticas y la separacin de la Iglesia y el Estado.
Aunque profundamente convencido de la necesidad de llevar a cabo importantes reformas de
ndole general, Canalejas se haba mostrado preocupado por los temas militares desde el comienzo
de su vida poltica, all por la dcada de los ochenta del siglo XIX. Principal ponente y defensor del
proyecto de Cassola, fue el ardiente defensor y el ms esforzado de sus paladines en la
discusin de las reformas, a decir de Puell de la Villa y Fernndez Almagro, respectivamente
30
.
Buen conocedor de la realidad militar de su poca, resumi los problemas del Ejrcito de
principios de la Restauracin en la deficiente organizacin, la falta de una clase de suboficiales, los
reducidos sueldos, los ascensos, el anticuado material y la ineficaz organizacin regional
31
.
Entre las numerosas reformas llevadas a cabo por Canalejas, destaca el motivo de este
apartado, el reclutamiento, cuyo proyecto fue ledo por su ministro de la Guerra en el Senado el 6
de octubre de 1910, dando paso a casi seis meses de apasionados debates que fueron usados por
algunas fuerzas para intentar restar alcance a las reformas ms ambiciosas, particularmente a las
que tenan que ver con la reduccin del tiempo de servicio y con la obligacin de servir para los
religiosos
32
. Finalmente, el dictamen remitido al Congreso mantuvo la esencia de la propuesta
gubernamental gracias a la hbil maniobra de Canalejas, que hizo que el principal ponente de la

29
Real decreto creando en la plaza de Melilla y en los territorios de la cabila de Guelaya, ocupados por las tropas
espaolas, tres compaas a pie de fuerzas indgenas, 31 de diciembre de 1909, GM, n. 5.
30
Puell de la Villa (1979), pg. 165; y pud ibdem, pg. 166.
31
Discurso pronunciado por Jos Canalejas en el Congreso de los Diputados a favor de la ley constitutiva del Ejrcito,
1 de marzo de 1888, DSC, tomo IV, n. 60, pgs. 1521 a 1542.
32
Como ejemplo, Al proyecto de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito [...], ha presentado el Sr. Fernndez Laza
tres enmiendas; una de ellas tiende a que los ordenados in sacris sean excluidos del servicio militar. [...] El Sr. Primo
de Rivera someti a consideracin y parecer de sus compaeros dos enmiendas para que se reduzca la permanencia en
filas de aquellos reclutas que, adems de poseer ilustracin, conozcan la instruccin militar en todo o en parte,
Redaccin (1910, 13 de noviembre), Informacin poltica, ABC, Madrid, pg. 9.
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 175


ley, el ministro Luque, dimitiera de su cargo y pasara a ocupar su escao en el Senado, donde dio
continuidad a la defensa de la misma.
Cumplimentado el trmite parlamentario, la ley dictando bases para la ley de reclutamiento y
reemplazo del Ejrcito, estableciendo el servicio militar obligatorio, fue sancionada por el rey el 29
de junio de 1911, y el articulado definitivo aprobado el 27 de febrero de 1912. Transcurridos dos
siglos desde la instauracin de las quintas de la mano del primer Borbn y cien aos despus de
que las Cortes de Cdiz hubieran establecido la defensa de la nacin como un deber universal, se
obligaba por primera vez en Espaa a que todos los ciudadanos tiles realizaran la prestacin
militar personal. La nueva ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito de 1912 consagr este
servicio como un honor obligatorio para todos los espaoles con aptitud para manejar las armas;
constituye un ttulo honorfico de ciudadana y se prestar, personalmente, por aqullos a quienes
corresponda
33
. La prensa, particularmente la militar, celebraba esta nueva disposicin con frases
como esta: Felizmente, se ha despertado en Espaa, justo es reconocerlo, ese sentido previsor que
conduce al engrandecimiento colectivo
34
.
En el convencimiento de que el reglamento que desarrollara la ley tardara al menos dos aos
plazo superado en casi doce meses, se redactaron unas instrucciones provisionales para su
aplicacin inmediata que se publicaron casi a la par de su promulgacin, aunque llegado el
reglamento, ste fue un documento de un rigor y de una precisin extraordinarios
35
.
Se analizar a continuacin el modelo de servicio militar descrito en la ley de 1912 para
entender la magnitud de los cambios recogidos en ella en comparacin tanto con las legislaciones
anteriores como con el proyecto de ley presentado al Senado en octubre de 1910, as como la ley
de reclutamiento francesa de 1905, que servirn al lector de referencias temporales y contextuales.





33
Ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, debidamente rectificada, 27 de febrero de 1912, GM, n. 60.
34
Redaccin (1911, 3 de marzo), Proyectos ministeriales. Bases para la organizacin del Ejrcito, La
Correspondencia Militar, pg. 1. Sin embargo, permaneci la sustitucin en el supuesto de que un soldado de
reemplazo, que se encontrara destinado en su unidad, fuese elegido por sorteo para ocupar una vacante de la
guarnicin africana no cubierta por voluntarios (real decreto disponiendo que los Cuerpos y unidades del Ejrcito
destinados a operar en los territorios de la zona de ocupacin de Marruecos, se nutran preferentemente con voluntarios,
y si ello no bastare para completarlos, se cubra el resto con individuos del reclutamiento forzoso, 10 de julio de 1913,
GM, n. 192).
35
Instrucciones provisionales para la aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito de 19 de enero de
1912, aprobadas por real orden circular de 26 de enero de 1912, GM n. 28. El nombre completo del reglamento es real
decreto aprobando el reglamento e instrucciones para la aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito
de 27 de febrero de 1912, y del cuadro de inutilidades, anexo a la misma, referente a la aptitud fsica para el ingreso en
el servicio del Ejrcito, 2 de diciembre de 1914, Coleccin Legislativa de Espaa (1914), pgs. 109-389.
176 El reservismo militar en Espaa

2.1. Obligaciones generales y situaciones del reservista

Como se ha venido diciendo, la principal novedad de esta ley fue la obligacin para todos los
espaoles mayores de veintin aos excepto los excluidos por razn fsica de servir en el
Ejrcito o en la Infantera de Marina. Esto entraba en aparente contradiccin con el hecho de que,
incluso los ejrcitos de las primeras potencias mundiales, como Alemania, tenan limitado el
nmero de hombres que se podan instruir
36
. En Espaa haba venido siendo normal que el
presupuesto disponible no fuera suficiente para adiestrar contingentes superiores a los 150.000
hombres, y mucho menos para instruir a toda la poblacin que pudiera, eventualmente, empuar
las armas
37
. Dichas limitaciones econmicas llevaron a la divisin de los mozos tiles en dos
cupos, uno de filas y otro de instruccin. El primero de ellos estaba constituido por los individuos
a los que haba correspondido marchar a las unidades activas, mientras que el cupo de instruccin
lo formaban los excedentes, sujetos asimismo a formacin castrense, aunque ms liviana. La lnea
de separacin entre ambos se fijaba por sorteo teniendo presente el contingente anual el nmero
mximo de soldados en filas, que estaba relacionado con los fondos destinados para el
Ministerio de la Guerra y, por tanto, era fijado por las Cortes en el marco del presupuesto general
del Estado
38
.
Otro cambio significativo, y muy relacionado con el aumento de los contingentes
movilizables que se estaba produciendo en toda Europa durante este perodo que desembocara
en la Primera Guerra Mundial, fue el aumento de la duracin del tiempo del servicio personal.
Espaa tena en 1911 uno de los servicios militares ms cortos del mundo, con slo doce aos de
duracin. Los proyectos anteriores a 1910 propusieron un incremento del tiempo de vinculacin
del ciudadano a la defensa, pero no llegaron a los dieciocho aos finalmente propuestos y
aprobados en 1912. A pesar de ello, el esfuerzo requerido a la poblacin espaola fue menor que el
exigido en otros pases europeos como Francia y Alemania, dnde se obligaba a veinticinco y a
veintiocho aos de servicio, respectivamente.


36
Alemania tena, en 1910, a 9.850.000 hombres tiles para el servicio de las armas, de los que slo haban recibido
instruccin 4.390.000 soldados, es decir, el 45 por ciento del total, Jota (1911, 30 de marzo), El Ejrcito alemn, La
Ilustracin Militar, pg. 96.
37
Durante este ao ha habido diversos contingentes, algunos han sido de 135.000, otros de 125.000 y alguno ha
llegado a 160.000, en el momento en que se incorporaron los quintos; pero inmediatamente que esto ocurri, es decir,
en cuanto llegaron los reclutas, hubo de proceder al licenciamiento (contestacin en el Senado del general Luque,
ministro de la Guerra, al senador lvarez Guijarro, 25 de noviembre de 1912, DSS, pg. 2.492).
38
El mozo del cupo de instruccin deba recibir sta durante el primer ao de servicio activo, con una duracin
variable dependiendo de su preparacin y aptitudes, acudiendo durante los otros dos aos a los ejercicios y
maniobras que su unidad pudiera realizar (ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, debidamente rectificada, 27
de febrero de 1912, GM, n. 60).
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 177




Ejrcito de 1. lnea Ejrcito de 2. lnea

Situacin
militar
C
a
j
a

d
e

r
e
c
l
u
t
a
s

1. situacin
servicio activo
2. situacin
servicio activo
Reserva
Reserva
territorial
Duracin
parcial
d

=

d
u
r
a
c
i

n

v
a
r
i
a
b
l
e





Duracin
total


Figura n. 2: Situaciones militares del soldado de reemplazo segn la ley de 1912, con su vinculacin al ejrcito de
1. 2. lnea.

En cuanto a las situaciones por las que pasaban los soldados de reemplazo de la segunda
mitad del siglo XIX como se recordar, servicio activo ms dos reservas, ni favorecan la
disponibilidad de una mayor cantidad de reservistas ni tampoco establecan un nmero de
escalones para la movilizacin suficientemente variado, siendo este extremo fundamental en las
reservas de larga duracin para as poder aprovechar adecuadamente la instruccin y estado fsico
de los ms jvenes, permitiendo, a su vez, tomar otras medidas de adiestramiento con los ms
maduros. La ley de reclutamiento francesa de 1905 ya prevea la permanencia en el servicio activo
durante dos aos, para luego pasar a diversas situaciones de reserva: rserve de l'arme active,
arme territoriale y rserve de l'arme territoriale, al igual que el proyecto espaol de 1910
primera reserva, segunda reserva y reserva territorial, aunque la duracin de cada una de las
situaciones variaba sensiblemente en ambos textos. El primero obligaba a permanecer trece aos
en activo mientras que el segundo slo seis. Los alemanes, por su parte estaban entre dos y tres
aos sobre las armas dependiendo de la unidad asignada y en reserva de las unidades activas
hasta completar siete aos y medio
39
.
Durante el debate del proyecto espaol en el Senado, pes el deseo de aumentar, sin
incremento sensible de coste, la fuerza que poda ser rpidamente puesta sobre las armas, y se
lleg a una solucin de compromiso equidistante de todas las opciones descritas ms arriba, es

39
Ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, debidamente rectificada, 27 de febrero de 1912, GM, n. 60 ; loi
modifiant la loi de 15 juillet 1889 sur le recrutement de l'arme et rduisant deux ans la dure du service dans
l'arme active, 21 de marzo de 1905, Librairie de la socit du recueil gneral des lois et des arrets (1905), pg. 151;
proyecto de ley de bases para la de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, presentado por el Sr. Ministro de la Guerra,
6 de octubre de 1910, DSS, apndice 34 al n. 35; y Jota (1911, 30 de marzo), El Ejrcito alemn, La Ilustracin
Militar, pg. 95.
(4 d) aos 6 aos 5 aos
18 aos
3 aos
178 El reservismo militar en Espaa

decir, un largo perodo en activo sin llegar a los extremos franceses y una menor permanencia
en reserva muy distante de los veinte aos de Alemania. Las situaciones por las que,
finalmente, poda pasar un soldado de reemplazo espaol, a partir de su ingreso en la caja de
reclutas, se muestran de manera sinptica en la figura n. 2, siendo las siguientes
40
:

Recluta en caja: situacin donde se permaneca un tiempo no determinado, que
dependa de la situacin personal de cada uno poda haber solicitado
prrroga o ser exceptuado temporal, como se ver ms adelante.
Primera situacin de servicio activo: tres aos encuadrado en la unidad de
destino. Como en anteriores legislaciones, se permita la reduccin a dos aos a
criterio del Gobierno, recurso habitualmente usado para afrontar problemas
presupuestarios. En ese caso, el soldado reciba una licencia ilimitada hasta
completar el tiempo total de permanencia en esta situacin.
Segunda situacin de servicio activo: cinco aos en los depsitos de las
unidades activas y, por consiguiente, dependiente organizativa y
administrativamente de stas.
Reserva: seis aos en el ejrcito de segunda lnea, dependiendo orgnicamente
de la caja de reclutas.
Reserva territorial: hasta completar los dieciocho aos, y sin encuadrar porque,
segn las palabras del general Aznar, ministro de la Guerra, no era necesario
todava: En consideracin a que hasta pasados catorce aos despus de la
promulgacin de la ley de reclutamiento en proyecto no puede haber individuos
en situacin de reserva territorial, se aplaza por ahora la organizacin de las
unidades que han de constituir dicha reserva
41
.

La disponibilidad de cada uno de los sujetos del servicio militar se comprobaba anualmente
mediante revistas a verificar en las cajas de reclutas, en las unidades activas, en las unidades de
reserva, ante destacamentos militares enviados ad-hoc, en cuarteles de la Guardia Civil, en
Ayuntamientos o en dependencias diplomticas espaolas en el extranjero, dependiendo de la
situacin y de la ubicacin de los individuos. En caso de movilizacin, se llamara primero a los
poseedores de licencia ilimitada y luego a los pertenecientes al cupo de instruccin que ya

40
Ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, debidamente rectificada, 27 de febrero de 1912, GM, n. 60.
41
Redaccin (1911, 3 de marzo), Proyectos ministeriales. Bases para la organizacin del Ejrcito, La
Correspondencia Militar, pg. 1.
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 179


hubieran recibido esta, a los del mismo cupo sin instruccin, a los que estuvieran en la segunda
situacin del servicio activo, a los miembros de la reserva y, finalmente, a los pertenecientes a la
reserva territorial. En el apndice n. 1 se ofrece un grfico del protocolo de movilizacin de
efectivos
42
.
Queda claro que la prolongacin del perodo en filas consigui aumentar el tamao de la
reserva. Sin embargo, aunque cabra pensar que el servicio militar universal conllevara un mayor
contingente anual, no se pudo incrementar ste a pesar de que el cupo pas de 200.000 a alrededor
de 215.000 mozos. La razn fundamental de tan exiguo incremento fue el mayor nmero de
prfugos, que subieron un quince por ciento tras la aprobacin de la nueva ley y cuyo destino, casi
siempre, fue la emigracin. Como resultado, el contingente qued durante bastantes aos entre el
40 y el 50 por ciento del cupo anual, es decir, del orden de 100 a 120.000 soldados
43
.

2.2. Exclusiones y excepciones del servicio militar

Una ley que pretenda aumentar los contingentes del ejrcito activo y de la reserva e imprimir
algo de justicia social al sistema de reclutamiento deba de ser cuidadosa con las dispensas
exclusiones totales o temporales y con las atenuaciones del rigor del servicio excepciones.
Por supuesto, las enmiendas a la exclusin de los religiosos, tan demandadas por los sectores ms
conservadores, no prosperaron. Tampoco haban figurado siquiera en el proyecto de 1910 las
referencias a singularidades del siglo anterior, como la exclusin de los operarios de las minas de
Almadn o la de los empleados de las fincas en repoblacin aunque la ley de 1912 s que los
tuvo en cuenta de forma transitoria. En cualquier caso, la tnica en la normativa de reemplazo
europea de la poca, incluyendo la que se est usando aqu como referencia comparada, consista
en excluir o exceptuar a personas con limitaciones fsicas o de salud, a militares voluntarios o
profesionales, a convictos y a aquellos individuos esenciales para el sostn de una familia. Si la
condicin alegada no poda desaparecer en el futuro como, por ejemplo, una ceguera o una
sordomudez, la exclusin era total. Por otro lado, circunstancias como la falta de talla o de
permetro torcico requeran hasta tres revisiones anuales consecutivas hasta asegurar que el
individuo quedase exento. En definitiva, la clasificacin de las condiciones que llevaban a la
exclusin o la excepcin eran, en trminos muy generales:

42
Ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, debidamente rectificada, 27 de febrero de 1912, GM, n. 60.
43
El aumento de los prfugos llev a vigilar a los emigrantes con mayor atencin y a obligar a llevar un documento
que acreditase la situacin militar de los individuos entre veintiuno y cuarenta aos (real orden circular dictando reglas
para evitar las infracciones de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito por los individuos clasificados como
prfugos, 10 de octubre de 1913, GM, n. 287). Datos procedentes del Instituto Nacional de Estadstica:
http://www.ine.es; y del Instituto Geogrfico y Estadstico (1918), pg. 44.
180 El reservismo militar en Espaa

Exclusin total: inutilidades fsicas entre las cuales estaba tener una talla
menor que 1,50 m, menos de lo requerido en el siglo anterior, que era 1,54 m
, oficiales del Ejrcito y mozos en prisin cuya condena no acabara antes de
cumplir treinta y nueve aos.
Exclusin temporal: alumnos de instituciones militares, enfermos con curacin
previsible en menos de tres aos, internos en correccionales y convictos que se
prevea estuvieran en libertad antes de cumplir treinta y nueve aos.
Exceptuados del servicio en filas (formando parte, por tanto, del cupo de
instruccin): mozos que constituyeran un sostn para sus familias y, de forma
transitoria, hasta su extincin, algunas figuras que, anteriormente, eran motivo
de exencin
44
.

Respecto a los religiosos, durante el debate en el Senado se acept suavizar su prestacin,
aunque no se consideraron exentos. Los ordenados in sacris, lo mismo que otros profesionales
tiles para el Ejrcito, seran destinados a funciones especiales por el tiempo que les corresponda
servir en filas. El reglamento lleg, como corresponda, a un mayor detalle y estableci los
destinos y el trato preferente que habra que dar a los religiosos:

Siendo, en su consecuencia, destinados a las unidades de Sanidad Militar para prestar servicio
precisamente como sanitarios, enfermeros y practicantes en los Hospitales militares en tiempo de
paz, o donde sean necesarios sus servicios en el de guerra, o bien para auxiliar a los Directores de
las Escuelas de Instruccin elemental, teniendo en razn de su estado las consideraciones y
preferencias de los soldados de primera y pudiendo autorizrseles para vivir fuera del cuartel
mientras no salgan a campaa o maniobras.

Por otro lado, los misioneros que se encontraban desplegados por cualquier lugar del mundo
prestaran el servicio propio de su ministerio, precisamente en las Misiones espaolas que el
Gobierno determine
45
.

44
Las figuras que eran antes motivo de exencin, y que ahora pasaron a serlo temporal o de excepcin del servicio en
filas, fueron: primero, los hijos de los habitantes de las Vascongadas que defendieron la causa cristina en la Tercera
Guerra Carlista el nmero de beneficiarios de este derecho, fue, entre los aos 1915 y 1920, 176, 158, 130, 120, 86
y 71 mozos, respectivamente, Instituto Geogrfico y Estadstico (1918), pgs. 24 y 25, e Instituto Geogrfico y
Estadstico (1921), pgs. 26 y 27, segn el art. 5. de la ley haciendo extensivos a los habitantes de las Provincias
Vascongadas los deberes que la Constitucin de la monarqua impone a todos los espaoles, de 21 de julio de 1876;
segundo, los operarios de las minas de Almadn que acreditasen estar trabajando antes de la promulgacin de la ley de
1912; y tercero, los beneficiarios de la ley relativa al fomento de la repoblacin rural, de 3 de junio de 1868, real
decreto aprobando el reglamento e instrucciones para la aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito
de 27 de febrero de 1912, y del cuadro de inutilidades, anexo a la misma, referente a la aptitud fsica para el ingreso en
el servicio del Ejrcito, 2 de diciembre de 1914, Coleccin Legislativa de Espaa (1914), pgs. 109-389.
45
Ley dictando bases para la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, estableciendo el servicio militar
obligatorio, 29 de junio de 1911, GM n. 181; y real decreto aprobando el reglamento e instrucciones para la
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 181


2.3. Prrrogas y cuotas: conciliacin con la vida civil, pero slo para unos pocos

El impacto social y econmico sobre las clases altas y sobre el presupuesto de Guerra de
la desaparicin de la redencin a metlico debi ser compensado con figuras alternativas que
permitieran sacar adelante el proyecto de ley del servicio militar universal.
En el ao escolar 1909-1910 se matricularon en las Universidades espaolas nada ms y nada
menos que 16.016 alumnos, lo cual confirmaba la creciente y esperanzadora tendencia en una
poca de desarrollo social y cultural. Se podra aventurar que, en su inmensa mayora, eran
potenciales sujetos de la redencin a metlico por lo que, tras la aprobacin de la ley de
reclutamiento de 1912, hubo que buscar un medio de evitar que interrumpieran sus carreras
46
.
Les sursis d'incorporation [las prrrogas de incorporacin] ya existan desde 1905, para
tiempo de paz, en el ordenamiento jurdico francs, e incluso antes, si bien en la ley de
reclutamiento de 1889, los estudiantes galos se beneficiaban de una reduccin del tiempo de
servicio a un ao a cambio del pago de un impuesto la taxe militaire
47
. El proyecto espaol
de 1910 mostraba una clara influencia de ambas legislaciones francesas respecto a las prrrogas,
tanto en las condiciones para solicitarlas como en el requerimiento del pago de la llamada cuota
militar, concepto ya explicado con anterioridad y que fue utilizado de manera distinta en el texto
definitivo.
Podan solicitar prrroga de incorporacin, de uno a tres aos, concedidos de uno en uno y
slo en tiempo de paz, los que sintieran que se les causaba perjuicio por alguna de estas causas:

1. Por razn de estudios ya comenzados por el solicitante.
2. Como consecuencia de empresas comerciales o industriales o por asuntos de familia que
directamente les conciernan.
3. Por resultar un inevitable abandono de las tareas agrcolas a que se hallen consagrados,
cuando recaigan stas en hacienda propia o en terrenos llevados en arriendo.


aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito de 27 de febrero de 1912, y del cuadro de inutilidades,
anexo a la misma, referente a la aptitud fsica para el ingreso en el servicio del Ejrcito, 2 de diciembre de 1914,
Coleccin Legislativa de Espaa (1914), pgs. 109-389. La ordenacin in sacris es aqulla que permite la
administracin de algunos sacramentos y que, en contrapartida, requiere del interesado la observacin del celibato.
Habilita para el acceso a la condicin de dicono y, posteriormente, a la de sacerdote.
46
Alumnos matriculados en las Universidades en los aos de 1909 a 1910, Instituto Nacional de Estadstica:
http://www.ine.es.
47
Andreani (1889), pgs. 8 y 9, y loi modifiant la loi de 15 juillet 1889 sur le recrutement de l'arme et rduisant
deux ans la dure du service dans l'arme active, 21 de marzo de 1905, Librairie de la socit du recueil gneral des
lois et des arrets (1905), pgs. 144 y 145.
182 El reservismo militar en Espaa

Una vez concedidas, las prrrogas se abonaban del tiempo de permanencia en la reserva
territorial. Asimismo, los que ya tuviesen un hermano legtimo sirviendo podan posponer su
incorporacin hasta que ste finalizase la primera situacin del servicio activo
48
.
Para evitar abusos, el nmero de prrrogas concedidas no poda exceder del diez por ciento de
los mozos ingresados en cada caja, otorgndose, de llegar al lmite, por concurso de mritos. En
general, fruto del apoyo ya mencionado a la Sociedad de Tiro Nacional, se preferan los que
presenten ttulos de tirador de primera, obtenidos en concurso. Respecto a los estudiantes, tenan
prioridad los que tuviesen ms cerca el final de los estudios, los de mayor edad y los que
carecieran de medios econmicos, por ese orden. Tambin tenan preferencia, dentro de los
solicitantes por causa empresarial, los que acreditasen ser imprescindibles para la viabilidad de su
negocio. Por ltimo, y en cuanto a los agricultores, los que posean o tenan en arrendamiento
propiedades ms modestas.
Debido a la clase social de la inmensa mayora de los estudiantes que preferan sin duda
pagar la cuota militar, el beneficio de la prrroga no se utiliz en la magnitud esperada. Slo
alrededor del 0,5 por ciento de los mozos y del 2,5 por ciento de los estudiantes universitarios
retrasaron su incorporacin
49
.
La aportacin social ms importante de la nueva ley fue la definitiva supresin de la
redencin a metlico y de la sustitucin, figuras de desgraciado arraigo en el reclutamiento espaol
y en el de otros pases. A pesar de ello, se implant una frmula alternativa que no minimiz
el logro social alcanzado. Dicha frmula, acordada como solucin intermedia durante los debates
en el Senado, fue la cuota militar, si bien su significado mud de ser un impuesto para los
eximidos o los exceptuados como prevea la ley francesa de 1889 y el proyecto espaol de
1910 a ser la manera en que los ms pudientes pudieran reducir la duracin del servicio y,
adems, realizarlo en unas condiciones preferentes.
Se llamaban soldados de cuota aqullos que se beneficiaban de una reduccin sensible en su
servicio en filas a cambio del pago de una cantidad bastante importante para la poca: mil pesetas
para reducirlo a diez meses en tres perodos anuales de cuatro meses el primero y de tres los
segundos y 2.000 pesetas para servir slo cinco meses en dos perodos de tres y dos meses,
a condicin de acreditar una formacin militar mnima obtenida en escuelas especializadas
mediante un examen. Estos soldados podan elegir unidad y vivir fuera del cuartel, estando

48
Ley dictando bases para la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, estableciendo el servicio militar
obligatorio, 29 de junio de 1911, GM, n. 181.
49
Los mozos incorporados tras solicitar prrroga en el perodo 1915-1920 fueron, sucesivamente, 476, 508, 353, 431,
421 y 577. Los que fueron declarados soldados en ese mismo intervalo fueron 105.791, 114.120, 123.504, 123.293,
122.189 y 124.454, Instituto Geogrfico Estadstico (1918), pgs. 44 y 57; e Instituto Geogrfico Estadstico (1921),
pgs. 37 y 52.
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 183


rebajados de servicios mecnicos. Sin embargo, deban costearse su equipo personal excepto
armamento y municin y su caballo, si elegan una unidad montada
50
. En 1912 pag cuotas el
7,9 por ciento de todos los mozos tiles y, en 1913, el 7,3 por ciento. En 1912, la provincia con
ms soldados de cuota fue Barcelona 23,1 por ciento y la de menos Alicante 1,4 por
ciento. En 1913, la primera provincia fue Vizcaya 25 por ciento y la ltima Guadalajara
1,9 por ciento, pudiendo establecerse, de manera intuitiva y a nivel provincial, una clara relacin
entre renta per cpita, sentido nacional y porcentaje de soldados de cuota
51
. En 1916, el Arma o
Cuerpo preferido por estos soldados fue Infantera, con el 44 por ciento, seguida de Artillera,
Intendencia, Sanidad e Ingenieros. Esta relacin se mantendra en los aos sucesivos, siendo
testimonial la presencia de cuotas en Caballera alrededor del uno por ciento por el elevado
coste que supona el aporte de una montura
52
.
El compromiso contrado con el soldado de cuota no se cumpla si su unidad se desplazaba o
si, en tiempo de guerra, entraba en combate. Igualmente, una vez en la segunda situacin del
servicio activo, estaban sujetos a movilizacin en las mismas condiciones que cualquier otro mozo
de su reemplazo, lo que no era inslito que sucediera
53
.
Todo privilegio suele rodearse de alguna justificacin moral. La reduccin de la permanencia
en los cuarteles de estos soldados se justificaba al amparo del enfoque germnico subyacente, bajo
el cual el Ejrcito se haba convertido en escuela subsidiaria no en vano, en el reemplazo de
1915, el 30,16 por ciento de los mozos tiles no saban escribir y, muchos de ellos, fueron
enseados en el cuartel; Los reglamentos proveern a la instruccin primaria del soldado, en

50
Ley dictando bases para la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, estableciendo el servicio militar
obligatorio, 29 de junio de 1911, GM n. 181. La consideracin de un soldado de cuota, a efectos del servicio, era la
misma que la de los soldados de primera. En la prensa militar se deca, para justificar esto: el servicio mecnico es
tolerable a quien siempre lo hizo en casa e insoportable para el que nunca lo practic, Editorial (1910, 15 de
noviembre), Sobre la nueva ley de reclutamiento, La Correspondencia Militar, pg. 1. En 1914, un obrero
cualificado tena que trabajar veinte meses para obtener ingresos equivalentes a 2.000 pesetas, mientras que un pen
necesitaba dos aos y cuatro meses, Olbarri (1982), pg. 643, y un alfrez cobraba, en 1918, 2.500 pesetas al ao,
Fernndez Bastarreche (1982), pg. 664.
51
En 1912, el cupo de filas fue de 82.921 mozos, de los que 4.525 pagaron la cuota de mil pesetas y 2.074, la de 2.000.
En 1913, el cupo fue de 98.651 mozos, de los que 5.540 pagaron la cuota de mil pesetas y 1.722, la de 2.000, Instituto
Geogrfico y Estadstico (1915), pg. 59, 60 y 132.
52
Los porcentajes exactos son: Inf. 44 por ciento, Cab. 1,1 por ciento, Art. 20,1 por ciento, Ing. 7,1 por ciento,
Sanidad 12,2 por ciento, e Intendencia 15,2 por ciento, Instituto Geogrfico y Estadstico (1918), pg. 69.
53
Real decreto aprobando el reglamento e instrucciones para la aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo del
Ejrcito de 27 de febrero de 1912, y del cuadro de inutilidades, anexo a la misma, referente a la aptitud fsica para el
ingreso en el servicio del Ejrcito, 2 de diciembre de 1914, Coleccin Legislativa de Espaa (1914), pgs. 109-389. De
hecho, en 1914, los padres de muchos de los soldados de cuota, que se encontraban destinados en Marruecos, elevaron
una protesta al Senado por la prolongada permanencia de sus hijos en dicho territorio tras haber sobrepasado
ampliamente los perodos de cinco y diez meses comprometidos. Dichos soldados haban sido all enviados cuando
estaban en sus domicilios en la primera situacin del servicio activo (pregunta de los senadores Lpez Mora y Polo y
Peylorn al Ministro de la Guerra, 23 de abril de 1914, DSS, n. 12, pgs. 83-85).
184 El reservismo militar en Espaa

trminos que no salga de filas en estado analfabeto
54
. En este sentido, los individuos con
formacin acadmica requeran menos dedicacin y, por tanto, tenan prioridad, por ejemplo, en la
concesin de licencias temporales durante la primera situacin del servicio activo. Sin embargo,
para asumir que un recluta de la poca quedaba instruido en tan slo cinco o diez meses era preciso
algo ms. Por ello, los soldados de cuota deban acreditar, con carcter previo a su admisin, los
conocimientos siguientes:

Instruccin prctica:
Tctica. Recluta, Seccin y Compaa o unidad anloga.
Gimnasia. La comprendida en la primera parte del Reglamento correspondiente.
Tiro. Ejercicios de tiro de instruccin necesarios para que los individuos resulten clasificados,
por lo menos, como tiradores de segunda.
Conocimientos tericos:
Obligaciones del soldado, cabo y sargento, leyes penales militares, servicio de guarnicin e
interior de los Cuerpos, honores y tratamientos, e ideas de educacin moral del soldado
55
.

Quin mejor para ser oficial eventual que una persona ya educada e instruida? La formacin
acadmica y el origen social de estos soldados hicieron que los redactores de la ley de
reclutamiento de 1912 tal como hiciera Cassola con su clase de cadetes pensaran en ellos para
algo ms que para ocupar empleos de tropa. La escala gratuita de oficiales, como luego se ver, se
nutra de soldados que hubiesen pagado la cuota militar o cursado una carrera universitaria. Dichos
soldados, una vez aprobados los exmenes para cabo y sargento, podan, durante el tercer ao o
perodo de servicio, y si haban participado en algunas maniobras, presentarse a una prueba para
obtener el empleo de segundo teniente.

2.4. Instruccin militar de soldados y reservistas

Antes de describir los planes de instruccin del servicio militar, es preciso recordar la
existencia, en este modelo de reclutamiento, de un cupo de filas primera agrupacin del
contingente anual y otro de instruccin segunda agrupacin. Los soldados del primero
reciban su instruccin militar en las unidades activas del Ejrcito y de la Infantera de Marina

54
Alfabetizacin de los mozos del reemplazo de 1915 (Instituto Nacional de Estadstica: http://www.ine.es; y ley
dictando bases para la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, estableciendo el servicio militar obligatorio, 29
de junio de 1911, GM, n. 181). Esta iniciativa haba sido tomada con anterioridad por otros ejrcitos como el francs.
En Espaa, la instruccin elemental impartida en las unidades militares fue capaz, en la primera mitad del siglo XX, de
elevar un cinco por ciento la media de la tasa de alfabetizacin de los varones de veintin aos, Quiroga Valle (1999),
pgs. 17 y 168. Puell de la Villa sostiene que dicha labor continu dando positivos resultados sobre el conjunto de la
poblacin espaola hasta los aos setenta, (2004), pgs. 72-75.
55
Real decreto aprobando el reglamento e instrucciones para la aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo del
Ejrcito de 27 de febrero de 1912, y del cuadro de inutilidades, anexo a la misma, referente a la aptitud fsica para el
ingreso en el servicio del Ejrcito, 2 de diciembre de 1914, Coleccin Legislativa de Espaa (1914), pgs. 109-389
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 185


durante el primer perodo de servicio, que duraba tres aos aunque se redujera normalmente a dos.
Dicha instruccin se poda completar mediante ejercicios, asambleas o maniobras con los lmites
anuales de treinta, veintin y quince das para la segunda situacin del servicio activo, la reserva y
la reserva territorial, respectivamente. En lo que respecta a la unidad de destino, los mozos de la
Pennsula habida cuenta que la ley estableca que las necesidades generales del pas estaban por
encima de los intereses de las provincias podan ser enviados a cualquiera de ellas, con cierta
preferencia en funcin de la talla, la corpulencia, la profesin o la visin, entre otros. En cambio,
los residentes en Guinea eran destinados a la Guardia Colonial y los de los archipilagos a las
unidades con base en ellos, siendo ocupadas por soldados peninsulares las vacantes no cubiertas en
las orgnicas
56
. Como se ha dicho, la intencin era conseguir instruir militarmente a todos los
mozos tiles para el servicio del Ejrcito pero tambin paliar, por medio de las escuelas de
instruccin elemental creadas en cada unidad, el problema de alfabetizacin de los jvenes
57
.
Parece evidente que, para cumplir el objetivo de instruccin propuesto y aunque no fuera
viable que permaneciera completo en filas, el cupo de instruccin deba recibir alguna formacin
que le permitiera empuar, encuadrado en una unidad militar y llegado el caso, las armas. La
instruccin de los excedentes de cupo ya estaba presente en la ley de reclutamiento de 1885 pero
nunca se hizo nada en tal sentido por razones, como es de esperar, econmicas
58
.
Por otro lado, en Europa tenan una razonable aceptacin, como se ha dicho al hablar de la
Sociedad de Tiro Nacional, las escuelas militares para los ciudadanos que, voluntariamente,
quisieran recibir adiestramiento de este tipo, favoreciendo adems el orden social y la
dignificacin de la Patria. Esta actividad, llamada por algunos autores formacin premilitar,
ser motivo de estudio en el prximo captulo
59
.


56
Ibdem. Por ejemplo, los miopes eran destinados a unidades a pie, los que tenan una talla superior a 1,71 metros a la
Escolta Real, los picadores a Caballera, los tejeros a Zapadores, etc.
57
Parece que lo consiguieron: en el reemplazo de 1912 hubo un 28,96 por ciento de analfabetos, que quedaron en el
10,10 por ciento al ao de instruccin. Entre 1912 y 1917 el porcentaje vari entre el 23,79 de 1917 y el de 1912 ya
citado. En el momento de licenciarse, el porcentaje vari entre el 7,73 de 1917 y el 11,27 de 1913. En cualquier caso,
miles de jvenes espaoles aprendieron a leer y escribir durante su estancia en filas, estado demostrativo de los
progresos, en primeras letras, realizados al ao de instruccin por los reclutas incorporados de 1912-1917, ambos
inclusive (Instituto Nacional de Estadstica: http://www.ine.es). Las escuelas estaban dirigidas por un capitn o por el
capelln, que se auxiliaban de soldados titulados en Magisterio, en Ciencias o en Filosofa y Letras, as como por
religiosos, todos ellos rebajados de servicios mecnicos, real decreto aprobando el reglamento e instrucciones para la
aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito de 27 de febrero de 1912, y del cuadro de inutilidades,
anexo a la misma, referente a la aptitud fsica para el ingreso en el servicio del Ejrcito, 2 de diciembre de 1914,
Coleccin Legislativa de Espaa (1914), pgs. 109-389.
58
Intervencin del marqus de Santa Mara en el Senado, 16 de noviembre de 1910, DSS, n. 66, pg. 1027.
59
Editorial (1912, 4 de diciembre), Al ministro de la Guerra. Necesidad urgente, La Correspondencia Militar, pg.
1. El propio rey visitaba los establecimientos de este tipo en los pases a los que acuda oficialmente, como sucedi en
su visita a Francia en mayo de 1913, Corresponsal (1913, 4 de mayo), El viaje del Rey. Avance del programa, La
Correspondencia de Espaa, pg. 5.
186 El reservismo militar en Espaa

Arma o Cuerpo
Formacin premilitar acreditada
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Primer grupo: con instruccin
superior
20
Segundo grupo: con instruccin
intermedia
40 50 40
Tercer grupo: con instruccin
bsica y gimnstica
80 150 80 150 80*

Ninguna 150 180 150 180 150 180 150*
Tabla n. 9: Das mximos en filas requeridos por el mozo del cupo de instruccin, en funcin de la
formacin premilitar acreditada y de la unidad a la que se adscribiera su depsito, segn el reglamento de
reclutamiento de 1914
60
.
* 150 y 180 das, respectivamente, para las unidades montadas de estos Cuerpos.

Conscientes de las dificultades de instruir a la segunda agrupacin del contingente anual y a
los soldados de cuota, los senadores se preocuparon por que la ley de reclutamiento de 1912
contemplara una forma de que la iniciativa privada ayudara a instruir a los excedentes de cupo y a
los cuotas, alentando a crear escuelas militares particulares que se solaparon con otra red de
escuelas pblicas gratuitas. Estas ltimas estaban administradas por el Ministerio de la Guerra y
perduraron hasta que se suprimi la cuota militar despus de la Guerra Civil. Tomara el testigo
entonces la Milicia Universitaria, como se ver en el captulo VII. En todos los casos contribuan,
como se ha dicho, a instruir militarmente a la poblacin alfabetizada y a permitir la reduccin del
tiempo de servicio en filas para sus alumnos. Para abrirlas, los particulares deban contar con la
autorizacin de la Capitana General, si bien la Sociedad de Tiro Nacional contaba de antemano
con su beneplcito, a condicin de que empleara como profesores a sus socios militares
61
.
En definitiva, segn el reglamento de reclutamiento de 1914, los mozos del cupo de
instruccin deban recibir entre cinco y seis meses de adiestramiento en el seno de la institucin
militar bajo el control de las cajas de reclutas, a cuyos depsitos se encontraban adscritos. No
obstante, la acreditacin de conocimientos en diferente grado poda reducir hasta veinte das dicha

60
Real decreto aprobando el reglamento e instrucciones para la aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo del
Ejrcito de 27 de febrero de 1912, y del cuadro de inutilidades, anexo a la misma, referente a la aptitud fsica para el
ingreso en el servicio del Ejrcito, 2 de diciembre de 1914, Coleccin Legislativa de Espaa (1914), pgs. 109-389.
61
Real decreto creando las escuelas militares, dependientes del Estado, para difundir la instruccin preparatoria militar
entre todos los mozos que voluntariamente lo deseen, 27 de setiembre de 1912, GM, n. 273.
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 187


instruccin, mostrndose en la tabla n. 9 el tiempo de servicio. Dado que el cupo de instruccin
o segunda agrupacin del contingente anual raramente fue llamado para ser instruido como
tampoco lo fueron los reservistas del cupo de filas, se puede asegurar que la nica finalidad de
las escuelas militares fue reducir el tiempo de servicio militar a los soldados de cuota.

3. PRIMERAS CLASES DE OFICIALES MOVILIZABLES

La oficialidad eventual comenz a aparecer en las potencias militares europeas desde el
ltimo tercio del siglo XIX a los primeros aos del siglo XX, al objeto de poder poner en pie de
guerra rpidamente, en caso de crisis, grandes masas de reservistas. Dicha figura se hizo
particularmente necesaria cuando estratgicamente se plane movilizar millones de hombres en
una potencial contienda, en respuesta a un permanente crescendo cuyo origen debe datarse en los
conflictos napolenicos y que, hasta la mitad del siglo XX, iba a poner sobre las armas, en cada
confrontacin significativa, a centenares de miles e, incluso, a millones de combatientes por cada
bando, como ya se ha visto en esta tesis.
Ese elevado volumen de soldados deba proceder de una bien organizada reserva, resultando
demasiado costoso que la mayor parte de sus mandos, los oficiales de empleos inferiores,
destinados a liderar secciones y compaas y accidentalmente batallones, perteneciesen a las
escalas profesionales. Debe notarse a este respecto que el ejrcito alemn fue capaz de quintuplicar
el nmero de unidades activas, en los primeros meses de la Primera Guerra Mundial, gracias a la
gestin adecuada de esta oficialidad, mientras que las tropas inglesas se mostraron ineficaces
durante un largo perodo, y en esa misma contienda, por la razn contraria
62
. Alemania pudo
movilizar a 166.000 oficiales eventuales, cuando slo contaba con 35.000 oficiales profesionales
en situacin de reserva. Francia lleg a llamar a unos 128.000 oficiales procedentes del servicio
militar y a, aproximadamente, 39.000 oficiales en reserva
63
.
El significativo hito en el reclutamiento europeo que supusieron las batallas de Sadowa y
Sedn, ya tratadas en el captulo IV y en cuyo desenlace tanto influy el adiestramiento previo
de este tipo de oficiales llevaron a las potencias europeas a incorporar poco a poco el modelo
prusiano a sus propios sistemas defensivos
64
. Uno de sus elementos esenciales eran los oficiales
llamados de complemento integrados en el contingente movilizable, quienes fueron
progresivamente implantados en toda Europa a lo largo del tramo que medi entre la Guerra

62
Editorial (1921, 2 de febrero), La oficialidad de complemento, La Correspondencia Militar, pg. 1.
63
Caete Pez (2005), pg. 21, y Villalba (1927), pg. 62.
64
Puell de la Villa (2005
A
), pg. 152.
188 El reservismo militar en Espaa

Franco-prusiana y la Gran Guerra. Por ejemplo, en 1889, casi veinte aos despus de la derrota de
Sedn, Francia tena en reserva 210.000 hombres, de los cuales, al menos, 7.000 eran oficiales de
complemento. Ms adelante, en 1899, se ampliaron las competencias de algunos de estos oficiales,
que pudieron actuar como auxiliares de estado mayor otra de las carencias francesas puestas de
manifiesto en Sedn. Sin duda, estas decisiones contribuyeron a la victoria aliada en la Primera
Guerra Mundial
65
.
Asimismo, existi una oficialidad de complemento en Italia varios aos antes de 1898, la cual,
para ascender, tena que acreditar cierta antigedad en el empleo y aprobar un examen terico y
prctico. Adems, como el resto de la reserva italiana, se les someta tanto a ejercicios de
adiestramiento como a cursos de actualizacin peridicos
66
.
Llegado a este punto, se puede hablar ya de una escala de oficiales movilizables lo que ms
tarde se llamara en Espaa, a imagen de Europa, Escala de Complemento formada por cuadros
de mando que permanecan en situacin de reserva no retribuida esencialmente oficiales y
que, disponiendo de una formacin acadmica avanzada, reciban una mnima instruccin militar
para poder desempear las siguientes misiones:

En pie de paz, complementar los cuadros de mando inferiores.
En caso de movilizacin, constituir la base de los cuadros de mando subalternos
en las nuevas unidades que se formaran
67
.

En Espaa, la primera disposicin que instaur una oficialidad de estas caractersticas
aunque no se llamara an as fue la misma que impuso el servicio militar universal, es decir, la
ley de reclutamiento de 1912. Conforme fue avanzando el siglo XX, la necesidad calificada por
la prensa especializada de perentoria de una oficialidad movilizable, que permitiera disponer
de cuadros de mando numerosos en pie de guerra a coste reducido en pie de paz, se cubri con los
llamados oficiales de la reserva gratuita. Sin embargo, el nacimiento de la Escala de
Complemento espaola, quiz por razones semnticas, suele fijarse en la promulgacin de la ley de

65
Discurso de Alexandre Sanguinetti, presidente de la Comisin de la Defensa Nacional y de las Fuerzas Armadas de
la Asamblea Nacional francesa, 9 de junio de 1970, Journal Officiel de la Republique Franaise n. 48 A. N.,
publicado el 10 de junio de 1970, AANF.
66
Los contenidos de dichos exmenes eran: Reglamento de disciplina militar, instruccin sobre el armamento para la
Infantera, instruccin sobre las armas y tiro para la Infantera, reglamento sobre el servicio territorial, reglamento
sobre el servicio interior, Cdigo penal militar, reglamento sobre el servicio de la guerra, leyes y reglamentos
concernientes a los oficiales cumplidos. Los exmenes prcticos consisten en ejercicios de orden cerrado y ejercicios
de combate; cada aspirante deber desempear las funciones del grado para el cual es propuesto, Redaccin (1898, 17
de agosto), Mirada al mundo, La Correspondencia Militar, pg. 1; Redaccin (1900, 11 de julio), Mirada al
mundo, La Correspondencia Militar, pg. 3; y Redaccin (1900, 27 de octubre), Mirada al mundo, La
Correspondencia Militar, pg. 3.
67
Caete Pez (2005), pg. 13, prlogo del teniente general Manuel Esquivias Franco.
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 189


bases para la reorganizacin del Ejrcito de 29 de junio de 1918, en la que se la cita
inequvocamente por este nombre. Alpert sostiene que Espaa implant tan tarde una oficialidad
de este tipo debido a que la solucin preferida, ante crisis graves y a diferencia de otros pases, era
ascender a los sargentos, remedio que se aplic incluso al estallar la Guerra Civil
68
.
Fruto del debate poltico y tcnico, el proyecto de ley de 1904, ya estudiado, hablaba de la
necesidad de contar con una escala de reserva gratuita, compuesta por cabos y soldados que
hubiesen demostrado especiales aptitudes militares y que tuviesen terminada alguna carrera o
ejerciesen una profesin de las referidas en la ley ampliando la Escala de Reserva del Arma de
Infantera de 1886. Dichos cabos y soldados ingresaran en la primera reserva con el empleo de
sargento y, posteriormente, pasaran a la segunda reserva con el de alfrez. Eso mismo les
sucedera a los sargentos de la primera reserva que estuvieran en las mismas condiciones.
Los tratadistas militares tambin se unieron al debate poltico sobre la necesidad de cuadros
de mando eventuales. Sirva como ejemplo la intervencin del comandante Martnez Peralta en la
Escuela de Estudios Militares, en la que termin haciendo un prolijo estudio del sistema del
servicio obligatorio, como medio de formar la oficialidad de complemento
69
.
A los imperativos de la defensa nacional se aadieron los intereses corporativos, ya que los
oficiales profesionales eran particularmente favorables a la aparicin de esta figura. Dentro del
espritu regeneracionista de primeros del siglo XX, abrumados por los avances en el arte militar y
conscientes de que el militar espaol necesitaba profundizar en su formacin acadmica, los
oficiales permanentes vean una gran oportunidad en la creacin de oficiales de complemento, por
cuanto stos iban a asumir labores prcticas, de las que quedaran liberados para poder dedicarse
al alto mando y a sostener las ciencias militares a la altura correspondiente. Una columna de
opinin en La Correspondencia Militar pona de manifiesto la necesidad de una oficialidad de
doble procedencia, segn el esquema anterior, y propona cubrir las vacantes de oficial, en pie de
guerra, con los de complemento y con los sargentos considerados aptos, por este orden:

Las necesidades orgnicas de los numerosos ejrcitos modernos por una parte, y el creciente
progreso de la ciencia militar por otra, hacen ilusoria, en mi concepto, no slo la idea del oficial
nico para las armas de combate, si [sic] que tambin la de la unidad de procedencias dentro de
cada una de aqullas.
As en todas las naciones la tendencia a dividir el Cuerpo de oficiales en dos agrupaciones: una
eminentemente tcnica, permanente e instructora, y la otra prctica, ms o menos eventual y
complementaria de la primera.
En Espaa, nacin de menos capacidad econmica que otras para sostener permanentemente una
oficialidad bien retribuida y suficiente para mandar todo el ejrcito de primera y segunda lnea, se

68
Alpert (1982), pg. 87.
69
Redaccin (1906, 18 de enero), Escuela de Estudios Militares, La Correspondencia Militar, pg. 1.
190 El reservismo militar en Espaa

hace ms precisa la provisin de dichos oficiales de complemento que sirvan para nutrir los cuadros
de las unidades de reserva en el momento de su movilizacin.
El proyectado sistema de ascensos de las clases de tropa ha de facilitar la solucin del problema;
pues si de un modo regular y constante los sargentos cubren en tiempo de paz un ms o menos
reducido nmero de plazas de subalterno del Ejrcito permanente, se hallarn continuamente
preparados o en preparacin para el ascenso, y cuando las necesidades de una guerra obliguen a
movilizar los cuerpos de reserva, se podr completar sus plantillas mediante el llamamiento de los
elementos utilizables de las reservas retribuida y gratuita, en primer trmino, y despus los
sargentos activos aptos para el ascenso
70
.

Ms tarde y en lnea con lo anterior, el general Aznar, a la sazn ministro de la Guerra,
defendi las bondades de los nuevos oficiales de complemento de reserva gratuita en este
caso resaltando la motivacin que iba a suponer tanto para las clases de tropa como para la
oficialidad en activo: [] la creacin, por ltimo, de oficiales de la reserva gratuita, ser una
recompensa que estimular la aplicacin de los reclutas, facilitando, adems, la movilizacin de las
escalas activas y, como consecuencia, mayores y ms rpidos avances en las carreras de los
profesionales
71
.
Por ello, aunque algunos autores insisten en fechar en 1918 la fundacin de la Escala de
Complemento, como una consecuencia ms de la Primera Guerra Mundial y el anlisis de los
cambios que toda confrontacin blica importante ejerce sobre el arte militar, se ha probado que
Espaa tena identificada esa necesidad bastante antes de esa fecha
72
.
Es posible que dicha confusin venga dada, como se ha dicho, por el propio nombre de la
escala ya que, aunque en el debate social previo se us la palabra complemento para describir
aquella reserva procedente de la clase de tropa, como ha quedado dicho anteriormente, los
legisladores de primeros del siglo XX quisieron resaltar su componente de gratuidad. A
continuacin se describen las caractersticas de dos clases de oficialidad que responden al concepto
de Escala de Complemento.

3.1. Oficiales de la reserva territorial de Canarias

Durante los primeros aos del siglo XX, la Capitana general de Canarias fue la primera
entidad del Ministerio de la Guerra en recoger todas las nuevas ideas sobre oficialidad de
complemento y llevarlas a la prctica. Como parte de su amplio programa de reformas, el primer

70
S. (1907, 14 de noviembre), Palenque de opiniones. La carrera militar, La Correspondencia Militar, pg. 1.
71
Redaccin (1911, 3 de marzo), Proyectos ministeriales. Bases para la organizacin del Ejrcito, La
Correspondencia Militar, pg. 1.
72
Daz de Otazu y Ceballos-Escalera piensan que el Gobierno decidi crear esta escala a resultas del buen desempeo
francs durante la Gran Guerra y estn convencidos de que la idea parti del artculo Un estudio sobre cuadros de
clases de tropa y oficialidad de complemento, publicado en 1918 por el capitn Carlos Garca Nieto en el Memorial
de Infantera, Daz de Otazu (2006), pg. 632.
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 191


gobierno del conservador Antonio Maura entreg a las Islas Atlnticas un estatuto particular en
materia de reclutamiento. En virtud de esa consideracin, la poblacin masculina til de la
provincia insular era la que deba nutrir de manera autrquica las unidades all establecidas. Con
ello se persegua que no fuera necesario el envo de mozos desde la Pennsula ni tampoco trasladar
canarios a sta
73
. Por otro lado, las islas se encontraban en un relativo estado de indefensin
provocado por la reorganizacin del Ejrcito, el repliegue de las unidades peninsulares, la falta de
cuadros para las unidades terrestres y la carencia de buques de la Armada en setiembre de 1904
slo un caonero, el Mara de Molina, guarneca tanto las costas canarias como las africanas que
se encontraban en sus proximidades. Asimismo, las recientes movilizaciones con ocasin de la
guerra contra Estados Unidos haban revelado que el encuadramiento de contingentes importantes
era un punto dbil del sistema defensivo regional, ya que no exista la posibilidad de recibir
mandos desde suelo peninsular en un tiempo razonable
74
.
Por tanto, dentro de ese principio de autosuficiencia de la poblacin insular para nutrir las
unidades de la guarnicin insular, era preciso aadir una adecuada gestin de los cuadros
destinados a mandar a los reservistas una vez movilizados. El propio real decreto reorganizando
las tropas del ejrcito de Canarias de 1904 prevea que,

El Capitn general de Canarias formular las bases para la reglamentacin del ingreso,
permanencia y servicio de los Oficiales de la reserva territorial de aquellas islas, teniendo en cuenta
que, adems del llamamiento de los excedentes de cupo para darles instruccin militar, se llamar
anualmente a la reserva activa para una asamblea de veinte o treinta das, y durante este tiempo se
movilizarn asimismo los citados oficiales
75
.

La crisis ministerial de diciembre de 1904 dej aparcada la cobertura reglamentaria necesaria
hasta que Maura volvi a hacerse cargo del gobierno, en enero de 1907. Ese mismo ao, el Rey
aprob, tras la consideracin de las bases propuestas por el capitn general, la reglamentacin
asociada a la escala de oficiales de la reserva territorial. En su prembulo se insista en lo que
justificaba esa escala, es decir, en la disponibilidad y en la gratuidad:

[] es de la mayor importancia que el Ejrcito del Archipilago cuente con un ncleo de
Oficiales de reserva, cuidadosamente preparados, idneos, con prestigio y arraigo en el pas y con
verdadero espritu militar, lo cual no es nuevo y es ciertamente fcil de conseguir, porque en todo

73
Real decreto reorganizando las tropas del Ejrcito y servicios con ellas relacionados en las islas Canarias, 20 de
agosto de 1904, GM, n. 237.
74
Editorial (1904, 22 de setiembre), Neutralidad sin garantas, El Globo, pg. 1.
75
Real decreto reorganizando las tropas del Ejrcito y servicios con ellas relacionados en las islas Canarias, 20 de
agosto de 1904, GM, n. 237.
192 El reservismo militar en Espaa

tiempo ha dispuesto, bajo distintas formas, de Oficiales que, sin ser gravosos al Estado y con gran
amor a la Patria, prestaron muy importantes servicios
76
.

Podan ingresar en esta reserva de oficiales los espaoles residentes en Canarias que tuvieran
ms de dieciocho aos y menos de veinticinco, que no hubiesen sido an llamados para el servicio
militar ni se encontraran entre los redimidos o entre los excedentes de cupo. Tambin podan
acceder a la misma los menores de treinta aos de edad que hubiesen servido en filas como
soldado sin nota desfavorable, excluidos los sustitutos y los voluntarios que hubiesen recibido
premio de enganche.
Aunque se exclua de facto a obreros y jornaleros, no se exiga que la procedencia social de
los aspirantes fuese demasiado elevada deban poseer, eso s, una renta mnima anual de 2.000
pesetas, umbral de nivel de vida a partir del cual se consideraba que se poda llevar con dignidad la
condicin de oficial, aunque s la adecuada formacin acadmica que, en caso de que no se
pudiera acreditar mediante un ttulo, poda demostrarse mediante un examen. Los oficiales
subalternos, licenciados absolutos o retirados del Ejrcito no requeran ms que acreditar la citada
renta anual
77
.
Tras las pruebas de seleccin, el aspirante instruido durante seis meses como segundo teniente
en una compaa de las unidades permanentes de infantera. Posteriormente, pasaba a otra
compaa de las islas, esta vez de segunda reserva, con la particularidad de que estas ltimas
unidades slo podan estar mandadas por oficiales de la reserva territorial. A pesar de la gratuidad,
haba obligaciones que cumplir: asistir a las revistas anuales y a cualquier otro ejercicio que
convocara el capitn general. Su rgimen de ascensos segua las mismas pautas que el del ejrcito
permanente, hasta llegar al mximo empleo de capitn y con el lmite de las vacantes existentes,
que eran 46 de capitn, 92 de teniente y 46 de segundo teniente
78
.
La gratuidad ocasion algunas protestas, al suponer un agravio comparativo con los derechos
recientemente concedidos a los mandos eventuales de las reservas territoriales cubana y filipina, a
los que se prometi pasar a la reserva retribuida con tal de permanecer sobre las armas un mnimo
de seis meses. Los habitantes de las Canarias, hermosa y leal provincia espaola, crean merecer

76
Real decreto aprobatorio del adjunto reglamento para el ingreso, servicio y permanencia de los oficiales de la
reserva territorial de Canarias, 25 de octubre de 1907, GM, n. 304.
77
Un teniente coronel del Ejrcito y un catedrtico de Universidad cobraban en esa poca alrededor de 7.000 pesetas
anuales, mientras que un obrero cualificado reciba 1.300 y un pen 900, expediente personal del senador vitalicio D.
Amalio Gimeno y Cabaas, catedrtico por la Universidad de Valencia, BS, signatura HIS-0192-01; Fernndez
Bastarreche (1982), pg. 664; y Olbarri (1982), pg. 643.
78
Real decreto aprobatorio del adjunto reglamento para el ingreso, servicio y permanencia de los oficiales de la
reserva territorial de Canarias, 25 de octubre de 1907, GM, n. 304.
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 193


la misma gracia que los citados territorios insulares
79
. En compensacin por la gratuidad,
recordando a los de su mismo empleo de la Milicia Provincial del siglo XVIII, los oficiales de la
reserva territorial merecan, tanto en activo como en estado sedentario, los mismos honores,
tratamientos y consideraciones que los oficiales del ejrcito permanente, disfrutando de sus
mismos beneficios sociales y derechos pasivos y fijndose su edad de jubilacin en sesenta aos
80
.

3.2. Escala de Reserva gratuita de Canalejas

La que se ha llamado trascendental reforma del reclutamiento no poda dejar de dar
respuesta a necesidad tan seria como la de la oficialidad movilizable. Por ello, la ley de 1912 tuvo
que crear los oficiales y clases de tropa de la reserva gratuita renunciando an a la
denominacin de complemento, dedicndole un captulo entero a tal asunto, aunque habran
de pasar ms de dos aos y medio para contar con un reglamento que permitiera aplicarlo.
Como se ha repetido, la esencia de una oficialidad de complemento, en todo ejrcito, era
disponer de cuadros de mando numerosos en pie de guerra a coste reducido en pie de paz. Eso
conllevaba perodos de formacin e instruccin tan reducidos como intensos, al menos en teora.
Para conseguir la cualificacin necesaria en un corto espacio de tiempo pareca aconsejable
descartar a los analfabetos, lo que explica que los candidatos debieran demostrar su capacitacin
acadmica mediante la presentacin de un ttulo o la superacin de un examen. Esta era la
justificacin objetiva, perfectamente razonada, para establecer una nueva segregacin entre los que
deban realizar el servicio militar obligatorio e universal.
Se recordar que los soldados pertenecientes a la cuota militar deban pasar un examen para
poder obtener los beneficios aparejados. Por ello, se decidi que los integrantes de la reserva
gratuita fuesen seleccionados de entre los soldados de cuota. Dado que prestaban servicio en tres
perodos de unos pocos meses, la ley estableci que los soldados de cuota que lo solicitasen podan
ser cabos, previo examen, durante el primero de ellos, sargentos durante el segundo y segundos
tenientes durante el tercero esta vez tras realizar, adems del examen, uno o varios ejercicios
tcticos. Ms tarde vendran disposiciones reglamentarias para favorecer el ascenso a
determinados empleos y, sin embargo, tambin evitar su saturacin coyuntural.
Tambin podan acceder a la categora de oficial los universitarios que, habiendo terminado la
mitad de una carrera, presentaran la oportuna solicitud y hubiesen obtenido previamente los grados

79
Redaccin (1906, 8 de noviembre), Las milicias canarias, La Correspondencia de Espaa, pg. 1.
80
Real decreto aprobatorio del adjunto reglamento para el ingreso, servicio y permanencia de los oficiales de la
reserva territorial de Canarias, 25 de octubre de 1907, GM, n. 304.
194 El reservismo militar en Espaa

de cabo y sargento, pudiendo alcanzar el empleo de segundo teniente a principios del tercer ao de
servicio y tras acabar los mencionados estudios. A stos se les empleara preferentemente en la
aplicacin de su titulacin. Asimismo, podan solicitarlo los sargentos ya licenciados del Ejrcito
que demostrasen disponer de unos recursos mnimos para vestir el uniforme con cierto decoro.
Finalmente, los jefes y oficiales separados del servicio sin deshonor podan pertenecer a la escala
gratuita sin ms que pedirlo
81
.
Alpert compara el alto inters de los franceses por la formacin de sus oficiales de
complemento con el bajo perfil militar de sus homnimos espaoles. Mientras que en Francia estos
oficiales se reclutaban mediante oposicin de entre los soldados con un ao de servicio, se les
formaba durante seis meses antes de entregarles las divisas de oficial y se les exiga otros seis
meses de prcticas en el nuevo empleo, un oficial de la Escala de Reserva gratuita espaola poda
terminar el proceso en tan slo unos pocos meses, sin otro requisito que una experiencia
testimonial en el mando de seccin. Esto hizo que, sin duda, estos oficiales estuviera peor
capacitados que la mayor parte de los europeos de la misma clase
82
.
El sistema de ascensos de los oficiales reservistas preocup a la oficialidad permanente
durante los aos previos a la aprobacin de la ley de bases de 1911, en cuyo proyecto lleg a
figurar que alcanzaran el mximo empleo de capitn, como suceda en la reserva territorial de
Canarias. Finalmente, las presiones del estamento militar, que pensaba que no parece conveniente
ni es necesario que obtengan ascensos. Otros medios hay de recompensarles sin ponerles en
puestos para los que no pueden estar preparados, evitando, adems, la anomala de colocar a sus
rdenes a tenientes profesionales, llevaron a que el ascenso llegara, como mucho, hasta primer
teniente, condicionado a que el interesado pasase a la situacin de reserva. Se buscaba que hubiese
una remota posibilidad de que los oficiales profesionales quedasen bajo las rdenes de uno de la
reserva gratuita
83
.
A los dieciocho aos de servicio, el que perteneciese a esta reserva poda recibir la licencia
absoluta o solicitar ingresar en la reserva territorial, para permanecer en ella hasta los cuarenta y
cinco aos edad de retiro forzoso del servicio. En este momento se obtena el empleo de
oficial honorario de la escala gratuita, con derecho a vestir el uniforme
84
.
El reglamento de 1914 elimin los exmenes para el ascenso a cabo o sargento,
sustituyndolos por una evaluacin anual por parte del mando. Asimismo, se ampli el ingreso en

81
Ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, debidamente rectificada, 27 de febrero de 1912, GM, n. 60.
82
Alpert (1982), pg. 49.
83
Editorial (1910, 28 de setiembre), El nuevo proyecto de ley de Reclutamiento. Examen de sus bases, La
Correspondencia Militar, pg. 1.
84
Ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, debidamente rectificada, 27 de febrero de 1912, GM, n. 60.
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 195


las clases de tropa de la reserva gratuita a los soldados que hubieran desempeado el empleo de
cabo interino a satisfaccin de sus superiores, coincidiendo con su pase a la segunda situacin del
servicio activo. En lo que respecta a los aspirantes a oficial, aqullos que no consiguieran superar
el examen con la nota requerida, pasaban a la segunda situacin del servicio activo, con el empleo
que correspondiera a la puntuacin obtenida: cabo, sargento, brigada o suboficial. El ascenso se
produca en funcin del historial militar hasta completar el nmero de vacantes de reserva
establecidas para cada empleo sin pasar de primer teniente, claro est. En este sentido, el
propio reglamento proporcionaba algunas ratios de cuadros para cada una de las Armas y Cuerpos.
Por ejemplo, una unidad de infantera en la reserva deba tener un sargento por cada 59 hombres y
un cabo por cada 26; en cambio, a una de pontoneros le corresponda un sargento por cada 30
hombres y un cabo por cada 15
85
.
Por su inclusin en la reforma del reclutamiento espaol y por el momento histrico que iba a
vivirse slo unos pocos aos ms tarde, se puede considerar que la Escala de Complemento naci
con la instauracin del servicio militar universal.

4. ORGANIZACIN DE LA RESERVA A COMIENZOS DEL SIGLO XX

El nuevo escenario sobrevenido tras la prdida de las ltimas colonias oblig al Gobierno a
realizar una severa reorganizacin de las unidades activas y de la reserva. Esta nueva organizacin,
que fue revisada tanto en 1904 como antes del comienzo del Protectorado en Marruecos
coincidiendo ms o menos con la aprobacin de la ley de bases para el reclutamiento de 1911, se
basaba en la constitucin de dos ejrcitos, uno de primera lnea y otro de segunda lnea, ms una
reserva territorial, cuya organizacin se dejaba pendiente
86
.
El ejrcito de primera lnea deba ser capaz de entrar en campaa en breve espacio de tiempo,
ya fuera con los recursos puestos sobre las armas, ya fuera movilizando reservistas adscritos a las
unidades activas, incluyendo tanto a los que se encontraban en la primera como en la segunda
situacin ver figura n. 2. En este sentido, las unidades contaban con cuadros de batalln y de
compaa para organizar al personal movilizado de manera inmediata en caso de crisis, empezando

85
Real decreto aprobando el reglamento e instrucciones para la aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo del
Ejrcito de 27 de febrero de 1912, y del cuadro de inutilidades, anexo a la misma, referente a la aptitud fsica para el
ingreso en el servicio del Ejrcito, 2 de diciembre de 1914, Coleccin Legislativa de Espaa (1914), pgs. 109-389.
86
La zona final de influencia espaola en Marruecos fue reconocida el 27 de noviembre de 1912 mediante convenio
firmado con Francia, establecindose el Protectorado espaol, con capital en Tetun. Los lmites entre las zonas
francesa y espaola estaban marcados por el ro Uarga (ley autorizando al Gobierno a ratificar el Convenio entre
Espaa y Francia de 27 de Noviembre de 1912, que define la situacin respectiva de los dos pases en Marruecos y el
protocolo firmado el mismo da concerniente al ferrocarril Tnger-Fez, 2 de abril de 1913, GM, n. 93).
196 El reservismo militar en Espaa

por los soldados que se encontraban en sus domicilios en la primera situacin del servicio activo,
con licencia ilimitada. El orden de movilizacin, cuyo esquema se encuentra en el apndice n. 1,
continuara con los mozos en depsito equivalentes a la primera situacin y con los reservistas en
la segunda situacin.

Arma o Cuerpo Unidades de reserva Depsitos
Infantera
116 batallones en la Pennsula
10 compaas en Baleares
87

46 compaas en Canarias
88

120
Caballera 14 depsitos de reserva en la Pennsula*
89

Artillera 14 depsitos de reserva*
90

Ingenieros 7 depsitos de reserva regionales*
Administracin 7 compaas de depsito regionales
Brigada Obrera y Topogrfica
del Cuerpo E. M.
Reservistas bajo el control de la Mayora de la
Brigada
Brigada de Sanidad militar
Reservistas bajo el control de la Mayora de la
Brigada
Secciones de Ordenanzas del
Ministerio de la Guerra
Reservistas adscritos a las unidades activas
Tabla n. 10: Organizacin de la reserva del Ejrcito antes de la Primera Guerra Mundial
91
.
* Las unidades de estas Armas o Cuerpos localizadas en Canarias y Baleares encuadraban a sus propios
reservistas.

Por su parte, el ejrcito de segunda lnea deba seguir al anterior cuando fuera requerido y,
consecuentemente, deba tener sus tropas organizadas de manera parecida, siendo sus principales
recursos las reservas y los depsitos. La funcin primordial de estos ltimos era utilizar a los
mozos del cupo de instruccin para cubrir las bajas que se produjeran entre sus compaeros de
reemplazo a lo largo de todo su servicio militar. Los batallones y compaas de reserva, agrupados
en nmero suficiente hasta constituir medias brigadas de nueva creacin, marcharan al combate
mandados por los cuadros de oficiales que permanecan en reserva. Esto quiere decir que, mientras
los soldados de la primera y segunda situacin del servicio activo lucharan para el Arma de

87
Ocho en Mallorca y dos en Menorca (real decreto reorganizando las tropas del Ejrcito y servicios con ellas
relacionados en las islas Baleares, 11 de agosto de 1904, GM, n. 229).
88
Radicadas doce de ellas en Tenerife, doce en Las Palmas, seis en Orotava, seis en Gua, cuatro en La Palma, dos en
Lanzarote, dos en Fuerteventura y dos en La Gomera y El Hierro (real decreto reorganizando las tropas del Ejrcito y
servicios con ellas relacionados en las islas Canarias, 20 de agosto de 1904, GM, n. 237).
89
Localizados en Badajoz, Burgos, Crdoba, Gerona, Granada, Lugo, Madrid, Murcia, Reus, Sevilla, Valencia,
Valladolid, Vitoria y Zaragoza (continuacin de los estados referentes a la reorganizacin de las tropas del Ejrcito, 2
de noviembre de 1904, GM, n. 326).
90
Radicados en Albacete, Barcelona, Bilbao, Burgos, Cceres, Jan, Lrida, Madrid, Mlaga, Sevilla, Valencia,
Valladolid, Vigo y Zaragoza, ibdem.
91
Aunque seran una ms al finalizar la Primera Guerra Mundial, al comenzar el siglo XX las capitales de las regiones
militares eran: 1. Madrid, 2. Sevilla, 3. Valencia, 4. Barcelona, 5. Zaragoza, 6. Burgos y 7. Valladolid (real
decreto reorganizando las tropas del Ejrcito y servicios con ellas relacionados, 2 de noviembre de 1904, GM, n. 315).
Captulo V.- Primera ley espaola del servicio militar universal 197


Infantera en sus propias unidades liderados por mandos en activo, los miembros de la reserva lo
haran en unidades recin formadas con mandos que se encontraran en la misma situacin.
La reserva territorial, ltimo reducto defensivo de inspiracin alemana tambin presente en
Francia y destinado a encuadrar a soldados de casi cuarenta aos para defender el entorno
propio, no se organiz en aquel momento. Se decidi esperar ante que habran de pasar al menos
catorce aos para disponer de reservistas que poder incluir en sus unidades.
En la tabla n. 10 se muestran las unidades que integraron la reserva espaola a partir de 1904,
permaneciendo as constituida hasta despus de la Primera Guerra Mundial. Los principios bsicos
de esta organizacin eran que las unidades activas encuadraban, en general, a los soldados que se
encontraban en las dos primeras situaciones del servicio militar y que las cajas de reclutas
gestionaban tanto las reservas antes segunda reserva y luego reserva y reserva territorial como
los depsitos las filiaciones de los mozos sin adiestramiento militar de la segunda agrupacin o
cupo de instruccin. Se constituyeron 120 depsitos uno por zona de reclutamiento, a
saber, 116 en la Pennsula, dos en Baleares y dos en Canarias.
Como podr observarse, en la citada tabla constan las unidades especficas de infantera que
se agruparan para formar unidades de orden superior en caso de movilizacin o que, en el caso de
las islas, eran reservas de las unidades radicadas en ellas. Para las Armas o Cuerpos menos
numerosos, o cuya especializacin no permita la constitucin de nuevas unidades formadas slo
por reservistas, haba dos maneras de proceder. La primera, preferida por la Caballera y la
Artillera peninsulares, consista en disponer de depsitos de reserva de dnde extraer parcialmente
los miembros de las nuevas unidades que habran de crearse, cubriendo el resto con veteranos. La
segunda alternativa estaba indicada para colectivos muy pequeos, como suceda en las islas, y se
basaba en que cada unidad encuadrase sus reservistas de una manera integral, hasta la licencia
absoluta.

Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 199


CAPTULO VI.- CRISIS DE LA RESTAURACIN Y DICTADURA DE PRIMO DE
RIVERA (1918-1931)


Los gobiernos que ocuparon el poder tras la Primera Guerra Mundial fueron conscientes de
que las unidades activas y la reserva deban estar a la altura del volumen de efectivos que se haba
requerido en la Primera Guerra Mundial y los conflictos abiertos en el norte de frica. As, el
reclutamiento fue nuevamente reformado con el propsito de aumentar el nmero de hombres
adiestrados, adems de poner en marcha tmidas iniciativas de instruccin premilitar para
ciudadanos. Resulta destacable en este perodo, adems, la puesta en marcha de la oficialidad de
complemento, as como el empleo de los primeros reservistas del servicio militar universal para
neutralizar algunos movimientos obreros relevantes.

1. INCIDENCIA DE LA GRAN GUERRA EN EL ENTORNO MILITAR ESPAOL

La Primera Guerra Mundial aboc al mundo, como caba esperar, a una nueva transformacin
de los asuntos militares. Por un lado, el inmovilismo de los frentes impidi las maniobras
estratgicas y otorg a la victoria tctica un lugar preferente que no haba tenido en los dos siglos
anteriores y que ha perdurado hasta nuestros das. Fue precisamente la importancia de la tctica la
que condujo a las Fuerzas Armadas a una tremenda diversificacin y al inicio de una escalada
tecnolgica sin precedentes
1
.
Por otro lado, la victoria por agotamiento econmico y humano de Alemania revel que, por
encima de la estrategia operativa militar, deba llevarse a cabo una estrategia de altos vuelos que
comprendiese todos los recursos blicos la guerra total, es decir, el esfuerzo militar, el
econmico y el poltico
2
.
Al comienzo de la Primera Guerra Mundial, el Ejrcito espaol no se diferenciaba mucho del
que haba librado las guerras independentistas en los ltimos territorios de Ultramar. En cuanto a
los medios, la Infantera no haba tenido cambios y la Caballera no posea ningn blindado. La

1
Redondo (1983), pg. 248; y Puell de la Villa (2005
A
), pg. 161. Durante la Primera Guerra Mundial se emplearon
profusamente nuevas armas como la ametralladora, las granadas de mano, los lanzallamas, los gases asfixiantes, los
carros de combate y la aviacin, vid Puell de la Villa (2007), pgs. 574-584. La tecnificacin cont con una fuerte
oposicin en algunos pases como Francia y los que seguan su doctrina militar, tal era el caso de Espaa, donde
se pensaba que la introduccin de novedades tecnolgicas en el armamento y en el material blico era una influencia
bolchevique que pretenda romper la esencia de la guerra, la cual estaba fuertemente basada en la moral de su
infantera que slo puede contar con la buena educacin colectiva de los hombres que la componen, Editorial
(1918, 26 de marzo), Las reformas militares. Nuestro criterio. Base 1., La Correspondencia Militar, pg. 1; y Alpert
(1982), pgs. 62 y 63.
2
Redondo (1983), pg. 248.
200 El reservismo militar en Espaa

Artillera, por su parte, haba recibido caones de tiro rpido y algunos tractores para remolcar las
piezas ms pesadas, mientras que los ingenieros eran capaces de comunicar los cuarteles generales
y las unidades combatientes mediante el telgrafo, el telfono de campaa y la incipiente radio.
Una unidad de dirigibles y unos cuantos aeroplanos, tambin adscritos al Arma de Ingenieros,
permitan realizar reconocimientos areos sobre territorio enemigo
3
.
A pesar de que muchos esperaban que los vientos reformadores que provenan de los campos
de batalla de Europa tuvieran consecuencias definitivas para las Fuerzas Armadas espaolas la
prensa militar estuvo publicando a menudo, durante toda la contienda, artculos y editoriales al
respecto
4
, no fue hasta la proclamacin de la Segunda Repblica cuando las esperadas reformas
se manifestaron en todas sus dimensiones: hombres, unidades, armamento y material. Asimismo,
se produjo un cambio en el ejrcito que serva de referencia por excelencia a los reformistas
militares, sustituyendo el alemn por el francs
5
. La poltica militar de la potencia vecina, que se
transform en puramente defensiva a partir de 1918, no resultaba incmoda para unas Fuerzas
Armadas como las espaolas, que contaban con una permanente falta de recursos.
Socialmente hablando, el auge del bolchevismo trajo que muchos sectores polticos y sociales
de este perodo vieran al Ejrcito como un adalid contra la destruccin del statu quo burgus que
promova la Internacional Comunista. As, los sucesivos gobiernos fueron consintiendo el aumento
del protagonismo de los militares para, ms adelante, tolerar la presin de las Juntas de Defensa,
en un militarismo creciente que no pudo menos que traer el Directorio de Primo de Rivera
6
.

3
Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 164 y 165.
4
En 1919, el rey abra las sesiones de las Cortes con una llamada a las reformas militares necesarias en orden al
reclutamiento, la movilizacin, la instruccin y la aviacin (discurso ledo por S. M. el Rey en la solemne apertura de
las Cortes, 27 de junio de 1919, GM, n. 176).
5
Puell de la Villa (2005), pg. 165, y Alpert (1982), pgs 61, 65 y 75. Antes de la guerra, los alemanes eran admirados
por su disciplina y por la iniciativa individual de sus mandos. Sin embargo, esta consideracin cambi tras la derrota
germnica: el Ejrcito francs pas a ser el mejor del momento hasta el punto de que sus manuales tcticos se
traducan directamente al espaol para su uso en el Ejrcito.
6
Siguiendo el modelo de las Juntas Facultativas de Artillera e Ingenieros establecidas en el siglo XIX, las Juntas de
Defensa del Arma de Infantera constituyeron un movimiento militar formado principalmente por oficiales particulares
y nacido en un momento de alta agitacin sindical obrera. La actividad de las Juntas empez en el primer trimestre de
1916 como consecuencia de la implantacin por el general Luque de unas pruebas de suficiencia fsica e intelectual
para oficiales, si bien lata un descontento, ya mencionado en el anterior captulo, que se acentu por la arbitrariedad
del sistema de ascensos, lo escaso de las pagas y la reduccin de la edad de retiro para los empleos superiores. Tras los
arrestos practicados en 1917, ante la negativa a la disolucin de las Juntas que se haba ordenado por el gobierno del
liberal Manuel Garca Prieto, la tensin militar aument y el presidente del Consejo de Ministros se vio obligado a
dimitir. El rey procedi, entonces, a encargar dicha presidencia a Eduardo Dato, quien consider oportuno ceder ante
las reivindicaciones militares, levantando los arrestos y legalizando las Juntas, en un ambiente de crispacin social que
requiri la suspensin de las garantas constitucionales. La inestabilidad continu con la asamblea de parlamentarios
catalanes constituida en julio y con la materializacin en agosto de la huelga general anunciada con varios meses de
antelacin, vid Seco Serrano (1984), pgs. 257-277. Alonso Ibez sostiene que las Juntas fueron realmente sindicatos
militares de lo que discrepan otros autores, eso s, algo peculiares porque su patrono era el Estado. Este
movimiento se fue apagando fruto de sus propios vicios originales y su corrupcin posterior, pasando por una etapa
intermedia en la que se las consider Comisiones Informativas, pudindose fechar su desaparicin en los finales de
1922, Alonso Ibez (2004), pgs. 602, 636 y 642.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 201


Por otro lado, la inestabilidad poltica en este perodo se manifest especialmente en el mbito
de la defensa. En este sentido, Alpert hace notar que, hasta la Guerra Civil, todos los ministros de
la Guerra permanecieron en el cargo tan slo unos pocos meses, con la nica excepcin de Manuel
Azaa que se distingui en esta funcin, entre otras, por ser el primero en afrontar, de una manera
decidida, la macrocefalia tantas veces aludida y que an perviva en el estamento castrense en el
primer tercio del siglo XX, hasta el punto de consumir los dos tercios del presupuesto de Guerra
7
.
En cuanto a los aspectos relacionados con la reserva militar, es preciso tener en cuenta que la
desactivacin de la mquina blica alemana, en virtud de las restrictivas clusulas del Tratado de
Versalles, gener una clara distensin que se consolid tras la constitucin efectiva de la Sociedad
de Naciones. Pareca que la forzosa abolicin del servicio militar en Alemania y la sustitucin de
su gran ejrcito por unas fuerzas policiales de menos de cien mil efectivos, en un marco
internacional de cierta cooperacin, permitan abrigar la tmida esperanza de que una guerra de
proporciones similares a la que acababa de terminar no habra de tener lugar en el futuro
8
.
En cualquier caso, la tecnificacin y la diversificacin de los nuevos ejrcitos europeos exiga
un adiestramiento ms intenso de sus integrantes y un mayor coste de mantenimiento. Adems,
haciendo abstraccin de la distensin antes aludida, pareca que una futura guerra en suelo europeo
iba a involucrar a grandes contingentes. Debido a ello, durante el perodo entre guerras se fueron
marcando las siguientes tendencias generales en materia de reclutamiento y reserva:

Reducir el tiempo de permanencia sobre las armas a cambio de mejorar los planes de
instruccin del soldado y de aumentar el nmero de ciudadanos que recibiera
adiestramiento militar. En tal sentido, Francia redujo la duracin del servicio en las
unidades activas a dieciocho meses en 1923 se recordar que antes de la guerra era
de tres aos y a doce meses en 1928
9
.
Mantener o aumentar la duracin del servicio militar, es decir, en ningn caso reducir
el tamao de las reservas.
Extender la formacin militar y la vinculacin a la defensa a cuantos ciudadanos fuera
posible. As, los sucesivos gobiernos espaoles crearon la primera ley de
reclutamiento de marinera en 1914, restauraron el somatn en 1923, tomaron nuevas

7
Datos correspondientes a los presupuestos de 1924 a 1939, Navajas (1991), pg. 190. Azaa permaneci como
ministro de la Guerra durante 29 meses, Alpert (1982), pg. 1.
8
Tout service militaire universal obligatoire sera aboli en Allemagne. L'arme allemande ne pourra tre constitu et
recrute que par voie d'engagements volontaires, [Cualquier servicio militar universal obligatorio ser abolido en
Alemania. El ejrcito alemn no podr estar constituido y reclutado ms que por medio de alistamientos voluntarios,
traduccin del autor], Tratado de Versalles, 28 de junio de 1919, art. 173, pud Berger-Levraut (1919), pg. 91.
9
Alpert (1982), pg. 64.
202 El reservismo militar en Espaa

medidas en relacin con el reclutamiento del Ejrcito en 1924 y pusieron en marcha la
instruccin premilitar en 1929. Asimismo, se crearon modalidades alternativas de
reserva basadas en el empleo civil de los individuos que las integraban, como sucedi
con progresiva militarizacin de los empleados de las compaas de ferrocarriles a
partir de 1912 o la creacin de la Reserva de oficiales y maquinistas navales, en 1915
todas estas reservas particulares del siglo XX se analizarn pormenorizadamente en
el captulo correspondiente.

2. REFORMAS DE LA DICTADURA EN MATERIA DE RECLUTAMIENTO Y RESERVA

Durante el turno de Antonio Maura en la Presidencia del Consejo de Ministros, y cuando ni
siquiera haba comenzado en el Marne la batalla que sentenciara el resultado de la Primera Guerra
Mundial, el parlamento espaol comenz a debatir sobre qu Fuerzas Armadas tendra que tener
Espaa para dar respuesta a los nuevos modos de hacer la guerra. Esta ambiciosa configuracin
planteaba tener la capacidad de movilizar a un milln y medio de hombres. Las bases de dicho
proyecto fueron finalmente promulgadas por ley a finales de junio de 1918 la habitualmente
llamada ley de bases de La Cierva, con el firme mandato de utilizar, para su implantacin, un
presupuesto extraordinario en tanto las Cortes habilitaban la necesaria dotacin econmica
10
. A
pesar de ello, como muestra inmediata de lo pretencioso de ese objetivo, ese mismo ao se produjo
un licenciamiento masivo de personal de tropa ante la falta de recursos econmicos para
mantenerlos en los cuarteles
11
. As que, en los aos sucesivos, ni las fuerzas permanentes ni las
que deban permanecer en reserva sufrieron ms que moderados incrementos, motivados en gran
medida por alguna reforma legislativa y el crecimiento vegetativo de la poblacin
12
.
En el captulo anterior se puso de relieve el tremendo hito social y militar que supuso la ley de
reclutamiento de 1912. No haba transcurrido mucho tiempo, con ocasin de la sesin de apertura
de las Cortes de 1914 an no se haba aprobado el reglamento que habra de desarrollar dicha
ley, cuando el Gobierno manifestaba por boca del Rey su satisfaccin al decir que La prctica
ha demostrado lo equitativos y beneficiosos que son para el pas y para la moral del Ejrcito los

10
Documentos citados por el general Aznar en su intervencin en el Senado, 24 de junio de 1918, DSS, n. 62, pg.
839. En 1915 se haba producido otra reorganizacin del Ejrcito, entretanto terminaba la Primera Guerra Mundial,
con el fin de reducir gastos y realizar algunos ajustes organizativos y tecnolgicos como, por ejemplo, dotar a las
planas mayores de los regimientos de Infantera de una compaa de ametralladoras, (real decreto autorizando al
Ministro de la Guerra para que presente a las Cortes un proyecto de ley de bases para reorganizacin del Ejrcito, 6 de
noviembre de 1916, GM, n. 313).
11
Alpert (1982), pg. 103.
12
Vid anuarios estadsticos de los siglos XIX y XX: http://www.ine.es
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 203


principios fundamentales de la Ley del servicio militar obligatorio, a pesar de haberse iniciado su
planteamiento en circunstancias nada fciles. No obstante, se preparaba el camino para
potenciales mejoras, al mencionar que Las deficiencias que la prctica seale o haya sealado
sern remediadas con la debida diligencia
13
.
Consecuentemente, mucho antes de que hubiera tomado el poder el general Primo de Rivera,
ya se apuntaban las reformas que habran de afrontarse, contradiciendo lo manifestado por algunos
autores que atribuyen al Directorio la iniciativa en este asunto
14
. En su libro El Ejrcito y la
poltica, el conde de Romanones expresaba la esencia de su doctrina en materia de servicio militar
coherente con la corriente europea anteriormente descrita, igualdad para todos, absoluta
igualdad en el servicio en filas y permanencia en stas el tiempo absolutamente necesario para
llegar a poseer la instruccin que convierte al hombre en soldado
15
. En 1921, el gobierno de
Eduardo Dato reconoca por ensima vez en la historia de la defensa del territorio espaol que
la reserva militar existente no era operativa y que era necesaria una reforma que asegurando la
mxima eficacia del esfuerzo armado en caso necesario, reduzca al mnimo posible su actual
pesadumbre econmica. La naturaleza de la modificacin requerida, que deba de haber
materializado el presidente conservador de no haber sido asesinado, fue esbozada por el monarca
durante la apertura de las Cortes de ese mismo ao:

Por esto sern caractersticas de esa reforma que Mi Gobierno someter a vuestra sabidura,
aparte otras que responden a necesidades bien notorias de la familia militar y a deberes innegables
del pas con ella, de una parte la reduccin a dos aos del servicio de armas con la revisin del
cuadro de excepciones y con la introduccin del principio de proporcionalidad en el rgimen de
cuotas y, de otra parte, el mejoramiento de la instruccin militar mientras dure tal obligacin,
mediante la creacin de verdaderos organismos de reserva y la adopcin de un sistema eficaz y
prctico de movilizacin. Con eso y con la cuidadosa atencin que, tanto en Guerra como en
Marina, ha de consagrarse al aumento y mejora del material y de los crditos para las incesantes
prcticas, ese instrumento esencial a la vida nacional estar a todas horas dispuesto para el ms
eficiente servicio de la Patria
16
.

Un proyecto de ley de reclutamiento segn esos trminos y que aumentaba la duracin total
del servicio militar hasta los veinticuatro aos, muy cercana a la de los franceses fue presentado
en el Congreso el 27 de abril de 1921 por el ministro de la Guerra, vizconde de Eza.
Desafortunadamente, la crisis poltica que sobrevino tras el Desastre de Annual, en julio de ese

13
Discurso ledo por S. M. el rey D. Alfonso XIII en la solemne apertura de las Cortes verificada el da de ayer, 3 de
abril de 1914, GM, n. 93.
14
En Navajas (1991), pg. 157, por ejemplo.
15
lvaro de Figueroa, conde de Romanones, El Ejrcito y la Poltica. Apuntes sobre la organizacin militar y el
presupuesto de guerra, Madrid, Renacimiento, 1920, pud Redaccin (1921, marzo), Revista Bibliogrfica, Nuestro
tiempo, n. 267, pg. 357.
16
Discurso ledo por S. M. el rey en la solemne apertura de las Cortes verificada en el Palacio del Senado, 5 de enero
de 1921, GM, n. 5.
204 El reservismo militar en Espaa

mismo ao, no dej que el proyecto viera la luz
17
. El Directorio Militar, por tanto, no hizo ms que
dar el espaldarazo definitivo a esta reforma ya bastante madura, reduciendo el tiempo de
permanencia sobre las armas de los mozos espaoles y extendiendo la instruccin militar y la
disponibilidad para la defensa a cuantos ciudadanos pudo, reduciendo las exenciones, eliminando
el cupo de filas, implantando la instruccin premilitar y restaurando el somatn, en un marco
regeneracionista de la sociedad en general y de lo castrense en particular, del que no escaparon
otras reformas importantes como la de la enseanza militar.

2.1. Universalizacin del servicio militar: real decreto de reclutamiento de 1924

El modelo de servicio militar que se haba implantado en 1912 tena an un amplio margen
hasta ser considerado universal en la prctica, reconociendo el propio presidente del Directorio
Militar que Espaa haba acogido esta universalidad con timidez
18
. En el perodo acotado por los
aos 1917 y 1923, entre el 16 y el 18 por ciento de los mozos de cada reemplazo escaparon de la
obligacin del servicio personal, es decir, fueron declarados prfugos. Si se aaden las prrrogas y
exclusiones de todo tipo situaciones que no estaban exentas de corrupcin, el porcentaje de
mozos declarados tiles para el servicio oscil entre el 51 y el 57 por ciento
19
.
Ya se ha adelantado que, en cualquier caso, el tiempo de servicio sobre las armas deba ser
reducido. En este sentido, el real decreto de 1924 prescribi slo dos aos en la primera situacin
del servicio activo, duracin que poda ser an menor si se daban determinadas circunstancias.
Dado que el tiempo total de servicio militar no se vio alterado, hubo que ajustar las duraciones de
cada una de las otras situaciones, que se representan esquemticamente en la figura n. 3. En dicha
figura se puede ver que el tiempo de servicio activo primera y segunda situacin qued
asimismo reducido de ocho aos a seis. Tambin se advierte que la reserva territorial de la ley de

17
Soldevilla (1922), pg. 144. El Desastre de Annual fue una grave derrota militar espaola ante los rifeos
comandados por Abd el-Krim cerca de la localidad marroqu del mismo nombre, a finales de julio de 1921, la cual
provoc una redefinicin de la poltica colonial de Espaa en la Guerra del Rif. La crisis poltica que vino tras esta
derrota fue una de las ms importantes de las muchas que socavaron los cimientos de la monarqua de Alfonso XIII.
As, los problemas generados por este penoso episodio fueron uno de los desencadenantes de la subida al poder del
general Miguel Primo de Rivera.
18
Real decreto disponiendo que el reclutamiento y reemplazo del Ejrcito se efecte con arreglo a las bases que se
insertan, 29 de marzo de 1924, GM, n. 90.
19
Los valores exactos de la fraccin de prfugos son 17,93 (1917); 17,32 (1918); 16,08 (1919); 17,01 (1920); 17,57
(1921); 16,82 (1922) y 16,23 (1923), Instituto Nacional de Estadstica: http://www.ine.es. El conde de Romanones
afirm en 1921 que el porcentaje de prfugos era, en realidad, del 21 por ciento, Redaccin (1921, marzo), Revista
Bibliogrfica, Nuestro tiempo, n. 267, pg. 358. En cuanto a los porcentajes de mozos considerados tiles en cada
reemplazo, son los siguientes: 51,86 (1917); 53,97 (1918); 55,64 (1919); 54,51 (1920); 56,46 (1921); 54,60 (1922) y
56,46 (1923), Instituto Nacional de Estadstica: httpe://www.ine.es.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 205


2 aos
1912 a la que se habra debido dotar de organizacin antes de 1927 fue sustituida por una
segunda reserva de carcter an ms formal que su predecesora
20
.



Ejrcito de 1. lnea Ejrcito de 2. lnea
Situacin
militar
C
a
j
a

d
e

r
e
c
l
u
t
a
s

1. situacin
servicio
activo
2. situacin
servicio activo
1. reserva 2. reserva
Duracin
parcial
d

=

d
u
r
a
c
i

n

v
a
r
i
a
b
l
e



Duracin
total


Figura n. 3: Situaciones militares del soldado de reemplazo segn el real decreto de 1924, con su vinculacin al
ejrcito de 1. 2. lnea.

La nueva duracin del tiempo de servicio en filas habra supuesto que ms de un tercio de las
vacantes de tropa de las unidades activas no pudiera cubrirse, a menos que se adoptaran medidas
adicionales para aumentar el grado de universalizacin del servicio militar. Las acciones
finalmente tomadas fueron las siguientes:

Supresin del cupo de instruccin. As, todos los mozos declarados tiles
recibiran el mismo nivel de adiestramiento, como ya suceda en Francia desde
1905 (ver captulo V).
Radical reforma de las exclusiones y excepciones de la ley de 1912. Aparte de
revisar el cuadro de exclusiones mdicas, el tiempo para que una enfermedad se
considerara crnica y se excluyera al mozo completamente pas de tres a
cuatro aos. Adems, los excluidos por defecto fsico o enfermedad podan ser
asignados al grupo de aptos exclusivamente para servicios auxiliares, con lo
que tambin vestan el uniforme. Por otro lado, se decidi que las excepciones
de origen familiar se trataran como una prrroga.
Sustitucin de las Comisiones Mixtas de Reclutamiento por las Juntas de
Clasificacin y Revisin. Con ello la decisin final sobre el alistamiento de un

20
Real decreto disponiendo que el reclutamiento y reemplazo del Ejrcito se efecte con arreglo a las bases que se
insertan, 29 de marzo de 1924, GM, n. 90.
18 aos
(4 d) aos 6 aos 4 aos
206 El reservismo militar en Espaa

mozo pasaba del mbito civil la Comisin Mixta en cada provincia estaba
formada por el gobernador civil, el coronel jefe de la Zona de Reclutamiento,
dos diputados provinciales, los jefes de las Cajas de Reclutas, un delegado
militar, un mdico civil y un mdico militar al mbito castrense cada
Junta, a su vez, estaba presidida por el coronel jefe de la Zona de
Reclutamiento y contaba adems con varios oficiales de esa misma
dependencia y dos mdicos militares. As se evitaba que el caciquismo,
estructura social que an imperaba en la mayor parte de Espaa y a la que el
rgimen dictatorial haba declarado la guerra, decidiera sobre la situacin de
algunos mozos.
Mejora del tratamiento de los ciudadanos que se encontraban emigrados,
concedindoles una prrroga en vez de hacerles regresar a territorio nacional
para cumplir con su servicio personal
21
.

Contra todo pronstico y a pesar de las medidas tomadas, analizado el perodo que media
entre 1925 y 1930, el porcentaje de mozos declarados tiles no aument de forma radical,
fluctuando en ese intervalo temporal entre el 59 y el 65 por ciento una mejora de ocho puntos,
mientras que el nmero de prfugos qued, en ese mismo tramo, entre el 14 y el 19 por ciento, lo
que no supuso ninguna mejora. Se puede concluir, tras la comparacin de ambas familias de datos,
que la reforma emprendida por el Directorio llev mozos a los cuarteles que, en virtud de la ley de
1912, habran sido liberados de tal obligacin los totalmente excluidos quedaron, tras la
aplicacin del real decreto, en la mitad, prcticamente
22
. A pesar de ello, no se consigui
incentivar ni a los emigrantes ni a los mozos que se ocultaban en territorio nacional para que
acudieran a prestar el servicio militar, ni siquiera tomando medidas como la asignacin preferente
de vacantes del sector pblico a partir de la finalizacin de la primera situacin del servicio
activo
23
. En cualquier caso, para una mejor interpretacin de los datos es preciso recordar que el
proceso de pacificacin del norte de frica comenz tras la entrada en vigor del real decreto de
reclutamiento, con lo que la probabilidad de morir mientras se permaneca en filas se redujo

21
Ibdem.
22
Los valores exactos de los porcentajes son, para los mozos tiles, 59,90 (1925); 61,49 (1926); 64,53 (1927); 60,95
(1928); 61,60 (1929) y 62,66 (1930) y, para los prfugos, 18,99 (1925); 17,79 (1926); 16 (1927); 15,39 (1928); 15,24
(1929) y 14,72 (1930), Instituto Nacional de Estadstica: http://www.ine.es.
23
Real decreto disponiendo que la provisin de destino pblicos que se reservan a las clases e individuos de tropa y
sus asimilados procedentes del Ejrcito y Armada, se verificar con arreglo a lo que se previene en las bases que se
insertan, 6 de setiembre de 1925, GM, n. 251.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 207


sensiblemente y, consecuentemente, el porcentaje de prfugos debera haber sido mucho menor
que en pocas anteriores. Si se mantuvo fue por el aumento de la universalidad del servicio militar.
Aunque las cuotas ya se haban suprimido en los ejrcitos europeos que alguna vez tuvieron
algo parecido, la reforma acometida en el ao 1924 las mantuvo en vigor, incorporando no
obstante algunos cambios significativos. El primero de ellos fue ajustar el importe en aplicacin
del principio de tributacin proporcional. As, los anteriores montantes de mil y 2.000 pesetas
quedaron en una cantidad que fluctuaba entre 500 y 5.000 pesetas, dependiendo de la renta
personal del individuo, con un significativo 50 por ciento de reduccin para los maestros
nacionales. Eso resultaba obviamente ms asequible para los estratos de rentas intermedias y
bajas. El otro cambio importante tuvo lugar en la duracin de este servicio reducido. De los cinco
y diez meses de la ley de 1912 se pas a la duracin intermedia de nueve meses, que deba
prestarse en un solo tramo tras la acreditacin de la formacin premilitar requerida, la cual se
poda adquirir mediante prcticas y conferencias en las escuelas ya existentes, segn el siguiente
plan:

Parte prctica
Gimnasia.Gimnasia educativa con arreglo a las tablas del vigente Reglamento de
gimnasia de Infantera [...]. Las horas que se dediquen a esta enseanza no sern menos de
cincuenta durante los cuatro meses, sin dedicar nunca ms de una hora diaria [...].
Tiro.Conocimiento del arma (fusil o mosquetn, lanza o sable), armarlo y desarmarlo,
limpieza y conservacin.
Ejercicios de puntera.Puntera a todas las distancias para que est graduada el alza.
Ejercicios de carga, encaramiento y disparo. Posicin del tirador [...].
Marchas.Se efectuarn progresivamente para que el mozo llegue a recorrer 20
kilmetros sobre carretera y en terreno variado [...].
Tctica.Movimientos individuales sin armas. Manejo del arma (fusil o mosquetn,
lanza o sable) [...]. Para los que deseen pertenecer a Cuerpos montados ser obligatorio [...] la
instruccin ecuestre, hasta trabajos con brida exclusive.
Servicios de guarnicin.Deberes del cabo, cuartelero y centinela.
Conocimiento y utilizacin del terreno.Comprender: utilizacin de los accidentes del
terreno para marchar y estacionarse, ocultndose a las vistas del enemigo, y para elegir
adecuadas posiciones de tiro y proporcionar apoyo al arma [...].

Parte terica
Educacin ciudadana.Deberes del hombre para consigo mismo [...]. Deberes para con
los superiores y Profesores. Deberes para con la familia. Deberes para con la Patria y virtudes
del buen ciudadano [...].
Higiene.Higiene corporal; colectiva [...]; primeros cuidados en caso de accidentes y a
los heridos.
Cdigo de Justicia militar.Penas que corresponden a los delitos y faltas militares.
Empleos y divisas en el Ejrcito y la Marina.Tratamientos relativos a las diversas
jerarquas civiles, militares y eclesisticas
24
.

24
Real orden circular disponiendo quede redactada en la forma que se inserta la parte dispositiva de la de 27 de junio
de 1925 relativa al funcionamiento, rgimen y dependencia de las Escuelas de preparacin militar fuera de filas,
Coleccin Legislativa de Espaa (1926), pgs. 548-550.
208 El reservismo militar en Espaa

Los veinticuatro meses de servicio podan convertirse en dieciocho a criterio del Gobierno,
para algunas unidades o para todo el Ejrcito, siendo ste un recurso ya histrico para conseguir
reducir costes de mantenimiento de personal
25
. Sin embargo, sin haber pagado importe alguno, un
soldado tambin poda reducir su prestacin hasta en seis meses en tramos de mes y medio si
concurran las siguientes circunstancias: demostrar buena forma fsica tras haber pertenecido
dos aos a un club de gimnasia, haber servido dos aos en los Exploradores de Espaa, saber o
aprender a leer y a escribir, y ser tirador de primera, sin que este abono signifique dao para la
instruccin militar, que se aventajar mucho con las facilidades que para adquirirla dan estas
iniciaciones
26
.
Como ltima modificacin significativa, las prrrogas vieron ampliado su alcance, con la idea
de hacer fcilmente compatible la indispensable preparacin militar con la vida ciudadana. Se
recordar que, hasta 1924, la posibilidad de retrasar la incorporacin a filas se conceda por
motivos acadmicos o productivos. Ahora, las prrrogas se clasificaron en de primera y de
segunda clase. Las primeras incluan a los exceptuados del servicio en filas por razn de ser el
sostn de su familia que haban permanecido hasta entonces en el cupo de instruccin en virtud
de la ley de 1912. Tras la aplicacin del real decreto de 1924, la situacin de estos mozos pas a
ser revisada anualmente hasta el quinto ao de servicio militar de su reemplazo, debiendo ingresar
en las unidades activas si, antes de ese tiempo, tenan lugar cambios familiares que no permitiesen
la renovacin de la prrroga. Ello contrasta con los tres aos concedidos a los exceptuados del
servicio en filas de la ley anterior.
Las prrrogas de segunda clase, por su parte, se otorgaban a los estudiantes y a los
emigrantes, a condicin de residir en el extranjero desde dos aos antes de ser llamado a filas y
jurar bandera en el correspondiente consulado, a la vez, ms o menos, que los mozos de su
reemplazo. La concesin de la prrroga era anual pero poda renovarse hasta un mximo de cinco

25
Lamentablemente no fue posible mantener a los soldados en filas el tiempo previsto porque la obligacin de que
todos pasaran por las unidades esquilmaba con frecuencia los presupuestos de las mismas y, por tanto, los
licenciamientos masivos acabaron convirtindose en habituales, llegando el caso de que algunos reemplazos slo
permanecieron dos o tres meses sobre las armas, sin posibilidad de darles una mnima instruccin. Uno de estos
extensos licenciamientos se haba producido en 1923, cuando el Directorio crey propicia la ocasin de realizar
economas en el sostenimiento del Ejrcito, proporcionando brazos al trabajo, organizando unas exiguas y
coyunturales medidas de reorganizacin de la reserva para compensar la falta de efectivos (real decreto dictando reglas
al objeto de realizar economas en el sostenimiento del Ejrcito y proporcionar brazos al trabajo, 6 de noviembre de
1923, GM, n. 311). Por ello, el gobierno del general Berenguer restaur en 1930 el cupo de instruccin y redujo la
duracin de permanencia en filas a un ao seis meses para los soldados de cuota y ocho para los mozos del servicio
ordinario que acreditasen la formacin premilitar exigida en el real decreto de 1924 (real decreto disponiendo que el
reemplazo anual para el Ejrcito y la Infantera de Marina est constituido en la forma que se indica, 19 de agosto de
1930, GM, n. 233).
26
Real decreto disponiendo que el reclutamiento y reemplazo del Ejrcito se efecte con arreglo a las bases que se
insertan, 29 de marzo de 1924, GM, n. 90.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 209


aos para los estudiantes, cuatro aos para los emigrados a pases europeos o africanos y quince
aos para los espaoles residentes en Amrica u Oceana
27
.
En definitiva, el real decreto de 1924 constituy el perfeccionamiento, imprescindible ya, de
la anterior [ley] de Servicio militar obligatorio, desacreditada en la prctica por insuficiente y falta
de equidad
28
. Aun reconociendo el avance, la cuota militar segua constituyendo un vestigio de
desigualdad que ya molestaba incluso a las clases pudientes, sobre todo tras Annual, cuando
algunos soldados de cuota fueron obligados a cumplir el tiempo de servicio completo
29
.

2.2. La primera organizacin para la instruccin premilitar

Como se dijo al hablar de los antecedentes de la ley de reclutamiento de 1912, desde el
principio del siglo XX, e incluso antes, las naciones occidentales venan pensando que, si sus
ciudadanos tenan una adecuada forma fsica y eran buenos tiradores, podra constituirse, en caso
de movilizacin general, una fuerza militar de mayor calidad. El diario La Libertad, en 1922,
reproduca una conversacin entre un estadounidense y un espaol en la que el primero deca:
No ha visto cmo los dos pases que van a la cabeza de la educacin fsica y los deportes, el
ingls y el norteamericano, impresionan hoy tras la gran guerra como ejrcitos vencedores, debido
al entrenamiento y vigor fsico de sus nacionales?
30
. Efectivamente, se pensaba que todos los
progresos del arte blico no representan casi nada al lado de una masa de hombres robustos,

27
Los emigrantes deban pagar 500 pesetas por cada renovacin de sus prrrogas (ibdem y real decreto aprobando el
reglamento desarrollando las bases del decreto-ley de 29 de marzo de 1924 para el reclutamiento y reemplazo del
Ejrcito, 27 de febrero de 1925, GM, n. 65).
28
Editorial (1924, 3 de abril), La nueva ley de reclutamiento, El Sol, pg. 5.
29
Alpert (1982), pg. 104. Por otro lado, el reglamento que desarroll el real decreto de reclutamiento de 1924 puso un
inters inusitado en la asignacin de los reclutas a la unidad ms adecuada a su formacin y constitucin fsica, en aras
sin duda de reducir tiempo necesario para su instruccin. Por ejemplo, para Caballera eran preferidos los
veterinarios, ingenieros agrnomos, ayudantes y auxiliares de esta especialidad, estudiantes de las mismas carreras y
profesiones, herradores, forjadores, basteros, guarnicioneros, arrieros, baqueros [sic], pastores, carreteros, labradores,
esquiladores, picadores, desbravadores y mozos de cuadra y para Pontoneros auxiliares facultativos y sobrestantes
de Obras pblicas, aparejadores, marineros, barqueros, pescadores, armeros, carpinteros, carreteros, herreros,
labradores, forjadores, herradores, guarnicioneros y basteros. Las distintas profesiones de los mozos que compartan
unidad y la variedad de procedencia social de los que las desempeaban da idea del ejercicio de nivelacin social que
estaba suponiendo el servicio militar universal, a pesar de la existencia de los soldados de cuota (reglamento que
desarrolla el real decreto-ley de bases de 29 de marzo de 1924, relativo al reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 27
de febrero de 1925, GM, n. 65). En cualquier caso, los miembros de la aristocracia que, siendo soldados de cuota,
fueron enviados a Marruecos tuvieron una amplia cobertura de la prensa de derechas como se puede comprobar en la
siguiente noticia: Los andenes de la estacin de Atocha fueron anoche, una vez ms, testigos de uno de esos
espectculos que se estn ofrecido [sic] all con motivo de la marcha a Marruecos de tropas de nuestro Ejrcito.
Marchaban en el expreso varios muchachos, clases de cuota [...]. Eran los expedicionarios el marqus de Bolarque [...],
el primognito de los marqueses de Jura Real, don Victoriano [...] hijo de los condes de Maluque, [...], Redaccin
(1921, 2 de setiembre), Los sucesos de Melilla. Salida de tropas. Marcha de soldados de cuota, El Siglo Futuro, pg.
2.
30
Redaccin (1922, 20 de agosto), El asombro de un norteamericano, La Libertad, pg. 4.
210 El reservismo militar en Espaa

audaces, giles, endurecidos en las fatigas y en las labores fsicas, en los cuales reside el secreto de
la victoria definitiva
31
.
En la ley de reclutamiento de 1912, Espaa dio un tmido paso hacia el fomento de la
formacin militar ajena a las Fuerzas Armadas, al establecerla como parte de las condiciones que
deban reunir los soldados de cuota y como medio de adiestrar al cupo de instruccin, si bien no
hubo, ni remotamente, una penetracin de las enseanzas de este tipo entre la poblacin civil. El
real decreto de reclutamiento de 1924 confirm y aument los incentivos para la reduccin de la
prestacin de todos aquellos que acreditaran una formacin en disciplinas que, entonces, se tenan
por militares.
Lo cierto es que, en medio de la inaccin espaola militares y republicanos ya se haban
opuesto en 1906 a un paquete de reformas propuestas por el general Luque que inclua, entre otros,
este tipo de instruccin, el inters por la formacin premilitar creca sin parar en todo
Occidente
32
. Sin ir ms lejos, en 1922 se declar en Francia la obligatoriedad de la educacin fsica
de los jvenes cuando se permiti que el Ministerio de la Guerra se inmiscuyera en las
competencias del Ministerio de Instruccin; el mariscal Ptain dira unos aos ms tarde que la
preparacin militar de los jvenes es hoy de una total necesidad. Los alemanes, dado que el
Tratado de Versalles les impeda la restauracin del servicio militar obligatorio, vieron en esto una
manera de resurgir civil y militarmente. Italia, por su parte, tambin comenz en 1922 un proceso
legislativo que culmin, en tiempos de Mussolini, con la militarizacin obligatoria de la poblacin
entre los ocho y los cincuenta y cinco aos, merced a la puesta en servicio de distintos programas
de instruccin premilitar y ejercicios posmilitares de entrenamiento, que se unieron al servicio
militar existente
33
.
En Espaa, en el comienzo de un perodo de cierta inactividad militar en los frentes
estabilizados de Melilla, Tetun y Axdir tras el Desembarco de Alhucemas, y al poco de regresar a
Madrid, el general Primo de Rivera firm la autorizacin para que una comisin hiciese un estudio
sobre la organizacin de la educacin fsica y la instruccin premilitar en los que se consideraban
los pases en que estas enseanzas tienen un mayor perfeccionamiento, es decir, Alemania,
Francia, Italia y Suecia. El objetivo era estudiar los procedimientos y sistemas seguidos en ellos y
los medios prcticos para su organizacin
34
. El general Villalba, que haba incrementado la

31
Redaccin (1922, 23 de diciembre), Los deportes, base del poder militar, Caras y caretas, pg 34.
32
Alpert (1982), pg. 93.
33
Redaccin (1922, 20 de agosto), El asombro de un norteamericano, La Libertad, pg. 5; Vign, J. (1934, 1 de
octubre), Actualidad internacional. Segunda fase de la revolucin fascista, Accin Espaola, n. 62 y 63, pg. 159; y
Redaccin (1937, 10 de noviembre), Instruccin premilitar, Mundo Grfico, pg. 4.
34
Real orden, circular, disponiendo se traslade a Francia, Suecia e Italia el general de divisin D. Jos Villalba y
Riquelme, presidente de la Comisin para el estudio y reglamentacin de la educacin fsica nacional e instruccin
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 211


importancia de la educacin fsica en la Academia de Infantera cuando fue su director a partir
1909 y que como ministro de la Guerra del gobierno de Allendesalazar haba creado la
Escuela Central de Gimnasia en 1919, era posiblemente la persona con mayor prestigio para
presidir esta comisin
35
. Como era de esperar, el informe emitido presentado en 1926 y, ms
tarde, editado por el Ministerio de la Guerra puso de relieve las deficiencias espaolas en el
objeto del estudio y, adems, hizo unas interesantes reflexiones sobre la Escala de Complemento
que se comentarn en el apartado correspondiente
36
.
A resultas del viaje del general Villalba por Europa, la Educacin Fsica en las escuelas sufri
un notable impulso gracias a que maestros de primaria fueron instruidos en la Escuela Central de
Gimnasia y a que se publicaron libros sobre la actividad fsica corporal, deportes y sus
reglamentos, gimnasia sueca y el Reglamento de instruccin fsica para el ejrcito. Eso quiere
decir que el Ejrcito fue pionero en la introduccin de la educacin fsica tanto en su propio seno
como en la enseanza espaola
37
.
Entretanto, la Dictadura se encontraba an enfrascada en el problema de los ascensos y de la
macrocefalia, particularmente en la saturacin de algunos empleos, cuyo origen especfico se
encontraba en las medidas tomadas para afrontar los ltimos conflictos coloniales. La carencia de
una oficialidad reservista bien instruida y en cantidad suficiente oblig en 1895 y en 1897 al

premilitar, acompaado de tres tcnicos de reconocida competencia en materia de educacin fsica, que debern
pertenecer al Ejrcito, Armada y elemento civil, para visitar centros y organizaciones de instruccin premilitar y
escuelas de educacin fsica en [los] referidos pases, 11 de noviembre de 1925, GM, n. 316. Los integrantes de la
comisin fueron, aparte de su presidente, ya mencionado en el ttulo de la disposicin, el comandante mdico Federico
Gonzlez Deleito, el teniente coronel mdico de la Armada Eduardo Parra Pelez y el jefe de administracin del
Ministerio de Instruccin Pblica Joaqun de Aguilera y Ossorio (real orden circular, aprobando la propuesta
formulada por el Presidente de la Comisin para estudio y reglamentacin de la educacin fsica nacional e instruccin
premilitar a favor de los seores que se indican, para formar parte de la Comisin que se ha de trasladar a Francia,
Suecia e Italia, 20 de noviembre de 1925, GM, n. 326).
35
La Escuela Central de Gimnasia ms adelante Escuela Central de Educacin Fsica, institucin militar radicada
en Toledo, llev a cabo una actuacin significativa en este campo. Como centro oficial, asumi el mayor peso en la
divulgacin de la educacin fsica y en la formacin de profesores civiles y militares desde 1920 hasta 1980, con la
nica pausa de la Guerra Civil. A partir de la llegada de la Segunda Repblica, fue compartiendo dicho cometido con
otros cinco centros: la Escuela de Educacin Fsica de San Carlos, dependiente de la Facultad de Medicina de Madrid
(1934-1980); la Academia Nacional de Mandos e Instructores Jos Antonio, vinculada a Falange (1942-1977); la
Academia Nacional de Mandos e Instructores Isabel la Catlica (del mismo carcter que el anterior pero para mujeres,
1942-1957); la Escuela Nacional de Especialidades Julio Ruiz de Alda (exclusivamente femenina, que inclua entre
sus instalaciones el Colegio Mayor La Almudena, en Madrid, 1957-1977); y el Instituto Nacional de Educacin Fsica
(a partir de 1967; tras la ley de 1980 se dara una proliferacin de institutos homnimos como si de una facultad
universitaria se tratara). Un total de 6.082 alumnos cursaron estudios durante ese perodo en la Escuela toledana
mientras que desde 1981, tras la entrada en vigor de la ley de cultura fsica y deporte, sta slo imparte docencia para
el Ejrcito de Tierra, Rodrguez Rodrguez (2003), pgs. 318-330; decreto creando en la Universidad de Madrid y
dependiente de la Facultad de Medicina y de la Seccin de Pedagoga de la Facultad de Filosofa y Letras la Escuela
de Educacin Fsica, 12 de diciembre de 1933, GM, n. 348; decreto de creacin de las Escuelas de Mando del Frente
de Juventudes, 2 de setiembre de 1941, BOE, n. 251; ley 77/1961 sobre Educacin Fisica, 23 de diciembre, BOE, n.
309; y ley 12/1980 general de la cultura fsica y el deporte, 31 de marzo de 1980, BOE, n. 89.
36
El libro, titulado Organizacin de la Educacin fsica e Instruccin premilitar en Francia, Suecia, Alemania e Italia
(Viaje de estudio), figura en la bibliografa.
37
Rodrguez Rodrguez (2003), pg. 319.
212 El reservismo militar en Espaa

ascenso de los sargentos que se ofrecieran voluntarios para ser destacados en Ultramar, recurso
habitual en la historia militar espaola. Como denuncia Alpert en varias ocasiones, superada esa
excepcional coyuntura, los gobiernos en el poder entre los aos 1908 y 1916 an mantuvieron
abierta la Escala de Reserva retribuida, permitiendo el ascenso de los sargentos a alfrez y a
teniente, empleos en los que el Ejrcito era deficitario
38
. A esta medida a todas luces
contraproducente debe aadirse que, en 1897 y 1898, se autoriz el ingreso en las academias
militares de unas promociones excepcionalmente abultadas. Por todo ello, el Ejrcito tena en 1925
una numerosa y desmotivada plantilla de capitanes que podan muy bien alcanzar los cuarenta y
cinco aos de edad y los quince de antigedad en el empleo, sin visos de ascender en el medio
plazo y cobrando debido a los quinquenios ms que sus jefes inmediatos. Incapaz de resolver
esta situacin de bloqueo de otra manera, se decidi ascender a todos los capitanes con ms de
trece aos de antigedad en el empleo o con ms de veintids aos como oficial, originando, como
puede suponerse, una abrumadora nmina de comandantes que llegara a exceder, en 1930, casi el
84 por ciento de las vacantes de este empleo
39
.
Volviendo a la instruccin premilitar, en 1927 se promulg una real orden en virtud de la cual
una comisin presidida por el general Luque organizara que los ciudadanos dedicaran sus
actividades a tan importantes misiones, cuales son la educacin fsica y gimnstica, el escultismo
y el tiro [...] con preferencia a los individuos comprendidos entre los diez y ocho y veintin aos
de edad, y sin excluir de las dos primeras especialidades a las hembras
40
. Sin embargo, y a pesar
de la favorable coyuntura econmica, el rgimen dictatorial estaba entrando en su ocaso a resultas
del conflicto artillero abierto en 1926, el recrudecimiento de la violencia anarquista y
regionalista y el desencanto en el seno del Ejrcito, con lo que la iniciativa qued aparcada
41
.

38
Alpert (1982), pg. 87; real decreto dictando disposiciones para la concesin del empleo de segundo teniente de la
reserva retribuida a los sargentos del Ejrcito, 4 de agosto de 1895, GM, n. 218; y real decreto rebajando a siete aos
de servicio, y de ellos cinco en el ejercicio del empleo de sargento, para obtener el de segundo teniente de la Escala de
Reserva retribuida si pasan los interesados a servir en Ultramar, 18 de marzo de 1897, Coleccin Legislativa de
Espaa (1906), pgs. 406 y 407.
39
Real decreto disponiendo asciendan a comandantes de las escalas activas de las Armas y Cuerpos del Estado Mayor,
Infantera, Caballera, Artillera e Ingenieros, los capitanes que al presente lleven trece aos de antigedad en su
empleo, o menor si llevan veintids aos de oficiales en las respectivas escalas activas, y los que por ascenso
extraordinario se encuentren comprendidos entre ellos y aquellos que en lo sucesivo vayan cumpliendo dichas
condiciones, 4 de julio de 1925, Coleccin Legislativa de Espaa (1925), pgs. 50 a 52. En 1930, el exceso de
comandantes era de 1.253, repartidos entre 888 (Inf.), 234 (Cab.), 47 (Art.), 67 (Ing.) y 17 (Int.), Navajas (1991),
pg. 179.
40
Soldevilla (1928), pg. 72.
41
Seco Serrano (1984), pgs. 344 y 345. Durante los cuatro ltimos aos de la dictadura se produjeron una serie de
acontecimientos llamados la cuestin artillera, que influyeron en la dimisin del general Primo de Rivera y en los
trascendentales sucesos histricos posteriores. El general Vign lleg a decir que el Arma de Artillera finalmente
disuelta por tercera vez en medio siglo haba sido uno de los ms importantes elementos de subversin de los
ltimos aos de este perodo, llegando a la insurreccin armada en los primeros meses de 1929 y dando pie a los
incidentes estudiantiles madrileos en marzo de ese mismo ao, Puell de la Villa (1987), pgs. 279-306.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 213


Casi dos aos despus, el 14 de enero de 1929, cuando la figura de Primo de Rivera era objeto
de un desprestigio generalizado y el conservador Snchez Guerra estaba a punto de pronunciarse,
la definitiva organizacin de la instruccin premilitar constituy una salida para parte de ese
colectivo de ms de mil comandantes que no estaban ocupando vacante de jefe, razn por la que
cabe dudar si su implantacin responda realmente a una necesidad defensiva de Espaa o si, por el
contrario, habra de convertirse en una figura formal ms con la que posponer la solucin
definitiva a la macrocefalia del Ejrcito
42

La estructura organizativa que ampar esta actividad durante el ltimo tramo de la Dictadura
fue el Servicio Nacional de Educacin Fsica, Ciudadana y Premilitar que, desde primeros de
1929, qued bajo la direccin e inspeccin del general Villalba
43
. La misin de este departamento
adscrito a la Presidencia del Consejo de Ministros a travs del Comit Nacional de Cultura
Fsica involucraba a colectivos de distintas edades, de la manera siguiente:

a) Educacin fsica de los nios y adolescentes, menores de diez y ocho aos; todo ello en
consonancia con las instrucciones recibidas, enseanzas adquiridas en el curso de informacin y
reglamentos vigentes.
b) Instruccin premilitar a los jvenes de diez y ocho a veintin aos que comprende:
Primero. Educacin fsica en la medida y amplitud posible para armonizar con la libertad
que a los mozos dejan sus peculiares ocupaciones y trabajos.
Segundo. Educacin moral y ciudadana. Se referirn a los deberes del hombre para con la
Patria, el Rey y el Gobierno constituido y virtudes ciudadanas, deberes del hombre para con
sus semejantes, deberes para consigo mismo, conciencia de los intereses nacionales,
geografa poltica de Espaa, historia sinttica de nuestro pas, hechos de la raza y sus hroes,
figuras culminantes, etctera. Ejrcito, Marina, necesidad y cometido, la guerra, la paz,
reclutamiento, delitos militares. El rito y lo externo en el Ejrcito y, en fin, cuanto sirva para
el desenvolvimiento de las virtudes cvicas y del concepto del deber, del respeto y del orgullo
nacional.
Tercero. Tiro, a cuyo efecto habr de tenerse en cuenta cuanto previene el artculo 13 del
reglamento de tiro, con armas porttiles, comprendindose la instruccin preparatoria y
ejercicios preliminares (tiro real a distancia reducida), y la preparatoria tambin de tiro de
combate.
Cuarto. Instruccin militar elemental.
c) Educacin ciudadana a los adultos de ms de doce aos
44
.

Para desempear esa labor, se cedi a este Servicio un comandante del Ejrcito por cabeza de
partido judicial, excluidas las capitales de provincia, resultando por tanto 422 vacantes, es decir,

42
Real decreto organizando en las cabeceras de partido que no sean capitales de provincia, la enseanza de deberes
ciudadanos e instruccin premilitar y gimnstica a cargo de comandantes del Ejrcito, 14 de enero de 1929, GM, n.
15.
43
Hernndez Ballester, A. (1929, 14 de mayo), La educacin fsica ciudadana y premilitar, La Correspondencia
Militar, pg. 3.
44
Ibdem.
214 El reservismo militar en Espaa

una cantidad muy inferior al excedente existente en el citado empleo
45
. Lo que se esperaba de ellos
es que dirigieran e impulsaran en sus reas de influencia las actividades del Servicio, convocando
los das festivos a los adultos para conferencias patriticas, y a los jvenes de dieciocho a veintin
aos para la instruccin premilitar
46
.
Como sucediera en tantas ocasiones, no hubo tiempo material para desarrollar esta iniciativa.
La crisis del rgimen dictatorial, muy acentuada en su recta final, no permiti obtener de esta
formacin ciudadana los resultados que ya daba en otros pases europeos, con lo que todo qued
limitado a la imparticin de algunas conferencias y a la preparacin de los mozos que queran
reducir el tiempo de servicio en filas esta ltima formacin a travs de las escuelas ya
mencionadas en el captulo anterior. Los gobiernos de la Segunda Repblica y del general
Franco recogeran el testigo y profundizaran en esta modalidad de instruccin, con desigual xito,
a lo largo de la dcada de los aos treinta y el principio de los cuarenta
47
.

2.3. Cuadros de mando reservistas: Escala de Complemento

Como dice Alpert, la Primera Guerra Mundial dio el espaldarazo definitivo a la oficialidad de
complemento, al demostrar que la inmensa mayora de los oficiales que haban entrado en
campaa no haba requerido una larga preparacin militar
48
. Espaa, que mediante la ley de
1912 (ver captulo anterior) haba lanzado unos aos antes la figura del oficial de la reserva
gratuita, decidi potenciar esta modalidad, elemento imprescindible si se quera movilizar al
milln y medio de hombres previsto en la ley de bases para la reorganizacin del Ejrcito de 1918.
As pues, fue precisamente en esta ley donde, por primera vez en la historia legislativa espaola, se
aludi a la oficialidad de complemento, posiblemente porque eso significaba alinearse con
Francia, uno de los pases muy previsiblemente triunfadores del, entonces todava vigente,
conflicto mundial. El fin ltimo era poder satisfacer las necesidades de personal de Capitanes y
subalternos y clases de tropa de las unidades armadas y los servicios, en caso de movilizacin total

45
Calculadas a partir del Resumen por Partidos judiciales del Censo de la Poblacin de 1900 en la Pennsula e Islas
adyacentes: http://www.ine.es. Curiosamente, el real decreto de 14 de enero de 1929 habla de que el nmero de
Comandantes disponibles forzosos pasa hoy de 100 en Caballera y de 300 en Infantera, con lo cual la coincidencia
entre disponibles y vacantes es realmente asombrosa.
46
Redaccin (1929, 10 de julio), Noticias oficiosas de esta tarde. Educacin fsica ciudadana y premilitar, El
Heraldo de Madrid, pg 11.
47
Un ejemplo de conferencia es la que se imparti en el Ateneo de Arenys de Mar por el comandante de infantera
Teodoro Arredondo desarrollando el tema Misin encomendada a los comandantes de partido, a la que acudi un
pblico selecto y de todas las clases sociales, no faltando la representacin de casi todos los alcaldes del distrito, Caya
(1929, 14 de mayo), Sobre instruccin premilitar. Notable conferencia, La Correspondencia Militar, pg. 4. En
cualquier caso, la instruccin premilitar fue una de las reformas de Azaa que no llegaron a ver la luz, Alpert (1982),
pgs. 144-174.
48
Alpert (1982), pg. 58.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 215


o parcial, por causa de guerra, grave alteracin del orden pblico o circunstancias anormales de
orden interior o exterior
49
.
A finales de 1919, ao y medio despus de la promulgacin de la ley anterior, una real orden
circular permita finalmente dar progresivo cumplimiento a la misma en lo referente a la
oficialidad y clases de complemento de los diversos Cuerpos y Armas del Ejrcito. En dicha
disposicin se parta de la Escala de Reserva gratuita, que quedaba disuelta, siendo sus integrantes
traspasados a la nueva clase, conservando empleos e incluso permitiendo el ascenso de acuerdo a
los nuevos preceptos. Parece que, a pesar del tiempo transcurrido desde la ley de reorganizacin de
1918, debi de haber retrasos en la puesta en marcha definitiva de esta oficialidad, dado que el
ministro de la Guerra, vizconde de Eza, declar en 1921 lo siguiente: es de urgente e imperiosa
necesidad se ponga en vigor a la mayor brevedad posible [la Escala de Complemento], tanto ms
cuanto que la mencionada reorganizacin no afecta en absoluto a los presupuestos del Estado
50
.

2.3.1. Candidatos, instruccin y carrera militar

Una vez superada la fase transitoria, en la cual se produjo la transferencia desde la Escala de
Reserva gratuita, los individuos que deban continuar nutriendo la Escala de Complemento
procedan, inicialmente, de los siguientes colectivos:

De los ingresados en el voluntariado de un ao.
De los acogidos al beneficio de reduccin de cuota.
De los oficiales profesionales del Ejrcito que se hubieran separado del servicio
sin deshonra, si lo solicitasen, dentro de los lmites establecidos de edad y
buena aptitud fsica.
De los sargentos y suboficiales licenciados con al menos ocho aos de servicio
en filas entre ambos empleos, cuando demostrasen mediante examen su aptitud
para desempear el empleo de alfrez y dispusiesen de un nivel de renta
mnimo
51
.

49
Ley aprobando las bases para la reorganizacin del Ejrcito, contenidas en el real decreto de 7 de Marzo del ao
actual, 29 de junio de 1918, GM, n. 181; y real orden circular organizando la oficialidad y clases de complemento de
las diversas Armas y Cuerpos del Ejrcito, 27 de diciembre de 1919, GM, n. 19.
50
Redaccin (1921, 21 de abril), Por la salud del soldado. Declaraciones del ministro de la Guerra, La
Correspondencia Militar, pg. 1.
51
Real orden circular organizando la oficialidad y clases de complemento de las diversas Armas y Cuerpos del
Ejrcito, 27 de diciembre de 1919, GM, n. 19.
216 El reservismo militar en Espaa

De los oficiales de la Guardia Civil y Carabineros que se hubieran separado de
manera honorable de sus Cuerpos, quedando destinados a Infantera o
Caballera segn su procedencia hasta cumplir su tiempo de obligacin militar.
De las clases de tropa de la Guardia Civil y Carabineros que lo deseasen, si
reuniesen las condiciones exigidas, quedando adscritos a unidades de reserva o
reserva territorial, desde donde seran movilizados
52
.

Los voluntarios de un ao se examinaban a los tres, siete y doce meses de servicio activo para
obtener los empleos de cabo, sargento y suboficial de complemento, respectivamente, quedando
licenciados con el empleo alcanzado. En caso de que suspendiesen alguno de esos exmenes, tras
una segunda oportunidad, pasaban a realizar el servicio militar convencional con los otros mozos
de su reemplazo, ostentando el empleo mximo conseguido y abonndoseles el tiempo ya invertido
en la anterior situacin. Por el contrario, los que aprobaran las pruebas para suboficial deban
realizar dos meses de prcticas de este empleo el ao siguiente y, un ao despus, otros dos meses
ms de prcticas de suboficial y alfrez. Al final de este perodo, cuando terminaba el tercer ao en
la primera situacin del servicio activo, el interesado sufra una prueba oral y prctica sobre las
funciones del oficial y sobre las otras materias incluidas en el programa, tras lo que era nombrado
alfrez de complemento.
Los soldados de cuota que solicitasen la pertenencia a esta escala, dado lo extremadamente
reducido de los perodos servidos cinco o diez meses, repartidos en dos o tres aos,
respectivamente, tenan que ser instruidos de una manera intensiva. Durante el ltimo de los
perodos se examinaban para suboficial y, acreditados sus conocimientos y aptitudes para el
mando, eran propuestos para alfrez. El disfrute de este empleo les obligaba a dos meses
adicionales de permanencia en la unidad durante el ao siguiente a la finalizacin de su
compromiso, con el fin de poder realizar las prcticas de oficial.
Ntese cmo la pertenencia a la Escala de Complemento le supona al soldado de cuota que
haba pagado una suma para tener un servicio militar ms corto que los dems un tiempo extra
en filas. Consecuentemente, las clases altas y medias espaolas, acostumbradas a no contribuir con
la sangre de sus hijos a la defensa nacional, se adhirieron en muy poca medida a esta modalidad de
servicio, lo que constituy la principal causa de su fracaso
53
. Por otro lado, si bien la Primera

52
Estos dos ltimos grupos se aadieron ms tarde (orden de 27 de abril de 1921, DOMG n. 93, pud Redaccin
(1921, 27 de abril), Oficialidad de complemento, La Correspondencia Militar, pg. 4.
53
Una honrosa excepcin a la escasa vinculacin de las clases pudientes con la defensa nacional la constituyeron los
que, perteneciendo a la aristocracia, se presentaron voluntarios para marchar a Marruecos tras el Desastre de Annual
como, por ejemplo, Juan Vitrica y Casuso, conde de los Moriles y oficial de complemento encuadrado en el batalln
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 217


Guerra Mundial haba demostrado recientemente que un ciudadano bien formado y con una
abreviada instruccin militar poda mandar dignamente una seccin, como se ha dicho con
anterioridad, la escasa permanencia sobre las armas de los oficiales espaoles de complemento
distaba mucho de darles el adecuado nivel de preparacin. La preocupacin de Alpert en este
sentido, que se reprodujo al hablar de los oficiales de la reserva gratuita, es tambin aplicable aqu.
Mientras que Francia instrua a esta clase de oficiales durante dos aos la cuarta parte con el
empleo de segundo teniente, Espaa otorgaba la misma responsabilidad con slo siete meses
vistiendo el uniforme, sirviendo como oficial menos de la tercera parte de ese tiempo
54
.
Ms adelante, cuando se promulg el real decreto de reclutamiento de 1924, que redujo el
tiempo de servicio en filas a dieciocho meses nueve para los soldados de cuota, se mantuvo
lamentablemente la falta de incentivos de la ley anterior, al obligar a los futuros oficiales a volver
al ao siguiente de su partida para realizar un perodo adicional de instruccin de dos meses y as
obtener el empleo de alfrez de complemento. Esta disposicin limit la pertenencia a esta escala a
aquellos soldados que estuviesen realizando el servicio reducido tambin los oficiales
particulares que hubiesen renunciado voluntariamente a su carrera, lo que se mantuvo hasta,
prcticamente, la llegada de la Segunda Repblica
55
.
En cuanto a la carrera militar que poda hacerse en esta escala, para ascender de alfrez a
teniente y de teniente a capitn se requera tener una antigedad de, como mnimo, tres aos en el
empleo inferior y haber prestado servicio, al menos, durante tres semanas en la unidad de
adscripcin. Durante dicho perodo se deba asistir a unas maniobras, a unas prcticas o a una
intensificacin. Cumplidos esos mnimos, el ascenso se produca tras una declaracin de aptitud
por parte de una junta de jefes y capitanes de su unidad, previa superacin de una prueba terica
oral y otra prctica. Este difcil proceso de promocin se volvi imposible en la prctica tras
el real decreto de 1924, al ser requeridos seis meses de servicio en unidad armada sin cobrar
haber alguno para el primer ascenso y un ao en las mismas condiciones para el segundo,
debiendo esperar a una movilizacin real para que el empleo conseguido se considerara efectivo
56
.

del Regimiento Inmemorial del Rey n. 1 desplegado en frica. Segn la prensa monrquica, aquel aristcrata era el
paradigma de que cuando llega la ocasin los ms acomodados, los que gozan de grandes bienes de fortuna, los que
pueden vivir tranquilos en la seguridad de que no ha de alcanzarles los daos y peligros de la guerra, saben poner a
contribucin su tranquilidad y su holgura para defender el honor de su Patria, exponiendo constantemente su vida,
Redaccin (1921, 5 de octubre), Raza de hroes. Los voluntarios, La Accin, pg. 1.
54
Alpert (1982), pg. 49.
55
Real decreto disponiendo que el reclutamiento y reemplazo del Ejrcito se efecte con arreglo a las bases que se
insertan, 29 de marzo de 1924, GM, n. 90.
56
Ibdem; y real orden circular organizando la oficialidad y clases de complemento de las diversas Armas y Cuerpos
del Ejrcito, 27 de diciembre de 1919, GM, n. 19.
218 El reservismo militar en Espaa

Cualquier individuo que perteneciera a la oficialidad y clases de complemento era
considerado siempre el ms moderno de su empleo, ya fuera en activo o en reserva. La graduacin
alcanzada poda perderse, incorporndose a su reemplazo como soldado, en los siguientes
supuestos:

Al sufrir condena a pena que supusiera inhabilitacin perpetua, temporal o
suspensin de cargo pblico, profesin o derecho de sufragio.
Por medida disciplinaria o gubernativa en las mismas condiciones que las
fijadas para los oficiales del Ejrcito, "quedando como stos sometidos a
tribunal de honor, cuando hubiese motivos para ello".
Al dejar de acudir a una movilizacin total o parcial o a un llamamiento para la
realizacin de ejercicios, sin justificacin.
Por dejar de asistir a dos ejercicios consecutivos, alegando enfermedad o
problemas de trabajo.

El mantenimiento del nivel de instruccin adquirida escaso como se ha dicho se
pretenda asegurar mientras el oficial estaba en la segunda situacin del servicio activo,
convocndosele cada dos aos a ejercicios o maniobras de una duracin mnima de tres semanas.
En la situacin de reserva se recomendaba a las autoridades militares algn tipo de movilizacin
para ejercicios, en la medida de lo posible
57
.
Tras varios aos de implantacin efectiva, y ya en tiempos de Primo de Rivera, uno de estos
ejercicios fue solemne y pblicamente clausurado el 25 de junio de 1925. Su pormenorizada
crnica denota el compromiso de las autoridades espaolas con el xito de esta escala quiz por
lo que supona de penetracin militar en la alta sociedad de la poca y tambin la importancia
dada por la prensa especializada. Asimismo, la fiesta posterior al ejercicio celebrada en el hotel
Ritz, donde tuvo lugar el banquete de la boda de Alfonso XIII, y costeada por los propios oficiales
de complemento denota la segregacin social efectiva que se haba instaurado entre los que
estaban obligados a realizar el servicio militar desde la ley de 1912 Los Jefes de los Cuerpos
atendern con el mayor esmero al examen de las condiciones personales y sociales de los
solicitantes, deca la real orden circular de 1919
58
.

57
Real orden circular organizando la oficialidad y clases de complemento de las diversas Armas y Cuerpos del
Ejrcito, 27 de diciembre de 1919, GM, n. 19.
58
Ibdem. El Estado, por su parte, no regatea medios de halagar y estimular nuestros entusiasmos [], artculo de
un teniente de complemento de Artillera, Pajares y Miguel, J. (1925, 22 de agosto), Temas fundamentales. La
oficialidad de complemento, La Correspondencia Militar, pg. 3.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 219


Ayer termin el curso que para enseanza de los oficiales de complemento se vena efectuando
por las unidades de Instruccin en el campamento de Carabanchel, organizado por el Estado Mayor
Central del Ejrcito.
Por la maana celebrse un ejercicio de conjunto, en el que participaron las tres unidades, una
compaa de Intendencia y una ambulancia de Sanidad Militar. Dirigi el supuesto tctico el
coronel de Hsares de Pava, seor Giraldo, director del curso, mandando la vanguardia el
comandante Snchez Mesa, del grupo de Escuadrones,
Asisti al acto el prncipe de Asturias, que, rodeado de los oficiales de complemento, oy
atentamente las explicaciones que a stos se daban relativas a los movimientos de las fuerzas.
Acompaaba a Su Alteza su profesor seor conde del Grove y el ayudante de Su Majestad
comandante de Estado Mayor seor Gmez de Salazar.
El ejercicio result brillantsimo, y termin con un brioso desfile a galope de los escuadrones de
Instruccin, que lo hicieron de una forma perfecta.
[] La oficialidad de complemento que ha asistido al curso obsequi a las autoridades militares
y jefes y oficiales del Estado Mayor Central de las unidades de Instruccin, as como a los de los
regimientos de Intendencia y Sanidad, con un banquete que se ha celebrado hoy a la una en el Hotel
Ritz.
Presidi el acto el general Weyler [jefe del Estado Mayor Central], en ausencia del prncipe de
Asturias, que por causas ajenas a su voluntad no pudo asistir; el capitn general de la regin y el
gobernador militar.
Pronunci un elocuente discurso uno de los oficiales de complemento, que fue contestado por el
capitn general seor Weyler, que dedic elogios a la oficialidad complementaria, refirindose
tambin a su valor estrictamente militar y a la que puede desempear como lazo de unin entre el
estamento militar y el civil.
En el banquete rein un simptico ambiente de compaerismo, fraternizando ambas
oficialidades
59
.

2.3.2. Encuadramiento y cometidos

Mientras permaneciesen en cualquiera de las situaciones del servicio militar, su
encuadramiento segua la misma pauta que el resto de conscriptos, pasando de la unidad activa a la
unidad de reserva de la demarcacin de su domicilio, si exista esta.
Se deseaba destinar a los oficiales de complemento de determinadas profesiones o titulaciones
consideradas tiles para el Ejrcito, preferentemente, a aquellos Cuerpos o Servicios que
tuvieran ms relacin, por su carcter tcnico, con el mundo civil, si bien existe constancia de que,
en muchos casos, la seleccin no se hizo adecuadamente
60
.

59
Redaccin (1925, 26 de junio), El Curso de oficiales de complemento, La Correspondencia Militar, pg. 6. En
esta faceta de integracin de la milicia en la sociedad civil insistiran muchos ponentes del momento: El oficial de
complemento, aparte su misin en la guerra, en determinados casos tiene su ms importante y constante intervencin
en los diferentes aspectos de la vida ciudadana, enseando e inculcando en nuestros compatriotas el cario a la madre
Patria, que tan necesitada est de sus hijos, el mutuo respeto entre conciudadanos, nuestra regeneracin espiritual y
material por medio de los libros y, por ltimo, el carioso respeto al Ejrcito [], Pajares y Miguel, J. (1925, 22 de
agosto), Temas fundamentales. La oficialidad de complemento, La Correspondencia Militar, pg. 3.
60
No en todos los casos se tuvo en cuenta la profesin o estudios del aspirante para poder aplicar sus conocimientos
al Arma o Cuerpo en donde mejores servicios pudiera prestar. A mi juicio, esa falta de aptitud que he querido sealar,
radica de un modo especialsimo en esta cuestin y ser absolutamente preciso adaptarse a esta exigencia natural y
lgica, si se quiere conseguir esa eficiencia, base fundamental del mejor aprovechamiento de esos estudios que cada
220 El reservismo militar en Espaa

En este sentido, en la tabla n. 11 se han recogido aquellas profesiones que ms interesaban a
los llamados Servicios Especiales de Artillera, Ingenieros, Ferrocarriles entonces en plena
potenciacin, Cuerpos de Intendencia e Intervencin y Cuerpo Jurdico.

Profesin/titulacin
A
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t
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l
l
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a

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J
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d
i
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o

Agrimensor X
Astrnomo X
Auxiliar y sobrestante de Obras Pblicas X X
Capataz de Minas X
Empleado de gran empresa o agente de negocios X
Ingeniero Agrnomo X
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos X
Ingeniero de Minas (con auxiliares y ayudantes) X
Ingeniero de Montes (con auxiliares y ayudantes) X
Ingeniero Gegrafo (con auxiliares) X
Ingeniero Industrial X X
Licenciado en Ciencias Exactas X X
Licenciado en Ciencias Fsicas X X
Licenciado en Ciencias Naturales X
Licenciado en Ciencias Qumicas X
Licenciado en Derecho X
Maestro de Obras y Aparejadores X
Maquinista conductor X X
Oficial de Contabilidad del Estado, Hacienda o Aduanas X
Oficial del catastro o Gemetra X
Oficial, auxiliar o aspirante de telgrafos X
Perito Agrcola X
Perito Electricista X X
Perito Mecnico X X X
Perito Mercantil o Contador de Comercio X
Perito Metalrgico X
Perito Qumico X
Tabla n. 11: Preferencias en la admisin de aspirantes a oficiales de complemento para los
llamados "Servicios Especiales" del Ejrcito, en funcin de su profesin o titulacin
61


En el caso de los Cuerpos de Intendencia e Intervencin, las vacantes de complemento se
pensaban cubrir en primera instancia con los auxiliares de ambos cuerpos, empleando

aspirante a oficial pueda poseer, Pajares y Miguel, J. (1925, 22 de agosto), Temas fundamentales. La oficialidad de
complemento, La Correspondencia Militar, pg. 3.
61
Real orden circular organizando la oficialidad y clases de complemento de las diversas Armas y Cuerpos del
Ejrcito, 27 de diciembre de 1919, GM, n. 19.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 221


posteriormente a los profesionales correspondientes que figuran en la tabla n. 11. Como es lgico,
farmacuticos, mdicos y veterinarios eran preferidos en los servicios homnimos. Particularmente
los segundos alcanzaban los empleos de alfrez, teniente o capitn mdico de complemento si, al
terminar el perodo de instruccin, posean el ttulo de licenciado en medicina, mientras que
obtenan los de alfrez, teniente o capitn de complemento de las Tropas de Sanidad en caso
contrario
62
.
En cuanto al Clero Castrense, los reclutas que queran pertenecer a la oficialidad de
complemento de dicho cuerpo deban acudir ordenados in sacris al servicio militar. Antes de
finalizar el tercer ao de prestacin podan ser capellanes terceros de complemento si haban sido
finalmente ordenados sacerdotes y superaban un examen de teologa moral y dogmtica
63
.

2.3.3. Derechos y deberes

Al igual que cualquier otro mozo, los ciudadanos que alcanzaban empleos militares de la
Escala de Complemento deban servir los dieciocho aos reglamentarios entre la entrada en caja de
reclutas y la licencia absoluta. Lo mismo que sucedi con la Escala de Reserva gratuita, exista la
posibilidad de ampliar voluntariamente el tiempo de servicio hasta los cuarenta y cinco aos, edad
a la que se les licenciaba forzosamente. La llegada del real decreto de reclutamiento de 1924 y el
reglamento que lo desarroll cambi radicalmente esta situacin y vincul los oficiales de
complemento a su propio reemplazo, pasando por las mismas vicisitudes que el mismo
64
.
En tanto estuvieran prestando servicio en las unidades de servicio activo, ya fuera por crisis
grave o por adiestramiento, los oficiales o clases de complemento quedaban sujetos a jurisdiccin
militar y disfrutaban de los mismos sueldos y devengos que los que ostentaran el mismo empleo de
la Escala Activa, sirvindoles dicho tiempo para el cmputo de la jubilacin. Lo mismo suceda
con los honores fnebres. En caso de asistir a hechos de armas, si su comportamiento les haca
acreedor de una condecoracin se les conceda en los mismos trminos que a los profesionales.
Los viajes de incorporacin y regreso a su destino, incluso los motivados por la participacin en
ejercicios, eran por cuenta del Estado.

62
Los empleos de interventores, farmacuticos y veterinarios eran los correspondientes a sus cuerpos, que en esta
poca eran diferentes de los del resto del Ejrcito, por ejemplo, interventor de tercera de complemento alfrez,
farmacutico de segunda de idem teniente, y veterinario de primera de idem capitn.
63
Real orden circular organizando la oficialidad y clases de complemento de las diversas Armas y Cuerpos del
Ejrcito, 27 de diciembre de 1919, GM, n. 19.
64
Ibdem y reglamento que desarrolla el real decreto-ley de bases de 29 de marzo de 1924, relativo al reclutamiento y
reemplazo del Ejrcito, 27 de febrero de 1925, GM, n. 65.
222 El reservismo militar en Espaa

Obviamente, el fuero que se les aplicaba cuando no estaban en el servicio activo era la
jurisdiccin civil, con plenitud de derechos polticos. En cuanto al uso del uniforme, cuando
estaban movilizados, se haca en las mismas condiciones que los de la Escala Activa de su Arma o
Cuerpo, con la nica diferencia de aadir una C en el cuello de la guerrera, al lado del emblema
o nmero de unidad. Sin embargo, en situacin sedentaria deban vestir de paisano, con la
excepcin de aquellos actos oficiales o particulares autorizados por el gobernador militar de la
plaza. Llegada la licencia absoluta mantenan el derecho a vestir el uniforme, privilegio heredado
de los reservistas gratuitos, con las citadas limitaciones
65
.
En lo que respecta al uso de carn militar, con el fin de poder acreditar en cualquier instante
de su vida civil la condicin de militares que, si les impone una honorabilidad perfecta tambin
debe otorgarlas [a la oficialidad de complemento de Ejrcito y la oficialidad honorfica] la
consideracin y respeto inherente a su jerarqua les fue concedida una tarjeta de identificacin
denominada Documento Militar de Identidad, que no exclua del empleo de la cdula personal
66
.
Una vez en cualquiera de las dos situaciones de reserva, estos oficiales podan viajar por
territorio espaol sin ms que dar conocimiento al jefe de su unidad. En caso de viajar al extranjero
dicha informacin se cambiaba por una autorizacin previa. A pesar de estas prevenciones, se
aseguraba el conocimiento exacto del punto de residencia mediante revistas anuales de cierta
solemnidad, en las que se organizaba una fiesta militar en el seno de la unidad a la que perteneca
el reservista.
El Ejrcito otorgaba asimismo la preferencia a mdicos, farmacuticos o veterinarios de
complemento para ocupar las vacantes de las plantillas de estos Cuerpos. Y, aunque no les fue
otorgado hasta 1929, los oficiales reservistas de cualquier Arma o Cuerpo podan concursar con
prioridad a determinados puestos de la funcin pblica con un perfil compatible con la superior
cultura y categora militar, como los siguientes: Oficiales y Auxiliares de la Administracin civil
del Estado, Provincia y Municipio que se provean por oposicin y en la parte reservada a la Junta
calificadora de aspirantes a destinos pblicos
67
.


65
Real orden circular organizando la oficialidad y clases de complemento de las diversas Armas y Cuerpos del
Ejrcito, 27 de diciembre de 1919, GM, n. 19. La letra en el cuello de la guerrera no volvi a figurar en posteriores
disposiciones, ni en el reglamento de reclutamiento de 1925 ni en las sucesivas.
66
Real orden circular, creando un documento personal e intransferible con el nombre de Documento Militar de
Identidad, para el uso de la oficialidad de la Escala de Complemento del Ejrcito y de los oficiales honorficos, 29 de
abril de 1924, GM, n. 121.
67
Real orden circular organizando la oficialidad y clases de complemento de las diversas Armas y Cuerpos del
Ejrcito y real orden circular, ampliando en la forma que se indica la base 2. del real decreto-ley de 6 de septiembre
de 1925, relativo a la provisin de destinos pblicos entre licenciados del Ejrcito, 18 de diciembre de 1929, GM, n.
353.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 223


2.3.4. Consideraciones sobre la integracin en el Ejrcito y la aceptacin social

En el captulo V se habl de cmo la implantacin de la Escala de Complemento era una de
las reformas deseadas por los militares que haban estudiado los avances del arte militar antes de la
Gran Guerra, tanto por razones de ndole corporativa como por la mejora de las capacidades
defensivas de Espaa.
Un anlisis de la prensa militar anterior a la Segunda Repblica refleja que los oficiales de
complemento fueron aceptados como un recurso importante y, por lo tanto, estimados sin llegar a
los extremos franceses. A primeros de 1921 la situacin en cuanto a la falta de oficiales
subalternos era desesperada. El aumento de las unidades activas, el traspaso de oficiales a la
Guardia Civil, al Cuerpo de Carabineros y al Servicio de Aviacin y los ascensos motivados por el
pase a la reserva en 1918 de gran parte de la cpula militar haban mermado notablemente el
nmero de estos oficiales se denunciaba que uno de los regimientos de Artillera hipomvil slo
contaba con dos tenientes y ningn alfrez, siendo adems uno de ellos el habilitado de la
unidad. Por otro lado, se tema que las mejores expectativas que proporcionaba una carrera
universitaria hicieran desistir a muchos jvenes de presentarse al examen de ingreso en una
academia militar. En esta tesitura, los militares deseaban que los oficiales de complemento
vinieran a cubrir parte de ese inmenso nmero de vacantes, que se estimaba, slo en Infantera, en
12.000 destinos de oficiales subalternos por ocupar
68
.
Por otro lado, admitiendo como buena la proporcin francesa de un oficial por cada 38
soldados en 1918, los franceses tenan 118.000 oficiales para cinco millones de hombres
movilizables, en Espaa se requeran 39.000 oficiales 30.000 de complemento si se da por
vlida la estimacin de La Correspondencia Militar de 1916 para movilizar el milln y medio
de hombres que la ley de bases de 1918 pretenda conseguir
69
.
Se deduce que si exista esta demanda por parte de la oficialidad permanente era porque,
aparte de las penurias de personal, se confiaba en la idoneidad de los oficiales procedentes del
servicio militar. Esta confianza se pudo ganar y confirmar mediante la participacin activa y
heroica, en condiciones de igualdad con los oficiales profesionales, en las acciones que tuvieron
lugar tanto en el norte de frica como en la Guerra Civil espaola si bien en este ltimo caso en
nmero muy inferior a los oficiales eventuales creados por ambos bandos durante la contienda.
Esto no es bice para que se dieran algunos incidentes por abuso en el empleo del uniforme y que

68
Editorial (1921, 2 de febrero), Problemas militares. La oficialidad de complemento, La Correspondencia Militar,
pg. 1.
69
Villalba (1927), pg. 62; Redaccin (1916, 14 de octubre), La situacin econmica de la oficialidad. Diario de
sesiones del Senado, La Correspondencia Militar, pg. 1.
224 El reservismo militar en Espaa

las autoridades tuvieran que recordar las condiciones en las que el mismo poda ser vestido fuera
del servicio activo
70
.
La opinin desde la otra parte implicada, la de los oficiales de complemento, era tambin muy
favorable. Dentro de una oficialidad permanente con cierto carcter aristocrtico y clasista,
aqullos no desentonaban ni por su nivel social, ni por sus intereses culturales, ni por sus valores
patriticos. El sentir de los oficiales reservistas era de plena integracin. En este sentido, un
articulista, teniente de complemento, al que se ha recurrido en varias ocasiones en este apartado,
cerraba su columna as ntese la influencia del fervor patritico despertado en los aos
posteriores al penoso episodio de Annual:

Y nosotros, todos, amemos al Ejrcito, ammosle como a uno de los vestigios gloriosos de un
pasado que vuelve a renacer en todo su esplendor, y ya que a fuerza de generosidad nos admiti en
su seno, seamos buenos militares espaoles pues no en balde corre por nuestras venas una sangre
viril y fuerte como ninguna otra, pensando que el mayor galardn que podra otorgrsenos sera
el de morir con ese uniforme por el honor de Espaa, como sublime homenaje de cario, como
suprema ofrenda del amor que sentimos por nuestra Patria
71
.

2.4. Somatn Nacional, reserva militar o fuerza policial?

El somatn ya exista en Catalua al final de la Alta Edad Media como una fuerza armada
compuesta por los vecinos de cada localidad a excepcin de Barcelona que se constitua en
caso de peligro y que se disolva despus, con funciones principalmente policiales
72
. Se pueden
establecer cuatro pocas en la vida de esta fuerza: hasta el final de la Guerra de Sucesin, desde el
Trienio Liberal a la dictadura de Primo de Rivera, la que coincide con esta ltima y la que se
solapa con el perodo franquista.
En su primera poca, hasta primeros del siglo XVIII, el somatn se encarg de guarnecer las
ciudades catalanas contra el bandidaje y contra los malhechores protegidos por los seores
feudales, si bien en la Edad Moderna en un tiempo en el que se quera otorgar a los civiles un
mayor protagonismo en la defensa y se estaba planeando la constitucin de la Milicia General de

70
A mitad de 1930 fue necesario emitir una disposicin para recordar los artculos 5., 7. y 9. de la real orden circular
organizando la oficialidad y clases de complemento de 1919. Dichos artculos eran los que se referan al uso del
uniforme y a la jurisdiccin que se aplicaba a los oficiales en funcin de su situacin militar (real orden circular,
dictando normas relativas a la situacin de los oficiales de complemento en las diferentes Armas y Cuerpos del
Ejrcito, 11 de junio de 1930, GM, n. 164).
71
Pajares y Miguel, J. (1925, 22 de agosto), Temas fundamentales. La oficialidad de complemento, La
Correspondencia Militar, pg. 3.
72
Su nombre puede provenir del cataln som atent, es decir, estamos atentos, y as se refleja en el real decreto de
creacin de 1923, aunque, segn algunos autores, tambin puede tratarse de un apcope de s emetent, que en
espaol se traduce como emitiendo ruido, lo cual tiene relacin con la manera en la que se les convocaba, Martnez
Segarra (1984), pg. 2; y real decreto instituyendo el Somatn en todas las provincias espaolas y en las ciudades de
soberana del territorio de Marruecos, 18 de setiembre de 1923, GM, n. 201.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 225


Castilla, como se recordar del captulo I adopt funciones militares con carcter espordico
73
.
Como se ver, se trataba de una fuerza de caractersticas y misiones muy similares a las de la
milicia concejil en un territorio con un particular sistema defensivo que, como se ha mencionado
en su momento, no estaba integrado, por aquel entonces, con el castellano. En 1716, como parte
del castigo contra los reinos hispanos que haban apoyado la opcin sucesoria contraria a Felipe V,
el Decreto de Nueva Planta estableci su disolucin
74
.
Durante el Trienio Liberal reapareci, esta vez para favorecer la causa absolutista, con lo que
fueron de nuevo represaliados y sus funciones transferidas a la Milicia Urbana que haba creado
Isabel II en 1835 ver captulo III. En 1858, el Gobierno moderado de O'Donnell quiso
corresponder a los apoyos recibidos de los burgueses catalanes que pedan se aumentara la
proteccin de sus propiedades y consider conveniente constituir el somatn armado como "la
reunin de propietarios honrados y colonos bien acomodados de la montaa central de Catalua".
Hasta el final de esta segunda poca, es decir, hasta 1923, el somatn fue una fuerza catalana de
voluntarios con marcado carcter burgus que, bajo mando militar, desempe una labor policial
muy orientada a la represin de movimientos populares y obreros, tales como la Semana Trgica,
en 1909, o la huelga de La Canadiense, en 1919. Se trata de lo que Fernndez-Miranda llama
desnaturalizacin del sentido originario de la institucin, razn por la cual fue temporalmente
disuelto durante la Primera Repblica
75
.
En 1923, el general Primo de Rivera, admirado por el somatn cataln que recordaba de los
aos que haba sido capitn general de esa regin militar, decidi extenderlo a toda Espaa, con
dependencia de los capitanes generales, con mandos militares y bajo el nombre de Somatn
Nacional. Se pretenda hacer de l una corporacin auxiliar que poda ser fuerza armada en caso
de guerra para contribuir a las garantas del sosiego pblico y estimular el inters ciudadano
hacia una orientacin activa y desinteresada
76
. A pesar de ello, el somatn de la Dictadura fue una

73
En 1564, Felipe II asign al somatn la defensa de Barcelona de los corsarios moros. En algn caso, con
anterioridad, tambin haba sido empleado por las corporaciones locales para oponerse a las decisiones de los
monarcas, Fernndez-Miranda (1986), pg. 273.
74
"Art. 53. Por los inconvenientes, que se han experimentado en los Sometenes, y juntas de gente armada, mando
que no haya tales Sometenes, ni otras juntas de gente armada, so pena de ser tratados como sediciosos, los que
concurrieren, o intervinieren, Decreto de Nueva Planta (1716), pg. 16. Puntualmente, el somatn fue restaurado por
el conde de la Unin durante la Guerra de la Convencin para reforzar la frontera con Francia, Carrasco lvarez
(2010), pg. 88.
75
Debe recordarse que Francisco Ferrer Guardia, juzgado como el principal instigador de la Semana Trgica, fue
detenido por el somatn de Alella (Barcelona), Fernndez-Miranda (1986), pgs. 274 y 276.
76
Real decreto instituyendo el Somatn en todas las provincias espaolas y en las ciudades de soberana del territorio
de Marruecos, 18 de setiembre de 1923, GM, n. 201
226 El reservismo militar en Espaa

nutrida polica alternativa que el rgimen puso al servicio de las clases pudientes, no teniendo xito
en las escasas ocasiones en las que se apel a su funcin militar
77
.
Disuelto por la Segunda Repblica debido a su sesgo social e ideolgico aunque restaurado
como fuerza auxiliar de orden pblico, slo para Catalua, en enero de 1936, durante su poca
final, en la poca franquista y a partir de 1945, los somatenes armados constituyeron primeramente
un recurso adicional para la lucha contra el maquis y, cuando ste desapareci, permaneci a las
rdenes de la Guardia Civil, en pueblos de hasta 10.000 habitantes, hasta que fueron disueltos en
1978 como institucin armada
78
.
Aunque en su primera poca las coincidencias con la milicia concejil pudieran hacer pensar
que el somatn era una reserva militar, y durante la Dictadura tuviera mandos militares y pudiera
haber sido considerada fuerza armada en caso de crisis, su carcter social e ideolgico cercano, que
favoreca los intereses de las clases ms favorecidas y que origin numerosas protestas de las
organizaciones obreras le haca incumplir la condicin de ausencia de compromiso poltico que
forma parte del paradigma de reserva militar de la figura n. 1. Asimismo, su organizacin
resultaba de difcil integracin en las Fuerzas Armadas, concluyendo por tanto que se trataba de
una fuerza de orden pblico que, dependiendo de la poca, tuvo una marcada tendencia poltica.

3. ORGANIZACIN DE LA RESERVA DE LA DICTADURA

Tras la Primera Guerra Mundial, el Ejrcito mantuvo la divisin anterior entre primera y
segunda lnea, a la que se aadi una nueva agrupacin llamada ejrcito territorial de funciones
no definidas que nunca lleg a organizarse debido a la supresin en 1924 de la reserva del
mismo nombre, lo que sucedi antes de que ningn reservista tuviera ocasin de estar encuadrado
en ella. El ejrcito de segunda lnea era el que encuadraba a las reservas y a los depsitos y el que,
como se recordar, pretenda estar organizado de manera similar al de primera lnea y contena
los organismos necesarios para la movilizacin general de los elementos que lo integran, ya

77
El Somatn Nacional estaba presente en las principales poblaciones y lleg a agrupar a ms de 100.000 hombres
armados en 1926. En 1929, en su papel de fuerza armada, fue incapaz de ponerse a las rdenes del capitn general de
Castilla la Nueva para contribuir a sofocar la sublevacin artillera de Ciudad Real, demostrando que a pesar de su
nmero, como tal, no tena utilidad, Fernndez-Miranda (1986), pg. 277; y Martnez Segarra (1984), pg. 277.
78
Decreto relativo a la formacin de somatenes armados con la finalidad de asegurar y conservar la paz del pas en la
poblacin rural y pueblos menores de 10.000 habitantes de Catalua, 21 de enero de 1936, GM, n. 22; decreto por el
que se dispone que el vigente decreto de 21 de enero de 1936, que autorizaba en Catalua la formacin de somatenes
armados, se extienda con la misma finalidad que seala su artculo primera a todo el territorio espaol, en el que
dependern de las respectivas autoridades provinciales, 9 de octubre de 1945, BOE, n. 298; y real decreto 2333/1978
por el que se disuelven los somatenes armados, de 25 de agosto, BOE, n. 234.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 227


fueran personal de tropa, oficiales de complemento o profesionales en situacin de reserva
retribuida
79
.

Arma o Cuerpo Unidades de reserva Depsitos
Infantera
113 batallones en la Pennsula
3 batallones en Baleares
5 batallones y 9 compaas en Canarias
47
Caballera
8 regimientos en la Pennsula*
1 escuadrn en Baleares
2 escuadrones en Canarias
Artillera
8 regimientos de Campaa en la Pennsula*
3 bateras de Campaa en Baleares
2 bateras de Campaa en Canarias
1 depsito de Posicin
4 depsitos de Plaza y Posicin en Pamplona, Barcelona,
San Sebastin y Algeciras
Ingenieros
4 batallones de Zapadores en Madrid, Barcelona,
Zaragoza y Len
1 compaa de Zapadores en Baleares
2 compaas de Zapadores en Canarias
2 batallones de Servicios Especiales de Ingenieros en
Valladolid y Valencia
1 compaa de Telgrafos en Baleares
2 compaas de Telgrafos en Canarias
1 depsito de Pontoneros
2 depsitos de Ferrocarriles
1 depsito de Aeroestacin
Intendencia
8 depsitos bajo el control de la Mayora de la
Comandancia regional*
1 compaa en Baleares
2 compaas en Canarias
Brigada Obrera y
Topogrfica del
Cuerpo E. M.
1 depsito bajo el control de la Mayora de la Brigada
Sanidad militar
8 depsitos bajo el control de la Mayora de la
Comandancia regional*
1 compaa en Baleares
2 compaas en Canarias
Tabla n. 12: Organizacin de la reserva del Ejrcito entre 1918 y 1931
80
.
* Establecidos en las capitales de las Regiones militares: Madrid, Sevilla, Valencia, Barcelona, Zaragoza,
Burgos, Valladolid y La Corua.


79
Ley aprobando las bases para la reorganizacin del Ejrcito, contenidas en el real decreto de 7 de marzo del ao
actual, 29 de junio de 1918, GM, n. 181. Una estimacin de cul sera el tamao de cada una de las tres agrupaciones
del Ejrcito, supuestamente provisionadas todas las vacantes, era: primera lnea (638.698 hombres), segunda lnea
(479.000 hombres) y territorial (319.340 hombres), Redaccin (1918, 25 de junio), Las reformas militares. Una
enmienda del general Aznar, La Correspondencia Militar, pg. 1.
80
Ley aprobando las bases para la reorganizacin del Ejrcito, contenidas en el real decreto de 7 de marzo del ao
actual, 29 de junio de 1918, GM, n. 181.
228 El reservismo militar en Espaa

La organizacin de este ejrcito de segunda lnea por Armas y Cuerpos puede consultarse en
la tabla n. 12, que recuerda mucho a la n. 10 del captulo V. Se estableci una Zona de
Reclutamiento y Reserva por provincia, a cargo de un coronel de Infantera, que deba encargarse
de gestionar las Cajas de Reclutas, las demarcaciones de reserva de Infantera asociada a cada una
de ellas 113 en total en la Pennsula y el depsito provincial a su cargo. Eran las
demarcaciones de reserva las encargadas de preparar la movilizacin de los reservistas de
Infantera que residiesen en su zona de influencia, y que se encuadraban en batallones adscritos a
cada Caja de Reclutas, si bien las reas ms pobladas podan tener ms de una de estas unidades.
En las islas, la reserva de Infantera qued adscrita a las unidades activas de su guarnicin.
En cuanto a la Caballera y a los Cuerpos y Servicios, la ms especializada formacin
requerida para el desempeo de la actividad combatiente en estas unidades llev a una mayor
definicin de las reservas y depsitos, como caba esperar de las enseanzas de la Primera Guerra
Mundial y de la aparicin de nuevas tecnologas, como el telgrafo o el avin. La gestin de estas
reservas de alta cualificacin qued en su mayor parte en las unidades activas o en una entidad
prxima a stas, en cualquier caso, fuera de las Zonas de Reclutamiento y Reserva provinciales.
Desafortunadamente, las unidades de reserva de Artillera y las Montadas quedaron supeditadas a
la disponibilidad de material y ganado para su constitucin, vinculndose a unidades de reserva de
Infantera el personal que excediera a los recursos disponibles
81
.
Por otro lado, la importancia de guarnecer las bases navales de Cdiz, Cartagena y Ferrol,
motiv la decisin de que el personal de distintas unidades del Ejrcito quedara vinculado a dichas
instalaciones militares hasta la licencia absoluta lo que inclua, obviamente, la situacin de
reserva
82
.
Toda esta organizacin necesitaba del concurso de casi 2.000 vacantes de oficial slo en la
Pennsula, tanto de la Escala Activa como de la Escala de Reserva retribuida
83
. Como se puede
comprobar, se quiso disponer de un ejrcito de reserva de tamao y funcionalidad similar al de
primera lnea sin establecer los niveles orgnicos correspondientes, algo particularmente necesario

81
Ley aprobando las bases para la reorganizacin del Ejrcito, contenidas en el real decreto de 7 de Marzo del ao
actual, 29 de junio de 1918, GM, n. 181; y real orden circular dando disposiciones para llevar a ejecucin lo
preceptuado en las bases 3. y 5. de la ley de 29 de junio del ao anterior, referentes a la distribucin del territorio
nacional para los efectos de reclutamiento, reemplazo movilizacin del Ejrcito y organizacin de sus reservas, 1 de
julio de 1919, GM, n. 200.
82
La unidades eran un regimiento de infantera, una comandancia de artillera de Costa, una compaa de zapadores de
Fortaleza, una compaa de aerostacin, las fuerzas de aviacin que se considerasen necesarias, una seccin de
intendencia y una seccin de sanidad (ley aprobando las bases para la reorganizacin del Ejrcito, contenidas en el real
decreto de 7 de Marzo del ao actual, 29 de junio de 1918, GM, n. 181).
83
Real orden circular dando disposiciones para llevar a ejecucin lo preceptuado en las bases 3. y 5. de la ley de 29
de junio del ao anterior, referentes a la distribucin del territorio nacional para los efectos de reclutamiento,
reemplazo movilizacin del Ejrcito y organizacin de sus reservas, 1 de julio de 1919, GM, n. 200.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 229


en Infantera. As pues, el ejrcito de segunda lnea qued en un armazn administrativo donde
encuadrar nominalmente a los reservistas que fue, una vez ms, la verdadera utilidad de la reserva
militar surgida de la ley de bases de 1918
84
.

4. MOVILIZACIN DE LOS PRIMEROS RESERVISTAS DEL SERVICIO MILITAR UNIVERSAL

Contrariamente a lo que haba sucedido con anterioridad, el siglo XX debe contemplarse como
la parte de la historia contempornea de Espaa en la que ms veces se ha hecho uso de los
reservistas. Adems, cuenta con el dudoso mrito de incluir la ocasin en la que ms ciudadanos
han sido llamados a empuar las armas, lo que sucedi durante el perodo que media entre 1936 y
1939.

5.1. Huelgas ferroviarias de 1912 y 1916

Al igual que haban hecho disposiciones anteriores sobre reclutamiento y reserva, la ley de
1912 contemplaba la posibilidad de movilizar a reservistas en caso de guerra y de "circunstancias
extraordinarias", siendo este un amplio concepto en el que caban alteraciones del orden pblico,
catstrofes naturales o cualquier otro suceso en que el Gobierno considerara necesario el empleo
de un contingente militar. Sin embargo, la ley citada anteriormente contena como novedad un
artculo que deca:

Art. 221. En caso de movilizacin total parcial del Ejrcito, por causa de guerra, grave
alteracin del orden pblica, por circunstancias anormales de orden interior o exterior, podr el
Gobierno disponer que los individuos sujetos a servicio militar que desempeen cargo empleo de
cualquier clase que sea, que tengan ocupaciones en industrias relacionadas con servicios que
interesan directa indirectamente la defensa nacional, sean de carcter pblico, como los de
transportes comunicaciones, luz, agua y otros anlogos, puedan ser movilizados aunque dejen de
incorporarse sus Cuerpos y continen prestando sus servicios en los cargos que desempeen,
mientras se juzgue de utilidad conveniencia; quedando sin embargo sujetos la jurisdiccin
militar como si estuvieren en filas [...]
85
.

El Consejo de Ministros tendra muy pronto la ocasin de utilizar, por primera vez, esta
facultad de militarizar a personal civil considerado de inters pblico, una potestad que se
seguira ejerciendo durante todo el siglo XX, incluso durante la Transicin espaola, como se ver
en el captulo correspondiente. El 25 de setiembre de 1912 los ferroviarios catalanes de la

84
La prensa se hizo eco de cmo el resto de Armas y Cuerpos haba recibido cierta estructura ponderada a su peso en
las operaciones, pero que las reservas de infantera no reciben detallada organizacin, Redaccin (1918, 13 de
marzo), Las reformas militares, El Imparcial, pg. 3.
85
Ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, debidamente rectificada, 27 de febrero de 1912, GM, n. 60.
230 El reservismo militar en Espaa

Compaa MZA y de la Compaa del Norte comenzaron una huelga que cont con un masivo
seguimiento en dicha regin. A continuacin, convencidos de que la actitud negociadora mostrada
por Canalejas permitira mejorar considerablemente sus condiciones de trabajo, los representantes
de los empleados del resto de Espaa convocaron una huelga general ferroviaria para el 8 de
octubre, mediante la cual pensaban movilizar a ms de 72.000 trabajadores.
El presidente del Consejo de Ministros, que haba mostrado un fuerte talante conciliador
desde el principio de los movimientos reivindicativos y conseguido notables concesiones de los
patronos, decidi ante la generalizacin del conflicto aplicar medidas de rigor en aras a detener el
perjuicio que estaban sufriendo grandes intereses de la Agricultura, la Industria y el Comercio,
tal como haba hecho en Francia slo dos aos antes el socialista Aristide Briand, cuando se
enfrent a una situacin similar. Una esas medidas fue, en aplicacin de la flamante ley de 1912, la
movilizacin de los reservistas del Batalln de Ferrocarriles que pertenecan a los reemplazos de
1907 a 1911 unos 4.000 hombres e imponer la jurisdiccin militar a todos los empleados de
las compaas ferroviarias que estuviesen en los primeros seis aos del servicio militar, quienes
deban llevar un brazalete que acreditase su condicin castrense. Dos das ms tarde, cuando an
no haba comenzado la huelga general, el Ejecutivo decidi presionar un poco ms a los
huelguistas llamando a los reservistas de esa misma unidad militar que correspondiesen a los
reemplazos de 1901 a 1906 alrededor de 7.000 individuos y poniendo bajo disciplina militar a
los empleados de esos mismos reemplazos. Esta segunda medida no lleg a materializarse dado
que los obreros aceptaron ciertas mejoras, tanto salariales como sociales, y anularon la
convocatoria de huelga el da 5, tres das antes de que el conflicto se extendiera al pas entero. En
un ambiente de crispacin social, la actuacin de Canalejas en el final de ese proceso negociador le
granje las antipatas del mundo sindical al que, ideolgicamente, tan prximo se le supona
86
.
Este precedente no tardara mucho en repetirse. El gobierno liberal de Romanones que se
form en 1915, tras el primer mandato de Eduardo Dato hubo de enfrentarse a una situacin
parecida slo unos pocos aos ms tarde, si bien los hechos discurrieron de distinta manera.
Pinsese que el estallido de la guerra europea haba provocado un espectacular encarecimiento de

86
Real decreto autorizando al ministro de este Departamento para llamar a filas en su totalidad o en parte a los
individuos de reserva activa pertenecientes al Batalln de Ferrocarriles, y autorizndole tambin para que puedan ser
movilizados los restantes individuos de la primera reserva pertenecientes a los seis ltimos reemplazos incorporados a
filas, 1 de octubre de 1912, GM, n. 277; real decreto autorizando al ministro de este Departamento para llamar a filas
a todos los individuos que se encuentren en segunda reserva y hayan pertenecido al Batalln de Ferrocarriles, 3 de
octubre de 1912, GM, n. 279; Canals, S. (1912, octubre), Poltica interior. La huelga de ferrocarriles, Nuestro
tiempo, n. 166, Madrid, pgs. 80-107; y Redaccin (1910, 13 de octubre), Actes et paroles. Les cheminots sous les
drapeaux, Le Figaro, 13 de octubre de 1910, pg. 3. Segn Seco Serrano, su papel de rbitro de los conflictos sociales
de la poca atrajo sobre Canalejas las crticas de todos, de los empresarios y de los obreros. Adems, la decisin de
solucionar de forma castrense el intento de huelga general ferroviaria de 1912 contribuy a acentuar el papel del
Ejrcito dentro del Estado, Seco Serrano (1984), pg. 253.
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 231


las subsistencias y que los ferroviarios, que a raz de la huelga de 1912 haban obtenido ciertas
mejoras, haban comprobado como los dems obreros que su vida se haca cada vez ms
difcil. En estas circunstancias surgi en 1916 una importante huelga del transporte por ferrocarril
que protagonizaron los empleados de la Compaa del Norte.
El anuncio de huelga que acabara comenzando el da 12 de julio se produjo el da 7,
generando la inmediata rplica del Gobierno que moviliz a los individuos en activo 1. y 2.
situacin del Regimiento de Ferrocarriles, de los cuales unos 400 pertenecan a la citada
compaa
87
. Sin embargo, esta vez los huelguistas no se dejaron impresionar por la ya predecible
medida y mantuvieron la convocatoria, emitiendo a continuacin de la reaccin gubernamental la
siguiente nota de prensa:

Segn la Prensa, desde hoy todos los ferroviarios de la Compaa del Norte estamos
militarizados.
Los militares vamos, pues, a defender intereses particulares. Con esto se atropella la
Constitucin.
El Ejrcito se cre para proteger la integridad de la Patria; no para proteger Empresas
explotadoras.
Protestamos, pues, enrgicamente, en nombre de la Seccin Madrid, en particular, y en el de
todos los ferroviarios de Espaa, en general, contra el proceder del Gobierno, que, privndonos de
nuestros derechos ciudadanos, con su actitud nos impulsa a un conflicto que pudiera ser grave
88
.

La negativa de 90 reservistas a acudir a trabajar, a pesar de su condicin militar, provoc una
seria conmocin en el Gobierno que, ante las preguntas en las Cortes de algunos diputados y la
previsin de una escalada de alteraciones del orden pblico en una situacin de franca debilidad
y cierto pnico, decidi suspender precipitadamente tanto las sesiones parlamentarias como
algunas garantas constitucionales en la Pennsula, declarando el estado de guerra en la provincia
de Madrid y cediendo, por tanto, parte de su autoridad al capitn general de la 1. Regin Militar.
A continuacin fueron movilizados todos los individuos en cualquier situacin del servicio militar
que perteneciesen al Regimiento de Ferrocarriles y suspendidos los permisos de los militares en
activo de cualquier unidad. Las medidas fueron tan desproporcionadas que muchos creyeron que el
pas se estaba preparando para entrar en la Primera Guerra Mundial, habida cuenta la tendencia
aliadfila del conde de Romanones
89
.

87
Real decreto autorizando al ministro de este Departamento para llamar a filas o movilizar en su totalidad, o en parte,
a los individuos en segunda situacin de servicio activo y reserva activa, pertenecientes al Regimiento de Ferrocarriles,
8 de julio de 1916, GM, n. 193; Soldevilla (1917), pg. 289; y Redaccin (1916, 13 de julio), La huelga ferroviaria,
ABC, Madrid, pgs. 10 y 11.
88
Soldevilla (1917), pg. 287.
89
Real decreto suspendiendo las sesiones de las Cortes en la presente legislatura, 13 de julio de 1916, GM, n. 196;
real decreto suspendiendo temporalmente en todas las provincias del Reino, a excepcin de las de Baleares y Canarias,
las garantas expresadas en los artculos 4., 5., 6. y 9. y prrafos primero, segundo y tercero del artculo 13 de la
Constitucin, 13 de julio de 1916, GM, n. 196; real decreto autorizando al ministro de este Departamento para llamar
232 El reservismo militar en Espaa

Acordado entre las partes un arbitraje, los ferroviarios volvieron al trabajo el da 17 de julio,
levantndose el estado de guerra el 21 de ese mismo mes y restaurando todas las garantas
constitucionales el 11 de agosto. La reapertura de las Cortes, sin embargo, hubo de esperar hasta
finales de setiembre
90
.

4.2. Huelga general de 1917

En 1917, mientras la crisis econmica segua arreciando en Espaa, las tensiones internas del
sistema social y poltico de la Restauracin socialismo, republicanismo, militarismo, maurismo
y catalanismo provocaron un amago de revolucin que no prosper debido a que las tres
fuerzas de la Espaa real Ejrcito, burguesa y proletariado, como las llama Seco Serrano,
actuaron en tres tiempos distintos segn mviles completamente diferenciados
91
.
En lo que respecta a los trabajadores, los sindicatos UGT y CNT que venan aproximando
sus estrategias haban convocado juntos una huelga general revolucionaria a finales de marzo, si
bien qued pendiente su fecha de inicio. Una nueva huelga ferroviaria de la Compaa del Norte
en Valencia, a finales de julio, fue utilizada por el Gobierno, segn Pabn, para llevar las
negociaciones a una situacin insoluble y hacer estallar la huelga general. As, se desactivaba el
movimiento poltico de los asamblearios catalanes englobndolo dentro de la lucha de clases
y se propiciaba que tanto militares como sectores de la burguesa se colocaran al lado del
Gobierno. Detenida la actividad laboral finalmente el 13 de agosto, la huelga tuvo xito en casi
todas las grandes zonas industriales, con menor implantacin en zonas fabriles menores, en el
mbito urbano y en reas mineras, teniendo apenas repercusin en las ciudades pequeas y en la
agricultura
92
.
Como en anteriores ocasiones, el Gobierno prepar desde el da anterior al comienzo de la
huelga la movilizacin de todos los individuos en activo, es decir, los que estuviesen en los
primeros seis aos del servicio militar, anticipando de nuevo una solucin castrense para el
conflicto
93
. Los militares junteros, que haban transmitido falsas esperanzas a los obreros en los

a filas a todos los individuos que se encuentren en situacin de segunda reserva y pertenezcan al Regimiento de
Ferrocarriles, 14 de julio de 1916, GM, n. 196; y Soldevilla (1917), pgs. 289, 290, 294 y 301.
90
Real decreto restableciendo las garantas constitucionales en todas las provincias del Reino, 11 de agosto de 1916,
GM, n. 225; y Soldevilla (1917), pg. 364.
91
Seco Serrano (1984), pg. 267.
92
Pabn (1999), pg. 437.
93
Real decreto autorizando al ministro de este Departamento para llamar a filas o movilizar en su totalidad o en parte a
los individuos en segunda situacin de servicio activo y reserva activa, 12 de agosto de 1917, GM, n. 226; y
Soldevilla (1918), pgs. 370-396). La potestad de movilizacin dada por el real decreto s que fue ejercida por el
Gobierno, aunque se desconoce el nmero de individuos que, estando en sus casas, acudieron a la llamada de sus
Captulo VI.- Crisis de la Restauracin y Dictadura de Primo de Rivera (1918-1931) 233


inicios de su movimiento subversivo, se pusieron en esta ocasin del lado del Gobierno y
ofrecieron el Ejrcito para reprimir la huelga, tarea en la que se emplearon tan a fondo y tan
violentamente que fue terminada en el plazo de tres das. A pesar de persistir pequeos disturbios
hasta mitad de setiembre, la situacin se dio oficialmente por controlada el 20 de agosto
94
.

4.3. Annual y Alhucemas

El Desastre de Annual, el refuerzo que posteriormente requiri la plaza de Melilla y el
desembarco que permiti la pacificacin del territorio rifeo tras el derrumbamiento de la
Comandancia de Melilla en 1921, demandaron el desplazamiento de numerosas unidades militares
al norte de frica, en las cuales se encontraban encuadrados algunos soldados de cuota, como se
ha mencionado con anterioridad. En ninguna de las acciones citadas participaron reservistas, ni se
ha detectado que el Consejo de Ministros decretara la movilizacin de individuos que hubiesen
cumplido sus deberes militares.
Tras Annual s que fueron llamados los soldados que se encontraban en el tercer ao de
servicio en las unidades activas, y que disfrutaban en sus domicilios de una licencia ilimitada, ya
que antes de movilizar reservistas se habra debido llamar al cupo de instruccin de los reemplazos
en filas, segn estableca la ley de reclutamiento de 1912 (ver apndice n. 1)
95
.
Dos disposiciones relativas a favorecer a los funcionarios movilizados confirman lo anterior y
ponen de evidencia que eso se repiti en 1925, es decir, que en ambos aos algunos soldados con
licencia ilimitada se reincorporaron a sus antiguas unidades, presumiblemente en la Pennsula. Sin
ninguna duda, los regimientos que enviaron a alguno de sus batallones a la zona de operaciones
debieron de llamar a parte de los individuos en primera situacin del servicio activo que se

unidades. Una evidencia de ello es la promulgacin de una real orden en setiembre de 1917 para facilitar la vuelta a los
estudios a los alumnos que se hubieran incorporado al Ejrcito por causa de los sucesos ocurridos en el mes de
Agosto ltimo, y fin de evitar los perjuicios que se les ocasionara en sus carreras al no encontrarse en condiciones
de sufrir examen en los del corriente mes por haber tenido que suspender los estudios que venan dedicados (real
orden disponiendo que el perodo de exmenes para los alumnos de Universidades incorporados al Ejrcito por los
sucesos ocurridos en el mes de agosto ltimo, comience el 16 de octubre y termine el 31 de dicho mes; que los que no
hayan podido matricularse en tiempo oportuno lo efecten en la primera quincena del mencionado octubre, y
prorrogando para los referidos alumnos por todo el mes de noviembre el perodo para matricularse en el curso
prximo, 22 de setiembre de 1917, GM, n. 269).
94
Las Juntas fueron conscientes, posteriormente al cese de la huelga, de la prdida de toda la popularidad alcanzada en
su rebelda del 1 de junio, as que intentaron recuperarla ponindose contra el gobierno de Dato, solicitando el cese
prematuro del estado de guerra y desatando una campaa de prensa que les descargara de la responsabilidad de la
represin obrera, Pabn (1999), pgs. 444 y 445.
95
Redaccin (1921, 3 de agosto), Informes diversos. Rumor desmentido, El Siglo Futuro, pg. 3.
234 El reservismo militar en Espaa

encontraban an encuadrados en ellos, siendo tal vez sta la explicacin de la ausencia de
disposiciones gubernamentales al respecto
96
.

96
Real decreto disponiendo que los funcionarios del Estado llamados a cumplir sus deberes militares conservarn
todos los derechos que les concede el artculo 11 de la vigente ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito,
quedando declarados en situacin de excedencia, y percibirn ntegros sus respectivos sueldos, 17 de agosto de 1921,
GM, n. 231; y real decreto dictando reglas sobre los funcionarios del Estado que, habiendo cumplido sus perodos
reglamentarios de servicio en el Ejercito, sean llamados nuevamente a filas, 6 de setiembre de 1925, GM, n. 251.
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 235


CAPTULO VII.- SEGUNDA REPBLICA Y GUERRA CIVIL (1931-1939)


La Segunda Repblica fue un tiempo de profundas reformas militares que desemboc en la
mayor movilizacin de reservistas de la historia espaola. Los propsitos en materia de reserva y
movilizacin fueron esperanzadores. Desafortunadamente, no hubo grandes cambios, renunciando
incluso a cumplir histricos anhelos de las fuerzas progresistas como la retirada de la cuota militar.
Tampoco fue mejorada la oficialidad de complemento ni el adiestramiento de los reservistas,
generndose a cambio, y de forma incontrolada, un sistema paralelo de milicias polticas. Como
caba esperar, la Guerra Civil mostr finalmente, y en toda su magnitud, los defectos de la reserva
espaola.

1. LAS ESCASAS APORTACIONES REPUBLICANAS A LA RESERVA MILITAR

Al afrontar la que Alpert llama la mayor y ms profundamente meditada reforma [militar] de
la poca, Azaa dio una baja prioridad al reclutamiento y a la reserva, habida cuenta que otros
problemas militares de la Restauracin, los ms graves, haban sido transferidos a la Segunda
Repblica sin ser resueltos. Debieron necesariamente plantearse, con carcter de urgencia, los
objetivos de eliminar la influencia poltica del Ejrcito, reducir el exceso de personal, suprimir
unidades y estructuras innecesarias o arcaicas, retirar al Ejrcito la funcin de garante del orden
pblico, republicanizar a la oficialidad, eliminar la arbitrariedad ministerial y, finalmente, dotar
a Espaa de una capacidad defensiva adecuada a la poltica de la Repblica. Una vez
medianamente resuelto todo esto, habra tiempo de ocuparse de la reforma del reclutamiento y de
la organizacin de la reserva militar
1
.
El modelo de Ejrcito que quiso Azaa no tena nada que ver con una fuerza permanente y
poderosa de fcil movilizacin, que poda crecer rpidamente gracias a la incorporacin de
reservistas, como haba pretendido ser hasta entonces. Antes al contrario, como una evolucin
lgica de las conclusiones de la posguerra mundial, su concepto era el de un ejrcito liviano que
deba apoyarse necesariamente en la movilizacin de todos los ciudadanos, si llegaba el caso.
Dicha concepcin se resume bastante bien en la exposicin de motivos de uno de los primeros y
ms importantes decretos promulgados por el primer ministro de la Guerra de la Repblica:


1
Alpert (1982), pg. 1; y Salas Larrazbal (1986
A
), pg. 20.
236 El reservismo militar en Espaa

En nuestros das, los pueblos no admiten un ejrcito constituido sobre la base de un servicio en
filas de larga duracin y con grandes efectivos permanentes. A este sistema reemplaza el
armamento general de la Nacin, que, en caso de guerra moviliza a todas sus fuerzas, combatientes
o no, y exige en tiempo de paz cargas menos pesadas, tanto en el orden econmico como en el del
sacrificio personal
2
.

De esta manera, aunque la pretensin de Manuel Azaa era convertir el Ejrcito espaol en un
ejrcito de ciudadanos a imagen francesa, pas por el que senta verdadera admiracin
3

mediante la reforma del reclutamiento y de la reserva, la reorganizacin del proceso de
movilizacin, la regulacin de la instruccin premilitar y la implantacin de una adecuada y
numerosa Escala de Complemento, no tuvo tiempo de emplearse a fondo en ello. En materia de
reclutamiento se mantuvo el servicio militar modificado durante la dictablanda una evolucin
de la ley de 1912 sin ni siquiera suprimir la cuota militar, mientras que la oficialidad de
complemento no sufri cambios de importancia. nicamente la movilizacin fue reformada de una
manera seria lo que afect, tangencialmente, a la reserva militar dado que la manera de reunir y de
encuadrar a su contingente haba cambiado. Por ltimo, la escasa atencin prestada a la instruccin
premilitar fue reemplazada por la tolerancia, durante el ltimo tercio de la Repblica, hacia la
creacin de milicias de ndole poltica lo que, sin duda, no se correspondi con el concepto que
tena Azaa de participacin ciudadana en la defensa.

1.1. Reclutamiento, reserva y movilizacin total

El servicio militar que rigi durante toda la Segunda Repblica fue el que estableci el real
decreto de 1924, con la modificacin realizada por el general Berenguer en 1930. En la ltima
actuacin de la Monarqua en esta materia se haba reducido el servicio en filas a un ao seis
meses para los soldados de cuota y se haba restaurado el cupo de instruccin con el fin de
reducir los costes de adiestramiento de los reemplazos
4
. Ha quedado constancia de que la duracin
era an excesiva para Azaa, quien habra deseado reducir an ms el tiempo de permanencia
sobre las armas
5
Como aproximacin a los planteamientos iniciales republicanos, se prest

2
Decreto relativo a la reorganizacin del Ejrcito de la Pennsula e islas adyacentes, 25 de mayo de 1931, GM, n.
146.
3
Alpert (1982), pg. 192.
4
Real decreto disponiendo que el reemplazo anual para el Ejrcito y la Infantera de Marina est constituido en la
forma que se indica, 19 de agosto de 1930, GM, n. 233; y Alpert (1982), pgs. 144-174.
5
Si yo tuviese campos de instruccin donde llevar las divisiones, si yo tuviese buenos acuartelamientos, el servicio
militar, que hoy se hace en un ao, se podra hacer en seis meses, con ms ventajas y mejor instruccin. La ociosidad
en la prestacin del servicio de cuartel es la que hace perder el tiempo al soldado. Si tuviramos medios de mantener al
ejrcito en el campo durante seis meses al ao, el servicio militar se podra reducir notablemente, discurso sobre las
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 237


atencin infructuosa a la supresin de la cuota militar y se retir la responsabilidad de la
movilizacin a las unidades activas.
En relacin a los soldados de cuota, por falta de tiempo o por carencia de convicciones
ideolgicas, los gobiernos republicanos se limitaron a implantar pequeos ajustes en el acceso y en
la regulacin de la eleccin de unidad. Slo el Gobierno frentepopulista que lleg al poder en 1936
intent retirar seriamente el ltimo resto de desigualdad en el reclutamiento espaol y suprimir
dicho derecho. La razn esgrimida fue que:

Constituye el servicio militar una preeminencia de la ciudadana que alcanza por igual a todos
los espaoles aptos fsicamente para el servicio de las armas; y siendo as, no estn justificados los
beneficios [concedidos] en relacin con el tiempo de duracin del servicio en filas y forma de
prestarlo
6
.

En tal sentido, el proyecto de ley prevea que slo los que acreditasen la formacin premilitar
requerida podan reducir su servicio en filas a ocho meses, siendo parte de estos mozos la
destinada a cubrir la Escala de Complemento como vena siendo desde su creacin. A causa
del estallido de la Guerra Civil, esta disposicin no lleg a ser aprobada por el Congreso de los
Diputados y hubo de ser el rgimen dictatorial instaurado tras el final de sta el que acabara con la
figura del soldado de cuota
7
.
An as, la Repblica intent insertar su impronta laica en el mbito militar. Aparte de
disolver en 1932 el Cuerpo Eclesistico, durante el mandato de Azaa en el Ministerio de la
Guerra se derogaron los beneficios otorgados a los religiosos que acudan a los cuarteles desde la
ley de 1912 consideracin de soldado de primera, con exencin de servicios mecnicos, y
destino en la escuela de la unidad, que pasaron a realizar el servicio en filas del mismo modo
que cualquier seglar
8
.

lneas generales de las reformas de Guerra y la creacin del Cuerpo de Suboficiales, sesin de las Cortes de 2 de
diciembre de 1931, Azaa (2004), pg. 141.
6
Decreto autorizando al ministro de este Departamento para que presente a la deliberacin de las Cortes un proyecto
de ley anulando y dejando sin efecto los beneficios que, en relacin con la duracin del servicio militar y forma de
prestarlo, concede la base novena del decreto de bases para el reclutamiento y reemplazo del Ejrcito de 29 de marzo
de 1924, y modificando, en consecuencia, la forma de realizar el reclutamiento de la oficialidad de complemento a que
alude la base 11 de aquel decreto, convertido en ley por la de 16 de septiembre de 1931, 17 de abril de 1936, GM, n.
115.
7
Ley por la que se modifica la legislacin vigente sobre reclutamiento, 8 de agosto de 1940, BOE, n. 235.
8
Ley declarando disuelto el Cuerpo Eclesistico del Ejrcito, 30 de junio de 1932, GM, n. 187; y orden circular
disponiendo queden sin efecto para los reclutas del reemplazo actual y sucesivos los beneficios y excepciones que para
el servicio militar conceden los artculos 358 al 367, ambos inclusive, del reglamento de reclutamiento, a los que al
ingresar en filas sean presbteros, ordenados in sacris o profesores de congregaciones religiosas, 12 de setiembre de
1932, GM, n. 257. Durante los primeros meses de la Guerra Civil, dichos privilegios fueron restaurados por el bando
sublevado (orden rehabilitando los derechos y beneficios concedidos por la ley de reclutamiento a los religiosos y
ordenados in sacris, 19 de octubre de 1936, BOE, n. 8).
238 El reservismo militar en Espaa

El ejrcito de reducidas dimensiones que propugnaba Azaa era coherente con la evolucin
doctrinal de la organizacin de la defensa que haba venido teniendo lugar tras el fin de la Gran
Guerra, del que haban transcurrido ya quince aos. Conforme iba pasando el tiempo se tena ms
conciencia de que ni siquiera una proporcin reducida de contingentes tan grandes como los que
haban entrado en liza dos dcadas antes podran ser mantenidos en tiempo de paz. La doctrina
imperante sobre la organizacin del Ejrcito y su reserva ms all de la tendencia general
mostrada con anterioridad se podra resumir mediante los elementos siguientes:

Nmero reducido de unidades activas, con los nicos fines de instruir a los
contingentes y de mantener el material, renunciando a que fueran capaces de
proporcionar por s mismas la capacidad defensiva necesaria.
Servicio militar sobre las armas con la duracin indispensable para recibir la
instruccin, cubriendo parte de sta fuera de filas.
Cuadros profesionales poco numerosos, con el cometido de preparar la movilizacin,
mantener el material, ocupar las vacantes de empleos superiores, instruir a los
contingentes y servir de base para el encuadramiento de las unidades.
Renuncia expresa a tener en inventario todo el material necesario para la movilizacin.
Constitucin de grandes centros capaces de movilizar todas las fuerzas y recursos
disponibles, fueran o no combatientes
9
.

Con anterioridad al advenimiento de la Segunda Repblica, esta doctrina haba estado calando
entre los estudiosos militares como, por ejemplo, el entonces comandante Pedro Jevenois, que
abog por la organizacin de un ejrcito de reducidas dimensiones como el que se haba
implantado en Alemania tras el Tratado de Versalles, con una oficialidad selecta y motivada, y
cuya principal misin en tiempo de paz habra de ser la proteccin de fronteras, costas e islas,
habida cuenta que en una falta tremenda de originalidad el territorio peninsular no poda ser
fcilmente invadido. Una capacidad defensiva superior la proporcionara una organizacin de
milicias a la suiza formada por toda la poblacin, cuyos efectivos recibiran una instruccin inicial
de tres meses y una actualizacin anual de unas pocas semanas durante todo el tiempo de servicio.
Incluso el general Mola lleg a apoyar esta iniciativa. Sin embargo, Alpert sostiene que era una

9
Decreto relativo a la reorganizacin del Ejrcito de la Pennsula e islas adyacentes, exposicin de motivos, 25 de
mayo de 1931, GM, n. 146.
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 239


propuesta poco realista dadas las necesidades defensivas espaolas y la realidad social y militar del
momento
10
.
En relacin con esta doctrina, Francia intent en 1921 reducir a la mitad el tiempo sobre las
armas que era de tres aos entonces a cambio de aumentar la duracin del servicio militar de
veintiocho a treinta aos, pero la iniciativa legislativa slo consigui, en 1923, el primero de los
objetivos. Se estableci en la disposicin aprobada un perodo de disponibilidad de dos aos
equivalente a la segunda situacin del servicio activo, durante el cual los soldados permanecan
en sus ocupaciones pero eran llamados puntualmente para recibir una instruccin adicional de
ocho semanas en total. Cinco aos ms tarde se redujo a un ao el tiempo en las unidades activas
y, como contrapartida, el perodo de disponibilidad pas de dos a tres aos, diversificando el
tiempo de instruccin fuera de filas de la manera siguiente: oficiales de complemento, cuatro
meses en total; soldados en disponibilidad, tres semanas; reservistas de la primera reserva, dos
perodos de dos a tres semanas; y reservistas de la segunda reserva, siete das de ejercicios
especiales como mximo
11
.
En cuanto a la movilizacin de grandes contingentes, la varias veces citada ley de bases para
la reorganizacin del Ejrcito de 1918 obra del ministro La Cierva que consigui sacar adelante
el general Marina, ante la previsin de una guerra total, se planteaba la movilizacin de toda la
poblacin y de todos los recursos productivos para hacer frente a un masivo enemigo, de una
magnitud similar a la de los bandos que an estaban en conflicto al aprobarse la ley. As, los
profesionales y obreros, industrias y vehculos tiles para la defensa podan quedar bajo la
administracin militar en caso de movilizacin, aunque no se creaban los rganos que pudieran
llevar a cabo una tarea tan ingente
12
.
Con estos antecedentes, con el apoyo doctrinal y con el convencimiento poltico de que haba
que reducir el ejrcito en activo e implicar ms a los espaoles en su propia defensa, al estilo

10
Alpert (1982), pgs. 78 y 79.
11
Charles-Leveuzelle (1922), pg. 1; loi sur le recrutement de l'Arme, 1 de abril de 1923, JORF de 5 de abril; y loi
relative au recrutement de l'Arme, 31 de marzo de 1928, JORF de 3 de abril. Este ltimo servicio militar de
veintiocho aos con uno en filas permaneci as en la legislacin francesa hasta marzo de 1936. El 15 de marzo de ese
ao, la Asamblea Nacional haba refrendado la decisin coyuntural del Gobierno ante los rumores de que Alemania
restablecera en breve el servicio militar obligatorio de prolongar entre seis y doce meses el tiempo sobre las
unidades activas de algunos reemplazos. Al da siguiente, Hitler respondi a dicha decisin ordenando la restauracin
del servicio militar, en medio de la importante tensin creada por la ocupacin militar de Renania por parte del Tercer
Reich. Como nueva reaccin, el Gobierno francs sac adelante la ley que instauraba el aumento del tiempo en filas a
dos aos, quedando en veintinueve aos el tiempo total de servicio, Vidal (2006), pg. 100; y loi tendant adapter le
statut militaire la periode dite des annes creuses, 17 de marzo de 1936, JORF de 18 de marzo.
12
Una de las novedades aportadas por la Gran Guerra fue el importante papel que haban de jugar en las futuras
contiendas las industrias nacionales. Durante la citada guerra, el Reino Unido fue capaz de fabricar diariamente 50.000
proyectiles de artillera, 90.000 espoletas y 1.600.000 cartuchos. Estados Unidos, por su parte, puso a 30.000
ingenieros al servicio de la industria militar, Serrano, C. (1934, noviembre), Los recursos industriales del pas y la
defensa nacional, Madrid cientfico, 2. quincena, n. 1.366, pg. 338.
240 El reservismo militar en Espaa

francs, Manuel Azaa desmont muy temprano una organizacin de la reserva que haba
perdurado durante dcadas y que estaba relacionada con un concepto de la milicia que vena de la
mitad del siglo XIX
13
. Desaparecieron las unidades de la reserva y tambin la Escala de Reserva
retribuida ya estudiada en su momento, que era la fuente natural de mandos para el ejrcito de
segunda lnea, integrndose en la Escala Activa
14
. En lugar de todo ello se adopt el principio de
movilizacin total
15
.
Los rasgos ms importantes de la reserva asociada a este nuevo concepto eran la flexibilidad y
la universalidad, es decir, haban desaparecido las restricciones por haber pertenecido a un
determinado Arma o Cuerpo y ahora, todos los individuos sujetos a servicio militar, en caso de
movilizacin podrn ser utilizados del modo ms amplio segn lo exijan las necesidades de la
Nacin en general y del Ejrcito en particular, incluyendo a las mujeres y a los nios. Bajo este
paradigma, los individuos en activo eran gestionados por las unidades activas mientras que los
reservistas eran llamados, en orden de menor a mayor antigedad de reemplazo y en caso de crisis,
por los centros de movilizacin hasta colmar las unidades que se constituyeran. La asignacin al
puesto ms adecuado se realizaba tomando en consideracin la profesin civil, la constitucin
fsica y otras capacidades que pudiera reunir el individuo. La movilizacin supona la suspensin
de las prrrogas de toda clase y no tena en cuenta si se haba recibido instruccin o si se haba
pagado la cuota militar
16
.
En resumen, haba desaparecido la pretensin de constituir unidades virtuales a las que pasar
de pie de paz a pie de guerra. Por el contrario, slo se aspiraba a tener una relacin de reservistas
con su localizacin exacta, la cual era comprobada y actualizada en las revistas anuales. En caso de
emergencia nacional, el encuadramiento y la instruccin seran realizados por entidades ajenas a

13
Durante la Primera Guerra Mundial, Azaa alab la fuerza moral inagotable de Francia en la guerra y dijo que la
energa moral francesa se empleaba en la defensa de un patriotismo no exclusivo de una ideologa o grupo, sino que
surga de aquella organizacin de la sociedad francesa que armonizaba la disciplina social con la libertad, Alpert
(1982), pg. 27. Segn l, se era el objetivo que deba perseguir el Gobierno, dado que la creacin de esa base moral
es la obra magna de la poltica militar, Azaa (1918), pg. 9.
14
Decreto suprimiendo las Escalas de Reserva retribuida de las oficialidades de las Armas y Cuerpos de Infantera,
Caballera, Artillera, Ingenieros, Intendencia y Sanidad Militar, y de los Institutos de la Guardia civil y de
Carabineros, 13 de julio de 1931, GM, n. 195. Aunque estaba declarada a extinguir, se mantuvo la Escala de Reserva
Auxiliar retribuida de la Infantera de Marina. Durante el primer ao de la Guerra Civil, el bando sublevado incorpor
los antiguos integrantes de la extinta Escala de Reserva gratuita y a los de la retribuida de esa procedencia a la
Escala de Complemento (decreto disponiendo que el personal procedente de la extinguida Escala de Reserva gratuita y
el de la retribuida pasar a formar parte de la Escala de Complemento, 11 de febrero de 1937, BOE, n. 122).
15
La movilizacin total ha sido definida con distintos alcances en funcin de la poca. En los aos treinta inclua
absolutamente a toda la poblacin. Sin embargo, tras la Guerra Civil se atenu sensiblemente su amplitud: As
llegamos al concepto de movilizacin total, y as vemos cmo al llegar el momento en todos los pases se incorporan a
las armas todos los hombres tiles, se modifican los cuadros de exenciones y excepciones, se desdoblan las Grandes
Unidades de tiempo de paz y se elevan los efectivos al mximo, alcanzndose cifras de millones de combatientes, que
en los primeros aos de este mismo siglo nadie hubiera podido sospechar, lvarez Serrano (1944), pg. 19.
16
Decreto aprobando el reglamento provisional de movilizacin del Ejrcito, 7 de abril de 1932, GM, n. 224.
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 241


las unidades activas. Esta concepcin de reserva se mantuvo hasta la suspensin del servicio
militar obligatorio, en los albores del siglo XXI.
Frente a la reforma de la movilizacin se posicionaron los sectores de derechas que, en toda
Europa, abogaban por la restauracin de grandes ejrcitos permanentes dado que, en un entorno de
convulsa crisis social como la que exista en el continente en la dcada de los aos treinta, no se
poda confiar en que todo el mundo se sumara al esfuerzo de la defensa. En 1934, la revista Accin
Espaola, de ideologa ultra catlica y monrquica, pona en duda que incluso en Francia fuera
posible una movilizacin general y deca:

Qu suceder si las masas se sustraen al servicio militar? Y cul puede ser el valor de tales
tropas cuando no se sabe cun avanzada es una descomposicin moral ni con qu fraccin de
hombres se puede contar realmente? Es este el final del servicio militar obligatorio, que tuvo como
punto de partida el entusiasmo nacional por la guerra en 1792 y el principio de ejrcitos voluntarios
de soldados profesionales agrupados en torno a un caudillo popular o al servicio de un gran fin
17
.

Cumpla esta modalidad el paradigma de reserva militar al que tantas veces se ha recurrido?
La ausencia de una orgnica definida favorece que se albergue alguna duda. No obstante, parece
evidente que se cumpla la condicin de dualidad civil en tiempo de paz, militar en tiempo de
guerra de sus integrantes, as como las condiciones de dependencia del mando militar y de
ausencia de inclinacin poltica colectiva. Para asumir que se verificaba, adems, la condicin de
vinculacin orgnica al Ejrcito es preciso entender que la orgnica de la reserva de este tipo
comenz a definirse en el momento mismo de la crisis, no existiendo en pie de paz ms que un
inmenso colectivo de reservistas por encuadrar. Se puede concluir, por tanto, que los reservistas
amparados por la idea de movilizacin total constituyeron una verdadera reserva militar.

1.2. Evolucin de la Escala de Complemento

Hasta la proclamacin de la Segunda Repblica, nunca se haban conseguido ni los efectivos
previstos ni, por supuesto, una oficialidad remotamente comparable a la de otros pases europeos,
ni en nmero ni en grado de instruccin. A la llegada de sta, cuando haban transcurrido ya casi
veinte aos desde que a la juventud de las clases pudientes se le obligara a realizar personalmente
el servicio militar y, como una alternativa, se le ofreciera pertenecer a la Escala de Complemento,
es decir, cuando caba suponer que esta modalidad de prestacin se encontraba muy madura, la

17
Vegas Latapie, E. (1934, 1 de setiembre), Lecturas. Aos decisivos, por Oscar Spengler, Accin Espaola, n.
s
60
y 61, pg. 674.
242 El reservismo militar en Espaa

cantidad de oficiales de esta clase era an muy exigua ver tabla n. 13. Francia tena, ese
mismo ao, 120.000 oficiales de complemento
18
.
Manuel Azaa se plante muy seriamente la reforma de la Escala de Complemento para
conseguir tener, segn el patrn francs, 80.000 oficiales de esta clase. En tal sentido se pronunci
en mayo de 1931, cuando respondi as en una entrevista concedida a la revista Ejrcito y Armada:
Es un asunto que va para largo. Desde luego, habr oficialidad de complemento, aunque supongo
que no podr tratar este extremo hasta el verano. Ms adelante, requerido de nuevo el ministro
sobre este asunto, reconoci la escasa implicacin de las clases medias en la defensa de Espaa y
la dificultad del reto asumido, diciendo que una de las cosas ms serias y ms graves y de ms
trascendencia poltica que las Cortes tendran que resolver era el reclutamiento de la oficialidad
de complemento
19
. A finales de 1931, en su discurso sobre la creacin del Cuerpo de Suboficiales
discurso trascendental para comprender todo el trasfondo de su poltica militar, el ministro de
la Guerra justificaba as la necesidad de esta clase de oficiales y daba su enfoque sobre la manera
general de organizarla:

Hay que buscar una combinacin del oficial que llamaremos profesional [] con el oficial de
complemento, y adems tener en las canteras de las clases de tropa la ms ancha base para los
oficiales de filas. No es posible pensar que en tiempo de paz el ejrcito tenga en sus cuadros todos
los oficiales que pudieran ser necesarios en tiempo de guerra, y por eso la organizacin que yo he
dado al ejrcito es ms que nada una organizacin de cobertura: hay ocho o nueve divisiones que,
en caso de guerra, permitiran que toda la inmensa masa de ciudadanos aptos para combatir y que
hubieran prestado el servicio militar se volcase en las unidades de reserva, que estn todava por
organizar. Esto, que es una cosa pesada, tiene mucha importancia y dificultades. Para estas unidades
o cuadros de reserva, que duplican, triplican o cuadruplican, segn los recursos del pas, las
unidades del ejrcito activo, es para lo que hace falta oficialidad; porque la oficialidad profesional,
que est en los cuarteles, en caso de guerra se extingue pronto, y para esa masa de ciudadanos
movilizable es para lo que se necesita la oficialidad de complemento. Y se crea esta oficialidad con
los hombres que han hecho algunos estudios, que tienen algunas cualidades de mando o algn
motivo para adquirirlas; esos hombres practican en el ejrcito cierto tiempo, se van luego a su casa
con ciertos grados, consideraciones y derechos, y en tiempo de maniobra o de guerra se les llama
para que presten servicio como si fuesen oficiales profesionales. Esto resuelve el enorme problema
del mando en los ejrcitos movilizables
20
.

No hubo nada. Lo mismo que sucedi con el reclutamiento, la Escala de Complemento qued
en un permanente segundo plano, sin que hubiera disponibilidad suficiente durante el mandato
ministerial de Azaa para abordar su reforma. Los sucesivos ministros de la Repblica tampoco
dedicaron esfuerzos a dicha mejora, comiendo de las rentas de las disposiciones de la Restauracin

18
Alpert (1982), pg. 49.
19
Ibdem, pg. 192 y 193.
20
Discurso sobre las lneas generales de las reformas de Guerra y la creacin del Cuerpo de Suboficiales, sesin de las
Cortes de 2 de diciembre de 1931, Azaa (2004), pgs. 141 y 142.
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 243


y de la Dictadura negando, por tanto, la implantacin de un programa de instruccin adecuado al
potencial cometido de estos oficiales
21
.
Hay que aadir, por otro lado, que el retiro masivo de oficiales favorecido por Azaa, sin
disponer an de una bien formada y numerosa clase de complemento, se percibi entre los
militares como una irresponsabilidad, si bien se haba previsto que los capitanes, tenientes y
alfreces retirados del servicio quedaran en situacin de disponibilidad. Dice Alpert que a Azaa
poco le preocupaba este extremo puesto que el nmero de retirados era prcticamente despreciable,
comparado con la magnitud de oficiales de complemento que planeaba tener
22
.

Ao 1926 1931 1936
Nmero 2.030 2.117 6.150
Tabla n. 13: Evolucin del nmero de oficiales de complemento hasta la Guerra
Civil
23
.

Algunos autores, como Grate Crdoba, insisten en que la Repblica democratiz el
sistema de reclutamiento de la oficialidad de complemento
24
. La realidad es que no se ha
encontrado ninguna disposicin legal que permita sustentar tal afirmacin. Fue el general
Berenguer quien rompi la tradicional limitacin de acceso a travs de la cuota militar y abri a
todos los reclutas la posibilidad de pertenecer a esta clase, a condicin de haber cursado la mitad
de una carrera o, al menos, poseer el ttulo de Bachiller y, adems, superar con xito un examen
25
.
Sin embargo, dado que las enseanzas media y universitaria no eran universales en esta poca, no
se puede deducir de esta medida que se quisiera abrir esta oficialidad a las clases menos
favorecidas. De hecho, la procedencia sigui siendo, casi en exclusiva, de los soldados de cuota,
como reconoci el propio Gobierno en 1936
26
.
A pesar de todo ello, durante la Repblica se alcanz la cifra reflejada en la tabla n. 13, lo
que supone el doble o el triple, segn los autores, de lo que se dispona en el momento del

21
Salas Larrazbal, (1986
A
), pg. 41.
22
Alpert (1982), pg. 49.
23
Grate Crdoba (2010
A
), pg. 60; y Navajas (1991), pg. 159. Otros autores dan otros datos para 1931, por ejemplo,
3.525 oficiales de complemento en Salas Larrazbal (1986
A
), pg. 39.
24
Este autor dice que La Repblica vari por completo, democratizndolo, el sistema de reclutamiento de estos
oficiales, cuando realmente permaneci inalterado desde la dictablanda hasta el final de la Guerra Civil, Grate
Crdoba (2010
A
), pg. 59.
25
Real decreto disponiendo que el reemplazo anual para el Ejrcito y la Infantera de Marina est constituido en la
forma que se indica, 19 de agosto de 1930, GM, n. 233.
26
Decreto autorizando al ministro de este Departamento para que presente a la deliberacin de las Cortes un proyecto
de ley anulando y dejando sin efecto los beneficios que, en relacin con la duracin del servicio militar y forma de
prestarlo, concede la base novena del decreto de bases para el reclutamiento y reemplazo del Ejrcito de 29 de marzo
de 1924, y modificando, en consecuencia, la forma de realizar el reclutamiento de la oficialidad de complemento a que
alude la base 11 de aquel decreto, convertido en ley por la de 16 de septiembre de 1931, exposicin de motivos, 17 de
abril de 1936, GM, n. 115.
244 El reservismo militar en Espaa

advenimiento de la misma, muy por debajo en cualquier caso, como se ha dicho, de lo requerido
27
.
Por qu los jvenes espaoles de clase media de los aos treinta no se adheran a la Escala de
Complemento? Aparte de la anteriormente citada reflexin de Azaa sobre las clases medias y la
defensa, esta pregunta ya se la hizo en 1925 el general Villalba quien, tras el viaje en comisin ya
referido, escribi cmo con la vigente ausencia de incentivos no caba esperar un incremento del
nmero de aspirantes a nutrir la escala de complemento:

Necesidad de una oficialidad de complemento [...] numerosa, apta y unida a la profesional por
indestructibles lazos de compaerismo y confraternidad. Los procedimientos seguidos hasta ahora
en Espaa [...] no han satisfecho [...] Exigindose a los aspirantes los mismos requisitos que a los
reclutas acogidos a la reduccin del tiempo de servicio en filas, esto es, al pago de la cuota y al paso
por el cuartel como soldado, y, obligndoseles, adems, a un suplemento de permanencia en filas, la
inmensa mayora de los jvenes optan por cumplir su servicio y regresar a sus hogares
28
.

Salvando el pago de la cuota, que no fue imprescindible para pertenecer a la Escala de
Complemento durante la Repblica, la falta de incentivos puesta de manifiesto por el general
Villalba mantena, lamentablemente, toda su vigencia diez aos despus. Como caba esperar, la
penuria de mandos se hizo notar en la primera movilizacin total que tuvo lugar, es decir, durante
la Guerra Civil. De los 6.156 oficiales de complemento existentes en 1936, slo se tiene constancia
de que combatiera la mitad, obligando a ambos contendientes al ascenso apresurado de sus
suboficiales y a la improvisacin de escuelas de circunstancia para mandos
29
. Dichas escuelas
instruyeron a 43.692 oficiales que, unidos a los oficiales de complemento que haba al principio de
la contienda, hacen un total de 49.848 oficiales movilizables a los que habra que sumar los
asimilados a dicha clase procedentes de las milicias polticas existentes en ambos bandos para
poner sobre las armas a dos millones y medio de hombres
30
. Este anlisis pretende hacer
reflexionar sobre que la pretensin de Azaa, de formar a 80.000 oficiales de esta clase, pudiera
ser algo elevada en relacin a las necesidades reales espaolas para afrontar una movilizacin total,
aunque resulta de un orden similar.



27
Sin duda debi influir, en una poca difcil tambin desde el punto de vista econmico, la ampliacin, a finales de
1929, de los beneficios del real decreto sobre provisin de destinos pblicos reservados para licenciados del Ejrcito y
de la Armada, ya mencionado, a los miembros de la Escala de Complemento (real orden circular ampliando en la
forma que se indica la base 2. del real decreto-ley de 6 de setiembre de 1925, relativo a la provisin de destinos
pblicos entre licenciados del Ejrcito, 18 de diciembre de 1929, GM, n. 353).
28
Villalba (1927), pg. 65.
29
1.116 y 2.049 oficiales de complemento lucharon en los bandos gubernamental y sublevado, respectivamente, no
presentndose a filas 2.991 individuos del total contabilizado en 1936, Grate Crdoba (2010
A
), pg. 60.
30
El total de oficiales movilizables es la suma de los valores dados por ibdem, pgs. 56 y 57. La procedencia del
tamao del contingente movilizado se aclarar en el ltimo apartado de este captulo.
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 245


1.3. Milicias de los partidos polticos o la negacin de la reserva militar

De manera paralela al reclutamiento y a la reserva militar, un elemento que caracteriz el
perodo de la Segunda Repblica en relacin con el adiestramiento de civiles para el manejo de
armas y el uso de tcnicas militares fue el establecimiento de milicias por las distintas
organizaciones polticas. De esta manera, la mayora de ellas aadieron a su estructura principal
otra de carcter paramilitar con el propsito de decidir las disputas polticas mediante el uso de la
fuerza. En realidad, sta fue una tnica en la Europa de entreguerras, si bien constituye un hecho
diferenciador espaol que las milicias de partido no pasaran de entelequias en la mayora de los
casos, particularmente hasta 1934
31
.
El origen de este fenmeno ha de buscarse en el final de la Primera Guerra Mundial, cuya
herencia poltica tuvo dos protagonistas principales, que se posicionaron polticamente alrededor
del anciano concepto de democracia liberal. Por un lado, el comunismo que haba abandonado
su etapa postulante para comenzar a regir los destinos de la antigua Rusia, cuya pretensin de
extender su concepcin poltica y social al resto del mundo supona una amenaza inmediata para el
orden establecido en las naciones occidentales, ocasionando en stas reacciones de diversa
magnitud.
Por otro lado, como una oposicin ms al bolchevismo, apareci con fuerza el fascismo en
aquellos pases cuyo desenlace de la Gran Guerra haba agravado sus problemas internos,
particularmente durante la dcada de los aos treinta, cuando los sistemas parlamentarios europeos
estaban atravesando una seria crisis
32
.
Si, de entre los medios permitidos para conseguir sus objetivos polticos, el marxismo
consideraba la violencia como motor de la historia, su antagonista ideolgico tena como rasgo
definitorio la valoracin positiva del recurso a la violencia con fines polticos y morales, idea
tomada del integrismo religioso
33
. Tales justificaciones ticas dieron pie en Espaa a la formacin
de distintas fuerzas paramilitares adscritas a las formaciones polticas de uno u otro signo: Falange
Espaola, Comunin Tradicionalista, Partido Socialista Obrero Espaol y Partido Comunista de
Espaa, como las ms significativas.
Hasta la fusin de Falange Espaola con las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista
JONS, en febrero de 1934, las organizaciones fascistoides anteriores a la primera haban
propugnado la creacin de milicias con el fin ltimo de derribar el rgimen representado por la

31
Arstegui (1994), pgs. 14 y 15.
32
Rodrguez Jimnez (2000), pgs. 18 y 19; y Rey (2008), pg. 21.
33
Rodrguez Jimnez (2000), pgs. 22 y 23.
246 El reservismo militar en Espaa

Segunda Repblica, de una manera puramente intencional y voluntarista, con escasa respuesta de
sus militantes, as que los reducidos efectivos reclutados se emplearon en tareas de autoproteccin.
Onsimo Redondo fue el primero que intent crear en 1931 unas milicias fascistas, al amparo de
las Juntas Castellanas de Accin Hispnica. Tras su integracin en las JONS con Ramiro Ledesma
ambos firmemente convencidos del poder creador de la violencia, esta nueva organizacin
pens en utilizar las milicias nacional sindicalistas que habran de formarse para luchar
contra la democracia, el marxismo y el regionalismo
34
.
Fundada Falange Espaola en 1933, su lder sostuvo las mismas tesis en cuanto al empleo de
la fuerza que las otras organizaciones de ndole fascista, si bien su milicia, la Falange de la Sangre
ms tarde llamada Primera Lnea no tuvo, en un primer momento, ms misin que proteger a
los vendedores de la revista F. E. y enfrentarse a otras organizaciones de izquierdas, siempre como
respuesta a una agresin de stas
35
.
Fue en el revolucionario ao de 1934, por unas razones o por otras, cuando la violencia
paramilitar comenz a radicalizarse. Tras la fusin de Falange con las JONS, la nueva entidad
recibi financiacin de los monrquicos alfonsinos para reforzar Primera Lnea, milicia dirigida
por un jefe militar dotado, casi siempre, de una efectiva formacin castrense
36
. Esta Falange de
la Sangre reforzada fue capaz de tomar la iniciativa y de abordar objetivos de cierta importancia
estratgica como, por ejemplo, el asalto a la sede de la Federacin Universitaria Espaola
FUE, el choque con la CNT en la calle Augusto Figueroa, el enfrentamiento en el Instituto Lope
de Vega de Madrid, el asalto a la sede del PSOE en Cuatro Caminos y la concentracin en el
aerdromo de Carabanchel. Aunque Casas de la Vega cifra en 35.000 los efectivos provenientes de
milicias que se alinearon con el bando nacional en el mes de julio de 1936, Primera Lnea no debi
encuadrar ms que unos pocos miles de milicianos hasta el comienzo de la Guerra Civil,
posiblemente entre 4.000 y 6.000 hombres
37
.

34
Ibdem, pgs. 88, 103 y 107.
35
En el pacto habido en 1933 entre Jos Antonio Primo de Rivera y Accin Espaola, previo a la fundacin de
Falange, se estableca que La violencia es lcita al servicio de la razn y la justicia y, tras la creacin del Sindicato
Espaol Universitario SEU, el 21 de noviembre de 1934, uno de sus objetivos fue el siguiente: Nuestras
juventudes, dentro de la disciplina, disciplina necesaria para que la accin sea eficaz, sern la fuerza ms aguerrida y
mejor de nuestras milicias. Funcionando dentro y fuera de la Universidad. Se especializarn en distintas clases de
lucha: en movilizaciones civiles, de servicios y en luchas violentas de la calle (ibdem, pgs. 142, 143 y 163).
36
Los jefes militares de Falange Espaola fueron, sucesivamente, Luis Arredondo, Juan Antonio Ansaldo, Ricardo
Rada y Agustn Aznar, siendo militares los tres primeros en 1935, comandante de infantera, teniente auditor (piloto
de aviacin, cruz laureada de San Fernando) y teniente coronel de infantera (medalla militar individual),
respectivamente ibdem, pgs. 165, 166 y 167; y Gua Oficial (1935), pgs. 411 y 414.
37
Son las cifras, contradictorias, que dos dirigentes de Falange Rafael Garcern y Jos Andino comunicaron
cuando se ofrecieron al general Mola como vanguardia de choque en la vspera del golpe militar de 1936, Gonzlez
Calleja (1994), pg. 76. Quiz no llegaron nunca a tanto. En la concentracin en el aerdromo privado de Carabanchel,
el 3 de junio de 1934, cuando se buscaba alardear de la pujanza de Primera Lnea, slo consiguieron reunir entre 500 y
800 milicianos, segn su propio jefe Juan Antonio Ansaldo, aunque Ramiro Ledesma habl de unos 2.000. Por otro
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 247


Los carlistas la opcin poltica con mayor experiencia en la formacin de milicias de entre
todas las del espectro poltico espaol, tambin haban manifestado su deseo de reactivar su
faccin armada el Requet desde el mismo advenimiento de la Repblica, si bien su enfoque
difera del del resto de partidos. La milicia tradicionalista fue diseada para ser la base de un
verdadero ejrcito en caso de que llegara la ansiada insurreccin armada. De ello se encarg el,
entonces, coronel Varela que consigui que, a principios de 1934, el Requet alcanzara un
desarrollo muy considerable, con 4.000 efectivos sobre las armas que, en funcin de su empleo,
reciban educacin fsica y adiestramiento prctico en estrategia, orden cerrado, orden de combate,
tctica y tiro, y cuyos mandos procedan del Ejrcito o haban sido entrenados en Italia. Este
contingente de carlistas adiestrados pudo muy bien superar los 10.000 efectivos durante la
primavera de 1936
38
.
Cambiando radicalmente de orientacin poltica, el Partido Comunista de Espaa mantuvo en
los primeros aos de la Segunda Repblica una cierta discrepancia con la doctrina de la
Internacional Comunista que propugnaba la creacin de milicias y soviets, en la conviccin
de que sera capaz de formar una gran milicia popular que encuadrara a todos los trabajadores sin
distincin ideolgica. Este escenario se vio forzado a cambiar con la subida de Hitler al poder en
1933, es decir, cuando los comunistas alemanes se vieron apartados de la vida pblica sin haber
luchado, mientras que sus correligionarios austriacos fueron derrotados por las armas el ao
siguiente. Tan clara amenaza hizo que los comunistas fomentaran la creacin, en cada pas, de
fuerzas antifascistas que evitaran la repeticin de los casos mencionados.
En cuanto a Espaa, ningn autor ofrece datos fidedignos sobre la fecha exacta en la que se
cre la principal organizacin comunista de esta ndole, las Milicias Antifascistas Obreras y
Campesinas MAOC, pero parece ser que fue estructurada a lo largo de 1933, siendo
mandadas por el carpintero Juan Modesto Guilloto a partir de 1934 y tomada, ms tarde, como
integrante principal del Quinto Regimiento que se constituy durante los primeros meses de la
Guerra Civil. Su papel en la Revolucin de Octubre y en los meses posteriores fue muy pobre,
limitndose a la proteccin de vendedores de prensa y de concentraciones populares. El nmero de

lado, la evolucin de los resultados electorales de Falange desde 1933 a 1936, de los que no se deduce precisamente un
incremento de los apoyos populares, no permite suponer que el nmero de milicianos de Primera Lnea aumentara
sensiblemente. An as, en lo que pareci a todas luces un golpe de imagen, Jos Antonio haba ofrecido al Gobierno,
durante el proceso revolucionario de 1934, su estructura paramilitar para mantener el orden y luchar contra los
insurrectos al lado del Ejrcito, Casas de la Vega (1974), pg. 39; Rodrguez Jimnez (2000), pgs. 170, 171 y 181;
Redaccin (1934, 6 de junio), Acerca de una manifestacin fascista. Declaraciones del director general de seguridad,
ABC, Sevilla, pg. 18; y Redaccin (1934, 4 de junio), Movilizacin fascista y en pleno estado de alarma, Luz, pg.
1.
38
Slo en Navarra existan 8.000 miembros del Requet en esa fecha, siendo sus otras regiones de influencia,
principalmente, las provincias vascas, Andaluca Occidental, Valencia y zonas de Catalua, Arstegui y Gonzlez
Calleja (1994), pgs. 37, 38, 43, 46 y 47.
248 El reservismo militar en Espaa

milicianos, dependiendo de la fuente, oscil entre 2.000 y 4.000 individuos, la mitad de ellos
residentes en Madrid y su provincia
39
.
Por otro lado, y aunque haba algn antecedente no significativo, las Milicias Socialistas
fueron creadas formalmente en el IV Congreso de la Federacin de Juventudes Socialistas de
Espaa, que se celebr en 1932. Su propsito era, en un principio, ser capaz llegado el caso de
reemplazar tanto al Ejrcito como a los cuerpos de seguridad, que no inspiraban confianza en
cuanto a su lealtad a la Repblica. Esta iniciativa qued en agua de borrajas hasta 1934, cuando se
pens que una organizacin paramilitar de esta ndole sera de vital importancia para garantizar el
xito de la Revolucin de Octubre. Fue precisamente la derrota proletaria en Asturias la que puso
de manifiesto la endeble organizacin miliciana del PSOE, que qued desarticulada hasta
comienzos de 1936. Ni siquiera la revitalizacin que sufri entonces le permiti superar los 300
hombres hasta despus del comienzo de la Guerra Civil
40
.
Como puede verse, entre 12.000 y 16.000 hombres de distintas facciones recibieron
adiestramiento militar durante la Segunda Repblica con el objetivo de derribar el rgimen
instituido en 1931 o de defenderlo contra cualquier agresin reaccionaria, amn de ejecutar
misiones de proteccin de personalidades, de vendedores de prensa o de actos polticos. Estas
organizaciones podran ser apresuradamente tomadas por una reserva militar, dado que se
integraron de desigual manera en los ejrcitos de los dos bandos combatientes una vez
abiertas las hostilidades. Si embargo, las condiciones, planteadas en el paradigma de reserva
militar ver figura n. 1, de dependencia e integracin en las Fuerzas Armadas, as como la de
ausencia de carcter poltico corporativo, no fueron obviamente cumplidas por las milicias de los
partidos de la Segunda Repblica. Por todo ello, se considera que no constituyeron una reserva
militar propiamente dicha.

2. REGLAMENTO DE MOVILIZACIN DE 1932

Como ya se ha apuntado al hablar de la implantacin del concepto de movilizacin total
durante la Segunda Repblica, Manuel Azaa se propuso una profunda reforma de la organizacin
y el proceso de puesta sobre las armas de los reservistas. As, el mismo da que quedaron
suprimidos los empleos de capitn general y de teniente general, se orden tambin la desaparicin

39
Segn Blanco Rodrguez, Tagea y Lster situaron el hito fundacional en la primavera de 1933, mientras que
Modesto habl en una ocasin de que se habran creado a finales de ese mismo ao, Blanco Rodrguez (1994), pgs.
134, 140, 141 y 147.
40
En el adiestramiento para la recuperacin de las Milicias Socialistas se encontraba empeado el teniente Castillo, de
la Guardia de Asalto, cuando fue asesinado por activistas de extrema derecha el 12 de julio de 1936, Gibaja Velzquez
(1994), pgs. 111, 122 y 123.
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 249


de las Zonas de Reclutamiento y Reserva, las demarcaciones de reserva de Infantera, todos los
depsitos de Caballera, Artillera e Ingenieros y cualquier otra entidad relacionada con la
movilizacin y la reserva, bajo el pretexto de que el Ejrcito, tal como qued organizado a finales
de mayo de 1931, no poda encargarse de la movilizacin de las reservas ni de formar nuevas
unidades. Las Cajas de Reclutas tambin sufrieron un serio recorte, quedando reducidas casi a la
mitad.
El vaco dejado por esta organizacin se llen con 16 Centros de Movilizacin y Reserva
uno por cada recin creada brigada de Infantera, mandados por coroneles de esa misma Arma,
con la funcin de preparar la movilizacin de los hombres y la requisa del ganado, carruajes,
material y subsistencias de todas clases y de organizar las unidades de reserva de las distintas
Armas y Cuerpos del Ejrcito en tiempo de guerra
41
.
De esta manera, un soldado que estuviera en activo permaneca vinculado a su unidad hasta
pasar a la reserva, como haba sido hasta entonces. En esta situacin era dado de alta en el Centro
de Movilizacin al que perteneciera su domicilio aunque, excepcionalmente, en Baleares, Canarias
y frica se mantuvo la organizacin anterior y fueron las propias unidades de guarnicin las
encargadas de controlar a sus propios reservistas, si conservaban la residencia en esos territorios
42
.
Un ao despus de esta reforma, un reglamento estableci con claridad las funciones de los
nuevos centros y el proceso a seguir en caso de movilizacin. Era la primera vez en la historia
militar de Espaa que se dedicaba una disposicin legal en exclusiva a hablar de cmo deban
reunirse todos los recursos disponibles para hacer frente a una necesidad defensiva importante, ya
fuera exterior o interior
43
.
El inmenso poder movilizador del reglamento estimul a Gil-Robles, quien intent en 1935,
en medio de un gran revuelo de la izquierda y sin xito, modificarlo para que la orden de

41
Decreto aprobando el reglamento provisional de movilizacin del Ejrcito, 7 de abril de 1932, GM, n. 224. Este
reglamento entr definitivamente en vigor, con pequeas modificaciones, mediante el decreto aprobando, con carcter
definitivo, con la modificacin y adicin que se publica, el reglamento provisional de movilizacin del Ejrcito,
aprobado por decreto de 7 de Abril de 1932, 14 de enero de 1933, GM, n. 17.
42
Los Centros de Movilizacin se ubicaron en Barcelona, Burgos, Calatayud, Ciudad Real, Granada, Lrida, Lugo,
Madrid, Murcia, Oviedo, Salamanca, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza (decreto suprimiendo las 50
Zonas de Reclutamiento y Reserva y las circunscripciones de reserva de Infantera que les estn afectas; los depsitos
de reserva de Caballera, los de Artillera y los de Ingenieros, 16 de junio de 1931, GM, n. 168). Los ahorros
estimados por esta reforma eran de 360 oficiales, 536 cabos y soldados y seis civiles (decreto disponiendo que
mientras subsista la actual ley de reclutamiento y reemplazo del Ejrcito slo se llamen a filas los hombres necesarios
para cubrir las vacantes que existan en las unidades activas, y reduciendo a 60 las cajas de recluta existentes, 16 de
junio de 1931, GM, n. 168). El sexto gobierno radical-cedista, presidido por Joaqun Chapaprieta, intent que los
Centros de Movilizacin y Reserva pasaran a ser 47 uno por provincia peninsular adems de los centros insulares,
encargndose los regimientos de Ferrocarriles y las escuadras de Aviacin de la movilizacin de su propio personal.
Sin embargo, el abandono, a finales de 1935, de la cartera de Guerra por parte de Gil-Robles dej el proyecto
pendiente de votacin (decreto autorizando al ministro de este Departamento para que presente a las Cortes un
proyecto de ley de bases para la reorganizacin de la movilizacin militar, 4 de octubre de 1935, GM, n. 282).
43
Decreto aprobando el reglamento provisional de movilizacin del Ejrcito, 7 de abril de 1932, GM, n. 224.
250 El reservismo militar en Espaa

movilizacin, ya fuera general o parcial, de civiles o de militares, slo requiriera la autorizacin
del Gobierno, sin tener que dar cuenta a las Cortes
44
.
Fue precisamente durante el gobierno cedista de Ricardo Samper cuando se intent hacer lo
que la prensa llam un simulacro de movilizacin general, aunque estuviese limitado a una
Divisin Orgnica antigua Regin Militar y a soldados que tuviesen entre veintiuno y
veinticinco aos, es decir, slo individuos en situacin de servicio activo, ya fuera sobre las armas,
ya fuera con licencia ilimitada en sus domicilios. En puridad eso no era una movilizacin de
ningn tipo, ms bien una concentracin, dado que se trataba de soldados en activo. El anuncio fue
realizado por El Socialista el 14 de agosto de 1934, y confirmado al da siguiente por Diego
Hidalgo, ministro de la Guerra, que sali al paso de los rumores manifestando que lo nico que
deseaba el Gobierno era comprobar la idoneidad de la organizacin existente para la movilizacin
al amparo del reglamento de 1932. As, lo nico que habran hecho los soldados, segn el
Ministro, habra sido presentarse de paisano en el lugar que se indicara, invirtiendo para ello no
ms de cuarenta y ocho horas
45
.
Sin embargo, con una anunciada crisis de gobierno y en medio del clima de crispacin social
y territorial previo a la Revolucin de Octubre, las fuerzas de izquierda creyeron que el ejercicio
no era ms que una demostracin de fuerza con el fin de disuadirles de llevar a cabo
movilizaciones obreras, tal como haba sucedido en las huelgas generales del ltimo tramo de la
Restauracin. Por ello, los peridicos afines desataron una virulenta campaa de prensa y se
convocaron un sinnmero de manifestaciones populares que causaron importantes desrdenes y en
las que lo mismo se lanzaban lemas contra el imperialismo y el fascismo que contra el proyecto
de movilizacin que llevar la miseria a nuestros hogares y perturbaciones econmicas al pas
46
.
Otros, ms moderados, pensaban que los recursos econmicos invertidos en la concentracin
deban asignarse a cubrir necesidades ms perentorias del Ejrcito, como la municin o el
combustible
47
. En cualquier caso, 45.000 reservistas franceses eran convocados casi
simultneamente en la regin de Mourmalon para realizar, durante doce das, maniobras de

44
Decreto autorizando al ministro de este departamento para que presente a las Cortes un proyecto de ley de bases
para la reorganizacin de la movilizacin militar, 29 de agosto de 1935, GM, n. 282. El ministerio de la Guerra
podr si se aprueba disponer de toda la poblacin civil espaola, Editorial (1935, 8 de noviembre), Un
instrumento poltico. Espaa entera desconfa, La Libertad, pg. 1.
45
Redaccin (1934, 15 de agosto), Como ensayo, se prepara la movilizacin de la primera reserva en una zona
militar, La Libertad, pg. 4; Redaccin (1934, 17 de agosto), El alcance de la proyectada concentracin militar, La
Libertad, pg. 3; y Redaccin (1934, 15 de agosto), El ministro de la Guerra ampla sus manifestaciones sobre una
posible movilizacin, La poca, pg. 1.
46
Redaccin (1934, 21 de agosto), Ante la anunciada movilizacin. Reservistas que se declaran en rebelda, Luz,
pg. 11.
47
Redaccin (1934, 21 de agosto), Nuevo llamamiento de la Juventud comunista de Madrid en pro de la unidad de
accin, El Heraldo de Madrid, pg. 5; y Vivero, A. (1934, 22 de agosto), La famosa movilizacin. Rincones ocultos
de la defensa nacional, El Heraldo de Madrid, pg. 16.
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 251


divisin, sin que la misma prensa que censuraba la concentracin propuesta por el Gobierno
espaol se manifestara sobre ello
48
.
Finalmente, el ejercicio, que se haba previsto para los ltimos das de setiembre, no se llev a
cabo. S que se realizaron, entre los das 22 de setiembre y 2 de octubre y en los Montes de Len,
unas maniobras de cuerpo de ejrcito dirigidas por el general Lpez Ochoa, inspector general del
Ejrcito, y que se haban planteado por el Gobierno como una iniciativa absolutamente
desvinculada del simulacro de movilizacin
49
. A continuacin se produjo la crisis que llev de
nuevo a Alejandro Lerroux al gobierno.

3. LA MAYOR CONVOCATORIA DE RESERVISTAS ESPAOLES DE TODOS LOS TIEMPOS

El estallido de la Guerra Civil puso de manifiesto la carencia secular de oficiales de
complemento, la falta de instruccin del personal de tropa tanto en activo como en reserva y
la deficiente organizacin de la movilizacin y la reserva, cuyos rganos debieron ser nuevamente
reformados durante la contienda
50
.
Tras las primeras seales de insurreccin armada, el Gobierno de la Repblica disolvi
precipitadamente las unidades sublevadas y licenci al personal de tropa cuyos cuadros de mando
se han colocado frente a la legalidad republicana, realizando otros frenticos nombramientos y
destituciones para, a continuacin, dimitir tanto su presidente, Casares Quiroga, como la inmensa
mayora de los ministros
51
.
Habiendo sido tomado por los sublevados un tercio del territorio nacional y comenzado stos
a recibir ayuda material y apoyo poltico desde Alemania e Italia, ese mismo Gobierno se vio
obligado a tomar las primeras medidas tanto orgnicas como de movilizacin y de
reclutamiento para recomponer lo que tan rpidamente haba sido desmembrado, con el fin de
acabar con la defensa dispersa e ineficaz que las milicias de los partidos en una situacin de
clara ausencia de unidad de mando y de doctrina estaban llevando a cabo en nombre de la lucha
contra el fascismo. Tan ansiada unidad, vital para optar a la victoria, no comenz a vislumbrarse
hasta octubre de 1936, cuando las fuerzas regulares y las milicias quedaron encuadradas en el

48
Fabra (1934, 17 de setiembre), Simulacros de guerra en la paz. Cuarenta y cinco mil reservistas efectan
maniobras, El Heraldo de Madrid, pg. 3.
49
Redaccin (1934, 19 de setiembre), Las prximas maniobras en Astorga, El Siglo Futuro, pg. 4.
50
Los Centros de Reclutamiento y Movilizacin se sustituyeron por los Centros de Reclutamiento, Instruccin y
Movilizacin CRIM cuyas funciones se vieron notablemente ampliadas, Salas Larrazbal (1986
B
), pg. 129.
51
Decreto declarando disueltas todas las unidades del Ejrcito que toman parte en el movimiento insurreccional y
decreto declarando licenciadas las tropas cuyos cuadros de mando se han colocado frente a la legalidad republicana, 18
de julio de 1936, GM, n. 201.
252 El reservismo militar en Espaa

Ejrcito Popular de la Repblica y el ministro de la Guerra asumi el mando de todas las fuerzas
terrestres que luchaban en el lado republicano
52
.
En cuanto al reclutamiento de nuevos soldados, el Gobierno intent desde muy pronto atraer a
los individuos no sujetos a obligaciones militares. Tambin se convocaron plazas para los cuerpos
de seguridad, que se sumaron a las fuerzas regulares y a las numerosas milicias polticas. Sin
embargo, el tema que interesa a este apartado es cmo fueron aprovechados los reservistas para el
esfuerzo de la guerra.
Existieron movilizaciones de reservistas por parte de ambos bandos en el territorio controlado
correspondiente, aunque llama la atencin que no se pueda encontrar ninguna evidencia de
aplicacin rigurosa del reglamento de movilizacin y reserva de 1932 por alguno de los
contendientes, una muestra ms de lo virtual de la organizacin existente en este sentido. Tanto el
Gobierno como el bando sublevado decretaron la movilizacin de los reemplazos a medida que lo
consideraron oportuno, sin ms que pedir a mozos y a reservistas que se presentaran en
determinados lugares. El bando sublevado comunic regularmente las movilizaciones mediante el
recin creado Boletn Oficial del Estado, mientras que los republicanos emplearon distintos medios
como la Gaceta de Madrid, el Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional creado el 17
de mayo de 1937 o el Boletn Oficial de la Provincia de Madrid
53
.
Particularmente, ante el primer avance de las columnas rebeldes sobre Madrid, el Gobierno
suspendi, como primera medida movilizadora, los permisos y licencias a los cabos y soldados y
llam a los que estuvieran en la 1. situacin del servicio activo de las provincias de Ciudad Real,
Cuenca, Guadalajara, Madrid y Toledo, es decir, puso sobre las armas a los reemplazos de 1934 y
1935 del entorno ms cercano a la capital para que pudieran socorrerla. Este llamamiento se repiti
unos das ms tarde en las provincias de Alicante, Barcelona, Castelln, Gerona, Lrida,
Santander, Tarragona y Valencia. Los requeridos para la defensa de Madrid, independientemente
de la unidad en la que servan o haban servido, deban presentarse, en funcin de su Arma, en el
Regimiento de Infantera n. 1 y en el Cuartel de la Montaa Infantera, en el Cuartel del
Conde Duque Caballera, en el Regimiento de Artillera a caballo Artillera, en el
Batalln de Zapadores n. 1 Ingenieros y en los cuarteles de las respectivas unidades para

52
Orden circular declarando que el ministro de la Guerra asume el mando de todas las fuerzas armadas y organizadas
como Jefe superior de las mismas, 15 de octubre de 1936, GM, n. 290.
53
Con la creacin del Ministerio de Defensa Nacional, la Repblica pona bajo un nico mando, por primera vez en la
historia de Espaa, las fuerzas terrestres, la Marina de Guerra y la Aviacin, en medio de la oposicin de todos los
partidos y el apoyo de los sindicatos. Dicha cartera fue inicialmente asignada a Indalecio Prieto, Salas Larrazbal
(1986
B
), pg. 120.
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 253


Aviacin, Intendencia y Sanidad. En el resto de provincias, el personal movilizado deba
presentarse en un determinado acuartelamiento de cada capital
54
.
Cuando en Madrid cunda el desnimo por la llegada de Varela a Toledo, el Gobierno estaba
decidiendo sobre la constitucin de un nuevo ejrcito que no se pareciese al antiguo. Su base
orgnica iba a estar constituida por brigadas mixtas, de las que se crearon inicialmente ocho
55
. La
carencia de mandos y de personal de tropa se intent cubrir con la inauguracin tras bastantes
conflictos internos de las Escuelas Populares de Guerra
56
, con la movilizacin de los reemplazos
de 1932 y 1933 en todo el territorio que permaneca leal y con la militarizacin de las milicias.
Debido a la tensin de las circunstancias, no se repar en que esta segunda movilizacin era la
primera para algunas provincias, as que unos das ms tarde hubo que emitir otro decreto para
movilizar en todo el territorio republicano a los reemplazos de 1934 y 1935
57
.
Los sublevados, por su parte, tuvieron desde el principio que resolver tanto la necesidad de
aumentar sus efectivos como la carencia de mandos para encuadrarlos. A mitad de setiembre de
1936 comenzaron a funcionar las escuelas de alfreces provisionales para solucionar el segundo de
los problemas planteados. En cuanto al primero de ellos, aunque a finales de julio de ese ao se
haban movilizado los reemplazos de 1931 a 1934 en las provincias del frente aragons para evitar

54
Decreto dando disposiciones para reorganizar las fuerzas del Ejrcito en Madrid, 27 de julio de 1936, GM n. 210;
decreto relativo al llamamiento de todos los soldados y cabos pertenecientes al reemplazo de 1935 que se encuentren
con permiso o licencia, excepto los de licencia por enfermo, en las provincias de Valencia, Alicante, Castelln,
Tarragona, Barcelona, Gerona y Lrida; y del mismo modo todos los soldados pertenecientes al reemplazo de 1934
que se encuentren actualmente en la situacin de disponibilidad del servicio activo, residentes en las citadas
provincias, 30 de julio de 1936, GM, n. 213; y decreto disponiendo que todos los soldados y cabos pertenecientes al
reemplazo de 1935 que se encuentren con permiso o licencia, excepto los de licencia por enfermo, en la provincia de
Santander, se presenten en la capital de dicha provincia los das 1 y 2 del mes actual; y que del mismo modo todos los
soldados pertenecientes al reemplazo de 1934, en se encuentren en la situacin de disponibilidad del servicio activo
residentes en la provincia citada, se presenten en la referida capital en la fecha mencionada, 31 de julio de 1936, GM,
n. 214.
55
Su estructura inicial [de las brigadas mixtas] constaba de un cuartel general, cuatro batallones de Infantera, un
escuadrn de Caballera, un grupo de Artillera, una compaa mixta de Ingenieros, un grupo de Sanidad, una seccin
de Intendencia y una columna de municionamiento, con un total de 3.876 hombres, Ruiz Manjn-Cabeza (1990),
pgs. 398 y 399.
56
Orden circular por la que se crean las Escuelas de Infantera y Caballera para oficiales de las Armas, tomando como
base de la primera el personal, planes de estudio y elementos de todas clases existentes en la Escuela Antifascista de
Oficiales de Valencia, ya en funcionamiento en Valencia, 25 de noviembre de 1936, DOMG, n. 248. En la misma
fecha y en el mismo diario, quedaron creadas la Escuela de Ingenieros y la de Transmisiones del Ejrcito, con
funcionamiento independiente, as como la de Artillera. Las Escuelas Populares de Guerra instruyeron a 13.339
oficiales, llamados en campaa, Grate Crdoba (2010
A
), pg. 57.
57
Decreto ordenando la movilizacin de todas las clases e individuos de tropa pertenecientes al cupo de filas de los
reemplazos de 1932 y 1933 que se encuentran dentro de las provincias que se indican; decreto disponiendo que, a
partir del da 10 de octubre prximo, las fuerzas de milicias voluntarias del Ejrcito del Centro, y a partir del 20 las
dems, en tanto duren las actuales circunstancias, tengan carcter, condicin y fuero militar en todas las categoras y
clases que las componen, 29 de setiembre de 1936, GM, n. 274; y decreto ordenando la incorporacin a filas de todos
los soldados pertenecientes al cupo de filas del reemplazo de 1934 que se encuentren dentro de las provincias de
Almera, Albacete, Guipzcoa, Huesca, Jan, Mlaga, Murcia, Oviedo y Vizcaya, e igualmente todos los cabos y
soldados pertenecientes al reemplazo de 1935 que se encuentren con permiso o licencia, 6 de octubre de 1936, GM, n.
281.
254 El reservismo militar en Espaa

la inferioridad numrica que presentaban sus fuerzas, la carencia de personal se fue cubriendo con
la llamada paulatina de mozos y de reservistas de su zona de influencia, como se ha dicho, hasta el
punto que, antes de que llegase el nuevo ao, se encontraban sobre las armas los hombres
pertenecientes a los reemplazos entre 1931 y 1936, dos ms que en la zona republicana
58
.
La escalada de movilizaciones sigui en ambos bandos durante 1937, que termin teniendo en
activo los reemplazos de 1930 a 1939 diez por parte del Gobierno y los reemplazos de 1929 a
1939 once por parte de los sublevados. Como se ve, estos ltimos mantuvieron cierta
distancia a este respecto durante la primera mitad de la guerra
59
. El progresivo crecimiento en
extensin de los reemplazos convocados poda ser complementado con un crecimiento en
intensidad. Por ello, ms o menos en el tercio central de 1937, en el entorno de la Batalla de
Brunete, los dos contendientes implantaron una modificacin provisional en tanto dure la
actual campaa del cuadro de inutilidades vigente hasta entonces y que provena del real
decreto de reclutamiento de 1924. El cuadro republicano fue el ms estricto. Por ejemplo, tener
una talla menor que 1,50 m imposibilitaba para todo servicio en el ejrcito rebelde, mientras en el
Ejrcito Popular era necesario exhibir adems otros caracteres constitucionales que les hacen
incapaces [a los mozos] para desempear una profesin u oficio utilizable en el Ejrcito. La razn
real de la modificacin fue disfrazada en el bando sublevado bajo el patritico argumento de que
Son [...] innumerables las solicitudes que se formulan para poder prestar servicios militares
60
.
Tres semanas despus del fin de las hostilidades en las inmediaciones de Teruel, en la
primavera de 1938, el Gobierno tuvo que hacer frente a la agresiva ofensiva franquista en el frente
aragons, para lo cual, entre abril y mayo, necesit movilizar los reemplazos de 1925 a 1941.
Adems, se utiliz a los reemplazos de 1922 a 1924 para fortificar las posibles lneas de avance
enemigas que haba previsto el Estado Mayor para ese frente. Ms adelante, en plena Batalla del
Ebro, el Gobierno transfiri los obreros ya movilizados de los reemplazos de 1923 y 1924 a las
unidades de combate y realiz una nueva revisin del cuadro de inutilidades, formalizando sin ms
la inclusin en el grupo de tiles para todo servicio a los aptos para servicios auxiliares y
sumando ya 19 reemplazos. Nuevos trabajadores de los aos 1919, 1920 y 1921 fueron
incorporados a las unidades de fortificacin. El bando franquista, por su parte, lleg a poner sobre

58
Ruiz Manjn-Cabeza (1990), pg. 331. Las escuelas de alfreces provisionales acabaron formando a 30.353
oficiales de esta clase, Grate Crdoba (2010
A
), pg. 56.
59
Ruiz Manjn-Cabeza (1990), pg. 558.
60
Orden ministerial aprobando el nuevo cuadro de inutilidades para el servicio en el Ejrcito, 28 de mayo de 1937,
DOMD, n. 134; y decreto-ley reformando, provisionalmente, el cuadro de inutilidades para la aplicacin de la ley de
reclutamiento, 27 de julio de 1937, BOE, n. 287.
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 255


las armas durante 1938 a los mozos y a los reservistas de 1927 a 1941, es decir, cuatro reemplazos
menos que el bando gubernamental, quedando as hasta el final de la guerra
61
.
La horquilla mxima el nmero ms amplio de reemplazos movilizados la marc el
Gobierno en las proximidades de la finalizacin de la guerra, cuando un da antes de lanzar el
malogrado Plan P sobre Extremadura, se orden la puesta en activo de los mozos y reservistas
comprendidos entre los aos 1922 y el primer trimestre de 1942, es decir, los que cumpliran entre
dieciocho y treinta y siete aos antes del fin de las hostilidades, 21 reemplazos en total sin incluir
los otros tres destinados en unidades de fortificacin
62
. No escaparon a esta ltima movilizacin
los colectivos tradicionalmente excluidos, como deca el artculo 1. del decreto:

Se ordena la movilizacin de todos los Oficiales, Suboficiales, Brigadas, Sargentos, Cabos y
soldados pertenecientes al reemplazo de 1922, bien sean del Cupo de filas, del de instruccin, de los
captulos XVII y XX, Escala de Complemento, beneficiarios de prrrogas de cualquier clase y los
declarados intiles temporales o aptos para servicios auxiliares.
Esta movilizacin alcanzar asimismo a los que fueron clasificados intiles totales, quienes se
sometern a nuevo reconocimiento mdico para determinar si subsiste la inutilidad total o procede
una nueva clasificacin con arreglo al ltimo Cuadro de Inutilidades
63
.

La llamada a filas de los ms jvenes desalentaba a los soldados del frente. Por otro lado, la
llamada de los reservistas de mayor edad, como la realizada por el Ejrcito Popular en el otoo de
1938 y en los primeros das de 1939 que superaban ampliamente la treintena fomentaba la
aparicin de desertores. Avanzada la guerra, cuando haba desaparecido el romanticismo del
voluntariado, los ciudadanos que haban dejado mujer e hijos tendan a cruzar las lneas en cuanto
el balance de los combates o la situacin general de la guerra les haca intuir una mayor seguridad
en el otro lado del frente, bajando de manera notable la moral propia. Esto sucedi de manera
significativa en la Batalla del Ebro
64
.
En la retaguardia de algunas zonas del frente, la Repblica organiz fiestas y competiciones
deportivas para elevar la moral de estos reemplazos de mayor edad. Mientras tanto, en el bando
sublevado se tomaron otras medidas ms efectivas como la segregacin de solteros y casados,
creando unidades diferenciadas. Adems, se procur que los soldados de mayor edad,

61
Ruiz Manjn-Cabeza (1990), pg. 558; Salas Larrazbal (1986
B
), pg. 147; y orden ministerial aprobando el nuevo
cuadro de inutilidades fsicas de exenciones militares, 4 de setiembre de 1938, DOMD, n. 236.
62
El Plan P fue concebido por el general Rojo para dividir la zona sublevada en dos a la altura de Extremadura.
Aunque se haba planeado su lanzamiento dos veces con anterioridad, el 5 de enero de 1939 fue finalmente ejecutada
una pequea ofensiva basada en el plan original en el sector de Vallesequillo para distraer el esfuerzo rebelde en la
campaa de Catalua, siendo rechazado dicho movimiento de diversin, Alonso Baquer (1986
A
), pg. 31; y Redondo
(1983), pg. 275.
63
Decreto movilizando todos los individuos pertenecientes al reemplazo de 1922 y primer trimestre de 1942, 4 de
enero de 1939, GM, n. 5.
64
A los reemplazos de 1923 y 1924 se les llam la quinta del arroz porque al menor descuido se pasaban, Corral
(2007), pg. 163.
256 El reservismo militar en Espaa

presumiblemente casados, fueran a destinos de Artillera, Ingenieros, Intendencia y Sanidad o que
sus unidades cubrieran objetivos de segunda lnea, como la ocupacin y vigilancia de plazas
conquistadas. Con ello, casi con toda seguridad, se evit la desercin masiva sin perjudicar la
combatividad de las unidades destacadas en primera lnea
65
.

Ao
tiles para
todo servicio
Aptos para
servicios
auxiliares
Intiles
temporales
Intiles
totales
1922 125.323 14.866 16.088
1923 134.410

14.087 16.729
1924 142.901

13.263 15.095
1925 140.275

3.168 7.833
1926 150.116

3.495 7.604
1927 153.885

3.027 6.226
1928 139.139 11.114 5.851 8.349
1929 144.615 11.122 5.507 8.585
1930 148.522 11.122 5.209 8.919
1931 148.423 20.947 5.651 8.422
1932 149.140

5.625 7.698
1933 157.349

6.017 8.124
1934 156.412 5.185 7.534
1935 156.372 5.687 7.892
1936 157.414 5.725 7.945
1937 158.455 5.763 7.997
1938 159.497 5.801 8.050
1939 161.580 5.876 8.155
1940 162.622 5.914 8.208
1941 163.663 5.952 8.260
1942* 41.176 1.497 2.078
Total 3.051.289 54.305 133.166 185.791
Tabla n. 14: Mximo nmero de hombres movilizables en Espaa segn el alcance
fijado por el Gobierno en 1939
66
.
* Slo fueron movilizados los que cumplan aos en el primer trimestre.


65
Ibdem, pgs. 163, 166 y 167.
66
Los datos en redonda proceden del Instituto Nacional de Estadstica: http://www.ine.es. En cuanto a los datos en
cursiva, se deben a una estimacin del autor ante la ausencia de informacin estadstica de ese perodo. Para realizar
dicha estimacin se ha extrapolado la proporcin de mozos tiles de los aos 1932 a 1934 con respecto a la poblacin
espaola masculina y de derecho. Se han utilizado los nicos censos de poblacin disponibles, que son los de 1930 y
de 1940, interpolando entre ambos para calcular el nmero de varones de los aos intermedios y extrapolando para
calcular el de los aos 1941 y 1942. El porcentaje de mozos declarados intiles, ya fuera temporal o totalmente, se ha
estimado extrapolando las proporciones homnimas de los aos 1932 a 1934 con respecto a los mozos tiles.
Captulo VII.- Segunda Repblica y Guerra Civil (1931-1939) 257


La magnitud de una movilizacin de las caractersticas establecidas por el Gobierno al final de
la guerra que podramos llamar movilizacin total sin ninguna duda puede observarse en la
tabla n. 14. En caso de que los criterios hubieran sido uniformes en todo el territorio nacional, los
mozos y reservistas que habran sido llamados a empuar las armas habran superado los
3.200.000 hombres la suma de las tres primeras columnas de datos de la tabla. A esta cantidad
habra que aadir la desconocida proporcin de intiles totales que, tras presentarse y aplicrseles
el ltimo cuadro de exenciones mdicas, habran sido calificados como tiles.
No se dispone de las cifras exactas de incorporados a filas. Puell de la Villa estima que el
nmero de hombres llamados a combatir por el bando sublevado se aproxim al milln, mientras
que Salas Larrazbal sugiere que los gubernamentales requirieron la presencia en filas a ms de
milln y medio de espaoles. La suma de ambas cantidades es de dos millones y medio de
hombres, la cual se aleja alrededor de un veinte por ciento del montante mostrado por las primeras
columnas de la tabla n. 14, aunque resulta de su misma magnitud. Debe explicarse la diferencia a
partir de la consideracin de que la Repblica comenz a realizar movilizaciones ms extensas e
intensas en la segunda mitad de la guerra, cuando ya slo controlaba el centro de la Pennsula, el
Levante y Catalua. As, sus criterios menos exigentes y su mayor alcance se pudieron aplicar
sobre menos ciudadanos
67
.

67
Puell de la Villa (2005
A
), pg. 211; y Salas Larrazbal (1986
B
), pg. 147.

Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 259


CAPTULO VIII.- DE LA AUTARQUA AL DESARROLLISMO (1939-1968)


Durante la Guerra Fra, empeados en prepararse para un enfrentamiento mundial de masas
an ms cruento si cabe que el mantenido durante la reciente contienda, la mayora de pases
occidentales mejoraron el tamao y la organizacin de sus reservas militares. En lo que respecta a
Espaa, este perodo se caracteriz por el aumento del nmero de aos que la poblacin masculina
deba estar disponible y por la continuidad del concepto de movilizacin total heredado de la
Segunda Repblica, habiendo sido definitivamente retirada la desigualdad provocada por la cuota
militar, es decir, la compra de un servicio militar ms breve en condiciones privilegiadas. Las
clases de complemento, por su parte, sufrieron durante estos aos un crecimiento formidable
proporcionando, por primera vez en la historia espaola y en trminos al menos tericos, los
mandos necesarios para movilizar y poner sobre las armas a los reservistas que se requiriesen.

1. EL EJRCITO DEL RACIONAMIENTO

Tanto la Guerra Civil en menor medida como la Segunda Guerra Mundial confirmaron la
necesidad de continuar con la escalada de tecnificacin y diversificacin de los ejrcitos que haba
surgido durante la Guerra 1914-1918. A ello se sum un significativo avance de la estrategia,
cuyos mximos exponentes fueron la importancia cobrada por la maniobra frente a las posiciones
estticas y el empleo estratgico de la aviacin, de los carros de combate, de los submarinos y de la
tecnologa nuclear, armas empleadas por primera vez o con una presencia incomparable a la
existente en pasados conflictos. Por otro lado, se puso de manifiesto que toda esta complejidad no
poda ser manejada sin la cooperacin interarmas, ya fuera dentro de las especialidades del propio
Ejrcito de Tierra como de ste con sus homlogos naval y areo
1
.
En lo que respecta a Espaa y a sus Fuerzas Armadas, durante el perodo que alcanza el
presente captulo es preciso distinguir dos pocas que estn marcadas tanto por la situacin interna
como por los acontecimientos que vinieron sucedindose en clave de poltica internacional
espaola.
As, la primera poca, que se podra denominar de autarqua, comienza con la posguerra
espaola y acaba en 1953 con la firma del primer convenio con Estados Unidos. Es preciso
reconocer que algunas de las lecciones aprendidas en los recientes conflictos se haban

1
Puell de la Villa (2007), pgs. 584 y 585.
260 El reservismo militar en Espaa

incorporado a las Fuerzas Armadas espaolas incluso antes de que acabara la Segunda Guerra
Mundial. Por ejemplo, se haba creado el Ejrcito del Aire y el Alto Estado Mayor en los meses
posteriores a la finalizacin de las hostilidades en suelo nacional
2
. Segn Puell de la Villa, el
Ejrcito de estos aos que tuvo que volver a poner unidades en pie de guerra durante la guerra
mundial era, con la lista de unidades en la mano, una fuerza muy diversificada capaz de causar
bastante respeto a un potencial enemigo. Sin embargo, al estar el pas sumido en una profunda
penuria econmica, un anlisis ms detallado de sus importantes carencias habra revelado que su
capacidad para sostener un combate era muy reducida. A pesar de ello, Alonso Baquer es ms
optimista y cree que la experiencia e instruccin de esas unidades temibles sobre su propio
espacio consiguieron disuadir de una intervencin sobre suelo hispano tanto a los pases
aliados como a los del Eje. En cualquier caso, en los primeros aos de esta poca, la antigedad y
el estado del material y la falta de municin, gasolina y recambios no habran permitido al Ejrcito
hacer frente a un eventual enemigo durante ms de dos das seguidos. En esos momentos la fuerza
terrestre espaola estaba compuesta por diez cuerpos de ejrcito uno por Regin Militar ms
otros dos en el Protectorado de Marruecos y una divisin de caballera
3
.
Asimismo, la prevencin ante la posibilidad de que el pas entrara en la Segunda Guerra
Mundial foment el mantenimiento de un Ejrcito de grandes dimensiones, que contaba con un
escalafn de oficiales que duplicaba al existente antes de la Guerra Civil
4
. Como dice Lpez
Medel, se respiraba un ambiente de preguerra en vez de posguerra, al que se solapara ms
adelante el temor al arma nuclear
5
.
Los acuerdos firmados en 1953 marcaron el fin del aislamiento espaol y el comienzo de una
segunda poca que desembocara en el llamado desarrollismo. Para las Fuerzas Armadas en
particular se abri una prometedora etapa, en la cual comenzaron a tener acceso tanto a nuevo
material como a la doctrina estadounidense. Ambos elementos transformaron los dos Ejrcitos y la
Marina, que fueron dotados de nueva organizacin y vieron aumentar su potencia de fuego y su
capacidad de transporte, mientras se mejoraban notablemente sus equipos de comunicacin. Ms

2
Ley fijando las normas para la organizacin y funcionamiento del Ejrcito del Aire, 7 de octubre de 1939, BOE, n.
292. Las funciones del Alto Estado Mayor, rgano de coordinacin interejrcitos, que naci a partir del Cuartel
General de Franco durante la guerra y que perdur hasta 1980, eran proponer estudios para la ordenacin de las
energas nacionales en caso de guerra, facilitar el equilibrio orgnico entre los dos Ejrcitos y la Armada, proponer
organizaciones para el mando de acciones combinadas, presentar planes de operaciones conjuntas y recabar
informacin sobre el potencial militar y econmico de otros pases (decreto creando el Alto Estado Mayor, 30 de
agosto de 1939, BOE, n. 243).
3
Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 190 y 194; y Alonso Baquer (1986
B
), pg. 29.
4
En 1945, 300.000 soldados eran mandados por 22.081 oficiales y 3.000 suboficiales, cuando los oficiales en 1935
sumaban 10.417 en total, Puell de la Villa (2010
B
), pg. 69. Eso quiere decir que se haba retrocedido con respecto a
los logros alcanzados por la Segunda Repblica en materia de reduccin de personal.
5
Lpez Medel (1963), pgs. 38 y 39.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 261


adelante, los cuerpos de ejrcito regionales fueron sustituidos por doce divisiones, ocho de ellas
con una estructura de inspiracin estadounidense llamada pentmica. Como sucedi en el resto
de pases atlnticos, la distensin nuclear hizo que esta organizacin slo durara unos pocos aos y
que se volviera a tradicional estructura ternaria a partir de la mitad de los sesenta
6
.
De esta segunda poca se puede destacar la enorme progresin en la modernizacin del
armamento y en la formacin del personal, as como la creacin de cuatro divisiones de Montaa
en Lrida, Huesca, Pamplona y Zaragoza y la fundacin de la Bandera Paracaidista
7
.

2. REACCIN MILITAR ESPAOLA ANTE LA EVOLUCIN DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Comenzada la contienda mundial, Espaa vivi durante unos aos en un ambiente de
preguerra. Una remota muestra de ello se puede datar en enero de 1940, en los das posteriores a
que una avioneta alemana se estrellara en Blgica transportando los planes alemanes de ataque a
Francia y a que se decretara la movilizacin general en Blgica y en Holanda. En ese momento el
Boletn Oficial del Estado public el adelanto a los meses de febrero, marzo y abril de la revista
anual de reservistas que, en condiciones normales, podra haber sido llevada a cabo a lo largo de
todo el ao
8
.
Sin embargo, fue la llegada de los alemanes a los Pirineos en junio de 1940 la primera seal
de que la contienda que se estaba librando en las tierras de Europa poda llegar a suelo espaol.
Eso coincidi con el comienzo de las conversaciones con Alemania, que deseaba implicar a
Espaa en su plan para la toma de Gibraltar
9
. Como respuesta preventiva, tuvo que ser detenida la

6
Eran las divisiones llamadas experimentales, creadas en dos tandas y ubicadas en Algeciras, Madrid y Valencia, las
primeras, y en Gerona, Mlaga, Oviedo, Vigo y Vitoria, las segundas, Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 194-196; y
(2010
B
), pg. 82. La organizacin pentmica naci al renunciar a la estructura ternaria napolenica, tomando otra en
base al nmero cinco. Su objetivo era poder hacer frente a un conflicto con armas nucleares, con lo que su nombre
procede de la combinacin de su estructura y de su propsito. Como consecuencia orgnica ms significativa fueron
suprimidos las brigadas y los batallones. De esta manera una divisin de infantera quedaba compuesta por cinco
agrupaciones de combate unidad fundamental, asimilable a un regimiento aunque con mayor autonoma
formadas, a su vez, por cinco compaas de infantera reforzadas llamadas grupos de combate que, a efectos
prcticos, eran compaas de cinco secciones, una compaa de plana mayor y una compaa de apoyo. Esta ltima
inclua una seccin acorazada de reconocimiento, una seccin de morteros de 120 mm, una seccin de armas de asalto
y un pelotn de radar. Grupos de carros de infantera, de caballera, de artillera, de ingenieros, y un tren divisionario,
daban apoyo a las citadas cinco agrupaciones de infantera. Las otras divisiones existentes, las acorazadas y las
aerotransportadas, tenan una organizacin fundada en los mismos principios: base cinco y mayor autonoma, Izenour
(1959), pgs. 53-55.
7
Puell de la Villa (2010
B
), pg. 77.
8
En ese momento se oblig a pasar revista a los reemplazos de 1923 a 1935, ambos inclusive, y a los reemplazos de
1936 en adelante que hubieran prestado servicio en el bando sublevado y que se encontraran en ese momento fuera de
filas (orden sobre revista anual, 17 de enero de 1940, BOE, n. 18).
9
Franco haba dado pie a que el mando alemn contara con Espaa como aliada al declarar la no beligerancia el 12 de
junio y ocupar Tnger el 14. Las conversaciones se prolongaron durante un ao, exactamente hasta la invasin de
Rusia a finales de junio de 1941. En este perodo no faltaron los episodios de tensin entre gobernantes espaoles y
alemanes, Moreno Juli (2005), pg. 24.
262 El reservismo militar en Espaa

reduccin de efectivos decretada en julio del ao anterior a la que se pensaba llegar mediante el
licenciamiento paulatino de los reemplazos manteniendo 20 divisiones adicionales sobre las
armas, un contingente aproximado de 300.000 hombres, que se sumaron a los 420.000 militares
correspondientes a las plantillas del Ejrcito que se pensaba tener segn la nueva orgnica.
Asimismo, se profesionaliz un nmero muy importante de oficiales provisionales, cuando unos
meses antes se haba pensado en licenciarlos
10
.
A mediados de 1942 los militares espaoles estaban an convencidos de la victoria alemana
sobre los aliados, aunque se prepararan planes para contrarrestar un hipottico desembarco
britnico en el norte de frica
11
. Dicho desembarco se produjo finalmente sobre el territorio
marroqu controlado por la Francia de Vichy el 8 de noviembre, a lo que alemanes e italianos
respondieron tres das ms tarde invadiendo todo el suelo continental francs. Dicho despliegue de
tropas otorg a la Wehrmacht el control, por primera vez desde el comienzo de la guerra, de toda la
frontera pirenaica. Era la segunda ocasin en que las autoridades espaolas sentan la cercana de
los combates, motivada tanto por la proximidad alemana en el norte peninsular como la de los
aliados en el norte de Marruecos.
Dado que Espaa era, junto con Portugal, el nico pas de Europa que no haba movilizado
preventivamente a sus reservistas, habindolo hecho los dems desde varios aos antes incluso
los que permanecan lejos de la contienda, la reaccin no se hizo esperar esta vez
12
. Slo cinco
das ms tarde de que los alemanes invadieran la Francia de Ptain, se orden la movilizacin de
los contingentes que los ministros de los dos Ejrcitos y la Marina considerasen necesarios para
"complementar y reforzar las Unidades de sus respectivas jurisdicciones, como asimismo para
ordenar la incorporacin a filas de aquellos Jefes, Oficiales y clases provisionales, de
complemento o retirados que las necesidades del servicio exijan". El prembulo de la ley de
movilizacin era coherente con la situacin de las operaciones militares que se estaban
desarrollando en el exterior:

La situacin actual del mundo, como consecuencia de la gran extensin de la guerra, que alcanza
a zonas hasta ahora tranquilas y cada vez ms prximas a Espaa, colonias y protectorados,
aconseja, dentro de la ms elemental previsin, reforzar aquellas medidas que, garantizando nuestro
apartamiento [sic] de la lucha, compatible con la defensa de nuestra integridad y soberana,
aseguren el mantenimiento de la paz en nuestros territorios
13
.


10
Morcillo Snchez (2010), pg. 227; decreto disponiendo la reorganizacin del Ejrcito, 24 de julio de 1939, BOE,
n. 206; y Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 190 y 191.
11
Morcillo Snchez (2010), pgs. 232 y 233.
12
Redaccin (1942, 19 de noviembre), El verdadero propsito de la ley de movilizacin, ABC, Sevilla, pg. 8.
13
Ley por la que se autoriza a los ministros de Ejrcito, Marina y Aire para ordenar la movilizacin de los
contingentes necesarios para reforzar las unidades de sus jurisdicciones, 16 de noviembre de 1942, BOE, n. 322.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 263


Antes de que acabara el mes de noviembre, el capitn general de Madrid haba ordenado la
incorporacin a filas de cuatro de los reemplazos que haban hecho la guerra los de 1938 a 1941,
ambos inclusive y de los soldados del de 1942 que se encontraban con licencia, incluyendo los
oficiales de complemento y provisionales correspondientes, los que perteneciesen a la Milicia
Universitaria, los aptos nicamente para servicios auxiliares y los que disfrutasen de prrrogas de
segunda clase. El resto de capitanes generales fue haciendo lo mismo, con alcances distintos, a
medida que el crecimiento de las unidades se lo fue aconsejando. As el de Sevilla, a 6 de
diciembre, slo haba movilizado los reemplazos de 1940 y de 1941, dos reemplazos menos que el
de Madrid. En las mismas condiciones, el Ejrcito del Aire comenz el 27 de noviembre a llamar a
sus soldados y reservistas, incluidos los que, perteneciendo a los reemplazos anteriores a 1941,
haban servido adscritos al desaparecido Servicio de Aviacin
14
.
El personal movilizado se fue encuadrando en las unidades existentes y en las que se fueron
constituyendo a lo largo de casi un ao, como el Grupo de Divisiones de Reserva, creado el 20 de
agosto de 1943 e integrado por tres divisiones de infantera, una compaa de transmisiones y un
grupo ligero de reconocimiento. Asimismo, se reforzaron las cuatro divisiones de montaa
desplegadas en los Pirineos, se crearon cinco unidades mixtas de infantera y artillera para la
defensa de las bases navales de Bilbao, Cdiz, Cartagena, El Ferrol y Vigo, y se formaron nueve
regimientos de caballera mecanizada y un batalln de zapadores-minadores. Sin embargo, la
unidad ms destacable de todas las que se constituyeron con ocasin de la amenaza descrita fue la
Divisin Acorazada, la primera unidad de este tipo en la historia del Ejrcito cuyo primer jefe fue
el general Ricardo Rada, uno de los jefes militares de FET y de las JONS durante la Segunda
Repblica, mencionado en el captulo anterior
15
.
Ms adelante, poco antes de la retirada de la Legin Azul del frente ruso y como ltimo
esfuerzo preventivo ante una potencial invasin aliada del sur de la Pennsula, el 22 de febrero de
1944 se cre la IX Regin Militar, que agrupaba las cuatro provincias de Andaluca Oriental
16
.
Se desconoce el nmero de reservistas que acudieron a la llamada de las autoridades. La
prensa nacional afirmaba que se haba dado "un modelo de perfecta organizacin y un ejemplo de
acendrado patriotismo. [...] Todos los hombres reclamados, como uno solo, se presentaron en los

14
Orden de movilizacin parcial de la Capitana General de la Segunda Regin Militar, 26 de noviembre de 1942,
pud Redaccin (1942, 27 de noviembre), ABC, Sevilla, pg. 11; Redaccin (1942, 28 de noviembre), La
movilizacin. De momento slo se incorporarn los del reemplazo de 1941, ABC, Madrid, pg. 2; Redaccin (1942,
28 de noviembre), Movilizacin del reemplazo de 1941 del Ejrcito del Aire, ABC, Sevilla, pg. 11; y orden de
movilizacin parcial de la Capitana General de la Segunda Regin Militar, 6 de diciembre de 1942, pud Redaccin
(1942, 8 de diciembre), ABC, Sevilla, pg. 8.
15
Muoz Bolaos (2010), pgs. 28 y 29; y decreto por el que se nombra jefe de la Divisin Acorazada al general de
divisin don Ricardo Rada Peral, 30 de setiembre de 1943, BOE, n. 276.
16
Muoz Bolaos (2010), pg. 29.
264 El reservismo militar en Espaa

puntos de reunin, aprovechando los medios de transporte de que disponan"
17
. Si eso hubiera sido
cierto deberan contabilizarse alrededor de 160.000 hombres por reemplazo ver tabla n. 14,
es decir, 640.000 hombres ms. Es muy dudoso que todos los soldados o reservistas tiles se
presentaran a filas, lo cual es indirectamente apoyado por Muoz Bolaos, quien estima que el
Ejrcito de Tierra mantena 750.000 hombres en 1945 o, lo que es lo mismo, unos 330.000
hombres por encima de la plantilla establecida en 1939
18
.
En cualquier caso, s que se necesitaron medidas excepcionales de apoyo para unas Fuerzas
Armadas que haban vuelto a crecer de manera significativa. El Ejrcito de Tierra se vio obligado a
construir 2.000 barracones para alojar a tal contingente y las industrias encargadas de
proporcionarle los suministros necesarios fueron movilizadas. El Ejrcito del Aire, por su parte,
tuvo que recibir un crdito extraordinario para atender a los gastos originados
19
.
Fue la ltima movilizacin de reservistas espaoles por razn de una amenaza exterior. A
tenor de la normativa consultada, debieron permanecer en filas hasta principios de 1945, como
parece deducirse de las facilidades otorgadas a algunos opositores que se encontraban en filas
20
.

3. RECLUTAMIENTO Y RESERVA DURANTE LOS PRIMEROS XXV AOS DE PAZ

La Segunda Guerra Mundial que dej entre 40 y 60 millones de muertos
21
dio paso a la
Guerra Fra, un enfrentamiento no declarado, de carcter geopoltico e ideolgico, que dur casi
medio siglo y que amenaz permanentemente, entre perodos de distensin, con la vuelta a la
confrontacin directa entre los dos grandes bloques. En este contexto, parece razonable que los
pases empeados en dicho conflicto forzaran la participacin ciudadana en la defensa y

17
Redaccin (1942, 1 de diciembre), La movilizacin fue un modelo de perfecta organizacin y un ejemplo de
acendrado patriotismo, ABC, Madrid, pg. 7.
18
Muoz Bolaos (2010), pg. 40.
19
Ley por la que se concede a la agrupacin cuarta Ministerio del Ejrcito, del presupuesto extraordinario en vigor,
un suplemento de crdito de 35.000.000 de pesetas, con destino a satisfacer los gastos que ocasione la construccin de
2.000 barracones para alojar las fuerzas procedentes de la movilizacin autorizada por ley de 16 de noviembre ltimo,
6 de febrero de 1943, BOE, n. 50; ley sobre concesin de tres crditos extraordinarios, importantes en junto [sic]
pesetas 208.290,53, destinados a satisfacer los gastos originados en el Ministerio del Aire por la movilizacin
autorizada por ley de 16 de noviembre de 1942, 13 de diciembre de 1943, BOE, n. 349; y ley por la que se autoriza al
ministro del Ejrcito para ordenar la movilizacin de las industrias que estime precisas para atender a las necesidades
del Ejrcito, 12 de diciembre de 1942, BOE, n. 365.
20
Orden por la que se concede a los opositores a plazas del Cuerpo de Abogados del Estado que estn afectados por la
movilizacin militar acordada por ley de 16 de noviembre de 1942, el derecho a concurrir en tercer llamamiento a
practicar los ejercicios de que consta la mencionada oposicin, 8 de febrero de 1945, BOE, n. 44; y orden por la que
se concede a los seores admitidos a las oposiciones a registradores de la propiedad, actualmente en celebracin, que
se hallan incorporados al Ejrcito en virtud de la movilizacin militar ordenada por ley de 16 de noviembre de 1942, el
derecho a concurrir en tercer llamamiento a practicar los dos primeros ejercicios de la mencionada oposicin, 13 de
marzo de 1945, BOE, n. 77.
21
Artola (2005), pg. 203.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 265


aumentaran el tamao de sus reservas. Por tanto, se puede afirmar que, mientras la Guerra Fra fue
una amenaza seria, la duracin del servicio militar y la organizacin de la reserva en los pases
occidentales estuvieron fuertemente influidas por la magnitud de los contingentes movilizables de
que dispona el bloque sovitico que, al final de su vida, an obligaba como promedio al 20,1 por
ciento de sus ciudadanos a un servicio militar de 34,4 aos de duracin
22
.
A modo de ejemplos ms significativos se muestra a continuacin cmo Estados Unidos y
Francia respondieron a dicha necesidad de mantener grandes reservas.
En 1940, tres meses despus de la invasin alemana de Francia y dentro de la escalada de
tensin que acab llevando a Estados Unidos a entrar en el conflicto mundial, el Congreso de este
pas haba restaurado el servicio militar obligatorio. Como resultado de ello, diez millones de
estadounidenses fueron enviados a los frentes de Europa, frica y el Pacfico, resultando que el 63
por ciento de todas sus fuerzas combatientes durante la guerra acab procediendo de la
conscripcin
23
. En la inmediata posguerra, una nueva ley mantuvo el servicio militar, obligando a
todos los varones de entre dieciocho y veintisis aos a darse de alta en un registro y a pertenecer a
la reserva militar tras recibir un corto adiestramiento. En este marco legal, el presidente tena la
capacidad de decidir sobre la movilizacin total o parcial de dicha reserva, ya fuera en tiempo de
paz o de guerra
24
.
Las deficiencias observadas en la movilizacin de los ms de milln y medio de conscriptos
estadounidenses que intervinieron en Corea revelaron que los reservistas necesitaban una nueva
estructura. Como se ver en su momento, esa nueva organizacin qued constituida en 1952 por
siete diferentes reservas: National Guard of the United States, Army Reserve, Naval Reserve,
Marine Corps Reserve, Air Force Reserve, Air National Guard of the United States, y Coast
Guard Reserve, cuyos miembros podan permanecer en tres situaciones distintas: ready, standby y
retired
25
.
Desde la Guerra de Corea hasta la derrota en Vietnam, los presidentes estadounidenses
continuaron movilizando reservistas en nmero muy considerable para participar tanto en los
conflictos externos como en la represin de los disturbios que promovieron los partidarios de la
segregacin racial o los opositores a la poltica exterior estadounidense. Sin embargo, a diferencia
de lo que sucedi durante las dos guerras mundiales cuando su pueblo se haba sentido

22
Son datos de 1987, Barroso Ribal (1991), pg. 231.
23
Morris (2006), pgs. 32 y 33.
24
No se inclua a los miembros de la Guardia Nacional. El mximo tiempo de empleo de reservistas en el servicio
activo era de veintin meses excluida la instruccin, con una interrupcin mxima de noventa das, (Selective
Service Act of 1948, 19 de junio de 1948, BCEU). Dicho tiempo aument a veinticuatro meses en 1951 mientras que,
para mejorar la universalidad, se retir la exencin a casados con hijos en 1953, Morris (2006), pg. 40.
25
Buchalter (2007), pg. 3.
266 El reservismo militar en Espaa

realmente amenazado, el nmero de prfugos aument espectacularmente durante estos aos
80.000 mientras dur la Guerra de Corea y surgieron movimientos sociales en contra de la
guerra en general y del envo de reservistas a los frentes asiticos en particular. Se trataba, ni ms
ni menos, de la materializacin de los temores que, sobre el empleo de conscriptos en conflictos
armados, abrigaron algunos polticos y militares occidentales durante los aos treinta. Decidido a
mantener el servicio militar obligatorio suspendido finalmente en 1975 aunque sensible a la
opinin pblica, el Gobierno estadounidense intent minimizar las razones para que existiera dicha
oposicin mediante el fomento del voluntariado, especialmente a partir de la mitad de los aos
sesenta
26
.
Al otro lado del Atlntico y durante estos aos, la clase poltica francesa de la posguerra
continu abogando por el principio de nacin en armas como medio de defender el orden
democrtico, supuestamente amenazado por el expansionismo sovitico. Francia se encontraba
particularmente empeada en esta lucha, dado su carcter de miembro fundador de OTAN.
Adems, la aparicin de tensiones independentistas en sus posesiones norteafricanas requiri
mantener el servicio militar de veintinueve aos de duracin dos de ellos sobre las armas
definido por la ley de 1936, la cual haba sido concebida, como se recordar del captulo anterior,
cuando se tema la ruptura de hostilidades con Alemania
27
.
Un poco ms adelante apareceran algunas razones para la distensin, particularmente tras la
fundacin en 1949 del Consejo de Europa, cuyo fin principal era defender los valores occidentales
desde la unidad principles which form the basis of all genuine democracy. A pesar de no
contener competencias en materia de defensa, la firma de dicho tratado sirvi para que algunos
pases como Francia relajaran un poco las exigencias ciudadanas de participacin en la defensa
28
.
As, al ao siguiente de la firma del Tratado del Londres, el servicio militar fue levemente
reducido a veintiocho aos, con dieciocho meses sobre las armas. Para justificar tan tmida
reduccin y, tambin, poner en evidencia que esta prestacin de, todava, larga duracin slo
tena sentido si los potenciales enemigos tenan contingentes equiparables basta con leer las

26
Esta poltica a favor del voluntariado tuvo bastante xito. Desde 1954 a 1975 pasaron por las Fuerzas Armadas
estadounidenses ms de once millones de voluntarios, frente a algo ms de tres millones de conscriptos, Morris (2006),
pgs. 40 y 42.
27
Loi tendant adapter le statut militaire la periode dite des annes creuses, 17 de marzo de 1936, JORF de 18
de marzo de 1936.
28
[Principios que constituyen la base de toda verdadera democracia, traduccin del autor], Statute of the Council of
Europe, 5 de mayo de 1949, Londres: http://www.conventions.coe.int/Treaty/en. El Consejo de Europa es un
organismo regional internacional con sede en Estrasburgo, constituido el 7 de mayo de 1948 en La Haya, aunque su
estatuto fundacional correspondiese al ao siguiente. Actualmente rene a 47 pases, todos los europeos con la
excepcin de Bielorrusia y Kazajstn. Los fundadores fueron Blgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Irlanda, Italia,
Luxemburgo, Noruega, Suecia y Reino Unido.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 267


indicaciones al Gobierno francs incluidas en el texto de la aludida ley sobre duracin del servicio
militar de 1950:

Le Gouvernement, en considration de la situation internationale et aprs avis conforme du
Parlement, peut procder la mise en cong librable de tout ou partie du contingent au cours de
trois derniers mois de service actif.
Au cas o les Etats europens, qui n'ont pas adhr au Conseil de l'Europe, rduiraient
effectivement moins de dix-huit mois la dure du service militaire obligatoire de leurs
ressortissants, le Gouvernement saisira sans dlai le Parlement d'un projet de loi tendant la
rduction de la dure du service militaire fixe par la prsente loi
29
.

Espaa, aunque apartada de la comunidad internacional hasta el acercamiento formal a
Estados Unidos en 1953 y su ingreso en la ONU en 1955, fue considerada muy pronto una pieza
fundamental en la lucha contra el comunismo. Por tanto, los criterios de constitucin y
dimensionado de la reserva, que a modo de ejemplo se han mostrado, eran generalmente aplicables
al caso espaol
30
.

3.1. Ley de reclutamiento de 1940

Como se ha visto anteriormente, cuando se rompieron las hostilidades entre Francia y
Alemania, Espaa se encontraba inmersa en un proceso de reorganizacin y reduccin de los
efectivos militares que tuvo que ser suspendido. Para entonces ya se haba restablecido un
elemento bsico para la ordenacin territorial de la Fuerza, como eran las Capitanas Generales.
Ante la imposibilidad de mayores reformas orgnicas y en previsin de una participacin espaola
en el conflicto mundial que no qued descartada en una primera instancia hasta la invasin de
Rusia por Alemania en 1941, se prest especial atencin a la instruccin y a la enseanza
31
.
Estaban los espaoles dispuestos a defenderse ante una agresin exterior? A principios de
marzo de 1941, cuando los alemanes haca meses que haban llegado a la frontera espaola en su
victorioso recorrido por suelo francs, la diplomacia britnica inform de que nueve de cada diez

29
[El Gobierno, teniendo en cuenta la situacin internacional y despus de conocer la opinin del Parlamento, puede
proceder al licenciamiento total o parcial del contingente durante los tres ltimos meses de servicio activo. En el caso
de que los estados europeos, que no se han adherido al Consejo de Europa, redujeran efectivamente a menos de
dieciocho meses la duracin del servicio militar obligatorio de sus ciudadanos, el Gobierno someter al Parlamento sin
demora un proyecto de ley tendente a la reduccin de la duracin del servicio militar fijada por la presente ley,
traduccin del autor], loi n.50-1478 portant dix huit mois la dure du service militaire actif et modifiant certaines
dispositions de la loi du 31 de mars de 1928 sur le recrutement de l'Arme, 30 de noviembre de 1950, JORF de 1 de
noviembre de 1950.
30
El 4 de noviembre de 1950, la Asamblea General de la ONU declar rescindidas las sanciones internacionales que
pesaban sobre Espaa desde 1946. El ingreso efectivo se produjo el 15 de diciembre de 1955, Lleonart Amslen
(1995), pgs. 101 y 103.
31
Moreno Juli (2005), pgs. 24-32; Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 190 y 191; y decreto restableciendo las Capitanas
Generales, 5 de abril de 1940, BOE, n. 104.
268 El reservismo militar en Espaa

espaoles eran partidarios de una defensa a ultranza de su patria frente a una invasin alemana.
A pesar de que la mayora de los generales en activo eran germanfilos, como agradecimiento a la
contribucin de Alemania a la victoria nacional y por el prestigio que su ejrcito haba atesorado
en sus recientes e impresionantes victorias, Juan Vign, a la sazn jefe del recientemente creado
Ministerio del Aire, lideraba la opcin de que las Fuerzas Armadas deban prepararse para una
eventual defensa del territorio espaol contra una invasin alemana
32
.
En ese entorno de riesgo para la soberana nacional, cuando an el resultado de la Segunda
Guerra Mundial se antojaba lejano e incierto, se emprendi el camino de la reforma del servicio
militar y de la Escala de Complemento. Con ello se decidi aumentar tanto el nmero de
ciudadanos que podan ser movilizados como el nmero de cuadros que habran de mandarlos.
En este sentido, la ley de 1940 la primera que contempl cmo deba dotarse de personal de
tropa al Ejrcito del Aire puede ser considerada en gran medida una continuacin de los planes
de reforma del reclutamiento previstos por Azaa, como se podr comprobar a continuacin,
conteniendo cuatro grandes novedades. La ms relevante fue la supresin definitiva de la cuota
militar, residuo de desigualdad social que provena, como se recordar, de la ley de 1912 y que
haba reemplazado entonces a la redencin a metlico y a la sustitucin.
La segunda novedad fue el aumento de la duracin del servicio militar y del servicio en filas
que, durante todo el siglo XX haban venido siendo, como se ha visto en repetidas ocasiones, muy
inferiores [...] al tipo medio adoptado por todas las naciones. La nueva prestacin no fue
demasiado ambiciosa si se tiene en cuenta dicho entorno europeo, al quedar en veinticuatro
aos de servicio personal, dos de ellos sobre las armas, debiendo cumplir como mnimo dieciocho
meses y pudiendo cubrir el resto con licencias temporales o ilimitadas a criterio de las autoridades,
como vena siendo tradicional. Igualmente, con la intencin de aumentar el nmero de ciudadanos
adiestrados, se suprimi el cupo de instruccin que haba restaurado el general Berenguer en 1930.
La tercera aportacin de la ley tuvo que ver con el concepto de movilizacin total, implantado
por la Repblica. Disponiendo de una organizacin de la reserva basada en ese principio, no tena
sentido mantener todo ese abanico de situaciones por las que pasaba el soldado o el reservista tras
volver a su vida civil, y que procedan del siglo XIX. Por tanto, tras esta disposicin, las unidades
activas quedaron absolutamente liberadas de la gestin de cualquier individuo que no figurara en
sus listas de revista y tanto la segunda situacin del servicio activo como las dos reservas quedaron
subsumidas en una sola, llamada simplemente reserva
33
.

32
Moreno Juli (2005), pg. 13.
33
Ley por la que se modifica la legislacin vigente sobre reclutamiento, 8 de agosto de 1940, BOE, n. 235.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 269


Por ltimo, la cuarta novedad fue, como se ha anticipado, la reforma de la oficialidad y clases
de complemento. Tras la desaparicin de la cuota militar, y tal como se haba previsto durante la
Repblica, era necesario actualizar las condiciones de acceso a ella, si bien el requisito republicano
de establecer el nivel mnimo de Bachillerato para los candidatos se consider demasiado poco
ambicioso y, en su lugar, se requiri que hubiesen cursado algunos aos de carrera universitaria
34
.
Los universitarios fueron por tanto los nicos que, en la prctica, disfrutaron de una duracin
reducida del servicio en filas doce meses, en un principio, aunque la ley prevea que los
mozos que contaran con una instruccin premilitar elemental impartida por la Milicia de FET y de
las JONS vieran su servicio reducido en seis o en doce meses
35
.
El desarrollo reglamentario de la ley de reclutamiento de 1940 tard tres aos en llegar. Si la
ley se promulg cuando los alemanes se disponan a iniciar la carrera hacia Pars, el reglamento
lleg cuando Rommel estaba a punto de rendirse en el norte de frica. En suelo hispano y en el
citado intervalo, tanto el Ejrcito como el conglomerado FET y de las JONS haban perdido peso
especfico, a decir de Puell de la Villa, y sus figuras ms representativas, Varela y Serrano Ser
enfrentados entre ellos lo mismo que lo estaban las instituciones a las que representaban,
haban sido apartados de la primera lnea poltica. El escenario externo e interno era, como se
podr comprender, totalmente distinto al existente cuando se promulg la ley de reclutamiento, lo
que debi de influir en los redactores del reglamento de 1943, que eludieron precisar las
caractersticas y contenidos de la instruccin premilitar, como se ver en el siguiente apartado
36
.
Como novedad relevante, el reglamento propuso la simplificacin de la clasificacin del
contingente establecida por el real decreto de 1924, eso s, manteniendo el mismo espritu de
instruir militarmente al mayor nmero posible de ciudadanos. En la nueva disposicin, cada mozo
poda ser declarado segn una de las siguientes categoras:

til para todo servicio militar.
til exclusivamente para servicios auxiliares categora que haba sido suspendida
durante la Guerra Civil, como se recordar.

34
Ibdem.
35
En realidad, el protagonismo en materia militar y de orden pblico fue muy pronto retirado a Falange, con lo que
esta manera de reducir el tiempo de prestacin se vio, de hecho, suprimida. Por otro lado, al igual que el real decreto
de 1924, el reglamento de 1943 incorpor un supuesto adicional en el que se poda reducir la prestacin. Si alguien
denunciaba la existencia de un prfugo til para el servicio de las armas, el interesado, su hijo o su hermano poda
beneficiarse de un servicio en filas de doce meses, en un acuartelamiento de la Pennsula o de las islas adyacentes,
(reglamento provisional para el reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 6 de abril de 1943, suplemento al BOE, n.
184 publicado el 3 de julio de 1943).
36
Puell de la Villa (2010
A
), pgs. 180 y 181.
270 El reservismo militar en Espaa

Excluido totalmente del servicio militar por defecto fsico o enfermedad, de acuerdo al
cuadro de inutilidades revisado en 1943 hasta entonces se utiliz el cuadro de 1924
con las modificaciones introducidas en 1937 por el bando sublevado, o por estar en
prisin con previsin de no conseguir la libertad antes de cumplir cuarenta y cinco
aos de edad.
Separado temporalmente del contingente anual y, por tanto sujeto a revisiones
peridicas por sufrir enfermedad curable en un plazo de cuatro aos o por estar en
prisin con una pena que le permitiese salir antes de cumplir los cuarenta y cinco aos,
as como los procesados por causa criminal, los militares profesionales, los alumnos de
academias militares, los beneficiarios de prrrogas y los mozos declarados peligrosos
en virtud de la ley de vagos y maleantes.
Prfugo
37
.

En las prrrogas se mantuvo la clasificacin del real decreto de 1924, es decir, de primera
clase para quienes fuesen el sostn de su familia y de segunda clase para los estudiantes y
residentes en el extranjero. Las condiciones para obtener la de primera clase se revisaban cada dos
aos hasta cumplir cuatro, decidiendo al final de dicho plazo si el mozo deba pasar
definitivamente a la reserva, mientras que los estudiantes deban renovar la suya anualmente hasta
un mximo de un quinquenio
38
. Los emigrantes quedaron exentos del servicio en filas si residan
en Europa o en el norte de frica, algo que ya haba sido parcialmente establecido por la
Repblica
39
.
Del Ejrcito de Tierra desaparecieron las preferencias de adscripcin a cuerpo en funcin de
la profesin del mozo. En cambio, en 1950 se estableci que quienes quisieran servir como
voluntarios en el Ejrcito del Aire deban pertenecer a las maestranzas areas, a la industria civil
aeronutica o a la industria auxiliar de sta, desempeando profesiones relacionadas con la
ingeniera, la delineacin y la fabricacin. Se incluan adems los pilotos de turismo, los de vuelo
sin motor, los profesores e instructores de aeromodelismo y los aeromodelistas
40
.

37
Reglamento provisional para el reclutamiento y reemplazo del Ejrcito, 6 de abril de 1943, suplemento al BOE, n.
184, publicado el 3 de julio de 1943.
38
Ibdem.
39
Ley relativa a los beneficios de exencin del servicio en filas de los espaoles residentes en los pases que se
indican, siempre que justifiquen los extremos que se detallan, 24 de octubre de 1935, GM, n. 300; y orden por la que
se aprueba el reglamento para aplicacin de la ley de 24 de octubre de 1935 concediendo la exencin del servicio en
filas a los espaoles residentes por razn de su trabajo en los pases de Europa y norte de Africa, 9 de abril de 1952,
BOE, n. 113.
40
Orden de los Ministerios del Ejrcito y del Aire sobre reclutamiento y reemplazo, 1 de junio de 1950, BOE, n. 156.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 271


Es preciso destacar el radical avance en la nivelacin social que supuso esta ley. Desaparecida
la cuota militar y el cupo de instruccin, todos los espaoles o naturalizados como tales que
hubieran cumplido veinte aos deban ser alistados en el reemplazo anual, no permitindose
ningn privilegio por razn de nacimiento o posicin social, aunque s se mantuvieron algunas
exenciones puntuales por razones productivas
41
. Sin embargo, an existiendo una igualdad formal
de oportunidades para el acceso a la Universidad, en la prctica el establecimiento de un servicio
militar reducido y cmodo para los estudiantes universitarios constituy un privilegio para las
clases altas y medias, que haban sido liberadas por otra parte del pago de la cuota militar
42
.
En cuanto a la reserva militar, el rgimen sigui nutrindose de las rentas del reglamento de
movilizacin de 1932, que no fue derogado hasta 1969 y que aplicaba el concepto de movilizacin
total, como se recordar. As, la reserva del franquismo ser la misma que la de la Segunda
Repblica: reservistas que pasaban revistas anuales y que se encontraban sin encuadrar, esperando
una potencial llamada de los rganos de movilizacin.

4. UNIVERSIDAD Y CUADROS DE MANDO EN RESERVA

Una vez finalizada la Guerra Civil, el lento proceso de desmovilizacin y reorganizacin de
las Fuerzas Armadas espaolas estuvo condicionado por la incertidumbre sobre nuestra
participacin en la guerra mundial y por la lucha contra el maquis. Las vacantes ocasionadas por
dicha reorganizacin deban ser cubiertas, prioritariamente, por oficiales provisionales y de
complemento que hubiesen luchado un mnimo de seis meses en el bando nacional y cumplieran
algunos otros requisitos, establecindose un concurso de mritos entre ellos para, posteriormente,
pasar a la Escala Activa tras superar un cursillo de formacin en las academias de
transformacin
43
. Los oficiales provisionales que no pudieron, o no quisieron, transformarse en

41
Por ejemplo, los picadores, vagoneros, estibadores y ramperos de las minas de carbn y plomo, que llevasen al
menos un ao trabajando como tales al tener que incorporarse a filas, quedaron exceptuados durante un tiempo del
servicio activo por necesidad de resolver el importante problema del abastecimiento de carbn, industria bsica de la
mayora de las dems, (decreto por el que se excepta del servicio activo en filas al personal que trabaja en las minas
de carbn y plomo, 24 de julio de 1942, BOE, n. 221). Esta exencin se extendi en 1952 a determinados oficios de
las explotaciones de potasa, (decreto por el que se dispone la exclusin temporal del servicio militar activo de los
mozos que en la fecha de su alistamiento militar se encuentren trabajando, precisamente, en el interior de las minas de
carbn, plomo o potasa, 26 de septiembre de 1952, BOE, n. 288).
42
Puell de la Villa (2010
A
), pg. 179. Esta opinin es apoyada por Amando de Miguel quien, refirindose a los mozos
que haban elegido realizar la Instruccin Premilitar Superior dice: Se trataba de una mili privilegiada, un diseo
especial para que los universitarios no perdiramos un ao y medio como soldados rasos (sin ninguna graduacin),
Miguel (2010), pg. 303. En el mismo sentido se pronuncia Jess Martnez Paricio Los universitarios de la poca [...]
fuimos privilegiados en esta obligacin [el servicio militar], Martnez Paricio (2010), pg. 321.
43
Decreto disponiendo la reorganizacin del Ejrcito, 24 de julio de 1939, BOE, n. 206; y decreto disponiendo que
las vacantes que como consecuencia del reajuste de plantillas inherentes a la reorganizacin del Ejrcito resulten en la
clase de oficiales subalternos, sean cubiertas por el personal de la Escala de oficiales provisionales y de Complemento
272 El reservismo militar en Espaa

profesionales fueron licenciados y transferidos a la Escala de Complemento, siendo estos por tanto
los primeros ingresados en dicha escala tras la Guerra Civil
44
.
Sin embargo, salvando estos individuos que se incorporaron a dicha escala en la posguerra,
durante el rgimen franquista la Escala de Complemento se nutri con universitarios que haban
sido instruidos militarmente durante sus estudios o al final de stos. Los programas de formacin
militar sufrieron cierta evolucin dependiendo de las circunstancias interiores y exteriores de
Espaa, pudiendo distinguir claramente dos perodos dentro del tramo histrico abarcado por este
captulo. En ese sentido, mientras que en la inmediata posguerra, debido a su influencia sobre las
altas instancias del rgimen, Falange tuvo cierto protagonismo en la instruccin de los oficiales de
complemento dando lugar a la Milicia Universitaria, ms adelante este papel fue enteramente
asumido por las Fuerzas Armadas, configurndose la llamada Instruccin Premilitar Superior.
Ambas etapas se analizan en detalle a continuacin.

4.1. Milicia Universitaria (1940-1944)

Como se ha dicho, la ley de reclutamiento de 1940 se promulg en un momento de pujanza de
Falange, fuertemente contrapesada por un Ejrcito que se senta ganador de la reciente guerra y,
por tanto, el principal protagonista de la posguerra. Ambos poderes, que se organizaron de modo
complementario pero que resultaron incompatibles en lo ideolgico, protagonizaron en el nuevo
rgimen numerosas tensiones y episodios de lucha interna, ocupando alternativamente
determinadas parcelas de poder, si bien la divisin interna de Falange, la depuracin de los
dirigentes falangistas ms rebeldes y el celo de la mayora de generales cercanos a Franco,
acabaron con dicha disputa en favor del Ejrcito, convirtiendo finalmente el falangismo en un
mero apoyo burocrtico al rgimen
45
.
La ley de reclutamiento de 1940 divida el contingente anual de cada reemplazo en tres
grupos: los que no tenan instruccin premilitar, los que tenan instruccin premilitar elemental y
aqullos que estuvieran cursando estudios universitarios y que hubieran recibido en ellos la

y regulando la forma y condiciones de su admisin, 4 de junio de 1936, BOE, n. 156. 10.709 alfreces provisionales
pasaron finalmente a las escalas profesionales del Ejrcito, Muoz Bolaos (2010), pg. 36.
44
Decreto sobre pase a la Escala de Complemento de los oficiales provisionales de las diferentes Armas, Cuerpos y
Especialidades del Ejrcito, 30 de junio de 1939, BOE n. 183. Curiosamente, en 1940 fue constituida la Escala de
Complemento de Auxiliares de Estado Mayor con los tenientes provisionales que haban desempeado un destino
durante la guerra. Dicha escala debi de ser declarada a extinguir en el mismo momento de su creacin puesto que no
hubo ningn ingreso en los aos sucesivos, quedando slo como un depsito que permita conservarlos en el Ejrcito
para caso de movilizacin, pudiendo as utilizarse de nuevo sus servicios (decreto por el que se crea la Escala de
Complemento de Auxiliares de Estado Mayor, 12 de agosto de 1940, BOE, n. 235).
45
Puell de la Villa (2010
A
), pgs. 180 y 181.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 273


instruccin premilitar que se determine. Como se ha anticipado al analizarla, en funcin de en qu
grupo se colocara a cada mozo, el servicio militar sobre las armas durara veinticuatro meses
dieciocho si las circunstancias lo permitan, dieciocho meses reducibles a doce y doce
meses, respectivamente
46
.
La formacin premilitar, un viejo anhelo regeneracionista que la Dictadura de Primo de
Rivera lleg a poner en marcha como se vio en su momento, al menos formalmente, siempre haba
estado en manos del Ejrcito si bien, en uno de esos complicados equilibrios de poder ya citados,
se asign a Falange. De hecho, la decisin se haba tomado con antelacin a la promulgacin de la
ley de reclutamiento de 1940 ya que, un mes antes que sta, se publicaba en el BOE la ley por la
que quedaban organizadas las Milicias de FET y de las JONS. Su artculo tercero supuso la
creacin de la Milicia Universitaria:

La Milicia universitaria estar compuesta por los jvenes de edad superior a los dieciocho aos
afiliados al Movimiento y que cursen sus estudios en Universidades, Escuelas tcnicas y Centros de
enseanza superior.
Recibirn en la Milicia preparacin premilitar para el servicio de Oficial, y terminados sus
estudios y alcanzado el grado de aptitud premilitar indispensable, ingresarn en el Ejrcito como
Sargentos, y a los cuatro meses de servicio podrn obtener el empleo de Alfrez de Complemento,
con el que practicarn el servicio durante el tiempo reglamentario
47
.

Sin embargo, antes de que llegara a implantarse la Milicia Universitaria no estaba previsto
que la ley de reclutamiento de 1940 entrase en vigor hasta el reemplazo de 1942 le fue
arrebatado a Falange tanto el mando de la misma como el control de la formacin castrense,
quedando sta en manos de militares o, en su defecto, en falangistas de la Escala de Complemento,
todos comandados por el jefe nacional de la Milicia Universitaria, tambin militar, y llenando
bastantes huecos de su organigrama con militares. Slo la formacin de carcter poltico qued en
manos de Falange
48
.
Por si fuera poco, la desvinculacin en junio de 1941 de la jefatura de la Milicia falangista de
la Secretara General de FET y de las JONS y la asignacin de la misma al general Moscard, de
probada lealtad a Franco, fue un claro indicio del comienzo del fin del aparato paramilitar
falangista
49
. En este contexto, no es de extraar que el mando y organizacin de una gran unidad

46
Ley por la que se modifica la legislacin vigente sobre reclutamiento, 8 de agosto de 1949, BOE, n. 235.
47
Ley por la que se organizan las milicias de Falange Espaola Tradicionalista y de las JONS, 2 de julio de 1940,
BOE, n. 190.
48
Decreto de organizacin de la Milicia Universitaria y decreto sobre formacin de instructores para la Milicia
Premilitar de FET y de las JONS, 22 de febrero de 1941, BOE n. 64. El primer Jefe de la Milicia fue el coronel del
Cuerpo de Estado Mayor Rafael lvarez Serrano que, durante la Guerra Civil, haba pertenecido al Cuartel General de
Varela y haba desempeado la Jefatura de Estado Mayor de distintas unidades de primera lnea.
49
Decreto por el que se nombra jefe directo de la Milicia de FET y de las JONS al general de divisin y consejero
nacional don Jos Moscard Ituarte, 31 de mayo de 1941, BOE, n. 156.
274 El reservismo militar en Espaa

para combatir en el frente oriental europeo la Divisin Espaola de Voluntarios, ms conocida
por Divisin Azul le fuera otorgada al Ejrcito en vez de a Falange, a pesar de que dicha idea
haba sido propuesta por Ramn Serrano Ser, quien abrigaba el deseo de que dicha unidad
estuviera constituida nicamente por falangistas
50
.


Infantera Caballera Artillera Ingenieros
F
a
c
u
l
t
a
d

Derecho Veterinaria Ciencias
Farmacia
Filosofa y Letras
Medicina
Odontologa
E
s
c
u
e
l
a

Aduanas Peritos Agrcolas Ing. Agrnomos Aparejadores
Comercio Ing. Industriales Arquitectos
Magisterio Sup. del Trabajo Ayud. de O. Pblicas
Bellas Artes
Ing. de Caminos


Ing. de Minas


Ing. de Montes

Ing. de
Telecomunicacin
Tabla n. 15: Asignacin de Armas en el Ejrcito de Tierra a los aspirantes a ingreso en la IPS, en
funcin de la carrera que estuviesen cursando (1942)
51
.

Paradjicamente, la publicacin del decreto de organizacin de la Milicia Universitaria de 22
de febrero de 1941 supuso la desaparicin efectiva de la misma y, simultneamente, el nacimiento
de la posteriormente denominada Instruccin Premilitar Superior IPS tal como se concibi
hasta los aos setenta. Para mayor abundamiento, a mediados de 1942, la Direccin General de
Enseanza Militar asumi definitiva y expresamente la formacin de la oficialidad de
complemento
52
.
An as, el trmino Milicia Universitaria, de sonoridad falangista, se ha prolongado hasta el
momento presente como una manera coloquial de llamar al servicio militar de los destinados a

50
Moreno Juli (2005), pgs. 107-130.
51
La tabla se fue completando con nuevas titulaciones a lo largo de la vida de la IPS, lvarez Serrano (1944), pgs. 65
y 66.
52
Deca la disposicin que la enseanza y prctica de los aspirantes estaran bajo dependencia directa de la Direccin
General de Enseanza Militar y que las Unidades de Enseanza e Instruccin estaran bajo la responsabilidad de los
Capitanes Generales donde sas estuvieran ubicadas (orden de 28 de junio de 1942, DOME, n. 146). En el DOME se
escribi al ao siguiente que el cuadro de mando e instructores de la IPS seran jefes y oficiales de las Armas y de
Estado Mayor (orden de 22.03.1943, DOME, n. 71). Como refuerzo, en lo que respecta a la Marina, una disposicin
de parecido alcance deca: el cuadro de Mando e Instructores de la Milicia Universitaria que ha de tener a su cargo la
instruccin prenaval superior estar integrado por Jefes y Oficiales de las Escalas activas de los Cuerpos de la Armada.
Solamente, por circunstancias especiales de escasez de personal, podrn ser desempeados algunos de estos destinos
con carcter provisional por Jefes y Oficiales de las Escalas complementarias (decreto por el que se reorganiza la
Inspeccin Naval de la Milicia Universitaria, 25 de setiembre de 1943, BOE, n. 282).
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 275


nutrir la Escala de Complemento, sin olvidar que el trmino IPS no se aplic a los homlogos
organismos del Ejrcito del Aire y de la Armada, quienes mantuvieron hasta 1972 la denominacin
de Milicia Area Universitaria y Milicia Naval Universitaria
53
.

Distrito
Universitario
Infantera Caballera Artillera Ingenieros
Barcelona X X X X
Bilbao X X
Cdiz X
Crdoba X
Granada X X
La Laguna X X
Las Palmas X X
Len X
Madrid X X X X
Murcia X X
Oviedo X X
Salamanca X X
Santiago X X
Sevilla X X
Valencia X X X
Valladolid X X
Zaragoza X X X
Tabla n. 16: Distritos Universitarios de la IPS que instruan a los aspirantes encuadrados
en las distintas Armas del Ejrcito de Tierra (1942)
54
.

La inscripcin en la IPS la realizaban los alumnos durante su primer ao de carrera, siendo
condicin indispensable la afiliacin al Sindicato Espaol Universitario
55
. Al manifestar su deseo
de ingreso, el estudiante quedaba encuadrado en una de las cuatro armas del Ejrcito y era
asignado a un distrito que poda ser distinto del suyo en funcin de la carrera cursada (ver
tablas n. 15 y 16). Durante el perodo lectivo del segundo y tercer ao de carrera, en sbado, se
impartan conferencias de carcter tanto militar como poltico, si bien esta formacin pronto sera

53
Dependiendo de la poca, tambin Seccin Naval de la Milicia Universitaria y Seccin Area de la Milicia
Universitaria (decreto por el que se crean las Escalas de Complemento en los Cuerpos patentados y en el de
suboficiales de la Armada, 22 de julio de 1942, BOE, n. 218; y decreto por el que se aprueban las instrucciones para
el reclutamiento y formacin de los oficiales y suboficiales de complemento del Ejrcito del Aire, 24 de julio de 1947,
BOE, n. 213).
54
lvarez Serrano (1944), pgs. 67 y 68.
55
Excepcionalmente, en 1942 se autoriz el ingreso de estudiantes de cursos superiores (orden de 6 de mayo de 1942,
DOME, n. 105). Tambin se hizo una excepcin con los estudiantes que haban servido en la Divisin Azul, a los que
se permiti ingresar en la IPS en la primera convocatoria que tuvieran ocasin (decreto por el que se concede derecho
a concurrir a los cursos de Instruccin Premilitar Superior al personal que haya servido en el Divisin Espaola de
Voluntarios, 2 de marzo de 1943, BOE, n. 75).
276 El reservismo militar en Espaa

abandonada. En los veranos correspondientes a estos dos aos escolares, se tomaba contacto con la
vida militar en las Unidades Especiales de IPS del Ejrcito, campamentos al aire libre con
precarias instalaciones. Tras finalizar la primera estancia en el campamento se obtena el empleo
de sargento eventual de complemento y al trmino de la segunda el de sargento efectivo o el de
alfrez eventual de la misma escala, debiendo realizar seis meses de prcticas en una unidad activa
despus de terminar la carrera, tras lo cual los oficiales obtenan su empleo con carcter efectivo
56
.
El servicio militar quedaba reducido, de hecho, a dos veranos ms seis meses, siendo de destacar la
escasa, por no decir nula, interferencia con el calendario escolar
57
.

4.2. Instruccin Premilitar Superior (1945-1972)

En el marco del acercamiento al bloque ganador de la Segunda Guerra Mundial, el rgimen
despleg, tras el fin de la contienda, una serie de medidas tendentes a cambiar su imagen
fascistoide proveniente de la connivencia con alemanes e italianos por otra de formas pseudo-
democrticas sin afectar, como era de esperar, a la forma del Estado. Entre estas medidas se
encontraron la ruptura de relaciones diplomticas con Alemania, la promulgacin del Fuero de los
Espaoles y la celebracin de la capitulacin del Japn. No pareca compatible con la pretendida
imagen de una cuasi-democracia, aunque fuera orgnica, la presencia masiva de miembros de
Falange en las altas instancias del pas, as que Franco remodel su gobierno y sustituy algunos
ministros falangistas por otros de adscripcin tradicionalista o catolicista. En lo que respecta a la
Escala de Complemento, se apart definitivamente a Falange, lo que se formaliz a travs del
decreto del 3 de julio de 1945, que suprimi las conferencias sabatinas durante los primeros aos
de la carrera. Toda la formacin qued, por tanto, en manos militares, relegada la Milicia
Universitaria de Falange a un mero papel administrativo, a modo de Caja de Reclutas
58
.
Tanto la estructura y duracin de los perodos de instruccin como el solapamiento con los
estudios universitarios se mantuvieron inalterados, con la salvedad de que las conferencias se
sustituyeron por un ficticio cursillo preparatorio de diez das de duracin en las cabeceras de
distrito. Superado el mismo, y sin solucin de continuidad, los aspirantes eran trasladados a las

56
En caso de no aprobar el examen para alfrez, el aspirante era nombrado sargento de complemento con carcter
efectivo al finalizar el segundo perodo de instruccin, lvarez Serrano (1944), pgs. 51 a 84.
57
La reducida interferencia, sin menoscabo de que se cumplieran los fines de la ley de reclutamiento de 1940, fue un
objetivo expreso de los organizadores de la IPS, lvarez Serrano (1944), pg. 36.
58
Decreto por el que se modifican las instrucciones para el reclutamiento y formacin de la oficialidad de
complemento del Ejrcito, 3 de julio de 1945, BOE, n. 242.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 277


Unidades Especiales de Instruccin
59
. Los sargentos alcanzaban el empleo efectivo al finalizar el
segundo perodo de instruccin, mientras que los alfreces lo conseguan tras el perodo final de
prcticas, que se mantuvo en seis meses hasta 1957, cuando se redujo a cuatro. La razn dada para
justificar esta decisin fue la aplicacin de un plan de estudios ms intensivo. As, la instruccin
qued establecida en tres bloques que sumaban diez meses en total
60
.
Una vez rodados los primeros aos de la IPS, la experiencia dict que, para los aspirantes de
Artillera e Ingenieros, la extensin de los contenidos era excesiva en relacin al tiempo
disponible. Si se quera contar con oficiales y suboficiales de estas Armas adecuadamente
instruidos para que una eventual movilizacin fuera rpida y el personal d, desde el primer
momento, el rendimiento necesario en su labor era preciso concentrar la atencin de los alumnos
en slo una fraccin de toda la materia que se imparta a los cadetes de las correspondientes
academias. Para ello, en 1947 se crearon especialidades especficas para los de complemento, las
llamadas Escalas de Artillera de Campaa constituida inicialmente con los veteranos de
Artillera anteriormente publicados, de Artillera de Costa y de Artillera Antiarea
61
. Ocho aos
ms tarde se hizo algo parecido con los aspirantes del Arma de Ingenieros, que se dividieron entre
la Escala de Zapadores y la Escala de Transmisiones
62
.
Como se ha visto antes, en 1949, un definitivo apretn de tuerca retir los vnculos formales y
residuales entre la IPS y la Milicia Universitaria. El reglamento provisional para el rgimen
interior de la Instruccin Premilitar Superior, aprobado por orden de 21 de marzo, no haca
mencin alguna a la entidad fundacional y pona al frente a un general subinspector, dependiente
de la Direccin General de Enseanza Militar. El propio Sindicato Espaol Universitario retirara
de su organigrama cualquier referencia a la Milicia Universitaria a partir de 1958
63
.

59
Durante este perodo los distritos de la IPS se correspondan con los principales Distritos Universitarios (ver tabla
n. 16). Las Unidades Especiales de Instruccin fueron, a partir de 1948: La Forestal (Rota), Los Rodeos (Tenerife),
Montejaque (Ronda), Monte la Reina (Toro) y Robledo (Segovia) (instrucciones para la organizacin de las Unidades
Especiales de Instruccin para los aspirantes a oficiales de complemento, 11 de mayo de 1948, DOME, n. 107). En
1950 se aadi a esta lista el campamento de Los Castillejos, cerca de Reus (instrucciones para la organizacin de las
Unidades Especiales de Instruccin para los aspirantes a oficiales de complemento, 12 de abril de 1950, DOME, n.
87).
60
Decreto por el que se reduce el periodo de prcticas de los alfreces de complemento al trmino de la carrera civil, 6
de diciembre de 1957, BOE, n. 318.
61
Las Escalas de Costa y Antiarea se deban cubrir, preferentemente y por este orden, con estudiantes de Ingeniera
Industrial, Ingeniera del ICAI y Ciencias (decreto por el que se reorganiza la oficialidad de complemento del Arma de
Artillera, 11 de abril de 1947, BOE, n. 108).
62
Los estudiantes preferidos para la Escala de Transmisiones eran, por este orden, los de Ingeniera de
Telecomunicacin, Ingeniera del ICAI, Fsica, Ingeniera Industrial, Ayudantes de Telecomunicacin, Montadores
Electromecnicos del ICAI, Peritos Industriales (especialidad Electricidad) y todos los que correspondiesen con
carreras que poseyeran conocimientos de Electricidad (decreto por el que se reorganiza la oficialidad de complemento
del Arma de Ingenieros, 14 de enero de 1955, BOE, n. 30).
63
Orden por la que se reorganiza el Sindicato Espaol Universitario, 18 de octubre de 1958, BOE, n. 251.
278 El reservismo militar en Espaa

Se conoce la aceptacin cualitativa que tuvo esta modalidad de servicio militar pero, en la
bibliografa existente sobre la Escala de Complemento, no se dispone de la cantidad exacta de
universitarios que decidieron formar parte de ella. En el mejor de los casos, se ofrece una
estimacin o se evala un perodo de tiempo que no abarca toda la vigencia de la IPS. Puell de la
Villa estima que debieron de ser unos 165.000 estudiantes los que se convirtieron en oficiales y
suboficiales de complemento, mientras que Lpez Medel habla de 120.000, Corbatn propone un
intervalo de entre 200.000 y 300.000 individuos y Prieto Prez habla de ms de 320.000. La
ingente labor de investigacin en los nmeros del Diario Oficial del Ministerio del Ejrcito que
haba de hacerse, en relacin con el escaso inters general por este asunto, ha disuadido a los
investigadores hasta la fecha
64
. Sin embargo, el doctorando, consciente del reto historiogrfico de
ofrecer una cuantificacin rigurosa y una distribucin por empleo y escala datos tan reclamados
por los contados estudiosos interesados en el tema ha considerado enriquecedor incorporarlos a
esta tesis a travs de los apndices n. 2 y 3 y la figura n. 4. Para la confeccin de los mismos, se
ha tomado como hito significativo la fecha de publicacin en el DOME del nombramiento como
sargentos efectivos y como alfreces eventuales, lo que coincida formalmente con la finalizacin
del segundo perodo de instruccin, es decir, ms o menos al comienzo del penltimo ao de
carrera para los estudios superiores o de la vida laboral para las carreras medias
65
.
Como podr verse en los apndices mencionados, 112.873 alfreces y 55.306 sargentos
168.179 universitarios en total acabaron el segundo perodo de instruccin a lo largo de los
treinta aos de vigencia de la IPS, es decir, desde 1943 hasta 1972 y, previsiblemente, la prctica
totalidad de ellos acabaron los seis o cuatro meses de prcticas establecidos para, posteriormente,
ser considerados reservistas de la Escala de Complemento. Se demuestra por tanto que la
estimacin ms aproximada era la de Puell de la Villa, con tan slo un error de 3.179 hombres.
Teniendo en cuenta el tiempo de permanencia en la reserva en cada poca concreta, el
momento histrico en que el Ejrcito cont con mayor nmero de alfreces y sargentos de
complemento con posibilidad de ser movilizados fue precisamente en 1972, cuando se pudo, al
menos nominalmente, disponer de 81.876 oficiales y de 46.813 suboficiales, es decir, de 128.689
jefes de seccin y de pelotn en total
66
. En esos aos Francia slo dispona de 41.000 oficiales
reservistas, aunque ms instruidos y experimentados. Comparativamente, resulta cuestionable que
el nmero y nivel de adiestramiento de los oficiales y suboficiales movilizables espaoles fueran

64
Puell de la Villa (2010
A
), pg. 179; Corbatn (2010), pg. 287; y Prieto Prez (1989), pg. 668.
65
Se debe aadir que la labor investigadora se ha visto dificultada por la no observancia por parte del Ministerio del
Ejrcito, durante muchos aos, de reglas fijas en lo que respecta a la fecha de publicacin o al agrupamiento del
personal nombrado, cuya relacin poda ser repartida hasta en once nmeros distintos del DOME para la misma
promocin.
66
Apndices n. 2 y 3.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 279


realmente adecuados
67
. Por otro lado, se debe destacar que slo unas cuantas dcadas despus de
que Azaa acabara su mandato como ministro de la Guerra, Espaa contaba con una oficialidad de
complemento que responda cuantitativamente a lo deseado por el reformista militar republicano y
que incluso superaba al contingente homnimo de su potencia militar preferida, aparte del
indiscutible refuerzo que poda suponer el contingente adicional no previsto nunca antes de
suboficiales.

Figura n. 4: Alfreces eventuales y sargentos de la Escala de Complemento nombrados a lo largo
de toda la vida de la IPS (Ejrcito de Tierra)
68
.

Volviendo a la figura n. 4, tanto en el grfico mostrado como en las cifras de los apndices
que le han servido de fuente, se pueden interpretar algunos hitos o tendencias significativas en la
vida de la IPS que se estudian a continuacin.
La primera observacin a destacar es que, durante la mayor parte de la vigencia de la IPS, no
existi una proporcin razonable entre el volumen de cuadros de mando que pasaban a la Escala de
Complemento y las necesidades defensivas de Espaa. La irregularidad en el tamao de las
promociones y el desigual reparto de los aspirantes a las distintas Armas demuestran que esta

67
La cifra corresponde a 1962. Ms de la mitad de estos oficiales 26.000 eran veteranos de Argelia y haban
servido durante dieciocho meses, prcticamente doce como oficial, Bieuville (1999), pg. 86; y Ariza Garca (1965
B
),
pg. 30. El propio rgimen franquista se cuestionara a mitad de los sesenta la necesidad de tanto cuadro de mando en
reserva y la idoneidad de su nivel de instruccin. Por ejemplo, el Ministerio del Ejrcito dijo en 1964: ltimamente,
por diversas circunstancias, se forz el nmero de aspirantes admitidos para la instruccin premilitar superior, con la
consecuencia de la consiguiente deficiencia en las instalaciones y alojamientos, la necesidad de un aumento en los
cuadros de profesorado, no previsto, que se tradujo en un grave perjuicio para la enseanza (decreto 4233/1964 sobre
ingreso en la Instruccin Premilitar Superior, 23 de diciembre de 1964, BOE, n. 9).
68
Apndices n. 2 y 3.
280 El reservismo militar en Espaa

modalidad privilegiada de servicio militar no obedeca a una planificacin de los recursos
defensivos. A pesar de ello, se limitaron las plazas durante algunos tramos de su vigencia, pero sin
atender a un criterio tan funcional como la preparacin para una eventual movilizacin general.
Asimismo, es sorprendente que la mayora de las promociones contuviera un nmero menor de
suboficiales que de oficiales, cuando la necesidad de vacantes de los primeros, en caso de crisis,
siempre sera muy superior. Se deduce de ello que la intencin inicial era formar nicamente
oficiales y que la amenaza del empleo inferior para los suspendidos pudo ser meramente un
estmulo para el estudio
69
.
Durante los aos 1953 a 1954, ambos inclusive, se advierte un aumento en la proporcin de
sargentos debido a que, en 1952, el Ministerio fue consciente de que su nmero era muy exiguo en
relacin al de alfreces. Esto los colocaba en condiciones ms ventajosas en cuanto a la eleccin
de Cuerpo y poca de realizacin de prcticas que las sealadas para los que lleguen a obtener el
empleo de Alfrez eventual, con posible perjuicio para el estmulo por conseguir el ttulo de
Oficial de Complemento. Es muy posible que se endurecieran de manera oficiosa las condiciones
para alcanzar el empleo de alfrez, de manera que se aumentara coyunturalmente el nmero de
suboficiales. No obstante, ese mismo ao se estableci que la proporcin mnima de aspirantes que
se convertiran en oficial sera del 50 por ciento para cada Arma aunque, como puede observarse
en la figura n. 4, dicha orden no fue llevada a la prctica hasta 1956
70
.
La baja, con respecto a 1954, del nmero de estudiantes ingresados el ao 1955 est ligada a
la introduccin, en la misma legislacin de 1952, de la exigencia de estar matriculado en el
penltimo ao de carrera para cursar la IPS, con lo que el fracaso universitario en las carreras
superiores redujo notablemente los candidatos potenciales a esta modalidad de servicio militar.

69
En un Ejrcito organizado en base al crecimiento rpido y masivo de unidades de Infantera en caso de crisis, resulta
chocante que, con efectividad de 1951, ascendiesen 1.124 alfreces eventuales de Ingenieros, teniendo en cuenta que,
de ese Arma y en esa fecha, slo existan 15 regimientos diez asociados a los cuerpos de ejrcito regionales, otro de
Transmisiones en El Pardo, dos de Fortaleza en Guadalajara y Figueras, uno de Pontoneros en Zaragoza y otro de
Ingenieros del Ejrcito en Madrid y seis grupos cuatro mixtos en las islas, uno de Zapadores adscrito a la Divisin
de Caballera y otro de Transmisiones vinculado a la Divisin Acorazada, ms la Agrupacin de Zapadores
Ferroviarios de Madrid. Asimismo, tampoco resulta proporcionado que, en 1954, se nombraran 4.185 alfreces
eventuales de Infantera y Caballera, las armas combatientes por naturaleza todava en esa poca, mientras que 3.326
una cantidad del mismo orden fueron asignados a Artillera e Ingenieros. Es evidente que la conexin entre
Armas y carreras cursadas no cont con ninguna limitacin y que el crecimiento de las carreras cientfico-tcnicas
durante el desarrollismo repercuti notablemente en el ingreso de cuadros de mando de complemento en los antiguos
Cuerpos Facultativos, apndice n. 2; y Rahona Lpez (2005), pg. 165. El propio ministro del Ejrcito, general
Menndez Tolosa, reconoca en 1964 que Las necesidades del Ejrcito en Oficiales y Suboficiales de Complemento
para movilizacin son necesariamente limitadas, ya que guardan relacin con los efectivos movilizables (decreto
4233/1964 sobre ingreso en la Instruccin Premilitar Superior, 23 de diciembre de 1964, BOE, n. 9).
70
Decreto por el que se modifican las instrucciones para el reclutamiento y desarrollo de la Escala de Complemento
del Ejrcito, 17 de mayo de 1952, BOE, n. 143.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 281


Asimismo, en 1956 se requiri, por primera vez, acreditar cierta aptitud fsica con carcter previo
al ingreso, lo que debi influir, en aos sucesivos, en el nmero de aspirantes
71
.
Otra observacin tiene que ver con los Cuerpos de Sanidad, Farmacia y Veterinaria, que no
recibieron aspirantes a la Escala de Complemento hasta 1967, salvo una experiencia puntual
durante los aos 1954 y 1955, en los que se ofertaron 36 plazas de sargento. Por otro lado, el
Cuerpo de Intendencia tambin recibi un nico ingreso de 26 sargentos durante esos mismos
aos, lo que no se volvi a repetir durante toda la vigencia de IPS
72
. Es algo desconcertante por
cuanto la posibilidad de desviar estudiantes de carreras especficas a estos Cuerpos e incluso al
Jurdico y al de Intervencin estuvo presente desde, prcticamente, la misma fundacin de la IPS.
Sin embargo, la potestad gubernamental de publicar plazas de este tipo no fue ejercida nunca para
algunos de ellos y en contadas ocasiones para el resto, con el objetivo reconocido de no restar
Oficiales de Complemento, procedentes de la Instruccin Premilitar Superior a las distintas Armas,
evitando la disminucin de efectivos para caso de movilizacin de las mismas
73
.
La ausencia de justificacin objetiva para el nombramiento de tales cantidades de cuadros de
mando, la falta de proporcionalidad en la adscripcin a cada Arma ya fuera en base al nmero
de unidades activas o a las expectativas de crecimiento en caso de movilizacin, la
imposibilidad de hacer carrera dentro de la reserva, el reducido adiestramiento, la indiferencia
mostrada por sus mandos durante el perodo en prcticas y el destino a las Unidades Especiales de
Instruccin de cuadros de instructores que, a decir de Lpez Medel, slo excepcionalmente tenan
vocacin por esta manera de prestar el servicio militar, son pruebas suficientes de lo que, como ya
se ha dicho, sostienen varios autores. Se quiere decir que la IPS y las otras modalidades vinculadas
a la constitucin de las clases de complemento no eran ms que una forma de favorecer el
cumplimiento en condiciones privilegiadas de las obligaciones militares de una parte de los
ciudadanos
74
.
El tramo final del grfico de la figura n. 4 merece explicacin aparte. La agitacin del mundo
universitario durante los aos sesenta hizo temer al rgimen que la IPS pudiera llegar a suponer

71
Ibdem; y decreto por el que se modifican los preceptos de las instrucciones para el reclutamiento y desarrollo de la
Escala de Complemento del Ejrcito de Tierra, 15 de julio de 1955, BOE, n. 204.
72
Apndices n. 2 y 3.
73
Decreto por el que se modifican las instrucciones para el reclutamiento y formacin de la oficialidad de
complemento del Ejrcito, 3 de julio de 1945, BOE, n. 242; y decreto por el que se restablece la Escala de
Complemento del Cuerpo de Farmacia, 11 de diciembre de 1953, BOE, n. 363.
74
Durante la poca de consolidacin de la IPS, Lpez Medel propuso que los oficiales pudieran ascender a teniente y a
capitn por antigedad, mientras que a comandante se ascendera tras pasar un curso, Lpez Mdel (1963), pgs. 81,
83 y 85. Sin embargo, hasta la completa desaparicin de la Escala de Complemento proveniente del servicio militar
obligatorio, la condicin para recorrer este itinerario requiri permanecer en activo durante toda una vida profesional.
Por otro lado, en 1966 un veterano profesor de IPS denunciaba la falta de comprensin de los cuadros de mando de
las unidades o centros del Ejrcito de Tierra hacia la figura del oficial de complemento, Rodrguez Lpez (1966), pg.
56.
282 El reservismo militar en Espaa

una va fcil para insertar elementos subversivos en las Fuerzas Armadas
75
. A este miedo se uni
la proliferacin de mandos subalternos que comenzaba a ser, como se viene apuntando,
desproporcionada en relacin a las potenciales reservas, particularmente a partir de que, en 1965,
el Ejrcito redujera sus efectivos para adoptar una orgnica similar a la francesa. Ambas razones
pueden entreverse en el prembulo del decreto que instaur las nuevas normas de acceso:

El gran crecimiento de la poblacin estudiantil en los ltimos aos ha dado lugar a que las
solicitudes de ingreso en la Instruccin Premilitar Superior superen grandemente las necesidades
del Ejrcito, por otra parte bastante reducidas al llevarse a cabo la reorganizacin del mismo. []
Por todo ello y a fin de conseguir un cuadro de Oficiales, Suboficiales y clases de tropa con el
espritu, formacin moral y eficiencia militar adecuadas a la funcin del mando que en su da ha de
exigrseles, se hace previsto adoptar determinadas medidas de seleccin no previstas [...]
76
.

Consecuentemente, el remedio consisti en limitar las plazas a 6.000 aspirantes, hacer ms
rgido el ingreso y ofrecer alternativas a los empleos de sargento y alfrez. Todo ello se arbitr
mediante la asignacin de las plazas en funcin del expediente acadmico de cada aspirante, la
exigencia de un certificado de buena conducta y el uso de la figura denominada excedente de
IPS, ya en vigor desde finales de 1964 y cuya entrada en vigor se advierte en figura n. 4
merced a la disminucin notable y progresiva de aspirantes a partir de dicho ao. El excedente
de IPS consista en que los no admitidos, es decir, los de peor expediente acadmico, eran
destinados, si voluntariamente lo decidan, al Centro de Instruccin de Reclutas Especial CIRE,
ubicado en el Campamento del Talarn (Tremp). En este centro cursaban dos perodos similares a
los de la IPS, sin ms que sustituir los empleos de sargento y alfrez por los de cabo y cabo
primero. A la terminacin de la instruccin, los aspirantes realizaban seis meses de prcticas en el
mayor empleo conseguido
77
.
Consolidada la IPS a lo largo de los aos cincuenta, el crecimiento de la poblacin
universitaria, el atractivo de realizar un servicio militar ms corto y compatible con el calendario
escolar, el compartir campamento con otros individuos de su clase, la adquisicin de la condicin
privilegiada de mando y el obtener durante los cuatro ltimos meses del servicio militar una
retribucin modesta pero muy atractiva para un estudiante de la poca, atrajo a numerosos
aspirantes que, segn Lpez Medel, ya no eran los hijos de las clases acomodadas como suceda

75
Puell de la Villa (2010
A
), pgs. 207 y 211.
76
Decreto 1037/1967 por el que se dictan normas para ingreso en la Instruccin Premilitar Superior, 12 de mayo de
1967, BOE, n. 127.
77
Ibdem. Puell de la Villa entiende que es el camino hacia el desmantelamiento de la IPS. Fue el general Menndez
Tolosa, ministro del Ejrcito, el que tom la iniciativa de crear la figura de excedente de IPS para comenzar a limitar
el nmero de oficiales y suboficiales de complemento sin perjudicar a los estudiantes universitarios, Puell de la Villa
(2010
A
), pg. 210; y decreto 4233/1964 sobre ingreso en la Instruccin Premilitar Superior, 23 de diciembre de 1964,
BOE, n. 9.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 283


antes de la Guerra Civil, sino que estaban compuestos por los hijos de las clases medias y del
proletariado
78
.

Figura n. 5: Comparacin de los estudiantes universitarios de penltimo o ltimo ao con los alfreces
eventuales y sargentos de la IPS nombrados en el ao correspondiente (Ejrcito de Tierra)
79
.

En lnea con lo anterior, la tendencia creciente en el nmero de aspirantes a lo largo de la
primera mitad de los aos sesenta de la figura n. 4 sigue el perfil de la evolucin del alumnado
universitario espaol, que pas de 170.600 en el curso 1959-60 a casi el doble diez aos despus
80
.
Sera inexacto, no obstante, valerse del nmero de matriculados para extraer alguna conclusin
sobre el grado de implantacin de la IPS entre la poblacin estudiantil, dado que los cursos
superiores tenan menos alumnos que los inferiores, y que los alumnos de stos no podan optar
an por esta modalidad de servicio militar. En su lugar se ha preferido utilizar el nmero de
varones que acabaron sus estudios cada ao, asumiendo que esa es una poblacin de comparacin
vlida para las carreras medias y que, para carreras superiores, debe ser considerada esa cantidad
de alumnos como si pertenecieran al penltimo ao, suponiendo que no haba fracaso escolar en el
tramo final de los estudios. La poblacin estudiantil masculina de comparacin, teniendo en cuenta
las carreras que permitan el acceso a la IPS, se muestra en el apndice n. 4. De la combinacin de

78
La cita completa de Ortega y Gasset, refirindose a la Universidad de la preguerra civil es Todos los que reciben
enseanza superior no son todos los que podan o deban recibirla; son slo los hijos de las clases acomodadas, Lpez
Medel (1963), pg. 32. Otros autores coinciden en que la Universidad fue perdiendo en los aos cincuenta y sesenta su
carcter minoritario, dejando de ser coto propio de las capas sociales ms favorecidas o de familias con arraigada
tradicin profesional, Rahona Lpez (2005), pg. 164.
79
Apndices n. 2, 3 y 4.
80
Rahona Lpez (2005), pg. 161.
284 El reservismo militar en Espaa

la informacin existente en dicho apndice, y tambin en los n. 2 y 3, se obtiene la figura n. 5,
que muestra la evolucin del nmero total de oficiales y suboficiales de IPS en relacin a la
evolucin de la poblacin universitaria masculina comparable.
En la citada figura vemos cmo, hasta que se estableci un lmite a partir de 1965, la IPS
atrajo como promedio al 48 por ciento de estudiantes universitarios, con aos en los que los
aspirantes llegaron a superar las dos terceras partes de los potenciales candidatos, como sucedi
prcticamente en toda la dcada de los cuarenta. Estas son proporciones muy considerables a pesar
de no tenerse en cuenta las modalidades similares en la Marina y el Ejrcito del Aire, de las que no
se conoce su distribucin anual no obstante, se sabe que las cifras totales de aspirantes en dichos
ejrcitos eran despreciables con respecto a las del Ejrcito de Tierra, como se ver ms adelante.

4.3. Las clases de complemento en la Marina y en el Ejrcito del Aire

Todas las clases de oficiales movilizables que se han tratado en este trabajo pertenecieron al
Ejrcito de Tierra. La Marina no tuvo oficialidad de complemento hasta despus de la Guerra Civil
y, durante la misma, ni siquiera cont con oficiales provisionales, sirviendo la mayora de los
universitarios y de los bachilleres combatientes al menos en el lado sublevado como
marineros voluntarios
81
. La falta de tradicin en este sentido, el carcter extremadamente tcnico
de su oficialidad y el menor peso de las fuerzas navales en las operaciones debieron de ser las
causas de que se confiase en los marinos mercantes oficiales de puente y de mquinas para
cubrir este tipo de vacantes, como se ver ms adelante.
En cuanto al Ejrcito del Aire, el Arma de Aviacin an no exista aqul de los dos
bandos contendientes s que cont tanto con oficiales de complemento como con oficiales
provisionales procedentes del Ejrcito de Tierra, cuya existencia se pone de evidencia a travs de
las numerosas incorporaciones, cambios de destino y ascensos de este personal publicados en la
Gaceta de Madrid y en el Boletn Oficial del Estado correspondientes a esos aos.

4.3.1. Milicia Naval Universitaria

En la inmediata posguerra, la Armada se concentr en la recuperacin y transformacin del
obsoleto material que en esos momentos se encontraba alistado. Por otro lado, se emprendieron
tareas de organizacin del personal y de la instruccin para dar respuesta a la escalada tecnolgica

81
Maestro (2010), pg. 11.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 285


en la que se encontraba inmersa la guerra naval. En este sentido, aparte de restaurar algunos
Cuerpos de oficiales que haban sido declarados a extinguir por la Repblica Infantera de
Marina y Eclesistico, se cre el de Mquinas y se llenaron todos ellos de escalas Mar, Tierra,
Complementaria, Complemento, etc. y de especialidades. Asimismo, la profesin del suboficial
fue diversificada mediante la creacin de numerosas especialidades especficas. Por otro lado, toda
la formacin naval fue remodelada mediante la restauracin de algunos centros de instruccin y la
creacin de otros nuevos de alta especializacin como la Escuela de Electricidad y Electrnica de
la Armada, en Vigo
82
.
En este entorno organizativo tan especializado y tecnificado comenzaba a tener sentido contar
con cuadros de mando movilizables al modo que haba venido siendo tradicional en el Ejrcito de
Tierra. Se lleg a la conclusin de que en un barco o en una base naval, aparte de la navegacin, el
mantenimiento y la intendencia en cuyas actividades asociadas se continuara disponiendo de
marinos mercantes a modo de reservistas existan:

Mltiples funciones de especialidad [...] que, cubiertas en tiempo de paz por personal militar,
adquieren un volumen extraordinario en tiempo de guerra, exigiendo la movilizacin de grandes
contingentes de personal civil poseedor de conocimientos afines, cuya adaptacin al medio y
modalidades del servicio requiere un adiestramiento adecuado
83
.

As, un ao y medio despus del nacimiento de la IPS, se permiti que parte de los
universitarios pudieran constituir ese contingente de mandos reservistas que, tras estar inscritos en
la Milicia Universitaria, ingresaran en la Instruccin Prenaval Superior. Despus de realizar las
prcticas correspondientes, pasaran a encuadrarse en las Escalas de Complemento de los Cuerpos
de la Armada. De manera similar al Ejrcito de Tierra, los aspirantes sufran dos perodos de
instruccin en los veranos de su antepenltimo y penltimo ao de carrera, realizando las prcticas
a continuacin de terminar la misma y obteniendo entonces el empleo efectivo.
Dos importantes adaptaciones fueron introducidas por la Armada sobre el modelo de IPS del
Ejrcito. La primera era que los aspirantes a la categora de oficial no obtenan el empleo de
alfrez o su equivalente naval, alfrez de fragata sino que, tras los perodos de instruccin,
eran considerados aptos para el empleo de alfrez de navo, rango equivalente a teniente del
Ejrcito de Tierra. La otra diferencia era que el nombramiento como sargento segundo
contramaestre o como alfrez de navo de un aspirante no dependa de la nota obtenida durante

82
Las de suboficiales eran Buzo, Buzo de Averas, Buzo de Combate, Celador de puerto y pesca, Condestable
artillero, Contramaestre maniobra, Electricista, Electrnico, Escribiente, Hidrgrafo, Infantera de Marina,
Maquinista, Minista, Radarista, Radiotelegrafista, Sanitario, Sonarista, Submarinista, Timonel-sealero y Torpedista,
Blanco Nez (2010), pgs. 110 y 111.
83
Decreto por el que se crean las Escalas de Complemento en los Cuerpos Patentados y en el de Suboficiales de la
Armada, 22 de julio de 1942, BOE, n. 218.
286 El reservismo militar en Espaa

la instruccin, sino de la carrera que estuviese cursando
84
. Como norma general, los estudiantes de
carreras superiores eran dirigidos hacia el empleo de oficial y los de carreras medias hacia el de
suboficial, como puede verse en la tabla n. 17.
Este formato, llamado Milicia Naval Universitaria o, segn la poca, Seccin Naval de la
MNU, continu en vigor con pequeos cambios hasta 1972, cuando los programas para formacin
de oficiales y suboficiales de la Escala de Complemento de los dos Ejrcitos y la Armada fueron
reemplazados. No existe una cuantificacin con el mismo rigor y nivel de detalle como la que se
ha realizado para IPS, aunque se estima que durante todo el perodo de vigencia fueron nombrados
unos 2.700 oficiales de complemento de la Armada, desconocindose el nmero de suboficiales
85
.


Cuerpo Especialidad Estudios
C
u
e
r
p
o
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P
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e
n
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s

(
o
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)

General
Electricidad ICAI e Ingeniera Industrial
Artillera y Armas
Submarinas
Arquitectura, Ingeniera de Caminos, Ingeniera de Minas,
Fsica y Qumica
Radiotelegrafa Ingeniera de Telecomunicacin
Ingenieros Navales

Ingeniera Naval
Infantera de Marina Comercio, Derecho, Econmicas, Pedagoga y Polticas
Mquinas Ingeniera Industrial
Intendencia Comercio, Derecho, Econmicas y Polticas
Sanidad
Seccin de Sanidad Medicina
Seccin de
Farmacia
Farmacia
Jurdico Derecho
C
u
e
r
p
o

d
e

S
u
b
o
f
i
c
i
a
l
e
s

Suboficiales
Artillera Aparejadores, Peritos Mecnicos, Peritos Qumicos
Mecnica Peritos Mecnicos
Torpedos y minas Ayudantes de Obras Pblicas
Elctricidad Peritos Elctricos
Tabla n. 17: Asignacin a categoras y a Cuerpos de la Armada a los aspirantes a ingresar en la MNU en funcin
de la carrera que estuviesen cursando (1952)
86
.




84
Existan dos vas adicionales para ingresar en las Escalas de Complemento: a travs del servicio militar en las clases
de tropa acreditando conocimientos similares a los universitarios y al pasar a la situacin de retiro sin notas
desfavorables en su hoja de servicios, en el caso de los militares profesionales, ibdem. Los empleos obtenidos por los
oficiales de la MNU se homologaron en 1963 con los de las otras oficialidades de complemento (decreto por el que se
modifican los de veintids de julio de mil novecientos cuarenta y dos y de veintiocho de noviembre de mil novecientos
cincuenta y dos, creando el empleo de alfrez de fragata y asimilados en la Escala de Complemento de la Armada, 23
de julio de 1963, BOE, n. 190).
85
Daz de Otazu (2006), pg. 639.
86
Orden por la que se convocan 170 plazas para ingreso en la Milicia Naval Universitaria, 7 de diciembre de 1952,
BOE, n. 24. Ms adelante se unificaran los Cuerpos de Ingenieros Navales y Mquinas, y se incluiran ms estudios
universitarios.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 287


4.3.2. Milicia Area Universitaria

El Ejrcito del Aire, creado en 1939, dedic sus primeros aos de actividad a establecer su
propia organizacin, a la instruccin de la ingente cantidad de personal que deba cubrir sus
plantillas y al costoso mantenimiento de la flota area heredada de la Guerra Civil, que contaba en
1940 con la increble cantidad de 1.148 aviones de 95 tipos diferentes, los cuales ni siquiera podan
volar por falta de combustible. En cuanto a los recursos humanos, el nuevo ejrcito se form con el
personal procedente del Arma de Aviacin, como pareca previsible. Dicho personal se increment
tras los numerosos y acelerados cambios de adscripcin originados por el ingreso en la Escala
Activa de oficiales provisionales o por el traslado desde otros ejrcitos, proceso que no culmin
hasta 1947, cuando se integraron los ltimos oficiales que haban hecho la guerra
87
.

Arma Cuerpo Estudios
Aviacin
Aduanas, Aparejadores, Arquitectos, Ayudantes de Ingenieros de
Telecomunicacin, Ayudantes de Obras Pblicas, Ayudantes en general, Bellas
Artes, Ciencias, Comercio, Derecho, Farmacia, Filosofa y Letras, ICAI,
Ingenieros Agrnomos, Ingenieros de Caminos Ingenieros Industriales, Ingenieros
de Minas, Ingenieros de Montes, Ingenieros de Telecomunicacin, Ingenieros
Textiles, Instituto Qumico de Sarri, Magisterio, Medicina, Odontologa, Peritos
Agrcolas, Peritos Industriales y Peritos en general
Tropas de
Aviacin
General
Aduanas, Aparejadores, Arquitectos, Ayudantes de Ingenieros de
Telecomunicacin, Ayudantes de Ingenieros en general, Bellas Artes, Ciencias,
Comercio, Derecho, Filosofa y Letras, ICAI, Ingenieros Agrnomos, Ingenieros
Industriales, Ingenieros de Minas, Ingenieros de Telecomunicacin, Instituto
Qumico de Sarri, Magisterio y Peritos en general
Ingenieros
Aeronuticos
Arquitectos, Ciencias, ICAI e Ingenieros en general
Ayudantes de
Ingenieros
Aeronuticos
Aparejadores, Ayudantes de Ingenieros de Telecomunicacin, Ayudantes de
Ingenieros en general, Bellas Artes, Instituto Qumico de Sarri, Peritos
Industriales y Peritos en general
Intendencia
Aduanas, Comercio, Econmicas, Ingenieros Agrnomos, Ingenieros Textiles,
Peritos Agrnomos, Peritos Textiles y Polticas
Intervencin Aduanas, Comercio, Derecho, Econmicas y Polticas
Sanidad Medicina y Odontologa
Farmacia Farmacia
Jurdico Derecho
Tabla n. 18: Asignacin a Cuerpos del Ejrcito del Aire a los aspirantes a ingresar en la MAU en funcin de la
carrera que estuviesen cursando (1947)
88
.


87
Sempere (2010), pgs. 122-127. En el momento de su creacin, las Escalas de Complemento del Ejrcito del Aire
fueron compuestas por los oficiales y suboficiales de complemento del Ejrcito o de la Marina que haban prestado
servicio en Aviacin con anterioridad (decreto por el que se fijan las Escalas de Complemento iniciales en las Armas y
Cuerpos del Ejrcito del Aire, 7 de junio de 1940, BOE, n. 171).
88
Decreto por el que se aprueban las Instrucciones para el reclutamiento y formacin de los oficiales y suboficiales de
complemento del Ejrcito del Aire, 24 de julio de 1947, BOE, n. 213. En el mandato de Gonzlez-Gallarza como
ministro del Aire, el Arma de Aviacin y las Tropas de Aviacin se fundieron en una sola, dividindose en Servicio de
Vuelo y Servicio de Tierra, adems de los Cuerpos, Sempere (2010), pg. 134.
288 El reservismo militar en Espaa

Aquel ao, estabilizadas las plantillas y an inmersos en el plan de flota area que haba
establecido el primer ministro del Aire, general Yage, el ministro Gonzlez-Gallarza consider
llegado el momento de abrir las Escalas de Complemento a los universitarios que quisieran realizar
el servicio militar en el Ejrcito del Aire, en condiciones parecidas a la IPS terrestre
89
.
Dadas las necesidades existentes, lo que pretendi el Ejrcito del Aire al menos durante la
primera etapa de la MAU fue formar tanto a pilotos militares como a oficiales de las Tropas de
Aviacin encargados de la seguridad de las bases y del apoyo al vuelo, aunque los no aptos en
cada fase de la instruccin eran desviados a empleos de suboficial. Los estudios que permitan el
acceso a cada Arma y a cada Cuerpo pueden consultarse en la tabla n. 18.


Alfrez Sargento Total
Servicio de Vuelo 809 0 809
Servicio de Tierra 3.923 132 4.055
Total 4.732 132 4.864
Tabla n. 19: Estudiantes ingresados en la MAU, distribuidos por
Servicio del Arma de Aviacin y empleo (1949-1972)
90
.

Los estudiantes que fueron formados en la MAU hasta 1972 deban estar inscritos en la
Milicia Universitaria del SEU, cumplir catorce meses de servicio militar esto en un principio,
pues ms tarde ese tiempo se redujo sucesivamente a doce y a diez meses pasar, como en los
otros ejrcitos, dos trimestres de instruccin que tenan lugar durante los veranos del segundo al
tercer curso de carrera y del tercero al cuarto y realizar un perodo de prcticas de ocho meses al
finalizar los estudios. Los seleccionados para ingresar en el Servicio de Vuelo obtenan
adicionalmente el ttulo de piloto elemental tras el segundo perodo de instruccin y el de piloto

89
En 1939, Yage pretendi que se aprobara un plan para contar con 5.000 aviones en cinco aos, si bien, dadas las
limitaciones presupuestarias, la falta de capacidad de la industria nacional y las carencias de especialistas para su
mantenimiento, debi conformarse con que en 1940 se diera va libre a alcanzar la cifra de 2.100 aviones en cuatro
aos. Dicho plan acab prolongndose hasta invadir el mandato del general Gonzlez-Gallarza para ser finalmente
suspendido tras la firma del primer convenio con Estados Unidos, debiendo asimismo compensar la reduccin de 633
aviones 63 tipos distintos que, en el perodo 1945-1953, fueron retirados del servicio, Sempere (2010), pgs. 126,
127 y 133. Como en el caso de la Armada, existan dos vas adicionales para ingresar en las Escalas de Complemento:
a travs del servicio militar en las clases de tropa acreditando conocimientos similares a los universitarios y al
pasar a la situacin de retiro sin nota desfavorable, y sin haber cumplido la edad reglamentaria, en caso de ser militar
profesional (decreto por el que se aprueban las instrucciones para el reclutamiento y formacin de los oficiales y
suboficiales de complemento del Ejrcito del Aire, 24 de julio de 1947, BOE, n. 213).
90
Tabla elaborada por el autor a partir de los datos ofrecidos por Canales (1989), pgs. 659 y 661; Prieto Prez (1989),
pg. 665; y Daz de Otazu (2006), pg. 639.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 289


militar tras los primeros seis meses de prcticas
91
. Esto constituy sin duda un atractivo adicional
para los jvenes que prefirieron la MAU a las otras modalidades de instruccin premilitar
92
.
Llegado el material estadounidense a partir de 1953 que inclua los reactores F-86 Sabre
para caza y T-33 para enseanza
93
, ni pareca realista que se pudiera instruir a pilotos reservistas
en unos pocos meses ni tampoco pretender que su capacitacin para el vuelo se mantuviera durante
su permanencia en la reserva, habida cuenta la complejidad de los nuevos aparatos y la escalada
tecnolgica en la que se encontraba la aviacin. Este extremo es confirmado por Canales, quien
afirma que, en esos momentos, ya no era fcil la conversin de un piloto elemental en piloto de
combate
94
. Por eso, en 1955 fue limitada la instruccin de vuelo a la obtencin del ttulo de piloto
elemental, es decir, la autorizacin para volar con avionetas sin armamento, exigiendo firmar un
compromiso de cuatro aos para adquirir la capacidad de pilotar aviones de combate.
Consecuentemente, el perodo de prcticas se redujo a seis meses en 1957 y a cuatro en 1958,
coincidiendo con lo ya decidido para el Ejrcito de Tierra el ao anterior
95
. An as, en la MAU se
formaron pilotos elementales hasta 1964, cuando la convocatoria publicada el ao anterior dej de
incluir plazas de oficial para el Servicio de Vuelo del Arma de Aviacin. A partir de entonces, y
hasta la extincin de esta modalidad en 1972, los oficiales de complemento slo pertenecieron al
Servicio de Tierra y a los Cuerpos de Ingenieros Aeronuticos, Intendencia, Sanidad y Farmacia
del Ejrcito del Aire
96
.




91
Decreto por el que se aprueban las Instrucciones para el reclutamiento y formacin de los oficiales y suboficiales de
complemento del Ejrcito del Aire, 24 de julio de 1947, BOE, n. 213. Como en las Escalas de Complemento de los
otros ejrcitos, formalmente podan acceder a la del Ejrcito del Aire los soldados de reemplazo o voluntarios que
estuviesen cumpliendo el servicio militar, siempre que se acreditase mediante examen la posesin de conocimientos
equivalentes, as como los militares profesionales que pasaran a la situacin de retirado sin haber cumplido la edad
reglamentaria ni por razn disciplinaria.
92
Los pilotos de la MAU que efectuaron el curso de transformacin de cuatro meses de duracinpara obtener el
ttulo militar lo hicieron en el aerdromo de Las Bardocas (Badajoz) y, ms tarde, en el de El Copero (Sevilla).
Volaron aviones de entrenamiento como el Hispano Suiza HS-42 o el Gotha Go-145 (luego CASA 1145-L), Canales
(1989), pg. 660; y Prieto Prez (1989), pg. 668.
93
Sempere Domnech (2010), pg. 135.
94
Canales (1989), pg. 661.
95
Decreto por el que se autoriza el reclutamiento y formacin de oficiales y suboficiales de complemento del Ejrcito
del Aire, 10 de agosto de 1955, BOE, n. 238; decreto por el que se modifica el decreto de 10 de agosto de 1955 sobre
organizacin de las Escalas de Complemento del Ejrcito del Aire, 22 de febrero de 1957, BOE, n. 66; y decreto por
el que se reduce a cuatro meses el perodo de prcticas de los alfreces eventuales de la Milicia Area Universitaria, 24
de enero de 1958, BOE, n. 31.
96
Orden por la que se fijan las normas por las que se ha de regir la convocatoria para alfreces eventuales de la Milicia
Area Universitaria, curso 1963-64, 26 de julio de 1963, BOE, n. 184; y orden de 1964 por la que se transcribe la
relacin de admitidos provisionalmente a la convocatoria de la Milicia Area Universitaria para el curso 1963-64, 24
de febrero de 1964, BOE, n. 52.
290 El reservismo militar en Espaa

4.4. Primera asociacin de veteranos de la Escala de Complemento

En los aos anteriores y posteriores a la Gran Guerra, algunos polticos advirtieron que el
elevado nmero de oficiales de complemento existentes y su carcter no militar desaconsejaba que
fueran tratados en tiempo de paz como militares o como civiles convencionales. Por esta razn,
coincidiendo con el perodo histrico del mayor apogeo de la oficialidad de complemento, algunos
Estados comenzaron a patrocinar la creacin de diversas entidades con las que aglutinar a estos
oficiales, favorecer la interlocucin con ellos en tiempo de paz y fomentar el sentimiento de
pertenencia a su clase. Estos fines han sido, con pequeos cambios, los que han continuado
justificando la existencia de asociaciones de reservistas hasta nuestros das. En esa primera poca,
como queda implcito, las organizaciones existentes slo admitan a oficiales entre sus filas.

4.4.1. Paradigmas existentes en las asociaciones de oficiales reservistas

En 1921 fue creada en Versalles la Union Nationale des Officiers de Rserve UNOR con
el patrocinio del propio presidente de la Repblica, Raymond Poincar, que haba servido como
oficial de complemento. Su propsito era reunir en una sola entidad, al modo de las federaciones,
el nmero ya importante de asociaciones nacionales, regionales y corporativas que proliferaban en
Francia 104, en esa poca, como por ejemplo, la Reunin des officiers de rserve et de
l'arme territoriale du service d'tat-major, fundada en 1898 por mediacin del jefe del Estado
Mayor del Ejrcito francs, el general Renouard. UNOR lleg a contar en 1939, a travs de las 505
asociaciones con las que contaba entonces, con cerca o con ms de 100.000 oficiales de reserva
97
.
Otros ejemplos fueron la Union Nationale des Medecins de Rserve, fundada en 1904, o la
Association des Officiers de Rserve de la Marine Nationale creada en 1926
98
.
Por otro lado, la Asociacin de Oficiales de Reserva estadounidense Reserve Officers
Association, ROA tambin fue creada tras la Primera Guerra Mundial, concretamente en 1922.
Fue el general de ejrcito John J. Black Jack quien promovi su fundacin con el propsito de
luchar contra las corrientes aislacionistas que reaparecieron tras dicha contienda y que, en los aos
previos a la misma, haban ocasionado que los norteamericanos se incorporaran al combate con
una notable falta de adecuacin a la tecnologa y a las tcticas imperantes. A lo largo de casi
noventa aos de existencia, la ROA ha permanecido comprometida con su misin fundacional:

97
http://www.unor.org/main/internet/unor_historique.php; y Gerard Bieuville (1999), pg. 23. UNOR pas con
posterioridad a denominarse Union Nationale des Officiers de Rserve et des Organisations des Rservistes.
98
http://www.unmr.org y http://www.acoram.com/histoire.htm.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 291


support and promote the development and execution of a military policy for the United States
that will provide adequate National Security, es decir, que, adems de aglutinar a los oficiales
reservistas, su propsito es constituir un lobby para influir en la poltica nacional
99
. Contrariamente
a lo que sucede en Francia, la nica asociacin que existe en Estados Unidos es la ROA, la cual
necesita dividirse, por razones operativas, en 55 regiones una por estado, ms otras cinco
repartidas entre el Distrito de Columbia, Europa, Latinoamrica, Lejano Oriente y Puerto Rico
que, a su vez, se subdividen en 550 delegaciones de despliegue mundial.
Como habr podido deducirse de lo anterior, desde los primeros tiempos de las asociaciones
de reservistas comenzaron a conformarse dos paradigmas asociativos que han perdurado hasta
nuestros das. Uno de ellos sigue el modelo francs, en el que numerosas asociaciones locales,
regionales, nacionales y corporativas deciden unirse en una federacin que cumpla dos funciones:
recoger las distintas sensibilidades y servir de interlocutor, en ambas direcciones, con su
Ministerio de Defensa, adems de servir a los fines que se hayan definido. El otro modelo es el
sajn, excelentemente bien representado por la ROA estadounidense, donde slo existe una
asociacin reservista con una organizacin interna tan grande y compleja como sea necesario para
cubrir tanto el territorio nacional como sus zonas de influencia.

4.4.2. Unin Nacional de los Antiguos Oficiales y Suboficiales de las Milicias Universitarias de
los tres Ejrcitos

Al contrario de lo que suceda fuera de las fronteras espaolas, la pobre acogida que se dio
tanto a la escala de reserva gratuita de 1912 como a su sucesora, la escala de complemento de
1918, no permitieron que hubiera la iniciativa y la masa crtica necesarias para que aparecieran
asociaciones del estilo de las anteriormente referidas, que no se materializaron hasta bastante
despus de la Guerra Civil y en nmero muy menguado hasta la muerte de Franco. Adems, el
asociacionismo militar no tena tradicin en Espaa a tenor de las escasas iniciativas habidas en tal
sentido, todas ellas partidarias
100
.

99
[Apoyar y promover la ejecucin de la poltica de defensa que proporcione la adecuada seguridad a Estados
Unidos. Traduccin del autor]: http://www.roa.org/site/PageServer?pagename=history.
100
Entre los que podran figurar como antecedentes remotos del asociacionismo militar moderno se encuentra la
Sociedad Isabelina, una asociacin compuesta por civiles y militares creada por los liberales fieles al
constitucionalismo gaditano. Su propsito era derogar el Estatuto Real propuesto por Martnez de la Rosa y restablecer
sin restricciones la Constitucin de 1812, lo que se consigui finalmente en 1836 tras el Motn de los Sargentos en La
Granja. As pues, la vida de esta asociacin qued acotada por los aos 1833 y 1836. Otra entidad similar de efmera
existencia fue la Orden Militar Espaola, en realidad una junta de oposicin a Espartero presidida por Narvez y que
dur lo que el exilio parisino de ste. Su finalidad era promover la sublevacin como medio para liquidar la hegemona
progresista en Espaa. Por ltimo, la Asociacin Republicana Militar se constituy en 1880 con carcter secreto para
conspirar contra el rgimen de la Restauracin y proclamar la Repblica, llegando a preparar en 1883 la sublevacin
292 El reservismo militar en Espaa

Como se ha visto en este captulo, durante el rgimen franquista s que se produjo un
importante aumento en los cuadros de mando reservistas procedentes de la conscripcin, gracias a
los mozos que elegan realizar el servicio militar a travs de la Instruccin Premilitar Superior. Sin
embargo, a pesar del colosal incremento del colectivo de oficiales y suboficiales de complemento
en los primeros aos de la posguerra y de llegar a alcanzar el volumen necesario para que se
pudieran crear las primeras asociaciones, las condiciones polticas existentes no favorecieron su
aparicin. Debe recordarse que, aunque el derecho de libre asociacin se haba recogido en el
Fuero de los Espaoles de 1945, no hubo una ley de asociaciones hasta 1964
101
. En cualquier caso,
la libertad no era tal, ya que las organizaciones deban recoger en sus estatutos la fidelidad a los
principios del Movimiento Nacional, y, adems, la compleja burocracia asociada al proceso de
registro ms bien daba a entender que se deseaba disuadir de tal iniciativa o, en caso de tenacidad
de los socios, controlar su constitucin y funcionamiento, como ya vena ocurriendo desde las
primeras disposiciones elaboradas en la posguerra
102
. Todas estas restricciones configuraron, como
no poda ser de otra manera, un tejido asociativo vinculado ideolgicamente al rgimen.
Dado ese estado de las cosas, con una masa de potenciales socios bastante numerosa, pero con
un marco legal poco propicio y nulo apoyo gubernamental, resulta comprensible que hubiera que
esperar cincuenta y dos aos desde la primera regulacin en materia de oficiales de complemento y
veintisis aos tras la creacin de la Milicia Universitaria, es decir, hasta 1966 cuando ya estaba
bastante avanzado el perodo desarrollista y aperturista del franquismo, para que se dieran las
condiciones para el nacimiento de la asociacin ms veterana, que an existe hoy en da: la Unin
Nacional de los Antiguos Oficiales y Suboficiales de las Milicias Universitarias de los tres
ejrcitos UNAMU
103
. En la prensa militar apareceran unos pocos aos ms tarde un texto
que justificaba, en la lnea expresada anteriormente y referida a otros pases, la constitucin de este
tipo de entidades:

Es necesario hacer que [el reservista] conserve ese espritu militar en la poca posterior a su
licenciamiento, en la que forzosamente ha de estar muy influenciado por el ambiente en que viva y
trabaje. [...] Asociaciones de Arma, de Regimiento, de Oficiales y Suboficiales de la Reserva

de veintisis guarniciones, que fracas finalmente. Tras un par de intentos ms en 1884 y en 1886, esta
asociacin se disolvi durante los primeros aos de la Regencia de Mara Cristina, Carrillo (2008), pgs. 25 y 26.
101
El art. 16 deca Los espaoles podrn reunirse y asociarse libremente para fines lcitos y de acuerdo a lo
establecido por las Leyes (Fuero de los Espaoles, 17 de julio de 1945, BOE, n. 199).
102
Decreto sobre regulacin del ejercicio del derecho de asociacin, 6 de febrero de 1941, BOE, n. 37; y ley 191/1964
de asociaciones, 24 de diciembre de 1964, BOE, n. 311. En el decreto de 1941 se controlaba a los directivos de las
asociaciones y la ley de 1964 supeditaba la celebracin de las asambleas a la comunicacin previa al Gobierno Civil
respectivo con una antelacin mnima de 72 horas.
103
Ceballos-Escalera (2007), pg. 40.
Captulo VIII.- De la autarqua al desarrollismo (1939-1968) 293


(cualquiera que fuera su procedencia) [...] podran contribuir a mantener vivo el espritu militar
entre los reservistas
104
.

Los fines principales de UNAMU, que constituyeron un molde para futuras iniciativas, se
pueden resumir en los siguientes puntos:

Mantener la cohesin entre los reservistas.
Ser puente de unin entre el mundo castrense y la sociedad civil.
Fomentar la cultura de defensa
105
.

Como era habitual en la poca, UNAMU sumaba a estos fines puramente asociativos otros
que se podran llamar de ndole poltica, como el cultivo de la moral nacional y la afirmacin
de la unidad de la Patria. Con todo ello, hasta el fin de la Transicin espaola permaneci, en
lnea con el modelo sajn antes descrito, como la nica asociacin de reservistas espaoles de las
categoras oficial y suboficial
106
.

104
Muoz Franco (1970), pg. 8.
105
VV. AA. (2009), pg. 170.
106
Luna, R. (1996, 7 de setiembre), Cartas al director. Milicias universitarias, ABC, Madrid, pg. 14. Desde el
principio de su existencia, UNAMU mantuvo excelentes relaciones con el rgimen, lo que se puso de manifiesto, por
ejemplo, con la asistencia de su presidente a la renovacin del juramento a la bandera de las primeras promociones de
la Milicia Universitaria, acto que tuvo lugar en Madrid el 21 de mayo de 1966, cuando la Asociacin haca poco que
haba sido fundada. Asistieron tambin al acto el subsecretario de Educacin Nacional y el presidente de la
Hermandad Provincial de Alfreces Provisionales de Madrid, Redaccin (1966, 22 de mayo), Renovacin de
juramento de la Milicia Universitaria, ABC, Madrid, pgs. 91 y 92.

Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 295


CAPTULO IX.- DISTENSIN Y FINAL DE LA GUERRA FRA (1968-1991)


Avanzada la dcada de los sesenta, algunos pases europeos comenzaron a sentir la necesidad
de reducir la duracin de la prestacin militar que se vena solicitando a sus ciudadanos. El
llamado baby-boom aumento extraordinario de la natalidad dada durante los primeros aos de la
posguerra mundial proporcionaba, veinte aos ms tarde, reemplazos muy numerosos. Por otro
lado, el proceso de descolonizacin en el que se encontraban inmersas las potencias europeas
aconsejaba el mantenimiento de ejrcitos ms pequeos, con reservas menos numerosas porque,
ante las armas atmicas, no pareca que una eventual guerra mundial fuera a enfrentar a grandes
masas de ciudadanos. Adems, la llamada disuasin nuclear se haba hecho ms efectiva y
compleja dado que nuevos pases como China, Francia o Reino Unido eran capaces de emplear,
desde la dcada de los sesenta, armas de este tipo.
De esta manera, la Espaa de los ltimos aos del franquismo y de la Transicin no fue ajena
al cambio de escenario que se estaba produciendo, abordando dos veces la reforma del
reclutamiento en el sentido de tener entre otras modificaciones a los mozos menos meses en
filas y a los reservistas menos aos disponibles. La incorporacin a la Escala de Complemento
tambin sufri una importante reforma, unificando por primera vez los criterios de los dos
Ejrcitos y de la Armada.

1. TARDOFRANQUISMO Y RECLUTAMIENTO

Empleando el prisma econmico, pareca evidente que las nuevas necesidades defensivas ms
reducidas cubiertas en materia de personal de tropa con el tiempo en que los jvenes varones
dejaban de ser parte de la poblacin activa y vestan el uniforme militar, deban hacerse
compatibles con las ansias de desarrollo social y econmico de cada pas y no constituir un gasto
excesivo o una distraccin de recursos productivos valiosos. Por todo ello, las naciones
occidentales estuvieron durante estos aos, y hasta el final del siglo XX, estudiando
permanentemente la adaptacin del servicio militar a sus circunstancias polticas, militares,
econmicas y sociales, optando entre los tres paradigmas de reclutamiento que formaban parte del
debate, es decir, el sistema obligatorio, el sistema selectivo y el sistema voluntario, si bien eran
posibles frmulas mixtas
1
.

1
Goslbez Celdrn (1970), pg. 10.
296 El reservismo militar en Espaa

Goslbez Celdrn considera el sistema de reclutamiento obligatorio como el ms justo y uno
de los ms eficientes para la perfecta preparacin de los Ejrcitos, ya que todos los jvenes pasan
por sus filas durante un cierto tiempo y permanece constante su potencia y capacidad de
movilizacin. Sin embargo, el mismo autor denuncia el peligro de adiestrar a un nmero excesivo
de hombres en relacin a las necesidades de las Fuerzas Armadas lo que acababa llevando a la
declaracin de excedentes de cupo y, consecuentemente, a la aparicin de una desigualdad
involuntaria entre los que deban empuar las armas y los que eran liberados de hacerlo por sorteo.
La compensacin de este efecto mediante la reduccin del tiempo de servicio activo conllevaba
que fuera cada vez ms difcil instruir a los soldados en cometidos de carcter tcnico, plazas ms
numerosas y complejas cada ao
2
.
Francia decidi en estos aos conservar las ventajas del servicio militar obligatorio y
minimizar sus inconvenientes gracias a la reduccin del tiempo sobre las armas y al desvo de
parte de los efectivos a actividades de cooperacin con los ministerios civiles. Para ello, en 1965
puso en prctica el servicio militar selectivo que haba aparecido en su legislacin en 1959, cuando
la Guerra de Argelia haba terminado. Dicha prestacin se llam servicio nacional y se justific
por la consideracin de que la movilizacin civil sera crtica en una guerra futura, en la que no
chocaran grandes masas de hombres pero s que jugaran un importante papel las economas
nacionales y la defensa civil
3
. El servicio nacional era obligatorio para todos los ciudadanos
varones y poda realizarse de una de las siguientes maneras:

En las unidades activas, diecisis meses sobre las armas doce a partir de 1970.
En el Servicio de Defensa tambin llamado de movilizacin civil, los que
tuvieran obligaciones familiares, tras cumplir diez meses de servicio militar. Dada la
desastrosa movilizacin de 1940, que paraliz el pas desde el punto de vista
econmico y de los transportes, el Servicio fue creado para garantizar el
funcionamiento de la economa, la administracin, la proteccin civil, la sanidad y la
seguridad interior. Eran, por tanto, trabajadores civiles que, en caso de crisis, se
asignaban a puestos de trabajo esenciales bajo jurisdiccin militar.
Mediante el apoyo tcnico para proyectos de desarrollo a desplegar en los
departamentos y territorios de Ultramar.

2
Ibdem.
3
Baude (1963), pg. 52; y Fernndez Garca (1969), pg. 19. Una quinta parte de los pases de todo el mundo haba
implantado en 1970 esta modalidad de servicio, aunque ninguno tena la importancia de Francia o Indonesia, Goslbez
Celdrn (1970), pg. 10.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 297


En un pas extranjero, como parte de la ejecucin de un acuerdo de cooperacin
firmado por el Estado francs
4
.

El servicio nacional permita seleccionar de entre todos los mozos a los mejores para
desempear funciones militares, destinndose el resto a cubrir necesidades en servicios civiles de
gran utilidad para el pas que, en cualquier caso, tambin deban ser cubiertos en caso de crisis
grave.
El tercer sistema de reclutamiento mencionado se basaba nicamente en profesionales. Como
es lgico, esta modalidad permita disponer de los mismos hombres durante ms tiempo y contaba
con el apoyo de la poblacin, aunque tena el inconveniente del elevado coste, de la dificultad de
reincorporar los soldados a la vida civil pasado un tiempo y de la falta de ciudadanos adiestrados
en caso de movilizacin general. Adems, algunos autores recelaban, aun a finales de los aos
sesenta, de que un ejrcito de voluntarios pudiera intervenir en la vida poltica del pas. Como se
ha dicho anteriormente, ciertos pases como Espaa mantenan combinaciones de dos de los tres
paradigmas descritos. Particularmente, se consideraba conveniente utilizar la recluta voluntaria
para completar las unidades de mayor riesgo o especializacin
5
.

1.1. La necesidad de reformar el reclutamiento

En suelo espaol, desde el punto de vista de la poltica nacional y de las reformas tanto civiles
como militares, el rgimen franquista realiz en los aos sesenta ciertos movimientos que hicieron
pensar a muchos que una transicin poltica estaba en preparacin, respuesta que, por otra parte,
pareca bastante coherente con el aperturismo hacia el exterior que el pas vena haciendo
6
.
Lamentablemente, el Contubernio de Munich provoc la reaccin contraria del rgimen mostrando

4
Loi n. 65-550 relative au recrutement en vue de l'accomplissement du service national, 9 de julio de 1965, JORF de
10 de julio; loi n. 70-596 relative au service national, 9 de julio de 1970, JORF de 10 de julio; y Baude (1963), pg.
52.
5
Goslbez Celdrn (1970), pg. 10. En 1970, una cuarta parte de los pases de todo el mundo posean un ejrcito
profesional, destacando Estados Unidos a partir de 1973, Japn, La India y Reino Unido. En cuanto a la
neutralidad poltica de unas Fuerzas Armadas profesionales, muchos aos despus del marco histrico de este apartado
escribi Narcs Serra que Normalmente, una mayor profesionalidad militar, en especial cuando es producto de un
impulso corporativo supone una mayor inclinacin a intervenir en poltica, Serra (2008), pg. 85.
6
El Plan de Estabilizacin de 1959 y los sucesivos Planes de Desarrollo Econmico y Social fueron serias iniciativas
civiles que acabaron produciendo el llamado milagro espaol. Desde el punto de vista militar, la creacin del
CESEDEN con el que se pretenda que la organizacin militar se aproximara a los criterios de la OTAN o el
nombramiento del general Muoz Grandes como vicepresidente del Gobierno para asuntos de la Defensa Nacional,
hicieron pensar que se unificaran los tres ministerios militares y que eso llevara a otras reformas, lo que no lleg a
suceder, Puell de la Villa (2010
B
), pgs. 84-88.
298 El reservismo militar en Espaa

de nuevo, frente a una oposicin que se haba revitalizado notablemente, el talante represor de la
inmediata posguerra. As, las reformas ms ambiciosas quedaron aparcadas
7
.
A pesar de que la institucin militar fue la menos afectada por la ola modernizadora que
apareci a finales de los aos sesenta y principio de los setenta, en el tramo final del franquismo se
dio carcter universitario a la formacin de los oficiales, se reform el organigrama del Ministerio
del Ejrcito lo que facilit su integracin posterior en el Ministerio del Defensa, se dignific
la figura del suboficial y se cre el Instituto Social de las Fuerzas Armadas ISFAS, que naci
para compensar el progresivo deterioro de la prestacin sanitaria a los militares y a sus familias
tras la implantacin de la Seguridad Social. Asimismo, se reform el reclutamiento, como se
ver a continuacin
8
.
A mediados de los aos sesenta, el crecimiento demogrfico de la poblacin en edad militar
ya estaba creando algunos problemas en los sistemas de reclutamiento europeos sin que, como se
dijo con anterioridad, un crecimiento de las fuerzas en activo o en reserva estuviera justificado por
las amenazas existentes o por los territorios a guarnecer. Ms bien la tendencia era la contraria,
aunque la complejidad tecnolgica del armamento y del material iba requiriendo tiempos de
instruccin y adiestramiento mayores para as poder alcanzar las condiciones ptimas del
combatiente, que los estudiosos estimaban en seis meses en general y de hasta diez meses para
destinos de especialista. Para mantener un aceptable equilibrio entre coste y efectivos disponibles
no se recomendaba establecer un servicio militar sobre las armas de menos de quince meses. Un
tiempo inferior tendra como consecuencia que el coste invertido en la instruccin no fuese
compensado por los efectivos conseguidos y, por tanto, llevara forzosamente a la
profesionalizacin, si se queran mantener las capacidades, claro est. En los aos sesenta, por
tanto, se oyeron dentro y fuera de Espaa las primeras voces que abogaban por la adopcin de unas
Fuerzas Armadas voluntarias
9
.

7
El Contubernio de Mnich fue un trmino peyorativo, acuado por el diario falangista Arriba, con el que el rgimen
franquista dio en ridiculizar el IV Congreso del Movimiento Europeo, celebrado en la capital bvara entre el 5 y el 8
de junio de 1962, en plena oleada de huelgas mineras en Asturias. Participaron en l ms de un centenar de polticos
espaoles de todas las tendencias opositoras al rgimen franquista, tanto del interior como del exilio, excepto del
Partido Comunista de Espaa: monrquicos liberales, democristianos, socialistas, socialdemcratas, nacionalistas
vascos y catalanes, todos reunidos bajo la alta autoridad moral de Salvador de Madariaga. Al final del Congreso, los
delegados espaoles aprobaron por unanimidad una resolucin en la que se solicitaba al rgimen que pusiera en
marcha una transicin poltica para convertir Espaa en un estado democrtico.
8
Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 242 y 243; y (2010
B
), pg. 96.
9
Espaol Iglesias (1963), pg. 70; y Pieltain, R. (1964, 15 de noviembre), El voluntariado en el Ejrcito, ABC,
Madrid, pgs. 43-47. Consideramos un deber moral la Defensa de la Patria y, por tanto, para estar preparados para
ello, el servir en tiempos de paz en sus Ejrcitos, pero el mundo no es siempre como debiera ser y no puede
desconocerse una serie de tendencias y corrientes, que pudieran afectar o dificultar, en su da, el actual sistema del
Servicio Militar Obligatorio, Aymerich Alix (1973), pg. 62.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 299


Adems, segn Puell de la Villa, la operatividad del Ejrcito de Tierra espaol de finales de
los sesenta era desoladora si consideraba a la mayora de las unidades
10
. En esa situacin, la
reducida capacidad que podan proporcionar plantillas orgnicas con numerosas vacantes sin
cubrir, con armamento y material obsoletos y con municin y combustible escasos quedaba,
adems, muy mermada por la atencin dedicada a la instruccin de unos reemplazos que eran cada
vez ms numerosos.

1.2. Una ley para el servicio militar en los dos Ejrcitos y la Armada (1968)

Las primeras reacciones espaolas ante el inmanejable tamao de los reemplazos tuvieron
lugar en 1964, tras la toma de posesin del general Camilo Menndez Tolosa como ministro del
Ejrcito
11
. Ni de su prestigio ni de su personalidad caba esperar que fuera el adalid de la
transformacin de la Fuerza Terrestre como da a entender Alonso Baquer, y mucho menos
con la resistencia aadida del inmovilista vicepresidente Muoz Grandes, quien no dud en
cortocircuitar los escasas propuestas de mejora de operatividad sugeridas por el general Menndez
Tolosa. Por ello, la ansiada revitalizacin del Ejrcito de Tierra debi esperar hasta la llegada del
general Dez-Alegra a la Jefatura del AEM en 1970
12
. Aun as, del mandato de Menndez Tolosa
proceden algunas mejoras mencionadas anteriormente, as como la reorganizacin del Ejrcito a
imitacin de la orgnica francesa, estructura que se mantuvo vigente, con alguna mejora
tecnolgica la creacin de unidades de helicpteros, hasta el lanzamiento del plan META en
1984
13
.
Una de las respuestas ante el crecimiento del tamao de los reemplazos fue la creacin, en
diciembre de 1964, de los Centros de Instruccin de Reclutas CIR. Este fue un medio de
liberar a las unidades activas de la instruccin bsica de las nuevas incorporaciones y as mejorar
su capacidad operativa. Hasta entonces, dicha instruccin bsica se haba llevado a cabo en unos
campamentos efmeros constituidos con periodicidad anual, que se ponan en marcha en primavera

10
Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 242 y 243.
11
Decreto 360/1964 por el que se nombra ministro del Ejrcito a don Camilo Menndez Tolosa, 20 de febrero de
1964, BOE, n. 45.
12
Alonso Baquer (1986
B
), pg. 61; y Puell de la Villa (2005
A
), pg. 243.
13
Se abandon la efmera organizacin pentmica. Entonces, el Ejrcito qued constituido por dos grandes
conjuntos operativos. Uno era la Fuerza de Intervencin Rpida, lo ms granado de las unidades existentes, y el otro lo
formaban las Fuerzas de Defensa Operativa del Territorio, dos divisiones de montaa y ocho brigadas de infantera y
algunas otras unidades. El segundo de estos conjuntos estaba mucho peor dotado y tena una clara orientacin a la
lucha contra la subversin, Puell de la Villa (2010
B
), pg. 91. El plan META transform el Ejrcito de Tierra en una
estructura funcional con los siguientes ncleos principales: Cuartel General, Fuerza y Apoyo a la Fuerza. Se
suprimieron tres Capitanas Generales y 116 unidades, reduciendo el contingente a la mitad, Puell de la Villa (2005
A
),
pg. 245.
300 El reservismo militar en Espaa

para ser desmantelados al llegar el verano, tras la jura de bandera de los soldados. Ahora la
incorporacin de cada reemplazo se realizara inicialmente en tres llamamientos, concentrndose
los reclutas en dichos macrocampamentos de nueva creacin, los CIR, los cuales slo tendran
como funcin la instruccin elemental de los reclutas para hacer de ellos 'soldados' en primer
trmino; luego sern infantes, artilleros, jinetes, etc.. El perodo de formacin bsica duraba en
aquellos aos tres meses aunque se ira aligerando con el tiempo, incrementando el nmero de
llamamientos proporcionalmente, destinndose el resto del tiempo de servicio activo a la
instruccin especfica, que sigui siendo impartida en las unidades
14
.
Pero la reaccin de mayor calado ante el tamao de los reemplazos se haba puesto en marcha
en realidad unos meses antes de la promulgacin de la orden de creacin de los CIR. En la
primavera de 1964 se form una comisin para la elaboracin de una nueva ley de reclutamiento,
lo que fue seguido, casi de inmediato, por la reduccin de la duracin del servicio militar sobre las
armas a diecisis meses
15
. Dicha comisin fue presidida en primera instancia por Manuel Dez-
Alegra, entonces jefe de la Primera Seccin recursos humanos del AEM, y uno de los
militares ms prestigiosos del Ejrcito de Franco
16
. El general Dez-Alegra acabara siendo, junto
con su discpulo el general Gutirrez Mellado, uno de los artfices de la importante transformacin
sufrida por las Fuerzas Armadas entre los ltimos aos del franquismo y el comienzo de la
Transicin
17
.
Sin embargo, esta comisin tuvo un avance muy lento por la existencia de multitud de
conflictos superpuestos en un momento de modernizacin del rgimen que, a decir de Payne,
estaba a punto de comenzar su decadencia y se debata entre la revitalizacin de la oposicin y el
aumento de la conflictividad social
18
. Por tanto, la atencin al reclutamiento qued muy mermada.

14
Los 17 nuevos CIR tenan entre uno y cinco batallones y se ubicaron en Alicante (Rabasa), Almera (Viator),
Baleares (Palma de Mallorca), Cceres, Cdiz (San Fernando), Crdoba (dos, en Obejo), Gerona (San Clemente de
Sansebas), Len (El Ferral de Bernesga), Lugo (Santa Cruz de Parga), Madrid (dos, en Colmenar Viejo), Shara
Occidental (El Aain), Tenerife (Hoya Fra), Valencia (Btera), Vitoria (Araca) y Zaragoza (San Gregorio), orden por
la que se crean Centros de Instruccin de Reclutas, 4 de diciembre de 1964, Coleccin Legislativa del Ejrcito, 1964,
n. 142, pgs. 336-340, pud Puell de la Villa (2010
B
), pg. 90. Al comienzo de su funcionamiento el tiempo de
instruccin bsica en los CIR era de cuatro meses, Gimnez Macarro (1965), pg. 4.
15
Ariza Garca (1965
A
), pgs. 43-45.
16
Fernndez (1985), pg. 201.
17
Orden por la que se constituye una comisin interministerial para el estudio de una ley general de reclutamiento y
reemplazo, 2 de mayo de 1964, BOE, n. 114. El general Dez-Alegra fue relevado al ao siguiente por haber sido
destinado en la Escuela Superior del Ejrcito, y su sucesor corri la misma suerte ms tarde (orden por la que se
nombra al general de brigada de infantera don Jos Mara Prez de Lema Tejero presidente de la Comisin
interministerial para estudiar una ley general de reclutamiento y reemplazo, 18 de enero de 1965, BOE, n. 23; y orden
por la que se nombra al general de brigada de artillera don Juan Mateo Marcos presidente de la Comisin
interministerial para estudiar una ley general de reclutamiento y reemplazo, 28 de marzo de 1967, BOE, n. 79).
18
Dicho autor fecha el inicio de la decadencia del franquismo en 1969, Payne (1987), pg. 565.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 301


Uno de estos conflictos tuvo que ver con el enfrentamiento poltico entre continuismo y
reforma, es decir, entre el general Muoz Grandes y el almirante Carrero Blanco, respectivamente.
La crisis fue resuelta por Franco en 1967 con la sustitucin del primero por el segundo en la
Vicepresidencia del Gobierno
19
. Pero esta divisin ya se haba desplegado a niveles inferiores del
aparato del rgimen, dado que los militares se encontraban segregados entre los aperturistas
generales Dez-Alegra, Vega, Castan y Gutirrez Mellado, entre otros y los que deseaban
mantener el statu quo, algo que se pondra particularmente de manifiesto tras el Proceso de
Burgos
20
.
Descendiendo de nivel, en un mbito aparentemente ms tcnico, algunos miembros del
Estado Mayor Central y del Ministerio del Ejrcito se encontraban en pugna por la ascendencia
jerrquica sobre las unidades activas. La ley orgnica del Estado resolvi finalmente, por decisin
directa de Franco, a favor de los segundos aunque, en realidad, el debate que subyaca era si deban
o no existir tres Ministerios militares. De cualquier modo, todas las unidades terrestres
permanecieron bajo la dependencia de su capitn general respectivo que reportaba al ministro
del Ejrcito, mientras que el AEM fue definido como un ente dependiente del Presidente del
Gobierno, ser el rgano tcnico de la Defensa Nacional, con la misin de coordinar la accin de
los Estados Mayores de los tres Ejrcitos. Por analoga, el Estado Mayor Central quedaba como
un rgano de apoyo al ministro del Ejrcito. Sin embargo, el Estado Mayor de la Armada s que
tena autoridad sobre las unidades navales lo que no se explica Alonso Baquer, al mismo
tiempo que el Ejrcito del Aire dependa directamente de Franco, como fue establecido en el
momento de su creacin
21
.
En 1967, el primer Gobierno que cont con Carrero Blanco como vicepresidente fue el
encargado de tomar en consideracin el trabajo de la Comisin Interministerial para la ley de
reclutamiento, quien envi el proyecto de ley general del servicio militar a la Comisin de Defensa
Nacional el 13 de enero de 1968. Esta ltima comisin introdujo algunos cambios al proyecto,
cuyos exponentes ms importantes fueron la reduccin de la edad de ingreso en filas a veinte aos,
la decisin de que los soldados de reemplazo estuviesen menos tiempo en filas que los voluntarios

19
Ibdem, pgs. 532 y 538.
20
Fernndez (1985), pg. 189. El Proceso de Burgos fue un juicio militar sumarsimo iniciado el 3 de diciembre de
1970 en dicha ciudad contra 16 miembros de la organizacin terrorista ETA acusados del asesinato de tres personas.
Las condenas a muerte de seis de los encausados fueron conmutadas por penas de reclusin.
21
Alonso Baquer (1986
B
), pgs. 61 y 62; ley 1/1967 orgnica del Estado, 10 de enero de 1967, BOE, n. 9; y ley
fijando las normas para la organizacin y funcionamiento del Ejrcito del Aire, 7 de octubre de 1939, BOE, n. 292. El
general Dez-Alegra, adalid de la idea de que los ministerios militares slo deban ser meros gestores de personal,
propuso reformas en tal sentido plasmadas en distintos proyectos de ley de bases de la defensa nacional en 1968,
en 1971 y en 1973. La muerte de Carrero Blanco y su sustitucin por Arias Navarro en ese ltimo ao fueron seguidas
por la destitucin del general Dez-Alegra de la Jefatura del AEM en 1974 y la retirada del ltimo proyecto de ley
que haba sido aceptado por Carrero y elevado a las Cortes al ao siguiente, Ortega Martn (2008), pgs. 43 y 44.
302 El reservismo militar en Espaa

y el mayor enfoque de regeneracin social, deseando convertir el servicio militar en un
instrumento para la formacin espiritual, fsica y cultural y para la promocin social de la juventud
espaola
22
.
Finalmente, la nueva ley del servicio militar vio la luz a mediados de 1968, cuatro aos
despus de la constitucin de la comisin interministerial, aunque su entrada en vigor qued
suspendida hasta que se estableci, un ao despus, en el primero de enero de 1970
23
.
El nuevo servicio militar definido supona dieciocho aos de vinculacin a la defensa, siendo
la primera vez en la historia militar espaola que se reduca el tiempo total de prestacin personal
al promulgar una nueva ley recurdese que hasta entonces se haban estado requiriendo
veinticuatro. Todo ese tiempo se reparta en tres perodos distintos:

Disponibilidad: de duracin variable, que comprenda el intervalo desde el primero de
enero del ao que se cumplan veinte aos de edad hasta el ingreso en la unidad en la
que se haba de servir.
Actividad: de dos aos de duracin. Este perodo se divida en servicio en filas, de
entre quince y dieciocho meses dependiendo del Ejrcito y servicio eventual,
hasta completar los dos aos en situacin de licencia ilimitada.
Reserva: hasta cubrir los dieciocho aos de servicio, es decir, hasta el uno de enero del
ao en que el reservista cumpla los treinta y ocho aos de edad
24
.

Con ello, el servicio militar espaol se converta, de nuevo, en uno de los ms cortos de
Europa, adoptndose medidas adicionales para que el impacto sobre la poblacin activa fuera
mnimo, tales como la reduccin de edad de ingreso o la proteccin laboral al mozo que, por
primera vez en la historia espaola, tena derecho a la reserva del puesto de trabajo. Esta
proteccin coincida con una poca en la que el rgimen intentaba conceder mejoras sociales a los
trabajadores y participaba como tutor de las negociaciones colectivas, lo que no consigui reducir
la conflictividad laboral
25
. Dicho espritu de que el servicio militar fuera lo menos penoso posible

22
Ley 55/1968 general del servicio militar, 27 de julio de 1968, BOE, n. 181; y proyecto de ley general del servicio
militar, 13 de enero de 1968, BOCE, n. 992.
23
Ley 55/1968 general del servicio militar, 27 de julio de 1968, BOE, n. 181; y decreto 1590/1969 sobre entrada en
vigor de la ley general del servicio militar y su reglamento, 24 de julio de 1969, BOE, n. 177. A pesar de todo, el
Gobierno se reservaba el derecho de aplicar, antes de la entrada en vigor de la ley, las disposiciones de la misma que
considerase oportuno.
24
Ley 55/1968 general del servicio militar, 27 de julio de 1968, BOE, n. 181.
25
Glvez Muoz (2006), pg. 856.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 303


se traslad a la Junta Interministerial de Reclutamiento creada para poner en marcha la ley, que fue
presidida por el general Gutirrez Mellado
26
.
Adems del acortamiento a quince meses de la prestacin personal sobre las armas
duracin elegida por el Ejrcito de Tierra, la ley incorporaba otras medidas para reducir el
contingente, como declarar excedente al personal que sobrara cuando se hubiesen cubierto las
necesidades de las unidades. Los llamados excedentes de cupo, como suceda a primeros del
siglo XX con los mozos del cupo de instruccin, deban cumplir el perodo de adiestramiento en el
CIR y jurar bandera, quedando posteriormente en sus casas, donde seguan las vicisitudes de su
reemplazo. Aunque no consta que sucediera nunca, los excedentes de cupo podan ser
militarizados y utilizados en servicios complementarios de la defensa y en las misiones de alto
inters nacional que el Gobierno determine, de forma parecida a lo previsto en el servicio
nacional francs, aunque no reciban ni organizacin ni instruccin alguna para ello.
Asimismo, fueron ampliadas a cuatro las modalidades de prrroga, resultando las siguientes:
por razn de ser el sostn familiar, por estudios ambas ya presentes en legislaciones anteriores
, por tener otro hermano en filas y por razones especiales. Esta ltima, la de cuarta clase,
agrupaba a un mosaico de causas en virtud de las cuales el Gobierno poda decidir que un
determinado colectivo no ingresara en filas argumentando la defensa del inters nacional, de los
acuerdos con la Santa Sede, de los intereses productivos de determinados sectores econmicos o
de los espaoles que residan en el extranjero, que quedaron virtualmente exentos.
Como vena siendo habitual desde la supresin de la cuota militar, no se permita la reduccin
del tiempo de servicio en filas con la excepcin de algunos colectivos ya tradicionales como los
aspirantes a formar la Escala de Complemento y los voluntarios que acreditaran cierta formacin
premilitar, a los que se les unieron los excedentes de cupo y los que hubieran de incorporarse a
filas despus de cumplir los treinta aos de edad, por haber pedido prrroga y que seran

26
El Secretario de la Junta, el coronel Diego Jayme Borondi, an recuerda la obsesin de su Presidente por que la
obligada duracin del servicio militar resultase lo menos lesiva posible para los jvenes y sus familias, Puell de la
Villa (1997), pg. 161. Las funciones de la Junta Interministerial de Reclutamiento, perteneciente al AEM, eran las
siguientes: coordinar las necesidades de efectivos de los dos Ejrcitos y la Armada y ordenar los trasvases pertinentes,
estudiar e informar sobre los problemas de aplicacin del reglamento, proponer modificaciones a la legislacin
relacionada, elevar al Gobierno las normas legales de reclutamiento con carcter previo a su promulgacin, proponer
soluciones a los conflictos que aparecieran entre los dos Ejrcitos y la Armada en relacin al reclutamiento, coordinar
las propuestas de los tres Ministerios al Gobierno, coordinar la duracin total de los reenganches establecidos por cada
Ejrcito para las clases de tropa y estudiar e informar sobre todas las cuestiones de aplicacin comn que las
circunstancias aconsejen variar, Servicio Militar (1973), pgs. 65-526. La actividad de la Junta se puso de manifiesto,
entre otros, en la modificacin del reglamento en 1974, que se produjo a instancias suyas. El alcance de dichos
cambios tuvo que ver con la mejora del proceso de reclutamiento y la inclusin de determinadas situaciones no
previstas (decreto 140/1974 sobre modificacin de determinados artculos del reglamento de la ley general del servicio
militar, 18 de enero de 1974, BOE, n. 25).
304 El reservismo militar en Espaa

licenciados al jurar bandera. Una potestad gubernamental aadida durante la tramitacin de la
ley poda reducir el tiempo de servicio selectivamente sin ms que argir el inters nacional.
Tal como reza el presente apartado, era la primera vez que una disposicin regulaba
conjuntamente el reclutamiento de los dos Ejrcitos y la Armada. Aparte de los voluntarios que
cada uno de ellos pudiera atraer, la Armada deba nutrirse preferentemente con los mozos alistados
en la Matrcula de Naval Militar antes Matrcula de Mar mientras que el Ejrcito del Aire
haca lo mismo con los pilotos civiles, los titulados o estudiantes de cualquier escuela aeronutica
y el personal tcnico y obrero de las Maestranzas Areas y de las industrias civiles del ramo, como
vena siendo desde 1950. Sin embargo, como se prevea que sus necesidades no fueran cubiertas
por colectivos tan especficos, una fraccin del personal excedente del Ejrcito de Tierra era
destinado a los otros dos ejrcitos, coordinacin que era realizada por el AEM a travs de la Junta
Interministerial de Reclutamiento
27
.
La ley de 1968 reforz el papel formador de las Fuerzas Armadas en adicin a la tradicional
labor alfabetizadora que vena ejerciendo el Ejrcito de Tierra desde primeros de siglo, en virtud
del artculo 8, que fue aadido durante el trmite de la disposicin:

En la medida en que sea compatible con el Servicio Militar en filas, se promocionar en los tres
Ejrcitos la educacin y cultura de los soldados, as como segn su aptitud, la formacin profesional
acelerada de los mismos en las distintas especialidades y oficios. [...] Los restantes Ministerios
afectados y la Organizacin Sindical prestarn la colaboracin tcnica y econmica necesaria
28
.

As, los cursos de formacin profesional que haban comenzado a impartirse con regularidad
en las unidades y centros militares desde 1965, con el fin de formar especialistas militares pero
tambin de contribuir a la adaptacin industrial de los jvenes que procedan de la agricultura,
vieron garantizada su continuidad tras la aprobacin de la nueva ley. El Ministerio de Trabajo daba
las normas y orientaciones pedaggicas y reconoca las titulaciones concedidas
29
.
Como se podr suponer, el principal problema para la implantacin de esta ley vena dado por
el adelanto de la edad de ingreso en el servicio militar, que anulaba implcitamente un reemplazo.

27
Ley 55/1968 general del servicio militar, 27 de julio de 1968, BOE, n. 181; y orden de los Ministerios del Ejrcito y
del Aire sobre reclutamiento y reemplazo, 1 de junio de 1950, BOE, n. 156.
28
Ley 55/1968 general del servicio militar, 27 de julio de 1968, BOE, n. 181.
29
Como experiencia piloto, en 1962, 600 soldados cursaron estudios de formacin profesional en colaboracin con la
Universidad Laboral de Sevilla. Para concurrir a estos cursos los soldados deban sumar ocho meses de servicio en
filas y no poseer cualificacin profesional alguna. Las clases se impartan por las tardes y duraban cuatro meses, fuera
del horario de instruccin con la que, lgicamente, no interferan. Los concurrentes no eran rebajados de servicio, sino
que los realizaban durante los domingos y los festivos. En una primera etapa los cursos ofertados fueron albail,
alicatador, ajustador, carpintero, chapista, conductor de autobs, conductor de camin, dibujante, electricista
domstico, electricista industrial, ferrallista, fontanero, guarnicionero, hormigonero, mecnico del automvil,
mecnico de radio, mecnico de televisin, operador de mquinas pesadas, panadero, reparador de electrodomsticos,
solador, soldador elctrico, soldador oxiacetilnico, tapicero, telefonista, telegrafsta, tornero, tractorista, etc., Guerras
Gallego (1966), pgs. 3-6.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 305


Dicha dificultad haba sido prevista en fase legislativa, al incorporar una disposicin transitoria
que permita al Gobierno reducir el tiempo de servicio en filas para facilitar la incorporacin de los
cambios. La Armada y el Ejrcito del Aire decidieron concentrar, por su escaso tamao, los dos
reemplazos en el mismo ao pero esta solucin era inviable para el Ejrcito de Tierra, que habra
tenido que instruir a casi quinientos mil mozos en un nico ejercicio. La ya mencionada Junta
Interministerial de Reclutamiento, que deba tener importantes interacciones con los dos Ejrcitos
y la Armada, resolvi el problema estableciendo un proceso de transicin en el Ejrcito de Tierra
que dur varios aos, en virtud del cual en cada incorporacin a filas se llamaba a un reemplazo y
a una fraccin del reemplazo posterior
30
.
El reglamento que facilitaba la entrada en funcionamiento de la ley, que vio la luz a finales de
1969, result un pesado texto legislativo de 715 artculos y cinco disposiciones transitorias que
tambin requiri atencin y esfuerzo de la Junta Interministerial de Reclutamiento. Dos tercios de
su borrador inicial fueron modificados en aras de que el servicio militar definido por l fuera lo
ms fcil de realizar posible, como ya se ha mencionado anteriormente
31
.
La primera ley llamada del servicio militar fue la ltima disposicin de este orden
promulgada por el franquismo y tambin la que regul el reclutamiento durante toda la Transicin.

2. INSTRUCCIN MILITAR PARA LA FORMACIN DE OFICIALES Y SUBOFICIALES DE
COMPLEMENTO

La ley de 1968 dedic parte su articulado a la Escala de Complemento. Con ello se
consolidaban algunos de los afanes reformistas de la IPS cuyo origen radicaba, como se mencion
en su momento, en la necesidad de bloquear el acceso de elementos subversivos a las unidades
militares y en la de evitar la proliferacin de unos oficiales y suboficiales cuyo nmero no se
corresponda con unas Fuerzas Armadas que estaban menguando. As, tanto la limitacin de plazas
que vena aplicndose de hecho desde haca aos como la supresin de los empleos de tropa los
llamados excedentes de IPS quedaron recogidos en la ley.
Como desconcertante contrapartida, en un servicio militar que se acababa de recortar, se pidi
a los cuadros de la IPS, y de sus homlogos de la Armada y el Aire, que permanecieran en la
reserva hasta la edad de retiro del personal profesional del mismo empleo, obligando a cumplir

30
Ley 55/1968 general del servicio militar, 27 de julio de 1968, BOE, n. 181; decreto 1590/1969 sobre entrada en
vigor de la ley general del servicio militar y su reglamento, 24 de julio de 1969, BOE, n. 177; y Puell de la Villa
(1997), pg. 161.
31
Decreto 3087/1969 por el que se aprueba el reglamento de la ley general del servicio militar, 6 de noviembre de
1969, Boletn Oficial del Estado (1973), pgs. 65-526; Feliu Salinas (1970), pg. 3; y Puell de la Villa (1997), pg.
161.
306 El reservismo militar en Espaa

esta norma incluso a los reemplazos anteriores a la entrada en vigor de la misma. En un ejercicio
voluntarista, ya tradicional en la legislacin espaola sobre el servicio militar y sobre la Escala de
Complemento, se dejaba abierta la posibilidad de que los cuadros reservistas fueran llamados para
realizar prcticas, maniobras o ejercicios, excepcionalmente y con un mximo de treinta das al
ao.
Sin embargo, eso no era bastante y la IPS, la MNU y la MAU deban terminar. La ley de 1968
dej consignado en una disposicin adicional que deban revisarse y refundirse las normas que
actualmente regulan el reclutamiento del personal a integrarse en la Escala de Complemento y las
actualizarn de forma coordinada y conjunta para los tres Ejrcitos y a travs del Alto Estado
Mayor
32
.
Nuevamente fue el general Gutirrez Mellado el encargado de liderar la comisin
interministerial que habra de adecuar la estructura de la Escala de Complemento a los nuevos
condicionantes, regular el acceso de los aspirantes procedentes de la Universidad y de los que se
formaban en las unidades, y ajustar su entidad a las necesidades reales de cuadros de mando
intermedios, en un marco de lucha contra la subversin universitaria, varias veces aludido, y de
masificacin en las aulas. Los integrantes de dicha comisin se pusieron a trabajar una vez
producidos los primeros avances en la redaccin del reglamento del servicio militar, tarea que
tambin era responsabilidad de Gutirrez Mellado, como se recordar. En bastante menos de un
ao se consigui elaborar un proyecto de decreto con el que nutrir las Escalas de Complemento
que cont con el nada desdeable visto bueno del vicepresidente del Gobierno, Luis Carrero
Blanco, y de los tres ministros militares
33
.
En 1971, con la promulgacin del documento final se constitua la llamada IMEC
Instruccin Militar para la Formacin de Oficiales y Suboficiales de Complemento y quedaban
tocadas de muerte la IPS y sus variantes naval y area. Fue el Ejrcito de Tierra quien dio el primer
paso para la implantacin de la nueva modalidad, al dictar en 1972 las normas para el ingreso y
permanencia en la Escala de Complemento. Con ese acto haba desaparecido definitivamente la
IPS
34
.

32
Ley 55/1968 general del servicio militar, 27 de julio de 1968, BOE, n. 181.
33
Puell de la Villa (2010
A
), pgs. 213 y 214; y orden por la que se nombra presidente de la Comisin Interministerial
para el estudio de las disposiciones especiales que han de regular las Escalas de Complemento y Reserva Naval a don
Manuel Gutirrez Mellado, 16 de marzo de 1971, BOE, n. 77.
34
Orden por la que se dictan normas para el ingreso y permanencia en la Escala de Complemento, 12 de febrero de
1972, CLE 1972, n. 23, pgs. 31-48, pud ibdem, pg. 215.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 307




Figura n. 6: Alfreces y sargentos eventuales de la Escala de Complemento nombrados dentro del
perodo de vigencia de la IMEC (Ejrcito de Tierra)
35
.

De esta manera, la Escala de Complemento de cada uno de los dos Ejrcitos y de la Armada
pasaba a estar integrada por jefes, oficiales, oficiales especialistas, suboficiales y suboficiales
especialistas, que podan alcanzar los empleos de sargento a comandante o capitn de corbeta.
Durante el perodo de servicio militar slo podan obtenerse los de sargento y alfrez o alfrez
de fragata, requirindose la prestacin prolongada de servicio en unidad para conseguir los
ascensos previstos en el decreto, siempre condicionados a que ascendieran los militares de igual
empleo y antigedad pertenecientes las otras escalas y debiendo permanecer en activo toda una
vida profesional para poder llegar a comandante. Como se vena arrastrando desde la Escala de
Reserva gratuita del siglo XIX, los oficiales y suboficiales de carrera que lo solicitasen podan ser
transferidos a la Escala de Complemento.
Como medida para luchar contra la subversin, las convocatorias de aspirantes a la IMEC
deban ser anunciadas con la antelacin suficiente que permita disponer a las Fuerzas Armadas de
elementos de juicio suficientes sobre los solicitantes, una manera de indicar a los aspirantes que
podan ser sometidos a investigacin
36
.
Para formar parte de la IMEC se requera estar matriculado en el penltimo curso de la carrera
que se estuviese cursando. Una vez admitido, el aspirante era instruido en dos fases, la primera en

35
Apndices n. 5 y 6.
36
Decreto 3048/1971 (Presidencia) sobre escalas de complemento de las Fuerzas Armadas, 2 de diciembre de 1971,
BOE, n. 304.
308 El reservismo militar en Espaa

un CIR de su distrito universitario durante dos meses y medio y la segunda en la academia o
centro de su Arma o Cuerpo durante tres meses. El perodo de prcticas era el mismo que el
anteriormente establecido para la IPS
37
.
Durante sus dieciocho aos de vigencia, un total de 68.802 estudiantes universitarios
decidieron realizar su servicio militar en el Ejrcito de Tierra, en las condiciones privilegiadas que
proporcionaba la IMEC, la inmensa mayora en la categora de oficial. Fruto del progresivo
protagonismo adquirido por los Cuerpos, por primera vez se destinaban con regularidad aspirantes
a Intendencia, Sanidad, Farmacia y Veterinaria
38
. En cuanto a su faceta cuantitativa, como podr
observarse en la figura n. 6, en los primeros aos de la IMEC las plazas se mantuvieron del
mismo orden que en la etapa final de la IPS, pasando a decrecer notablemente durante los aos
ochenta, particularmente a partir de la aplicacin del plan META, que ya ha sido mencionado. Las
ltimas convocatorias slo admitieron a entre 1.500 y 1.900 aspirantes anuales, exclusivamente
oficiales.
Sera oportuno detenerse un poco en la evolucin de las cifras relacionadas con el Arma de
Ingenieros. Tras la llegada del primer material norteamericano, se produjo un auge en las
transmisiones militares que tard en mostrarse en la Escala de Complemento. Hubo que esperar al
cambio de mentalidad, fechado a principios de los setenta por el teniente general Quesada, para
recibir ms alfreces y sargentos de la especialidad de Transmisiones que de la de Zapadores.
Como se puede comprobar en los apndices n. 5 y 6, fue en 1974 cuando la tradicional
supremaca de estos ltimos fue cedida a los primeros, coincidiendo con la presentacin de un
informe que pretenda dotar al Ejrcito de Tierra de un sistema de telecomunicaciones llamado
Red Territorial de Mando
39
.

3. EL SERVICIO MILITAR DENTRO DE LA TRANSFORMACIN MILITAR DE LA MONARQUA

Las Fuerzas Armadas que formaron parte del legado del franquismo debieron sufrir una
profunda transformacin tanto por razones intrnsecas como por la influencia de la evolucin que
estaban sufriendo las organizaciones armadas en todo el mundo. En el tramo final de la Guerra
Fra, prcticamente descartada la amenaza nuclear, todos los ejrcitos se estaban preparando para
ser desplegados en misiones internacionales y hacer frente a las nuevas amenazas subnacionales,

37
Puell de la Villa (2010A), pg. 215.
38
Apndices n. 5 y 6.
39
En esos momentos se produjo un cambio de mentalidad en la Oficialidad de Ingenieros y del resto del Ejrcito, que
empez a considerar la especialidad de Transmisiones con posibilidades cada vez ms atrayentes, Quesada Gmez
(2003), vol. II, pgs. 487 y 488.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 309


como el terrorismo o el nacionalismo. As, en un intenso debate que estaba sucediendo dentro y
fuera del estamento militar, pareca imparable la progresiva mutacin del ejrcito de masas
constituido por conscriptos, y configurado para la defensa del territorio propio, en el ejrcito
profesional pequeo formado con personal voluntario altamente preparado, listo para convertirse
en fuerza expedicionaria, que es el paradigma del siglo XXI
40
.

3.1. Marco de reformas militares de la Transicin

Como si fuera un problema endmico, consustancial a la organizacin militar espaola, la
crisis del Shara volvi a sobrecargar los empleos de oficial. Al final de la Transicin, 960
coroneles pretendan ocupar las 600 vacantes de ese empleo que existan en el Ejrcito de Tierra,
mientras que la prctica totalidad del presupuesto de Defensa se dedicaba, como durante el
Regeneracionismo o la Restauracin, a gastos de personal. Obviamente, las consiguientes
deficiencias en el armamento y el material particularmente en el ejrcito citado anteriormente,
unidas a un cuestionable nivel instruccin de los soldados hacan estriles los esfuerzos de los jefes
de unidad por tener un nivel aceptable de operatividad, que el coronel Martnez Ingls situaba en
prcticamente cero
41
.
Sin embargo, antes de abordar la mejora de la operatividad, era preciso emprender reformas
de primer orden con el fin de garantizar la supremaca del poder civil sobre el militar, algo que
Serra considerara fundamental, desde el punto de vista de las relaciones cvico-militares, para dar
por consolidada una democracia. Eso no poda darse con una plantilla de jefes y oficiales de una
alta edad media que, en gran medida, haban participado en la Guerra Civil y crecido
profesionalmente en un rgimen donde el 30 por ciento de los ministros y el 25 por ciento de los
procuradores en Cortes, en total, haban sido militares y que, por tanto, consideraban como propio
de su condicin la participacin en poltica
42
.
Durante la fase llamada de reforma poltica de la Transicin no se produjo ninguna
transformacin, pero s que puede considerarse a este perodo como el que permiti que el general

40
Serra (2008), pg. 84; y Moskos (2000), pg. 15.
41
Serra (2008), pgs. 119 y 120; y Martnez Ingls (1989
A
), pg. 31. El general Ortega es menos rotundo y afirma,
refirindose al Ejrcito de Tierra de esos aos, que las plantillas de personal estaba cubiertas, incluso con exceso en
tropa de reemplazo, pero los materiales no respondan a las necesidades mnimas. [...] las tropas de infantera ligera,
basadas sobre todo en el factor humano, tenan buen nivel de operatividad, dentro de las limitaciones de materiales
auxiliares [...]. Pero las unidades con sistemas de armas ms sofisticados como las mecanizadas, de caballera, de
artillera antiarea, de transmisiones o de ingenieros, padecan de gran falta de cobertura de los mismos, lo que
limitaba grandemente su operatividad, Ortega Martn (2008), pg. 40. El general Dez-Alegra, por su parte, pensaba
que las Fuerzas Armadas de principio de los aos setenta no eran muy distintas de las que participaron en el
Desembarco de Alhucemas, en 1925, Dez-Alegra (1984), pg. 166.
42
Serra (2008), pgs. 48 y 120.
310 El reservismo militar en Espaa

Gutirrez Mellado se fuera acercando progresivamente al emplazamiento en el que ms til poda
ser a la reorganizacin integral de la Defensa: de la Comandancia General de Ceuta a la
Vicepresidencia Primera del Gobierno para Asuntos de la Defensa, desde donde ejerci de
maestro de orquesta de las reformas
43
. Una vez celebradas en 1977 las primeras elecciones
generales, tom cuerpo el viejo anhelo del general Dez-Alegra al crearse el Ministerio de Defensa
mientras que, ao y medio ms tarde, la Constitucin espaola dejaba sentado de manera
parecida a la ley orgnica del Estado de 1967 que Las Fuerzas Armadas, constituidas por el
Ejrcito de Tierra, la Armada y el Ejrcito del Aire, tienen como misin garantizar la soberana e
independencia de Espaa, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional, sin
incluir a las Fuerzas de Orden Pblico, como hizo la ley de 1967
44
.
Con el asentamiento que da ganar unas segundas elecciones generales, el gobierno de Adolfo
Surez mantuvo a Gutirrez Mellado como vicepresidente, disolvi el AEM en 1979 y, durante el
ao siguiente, consigui llevar a buen trmino la ley orgnica de criterios bsicos de la Defensa
Nacional y la reforma del Cdigo de Justicia Militar
45
. La investidura de Calvo-Sotelo, tras la
dimisin de Surez, constituy el pistoletazo de salida para el ingreso en OTAN, quiz el factor de
modernizacin de las Fuerzas Armadas espaolas ms importante de todos los tiempos, forzando a
revitalizar caducas estructuras castrenses, a poner a punto los recursos humanos y materiales y
a incentivar la motivacin de los profesionales de la milicia
46
. El general Ortega afirma que

43
El perodo abarcado por la llamada Transicin es controvertido. Serra establece que existi una fase preparatoria
entre la muerte del general Franco y el nombramiento de Adolfo Surez como presidente del Gobierno, en julio de
1976. Ese hito dio comienzo a la Transicin que termin, segn el mismo autor, al cerrar el ciclo electoral, es decir, al
celebrarse las segundas elecciones generales de la Democracia espaola y municipales en la primavera de 1979.
A su vez, la Transicin podra dividirse en dos fases: reforma poltica del nombramiento de Surez a las primeras
elecciones generales, en junio de 1977, y la marcada por los grandes pactos nacionales los Pactos de la Moncloa,
la Constitucin espaola y el estado de las Autonomas. Posteriormente existi un perodo llamado de consolidacin
que arranc con el final de la Transicin y que incluy las elecciones generales ganadas por el PSOE. Sobre su final no
hay un claro acuerdo, ibdem, pg. 55.
44
Constitucin espaola, 29 de diciembre de 1978, BOE n. 312; y ley orgnica 1/1967 del Estado, 10 de enero de
1967, BOE n. 9. El general Dez-Alegra afirmaba que la diferenciacin entre defensor y garante, presente en la
misin de las Fuerzas Armadas, obedeca a cierta desconfianza desorbitada, es decir, a la reticencia de que aqullas
se constituyeran en una especie de instancia suprema. El mismo autor se preguntaba, ironizando sobre la polmica
suscitada por el empleo de ambas figuras, si es ms directo el papel del defensor o el slo subsidiario del garante,
Dez-Alegra (1979), pg. 162.
45
Ley orgnica 6/1980 por la que se regulan los criterios bsicos de la defensa nacional y la organizacin militar, 1 de
julio de 1980, BOE, n. 165; y ley orgnica 9/1980 de reforma del Cdigo de Justicia Militar, 6 de noviembre de 1980
BOE, n. 280. La primera ley, calificada por el general Ortega de prudente, tuvo que ser reformada por el primer
gobierno socialista en 1984, Ortega Martn (2008), pgs. 73 y 74.
46
Puell de la Villa (2005
A
), pg. 230. El presidente Calvo-Sotelo declar en su investidura que La decisin de
marchar hacia la accesin a la Alianza Atlntica responde a una coherencia con nuestra concepcin general de la
poltica espaola, pero, ante todo, a una necesidad defensiva y de seguridad. La poltica exterior, ya lo he dicho antes,
es ante todo bsqueda de seguridad. Y es evidente que esa seguridad tiene un componente militar. [...]La
modernizacin de stas [las Fuerzas Armadas, en relacin a la renegociacin de los acuerdos con Estados Unidos], tan
imprescindible como ardua en razn de nuestra difcil situacin econmica, debe constituir objeto preferente de
negociacin para que la contrapartida norteamericana pueda facilitar tan vital e inexcusable objetivo. [...] Espaa debe
tener una participacin activa en la construccin de la paz. [...] Espaa ha hecho y har un gran esfuerzo en favor de la
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 311


ingresar en la OTAN dio estabilidad interna a Espaa y que el contacto con los ejrcitos de otros
pases contribuy a cambiar la forma de pensar de muchos militares
47
.
Entretanto, mientras mova la batuta para que fructificaran las grandes reformas, el general
Gutirrez Mellado asumi el liderazgo de la modernizacin profesional de las Fuerzas Armadas
con las siguientes lneas de actuacin: separar los militares de la poltica, redactar unas nuevas
Reales Ordenanzas, luchar contra el pluriempleo y dignificar las condiciones de vida de los
militares, adaptar los smbolos militares al nuevo Estado, cuidar de la reduccin del tamao de los
Ejrcitos y elaborar mecanismos de ascenso que primaran la preparacin frente a la antigedad
48
.

3.2. La primera disposicin sobre reclutamiento de la Espaa democrtica (1984)

La ley orgnica 6/1980 de Defensa Nacional mantena la obligatoriedad del servicio militar
para los espaoles varones prioritario sobre cualquier otro servicio que se establezca pero
incorporaba nuevos conceptos que hacan necesaria la promulgacin de una nueva ley del servicio
militar. Dichas novedades eran la participacin de la mujer en la Defensa como consecuencia de
la igualdad de ambos sexos declarada en la Constitucin, la objecin de conciencia, considerada
un derecho fundamental de los espaoles, sin limitacin alguna, en el texto constitucional, y la
posibilidad de realizar una prestacin social sustitutoria en lugar del servicio de armas
49
. En tal
sentido debe recordarse el artculo 30 de la Carta Magna:

2. La ley fijar las obligaciones militares de los espaoles y regular, con las debidas garantas,
la objecin de conciencia, as como las dems causas de exencin del servicio militar obligatorio,
pudiendo imponer, en su caso, una prestacin social sustitutoria.
3. Podr establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines de inters general
50
.

Ambos extremos fueron tratados por los legisladores en los aos que siguieron a la entrada en
vigor de la Constitucin, mediante proposiciones de ley o preguntas parlamentarias que no
acabaron fructificando, como el proyecto de ley que se present en el Congreso a finales de
1980
51
.

paz, en todos los foros a que tiene acceso y singularmente en la Conferencia de Seguridad y Cooperacin en Europa.
Lo har, asimismo, en su actual condicin de miembro del Consejo de Seguridad de la Organizacin de las Naciones
Unidas, investidura del presidente del Gobierno, 18 de febrero de 1981, DSC n. 143, pgs. 9.157 y 9.158.
47
Ortega Martn (2008), pg. 90.
48
Serra (2008), pg. 157.
49
Ley orgnica 6/1980 por la que se regulan los criterios bsicos de la defensa nacional y la organizacin militar, 1 de
julio de 1980, BOE, n. 165.
50
Constitucin espaola, 29 de diciembre de 1978, BOE, n. 312.
51
Proyecto de ley reguladora de la objecin de conciencia y de la prestacin social sustitutoria del servicio militar, 9
de diciembre de 1980, BOCG-C, n. 167-I, pgs. 1.163-1.168. Vid pregunta sobre sustitucin del servicio militar por el
312 El reservismo militar en Espaa

3.2.1. Antecedentes sociales y legislativos

A la llegada del PSOE al Gobierno la ley orgnica 6/1980 fue reformada con dos propsitos:
unir la direccin de la poltica militar y de defensa con el mando sobre las Fuerzas Armadas,
situando al frente de ambos al presidente del Gobierno quien poda delegar parcialmente, a su
vez en el ministro de Defensa, y personalizar las competencias hasta entonces atribuidas a los
distintos rganos colegiados existentes la Junta de Defensa Nacional, la Junta de Jefes de Estado
Mayor y los Consejos Superiores de los Ejrcitos, que en adelante pasaran a tener carcter
asesor sin capacidad de decisin alguna
52
.
Sin embargo, el ttulo de la ley 6/1980 que trataba del servicio militar qued inalterado por lo
que, tras la reforma, segua siendo necesaria una nueva ley del servicio militar que contemplara los
nuevos conceptos cuya puesta en vigor vena demandando la sociedad, y que haba recogido la
Constitucin de 1978 y prometido el partido en el Gobierno durante la anterior legislatura, cuando
se encontraba sentado en los bancos de la oposicin
53
.
Por otro lado, haca aos que, desde dentro y fuera de las Fuerzas Armadas, exista una fuerte
presin por reducir la duracin del servicio militar y por contar con soldados profesionales. Unos
eran conscientes del alto grado de especializacin que requeran los nuevos sistemas de armas,
para los que resultaba imposible instruir a los soldados de reemplazo. Este era un problema que
exista en realidad en todo Occidente, como deca el teniente coronel Jean, del Ejrcito italiano:

Estimamos que es inevitable la abolicin del servicio militar obligatorio si contina la tendencia
general de los pases occidentales a la progresiva reduccin del tiempo de servicio. Las ventajas del
servicio militar de recluta obligatoria decrecen rpidamente cuando el tiempo de servicio queda por
debajo de los dieciocho meses; un nmero creciente de puestos tcticos deben ser cubiertos por
voluntarios
54
.


servicio civil presentada por Ramn Sala (Convergencia i Uni), 18 de setiembre de 1979, BOCG-C, n. 221-I, pgs.
491 y 492; su respuesta el 2 de noviembre de 1979, BOCG-C n. 221-II, pgs. 492/1 y 492/2; y proposicin no de ley
sobre objecin de conciencia presentada por el Grupo Parlamentario Comunista, 17 de junio de 1980, BOCG-C, n.
420-I, pgs. 1.037 y 1.038.
52
Entre otros cambios, apareca como nuevo rgano consultivo el JEMAD, figura muy distinta de la del anterior
presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, que pasaba a depender orgnica y funcionalmente del ministro de
Defensa, que delegaba en l la supervisin del estado de adiestramiento y eficacia de las tropas. En caso de guerra,
sera nombrado jefe del Mando Operativo de las Fuerzas Armadas, Puell de la Villa (2010
C
), pg. 28.
53
Ley orgnica 1/1984 de reforma de la ley orgnica 6/1980 por la que se regulan los criterios bsicos de la defensa
nacional y la organizacin militar, 5 de enero de 1984, BOE, n. 6; Constitucin espaola, 29 de diciembre de 1978,
BOE, n. 312; y Redaccin (1982, 14 de diciembre), CiU propone acortar la mili e impedir traslados de residencia,
La Vanguardia, pg. 13.
54
Jean (1977), pg. 79. Una muestra de la universalidad del problema es que el Consejo de Ministros de Asuntos
Exteriores de la OTAN, reunido los das 7 y 8 de diciembre de 1978, debati sobre la reduccin de la duracin del
servicio militar obligatorio, entre otros, Garrigo, A. (1979, 19 de abril), El ingreso de Espaa sera un factor positivo
para la disuasin, La Vanguardia, pg. 18.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 313


La sociedad en general no perciba una amenaza que justificara la duracin existente, mientras
que la pertenencia a la OTAN permita una inmediata reduccin de efectivos, que se arbitr
inicialmente con el plan META, ya mencionado.
Las peticiones de objecin de conciencia haban venido dndose desde haca unos veinte aos
por razn religiosa principalmente solicitadas por testigos de Jehov. Comenzados los
ochenta, los objetores eran multitud e incluan a grupos de catlicos radicales y a protestantes de
diversas sectas, as como a personas de ideales pacifistas, anarquistas y otros
55
. Algunos de los
objetores adoptaron una actitud puramente testimonial, mientras que otros optaron por organizarse
y promover acciones colectivas. Por ejemplo, el Movimiento de Objetores y Objetoras de
Conciencia se dio a conocer a principios de 1977 cuando 20 de sus miembros se encadenaron a
una verja en la Plaza de Espaa de Madrid
56
. Es preciso decir que, en 1980, la duracin de la parte
activa del servicio militar espaol era slo un mes mayor que la media de los miembros de la
OTAN con reclutamiento forzoso, que era de catorce meses, siendo el pas que conceda mayor
nmero de das de permiso a sus soldados cuarenta y cinco, cuando el siguiente era Portugal,
con treinta das y de los que menos gastaban por soldado, slo rebasado por Grecia y por
Turqua
57
.
En diciembre de 1982, cuando el Gobierno ya tena un anteproyecto de ley en preparacin
aunque no haba sido anunciado, la minora catalana en el Congreso present una proposicin de
ley para reformar el servicio militar en tres nicos aspectos: reduccin del servicio activo en filas a
doce meses, incorporacin a los dieciocho aos de edad o incluso antes, a peticin del interesado,
y destino en una unidad de su propia Comunidad Autnoma. La proposicin fue finalmente
rechazada por los grupos mayoritarios del Congreso. El Partido Socialista argument y
aprovech para anunciar la existencia de un anteproyecto y rebati la falta de equidad que
podra suponer la realizacin del servicio militar en el entorno ms prximo, dadas las
desigualdades demogrficas y de distribucin de las unidades militares. El Grupo Popular
manifest que la reforma deba ser integral y contemplar aspectos no tratados como el voluntariado
especial, la objecin de conciencia, la participacin de la mujer en la defensa y la prestacin social

55
La objecin de conciencia por razn religiosa fue regulada por el primer gobierno de Adolfo Surez en una fase muy
temprana al acogerse a la facultad gubernamental encarnada por las prrrogas de 4. clase de la ley de 1968 para
otorgar dispensas a colectivos en base al inters nacional. Con carcter claramente disuasorio, a los objetores se les
ofreca un servicio de inters cvico de tres aos de duracin en una regin distinta a la suya. En el lugar de
prestacin eran sometidos a una revisin anual del comportamiento. Superados los tres aos sin tacha, el servicio
militar activo le era convalidado, pasando entonces a la reserva (real decreto sobre la objecin de conciencia de
carcter religioso al servicio militar, 23 de diciembre de 1976, BOE, n. 4).
56
Redaccin (1982, 14 de febrero), Veinte aos de objecin de conciencia en Espaa, ABC, Madrid, pg. 124.
57
Redaccin (1980, 9 de agosto), Tan slo en cuatro pases de la OTAN el servicio militar es de carcter voluntario,
ABC, Sevilla, pg. 7.
314 El reservismo militar en Espaa

sustitutoria. En ninguna de las intervenciones se habl de las necesidades defensivas de Espaa
como haba sucedido en los debates homologables del siglo XIX, ni siquiera para minusvalorarlas.
En cambio, todos los grupos parlamentarios coincidieron en que cualquier reforma deba decidirse
en favor de los jvenes:

Nosotros pensamos que esta proposicin de Ley de Reforma del Servicio Militar es una buena
ocasin para que esta Cmara y esta clase poltica se acerquen a esa juventud y demuestren que
realmente se preocupan de ella y tienen en cuenta los intereses de la sociedad espaola
58
.

3.2.2. Tramitacin de la ley y resultado final

A pesar de que se haba reconocido pblicamente que se estaban dedicando esfuerzos a la
reforma del servicio militar, el ministro de Defensa Narcs Serra continu empeado durante 1983
en diversas reorganizaciones del mbito de la Defensa que podran calificarse de nivel superior en
espera de que, apoyndose en stas, se pudieran abordar ms adelante otras reformas de menor
alcance y mayor profundidad. En este sentido, se trabaj en la ley orgnica 1/1984 y en la
reestructuracin del Ministerio de Defensa, obra que fue culminada en los primeros das de 1984,
en una legislatura en la que se produjo una significativa apertura internacional con reflejo en los
dos Ejrcitos y en la Armada
59
.
Fue entonces, en el ltimo trimestre de 1983, prcticamente decididas tanto la nueva orgnica
del Ministerio como las responsabilidades asociadas a cada una de las entidades y departamentos
recin diseados, cuando el Gobierno present al Congreso un proyecto de ley de reforma del
servicio militar que contemplaba la reduccin del tiempo de servicio en filas, admita una
proporcin de soldados profesionales mediante el voluntariado especial, estableca una

58
Proposicin de ley sobre reforma de la ley general del servicio militar presentada por el Grupo Parlamentario de la
Minora Catalana, 3 de diciembre de 1982, BOCG-C, n. 8-I, pgs. 21 y 22; y toma en consideracin de la proposicin
de ley del Grupo de la Minora Catalana sobre reforma de la ley general del servicio militar, 2 de marzo de 1983, DSC,
n. 16, pgs. 687-693.
59
No en vano, se firmaron los primeros acuerdos bilaterales de cooperacin con Alemania, Blgica, Francia, Holanda,
Italia, Noruega y Reino Unido. La ley orgnica 1/1984 modific la ley orgnica 6/1980 para clarificar las lneas de
autoridad y la responsabilidad en la direccin de la Poltica de Defensa y tambin establecer las bases de la
organizacin militar del territorio. Una de las principales razones de esta modificacin era el problema del mando
colegiado que encarnaba la Junta de Defensa Nacional y Junta de Jefes de Estado Mayor. Pareca lgico que se
transformaran en rganos preferentemente asesores, como suceda con instituciones similares de Francia, Gran Bretaa
o Italia. Asimismo se definan y fortalecan las competencias del presidente del Gobierno en lo que a Poltica de
Defensa y direccin de las Fuerzas Armadas se refiere, sin perjuicio de las atribuciones del Rey como jefe supremo de
las mismas aunque, a partir de entonces, S. M. dejara de despachar con los ministros de Defensa y se limitara a firmar
los empleos y destinos asignados por el Consejo de Ministros. En cuanto a la reestructuracin del Ministerio de
Defensa, la reforma de la ley dio pie a cambios posteriores orgnicos y funcionales, reemplazando las subsecretaras
generales por direcciones generales, dejando una sola de las primeras, Ortega Martn (2008), pgs. 107 y 108; ley
orgnica 1/1984 de reforma de la ley orgnica 6/1980 por la que se regulan los criterios bsicos de la defensa nacional
y la organizacin militar, 5 de enero de 1984, BOE, n. 6; y real decreto 135/1984 por el que se reestructura el
Ministerio de Defensa, 25 de enero de 1984, BOE, n. 27.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 315


alternativa al servicio sobre las armas y abra un testimonial camino para la participacin de la
mujer en la Defensa
60
.
La ponencia del Congreso que se encarg de preparar el informe sobre el proyecto del
Gobierno integrada por figuras tan representativas de la Transicin como el militar Julio
Busquets o el poltico Santiago Carrillo no introdujo modificaciones sustanciales, a pesar de los
intentos del PNV para reducir el tiempo total de servicio militar a doce aos
61
.
Durante la tramitacin en el Senado continu la presin para reducir el tiempo de la
prestacin personal tanto en activo como en reserva, sacando adelante el PSOE que ya pensaba
en futuras reducciones una enmienda a su propio proyecto que fij unvocamente el servicio
sobre las armas en un ao, cuando inicialmente se haba establecido un intervalo de entre doce y
quince meses dependiendo de las particularidades de cada Ejrcito
62
.
Con tan slo unos meses de tramitacin aunque su reglamento se hizo esperar durante casi
dos aos, la primera ley del servicio militar de la Democracia vio la luz antes del verano de
1984. Dicha disposicin mantena las situaciones de la anterior legislacin disponibilidad,
actividad y reserva pero reduca el tiempo de servicio sobre las armas, como ya se ha dicho, a
doce meses y el tiempo total de servicio militar, incluido el perodo en reserva, a quince aos. Hay
que remontarse a los proyectos previos a la ley de reclutamiento de 1912 para ver un servicio
militar tan corto. Asimismo, se daba la licencia absoluta a todos los reservistas existentes en ese
momento que tuvieran treinta y cuatro aos de edad o ms
63
.
Como continuacin de la aportacin de la ley de 1968 en tal sentido, la disposicin recin
publicada redujo nuevamente la edad de disponibilidad para el servicio militar, quedando
establecida en diecinueve. Esto requiri, como haba sucedido en la ley anterior, de un perodo

60
Proyecto de ley del servicio militar presentado por el Gobierno remitido a la Comisin de Defensa del Congreso de
los Diputados el 19 de octubre de 1983, 27 de octubre de 1983, BOCG-C, n. 66-I, pgs. 1.033-1.040.
61
Los componentes de dicha ponencia fueron Julio Busquets Bragulat (PSC), Santiago Carrillo Solares (PCE), Jon
Gangoiti Llaguno (PNV), Antonio Garca-Pagn Zamora (PSOE), Carlos Manglano de Mas (AP-PDP), Luis Mardones
Sevilla (UCD), Joaqun Molins y Amat (CIU), Juan Andrs Muoz Garca (PSOE), Ricardo Squella Martorell (AP-
PDP) (informe de la ponencia relativo al proyecto de ley sobre el servicio militar presentado en el Congreso el 27 de
febrero de 1984, 1 de marzo de 1984, BOCG-C, n. 66-I-1, pgs. 1.040/1-1.040/13).
62
El programa electoral del PSOE para las elecciones generales de 1986 inclua la reduccin del tiempo de servicio
sobre las armas a nueve meses, Ortega Martn (2008), pg. 111. Los integrantes de la ponencia designada para estudiar
el proyecto de ley en el Senado fueron Julio Bassets Rutllant (PSOE), Vicente Bosque Hita (AP-PDP), Joaqun
Campoamor Rodrguez (PSOE), Rafael Estrella Pedrola (PSOE) y Joaqun Jimnez Hidalgo (AP-PDP) (enmiendas al
proyecto de ley del servicio militar presentadas en el Senado el 11 de abril de 1984, 13 de abril de 1984, BOCG-S, n.
124 (b), pgs. 13-27; informe de la ponencia relativo al proyecto de ley del servicio militar, 16 de abril de 1984,
BOCG-S, n. 124 (c), pgs. 31-43; dictamen de la Comisin de Defensa del Senado sobre el proyecto de ley del
servicio militar presentado el 16 de abril de 1984, 23 de abril de 1984, BOCG-S, n. 124 (d), pgs. 45-47; y texto de la
ley del servicio militar aprobado por el Senado el 26 de abril de 1984, 30 de abril de 1984, BOCG-S, n. 124 (e), pgs.
47 y 48).
63
Ley 19/1984 del servicio militar, 8 de junio de 1984, BOE, n. 140; y real decreto 611/1986 por el que se aprueba el
reglamento de la ley del servicio militar, 21 de marzo de 1986, BOE, n. 79.
316 El reservismo militar en Espaa

transitorio de cinco aos en el que los llamamientos y la duracin del tiempo en filas debieron irse
adaptando progresivamente al nuevo marco
64
.
Un servicio militar con menos de quince meses en las unidades activas no permita instruir,
como se dijo en su momento, ni a los especialistas de determinados destinos ni a los efectivos de
las unidades de alta cualificacin. Fue la figura del voluntario especial extraordinariamente
desarrollada en el reglamento de 1986 y disposiciones posteriores la que se utiliz en la nueva
ley para cubrir esta necesidad creciente y as ir materializando la profesionalizacin parcial de las
Fuerzas Armadas de la que tanto se haba venido hablando
65
. El voluntariado especial haba sido
creado mediante la ley de 1968 pero su utilizacin qued prcticamente limitada a unos cientos de
expertos al ao con destino en el Ejrcito del Aire, as como algunos efectivos que reforzaron las
plantillas de la Guardia Real y de la Guardia Civil. Estos voluntarios permanecan en la reserva
desde la finalizacin del compromiso hasta el primero de enero del ao en el que cumplan treinta
y cuatro aos, como el resto de conscriptos
66
.
Las prrrogas permanecieron esencialmente como en la ley de 1968, con la nica novedad de
aadir una quinta clase por desempear un cargo pblico por eleccin popular y el servicio
militar de las mujeres qued en suspenso, pendiente de una ley que nunca lleg. En cuanto al
servicio civil, o a la prestacin civil sustitutoria del servicio militar para objetores de conciencia,
una disposicin transitoria facultaba al Gobierno entretanto se preparaba una ley especfica a
destinar a estos mozos a Proteccin Civil, a la Cruz Roja o a otras organizaciones similares
67
.
Como una manera de desarrollar un derecho constitucionalmente reconocido, la primera ley
reguladora de la objecin de conciencia lleg el mismo ao de la promulgacin de la nueva

64
Real decreto 1948/1984 sobre aplicacin de la ley 19/1984 del servicio militar, y desarrollo de las facultades que la
misma otorga al Gobierno, 31 de octubre de 1984, BOE, n. 266.
65
Ley 19/1984 del servicio militar, 8 de junio de 1984, BOE, n. 140; real decreto 611/1986 por el que se aprueba el
reglamento de la ley del servicio militar, 21 de marzo de 1986, BOE, n. 79; y orden por la que se regula el
voluntariado especial, 17 de julio de 1986, BOE, n. 180. En el ao 1987 se convocaron 4.000 plazas de larga duracin
para el Ejrcito de Tierra, 2.000 para la Armada y 712 para el Ejrcito del Aire (orden de convocatoria para prestar el
servicio militar en el voluntariado especial del Ejrcito de Tierra, modalidad B, 8 de abril de 1987, BOE, n. 86; orden
de convocatoria para prestar el servicio militar en el voluntariado especial de la Armada, modalidad B, 8 de abril de
1987, BOE, n. 86; y orden de convocatoria para prestar el servicio militar en el voluntariado especial del Ejrcito del
Aire, modalidad B, 8 de abril de 1987, BOE, n. 86).
66
Los destinos del voluntariado especial ofrecidos en 1977 en el Ejrcito del Aire fueron: administrativos de
abastecimiento, administrativos-escribiente, mecnicos del automvil, mecnicos de mantenimiento de avin y
tcnicos en electrnica, 590 plazas en total (orden por la que se convocan 590 plazas para prestar el servicio militar en
el Ejrcito del Aire, en calidad de tropa con instruccin tcnica especial, voluntariado especial, 23 de febrero de 1977,
BOE, n. 53). La Guardia Real, constituida inicialmente por profesionales encuadrados en una escala especial, admiti
voluntarios especiales unos pocos cientos al ao desde 1979 (real decreto 1954/1979 por el que se crea un
voluntariado especial para la Guardia Real, 4 de agosto de 1979, BOE, n. 194). La aplicacin del voluntariado
especial a la Guardia Civil permiti incrementar sus efectivos sin aumentar la plantilla algunos miles cada ao
ante las nuevas misiones encomendadas, creando la figura del guardia civil auxiliar (real decreto 3543/1981 por el que
se regula la prestacin del servicio militar por medio del voluntariado especial en el Cuerpo de la Guardia Civil, 30 de
octubre de 1981, BOE, n. 69).
67
Ley 19/1984 del servicio militar, 8 de junio de 1984, BOE, n. 140.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 317


disposicin sobre el servicio militar. Algo se haba regulado en este sentido en 1976, como se vio
anteriormente, pero slo se reconoca la objecin religiosa y era preciso reconocer la ideolgica, la
tica o cualquier otra razn
68
.
La prestacin social sustitutoria era un servicio alternativo al militar mediante el cual el
ciudadano solicitaba voluntariamente quedar destinado en Proteccin Civil, en conservacin del
medio ambiente, en servicios sociales de todo tipo, en servicios sanitarios, en programas de
cooperacin internacional y en otras actividades de inters general. En situacin de actividad
servan entre dieciocho y veinticuatro meses, mientras que en la reserva seguan las mismas
vicisitudes que los compaeros de reemplazo que haban elegido la va militar, si bien en caso de
movilizacin eran destinados a proteccin y defensa civiles
69
.
En estas condiciones, tras la entrada en vigor de la ley, fue reconocida una cantidad
abrumadora de reservistas espaoles, 2.400.000, mientras que Estados Unidos tena en aquellos
momentos 1.852.400, Francia 356.000, Reino Unido 319.800 y la Unin Sovitica 6.217.000
70
.

3.3. La Transicin o la proliferacin de asociaciones de veteranos

Herederos del Mayo francs, a principios de los aos setenta surgieron en todas democracias
occidentales movimientos sociales muy dinmicos que se basaron inicialmente en el feminismo y
en el pacifismo. A lo largo de los ochenta, la necesidad de los ciudadanos de participar en las
instituciones democrticas o de crear grupos de influencia, dicho de otra manera revitaliz
dichos movimientos dando lugar a una inmensa pluralidad de grupos sociales que se sentan
identificados con sus propios objetivos. Eso llev a la proliferacin de asociaciones de todo tipo, a
la aparicin de nuevos partidos polticos e incluso a la radicalizacin de posturas protagonizada
por grupos terroristas llenos de desencantados como el Irish Republican Army en Irlanda del Norte
o las Brigadas Rojas en Italia.
En Espaa, el reconocimiento de ese derecho en la Constitucin y la efectiva legalizacin de
las asociaciones tras la cada del franquismo propiciaron cierta euforia colectiva por la creacin de
grupos de presin que, fuertemente atomizados, pretendan influir en el nuevo Estado democrtico.
Partidos polticos, sindicatos, asociaciones profesionales o asociaciones impulsadas por cualquier

68
Constitucin espaola, 29 de diciembre de 1978, BOE, n. 312; y real decreto 3011/1976 sobre la objecin de
conciencia de carcter religioso al servicio militar, 23 de diciembre de 1976, BOE, n. 4.
69
Ley 48/1984 reguladora de la objecin de conciencia y de la prestacin social sustitutoria, 26 de diciembre de 1984,
BOE, n. 311.
70
En 1989. De los considerados reservistas espaoles, 1.030.000 haban servido en filas durante los ltimos cinco
aos, los cuales se dividan entre 820.000 en el Ejrcito de Tierra, 135.000 en la Armada y 35.000 en el Ejrcito del
Aire, Balance (1989), pgs. 31, 57, 106, 109 y 121.
318 El reservismo militar en Espaa

otro objetivo fueron creados con diversos fundamentos ideolgicos y polticos. Como dice Marn
Gmez, mediante este movimiento se pondr de manifiesto la capacidad de maniobra de la
ciudadana y la sociedad civil
71
.
Por otro lado, en los aos de la Transicin se fue acrecentando la brecha entre la sociedad
espaola y sus Fuerzas Armadas, particularmente tras los intentos de golpe de estado que se
produjeron a principios de los ochenta. Puell de la Villa afirma que los militares se sintieron
aturdidos y abochornados ante la penosa imagen pblica dada por el consejo de guerra que juzg a
los golpistas del 23-F. El pueblo espaol, por su parte, perdi la escasa confianza que tena en sus
militares y se alej de ellos lo que influy, sin duda, en la decisin del PSOE de someter a
referendo la entrada de Espaa en la OTAN
72
.
En esos aos se ech en falta un tejido asociativo de reservistas que, como se mencion en su
momento, cumplieran con la misin de mantener vivo entre la sociedad civil el inters por las
Fuerzas Armadas, lo que no haba cubierto la asociacin nica UNAMU. En este sentido, en 1992,
ante la proximidad de la celebracin del cincuentenario de la Milicia Universitaria, se produjeron
numerosas reflexiones en relacin con los veteranos de la Escala de Complemento y su idoneidad
para colaborar en el acercamiento del pueblo espaol a sus militares.

Tan considerable capital humano, de primera categora en razn a los puestos relevantes
alcanzados en la sociedad, no fue debidamente aprovechado creando asociaciones que ayudaran a
modelar una imagen de las fuerzas armadas distinta de la que ahora padecen. Los pases de la
OTAN, excepto Portugal y Turqua, cuentan con asociaciones muy activas que echan en cara
nuestra desidia
73
.

As, a lo largo de los ochenta, y a caballo entre el deseo ciudadano de participar en la
actividad pblica y la necesidad de fomentar la cultura de defensa tras el 23-F, sucesivos gobiernos
muy especialmente los socialistas favorecieron la aparicin de asociaciones de reservistas que
vinieron a romper el monolitismo testimonial de la UNAMU. De hecho, eso significaba virar hacia
el modelo francs de asociacionismo reservista, al agruparse veteranos del mismo ejrcito o

71
Marn Gmez (2007), pgs. 75, 76 y 439. Antes de las primeras elecciones generales de la Transicin, el 15 de junio
de 1977, fueron promulgadas la ley 21/1976 sobre el derecho de asociacin poltica, 14 de junio, BOE, n. 144; el real
decreto 1839/1976 sobre el derecho de asociacin profesional de los funcionarios civiles del Estado, 16 de julio, BOE,
n. 183; el real decreto-ley 12/1977 sobre el derecho de asociacin poltica, 8 de febrero, BOE, n. 35; y la ley 19/1977
sobre regulacin del derecho de asociacin sindical, de 1 de abril, BOE, n. 80. En los aos posteriores aumentaron el
nmero de disposiciones que desarrollaron este derecho.
72
En una encuesta realizada por el Ministerio de Defensa en 1989, slo un tercio de los jvenes en edad militar
manifestaban tener un concepto alto o muy alto de la profesin militar. Ms de la quinta parte lo tena bajo o muy bajo,
Puell de la Villa (2005
A
), pgs. 264 y 265. Ortega Martn dice textualmente, refirindose a la celebracin del
referendo, la falta de conciencia de defensa colectiva y la escasa preocupacin poltica por los asuntos relacionados
con la seguridad jugaron tambin su papel, Ortega Martn (2008), pg. 99.
73
Seplveda, F. (1992, 5 de junio), Milicia universitaria, La Vanguardia, pg. 19.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 319


cuerpo. De estos aos quedan numerosos testimonios en prensa en los que personajes influyentes
apoyaban a las asociaciones recin creadas o exhortaban a los veteranos a asociarse
74
.
La asociacin pionera de este perodo apareci el mismo ao del intento de golpe de estado
del 23-F. En ese momento, la Fundacin de la Milicia Area Universitaria Vara de Rey abri la
brecha intentando atraer a los veteranos de la MAU y de la IMEC del Ejrcito del Aire. Unos aos
ms tarde se agruparon los oficiales de complemento de la Infantera de Marina en torno a la
AOSSCIM 1984, la Asociacin de Milicias Navales Universitarias 1986 y la
AVMUETE 1992, siendo esta ltima una federacin que ampar a diez asociaciones
regionales tanto de reservistas como de exreservistas de la Escala de Complemento del Ejrcito
de Tierra que haban venido fundndose durante la dcada de los ochenta como, por ejemplo, la
Asociacin de Veteranos de la IPS del Campamento de los Castillejos, ms tarde denominada
ACMU
75
.
Todas estas asociaciones se inscribieron en el registro del Ministerio del Interior con unos
fines muy parecidos, en esencia, a los tres puntos mencionados en su momento para la UNAMU,
aunque llegaron a tener una mayor definicin como, por ejemplo, el propsito de editar
publicaciones propias o el de crear premios y concursos relacionados con los valores castrenses
76
.
Como novedad significativa se prescindi del enfoque ideolgico que s incorporaba su antecesora.

4. AGITACIN SOCIAL Y LTIMAS MOVILIZACIONES EN ESPAA

En los ltimos aos del franquismo muchos an pensaban que, de librarse una guerra mundial,
sera de caractersticas similares a la contienda 1939-1945, si bien habra una mayor velocidad
operativa y abarcara a todos los continentes. La primera fase de la misma de varios meses de
duracinestara caracterizada por la violencia y la rapidez y habra consistido en que el
grueso de los Ejrcitos [permanentes] se dirigir volando a los campos de batalla y recibir en
ellos, por va area, los abastecimientos indispensables. La segunda fase de esta Tercera Guerra
Mundial habra tenido lugar a lo largo de bastantes aos, en los cuales millones de hombres
habran librado una lucha encarnizada y extensa
77
.

74
Un importante apoyo institucional al asociacionismo de su entorno lo constituy el gobernador militar de Navarra,
Colldefors, J. (1994, 9 de marzo), La Asociacin de Oficiales de Complemento y Navarra, Diario de Navarra. Otro
ejemplo es el de Jos Arvalo, jefe de Protocolo Municipal de Burgos, que llam a los alfreces y sargentos de
complemento de su ciudad a integrarse en una asociacin recin creada, Arvalo, J. (1993, 25 de agosto), Ante un
esperanzador recuerdo, Diario de Burgos, pg. 22.
75
Apndice n. 9. El proceso sigui con otras entidades regionales como la AMMU, fundada en 1992 o la AVMUNA,
fundada en 1994.
76
VV. AA. (2009), pgs. 167-173.
77
Fernndez Garca (1969), pgs. 19 y 20.
320 El reservismo militar en Espaa

Esta concepcin de la guerra futura fue una de las razones sostenidas para dividir el Ejrcito
de Tierra en dos grandes bloques: Fuerzas de Intervencin Inmediata y Fuerzas de Defensa
Operativa del Territorio. Se pretenda que el primero pudiera jugar un digno papel en la primera
fase de esa potencial guerra universal, mientras que se asignaba al segundo los cometidos de lucha
contra la subversin y de articulacin de la movilizacin para llegar a adquirir el volumen
necesario que permitiera sostener una guerra de larga duracin. En esos momentos an no haba
perdido vigencia el concepto de movilizacin total plasmado en la legislacin espaola de los aos
treinta ya tratado en anteriores captulos, si bien se prefera el trmino movilizacin
nacional, que se formulaba de la siguiente manera:

La Movilizacin pone en convulsin hoy, todas las fuerzas humanas y naturales de un pas. Se
hace necesario, pues, que cuando llegue sta, la casi totalidad del potencial humano y econmico
est preparado para modificar sus actividades de tiempo de paz, con el fin de dedicarse a otras
dirigidas hacia el esfuerzo de la guerra. As, las Fuerzas Armadas absorbern la mayor parte de los
hombres en edad militar; las explotaciones industriales modificarn su produccin y algunas hasta
su utillaje, sus mtodos o sus procesos tcnicos; la Agricultura ceder hombres y mujeres a la
Industria y los Servicios cedern, igualmente, grandes cantidades de personal que ser sustituido
por otro no comprendido en edad militar
78
.

4.1. Generacin de fuerzas y encuadramiento de reservistas antes de la modernizacin

Las ideas anteriormente descritas fueron plasmadas en la ley bsica de movilizacin nacional
de 1969, que no era ms que una mayor precisin en la reglamentacin republicana, vigente
todava entonces.
Como vena siendo desde los aos treinta, con clara inspiracin en la legislacin de otros
pases Francia, en particular todos los recursos nacionales, cualquiera que sea su naturaleza,
podrn ser movilizados para su empleo en las necesidades de la defensa nacional o cuando
situaciones excepcionales lo exijan. As, la movilizacin nacional abarcaba a las personas y a
cualquier elemento til a la defensa, al mundo militar y al civil, y poda ser de los siguientes tipos:
de las Fuerzas Armadas, humana, econmica, sanitaria, de los medios de investigacin cientfica
y tcnica, de los transportes y de las comunicaciones y medios de informacin.
Esta ley distingua entre los distintos tipos de situacin que poda encontrarse el ciudadano, es
decir, personal militar en activo, personal movilizado, personal civil militarizado y personal
civil, quedando los tres primeros bajo jurisdiccin militar en caso de movilizacin total o parcial.
Por primera vez se hablaba de militarizar a civiles, algo que se acabara convirtiendo en el modo
formal de anular el derecho a la huelga de determinados colectivos considerados de utilidad.

78
Toha Polo (1968), pgs. 29 y 30.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 321


Pronto se vio que, una vez dada la orden de incorporacin de los civiles a la defensa potestad del
jefe del Estado segn la ley orgnica del Estado de 1967 y acordada en Consejo de Ministros
segn la ley de movilizacin nacional de 1969, era necesaria la creacin de un rgano de
coordinacin interministerial que, dentro del AEM, planeara, organizara, inspeccionara y dirigiera
los servicios de movilizacin de cada uno de los dos Ejrcitos, la Armada y la Secretara General
del Movimiento. Esta entidad colegiada recibi el nombre de Servicio Central de Movilizacin y
fue presidida por el general jefe del AEM
79
.
El Ejrcito de Tierra estableci algunas unidades que, con sus cuadros, pudieran admitir
rpidamente a los reservistas movilizados. Dichas unidades tabla n. 20 quedaron segregadas
entre las adscritas a las Fuerzas de Intervencin Inmediata y las vinculadas a las Fuerzas de
Defensa Operativa del Territorio y, como dicha organizacin, permanecieron vigentes hasta el
lanzamiento del plan META en 1984.

Gran Unidad Unidades de reserva con cuadros Unidades de adscripcin
Fuerzas de
Intervencin
Inmediata
1 Brigada de Infantera Motorizada Divisin de Infantera Motorizada
1 Brigada de Infantera
Mecanizada
Divisin de Infantera Mecanizada
1 Brigada Acorazada Divisin Acorazada
1 Batalln Brigada Aerotransportable
Fuerzas de
Defensa Operativa
del Territorio
9 Batallones de Infantera
Brigadas de Defensa Operativa del
Territorio
2 Brigadas de Cazadores de
Montaa*
Divisiones de Montaa
Tabla n. 20: Organizacin de la reserva del Ejrcito de Tierra entre 1964 y 1984
80
.
* Disponibles solamente una fraccin de los mandos requeridos.

Las distintas organizaciones encargadas de llevar a cabo una eventual movilizacin es algo
que, como se ha dicho varias veces en esta tesis, han estado ligadas al concepto de reserva
existente en cada momento. Durante los ltimos aos del franquismo numerosos estudiosos
militares quisieron alertar con cierta amargura de la necesidad de poner inters en un adecuado
planeamiento y en la realizacin de prcticas anuales favorecidas, por cierto, por la ley de 1968,
que haba establecido hasta un mximo de treinta das para este propsito.

En perodos de paz dilatada [...], la movilizacin no es un tema que atraiga la atencin con la
importancia que realmente tiene, contrastando con la presencia de otros cometidos militares de
resultados ms vistosos e inmediatos.

79
Ley 50/1969 bsica de movilizacin nacional, 26 de abril de 1969, BOE, n. 101; y decreto 2059/1969 por el que se
estructura el Servicio de Movilizacin Nacional, 16 de agosto de 1969, BOE, n. 233.
80
Toha Polo (1968), pg. 31.
322 El reservismo militar en Espaa

Los principios militares, organizacin, armamento, mtodos y medios de combate, etc., estn
siempre presentes en la atencin de todos; la movilizacin, por el contrario, es un tema que no atrae.
Podramos decir que existe una alarmante despreocupacin por los problemas inherentes a la
movilizacin
81
.

Se propona que los estudios y ctedras militares divulgaran el proceso de movilizacin y que
promovieran la investigacin para el perfeccionamiento del proceso de generacin de fuerzas.
Asimismo, era necesario que los jefes de unidad fueran conscientes de la responsabilidad que
contraan con la Defensa Nacional al instruir a los futuros reservistas
82
. Sin embargo, todas esas
propuestas cayeron en saco roto dado que, en palabras del general Ortega y refirindose al ltimo
tramo del siglo XX, Espaa nunca estuvo organizada para afrontar una movilizacin
83
.
Hubieron de pasar cinco aos tras la creacin del Ministerio de Defensa dentro de la oleada
reformista iniciada en 1982 para que el Servicio Central de Movilizacin se adaptara a la nueva
estructura ministerial. Para presidirlo se design al secretario general para Asuntos de Poltica de
Defensa mientras se le asignaba la misin de estudiar, proponer, planear, programar y ejecutar
cuanto afecte a la movilizacin. Dentro de este servicio, un rgano haca de estado mayor y
otro se encargaba de la parte operativa. El primero se llamaba Comisin Ministerial de
Movilizacin y se nutra de representantes de la JUJEM, de los Cuarteles Generales, de la
Subsecretara de Defensa, del Centro Superior de Informacin de la Defensa y de la Direccin
General de Armamento y Material, que ejercan de asesores a demanda. El segundo era el
Departamento de Movilizacin y se compona de los rganos correspondientes de los dos Ejrcitos
y de la Armada encargados de proporcionar el personal, el material y la logstica requerida en
tiempo de crisis
84
.

4.2. Las movilizaciones de la Transicin

Con anterioridad se habl del papel que jug la movilizacin de reservistas entre las medidas
tomadas por el Gobierno ante las huelgas generales o sectoriales de los primeros aos del siglo XX,
particularmente a partir de la aprobacin de la ley de reclutamiento de 1912. Sesenta aos despus,
la conflictividad laboral del inicio de la etapa de la Transicin poltica se encontraba en una de sus
pocas ms lgidas. As, a finales de la dcada de los setenta, el balance laboral era sumamente

81
Ibdem, pg. 29.
82
Garca Albea (1969), pg. 17.
83
Ortega Martn (2008), pg. 223.
84
Orden 42/1982 por la que se constituye el Servicio de Movilizacin en el Ministerio de Defensa, 19 de febrero de
1982, BOE, n. 63.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 323


desolador: ms de 171 millones de horas perdidas por huelgas en un ao y un milln y medio de
trabajadores en paro
85
.
En diciembre de 1975, en un contexto de franca recesin econmica e inflacin de los precios
que se haba pensado atajar mediante un decreto de congelacin de los sueldos promulgado en
abril, a la negativa a revisar las tablas salariales de los convenios se uni al alto grado de
politizacin de los conflictos sociales. Dicha politizacin era fomentada por parte de la oposicin
democrtica, que queran plantear una ruptura frente a la intencin continuista, evolucionista o
reformista mostrada por el Gobierno. Todo ello devino en una escalada de conflictos laborales que
comenz por el sector metalrgico y que se extendi en enero de 1976 a los principales servicios
pblicos correos, Metro de Madrid, RENFE, Telefnica y a otros sectores banca privada,
construccin, seguros, taxis, etc.. Las huelgas alcanzaron su mayor virulencia en Madrid, donde
slo en enero coincidieron ms de trescientos mil empleados en paro, contra los que se emple una
fuerte contundencia policial
86
.
Debe recordarse que hasta marzo de 1977 no qued consagrado el derecho a la huelga en el
ordenamiento legal espaol y que, hasta entonces, obviamente, la interrupcin del trabajo con fines
reivindicativos no estaba permitida
87
.
En esas circunstancias, a las que se poda llamar perfectamente situaciones excepcionales
segn la ley bsica de movilizacin nacional, era posible la militarizacin de colectivos civiles de
organismos o empresas grupo tercero de esa misma ley, as como el personal civil que preste
sus servicios en ministerios militares o dependencias de los mismos. Ese personal quedaba
equiparado a las categoras militares que correspondiesen, aunque su retribucin corra a cargo de
su empleador. Como se ha dicho, era la manera de dar un paso ms en la limitacin del derecho a
la huelga, obligando a los trabajadores a acudir al tajo bajo amenaza de ser acusados de sedicin
88
.
La primera de las huelgas que, durante la Transicin, tuvo una respuesta militar fue la de
Metro de Madrid, un conflicto que se vena gestando desde finales de 1975 y que fue calificado

85
Picaba (1989), pg. 65.
86
Babiano Mora (1995), pgs. 318 y 320; y Estefana (1988), pg. 26. El decreto de congelacin de precios obligaba a
someter a la aprobacin del Gobierno aquellos convenios colectivos cuyo aumento de salarios excediese el del coste de
la vida sin superar, como norma general, los tres puntos de incremento (decreto 696/1975 sobre aplicacin de las
medidas previstas en la disposicin adicional tercera de la ley 38/1973 de convenios colectivos sindicales de trabajo, 8
de abril de 1975, BOE, n. 85).
87
Real decreto-ley 17/1977 sobre relaciones de trabajo, 4 de marzo de 1977, BOE, n. 58.
88
Ley 50/1969 bsica de movilizacin nacional, 26 de abril de 1969, BOE, n. 101. La primera de las movilizaciones
realizadas al amparo de esta ley fue la de la Empresa Nacional Bazn de Construcciones Navales Militares de El
Ferrol cuando, en marzo de 1972 y en medio de una fuerte represin policial, se contest a su lucha por la mejora del
convenio colectivo con la militarizacin de todos sus empleados bajo la excusa de que la actividad que desempeaban
afectaba a los altos intereses de la defensa nacional. Los trabajadores quedaron bajo la autoridad del Ministerio de
Marina (decreto 624/1972 por el que se autoriza la militarizacin de la Empresa Nacional Bazn de Construcciones
Navales Militares, 17 de marzo de 1972, BOE, n. 73).
324 El reservismo militar en Espaa

como salvaje huelga por la prensa conservadora. Tras cinco meses de negociaciones que
pretendan, por parte de los trabajadores, una subida de sueldo y una reduccin de la jornada
laboral a 40 horas semanales, muchos madrileos se encontraron el martes 6 de enero con la
sorpresa de que el Metro estaba cerrado y que no se podan dirigir a sus trabajos, dado que en los
autobuses no caba un alfiler y que las paradas presentaban colas interminables. La primera
decisin del Gobierno, tras declarar la huelga ilegal, fue aplazar las clases en colegios e institutos
hasta el lunes siguiente
89
.
En este caso, el Gobierno no pens en la solucin de la movilizacin. El 7 de enero y tras
poco ms de una hora de instruccin, cabos y soldados de reemplazo del Regimiento de
Movilizacin y Prcticas de Ferrocarriles futuros empleados de Metro y de RENFE, con sede
en Cuatro Vientos, pusieron en marcha los trenes de Metro con auxilio de algunos suboficiales y
con la proteccin de la Polica Armada, restableciendo el servicio de modo gratuito hasta el final
de la huelga, que sucedi dos das ms tarde
90
.
Sin embargo, la huelga de Metro de Madrid signific el disparo de salida para otros conflictos
latentes en el sector pblico espaol y tambin para la radicalizacin de algunos de ellos que se
encontraban abiertos. La huelga de correos vena larvndose desde el mes de diciembre y, a
resultas de la decisin de los empleados de la Compaa Metropolitana de Madrid, se agudiz la
vspera de Reyes, a lo que el Gobierno replic inmediatamente mediante la promulgacin
preventiva de un decreto que no public entonces el Boletn Oficial del Estado. Ante el fracaso de
las negociaciones, el decreto se llev a la prctica el da catorce, quedando as militarizados todos
los empleados de correos mayores de dieciocho aos, sin distincin de sexo, y siendo plenamente
restablecido el servicio. A los 55.000 asalariados les fueron entregados unos rombos rojos con la
letra M en color amarillo, como muestra de que quedaban bajo la dependencia del capitn
general de la Regin Militar correspondiente en lo que concerna a la jurisdiccin y a la disciplina.
Los nicos ocho empleados que se opusieron a la medida los que encabezaban las posiciones
reivindicativas, es decir, la llamada Comisin de los Ocho fueron detenidos. Aunque la

89
De los 4.000 trabajadores de la Compaa, tan slo unos poco taquilleros y unos cuantos jefes de estacin se
presentaron en su puesto. La empresa tema un gran descalabro econmico dado que, el da 6 de enero del ao anterior,
el metro dio servicio a 767.000 personas y recaud ms de cinco millones de pesetas. De este modo, las prdidas se
prevean cuantiosas e incluso podan ser mayores si se tena en cuenta que, en un da de diario de invierno, se poda
llegar a los dos millones de pasajeros, Redaccin (1976, 7 de enero), Espero que se resuelva todo de la mejor manera
(conde de Almaraz), ABC, Madrid, pg. 9.
90
Redaccin (1976, 8 de enero), Soldados de Ferrocarriles conducen el metro de Madrid, ABC, Madrid, pg. 1;
Redaccin (1976, 10 de enero de 1976), Finaliz la huelga del metro, ABC, Madrid, pg. 1.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 325


militarizacin se dio por finalizada en los primeros das de abril, casi tres meses despus, los
conflictos laborales en el seno de correos se prolongaron a lo largo de todo el ao 1976
91
.
Un camino paralelo sigui el tratamiento de la huelga de los ferrocarriles espaoles. Aunque
su decisin fue publicada en el Boletn Oficial del Estado ms tarde, el Consejo de Ministros
decidi militarizar la empresa RENFE el mismo da que lo hizo con los servicios postales,
poniendo durante ms de cuatro meses a 62.000 empleados bajo jurisdiccin militar, en los
mismos trminos que los de correos. Los empleados pertenecientes a la Escala Honorficas de
Ferrocarriles que se describir en su momento mostraban, adems del rombo rojo propio de
los movilizados, la divisa correspondiente a su empleo militar y el emblema de Ferrocarriles
92
.
La primera protesta de la polica municipal barcelonesa tuvo lugar el 30 de enero. En distintas
unidades, algunos policas en formacin protestaron por la congelacin de los haberes, dando lugar
a una bajada en la imposicin de infracciones, es decir, a una huelga de multas. Los bomberos de
Barcelona, por su parte, haban comenzado el 28 de diciembre de 1975 una huelga intermitente de
servicios urgentes. Ambos conflictos se radicalizaron y fueron el origen de numerosos
desrdenes pblicos, adems de arrastrar a la huelga a todos los funcionarios del Ayuntamiento
barcelons. Aplicando el remedio que vena siendo habitual, ambos colectivos fueron militarizados
por el Gobierno durante algo ms de dos meses, en aras de preservar el orden pblico
93
.
Volviendo a Madrid, dentro de un ambiente de extrema conflictividad social en el mbito
municipal, las Fuerzas Armadas tuvieron que intervenir de nuevo a finales de 1976 para garantizar
un servicio pblico
94
. Conductores del Ejrcito de Tierra Agrupacin Logstica n. 12, de la
Guardia Civil, de la Polica Armada y del Parque Mvil de los Ministerios cubrieron las vacantes

91
Redaccin (1976, 13 de enero), Continan en Madrid las anormalidades laborales, La Vanguardia, pg. 9;
Redaccin (1976, 15 de enero), Ante la militarizacin. Normalidad en el servicio de correos, ABC, Madrid, pg. 80;
Redaccin (1976, 3 de abril), Desmilitarizar, desmilitarizar, Blanco y negro, pg. 32 y 33; y decreto 29/1976 de
movilizacin para la militarizacin de correos, 6 de enero de 1976, BOE, n. 12. El fantasma de la militarizacin
sigui planeando sobre los conflictos habidos en dicha sociedad estatal a lo largo del citado ao, Redaccin (1976, 9
de julio), Rumores sobre una posible militarizacin de correos, ABC, Madrid, pg. 15.
92
Redaccin (1976, 20 de enero), El personal de RENFE mayor de dieciocho aos, militarizado, ABC, pg. 12,
Madrid; decreto 47/1976 de movilizacin para la militarizacin de la empresa Red Nacional de Ferrocarriles
Espaoles (RENFE), 6 de enero de 1976, BOE, n. 16. El 21 de mayo se restaur la situacin anterior en dicha
empresa, real decreto 1163/1976 de desmovilizacin de la empresa Red Nacional de los Ferrocarriles Espaoles
(RENFE), 21 de mayo de 1976, BOE, n. 124.
93
Redaccin (1976, 5 de febrero), La Polica Municipal no aprecia sntomas de una huelga de multas, La
Vanguardia, pg. 23; Redaccin (1976, 11 de febrero), Aumenta el malestar entre los funcionarios municipales, La
Vanguardia, pg. 33; decreto 261/1976 de movilizacin para la militarizacin del Cuerpo de Polica Municipal y del
Servicio Municipal de Extincin de Incendios y Salvamento de Barcelona, 14 de febrero de 1976, BOE, n. 42; y real
decreto 834/1976 por el que se deja sin efecto el decreto 261/1976 que acord la militarizacin del Cuerpo de Polica
Municipal y del Servicio Municipal de Extincin de Incendios y Salvamento de Barcelona, 23 de abril de 1976, BOE,
n. 99.
94
Se encontraban en huelga o con reivindicaciones que podan dar lugar a la misma los servicios de limpieza, el
personal administrativo, el servicio de bomberos y los operarios de Parques y Jardines, Redaccin (1976, 27 de
octubre), En la madrugada de ayer, el alcalde recorri en un camin colector de recogida de basuras varias calles de
Cuatro Caminos, ABC, Madrid, pg. 36.
326 El reservismo militar en Espaa

dejadas por los huelguistas de la Empresa Municipal de Transportes, en un conflicto que dur
desde el 26 de octubre hasta el cinco de noviembre y que no requiri la ya habitual movilizacin
de civiles. La posibilidad de intervenir en las huelgas de las empresas de autobuses, incluso en las
de las privadas, estuvo presente en muchos de estos conflictos sociales en los aos posteriores a la
huelga de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid de 1976
95
.
A pesar de contar ya con derecho formal a la huelga, a finales de 1977 los policas
municipales madrileos pasaron por el mismo trance que sus colegas barceloneses haban pasado
casi dos aos antes, si bien en este caso el decreto de militarizacin se aplic con anterioridad al
comienzo de las movilizaciones. El mismo da que iba a comenzar una huelga en demanda de un
aumento de salario y a favor del uso discrecional del arma reglamentaria, el Gobierno decidi que
la huelga convocada poda dar lugar a una grave situacin de perturbacin del orden pblico,
con lo que todos los policas debieron permanecer en sus puestos durante veinte das sujetos a la
autoridad del capitn general de la Primera Regin Militar
96
.
En una fase de consolidacin del derecho a la huelga, e incluso despus de la promulgacin de
la Constitucin de 1978, continuaron producindose militarizaciones como respuesta a conflictos
sociales que estallaban en sectores considerados esenciales. As sucedi con el sector energtico y
con las huelgas de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA) en 1978 y de la Unin
Elctrica de Canarias (UNELCO) en 1979. El Metro de Barcelona tambin fue militarizado en
1979, la ltima de las intervenciones militares en un conflicto social decidida durante el siglo XX
97
.
Contra la militarizacin de obreros, en general, y la ley de movilizacin nacional de 1969, en
particular, surgieron voces que dudaron de su constitucionalidad o que incluso que la consideraron
"una de las leyes ms anacrnicas y medievales inventadas por el aparato represor del Estado"
98
.

95
Redaccin (1976, 29 de octubre), Siete mil trabajadores de la Empresa Municipal de Transportes se declararon ayer
en huelga, ABC, Madrid, pg. 8; y Redaccin (1976, 6 de noviembre), Ayer se abon la nmina de octubre en los
parques donde todava no lo haban hecho, ABC, Madrid, pg. 26. Los conductores ajenos a la Empresa Municipal de
Transportes que participaron en el mantenimiento del servicio fueron condecorados con la Medalla de Madrid,
Redaccin (1976, 7 de diciembre), Mil seiscientas medallas, con sus diplomas, premio del Ayuntamiento al Ejrcito y
a las Fuerzas Armadas, ABC, Madrid, pg. 34. Por otro lado, la empresa malaguea de autobuses Portillo estuvo a
punto de ser militarizada en 1977 tras nueve das de huelga y la paralizacin de los transportes en la provincia,
Corresponsal (1977, 10 de noviembre), Posible militarizacin de los servicios de la empresa de autobuses Portillo,
ABC, Sevilla, pg. 14.
96
Redaccin (1977, 2 de diciembre), Militarizacin de la Polica Municipal, ABC, Madrid, pg. 31; real decreto
3075/1977 de movilizacin para la militarizacin del Cuerpo de Polica Municipal de Madrid, 1 de diciembre de 1977,
BOE, n. 288; y real decreto 3266/1977 por el que se deroga el 3075/1977 de movilizacin para la militarizacin del
Cuerpo de Polica Municipal de Madrid, 21 de diciembre de 1977, BOE, n. 307.
97
Real decreto 2370/1978 por el que se moviliza, en su modalidad de militarizacin, la Empresa Nacional de
Electricidad, Sociedad Annima (ENDESA), 29 de septiembre de 1978, BOE, n. 239; real decreto 391/1979, por el
que se moviliza en su modalidad de militarizacin, la empresa Unin Elctrica de Canarias, Sociedad Annima
(UNELCO), 3 de marzo de 1979; BOE, n. 56; y real decreto 399/1979 por el que se moviliza, en su modalidad de
militarizacin, la empresa F. C. Metropolitana de Barcelona, S. A., 3 de marzo de 1979, BOE, n. 57
98
Fisas (1979), pg. 134.
Captulo IX.- Distensin y final de la Guerra Fra (1968-1991) 327


Olarieta sostiene que esta manera de proceder tiene su origen en los estados totalitarios de la
Europa de entreguerras y que la Constitucin de 1978 nicamente limita el derecho a la huelga en
caso de declararse el estado de excepcin y el de sitio. Por otro lado el fuero militar slo debe
aplicarse, segn la Carta Magna, al mbito castrense. De tal manera, ese autor opina que existe una
contradiccin entre la Constitucin y otras disposiciones de rango inferior como, por ejemplo, la
ley de movilizacin de 1969 vigente en gran parte del perodo constitucional, que han
permitido y permiten la militarizacin de civiles en ausencia de los estados singulares citados
99
.

99
Olarieta Alberdi (1979), pgs. 37-40.

Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 329


CAPTULO X.- FIN DE UNA ETAPA HISTRICA: SUSPENSIN DEL SERVICIO
MILITAR OBLIGATORIO (1991-2001)


Durante la ltima dcada del siglo xx tuvo lugar una de las transformaciones ms importantes
de las Fuerzas Armadas espaola. Partiendo de una clase de tropa constituida por ciudadanos que
estaban sujetos al servicio militar, a lo largo de este tiempo se fueron incorporando voluntarios
retribuidos que las acabaron convirtiendo en unas fuerzas compuestas exclusivamente por personal
profesional. Dicho proceso de incorporacin culmin con el principio de la nueva centuria, cuando
la prestacin personal obligatoria qued definitivamente suspendida. Ese no era el final, ms bien
el comienzo de una poca de reformas que se prolong durante algunos aos ms y que dej
pendiente, por ejemplo, la organizacin de una reserva militar y de un proceso de movilizacin
adecuados al nuevo escenario estratgico y a las necesidades de la defensa espaola.

1. LA LTIMA LEY DEL RECLUTAMIENTO ESPAOL

Superadas las intentonas golpistas de primeros de los ochenta, las Fuerzas Armadas
afrontaron seriamente su adecuacin a los nuevos tiempos. El talante positivo que adoptaron ante
las reformas fue recompensado con la aceptacin paulatina del pueblo espaol, que muy pronto les
consider una de las instituciones mejor valoradas, situacin que ha perdurado hasta nuestros das
y que se ha visto enormemente favorecida por la pertenencia a la OTAN y por la participacin en
misiones internacionales de paz
1
.
En contraposicin, la sociedad civil haca gala durante aquellos aos de un pacifismo no
militante cuyas manifestaciones ms significativas podan ser que el 70 por ciento de los
ciudadanos considerara que no hay ningn valor ni ideal que justifique una guerra o que slo el
30 por ciento estuviera dispuesto a empuar las armas para defender el territorio nacional. Dez
Nicols llega a la conclusin de que la defensa nacional no era una de las prioridades de los
espaoles de la poca, lo que no poda menos que tener una importante repercusin en la
disposicin a realizar el servicio militar y, en general, en cualquier contribucin a la seguridad de
todos que se pidiera a los ciudadanos. Como resultado de todo ello, la prestacin personal entr

1
Cotino Hueso (2002), pg. 75; y Puell de la Villa (2005
A
), pg. 205.
330 El reservismo militar en Espaa

durante la dcada de los noventa en una seria crisis de la que ya no se recuperara y que acabara
con su suspensin a finales de 2001
2
.
La crisis aludida no respet que se hubiera aprobado recientemente una ley del servicio militar
1984 as que, muy pronto, los gobernantes tuvieron que ocuparse del reclutamiento, como
respuesta a la demanda existente en la poblacin e inicialmente arrastrados por las facciones ms
izquierdistas del arco parlamentario. De esta manera, el servicio militar se incorpor a la pugna
poltica mientras que los programas electorales de casi todos los partidos fueron prometiendo,
campaa tras campaa, sucesivos acortamientos de la prestacin personal y tasas mayores de
profesionalizacin
3
.

1.1. De nuevo el debate sobre el servicio militar

El perodo de Julin Garca Vargas como ministro de Defensa cuarta legislatura, 1989-
1993 fue el que coincidi con el cambio del panorama estratgico mundial tras la desaparicin
del Pacto de Varsovia en sus facetas militar y poltica. Segn sus propias palabras, en siete meses
lo que era el cuerpo de la poltica del Ministerio de Defensa perdi su razn de ser; el enemigo
haba desaparecido
4
.
Este cambio de la coyuntura internacional coincidi con la voluntad firme de cerrar el ciclo de
las reformas emprendidas por Narcs Serra que tena el nuevo ministro, apoyndose en ellas para
completarlas. Garca Vargas deseaba unas Fuerzas Armadas capaces de desempear un digno
papel en los nuevos escenarios geoestratgicos porque, contrariamente a la interpretacin literal de
sus propias declaraciones, la cada del Muro no signific la desaparicin de las amenazas sino, ms
bien, la aparicin de otras nuevas muy distintas a las que haban representado los ejrcitos que
guarnecan los pases situados ms all del Teln de Acero. Estos peligros deban ser combatidos,
principalmente, fuera de los territorios nacionales del Primer Mundo mediante fuerzas
expedicionarias multinacionales enviadas al amparo de organizaciones internacionales.

2
Dez Nicols (1986), pgs. 14 y 20. Este desapego a la defensa nacional se acentuaba principalmente entre los
jvenes que, en 1988, abogaban mayoritariamente por unas Fuerzas Armadas profesionales un 74 por ciento,
Barroso Ribal (1991), pg. 163.
3
Dez Nicols (1986), pg. 16. Como muestra de que el reclutamiento lleg a constituir un gran atractivo electoral, en
las elecciones municipales de 1991, Izquierda Unida incluy en su programa acciones prioritarias relacionadas con la
juventud y el servicio militar, cuando el mbito local no es en absoluto el adecuado para tratar estas cuestiones,
Redaccin (1991, 10 de mayo), La campaa en cifras: Izquierda Unida, ABC, Sevilla, pg. 44. Esta conducta de los
polticos fue reprochada por algunos militares: Se debera estudiar profundamente lo que ha sucedido para que en
menos de siete aos haya que variar una Ley tan importante para nuestra Defensa Nacional y, sobre todo, que afecta a
tantos espaoles. Sin duda han influido mucho las campaas electorales en donde la duracin del servicio militar era
una de las ofertas ms importantes de cada partido para atraerse el voto juvenil, Editorial (1991), pg. 867.
4
Garca Vargas (2008), pg. 21.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 331


Segn los estudiosos militares, la adecuacin a los nuevos tiempos pasaba por la reforma del
reclutamiento, como evidenciaron los numerosos artculos publicados por las revistas militares de
finales de los ochenta. La propuesta de modelo ms frecuente era la de la profesionalizacin total.
En tal sentido, en 1989, poco despus de que la ONU asignara a Espaa la primera misin fuera
de sus fronteras, el coronel Martnez Ingls afirmaba que se necesita disponer, en el plazo de
cinco aos, de un Ejrcito pequeo, profesional, polivalente, muy flexible y rpido, con Grandes
Unidades tipo Brigada [...], capaces de concentrarse y actuar en un corto espacio de tiempo en
cualquier escenario peninsular o espacio geo-estratgico cercano
5
. Trujillo lvarez coincida con
l, aunque aada que la razn para no poder conseguir soldados de reemplazo adaptados a los
tiempos modernos radicaba en la propia sociedad que nutra las filas castrenses:

El joven no se siente, generalmente, atrado por la vida militar. Lo que para un profesional
supone realizar un trabajo que le gusta, para un soldado de recluta obligatoria puede llegar a ser un
sacrificio del que no siempre sale airoso. Todo su afn se centra en finalizar el perodo de servicio
militar. Es muy difcil, cuando no imposible, formar una voluntad de vencer con estas premisas.
Falta el armazn moral para comenzar a construir.
[...] Estos problemas, y otros que no se sealan, estaran superados si el ejrcito fuese
profesional. A la vez se conseguira que el sentimiento popular no fuese tan "sensible" a todo lo que
repercute sobre quien ejerce de soldados, ya que es su oficio
6
.

Otros, por el contrario, vean que la supresin del servicio militar obligatorio, en una sociedad
tan distante de sus Fuerzas Armadas como la espaola, aumentara la brecha entre ambas: Cuanto
mayor sea la proporcin de soldados profesionales en el ejrcito tanto ms lejos estar de la
identidad pueblo-Defensa Nacional y ms cerca de un ejrcito mercenario
7
. Algunos, como Lama
Cereceda, iban ms all y vaticinaban, si se llegaba a la profesionalizacin de los dos Ejrcitos y
de la Armada, el absoluto fracaso en la aceptacin de las Fuerzas Armadas por la sociedad
espaola:

La corriente antimilitarista circula con no poca intensidad entre la poblacin civil. La oposicin
al Servicio Militar y el escaso o nulo aprecio al Ejrcito y sus componentes, es una realidad que no
puede ignorarse.
[...] Ante este panorama, el voluntariado como antdoto de la idea pacifista, no hara sino
levantar y hacer ms firme el muro de separacin entre los sectores militar y civil
8
.

5
Martnez Ingls (1989
B
), pg. 13. El 23 de diciembre de 1988, el secretario general de Naciones Unidas, Javier Prez
de Cuellar, solicit a Espaa que enviara un pequeo contingente a Angola para colaborar en la verificacin de la
efectiva retirada de todas las fuerzas cubanas del pas africano. Era la primera vez que las Fuerzas Armadas espaolas
participaban en una misin internacional de nuevo cuo, Puell de la Villa (2005
A
), pg. 218.
6
Trujillo lvarez (1989), pgs. 32 y 33.
7
Santos Bobo (1991), pg. 27.
8
Lama Cereceda (1989), pgs. 18 y 20. El almirante Liberal opinaba que en tanto no se despierte la conciencia de
Defensa Nacional y se corrija el ambiente contra todo lo militar, cualquier sistema que est basado en la recluta
voluntaria est condenado al fracaso por mucho que se aumenten los incentivos econmicos, Liberal Lucini (1991),
pg. 30.
332 El reservismo militar en Espaa

En cualquier caso, Espaa se encontraba en un proceso de internacionalizacin al mismo
tiempo que sus aliados estaban reduciendo sus efectivos a marchas forzadas para adaptarse a unas
operaciones en las que ya no iba a ser decisiva la disposicin de grandes masas de hombres. De
esta manera, el Ministerio de Defensa, a la vez que pensaba acortar el servicio militar y aumentar
la tasa de profesionalizacin al 50 por ciento, planeaba la reduccin de la tropa en sucesivas
oleadas del 25 y del 15 por ciento, ejecutadas entre 1990 y 1996 dentro del plan RETO
9
. Debe
notarse que, en esos momentos de distensin mxima, muchos se cuestionaban si realmente las
Fuerzas Armadas eran necesarias
10
.
Por otro lado, la participacin femenina en la Defensa Nacional segua an pendiente de
definir. La ley de rgimen de personal de 1989 haba dado un importante paso al otorgar a las
mujeres plena igualdad de oportunidades en el mbito militar, aunque pesaban en su contra la
disminucin en la necesidad de efectivos y la oposicin de algunos sectores resistentes al cambio:
La vida militar, aun en paz, tiene circunstancias muy duras e incmodas, incompatibles con la
naturaleza orgnica y fisiolgica de la mujer
11
.

1.2. Tramitacin y resultado de la ley

En 1989, durante la campaa electoral previa a la cuarta legislatura, se puso de relieve la
preocupacin de la ciudadana por las cuestiones militares, particularmente en materia de
reclutamiento. Adolfo Surez aprovech ese respaldo social para solicitar a Felipe Gonzlez, en el
transcurso de la investidura de este ltimo como presidente del Gobierno, la creacin de una
comisin parlamentaria que planteara un nuevo modelo de Fuerzas Armadas, en general, y que
redujera la duracin del servicio militar, en particular.
La propuesta sali adelante y la constitucin de una ponencia a tal efecto fue ratificada por la
Comisin de Defensa el 14 de marzo de 1990. Tras quince meses de trabajo, el informe presentado
por ese grupo de trabajo describa el denominado modelo de Fuerzas Armadas 2000 FAS-

9
La tasa del 50 por ciento de profesionalizacin fue fijada por el Congreso de los Diputados en junio de 1991,
Hernndez Prez (1992), pg. 22. El acrnimo RETO responda a Remodelacin del Ejrcito de Tierra y no slo
signific una mera reduccin del tamao del Ejrcito de Tierra. En realidad, supuso una reconsideracin de muchos de
los criterios del plan META en la bsqueda de la alineacin con las estructuras de mando y de fuerza de OTAN,
Ortega Martn (2008), pg. 217.
10
Garca Vargas (2008), pg. 22.
11
Ley 17/1989 reguladora del rgimen del personal militar profesional, 19 de julio de 1989, BOE, n. 172; y Lama
Cereceda (1989), pg. 21.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 333


2000 y sent las bases, entre otros, del reclutamiento de los aos noventa, configurado como un
sistema mixto en el que participaban tanto soldados profesionales como militares de reemplazo
12
.
Slo dos meses antes de que, en octubre de 1991, el profesor Philip Sabin del King's College
de Londres dijera, mientras pronunciaba una conferencia, que no hay ningn enemigo a las
puertas de Europa, se presentaba en el Congreso de los Diputados el proyecto de ley orgnica que
regulara el nuevo servicio militar. Haban transcurrido nicamente tres semanas desde de la
aprobacin, en sesin plenaria, del modelo FAS-2000 por parte del Congreso. Con ese importante
consenso previo, la ley necesit nicamente dos meses de tramitacin parlamentaria para ser
promulgada, apremiados los parlamentarios por poder trasladar a los jvenes las mejoras previstas
antes de que tuviera lugar el alistamiento del ao siguiente
13
.
Por lo tanto, no fueron requeridas grandes modificaciones a lo largo del proceso parlamentario
de elaboracin de la ley. El nuevo servicio militar sobre las armas qued reducido a nueve meses y
el ingreso se fij en el ao en que el mozo alcanzaba los diecinueve aos. El perodo en reserva
sufri tambin una drstica reduccin, quedando en algo ms de tres aos exactamente hasta el
31 de diciembre del tercer ao posterior al que el reservista haba salido de filas
14
.
Resulta muy destacable el esfuerzo realizado por los legisladores para facilitar la presencia del
mozo en los cuarteles y para minimizar la ruptura con su vida civil, muy por encima de otros
criterios esenciales como la operatividad de las unidades. Los alistados podan incluso manifestar
sus preferencias en cuanto a ejrcito, unidad o localizacin geogrfica, debiendo ser atendida su
eleccin en la medida de lo posible y en funcin de las aptitudes de los interesados
15
.

12
Debate sobre la investidura del candidato a la Presidencia del Gobierno, 5 de diciembre de 1989, DOCG-C n. 3,
pgs. 93 y 94. Los integrantes de la ponencia que propuso un nuevo modelo de Fuerzas Armadas fueron Iaki
Anasagasti (Partido Nacionalista Vasco), Salvador Carrera (Convergencia Democrtica de Catalua), Jos Ramn
Caso (Centro Democrtico y Social), Santiago Lpez Valdivieso (PP), Jordi Marsal (PSOE), Antonio Moreno
(Izquierda Unida), Pedro Moya (PSOE), Antonio Romero (Izquierda Unida), Javier Ruprez (PP) y Federico Sanz
(PSOE) (dictamen emitido por la Comisin de Defensa sobre el informe de la ponencia encargada de abordar el
estudio y seguimiento de los temas relacionados con el modelo de Fuerzas Armadas en su conexin con el servicio
militar, 13 de junio de 1991, BOCG-C, n. 158, pgs. 39-45). El dictamen fue aprobado, slo seis meses despus, por
el pleno del Congreso de los Diputados el 27 de junio de 1991, DSC, n. 124, pgs. 5.982-6.008.
13
Ortega Martn (2008), pg. 121; y proyecto de ley orgnica del servicio militar, acordado en Consejo de Ministros
de 19 de julio de 1991 y presentado el 5 de agosto de 1991, 16 de setiembre de 1991, BOCG-C, n. 60-I.
14
Ley orgnica 13/1991 del servicio militar, 20 de diciembre de 1991, BOE, n. 305; y enmiendas e ndice de
enmiendas al articulado del proyecto de ley orgnica del servicio militar, 15 de octubre de 1991, BOCG-C, n. 60-3.
Vid Ruiz Nicolau (1991), pgs. 894-898.
15
La canalizacin de las aptitudes fueron detalladas especficamente para la Armada y para el Ejrcito del Aire. En el
primero de ellos servan preferentemente los titulados en Marina Mercante y en Pesca y los que, sin tener dichos
ttulos, realizasen actividades martimas. Asimismo, eran destinados a la Armada los estudiantes o titulados en
Ingeniera Naval, en Ciencias del Mar o en institutos politcnicos nutico-pesqueros. Para el Ejrcito del Aire eran
preferidos los titulados en Aviacin Civil, los empleados en actividades aeronuticas o meteorolgicas y los
estudiantes o titulados en Ingeniera Aeronutica y en otros centros relacionados con la aviacin (real decreto
1107/1993 por el que se aprueba el reglamento de reclutamiento, 9 de julio de 1993, BOE, n. 191).
334 El reservismo militar en Espaa

Otra significativa medida para facilitar la integracin del soldado de reemplazo fue la
formalizacin de las ya existentes oficinas de apoyo y acogida para ese personal y la Oficina del
Defensor del Soldado. Asimismo, los militares de reemplazo fueron liberados de vestir el uniforme
tanto fuera de los cuarteles como en las entradas y salidas de los mismos. Tambin se prohibi
expresamente que realizaran tareas ajenas al servicio. A este respecto, CIU exigi sin xito,
durante la tramitacin parlamentaria, que se precisara que los soldados no deban ser asignados al
servicio domstico de sus mandos, prctica de la que, sin duda, se haba abusado en dcadas
precedentes.
Para los objetores, como alternativa al servicio en las unidades, se ofreca una prestacin
social sustitutoria de igual duracin que aqul, aunque los mozos que eligieran colaborar con la
Cruz Roja u otras organizaciones equivalentes veran prolongada su prestacin dos meses ms.
En una iniciativa sin precedentes en la historia del reclutamiento espaol, se consider que
permanecer, como mnimo, cinco aos en el Cuerpo Nacional de Polica o en las policas
autonmicas existentes surtiera el mismo efecto que el servicio sobre las armas, siendo los
agentes dispensados de ste, aunque debiesen permanecer como reservistas los tres aos siguientes
a esos cinco primeros aos de servicio.
En lo que respecta a las mujeres, si bien tenan permitido el acceso a determinados Cuerpos y
Escalas militares desde 1988 incluida la de Cabos y Guardias de la Guardia Civil y haban
dejado de ser excluidas de las convocatorias de voluntarios especiales en 1989, no se admiti su
inclusin en una secular obligacin exclusivamente masculina como la prestacin militar
personal
16
. El Grupo Mixto del Congreso denunci sin resultado positivo la discriminacin que
supona mantener la segregacin de sexos en este mbito. A los ojos de agrupaciones como
Euskadiko Ezquerra no slo supona un ejercicio de machismo, sino que, al ser considerada la
realizacin del servicio militar un mrito para el ingreso en las Administraciones Pblicas, se
colocaba de hecho a las mujeres en inferioridad de condiciones a la hora de conseguir un puesto en
el funcionariado
17
. La redaccin del prembulo de la ley daba las dos razones tenidas en cuenta
para dispensar a las mujeres de ponerse el uniforme:

La mujer queda excluida de la obligatoriedad del servicio militar porque las necesidades de la
defensa militar quedan cubiertas con el concurso de los varones y por considerar que esta decisin
no vulnera el mandato de no discriminacin establecido en el artculo 14 de la Constitucin, de

16
Real decreto-ley 1/1988 por el que se regula la incorporacin de la mujer a las Fuerzas Armadas, 22 de febrero de
1988, BOE, n. 46; y orden por la que se regula el servicio del voluntariado especial y de las clases de tropa y
marinera profesionales de las Fuerzas Armadas, 3 de octubre de 1989, BOE, n. 240.
17
Ley orgnica 13/1991 del servicio militar, 20 de diciembre de 1991, BOE, n. 305; y enmiendas e ndice de
enmiendas al articulado del proyecto de ley orgnica del servicio militar, 15 de octubre de 1991, BOCG-C, n. 60-3.
Vid Ruiz Nicolau (1991), pgs. 894-898.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 335


acuerdo con la doctrina del Tribunal Supremo, del Tribunal Constitucional y del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos. No obstante, las mujeres podrn incorporarse a las tareas de la defensa
nacional con arreglo a las normas sobre movilizacin nacional
18
.

La ley de 1991 que no tuvo un reglamento que la desarrollara hasta casi dos aos despus
de haber sido promulgada respondi fielmente al acuerdo alcanzado unos meses antes en la
Comisin de Defensa modelo FAS-2000 y constituy una solucin de compromiso en tanto
se consolidaba la figura del soldado profesional, se adquira prctica en el despliegue en escenarios
fuera del territorio nacional y se defina el carcter de las nuevas amenazas que se cernan sobre el
Primer Mundo. Como se ver por su articulado, a modo de resumen, la ley era una disposicin que
ya no confiaba en el soldado de reemplazo como ncleo de las unidades combatientes espaolas,
ya fueran activas o en reserva
19
.

2. SERVICIO DE FORMACIN DE CUADROS DE MANDO PARA LA RESERVA DEL SERVICIO MILITAR

La reduccin de personal motivada por el acortamiento trado por la ley del servicio militar de
1984 y, simultneamente, la puesta en prctica del plan META, no pudo menos que afectar a los
mozos que preferan la IMEC como modalidad de servicio militar, quienes vieron notablemente
reducidas las plazas disponibles en esos aos ver figura n. 6.
El primer indicio de que algo estaba cambiando y preludio de su desaparicin fue que la ley
de 1984 ya no quiso hablar de IMEC y sustituy esta modalidad por la de Servicio para ingreso
en las Escalas de Complemento y Reserva Naval, si bien el reglamento de 1986 volvi a
reproducir el nombre anterior. Por otra parte, la ley reguladora del rgimen del personal militar
profesional de 1989 publicada slo cinco meses antes de la cada del Muro de Berln declar a
extinguir la Escala de Complemento y dio el tiro de gracia en Espaa a una figura que, hasta
entonces, se haba mostrado esencial en los ejrcitos occidentales del siglo XX: el oficial de
complemento. Parece claro que no tena sentido continuar formando a nuevos individuos para que
se mantuvieran en reserva de una escala que ya no exista
20
.

18
Ley orgnica 13/1991 del servicio militar, 20 de diciembre de 1991, BOE, n. 305.
19
Ibdem.
20
Unos aos ms tarde, el militar de complemento, en vez de la fuente de cuadros de mando movilizables que
permitieran un rpido crecimiento del nmero de unidades, se defini de la siguiente manera con una relacin de
servicios de carcter exclusivamente temporal, completan las plantillas de Oficiales de las Fuerzas Armadas en los
porcentajes adecuados para una eficiente gestin de los recursos, es decir, proporcionando factores de flexibilidad en
la evolucin de los efectivos militares. En esencia, los oficiales de complemento pasaron a ser unos militares
profesionales con contrato temporal destinados a cubrir los empleos de alfrez, teniente y capitn (ley 17/1999 de
rgimen del personal de las Fuerzas Armadas, 18 de mayo de 1999, BOE, n. 119).
336 El reservismo militar en Espaa

A pesar de ello, en un escenario estratgico internacional incierto y en el que an no haba
quedado definitivamente postergado el enfrentamiento de masas, se quiso continuar ofreciendo un
servicio militar privilegiado a los jvenes universitarios. Por ese motivo, se dio paso libre a un
nuevo proceso de instruccin de oficiales movilizables ya mencionado en la ley de 1989, el
SEFOCUMA, cuya primera promocin alcanz el empleo de alfrez eventual el 31 de octubre de
1990
21
.
El oficial perteneciente al SEFOCUMA era un alfrez que, en fase de aspirante, haba
acreditado ser universitario, tener menos de veinticinco aos y haber aprobado el tercer ao de
carrera. Su instruccin, particularizada para el Ejrcito de Tierra, se dividi en tres perodos:

Formacin bsica, de ocho semanas, a recibir en el Centro de Formacin de Mandos
del Ejrcito de Tierra CEFOME, situado en el acuartelamiento Alfrez Navarrete
de Rabasa (Alicante).
Formacin especfica, de cuatro semanas, en el centro correspondiente de su Arma o
de su Cuerpo.
Prcticas, de seis meses de duracin, en la unidad de destino.

La suma de los tres perodos equivala a los nueve meses establecidos segn la ley de 1991
para todos los mozos, fuera cual fuera su nivel acadmico. Eso significaba que, por primera vez
desde el nacimiento de las clases de oficiales movilizables, los aspirantes a la Escala de
Complemento vestan el uniforme exactamente el mismo tiempo que el resto de militares de
reemplazo, sin discriminacin alguna. Lo mismo suceda en cuanto a su permanencia como
reservistas
22
.
No se previ la obtencin de ningn otro empleo, ni superior ni inferior. Dado que se haba
renunciado de facto al empleo de los alfreces del SEFOCUMA como oficiales de complemento
del modo en que se haba venido haciendo durante los grandes conflictos del siglo XX, al
menos, se intent potenciar el aprovechamiento militar de los conocimientos acadmicos
adquiridos por los aspirantes. Por ello, se abri por primera vez la Escala Tcnica del CIPET a los
arquitectos e ingenieros y aument en cada convocatoria la proporcin de mdicos, farmacuticos
y veterinarios. De esta forma, algunas especialidades del SEFOCUMA quedaron dedicadas en

21
Ley 17/1989 reguladora del rgimen del personal militar profesional, 19 de julio de 1989, BOE, n. 172; y
resolucin del Ministerio de Defensa, 31 de octubre de 1990, BOD, n. 222.
22
VV. AA. (2009), pg. 58; y real decreto 1107/1993 por el que se aprueba el reglamento de reclutamiento, 9 de julio
de 1993, BOE, n. 191. La duracin ser como mnimo la misma que se fije para el Servicio Obligatorio, prestndolo
en perodo de formacin y prcticas (ley 19/1984 del servicio militar, 8 de junio de 1984, BOE, n. 140).
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 337


exclusiva a los titulados y estudiantes de determinadas carreras ver tabla n. 21. Por ltimo,
con el fin de minimizar la interrupcin de los estudios universitarios, se sustituy el requisito de la
antigua IMEC de estar matriculado en el penltimo ao de carrera por el de haber terminado una
carrera media o el primer ciclo de una superior. Coincidiendo con la desaparicin de la Academia
de Intendencia, dentro de la reforma de su plan de estudios, a partir de 1992 dejaron de asignarse
plazas de dicho Cuerpo a estos oficiales
23
.


Estudios universitarios


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Tabla n. 21: Especialidades del SEFOCUMA del Ejrcito de Tierra que requeran de estudios
especficos, excepto el Cuerpo de Sanidad Militar
24
.

La distribucin y, consecuentemente, la tendencia de los 9.551 alfreces eventuales del
Ejrcito de Tierra que fueron nombrados a lo largo de los once aos de vigencia del SEFOCUMA
puede verse en la figura n. 7. En ella se aprecian con nitidez tanto la entrada en vigor del plan
RETO como la tremenda desafeccin que sufri el servicio militar durante sus ltimos aos de
vigencia, cuando todo el mundo conoca y esperaba su prximo final. En el Ejrcito de Tierra, las

23
Apndice n. 7: y real decreto 1107/1993 por el que se aprueba el reglamento de reclutamiento, 9 de julio de 1993,
BOE, n. 191. A partir de 1994 los oficiales de Intendencia deban ingresar en la Academia General Militar tras
acreditar una licenciatura en Derecho, Econmicas o Empresariales. All cursaban un ao de estudios y obtenan a la
finalizacin del mismo el empleo de teniente de Intendencia, Domnguez del Valle (2011), pg. 59.
24
Resolucin 452/38014/2001 de la Subsecretara de Defensa, por la que se convocan plazas para prestar el servicio
militar en la modalidad de servicio para la formacin de cuadros de mando para la reserva del servicio militar, 17 de
enero de 2001, BOE, n. 28.
338 El reservismo militar en Espaa

plazas convocadas sufrieron un descenso desde cifras similares a las del tramo final de la IMEC
1.800 en 1991 hasta las 900 plazas del tramo posterior a la reduccin del servicio militar entre
1992 y 2000, finalizando con 228 plazas el ltimo perodo de vigencia de la prestacin personal.
En general, las plazas ofertadas fueron cubiertas ao tras ao en su prctica totalidad alrededor
del 95 por ciento, con excepcin de los tres ltimos reemplazos
25
.

Figura n. 7: Alfreces eventuales de la Escala de Complemento nombrados dentro del perodo de
vigencia del SEFOCUMA (Ejrcito de Tierra)
26
.

En 2001, slo cuatro das despus de que se publicara en el Boletn Oficial del Estado el
adelanto de la suspensin del servicio militar, el Boletn Oficial del Ministerio de Defensa
comunicaba la relacin de los tres aspirantes que, frente a las 228 plazas convocadas,
constituyeron la ltima promocin del SEFOCUMA del Ejrcito de Tierra. De esta manera se
cerraba definitivamente en Espaa un siglo de clases de oficiales movilizables vinculados al
servicio militar obligatorio
27
.

25
Resolucin de la Secretara de Estado de Administracin Militar, de convocatoria para prestar el servicio militar
para la formacin de cuadros de mando de las Fuerzas Armadas, 23 de noviembre de 1990, BOE, n. 293; resolucin
452/38185/1997 de la Subsecretara de Defensa por la que se convocan plazas para prestar el servicio militar en la
modalidad de servicio para la formacin de cuadros de mando para la reserva del servicio militar, 18 de febrero de
1997, BOE, n. 51; y resolucin 452/38014/2001 de la Subsecretara de Defensa, por la que se convocan plazas para
prestar el servicio militar en la modalidad de servicio para la formacin de cuadros de mando para la reserva del
servicio militar, 17 de enero de 2001, BOE, n. 28.
26
Apndice n. 7.
27
Los aspirantes se examinaron el 12 de marzo, ingresaron en el CEFOME el 1 de abril, juraron bandera el 16 de junio
y adquirieron el empleo de alfrez eventual el 28 de junio de 2001. Rubn Lpez Chueca, Manuel Jos Nez Calvo y
Marcos Humada lvarez fueron destinados a partir del 2 de julio al Regimiento de Infantera Inmemorial del Rey n.
1, al Regimiento de Infantera Acorazada Alczar de Toledo n. 61 y al Batalln del Cuartel General del Mando de
Canarias, respectivamente, donde permanecieron durante el segundo semestre de 2001, resolucin 452/38014/2001 de
la Subsecretara de Defensa, por la que se convocan plazas para prestar el servicio militar en la modalidad de servicio
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 339


3. CONSIDERACIONES SOBRE MOVILIZACIN Y SOBRE RESERVISTAS

El plan META, que pretenda un ejrcito ms pequeo y ms ajustado a las posibilidades
econmicas y humanas de Espaa se recordar la reduccin de la duracin del servicio militar
sobre las armas que tuvo lugar en el ao de comienzo de la implantacin de dicho plan, haba
disuelto las brigadas de Defensa Operativa del Territorio y, con ello, una parte significativa de la
organizacin destinada a encuadrar a los reservistas eventualmente movilizados. De esta manera,
durante una dcada, la reserva no estuvo organizada en unidades dispuestas para la movilizacin
como haba sucedido en la Segunda Repblica, por vez primera, y en los aos posteriores a la
Guerra Civil.
En cambio, a mitad de la implantacin del plan RETO, se decidi que los efectivos resultantes
de una potencial movilizacin deban reunirse alrededor de las cuatro brigadas y de los dos
regimientos que componan las Fuerzas Movilizables de la Defensa, que haban sido creadas por
acuerdo del Consejo de Ministros el 5 de agosto de 1994. Dichas unidades estaban a cargo de los
generales jefes de las Regiones Militares donde estaban ubicadas, como haba pasado unos aos
antes con las unidades de Defensa Operativa del Territorio. En tiempo de paz slo disponan de un
tercio de su plantilla, pasando en caso de guerra, una vez encuadrados los reservistas, a asumir
misiones de defensa territorial. Sin embargo, tanto el plan RETO especialmente como su sucesor el
plan NORTE dieron a esas unidades un mero papel formal, sin considerarlas ni prepararlas para un
potencial uso
28
.
En el discurso de su primera investidura como presidente del Gobierno, Jos Mara Aznar
dedic una parte importante de sus palabras a la seguridad y a la defensa. No haban transcurrido
ni tres meses desde aquel momento cuando fue parcialmente restaurada la estructura inicial del
Ministerio de Defensa y reasignadas las competencias relacionadas con la movilizacin. La
DIGENPOL adquiri la misin de coordinar el crecimiento de recursos a nivel interministerial y
de dirigir su desarrollo en el mbito de su mismo departamento. El JEMAD, por su parte, era el

para la formacin de cuadros de mando para la reserva del servicio militar, 17 de enero de 2001, BOE, n. 28;
resolucin 452/03813/01 de la Direccin General de Reclutamiento y Enseanza Militar, sobre designacin de
aspirantes para la formacin de cuadros de mando para la reserva del Ejrcito de Tierra, 21 de febrero de 2001, BOD,
n. 45; resolucin 452/3811/2001 de la Direccin General de Reclutamiento y Enseanza Militar, por la que se publica
la relacin de seleccionados para la prestacin del servicio militar en la modalidad de servicio de formacin de cuadros
de mando para la reserva del servicio militar, en el Ejrcito de Tierra, 14 de marzo de 2001, BOD, n. 61; resolucin
562/11831/01 de la Direccin de Gestin del Personal del Ejrcito de Tierra, por la que se publican los destinos de los
alfreces eventuales del servicio de formacin de cuadros de mando que a continuacin se relacionan, 28 de junio de
2001, BOD, n. 134; y VV. AA (2009), pg. 49.
28
NORTE responda a las iniciales de Nueva Organizacin del Ejrcito de Tierra, y pretenda modificar su orgnica
para adaptarla a las restricciones econmicas y de personal, as como a las nuevas misiones que estaban siendo
asumidas por el Ejrcito, Ortega Martn (2008), pgs. 213, 218 y 223.
340 El reservismo militar en Espaa

encargado de determinar las necesidades de recursos vinculadas a cada plan de operaciones,
mientras que cada jefe de Estado Mayor deba asesorarle para alcanzar la necesaria
interoperabilidad y eficacia en materia de movilizacin
29
.
Dada la importancia que entraaba la generacin de fuerzas en el mbito terrestre, el Ejrcito
de Tierra fue ms all y recuper un rgano que existi antes de la creacin del Ministerio de
Defensa. Se trataba de la Inspeccin General de Movilizacin, entidad fundamental para asesorar
al JEME en esta materia y que dependa orgnicamente del Apoyo a la Fuerza y funcionalmente de
la DIGENPOL. Sus funciones eran estudiar, coordinar y controlar la recepcin de los recursos
movilizados para, posteriormente, asignarlos a los mandos y a las cadenas logsticas terrestres que
correspondiesen, aparte de ejercer la asesora tcnica ya mencionada
30
.
El proceso de alineacin de todos los recursos para afrontar una crisis nacional sigui
regulado por la ley de movilizacin de 1969 hasta bastantes aos despus de suspenderse el
servicio militar obligatorio. De hecho esta norma no fue derogada hasta la promulgacin de la ley
de la carrera militar en 2007. Sin duda, resulta chocante que una disposicin que regulaba una
faceta tan importante de la Defensa Nacional pudiera mantener su vigencia tanto durante el
rgimen franquista como durante la Democracia, igual ante la Guerra Fra que ante las nuevas
amenazas aparecidas en el post-comunismo. Es muy posible que la causa est en el desinters
secular que el pueblo espaol y sus gobernantes han tenido por la preparacin para la guerra, como
tantas veces se ha mencionado en esta tesis
31
.
Debe recordarse que la ley de movilizacin nacional de 1969 estableca cuatro categoras de
personas que habran de participar de la Defensa, ya fuera como militares o como civiles, llegadas
las circunstancias excepcionales que lo requiriesen:

Personal militar: profesionales y asimilados en cualquier situacin administrativa,
miembros en activo de la Escala de Complemento, de la Reserva Naval o similares y
clases de tropa en activo.

29
Ibdem, pgs. 129 y 130; y real decreto 1883/1996 de estructura orgnica bsica del Ministerio de Defensa, 2 de
agosto de 1996, BOE, n. 189.
30
El nombre anterior era Inspeccin General de Movilizacin y Reclutamiento del Ejrcito, creada en 1962 para
asesorar al ministro del Ejrcito, Garca Albea (1969), pg. 16; y real decreto 611/1997 por el que se crea la Inspeccin
General de Movilizacin en el Ejrcito de Tierra, 25 de abril de 1997, BOE, n. 115. El inspector tena empleo de
teniente general, siendo el primero de ellos Evaristo Muoz Manero (orden 430/38835/1997 por la que se nombra al
teniente general del Cuerpo General de las Armas del Ejrcito de Tierra don Evaristo Muoz Manero Inspector
General de Movilizacin del Ejrcito de Tierra, 31 de julio de 1997, BOE, n. 188).
31
Ley 50/1969 bsica de movilizacin nacional, 26 de abril de 1969, BOE, n. 101; y ley 39/2007 de la carrera militar,
19 de noviembre de 2007, BOE, n. 278.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 341


Personal movilizado: reservistas encuadrados en las Fuerzas Armadas como resultado
de una movilizacin.
Personal civil militarizado: empleados de organismos o empresas que se haban
movilizado o militarizado total o parcialmente, as como el personal civil que prestaba
sus servicios en dependencias oficiales relacionadas con la Defensa. En caso de ser
movilizados, los civiles militarizados abandonaban tal condicin y se integraban en el
grupo anterior.
Personal civil: aqul no comprendido en los grupos anteriores
32
.

Dentro del perodo democrtico, la primera vez que se introdujo una modificacin en los
colectivos que habran de unirse a los dos Ejrcitos y a la Armada en una movilizacin fue con
ocasin de la promulgacin de la ley de rgimen del personal de 1999, en la que ya no apareci la
palabra movilizacin, seguramente por estar vinculada a los grandes conflictos del siglo XX. En
su lugar se prefiri la perfrasis incorporacin de reservistas a las Fuerzas Armadas. Sentenciado
a muerte el servicio militar obligatorio, y agotada por tanto la va tradicional de generacin de
fuerzas en caso de crisis, dicha ley precisaba de dnde obtener los recursos humanos para cubrir el
grupo segundo de la clasificacin anterior, dando lugar a tres tipos de reservistas y dejando a la ley
de movilizacin nacional de 1969 la ascendencia sobre los otros grupos. Dichos nuevos reservistas
fueron los siguientes:

Reservistas temporales: que eran los militares de complemento y los militares
profesionales de tropa y marinera que haban permanecido con contrato temporal en
las Fuerzas Armadas y que haban ya finalizado su compromiso. Se incluan tambin
en este grupo los militares de carrera y los profesionales de tropa y marinera que, por
haber adquirido un compromiso de carcter permanente, haban renunciado a su
condicin de militar.
Reservistas voluntarios: nueva figura de la que se hablar profusamente en la tercera
parte de esta tesis y que eran los espaoles que resulten seleccionados para adquirir
tal condicin al optar a las plazas que se convoquen al efecto.
Reservistas obligatorios: espaoles que eran declarados como tales por decisin del
Gobierno.


32
Ley 50/1969 bsica de movilizacin nacional, 26 de abril de 1969, BOE, n. 101.
342 El reservismo militar en Espaa

La ley de rgimen del personal de 1999 defina a los reservistas como los espaoles que,
cuando las necesidades defensivas no pudieran ser atendidas por los efectivos profesionales,
podan ser llamados para satisfacer las necesidades de la Defensa Nacional desde destinos
militares. Llegada esa extrema situacin, el Gobierno era responsable de adoptar las medidas
necesarias para la incorporacin de los reservistas, informando posteriormente al Congreso de los
Diputados cuando se tratase de reservistas temporales y voluntarios y solicitando su permiso para
la movilizacin de reservistas obligatorios
33
.
Esta fue la configuracin en materia de reservistas que, todava en vigencia el servicio militar
obligatorio pero vislumbrando ya su final, sirvi de puente entre el siglo XX y el siglo XXI.

4. FACTORES ADVERSOS PARA EL MANTENIMIENTO DEL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO

En el ao 2000, el nmero de militares de que dispona Reino Unido era menor, en un 30 por
ciento, que los encuadrados al final de la Guerra Fra, tan slo diez aos antes. Como se vio en su
momento, Estados Unidos haba suspendido la conscripcin en 1973, mientras que el Reino Unido
haba derogado en 1963 toda su legislacin relacionada con el servicio militar. Posteriormente,
esta tendencia fue lejanamente seguida por otros pases de la Alianza Atlntica a medida que las
circunstancias interiores les fueron propicias, como sucedi en Blgica 1993, en Holanda
1996 y en Francia 2000
34
. Ms adelante les siguieron Espaa 2001, Italia 2004 y
Alemania 2011, quedando pases dentro de la OTAN en los que an est vigente la prestacin
personal obligatoria, como Grecia, Noruega o Turqua
35
.
Sin duda, en el caso espaol, la decisin de suspender el servicio militar y, con ello, de
renunciar a la masiva y obligatoria aportacin de fuerzas instruidas a la defensa nacional estuvo

33
Ley 17/1999 de rgimen del personal de las Fuerzas Armadas, 18 de mayo de 1999, BOE, n. 119.
34
Moskos (2000), pgs. 32, 33, 56 y 105; Cotino Hueso (2002), pg. 81; y Aspizua Turrin (1999), pgs. 157 y 158.
La decisin de adoptar un ejrcito totalmente profesional fue finalmente tomada por Holanda tras la gran repercusin
que tuvo en ese pas la llamada Matanza de Srebrenica (Bosnia-Herzegovina), sucedida entre el 12 y el 19 de julio de
1995. En esa ciudad de los Balcanes, un batalln holands mandado por el teniente coronel Karremans y bajo mandato
de Naciones Unidas UNPROFOR no pudo impedir que servios mandados por el general Mladic perpetraran el
asesinato en masa de 8.000 varones bosnios de distintas edades, Lobo, R. (2005, 10 de julio), Un infierno llamado
Srebrenica, El Pas: http://elpais.com/diario/2005/07/10/internacional/1120946411_850215.html. Para conocer el
informe oficial de los hechos, vid Report of the Secretary-General pursuant to General Assembly resolution 53/35.
The fall of Srebrenica: http://www.un.org. Los franceses, por otro lado, llegaron a reconocer que su sistema de
conscripcin estaba saturado, al tener que declarar exentos, entre los aos 1995 y 2000, a 50.000 hombres por no saber
qu hacer con ellos, Moskos (2000), pg. 56.
35
Real decreto 247/2001 por el que se adelanta la suspensin de la prestacin del servicio militar, 9 de marzo de 2001,
BOE, n. 60; Agencias (2010, 24 de noviembre), Alemania suspender el servicio militar en julio de 2011, El Pas:
http://elpais.com/diario/2010/11/24/internacional/1290553213_850215.html; legge n. 226 di sospensione anticipata
del servizio obbligatorio di leva e disciplina dei volontari di truppa in ferma prefissata, nonche' delega al Governo
per il conseguente coordinamento con la normativa di settore, 23 de agosto de 2004, Gazzetta Uffiziale, n. 204; y
National Reserve Status: http://www.nato.int/nrfc.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 343


influida por numerosas causas de origen tanto externo como interno que se han agrupado aqu, por
simplicidad, en cuatro grandes grupos
36
.

4.1. Evolucin del entorno estratgico

Posiblemente, el factor ms habitual para la suspensin del servicio militar obligatorio en el
mbito de la OTAN fue la evolucin de las caractersticas de los conflictos armados que tuvo lugar
tras el final de la Guerra Fra. Muy pronto, durante la cumbre que tuvo lugar en Londres en julio
de 1990, la Alianza Atlntica fue consciente de la necesidad de transformarse y de adaptarse a las
nuevas circunstancias y as lo hizo constar en la llamada Declaracin de Londres, que fue
publicada como cierre de la reunin.

NATO will prepare a new Allied military strategy moving away from "forward defence" where
appropriate, towards a reduced forward presence and modifying "flexible response" to reflect a
reduced reliance on nuclear weapons. In that connection NATO will elaborate new force plans
consistent with the revolutionary changes in Europe.
[] Today, our Alliance begins a major transformation
37
.

Demostradas en la Guerra del Golfo que estall en agosto de 1990 las contradicciones
de unas instituciones que haban sido diseadas para operar en unos escenarios y bajo una
disposiciones legales apenas discutidas
38
, la declaracin anterior fue el punto de arranque de la
reorganizacin de las fuerzas armadas de los socios de la Alianza que, aunque adaptada por cada
pas a sus propias particularidades, tuvo un marco comn que Moskos establece de la siguiente
manera:

36
El dictamen de la comisin mixta para la profesionalizacin de las Fuerzas Armadas que, en 1998, fue aprobado por
el Congreso y el Senado, resuma las razones para el cambio en el modelo de reclutamiento en las siguientes: a) La
situacin estratgica actual requiere unas Fuerzas Armadas ms operativas, ms flexibles, ms polivalentes y
orientadas a la accin conjunta. b) El factor tecnolgico ha hecho que el nfasis en relacin con el factor humano se
haya trasladado de la cantidad a la calidad. Es decir, las Fuerzas Armadas son progresivamente ms reducidas pero
requieren hombres y mujeres cada vez mejor preparados profesionalmente, con plena dedicacin al desarrollo de sus
tareas y plena disponibilidad de actuacin all donde se les requiera. c) Este camino hacia nuestro nuevo modelo est,
adems, refrendado y contrastado por decisiones similares en otros pases de nuestro entorno, que han manifestado en
su conjunto, ante esta Comisin Mixta, un estado de opinin favorable hacia el resultado obtenido de unas Fuerzas
Armadas profesionales (aprobacin por los plenos del Congreso de los Diputados y del Senado del dictamen de la
comisin mixta, no permanente, para establecer la frmula y plazos para alcanzar la plena profesionalizacin de las
Fuerzas Armadas, lo que conllevar la no exigencia de la prestacin del servicio militar obligatorio, 30 de junio de
1998, BOCG, n. 231, pg. 6).
37
[La OTAN preparar una nueva estrategia militar aliada evolucionando, donde proceda, desde el concepto defensa
avanzada hasta el denominado respuesta flexible para reflejar una reducida confianza en las armas nucleares. En
relacin con ello, la OTAN elaborar nuevos planes de fuerzas que sean consistentes con los cambios revolucionarios
habidos en Europa. [...] Hoy nuestra alianza comienza una transformacin muy importante, traduccin del autor],
Declaration on a Transformed North Atlantic Alliance, 6 de julio de 1990, Londres: http://www.nato.int.
38
Martnez Paricio (1999), pg. 49. La llamada Guerra del Golfo fue el conflicto que se estableci entre Irak y una
coalicin internacional compuesta por 31 naciones y dirigida por Estados Unidos entre los aos 1990 y 1991,
como respuesta a la invasin por Irak del emirato de Kuwait.
344 El reservismo militar en Espaa

Mayor integracin entre las dimensiones civil y militar de las misiones.
Disminucin de la diferencia entre las funciones de combate y las de apoyo al
combate.
Frente a las tradicionales misiones blicas, aparecen otras que no son estrictamente
militares.
Las fuerzas armadas adquieren con frecuencia autorizacin para desempear misiones
internacionales con la legitimacin dada por autoridades supranacionales.
La pertenencia a dichas organizaciones internacionales sugiere una reduccin de los
medios puestos al servicio de la Defensa por parte de cada pas.
Frente a la tradicional misin de defender las fronteras nacionales, los ejrcitos son,
principalmente, fuerzas expedicionarias que se despliegan en cualquier lugar del
mundo, conjuntamente con otras unidades de pases aliados
39
.

Eso no evit que, en los primeros aos del nuevo escenario estratgico, algunos estudiosos
espaoles rechazaran que la guerra de masas hubiese terminado y que negaran la relacin entre los
cambios que se estaban produciendo y la supresin del servicio militar obligatorio. El coronel
Ramos Izquierdo fue uno de esos hombres que, influidos por el concepto tradicional de la guerra,
sostuvieron que:

El concepto de masa es siempre relativo [...]. La masa, en el concepto de un hombre cercano a
otro, acab con la aparicin de la ametralladora. Es en realidad el armamento y su empleo lo que
provoca la dispersin humana en el combate, lo que no quiere decir que para conquistar o defender
una nacin de entidad normal no sigan haciendo falta muchos hombres, empleados o no en
masa
40
.

El coronel Martnez Ingls coincida en que la densidad de los combatientes en el campo de
batalla se redujo a partir de la Primera Guerra Mundial, cuando aparecieron armas de gran
velocidad de tiro. No obstante, utilizaba precisamente ese argumento, y la complejidad creciente
de ese tipo de armamento, para apoyar la profesionalizacin, como se ver a continuacin
41
.
En cualquier caso, existen dos pruebas de que un ejrcito basado en un sistema mixto de
reclutamiento, como era el espaol de los aos noventa, poda hacer un papel digno en las nuevas
misiones que deban afrontar las fuerzas armadas de todo el mundo. Una de ellas era el desempeo
de las fuerzas alemanas, griegas o turcas en las misiones internacionales. La otra tena que ver con

39
Moskos (2000), pg. 2.
40
Ramos Izquierdo (1990), pg. 11.
41
Martnez Ingls (1989
A
), pg. 126.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 345


el despliegue de unidades del Ejrcito de Tierra en Bosnia formando parte de UNPROFOR entre
1992 y 1996. En dicha misin, soldados de reemplazo espaoles que se haban ofrecido
voluntarios, participaron al lado de sus compaeros del voluntariado especial sin que hubiera
diferencia "en el ejemplar comportamiento" entre ellos y los profesionales
42
.

4.2. Tecnologa y necesidad de adiestramiento

En 1996, entre el 35 y el 40 por ciento del presupuesto de material militar estadounidense fue
destinado a sistemas electrnicos. Eso contrastaba notablemente con el seis por ciento que ese
mismo ejrcito dedic en los aos finales de la Segunda Guerra Mundial, lo que da una idea de la
transformacin tecnolgica habida durante la segunda mitad del siglo XX, dentro y fuera del mbito
militar. Sistemas de armas tales como aviones, buques, caones y carros de combate fueron
disendose cada vez con mayor complejidad para aumentar tanto sus capacidades militares como
su vida til, mientras que los sistemas de comunicacin basados en la electrnica acabaron
resultando decisivos para el uso de la fuerza. Este progreso tecnolgico increment las necesidades
de personal cualificado, no slo para realizar labores de mantenimiento, sino para el propio empleo
de los nuevos sistemas de armas
43
.
En Espaa, unos pensaron que la profesionalizacin total de las Fuerzas Armadas era
inexorable en este entorno de transformacin tecnolgica, mientras que otros propusieron
continuar con la profesionalizacin selectiva, es decir, la asignacin de soldados profesionales a
aquellas unidades y destinos ms tecnificados, como dej sentado el almirante Delgado:

Parece lgico que tanto la Armada como el Ejrcito del Aire, por la movilidad propia de sus
elementos y por ser de tecnologa muy avanzada en la mayora de sus unidades, deberan estar
dotados por personal profesional en su totalidad o al menos en un porcentaje muy elevado.
Del mismo modo, las unidades del Ejrcito de Tierra que cuenten con medios avanzados, tales
como las acorazadas, mecanizadas, motorizadas, helicpteros, transmisiones, artillera, misiles y
guerra electrnica, deberan estar dotadas por personal profesional o, al menos, en un porcentaje tan
elevado que permitiese cubrir con personal profesional todos los puestos ms tcnicos de las
unidades
44
.

42
Santos Bobo (1996), pg. 174. UNPROFOR fue misin desempeada por la Fuerza de Proteccin de las Naciones
Unidas en Bosnia-Herzegovina, aprobada por el Consejo de Seguridad mediante la resolucin 776/1992. Se trat de
una de las operaciones ms complejas emprendidas por Naciones Unidas y tambin en la que la participacin espaola
fue ms numerosa, tanto cuantitativa como cualitativamente. Oficiales espaoles participaron como observadores
desde enero de 1993 hasta enero de 1996, fecha en que finaliz la misin. Espaa particip en la operacin con fuerzas
encuadradas en distintas agrupaciones tcticas, siendo la participacin mxima de alrededor de mil hombres, con un
total a lo largo del tiempo que dur la misin de 7.800 militares. En enero de 1996, y ante la imposibilidad de alcanzar
los objetivos del mandato, la operacin se dio por finalizada siendo sustituidas las fuerzas de Naciones Unidas por las
fuerzas de implementacin de la OTAN (IFOR): http://www.mde.es.
43
Aguilar (1992), pgs. 72-76.
44
Delgado Manzanares (1994), pgs. 132 y 133.
346 El reservismo militar en Espaa

Se habr advertido que la propuesta reseada cubra un gran porcentaje de todos los destinos
posibles pero razones de ndole econmica, de reserva sobre la capacidad de atraer voluntarios y
de mantenimiento de la cultura de Defensa entre los ciudadanos, hacan recomendable para
muchos que parte de las plazas fueran cubiertas por soldados de reemplazo, argumentando que el
material moderno y tecnificado no se encontraba ni mucho menos en todas las unidades
45
.
En cualquier caso, existan ventajas claras a favor del soldado profesional que estaban
relacionadas con el adiestramiento y con la permanencia prolongada en las unidades y que,
finalmente, redundaran en una radical mejora de su eficacia frente al soldado de reemplazo:

Podra dedicarse ms tiempo a la instruccin y adiestramiento elemental del recluta
antes de que se incorporara a su unidad.
Un servicio sobre las armas de nueve meses no permita formar sirvientes de equipos y
de sistemas de armas, a poca complejidad que tuvieran, ni que adquiriesen experiencia
en su destino y, mucho menos, llegasen a convertirse en operadores expertos y
competentes con tiempo por delante para rendir. Sera preciso que las unidades de
combate estuviesen dotadas de personal instruido para no despilfarrar la inversin
efectuada en el costoso material que se comenzaba a disponer.
Al disminuir el nmero de relevos en el personal, por la mayor permanencia, se
reduciran las necesidades de cursos, y consecuentemente se ahorrara en escuelas y en
personal instructor.
Los mandos de las unidades se esforzaran en mejorar la preparacin de sus hombres
con mayor inters, dado que el tiempo empleado sera muy rentable en relacin a la
eficacia del conjunto de su unidad, a la satisfaccin y prestigio del que ensea y la
confianza mutua entre superior y subordinado
46
.

4.3. Motivacin e integracin del soldado de reemplazo

A un soldado o marinero de reemplazo no se le puede pedir espritu militar, pues no sirve por
vocacin, aunque cumpla esa obligacin como buen patriota y ciudadano. De esta manera se
pronunciaba en 1996 el vicealmirante Molinero, que haba sido director de Reclutamiento y
Dotaciones de la Armada durante los aos 1986 y 1987, coincidiendo con el segundo y tercer
gobierno de Felipe Gonzlez. Dentro de las misiones de las Fuerzas Armadas que comenzaban a

45
Santos Bobo (1996), pg. 173; y Lama Cereceda (1989), pgs. 18 y 20.
46
Liberal Lucini (1991), pgs. 26 y 27.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 347


aparecer, prcticamente descartada la necesidad de la defensa territorial, se tema que los nuevos
fines de la defensa no bastasen para movilizar voluntades de servicio entre unos ciudadanos que no
sentan cerca ninguna amenaza y, mucho menos, para que acudiesen motivados a contribuir a la
defensa de todos
47
.
La falta de integracin del soldado de reemplazo en el mbito militar fue tambin uno de los
argumentos recurrentes para solicitar la retirada de la prestacin personal obligatoria. En la prensa
y en el Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados aparecan con frecuencia referencias a
los accidentes sufridos, al consumo de drogas en los cuarteles y a la incidencia de los suicidios
entre los militares de reemplazo. En resumen, se deca que el recluta se insertaba en un ambiente
ajeno y hostil del que no siempre sala bien parado. Por un lado, algunos partidos polticos
presionaban en este sentido y, por otro, los partidarios del servicio militar obligatorio negaban que
existiera tal falta de integracin argumentando que:

Todo hombre sumergido en un ambiente distinto al suyo normal requiere un tiempo de
adaptacin ms o menos largo. [...] El inadaptado lo ser en el cuartel y en su casa, y lo mismo que
el desierto vuelve locos a los que ya lo estn, el cuartel nicamente es perjudicial para el que
psicolgicamente ya est desequilibrado
48
.

Es un hecho indiscutible que exista gran alarma social por la dificultad que presentan los
mozos para insertarse en el estamento militar, lo que recordaba la aversin a las quintas de otros
momentos de la historia de Espaa, cuando era muy alta la probabilidad de volver muerto, enfermo
o mutilado del paso por las unidades militares. Sin embargo, en esta ocasin los datos negaban que
hubiera razones objetivas para estar intranquilos. En las respuestas del ministro de Defensa a las
preguntas parlamentarias relacionadas con este asunto se pona frecuentemente de manifiesto que
las bajas de los soldados de reemplazo en maniobras, durante la instruccin en los
acuartelamientos o in initinere, se encontraban generalmente estabilizadas y sus valores objetivos
eran del orden de los datos homologables de Francia y mejores que los del Reino Unido o de
Italia
49
.
En cuanto al consumo de drogas, es cierto que durante los aos ochenta se produjo una
preocupante escalada de fallecidos por toxicomana en las Fuerzas Armadas espaolas, si bien es
preciso aadir que este era un problema que estaba afectando a toda la sociedad occidental y que
no era privativo de los ejrcitos basados en la conscripcin ni mucho menos, como qued

47
Molinero Fernndez (1996), pg. 79.
48
Ramos Izquierdo (1990), pg. 12.
49
En 1985, el porcentaje de militares de reemplazo fallecidos fue del 0,06 por ciento, mientras que en Francia fue del
0,057 por ciento (comparecencia del ministro de Defensa para informar de las condiciones de seguridad en que se
realiza el servicio militar en Espaa, 26 de abril de 1985, DOCG-C, n. 72, pg. 6).
348 El reservismo militar en Espaa

demostrado por el hecho de que las unidades estadounidenses desplegadas en Europa tuvieran en
marcha, ya en 1985, planes para luchar contra el abuso del alcohol y de las drogas. Por esas fechas,
similares iniciativas a la norteamericana ya acreditaban cierta veterana en Espaa, como sucedi
con el Plan de Prevencin y Control de la Droga en el Ejrcito PYCODE, puesto en marcha
en 1980
50
.
Por ltimo, estudios fiables confirmaron que los suicidios producidos en las Fuerzas Armadas
durante los aos ochenta eran proporcionalmente menores que los que se producan en el resto de
la poblacin, no siendo defendible desde el punto de vista psiquitrico la idea de que la estructura
militar por su peculiar dinmica ocasione mayor cantidad de depresiones y suicidios que el medio
civil
51
.

4.4. Conciencia de defensa nacional en Espaa

Segn Dez Nicols, la escasa disposicin a la Defensa de los ciudadanos espaoles de la
segunda mitad del siglo XX se poda atribuir a una triple circunstancia histrica: la neutralidad de
Espaa en las dos grandes guerras mundiales, la tremenda huella que dej en todos los espaoles la
Guerra Civil de 1936-39 y, sobre todo, la dificultad de imaginar una situacin mnimamente
plausible de que Espaa se pueda ver atacada en un futuro ms o menos prximo por fuerzas
invasoras
52
.
Como primera consecuencia de lo anterior, en el tramo final del siglo la opinin pblica vena
manifestndose contraria al servicio militar obligatorio, siendo por razones obvias el sector juvenil
el que ms se opona a ello. As que, a lo largo de la dcada de los noventa y, a pesar de la
reduccin del servicio sobre las armas y la mayor facilidad para realizar la prestacin personal que
trajo la ley del 1991, la objecin de conciencia y la insumisin creci de manera alarmante. Segn
algunos se trataba de una enfermedad epidmica y contagiosa que, finalmente, acab resultando
una prctica fraudulenta fcil e impune
53
.

50
A pesar de que este tipo de encuestas no ofreca datos fiables, por la falta de sinceridad de los entrevistados, en
1985, tres de cada cinco soldados del Ejrcito del Aire reconocieron haber probado drogas, principalmente cannabis
aunque con una preocupante presencia creciente de la herona, mientras que tres de cada cuarenta dijeron
consumirlas habitualmente. Noventa militares estadounidenses fueron detenidos en la Base de Torrejn de Ardoz por
causa de las drogas, debiendo aadir que los oficiales o suboficiales eran separados inmediatamente del servicio en
caso de estar inculpados, Flores Fernndez (1983), pg. 224; Martnez Ruiz (1984), pg. 1031; y (1985), pg. 1035.
51
Los suicidios en esa poca eran de alrededor de 20 al ao, lo que representaba 5,7 muertes de este tipo por cada
100.000 soldados, tasa menor que la nacional, que se encontraba en 10 suicidios por cada 100.000 habitantes, Fuentes
Rocann (1989), pgs. 98 y 99.
52
Dez Nicols (1999), pg. 162.
53
Molinero Fernndez (1994), pgs. 591 y 592.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 349


Con una gran preocupacin, el director general del Servicio Militar declar en 1994 que, si la
objecin de conciencia no entra en unos parmetros similares a lo que ocurre en el resto de Europa,
podramos llegar a tener problemas, temindose que, a su ritmo de crecimiento, pronto la cantidad
de objetores podra llegar a superar el contingente anual, es decir, que se podra dar un reemplazo
en el que ningn mozo estuviese disponible para empuar las armas. En esos momentos, en los que
ya estaba en marcha un sistema mixto de reclutamiento que evolucionaba hacia un 50 por ciento de
militares de tropa profesional, la abundancia de objetores era una mala noticia para los encargados
de completar las plantillas, que encontraban dificultades ya fuera por la va obligatoria como por la
voluntaria. Adems, era un mal presagio para la futura y plena profesionalizacin de las Fuerzas
Armadas.
Intentando movilizar a las fuerzas polticas para adoptar medidas que previnieran la
desafeccin completa de los jvenes por lo militar, ese mismo ao un representante del Consejo de
Objecin insista a los diputados acerca de la gravedad de lo que estaba sucediendo.

Un tema que nos preocupa a todos. Es un tema autnticamente de Estado. Porque ustedes hace
poco que aprobaron un modelo de servicio militar [FAS-2000], que es el vigente, y es posible que
en el futuro, cuando se fijen las necesidades anuales de la defensa, haya problemas para encontrar el
nmero suficiente de soldados
54
.

Como muestras adicionales de la baja conciencia de Defensa as podra interpretarse,
muchos jvenes argumentaban contra el servicio militar la ruptura que supona para sus estudios o
para su carrera profesional, la nula retribucin percibida, las malas condiciones de vida y la
discriminacin que representaba entre el hombre y la mujer
55
.
Unos aos despus, entre 1997 y 2000, los indicadores recogidos por el Centro de
Investigaciones Sociolgicas no mostraban una mejora en la conciencia de defensa del espaol
medio, ms bien lo contrario. En general, a las Fuerzas Armadas se las supona suficientemente
financiadas y equipadas claro indicio de que no se tolerara un incremento del presupuesto de
Defensa mientras que los espaoles, a pesar de sentirse muy orgullosos de serlo, no parecan

54
El nmero oficial de solicitudes para ser reconocidos como objetores de conciencia al servicio militar aument en el
ao 1993 en un 61 por ciento con relacin al ao anterior. En cifras absolutas fueron 68.209 las solicitudes presentadas
ese ao. En 1992, de 42.454 solicitantes, el Consejo de Objecin haba reconocido a 35.644 como objetores, lo que
representaba el 84 por ciento del total, Santos Bobo (1994), pg. 21. Mucho ms pesimista, en relacin con el peligro
que supona la falta de cobertura social para un sistema basado en el voluntariado, era el almirante Liberal que deca
que en tanto no se despierte la conciencia de Defensa Nacional y se corrija el ambiente contra todo lo militar,
cualquier sistema que est basado en la recluta voluntaria est condenado al fracaso por mucho que se aumenten los
incentivos econmicos, Liberal Lucini (1991), pg. 42.
55
Ramos Izquierdo (1990), pg. 13.
350 El reservismo militar en Espaa

muy dispuestos a tomar las armas para defender a Espaa, dando unos resultados, en cualquier
caso, inferiores a los de otros pases
56
.
Tanto militares el almirante Liberal, el general Mariano Alonso Baquer o el general
Colldefors, entre muchos otros como conocidos civiles Francisco Toms y Valiente, por
ejemplo alertaron en diversas publicaciones de la necesidad de fomentar la cultura de Defensa y
de reivindicar el papel de las Fuerzas Armadas en la seguridad de todos
57
. Lamentablemente, al
mismo tiempo, algunos intelectuales fomentaban el antimilitarismo a travs de sus apariciones en
los medios de comunicacin o de sus obras literarias
58
.
La directiva de defensa nacional 1/96, publicada el 20 de diciembre de 1996 por el primer
Gobierno de Partido Popular, pretendi sentar las bases de un programa institucional de fomento
de la cultura de Defensa, al incorporar, como uno de sus tres objetivos, el que se enuncia de la
siguiente manera: conseguir que la sociedad espaola comprenda, apoye y participe con mayor
intensidad en la tarea de mantener un dispositivo de defensa adaptado a las necesidades,
responsabilidades e intereses estratgicos espaoles. Entre otras, esta iniciativa acab generando
medidas concretas como la fundacin del Instituto Universitario General Gutirrez Mellado, en
1997.
Contrariamente a lo que pudiera pensarse en una primera instancia, en el documento
mencionado anteriormente ya no se contaba con el servicio militar obligatorio como medio de
generar las fuerzas permanentes que Espaa necesitaba. Antes al contrario, la directiva 1/96 lo
sentenciaba a muerte, como se ver ms adelante
59
.

5. EL FINAL

Durante la dcada de los ochenta, la posicin sobre el servicio militar de los partidos polticos
que tuvieron posibilidad de gobernar fue, a decir de Cotino, oscilante y dubitativa. Esta
ambigedad se fue aclarando en la dcada siguiente una vez desaparecido el escenario

56
Slo uno de cada cuatro entrevistados pensaba que los recursos tcnicos y materiales de que disponan las Fuerzas
Armadas eran insuficientes. La valoracin del volumen de tropa era considerada insuficiente slo por uno de cada
siete, mientras que uno de cada diez estimaba insuficiente el presupuesto anual para Defensa, Bernete (2003), pgs.
93 y 97.
57
Liberal Lucini, A. (1992, 22 de octubre), Las Fuerzas Armadas en la sociedad espaola, ABC, Madrid, pg. 56;
Toms y Valiente, F. (1994, 4 de diciembre), Civil o militar?, El Pas:
http://elpais.com/diario/1993/12/04/opinion/754959605_850215.html; Alonso Baquer, M. (1994, 13 de setiembre),
Invitacin a la reflexin compartida, ABC, Madrid, pg. 50; y Colldefors, J. (1995, 28 de enero), Relevo en el
Gobierno Militar de Navarra, Diario de Navarra.
58
Fueron muy significativos en este sentido el artculo Armian, J. (1994, 26 de julio), Al fin civil, ABC, Madrid,
pg. 44; y el libro Antonio Muoz Molina (1995), Ardor guerrero, Madrid, Alfaguara, 384 pgs.
59
Directiva (1997), pg. 36.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 351


estratgico bipolar, en la que todos los partidos importantes del arco parlamentario, a excepcin
del PSOE reticente a la supresin hasta 1998, tenan pocas dudas en que el futuro pasaba por
unas Fuerzas Armadas reducidas y profesionales
60
.
Incluso una de las fuerzas polticas que parecan tenerlo ms claro sostena una postura de
cierta oscilacin. El Partido Popular ofreci en 1989 una reduccin en el tiempo de permanencia
en las unidades a la vez que estim que es necesario la disposicin de un importante voluntariado
especial y su complemento con el mantenimiento del servicio militar obligatorio. En cambio, en
1993, su posicin fue ms rotunda al abogar por un servicio militar voluntario y profesional,
mientras que tres aos ms tarde, ante las elecciones generales de 1996, matiz dicha idea y afirm
que las FF. AA. espaolas debern tender a la progresiva profesionalizacin del componente de
tropa, prometiendo la reduccin del servicio militar sobre las armas a seis meses, un
extraordinario aumento de la retribucin de los reclutas y la profesionalizacin de la Armada, el
Ejrcito del Aire y la Fuerza de Accin Rpida del Ejrcito de Tierra
61
.
La investidura de Jos Mara Aznar como presidente del gobierno, en la primera legislatura
tras la Transicin que cont con un perfil conservador en el banco azul, requiri del apoyo de
partidos minoritarios de carcter regionalista Coalicin Canaria, Convergencia y Unin y
Partido Nacionalista Vasco que, a cambio y entre otros, pidieron al lder del PP una mayor
definicin en su voluntad de suprimir el servicio militar. Finalmente, en su discurso de investidura,
el que habra de ser nombrado presidente al da siguiente anunci que el sistema mixto de
reclutamiento sera definitivamente cambiado por otro basado en el voluntariado.

Para la satisfaccin de estos fines precisamos unas Fuerzas Armadas ms operativas, ms
flexibles, ms reducidas y mejor dotadas. Y es en esta perspectiva de preservar mejor el valor de la
seguridad en la que se encuadra nuestra voluntad de iniciar la paulatina sustitucin del actual
modelo mixto de Fuerzas Armadas por otro estrictamente profesional, que ya no exigira la
prestacin del servicio militar obligatorio. A tal fin, el Gobierno propondr la constitucin de una
ponencia, en el seno de la Comisin de Defensa de esta Cmara, que estudie, con la voluntad de
alcanzar el mayor consenso, la transformacin gradual del modelo, as como la frmula y los plazos
para la supresin del servicio militar obligatorio, con una consideracin cuidadosa de todos los
factores econmicos implicados
62
.

60
Cotino Hueso (2002), pg. 82. Izquierda Unida, que se haba venido significando por su rotundo apoyo a un ejrcito
profesional, lleg a presentar, antes de que finalizara la ltima legislatura socialista de los aos noventa, un proyecto
de ley orgnica para suprimir el servicio militar. Este proyecto no fue debatido hasta la siguiente legislatura
(proposicin de ley orgnica de supresin del servicio militar obligatorio y los delitos contra el cumplimiento de la
prestacin social sustitutoria y contra el deber de prestacin del servicio militar, 28 de marzo de 1996, BOCG-C, n.
16-1, pgs. 1-4).
61
Partido Popular (1989), pg. 80; (1993), pg. 119; y (1996), pgs. 251 y 253.
62
Discurso de Jos Mara Aznar, del PP, en el debate sobre la investidura del candidato a la Presidencia del Gobierno, 3
de mayo de 1996, DSC n. 2, pgs. 36. En sus antpodas ideolgicas, esta posicin fue apoyada por Julio Anguita, de
Izquierda Unida, que manifest su sorpresa por la coincidencia de programas: La modernizacin y democratizacin
del Estado exigen otras medidas. Nos llama la atencin el profundo cambio de la supresin del servicio militar
obligatorio. Naturalmente, nos quedamos con el ttulo. Cmo se desarrolle y qu tipo de ejrcito quieren hacer ustedes
352 El reservismo militar en Espaa

Pero, cundo sera posible liberar a los jvenes espaoles de la obligacin secular de vestir el
uniforme militar al menos durante un perodo de sus vidas? El camino de preparacin iba a ser, sin
duda, largo y lleno de dificultades, as que Aznar no quiso comprometer ningn plazo
pblicamente y prefiri que la ponencia de la Comisin de Defensa que habra de crearse fijara la
fecha final. No en vano, no se trataba de una reorganizacin como haban sido los planes META,
NORTE o RETO, sino que constitua una verdadera transformacin que afectaba tanto a las
Fuerzas Armadas como a la sociedad entera
63
. Sin embargo, el partido que pretenda gobernar ya
haba llegado a un compromiso que no tardara en ser desvelado. Ese mismo da, uno de sus socios
parlamentarios revelaba que con ocasin del pacto firmado con carcter previo a la
investidura haba sido acordado entre ambos partidos el ao 2001 para la supresin, dato que no
fue confirmado por el candidato en ese momento
64
.
No haba acabado el mes en el que el nuevo Gobierno haba tomado posesin cuando ya se le
reclamaba el calendario con los principales hitos del proyecto de supresin del servicio militar
obligatorio. En la respuesta, el Gobierno anunci la creacin de un proyecto dentro del Ministerio
de Defensa con dicho propsito, si bien se adelantaba que el horizonte sera con toda probabilidad
de seis aos, aunque la frmula final y los plazos definitivos se establecern cuando concluya el
trabajo de la Comisin Mixta [Congreso-Senado]. Eso supona que la finalizacin de la
obligacin que nos ocupa coincidira con el ltimo da del ao 2002
65
.
Firme en el compromiso adquirido, este hito fue confirmado por una de las ms bsicas
iniciativas tomadas durante el primer ao Gobierno en relacin con la Defensa. La directiva de
defensa nacional publicada durante los ltimos das de 1996, ya mencionada, concebida para
definir la poltica de defensa y los objetivos de la misma, as como para establecer las directrices
para el desarrollo de la primera, incorporaba como una de estas directrices la profesionalizacin de
las Fuerzas Armadas en el ao 2003:

quisiramos discutirlo, pero nos llama la atencin positivamente (intervencin de Julio Anguita, de Izquierda Unida, en
el debate sobre la investidura del candidato a la Presidencia del Gobierno, 3 de mayo de 1996, DSC, n. 2, pg. 54).
63
Particularmente, las acciones que deban emprender los Ejrcitos para conseguir una tropa de calidad se conocieron
como las cuatro erres, es decir, reclutar, retribuir, renovar y reincorporar, Prez Moreno (1999), pgs. 67-69.
64
Nuestro compromiso electoral de suprimir el servicio militar obligatorio en el horizonte temporal asumible estoy
seguro del ao 2001, recogido en el acuerdo con el Partido Popular, debe contemplarse bajo este prisma
(intervencin de Joaqun Molins, de Convergencia y Unin, en el debate sobre la investidura del candidato a la
Presidencia del Gobierno, 3 de mayo de 1996, DSC, n. 2, pg. 67). Este plazo pareci excesivo a sus socios vascos.
Por eso, en su intervencin tras el discurso inicial del candidato, Iaki Anasagasti dijo De cara a la juventud creemos
que hay que agilizar todava ms el proceso de sustituir el servicio militar obligatorio por un ejrcito profesional
europeo que se adapte a una Europa supranacional (intervencin de Iaki Anasagasti, del Partido Nacionalista Vasco, en
el debate sobre la investidura del candidato a la Presidencia del Gobierno, 3 de mayo de 1996, DSC, n. 2, pg. 77).
65
Respuesta del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes a la pregunta formulada por el diputado Antonio
Ros Martnez, de Izquierda Unida, sobre el calendario previsto para la profesionalizacin del Ejrcito, as como
reformas a realizar en el modelo de Ejrcito 2000 y en el proceso del servicio militar, 25 de julio de 1996, BOCG-C,
n. 43, pg. 315.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 353


Se desarrollar un programa especfico de profesionalizacin gradual de los efectivos de tropa y
marinera y otro paralelo para la reduccin de los efectivos de reemplazo. A la vez, se promovern
medidas para incentivar la realizacin del Servicio Militar Obligatorio durante la etapa de transicin
que se prolongar a lo largo de los prximos seis aos, hasta su completa desaparicin
66
.

Por otra parte, en los abundantes foros de debate que se abrieron tras la investidura se
enfrentaron todo tipo de posturas. Algunos expertos militares que haban tenido con anterioridad
responsabilidades en el proceso de reclutamiento, como el almirante Liberal, afirmaban que no era
posible prescindir de la conscripcin en dicho plazo por razones de toda ndole, mientras que los
miembros del Gobierno, por ejemplo, sostenan que el proceso era viable tal como se haba fijado,
tanto en trminos econmicos como organizativos
67
.
Es preciso tener en cuenta que, en esos momentos y fuera de las fronteras espaolas, el
Gobierno conservador de Jacques Chirac impulsaba la redefinicin de su modelo de Fuerzas
Armadas an muy difuso, de manera que se mantuviera un equilibrio entre la
profesionalizacin necesaria y el pasado de reclutamiento forzoso, en lo que su ministro de
Defensa llam entonces conscription civique y que acabara siendo una reserva formada por
voluntarios, alentada por un plan escolar de fomento de la cultura de Defensa llamado instruction
civique. Muchos estudiosos observaban expectantes la evolucin de los cambios que se estaban
produciendo en el pas vecino, que aconsejaba a todas luces que los reformistas del reclutamiento
espaol se condujeran con cautela
68
.
La comisin mixta a este efecto fue creada el 28 de junio de 1996 aunque no se constituy
hasta el mes de octubre y su trabajo se prolong durante casi dos aos. El dictamen de la
ponencia, aprobado por el Congreso de los Diputados y el Senado el 28 de mayo y el 9 de junio de
1998, respectivamente, sent las bases del nuevo modelo profesional de Fuerzas Armadas, en
contraposicin con el consenso alcanzado en junio de 1991, basado en un modelo mixto, como ya
se ha visto. Los elementos esenciales del nuevo modelo aprobado eran:

66
Directiva (1997), pg 37.
67
Cotino Hueso (2002), pg. 81. Uno de esos seminarios que, a modo de foro, se abrieron muy pronto habida cuenta
de [sic] las profundas reformas legislativas y estructurales, cuando se proceda a poner en marcha dicha
profesionalizacin fue el curso de verano de la Universidad Euroamericana Marqus de Santillana titulado La
profesionalizacin en los Ejrcitos. Un cambio radical de mentalidad para un Estado moderno, celebrado en
Guadalajara a lo largo de la primera semana del mes de julio de 1996 por iniciativa de la Fundacin Cnovas del
Castillo. Su direccin fue asignada al teniente general Martn Alear Ginard, quien haba desempeado en el pasado
los cometidos de director de Enseanza y de jefe del Mando de Apoyo Logstico del Ejrcito de Tierra, Alear Ginard
(1996), pg. 9. Otro importante grupo de trabajo denominado La profesionalizacin de las Fuerzas Armadas, dentro
del Instituto Espaol de Estudios Estratgicos, ofreci sus resultados durante 1998, editndose al ao siguiente las
aportaciones realizadas por sus miembros a travs del Cuaderno de Estrategia n. 104, de dicha institucin, que se
encuentra en la bibliografa.
68
El servicio militar en Francia fue finalmente suspendido a partir del segundo semestre de 2001, Plaza y Dez de
Ulzurrun (1996), pgs. 39 y 40; loi n. 97-1019 portant rforme du service national, 28 de octubre de 1997, JORF, n.
260; loi n. 99-894 portant organisation de la rserve militaire et du service de dfense, 22 de octubre de 1999, JORF,
n. 247; y Echevarra Rodrguez (1999), pg. 190.
354 El reservismo militar en Espaa

Plena voluntariedad y profesionalidad de sus componentes, sin discriminacin de sexo
en ninguno de los empleos.
Plantilla total situada inicialmente entre los 150.000 y los 170.000 efectivos
profesionales, que se reducira progresivamente segn fuera avanzando la
modernizacin de los dos Ejrcitos y de la Armada, as como la racionalizacin de sus
estructuras orgnicas.
Adaptacin del personal civil al servicio de la Administracin Militar de acuerdo a los
requerimientos del nuevo modelo.
Formacin del personal adecuada para satisfacer las necesidades de la institucin
militar y tambin para posibilitar las aspiraciones personales de los interesados, ya
fuera mediante el adecuado sistema de promocin interna, ya fuera mediante la
reinsercin en la vida civil.
Respaldo econmico-presupuestario estable y suficiente, que permitiera afrontar los
gastos derivados del incremento del nmero de militares profesionales y de la
disposicin de un equipamiento material apropiado.
Racionalizacin y reduccin de las estructuras organizativas y mejora de los
procedimientos administrativos de toda ndole, de acuerdo con las doctrinas de accin
conjunta y de estructura operativa conjunta.
Sistema de reserva y movilizacin para conseguir, de forma progresiva o selectiva,
completar las unidades de los dos Ejrcitos y la Armada o llevar a cabo una eventual
generacin de fuerzas para hacer frente a las necesidades en el mbito de la seguridad
y la defensa.
Desarrollo y adecuacin a la completa profesionalizacin de los procedimientos de
gestin de personal y de estilo de mando.

Adems, se pretenda que los militares fueran ciudadanos de uniforme, es decir, que fueran
titulares de pleno derecho de todas las libertades establecidas en la Constitucin, con las nicas
restricciones o limitaciones en su ejercicio que la propia ley de leyes y las disposiciones de
desarrollo de la misma contemplasen, como respuesta a las exigencias derivadas de los rasgos
esenciales de funcionamiento de las Fuerzas Armadas, que se resumen en la necesaria disciplina.
Se declaraba la necesidad de promover la integracin del militar profesional en la sociedad de la
que formaba parte, realizando los necesarios ajustes en el sistema de enseanza militar, en las
retribuciones, en el apoyo a la movilidad, en la atencin a la salud y en la accin social.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 355


Por otro lado, el texto del dictamen dejaba sentado que era conveniente incorporar a nuestro
acervo una cultura de defensa que al igual que otros objetivos de paz, justicia, libertad, solidaridad
y prosperidad permitan construir un sugestivo proyecto de vida en comn, un programa de futuro
que estimule a todos los ciudadanos.
En cuanto a los plazos para el proceso de transicin hacia un ejrcito profesional, la comisin
recomendaba un perodo que equilibrara la brevedad y el mantenimiento de las capacidades de las
Fuerzas Armadas. En todo caso, el proceso deba estar terminado antes del 31 de diciembre del ao
2002
69
.
Durante la mayor parte de la transicin mencionada, el Gobierno mantuvo la fecha final
inicialmente propuesta. A medida que pasaba el tiempo, el elevado nmero de objetores de
conciencia y el abultado nmero de jvenes con prrrogas detraan efectivos de reemplazo a las
unidades, a la vez que la capacidad para atraer a soldados voluntarios no era como para ser
optimistas. Dicho de otra manera, por un lado, la presin social contra el servicio militar creca
enormemente mientras que, por otro, el ritmo de la contratacin de la nueva tropa no aconsejaba el
adelanto de la profesionalizacin, mxime cuando pases como Francia y Holanda se lamentaban,
en esos momentos, de la precipitacin en la que haban incurrido sus propios programas de
reforma del reclutamiento. A pesar de ello, cuando an no haba sido aprobado el dictamen de la
comisin de profesionalizacin, el Gobierno hubo de ceder ante las presiones de sus socios
nacionalistas y realizar un tmido adelanto, al anunciar en 1998 que el ltimo sorteo se producira
en noviembre de 2001, con lo que los ltimos mozos que se pondran el uniforme lo haran durante
los nueve primeros meses de 2002, cubrindose el perodo que mediaba hasta el 1 de enero de
2003 el hito previsto para la plena profesionalizacin con los que estuviesen esperando para
cumplir el perodo de instruccin militar por haber solicitado prrrogas u otros conceptos
70
.
El programa electoral del PP para concurrir a las elecciones generales de 2000, confeccionado
el ao anterior, mostraba con orgullo el logro social que haba supuesto la supresin del servicio
militar, a la vez que afirmaba que el Gobierno del Partido Popular realizar todas las acciones

69
Creacin de la comisin mixta Congreso de los Diputados-Senado, de carcter no permanente, para establecer la
frmula y plazos para alcanzar la plena profesionalizacin de las Fuerzas Armadas, lo que conllevar la no exigencia
de la prestacin del servicio militar obligatorio, 28 de mayo de 1996, BOCG, n. 9. Los integrantes de dicha comisin
fueron Iaki Anasagasti (PNV), Carles Campuzano (Convergencia y Unin), Salvador Carrera (Convergencia
Democrtica de Catalua), Jos Mara Chiquillo (Unin Valenciana), Agustn Daz de Mera (PP), Gabriel Elorriaga
(PP), Arsenio Fernndez de Mesa (PP), Luis Mardones (Coalicin Canaria), Willy Meyer (Izquierda Unida), Pedro
Moya (PSOE), Pedro Ros (Izquierda Unida), Gustavo Surez (PSOE) y Manuel Varela (PSOE) (aprobacin por los
Plenos del Congreso de los Diputados y del Senado del dictamen de la comisin mixta, no permanente, para establecer
la frmula y plazos para alcanzar la plena profesionalizacin de las Fuerzas Armadas, lo que conllevar la no
exigencia de la prestacin del servicio militar obligatorio, 30 de junio de 1998, BOCG, n. 231, pgs. 3-10).
70
Portilla, M. (1998, 27 de marzo), El Servicio Militar Obligatorio desaparecer en noviembre del 2001, ABC,
Sevilla, pg. 15.
356 El reservismo militar en Espaa

conducentes a acelerar el proceso de transicin ya en marcha. En todo caso, a partir del ao 2002
quedar suspendida la prestacin del servicio militar obligatorio, confirmando que 2003 sera el
primero sin esta ancestral obligacin
71
.
Por otro lado, como se ha mencionado al comienzo de este apartado, el PSOE haba estado
sosteniendo su oposicin a la profesionalizacin de las Fuerzas Armadas desde el advenimiento de
la Democracia. Incluso al poco de perder las elecciones de 1996, el diputado Jordi Marsal
recordaba en el Congreso cul haba sido la posicin de su partido en este sentido:

Aunque no creo que me quite el sueo, tambin quiero manifestarle [a Pablo Castellano, de
Izquierda Unida] que si usted no consigui convencernos durante el Gobierno socialista de la
profesionalizacin del Ejrcito, el seor Nadal tampoco consigui convencer al Grupo Socialista
para que hubiese un Ejrcito profesional. Adems, no slo no consigui convencernos, sino que en
ningn momento [el Grupo Socialista] plante la posibilidad de profesionalizar el Ejrcito
72
.

Esta posicin fue confirmada a finales de ese mismo ao, cuando el mismo partido solicit sin
xito la reduccin del servicio militar sobre las armas a seis meses, an sabiendo que la comisin
mixta deba fijar este extremo
73
. Sin embargo, la ascensin de Joaqun Almunia a la Secretara
General del PSOE trajo un estratgico cambio de timn a este respecto y la defensa del sistema
mixto aprobado en 1991 se transform en fervor por el adelanto de la implantacin del modelo
profesional, que se solicit para el 1 de enero del ao 2001. Dicho apremio se transform en
patente estrategia electoral cuando, a cuatro meses de la celebracin de las elecciones generales del
ao 2000, Joaqun Almunia candidato a la Presidencia del Gobierno afirm que si gana las
elecciones del ao que viene no habr ni un reemplazo ms de jvenes obligados a hacer el
servicio militar, con lo que el sorteo del prximo noviembre [1999] sera el ltimo de la mili
forzosa
74
.
Slo unos das despus, esta posicin socialista de presin manifiestamente forzada, si se
tienen en cuenta los acuerdos previamente alcanzados en la comisin mixta de
profesionalizacin fue llevado al Congreso de los Diputados en forma de pregunta oral al

71
PP (2000), pgs. 147 y 149.
72
Intervencin de Jordi Marsal Muntal, del Grupo Parlamentario Socialista, durante la toma en consideracin de la
proposicin de ley del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, sobre supresin del
servicio militar obligatorio y los delitos contra el cumplimiento de la prestacin social sustitutoria y contra el deber de
prestacin del servicio militar, 10 de setiembre de 1996, DSC, n. 21.
73
La reduccin no tena sentido, a criterio del Gobierno, dado que la comisin mixta Congreso-Senado habra de
encargarse del proceso de transicin para la supresin del servicio militar obligatorio (contestacin del Secretario de
Estado de Relaciones con las Cortes a Miguel ngel Heredia Daz, del Grupo Socialista, sobre reduccin a seis meses
del servicio militar, 8 de enero de 1997, DSC, n. 104, pg. 304).
74
Portilla, M. (1998, 24 de abril), Los jvenes nacidos despus del 1 de enero de 1983 no harn la mili, ABC,
Sevilla, pg. 30; y Gonzlez Ibez, J. (1999, 31 de octubre), Almunia promete acabar en el 2000 con la 'mili' y la
prestacin social, El Pas: http://elpais.com/diario/1999/10/31/espana/941320807_850215.html.
Captulo X.- Fin de una etapa histrica: suspensin del servicio militar obligatorio (1991-2001) 357


ministro de Defensa, en cuya respuesta, Eduardo Serra repiti la determinacin del Gobierno a
llevar la completa profesionalizacin a los primeros das de 2003:

Seora, la posicin del Gobierno ha sido reiteradamente expuesta y es paladinamente clara. La
posicin del Gobierno, tomada hace tres aos, era acometer la plena profesionalizacin de las
Fuerzas Armadas en el perodo de seis aos. Llevamos tres aos y ms de la mitad de nuestros
soldados y marineros son profesionales, luego la realidad avala la certeza de nuestro propsito y la
posibilidad de cumplir nuestro compromiso
75
.

Sin embargo, cuando haban transcurrido tan slo unos pocos meses de las declaraciones
anteriores, en la semana anterior a la celebracin de las elecciones generales de marzo del 2000 y
sumndose a la escalada electoralista, el presidente Aznar desautorizaba a su propio ministro de
Defensa al anunciar que el ltimo sorteo se realizara ese mismo ao. Eso supona un adelanto en
doce meses en relacin al plazo tan largamente sostenido.
Efectivamente, ganadas las elecciones por el PP, el ltimo sorteo de la mili se produjo el 8 de
noviembre de 2000 mientras que la parte restante de la promesa electoral se cumpli finalmente al
transcurrir un ao de la nueva legislatura. La decisin del Gobierno estuvo amparada por el nivel
alcanzado en el proceso de profesionalizacin y las previsiones que sobre el mismo existen. De
esta manera, en virtud de sendos reales decretos, el 31 de diciembre de 2001 quedaban clausurados
casi noventa aos de servicio militar obligatorio y universal en Espaa, mientras que los
ciudadanos quedaban virtualmente liberados de una obligacin secular, reducida en ese momento a
lo que dice el artculo 30. de la Constitucin, es decir, a la obligacin de que los espaoles
contribuyan a la defensa de su propio pas
76
.
Sin embargo, la frmula adoptada por Espaa para cerrar este captulo de su historia militar
tiene un importante matiz de provisionalidad. Lo mismo que hizo Estados Unidos, la decisin de
suspender el servicio militar permite recurrir a la conscripcin en el futuro sin grandes reformas
legislativas, en el caso de que fuera necesario repeler una agresin mediante el empleo de un gran
nmero de soldados, aunque es preciso destacar que la calidad de la fuerza as reclutada planteara
problemas adicionales
77
.

75
Respuesta del ministro de Defensa a la pregunta del diputado Pedro Moya Milans, del Grupo Socialista, que
formula al Gobierno: Cundo piensa el Gobierno poner fin a la prestacin del servicio militar obligatorio?, 10 de
noviembre de 1999, DSC, n. 269, pg. 14.351.
76
Real decreto 247/2001 por el que se adelanta la suspensin de la prestacin del servicio militar, 9 de marzo de 2001,
BOE, n. 60; real decreto 342/2001 por el que se suspende la prestacin social sustitutoria del servicio militar, 4 de
abril de 2001, BOE, n. 92; y Cotino Hueso (2002), pgs. 82 y 474.
77
Rodrguez Mojn (1999), pg. 144. Frente a esta posicin se encuentra la britnica, cuya legislacin sobre el
servicio militar obligatorio fue completamente derogada durante los aos sesenta. Por tanto, la restauracin del mismo
en el futuro requerira del acuerdo de las fuerzas polticas representadas en el Parlamento, Aspiza Turrin (1999),
pg. 157.
358 El reservismo militar en Espaa

En cuanto a la reserva, la comisin mixta de profesionalizacin haba dejado patente que el
Gobierno deba presentar en el plazo de un ao las propuestas legislativas correspondientes para
organizar un sistema de reserva y movilizacin acorde con el nuevo modelo de Fuerzas Armadas.
Muy pronto, los estudiosos se inclinaron por la propuesta de creacin una reserva formada por
voluntarios que pudiera completar las unidades existentes en un breve plazo, llegado el caso, sin
requerir una movilizacin general. Si las necesidades fueran superiores se incorporaran otros
colectivos con carcter obligatorio
78
.
Esa fue la inspiracin seguida por la ley de rgimen del personal de 1999, que fij los nuevos
reservistas, ya vistos con anterioridad voluntarios, temporales y obligatorios, si bien su
desarrollo reglamentario tuvo que esperar hasta 2003 y 2011, con lo que la ley de movilizacin
nacional de 1969 y su manera de involucrar a toda la poblacin en la Defensa debi continuar
rigiendo durante bastantes aos ms
79
.

78
Prez Moreno (1999), pg. 85.
79
Aprobacin por los Plenos del Congreso de los Diputados y del Senado del dictamen de la comisin mixta, no
permanente, para establecer la frmula y plazos para alcanzar la plena profesionalizacin de las Fuerzas Armadas, lo
que conllevar la no exigencia de la prestacin del servicio militar obligatorio, 30 de junio de 1998, BOCG n. 231,
pgs. 3-10.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
359


CAPTULO XI.- ANLISIS DE OTRAS FUERZAS SIGNIFICATIVAS DEL SIGLO XX
QUE PUDIERON CONSTITUIR UNA RESERVA MILITAR


Para no distraer al lector, en el discurrir cronolgico de los captulos anteriores se han pasado
por alto algunas organizaciones relacionadas con la defensa que son a menudo identificadas como
reservas. Se trata de algunas fuerzas de improbable movilizacin de naturaleza muy distinta. Este
captulo es un alto en el camino para tener la oportunidad de describirlas y de compararlas con el
paradigma de reserva militar propuesto en la introduccin.

1. INSCRIPCIN MARTIMA, RESERVA DE MARINERA?

Con excepcin de la ley del servicio militar de 1991, si se estudian las disposiciones
dedicadas al reclutamiento de marineros durante el siglo XX, ya fueran exclusivas de la Armada o
compartidas con los otros ejrcitos, se advertir que la Marina prefera cubrir sus vacantes de tropa
de reemplazo con los mozos que se haban apuntado en la denominada Inscripcin Martima.
Se trata de un registro, an vigente hoy en da, cuya diligencia resulta absolutamente necesaria
para embarcar en un buque de la Marina Mercante o de la de Pesca. Quien se inscribe recibe una
libreta oficial llamada Libreta Martima, antes Libreta de Inscripcin Martima que cumple
una doble funcin:

Es el documento de identidad del marino, aceptado internacionalmente.
Mantiene un registro de los embarques y desembarques de su poseedor, adems de los
cursos recibidos a lo largo de su vida laboral en la mar.

En estos momentos, la entrega de dicha libreta se lleva a cabo por las capitanas martimas o
por los servicios centrales de la Direccin General de la Marina Mercante. Para ello es necesario
acreditar la posesin de determinados ttulos profesionales de Marina Mercante o de Pesca, o
disponer de algunos certificados de especialidad martima. Se podra decir que garantiza que los
marinos embarcados han recibido la instruccin necesaria para un desempeo seguro y eficaz de
sus cometidos y que sirve, a su vez, para que puedan acreditar sus mritos en lo que respecta a
experiencia y a formacin
1
.

1
Ley 27/1992 de Puertos del Estado y de la Marina Mercante, 24 de noviembre de 1992, BOE, n. 283; y
http://www.fomento.gob.es.
360 El reservismo militar en Espaa

La relacin de la Inscripcin Martima con el reclutamiento de marineros proviene de la Edad
Media. Desde entonces, la mayora de pases con vocacin naval han venido procurando que los
tripulantes de sus barcos de guerra fueran expertos navegantes o, en su defecto, que no tuvieran
por ajeno el medio marino. Con un remoto antecedente fijado por Salas en la conquista de Sevilla
culminada en 1248 con la ayuda de marineros santanderinos, que transportaron tropas por el ro
con el fin de romper la defensa de la ciudad por su parte ms dbil, la vinculacin entre los
trabajadores de la mar y la Armada comenz a tomar cuerpo a lo largo de la Edad Moderna, con
particular intensidad durante la Ilustracin
2
. Dicha ligazn, como se podr entender, ha venido
sufriendo desde entonces la misma evolucin que el mbito castrense, en general, y que la manera
en que los ciudadanos espaoles han contribuido a su defensa, en particular.
Aunque lo pertinente en este captulo es hablar de la Inscripcin Martima, que es la entidad a
la que hacen referencia las disposiciones del siglo XX sobre reclutamiento en la Armada y que
nace durante la Primera Repblica, como se ver, se ha considerado de inters estudiar en
primer lugar el antecedente de dicho registro: la Matrcula de Mar.

1. 1. El antepasado por antonomasia de la Inscripcin Martima: la Matrcula de Mar

La definicin que da Borreguero a la Matrcula de Mar es la de alistamiento oficial de
marineros y dems gente de mar. En realidad, la Matrcula fue una institucin que tuvo su
efectiva implantacin en Espaa entre el comienzo de la Ilustracin y el ltimo tercio del siglo XIX,
con el fin de conseguir, como ya se ha dicho, personal instruido con el que dotar a las tripulaciones
de la Armada
3
.

1.1.1. El problema del reclutamiento de marineros en la Edad Moderna

Si hubo que tomar medidas especficas para completar las tripulaciones de los barcos del rey
fue porque exista un serio problema. En realidad, segn Vzquez Lij, todas las armadas europeas
de la Edad Moderna, sin excepcin, tuvieron dificultades para reclutar marineros, particularmente
en el siglo XVIII, cuando tanto el nmero como el tamao de los barcos crecieron enormemente
4
. A
modo de referencia, en 1787 eran requeridos 111.000 hombres para mantener al completo las
dotaciones de los buques de la Armada espaola y para poder darles asistencia desde las

2
Salas (1870), pgs. 8 y 9.
3
Existe una segunda acepcin de Matrcula de Mar: conjunto de gente matriculada en dicho alistamiento,
Borreguero (2000), pg. 217.
4
Vzquez Lij (2007), pg. 45; y Vassallo Borg (1990), pg. 27.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
361


instalaciones en tierra. Debe tenerse en cuenta que Espaa, en sus lmites actuales, tena entonces
unos diez millones de habitantes, de los cuales bastante menos de la mitad deban de ser varones
en edad militar. Relacionando los datos, la Armada deba de incorporar, para mantenerse
plenamente operativa, al menos el tres por ciento de los espaoles metropolitanos tiles. Esta
proporcin es bastante ms alta si se resta la poblacin de los territorios que estaban liberados de
ceder personal a las tropas reales Reino de Aragn, Reino de Navarra y Provincias
Vascongadas, as como la de los colectivos exentos de todo servicio militar, como los
estamentos nobiliario y religioso
5
.
A pesar de ser un problema comn a otros pases, Salas encuentra el origen de la ancestral
carencia espaola en esta materia a travs de la comparacin entre la marina aragonesa y la
castellana. En base a esa contraposicin, llega a la conclusin de que la ausencia de vocacin naval
de Castilla fue la que impidi a Espaa el dominio prolongado del mar. Incluso habla de una
posicin antimartima de los reyes castellanos frente al empeo que ponan los soberanos
aragoneses en el dominio de ese mbito, carcter que no fue alterado ni siquiera tras el
descubrimiento del Nuevo Mundo
6
.
Entonces, cmo se haban venido completando las dotaciones de los barcos reales hasta la
adopcin de la Matrcula de Mar, institucin cuyos precursores haban sido los venecianos en el
siglo XVI: el ruolo o rol de marineros? Prcticamente todos los pases empleaban un sistema mixto
basado en proporciones variables de voluntariado y de leva forzosa, siendo muy importante la
presencia del primero en Inglaterra y casi despreciable en otros reinos, como Espaa y Francia. De
esta manera, vagabundos arrancados con violencia del centro de las ciudades o de las mismas
playas, delincuentes y presidiarios eran los servidores de los buques de la Corona, donde el
mareo y la desmotivacin los converta ms en estorbos para la navegacin y el combate que en
tripulantes eficaces. En los peores casos, desertaban a la primera oportunidad o se sublevaban
contra sus oficiales, conduciendo a continuacin el barco a un puerto donde no pudieran
aplicrseles las leyes de su pas. Durante siglos, esa forma de recluta estuvo daando la imagen del
marinero como oficio militar. Consecuentemente, los que queran hacer la carrera de las armas se
inclinaban ms por ser soldados que por ser marineros
7
.
En estas circunstancias, en la dcada de 1620, cuando Espaa y Francia dos potencias
militares del momento decidieron llevar a cabo un rearme naval, se vieron obligadas a poner en
marcha, casi simultneamente, un medio eficaz de reclutamiento para sus armadas. Por estos aos,

5
Salas (1870), pg. 215. Los datos demogrficos proceden del censo de Floridablanca, que estn disponibles en la web
del INE: http://www.ine.es/censo2001/florida.htm, frente a los ocho millones que Salas ofrece.
6
Salas (1870), pgs. 18 y 20.
7
Ibdem, pgs. 37, 38 y 52; y Vzquez Lij (2007), pg. 47.
362 El reservismo militar en Espaa

otros reinos como Suecia y Dinamarca tambin optaron por el mismo el sistema que ellos y que, en
Espaa, se llam Matrcula de Mar
8
.

1.1.2. Intentos incipientes de implantar un rol de marineros (1625-1717)

En los primeros aos del reinado de Felipe III, el almirante Diego Brochero quien haba
servido largamente a la Corona en su lucha contra el ingls y el holands prepar, a peticin del
rey, un informe sobre el estado de la Marina que permitiera tomar las acciones necesarias para
relanzar el podero naval hispano, partiendo de la asuncin de que la flota haba cado en el
abandono. En ese documento no poda faltar una alerta sobre el deficiente reclutamiento e
instruccin de la marinera, sin cuya reforma era imposible la superioridad naval:

Quando ahora se enva a levantar marineros traen muchos que en su vida entraron en la mar y en
saliendo a navegar se marean de manera que no son de provecho para marineros ni para pelear,
siendo de tanta costa para la hacienda real, y para la gente de mar que V. M. tiene agora le sobran
navos; y una de las cosas por que se han visto y ven cada da desgracias en esta armada es por
querer navegar con nombre y nmero de marineros sin serlo; [...] que lo propio es que V. M.
fabrique mucha cantidad de galeones en toda perfeccin si no hay quien los sepa manejar, ni
escuela donde se ha de aprender. El marinero que vale algo se va al trasigo [sic] de las Indias
9
.

Pareca aconsejable renunciar a la leva forzosa y, en su lugar, pedir un cupo de gente experta a
las provincias martimas. Se preferan los procedentes de las que estaban situadas en el norte de la
Pennsula, es decir, las que contaban con ms habitantes experimentados en la navegacin de
altura, particularmente las provincias vascas
10
. Desafortunadamente, sus ayuntamientos, en
especial los guipuzcoanos, eludan con frecuencia los contingentes que peda la Corona empleando
distintas artes, como la ocultacin del verdadero nmero de personas que trabajaban la mar o la
entrega de hombres de otros oficios, lo que ocasion un agravio comparativo en relacin a las otras
provincias que s que cumplan. Dicha situacin fue reiteradamente consentida por el poder real,
obligando prorrogar el sistema de forzados para cubrir las plazas vacantes
11
.
Justo por influencia y participacin del almirante Brochero, fue promulgada en 1606 una
ordenanza para fomentar el voluntariado a travs de la dignificacin del oficio de marinero,
otorgndoles privilegios muy parecidos a los de la Milicia General de Castilla, que se haba

8
En el resto de pases no nombrados continu predominando el voluntariado y la leva forzosa, Vzquez Lij (2007),
pg. 47.
9
Discurso dirigido al Rey por el almirante Diego Brochero, sobre el estado de la Marina de la Corona, a principios del
siglo XVII, pud Salas (1870), pg. 48.
10
Los marineros de altura eran los ms apreciados pero tambin los ms escasos. En el tramo de 1782 a 1792, slo el
diez por ciento de los enrolados en los barcos del rey tenan esta cualificacin, procediendo el resto de la pesca de
cabotaje, Vassallo Borg (1990), pg. 27.
11
Salas (1870), pgs. 62-64.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
363


intentado crear tan slo unos aos antes. Como pas en la citada fuerza terrestre, de la que se habl
con anterioridad, la ordenanza de 1606 y su modificacin de 1607 no atrajeron voluntades, dado lo
exiguo de las retribuciones y lo poco atractivo del resto de incentivos ofrecidos
12
.
En 1622, avanzada la Guerra de los Treinta Aos y consciente de la debilidad espaola en el
mar, el conde-duque de Olivares opt por crear la Junta de Armadas a fin de favorecer el rearme
naval antes mencionado
13
. Dicha junta decidi, entre otros, que el sistema veneciano llamado rol
de marineros era la solucin de los males que afectaban a la Armada en materia de reclutamiento y
confeccion en 1625 una cdula en este sentido, primer hito formal de la Matrcula de Mar en
Espaa.

Y por que conviene que la marinera se aumente en estos Reynos [...], importa saber la gente que
hay de esta profesin [...], mando que se haga una matricula general de todos los marineros que
estuvieren avecindados en cada puerto [...], con distincin de los que son pilotos o lo han sido, o
han tenido oficios de mandadores en Navos, los que son marineros ordinarios y grumetes, y los que
son Calafates, carpinteros y toneleros, y todos los que son artilleros, o lo han sido y han navegado
[...] sin que de esta matricula se excuse [sic] y exempte ninguno
14
.

Adems, el texto inclua algunos incentivos fiscales, la exencin de ser embargados por
impago, el derecho al uso de armas en todo momento y la afirmacin del prestigio social de sus
miembros para que no tuvieran impedimento alguno para gozar de todos los actos de nobleza, ni
Abitos de las ordenes militares, con la misma honra y calidad que los Soldados que me sirven en la
infantera
15
.
No se dispone, ni siquiera aproximadamente, del nmero de personas que, en los aos
sucesivos a la promulgacin de la real cdula de 1625, se inscribieron en la Matrcula. No
obstante, Vzquez Lij s que ha conseguido cuantificar los inscritos de algunas poblaciones,
principalmente gallegas, concluyendo que el resultado fue realmente pobre. Fernndez Daz
atribuye el escaso xito de la Matrcula en esos aos a lo duro que era el trabajo en los barcos de la
Armada, a los incumplimientos en las condiciones establecidas para despus del enrolamiento y al

12
Ordenanza para las armadas del Mar Ocano, flotas de Indias, etc., 4 de noviembre de 1606; y cdula adicional a la
ordenanza de 1606, 22 de enero de 1607, pud Salas (1870), pgs. 74-82.
13
La Junta de Armadas abord con entusiasmo la problemtica naval del momento. Acord el armamento de 78
buques y dict numerosas ordenanzas, rdenes y cdulas sobre el rgimen de las escuadras y de las naves armadas,
siendo el mencionado almirante Brochero su primer presidente, Cervera Pery (1983), pgs. 150 y 151.
14
Real cdula sobre matrcula martima, 31 de octubre de 1625, pud Salas (1870), pgs. 108-110. A pesar de que esta
fue la primera vez que se implantaba la Matrcula en todos los reinos espaoles, hay un antecedente limitado a la
provincia de Guipzcoa de 1607. Mediante una orden real se requiri la inscripcin de todos los marineros efectivos
que ah se hallasen sin esceptuar [sic] ninguno, y que no pudiesen salir a la mar a pescar el que no estuviese
matriculado ni los matriculados a viages [sic] largos sin licencia, pero dicha orden fue revocada tan slo dos meses
despus de ser promulgada debido, segn Salas, a la debilidad del rey frente el exclusivismo de los vascongados,
ibdem, pgs. 104-106.
15
Real cdula sobre matrcula martima, 31 de octubre de 1625, pud ibdem, pg. 109.
364 El reservismo militar en Espaa

engaoso carcter de los privilegios otorgados, que fueron a menudo contradichos por la prctica
de las instituciones reales y de los estamentos privilegiados. Vzquez Lij aade a estas razones lo
exiguo de los salarios entregados a los marineros enrolados y la falta de una estructura
administrativa que atendiera los asuntos martimos
16
.
Como consecuencia, las escuadras no pudieron zarpar en numerosas ocasiones por falta de
tripulantes y hubo que recurrir frecuentemente a los voluntarios extranjeros, a los prisioneros de
guerra y a las levas forzosas para poder salir a navegar. En algn caso, hubieron de embarcarse
esclavos de las posesiones americanas, con lo que la Matrcula de los Austrias se puede considerar
un absoluto fracaso, de la misma manera que lo haba sido el intento de constituir una reserva
militar terrestre: la antes citada Milicia General de Castilla
17
.

1.1.3. La Matrcula de Mar durante la Ilustracin (1717-1812)

En Francia, este sistema haba fracasado en sus comienzos del mismo modo que su homlogo
espaol. A pesar de ello, en el ltimo tercio del siglo XVII y de acuerdo con el fortalecimiento del
poder central durante el reinado de Luis XIV, nuestros vecinos del norte introdujeron con notable
xito algunas mejoras efectivas en el proceso de reclutamiento de marineros al que llamaron
Systme des Classes, cuyos elementos eran los siguientes:

Los sujetos de la Matrcula empleando terminologa espaola eran todos los
hombres de mar en sentido amplio, es decir, todos los profesionales vinculados a las
actividades martimas pesca, navegacin y construccin naval que residiesen en
las poblaciones litorales o en las que se encontraran a menos de 16 kilmetros de la
costa.
Cada alistado tena una cdula personal en la que se anotaba la informacin acerca de
su estado civil, la de su destino militar y los registros relacionados con el servicio:
embarques, desembarques, deserciones, accidentes, enfermedades, etc.
Nadie poda trabajar en la mar o en actividades asociadas sin poseer la cdula personal
del punto anterior.

16
Por ejemplo, unos pocos aos despus de la promulgacin de la real cdula de 1625, en Mlaga slo haba 269
inscritos, mientras que en Cdiz no haba ninguno, Vzquez Lij (2007), pgs. 64-84; y Fernndez Daz (1995), pg.
244.
17
En 1627, la flota del Atlntico tena sin cubrir 920 plazas de gente de mar, Vzquez Lij (2007), pg. 81. Otros
autores coinciden en lo menguado de las pagas que se entregaban a los marineros de los barcos reales: se dedicaba
insuficiente dinero para pagar a la marinera, dejando los hombres desamparadas a sus familias, Martnez-Valverde
(1980), pg. 40.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
365


Una importante organizacin administrativa se pona al servicio del reclutamiento
naval y el control de los alistados, que quedaban en una especie de libertad
vigilada
18
.

Dentro del proceso reorganizador de inspiracin claramente francesa que emprendieron los
reyes de la Casa de Borbn en el mundo castrense ya descrito en su momento, la Matrcula de
Mar obtuvo la atencin de los reformadores navales del siglo XVIII Patio y Ensenada
quienes, basndose en los xitos de su hermana gala, desearon convertirla en la verdadera y gran
reserva de la que saliesen los contingentes necesarios para tripular los buques de la Real Armada
19
.
En ese sentido, en el ao 1717 se produjo el primer intento de relanzarla, aunque la necesaria
organizacin administrativa dedicada al reclutamiento de marineros no lleg hasta el 29 de agosto
de 1726, cuando se crearon los comisarios de Marina, una vez haban sido establecidas las tres
grandes provincias martimas al modo francs. Estos funcionarios tenan dos funciones bsicas:
facilitar materias primas para la mejora de la infraestructura naval y asegurar el reclutamiento
regular de la marinera y de la gente de maestranza. Entre los nuevos privilegios que se concedan
a los matriculados figuraba la muy conveniente exencin del servicio en el Ejrcito
20
. Salas y
Fernndez Daz coinciden en que los otros incentivos ofrecidos por ejemplo, que los marineros
casados estuvieran exentos de las levas no resultaban una novedad y, por tanto, no
contribuyeron a fuera suficientemente atractiva
21
.
Una vez organizada la Milicia Provincial en 1734 segn un esquema que s que lleg a
funcionar, y cuando haba fallecido Patio, la Corona volvi a intentar mejorar el reclutamiento de
marineros, tomando como inspiracin las particularidades del Systme des Classes, que haban
sido claros factores de xito en el pas vecino. Es precisamente la llamada Ordenanza del Infante
Almirante de 1737, la disposicin considerada como fundacional de la Matrcula de Mar, habida
cuenta que es la primera vez que se atribuye a sta carcter de institucin y que todos los intentos
anteriores no fueron capaces de cubrir ni siquiera las expectativas ms pesimistas
22
. De una
manera sutil, y hasta su abolicin en 1873, el marco legal de la Matrcula qued establecido no en

18
Vzquez Lij (2007), pgs. 84-86.
19
En 1717 fueron creadas asimismo la Compaa de Guardias Marinas y los batallones y brigadas de artillera,
Martnez-Valverde (1980), pg. 40.
20
Real orden de preeminencias concedidas a la gente matriculada e instruccin para el establecimiento de comisarios
de Marina, 29 de agosto de 1726, pud Fernndez Daz (1995), pg. 244. La primera disposicin del siglo en cuanto a
Matrcula de Mar fue el decreto de empadronamiento de gente de mar, 28 de enero de 1717, Vzquez Lij (2007), pg.
245.
21
Salas (1870), pgs. 164 y 165; y Fernndez Daz (1995), pg. 246.
22
Real cdula de privilegios e instruccin del almirante general infante don Felipe, 18 de octubre de 1737, pud Salas
(1870), pgs. 167-174. El nombre de esta disposicin se debe a que don Felipe, hijo del rey Felipe V y de Isabel de
Farnesio, fue confirmado Almirante General de todas las fuerzas martimas en su propio texto.
366 El reservismo militar en Espaa

base a obligaciones, sino segn unos privilegios que recuerdan mucho a los fijados para la Milicia
Provincial, y que son los siguientes:

Exclusividad en el lucro del mar, es decir, slo los matriculados podan ejercer los
oficios martimos. Este era, en realidad, un privilegio disfrazado de obligacin.
Exencin de los sorteos de quintas para el Ejrcito, de dar alojamiento a las tropas
reales y de pagar determinados impuestos: bagajes, depsitos, tutelas, mayordomas y
similares.
Separacin de la justicia ordinaria y acogimiento al fuero militar de Marina, que era
administrado por el Almirantazgo. Esto inclua a los licenciados que abandonasen la
Matrcula sin haber desertado al cumplir treinta aos de servicio o sesenta de
edad, lo que sucediese antes.

Como se haba hecho en Francia, se asign a los departamentos martimos la responsabilidad
del alistamiento de toda la gente de mar y de maestranza, del control de los movimientos de los
matriculados y de las disensiones que se produjesen entre stos y la administracin de justicia
23
. La
ordenanza de 1737 tambin puso mucho inters en prestigiar el oficio de marinero, mencionando
que el ejercicio de las armas en la mar era ms penoso que en tierra y tomando medidas para
distinguir un desempeo ejemplar, lo que Martnez-Valverde identifica quiz exageradamente si
se tiene en cuenta la divisin estamental de la Marina en esa poca con la posibilidad de
alcanzar la oficialidad si se tena un comportamiento heroico como marinero: mi real nimo es,
que se atiendan, y remuneren los hechos de honra, y merito sobresaliente, en quien quiera que sea
el dueo de ellos
24
.
Las disposiciones promulgadas con posterioridad a la ordenanza de 1737 confirmaron los
privilegios otorgados por sta y demostraron que la Matrcula se consideraba ya parte solidaria de
la Marina. Por ejemplo, las ordenanzas de la Real Armada de 1748, que haban sido auspiciadas
por el Marqus de la Ensenada, dedicaban el ttulo VI, tratado IV, a las exenciones de los
matriculados, estableciendo que se anticiparan las pagas a los movilizados para que pudiesen
sostener a sus familias
25
.

23
Lpez Miguel (1995), pgs. 221 y 222.
24
Real cdula de privilegios e instruccin del almirante general infante don Felipe, 18 de octubre de 1737, pud Salas
(1870), pgs. 174 y 175; y Martnez-Valverde (1980), pg. 42.
25
Ordenanzas de Su Majestad para el gobierno de la Armada Naval de 1748, pud Lpez Miguel (1995), pgs. 222 y
223.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
367


Casi al mismo tiempo, Ensenada termin en 1750 un proyecto de flota que pretenda poner 60
navos, 65 fragatas y otros muchos buques de menor porte sobre las aguas de todos los mares. Se
estimaba que, para tripularlos, haran falta unos 79.000 marineros. Por esa razn, en 1751 se
modific, dndole mayor precisin, el ttulo de las ordenanzas dedicado a la Matrcula, quedando
establecido que la marinera estara constituida por cuatro contingentes, los cuales saldran a
campaa por turno riguroso
26
. Eso significaba tener matriculados a unos 300.000 hombres, lo que
no se consigui nunca, ni siquiera fueron alcanzadas cifras que se pudieran entender del mismo
orden. Todo lo ms, en 1765 llegaron a estar inscritos 49.180 potenciales marineros, nmero
homologable a los matriculados en Francia en esas mismas fechas, lo indica que el sistema no daba
ms de s y que la manera en que se haba implantado en Espaa no era la razn de su bajo
rendimiento
27
. An as, se quiso exprimir todo lo que se pudo y, a partir de la mitad del siglo, se
establecieron revistas peridicas para asegurar el control de todo el personal inscrito.
Yendo mucho ms all, en 1802 se quiso compensar la resistencia popular dando a los
matriculados carcter militar en tiempo de paz, empleando un marco legal que perdur con pocas
modificaciones hasta su abolicin. Para encuadrarlos se crearon tres tercios navales, uno por cada
departamento martimo, de los que los matriculados formaban parte de manera parecida a lo que
suceda en la Milicia Provincial. Esta disposicin estableci la obligacin de matricularse para los
que, sirvindose de la mar, tuviesen entre dieciocho y cuarenta y cinco aos, si bien no se les
embarcara hasta cumplir los veinte. Tras quince aos de servicio eran considerados veteranos, una
especie de segunda reserva en la que mantenan el fuero militar
28
.
Otro problema que fue consustancial a esta modalidad de reclutamiento durante el siglo XVIII,
e incluso ms all, fue el de la cualificacin del personal. La tremenda variedad de los oficios de
los matriculados era un inconveniente para la vocacin ultramarina que quera tener la Armada
espaola de la poca de Ensenada, que necesitaba principalmente marineros experimentados en
navegacin de altura. Lamentablemente, en la dcada de 1782 a 1792, slo 5.800 marineros, de
todos los que servan en los navos del rey, cumplan con este requisito. La ancestral exencin de
la matriculacin que tenan los marineros vascos confirmada por la ordenanza de 1802
contribuy sin duda a la falta de marineros debidamente preparados
29
.

26
Ordenanza para el rgimen y fomento de la marinera matriculada, 1 de julio de 1751, pud ibdem, pgs. 223 y 224.
27
Martnez-Valverde (1980), pg. 43; y Vzquez Lij (2007), pgs. 88 y 122.
28
La norma legal citada fue la ordenanza de S. M. para el rgimen y gobierno militar de las Matrculas de Mar, 12 de
agosto de 1802, vid ordenanza de militarizacin de la Matrcula de Mar (1802).
29
Vassallo Borg (1990), pg. 27. En las Provincias de Marina de Bilbao y de San Sebastin, que comprehenden la
primera el Seoro de Vizcaya con sus Encartaciones, y la segunda la Provincia de Guipzcoa, no se establecer el
alistamiento de matriculados, ni la formacin, rgimen y servicio de los Tercios navales en el pie que se ha prevenido;
debiendo continuar la gente de mar de sus costas dependientes slo como hasta aqu de la Jurisdiccin ordinaria, segn
sus usos y costumbres, mediante especial privilegio de sus naturales, ordenanza de militarizacin de la Matrcula de
368 El reservismo militar en Espaa

En lo que respecta a Amrica, la vigencia de la Matrcula de Mar no sigui las mismas pautas
que en la Pennsula. Existi en 1747 un frustrado proyecto para implantarla en La Habana que no
pudo materializarse hasta 1776, usando entonces los principios de las ordenanzas navales de 1748.
Eso s, cuando en 1802 lleg la militarizacin, los inscritos americanos fueron sometidos al mismo
rgimen
30
.
En la era posnapolenica, cuando los regmenes absolutos estaban siendo reafirmados en
muchas naciones occidentales, pases como Portugal que sufri el retorno del absolutismo al
mismo tiempo que Espaa y Brasil adoptaron de manera firme este sistema de reclutamiento
en realidad, en 1830, lo que se puede interpretar que era una institucin que, en esos momentos,
poda tener an una larga vida
31
.

1.1.4. El debate liberal sobre el mantenimiento de una figura del Antiguo Rgimen (1812-1873)

Numerosos autores coinciden en que la implantacin efectiva de la Matrcula de Mar durante
el siglo XVIII contribuy a aumentar la marinera militar espaola, aunque nunca se llegaron a
colmar todas las necesidades de personal de la Armada, como se ha venido diciendo. Sin embargo,
muchos reconocen tambin que su exclusividad en el lucro de la mar represent una cortapisa para
el desarrollo de las actividades martimas, especialmente en una centuria que se caracteriz por la
expansin comercial. Los privilegios y exenciones concedidos no compensaron la carga que
supona pertenecer al colectivo de matriculados. Eso desincentiv que los espaoles buscaran
trabajo en la pesca, en la navegacin, en las industrias vinculadas a la mar y en la construccin
naval, particularmente cuando se incrementaron tanto las revistas como las otras medidas para
exigir el cumplimiento de la prestacin
32
.
Como consecuencia de todo ello, la institucin se hizo impopular. Se otorgaba un derecho
el uso del mar para vivir que se haba venido disfrutando sin contrapartidas desde siempre.
Obviamente, muchos eludan las obligaciones militares al dedicarse a la pesca sin registro alguno,

Mar (1802), pgs. 184 y 185. Tampoco tuvo la obligacin de matricularse durante el siglo XVIII ni la gente de mar de
Castro Urdiales (Santander) ni la de la Albufera valenciana, la de Canarias, la de Ceuta y la de Melilla, Vzquez Lij
(2007), pgs. 302-325.
30
Santana (2009), pg. 159.
31
Es preciso recordar que Portugal haba implantado una imprecisa matriculacin en 1802, sin mencionar las
obligaciones a las que estuvo sujeta por su pertenencia a la Corona espaola en el siglo XVII, aunque no hubo en este
tramo histrico una contribucin portuguesa significativa a las tripulaciones espaolas, como tambin sucedi con el
Reino de Aragn, Vzquez Lij (2007), pgs. 55, 60 y 61. Lo mismo que Espaa, Portugal sufri una revolucin en
1820 que implant un estado liberal que slo dur tres aos. A este perodo se le llama tambin Trienio Liberal. La
reaccin absolutista comenz en 1823 y dur hasta 1832, cuando estall una guerra civil entre los partidarios del
Antiguo Rgimen y los liberales, resultando un sorprendente, aunque explicable, paralelismo con la historia espaola
de esos mismos aos, Rueda (1993), pg. 19.
32
Lpez Miguel (1995), pg. 238.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
369


aunque tras ello se vieran forzados a huir cuando llegaban los funcionarios encargados de las
revistas. Sin pretenderlo, esta prctica aumentaba la presin sobre los que s haban cumplido con
la ley, que deban suplir la falta de los infractores con una mayor dedicacin propia. Incluso uno de
sus fervientes defensores como Salas, reconoce su impopularidad, si bien es el nico autor
encontrado que descarta su influencia negativa en la actividad econmica de las costas espaolas
durante el siglo XVIII y bien entrado el XIX
33
.
Llegada la Guerra de la Independencia, en este contexto de oposicin social a la Matrcula de
Mar, el inters de las Cortes de Cdiz por la modernizacin del mundo militar no pudo dejar de
lado a una institucin que, como parte de la herencia del Antiguo Rgimen, deba ser puesta bajo
sospecha. As pues, a pesar de encendidos discursos en su favor como el del ministro de Marina
el teniente de navo Jos Vzquez Figueroa, el 14 de enero de 1812 las Cortes la abolan en los
territorios espaoles de Amrica y de Asia y dejaban en suspenso la decisin sobre la Pennsula en
razn a la guerra
34
. Con el regreso de Fernando VII y la restauracin absolutista todo qued en
nada, confirmndose con rotundidad la derogada ordenanza de 1802, si bien eso no pudo ya tener
influencia sobre la mayor parte de los territorios americanos, que haban iniciado su proceso de
emancipacin
35
.
Los primeros gobiernos del Trienio Liberal empearon sus esfuerzos en la implantacin de las
reformas inconclusas de las Cortes gaditanas. Fue entonces cuando se consigui derogar la
ordenanza de 1802, publicando en su lugar un nuevo reglamento de matrculas que estuvo en vigor
tan slo dos aos. En realidad, lo que se pretenda principalmente era retirar el fuero militar a los
matriculados, una fuente de conflictos fiscales que era, adems, incompatible con el principio de
igualdad del pensamiento liberal. Por ello, los matriculados dejaron de ser militares y pasaron a
depender del Ministerio de la Gobernacin a travs de los ayuntamientos, quedando disueltos

33
Santana (2009), pg. 158. La impopularidad se acrecent por una gestin local de la Matrcula que, en muchos
casos, fue a todas luces contraria a la Corona. La falta de facilidades dadas por los ayuntamientos y la negacin de
algunos privilegios concedidos a los matriculados alimentaron alegatos en contra de la institucin como el siguiente:
No creis en las recompensas que nos prometen en ese papel a cambio del duro servicio que se nos exige, porque slo
se dan para halagarnos, y luego son mentidas hasta el punto de no satisfacernos nuestros haberes; sin que tampoco os
debis fiar de las garantas que sobre el incumplimiento de aquellas os diesen en lo sucesivo los comisarios que sin
embargo de drosla de buena fe y de reclamar su observancia del gobierno del rey, ni el rey ni su gobierno escucharan
sus razones, Salas (1870), pg. 297.
34
Entre los argumentos usados por Vzquez Figueroa para defender la Matrcula estaba que el factor econmico no
poda ser el eje de giro de una reforma en materia de Defensa: En fin, Seor, la marina es incompatible con una
exacta y rigurosa economa; ella es obra del poder y por decirlo as de la profusin de una Nacin, resultando muchas
veces, y con frecuencia entre nosotros de la mezquindad intolerables e irresarcibles [sic] prdidas, infinitamente
mayores que los ahorros aparentes que se han procurado, discurso sobre las matrculas de mar pronunciado ante las
Cortes Generales y Extraordinarias del Reino en sesin pblica por el ministro de Marina D. Jos Vzquez Figueroa,
24 de agosto de 1811, Diario de Sesiones de las Cortes Generales (1870
A
), pg. 1.682; vid Salas (1870), pgs. 263-
271; y Diario de las actas y discusiones de las Cortes (1820), pg. 65.
35
Real orden respecto a la necesidad de proveer a la tripulacin de los buques de la Real Armada, para la seguridad del
Estado, y proteccin del mismo comercio y navegacin mercantil, 20 de febrero de 1817, GM, n. 24.
370 El reservismo militar en Espaa

los tercios navales
36
. El gobierno liberal, que estaba planeando un rearme para sacar a la Armada
de la penosa situacin en la que haba quedado tras la Guerra de la Independencia, no poda
suprimir este sistema y, con ella, la nica fuente de suministro de marineros con que se poda
contar en ese momento, una vez descartadas las levas forzosas por el liberalismo
37
.
El retorno del absolutismo en 1823 vino acompaado de la declaracin de nulos y sin ningn
valor todos los actos del Gobierno llamado constitucional, as que volvi a regir la ordenanza de
1802. Al amparo de esta normativa, en unos aos de guerras civiles y ultramarinas, muchos sin
vivir de la pesca ni residir cerca de la costa comenzaron a matricularse con el deseo de quedar
exentos de la quinta en el Ejrcito, lo que nicamente consiguieron cuando contaron con la
connivencia de los ayuntamientos, responsables de la tramitacin de la inscripcin
38
. En plena
Primera Guerra Carlista, ante el incremento de los abusos de este tipo, no hubo ms remedio que
retirarles excepcionalmente esta dispensa y, ms adelante, llegada la paz, obligarles adems a
ingresar en la Milicia Nacional local
39
.
Como se vio en su momento, antes de la arribada al poder de los progresistas para dar paso
al Bienio del mismo nombre, hubo un apasionado y extenso debate sobre el mantenimiento de
las quintas que hizo que el partido que alcanzara el gobierno incluyera la supresin del servicio
militar en su programa electoral. Es sabido que esa promesa fue incumplida y que eso dio lugar a
serios desrdenes pblicos a lo largo de la primavera de 1856. Evidentemente, la polmica sobre la
contribucin ciudadana a la defensa continu y se extendi a la Matrcula de Mar, provocando la
aparicin de numerosas publicaciones algunas de ellas annimas que deseaban la abolicin de
la ordenanza de 1802 bajo dos argumentos principales. Uno era la injusticia social que supona
tener a un colectivo de civiles sometido a la jurisdiccin militar. El otro impacto era que, sobre la
economa costera, tena el mantenimiento de adicionales exigencias a sus trabajadores, con graves

36
Real decreto sobre extincin de la ordenanza de matrculas de 1802, 28 de octubre de 1820, GG, n. 142. El nuevo
reglamento se public el 19 de enero de 1821, Santana (2009), pg. 159.
37
Fueron dos fragatas de 50 caones, seis corbetas de 30, seis bergantines de 22 y seis goletas de 14 (real decreto
resolviendo que se construyan 20 buques de guerra de las clases que se expresan, 7 de noviembre de 1820, GG, n.
152).
38
Real decreto, con motivo de la libertad recobrada por S. M. el rey nuestro seor, estableciendo que son nulos y de
ningn valor todos los actos del Gobierno llamado constitucional (de cualquiera clase y condicin que sean) que ha
dominado a mis pueblos desde el 7 de marzo de 1820 hasta hoy da 1 de octubre de 1823, y se aprueba todo cuanto se
ha decretado y ordenado por la Junta provisional de Gobierno y por la Regencia del Reino, creadas, aqulla en
Oyarzun el da 9 de Abril, y sta en Madrid el da 26 de Mayo del presente ao, 1 de octubre de 1823, GM, n. 93; y
real orden comunicada al director general de la Real Armada sobre las circunstancias que han de concurrir en los que
se admitan a la Matrcula de Marina, 26 de octubre de 1824, GM, n. 148.
39
Real decreto mandando guardar, cumplir y ejecutar el decreto de las Cortes por el que se declara que los
matriculados de mar estn comprendidos en la actual quinta de 509 hombres, 30 de noviembre de 1836, GM, n. 728.
En esta poca se apost por esta fuente de recursos para la Armada: Esta institucin es interesantsima, y desde que
en 1802 se public la ordenanza de las matrculas de mar [...], presta sta la grande utilidad que de ella deba sacarse
con ventaja de sus propios individuos y del Estado, Exposicin a las Cortes Generales (1834), pg. 26.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
371


consecuencias sobre empleados y patronos, que vean como alrededor del 20 por ciento de sus
obreros se encontraban a merced de las necesidades de la Armada
40
.

Pero a quin podr ocurrrsele que los mismos principios hayan de aplicarse a las personas que
libres de tan grave compromiso [el servicio militar] y aun despus de haberlo cumplido, se hallan
ejerciendo su industria al servicio de empresas particulares, y privadas de toda subvencin del
tesoro pblico, no cuentan con ms recursos que el trabajo para librar a su familia de la miseria y
proveer quizs al sustento de sus ancianos padres?
41


En la posicin contraria se encontraban los que consideraban que slo los trabajadores de la
mar tenan la preparacin necesaria para tripular un buque de guerra, descartando que fuera viable
que los marineros se seleccionaran por sorteo entre los mozos de todo el territorio, como vena
sucediendo en el Ejrcito.
No hubo cambios hasta la Primera Repblica. Ya se mencion cmo los luchadores contra las
quintas haban encontrado amparo en el ideario de los partidos republicanos. As, un mes despus
de la proclamacin de dicho rgimen y unos pocos meses antes de que la revolucin cantonal
estallara curiosamente a gritos como el de Abajo las quintas y las matrculas de mar! Abajo
los galones!, la Asamblea Nacional republicana abola por primera vez, en el territorio
peninsular y definitivamente, esta institucin. Ese mismo da quedaban liberados los esclavos de la
isla de Puerto Rico. Mientras tanto, pases como Mxico la restablecan en trminos similares al
modelo espaol, aunque el fuero militar no se aplic a los inscritos
42
.
En su lugar, qued fijado que la Armada se nutriera de personal voluntario, cubriendo sus
vacantes, en caso necesario, con los miembros de una reserva naval retribuida y, en ltima
instancia, con reservistas del Ejrcito. Fue en tiempos del general Serrano alrededor de un ao
despus cuando se cre esa reserva naval, que no tuvo finalmente el carcter de retribuida. El
Cuerpo de Voluntarios de marinera para el servicio de los buques de la Armada, puertos y
costas admita a jvenes, entre dieciocho y veinticuatro aos, que permaneciesen en situacin de
disponibilidad hasta que se les llamase para un servicio continuado de tres aos, lo que llegara

40
Annimo (1856), pg. 21. Otras propuestas de reforma sugeran la implantacin de medidas para reducir el fraude,
es decir, evitar que los trabajadores del mar rehuyeran la inscripcin y sobrecargaran la dedicacin de los
matriculados, vid Madariaga (1856).
41
Annimo (1856), pg. 12. Este texto fue contestado con virulencia por la redaccin de la revista La Marina que,
adems de hacer una ferviente defensa de la Matrcula, solicit la impugnacin del libro por contener torcidas preces
y especiosas argumentaciones, vid Editorial (1856).
42
Valverde (1973), pg. 25; ley aboliendo las matriculas de mar, y declarando libre para todos los espaoles el
ejercicio de las industrias martimas, 22 de marzo de 1873, GM, n. 85; y Memoria (1869), pg. 94.
372 El reservismo militar en Espaa

antes de que cumpliesen los veintisis. A cambio se les dispensaba de todo servicio en el Ejrcito y
en sus reservas
43
.

1.2. La Inscripcin Martima y el reclutamiento del siglo XX en la Armada (1873-1984)

La Asamblea Nacional republicana haba abolido la Matrcula, quedando los que queran vivir
de la mar liberados de la obligacin de servir en los buques de la Armada. Sin embargo, sentado lo
anterior, la misma disposicin que liberalizaba el ejercicio de todas las industrias martimas
creaba, aparentemente con fines estadsticos y sin mencionar su nombre, la Inscripcin Martima:

Los que se dediquen a las industrias martimas se inscribirn en un registro que a este fin deben
llevar los Comandantes y Ayudantes de Marina. En el registro constarn los nombres de los
industriales, su edad, estado y la clase de industria que quieran explotar.
Todas las embarcaciones continuarn registrndose en las respectivas listas. Semestralmente,
remitirn las Comandancias y Ayudantas estos datos estadsticos al Ministerio de Marina, para que
por ste se transmitan al de Fomento
44
.

La Restauracin no reaccion contra la trascendental reforma republicana, as que el
reclutamiento de la Armada continu durante los primeros meses del reinado de Alfonso XII en los
mismos trminos que se haban establecido en 1873. Lamentablemente, la Marina haba visto
cmo el tradicional problema de escasez de tripulaciones se haba visto agravado tras la abolicin.
Ni los voluntarios de marinera particularmente tras el final de Tercera Guerra Carlista ni la
fraccin de los reemplazos del Ejrcito que se les asignaba eran capaces de cubrir todas las
vacantes existentes bajo los sollados. La situacin era tan grave que slo los barcos con base en
territorio europeo y los apostaderos de Ultramar tenan su capacidad plenamente operativa.
Por ello, no hubo ms remedio que forzar nuevamente a los que se haban inscrito con el
propsito de trabajar en la mar para que embarcaran en barcos de guerra. As, unos meses antes de
que se fijaran ocho aos de servicio militar en el Ejrcito, navegantes y pescadores fueron
obligados a servir otros tantos en los barcos de la Armada cuatro de ellos embarcados y cuatro
en reserva, una vez cumplidos los veinte de edad. En tiempo de paz quedaban encuadrados en
brigadas y en trozos dependientes de los departamentos martimos
45
.

43
Ley aboliendo las matriculas de mar, y declarando libre para todos los espaoles el ejercicio de las industrias
martimas, 22 de marzo de 1873, GM, n. 85; y decreto disponiendo que cada capital de provincia y distrito martimo
se abra por los comandantes y ayuntamientos respectivos un alistamiento de los jvenes de dieciocho a veinticuatro
que se presenten voluntariamente a servir en la Armada, 20 de mayo de 1874, GM, n. 141.
44
Ley aboliendo las matriculas de mar, y declarando libre para todos los espaoles el ejercicio de las industrias
martimas, 22 de marzo de 1873, GM, n. 85.
45
Real decreto autorizando al ministro de Marina para que presente a las Cortes un proyecto de ley de organizacin y
reemplazo de la marinera para el servicio de los buques del Estado y arsenales, 23 de noviembre de 1876, GM, n. 340
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
373


Se observar que, aparentemente, solamente haba una diferencia formal entre la Matrcula y
la Inscripcin, a saber, los miembros de la segunda no tenan un fuero especfico en tiempo de paz.
Es decir, que mientras no estuviesen embarcados eran meros civiles. Sin embargo, ahora reciban
instruccin militar antes de embarcar y slo eran considerados reservistas cuando haban pasado
por el servicio activo, lo que no es en absoluto trivial para el tema que nos ocupa. Desde esa fecha
y hasta la ltima dcada del siglo XX, la Inscripcin Martima sirvi, como haba sido siempre,
para asignar a la Marina, de manera preferente, los mozos que tenan algn tipo de instruccin
naval. Por otro lado, la duracin del servicio militar en la Armada fue evolucionando de manera
parecida al referente al Ejrcito, aunque no hubo plena coincidencia entre ellos.
Por ejemplo, en los tiempos de Martnez Campos como ministro de la Guerra 1881 a
1883, cuando se procur un crecimiento extraordinario de las fuerzas en reserva, fue
promulgada una ley de reclutamiento para la Armada que mantuvo el servicio de ocho aos,
cuando haca tres que los soldados haban comenzado a prestar doce en total, tres de ellos sobre las
armas. Sin embargo, a partir de esa nueva ley comenz a admitirse la redencin y la sustitucin de
marineros de manera generalizada. La incorporacin de los inscritos se ordenaba en base a los
cupos que estableca el Ministerio de Marina cada ao, si bien las cuantas anuales reflejaban que
la Inscripcin Martima, como su antecedente, nunca fue capaz de solucionar los problemas de
personal de la Armada
46
.
Aunque no se hiciese ninguna alusin directa a la reforma del reclutamiento, la ley Maura-
Ferrndiz de 1908 apunt la necesidad de poner al da la formacin profesional del personal de la
Marina
47
. En 1912, con la llegada del servicio militar universal y obligatorio para el Ejrcito de
dieciocho aos de duracin se hizo necesario trasladar al mbito naval una modernizacin en
este mbito. Exista el criterio general de no mantener la organizacin de pocas lejanas, como
haba venido siendo hasta la paulatina puesta en servicio de la ley anteriormente citada, abordada
finalmente con xito por el ministro Miranda a partir de 1914. No obstante, se mantuvo la
obligacin de embarque para la Inscripcin, aumentando tmidamente la duracin total del servicio
militar a doce aos. Dicho perodo qued dividido en ocho aos de servicio activo primera y
segunda situacin, a partes iguales y cuatro en reserva, lo que no cambi sensiblemente en

46
Ley de reclutamiento y reemplazo del personal de tripulacin de los buques de la Armada, 17 de agosto de 1885,
GM, n. 232. En 1903, cuando haban terminado las hostilidades de finales del siglo anterior, haba en Espaa tan slo
5.284 inscritos en edad militar 1.053 en Cdiz, 3.097 en Ferrol y 1.134 en Cartagena, de los cuales algo ms del
15 por ciento fueron llamados a embarcar ese ao (real decreto determinando el nmero de individuos de la
Inscripcin Martima que podrn ser llamados al servicio activo durante el ao 1904, 20 de diciembre de 1903, GM,
n. 356).
47
Ley reformando los institutos, organismos y servicios de la Marina, y la creacin, dentro de los recursos disponibles,
de nuevos elementos de fuerzas que son materia de la presente ley, 7 de enero de 1908, GM, n. 8; y Vega Blasco
(2008), pg. 37.
374 El reservismo militar en Espaa

sucesivas disposiciones. A diferencia del Ejrcito, no existieron marineros de cuota, dado que las
reducciones del tiempo de servicio activo que no estaban garantizadas de antemano estaban
dirigidas a los que acreditaran determinada instruccin, sin tener que pagar una cantidad
48
. Se
estima que, en 1923 y durante el perodo que medi hasta el fin de la monarqua de Alfonso
XIII, este sistema permiti que la Armada tuviera alrededor de 13.000 marineros de
reemplazo
49
.
El reclutamiento de la marinera tampoco pas desapercibido para los reformadores militares
de la Segunda Repblica, aunque la ancestral esencia de la Matrcula de Mar permaneci
inalterada y los barcos de guerra fueron llenndose, preferentemente, de pescadores y de
navegantes: La inscripcin martima es la base del alistamiento de la marinera para el servicio de
la Armada. La novedad ms significativa de la ley de reclutamiento de marinera de 1933 fue la
reduccin del tiempo en servicio activo a dos aos como mximo quince meses sobre las
armas, a cambio de una permanencia en la reserva de diecisiete aos
50
. Era la ltima vez que se
regulaba el reclutamiento en la Armada de forma independiente, mantenindose esta disposicin
hasta la ley del servicio militar de 1968 la primera en integrar a los dos Ejrcitos y a la Armada
en relacin a esta materia. La nica modificacin esencial sufrida durante su extenso perodo de
vigencia fue considerar, a partir de 1941, todo el tiempo de servicio activo como de servicio sobre
las armas, es decir, que los marineros deban permanecer embarcados dos aos completos
51
.
La ley del servicio militar de 1968 ampli el concepto de Inscripcin Martima, estableciendo
que los efectivos de la Armada procedieran del voluntariado y de los inscritos en la Matrcula
Naval Militar, un extenso colectivo de personal vinculado con la mar a quines se les
comprobaba su efectiva inscripcin en cada paso administrativo que daban, cuya composicin
era la siguiente:

Miembros de la Marina de Guerra, incluyendo sus organismos centralizados o
autnomos, as como el personal contratado para su servicio.

48
Real decreto autorizando al ministro de este departamento para presentar a las Cortes un proyecto de ley de bases, a
la que ha de sujetarse la de reclutamiento y reemplazo de la marinera de la Armada, 23 de octubre de 1912, GM, n.
301; real decreto autorizando al ministro de este departamento para presentar a las Cortes un proyecto de ley de bases,
a la que ha de sujetarse la de reclutamiento y reemplazo de la marinera de la Armada, 29 de abril de 1914, GM, n.
122; y ley de bases para la de reclutamiento y reemplazo de las tripulaciones de los buques de la Armada y
organizacin de reservas navales, 3 de marzo de 1915, GM, n. 70.
49
Rico Snchez (2012), pg. 407.
50
La ley de bases y su articulado definitivo vieron la luz en legislaturas distintas a pesar de su proximidad temporal,
una en el Bienio Reformista y la otra en el Bienio Radical-Cedista (ley disponiendo que el ministro de este
departamento publique un nuevo texto de la ley de reclutamiento y reemplazo de la marinera de la Armada, con
arreglo a las bases que se insertan, 26 de agosto de 1933, GM, n. 243; y decreto aprobando como ley de la Repblica
la de reclutamiento y reemplazo de la marinera de la Armada, que se publica, 14 de diciembre de 1933, GM, n. 353).
51
Ley por la que se modifica la de reclutamiento y reemplazo de la Marina, 24 de febrero de 1941, BOE, n. 63.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
375


Titulados de la Marina Mercante, de la Marina de Pesca y de las escuelas tcnicas
navales, tanto superiores como de grado medio.
Estudiantes de Nutica, de Pesca y de Ingeniera Naval, tanto superior como de grado
medio.
Aqullos que, sin los citados ttulos, perteneciesen a la Marina Mercante o a la de
Pesca nacional o extranjera, o se dedicasen a actividades martimas a flote.
Capitanes o patrones de yate.
Buzos titulados o que fuesen buceadores civiles.
Todo el personal, incluidos los aprendices, que trabajase en astilleros, compaas de
navegacin, agencias martimas, servicios portuarios y juntas de puertos.
dem, que trabajase en empresas que hubiesen sido declaradas movilizables por la
Armada
52
.

Si bien las leyes del servicio militar de 1984 y de 1991 dejaron de incluir cualquier
vinculacin de la Inscripcin Martima y de la Matrcula Naval Militar con el reclutamiento de la
Armada, la pertenencia a las mismas continu constando en las hojas de registro de las filiaciones
de los mozos. Eso debi de influir durante algn tiempo ms en el modo en que se asign el
personal de reemplazo a las unidades de la Marina
53
.
Se podra concluir que, durante el siglo XVIII y hasta su extincin en 1873, la Matrcula de
Mar constituy una reserva militar debido al cumplimiento ntegro del paradigma de la figura n. 1,
dado que constituy una organizacin sin carcter poltico, sometida a fuero militar, estructurada
en unidades militares cuyos integrantes podan pasar de civiles a combatientes sin ms que
cambiarles su condicin jurdica, y viceversa, de la misma manera que lo fue la Milicia Provincial.
En cambio, la Inscripcin Martima y su postrer sucesora, la Matrcula Naval Militar, no eran
reservas aunque lo pareciesen. Se trataba en realidad de medios de alistamientos de donde,
obviamente, se obtenan los marineros y, posteriormente, los reservistas. Considerar reserva a la
Inscripcin Martima sera lo mismo que hacerlo con el censo provincial de habitantes.




52
Ley 55/1968 general del servicio militar, 27 de julio de 1968, BOE, n. 181; y decreto 3087/1969 por el que se
aprueba el reglamento de la ley general del servicio militar, 6 de noviembre de 1969, Boletn Oficial del Estado
(1973), pgs. 65-526
53
Ley 19/1984 del servicio militar, 8 de junio de 1984, BOE, n. 140; y ley orgnica 13/1991 del servicio militar, 20
de diciembre de 1991, BOE, n. 305.
376 El reservismo militar en Espaa

2. OFICIALES MOVILIZABLES DE LA ARMADA: RESERVA NAVAL

Se podra afirmar que, incluso antes de la existencia de fuerzas especficas destinadas a
combatir en el medio marino, los recursos de la Marina Mercante o de la de Pesca haban venido
siendo profusamente utilizados con fines blicos, ya fuera mediante el uso militar de buques
civiles transporte de material o de personas, artillado de esos mismos barcos cruceros
auxiliares, o cualquier otra embarcacin empleada para ejercer el corso o, ms recientemente, a
travs de la cesin de personal facultativo para cubrir algunas vacantes de oficial. Se puede poner
un ejemplo: hasta 1846 el conocimiento de la situacin de la nave y la determinacin del rumbo
fue responsabilidad del Cuerpo de Pilotos de la Armada espaola; no obstante, en algunos buques
de transporte y guardacostas dichas tareas fueron oficialmente asignadas a pilotos civiles
contratados por los capitanes generales de los departamentos martimos o de los apostaderos
54
.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, las disposiciones de la Marina reconocan a menudo
la presencia de estos pilotos civiles, llamados particulares, los cuales llegaron a vestir un
uniforme especfico. Asimismo, pudieron disfrutar de grados militares honorficos y tuvieron la
posibilidad de alcanzar un empleo efectivo, una vez superadas unas condiciones mnimas
55
.
En cualquier caso, no debe pensarse que estos oficiales tuvieran una presencia muy numerosa
en la Marina. En 1886, haba 95 de ellos entre capitanes y pilotos prestando servicio, a
quienes se les daba la opcin de ingresar con carcter permanente bajo el nombre de graduados.
En 1909, slo una veintena de oficiales graduados con los empleos de teniente de navo, alfrez
de navo y alfrez de fragata procedan del mundo civil, llevando el ms antiguo unos treinta
aos en la Armada. En ese ao, la prctica totalidad de ellos ingres en la recin creada Escala de
Tierra del Cuerpo General y permanecieron en ella hasta que sta se extingui
56
.

2.1. La Reserva Naval entreguerras (1915-1946)

Tras el Desastre de 1898, la situacin de la Armada es calificada por Vega Blasco como
catastrfica. Casi sin asignaciones para carbn, los barcos de cierta entidad Pelayo, Carlos

54
Real decreto extinguiendo el Cuerpo de Pilotos de la Armada Nacional, determinando el destino que ha de darse
los existentes y el modo de cubrir el servicio que hasta ahora han prestado, 23 de octubre de 1846, GM, n. 4.424.
55
Precisamente, el da en que tom posesin O'Donnell como presidente del Consejo de Ministros por vez primera,
firm la prohibicin de que los marinos mercantes con servicio en la Marina ostentasen grados militares, como haba
sido tolerado por Narvez e incluso por los gobernantes anteriores (real decreto prohibiendo la concesin de grados y
honores a individuos que no pertenezcan a los cuerpos militares administrativo y judicial de la Armada, 14 de julio de
1856, GM, n. 1.305). Blanca Carlier (1973), pg. 210.
56
Blanca Carlier (1973), pg. 210.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
377


V apenas reciban mantenimiento, mientras se esperaba la entrega de algunos cruceros
aprobados por el Plan Rodrguez Arias de 1887. En lo que concierne al resto de unidades navales
de menor porte caoneros, torpederos, etc., stas slo podan desempear labores de
guardacostas. Determinado Maura a reconstruir el poder espaol en la mar, su ministro de Marina
consigui sacar adelante la ley Ferrndiz de 1904 aunque sus reformas no fueron finalmente
aprobadas debido a la cada del gobierno y a importantes limitaciones econmicas y la ley
Maura-Ferrndiz de 1908, siendo esta ltima la que dio los primeros pasos para la regeneracin
naval espaola
57
.
En una poca en que la construccin de buques por parte de todas las potencias del mundo se
describira como febril, segn Alpert, Jos Canalejas en una de sus facetas de reformista
militar intent en 1912 dotar a la Marina de una fuerza naval respetable, mxime cuando ya se
senta la proximidad del conflicto mundial. Independientemente del papel que se decidiera jugar en
l, se quiso que Espaa no quedara demasiado retrasada con respecto a las dems naciones y que
fuera capaz de apoyar su propia poltica exterior. Desafortunadamente, su asesinato impidi
finalmente materializar una gran parte de esos planes. A pesar de ello, s que hubo ocasin de
actualizar el reclutamiento de la marinera, como se vio con anterioridad
58
.
Tras el parntesis de Romanones, el almirante Miranda, ministro de Marina del gobierno de
Eduardo Dato, quiso continuar la obra de Ferrndiz e impuls, en primera instancia, la
construccin del crucero Reina Victoria Eugenia y, con una mayor perspectiva, el proyecto
plasmado en la ley de su propio nombre, que fue promulgada en 1915 y que constituy un hito
muy significativo en la historia naval espaola
59
.



57
Vega Blasco (2008), pgs. 86 y 104. La ley de 1908 proyect, entre reformas de bases navales y cambios
organizativos, la construccin de tres acorazados de la clase Espaa, tres destructores de la clase Bustamante,
pudiendo ser cambiados stos por tres submarinos sustitucin que no fue aprobada y 21 torpederos (ley
reformando los institutos, organismos y servicios de la Marina, y la creacin, dentro de los recursos disponibles, de
nuevos elementos de fuerzas que son materia de la presente ley, 7 de enero de 1908, GM, n. 8).
58
Canalejas quiso, entre otros y tras el fallido intento de la ley Maura-Ferrndiz, incorporar seis submarinos a la flota,
Antn Viscosillas (2006), pg. 424. En los aos anteriores a 1914, Reino Unido invirti el 20 por ciento de su
presupuesto en la Marina de Guerra, Alpert (2008), pg. 4.
59
Ley autorizando al ministro de este departamento para concertar con la Sociedad Espaola de Construccin Naval
para sacar a concurso o emprender por administracin la construccin de un crucero de unas cinco seis mil
toneladas, 30 de julio de 1914, GM, n. 214; y ley autorizando al Gobierno para la continuacin de las construcciones
navales y habilitacin de los puertos militares, 17 de febrero de 1915, GM, n. 49. La ley Miranda de 1915 plane la
fabricacin, entre otros buques menores, de cuatro cruceros rpidos, seis cazatorpederos, 28 submarinos era la
primera vez que se alistaban estos buques en la historia naval espaola, tres caoneros y 18 guardacostas. Adems,
exhortaba a la terminacin de las obras pendientes de la ley Maura-Ferrndiz de 1908, reorganizaba la Armada,
modernizaba los arsenales y creaba nuevas bases navales secundarias La Graa, Mahn, Marn, Ros y
Villagarca. Finalmente, se construyeron cuatro cruceros aparte del aprobado por la ley de 1914, seis
destructores cazatorpederos, tres caoneros, 18 guardacostas y 16 submarinos, Antn Viscosillas (2006), pg. 426.
378 El reservismo militar en Espaa

2.1.1. Creacin del primer cuerpo de oficiales movilizables de la Armada

Obviamente, "el programa naval ms ambicioso de la Restauracin" la ley Miranda, ya
mencionada, que acabara con la construccin de cerca de 50 nuevos buques de diverso porte
deba prestar atencin tanto al reemplazo de marineros como a la organizacin derivada del
crecimiento de unidades navales o, en su caso, para cubrir bajas en los empleos de marinera y de
oficial
60
. En 1905, Estados Unidos ya haba decidido crear una reserva naval con los oficiales de la
Marina Mercante, con los marineros y con los pescadores de altura que lo deseasen. En 1911,
Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia y otras potencias navales ya posean una reserva de estas
caractersticas, cuyos efectivos participaban en maniobras cuando se encontraban en estado
sedentario
61
.
En este sentido, cuando haba transcurrido un ao desde la primera huelga general seria de la
Marina Mercante que hubo en el siglo XX, y slo un mes desde la promulgacin de la ley Miranda,
Alfonso XIII sancionaba una ley de bases de reclutamiento de la Marina que propona, entre otros
objetivos, el siguiente: cubrir el servicio de tripulaciones y los dems de la Armada, segn las
necesidades de sta en paz y en guerra, constituyendo adems reservas que permitan elevar sus
efectivos. Fueron las bases 11. y 12. de dicha ley las que crearon, respectivamente, una Reserva
de Oficiales y Maquinistas Navales en adelante Reserva Naval, y una Reserva de
Buques
62
.
Su articulado vio la luz muy poco antes de que finalizara el ao 1915, aunque el preceptivo
reglamento se hizo esperar casi ocho aos. Ambas disposiciones configuraron una reserva formada
por capitanes y maquinistas de la Marina Mercante en la que se ingresaba voluntariamente, una
vez acreditado el cumplimiento de los siguientes requisitos:

60
Antn Viscosillas (2006), pg. 425.
61
N., A. (1905, 28 de febrero), Proteccin a la Marina Mercante, Vida Martima, pg. 108; y M., M. (1911, 16 de
junio), Reservas navales, Diario Oficial de Avisos de Madrid, pg. 2.
62
La Reserva de Buques consista en que los barcos de las compaas que explotaban una concesin administrativa
quedaban a disposicin del gobierno en caso de guerra, preparacin para ella, alteracin del orden pblico o
cualquiera otra circunstancia que [...] deba reputarse como extraordinaria. El capitn y el primer maquinista ms
caracterizado deban ser oficiales de la Reserva Naval y un tercio de la tripulacin tena que haber hecho el servicio
militar en la Marina de Guerra (ley de bases para la de reclutamiento y reemplazo de las tripulaciones de los buques
de la Armada y organizacin de reservas navales, 3 de marzo de 1915, GM, n. 70; real decreto aprobando el proyecto
de articulado redactado con arreglo a las bases de la ley de 3 de Marzo de 1915, para el reclutamiento y reemplazo de
las tripulaciones de los buques de la Armada y organizacin de reservas navales, y disponiendo que el referido
proyecto se promulgue como ley, 19 de noviembre de 1915, GM, n. 328; y real decreto aprobando el reglamento para
la aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo de la marinera de la Armada y de organizacin de reservas
navales, 25 de abril de 1923, GM, n. 130). Esta obligacin de ceder buques civiles para fines blicos se haba hecho
particularmente necesaria en Espaa tras la abolicin de la figura de la patente de corso en 1888, vid Cardona
Escandel (2012), pgs. 7-15. Para mayor abundamiento en la huelga de la Marina Mercante de 1914, vid Zamora
Terrs (1996), pgs. 165-204.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
379


Poseer la titulacin oficial de Capitn o de Primer Maquinista de la Marina Mercante.
No exceder los cuarenta aos de edad.
Para los capitanes, haber mandado un buque de vapor de ms de mil toneladas netas o
uno de vela de gran cabotaje o altura, durante ms de 300 navegaciones. En su
defecto, haber estado embarcado como primer oficial de esas mismas embarcaciones
durante seis aos despus de haber obtenido el ttulo de capitn.
Para los maquinistas, haber navegado dos aos a cargo de las mquinas de un buque
de ms de mil toneladas netas o, en su defecto, seis como subalterno tras haber
obtenido el ttulo de Primer Maquinista.
Demostrar buena conducta y no haber sido procesado ni tener antecedentes penales.
No contar con ninguna de las inutilidades fsicas del cuadro de exenciones.
Aprobar un examen terico sobre ordenanzas, reglamento y leyes penales y de
enjuiciamiento de la Armada, a celebrar en la Comandancia de Marina
63
.

Los oficiales de la Reserva Naval ejercan libremente su profesin civil con el nico
compromiso de estar disponibles para acudir a la llamada del Ministerio de Marina si se daba una
situacin excepcional, adquiriendo en ese momento la condicin militar. El servicio requerido por
la Armada poda prestarse tanto en buques de guerra como en mercantes, siendo retribuidos por su
propio armador en esta segunda situacin.
A cambio, se les conceda un empleo militar especfico oficial segundo, que era equivalente
a alfrez de navo, y se les permita ascender al inmediato superior oficial primero, con
consideracin de teniente de navo tras diez aos de antigedad o haber contrado mritos
excepcionales. Habida cuenta de que este empleo era el mximo alcanzable y que, en el Ejrcito,
su grado equivalente era el de capitn, se puede concluir que la carrera militar que se haba
concebido para esta oficialidad de reserva era comparable a la de los miembros de la Escala de
Complemento del Ejrcito, siendo tratados al igual que stos como los ms modernos dentro
de su empleo.
Para poderlos diferenciar se incorporaron algunos elementos al uniforme de la Marina, siendo
quiz el ms caracterstico de ellos la sustitucin de la coca de las divisas por dos anclas cruzadas.

63
Real decreto aprobando el reglamento para la aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo de la marinera de la
Armada y de organizacin de reservas navales, 25 de abril de 1923, GM, n. 130. El temario del mencionado examen
terico fue regulado a mediados de 1919 (real orden circular disponiendo se publiquen en este peridico oficial los
programas de los estudios necesarios para los oficiales de la Marina Mercante a quienes se conceda ingreso en la
Reserva Naval, con arreglo a la ley aprobada por real decreto de 19 de Diciembre de 1917, 26 de junio de 1919, GM,
n. 186).
380 El reservismo militar en Espaa

Como se comprender, era obligatorio que vistieran las prendas reglamentarias cuando prestaban
servicio en la Armada, pero tambin cuando desempeaban su trabajo civil de capitn o de primer
maquinista ms caracterizado en barcos que perteneciesen a la Reserva de Buques, ya citada.
Cuando se les llamaba para el servicio activo eran retribuidos como si fueran oficiales
permanentes del mismo empleo y, tras acreditar el embarque en buques de guerra durante ms de
veinte aos y cumplir los sesenta de edad, tenan derecho a la mxima pensin de retiro. Por otro
lado, cuando cesaban en el servicio efectivo eran acreedores de un subsidio hasta que pudiesen
encontrar trabajo en un nuevo barco mercante.
Como ya vena siendo habitual en todas las reservas del siglo XX, estos oficiales slo se
encontraban sometidos a fuero militar cuando se encontraban en activo. De esa manera, aparte del
uso del uniforme, el otro privilegio significativo era el derecho preferente para obtener vacantes de
funcionario civil en el Ministerio de Marina
64
.

2.1.2. Afirmacin del mantenimiento de una reserva de oficiales

Igual que despus de la Primera Guerra Carlista le fueron retiradas al Ejrcito sus funciones
de orden pblico y de vigilancia de fronteras que fueron respectivamente asumidas por la
Guardia Civil y por el Cuerpo de Carabineros, ambos de nueva creacin, la llegada de la
Segunda Repblica vino acompaada de la intencin de liberar a la Armada de las
responsabilidades ajenas a las puramente defensivas. En esa lnea, enmarcada en la estrategia
republicana de reducir la intervencin militar en la Administracin, el 30 de agosto de 1932 se
public el reglamento del nuevo Cuerpo General de Servicios Martimos que, de carcter civil y
dividido en las secciones de Pesca y Navegacin, se hizo cargo de las funciones no militares de
aqulla, es decir, de las tareas relacionadas con la Marina Mercante, la pesca y las industrias
vinculadas con la mar. Por tanto, las capitanas generales martimas se convirtieron en bases
navales con autoridad limitada a su puerto, al arsenal y a las instalaciones navales en tierra. No
habra de pasar mucho tiempo para la vuelta a la situacin anterior: bajo la justificacin de que su
creacin haba sido influenciada por un acusado matiz poltico, el Cuerpo General de Servicios
Martimos fue disuelto tan slo un mes despus del final de la Guerra Civil
65
.

64
Real decreto aprobando el reglamento para la aplicacin de la ley de reclutamiento y reemplazo de la marinera de la
Armada y de organizacin de reservas navales, 25 de abril de 1923, GM, n. 130.
65
Decreto aprobando el reglamento provisional, que se inserta, del Cuerpo General de Servicios Martimos, 30 de
agosto de 1932, GM, n. 247; y ley sobre la organizacin y servicios de la Marina Mercante y pesca martima, 8 de
mayo de 1939, BOE, n. 135. Aunque toda la reorganizacin de los Cuerpos de la Armada estuvo basada en un estudio
realizado en la Escuela de Guerra Naval, muchos vieron en los cambios implantados incluida la creacin del Cuerpo
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
381


Algunos autores, como Blanca Carlier y Maestro, piensan que la creacin del mencionado
cuerpo civil supuso el final de la Reserva Naval en su primera poca. Es cierto que las primeras
convocatorias de plazas para cubrir las vacantes del recin creado cuerpo otorgaban prioridad a
estos oficiales que se encontraran en activo, pero eso no supona su disolucin. Tampoco se puede
entender como tal la reforma del reclutamiento de la Armada, que tuvo lugar al principio del
Bienio Radical-Cedista. Debe tenerse en cuenta que, aunque en comparacin con su homloga de
1915, la ley de 1933 no mantuvo en su estructura el captulo dedicado a la Reserva Naval, su
artculo 1. reflej claramente la voluntad de legislar en el futuro sobre la organizacin de las
reservas navales. As, el colectivo de oficiales movilizables qued durante estos aos en estado
latente, sin nuevas incorporaciones hasta mejor ocasin. Lamentablemente, como le sucedi a la
Escala de Complemento, la nueva Reserva Naval prevista en la ley de reclutamiento de 1933
qued en el tintero de las reformas militares republicanas
66
.
Estallada la guerra y decididos tanto nacionales como republicanos a no extender la
oficialidad provisional a la Marina, la mayor evidencia de que haba seguido viva durante la
Segunda Repblica la constituyen las disposiciones que ambos bandos, llegadas las hostilidades,
dictaron para movilizar a estos reservistas o para reorganizarla, entendiendo que, en esos das, el
ingreso en ella conllevaba la movilizacin inmediata. Por ejemplo, en agosto de 1936, el gobierno
republicano incorporaba a la Reserva Naval a todos los maquinistas navales que perteneciesen a la
Direccin General de la Marina Mercante
67
.
En el lado opuesto, la primera vez que el bando nacional se incaut de un buen nmero de
barcos mercantes, con el propsito de crear la fuerza de cruceros-auxiliares y la flotilla de bous
armados, fue consciente de la necesidad de reorganizarla rpidamente, mxime cuando era
inminente la entrada en servicio del crucero Baleares. En tan slo seis semanas estuvo disponible
la nueva organizacin y, con ello, se facilit que dichos buques artillados salieran a cumplir sus
misiones lo antes posible. En este caso se mantuvo la voluntariedad, aunque se abri el colectivo a
un mayor nmero de profesiones de la Marina Mercante, aadiendo algunos empleos ms de
inferior jerarqua. A modo de incentivo, adems de los beneficios concedidos por la

General de Servicios Martimos un deseo de reducir el prestigio del estamento de la Marina, Alpert (2008), pgs. 23
y 25.
66
Blanca Carlier (1973), pg. 210; Maestro (2010), pg. 9; decreto aprobando el reglamento provisional, que se
inserta, del Cuerpo General de Servicios Martimos, 30 de agosto de 1932, GM, n. 247; y decreto aprobando como ley
de la Repblica la de reclutamiento y reemplazo de la marinera de la Armada, que se publica, 14 de diciembre de
1933, GM, n. 353. Muy pronto, el Ministerio de Marina republicano concibi un plan para la defensa de las Baleares
y de los derechos espaoles en el litoral norteafricano. Dicho plan, truncado por la Guerra Civil, consista en
desarrollar y potenciar la aeronutica naval en todas sus modalidades patrulla martima, bombardeo, torpedeo y
caza, las fuerzas navales de vigilancia y la guerra submarina, Alpert (2008), pg. 26.
67
Orden disponiendo que los maquinistas navales que pertenecen a la Direccin General de la Marina Mercante sean
incorporados a la Reserva Naval de la Marina de Guerra, 1 de agosto de 1936, GM, n. 219.
382 El reservismo militar en Espaa

reglamentacin de 1915, se les ofrecieron mayores facilidades para ascender, mejores condiciones
de jubilacin y el derecho de posesin de armas. Es preciso indicar que otras incorporaciones a la
Armada nacional procedieron de los oficiales supernumerarios y de los separados del servicio
activo en 1931
68
.
La Repblica haba comenzado la guerra en posesin de la mayora de los buques de la flota.
Sin embargo, en materia naval, sufri una permanente carencia de oficiales experimentados. Dice
Alpert que, adems de no contar con el nmero necesario de mandos, los existentes no eran de fiar
o, si lo eran, no se confiaba en ellos
69
. Por ejemplo, en 1938 se necesitaban 155 oficiales para
mantener operativa la flota republicana, cuando slo 106 estaban disponibles. En esas difciles
circunstancias, el jefe de la Flota el capitn de corbeta Miguel Buiza inst el 20 de noviembre
de 1936 al flamante ministro de Marina y Aire del gobierno de Largo Caballero Indalecio
Prieto el ingreso en la Reserva Naval de los capitanes y los pilotos que ya estaban integrados, de
manera informal, en las tripulaciones de la Armada gubernamental
70
.
El Gobierno, por miedo a alterar el estamento naval, no atendi a las demandas de Buiza y
esper a marzo de 1937 para regularizar esta situacin, cuando la participacin alemana e italiana
en la guerra comenzaba a ser intensa la Batalla de Guadalajara se libraba ya el 8 de marzo y
los hidroaviones de la Legin Cndor haban hundido dos mercantes republicanos en lo que iba de
ao de los 44 barcos gubernamentales que llegaron a dejar fuera de combate. En ese nuevo
escenario, se quiso dar un incentivo adicional a unos civiles que, al fin y al cabo, eran oficiales de
derrota en zona de combate e incluso haban sufrido algunas bajas. As, los capitanes y oficiales de

68
Decreto disponiendo la incautacin de buques de la Marina Mercante, 1 de noviembre de 1936, BOE, n. 18. Los
nuevos empleos de la Reserva Naval nacional fueron sargento, brigada y oficial tercero alfrez , decreto creando
la Reserva Naval con arreglo a las condiciones con arreglo a las condiciones que se establecen, 11 de diciembre de
1936, BOE, n. 58; orden dictando reglas para aplicacin del decreto que crea la Reserva Naval, 18 de diciembre de
1936, BOE, n. 61; Maestro (2010), pg. 9; y Alpert (2008), pg. 139. La edad mxima de ingreso se modific antes de
que pasaran unos pocos meses, quedando en cincuenta aos (orden disponiendo la edad lmite para ingreso en la
Reserva Naval, 15 de enero de 1937, BOE, n. 89). A lo largo de la guerra, particularmente en el bando nacional, las
condiciones de ingreso se fueron modificando para admitir cada vez ms profesionales de la Marina Mercante. Tras la
contienda, comenzada el 25 de mayo de 1939 la devolucin de los barcos incautados, el Ministerio de Marina se
apresur a restringir las condiciones ventajosas de ascenso, obligando a disponer del ttulo de Capitn o de Primer
Maquinista Naval para ser oficial primero u oficial segundo, como suceda en la reglamentacin de 1915. Asimismo,
de cara a los cuatro aos preceptivos para ascender al empleo inmediato superior slo se comput el tiempo servido en
barcos de guerra, contando como doble el perodo embarcado durante la guerra (decreto sobre devolucin a sus
armadores de los buques requisados por la Marina de Guerra, 25 de mayo de 1939, BOE, n. 147; y decreto sealando
condiciones para ascenso en la Reserva Naval, 16 de agosto de 1939, BOE, n. 234). Sobre la incautacin de barcos
mercantes por parte del bando nacional, vid Blanca Carlier (1975).
69
A modo de ejemplo, el 23 de diciembre de 1936 se asign el mando de varios caoneros, guardacostas, torpederos y
pesqueros requisados a varias personas, de las que slo uno era oficial del Cuerpo General y de los otros cuerpos
patentados. Los dems eran del Cuerpo de Auxiliares y un guardiamarina. En 1936, el empleo ms alto de los oficiales
del bando gubernamental con posibilidad de mando de buques de guerra era el de capitn de navo, aunque el nico
existente desempeaba un puesto burocrtico. De seis capitanes de fragata, slo dos eran comandantes de un barco de
guerra. Tampoco haba oficiales diplomados en Estado Mayor, Alpert (2008), pgs. 65 y 70.
70
Ibdem, pgs. 133 y 134.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
383


la Marina Mercante que voluntariamente quisieron, pasaron a engrosar la Reserva Naval
republicana, segn un reglamento que se hizo esperar casi un ao. Como haba hecho la Marina
nacional, esta ltima disposicin permiti el ingreso de algunos oficios de rango inferior a los
acostumbrados, como el de patrn de cabotaje, el de segundo maquinista o el de fogonero
71
.
A modo de cuantificacin que nos d una idea del peso de este colectivo en la guerra, Maestro
estima que, casi a su trmino, el bando nacional contaba con unos 300 de estos oficiales, frente a
los 163 que contena el escalafn homnimo de la parte republicana. Por su parte, excluyendo los
oficiales primeros y segundos de los cuerpos auxiliares, Alpert cifra en 110 el nmero de oficiales
procedentes de la Marina Mercante que, en 1938, se encontraban sirviendo a la Repblica, lo que
demuestra que ambas armadas fueron capaces de cubrir sus necesidades con personal de
procedencia civil
72
.

2.2. Reserva Naval y Escala de Complemento (1946-1991)

Llegado el final de la Guerra Civil, la Armada se concentr muy pronto en la recuperacin del
material utilizado durante el conflicto, que estaba manifiestamente obsoleto y que apenas poda
salir a navegar por la escasez de combustible. Adems, se debi abordar el desarmado de los
cruceros auxiliares y de los bous de ambos bandos. La nueva Marina de Guerra que se estaba
proyectando calificada de fantstica por Blanco Nez y que no se materializ en sus justos
trminos por culpa de la Segunda Guerra Mundial comenz por un plan de construcciones
navales merced al cual, a lo largo de los aos cuarenta, fueron alistados cinco remolcadores de
rada, ocho fragatas de la serie Pizarro, catorce dragaminas de diseo alemn modelo
Minensuchboote, nueve destructores de la serie Audaz, nueve de la serie Oquendo y dos de los tres
submarinos de la serie D
73
.


71
O'Donnel Torroba (1993), pgs. 67 y 82; decreto dando opcin para ingresar en la Marina de Guerra, previas las
condiciones que se establecen a los capitanes y oficiales de la Marina Mercante, 13 de marzo de 1937, GM, n. 73; y
orden aprobando el reglamento que se inserta para ingreso y escalafonamiento en la Reserva Naval del personal de la
Marina Mercante, 1 de abril de 1938, GM, n. 100. En marzo de 1937 fueron admitidos 111 oficiales y 19 maquinistas,
Alpert (2008), pg. 133.
72
Maestro (2010), pg. 10. De hecho, recin acabada la guerra, la plantilla de oficiales de la Reserva Naval movilizada
era de 135 personas (decreto sobre previsiones de personal en los distintos cuerpos de la Armada, 27 de octubre de
1939, BOE, n. 300). Los oficiales navales republicanos que procedan de la Marina Mercante y que servan en el
Cuerpo General eran el resultado de sumar 30 capitanes de corbeta, 46 tenientes de navo y 34 alfreces de navo,
Alpert (2008), pg. 134.
73
En estos aos se repararon y modificaron en Ferrol los tres cruceros Libertad antes Prncipe Alfonso y luego
Galicia, Mndez Nez y Miguel de Cervantes entregados por la Repblica en Bizerta. Los destructores Almirante
Antequera, Almirante Miranda, Almirante Valds, Escao, Jorge Juan, Lepanto, Gravina y Ulloa, procedentes
tambin de la flota republicana, fueron reparados en Cartagena y Ferrol, donde se coloc una nueva direccin de tiro al
crucero Canarias y se entubaron las calderas del crucero Almirante Cervera, Blanco Nez (2010), pgs. 98-106.
384 El reservismo militar en Espaa

2.2.1. Primera gran reorganizacin de la Reserva Naval

En esas circunstancias, dado el personal necesario para mantener operativos estos barcos y sin
saber muy bien si el pas volvera a entrar en guerra, haba que hacer algo para mantener su
atractivo. Por ello, se dio derecho preferente a sus miembros para obtener plazas de prctico de
puerto, entre otras facilidades. Al mismo tiempo se formaliz el deseo de que la formacin de los
nuevos marinos civiles fuera tutelada por el Ministerio de Marina, al constituir la Marina
Mercante la reserva natural de la de guerra, aprovechando para declarar que la Reserva Naval
habra de sufrir una reorganizacin
74
.
Tras la guerra, el primer cambio significativo en cuanto a los reservistas de la Armada se
produjo en julio de 1942. Con la creacin de la Escala de Complemento en dicho ejrcito se
permita a las personas del mbito universitario, que no eran profesionales de la Marina Mercante,
alcanzar algunos empleos de oficial y de suboficial en reserva. Como se vio en su momento, los
interesados se inscriban en la Milicia Naval Universitaria y realizaban su servicio militar por
medio de la Instruccin Prenaval Superior, quedando luego encuadrados en la Escala de
Complemento de la Armada. De este modo, se podan cubrir con reservistas muchos puestos afines
al mundo civil que no tenan que ver con la navegacin, el mantenimiento y la intendencia naval.
No obstante, en la ambicin de poder contar con cientos de profesionales bien adiestrados en las
mencionadas materias, en caso de movilizacin, no se quiso renunciar a potenciar la Reserva
Naval, si bien la anunciada reforma hubo de esperar varios aos y, entretanto, se mantuvo la
absoluta segregacin de la Escala de Complemento
75
.
En 1946, una vez confirmado el nuevo escenario estratgico mundial, se le quiso ms
empaque que el que haba tenido desde su creacin. Manteniendo privilegios anteriores, como la
licencia de armas, la identificacin militar, la opcin de ser prctico de puerto y la ocupacin de
vacantes especficas en la Armada, se ofreci una carrera militar ms larga con ascensos
fcilmente alcanzables para los marinos que permanecieran en la profesin un capitn de la
Marina Mercante poda ser capitn de corbeta en slo doce aos y la posibilidad de obtener el
empleo inmediato superior con carcter honorario al retirarse por edad. Como contrapartida, se
ingresaba como suboficial salvo los que tuvieran el ttulo de Piloto tras una formacin

74
Ley por la que se crea la Subsecretara de la Marina Mercante, 19 de febrero de 1942, BOE, n. 66.
75
Decreto por el que se crean las Escalas de Complemento en los Cuerpos Patentados y en el de Suboficiales de la
Armada, 22 de julio de 1942, BOE, n. 218.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
385


distribuida durante los veranos, de forma similar a lo establecido para la Milicia Naval
Universitaria. En la tabla n. 22 se resumen los requisitos de ingreso y los empleos alcanzables
76
.

Servicio
Requisitos de ingreso
(formacin y experiencia)
Empleo inicial
Mximo empleo
alcanzable
Puente y
Maniobra
- Piloto
- Tres aos de antigedad
- 400 das embarcado
Alfrez de navo
R. N.
Capitn de fragata
R. N.
- Patrn de cabotaje y pesca
- Cinco aos de antigedad
para patrones de 1. u ocho
aos de antigedad para
patrones de 2.
Contramaestre
mayor
R. N.
Mquinas
- Segundo maquinista naval
- Dos aos de antigedad
- 200 das embarcado
Mecnico mayor
R. N.
Comandante de
mquinas
R. N.
Radiotelegrficos
- Radiotelegrafista naval de 2.
- Cinco aos de antigedad y
embarque
Radiotelegrafista
mayor
R. N.
Teniente de navo
R. N.
Tabla n. 22: Servicios de la Reserva Naval con los requisitos de ingreso y la carrera militar realizable
en cada uno de ellos, segn el decreto de reorganizacin de 1946
77
.

Quedaba as dividida en tres servicios Puente y Maniobra, Mquinas y Radiotelegrficos.
Por otra parte, dentro de la Armada se estableca la llamada Escala de Reserva Naval Activa, cuyas
vacantes en tiempo de paz podan ser ocupadas mediante concurso por los reservistas que as lo
deseasen, situacin que permaneci con algunos cambios hasta ser declarada a extinguir por la ley
de rgimen del personal de las Fuerzas Armadas de 1989.
Aunque los profesionales de la Marina Mercante menores de cuarenta y cinco aos y libres de
obligaciones militares podan ingresar voluntariamente en ella tras dos meses de instruccin,
los estudiantes de las escuelas de Nutica deban optar entre hacer el servicio militar como
marineros o inscribirse en la Reserva Naval para realizar su perodo de formacin durante los
veranos como cabo 1.. Tras cumplir todos los requisitos de la tabla n. 22, superar el tiempo de
servicio reglamentario y haber cumplido los veinticuatro aos, adquiran el empleo inicial. La
pertenencia a la Escala de Complemento les estaba expresamente vedada a los estudiantes de
Nutica
78
.


76
Los miembros de la Reserva Naval Activa no podan ocupar cualquier plaza. Sus vacantes especficas se ubicaban,
con carcter general, en barcos de porte menor caoneros, minadores y patrulleros, en arsenales y en puestos
administrativos (decreto por el que se reorganiza la Reserva Naval, 22 de noviembre de 1946, BOE, n. 339). En 1950
se convocaron nada menos que 126 plazas para ingreso la Reserva Naval (orden por la que se convoca para ingreso en
la Reserva Naval, 9 de febrero de 1950, BOE, n. 44).
77
Decreto por el que se reorganiza la Reserva Naval, 22 de noviembre de 1946, BOE, n. 339.
78
Ibdem; orden por la que se aprueba el reglamento de la Reserva Naval, 23 de febrero de 1949, BOE, n. 77; y ley
17/1989 reguladora del rgimen del personal militar profesional, 19 de julio de 1989, BOE, n. 172.
386 El reservismo militar en Espaa

2.2.2. Convergencia con la Escala de Complemento en el tardofranquismo

Como se vio en su momento, la ley general del servicio militar de 1968 fue la primera
disposicin espaola que integr el reclutamiento de los dos Ejrcitos y la Armada y la que
plante, entre otras cosas, la necesidad de unificar los criterios de ingreso en las tres escalas de
complemento. Adems, en ese ejercicio de integracin mltiple, la Comisin Interministerial para
la reforma de la IPS y sus homlogas naval y area, presidida por el general Gutirrez Mellado,
consider que la Reserva Naval deba compartir algunos elementos de su adiestramiento militar
con la de Complemento de la Armada. De esta manera, el dictamen de dicha comisin aprobado
a finales de 1971 estableci parecidos procesos de instruccin para todos, con la salvedad de que
los alumnos de las escuelas de Nutica ingresaban en la IMERENA Instruccin Militar para la
formacin de oficiales de la Reserva Naval, mientras que el resto de universitarios lo haca en la
IMEC
79
.
A partir de 1971 los aspirantes a ingresar en la IMERENA deban estar cursando el penltimo
ao de la carrera de Nutica y, tras presentar su solicitud, se les conceda un nmero de aos para
terminar sus estudios. Antes de los dos aos inmediatos a la obtencin del ttulo deban cumplir
dieciocho meses de servicio militar ininterrumpido, que inclua un perodo de instruccin de seis
meses como mximo, entre formacin bsica y tcnica, en el que los aspirantes ostentaban el
empleo de alfreces de fragata alumnos o alfreces de mquinas alumnos. Los aprobados pasaban
tres meses embarcados y, a la finalizacin de estas prcticas, eran nombrados alfreces de navo o
tenientes de mquinas, empleos que conservaban hasta completar el tiempo total de servicio
militar
80
.
Mantenida en sus mismos trminos por la ley del servicio militar de 1984, aunque de ms
corta duracin, esta modalidad de servicio militar y de reserva estuvo en vigor hasta 1991. El
nuevo SEFOCUMA no era compatible, por el reducido tiempo en activo y en situacin sedentaria,
con el concepto de Reserva Naval. Los ltimos ingresados en dicha organizacin fueron los doce
alfreces de navo y los ocho tenientes de mquinas que comenzaron su periodo de instruccin el 1
de setiembre de 1990 y que obtuvieron su empleo al ao siguiente
81
.

79
Ley 55/1968 general del servicio militar, 27 de julio de 1968, BOE, n. 181; y decreto 3048/1971 sobre escalas de
complemento de las Fuerzas Armadas, 2 de diciembre de 1971, BOE, n. 304.
80
Blanca Carlier (1973), pg. 221. Ntese que los oficiales de mquinas dejaron de pasar por empleos de suboficial en
1971 (decreto 842/1971 por el que se da nueva redaccin al artculo sexto del decreto de 22 de noviembre de 1946,
sobre reorganizacin de la Reserva Naval, 3 de abril de 1971, BOE, n. 100).
81
Ley 55/1968 general del servicio militar, 27 de julio de 1968, BOE, n. 181; ley orgnica 13/1991 del servicio
militar, 20 de diciembre de 1991, BOE, n. 305; y resolucin de la Subsecretara por la que se publica la relacin de
seleccionados para realizar el perodo de formacin en el Servicio Militar para la formacin de Oficiales de
Complemento de la Armada y Reserva Naval, 21 de mayo de 1990, BOE, n. 142.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
387


Se puede comprobar que la Reserva Naval cumpla plenamente el paradigma de la figura n.
1, constituyendo todo un ejemplo de utilizacin militar de las capacidades existentes en la
sociedad, sin ms que impartir una escasa instruccin castrense a los interesados.

3. DAMAS AUXILIARES DE SANIDAD MILITAR

Al comienzo de la Guerra Civil espaola, se encontraban bajo control de los sublevados 16
hospitales de titularidad militar. Ese mismo ao, el nmero aument a 152, si bien el crecimiento
de los heridos y la expansin del rea controlada por el general Franco llev a que nuevas
instalaciones hospitalarias se fueran incorporando a la sanidad nacional, hasta llegar a los 309 que
prestaban servicio cuando se emiti el ltimo parte de guerra. La mayora de ellos haban sido
cedidos por la Iglesia y por rdenes religiosas, aunque otros eran propiedad de corporaciones
pblicas o privadas
82
.
El personal sanitario de estos hospitales era, como se comprender, de procedencia muy
diversa. En lo que respecta a las enfermeras y a las auxiliares de enfermera, podan encontrarse
monjas, damas de la Cruz Roja, personal de la Seccin Femenina de FET y de las JONS o
voluntarias seglares sin adscripcin alguna, lo que origin en el primer ao de la guerra numerosos
problemas de convivencia y de desorden Navarro Corballo va ms all y habla de violencias
psicolgicas entre enfermeras y monjas, a lo que habra que aadir que no todas ellas tenan los
conocimientos necesarios para desempear su labor
83
.
En 1937, tan slo una semana despus de la derrota sufrida en Guadalajara, el bando nacional
daba solucin a este problema poniendo todo el personal femenino de los hospitales bajo el mando
nico de una veterana enfermera de la Cruz Roja que haba pertenecido a la sanidad republicana
Mercedes Mil Nolla. Ella fue quien ostent hasta el final de la guerra el cargo de inspectora
general de los llamados, ms adelante, Servicios Femeninos de Hospitales, contando con despacho
en el Cuartel General del general Franco aunque su naturaleza fuera civil. A partir de entonces,
todas las mujeres de la sanidad militar nacional tuvieron el sentimiento de pertenecer al mismo
cuerpo, a la vez que eran seleccionadas, instruidas, trasladadas e incluso despedidas de acuerdo
con las instrucciones que emanaban de la Inspeccin General. Mercedes Mil obr con casi total
independencia de las entidades de las que proceda su personal, a tenor de la correspondencia
mantenida entre ella y distintos responsables de las rdenes religiosas, de la Seccin Femenina y

82
Navarro Carballo (1987
A
), pgs. 320 y 321.
83
Ibdem, pg. 322.
388 El reservismo militar en Espaa

de la Cruz Roja. Al final de las hostilidades, los Servicios Femeninos de Hospitales contaban con
15.038 tituladas en plantilla, 8.938 de las cuales eran enfermeras
84
.

3.1. Servicio, Cuerpo y Agrupacin de Damas Auxiliares

Terminada la contienda civil y reintegrada la mayor parte del personal femenino a sus
quehaceres cotidianos, Mercedes Mil sostuvo tenazmente la propuesta de constituir un cuerpo de
carcter militar formado por enfermeras y por auxiliares voluntarias. Justo cuando se desataba la
euforia generada por el reclutamiento de divisionarios para combatir en el frente ruso, su
persistente peticin fue parcialmente atendida. Lamentablemente, la cerrazn social a una
organizacin militar de mujeres dio al traste con el planteamiento inicial, resultando en sus
orgenes una mera agrupacin de civiles de reducida entidad
85
.

3.1.1. Reglamento de 1941

El 5 de agosto de 1941 el Diario Oficial del Ministerio del Ejrcito publicaba el primer
reglamento del Servicio de Damas Auxiliares de Sanidad Militar, cuya fecha de aprobacin es
tomada como la de su constitucin efectiva. Con el fin de contribuir a la recuperacin de
enfermos y heridos, dicho servicio estaba formado por mujeres que haban decidido vincularse,
voluntaria y altruistamente, a la organizacin sanitaria del Ejrcito de Tierra, de la que slo
reciban retribucin en tiempo de guerra, de movilizacin o de prcticas y que eran formadas para
el desempeo de su labor dentro de la institucin militar. De la poca fundacional destaca
especialmente, por un lado, el carcter provisional y, por otro, la supeditacin a las Hijas de la
Caridad de San Vicente de Paul, posible indicio de la desconfianza de los mdicos militares sobre

84
Orden nombrando inspector general de todo el personal femenino de hospitales a la seorita Mercedes Mil Moya,
24 de marzo de 1937, BOE, n. 157; y Navarro Carballo (1987
A
), pgs. 327-330. Fue especialmente destacable la labor
realizada por estos servicios en relacin a la formacin de enfermeras y de auxiliares de enfermera. Un total de 5.499
de estas titulaciones fueron otorgadas oficialmente a lo largo de la guerra, un 60 por ciento de las cuales se expidieron
en 1937. En 1938, los requisitos para pertenecer a ellos eran los siguientes: presentar un ttulo de enfermera o de
auxiliar (obtenido con antelacin o bien despus de haber asistido a los cursos de preparacin impartidos en los
hospitales, superados los correspondientes exmenes), un certificado de eficiencia tcnica, buena conducta y
disciplina, expedido por el director de su hospital y la madre superiora del mismo y un informe de los antecedentes
polticos e ideolgicos, emitido por las Delegaciones de Orden Pblico, Navarro Carballo (1987
A
), pg. 322. Para un
mayor abundamiento sobre la biografa de Mercedes Mil Nolla, vid Navarro Carballo (1987
B
).
85
Navarro Carballo (1987
A
), pg. 330.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
389


la capacidad profesional de las damas y de considerarlas de facto una especie de cuerpo auxiliar de
dichas religiosas, por otra parte largamente vinculadas a la atencin sanitaria militar
86
.
Un colectivo tan numeroso de voluntarias necesitaba de una gestin centralizada, tarea para la
que se design a un grupo de funcionarias civiles de la Jefatura del Servicio de Sanidad del
Ejrcito de Tierra. Este departamento ms adelante denominado Cuerpo Especial de Damas
Auxiliares de Sanidad Militar estaba compuesto de una inspectora general, una secretaria
general, dos auxiliares de secretara, once inspectoras regionales una por regin militar, ms otra
por Baleares, por Canarias y por Marruecos y 41 inspectoras provinciales, todas ellas nombradas
por el jefe del Servicio de Sanidad, excepto la inspectora general, que era elegida por el ministro
del Ejrcito. Las misiones de la Inspeccin General eran:

Proponer la organizacin de todo lo referente al servicio; propondr a la superioridad el
nombramiento y cese de las Inspectoras Regionales, Provinciales y Locales; llevar un fichero
general de todas las Damas Auxiliares, autorizando los documentos que las acrediten y propondr la
movilizacin y distribucin de las mismas
87
.

La red organizativa oficial se extenda incluso a las poblaciones que poseyeran un hospital
militar, donde se nominaba a una inspectora local que ni era funcionaria ni perciba retribucin
alguna. Con ocasin de la constitucin de este Servicio se puso mucho cuidado en incluir el
trmino auxiliar como contraposicin a militar. De esta manera se pona an ms de evidencia
que sus integrantes eran civiles incluso en tiempo de guerra se debe reparar en que no eran ms
que auxiliares de las monjas. Aunque se les concedi consideracin de oficial a efectos
protocolarios y vestan de uniforme, ni eran militares ni ostentaban empleo alguno. Como
excepcin, exista una sencilla segregacin entre auxiliares de primera las que tenan el ttulo de
enfermeras y podan acreditar un mnimo de dos aos de prcticas en servicios mdicos y
quirrgicos y auxiliares de segunda el resto. Las auxiliares de primera deban prestar
servicio en algn hospital militar no menos de quince das al ao para no perder la vinculacin

86
El artculo 1. del reglamento deca El Servicio de Damas Auxiliares de Sanidad Militar se crea para ayudar a las
Hermanas de la Caridad en el cuidado de los enfermos y heridos militares en tiempo de guerra, pudiendo
reemplazarlas cuando no existan suficientes, en las localidades en que se establezca el Servicio de Hospitales,
mientras que el 30. las colocaba bajo la autoridad directa de la Madre Superiora o de la Inspectora del hospital donde
no haya religiosas (orden por la que se publica el reglamento del Servicio de Damas Auxiliares de Sanidad Militar, 31
de julio de 1941, DOME, n. 172).
87
Ibdem y Navarro Carballo (1987
A
), pg. 330. Mercedes Mil fue nombrada inspectora general del nuevo cuerpo y
sus primeras colaboradoras llegaron unos meses despus de la constitucin del mismo (orden por la que se designa
secretaria de la inspectora de Damas Auxiliares de Sanidad Militar y auxiliares de secretaria de la misma Inspeccin a
las seoritas que se mencionan, 28 de octubre de 1941, BOE, n. 305).
390 El reservismo militar en Espaa

con los miembros del cuerpo que desarrollan la profesin fuera del mismo o que se han entregado
a la familia"
88
.

3.1.2. La madurez de la mano del reglamento de 1977

Los cambios habidos en el funcionariado civil durante la Transicin obligaron a emitir nuevos
reglamentos para cada uno de los cuerpos de servidores pblicos. El Cuerpo Especial de Damas
Auxiliares de Sanidad Militar, como colectivo funcionarial de la Administracin Militar,
necesitaba un nuevo texto que describiera su acceso, su dependencia y sus misiones. Dicho
reglamento de una notoria brevedad es importante para el tema que nos ocupa porque
confirma la estructura de las damas y matiza sus misiones. De esta manera, a los pocos meses de la
creacin del Ministerio de Defensa, al Servicio de Damas Auxiliares de Sanidad Militar se le
atribuy como principal finalidad colaborar en tiempo de guerra y catstrofe nacional con el
personal facultativo del Servicio de Sanidad Militar y, en tiempo de paz, prepararse para el
cumplimiento de tales misiones. A su vez, se dividi en:

Agrupacin de Damas Auxiliares: compuesta por voluntarias que, tras superar las
condiciones de acceso graduado escolar o equivalente, cursaban dos aos lectivos
para obtener el diploma acreditativo. Con posterioridad, hacan labores de apoyo en
los hospitales militares y en los bancos de sangre, como mnimo, ciento veinte horas al
ao.
Cuerpo Especial de Damas Auxiliares: formado por funcionarias de la Inspeccin de
Sanidad del Ejrcito de Tierra, que se encargaban de la supervisin y la organizacin
de la Agrupacin de Damas. Lo componan damas auxiliares que, como cualquier
funcionario, haban superado una oposicin pblica
89
.

La dcada de los ochenta, tras la publicacin de su segundo y ltimo reglamento, supuso la
poca dorada de las damas, cuya presencia se multiplic en maniobras militares, en bancos de
sangre, en desfiles e incluso en alguna misin humanitaria internacional
90
. Por encima de otras

88
Navarro Carballo (1987
A
), pg. 331.
89
Real decreto 2808/77 por el que se aprueba el reglamento del Cuerpo Especial de Damas Auxiliares de Sanidad
Militar, 29 de setiembre de 1977, BOE, n. 256.
90
Participaron, entre otros ejercicios, en las siguientes maniobras militares: Operacin Podenco 77, Trueno 79,
Cierzo 81, Azor 81, Ejercicios Dirsicom 81, El Grove 81, Galia 82, Trueno 83 y Fuerteventura 86.
Entre 1979 y 1980 acudieron al mando de su inspectora general a la misin de ayuda humanitaria a Nicaragua, siendo
reconocida su labor con una cruz del Mrito Militar, Navarro Carballo (1987
A
), pg. 331.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
391


razones como el patriotismo o la vocacin de servicio, el deseo de conseguir un puesto de trabajo
en los hospitales militares y en otras instituciones sanitarias movi a muchas jvenes a solicitar
abrumadoramente alguna de las escasas plazas ofertadas
91
.
En 1982, la Agrupacin lleg a contar con 8.600 mujeres de alto nivel cultural que podan
acreditar, muchas de ellas, titulaciones universitarias superiores y medias
92
.

3.2. Ingreso de la mujer en las Fuerzas Armadas y extincin de las damas

Como se ha dicho, a lo largo de los aos ochenta hubo una extraordinaria presencia de los
miembros de esta agrupacin femenina dentro y fuera de los recintos militares, aunque la principal
razn de su paso por los cuarteles y por el resto de dependencias fuera la extraccin de sangre, con
motivo de las campaas de donacin
93
.
Cuando Holanda decidi la incorporacin de la mujer al mundo militar que tuvo lugar
finalmente en 1982 surgieron reflexiones sobre el ingreso de personal femenino en las Fuerzas
Armadas espaolas, las cuales eran oportunamente propiciadas por la negacin de discriminacin
por razn de sexo que haba establecido la Constitucin de 1978. De dicho debate quedaron
numerosas trazas en las publicaciones profesionales espaolas y en los mentideros polticos
94
. Muy
pronto, se utiliz como ejemplo a la nica agrupacin femenina las damas que, aunque civil,
se encontraba vinculada al Ministerio de Defensa. Para satisfacer la demanda social de

91
Aunque muchos vean en ellas un modelo de patriotismo y sin duda lo fueron en una significativa medida, las
propias damas reconocan en 1982 que slo la mitad de ellas ingresaba por amor al Cuerpo. En esos aos, el nmero
de candidatas en relacin a las plazas ofertadas era de diez a una, Lpez Anglada (1982), pgs. 35 y 37. Desde 1973, la
condicin de dama fue incluida como mrito en los concursos para ingreso en el Instituto Nacional de Previsin y en la
Seguridad Social si se opositaba a una plaza de auxiliar de clnica, otorgando 2,5 puntos por esta razn. Para esa
misma oposicin, el ttulo de Bachillerato Superior slo permita conseguir un punto. En 1977 se confirm esta alta
valoracin, que coincida con la asignada por posesin del ttulo oficial de auxiliar de clnica expedido por una
facultad de Medicina (orden por la que se aprueba el estatuto del personal auxiliar sanitario titulado y auxiliar de
clnica de la Seguridad Social, 26 de abril de 1973, BOE, n. 102; y orden por la que se modifica el artculo 33 del
estatuto del personal auxiliar sanitario titulado y auxiliar de clnica de 26 de abril de 1973 sobre baremos de valoracin
de mritos en los concursos de seleccin de personal, 13 de marzo de 1977, BOE, n. 78). A partir de 1991, algunas
damas iniciaron una escalada judicial para que fueran llamadas Damas Enfermeras de Sanidad Militar y para que las
plantillas de los hospitales militares tuvieran un nmero de plazas con dicha denominacin, buscando claramente hacer
de este voluntariado una profesin. Llegado el trmite al Tribunal Supremo, dicha demanda fue desestimada
(contencioso 4605/1997 ante el Tribunal Supremo sobre cambio de denominacin de Damas Auxiliares de Sanidad
Militar por la de Enfermeras de Sanidad Militar e inclusin en las plantillas de Sanidad Militar, 16 de marzo de 1998,
ATS; y recurso de casacin 8314/1996 ante el Tribunal Supremo sobre cambio de denominacin y constitucin de
plantilla de la Agrupacin de Damas Auxiliares de Sanidad Militar, 23 de junio de 2003, ATS).
92
Langa Martnez (1982), pg. 69. El nmero de damas ha sido exagerado en ocasiones, como sucedi en 1988,
cuando una diputada del Congreso estim que seran unas 16.000 mientras que el Gobierno precis que no pasaban de
7.000 (contestacin por el seor subsecretario de Defensa Surez Pertierra a la pregunta de la seora Salarrullana de
Verda, de la Agrupacin Democracia Cristiana, sobre Damas Auxiliares de la Sanidad Militar, 7 de junio de 1988,
DSC, n. 296, pg. 10.077).
93
Lpez Anglada (1982), pg. 39.
94
Martn Martnez (2009), pg. 30.
392 El reservismo militar en Espaa

participacin de las mujeres en lo castrense, se lleg a proponer su militarizacin. Sin embargo, la
inadecuada forma en que algunos intentaron defender esta propuesta, destacando su condicin de
madre o esposa, debi de contribuir justo a lo contrario, es decir, a que fuera finalmente declarado
a extinguir. De este tipo de actitudes tradicionalistas es buena muestra el artculo del coronel
Lpez Anglada que se extracta a continuacin:

Pensamos que la incorporacin de la mujer a las filas militares podr tener en el futuro ms
amplia capacidad, pero estamos seguros de que nunca podr superar en gracia, delicadeza y
abnegacin a estas Damas Auxiliares en las que cada soldado ve una representacin de su madre o
su novia, y nosotros el smbolo de la mujer que, a despecho de feminismos trasnochados, sabe estar
en su sitio y ser til para el servicio de Espaa
95
.

Sin embargo, la amenaza ms seria fue la educativa. Abandonada la actualizacin de los
estudios propios, el diploma de Dama no se corresponda exactamente con el de Auxiliar de
Clnica de la enseanza civil. De esta manera, las damas que deseaban la homologacin de su
propio ttulo fueron obligadas a someterse a un examen. Al mismo tiempo, ante la falta de personal
sanitario, sorprendentemente muchos mdicos militares an esperaban un mayor desarrollo de este
personal voluntario y pujaban por que se les homologara su titulacin y por que su especializacin
fuera reconocida dentro y fuera de la Sanidad Militar. Pasados los aos, ni siquiera en los
hospitales militares se consideraba ya un mrito la pertenencia a la Agrupacin, a la vez que las
interesadas comenzaban una larga y escasamente fructuosa peregrinacin administrativa y
judicial para que se les reconocieran tanto sus estudios como su experiencia laboral
96
.
Los sucesivos gobiernos socialistas reconocieron pomposamente el valor del Servicio, pero,
carentes de una integracin formal y real en la Sanidad Militar, las damas auxiliares no eran ms
que un colectivo movilizable en caso de crisis grave como lo podan ser el resto de los espaoles
de acuerdo a la legislacin vigente. No se esperaba nada de ellas hasta que llegara esa seria
situacin:

95
Lpez Anglada (1982), pg. 39.
96
Ucar Lucas (1987
B
), pgs. 54 y 55. Para reforzar que era necesario ser algo ms que dama auxiliar para participar en
el sistema sanitario espaol, una disposicin ministerial dej claro a finales de 1986 lo siguiente: A partir de la
entrada en vigor de la presente Orden, todas las convocatorias de plazas que supongan el ejercicio de funciones y
actividades reguladas en la seccin octava del capitulo VII del vigente Estatuto lo sern de Auxiliares de Enfermera,
exigindose como requisito indispensable para tomar parte en las fases de concurso de mritos y de concurso-
oposicin libre de dichas convocatorias estar en posesin del ttulo de Formacin Profesional de primer grado, rama
Sanitaria (orden por la que se introduce la categora profesional de Auxiliar de Enfermera en sustitucin de la de
Auxiliar de Clnica en el correspondiente estatuto de personal de la Seguridad Social y se modifican los baremos para
la provisin de vacantes de esta categora, 26 de diciembre de 1986, BOE, n. 10).
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
393


La aportacin de estos dos conjuntos [Cuerpo Especial y Agrupacin] de damas auxiliares de
Sanidad ha sido y sigue siendo valiosa, sobre todo en supuestos especficos de movilizacin o de
catstrofe nacional o en determinadas actividades ms o menos regladas de las Fuerzas Armadas
97
.

El ao 1988 fue el ltimo en que se convocaron plazas, mientras que la ltima promocin
sali del Hospital Gmez-Ulla en 1990. Con posterioridad no hubo ninguna actividad ms, ni en
hospitales, ni en bancos de sangre, ni en maniobras, con la excepcin de algn curso espordico de
actualizacin
98
.
El PP hizo alguna propuesta de reactivacin sin resultado, como la trasladada en 1995 al
Congreso para sacarlo de la situacin de inanicin y vaco en que se encontraba
99
. Sin embargo,
a la llegada al poder de este partido en 1996, el debate se integr dentro del nuevo modelo
profesional de Fuerzas Armadas que deba tener Espaa y de la reserva que haba de facilitar su
crecimiento en caso de crisis. Mientras tanto, a 40 miembros de la Agrupacin de Damas que se
haban ofrecido voluntarias en 1995, se les negaba la participacin en la misin internacional de
Bosnia. La decisin fue justificada por el Gobierno en base al carcter civil de este colectivo
100
.
Durante la tramitacin en el Congreso de la ley 17/99 de rgimen del personal de las Fuerzas
Armadas no hubo ninguna alusin. Ni en el proyecto presentado por el Gobierno popular ni en las
enmiendas presentadas en la Cmara Baja se pens en ellas. No obstante, durante la tramitacin en
el Senado, el Grupo Popular consigui introducir una enmienda en forma de disposicin
transitoria. En virtud de dicho aadido, se pens en darles una salida digna, facilitndoles la
integracin como reservistas voluntarias, lo que se relego al posterior desarrollo reglamentario
101
.

97
Contestacin por el seor subsecretario de Defensa, Surez Pertierra, a la pregunta de la seora Salarrullana de
Verda, de la Agrupacin Democracia Cristiana, sobre Damas Auxiliares de la Sanidad Militar, 7 de junio de 1988,
DSC, n. 296, pg. 10.077.
98
Uno de esos cursos, probablemente el ltimo, fue el finalizado el 23 de junio de 1999 en el Hospital Militar de
Zaragoza, denominado I Curso de Actualizacin para Damas Auxiliares de Sanidad Militar, Revista Medicina
Militar, vol. 55, n. 1, 1999, pg. 58.
99
El relanzamiento de este Servicio propuesto por el PP pretenda Convocar un nuevo curso en el que las bases de la
convocatoria modificaran parcialmente el Reglamento, para actualizarlo, de acuerdo con la normativa vigente;
publicar, antes de la finalizacin del primer curso, un Reglamento actualizado; activar los contactos con el Ministerio
de Educacin y Ciencia, para la posible homologacin de ttulos; y cubrir las vacantes del Cuerpo Especial que se
produzcan al menos, en las plazas donde exista un hospital militar (proposicin no de ley presentada por el Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, sobre las Damas Auxiliares de Sanidad Militar, 11 de setiembre de 1995,
BOCG-C, n. 265, pg. 8).
100
Pregunta al Gobierno de don Arsenio Fernndez de Mesa Daz del Ro (Grupo Popular) sobre situacin del
colectivo de Damas Auxiliares de Sanidad Militar, 16 de mayo de 1997, BOCG-C, n. 141, pg. 115; y contestacin
del Gobierno a don Arsenio Fernndez de Mesa Daz del Ro (Grupo Popular) sobre situacin del colectivo de Damas
Auxiliares de Sanidad Militar, 26 de junio de 1997, BOCG-C, n. 161, pg. 151.
101
Proyecto de ley de rgimen del personal de las Fuerzas Armadas, presentado por el Gobierno al Congreso el 8 de
setiembre de 1998, 11 de setiembre de 1998, BOCG-C, n. 138-1; enmiendas presentadas al proyecto de ley de
rgimen del personal de las Fuerzas Armadas en el Congreso el 10 de noviembre de 1998, BOCG-C, n. 138-6;
proyecto de ley de rgimen de personal de las Fuerzas Armadas, enviado por el Congreso al Senado el 24 de febrero
de 1999, 24 de febrero de 1999, BOCG-S, n. 129 (a); enmiendas presentadas al proyecto de ley de rgimen de
394 El reservismo militar en Espaa

El reglamento se hizo esperar ms de cuatro aos y su contenido, en este sentido, fue
decepcionante. Como se puede ver, el nico privilegio concedido fue darles un plazo dentro del
cual no requeriran de concurso de mritos para obtener plazas de reservista voluntario. Por lo
dems, tanto los lmites de edad como la correspondencia entre titulacin acadmica y empleo
militar les seran de aplicacin de la misma manera que al resto de candidatos.

1. Las componentes de la Agrupacin de Damas Auxiliares de Sanidad Militar que, no
alcanzando la edad prevista en el artculo 10.2 del reglamento que se aprueba, lo soliciten, en el
plazo de un ao a partir de la entrada en vigor de este Real Decreto, quedarn integradas como
reservistas voluntarias, en la categora que corresponda a su titulacin respectiva.
2. Una vez integradas, se proceder a asignarles el destino o puesto sanitario al que deban
incorporarse en caso de activacin, atendiendo en lo posible a las preferencias que a tal efecto
manifiesten las interesadas y, especialmente, a las que se deriven de su lugar de residencia.
3. Las componentes de la mencionada agrupacin que superen la edad sealada en el apartado 1
disfrutarn de los mismos derechos que el reglamento que se aprueba otorga a los reservistas
voluntarios al finalizar su compromiso [condicin de reservista honorfico]
102
.

Unos meses despus de la promulgacin del reglamento de reservistas voluntarios de 2003, el
Cuerpo Especial de Damas Auxiliares de Sanidad Militar del Ejrcito de Tierra fue declarado a
extinguir, fecha que se puede tomar como la de clausura de este Servicio. De esta manera, al
mismo tiempo que se creaba una va para la vinculacin ciudadana a la defensa nacional, se
cerraba otra
103
.
Contrariamente a lo que algunos autores afirman, el carcter civil, incluso en tiempo de
guerra, del Servicio de Damas le impide cumplir la dual condicin de toda reserva militar, a pesar
de que, con toda seguridad a partir de 1977, verificaba el resto del paradigma organizacin,
mando y carcter apoltico (ver fig. n. 1)
104
. No obstante, el Servicio, que contaba con la
simpata de las Fuerzas Armadas, fue una significativa fuente de recursos adicionales que, en caso
de catstrofe natural o circunstancia similar, se presuma eficaz y que, por ello, recibi apoyos
oficiales como, por ejemplo, la aceptacin del nombramiento de dama de honor de Sanidad Militar
por parte de la reina doa Sofa
105
.

personal de las Fuerzas Armadas en el Senado el 15 de marzo de 1999, 17 de marzo de 1999, BOCG-S, n. 129 (c); y
ley 17/1999 de rgimen del personal de las Fuerzas Armadas, 18 de mayo de 1999, BOE, n. 119.
102
Reglamento de acceso y rgimen de los reservistas voluntarios, 12 de diciembre de 2003, BOE, n. 298. Cinco aos
ms tarde, en el ao 2008, slo 34 damas veteranas haban ingresado como reservista voluntario, 22 con el empleo
alfrez y doce con el de sargento, VV. AA. (2009), pg. 65.
103
Ley 62/2003 de medidas fiscales, administrativas y del orden social, 30 de diciembre de 2003, BOE, n. 313. La
mayora de estas funcionarias se integraron en los distintos ministerios de la Administracin pblica. A da de hoy slo
queda en el Ministerio de Defensa una inspectora encargada del despacho de damas, a los nicos efectos de remitir
historiales personales a las interesadas que lo soliciten para su trabajo actual.
104
En cambio, en VV. AA. (2009), pg. 60, se las considera reserva militar.
105
Entonces era princesa de Espaa, Cifra (1974, 11 de octubre), La Princesa de Espaa, Dama de honor de la
Sanidad Militar, ABC, Madrid, pg. 45. Las damas auxiliares de Sanidad Militar son el nico colectivo no militar y
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
395


4. ESCALAS HONORFICAS DEL EJRCITO DE TIERRA Y DEL EJRCITO DEL AIRE

Como se ha venido diciendo en este trabajo, los dos grandes conflictos blicos del siglo xx
supusieron un salto cuantitativo en la poblacin que los pases estaban dispuestos a poner al
servicio de la defensa de sus territorios o empear en operaciones ofensivas de conquista. En
cuanto a las medidas tomadas en Espaa, despus de comenzada la Primera Guerra Mundial fue
aumentada la duracin del servicio militar en situacin sedentaria, se intent potenciar la Escala de
Complemento del Ejrcito, se cre la Reserva Naval y, finalmente, durante la Segunda Repblica,
se determin que toda la poblacin era una potencial fuente de combatientes. Interesando a este
captulo, es preciso destacar la creacin en esta poca de la Escala de Complemento Honorfica de
Ferrocarriles, que sigue activa aun hoy en da con otro nombre, aunque fuera declarada a
extinguir por la ley reguladora del rgimen del personal militar de 1989.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en una escalada de mayor entidad, se volvi a aumentar la
duracin total del servicio militar, se dio un inusitado auge a la Escala de Complemento de
nueva creacin en la Armada y en el Ejrcito del Aire y a la Reserva Naval, y se prodigaron toda
suerte de escalas honorficas en las que, principalmente, se buscaba la involucracin en la defensa
ms o menos formal de determinados profesionales de la sociedad como mdicos,
odontlogos y juristas, entre otros, aunque a menudo fue un medio de reconocimiento a destacadas
personalidades del franquismo. Estas escalas se encuentran hoy en la misma situacin que la de
Ferrocarriles.
Todas ellas se llamaron honorarias u honorficas para destacar su carcter no retribuido y para
dejar muy claro que, aunque la pertenencia a las mismas conllevara el disfrute de algunos
privilegios, no se adquira la condicin militar por el simple hecho de ingresar en ellas.

4.1. Escala de Complemento Honoraria de Ferrocarriles

El uso del ferrocarril con fines blicos tiene sus antecedentes ms remotos en la Guerra de
Secesin Americana, en la de las Siete Semanas y en el conflicto franco-prusiano. Treinta aos
ms tarde, durante la Guerra Ruso-Japonesa qued demostrado su valor estratgico y tctico en los
enfrentamientos convencionales modernos. Por eso, en el ltimo tercio del siglo XIX todas las
potencias militares contaban con unidades de ferrocarriles, muchas de las cuales participaron en las

no profesional cuyos miembros pueden formar parte de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y
Guardia Civil como socios de nmero, segn rezan sus estatutos: http://www.veteranosfasygc.es.
396 El reservismo militar en Espaa

operaciones de la Primera Guerra Mundial, donde el auge de esta tecnologa fue abrumador. Unos
aos ms tarde se hablaba de esta manera sobre su importancia militar:

Sin una red abundante de vas frreas, bien estudiada y servida, el Ejrcito ms fuerte quedar
reducido a la impotencia y en evidente inferioridad en plazo breve, porque ni podr moverse con
velocidad y desembarazo ni recibir con oportunidad las prodigiosas cantidades de material y
vituallas que necesita, precisamente en los momentos en que ha de intensificarse hasta el grado
mximo la actividad industrial y econmica del pas
106
.

En Espaa, la primera vez que se emplearon trenes en acciones militares fue en diciembre de
1868, con ocasin de la sublevacin republicana en Cdiz, Jerez de la Frontera y Mlaga. Tanto en
los posteriores conflictos cantonales como en la Tercera Guerra Carlista fueron usados
ampliamente. Sin embargo, las primeras unidades militares especficas dos compaas se
constituyeron en julio de 1874 tras algunas vicisitudes, si bien no llegaron a intervenir como tales
en el enfrentamiento civil que an se encontraba abierto
107
.

4.1.1. La inestabilidad anterior a la Guerra Civil (1920-1936)

El valor blico del ferrocarril, como se ha dicho antes, no hizo ms que aumentar desde
entonces y las dos compaas pasaron ms tarde a ser un batalln y ms adelante varios
regimientos. Ante una tecnologa que dominaban slo unos pocos, y habida cuenta de la extrema
diferencia entre los efectivos necesarios en tiempo de paz y los requeridos en tiempo de guerra,
haba que tener reservistas suficientes, adecuadamente capacitados, para que pudieran crecer las
unidades. Pero la razn ms importante para intervenir militarmente en el sector era que, en una
poca caracterizada por frecuentes y virulentas huelgas, se deseaba poder garantizar en todo
momento el trfico de los trenes. As, presionado porque haba estallado unos pocos das antes la
huelga general ferroviaria de 1912, el mismo ministro de la Guerra que haba firmado la ley del
servicio militar universal en ese mismo ao el general Agustn Luque, estableci que cada
una de las ocho compaas activas del Regimiento de Ferrocarriles tuviera una de depsito para
encuadrar con carcter obligatorio en una unidad de ferrocarriles a todos los empleados de las
empresas ferroviarias separados de filas en edad militar, hubiesen cumplido su servicio activo o

106
Real decreto fijando las bases para el reglamento de explotacin de los ferrocarriles en caso de movilizacin, 30 de
junio de 1920, GM, n. 183.
107
Dos compaas de ferrocarriles se integraron en un regimiento de ingenieros que se sum a los dos existentes y que
fue dedicado a las especialidades del Cuerpo. Con carcter montado, el nuevo regimiento constaba de un batalln con
cuatro compaas de Pontoneros y otro con dos compaas de Telgrafos y las dos de Ferrocarriles antes mencionadas,
Vidal Delgado (2009), pgs. 116-119; y Quesada Gmez (2003), vol. I, pgs. 402-404.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
397


no. Por vez primera, se vinculaba el desempeo civil en una empresa ferroviaria a la reserva de
esta especialidad del Cuerpo de Ingenieros
108
.
Aunque la ley de 1918 que puso nombre a la Escala de Complemento anticipaba que habra de
crearse una oficialidad movilizable con el fin de ocupar vacantes ferroviarias, atendiendo a la vez
a los intereses del Ejrcito y a los de las mencionadas entidades industriales, y que en 1919 se
determin que la pertenencia a dicho colectivo habra de ser voluntaria, no fue hasta mediados de
1920 que se cre la Escala de Complemento de Ferrocarriles, que an no era honoraria y que
estaba abierta a un nmero importante de empleos
109
.
Con ella no slo se militarizaba a los jefes los que podan ser oficiales de complemento
ms all de su permanencia en la reserva comn a todos los ciudadanos, sino a todos los
empleados de las compaas del ramo que lo solicitasen mientras perteneciesen en plantilla,
mediante un proceso de movilizacin armonizado por una junta de funcionarios del Ministerio de
Fomento y del Ministerio de la Guerra, en la que estaban algunos directivos de las empresas. Una
vez adquirida la condicin militar estaba previsto que, bajo las rdenes del general jefe del
Servicio Militar de Ferrocarriles, se pusiesen al mando de las tropas dedicadas a la explotacin de
las vas, en activo o en reserva, y de las tropas de obreros. Eso significaba, en la inmensa mayora
de los casos, la permanencia en el mismo puesto de trabajo, con lo que las huelgas quedaban
neutralizadas desde el primer instante. Como suceda desde la organizacin de la reserva de 1912,
la pertenencia a la escala no tena que ver con la unidad donde se hubiese servido, si bien los
empleados en edad de alistamiento eran enviados a los regimientos de la especialidad y luego
quedaban en su reserva. El empleo alcanzado dependa de la categora profesional del interesado,
llegando de soldado a capitn, mxima graduacin otorgada a un oficial de complemento y a uno
de la Reserva Naval en estos aos
110
.
Primo de Rivera introdujo en 1926 algunos cambios en los planteamientos fundacionales,
intentando con ello adaptarla a los planes de crecimiento de la red ferroviaria espaola y resolver,
de paso, los problemas aparecidos durante la implantacin de la escala, en los que no debieron de

108
Cada grupo de cuatro compaas estaba mandado por un comandante, mientras que los dos grupos quedaban a
cargo de un teniente coronel. Las compaas tenan como oficiales a un capitn que deba ser jefe de lnea, a dos
primeros tenientes un jefe de vas y obras y un jefe de explotacin y a un primero o segundo teniente jefe de
estacin de cabeza o enlace. Las cabeceras de las compaas eran importantes nudos o cabeceras ferroviarias de la
periferia peninsular: Alczar de San Juan, Barcelona, Bobadilla, Crdoba, Len, Medina del Campo, Valencia y
Zaragoza (real orden circular disponiendo que la reorganizacin de las tropas de Ferrocarriles del Cuerpo de
Ingenieros del Ejrcito se efecte con arreglo las instrucciones que se publican, 4 de octubre de 1912, GM, n. 280).
109
Ley aprobando las bases para la reorganizacin del Ejrcito, contenidas en el real decreto de 7 de Marzo del ao
actual, 29 de junio de 1918, GM, n. 181; y real orden circular organizando la oficialidad y clases de complemento de
las diversas Armas y Cuerpos del Ejrcito, 27 de diciembre de 1919, GM, n. 19.
110
Por ejemplo, un jefe de depsito de traccin era capitn, mientras que un maquinista era suboficial o sargento; un
empleado de oficinas, cabo, y un fogonero, soldado (real decreto fijando las bases para el reglamento de explotacin
de los ferrocarriles en caso de movilizacin, 30 de junio de 1920, GM, n. 183).
398 El reservismo militar en Espaa

faltar algunos agravios comparativos con los militares profesionales. Dichos cambios fueron los
siguientes:

El personal de las empresas ferroviarias pas a ingresar en los regimientos de la
especialidad cuando conseguan la licencia indefinida del servicio militar segunda
situacin del servicio activo, no teniendo garantizada plaza de servicio activo en
ellos. Con ello se evitaba que las plantillas de las empresas, en una franca expansin,
excedieran las vacantes existentes en dichas unidades.
Estos ferroviarios quedaron segregados para siempre de los oficiales y clases de
complemento del resto del Ejrcito, denominndose a partir de entonces Escala de
Complemento Honorario [sic] de Ferrocarriles.
Se abri la escala a altos funcionarios relacionados con el sector. Algunos de ellos
podran alcanzar el empleo de comandante, dejando para el futuro la posibilidad de
ascender hasta coronel.
Los empleos alcanzados en la escala slo se conservaran cuando fueran movilizados
en su puesto de trabajo y slo tendran mando sobre otros ferroviarios movilizados,
nunca sobre militares. Si se les llamara a filas para ocupar cualquier otro destino en el
Ejrcito, llevaran las divisas conseguidas durante su servicio militar.
A partir de quince aos de servicio intachable, el empleo adquirido poda ser
conservado incluso durante la jubilacin o tras abandonar la empresa.
Se concedan privilegios especficos como el derecho preferente a que sus hijos o
parientes en primer grado que fueran ferroviarios s que hicieran el servicio
militar en los regimientos de ferrocarriles, adems del uso de una tarjeta militar de
identidad, del acceso a las farmacias militares y de la concesin razonada de cruces al
Mrito Militar con distintivo blanco
111
.

Las trascendentales reformas de Azaa dejaron de lado la Escala de Ferrocarriles. No
obstante, durante el Bienio Radical-Cedista, cuando la Revolucin de Octubre se hizo inminente,
se temi un colapso de los transportes. Por ello, durante su ltimo consejo de ministros, el breve
gobierno del radical Samper dej preparado un decreto que pretenda incentivar a los ferroviarios

111
Real decreto disponiendo se entienda redactado en la forma que se indica el artculo 24 del real decreto de 30 de
Junio de 1920, 13 de enero de 1926, GM, n. 15; y real decreto disponiendo que los ingenieros del Consejo Superior y
de las divisiones de ferrocarriles, que lo deseen, podrn ingresar en la Escala de Complemento a que se refiere el real
decreto de 13 de enero de 1926, 29 de febrero de 1928, GM, n. 61.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
399


de las categoras superiores para que ingresaran en la Escala, con el fin de acrecentar el prestigio
de la funcin que desempean los Jefes de aquellas Empresas. En realidad, se deseaba involucrar
activamente a todos los estamentos de las compaas frente a una eventual huelga del sector, como
las que se haban convocado en ese mismo ao y en los aos precedentes.
As, a los administradores, directores y directores adjuntos de las empresas de ms de dos mil
kilmetros de explotacin les fue reservado el mximo empleo alcanzable: el de coronel honorario
de ferrocarriles. Adems de los privilegios ya consolidados, se ofrecan descuentos en los billetes
de tren y licencia de arma corta slo de brigada a coronel
112
.
Los gobiernos radicales del Bienio intentaron desarrollar una poltica que acercara a los
militares a la Repblica, considerando para ello las opiniones de todas las facciones existentes
entre los altos jefes castrenses. El cedista Gil-Robles, cuando se hizo cargo de la cartera de Guerra,
tuvo un enfoque marcadamente distinto: se rode de oficiales generales de profesionalidad
reconocida africanistas, por otro lado, quienes le hicieron llegar su profundo malestar con las
reformas de Azaa y que crearon en l una actitud orientada a la mejora de la satisfaccin
profesional de las Fuerzas Armadas
113
. El ministro debi de recibir indicaciones de sus consejeros
para que, en medio de las deliberaciones sobre su polmica reforma de la movilizacin, fuera
recortado el recorrido de los miembros de la Escala de Ferrocarriles, con los que se haba tenido
excesiva prodigalidad en la adjudicacin de empleos militares. De esta manera, el mximo grado
destinado a los directores de las compaas y a sus adjuntos volvi a quedar en comandante
como en 1926, si bien en esta ocasin dicho empleo no se limit a los altos funcionarios de esta
modalidad de transporte. Los empleados de las empresas de menos de 500 kilmetros en

112
Arrars, J. (1934, 1 de noviembre), Las ideas y los hechos. Actualidad espaola, Accin Espaola, n.
s
64 y 65,
pgs. 312-315; y decreto relativo a la Escala de Complemento de Ferrocarriles, 27 de setiembre de 1934, GM n. 275.
Ese mismo da, se publicaba en la prensa obrera lo siguiente: Las nubes van cargadas camino de octubre [...]. Nos
aguardan das de prueba, jornadas duras [...]. Tenemos a nuestro ejrcito a la espera de ser movilizado. Y nuestra
poltica internacional. Y nuestros planes de socializacin, Editorial (1934, 27 de setiembre), La consigna de hoy.
Organizacin en todos los frentes, El Socialista, pg. 1. Pocos das despus se puntualizaron algunos aspectos de la
legislacin recin aprobada (orden circular relativa a la organizacin de la escala de complemento honoraria de
ferrocarriles, 5 de octubre de 1934, GM, n. 294).
113
Jackson (2008), pg. 182; y Rojas Quintana (2010), pg. 150. El sujeto de las influencias sobre Gil-Robles se presta
a cierta controversia. Payne dice que se dej presionar por la UME, cuando otros autores sostienen que las sugerencias
tuvieron que venir de los generales Goded, Fanjul y Franco, a quienes nombr inspector general del Ejrcito,
subsecretario de la Guerra y jefe del Estado Mayor Central, respectivamente. A partir de la primera reunin mantenida
con ellos y con otros oficiales generales, Gil-Robles orden recuperar los antiguos nombres de los regimientos,
concedi recompensas a los que se haban distinguido en la Revolucin de Octubre, subi los sueldos de todos los
militares y prepar la reapertura de la Academia General Militar, Arrars (1970), pg. 128; Payne (1995), pgs. 272-
274; y Rojas Quintana (2010), pgs. 150 y 154.
400 El reservismo militar en Espaa

explotacin tambin vieron rebajadas sus categoras, aunque se mantuvieron todos los empleos
otorgados con anterioridad
114
.
Esta reduccin de los beneficios concedidos no dur mucho. En primer lugar, el gobierno
frentepopulista deseaba eliminar los restos de imbricacin que quedaban entre los militares y el
mundo civil. Considerada por los extremistas de izquierda un nido del seoritismo reaccionario y
monrquico, la Escala de Ferrocarriles constitua un puente doblemente molesto entre ambos,
habida cuenta de que su principal utilidad pareca ser la de luchar contra el derecho a la huelga. Por
ello, un mes despus de tomar el control poltico las izquierdas, todos sus partidarios celebraron
con alborozo la disolucin de dicha escala
115
.
No haban pasado ni cinco meses de la disolucin cuando la Junta de Defensa Nacional
restaur en el bando sublevado el estatus de 1934, con el mximo de privilegios y una carrera de
soldado a coronel. En lo que constituy una de las primeras medidas de aumento de efectivos de
los nacionales, fueron movilizados acto seguido a su rehabilitacin, desconocindose el nmero
aproximado que atendi la llamada de las armas
116
.

4.1.2. Posguerra, actualizacin y extincin (1936-1989)

A pesar de que los soldados de las unidades de Ferrocarriles volvieron a sus casas a finales de
1939, la Escala Honoraria continu movilizada durante 1940
117
. Durante la posguerra no se
modific la disposicin republicana de 1934, as que sus miembros disfrutaron de todos los
privilegios concedidos entonces y la carrera ms amplia habida nunca. En realidad, para el comn
de los ciudadanos, pareci desaparecer durante el franquismo, dado que no hubo ninguna mencin
en los medios de comunicacin aparte de los ingresos y bajas mostrados en el Boletn Oficial del
Estado de las empresas RENFE, FEVE y las compaas metropolitanas de Barcelona y
Madrid y el breve currculo que las familias de los veteranos fallecidos mandaban escribir en las
esquelas publicadas en prensa. En 1961, sus miembros llegaron a ser 8.690, la mayora de ellos

114
Decreto autorizando al ministro de este departamento para que presente a las Cortes un proyecto de ley determinado
las categoras militares que ha de tener en lo sucesivo el personal de la Escala de Complemento Honoraria de
Ferrocarriles, 4 de octubre de 1935, GM, n. 1935.
115
El Gobierno puso como excusa que toda la Escala de Complemento estaba bajo cuestin, pendiente de una ulterior
reforma, Redaccin (1936, 24 de marzo), El Gobierno ha iniciado una etapa de accin que empieza a estar bien, El
Heraldo de Madrid, pg. 1; y decreto disolviendo la Escala de Complemento Honoraria de Ferrocarriles, 23 de marzo
de 1936, GM, n. 87.
116
Decreto derogando el decreto de 26 de marzo de 1936 y declarando la vigencia de los precedentes, que establecen
la Escala de Complemento Honoraria de Ferrocarriles, 1 de agosto de 1936, BOJD, n. 4; y decreto confirmando la
orden de movilizacin general del personal de ferrocarriles perteneciente a la Escala de Complemento Honoraria, 11
de agosto de 1936, BOJD, n. 6.
117
Decreto de 12 de enero de 1940, DOME, n. 10.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
401


suboficiales, teniendo la distribucin por empleos de la figura n. 23. Eso supona menos del siete
por ciento de los todos los ferroviarios espaoles, lo que induce a pensar que, aunque resulte un
nmero nada despreciable en trminos absolutos, la aceptacin de la Escala entre ellos no fue
alta
118
.

Oficiales Suboficiales Tropa
Empleo Nmero Empleo Nmero Empleo Nmero
Coronel 9 Brigada 1.027 Cabo 1. 21
Tte. coronel 96 Sargento 5.244 Cabo 230
Comandante 228 Total 6.271 Soldado de 1. 75
Capitn 229 Soldado 111
Teniente 288 Total 437
Alfrez 1.132
Total 1.982
Total Escala 8.690
Tabla n. 23: Distribucin por clases y empleos de los miembros de la Escala de
Complemento Honoraria de Ferrocarriles (1961)
119
.

Coincidente con el momento de creacin del Ministerio de Defensa, se repar en que el
proceso de movilizacin de la Escala de Ferrocarriles no haba sido actualizado tras la
promulgacin de la ley que regul esa materia con carcter general en 1969, as que se aprovech
para introducir unas tmidas modificaciones. Se cambi el nombre, que conservaba el adjetivo
originario complemento cuando, en 1926, se haba optado por potenciar su vinculacin a las
empresas en vez de al servicio militar. La Escala Honorfica Militar de Ferrocarriles modific el
rgimen de acceso, exigiendo a los voluntarios sin experiencia militar en esta especialidad de
Ingenieros un mnimo de dos aos de permanencia en las empresas ferroviarias para ser aceptados.
Los privilegios de 1934 fueron mantenidos, extendiendo el derecho a la licencia de arma corta
desde sargento a coronel y permitindoles el uso de los economatos militares
120
.
En 1984 haba comenzado la profesionalizacin de las Fuerzas Armadas. En lo que restaba de
dcada se iba a forjar el modelo FAS-2000, que configur un sistema mixto de reclutamiento,
como se recordar. En ese contexto fue promulgada la ley de rgimen del personal de 1989, uno de
cuyos objetivos fue racionalizar la compleja y sobredimensionada estructura de cuerpos y escalas y

118
La plantilla de RENFE se mantuvo en torno a las 130.000 personas durante la dcada de los cincuenta, un mximo
histrico en dicha compaa. En 1961 ese nmero era de 127.443. Se han despreciado las plantillas de las otras
compaas a cambio de no tener en cuenta a las mujeres, asumiendo cierta inexactitud en la estimacin (datos
consultados en la web de la Fundacin de los Ferrocarriles Espaoles: http://www.docutren.es).
119
Situacin a 1 de julio, Garca Prez (1961), pgs. 45-202.
120
Real decreto 2289/1977 por el que se actualiza la Escala Honorfica Militar de Ferrocarriles, 23 de julio de 1977,
BOE, n. 212.
402 El reservismo militar en Espaa

adecuarla a las nuevas necesidades que ya se vislumbraban con claridad. De esta manera, entre
otras muchas, se declararon a extinguir las escalas de complemento de los dos Ejrcitos y de la
Armada, la Reserva Naval y todas las escalas honorficas, entre las cuales estaba la Escala de
Ferrocarriles. A partir de entonces no se permitieron nuevos ingresos y quedaron anulados sus
privilegios, aunque s que se mantuvo el rgimen de personal establecido en el real decreto de
1977. La ley de 1999 confirm el estatus anterior, aunque prohibi adems de las nuevas
incorporaciones el ascenso, el cual se vena produciendo con fluidez cuando sus miembros
progresaban en sus compaas civiles. En esa misma situacin se encuentra hoy en da
121
.
En estos momentos, cuenta con 19.680 miembros cuyas proporciones de oficial, suboficial y
tropa son del 26, 58 y 16 por ciento. Por el momento, tras la desaparicin de las unidades
regimentales de ferrocarriles, la gestin de este personal la realiza la Compaa de Plana Mayor del
Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros n. 12, situado en Monzalbarba
(Zaragoza). El 59 por ciento de ellos supera la edad de retiro y el ms joven tiene cuarenta aos.
Como privilegio, lo nico que les queda es la posesin de una tarjeta de identidad militar
cruzada con un rtulo que dice personal civil, aunque en algunas residencias y farmacias
militares son atendidos por cortesa. En la primera convocatoria para acceso a la condicin de
reservista voluntario se valor como mrito la pertenencia a dicha escala, con la misma puntuacin
que haber sido soldado de reemplazo. El resto de convocatorias habidas desde entonces no los ha
tenido en cuenta
122
.
Constan asociaciones activas en Asturias, Barcelona y Len, cuyos miembros consideran un
orgullo haber servido en los regimientos de ferrocarriles. Es por ello que la posesin de una tarjeta
de identidad militar, privilegio remanente de toda una vida, es sumamente apreciada, dado que les
permite seguir vinculados a lo que consideran una parte importante de su pasado
123
.




121
Ley 17/1989 reguladora del rgimen del personal militar profesional, 19 de julio de 1989, BOE, n. 172; ley
17/1999 de rgimen del personal de las Fuerzas Armadas, 18 de mayo de 1999, BOE, n. 119; y ley 39/2007 de la
carrera militar, 19 de noviembre de 2007, BOE, n. 278.
122
Comparando 1961 con el momento presente ver tabla n. 23, se ha producido un aumento de las clases de tropa
a costa de una disminucin de los suboficiales. Los oficiales permanecen aproximadamente en la misma proporcin
(entrevista con el cabo 1. Luis Crespo, del Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros n. 12,
encargado de la oficina de la Escala Militar Honorfica de Ferrocarriles). Orden DEF/600/2002 por la que se regula la
tarjeta de identidad militar para el personal de las Fuerzas Armadas, Cuerpo de la Guardia Civil y militares de
nacionalidad no espaola destinados en los Cuarteles Generales Internacionales ubicados en Espaa, 7 de marzo de
2002, BOE, n. 68; y resolucin 452/38121/2004 de la Subsecretara de Defensa por la que se convoca el proceso
selectivo para el acceso a la condicin de reservista voluntario, 20 de mayo de 2004, BOE n. 129.
123
Entrevista con el cabo 1. Luis Crespo, del Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros n. 12,
encargado de la oficina de la Escala Militar Honorfica de Ferrocarriles.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
403


4.2. Otras escalas honorficas

Con la creacin de la IPS, la MNU y la MAU en los aos 1941, 1942 y 1947,
respectivamente, el franquismo culminaba, sin pretenderlo, al viejo sueo de Azaa de contar con
unas clases de complemento nutridas y capacitadas, que ligaran las capas ms altas de la sociedad
con la defensa. Estas escalas de complemento no tuvieron ocasin de probar su nivel de
instruccin tras una movilizacin, pero s que llegaron a encuadrar a varios centenares de miles de
espaoles durante el siglo XX, como se vio en su momento.
Pero la guerra en el tercio central de dicha centuria, cada vez ms compleja, requera de
profesionales que hicieran frente a misiones de carcter tcnico, no necesariamente blicas,
desempeadas por personal que tuviese las condiciones facultativas o tcnicas adecuadas. Por esta
razn, el bando nacional haba militarizado a mdicos, a practicantes y a estudiantes de Medicina y
los haba asimilado al Cuerpo de Sanidad Militar, ingresando muchos de ellos en la Escala de
Complemento al finalizar la contienda
124
.
En el nuevo formato del acceso a las escalas de complemento de la posguerra, el servicio
militar ms corto en condiciones privilegiadas constitua un claro reclamo para los jvenes
universitarios espaoles, que acudieron en significativo nmero. No obstante, la finalidad de estas
escalas en el Ejrcito de Tierra era cubrir la funcin combatiente, no las capacidades facultativas o
tcnicas, y se encuadraban a menudo a jvenes promesas aunque universitarios que podran, o
no, devenir en brillantes profesionales. Ntese que no existan reservistas para una funcin de
apoyo esencial como era la facultativa, al menos ms all de los oficiales de complemento que
hubiesen cumplido cierta edad y que fueran profesionales consagrados. Por eso, la justificacin
objetiva para crear las escalas honorficas fue la reunin voluntaria en torno a la defensa de
abogados, ingenieros o mdicos experimentados absolutamente afines al rgimen, condicin
sine qua non de acceso, a los cuales haba que ofrecer algn incentivo distinto del servicio
militar preferente, obligacin que se les supona cumplida a esas alturas.
La Armada no hizo nada. En cambio, los otros dos Ejrcitos se dotaron de una organizacin
para disponer de una plantilla de oficiales reservistas, sin lmite de edad, cuyo principal inters
militar provena de la aportacin que podan prestar en base a su profesin civil. Se ofreci una
carrera significativamente ms larga que la que proporcionaba la Escala de Complemento en la
mayora, de teniente a comandante, en ocasiones hasta coronel y privilegios como el uso del
uniforme en actos oficiales o sociales y la posesin de la tarjeta de identidad militar. La titulacin

124
Orden dictando normas para la percepcin de haberes del personal militarizado de Sanidad Militar, 11 de enero de
1937, BOE, n. 84.
404 El reservismo militar en Espaa

o la profesin del interesado daban acceso a la escala afn, mientras que la posicin dentro de
determinadas empresas o de la Administracin se corresponda con el empleo, que se adquira sin
necesidad de haber ostentado los inferiores.
La primera en ver la luz fue la Escala Honorfica de Sanidad Militar. Se recordar que, a
finales de 1942, tras la invasin alemana de la Francia de Ptain, se dio orden a los capitanes
generales para que movilizaran los reemplazos que consideran necesarios para hacer frente a las
amenazas que se previeran. En ese marco de reacciones, se quiso disponer de mdicos
preferentemente veteranos de la guerra para cuando las circunstancias lo requieran
125
.
Al ao siguiente, cuando permaneca la situacin de alerta por el riesgo de una invasin
alemana, y an se estaban tomando medidas de organizacin del personal movilizado, se dio
mayor extensin a esta solucin y fueron creadas las escalas honorficas del Ejrcito de Tierra, que
se adscribieron a sus cuerpos o servicios de acuerdo a la tabla n. 24.

Cuerpo o servicio Estudios o profesin
Automovilismo Ingenieros del ICAI e industriales
Eclesistico Presbteros
Farmacia Licenciados en Farmacia
Geogrfico Ingenieros y ayudantes gegrafos y topgrafos
Guerra Qumica Licenciados en Ciencias Qumicas y licenciados en Farmacia
Ingenieros de Armamento
y Construccin
Arquitectos, ingenieros agrnomos, de caminos, del ICAI, industriales, de
minas y de montes, y licenciados en Ciencias
Intendencia
Altos funcionarios de la Banca, jefes del Banco de Espaa, miembros del
Cuerpo Pericial de Aduanas, ingenieros y peritos textiles, intendentes y
profesores mercantiles, profesores de Economa, Hacienda y Derecho
Mercantil, funcionarios tcnicos de Hacienda
Intervencin
Funcionarios tcnicos del Tribunal de Cuentas y de Hacienda, intendentes y
profesores mercantiles y licenciados en Derecho
Jurdico Militar Licenciados en Derecho
Transmisiones
Ingenieros de Telecomunicacin y funcionarios tcnicos de Correos y
Telgrafos
Veterinaria Veterinarios
Tabla n. 24: Estudios o profesin requeridos para ingresar en las escalas honorficas de los cuerpos o
servicios del Ejrcito de Tierra (1943)
126
.

Todos los voluntarios que pertenecan a los reemplazos llamados a filas fueron movilizados
ese mismo ao. De entonces en adelante, los doctores o licenciados de las titulaciones afines a

125
Decreto por el que se crea la Escala Honorfica de Sanidad Militar, 12 de diciembre de 1942, BOE, n. 3. En 1948,
cuando la Odontologa dej de ser una especialidad de la carrera de Medicina, los odontlogos tuvieron su propia
Escala Honorfica (orden por la que se dispone el cambio de denominacin de la Escuela de Odontologa y se dictan
normas para la expedicin de ttulos por el citado centro, 25 de febrero de 1948, BOE, n. 62; y decreto por el que se
crea la Escala Honorfica de Odontlogos Militares, 6 de febrero de 1948, BOE, n. 43).
126
Decreto por el que se crean las escalas honorficas de los cuerpos del Ejrcito que se citan, 6 de abril de 1943, BOE,
n. 125.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
405


cada escala ingresaban como tenientes, y ah permanecan salvo que fuesen funcionarios,
profesores universitarios o altos ejecutivos de empresas de inters militar, los cuales alcanzaban
los empleos de capitn o de comandante dependiendo de la correspondencia establecida. Para
llegar hasta coronel, los servicios del interesado deban ser excepcionalmente considerados de
notorio relieve cientfico e importancia para el Ejrcito de Tierra
127
.
El primer aviador en ocupar el cargo de ministro del Aire fue el general Gonzlez-Gallarza,
quien tuvo que afrontar los peores momentos por los que ha atravesado el Ejrcito del Aire a lo
largo de su corta historia. Un material obsoleto en franca degradacin por la falta de repuestos
ocasionaba cada ao un altsimo nmero de bajas por accidente, que alcanz la cifra de 22 en
1950. Entretanto llegaba la renovadora ayuda norteamericana, el general Gonzlez-Gallarza mand
construir algunos aviones de dudosa utilidad, cre la primera unidad paracaidista y la escuela
militar de esta especialidad y reorganiz el Arma de Aviacin. Asimismo, en 1951, consciente del
incesante progreso tcnico de la Aviacin, decidi crear las escalas honorficas del Ejrcito del
Aire
128
.
Las escalas honorficas del Ejrcito del Aire tenan prcticamente el mismo formato que las de
Tierra, aunque eran algo ms abiertas por admitir a oficiales de este tipo en las armas y cuerpos
combatientes de su ejrcito. Las titulaciones y profesiones exigidas para ingresar en cada una de
las escalas se encuentran en la tabla n. 25.
No se disponen de datos cuantitativos de ninguna de ellas. Sin embargo, no hay ms que
comparar las altas aparecidas en el Boletn Oficial del Estado en estas escalas con las de la Escala
Honorfica Militar de Ferrocarriles para proponer que la acogida dada a las primeras fue muy
escasa, otorgndose los empleos superiores casi en exclusiva a algunas personas influyentes del
rgimen. Ocasionalmente, algunos de estos oficiales prestaron servicio, como sucedi con el
comandante auditor honorfico Manuel Fernndez Martn, que hizo de fiscal militar en el consejo
de guerra contra el dirigente comunista Julin Grimau
129
.

127
Ibdem; y orden por la que se dan instrucciones para la aplicacin del decreto de 6 de abril del ao actual, que
creaba las escalas honorficas de los cuerpos y servicios del Ejrcito, 25 de junio de 1943, BOE, n. 186. Con la clara
intencin de contar con todos los que voluntariamente quisieran, el mismo da que se aprobaban las escalas honorficas
mencionadas, se permita que los veteranos de la Escala de Complemento, que no pudieran continuar por razn de
edad, permanecieran en las escalas honorficas de las armas combatientes, una especie de segunda reserva de los
oficiales movilizables (decreto sobre ingreso en la Escala Honorfica de los Oficiales de Complemento de cualquier
arma o cuerpo, 6 de abril de 1943, BOE, n. 124).
128
Sempere (2010), pgs. 132-134; y decreto por el que se crean las Escalas Honorficas de las Armas y Cuerpos del
Ejrcito del Aire, 12 de enero de 1951, BOE, n. 38.
129
En los nombramientos de los altos funcionarios del rgimen franquista, los peridicos destacaban la pertenencia a
alguna escala honorfica, como sucedi en 1956 con el subsecretario de Educacin Nacional, Jos Maldonado y
Fernndez del Torco, que era capitn auditor honorfico de Cuerpo Jurdico Militar, y en 1957 con el delegado
provincial de Sindicatos de Sevilla, Francisco Zarza del Valle, que era teniente del mismo cuerpo, Redaccin (1956, 9
de junio), El nuevo subsecretario de Educacin Nacional, ABC, Madrid, pg. 28; y Redaccin (1957, 29 de enero),
406 El reservismo militar en Espaa

Arma
Cuerpo o
Escala
Estudios o profesin
Aviacin
Altos funcionarios tcnicos de Telefnica, astrnomos, gelogos, funcionarios de
Correos y Telgrafos, ingenieros de cualquier especialidad, licenciados
universitarios excepto farmacuticos y mdicos, personal directivo o tcnico
de las empresas de transporte areo e industrias o empresas relacionadas con la
aviacin y topgrafos
Tropas de
Aviacin
General
Altos funcionarios tcnicos de Telefnica, astrnomos, gelogos, funcionarios de
Correos y Telgrafos, ingenieros de cualquier especialidad, licenciados
universitarios excepto farmacuticos y mdicos, personal directivo o tcnico
de las empresas de transporte areo e industrias o empresas relacionadas con la
aviacin y topgrafos
Eclesistico Presbteros
Ingenieros
Aeronuticos
Arquitectos, ingenieros agrnomos, de caminos, del ICAI, industriales, de minas,
de montes y de telecomunicacin, y licenciados en Ciencias Exactas, Qumicas o
Naturales
Ayudantes de
Ingenieros
Aeronuticos
Aparejadores, ayudantes de ingenieros agrnomos, de montes, de obras pblicas y
de telecomunicacin, y peritos electricistas, industriales y qumicos
Intendencia
Catedrticos y ayudantes de Economa, Hacienda y Derecho Mercantil, directivos y
funcionarios de banca, funcionarios tcnicos de Hacienda y de Contabilidad del
Estado, ingenieros y peritos textiles, intendentes y peritos mercantiles y licenciados
en Ciencias Econmicas
Intervencin
Funcionarios tcnicos del Tribunal de Cuentas, de Hacienda y de Contabilidad del
Estado, intendentes y peritos, licenciados en Ciencias Econmicas y licenciados en
Derecho
Sanidad Licenciados en Medicina y en Odontologa
Farmacia Licenciados en Farmacia
Jurdico Licenciados en Derecho
Facultativa de
Meteorlogos
Licenciados en Ciencias
Tabla n. 25: Estudios o profesin requeridos para ingresar en las Escalas Honorficas de las Armas, Cuerpos y
Escalas del Ejrcito del Aire que se indican (1951)
130
.

En lo que Puell de la Villa entiende como el colofn de la reformas de Serra, durante el
segundo gobierno del PSOE haba llegado el momento de confeccionar la primera norma que
habra de condensar todas cuestiones bsicas de la carrera militar. Y como antes se dijo, una de las
materias a racionalizar era la estructura de cuerpos y escalas de las Fuerzas Armadas. En el
proyecto de la ley reguladora del rgimen de personal, presentado por el Gobierno a la Mesa del
Congreso el 10 de febrero de 1989, ya se hizo constar la declaracin a extinguir de todas las

Don Francisco Zarza del Valle, nuevo delegado provincial de Sindicatos, ABC, Sevilla, pg. 12. Otras veces, los
jefes de un determinado cuerpo militar usaban la concesin del mximo empleo en su escala honorfica como si de un
reconocimiento, o una accin para tender lazos entre administraciones, se tratara, como por ejemplo el nombramiento
del interventor general del Estado, Eugenio Gmez-Pereira, como coronel interventor honorfico, que tuvo lugar en
1950, Redaccin (1950, 10 de noviembre), Entrega de insignias al Sr. Gmez-Pereira, ABC, Madrid, pg. 14. En
cuanto al juicio de Grimau, desafortunadamente, Manuel Fernndez Martn haba mentido en sus estudios, as que ni
era licenciado en Derecho ni, consecuentemente, reuna las condiciones para ser miembro honorfico del Cuerpo
Jurdico Militar, G., S. (1989, 22 de junio), Moscoso pide que se declare nula la condena a Grimau, ABC, Sevilla,
pg. 22.
130
Decreto por el que se crean las Escalas Honorficas de las Armas y Cuerpos del Ejrcito del Aire, 12 de enero de
1951, BOE, n. 38.
Captulo XI.- Anlisis de otras fuerzas significativas del siglo XX que pudieron constituir una reserva
militar
407


Escalas Honorficas, incluyendo la de Ferrocarriles. Y poco ms habra que aadir, porque ese fue
el resultado final. Ninguna fuerza poltica, a lo largo de la tramitacin de la ley, hizo nada por
impedirlo, ni una enmienda, ni una intervencin, ni una mencin siquiera
131
.
Todas estas escalas, incluyendo la de Ferrocarriles, eran organizaciones formadas por civiles
en situacin de disponibilidad voluntaria que pasaban a ser militares en tiempo de guerra, aunque
las misiones que se les encomendaran una vez movilizados tuvieran que ver con su capacitacin
civil. Una vez superadas las condiciones de dependencia orgnica y de carcter apoltico que deben
exigrsele a toda reserva militar, se puede concluir que cumplan plenamente el paradigma de la
figura n. 1.

131
Puell de la Villa (2005
A
), pg. 274; proyecto de ley de la Funcin Militar, 16 de febrero de 1989, BOCG-C, n. 108-
1; enmiendas al proyecto de ley de la Funcin Militar, 7 de abril de 1989, BOCG-C, n. 108-6; y ley 17/1989
reguladora del rgimen del personal militar profesional, 19 de julio de 1989, BOE, n. 172.

















PARTE TERCERA.- EL RESERVISMO HOY







Captulo XII.- La reserva militar desde una perspectiva atlntica 411


CAPTULO XII.- LA RESERVA MILITAR DESDE UNA PERSPECTIVA ATLNTICA


Espaa no quiere ni puede negar la influencia que la pertenencia a la OTAN ha ejercido sobre
su manera de concebir su reserva militar actual, lo mismo que sucede en otros rdenes de la
defensa. La poderosa organizacin internacional tampoco ha tenido una visin monoltica sobre
este asunto. Antes al contrario, se ha observado una particular evolucin paralela a los cambios en
el entorno estratgico del Bloque Atlntico, como un modo ms de reaccionar ante las nuevas
amenazas. Sin embargo, la doctrina en vigor es lo suficientemente flexible como para que se
sientan cmodos con ella todos los pases miembros, sabiendo de antemano que deben disponer de
algn tipo de capacidad sedentaria en tiempo de paz que poder movilizar en tiempo de crisis.

1. EL MARCO ESTRATGICO ACTUAL: AMENAZAS Y RESPUESTAS EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI

El derrumbamiento del Pacto de Varsovia acab con la estrategia militar que haba imperado
durante toda la Guerra Fra, y que haba estado principalmente basada en la defensa del territorio y
en el enfrentamiento de grandes masas de combatientes. Las capacidades de los bloques en liza
haban sido formadas por fuerzas mecanizadas listas para entablar batalla en un entorno terrestre
convencional, por poderosas flotas desplegadas a lo largo de los ocanos Atlntico y Pacfico, por
medios de ataque nuclear estratgico y por la suficiente aviacin tctica que requiriesen las fuerzas
terrestres como apoyo, todo ello inmerso en una formidable escalada tecnolgica con clara ventaja,
al final, para los pases occidentales. Eso no es bice para que en Vietnam se comprobase por
primera vez que una gran maquinaria blica, abrumadoramente potente como la que posea
Estados Unidos entonces, poda ser vencida por unas fuerzas irregulares que le hicieran frente en
un escenario dotado de escasas infraestructuras
1
.
Algunos autores consideran que la segunda guerra de Irak de 2003 fue el ltimo
enfrentamiento en que la supremaca material sirvi para otorgar la victoria a quien la posea. Si se
busca un hito anterior que suscite pleno consenso en este sentido hay que remontarse a la Guerra
del Golfo de 1991, cuando la superioridad area y el empleo de armamento revolucionario por
parte de Estados Unidos fueron capaces de derrotar rpida y limpiamente al ejrcito iraqu. A partir

1
Ballesteros Martn (2008), pg. 53; y Colom Piella (2008), pg. 114. El general Petraeus, excombatiente de Vietnam,
est de acuerdo en que el poder militar de Estados Unidos no estaba preparado para combatir en ese entorno, si bien
atribuye el mayor peso de la derrota a las decisiones polticas, es decir, cuestiona la necesidad de la intervencin,
afirma que los objetivos dados a los militares no fueron claros, sostiene que los medios a disposicin de las
operaciones no eran suficientes y denuncia que no se pusiera un mayor empeo en conseguir el apoyo moral de la
sociedad norteamericana, Petraeus (1987), pgs. 109 y 132.
412 El reservismo militar en Espaa

de entonces, la inmensa mayora de las operaciones abiertas en el mundo entero se han
desarrollado bajo el concepto denominado guerra asimtrica, caracterizado por que los
oponentes presentan fuerzas irregulares, armamento simple y ligero, descentralizacin e iniciativa
y buscan quebrar la voluntad poltica de lucha
2
. Esta es una modalidad evolucionada de
enfrentamiento donde, sin embargo, se mantiene la aseveracin de Clausewitz: La guerra es un
acto de fuerza para imponer nuestra voluntad al adversario
3
.
Aparte de su carcter asimtrico, si se tuviesen que enumerar las caractersticas diferenciadas
que estn presentes en los conflictos actuales habra que decir que la zona de operaciones cuenta
con agentes no estatales ONG, principalmente, que hay empresas privadas en el frente, que la
poblacin civil es objetivo frecuente de las acciones armadas, que el entorno urbano tiene una
creciente importancia como escenario de los combates y que el empleo de los medios de
comunicacin ha devenido en una capacidad blica ms
4
.
Ese es el contexto resultante de la implosin de la antigua Unin Sovitica aunque su
carcter fuera incierto al principio, y ante el que era previsible una reaccin inmediata de la
OTAN. Dicha respuesta se produjo durante la cumbre de Oslo celebrada en 1992, cuando dicha
organizacin se ofreci a la ONU y a la OSCE para garantizar la seguridad mundial, lo que dio pie
a la participacin de una coalicin multinacional en el conflicto de los Balcanes. Desde entonces,
organizaciones supranacionales intervienen con toda normalidad en los conflictos armados que se
consideran del inters general, apoyando despliegues de fuerzas formadas por militares de distintos
pases que conducen las operaciones en coalicin, dando lugar al llamado multilateralismo
5
.

1.1. Nuevo mundo, nuevas amenazas

En 1999, mediante el llamado Concepto Estratgico, la Alianza Atlntica enunciaba los
riesgos globales que deberan afrontar sus miembros en el futuro: la capacidad nuclear de algunos
pases ajenos a la Alianza, la proliferacin de armas de destruccin masiva (WMD), la capacidad
para fabricar armas de alto nivel tecnolgico en cualquier lugar del mundo, la vulnerabilidad de los
sistemas de informacin, el terrorismo, el crimen organizado, la interrupcin de suministros
bsicos y los flujos migratorios incontrolados
6
.

2
Tambin llamada guerra hbrida, guerra sin restricciones, guerra de cuarta generacin o guerra irregular,
Colom Piella (2008), pg. 135; Meilinger, Ph. (enero 2009), New principles for new war, Armed Forces Journal:
http://www.armedforcesjournal.com/2009/01/3805746/; y Snchez Herrez (2007), pgs. 21 y 22.
3
Vid Ela Ma (2005).
4
Fati (2008), pgs. 66-71.
5
Ballesteros Martn (2008), pg. 53
6
Marquina Barrio (2010), pgs. 143 y 144.
Captulo XII.- La reserva militar desde una perspectiva atlntica 413


La Unin Europea, por su parte, tambin elabor en 2003 su propia estrategia de seguridad en
el documento A secure Europe in a better world. Por este medio buscaba cierto protagonismo en el
concierto mundial, aunque de forma poco realista, a decir de Marquina Barrio, y como un medio
de contrarrestar el poder militar estadounidense, quien haban lanzado en 2001 la campaa global
contra el terrorismo denominada War on Terror. Como no poda ser de otra manera, las amenazas
identificadas por los europeos contenan solapes con las de la OTAN: crimen organizado,
proliferacin de WMD y terrorismo, si bien se incluan otros riesgos para la seguridad europea
como los atentados cibernticos, el cambio climtico, los conflictos regionales y los estados
fallidos. Se puede fcilmente advertir que haba desaparecido de estas estrategias el concepto de
territorialidad, lo que podra formularse tambin como si bien no hay amenazas sobre las
fronteras, tampoco hay fronteras sobre las amenazas
7
.
Ahora, si se pone el horizonte en los prximos quince aos, parece claro que el panorama
estratgico va a evolucionar hacia una mayor importancia de los principales pases emergentes
Brasil, China, India y Rusia (los llamados BRIC), sin olvidar otros como Indonesia, Irn y
Turqua. Considerando que se trata en su mayora de estados no democrticos cuyas poblaciones
crecen enormemente en 2030, el mundo tendr un 50 por ciento ms de habitantes, incremento
que se concentrar en frica, Amrica y Asia y que estn dotados de economas pujantes en
2025, China ser la segunda economa del planeta, no resulta descabellado pensar en la amenaza
que pueden representar para un Occidente confiado en la validez de su sistema de libertades
polticas y econmicas. Esta sospecha adquiere un mayor peso cuando se tiene en cuenta la
decreciente influencia que Estados Unidos est teniendo en el concierto mundial.
La pugna por los alimentos se necesitar un 50 por ciento ms de comida en 2030, los
recursos naturales y la energa podrn generar inestabilidad, presumiendo que el desarrollo de
alternativas, a pesar de las nuevas tecnologas, no estar a la altura de lo requerido. Adems, el
cambio climtico arruinar cosechas y agravar la escasez provocada por una mayor demanda de
alimentos. Con toda seguridad, la necesidad de asegurar estos suministros, incluyendo el agua,
llevar a algunos pases a iniciar hostilidades dentro o fuera de sus fronteras
8
.

7
Ibdem; y Lasconjarias (2012), pg. 18. La Estrategia Europea de Seguridad reconoce la vulnerabilidad del
continente debida a la dependencia de las redes de transporte y las fuentes de energa globales, a la presin migratoria
de los pases pobres y a la competencia por los recursos naturales. Puede consultarse en
http://www.consilium.europa.eu/uedocs/cmsUpload/78367.pdf. La expresin War on Terror fue usada por primera vez
por el presidente George W. Bush el 23 de setiembre de 2001 en su primer discurso al Congreso tras el atentado contra
las Torres Gemelas. Se quiso denominar as a un ataque global, poltico, legal e ideolgico contra organizaciones
consideradas terroristas y los regmenes que las apoyasen, en tanto en cuanto constituan una amenaza para Estados
Unidos o para sus aliados. Compartida por Reino Unido y apoyada por la OTAN y otros aliados, se encuentra
particularmente orientada contra Al-Qaida y otros grupos islamistas, Bush (2003), pgs. 11-57.
8
National Intelligence Council (2008), pgs. VI-XI.
414 El reservismo militar en Espaa

Mencin aparte merece el resurgimiento de la piratera a partir de 2008, cuyo foco principal se
localiza entre el golfo de Adn, las costas de Somalia y el entorno de las islas Seychelles. Como
consecuencia de ello el comercio martimo se ha visto seriamente obstaculizado. Cabe destacar que
la aparicin de esta amenaza, que se crea olvidada, ha dado un inusitado protagonismo a las
armadas de los pases de la OTAN, cuando pareca que todos los enfrentamientos de aqu en
adelante iban a librarse en tierra
9
.
Ni se prev por el momento que desaparezca la amenaza del terrorismo internacional ni que se
reduzca la potencialidad de un ataque nuclear por parte de pases polticamente inestables como
Corea del Norte o Irn. Por si fuera poco, las potencias emergentes, la crisis de las instituciones
occidentales, la eventual expansin de los bloques regionales y el refuerzo de los actores no
estatales y de la importancia de Internet configuran la extrema complejidad del concierto
internacional actual, contexto en el que resulta ms difcil que nunca prevenir unos problemas de
seguridad que, no obstante, son intuidos por todos
10
.

1.2. Comprehensive Approach y otras respuestas

Ante las amenazas descritas ms arriba, parece recomendable que los ejrcitos conserven
algunas capacidades convencionales sin menoscabo de la puesta en marcha de las
transformaciones necesarias para hacer frente a las nuevas amenazas, lo cual pasa por potenciar los
procedimientos de inteligencia, integrar el poder militar y el poltico en la zona de operaciones,
fomentar el trabajo combinado de las distintas especialidades militares, incrementar la capacidad
para detectar y neutralizar WMD, ser capaces de gestionar toda la informacin captada a travs de
los sensores de cualquier tipo que se encuentran distribuidos por el mundo Net-centricity,
disponer de una mayor movilidad y aumentar la precisin de los sistemas de armas
11
. En este
contexto no tiene sentido que la defensa de cada pas est orientada a la proteccin propia, sino que
deben existir unas Fuerzas Armadas bsicamente pensadas y organizadas para la proyeccin

9
EU NAVFOR European Naval Force Somalia es una agrupacin constituida por unidades navales de los pases
de la Unin Europea y algunas otras naciones extra comunitarias, que se encuentra ejecutando la misin Atalanta para
proteger las embarcaciones que naveguen por el golfo de Adn y por las costas de Somalia. Desde finales de 2008
viene ejerciendo labores de prevencin y de represin de actos de piratera en esa zona. Cuenta con la legitimacin de
la ONU dado que acta en apoyo de las resoluciones 1814, 1816, 1838, 1846 y 1851 de su Consejo de Seguridad.
Asimismo, es la primera operacin naval conducida dentro del marco de la Poltica Europea de Seguridad y Defensa
PESD, Trevio Ruiz (2011), pgs. 824-830.
10
National Intelligence Council (2008), pgs. VI-XI.
11
Meilinger, Ph. (enero 2009), New principles for new war, Armed Forces Journal:
http://www.armedforcesjournal.com/2009/01/3805746/.
Captulo XII.- La reserva militar desde una perspectiva atlntica 415


exterior a distancia del territorio nacional para proyectar estabilidad, garantizar escenarios de paz y
defender los intereses nacionales o colectivos
12
.
Quiz la mayor dificultad tctica y estratgica de los conflictos actuales provenga de la
presencia de civiles de todo tipo en el teatro de operaciones, lo que se manifest por primera vez,
en su verdadera magnitud, en los Balcanes. All durante la dcada de los noventa, militares y
paisanos ya fuera con armas o sin ellas interactuaban entre s y con organizaciones de todo
tipo internacionales, nacionales y no gubernamentales bajo la atenta mirada de los medios de
comunicacin. Se determin entonces que era necesario crear una nueva doctrina antes de
desplegar tropas en escenarios parecidos. De esta manera, la OTAN se puso a desarrollar el
concepto denominado CIMIC Civil-Military Co-operation, es decir, Colaboracin Cvico-
Militar a partir de la experiencia acumulada por las unidades de Asuntos Civiles creadas por
Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. La utilidad de esta actividad no blica es tender
puentes entre los militares y los civiles que coinciden en la zona de operaciones, con el fin ltimo
de apoyar a la misin encomendada
13
.
A los pocos meses de tomar el mando de la misin International Security Assistance Force
(ISAF) de la OTAN, el general McChrystal redact un completo informe en el que mostraba cul
era la situacin del conflicto de Afganistn y qu medidas deban adoptarse para conseguir los
objetivos de la misin. Calificando de seria la coyuntura por la que atravesaba ISAF,
McChrystal afirm que el empleo de las armas no habra de traer un entorno seguro en suelo
afgano y reconoci que el perfil de la fuerza desplegada estaba ms adaptado a una guerra
convencional que a un enfrentamiento asimtrico como el que se estaba librando. Si se quera
ganar deba cambiarse la estrategia seguida en el sentido, entre otros, de poner mucha ms
atencin en los problemas de la poblacin civil
14
.

As formidable as the threat may be, we make the problem harder. ISAF is a conventional force
that is poorly configured for COIN [COunter-INsurgency], inexperienced in local languages and

12
Marsal i Muntal (2007), pgs. 17 y 18.
13
La actividad CIMIC ha sido definida por la OTAN como The co-ordination and co-operation, in support of the
mission, between the NATO Commander and civil actors, including national population and local authorities, as well
as international, national and non-governmental organisations and agencies [La coordinacin y cooperacin, en
apoyo de la misin, entre el Comandante de la OTAN y los actores civiles, incluyendo la poblacin y las autoridades
locales, las organizaciones internacionales, nacionales y no gubernamentales y las agencias, traduccin del autor],
Comit Militar de la OTAN (2002, 18 de junio), NATO Military Policy on Civil-Military Co-operation, MC 411/1:
http://www.nato.int/ims/docu/mc411-1-e.htm. En realidad, CIMIC es necesaria tanto para las unidades militares como
para los agentes civiles dado que persigue proteger y promover los principios humanitarios [...], minimizar las
acciones contradictorias [...] y cuando sea adecuado contribuir a objetivos comunes [civiles y militares], Pardo de
Santayana (2007), pgs. 225-231.
14
McChrystal, S. (2009, 30 de agosto), ISAF Commander's Initial Assesment, pgs. 1-3 y 2-1:
http://media.washingtonpost.com/wp-srv/politics/documents/Assessment_Redacted_092109.pdf.
416 El reservismo militar en Espaa

culture, and struggling with challenges inherent to coalition warfare. These intrinsic disadvantages
are exacerbated by our current operational culture and how we operate.
Pre-occupied with protection of our own forces, we have operated in a manner that distances us
physically and psychologically from the people we seek to protect. In addition, we run the risk
of strategic defeat by pursuing tactical wins that cause civilian casualties or unnecessary collateral
damage. The insurgents cannot defeat us militarily; but we can defeat ourselves
15
.

En realidad no se estaba inventando nada nuevo. Tal como mencionaba McChrystal en su
informe, la nueva estrategia propuesta era coherente con un concepto que vena desarrollando la
OTAN desde los noventa bajo el nombre de Comprehensive Approach Enfoque Integral.
Enunciado por primera vez en la cumbre de Riga de 2006 y apoyado firmemente en la de Bucarest
de 2008, se parta de las lecciones aprendidas en los Balcanes, en Afganistn y en otras crisis para
definir una nueva manera de afrontar los conflictos internacionales. Se trata de que todos los
actores participantes en un escenario blico concierten sus estrategias y acciones desde el primer
momento y al ms alto nivel, compartiendo tanto los objetivos como el camino para conseguirlos.
As se evita que la gestin de la crisis pueda verse afectada por la divergencia de prioridades, la
falta de realismo en los objetivos, la duplicacin en las actividades o el enfrentamiento entre
estrategias. En cuanto a la extensin en su aplicacin, se deseaba que este enfoque fuese adoptado
en todos los niveles de intervencin en una crisis poltico, estratgico, tctico y operativo, as
como en todas las fases de una misin u operacin concepcin, planeamiento, ejecucin y
evaluacin
16
.
Se propona, por tanto, que el xito de una misin estuviese vinculado al concurso de militares
y de paisanos de muy distinta procedencia, a los que se peda que trabajasen de forma coordinada.
McChrystal puso nfasis adems en que se necesitaban abundantes capacidades civiles para que la
realineacin estratgica propuesta pudiera tener xito:

ISAF cannot succeed without a corresponding cadre of civilian experts to support the change in
strategy and capitalize on the expansion and acceleration of counterinsurgency efforts. Effective
civilian capabilities and resourcing mechanisms are critical to achieving demonstrable progress.
The relative level of civilian resources must be balanced with security forces, lest gains in security
outpace civilian capacity for governance and economic improvements. In particular, ensuring

15
[Por muy temible que sea la amenaza, nosotros hacemos el problema an ms difcil. ISAF es una fuerza
convencional pobremente configurada para la lucha contra insurgentes, poco experimentada en los lenguajes y en la
cultura locales que lucha contra objetivos inherentes a la guerra en coalicin. Estos inconvenientes intrnsecos son
agravados por nuestra actual cultura operativa y por cmo funcionamos. Preocupados por la proteccin de nuestras
propias fuerzas, hemos operado de una manera que nos distancia fsica y sicolgicamente de la gente que
intentamos proteger. Adems, corremos el riesgo de una derrota estratgica al perseguir victorias tcticas que
ocasionan bajas civiles o daos colaterales innecesarios. Los insurgentes no pueden derrotarnos militarmente, pero
nosotros s que podemos derrotarnos a nosotros mismos, traduccin del autor], ibdem, pg. 1-2.
16
Centro de Conceptos y Doctrina Conjunta (2006), pg. 1-1 y 1-2; y OTAN (2012, 13 de abril), A Comprehensive
Approach to crisis management: http://www.nato.int/cps/en/natolive/topics_51633.htm.
Captulo XII.- La reserva militar desde una perspectiva atlntica 417


alignment of resources for immediate and rapid expansion into newly secured areas will require
integrated civil-military planning teams that establish mechanisms for rapid response
17
.

Aunque algunos autores como Jakobsen mantuviesen algunas reservas sobre la validez de la
implantacin de este concepto en un escenario como el de Afganistn, que llevaba enconado ms
de diez aos, el Comprehensive Approach constituye actualmente el ms claro prerrequisito para
el xito en las operaciones de respuesta en situaciones de crisis y, por tanto, la estrategia de
mayor solvencia conceptual de todas las que pueden ser aplicadas en los conflictos asimtricos
18

En cualquier caso, cmo enlaza todo este desarrollo conceptual con el tema de esta tesis?
Parece claro que la evolucin de los conflictos actuales requiere del concurso de personal
procedente del mbito civil. La OTAN piensa que reservistas adaptados a los nuevos tiempos
pueden cubrir esta necesidad, sobre todo cuando se habla de la lucha contra insurgencia, donde las
operaciones se centran en la poblacin y en las que, por tanto, el entorno humano o tecnolgico es
capital. No obstante lo anterior, la Alianza considerara un verdadero triunfo poder disponer de
especialistas que hicieran de puente entre el mundo civil y el militar mediante la aportacin de
importantes conocimientos civiles, reforzados con algunas competencias puramente militares
19
.

2. DOCTRINA OTAN SOBRE RESERVA

El Tratado de Washington de 1949 que supuso la constitucin de la OTAN estableca en
su artculo 3. que los miembros de dicha organizacin deban mantener y desarrollar sus
capacidades individuales y colectivas para resistir un ataque armado. Eso incluye implcitamente la
organizacin de una reserva militar, si bien durante los primeros cincuenta aos de vida de la
Alianza no hubo una especfica doctrina atlntica al respecto
20
.

17
[ISAF no puede tener xito sin un equipo que cuente con expertos civiles que ayuden al cambio de la estratega y a
sacar provecho de la extensin y de la mejora de los esfuerzos en contrainsurgencia. Las capacidades civiles y los
mecanismos de gestin de los recursos son crticos para conseguir una evolucin evidente. Los niveles de recursos
civiles y de fuerzas de seguridad deben equilibrarse, no vaya a ser que los beneficios obtenidos en seguridad sean
mayores que las mejoras econmicas y de la gobernanza. En particular, garantizar un alineamiento de los recursos para
un inmediato despliegue en las reas recientemente aseguradas requerir de equipos integrados de planeamiento
cvico-militar que establezcan mecanismos para una reaccin rpida, traduccin del autor], McChrystal, S. (2009, 30
de agosto), ISAF Commander's Initial Assesment, pgs. 2-3 y 2-21: http://media.washingtonpost.com/wp-
srv/politics/documents/Assessment_Redacted_092109.pdf.
18
Esta estrategia se encuentra an en fase de despliegue en Afganistn. Jakobsen sostiene que fracasar si no se
cumplen los siguientes requisitos: que exista un consenso pleno en la OTAN sobre su aplicacin, que se lleve a cabo
una institucionalizacin de la doctrina, procedimientos y pensamiento en el seno de la Alianza para que se permita su
interaccin con otros actores y, finalmente, que se establezca una cooperacin efectiva con las organizaciones locales a
las que la OTAN debe colaboracin en Afganistn, Jakobsen (2010), pg. 1.
19
Son ideas del general Bartels, presidente del Comit Militar de la OTAN, hechas pblicas durante la reunin de
invierno de 2012 de la CIOR, Lasconjarias (2012), pg. 19.
20
OTAN (1949, 5 de abril), The North Atlantic Treaty: http://www.nato.int/cps/en/natolive/official_texts_17120.htm
418 El reservismo militar en Espaa

Para la OTAN, la dcada de los noventa comenz con la Declaracin de Londres de 1990 y
con la formulacin del Nuevo Concepto Estratgico un ao ms tarde. Desde entonces hasta,
prcticamente, nuestros das la organizacin internacional ha sufrido una profunda transformacin
partiendo de dichas bases y teniendo como gua el nuevo escenario estratgico, que ha estado a su
vez en proceso de definicin y de evolucin.
En relacin con la reserva, si la Declaracin de Londres propugn una reduccin de los
medios militares en general y las fuerzas activas en particular, el Nuevo Concepto Estratgico
supedit la existencia de unos ejrcitos regulares ms livianos a la organizacin de unas fuerzas de
reserva adecuadas, manteniendo procesos de movilizacin capaces de hacer frente a un ataque
convencional, aunque este extremo se considerara de bajsima probabilidad.

The forces of the Allies will be structured so as to permit their military capability to be built up
when necessary. This ability to build up by reinforcement, by mobilising reserves, or by
reconstituting forces, must be in proportion to potential threats to Alliance security, including the
possibility albeit unlikely, but one that prudence dictates should not be ruled out of a major
conflict
21
.

En ese sentido, cobraba una gran importancia la preparacin de las fuerzas navales y areas,
asumiendo que un ejrcito terrestre, que tuviese baja capacidad en tiempo de paz, podra hacer
frente a una amenaza convencional siempre que se procediera a la movilizacin de las reservas
22
.
Una muestra evidente de la aproximacin a este enfoque fue el conflicto de los Balcanes, donde el
diez por ciento de las fuerzas internacionales enviadas all estuvieron integradas por reservistas
23
.
Una reaccin muy temprana al Nuevo Concepto Estratgico en materia de reserva provino de
la Unin Europea Occidental de la que Espaa formaba parte desde 1990. Esta organizacin
vea cmo la conscripcin estaba siendo abandonada por la mayora de los pases asociados y,
consecuentemente, era consciente de que deban disearse nuevos esquemas para organizar a los
ciudadanos que deban participar de la defensa. Se perciba adems una notable preocupacin por

21
[Las fuerzas de los aliados sern estructuradas de manera que su capacidad militar se desarrolle cuando sea
necesario. Esta habilidad para crecer merced a refuerzos, movilizacin de las reservas o agrupamiento de las unidades
debe ser proporcional a las potenciales amenazas sobre la seguridad de la Alianza, incluyendo la posibilidad aunque
improbable, la prudencia indica que no debera ser descartado de un conflicto de grandes dimensiones, traduccin
del autor], OTAN (1991, 8 de noviembre), The Alliance's New Strategic Concept: http://www.nato.int/cps/en/SID-
F92EEEDB-51E01485/natolive/official_texts_23847.htm? La Declaracin de Londres puede consultarse en OTAN
(1990, 6 de julio), Declaration on a Transformed North Atlantic Alliance:
http://www.nato.int/cps/en/natolive/official_texts_23693.htm?.
22
OTAN (1991, 8 de noviembre), The Alliance's New Strategic Concept: http://www.nato.int/cps/en/SID-F92EEEDB-
51E01485/natolive/official_texts_23847.htm?
23
Son datos de 1998, referidos a la misin SFOR Stabilisation FORce, una fuerza multinacional organizada por
la OTAN para el mantenimiento de la paz en Bosnia-Herzegovina y que fue desplegada entre los aos 1996 y 1998. La
integraron 27 pases, entre ellos Espaa. Al final de la misin haban participado treinta mil militares, tres mil de los
cuales fueron reservistas, CIOR (1998), pg. 25.
Captulo XII.- La reserva militar desde una perspectiva atlntica 419


el mantenimiento del vnculo entre la sociedad civil y sus fuerzas armadas, una relacin siempre
necesitada de cuidado en la vieja Europa. Con un planteamiento poco realista en el que no se
renunciaba a constituir una guardia nacional de mbito europeo, el modelo propuesto en
diciembre de 1992 por la UEO era una reserva numerosa, de implantacin regional y orientada a la
defensa territorial. Sus unidades estaran equipadas con armamento especfico y sus mandos seran
oficiales bien entrenados
24
.
Conforme los pases occidentales fueron abandonando el servicio militar obligatorio, a lo
largo de la dcada de los noventa, la definicin de una reserva militar se fue haciendo ms
necesaria. Ocupada en su propia transformacin y en la adhesin de los pases de la antigua rbita
sovitica ya fuera como socios de pleno derecho o como parte del programa Partnership for
Peace (PfP), la OTAN no se ocup hasta 1999 de preparar una verdadera doctrina sobre este
recurso, promulgando el 30 de abril la directriz NATO Framework Policy on Reserves MC 441.
Slo haban transcurrido unos pocos das desde que los jefes de estado y de gobierno de los socios
de la Alianza refrendaran el Nuevo Concepto Estratgico en el que, como se recordar, se instaba
al mantenimiento de unas fuerzas regulares reducidas a costa de poder hacerlas crecer si apareca
un problema de seguridad tanto nacional como colectiva. Sin embargo, los cambios provocados
por los atentados del 11-S acabaron dando al traste con la vigencia que esta directriz
25
.
Con el trgico ataque a las Torres Gemelas, la OTAN se vio obligada a redoblar el
compromiso con su propia transformacin, incluyendo entre las nuevas amenazas al terrorismo
global. Nuevas capacidades como la creacin de la NATO Response Force se unieron a la
potenciacin de las ya existentes en servicio de la defensa colectiva
26
.
En el ao 2000, la UEO volvi a abrir el debate sobre la configuracin de las reservas de sus
socios, aunque la dificultad de armonizar entre tantos modelos era extrema. No obstante,

24
Decker (1992), pgs. 4-10. El ponente, capitn de navo Jacques de Decker, propuso en nombre de la Comisin de
Defensa de la UEO, las siguientes medidas: a) incrementar el nmero de reservistas que podan ser llamados para la
defensa interior, particularmente donde no existiese servicio militar obligatorio, b) fabricar equipo militar
especialmente orientado a la defensa interior y asegurar su disponibilidad en caso de movilizacin, c) mejorar la
instruccin de los oficiales de reserva encargados de mandar las unidades como, por ejemplo, alternar perodos de
adiestramiento en las unidades regulares con estancias con sus propios subordinados reservistas, d) adaptar el servicio
militar obligatorio, donde existiese, a las necesidades de la defensa interior y, consecuentemente, proporcionar una
intensa instruccin inicial seguida de cortos perodos de adiestramiento anuales, e) organizar la defensa interior segn
la distribucin de la poblacin, asignando el nmero necesario de militares regulares y de reservistas a las unidades
que se encuentren ms prximas a su lugar de residencia, f) retribuir adecuadamente a los reservistas durante los
perodos, g) estudiar medidas conducentes a incrementar la disponibilidad y la eficacia de la reserva de las fuerzas
combatientes y buscar medios compartidos para mejorar tanto su adiestramiento como la velocidad y eficiencia de su
movilizacin y, finalmente, h) prestar particular atencin al tiempo requerido para la movilizacin y el uso inmediato
de las unidades de reserva.
25
OTAN (1999, 24 de abril), The Alliance's Strategic Concept:
http://www.nato.int/cps/en/natolive/official_texts_27433.htm?mode=pressrelease
26
OTAN (2002, 21 de noviembre), Declaracin de la Cumbre de Praga:
http://www.nato.int/cps/en/natolive/official_texts_19552.htm?
420 El reservismo militar en Espaa

consciente de la importancia creciente de los reservistas en el nuevo escenario estratgico que
estaba definindose en el sentido de que ellos constituyeran la ltima lnea de defensa, la
organizacin europea propona la creacin de una reserva militar formada por voluntarios que
reforzaran las capacidades de las Fuerzas Armadas. Aunque su objetivo inmediato era poder
contribuir al xito de las nuevas misiones de carcter expedicionario, que ya formaban parte de la
doctrina de las organizaciones supranacionales, se valoraba muy positivamente la posibilidad de
que los reservistas acercaran el mundo militar a la sociedad civil
27
.
En este nuevo contexto mundial y ante la presin de los expertos de la UEO, entre otros, la
OTAN no tena ms remedio que actualizar la doctrina sobre reservas de 1999. La principal
dificultad a la que deba hacerse frente vena dada por las distintas concepciones de participacin
ciudadana en la defensa que posean sus socios, que provenan, como se sabe, de la cultura
anglosajona, de la Europa continental y de la antigua rbita comunista. As, en la directriz MC
441/1 la MC 441 modificada no se lleg a consensuar la configuracin y empleo de los
reservistas, pero s que sirvi al menos para comunicar claramente que este recurso era una de las
capacidades militares ms importantes de la defensa aliada. Factores culturales el apoyo de las
familias, de la comunidad y de los empleadores, legislativos, polticos y sociales de dimensin
nacional impidieron que pudiera alcanzarse una postura comn. Debido a ello, el documento
result ser una mera recopilacin de todas las doctrinas existentes entre los miembros de la
Alianza, dando un amplio margen de libertad a sus socios para el establecimiento del modelo que
mejor se adaptara a sus circunstancias nacionales. Dicho marco doctrinal se puede resumir de la
manera siguiente:

Composicin: los reservistas son hombres o mujeres que desempean una funcin
militar a tiempo parcial. Pueden ser voluntarios, veteranos de las fuerzas regulares o
personal que ha realizado el servicio militar obligatorio.
Modo de integracin en las Fuerzas Armadas: cada pas decide si integra a los
reservistas en unidades regulares o constituye unidades especficas. Asimismo,
dependiendo de los condicionantes nacionales, sus miembros pueden ser, o no,
desplegados en zona de operaciones. Se presume que, en muchos casos, la principal
ventaja del empleo de este tipo de personal provendr de sus capacidades civiles
abogados, expertos en logstica, ingenieros, intrpretes, mdicos, periodistas o
relaciones pblicas, por ejemplo. Por otra parte, se presume que su faceta militar

27
Asamblea de la UEO (2000, 5 de diciembre), Reserve forces: the new situation created by the move to professional
armed forces: http://www.assembly-weu.org/en/documents/sessions_ordinaires/rpt/2000/1712.pdf
Captulo XII.- La reserva militar desde una perspectiva atlntica 421


supondr una oportunidad de crecimiento personal para estos profesionales, lo que
reportar en un beneficio para ellos mismos y para sus empleadores.
Formacin y adiestramiento: cada pas debe disear su propio programa de
instruccin, tomando como referencia la preparacin requerida para las fuerzas
regulares. Dependiendo de la normativa nacional, los reservistas deberan tener acceso
a los mismos programas de formacin que los militares profesionales. Asimismo, cada
miembro debe animar a sus reservistas a participar en actividades de formacin de la
Alianza.
Participacin en misiones: como se ha dicho, los reservistas pueden ser desplegados en
misiones nacionales o conjuntas particularmente en las operaciones de apoyo a la
paz lo mismo que sus compaeros de las fuerzas regulares. Si ha sido
adecuadamente instruido, un miembro de la reserva militar puede ocupar cualquier
destino, aunque el aprovechamiento de sus capacidades civiles sea lo que resulta de
mayor importancia, dadas las nuevas misiones de la OTAN.
rganos de consulta: la OTAN recibe asistencia de dos rganos uno civil y otro
militar para una mejor aplicacin de las reservas. Dichas entidades son la CIOR y el
NRFC.
Apoyo: la legislacin nacional se ocupa de los derechos, deberes y beneficios sociales
de los reservistas con el fin de garantizar su participacin en las actividades propias de
su cometido. En particular, presta apoyo a sus familias y cuida del mantenimiento de
sus puestos de trabajo mientras se encuentren vistiendo el uniforme
28
.

En definitiva, la OTAN muestra en este documento su firme compromiso con el
establecimiento de unas adecuadas reservas militares a la vez que otorga a los pases miembros
una gran libertad para la organizacin de las mismas. No se desea ya disponer de un depsito de
personal movilizable para una defensa territorial, sino, por el contrario, contar con una gran fuente
de profesionales que aporten las capacidades que van siendo cada da ms requeridas, en particular
fuera de las fronteras nacionales. Tampoco se ponen lmites ni a las misiones que stos pueden
desempear ni a los escenarios en que pueden ser desplegados, una vez acreditada la instruccin
necesaria, ni se han establecido diferencias significativas con los regulares que tengan el mismo
nivel de adiestramiento. Podra concluirse que la Alianza considera los reservistas como un recurso
defensivo ms, que debe ser seleccionado, protegido, desarrollado y utilizado en el contexto de las

28
Comit Militar de la OTAN (2001), NATO Framework Policy on Reserves MC 441/1:
http://cior.net/old/docs/english/KeyDocuments/MC_441_1_e.pdf
422 El reservismo militar en Espaa

Fuerzas Armadas, aprovechando las sinergias que puedan existir con procesos ya existentes, como
la formacin del personal regular
29
.
No se puede decir que este enfoque haya dejado de dar sus frutos. La OTAN obtiene de cada
reservista una dedicacin media de veinticinco das al ao, pudiendo concluirse con carcter
general que este recurso es ampliamente usado por bastantes pases, aunque requiere de promocin
en otros, si bien el promedio resulta razonablemente favorable
30
.

3. ORGNICA DE LA ALIANZA ATLNTICA VINCULADA A LOS RESERVISTAS

Recin terminada la Segunda Guerra Mundial, la potencialidad de los reservistas fue muy
pronto tenida en cuenta por parte de algunos pases que pretendan organizar una defensa comn
frente a la Europa comunista, y que tomaron diversas iniciativas en tal sentido. As, los pases
miembros de la Unin Occidental ms adelante la UEO solicitaron a sus asociaciones de
oficiales reservistas, antes de la firma del Tratado de Bruselas de 1948, que se confederaran y
ofrecieran una interlocucin nica con la organizacin internacional que habra de ser fundada ese
mismo ao. Se recordar que la mayora de dichas asociaciones haban sido constituidas en el
primer cuarto del siglo XX con el fin de aglutinar a estos oficiales, favorecer la interlocucin con
ellos en tiempo de paz y fomentar el sentimiento de clase
31
.
Debido a ese ofrecimiento, las dos confederaciones de reservistas, denominadas CIOMR
oficiales mdicos y CIOR, se encontraban ya activas en 1949, cuando se firm el acta
fundacional de la OTAN. Eso permiti que, desde sus comienzos, la Alianza aprovechase el nexo
comn que representaban estas entidades civiles y les diese consideracin de rganos consultivos
en materia de utilizacin de las reservas. Sin embargo, la integracin en su orgnica se hizo esperar

29
El programa estadounidense Human Terrain System (HTS) es un buen ejemplo de aplicacin de capacidades civiles,
y difcilmente disponibles entre los militares, a las operaciones. Se trata de una iniciativa para mejorar el proceso de
toma de decisiones mediante el suministro al mando de una interpretacin en clave sociocultural de todo lo que sucede
en su rea de responsabilidad. En ese sentido, antroplogos, fillogos, siclogos y socilogos son desplegados
conjuntamente con la fuerza para que los comandantes comprendan mejor la poblacin local y prevean eventuales
reacciones de sta. Los equipos se despliegan a nivel tctico y operativo, estableciendo relaciones con los miembros
ms influyentes de la comunidad para as poder dar asesoramiento y crear oportunidades para los mandos y sus
unidades, Garca Orrico (2012), pg. 3.
30
Cayetano (2012), pg. 20. El oficial de comunicacin de la presidencia francesa de la CIOR 2012-2014, capitn
Guillaume Lasconjarias, manifest que Pour lOTAN et ses pays-membres les forces de rserve sont dsormais
comprises non plus seulement comme un rservoir de forces mobilizables pour les tches ponctuelles sur le territoire
national, mais aussi, de plus en plus, comme un formidable vivier de capacits dont les tats ont besoin, [En
adelante, las fuerzas de reserva sern consideradas por la OTAN y por sus pases miembro no slo como un depsito
de fuerzas movilizables sino tambin, cada da ms, como un formidable vivero de capacidades que los estados
necesitan, traduccin del autor], Lasconjarias (2012), pg. 12.
31
El Tratado de Bruselas de 1948, que dio nacimiento a la Unin Occidental, fue firmado el 17 de marzo del mismo
ao entre Blgica, Francia, Holanda, Luxemburgo y Reino Unido.
Captulo XII.- La reserva militar desde una perspectiva atlntica 423


hasta 1976, cuando el aperturismo hacia el Pacto de Varsovia, derivado del proceso de Helsinki y
la distensin consiguiente, propiciaron nuevas lneas de colaboracin con los pases comunistas.
La Alianza debi de pensar que establecer lazos en el mbito militar, en un ambiente que an era
de desconfianza, poda hacerse con mayor facilidad a travs de una confederacin de reservistas
civiles, al fin y al cabo. No obstante, se requera de cierta coordinacin organizativa y de algn
lazo jerrquico. De esta manera, una libre asociacin de ambas confederaciones qued vinculada al
Comit Militar en adelante, por simplicidad, slo se mencionar a la CIOR pero se entender
que se habla de ella y de la CIOMR. Sin embargo, la invasin sovitica de Afganistn en 1979 y
el despliegue de misiles balsticos en suelo europeo detuvieron el citado proceso de distensin y
aplazaron la colaboracin entre reservistas de ambos lados del Teln de Acero hasta despus de la
cada del Muro de Berln
32
.
El reverdecimiento de la Guerra Fra a lo largo de los aos ochenta trajo algunos cambios
organizativos en la OTAN, entre los cuales se encuentra la creacin, en 1981, del NATO Reserve
Forces Commitee (NRFC). Este organismo, que reporta al Comit Militar desde la misma posicin
jerrquica que CIOR y que est formado por los responsables de las reservas de cada ministerio de
Defensa aliado, ha venido ofreciendo desde entonces una visin gubernamental y militar
complementaria a la visin civil sobre utilizacin de los reservistas que ofreca la susodicha
confederacin. La coordinacin necesaria entre ambas instancias fue articulada en 1987 mediante
un protocolo de entendimiento, de tal manera que los programas y proyectos respectivos se
encuentren debidamente alineados con la poltica de defensa comn
33
.

3.1. Confdration Interallie des Officiers de Rserve (CIOR) y Confdration Interallie des
Officiers Mdicaux de Rserve (CIOMR)

El 16 de marzo de 1935, el gobierno alemn anunci su decisin de restablecer la prestacin
personal obligatoria y de constituir un ejrcito de 36 divisiones, lo que supuso la desvinculacin
unilateral de las limitaciones de ndole militar impuestas por el Tratado de Versalles. Como una de
las consecuencias del clima de inseguridad que comenz a reinar entre los pases fronterizos de

32
Comit Militar de la OTAN (1998), Relationship between NATO and CIOR, MC 248:
http://cior.net/old/docs/english/KeyDocuments/MC_248_1_e.pdf; y http://www.nato.int. No en vano, el proceso de
Helsinki se convirti en un hecho histrico de gran importancia. El 1 de agosto de 1975 se firm un acta por el que 33
pases europeos todos salvo Albania, Estados Unidos y Canad reconocan la inviolabilidad de las fronteras, la
libre circulacin de las ideas y de las personas y la necesidad de desarrollar sus relaciones econmicas. Aunque en un
primer momento pareci una victoria del Pacto de Varsovia frente a Occidente recurdese la reciente derrota en
Vietnam, se considera que la firma del Acta de Helsinki fue el principio del derrumbamiento del bloque comunista,
Torre (2006), pg. 18.
33
http://www.nato.int
424 El reservismo militar en Espaa

Alemania, una importante delegacin de la federacin francesa UNOR formada por alrededor de
500 oficiales reservistas viaj a Bruselas para reunirse con una centena de colegas belgas y
visitar algunas unidades militares de ese pas. Con aquella reunin qued sembrada la semilla de
colaboracin en materia reservista entre dos estados que ms tarde habran de ser aliados
34
.
La visita fue devuelta ms tarde, aprovechando la celebracin de la tensa exposicin universal
de Pars de 1937. En ese momento haba pasado algo ms de un ao desde que los alemanes
desplegasen tropas en la desmilitarizada regin del Rin
35
. Buena parte de los participantes en estos
encuentros se volvieron a ver las caras despus de la Segunda Guerra Mundial con el propsito de
fundar una organizacin que aglutinase a todos los aliados. Uno de ellos el teniente coronel
belga Jean Bloch resumi as el fin perseguido: la dfense de nos pays et des valeurs qui sont
la base de notre conception du droit et des liberts
36
.
Acabada la Segunda Guerra Mundial, la apresurada retirada de gran parte de las tropas
anglosajonas que se encontraban en suelo europeo se produjo mucho antes de que belgas,
franceses y holandeses tuviesen ocasin de organizar unas fuerzas armadas adecuadas. Eso gener
en dichos pases un acentuado sentimiento de autodefensa. As, numerosos oficiales reservistas que
haban combatido en las fuerzas regulares y en la resistencia se movilizaron para poner su
experiencia al servicio de la seguridad colectiva. En esas circunstancias, antes incluso de que se
fundara la UEO y, desde luego, la OTAN, entusiastas e influyentes miembros de las reservas
de los tres citados pases europeos comenzaron en 1946 a reactivar las relaciones que se haban
mantenido antes de la guerra con el fin, en esta ocasin, de constituir una organizacin de
reservistas en el mbito del que habra de llamarse luego Bloque Occidental. Esta entidad sera la
CIOR, si bien en un principio el acrnimo respondi al nombre de Comit Interalli des Officiers
de Reserve
37
.
Las deliberaciones se prolongaron durante casi dos aos, de manera que el acto fundacional
no tuvo lugar hasta noviembre de 1948, cuando tuvo lugar en Bruselas el primer congreso
organizado por los miembros iniciales de la confederacin Blgica, Francia y Holanda, como se

34
Redaccin (1935, 17 de marzo), Alemania, rompiendo con el Tratado de Versalles, ha restablecido el servicio
militar obligatorio y creado un ejrcito de treinta y seis divisiones, ABC, pgs. 25 y 26; y CIOR (1998), pg. 18.
35
Mediante el Acuerdo de Locarno de 1925 Alemania haba reconocido tanto la inviolabilidad de sus fronteras con
Francia y Blgica como la desmilitarizacin de la regin del Rin. Sin embargo, el 7 de marzo de 1936, Hitler repudi
este acuerdo y orden que las fuerzas armadas alemanas se desplegaran en dicha regin. La accin de Hitler fue
condenada por Francia y por Reino Unido, pero ninguna de las dos naciones intervino, Redaccin, (1936, 8 de marzo),
Hitler anuncia ante el Parlamento que considera caducado el Acuerdo de Locarno, a consecuencia del Tratado
Francorruso, y el Reich recobra su plena soberana en la zona desmilitarizada, ABC, pgs. 23-25. Al encuentro
franco-belga de reservistas que tuvo lugar en 1937 se unieron otros oficiales procedentes de Checoeslovaquia, Estados
Unidos, Italia, Japn, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumana y Yugoeslavia, CIOR (1998), pgs. 18.
36
[La defensa de nuestros pases y de los valores que constituyen la base de nuestra concepcin del derecho y de las
libertades, traduccin del autor], CIOR (1998), pg. 19.
37
El comit se denomin confederacin en 1952, ibdem, pgs. 26 y 129.
Captulo XII.- La reserva militar desde una perspectiva atlntica 425


ha dicho, al que asistieron tambin observadores de Canad, Estados Unidos, Luxemburgo y
Reino Unido
38
.
En cuanto a la relacin de la CIOR con la OTAN, a partir de la propia fundacin de esta
ltima ya se tendieron puentes que han perdurado hasta el momento presente, dada la vocacin
atlantista de la primera de ellas. Sin embargo, el estatus actual, en el que la CIOR mantiene una
vinculacin directa con el Comit Militar de la OTAN a travs de su rgano ejecutivo (IMS), no
comenz a establecerse hasta 1976, como se ha dicho anteriormente
39
.
En estos momentos, la CIOR representa a alrededor de 1,3 millones de reservistas agrupados
en torno a las federaciones y asociaciones nacionales de 33 pases, constituyendo la mayor
organizacin de oficiales de este tipo del mundo
40
. Si existe esta confederacin es porque se piensa
que es importante establecer fuertes vnculos entre los reservistas y las autoridades militares,
estando tambin entre sus misiones que los propios oficiales se relacionen entre ellos y que los
pases miembros de la Alianza les fijen similares deberes, derechos, adiestramientos y
compromisos, sin perjucio de las particularidades y tradiciones nacionales. De esta manera, la
CIOR provee de asesora estratgica al presidente del Comit Militar y promueve el desarrollo
profesional de los oficiales reservistas
41
.
La actividad de la confederacin gira en torno a dos grandes eventos anuales, la reunin de
invierno que se celebra en Bruselas y el congreso de verano que tiene lugar de forma
itinerante. Ocho comits rinden cuentas en ambos eventos, si bien sus integrantes desempean
su labor durante todo el ao, mantenindose en contacto mediante recursos electrnicos
42
.

38
El congreso fundacional de la CIOR de 1948 fue preparado con una sorprendente exhaustividad en lo que respecta a
los contenidos que resultaban de inters para la aplicacin adecuada de los reservistas. Muchas de esas materias son
actuales an hoy y, yendo ms all, constituyen todava problemas no resueltos en las reservas occidentales, como se
ver en su momento. Cinco comisiones se dedicaron a las siguientes materias principales: preparar la creacin de un
rgano permanente de contacto entre los oficiales reservistas y los paises atlnticos se recuerda de nuevo que la
OTAN an no haba sido fundada,analizar la situacin de los oficiales reservistas en tiempo de paz reclutamiento,
formacin, promocin, activacin, instruccin, etc., estudiar la situacin de estos oficiales en la vida civil
seguridad en el empleo, beneficios sociales, beneficios materiales, invalidez, pensiones, etc., proponer la misin de
los oficiales reservistas no activados en tiempo de guerra utilizacin, papel en la industria, papel en la
administracin y defensa pasiva y, por ltimo, analizar su situacin y misiones a desempear como parte de unas
fuerzas en pie de guerra, ibdem, pgs. 30, 31 y 129.
39
En noviembre de 1977, un presidente de la CIOR el contralmirante britnico Sharp habl por primera vez ante
el Comit Militar, ibdem, pg. 72.
40
Los miembros de pleno derecho de la CIOR son Albania, Alemania, Blgica, Bulgaria, Canad, Croacia, Chequia,
Dinamarca, Eslovenia, Espaa, Estados Unidos, Estonia, Francia, Grecia, Holanda, Hungra, Italia, Letonia, Lituania,
Luxemburgo, Noruega, Polonia, Rumana, Turqua y Reino Unido. Austria, Eslovaquia es un miembro de la OTAN
que no se ha inscrito an en la CIOR, aunque se presume su prxima vinculacin, Finlandia, FYROM, Sudfrica,
Suecia, Suiza tienen el carcter de asociados, mientras que Moldavia tiene el estatus de invitado, CIOR (2010
B
), pg.
3; y http://www.cior.net
41
CIOR (2008), pg. 3.
42
Los comits de la CIOR son Defense attitudes and security issues DEFSEC, Civil and military cooperation
CIMIC, Winter seminar, Military competitions MILCOMP, Legal affairs, Partnership for peace PfP,
CIOR language academy y Young reserve officers workshop YROW, CIOR (2010
B
), pgs. 11-16.
426 El reservismo militar en Espaa

Los oficiales mdicos poseen la tradicin ms antigua de afiliacin internacional, dado que,
tanto reservistas como oficiales regulares de los pases aliados e incluso de otras naciones ms
adelante enemigas, como la URSS, venan asistiendo juntos a congresos de sanidad militar
desde finales de la Gran Guerra. Con ello intercambiaban sus experiencias, tanto en la curacin de
heridos como en la prevencin de las enfermedades del combatiente, al amparo de lo que se
denomin Comit Internacional de Medicina y Farmacia Militar, justo antes de que comenzara la
Segunda Guerra Mundial. En los prolegmenos de la fundacin de la UEO y, ms tarde, de la
OTAN, se le pidi al general de sanidad Jules Voncken del ejrcito belga, quien haba sido el
promotor del anteriormente citado comit que creara un foro donde pudieran tratarse de forma
abierta los problemas mdicos de la guerra moderna, particularmente los derivados del empleo de
armas nucleares. Obviamente, dicho foro no poda incluir, como haba ocurrido hasta entonces, a
pases potencialmente enemigos.
Para dar cumplimiento a lo solicitado, el general Voncken se reuni en noviembre de 1948
con algunos colegas de profesin y de condicin procedentes de Blgica, Canad, Estados Unidos,
Francia y Holanda. Es preciso decir que iba a producirse un cambio en el carcter de los miembros
que habran de atender este nuevo foro. Y es que, en la posguerra mundial, se daban dos
circunstancias en relacin con la Sanidad militar. La primera era que la inmensa mayora de los
oficiales mdicos que haban hecho la guerra entre los aliados alrededor de cien mil haban
preferido abandonar la carrera militar para dedicarse a actividades de mayor reconocimiento
pblico, como la enseanza universitaria o la medicina hospitalaria, llegando a originar un
problema de falta de cuadros sanitarios en algunos pases
43
. Los mdicos que tomaron esta
decisin eran, por lo general, los que tenan mayores posibilidades de xito, es decir, los mejor
preparados. En segundo lugar, y en reciprocidad a lo precedente, los oficiales mdicos que
permanecieron en el servicio activo al final de la dcada de los cuarenta no mostraban gran inters
por las investigaciones cientficas ni por el desarrollo de la profesin mdica en el entorno
castrense.
En estas circunstancias, se decidi en aquella reunin que el rgano al que se iba a encargar el
fomento de la formacin de los mdicos militares y de la operatividad de las unidades sanitarias
aliadas quedase formado por los oficiales de esta especialidad que haban pasado a la reserva.
Estos individuos, que pertenecan a las asociaciones nacionales de oficiales de sanidad de cada uno

43
Las Fuerzas Armadas estadounidenses terminaron la Segunda Guerra Mundial con 40.000 oficiales mdicos, cuando
slo tenan mil en activo al comienzo de la misma. Asimismo, Canad moviliz durante la contienda a 4.000 mdicos,
CIOMR (1948, noviembre), Actas del congreso de 20 y 21 de noviembre de 1948:
http://www.ciomr.org/download/CIOMR_Minutes_20-21Nov48_lowres.pdf
Captulo XII.- La reserva militar desde una perspectiva atlntica 427


de los pases miembros de la Alianza, se agruparon en una entidad denominada Confdration
Interallie des Officiers Mdicaux de Rserve (CIOMR)
44
.
Desde entonces, la CIOMR agrupa a la mayora de las asociaciones de oficiales mdicos
reservistas de la organizacin atlntica cirujanos, enfermeros, farmacuticos, odontlogos,
siclogos y veterinarios, entre otras especialidades de utilidad militar, adems de algunos otros
asociados y observadores
45
. A lo largo de estos aos ha respondido a la tarea encomendada y
mantenido una intensa actividad, celebrando al menos un congreso al ao adems de otras
reuniones menores en pro de conseguir los siguientes objetivos fundacionales:

To contribute positively to the organisation and readiness of the military health
services of NATO member nations, thereby enhancing their effective function both
nationally and internationally. Further, to promote in every possible way the
standardisation and interoperability of those medical services during peace or war.
To bring to the attention of the proper NATO authorities recommendations and
suggestions which, in the opinion of CIOMR, will improve the effectiveness of medical
services provided by and for NATO forces.
To stimulate esprit de corps and mutual understanding between the Regular and
Reserve Medical Forces within NATO.
To maintain a close liaison with national and international medical organisations
46
.





44
Una resea sobre la historia de la fundacin de CIOMR se encuentra en http://www.ciomr.org/en/history/foundation,
aunque se dispone de informacin primaria de la que se considera su acta fundacional:
http://www.ciomr.org/download/CIOMR_Minutes_20-21Nov48_lowres.pdf
45
Los miembros de CIOMR son las asociaciones de oficiales reservistas mdicos de Alemania, Blgica, Bulgaria,
Canad, Dinamarca, Eslovenia, Espaa, Estados Unidos, Estonia, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Letonia, Lituania,
Noruega, Polonia y Reino Unido. Los miembros que, por no pertenecer a la OTAN, tienen el carcter de asociado son
Austria, Singapur, Sudfrica y Suiza, mientras que FYROM mantiene el estatus de observador:
http://www.ciomr.org/en/about/members.
46
[Contribuir positivamente a la organizacin y preparacin de los servicios de sanidad de los miembros de la
OTAN, de modo que mejoren su desempeo tanto en misiones nacionales como internacionales. Adems, promover
de la mejor manera posible la estandarizacin y la operatividad interaliada de dichos servicios, tanto en tiempo de paz
como en guerra. Llamar la atencin de las correspondientes autoridades de la OTAN sobre las recomendaciones o
sugerencias que, en opinin de la CIOMR, mejoraran la eficacia de la atencin mdica proporcionada por y para las
fuerzas de la OTAN. Estimular el espritu de cuerpo y de entendimiento mutuo entre la Sanidad militar regular y la de
reserva, dentro de la OTAN. Mantener una cercana vinculacin con las organizaciones mdicas nacionales e
internacionales, traduccin del autor], CIOMR (2008, 12 de julio), International CIOMR Constitution:
http://www.ciomr.org/en/about/constitution_and_by-laws/constitution
428 El reservismo militar en Espaa

3.2. NATO Reserve Forces Committee (NRFC)

Hasta 1981, la OTAN haba pensado que la organizacin y gestin de las reservas era del todo
punto un asunto de ndole nacional. Tras la invasin sovitica de Afganistn, se consider que, si
bien esto deba seguir siendo as como reza el marco establecido por la norma MC 441/1, era
mejor que un rgano central dependiente del Comit Militar constituyera un foro de intercambio
de experiencias entre los distintos ministerios de Defensa de la Alianza y que sirviera adems de
apoyo oficial y multilateral a los reservistas agrupados en torno a la CIOR. As naci el NRFC
que, ms adelante, adquiri funciones de asesor del Comit Militar, si bien tuvo muy escasa
actividad hasta 1996, cuando fueron finalmente aprobados sus objetivos y responsabilidades.
Adems, dichos objetivos, que se relacionan a continuacin, tuvieron que esperar a 1998 para ser
plasmados con alguna actualizacin en una norma directiva del Comit Militar.

Strengthen the readiness of the Alliance Reserves by providing a forum for informal
and candid exchanges of information.
Serve as a committee, to provide policy advise on Reserve issues to the Military
Committee (MC).
Provide appropriate advice and support to the Inter allied [sic] Confederation of
Reserve Officer (CIOR), to assist their activities in support of Alliance goals and
advice de MC on its relationship with CIOR
47
.

De esta manera, el papel de asesor de la OTAN en materia de reserva ya no es exclusivo de la
CIOR. Esta evidente oportunidad de conflicto entre las dos organizaciones, que comparten no
obstante fines generales, requiri muy pronto de la firma de un acuerdo entre ambas. En su virtud,
se admite la mutua independencia y se establecen flujos recprocos de informacin, conservando el
mismo nivel jerrquico de dependencia del Comit Militar. El NRFC debe dedicarse a los fines

47
[Constituir un foro de intercambio sincero e informal de informacin para as reforzar la preparacin de las
reservas de la Alianza. Asesorar al Comit Militar en materia de poltica de reserva. Dar asesoramiento y apoyo a la
CIOR en lo que respecta a la organizacin de las actividades de sta, siempre que tengan que ver con los objetivos de
la Alianza. Asimismo, asesorar al Comit Militar en cuanto a su relacin con la CIOR, traduccin del autor], Comit
Militar de la OTAN (1998), Relationship between the Nacional Reserve Forces Commitee (NRFC) and the North
Atlantic Treaty Organisation (NATO) MC 392: http://www.cior.net/getattachment/About-CIOR/Key-
Documents/MC_-392-Relationship-between-NATO-and-NRFC.pdf.aspx
Captulo XII.- La reserva militar desde una perspectiva atlntica 429


relacionados anteriormente, mientras se espera que la CIOR se ocupe primordialmente de
mantener alto el nivel de compromiso de los oficiales confederados en ella
48
.
Veintitrs responsables de las reservas de los pases miembros de la Alianza todos los que
la componen, excepto Albania, Croacia, Islandia, Luxemburgo y Portugal, adems de Australia
como observador, oficiales generales en su prctica totalidad, se renen al menos dos veces al
ao para intercambiar informacin y favorecer que se desplieguen reservistas en las misiones
aliadas reserves add unique capabilities in the new threat environment and can help sustain
operations
49
. A las reuniones plenarias asisten tambin oficiales de enlace del IMS y de los
mandos de Operaciones y de Transformacin Allied Command Operations y Allied Command
Transformation. Expresamente, este comit evita dar indicaciones sobre cmo resolver
problemas estratgicos, tcticos u operativos. Lo mismo que sucede en la CIOR, la presidencia se
renueva cada dos aos, perteneciendo ambos presidentes al mismo pas como una medida ms para
propiciar el entendimiento
50
.



48
Firmado inicialmente entre los presidentes de la CIOR y del NRFC en 1987, este acuerdo ha sido revisado dos
veces: en 1998 y en 2003, NRFC/CIOR (2003, 24 de julio), Memorandum of understanding between Confederation
Interallie des Oficciers de Reserve and National Reserve Forces Committee:
http://cior.net/old/docs/english/KeyDocuments/MOU_CIOR_NFRCpdf.pdf. A pesar de este acuerdo, de tarde en tarde
suelen aparecer fricciones entre el NRFC y la CIOR, como sucedi durante la presidencia holandesa que termin en el
verano del 2010. Varios representantes de ministerios de Defensa consiguieron crear un grupo de trabajo que
propusiera al Comit Militar un nuevo el estatuto de dependencia jerrquica de la CIOR, en el que sta reportara
orgnicamente al NRFC en vez de al propio rgano directivo de la Alianza. Sin embargo no es previsible que esto
cambie por el momento, como reza el informe de 2010 de la confederacin, que nicamente refleja que hay diferentes
puntos de vista sobre las relaciones orgnicas entre ambas organizaciones, CIOR (2010
A
), pg. 4.
49
http://www.nato.int. [Las reservas aportan capacidades nicas frente a las nuevas amenazas y pueden ayudar a
sostener las operaciones, traduccin del autor], conferencia del teniente coronel Gil Couch, secretario del NRFC, en
el Young Reserve Officer Workshop (YROW), en Lozen (Bulgaria), mayo de 2008; la trascripcin ha sido facilitada
por el teniente de Infantera de Marina (RV) Carmelo Molina.
50
NRFC/CIOR (2003, 24 de julio), Memorandum of understanding between Confederation Interallie des Oficciers
de Reserve and National Reserve Forces Committee:
http://cior.net/old/docs/english/KeyDocuments/MOU_CIOR_NFRCpdf.pdf

Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 431


CAPTULO XIII.- PARADIGMAS ACTUALES DE ORGANIZACIN DE UNA
RESERVA MILITAR


Prcticamente todas las reservas del mundo pueden clasificarse en base a cuatro modelos. Dos
de ellos se nutren de personal procedente del servicio militar obligatorio, mientras que los dos
restantes utilizan voluntarios. La OTAN prefiere este ltimo sistema, que es ms indicado para el
vigente escenario estratgico y que, por dicha razn, representa el futuro. No obstante, algunos de
sus miembros tienen razones para someter a parte de sus ciudadanos a la obligatoriedad de la
pertenencia a la reserva.
Comenzando por los modelos basados en voluntarios, se ha de distinguir entre los paradigmas
anglosajn y continental. El primero de ellos forma unidades de reservistas que estn en
disposicin de desempear las mismas funciones que las fuerzas regulares, integrndose llegado el
caso bajo el mismo mando que aqullas. Eso no es impedimento para que asuman en prctica
exclusividad determinadas tareas, dado que pueden ser llevadas a cabo ms eficazmente desde una
perspectiva civil, siendo sus mejores exponentes Estados Unidos y el Reino Unido. El segundo de
los modelos, el continental, se caracteriza por aportar especialistas de todo tipo que refuercen las
capacidades de los ejrcitos sin constituir unidades especficas ni asumir directamente actividades
combatientes. En este caso, se desea disponer de perfiles tiles desde el punto de vista
castrense ubicados en el mercado de trabajo civil y que, en situacin de inactividad en la
reserva, estn al servicio de la economa nacional. Como ejemplos de este paradigma, se analizar
en detalle la forma en que franceses e italianos tienen organizados a sus voluntarios.
En cuanto a las reservas de pertenencia obligada, el modelo ms extendido de esta categora
es el derivado del servicio militar prusiano. Como se recordar, este sistema permite obtener tantos
reservistas como ciudadanos tiles hayan pasado por los cuarteles, aunque una vez devuelto el
uniforme no se preocupa demasiado de la instruccin de los exsoldados, debido a que son las
fuerzas regulares las que asumen, en la prctica y en una primera instancia, el papel defensivo. Es
la reserva de masas que est relacionada con el concepto de guerra convencional y que tan presente
estuvo en los conflictos que estallaron entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo
XX. Aunque otros muchos pases an tienen vigente este paradigma, se ha considerado que China y
Rusia son unos buenos representantes del mismo. El ltimo de los paradigmas es el basado en un
ejrcito-milicia. Aqu, las fuerzas regulares se reducen a la mnima expresin, tomando la reserva
un sorprendente protagonismo en la defensa nacional. Es el concepto del ciudadano-soldado que,
habiendo recibido una instruccin inicial al adquirir la edad adulta, sigue ponindose el uniforme
432 El reservismo militar en Espaa

cada ao para recibir adiestramiento o para desempear actividades que pueden ser tanto de
combate como de apoyo al combate. Suiza fue quien consolid esta forma de reserva en la ms
temprana Edad Contempornea e Israel quien la imit al comenzar a funcionar como un estado
independiente en la segunda mitad del siglo XX. Dada la implicacin ciudadana que requiere, la
implantacin de un sistema de estas caractersticas se limita, prcticamente, a los dos pases
citados.

1. EL ENTORNO OTAN O EL LIDERAZGO INDISCUTIBLE DE LA RESERVA BASADA EN
VOLUNTARIOS

Como se ha visto, la reserva forma parte de esas capacidades militares que los socios de la
OTAN deben cuidar, y en cuya precisa configuracin dicha organizacin evita pronunciarse ms
all del marco dado por la NATO Framework Policy on Reserves MC 441/1, aludida en varias
ocasiones. Esa doctrina contempla, como se recordar, que los reservistas pueden ser voluntarios,
veteranos de las fuerzas regulares o personal procedente del servicio militar obligatorio, si bien es
la primera de estas modalidades la ms frecuente entre los socios de la Alianza, en especial en
aqullos que proceden del bloque occidental.
Esto es debido a que no se contempla un escenario estratgico en que pueda darse una
conflagracin de la magnitud de las dos guerras mundiales del siglo XX. De esta manera, las
reservas tradicionales basadas en un abundante nmero de ciudadanos sin formacin ni
entrenamiento adecuados, y provenientes del servicio militar obligatorio estn siendo
abandonadas, como ha sucedido recientemente en Alemania
1
. De igual forma, las reservas
constituidas por militares de carrera que han superado una determinada edad resultan de
improbable activacin, por cuanto estn concebidas para poder aumentar las unidades regulares en
un escenario de guerra convencional
2
.
En definitiva, la modalidad de reserva integrada por voluntarios es la que hoy resulta eficaz y
eficiente en trminos de defensa, y es la que merece mayor atencin en este trabajo. Sin embargo,
no se puede presuponer una configuracin nica. Cada pas ha elegido, dentro de la libertad
otorgada por la OTAN, la que ms ha convenido a su poltica de defensa, a las necesidades de sus
fuerzas armadas, al compromiso de su sociedad con la participacin en la defensa y a sus

1
El gobierno alemn suspendi el servicio militar obligatorio de slo seis meses de duracin, en su ltima etapa a
partir del 1 de julio de 2011, con un amplio apoyo parlamentario y con el propsito de disponer de unas Fuerzas
Armadas ms reducidas, flexibles y orientadas a las misiones internacionales, Poch, R. (2010, 23 de noviembre),
Alemania abolir el prximo julio el servicio militar obligatorio, La Vanguardia, pg. 5.
2
Un clculo de los efectivos que deben mantenerse, en activo y en reserva, para hacer frente a un enemigo
convencional, equilibrando coste y eficacia, puede encontrarse en Birkin (1974).
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 433


tradiciones militares, generando por tanto un abanico de posibilidades que se intentarn agrupar en
torno a dos paradigmas. El primero de ellos es aqul donde los reservistas constituyen unidades
independientes con todas las capacidades necesarias para el combate, cuyos principales exponentes
son Estados Unidos y Reino Unido. El segundo paradigma basa el empleo de reservistas en su
formacin y experiencia civiles y los utiliza de refuerzo de las capacidades de las Fuerzas
Armadas. Este modelo es de amplia implantacin en la Europa continental por ejemplo, en
Blgica, en Francia, en Italia y en la propia Espaa, donde la capacidad suplementaria
proporcionada por los reservistas es integrada en las unidades existentes, que no ven alterada su
plantilla ni su orgnica.

2. CIUDADANOS EN DISPOSICIN DE COMBATIR: MODELO SAJN

En los pases anglosajones, el compromiso de la sociedad civil con la defensa forma parte de
su propia tradicin de reaccin ante situaciones de emergencia. Los antecedentes ms remotos
proceden de los pobladores sajones de las islas britnicas e incluso, segn algunos autores, de los
mismos celtas. Hoy en da, los reservistas voluntarios son una parte fundamental de las fuerzas
armadas de Canad, Estados Unidos y Reino Unido. Ellos abandonan con normalidad su puesto de
trabajo civil y se despliegan por todo el mundo, ya sea formando parte de unidades especficas que
complementan a las fuerzas regulares, ya sea ocupando destinos individuales de combate o de
apoyo al combate. La instruccin es permanente y retribuida, por lo que hacerse miembro de la
reserva es una opcin que prefieren principalmente los estudiantes y los empleados de renta baja.
Al serles encargadas misiones similares a las de las unidades activas, los reservistas reciben el
mismo adiestramiento y el mismo armamento y equipo, dando lugar a lo que algunos autores
denominan ejrcito paralelo
3
.

2.1. Los siete componentes de la reserva de Estados Unidos

Estados Unidos dispone de la reserva ms numerosa de la OTAN, con ms de un milln de
efectivos en situacin de alta disponibilidad. Desde los atentados del 11-S, ochocientos mil
reservistas voluntarios han sido desplegados en los escenarios en los que su pas ha intervenido, lo
que da idea de la importancia estratgica otorgada por este pas a la potente fuerza compuesta por
ciudadanos-soldados. Por supuesto, no permanecen inactivos ya que, en 2003, la media de

3
Decker (1992), pgs. 30 y 31; y Cayetano (2012), pg. 20.
434 El reservismo militar en Espaa

utilizacin de cada uno de ellos fue de sesenta y tres das
4
. Dicha fuerza est segregada en siete
reservas, que pueden ser agrupadas a su vez en torno a tres bloques diferenciados: las reservas de
cada uno de los cuatro ejrcitos en Estados Unidos la Infantera de Marina es relativamente
independiente de la Armada, la Guardia Nacional en sus modalidades terrestre y area y la
reserva de la Guardia Costera. A continuacin se muestran sus respectivos nombres en ingls.

Army Reserve.
Navy Reserve.
Marine Corps Reserve.
Air Force Reserve.
Army National Guard of the United States.
Air National Guard of the United States.
Coast Guard Reserve
5
.

Existe otra clasificacin, derivada de la situacin de disponibilidad en la que se encuentra
cada individuo. Esta jerarqua se ver ms adelante.

2.1.1. Los dos Ejrcitos, la Armada y la Infantera de Marina

Desde su constitucin en 1908, cualquier estadounidense de entre diecisiete y treinta y cinco
aos puede pertenecer a las reservas de los ejrcitos con slo pasar un examen terico y unas
pruebas fsicas. No es necesaria experiencia militar previa, aunque s acreditar que no se tienen
causas pendientes con la justicia y que no se est a cargo en solitario de menores. Los que
consiguen el acceso reciben una compensacin que puede llegar dependiendo del empleo y del
destino a ser de ms de 16.000 euros anuales. Tambin reciben determinados beneficios sociales
como seguro mdico, ayudas para estudios o pensin de jubilacin. A cambio los reservistas se
comprometen a dedicar un fin de semana al mes a su propio adiestramiento, as como a acudir una
vez al ao a un perodo de instruccin ms intenso y prolongado.
Durante los seis aos que dura el compromiso aunque la alta disponibilidad en cualquier
caso es de ocho aos, los reservistas permanecen vinculados a unidades especficas repartidas
por todo el territorio nacional. Dichas unidades de reserva suponen hoy el 20 por ciento de toda la

4
Departamento de Defensa (2011), An indispensable force, Reserve affairs brochure:
http://ra.defense.gov/documents/publications/RA-Trifold.pdf; y Weitz (2007), pg. 5.
5
Reserve components generally, US Code, captulo 1003: http://uscode.house.gov/download/pls/10C1003.txt
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 435


fuerza y son mantenidas en permanente funcionamiento gracias a que parte de sus cuadros son
reservistas que se activan a jornada completa por largas temporadas es la denominada Active
Guard Reserve gozando de los mismos beneficios econmicos y sociales que los militares
profesionales.
Las unidades operativas pueden asumir, y de hecho comparten, misiones con sus homlogas
profesionales, ya sea dentro o fuera del territorio nacional, siendo no obstante preferidas para la
defensa interior por la doble condicin civil-militar de sus integrantes. En cualquier caso, es
precisamente la vinculacin al mundo civil la que propicia que estos reservistas y los miembros
de la Guardia Nacional sean especialmente indicados para misiones de polica militar, contra
ciberterrorismo, de defensa contra ataques NBQ-R, logsticas, relacionadas con asuntos civiles
operaciones CIMIC, sicolgicas y sanitarias. Las misiones CIMIC son desempeadas en su
prctica totalidad por reservistas, mientras que en 2007 los destinos en operaciones sicolgicas y
en sanidad fueron ocupados en un 70 por ciento por este tipo de combatientes
6
.

2.1.2. La Guardia Nacional, por tierra y por aire

El segundo de los bloques en los que se divide la reserva de Estados Unidos lo constituye la
Guardia Nacional. Desde hace siglos, su principal misin es dar apoyo y defensa prxima a las
comunidades locales a las que sirve. Se trata, por tanto, del componente ms antiguo de las
Fuerzas Armadas estadounidenses, directamente entroncado con el primer regimiento de la milicia
britnica en suelo americano, constituido en Massachussets en 1636. Desde entonces, unidades de
la Guardia Nacional han estado en cada uno de los conflictos en los que ha participado el pas,
particularmente en la guerra con Mxico de mediados del siglo XIX y en la Guerra
Hispanoamericana de 1898, en las cuales la mayora de los efectivos fueron de esta procedencia
7
.

6
Los reservistas de Estados Unidos que pertenecen a los cuatro ejrcitos, que reciben adiestramiento semanal y que,
por tanto, slo requieren una llamada presidencial para ser movilizados y acudir al combate, son 206.000 en Tierra,
65.000 en la Armada, 71.500 en Aire y 33.000 en Infantera de Marina, 365.500 en total:
http://www.goarmy.com/reserve.html; http://www.navyreserve.navy.mil; http://afreserve.com; y
http://www.marines.mil/unit/marforres. En 2006, la reserva del Ejrcito de Tierra asumi el 96 por ciento de las
misiones CIMIC, el 66 por ciento de las operaciones sicolgicas, el 30 por ciento de las misiones de apoyo al combate
en general y el 45 por ciento de las operaciones logsticas. La Armada, por su parte, confa preferentemente en los
reservistas para ejecutar operaciones de inteligencia, de abastecimiento areo de la flota y de guerra costera. Por
ltimo, el Ejrcito del Aire utiliza este personal para completar sus tripulaciones y su personal de mantenimiento,
consiguiendo con ellos la mitad de su capacidad de transporte areo estratgico, Weitz (2007), pgs. 12 y 13. Un
ejemplo de que se prefiere a los reservistas para misiones de reconstruccin es el curso de tcnicas de cultivo que se
imparti en 2011 a un grupo de instructores, pertenecientes al Ejrcito de Tierra, con el presumible fin de extenderlo a
ms soldados, Brooks, D. (2011, 7 de agosto), Army reservists, Fort Bragg instructors learn farming techniques,
fayobserver.com: http://fayobserver.com/articles/2011/08/07/1112983?sac=Mil#comments
7
En cuanto a la Guerra Hispanoamericana, existe una aparente contradiccin entre la apreciacin de la Jefatura de la
Guardia Nacional que afirma que la presencia de reservistas en Cuba fue mayoritaria y los datos ofrecidos por
436 El reservismo militar en Espaa

Este patrn de utilizacin se mantuvo a lo largo del siglo XX con una intensidad que comenz a
decrecer tras la Guerra de Corea
8
.
Los atentados del 11-S hicieron revivir la tradicional utilizacin intensiva de la Guardia
Nacional, que conoci en 2005 su momento de mayor implicacin. Ese ao cedi alrededor de
cincuenta mil efectivos para mitigar las consecuencias del huracn Katrina, mientras que ochenta
mil compaeros ms se encontraban desplegados por todo el mundo, en distintos escenarios
blicos.
Refundada en 1903 para resolver los problemas de movilizacin encontrados con ocasin de
la Guerra Hispanoamericana, esta reserva es la ltima lnea de defensa territorial estadounidense.
Sus unidades mantienen una doble dependencia. En tiempo de paz reciben rdenes del estado de la
Unin en que estn radicadas, permitiendo as su utilizacin ante catstrofes naturales o graves
problemas de orden pblico, mientras que su dualidad civil-militar les permite gozar de privilegios
legales nicos dentro del territorio nacional
9
. En caso de necesidad, la propia Constitucin
establece que la Guardia Nacional podr estar bajo jurisdiccin nacional The Congress shall
have Power [...] To provide for calling forth the Militia to execute the Laws of the Union, suppress
Insurrections and repel Invasions, que es el modo en que interviene en misiones
expedicionarias
10
.
Ante esa doble dependencia, del gobernador del Estado y del presidente de la Nacin, cabra
pensar si la Guardia Nacional cumple el paradigma de reserva en su faceta de compartir jerarqua
con las fuerzas regulares. En realidad, en las misiones estatales funciona como una unidad policial
o de proteccin civil, mientras que cuando es llamada para desempear misiones federales se

Sargent y Puell de la Villa. Segn estos autores, la valoracin oficial es exagerada. Por un lado, el primer envo de
tropas estadounidenses a Cuba que finalmente desembarcaron el 22 de junio de 1898 en Daiquir comprenda 20
regimientos de infantera y cinco de caballera de los cuales slo tres estaban integrados por milicianos voluntarios: el
71. Regimiento de Voluntarios de Nueva York (Brigada de Infantera I/1), el 2. Regimiento de Voluntarios de
Massachussets (Brigada de Infantera I/2) y el 1.
er
Regimiento de Rough Riders (Brigada de Caballera II), es decir,
ms del 80 por ciento de la fuerza inicialmente desembarcada estaba integrada por soldados profesionales, trados de
los fuertes que defendan la frontera oeste. Por otro lado, dos meses despus la guerra fueron llegando muchas
unidades de milicias que acabaron constituyendo el componente principal de la fuerza de ocupacin, perodo al que
debe de referirse la Jefatura de la Guardia Nacional, Puell de la Villa (2005
B
), pgs. 25-28; Sargent (1907), pgs. 3-5 y
22; y http://www.nationalguard.mil.
8
La intervencin de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial comenz con el doble de efectivos procedentes de
la Guardia Nacional que de las fuerzas regulares, aportando en total 19 divisiones y otras unidades, que incluan
algunos escuadrones de aviacin. En la segunda mitad de ese mismo siglo, ms de 138.000 guardias fueron
movilizados en Corea, aparte de otros despliegues de menor entidad en Berln y en Vietnam. Igualmente, 63.000 de
ellos participaron en la operacin Tormenta del Desierto, en Irak, as como en las misiones de paz de Arabia Saudi,
Bosnia, Haiti, Kosovo, Kuwait y Somalia, http://www.nationalguard.mil
9
http://www.nationalguard.mil; y Weitz (2007), pg.7. Existen 3.200 poblaciones con despliegue de la Guardia
Nacional, Departamento de Defensa (2005, junio), Strategy for Homeland Defense and Civil Support:
http://www.defense.gov/news/jun2005/d20050630homeland.pdf
10
Constitucin estadounidense, aprobada por la Convencin el 17 de setiembre de 1787, art. I, secc. 8, NARAUS. ["El
Congreso tendr facultad [...] para convocar a la Milicia con el fin de hacer cumplir las leyes de la Unin, sofocar
insurrecciones y repeler invasiones". Traduccin del autor].
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 437


encuentra bajo el mismo mando que las unidades permanentes, pasando a denominarse entonces
Guardia Nacional de los Estados Unidos. En este supuesto s que constituye a todas luces una
reserva militar.
Dividida en fuerzas terrestres y areas la Constitucin no permite que los estados posean
barcos de guerra
11
, alrededor de trescientos mil soldados y cien mil aviadores se encuentran
encuadrados en unidades de la Guardia Nacional, repartindose por 50 estados, tres territorios y el
distrito de Columbia, conformando pues un verdadero ejrcito paralelo al regular. Las unidades
terrestres estn agrupadas en torno a 104 brigadas con diversas funcionalidades, mientras que la
Guardia Nacional del Aire cuenta con 89 unidades de vuelo y con 579 unidades de apoyo
12
. Entre
sus miembros se han encontrado figuras relevantes de la sociedad estadounidense, como el
presidente George Bush (hijo) o el senador republicano Scott Brown
13
.

2.1.3. La Guardia Costera

La Guardia Costera estadounidense es una fuerza policial de carcter militar que depende en
tiempo de paz del Departamento del Interior Department of Homeland Security y que puede
ser puesta bajo el mando de la Armada en caso de guerra, de la misma manera que sucede con
otras fuerzas policiales como la Guardia Civil espaola o la Gendarmera francesa. Proporciona
seguridad en puertos, vas fluviales y costas martimas, lucha contra el trfico de drogas y la
inmigracin ilegal, ayuda a la navegacin, realiza las actividades propias de salvamiento martimo,
protege tanto el medio ambiente como la explotacin legtima de los recursos marinos y, por
ltimo, colabora con la Defensa nacional en cualquier misin que se le encomiende
14
.

11
The Congress shall have Power [] to provide and maintain a Navy ["El Congreso tendr facultad [...] para
organizar y mantener una Marina de Guerra". Traduccin del autor], ibdem.
12
En 2011, las 104 brigadas de la Guardia Nacional del Ejrcito de Tierra se desglosaban en 28 brigadas de combate
o lo que es lo mismo, un par de regimientos de infantera o infantera mecanizada con una unidad de reconocimiento
de caballera, otra de artillera y distintos apoyos (de ingenieros, logstico, sanitario y transmisiones), 62 brigadas
multi funcionales orientadas a la reconstruccin con un mayor nfasis en las unidades CIMIC, de ingenieros y de
inteligencia, entre otras y 14 brigadas funcionales especializadas en artillera antiarea, desactivacin de
explosivos, guerra NBQ-R, ingenieros, inteligencia, polica militar, sanidad y transmisiones, Jefatura de la Guardia
Nacional (2012, 17 de febrero), The Army National Guard: a great value for America:
http://www.arng.army.mil/News/publications/Pages/WhitePapers.aspx; y Ejrcito del Aire (2010, 20 de diciembre),
Air National Guard: http://www.af.mil/information/factsheets/factsheet.asp?id=160.
13
Al senador Brown le fueron impuestas las divisas de coronel de la Guardia Nacional en enero de 2012, ejerciendo de
padrino de la ceremonia el tambin senador y antiguo veterano de Vietnam John McCain, Bender, B. (2012, 8 de
enero), Scott Brown, promoted to colonel in National Guard, honored in ceremony with John McCain, The Boston
Globe: http://www.boston.com/politicalintelligence/2012/08/01/scott-brown-promoted-colonel-national-guard-
honored-ceremony-with-john-mccain/XtCjGNDP8cG0auPsy5lsaL/story.html.
14
http://www.uscg.mil.
438 El reservismo militar en Espaa

Ocho mil reservistas adscritos a la Guardia Costera frente a 38.000 individuos en activo
componen el tercer bloque de la reserva estadounidense. Con la misma dedicacin que los dems
reservistas un fin de semana al mes y dos semanas de adiestramiento al ao, la retribucin es
tambin la misma que la que reciben sus homlogos del servicio activo, en funcin de los das
servidos, adems de contar con beneficios sociales como seguro mdico y dental gratuitos,
descuentos en el seguro de vida y libre acceso a las zonas comerciales de los recintos militares. La
obtencin del empleo de oficial mejora notablemente la retribucin en metlico, si bien es preciso
haber concluido estudios universitarios o acreditar una experiencia militar previa
15
.
Presentes en las costas estadounidenses desde finales del siglo XVIII, sus miembros no
tuvieron carcter militar hasta 1941, poco antes de la entrada de Estados Unidos en la Segunda
Guerra Mundial. El fervor patritico despertado por dicho conflicto llev a que numerosos
ciudadanos quisieran ser reservistas de la Guardia Costera. De esta manera, el 92 por ciento de
todos los guardias que estuvieron en la guerra unos 214.000 en total fueron civiles adscritos
temporalmente al cuerpo con el propsito de patrullar las costas y proteger los puertos. Un cierto
nmero de estos reservistas fue tambin movilizado para atender las necesidades provocadas por la
guerra de Vietnam, adems de otras activaciones de menor entidad que han tenido lugar con
posterioridad. Empero, la poltica de la Guardia Costera no consiste en esperar a una contingencia
para utilizar a sus reservistas sino que, por el contrario, se cuenta a menudo con dicho recurso para
reforzar la vida cotidiana de las unidades
16
.

2.1.4. Situaciones de disponibilidad del reservista estadounidense

En lo que respecta a la disponibilidad, los miembros de cada uno de los siete componentes de
la reserva estadounidense pueden encontrarse en alguna de las siguientes situaciones:

Ready reserve: el reservista permanece en este estado de alta disponibilidad durante
los seis aos que dura el compromiso inicial y durante los dos aos siguientes a su
finalizacin, recibiendo adiestramiento frecuente durante el primero de estos tramos,

15
Ibdem; y Reserve components generally, US Code, captulo 1003:
http://uscode.house.gov/download/pls/10C1003.txt
16
En 1969 se produjo el mayor pico de guardias costeros movilizados durante la guerra de Vietnam: 17.815. En 1973,
134 de ellos fueron llamados para actuar en las inundaciones del Medio Oeste. Durante la dcada de los ochenta, el
xodo de Cuba en el Mariel o el desastre ecolgico del Exxon Valdez tambin involucraron a reservistas de la Guardia
Costera, por citar tan slo los casos ms importantes. En la operacin Tormenta del Desierto de 1990 y 1991
participaron 1.650 de ellos en misiones de proteccin de puertos. En cuanto a las misiones ordinarias en suelo
nacional, en el ao 2000 fueron empleados casi 316.000 das de estos reservistas como aporte suplementario de
capacidad (http://www.uscg.mil).
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 439


como se ha visto antes. Pueden ser movilizados, con los lmites de un milln de
personas y de veinticuatro meses de duracin, siempre que el Congreso declare la
situacin de emergencia nacional. No obstante, una fraccin de doscientos mil
reservistas con determinadas condiciones en lo que respecta a la procedencia de los
efectivos y a la limitacin del tiempo de activacin se pueden poner sobre las armas
sin intervencin del poder legislativo.
Stand-by reserve: pertenece a ella todo el personal militar que ha completado su
compromiso con el servicio activo o con la Ready Reserve. El ingreso en ella implica
el cese del adiestramiento y la prdida de la vinculacin con una unidad determinada,
aunque sus miembros mantienen la condicin militar. Se necesita de una movilizacin
total, con declaracin de guerra o de emergencia nacional por parte del Congreso, para
que sea puesta en pie de guerra. Como es lgico, en dichas condiciones no existe
limitacin al nmero de reservistas que pueden ser llamados a filas, fijndose el lmite
temporal en lo que dure la contingencia que provoc la movilizacin, al que se aaden
seis meses ms.
Retired reserve: como su nombre indica, es una reserva de baja probabilidad de
movilizacin, que encuadra a todo el personal que haya cumplido veinte aos o ms de
servicio activo o de reserva. Como la Stand-by Reserve, puede ser activada en caso de
crisis muy grave, es decir, con la intervencin del Congreso
17
.

2.2. El Territorial Army britnico y sus otras reservas

Cuando estall la Segunda Guerra Mundial, en el Reino Unido slo haca cuatro meses que se
haba implantado el modelo prusiano de reclutamiento, basado, como se ha mencionado en
numerosas ocasiones, en la instruccin militar de la mayor parte de la poblacin masculina durante
un tiempo reducido y en la permanencia en reserva a lo largo de bastantes aos de ese mismo
personal. Convencidos de que la ancestral y voluntaria contribucin de ciudadanos sera suficiente
para hacer frente a cualquier amenaza, los britnicos haban retrasado demasiado tiempo la
organizacin de un servicio militar obligatorio y universal, con lo que no tuvieron ms remedio

17
Existen otras situaciones dentro de la Ready Reserve. Son la Selected Reserve, propia de los reservistas encuadrados
en unidades, es decir, con plena disponibilidad; la Individual Ready Reserve, que incluye a los que no han podido
cumplir los ocho aos de compromiso por alguna razn; y la Inactive National Guard, que encuadra a los miembros de
la Guardia Nacional terrestre que se mantienen an formalmente vinculados a sus unidades pero que han rehusado
recibir adiestramiento (http://www.nato.int/nrfc/database/usa.pdf).
440 El reservismo militar en Espaa

que entrar en aquella contienda con unidades compuestas por soldados profesionales y por
reservistas que haban luchado en la Gran Guerra.
Hasta entonces, la reserva britnica era fruto de una evolucin de la milicia medieval, fundada
en el ao 880. A finales del siglo XVIII fue reestructurada con el fin de mejorar la defensa del suelo
metropolitano ante la amenaza de invasin de la isla por parte de los revolucionarios franceses. La
nueva reserva territorial estuvo compuesta principalmente por la Yeomanry, una fuerza formada
por unidades de voluntarios, mandados, a su vez, por oficiales no profesionales que pertenecan a
la nobleza o la burguesa de la comunidad donde estuviese ubicada la base de la unidad. Aparte de
esta fuerza principal, en esta poca hay que considerar otras unidades de reservistas de menor
entidad que tenan mbito tanto local como nacional, los Volunteers y la Militia
18
.
La Guerra de los Boers (1899-1902) puso de relieve que las fuerzas regulares no estaban
preparadas para luchar durante un periodo prolongado fuera del territorio metropolitano. En el
frica meridional, todas las unidades terminaron exhaustas nada ms superar el primer ao de
combates. Eso oblig a una profunda transformacin de la reserva, dando lugar en 1908 a la
creacin del Territorial Army inicialmente Territorial Force y de una reserva del Ejrcito.
Los efectivos fueron obtenidos por reasignacin del personal existente en la Militia, los Volunteers
y la Yeomanry, que quedaron disueltos
19
.
Como parece obvio, el adjetivo territorial de su poca fundacional significaba que no se poda
exigir a sus efectivos que admitieran ser desplegados lejos de las fronteras nacionales. Eso
condicion, en una primera instancia, la organizacin y redimensionamiento del componente
regular del Ejrcito, al que se dio carcter eminentemente expedicionario. Sin embargo, divisiones
de esta reserva, formadas por individuos dos veces voluntarios para adherirse al Territorial
Army y para ser enviados a territorio extranjero, combatieron en las dos guerras mundiales y en
la Guerra de Corea intervinieron tambin en otros escenarios menores, como Egipto o la India
en paralelo con unidades regulares compuestas masivamente por soldados procedentes del servicio
militar obligatorio. Con la desaparicin de la prestacin personal en 1960, fue necesaria una
reorganizacin de la Defensa, realizada a travs de la implantacin del concepto One Army. En
virtud de esa decisin, las unidades territoriales se integraron plenamente en el Ejrcito de Tierra,
compartiendo hasta el momento presente la misma cadena de mando. Desde entonces, la

18
CIOR (1998), pg. 9.
19
Efectivos de la Yeomanry y otros voluntarios fueron encuadrados en una fuerza especial Imperial Yeomanry
creada especficamente para ser desplegada en Sudfrica, aunque muchos de ellos fueron integrados en los regimientos
regulares. Era la primera vez que se enviaban unidades no profesionales fuera del suelo metropolitano, Raugh (2004),
pg. 290.
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 441


aproximacin entre ambas entidades ha ido en aumento, alinendose las estructuras tcticas y
operativas e impartiendo la misma instruccin a los militares de ambas procedencias
20
.
La configuracin actual de la reserva voluntaria del Reino Unido data de 1996, cuando se
produjo una severa reduccin de efectivos debido a la consolidacin del fin de la Guerra Fra, dado
que ya no caba esperar el retorno de los combates esencialmente convencionales
21
. En estos
momentos, Reino Unido cuenta con 37.000 reservistas voluntarios repartidos entre el Territorial
Army y las reservas de la Armada y del Ejrcito del Aire, lo que supone algo ms del 15 por ciento
del total de efectivos disponibles
22
. Ninguno de ellos puede ya rehusar participar en situaciones de
emergencia nacional ni evitar ser desplegado en el extranjero, lo que ha supuesto una radical
ruptura con la tradicin britnica en el empleo de reservistas.
Se confa en ellos para desempear tres misiones fundamentales. En primer lugar,
proporcionar efectivos de refresco a las unidades encargadas de llevar a cabo operaciones de larga
duracin. En segunda instancia, entregar unidades completas de tipo batalln e inferiores para
contribuir al sostenimiento prolongado de las operaciones y, finalmente, constituir un depsito de
profesionales de alta cualificacin que realicen tareas muy relacionadas con la vida civil, como las
derivadas del dominio de algunas lenguas extranjeras o del manejo de tecnologas de la
informacin, estando destinada esta tercera misin, en exclusiva o muy preferentemente, a los
reservistas. Aunque las unidades estn desperdigadas por cientos de poblaciones y eso
proporciona una imagen de arraigo, hace ms de cincuenta aos que, aproximadamente, el once
o doce por ciento de los efectivos desplegados en el exterior han venido siendo militares a tiempo
parcial
23
.
El Territorial Army es la fuerza ms numerosa de la reserva voluntaria britnica. Fue capaz de
contribuir con 6.900 efectivos a la operacin TELIC la invasin de Irak de 2003 y est
aportando 1.200 individuos cada ao para reforzar a las fuerzas regulares desplegadas en
Afganistn, los Balcanes e Irak. Para ello cuenta con unidades de infantera, caballera, artillera,
ingenieros, logstica, transmisiones, ingenieros politcnicos, polica militar, inteligencia y sanidad,

20
Weitz (2007), pgs. 20 y 21.
21
Informacin completa de la organizacin de la reserva del Reino Unido, desde el punto de vista estrictamente
normativo, se encuentra en la Reserve Forces Act 1996, ALRU.
22
Son datos de 2006, si bien la tendencia hacia el final de la dcada ha sido negativa. Los reservistas voluntarios
britnicos se encuentran repartidos entre el Territorial Army (32.090, 22 por ciento de las fuerzas terrestres), la Royal
Navy Reserve y la Royal Marines Reserve (3.150, siete por ciento de la Armada) y la Royal Auxiliary Air Force
(1.825, cuatro por ciento del Ejrcito del Aire), elaborados en base a los proporcionados por
http://www.nato.int/nrfc/database/uk.pdf
23
Weitz (2007), pgs. 27 y 30. Este volumen de reservistas movilizados est siendo mayor en los ltimos aos. Desde
2008, se activan 2.300 individuos por ao para desempear cualquier tipo de misin en algn lugar del mundo. En
2004 se realiz un esfuerzo especial en el nmero de reservistas activados, que supusieron el 20 por ciento de las
fuerzas britnicas desplegadas en Irak y el doce de las de Afganistn: http://www.army.mod.uk/news/23877.aspx
442 El reservismo militar en Espaa

que se imbrican en el Ejrcito de Tierra de un modo particular, llamado pairing. Dicho concepto
consiste en que cada unidad de reserva est vinculada a una unidad activa para recibir instruccin,
mientras que constituye el refuerzo de otra si sta es enviada a una determinada misin. De hecho,
la plantilla de cada regimiento de infantera britnico incluye un batalln de reservistas
voluntarios, que se suma a otros dos batallones en algunos casos uno solo de soldados
regulares
24
.
Se procura que cada territorial se encuadre en una unidad prxima a su domicilio, si bien
existe otra modalidad de servicio denominado National Territorial Army, en contraposicin a un
tcito Regional, que consiste en pertenecer a unidades altamente especializadas donde el
dominio de determinadas disciplinas civiles es particularmente apreciado. En estas unidades se
admite a candidatos de cualquier lugar del pas, buscando conseguir los mejores profesionales para
determinadas vacantes. Esos efectivos, como cabra esperar, tienen alta probabilidad de ser
desplegados en el extranjero
25
.
Las reservas de los dems ejrcitos son poco numerosas. En contraposicin al carcter
bsicamente operativo del Territorial Army, los reservistas del Cuerpo General de la Armada
Royal Navy Reserve y del Ejrcito del Aire Royal Auxiliary Air Force no constituyen
unidades especficas ni tienen destinos relacionados con el manejo de buques o aeronaves. Antes al
contrario, su funcin es la de proporcionar personal adiestrado para tareas no relacionadas con el
combate, como comunicaciones, control de trfico areo, inteligencia, logstica, medicina militar y
traduccin. En cambio, la reserva de Infantera de Marina Royal Marines Reserve s se utiliza
como refuerzo operativo de las unidades regulares, exigindose a los candidatos que aprueben un
curso de operaciones especiales de ocho a diez semanas de duracin antes de su ingreso. Todos
ellos, sean del carcter que sean, tambin vienen siendo activados con regularidad para participar
en las misiones internacionales de las que forma parte Reino Unido
26
.
Como norma general, cada reservista voluntario britnico recibe una formacin inicial de dos
semanas cuatro si se renen las condiciones para ser oficial y, una vez ingresado, siguen
siendo instruidos permanentemente un fin de semana al mes ms otras dos semanas al ao de

24
Weitz (2007), pg. 21; y http://www.army.mod.uk/territorial/
25
Las vacantes que se ofrecen en el National Territorial Army tienen que ver con la castrametacin (ingenieros), las
distintas especialidades de sanidad militar, el establecimiento de redes de comunicacin (transmisiones), la
informacin pblica (incluyendo la produccin audiovisual), la informtica (operadores), las ingenieras elctrica y
mecnica, la inteligencia, la investigacin policial, la logstica, el mando de unidades de artillera, el manejo de
helicpteros, las operaciones especiales y la traduccin, as como con la contratacin de capellanes castrenses de las
principales religiones, Ministerio de Defensa (2008, julio), National Territorial Army Recruiting Information
Handbook: http://www.army.mod.uk/documents/general/TA_National_Handbook.pdf
26
Weitz (2007), pgs. 22 y 23; http://www.royalnavy.mod.uk/Careers/Maritime-Reserves/; y
http://www.raf.mod.uk/rafreserves/
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 443


ejercicios prcticos, lo que supone un mes y medio de dedicacin anual. A cambio, recibe una
generosa paga por cada da de activacin, cuya cuanta depende del empleo, as como un descuento
en el impuesto sobre la renta que constituye en realidad un incentivo por no faltar a ninguna sesin
de adiestramiento
27
.
El modelo reservista britnico se completa, adems de con los militares profesionales que
abandonan el servicio activo como la mayora de las fuerzas armadas del mundo, con los
reservistas de alta disponibilidad High Readiness Reserves y con las reservas patrocinadas
Sponsored Reserves. Los primeros son voluntarios comprometidos a ponerse sobre las armas
a los cinco das de ser alertados, revisndose anualmente su predisposicin para asegurar que se
cuenta realmente con ellos. Y los segundos son en realidad empleados civiles que se vinculan a la
Defensa en virtud de los acuerdos establecidos por el Ministerio con sus empresas, habitualmente
proveedores de servicios tiles para las Fuerzas Armadas. Se encuentran entre estos la asistencia
informtica, la informacin meteorolgica o el transporte de carros de combate hasta zonas
prximas al teatro de operaciones. Este tipo de reserva recuerda vagamente a los obreros e
industrias militarizables espaolas y de otros pases del siglo XX
28
.
Se ha criticado mucho la falta de preparacin, la ineficiencia y la ineficacia de los militares a
tiempo parcial britnicos, lo que tiene cierta justificacin si se tiene en cuenta el papel
fundamental que ocupan en la Defensa y tambin las partidas presupuestarias que les han sido
escamoteadas en los ltimos aos. Tngase en cuenta que slo uno de cada 20 territorials ha sido
desplegado en el extranjero. Sin embargo, parece que esto tiende a mejorar en el futuro. La
revisin estratgica de la Defensa, que facilitar la evolucin de las Fuerzas Armadas hasta el ao
2020, demuestra que an se confa en ellos. El aumento de los efectivos del Territorial Army hasta
36.000 individuos ser la principal medida que contrarrestar la severa reduccin de fuerzas
permanentes prevista, lo que significa que ms de un tercio de la capacidad total del Ejrcito de
Tierra estar en manos de reservistas. Adems, algunas de las capacidades de las unidades
regulares sern transferidas en exclusiva a las de reserva, particularmente las que requieren
conocimientos culturales del pas de despliegue, las logsticas y las de transmisiones, incluidas
algunas capacidades emergentes como la lucha contra el ciberterrorismo
29
.

27
http://www.army.mod.uk/territorial/; http://www.royalnavy.mod.uk/Careers/Maritime-Reserves/; y
http://www.raf.mod.uk/rafreserves/
28
http://www.nato.int/nrfc/database/uk.pdf
29
Se prev reducir los efectivos del Ejrcito de Tierra de 100.000 a 82.000, el menor contingente desde la Guerra de
los Boers, Kirkup, J. (2012, 2 de enero), Just one in 20 TA soldiers trained to serve on front line, The Telegraph;
Hope, C. (2011, 18 de julio), Liam Fox: calling Territorial Army 'Dad's Army' is offensive, The Telegraph; y
Phillips, M. (2011, enero), What does the Ministry of Defence need to consider as part of its future reserves 2020
review?, Royal United Services Institute:
444 El reservismo militar en Espaa

3. APROVECHAMIENTO DE LAS CAPACIDADES CIVILES: MODELO CONTINENTAL

Frente a la posicin de los pases anglosajones, en los que los reservistas disponen
generalmente de orgnica y unidades propias y reciben adiestramiento permanente para poder
tomar las armas en un plazo muy corto de tiempo, las reservas histricas de la Europa continental
procedan hasta hace muy poco del servicio militar obligatorio. Eso quiere decir que se dispona de
fuerzas formadas por ciudadanos cuya instruccin no haba sido refrescada a lo largo de la
permanencia en en la situacin de reserva y encuadrados en unidades virtuales creadas con fines
administrativos. Con todo eso, la disponibilidad inmediata de este tipo de reserva era reducida o
nula.
Cuando lleg la hora de adoptar las doctrinas OTAN en relacin con este particular, o lo que
es lo mismo, de adaptarse a las nuevas necesidades estratgicas, estas directrices fueron
interpretadas por la mayora de los estados europeos en el sentido de buscar reservistas que no
sirvieran fundamentalmente para aumentar el nmero de unidades en caso de crisis. Ms bien se
deseaban especialistas de determinadas profesiones civiles que fueran de aplicacin en el mbito
militar. La demanda era ms intensa en lo que respecta a las especialidades en las que las Fuerzas
Armadas son deficitarias, como las de conductores de vehculos pesados, informticos, ingenieros,
intrpretes y mdicos
30
.
Al revs de lo que sucede en el modelo anglosajn, los reservistas de la Europa continental no
perciben una retribucin por asistir al adiestramiento mensual aunque slo sea porque dicha
instruccin no existe, dado que el concepto de reserva es diferente. Ms bien, y debido a la
diferencia entre los salarios de estos profesionales y los empleos militares que obtienen, los
miembros de esta fuerza ven mermar sus ingresos cuando son activados. Por tanto, la pertenencia a
la ella resulta poco atractiva para los ciudadanos con bajos ingresos y que, en reciprocidad, suele
acoger a ciudadanos maduros, consolidados profesionalmente y sin problemas econmicos.
Este es el modelo que impera en Blgica, Espaa, Francia, Holanda e Italia, si bien es la
tambin la posicin a la que est virando el resto de pases continentales como, por ejemplo,
Alemania, cuya situacin merece una resea por constituir un ejemplo reciente de la evolucin que

http://www.rusi.org/downloads/assets/Feb11_Reserves_in_Transformation.pdf. Se puede aadir una evidencia ms de
que la capacidad ofrecida por los reservistas voluntarios britnicos es frecuentemente utilizada para todo tipo de apoyo
a las autoridades, incluidas las civiles: el quince por ciento de los militares puestos a disposicin de la seguridad de los
Juegos Olmpicos de Londres 2012 fueron civiles que abandonaron su puesto de trabajo para ponerse el uniforme
durante siete meses. Estuvieron presentes 2.100 reservistas, del total de 13.500 militares que apoyaron el dispositivo
seguridad, Ejrcito de Tierra (2012, 21 de febrero), Reservists called up for Olympics duties, News and features:
http://www.army.mod.uk/news/23877.aspx
30
Garca Labajo (2004), pg. 483.
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 445


estn sufriendo los miembros de la OTAN en el proceso de adaptacin de sus estructuras de
personal a las nuevas amenazas.
Desde 1955 y hasta el final de la Guerra Fra, la nacin germana fue fuente potencial
gracias a la recuperacin del servicio militar obligatorio y, consecuentemente, la posibilidad de
llevar a cabo grandes movilizaciones de gran parte de la superioridad de fuerzas que haba que
tener para hacer frente a un eventual ataque del Pacto de Varsovia. Tanto la reunificacin como la
forzosa orientacin de sus Fuerzas Armadas hacia las misiones en el exterior hicieron necesaria
una transformacin, que comenz a esbozarse en el ao 2000 y que, a la fecha de redactar estas
lneas, no ha finalizado an
31
.
Las sucesivas reducciones, tanto de efectivos como de unidades en el marco de una
profunda crisis econmica de alcance mundial, que se ha sumado a la multitud de debates polticos
mantenidos durante aos acabaron siendo incompatibles con el servicio militar obligatorio.
Reiteradamente acortada la conscripcin, en sus ltimos tiempos, slo aportaba la quinta parte del
total del personal, siendo finalmente decidida su suspensin el 1 de julio de 2011. Desde entonces,
el modelo de reserva alemn que ya contaba con voluntarios para reforzar las necesidades en
algunos destinos muy especficos, dej de basarse en los veteranos del servicio militar. Antes al
contrario, en estos momentos se espera que toda su reserva se vea reducida a 2.500 efectivos
voluntarios, a los que se conceder mayor relevancia. Se espera cuidar su desarrollo y asignarles
preferentemente misiones de apoyo a la fuerza y de seguridad regional
32
. La reciente sentencia del
Tribunal Constitucional alemn, en el sentido de autorizar la intervencin de las Fuerzas Armadas
en su propio territorio bajo ciertas condiciones y para la lucha contraterrorista, confirma la
viabilidad de esta estrategia de aplicacin de los reservistas
33
.




31
Para ms detalles sobre el proceso de transformacin de las Fuerzas Armadas alemanas puede consultarse Farr
Rebull (2010) si bien, para estar al da de los avances producidos, debe acudirse al propio portal de Internet del
Ministerio de Defensa germano, donde hay un informe en lnea que se actualiza peridicamente
(http://www.bmvg.de).
32
En 2007, los reservistas eran casi 145.000. Por otro lado, las Fuerzas Armadas activas alemanas tenan casi 246.000
efectivos, cuando se prev ahora que se reduzcan a menos de 185.000 militares, Ministerio de Defensa (2011, 1 de
noviembre), Current Status of the Bundeswehr Reorientation: www.bmvg.de; y Weitz (2007), pg. 51. En cuanto a las
modalidades de reserva existentes antes de esta reorganizacin, la Personelreserve estaba constituida por reservistas
voluntarios que no ocupaban vacante en la orgnica de las unidades, permaneciendo disponibles para cubrir ausencias
temporales en destinos muy especializados. Adems, existan la Verstrkungsreserve, formada por voluntarios que se
asignaban a vacantes orgnicas destinadas a este tipo de personal y la Allgemeine Reserve, agrupacin de carcter
general para atender a una movilizacin total, Struck (2003), pg. 11.
33
Agencia France Press (2012, 17 de agosto), L'Allemagne brise un tabou en autorisant l'arme intervenir sur son
sol, LExpress: http://www.lexpress.fr/actualites/1/monde/l-allemagne-brise-un-tabou-en-autorisant-l-armee-a-
intervenir-sur-son-sol_1150328.html
446 El reservismo militar en Espaa

3.1. Rserve Operationnelle y Rserve Citoyenne francesas

El 22 de febrero de 1996, el presidente de la Repblica Francesa Jacques Chirac pronunciaba
estas rotundas palabras: Notre outil de dfense aujourdhui est tout fait inadapt et ne peut pas
assurer rellement et efficacement les missions qui doivent tre les siennes []. Je fais une
rforme qui conduit la France avoir [] une arme professionnelle. Reemplazando
definitivamente los efectivos provenientes de la conscripcin por militares profesionales, haba
comenzado la principal reforma de las Fuerzas Armadas francesas desde la emprendida por el
general de Gaulle en 1962. Tras unos aos de dilacin en que los socialistas, con Franois
Mitterrand al frente de la Repblica, haban considerado tab la adopcin de un ejrcito
profesional y preferido optar por un sistema mixto, los conservadores acababan as con la ancestral
y tantos aos universal forma de participacin ciudadana en la defensa que los propios
franceses, por otra parte, haban contribuido a crear
34
.
Este cambio fundamental obligaba a transformar la gran reserva proveniente del servicio
militar obligatorio rserve de masse, que inclua una numerosa clase de oficiales de
complemento, en una reserva ms reducida y especializada rserve demploi, formada
nicamente por voluntarios
35
. Para el pas vecino, el diseo de esta fuerza militar deba permitir
conseguir tres objetivos: reforzar las capacidades de las Fuerzas Armadas siendo parte integrante
de ellas, cultivar la cultura de defensa y mantener el vnculo entre la Nacin y sus Fuerzas
Armadas
36
. Eso ha conformado una reserva voluntaria numerosa, no autnoma, dividida en dos
componentes y fuertemente orientada a que sus miembros sean activados dentro del territorio
nacional.

34
[Nuestro instrumento de defensa [las Fuerzas Armadas] se encuentra hoy completamente inadaptado y no puede
asegurar, real y eficazmente, sus propias misiones [...]. Voy a hacer una reforma que conduzca Francia a tener [...] un
ejrcito profesional, traduccin del autor], Irondelle (2011), pgs. 11 y 77. El ltimo soldado francs de reemplazo
abandon el cuartel en noviembre de 2001, considerndose suspendido el servicio militar a partir del 31 de diciembre
de 2001, Weitz (2007), pg. 37 y loi 97-1019 portant rforme du service national, 28 de octubre de 1997, JORF, n.
260.
35
Esos cambios se han arbitrado en dos etapas. Primero mediante la loi 99-894 portant organisation de la rserve
militaire et du service de dfense, 22 de octubre de 1999, JORF, n. 247; y luego mediante la loi 2006-449 modifiant
la loi 99-894 du 22 octobre 1999 portant organisation de la rserve militaire et du service de dfense, 18 de abril de
2006, JORF n. 92. En 1984, uno de los momentos ms lgidos de la Guerra Fra junto antes de la toma de posesin
de Mijail Gorbachov, Francia dispona de cuatro millones de reservistas, medio milln de los cuales se encontraban
en los planes de operaciones de respuesta a una eventual invasin por parte del Pacto de Varsovia. De esa manera, una
vez movilizados, medio Ejrcito de Tierra y un tercio del del Aire habran estado formados por reservistas, Weitz
(2007), pg. 37.
36
El texto original, que ha sido traducido por el autor, dice Renforcer les capacits des forces armes dont elle est
une des composantes, d'entretenir l'esprit de dfense et de contribuer au maintien du lien entre la nation et ses forces
armes (loi 2006-449 modifiant la loi 99-894 du 22 octobre 1999 portant organisation de la rserve militaire et du
service de dfense, 18 de abril de 2006, JORF del 19 de abril).
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 447


Cualquier francs mayor de diecisiete aos con algunas restricciones puede formar parte
de una de sus dos modalidades, es decir, de la Rserve Oprationelle y de la Rserve Citoyenne. La
primera de ellas ha sido diseada para proporcionar personal adiestrado que refuerce las
capacidades de los dos Ejrcitos, la Armada, la Sanidad militar y la Gendarmera, pudiendo
participar en las mismas misiones que los profesionales, ya sea dentro o fuera de las fronteras
nacionales. La segunda, en cambio, se encarga de promocionar la cultura de defensa y de mantener
la ligazn entre la sociedad y el mundo militar
37
.

3.1.1. Integracin en la vida de las unidades activas

La Rserve Oprationelle, de alrededor de cincuenta y siete mil hombres y mujeres, se
compone, en funcin de la procedencia de sus miembros, casi a partes iguales, de tres colectivos
de adscripcin voluntaria:

Antiguos militares profesionales con contrato temporal, que han cumplido su
compromiso en el servicio activo y que permanecen disponibles durante cinco aos
ms 37,7 por ciento.
Civiles que han sido reservistas del servicio militar obligatorio y que se ofrecen ahora
para formar parte de esta nueva modalidad de reserva 27,1 por ciento.
Civiles sin ninguna experiencia militar previa 35,2 por ciento
38
.

Casi la mitad de ellos se encuadra en la Gendarmera, lo que resulta coherente con que, en
2011, el 8,3 por ciento de todo el tiempo de activacin haya sido dedicado a misiones internas y
que el 77,2 por ciento se haya invertido en reforzar las capacidades de las unidades activas. Frente
a estos datos, slo el dos por ciento se ha empleado en aumentar o complementar los efectivos
desplegados en operaciones exteriores
39
. Por tanto, queda claro que la Rserve Oprationelle

37
Los candidatos a reservista operacional deben estar al corriente de sus deberes con el servicio militar, no haber sido
condenados a la prdida de sus derechos civiles ni inhabilitados para desempear cargo pblico, no haber cometido un
delito comprendido en el Cdigo Penal y, para los militares, no haber sido sancionado a la prdida del destino o del
empleo. Los veteranos que han servido en la Legin Extranjera pueden continuar en la reserva de este cuerpo a pesar
de no contar con la nacionalidad francesa. En la Rserve Oprationelle existe un lmite de edad para el ingreso, que es
de cinco aos ms que el que rige para los candidatos a militar de carrera en definitiva, alrededor de treinta y cinco
aos, con la excepcin de los reservistas de tropa, que pueden ingresar hasta con cincuenta aos. Para pertenecer a
la Rserve Citoyenne no hay ni restricciones de edad ni de condicin fsica (http://www.defense.gouv.fr/reserves).
38
Datos de 2011. El nmero total de reservistas operacionales es exactamente de 57.187, Roudire (2012), pg. 160.
39
Los reservistas operacionales franceses se reparten por ejrcito de la siguiente manera: Tierra (16.006), Armada
(5.519), Aire (4.737), Gendarmera (27.411) y Sanidad (3.326), existiendo algunos ms en el Service des Essences des
448 El reservismo militar en Espaa

cuyo tiempo medio de activacin est decreciendo y que cada vez participa menos en misiones en
el extranjero est fuertemente orientada a la prestacin de servicio en territorio nacional. En este
sentido, ya se ha articulado una colaboracin entre las Fuerzas Armadas y las autoridades civiles
para prevenir la comisin de atentados, de la que es buen ejemplo el plan Vigipirate
40
.
Para formar parte de esta componente de reserva es preciso recibir una formacin inicial
que queda convalidada si se cuenta con experiencia militar previa y firmar un compromiso
renovable de uno a cinco aos de duracin, tras lo cual el reservista queda vinculado a una unidad
o a un estado mayor.
En cuanto a sus obligaciones, la activacin mnima anual a la que han de comprometerse es de
treinta das, si bien no siempre se exige el cumplimiento de ese mnimo. Una vez en filas se les
imparte formacin o adiestramiento, aunque tambin se les puede llamar para reforzar las
capacidades de su unidad, si a sta le ha sido encomendada la proteccin del territorio nacional o
ha sido desplegada en una misin internacional. Mientas visten el uniforme, pueden asimismo
realizar actividades de informacin sobre la defensa, participar en actividades CIMIC o trabajar en
una empresa civil que ayude al mantenimiento de las operaciones en el exterior
41
.

3.1.2. Fomento de la cultura de defensa

La Rserve Citoyenne no es una reserva militar en s misma por cuanto no puede ser puesta
sobre las armas. Por ello posee un peso especfico considerablemente menor. La forman casi tres
mil ciudadanos decididos a contribuir al esfuerzo de defensa de su pas por otras vas diferentes a
las estrictamente castrenses. Se trata en este caso de ciudadanos que se ponen voluntaria y

Armes organizacin creada en 2008 y dedicada a garantizar el suministro de combustible a las Fuerzas Armadas,
sobre todo en operaciones exteriores y en la Direction Gnrale de l'Armement, ibdem, pg. 162.
40
Los das de activacin en 2011 fueron de 22,9 por reservista operacional, ibdem, pg. 163. El 15 por ciento de ellos
qued sin activar. Los responsables de la supervisin de la reserva francesa explican esto en base a lo difcil que
resulta encontrar un acuerdo entre las necesidades de las unidades y las agendas profesionales y familiares de algunos
reservistas, lo que es vlido tambin para justificar la reduccin en los das de activacin fuera de las fronteras
francesas. No existe una explicacin oficial para la disminucin del nmero de reservistas operacionales disponibles,
aunque se piensa que las necesidades se encuentran suficientemente cubiertas con los efectivos presentes, a pesar de
no cubrir el presupuesto, como qued claro en una entrevista al general Jean-Sebastien Tavernier, secretario general
del CSRM, Ptillon, L. (2010, julio-agosto-setiembre), La rserve en questions, Arme et Dfense, pgs. 22-25. El
plan Vigipirate fue creado en 1978 aunque su ltima revisin procede del ao 2007. Su finalidad es la de proteger la
poblacin, las infraestructuras y las instituciones de la amenaza terrorista, as como preparar una respuesta en caso de
ataque de esta ndole. Tiene cuatro niveles de alerta cuya declaracin es pblica, si bien desde los atentados de
Londres de 2005 no ha dejado de estar en el nivel rojo amenaza altamente probable, que es el segundo ms
severo de la escala. Las patrullas mixtas de policas y militares es una de las medidas de este plan, lo que enlaza sin
duda con la viabilidad de la utilizacin de reservistas en su propio pas, Secretara General de la Defensa y de la
Seguridad Nacional (2012), Les niveaux dalerte du plan VIGIPIRATE:
http://www.sgdsn.gouv.fr/site_rubrique127.html
41
http://www.defense.gouv.fr/reserves.
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 449


ocasionalmente a disposicin de las autoridades para llevar a cabo tareas de comunicacin y de
relaciones pblicas a favor de la cultura de defensa, el recuerdo de la propia historia, el
reclutamiento de militares profesionales y de reservistas y la bsqueda de una ocupacin civil a los
militares eventuales que ya han cumplido con su compromiso, sin que adquieran la condicin
militar en ningn caso
42
. Sus miembros son militares de empleo o reservistas operacionales que
terminaron su compromiso y que desean mantener un vnculo con la milicia, aunque tambin estn
presentes simples ciudadanos que nunca han vestido un uniforme militar
43
.
Como compensacin a su dedicacin altruista, cada reservista ciudadano ostenta un empleo
militar con carcter honorfico que es el mismo obtenido con anterioridad, ya sea como profesional
o como reservista. Para los que no disponen de pasado castrense, cada uno de los dos Ejrcitos y la
Armada ha definido una equivalencia entre la formacin civil alcanzada y los rangos militares. El
Ministerio se ocupa tambin de que reciban informacin oficial sobre la celebracin de
conferencias, exposiciones, congresos y jornadas de puertas abiertas en unidades, centros y
organismos de las Fuerzas Armadas
44
.

3.1.3. El Consejo Superior de la Reserva Militar

Uno de los elementos ms caractersticos de la organizacin de la reserva francesa es el
Conseil Suprieur de la Rserve Militaire (CSRM). Creado en 1999 a la vez que se produjo la
profunda reforma de la reserva con el fin de asesorar a los poderes pblicos en materia de
poltica de la misma, es un foro dirigido por un secretario general habitualmente un general de
brigada o un contralmirante donde se sientan 64 representantes de todos los agentes legislativos,
administrativos, corporativos y sociales relacionados con la reserva, es decir, miembros de las
siguientes instituciones y entidades:

Parlamento (cuatro miembros).
Ministerio de Defensa (once): Estados Mayores, Direction Gnrale de l'Armement,
Secrtariat Gnral de lAdministration, Gendarmera Nacional, Intervencin General,

42
El 31 de diciembre de 2011 se encontraban alistados 2.660 reservistas ciudadanos, 1.890 si excluimos la
Gendarmera. Eso supone un 3,3 por ciento ms que el ao anterior. El porcentaje de mujeres es asimismo alto y
creciente en la Rserve Citoyenne, siendo en esas mismas fechas del 16 por ciento, Roudire (2012), pg. 164; y
http://www.defense.gouv.fr/reserves
43
Weitz (2007), pg. 40.
44
http://www.defense.gouv.fr/reserves
450 El reservismo militar en Espaa

Sanidad militar, Service des Essences des Armes y la Direction de relations humaines
du ministre de la dfense.
Asociaciones empresariales y colegios profesionales (14).
Sindicatos (14).
Asociaciones de reservistas que tienen un acuerdo con el Ministerio de Defensa (13).
Personas cualificadas, ya sea por su competencia o por su experiencia profesional
(ocho).

El CSRM es un rgano esencial en la concepcin francesa de la reserva, cuya composicin
recuerda el principio de nacin en armas decimonnico que llev a la paulatina incorporacin de
toda la sociedad a la defensa. Es el encargado de fomentar la reflexin sobre el papel de las
reservas en la reforma de la defensa y en la profesionalizacin de los dos Ejrcitos y la Armada,
as como en la promocin de la cultura de defensa y del desarrollo del vnculo entre la sociedad y
la milicia. En este sentido, eleva cada ao un informe al Parlamento en el que se evala el estado
de la reserva militar. Otra misin fundamental del CSRM es favorecer el desarrollo de una
colaboracin tripartita entre reservistas, empleadores y Fuerzas Armadas. Por ltimo, este
organismo se ocupa de examinar cualquier cuestin de ndole general que tenga que ver con la
legislacin aplicable a la reserva
45
.
Numerosos y cualificados, los reservistas franceses cubren todos los empleos desde soldado a
coronel y la inmensa mayora de las especialidades militares, pudiendo ser utilizados en mayor
profundidad y extensin de que lo que han sido hasta ahora. En lo que respecta a su dimensin
civil, estn presentes en todos los colectivos profesionales y sociales y, por tanto, constituyen el
mejor puente posible entre el mundo militar y la sociedad. Ante las restricciones econmicas que
se dan ltimamente en todos los pases occidentales, el Ministerio de Defensa ha tomado la
decisin de aumentar la dotacin presupuestaria de la Rserve Oprationelle, convencido de que
slo ellos pueden apoyar inmediatamente a las fuerzas profesionales en caso de materializarse una
amenaza. Sin embargo, en el seno del colectivo se duda de que finalmente se vayan a producir los
incrementos prometidos, sentimiento relacionado con la aparicin de ciertos indicios de
desencanto y de prdida de compromiso. El presidente de la federacin francesa UNOR atribuye
dicho fenmeno a la falta de coherencia del Ministerio en la utilizacin de las capacidades civiles

45
Loi 2006-449 modifiant la loi 99-894 du 22 octobre 1999 portant organisation de la rserve militaire et du service
de dfense, 18 de abril de 2006, JORF del 19 de abril; y http://www.defense.gouv.fr/reserves
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 451


de los reservistas operacionales, lo que les est conduciendo a manque de confiance et, parfois,
denvie de servir
46
.

3.2. Forze di Completamento Volontarie y Riserva Selezionata italianas

Como el resto de pases de la Europa continental, algunos aos despus del fin de la Guerra
Fra la Repblica Italiana lleg a la conclusin de que haba que suspender el servicio militar
obligatorio y, consecuentemente, abandonar la reserva militar de masas que haban tenido hasta
entonces, en favor de una reserva reducida y de corte voluntario.
En la reorganizacin de las Fuerzas Armadas que tuvo lugar en 1997 ya se anticipaba que, en
adelante, la poblacin slo sera movilizada para completar las unidades y estructuras activas, no
para su crecimiento mobilitazione sono pertanto limtate al completamento dei comandi, enti
ed unit in vita. Ms adelante, la misma disposicin que, en 2001, avanzaba el final del
servicio militar propuso que, tras su desaparicin, existiese cierta forze di completamento, o
reserva, que permitiese a las unidades hacer frente a las demandas coyunturales de personal que
exigan las misiones internacionales. Sin embargo, en ese decreto slo se hablaba vagamente de los
oficiales que habran de componer dicha fuerza
47
.
Las disposiciones que haban de promulgarse para desarrollar esas ideas se fueron demorando
en tanto la conscripcin permaneci vigente, lo que no permiti que hubiera reservistas voluntarios
hasta 2005. La configuracin existente desde entonces tiene elementos tanto de las reservas
histricas como del modelo de reserva de nuevo cuo que se ha aceptado de forma mayoritaria en
los pases de la Europa continental. Por un lado, se cuenta con la Forza di Completamento
Voluntarie, que recoge a los veteranos de las Fuerzas Armadas que desean continuar vinculados a
la milicia a tiempo parcial, y por otro, dentro de ella, se dispone de especialistas que aportan
conocimientos especficos del mundo civil, siendo stos los oficiales que se agrupan en torno a la
Riserva Selezionata
48
.

46
[Falta de confianza y, a veces, de ganas de servir. Traduccin del autor], Vitrolles, J. (2012, abril-mayo-junio),
Editorial, Arme et Dfense.
47
Decreto legislativo n. 464, riforma strutturale delle Forze Armate, 28 de noviembre de 1997, GU del 5 de enero; y
decreto legislativo n. 215, disposizioni per disciplinare la trasformazione progressiva dello strumento militare in
professionale, a norma dell'articolo 3, comma 1, della legge 14 novembre 2000, 8 de mayo de 2001, GU del 11 de
junio. Aunque dicha disposicin hablaba del 1 de enero de 2007, la suspensin del servicio militar fue finalmente
adelantada al 1 de enero de 2005 (ley n. 226, sospensione anticipata del servizio obbligatorio di leva e disciplina dei
volontari di truppa in ferma prefissata, nonche' delega al Governo per il conseguente coordinamento con la normativa
di settore, 23 de agosto de 2004, GU del 31 de agosto).
48
La normativa que proporciona respaldo legal a los reservistas voluntarios italianos es la siguiente: decreto
ministerial, ferme e requisiti fisici e attitudinali degli ufficiali delle Forze di Complemento e procedura per la nomina
a ufficiale di complemento, 15 de noviembre de 2004, GUMD del 30 de enero oficiales; decreto legislativo n.
452 El reservismo militar en Espaa

La reserva tiene una presencia masiva en el Ejrcito de Tierra y meramente testimonial en la
Armada, en el Ejrcito del Aire y en Carabineros, debido a que lo que busca en los reservistas
cada una de estas fracciones de las Fuerzas Armadas depende de los cometidos asignados y del
grado de especializacin que requiere a su personal. De esta manera, mientras que el primero de
ellos utiliza a los miembros de la reserva para mejorar sus capacidades, tanto en suelo nacional
como en las misiones humanitarias que lleva a cabo en escenarios de baja intensidad, la Armada
slo pretende completar sus tripulaciones. El Ejrcito del Aire y los Carabineros, por su parte,
buscan perfiles muy especializados, difciles de encontrar en el mbito militar
49
.
Treinta mil veteranos de las Fuerzas Armadas forman la Forza di Completamiento Volontarie.
Se trata en su prctica totalidad de militares de tropa profesional y de oficiales de complemento
que han cumplido sus compromisos con el servicio activo y que ofrecen voluntariamente su
disponibilidad para volver a ser puestos sobre las armas, con el lmite de ciento ochenta das al
ao. Antes de su ingreso en la reserva, el perfil de cada uno de estos reservistas es analizado por el
estado mayor correspondiente, comparndolo con las necesidades de las unidades activas y
decidiendo posteriormente sobre su aceptacin. Si son aceptados, quedan vinculados a una unidad,
a un centro o a un organismo, sin formar unidades especficas. En este sentido, los perfiles ms
demandados son los de conductor de vehculos pesados, enfermero, experto en logstica, ingeniero,
lingista y mdico
50
.
En Italia no resulta extrao otorgar un empleo militar a un civil cuyos mritos profesionales se
consideren de aplicacin inmediata en la milicia, ni tampoco que la importancia de dicho empleo
sea proporcional a la formacin y la experiencia acreditadas. Aunque ya ampliamente derogada, la
denominada Ley Marconi de 1932, para el reclutamiento de oficiales de complemento para la
Regia Marina que ofreca empleos desde guardiamarina (equivalente en Espaa al alfrez de
fragata) a capitn de fragata, en funcin del nivel acadmico del interesado y de su utilidad para la
Armada, sigue constituyendo una referencia frecuente de la normativa reservista en vigor
51
.
Como heredera de aquel espritu, la Riserva Selezionata es una pequea fraccin de la Forza di

253, disposizioni correttive ed integrative del decreto legislativo 28 novembre 1997, n. 464, e successive
modificazioni, recante riforma strutturale delle Forze armate, a norma dell'articolo 2, comma 1, della legge 27 luglio
2004, n. 186, 28 de noviembre de 2005, GU del 15 de diciembre suboficiales y tropa; y decreto legislativo n. 66,
15 de marzo de 2010, GU del 8 de mayo todos.
49
http://www.nato.int/nrfc/database/italy.pdf
50
Datos de finales de 2010, Malsani (2011), pg. 23. Una medida de la composicin de la reserva por categora puede
venid dada por que, en el ao 2003, fueron activados 158 oficiales reservistas de la Forza di Completamiento
Volontarie diez de ellos en el Ejrcito del Aire y el resto en el Ejrcito de Tierra. Ese mismo ao fueron llamados
2.801 reservistas de la clase de tropa 1.726 en el Ejrcito de Tierra y 1.025 en los Carabineros, y tan slo cinco
suboficiales, todos ellos del Ejrcito de Tierra. No hubo activaciones en la Armada,
(http://www.nato.int/nrfc/database/italy.pdf).
51
Real decreto n. 819, aprovazione del testo unico dell disposizioni legislative riguardanti gli ufficiali di
complemento della Regia Marina, 16 de mayo de 1932, GU del 19 de julio.
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 453


Completamento Volontarie que admite en sus filas a civiles cuyos perfiles profesionales sean de
particular inters para las Fuerzas Armadas, asignndoles de entrada un empleo que va desde
subteniente (alfrez) hasta teniente coronel. Se trata, por tanto, de una reserva para los tres
ejrcitos, constituida exclusivamente por oficiales
52
.
Los requisitos para el acceso a la Riserva Selezionata aparte de los obvios: poseer la
ciudadana italiana, ser mayor de edad, no ser objetor de conciencia, estar libre de cargas penales y
poseer una conducta moral no reprobable son no pertenecer o haber pertenecido a la Polica y a
otros cuerpos civiles, no haber sido oficial o suboficial de las Fuerzas Armadas y no superar los
cincuenta y cinco aos de edad. Como se ha dicho, la profesin desempeada ha de ser de utilidad
militar y, adems, se debe probar que el bagaje profesional ha sido suficientemente consolidado y
que resulta coherente con los estudios cursados
53
.
Si bien el Ministerio de Defensa se plantea llegar a tener 1.200, los 500 reservistas que forman
parte de este pequeo grupo de especialistas son a menudo empleados como integrantes de clulas
CIMIC en operaciones internacionales. Asimismo, son capaces de aportar auxiliares de estado
mayor a las Fuerzas Armadas y, sobre todo, personal sanitario de todas las especialidades. En
territorio nacional suelen ser activados para probar la seguridad de los sistemas de transmisiones,
para participar en la organizacin de planes de emergencia y, tambin, para recibir adiestramiento.
En definitiva, ya sea por su pasado militar ya sea por su experiencia civil, Italia cuenta en estos
momentos con una reserva numerosa y cualificada, cuyos integrantes manifiestan una alta
disponibilidad para continuar siendo formados y para participar en misiones nacionales o
internacionales. Como rea de mejora, los reservistas italianos desearan una mayor integracin en
las fuerzas permanentes, participando con mayor frecuencia en maniobras militares y en misiones
internacionales
54
.

52
http://www.difesa.it; y decreto ministerial, ferme e requisiti fisici e attitudinali degli ufficiali delle Forze di
Complemento e procedura per la nomina a ufficiale di complemento, 15 de noviembre de 2004, GUMD del 30 de
enero.
53
Las profesiones consideradas tiles por el Ejrcito de Tierra italiano, en el sentido de formar parte de la Riserva
Selezionata, son: Arquitectura, Comunicacin, Derecho, Diplomacia, Filologa extranjera, Informtica, Ingeniera,
Medicina en particular anestesistas, cardilogos, cirujanos, oculistas, ortopedas, otorrinolaringlogos, traumatlogos
y siquiatras, Polticas y Sociologa. La Armada, por su parte, agrupa sus preferencias en funcin del cuerpo al que
habr de destinarse al oficial reservista, aunque en lneas generales son bienvenidos los abogados, los diplomados en
Ciencias Navales, los economistas, los fillogos de lenguas extranjeras, los fsicos, los ingenieros de caminos,
electrnicos, mecnicos, navales y qumicos, los matemticos, los periodistas, los qumicos y los socilogos,
(http://www.difesa.it).
54
Segn recientes encuestas, la disponibilidad de los reservistas italianos para ser activados en territorio nacional o en
operaciones exteriores es del 90 por ciento, mientras que la predisposicin para continuar sirviendo en la reserva es del
93 por ciento. Malsani (2011), pgs. 22 y 23. Un ejemplo de utilizacin de oficiales de la Riserva Selezionata en
misiones internacionales es representado por la teniente Elena Croci. Experta en arte y en comunicacin cultural, fue
activada durante tres meses para inventariar los edificios histricos y los monumentos de Herat amenazados por el
conflicto de Afganistn. El resultado fue un libro de 125 pginas editado por el Ministerio de Defensa y titulado Herat,
Arte y Cultura, Redaccin (2007, 16 de febrero): Storia, arte e cultura. In un volume i tesori salvati dalla guerra in
454 El reservismo militar en Espaa

4. OTROS MODELOS EXISTENTES EN PASES AJENOS A LA ALIANZA

La inmensa mayora de los socios de la OTAN han implantado en los ltimos diez aos, si no
lo haban hecho ya, reservas voluntarias siguiendo uno de los dos modelos explicados
anteriormente. Sin embargo, se percibe una presencia creciente de los especialistas que est
llevando a algunos pases anglosajones, como Australia, a implantar modelos mixtos, combinando
el empleo de reservistas en destinos operativos con el suplemento de profesionales que aporten
conocimientos especficos provenientes del mundo civil y que, como se ha dicho varias veces, son
cada vez ms tiles para afrontar los nuevos retos que ofrecen las misiones internacionales.
Otros miembros de la Alianza, como Chequia, Grecia, Hungra, Noruega, Polonia y Turqua
mantienen el servicio militar obligatorio y, por tanto, basan su reserva en el progresivo aumento de
unidades activas formadas por veteranos de la conscripcin, si bien es cierto que algunos de estos
pases han iniciado acciones para adoptar, total o parcialmente, un modelo basado en el
voluntariado. Caso excepcional es el de Portugal, uno de los pocos socios de la OTAN que no
estn presentes ni en el NRFC ni en la CIOR. Este pas ibrico se encuentra en una curiosa
situacin intermedia dado que, a pesar de que el servicio militar obligatorio est suspendido desde
2003, cuenta como nica reserva con los veteranos de dicha prestacin que no hayan cumplido an
treinta y cinco aos
55
.

4.1. La pertinaz reserva de masas: Repblica Popular China y Federacin Rusa

China tambin disminuy sus unidades activas a partir de la patente distensin mundial que
acompa a la cada del Muro de Berln. En el marco de esta reorganizacin se pusieron en marcha
tres reformas fundamentales que quedaron implantadas antes de 2002. En primer lugar se
emprendi una drstica modernizacin del Ejrcito Popular de Liberacin, que fue segregado en
cuatro brazos: los dos ejrcitos, la Armada y la Segunda Artillera fuerza encargada de los
misiles estratgicos. Asimismo, el tiempo que haban de servir sobre las armas los mozos sujetos
a la conscripcin fue reducido a la mitad. En tercer lugar, se introdujo una importante mejora en la
eficacia de las unidades de reserva.

Afghanistan, Corriere della Sera, pg. 8. Otra reservista activada en Kosovo, Irak y Lbano fue la teniente Marina
Catena, experta en ayuda humanitaria, mientras que el arquitecto en la vida civil, capitn Antonio De Vita fue enviado
en 2009 a Lbano para colaborar en un proyecto de reconstruccin, Dato, G. (2008, 23 de junio): Una donna per
soldado larma in pi per la guerra, La Gazzetta del Mezzogiorno, pg. 13; y Poso, I. (2009, 30 de mayo):
Larchitetto partito per la pace, Brindisi Provincia, pg. 18.
55
http://www.nato.int/nrfc/database.html; y ley n. 174/99, do Servio Militar, 1 de julio de 1999, DRE del 21 de
setiembre.
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 455


La reserva china cuenta con dos componentes. El ms operativo es la reserva regular del
Ejrcito de Tierra, que cuenta con entre 500.000 y 800.000 efectivos. Son personas procedentes de
la conscripcin que realizaron su servicio activo en el brazo terrestre del Ejrcito Popular de
Liberacin, y que permanecen virtualmente encuadrados en 30 divisiones de infantera, doce
divisiones de artillera antiarea y siete brigadas de apoyo logstico. Estas unidades conservan un
reducido cuadro de mandos regulares, lo que les permite tener cierta actividad aun estando
desmovilizadas. En los ltimos aos se ha venido acogiendo en esta reserva incluso a ciudadanos
que resultaron exentos del servicio militar, por la simple razn de que su perfil profesional es de
utilidad en el mbito castrense. La Armada, el Ejrcito del Aire y la Segunda Artillera, por el
contrario, slo utilizan unos pocos reservistas para cubrir bajas en el personal regular, siendo
meramente testimonial su aprovechamiento.
Frente a este componente integrado en la orgnica regular se encuentra la Milicia Popular, una
de las fuerzas adonde van a parar los mozos que, por resultar exentos o excedentes de cupo, no
realizan el servicio militar. Sus principales misiones son la defensa territorial cercana y la
vigilancia de fronteras y de infraestructuras esenciales, contando para ello con alrededor de veinte
millones de ciudadanos varones, quienes llevan a cabo las citadas misiones sin menoscabo de sus
tareas productivas cotidianas. Por eso, la Milicia Popular es la segunda rama en importancia del
Ejrcito Popular de Liberacin.
56
.
Yendo hacia el Norte, al otro lado de Mongolia, se encuentra la Federacin Rusa. Segn la
opinin de los propios rusos, el Ejrcito Rojo estuvo entre los ganadores de la Segunda Guerra
Mundial por haber sido capaz de movilizar ms reservistas que sus oponentes. Esa fue la principal
razn para que, apoyndose en la larga tradicin zarista, la Unin Sovitica desarrollase el servicio
militar ms nutrido del mundo, poniendo sobre las armas a millones de hombres cada ao que,
transcurrido el perodo activo, pasaban a engrosar una formidable reserva. Frente al enfoque
anglosajn de mantenimiento de unas reservas importantes, dando una alta prioridad a su grado de
adiestramiento y a la actualizacin del material entregado, los soviticos prefirieron disponer de
una capacidad de movilizacin rpida y masiva sin cuidar ni de su instruccin ni de su
equipamiento. No obstante, estaban absolutamente convencidos de que su estrategia habra de
darles la victoria final, lo que se confirm en la intervencin militar en Checoslovaquia, en 1968, y
tambin cuando comenz la invasin de Afganistn, en 1979. Bajo este concepto, los efectivos

56
Weitz (2007), pgs. 81-87. La otra fuerza donde pueden ser destinados los ciudadanos que no realizan el servicio
militar es la Polica Armada Popular dicho sea de paso, se trata de la tercera gran rama del Ejrcito Popular de
Liberacin, que est formada por milln y medio de individuos y que se encarga principalmente de la seguridad
interior.
456 El reservismo militar en Espaa

eran encuadrados en gran nmero de divisiones, cuyo funcionamiento, en tiempo de paz, se
garantizaba por la asignacin a ellas de una plantilla reducida de militares profesionales.
Esa fue la herencia transferida a la Federacin Rusa tras el derrumbamiento de la Unin
Sovitica, donde existe an hoy una gran confianza en el servicio militar obligatorio. Y eso a pesar
del enorme esfuerzo econmico que supone y de la importante cantidad de recursos productivos
que distrae de la economa nacional. La decepcin sobre este particular comenz durante el
conflicto checheno de 1994-96 cuando, de 70 divisiones supuestamente preparadas para entrar en
combate una vez movilizados sus reservistas, solamente pudieron reunirse unas pocas e ineficaces
unidades integradas por personas que ni se conocan ni, por supuesto, haban combatido o
entrenado juntas. El modelo que, presuntamente, les haba llevado a la victoria en el pasado, no era
vlido ya.
Una fuerte reduccin de efectivos y la mejora tanto de la organizacin como del
adiestramiento de las unidades fueron proyectadas nada ms acabar la citada guerra. El servicio
militar, a su vez, comenz a reformarse en 2006, lo que ha sido seguido por recurrentes
reducciones del tiempo sobre las armas y por un pretendido aumento de la profesionalizacin, que
no ha tenido la acogida esperada entre la poblacin. El escaso atractivo que ofrece la milicia a los
jvenes que estn en edad de ser soldados profesionales, la menor permanencia de los reclutas en
los cuarteles, la corrupcin y abuso de las exenciones y el descenso de la natalidad estn
provocando un serio problema de falta de recursos humanos para cubrir las plantillas de las
unidades. Por si fuera poco, todas estas evidencias objetivas estn enmarcadas por el claro
desprestigio de la conscripcin que sobrevino tras los enfrentamientos en suelo checheno y tras el
conocimiento de los abusos que, histricamente, han cometido los mandos rusos sobre los reclutas.
En 2011 el general Makarov el JEMAD entonces reconoci que el sistema de reclutamiento
estaba en crisis al afirmar, tras ver limitado un reemplazo a menos de la mitad del personal
requerido, que en la situacin actual, no queda nadie virtualmente por reclutar
57
.
En cualquier caso, bajo la legislacin en vigor, los veteranos del servicio militar pueden ser
activados hasta la edad de cincuenta aos, incluso para recibir instruccin. En este ltimo supuesto
existe el compromiso legal de no superar los doce meses de adiestramiento en todo el tiempo que
se permanece en la reserva tampoco se pueden exceder los dos meses de instruccin cada tres
aos. Contrariamente a otros pases, la Federacin Rusa s que llama con cierta frecuencia a sus
reservistas, aunque no les retribuye por ello. En 2010, el International Institute for Strategies

57
Ibdem, pgs. 109-120. [We now have a situation when there is virtually nobody left to draft. Traduccin del
autor], Ria N. (2011, 17 de noviembre), Russian military has 'no one left to draft', Global Security.org:
http://www.globalsecurity.org/wmd/library/news/russia/2011/russia-111117-rianovosti02.htm.
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 457


Studies afirmaba que Rusia contaba con 20 millones de personas potencialmente movilizables,
mientras que las Fuerzas Armadas en activo superaban escasamente el milln. Nada menos que el
diez por ciento de esa inmensa reserva dispona de experiencia en combate, lo cual aparentemente
dice mucho sobre su cualificacin. A pesar de ello se duda de la eficacia que puede tener esta
fuerza para afrontar los conflictos actuales
58
.

4.2. Cuando las Fuerzas Armadas son una inmensa milicia: el caso israel y su antecedente
suizo

Con la firma del Tratado de Pars de 1814 se puso punto y final a la guerra entre Francia y la
coalicin formada por Austria, Portugal, Prusia, Reino Unido, Rusia y Suecia. Al vencido se le
mantuvieron las fronteras originales pero, en el deseo de limitar futuras expansiones, se acord
reforzar la entidad de los pases de su entorno. Ese es el origen de la declaracin multinacional de
independencia y neutralidad de Suiza consignada en dicho tratado, la cual fue renovada en el
Congreso de Viena de 1815 La Suisse, indpendante, continuera se gouverner par elle
mme
59

Desde entonces, las Fuerzas Armadas suizas no han participado en combate alguno contra un
ejrcito exterior, reaccionando ante las dos guerras mundiales del siglo XX con la movilizacin
preventiva de algunas unidades a fin de proteger las fronteras propias. Por tanto, su poltica de
seguridad, recogida incluso en la Constitucin Federal, ha sido y es defender su poblacin y su
integridad territorial. Ese carcter defensivo se concreta en las tres misiones fundamentales del
Ejrcito: la proteccin del territorio nacional contra un ataque tanto por tierra como por aire, as
como contra otras amenazas potenciales; el apoyo a las autoridades civiles en caso de emergencia,
y la promocin de la paz en el contexto internacional, en tanto en cuanto la seguridad suiza est
comprometida
60
.
Dicha poltica de seguridad es el resultado de fundir en un crisol los muchos siglos en que los
suizos encuadrados en regimientos de mercenarios haban sido activos participantes en las
guerras europeas, los cambios de dueo que sufrieron en el entorno de la Revolucin Francesa y la

58
Weitz (2007), pgs. 109-120; e IISS (2010), pg. 222.
59
Tratado de Pars del 30 de mayo de 1814 y Congreso de Viena del 9 de junio de 1815, Rondonneau et Decle (1815),
pgs. 12 y 151; y Cantillo (1843), pg. 769.
60
Art. 58.: Larme contribue prevenir la guerre et maintenir la paix; elle assure la dfense du pays et de sa
population. Elle aporte son soutien aux autorits civiles lorsquelles doiven faire face une grave menace pesant sur
la scurit intrieure ou des autres situations dexceptions. La loi peut prvoir dautres tches, [El Ejrcito
contribuye a prevenir la guerra y a mantener la paz; asegura la defensa del pas y de su poblacin. Da apoyo a las
autoridades civiles cuando stas deben hacer frente a una grave amenaza a la seguridad interior o en caso de otras
situaciones de excepcin. La ley puede prever otras misiones, traduccin del autor], Constitucin Federal de la
Confederacin suiza, 18 de abril de 1991, ALS.
458 El reservismo militar en Espaa

determinacin de no ser invadidos nunca ms. Todo eso ha configurado un ejrcito que la propia
Constitucin denomina de milicia, recogiendo as la herencia de las unidades locales medievales
del mismo nombre. Por tanto, sus Fuerzas Armadas estn compuestas por unos pocos
profesionales y, obligatoriamente, por todos los ciudadanos varones en edad til la participacin
de las mujeres es voluntaria
61
. El nimo contrario a la profesionalizacin es extensible a todos
los servicios a la comunidad, dado que, aunque algunos puestos son remunerados, se entiende que,
por ejemplo, ningn parlamentario, alcalde o concejal debe tener dedicacin a tiempo completo
62
.
En definitiva, su modelo militar est pensado para que the army is the people and the people
is the army, es decir, para que la defensa sea cosa de todos, para que todos se sientan
responsables de la proteccin de su pas y de sus conciudadanos. De forma opuesta al paradigma
prusiano tantas veces aludido, aqu cada ciudadano til realiza un servicio militar de muy larga
duracin que compatibiliza con sus obligaciones laborales, aadiendo a esta dedicacin unos pocos
aos como reservista. Alrededor de 120.000 plazas activas componen este ejrcito-milicia, a los
que cada ao se suman unos 20.000 reclutas para recibir instruccin, siendo el tamao de su
reserva de 80.000 hombres. Aunque pueda parecer obsoleto a primera vista, este modelo de
ejrcito formado por ciudadanos-soldado se encuentra totalmente consolidado
63
. Sometida la
obligacin de servir en la milicia a debate recurrentemente e incluso a referndum, el Consejo
Federal rgano ejecutivo de la Confederacin suiza ha desistido finalmente de continuar con
la revisin del modelo actual de Fuerzas Armadas, en la seguridad de que un ejrcito profesional
sera incapaz de defender el territorio contra un ataque militar y de que la concepcin de un
ejrcito de ciudadanos puede ser perfectamente adaptable a las nuevas amenazas.

La tradition de dfense, la mise profit des competences et des aptitudes civiles, la diversit
sociele et rgionale que lon retrouve larme, le lien troit qui unit larme et la socit et
finalement les ralits financires parlent en faveur du systme actuel
64
.

61
Art. 59., ibdem.
62
Con la excepcin de los alcaldes de las grandes ciudades. En las Fuerzas Armadas se asignan destinos a tiempo
completo cuando se considera absolutamente imprescindible para cumplir las misiones encomendadas, por ejemplo,
jefaturas de estado mayor, especialistas, policas militares o miembros de algunas unidades areas. En el ao 2009 se
encontraban en filas 2.733 profesionales 1.156 oficiales, 1.559 suboficiales y 18 soldados, algo ms del tres por
ciento del total, (respuesta del Consejo Federal a la interpelacin n. 09.3068 sobre personal profesional del Ejrcito
suizo realizada por el diputado Fluri Kurt el 9 de marzo de 2009, 12 de junio de 2009, BOCN).
63
Datos de 2001, por lo que es posible que los efectivos sean algo menores ahora, Ejrcito suizo (2001), pg. 76; y
Pitteloud, J. (2008, 10 de abril), Swiss Defense Policy: Seven Centuries of Permanent Adaptation in a Constantly
Change Environment, Conferencia ante el Issam Fares Center for Lebanon: http://www.if-
cl.org/Library/Files/uploaded%20Files/seng.pdf
64
[La tradicin de defensa, el aprovechamiento de las aptitudes civiles, la diversidad social y regional que confluyen
en el ejrcito, el estrecho vnculo que une ejrcito y sociedad y, finalmente, la realidad financiera hablan en favor del
sistema actual. Traduccin del autor], Consejo Federal (2010, 23 de junio), Rapport du Conseil fdral lAssemble
fdrale sur la politique de scurit de la Suisse, pgs. 49 y 50:
http://www.vbs.admin.ch/internet/vbs/fr/home/documentation/bases/sicherheit.parsys.5013.downloadList.36678.Down
loadFile.tmp/sipolbf.pdf. En cualquier caso, aparecen recurrentemente iniciativas populares en pro de la abolicin del
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 459


Categora / Empleo
Servicio activo: tiempos de
adiestramiento (das)
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Tropa 3 145 6 x 19d 262 27 30
Tropa especializada* 3 145 6 x 19d + 19d 281 27 30
Sargento 3 259 6 x 22d** 394** 27 30
Suboficiales superiores 3 259 7 x 22d** 416** 27 36
Teniente 3 371 10 x 19d 564 30 36
Capitn y oficiales superiores 3 371 13-20 x 19d 621-754 30-40 42-50
Oficiales generales 3 371 28 x 19d 906 49 50
Tabla n. 26: Duracin de la instruccin militar y de la permanencia en la reserva de los ciudadanos
suizos, por empleos
65
.
* Se refiere a algunos destinos que requieren de cursos de especializacin, como el de conductor de
carros, por ejemplo.
** Son valores aproximados. La carrera militar puede variar dependiendo del destino.
*** En los oficiales, depende el mximo empleo que se alcance.

Una vez cumplidos dieciocho aos, cada suizo varn facultativamente, las mujeres
tambin es llamado para recibir tres das de informacin y de orientacin militar en los que es
sometido, adems, a un reconocimiento sicofsico. De resultar til para el servicio, el mozo es
asignado a una escuela para reclutas donde, cuando cumpla veinte aos, le ser impartida una
formacin bsica de veintiuna semanas. Dicha instruccin puede ser superior si aspira a ser
suboficial u oficial; hasta de cincuenta y tres semanas en este ltimo caso. Tras la formacin
inicial, el recin nombrado soldado volver a su trabajo hasta el ao siguiente, en que comenzar
una serie anual de cursos de refresco, de tres semanas de duracin, que se repetir durante seis
ejercicios consecutivos. Con carcter general, no se puede sobrepasar la dedicacin de veinticinco
das al ao. En los largos perodos de inactividad entre adiestramientos, el soldado custodia en su

servicio militar o de la adopcin de un ejrcito profesional ms pequeo, como la que present ante el Consejo Federal
el 5 de enero de 2012 la asociacin Groupe pour une Suisse sans arme, que fue rechazada utilizando los argumentos
anteriormente citados, Steidle, S. (2012, 14 de setiembre), Le Conseil fdral soppose labolition de lobligation de
servir, Nota de prensa del Ministerio de Defensa:
http://www.vtg.admin.ch/internet/vtg/fr/home/dokumentation/news/newsdetail.45974.nsb.html
65
Ejrcito suizo (2001), pgs. 76-79.
460 El reservismo militar en Espaa

propio domicilio el armamento individual que le ha sido asignado, adems de todo su equipo.
Cuando haya recibido el ltimo de los cursos de refresco habr terminado su servicio activo,
pasando a la reserva hasta cumplir los treinta aos de edad, que es cuando quedar liberado de toda
obligacin militar.
En definitiva, el servicio obligatorio para la tropa consiste en 262 das sobre las armas que se
reparten a lo largo de algo ms de seis aos, ms cuatro en la reserva. Los suboficiales, oficiales y
oficiales generales, como es lgico, cursan una formacin inicial ms extensa, mientras que el
nmero de sesiones anuales de repeticin es superior, pudiendo incluir cursos de promocin, de
especializacin y de estado mayor. El servicio activo, con las correspondientes sesiones anuales de
refresco, se alarga en la medida en que el interesado alcance empleos militares superiores,
pudiendo llegar hasta los cuarenta y ocho aos para los oficiales generales. En la misma medida, la
edad de retiro sube conforme se asciende, siendo la mxima de cincuenta aos para oficiales de
estado mayor y para oficiales generales
66
. En la tabla n. 26 se puede consultar la dedicacin en
funcin del empleo alcanzado.
El modelo suizo no podra aplicarse en pases con menor conciencia nacional o que no
hubieran sentido amenazada su integridad territorial y el modo de vida de sus ciudadanos. Sin
embargo, si hay un estado en el mundo que rene las condiciones para la implantacin de unas
Fuerzas Armadas de esta manera organizadas, es Israel quien, desde su propia declaracin de
independencia, est en medio de un conflicto que hunde sus races en la Antigedad. La magnitud
y obstinacin de la amenaza han ido consolidando unas Fuerzas Armadas Israel Defense Forces
(IDF) que han demostrado sobradamente su eficacia y que estn formadas por tres componentes:
el ejrcito profesional, el ejrcito regular donde se encuadran los conscriptos y la reserva.
Debido a la presin de su entorno, el tamao de las IDF ha crecido ligeramente a lo largo de la
ltima dcada. En 2010 el ejrcito regular tena 133.000 efectivos, mientras que los militares
profesionales eran 43.500. El dato homlogo sobre la reserva procede de 2004 y dice que estaba
compuesta por 425.000 personas, si bien se estima que el nmero de sus efectivos debe de haber
permanecido prcticamente constante desde entonces. Eso significa que el tamao total de las IDF
es de, aproximadamente, 601.500 hombres y mujeres
67
.
Acabada la guerra que tuvo lugar tras la constitucin del estado de Israel, se prescindi de la
organizacin defensiva existente para buscar la ms adecuada para la nueva nacin
68
. Tras

66
Ibdem; y ordenanza 511.11 sobre reclutamiento, 10 de abril de 2002, ALS.
67
Cordesman (2004), pg. 5; y Cordesman (2010), pgs. 7 y 8.
68
Las IDF llamadas en hebreo por el acrnimo Tshal fueron creadas en 1948 a partir de unidades que procedan
del Ejrcito britnico ex-combatientes de la Brigada Juda que lucharon bajo bandera britnica durante la Segunda
Guerra Mundial y la Hagan. La Agrupacin de Infantera de la Brigada Juda fue una formacin militar britnica
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 461


considerar la posibilidad de un ejrcito permanente, se lleg a la conclusin de que no podra
pagarse una fuerza de estas caractersticas dadas las necesidades defensivas existentes. La escasa
profundidad del pas lo haca muy vulnerable a un ataque por sorpresa, as que tambin se descart
un modelo basado en la movilizacin de reservistas al estilo sovitico, ya que esta solucin
requera de algunas semanas o meses hasta tener sobre las armas el nmero de soldados necesario
para repeler una invasin.
Despus de visitar Suiza, el general Yigael Yadin que era entonces jefe del Estado
Mayor decidi implantar el concepto helvtico de ejrcito de ciudadanos, con las necesarias
adaptaciones a las peculiaridades judas. El general defini al reservista israel como un soldado
que est once meses de permiso al ao y confeccion un sistema defensivo capaz de poner
rpidamente en pie de guerra a cientos de miles de personas bien adiestradas, las cuales sirven de
complemento a unas fuerzas regulares reducidas que no son ms que la tercera parte de los
efectivos que se mantienen en reserva. Qu entienden los israeles por una movilizacin rpida?
Se espera que la mayora de los soldados estn en orden de combate, tras unirse a sus unidades y
recoger el equipo, en menos de cuarenta y ocho horas.
A diferencia de los suizos, los israeles no permanecen muchos aos en servicio activo, pero s
se exige a los conscriptos una ininterrumpida y completa permanencia en filas, durante un tiempo
que oscila entre dos y cuatro aos. Dicha prestacin personal es obligatoria, tanto para hombres
como para mujeres, aunque existen exenciones, como se ver ms adelante. Tras ser licenciados,
los soldados devienen militares profesionales o son transferidos a la reserva, donde permanecen
hasta los cuarenta aos de edad. Cada reservista es activado una vez al ao por un perodo que se
puede establecer, con carcter general, en un mes, aunque puede variar. A pesar de la
obligatoriedad formal de servir como reservistas, las mujeres quedan exentas de las activaciones
peridicas si contraen matrimonio o quedan embarazadas, lo que supone en la prctica una
exencin plena. En cualquier caso, se podra decir que el Gobierno no ha movilizado nunca a
mujeres, con la excepcin de algunas expertas en inteligencia militar o en otras actividades clave
69
.
La definicin ms simple y condensada de este concepto de Fuerzas Armadas la dio el coronel
Neeman cuando era jefe de operaciones de las IDF:


que sirvi en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Creada en 1944, parte de su experimentado personal
30.000 judos residentes en Palestina que se haban ofrecido voluntarios se emple contra el Eje en Grecia, en
Oriente Medio y en frica oriental. Muchos eran refugiados o desplazados de pases que haban sido ocupados por las
potencias del Eje. Reino Unido, la Commonwealth y otras democracias occidentales tambin aportaron contingentes.
La Hagan, por su parte, era una organizacin paramilitar de autodefensa juda que tuvo su vigencia durante la poca
de jurisdiccin britnica sobre Palestina, entre 1920 y 1948.
69
La duracin del servicio militar para las mujeres es de dos aos, y de tres para los hombres. Los oficiales varones
tienen que servir cuatro aos, Weitz (2007), pgs. 97-101.
462 El reservismo militar en Espaa

The simplest definition considers the army to always be at full operational capability, although
on leave for a few days. Each soldier is ready to return to his unit at any moment. This basically
means that the civilian population is composed of soldiers who are always on a short leave from
the army. Part of the regular armys budgeted manpower will be organized in the form of cadres,
and part will be replaced by a much larger (and cheaper) reserve force
70
.

Sin embargo, el modelo lleva algunos aos resintindose. Las primeras guerras habidas desde
la constitucin del Estado de Israel con intervencin de reservistas Guerra de Suez (1956),
Guerra de los Seis Das (1967) y Guerra del Yom Kipur (1973 se resolvieron en pocos das de
forma aplastante, pero la ocupacin del Lbano en 1982 y las dos intifadas dejaron a los israeles
atrapados en un conflicto que an no se ha cerrado del todo. En esas condiciones, las
movilizaciones a gran escala supusieron una severa interrupcin econmica y social que se podra
calificar de colapso, dado que el desvo de la fuerza laboral de sus actividades cotidianas llevaba a
algunos sectores a la escasez, mientras que las empresas perdan mercado y clientes y la economa
sufra tremendos cambios en la oferta y en la demanda de algunos productos. Con estas
limitaciones, cuando la puesta sobre las armas de reservistas debe durar mucho, la situacin se
hace absolutamente insostenible
71
.
En 2002 comenzaron a manifestarse los problemas de motivacin que los reservistas venan
larvando desde haca aos, protestas que aumentaron de intensidad y de visibilidad al terminar la
Segunda Guerra del Lbano. Marchas por carretera, declaraciones a periodistas, manifestaciones
ante edificios y monumentos pblicos, entre otros, tuvieron un importante eco en los medios de
comunicacin. De todo ello pueden encontrarse numerosos testimonios en la prensa digital israel.
Aunque dichas muestras decan que algo estaba sucediendo, es justo reconocer que no estaban

70
[La definicin ms simple es considerar al Ejrcito como una fuerza que mantenga siempre su capacidad operativa,
aunque se d permiso a los soldados durante unos cuantos das. Cada reservista est preparado para volver a su unidad
en cualquier momento. Esto significa, bsicamente, que la poblacin civil est compuesta de soldados que estn
momentneamente de permiso del Ejrcito. Parte de los efectivos previstos para el ejrcito regular se organizarn en
cuadros y parte sern reemplazados por una fuerza de reserva mucho ms grande (y barata). Traduccin del autor],
Sheffer (1984), pg. 154. Para tener una perspectiva histrica de la implicacin de los reservistas israeles en los
conflictos de Oriente Medio de la segunda mitad del siglo XX, vid Quesada Gonzlez (2009).
71
Despus de la Guerra de los Seis Das numerosos reservistas fueron llamados al territorio recientemente ocupado del
Sina donde estuvieron varios meses seguidos. Eso gener serios problemas de continuidad en la actividad economica
del pas, situacin que fue paliada al implantar un sistema de rotacin. En cuanto a la Guerra del Yom Kipur, la
decisin del gobierno de retrasar la movilizacin de la reserva en los das previos a los combates con la pretensin
de minimizar las consecuencias sobre la economa y otros intereses diplomticos casi los llev a la derrota en las
primeras fases del enfrentamiento. Tras el alto el fuego, se tomaron algunas medidas en el sentido de aumentar el
nmero de reservistas y reducir las posibilidades de evitar el cumplimiento del servicio militar. Para minimizar los
efectos de la interrupcin de las actividades productivas por razn de la movilizacin masiva, se establecieron unos
comits mixtos cvico-militares que consideraban las peticiones de aplazamiento de las activaciones. Ciertas industrias
y servicios pasaron a ser declarados estratgicos, por lo que era esencial que su personal quedase exento de las
obligaciones militares. El Gobierno comenz a presionar a las universidades para permitir, a los estudiantes
reservistas, facilidades como el retraso de exmenes, el envo de los apuntes de clase o la matrcula gratuita si deban
repetir curso, Weitz (2007), pgs. 101-103.
Captulo XIII.- Paradigmas actuales de organizacin de una reserva militar 463


involucradas en ellas gran nmero de personas
72
. A continuacin se relacionan las razones de su
insatisfaccin, que se encuentran an vigentes.

Los reservistas son destinados con frecuencia a Cisjordania y a la franja de Gaza para
realizar tareas puramente policiales.
Las activaciones ocasionan no pocos trastornos a la economa del pas y a la de las
empresas. A nivel individual las consecuencias no son menos importantes: problemas
de integracin en el mercado laboral para desempleados, prdidas de negocio para
autnomos, proteccin laboral no asegurada, etc.
La retribucin recibida slo permite que los ms favorecidos puedan encontrarse
satisfechos en la reserva. Los parados y autnomos son pagados por debajo del salario
mnimo, mientras que los empleados reciben en teora compensaciones iguales a las de
su trabajo civil, pero menores en la prctica.
El elevado nmero de exenciones hace que la poblacin sienta cierta falta de
ecuanimidad. Mientras que la dedicacin es muy alta para muchos, algunos colectivos
tienen el privilegio de no realizar el servicio militar ciudadanos rabes y cristianos,
ultraortodoxos judos, religiosas y mujeres casadas, embarazadas o con hijos. Ese
sentimiento adverso ha llevado a que, recientemente, les haya sido retirada la exencin
a los ultraortodoxos.
La falta de equipo adecuado se ha convertido ya en un viejo problema que, tras
paliarse en algunas pocas, se va haciendo cada vez ms severo debido a la escalada
tecnolgica del material blico
73
.

En definitiva, la israel ha sido hasta ahora una sociedad inmigrante y cohesionada por las
tradiciones y por un compromiso colectivo contra la amenaza exterior. La transicin gradual de un

72
Un ejemplo del malestar ocasionado por cmo se gestion la reserva en la Segunda Guerra del Lbano se encuentra
en Chason, M. (2002, 5 de junio), Reservists: Next war we'll dodge draft, ynetnews.com:
http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-3396436,00.html. Dentro de una protesta ms, los reservistas declaraban
tener problemas econmicos y familiares para acudir a tareas meramente policiales, as como su intencin de evitar la
participacin en futuros conflictos fuera como fuera. Uno de ellos se pronunciaba sobre los medios de que dispusieron:
no haba ningn equipo en ellos [contenedores] que pudiera reconocer de mi servicio militar. Era como si no
furamos una unidad de combate, ms bien unos vigilantes de seguridad.
73
Ben Dor, Pedazhur y Hasisi realizaron a principios de la primera dcada de este siglo un interesante estudio
cuantitativo sobre la motivacin de los reservistas, cuyos resultados son accesibles. Dicho trabajo establece que el 47,5
por ciento no quiere pertenecer a la reserva, mientras que el 37 por ciento no abandona debido a las penas de prisin a
las que se enfrentaran. Muchos 28 por ciento evitan acudir al servicio acogindose a alguna de las exenciones
legales, llegando incluso a fingir alguna enfermedad mental. A la pregunta de cul es el nivel de satisfaccin de los
reservistas durante sus activaciones, slo el 45 por ciento se manifestaron satisfechos, Ben Dor (2002), pgs. 233-255.
464 El reservismo militar en Espaa

estado de guerra a una situacin ms estable dentro de un marco desarrollado, que ha ensanchado
las fisuras sociales, est mermando el inters por la seguridad. Estas circunstancias, unidas a las
restricciones econmicas, son las que han propiciado que algunos estudiosos hayan propuesto
suprimir la obligacin de servir en la reserva y pasar a un modelo de Fuerzas Armadas basado en
el voluntariado, donde las misiones de mantenimiento y administracin sean desviadas los
ejrcitos regular y profesional, mientras que compaas privadas se encarguen de las funciones que
no tienen demasiado que ver con la profesin militar: vigilancia de instalaciones, mantenimiento
de vehculos, conduccin, entre otras
74
.

74
Dadon (1999), pgs. 24-26.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 465


CAPTULO XIV.- EL MODELO RESERVISTA ESPAOL DEL SIGLO XXI


Se podra decir que ha costado profesionalizar plenamente las Fuerzas Armadas espaolas
casi dos dcadas. Es lo que media entre la ley del servicio militar de 1991 que permiti nutrir
significativamente, por primera vez, las unidades con soldados profesionales y la ley de la
carrera militar de 2007, incluido su desarrollo reglamentario subsiguiente. Durante este largo
proceso se fue concibiendo e implantando un modelo de reserva que, como no poda ser de otra
manera, se ha visto influido por los otros pases de la Alianza y por los agentes involucrados en la
defensa. Reservistas voluntarios, de especial disponibilidad y obligatorios muchos de los cuales
devienen en reservistas honorficos componen las fuerzas de las que Espaa dispone en
situacin sedentaria y que, con las particularidades propias, resultan homologables a las de otros
aliados. No obstante, ello no significa que su desarrollo y eficacia no se encuentre bajo cuestin,
como toda innovacin en proceso de consolidacin. Por otra parte, las asociaciones de reservistas
constituyen una parte esencial del modelo que requiere un tratamiento proporcional a su
importancia.

1. DE LA RESERVA DE MASAS A LOS RESERVISTAS VOLUNTARIOS

Mucho se ha especulado en los foros de militares profesionales sobre el carcter
eminentemente poltico del cambio en la concepcin y en la organizacin de la reserva militar
espaola que, en las inmediaciones del cambio de milenio, fue emprendido por el Ministerio de
Defensa
1
.
Lo que resulta incuestionable es que, una vez decidida la suspensin de la prestacin personal
obligatoria, haba que abrir el debate sobre qu reserva se quera para Espaa. Adems, en 1996,
coincidi la publicacin de la directiva de defensa nacional en la que se puso la primera piedra

1
De la aceptacin inicial del reservista voluntario espaol por los militares profesionales se hablar en su momento. El
adjetivo entrecomillado tiene un significado peyorativo y quiere decir, en realidad, que algunos han pensado que la
reserva fue utilizada, por parte de los gobiernos que participaron en su implantacin y en su desarrollo, como un
elemento propagandstico. Como muestra de este sentir negativo de una parte de las fuerzas regulares, se encuentra el
pensamiento plasmado en 2009 por el Jefe de la Seccin de Reserva y Movilizacin del Ejrcito del Aire, coronel
Modesto Ruiz Cruz. En un emotivo artculo escrito en forma epistolar, el coronel utiliza la figura literaria del apstrofe
para dialogar con un hipottico militar que, ante una afirmacin de apoyo a los reservistas voluntarios, le responde de
esta manera: Mire, lo que ha dicho es cierto, pero si quieren ser militares que sigan el procedimiento de acceso de los
profesionales. Y si no, les dejamos jugar a soldaditos pero que no nos hagan perder tiempo, ni den la vara. Y lo de
saludarles., Ruiz Cruz, M. (2009, 27 de mayo), Reservista voluntario, y a mucha honra, Nuevo Observatorio de
las Fuerzas Armadas y Reserva Militar:
http://www.observatoriomilitar.es/articulo.asp?pagina=index.asp&seccion=16&titulo=Reservista%2Bvoluntario%2By
%2Ba%2Bmucha%2Bhonra&id=785
466 El reservismo militar en Espaa

de un ejrcito profesional y, consecuentemente, del progresivo abandono del servicio militar
obligatorio, con el inicio de las gestiones para al ingreso en la estructura militar integrada de la
Alianza Atlntica. Por tanto, la aproximacin al ingreso pleno en dicha organizacin aconsejaba la
aplicacin paulatina de su doctrina, particularmente en las transformaciones a plantear desde
entonces. En este sentido, se recordar que la OTAN otorga a cada pas miembro un amplio
margen para la organizacin de las reservas, si bien establece claramente que se tiene que contar
con algn sistema que, ante una crisis, permita crecer tanto en efectivos como en capacidades.
Programado el final de la mili, se agotaba al mismo tiempo la histrica reserva de masas que haba
estado tradicionalmente ligada a la conscripcin, como las dos caras que pertenecen a una misma
moneda. Puestos en esa coyuntura, qu hacer? qu modelo de los descritos en el captulo
anterior era el ms adecuado para la estrategia de defensa de Espaa y, a la vez, poda ser viable en
una sociedad como la espaola?

1.1. Deliberaciones previas en torno a la solucin ms adecuada (1991-1999)

Como se vio en su momento, el modelo FAS-2000 aprobado por el Congreso a mediados
de 1991 sent las bases de las Fuerzas Armadas parcialmente profesionales de la ltima dcada
del siglo XX, aunque debe decirse que naci con un horizonte ms amplio. En el dictamen de la
Comisin de Defensa que describi el mencionado modelo y que tuvo en cuenta el estado de la
cuestin en muchos pases del mundo se dej claro que unas Fuerzas Armadas de reducidas
dimensiones slo eran posibles si se potenciaba la reserva militar.

Este modelo tiene, entre otras, las ventajas de que el nmero de reservistas que genera es varias
veces superior al que se disponen en el ejrcito profesional y que permite disponer de efectivos de
tropa que una vez cumplida su misin constitucional se reintegran a su actividad habitual sin mayor
problema
2
.

Sin embargo, ni en el dictamen sobre el modelo FAS-2000 ni en la ley del servicio militar que
sigui a su aprobacin se precis nada acerca de cmo habra de estar organizada esa reserva ni
cules deban ser las diferencias con la que exista hasta ese momento. Antes al contrario, la citada
ley redujo la permanencia en la misma a tan slo tres aos, lo que no resultaba en absoluto
coherente con la acordada necesidad de disponer de ms capacidades en estado sedentario
3
.


2
Dictamen emitido por la Comisin de Defensa sobre el informe de la ponencia encargada de abordar el estudio y
seguimiento de los temas relacionados con el modelo de Fuerzas Armadas en su conexin con el servicio militar, 13 de
junio de 1991, BOCG-C, n. 158, pgs. 39-45.
3
Ley orgnica 13/1991 del servicio militar, 20 de diciembre de 1991, BOE, n. 305.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 467


1.1.1. Pasos dados durante los ltimos aos de la primera etapa socialista (1991-1996)

La directiva de defensa nacional 1/92 estableci, por primera vez, que las misiones de paz
eran la tarea fundamental de las Fuerzas Armadas, abundando en su carcter principalmente
expedicionario. Ello supuso una anticipacin a la declaracin de Petesberg, que habra de firmarse
por el Consejo de Ministros de la UEO poco despus y que se pronunciaba corporativamente en tal
sentido. Con el propsito de responder a todas las misiones encomendadas de la manera ms
eficiente posible, la directiva se propona estructurar la defensa militar en una fuerza permanente,
establecida en tiempo de paz, y una reserva movilizable. Mientras que la fuerza permanente deba
oponerse a situaciones de crisis, a conflictos armados de intensidad limitada [...] y a las etapas
iniciales de un conflicto de mayor intensidad, la reserva movilizable quedara organizada en
tiempo de paz para que pudiera sumar gradualmente sus efectivos a la fuerza permanente merced a
un sistema de movilizacin flexible y gil
4
.
No haba pasado un ao desde la presentacin de la directiva cuando comenz a especularse
con la necesidad de disponer de un ejrcito de reservistas que recibieran instruccin a lo largo de
su situacin sedentaria. Sin embargo, Julin Garca Vargas, a la sazn ministro del ramo, evit
pronunciarse sobre dicho proceso de formacin peridica durante los primeros meses de
configuracin de la reforma que se estaba preparando para dar cumplimiento a lo fijado
5
.
Ms adelante, con ocasin de la implantacin del plan NORTE del que ya se ha hablado,
se aprovech para establecer que la reserva movilizable deba estar integrada por tres brigadas de
infantera, una brigada de caballera y elementos de apoyo de fuego y de apoyo al combate. En
varias ocasiones, a lo largo del ao anterior a la publicacin de dicho plan en el BOE, Julin
Garca Vargas manifest que dichas unidades movilizables slo conseguiran su plena operatividad
si se activaban alrededor de 45.000 reservistas debidamente adiestrados. Es por eso que, en 1994,

4
Directiva (1992), pgs. 15 y 16; y Ortega (2008), pg. 123. En la declaracin de Petersberg emitida en 1992, y
continuacin del Tratado de Mastrique de 1991 los Estados miembros de la UEO decidieron poner a disposicin de
dicha organizacin, pero tambin de la OTAN y de la Unin Europea, unidades militares procedentes de todo el
abanico de sus fuerzas convencionales. Las misiones de Petersberg forman parte desde entonces de la Poltica
Europea de Seguridad y Defensa (PESD, antes PESC). Tras la ampliacin sufrida por el Tratado de Lisboa, las
mencionadas misiones son las siguientes: humanitarias o de rescate, de prevencin de conflictos y de mantenimiento
de la paz, misiones en las que intervengan fuerzas de combate para la gestin de crisis, incluidas las misiones de
restablecimiento de la paz, acciones conjuntas en materia de desarme, de asesoramiento y asistencia en materia militar
y operaciones de estabilizacin tras la resolucin de conflictos, Misiones de Petersberg, Glosario de la UE:
http://europa.eu/legislation_summaries/glossary/petersberg_tasks_es.htm
5
Calleja, B. (1992, 13 de octubre), Defensa pone en marcha la segunda reforma militar, La Vanguardia, pg. 20. El
mismo da de la presentacin de la directiva ante la Comisin de Defensa, el ministro haba dejado entrever que no se
movilizaran reservistas para ejercicios de adiestramiento, comparecencia del ministro de Defensa (Garca Vargas)
para informar sobre la directiva de defensa nacional 1/92, 19 de mayo de 1992, DSC, n. 453, pgs. 13.361-13387; y
Calleja, B. (1992, 20 de mayo), La defensa nacional se supedita a la nueva seguridad internacional, La Vanguardia,
pg. 16.
468 El reservismo militar en Espaa

en un ejercicio voluntarista nada original en la historia militar espaola, se declar a los medios de
comunicacin que los veteranos del servicio militar iban a recibir una formacin peridica de
refresco de una semana de duracin, como nica forma de que estuviesen preparados para una
eventualidad, mientras que se proyectaba el acopio de uniformes y equipos en nmero suficiente
como para poder atender a la puesta sobre las armas de tamao contingente. Con todo ello, se
esperaba que las unidades estuviesen en pie de guerra entre dos das y una semana despus de la
movilizacin
6
.
No obstante, un informe reservado del EMAD, al que tuvieron acceso algunos militares en
situacin de reserva transitoria, avis al gobierno de que hara falta abundante legislacin para
poner en marcha la reserva as propuesta, advirtindole adems de que, antes de llamar a los
primeros reservistas para que se pusieran de nuevo el uniforme, era imprescindible hacer una
campaa para concienciar a la sociedad, dada la nula implantacin de este sistema en Espaa y la
poca aceptacin social de todo lo relacionado con el servicio militar
7
.
Como caba esperar, ante todas estas dificultades no se hizo nada en relacin al mencionado
adiestramiento. No obstante, fueron reconocidas algunas otras carencias en relacin con la
movilizacin y la falta de capacidades propias del mbito civil. En una poca en la que se estaba
produciendo una fuerte reduccin de efectivos, el gobierno socialista dijo que pareca razonable
que la sociedad contribuyera con sus propios recursos a llenar los huecos creados en las
capacidades de las Fuerzas Armadas. Se refera, en particular, al eventual aporte de maquinaria de
obras pblicas y de vehculos para transporte por carretera, actividades que algunas empresas
privadas comenzaban a realizar. En el Ministerio se pens que los civiles militarizados que fueran
operadores, conductores y personal de apoyo del citado material podran recibir empleos que los
equipararan con sus compaeros de la milicia, sera, por ejemplo, dar el empleo de comandante a
un ingeniero, o el de sargento al operario que maneja una mquina especializada. Era la primera
vez que Espaa contemplaba la posibilidad de integrar civiles en el mbito militar con el fin de
realizar actividades no especficas del mundo castrense, concedindoles empleos que se
correspondieran con su cualificacin civil. Se planeaba que todas estas reformas se reflejaran en

6
Orden sobre publicacin del acuerdo del Consejo de Ministros de 5 de agosto, por el que se establecen la entidad, la
estructura y el despliegue de la Fuerza del Ejrcito de Tierra y se aprueba el programa de transicin para su
implantacin, 5 de septiembre de 1994, BOE, n. 213; Abizanda, M. (1993, 9 de marzo), Defensa tendr que recurrir
a reservistas para completar unidades en caso de crisis, ABC, Madrid, pg. 24; y Abizanda, M. (1994, 17 de abril),
Defensa quiere movilizar fundamentalmente recursos civiles para casos de crisis, ABC, Madrid, pg. 36.
7
pud Editorial (1994), octubre), La reserva movilizable, Militares, pg. 23.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 469


una nueva ley de movilizacin que iba a derogar a la de 1969, al coincidir las fuerzas polticas ms
representativas en que dicha disposicin haba quedado francamente obsoleta
8
.
Como en otras ocasiones, el debate sobre las caractersticas de la reserva no trascendi a la
opinin pblica. Sin embargo, algunos colectivos con inters en la defensa nacional realizaron
aportaciones de escasa utilidad por cuanto se alejaban de los modelos de reserva existentes en el
entorno atlntico. Por un lado, ciertas asociaciones de veteranos de la Escala de Complemento
afirmaron haberse creado con el fin de organizarse como fuerza de reserva y para programar
cursillos o entrenamiento de los reservistas, postulndose para proporcionar los cuadros de mando
de las unidades movilizables de las que se vena hablando, lo que cont con el apoyo de algunos
personajes pblicos de la poca
9
.
El otro colectivo que consider conveniente opinar sobre este asunto fue la Hermandad de
Personal Militar en Situacin Ajena al Servicio Activo (HEPERMISA) actualmente Asociacin
de Militares Espaoles (AME). La razn de ser de sus aportaciones vena dada porque uno de
los objetivos de esta entidad de la que exclusivamente formaban parte, hasta hace poco,
militares profesionales retirados o en la reserva es la regulacin del Reservismo, tanto el
voluntario como el obligatorio, de todos los espaoles, con la finalidad de garantizar la Defensa
Nacional, militar y civil
10
. En franca oposicin a las reformas que estaba emprendiendo el
Gobierno y con una manifiesta hostilidad a las asociaciones de veteranos de la Escala de
Complemento ambas posturas claramente mostradas tanto en la prensa conservadora como en la
revista Militares, editada por la asociacin, HEPERMISA no tuvo en cuenta la doctrina de la
OTAN y abander la opcin de que los verdaderos y nicos reservistas espaoles eran
precisamente ellos, los militares en la reserva transitoria, situacin particularmente abultada en
aquellos aos en que tantos cuadros de mando fueron retirados del servicio activo. Asimismo, esta

8
La previsin en 1993 era promulgar a lo largo de la V Legislatura (1993-1996) una nueva ley de movilizacin. Sin
embargo, como tantas otras veces, este tema se consider una segunda prioridad por parte de gobiernos de distinto
signo, con lo que la disposicin de 1969 estuvo en vigor hasta el ao 2007, Abizanda, M. (1993, 9 de marzo),
Defensa tendr que recurrir a reservistas para completar unidades en caso de crisis, ABC, Madrid, pg. 24; y
Abizanda, M. (1994, 17 de abril), Defensa quiere movilizar fundamentalmente recursos civiles para casos de crisis,
ABC, Madrid, pg. 36.
9
Las declaraciones fueron realizadas a EFE por el recin elegido presidente de la AMMU, pud A. C. B. (1993, abril),
Cartas al director, Revista Militares, pg. 4. En 1996, por ejemplo, como respuesta a una invitacin de las MNU, el
conocido periodista Jos Mara Carrascal public un artculo en el que propona que las Milicias Universitarias [...]
podran ser un eslabn entre ambas sociedades [la civil y la militar], aparte de una cantera excepcional de
profesionales de las ms distintas ramas, dispuestos a cumplir su ltimo servicio al pas que aman (1996, 25 de
setiembre), Milicias Universitarias, ABC, Madrid, pg. 18. Gustavo Villapalos, rector de la Universidad
Complutense, fue otra persona relevante que haba mostrado ya su apoyo a los veteranos de la Escala de Complemento
en relacin a su potencial contribucin a futuras modalidades de reserva (1991, 23 de noviembre), Milicias
Universitarias, ABC, Madrid, pg. 62.
10
http://www.ame1.org/quienes.asp
470 El reservismo militar en Espaa

asociacin pronostic que todos los intentos de organizar esto sin su contribucin seran un fracaso
y que los polticos socialistas [...] nunca crearn esa figura OTAN del oficial de Reserva
11
.

1.1.2. El nacimiento de la reserva voluntaria en el ocaso del servicio militar obligatorio (1996-
1999)

La directiva de defensa nacional 1/96 publicada tras la subida al poder del PP confirm que en
esa legislatura se llevara a cabo la promesa electoral de suspender el servicio militar obligatorio,
rompiendo con el modelo FAS-2000. Adems, los populares pretendan normalizar la presencia
espaola en los organismos internacionales de seguridad y mejorar la conciencia de defensa en la
sociedad civil. El mismo documento anunciaba, entre otras reformas, la actualizacin de la ley de
rgimen de personal de las Fuerzas Armadas de 1989
12
.
Esa triple combinacin abandono del servicio militar, acercamiento a la OTAN y conexin
de milicia y sociedad llevaba, una vez ms, a la necesaria implantacin de una organizacin de
reservistas que respondiera a alguno de los paradigmas imperantes en los ejrcitos aliados y que
fuera participada por la sociedad civil, reemplazando definitivamente a la reserva de masas de
origen prusiano cuya existencia era incompatible con un ejrcito profesional. La propia
estructura de fuerzas deba virar, segn indicaciones de la OTAN, hacia un esquema basado en
disponibilidades y, en consecuencia, en capacidades de respuesta fuerzas de reaccin, fuerzas
principales de defensa y fuerzas de reserva siendo conscientes de que poco se haba hecho para,
en caso de crisis nacional, poder cubrir las necesidades de crecimiento de las unidades mediante el
aporte de efectivos en estado sedentario
13
.
El Gobierno saba que acabar con la mili es mucho ms que dar un sueldo a un soldado y
que se deba implicar a la poblacin civil en la defensa para evitar que sta acabara en manos de
mercenarios y marginados. Desde sus primeros meses en el poder, el PP estuvo barajando
algunas posibilidades de abordar este reto. El propio ministro Eduardo Serra declar en los
primeros cursos de verano de la Universidad Internacional Menndez Pelayo que se celebraban
tras su nombramiento que su equipo estaba trabajando en el diseo de un servicio militar
voluntario, para jvenes de ambos sexos, que podra ser implantado tras la suspensin de la

11
A. C. B. (1993, abril), Cartas al director, Revista Militares, pg. 4; Editorial (1994, noviembre), La reserva
movilizable, Revista Militares, pg. 23; y Rodrguez, S. (1995, 12 de marzo), Militares en reserva: los socialistas
nos han rebajado nuestros derechos porque nos odian, ABC, Sevilla, pg. 68.
12
Ortega (2008), pg. 132. No en vano, el 14 de noviembre de 1996 el Congreso de los Diputados dio, casi
unnimente, autorizacin al Gobierno para que negociase el ingreso de Espaa en la nueva estructura de mandos de la
OTAN, materializada el primero de enero de 1999: http://www.defensa.gob.es/politica/seguridad-
defensa/contexto/europea-atlantica/OTAN/
13
Ministerio de Defensa (2000), pg. 157.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 471


conscripcin. Asimismo, apunt que la prestacin sera breve y que sera incentivada con
beneficios fiscales, con la ampliacin de la prestacin por desempleo y con la consideracin como
mrito en las oposiciones a la Administracin pblica
14
.
Muy pronto se constituy una comisin mixta Congreso-Senado que propusiera a las Cortes la
configuracin de unas nuevas y profesionales Fuerzas Armadas como alternativa al modelo FAS-
2000, vigente hasta entonces, as como la componente de reserva que deba estar asociada a ellas
15
.
Era previsible que los debates ms acalorados de la comisin no versaran sobre un tema tan
minusvalorado histricamente como el de los reservistas. Adems, los dos principales partidos ya
estaban de acuerdo, sin haber entrado en detalles, en que un modelo profesional requera de la
potenciacin de la reserva. El ms fervoroso defensor de esta idea fue el diputado del PSOE Jordi
Marsal, nico parlamentario que present alguna enmienda en relacin con este asunto,
pronuncindose en el seno de la comisin de la siguiente manera:

La significativa reduccin de personal que debe realizarse coloca en primer plano la necesidad
de una reserva realmente movilizable y que tenga un elevado grado de preparacin para completar
rpidamente las unidades no totalmente cubiertas, as como la necesidad de armamento y material
bien conservados y de unos recursos materiales a disposicin en caso de necesidad. Que la reserva
est en condiciones tiene un elevado coste que tambin debe contemplarse
16
.


14
Martnez, A. (1996, 16 de julio), Defensa estudia que cualquier joven, hombre o mujer, pueda prestar un servicio
voluntario en los Ejrcitos, ABC, Madrid, pg. 26. En los primeros meses de 1997 fue elaborado un plan para el
acercamiento de la sociedad y las Fuerzas Armadas que dio lugar a la creacin del Instituto Universitario General
Gutirrez Mellado y al realce de la celebracin de la Fiesta Nacional, entre otros, Martnez, A. (1997, 19 de febrero),
Defensa elabora un plan para acercar los Ejrcitos a los ciudadanos y mejorar la conciencia de Defensa nacional,
ABC, Madrid, pgs. 22 y 23; real decreto 1643/1997 por el que se crea en la Universidad Nacional de Educacin a
Distancia el Instituto universitario General Gutirrez Mellado de Estudios sobre la Paz, la Seguridad y la Defensa,
24 de octubre de 1997, BOE, n. 256; y real decreto 862/1997 por el que se regulan los actos conmemorativos del Da
de la Fiesta Nacional de Espaa, en el mbito del Ministerio de Defensa, 6 de junio de 1997, BOE, n. 151.
15
Creada el 28 de mayo de 1996, la comisin se constituy efectivamente el 15 de octubre y celebr su primera sesin
de trabajo el 10 de diciembre, con la comparecencia del ministro de Defensa (Creacin de una comisin mixta
Congreso de los Diputados-Senado, de carcter no permanente, para establecer la frmula y plazos para alcanzar la
plena profesionalizacin de las Fuerzas Armadas, lo que conllevar la no exigencia de la prestacin del servicio militar
obligatorio, 28 de mayo de 1996, BOCG, serie A, n. 9). Compuesta por 59 miembros, entre febrero y junio de 1997 la
comisin recibi a 50 personalidades, incluyendo autoridades y representantes del Ministerio de Defensa y de las
Fuerzas Armadas, de instituciones del Estado y de las comunidades autnomas, como el Defensor del Pueblo, el
Ararteko defensor del pueblo en euskera del Pas Vasco o la directora del Centro de Investigaciones Sociolgicas
(CIS); representantes del ministerio de defensa de otros pases, as como de sus fuerzas armadas; militares expertos y
en la reserva; profesores y otros expertos universitarios en materias de defensa y seguridad; representantes de la
industria de defensa; representantes de organizaciones de objecin de conciencia, de insumisos, de ayuda al soldado y
a la juventud y otras asociaciones de estudios e investigacin sobre paz, seguridad y temas militares y de defensa.
Lamentablemente, el acceso a sus intervenciones ha sido denegado por el Congreso de los Diputados. Los ponentes
del dictamen de la comisin fueron Iaki Anasagasti (PNV), Carles Campuzano (CiU), Salvador Carrera (CiU), Jos
Mara Chiquillo (UV), Agustn Daz de Mera (PP), Agustn Elorriaga (PP), Arsenio Fernndez de Mesa (PP), Luis
Mardones (CC), Willy Meyer (IU), Pedro Moya (PSOE), Pedro Ros (IU), Gustavo Surez Pertierra (PSOE) y Manuel
Varela (PSOE).
16
Aprobacin, en su caso, del dictamen de la comisin mixta para la profesionalizacin de las Fuerzas Armadas, a la
vista del informe de la ponencia y de las enmiendas presentadas al mismo, 11 de mayo de 1998, DSC, n. 103, pg.
2141.
472 El reservismo militar en Espaa

Por la comisin mixta pasaron estudiosos militares y altos cargos de la Administracin central
y autonmica, as como numerosos responsables de defensa de otros pases, de los cuales la
comisin recibi inspiracin. Se destaca en este sentido las comparecencias de militares alemanes
y franceses, que ofrecieron su punto de vista sobre la marcha de la profesionalizacin en sus pases
respectivos. La nica asociacin de reservistas considerada inicialmente fue MNU, si bien el grupo
parlamentario que haba solicitado su comparecencia CiU renunci a la misma durante el
transcurso de los trabajos de la comisin, con lo que no fue oficialmente escuchada ninguna de las
asociaciones de veteranos de la Escala de Complemento. Tras meses de trabajo, el dictamen de la
comisin slo incluy una difusa mencin a la reserva consistente en un mandato al Gobierno, de
notable amplitud de accin, para que organizara algn tipo de reserva antes de mediados de 1999.

Un sistema de reserva y movilizacin para conseguir, de forma progresiva o selectiva, completar
las unidades de los ejrcitos o llevar a cabo una eventual generacin de fuerzas para hacer frente a
las necesidades en el mbito de la seguridad y la defensa. En este sentido el Gobierno presentar en
el plazo de un ao las propuestas legislativas correspondientes para organizar un sistema de reserva
y movilizacin acorde con el nuevo modelo de profesionalizacin
17
.

En la defensa de dicho dictamen ante el pleno del Congreso tampoco se prest atencin
alguna a este tema, con la nica excepcin del diputado canario Luis Mardones que, al final de su
intervencin, apremiado por el presidente de la cmara, dijo: creo que es importante que hayamos
guardado aqu una citacin explcita para los reservistas. Concebir hoy la defensa nacional y este
entramado de profesionales sin el reservismo, sera haberle hecho un flaco servicio a la idea
general
18
.
Sin el dictamen de esta comisin no se podran entender las Fuerzas Armadas espaolas
actuales
19
. La disposicin que habra de traducirlo al ordenamiento jurdico espaol ley 17/99 de
rgimen de personal de las Fuerzas Armadas se hizo aguardar un ao, perodo de espera cuyo
punto medio fue la efectiva entrada de Espaa en la estructura militar integrada de la OTAN. En
cuanto al modelo de reserva militar, se aprovech la mencionada ley para desarrollar las escasas
lneas que el dictamen haba dedicado a este tema. Eso gener algunas crticas, dado que algunas
fuerzas polticas no consideraban adecuado incluir un apartado sobre reservistas en una ley para el
personal militar profesional. En su lugar, proponan llevar a cabo la ansiada reforma de la ley

17
Dictamen de la comisin mixta no permanente para establecer la frmula y plazos para alcanzar la plena
profesionalizacin de las Fuerzas Armadas, lo que conllevar la no exigencia de la prestacin del servicio militar
obligatorio, as como el anejo a dicho dictamen y escritos de mantenimiento de enmiendas para su defensa ante el
pleno, 14 de mayo de 1998, BOCG, serie A, n. 209, pgs. 5-16.
18
Votacin en el Congreso del dictamen de la comisin mixta no permanente para establecer la frmula y plazos para
alcanzar la plena profesionalizacin de las Fuerzas Armadas, lo que conllevar la no exigencia de la prestacin del
servicio militar obligatorio, 28 de mayo de 1998, DSC, n. 160, pg. 8801.
19
Cayetano (2011), pg. 8.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 473


bsica de movilizacin nacional de 1969, regulacin absolutamente inapropiada en ese momento,
ya fuera desde el punto de vista del escenario estratgico que haba a finales del siglo XX, ya fuera
desde la perspectiva de las Fuerzas Armadas que iban a resultar de la ley que estaba a punto de
promulgarse. Las enmiendas en este sentido no salieron adelante, recurrindose al artificio de
deslegalizar la mencionada ley sobre movilizacin nacional y, al mismo tiempo, mantenerla con
carcter reglamentario
20
.
Tambin fue objeto de debate la potestad que, en relacin con la movilizacin de reservistas,
atribua al Ejecutivo el proyecto de ley. Para los nacionalistas vascos no resultaba aceptable que el
Gobierno diera cuenta al Congreso despus de ponerlos parcialmente sobre las armas cuando se
produzca o amenace producirse un acto de fuerza contra la soberana e independencia de Espaa o
su integridad territorial y no sea posible atender las necesidades de la defensa nacional con los
efectivos de militares profesionales dado que, segn sus palabras, eso marginaba a la soberana
popular. A pesar de que el PNV propuso su enmienda en ambas cmaras, se mantuvo en el texto
final tanto la potestad del Gobierno como las limitaciones a la misma que figuraban en el proyecto
de ley. Como contrapartida, se retiraron las menciones a la soberana e independencia de Espaa y
a su integridad territorial, que era lo que ms pareca molestar a los nacionalistas
21
.
Otra enmienda que no prosper estaba relacionada con la objecin de conciencia. CiU e IU
pretendan que los reservistas obligatorios fueran liberados de todo servicio personal si se
declaraban objetores. Sin embargo, la ley dej establecido que, para respetar el derecho
constitucional correspondiente, aquellos que no estuvieran impedidos para empuar las armas por
razn de conciencia seran destinados, en caso de crisis nacional, a actividades que no conllevaran
el empleo de las mismas
22
.
Por ltimo, como se mencion en su momento, el PP introdujo en el Senado una enmienda a
su propio proyecto para as facilitar a las Damas Auxiliares de Sanidad Militar el acceso a la
condicin de reservista voluntario, si bien los detalles quedaron pendientes de un desarrollo
reglamentario.

20
CC e IU eran los partidarios de ubicar los reservistas en una nueva ley de movilizacin. Luis Mardones, de CC, dijo
en una de sus enmiendas lo siguiente: la Ley debera reservarse exclusivamente para el personal militar profesional.
El reservismo depende de la movilizacin, y mientras sta no se regule no puede hablarse de reservistas (enmiendas
al proyecto de ley de rgimen del personal de las Fuerzas Armadas, 10 de noviembre de 1998, BOCG-C, serie A, n.
138-6, pg. 86).
21
Ibdem, pg. 93; pg. 125; enmiendas al proyecto de ley de rgimen del personal de las Fuerzas Armadas, 15 de
marzo de 1999, BOCG-S, n. 129, pgs. 124 y 125; y ley 17/99 de rgimen de personal de las Fuerzas Armadas, 18 de
mayo de 1999, BOE, n. 119.
22
Enmiendas al proyecto de ley de rgimen del personal de las Fuerzas Armadas, 10 de noviembre de 1998, BOCG-C,
serie A, n. 138-6, pgs. 112 y 113; enmiendas al proyecto de ley de rgimen del personal de las Fuerzas Armadas, 15
de marzo de 1999, BOCG-S, n. 129, pg. 79; y ley 17/99 de rgimen de personal de las Fuerzas Armadas, 18 de mayo
de 1999, BOE, n. 119.
474 El reservismo militar en Espaa

De esta manera qued esbozado un modelo de reserva militar que contena, y que contiene en
la actualidad, tres figuras bien distintas: reservistas voluntarios bajo el paradigma continental
descrito en su momento, reservistas temporales procedentes de la condicin de militar de empleo
cuando ha vencido su contrato con las Fuerzas Armadas y reservistas obligatorios. Se cubra
as una laguna que, como se ha dicho, haba aparecido en la organizacin de la defensa tras la
decisin de suspender el servicio militar obligatorio. Con ello, el Ministerio consideraba cubiertos
los objetivos que se relacionan a continuacin.

Dar cauce a todas aquellas personas que quisieran estar a disposicin de las Fuerzas
Armadas sin tener que contraer un compromiso de carcter profesional.
Dotar a la defensa de un mecanismo de generacin de fuerzas frente a necesidades
provocadas por una crisis grave
23
.

1.2. El largo proceso de puesta en marcha (1999-2004)

Conseguida de nuevo la confianza de los espaoles, la nueva legislatura popular que comenz
en el ao 2000 tena entre sus tareas el desarrollo reglamentario de la ley 17/99. Sin embargo, ni
los reservistas ni su movilizacin constituy una prioridad para el nuevo gobierno, que demor tres
aos el comienzo de la preparacin del primer reglamento que desarrollase la reserva aunque, una
vez iniciado, fue publicado en menos de un ao
24
.
En cualquier caso, haba razones para darse prisa. Por un lado, exista el apremio del
presupuesto de plazas de las Fuerzas Armadas para 2003, que haba previsto la activacin de mil
reservistas durante un plazo no superior a dos meses, cuando ni siquiera se haban convocado los
procesos formativos que permitiesen adquirir tal condicin ni ese ao ni el posterior se activ

23
El prembulo de la ley 17/99 deca: Novedosa es tambin la regulacin que se lleva a cabo de la aportacin
suplementaria de recursos humanos a las Fuerzas Armadas en situaciones de crisis o riesgo grave para la seguridad
nacional, para asegurar la participacin de todos los ciudadanos cuando las necesidades de la defensa lo exijan,
imponiendo las menores obligaciones posibles (ley 17/99 de rgimen de personal de las Fuerzas Armadas, 18 de
mayo de 1999, BOE, n. 119).
24
El 27 de noviembre de 2002, el diputado socialista Alberto Moragues preguntaba al gobierno por la convocatoria de
plazas para ser reservista voluntario, algo que no poda suceder sin la publicacin de un reglamento que describiera el
proceso. Se le contest que se prevean activaciones de reservistas voluntarios en el ao 2003, aunque no se haban
asignado partidas presupuestarias por falta de un reglamento que estaba en fase de iniciacin y preparacin
(respuesta del gobierno al diputado Alberto Moragues Gomila Grupo Socialista sobre previsiones en relacin con
la convocatoria de plazas para acceder a reservista voluntario, as como partidas presupuestarias consignadas dentro de
los programas plurianuales a los que se refiere el apartado 3 del artculo 166 de la ley 17/1999, de 18 de mayo, de
rgimen de personal de las Fuerzas Armadas, 24 de enero de 2003, BOCG-C, n. D-473, pg. 659).
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 475


finalmente ningn reservista
25
. Por otro, para muchos estudiosos militares era evidente que el
modelo espaol de defensa se encontraba an incompleto al no haber definido, tres aos despus,
el modo en que los ciudadanos iban a proporcionar las fuerzas de reserva suficientes, en calidad y
en cantidad, que hicieran hacer frente a un eventual ataque con fuerzas superiores. La propia
OTAN solicit en reiteradas ocasiones que se perfilaran en todos sus detalles las reformas
apuntadas en este sentido, ms necesarias en un pas que, como dijo el almirante Albert, no acepta
sacrificios en todo lo que suponga Defensa, aunque estos sacrificios garanticen la seguridad de
Espaa. El propio almirante denunciaba la inaccin del Gobierno en un artculo publicado por
ABC a mediados de 2002
26
.
Puestos finalmente a trabajar a primeros de 2003, el reglamento contempl desde sus primeros
borradores un planteamiento de mnimos, es decir, se quera introducir la nueva figura del
reservista voluntario de forma prudente, con reducidos costes y evitando causar serios agravios
comparativos a los miembros de las escalas profesionales que, por otra parte, estaban en plena
transformacin tras la entrada en vigor de la nueva ley. As, se consider que el mrito principal
para la obtencin de un empleo deba ser la titulacin acadmica del aspirante, quedando
reservadas las plazas de oficial para los universitarios, las de suboficial para los que haban
estudiado bachiller o Formacin Profesional y las de tropa para que hubiesen cursado los estudios
obligatorios. Para evitar los mencionados agravios, el nico empleo a alcanzar era el inferior de
cada clase, sin posibilidad alguna de ascender, salvo que se acreditase haber ostentado empleos
superiores en un pasado militar anterior
27
.
Asimismo, se quiso alinear el lmite de edad con el que rega para los militares en activo, que
era de treinta y ocho aos para tropa y de cuarenta para las otras clases, esperando con ello que no
hubiese diferencia sensible de edad con los compaeros profesionales de los mismos empleos que
se ofrecan. Sin embargo, eso tena poco sentido considerando que lo que se esperaba de ellos era
la aportacin de sus capacidades civiles que, como es sabido, alcanzan la plenitud durante la
madurez del individuo y son de un nivel aceptable hasta la edad de su jubilacin, avanzada ya la
sesentena. Las asociaciones de veteranos de la Escala de Complemento fueron capaces de

25
Real decreto 218/2003 por el que se aprueba la provisin de plazas de las Fuerzas Armadas y de la Escala Superior
de Oficiales de la Guardia Civil para el ao 2003, 21 de febrero de 2003, BOE, n. 46.
26
A pesar de los tres aos transcurridos desde la promulgacin de la Ley, y de los requerimientos de la OTAN, nada
prctico se hecho y seguimos con la tctica del avestruz, Albert, J. (2002, 16 de agosto), La movilizacin militar:
taln de Aquiles de la defensa militar espaola, ABC, Madrid, pg. 50.
27
La pretensin de organizar la reserva sin crear agravios result evidente para algunas fuerzas polticas como UPyD
que, unos aos ms tarde, pregunt al Gobierno lo siguiente: Por qu no se construye ese Gobierno, el modelo desde
la base de la excelencia en vez del modelo de no molestar a los compaeros de los reservistas que estn en activo?,
pregunta al Gobierno de la diputada Rosa Dez (Grupo Mixto) sobre la Reserva Voluntaria en Espaa, 19 de octubre
de 2009, BOCG-C, n. D-289, pg. 29.
476 El reservismo militar en Espaa

transmitir esto al Gobierno y hacer que ste cambiara el ltimo borrador, elevando las edades
mximas unos veinte aos. Quedaron en cincuenta y ocho aos para el personal tropa y sesenta y
uno para oficiales y suboficiales
28
.
Finalmente, el 22 de diciembre de 2003, slo diez das despus de la publicacin del
reglamento de acceso y rgimen de los reservistas voluntarios, se convocaron las primeras 340
plazas de la nueva figura, cubiertas en su totalidad a pesar de la escasa publicidad institucional.
Con la seleccin en el primer trimestre y la imparticin posterior de las fases de formacin bsica
y especfica, los aspirantes quedaron pendientes del reconocimiento de su condicin en el Boletn
Oficial del Ministerio de Defensa, lo que fue sucediendo, dependiendo de cada Ejrcito, a lo largo
del ao 2004
29
. Como indiscutible apoyo al reservista de nuevo cuo, el recin incorporado Jos
Bono cre ese mismo ao la Oficina General de Reservistas, rgano dependiente de la
Subdireccin General de Reclutamiento al mando de un oficial general y cuya funcin era la
preparacin, planeamiento y desarrollo de la poltica relativa a la constitucin, organizacin y
funcionamiento del sistema de aportacin suplementaria de recursos humanos. Si bien quedaba
pendiente reformar la movilizacin, se puede decir que haba comenzado un nuevo ciclo en la
historia militar espaola y que las Fuerzas Armadas profesionales contaban ya con la fuente de
capacidades proporcionadas por la sociedad civil que completaba definitivamente su propio
modelo organizativo
30
.

1.3. Marco legislativo vigente

Uno de los hechos ms significativos, y ms aplaudidos, del paso del socialista Jos Bono por
el Ministerio de Defensa fue la promulgacin, en 2005, de una nueva ley de defensa nacional. Era
una necesidad largamente anunciada. Como dijo Arteaga, los veinticinco aos transcurridos desde

28
Echepare Fernndez (2009), pg. 43; Garca Moreno, A. (2003, 30 de setiembre), Defensa aumenta en 20 aos la
edad para ser reservista voluntario, ABC, Sevilla, pg. 14; y real decreto 691/2003 por el que se aprueba el
reglamento de acceso y rgimen de los reservistas voluntarios, 12 de diciembre de 2003, BOE, n. 298.
29
De las 340 plazas, 190 eran para el ET, 55 para la Armada, 45 para el EA y 40 para Sanidad (resolucin
452/38270/2003 de la Subsecretara de Defensa por la que se convoca el proceso selectivo para el acceso a la
condicin de reservista voluntario, 22 de diciembre de 2003, BOD, n. 254).
30
Real decreto 1551/2004 por el que se desarrolla la estructura orgnica bsica del Ministerio de Defensa, 25 de junio
de 2004, BOE, n. 154. La Oficina General de Reservistas fue suprimida en 2008, coincidiendo con el cambio de
legislatura y la entrada en el Ministerio de Carme Chacn, asumiendo sus funciones el rea de Reservistas. Esta
entidad dependa asimismo de la Subdireccin General de Reclutamiento pero tena como jefe a un coronel o a un
capitn de navo (real decreto 1126/2008 por el que se desarrolla la estructura orgnica bsica del Ministerio de
Defensa, 4 de julio de 2008, BOE, n. 166). En el ao 2012, tras los cambios orgnicos que parecen inevitables tras
unas elecciones, el rea de Reservistas fue disuelta, mientras que la Direccin General de Personal asuma la
planificacin de estos efectivos y su reclutamiento, como sucede con el resto del personal militar profesional (real
decreto 454/2012 por el que se desarrolla la estructura orgnica bsica del Ministerio de Defensa, 5 de marzo de 2012,
BOE, n. 56).
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 477


la publicacin de la anterior, y los cambios estratgicos que haban acontecido desde entonces,
haban desconectado el texto de la realidad a la que pretenda hacer frente. Entre las novedades de
su articulado figuraban las modificaciones en el reparto de las responsabilidades en materia de
seguridad del Gobierno, de su presidente, del ministro de Defensa y del Consejo de Defensa
Nacional, la ampliacin del control parlamentario sobre la participacin de unidades en misiones
internacionales, el impulso para continuar con la reorganizacin de las Fuerzas Armadas, la
inclusin de un cdigo de conducta, la creacin de un observatorio de la vida militar y la
regulacin de la participacin en la defensa de recursos no militares
31
.
En relacin con el ltimo de estos puntos, se insisti en que la sociedad deba contribuir a su
propia defensa, aportando recursos tanto humanos como materiales, si bien constitua una novedad
que cualquier tipo de prestacin personal deba hacerse tras la adquisicin previa de la condicin
de reservista.

De acuerdo con el derecho y el deber que los espaoles tienen de defender a Espaa, segn lo
establecido en el artculo 30 de la Constitucin, la incorporacin adicional de ciudadanos a la
Defensa se apoyar en el principio de contribucin gradual y proporcionada a la situacin de
amenaza que sea necesario afrontar, en la forma que establezca la ley, mediante la incorporacin a
las Fuerzas Armadas de los reservistas que se consideren necesarios
32
.

Unos pocos meses ms tarde, en el discurso pronunciado con ocasin de la Pascua Militar de
2006, el ministro proclamaba la necesidad de proseguir con el proceso transformacin castrense
mediante una nueva ley que reemplazara a la de rgimen de personal de 1999 y que habra de
llamarse de la carrera militar. Las lneas de accin principales de dicha ley iban a ser la reforma
de la educacin militar, la simplificacin de los Cuerpos y Escalas y la implantacin de nuevos
criterios para los ascensos. En medio de una gran polmica, y con la oposicin de la mayor parte
de los colectivos afectados, se prometa que un soldado pueda llegar a general
33
.

31
Arteaga (2005), pgs. 1-7.
32
Ley orgnica 5/2005 de la Defensa Nacional, 17 de noviembre de 2005, BOE, n. 276.
33
Las palabras que dijo el ministro en relacin con la ley de la carrera militar fueron las siguientes: pretendemos
crear la Universidad Nacional de la Defensa en la que, teniendo muy presente la finalidad de formar militares, todos
los oficiales obtengan una titulacin universitaria del sistema educativo general. Necesitamos adems una estructura de
cuerpos y escalas renovada donde la competencia y la preparacin sean determinantes. La antigedad seguir siendo
un grado en los Ejrcitos, pero para los ascensos a cada empleo se valorar sobre todo el mrito y la capacidad. El
acceso a la condicin de soldado y los estudios universitarios constituirn las dos grandes vas de acceso a la condicin
militar. Su combinacin y una escala nica de oficiales permitirn lo que hoy es prcticamente imposible: que un
soldado pueda llegar a general, Ministerio de Defensa (2006), pgs. 22 y 23. Para dar una idea de la controversia
creada por la ley, debe tenerse en cuenta que entre mil y dos mil miembros de la Escala Superior de Oficiales, por un
lado, y de la Escala de Oficiales, por otro, adems de varios colectivos de suboficiales, presentaron recursos, a ttulo
individual o a travs de asociaciones, contra las diversas normas que desarrollaron la ley, creando un inmenso barullo
en la administracin de la defensa, Cervilla, P. (2008, 29 de setiembre), Otros mil oficiales llevan al Gobierno a los
tribunales por la Ley de la Carrera Militar, ABC, Sevilla, pg. 42.
478 El reservismo militar en Espaa

En cuanto a la reserva, su existencia y buen funcionamiento era ahora un elemento
fundamental para la defensa nacional, segn haba establecido la ley orgnica 5/2005. Era tambin
una buena oportunidad para derogar completamente la ley de movilizacin de 1969 e incorporar,
de una vez y en una disposicin que tuviera su mismo nivel jerrquico, la actualizacin del proceso
de incorporacin de reservistas a las Fuerzas Armadas tantos aos demorada. En cuanto a la
mejora de funcionamiento del modelo, aunque haban pasado tan slo tres aos de su arranque
efectivo, ya se contaba con algo de experiencia en su gestin, se haban renovado los primeros
compromisos trianuales y se haban superado los seis mil miembros. No resultaba, por tanto,
inapropiado resolver algunos problemas detectados ni tampoco aprovechar para acortar la distancia
entre el modelo espaol y el de los pases aliados de similar configuracin, particularmente en
relacin con los ascensos.
Una vez promulgada la ley de la carrera militar, a finales de 2007, se abra de nuevo el
proceso de elaboracin de un reglamento de reservistas que la desarrollara en este aspecto y que
reemplazara al publicado en 2003. Dos aos se tard en su elaboracin y tramitacin, debiendo
contemplar sus redactores las propuestas de los Cuarteles Generales, de los organismos directivos
del Ministerio de Defensa, y de aquellos ministerios competentes en la materia. Asimismo, era la
primera vez que se escuchaba a las asociaciones de reservistas antes de que un documento de este
tipo viera la luz, lo que finalmente sucedi en el primer trimestre del 2011, constituyendo la
mencionada ley y su reglamento los principales elementos del marco legal que regula el modelo
reservista actual y su proceso de movilizacin
34
.

2. DESCRIPCIN DEL MODELO

El concepto espaol responde fielmente al paradigma continental descrito en su momento,
guardando una especial similitud con la configuracin francesa. De esta manera, el gran ncleo de
la reserva espaola est constituido por personal voluntario, que permanece en situacin de
disponibilidad para integrarse, si fuera necesario, en las unidades existentes. La aportacin

34
Cayetano (2011), pg. 18. Algunos diputados solicitaron una explicacin por la demora en la aparicin de un
reglamento que, por tratarse de una modificacin del anterior, su redaccin no deba costar demasiada dedicacin.
Unos ejemplos de estas preguntas parlamentarias fueron las siguientes: Cules son las causas de la enorme dilacin
existente, por parte de ese Gobierno, para acometer de una vez el Reglamento de la Reserva Voluntaria? y No cree
el Ministerio de Defensa que, por su propia inaccin, se est incumpliendo con el contenido de la citada Ley?,
pregunta al gobierno de la diputada Rosa Dez (Grupo Mixto) sobre la Reserva Voluntaria en Espaa, 19 de octubre de
2009, BOCG-C, n. D-289, pg. 29; pregunta al gobierno del diputado Ignacio Cosid (PP) sobre aprobacin del
reglamento de desarrollo del contenido de lo previsto en la Ley 39/2007 con respecto a la Reserva Voluntaria, 8 de
octubre de 2009, BOCG-C, n. D-284, pg. 100.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 479


suplementaria de capacidades que se espera de ellos es, principalmente, de carcter civil. Adems,
el modelo se completa con los reservistas de especial disponibilidad y los obligatorios.

Son reservistas los espaoles que, en aplicacin del derecho y deber constitucionales de defender
a Espaa, pueden ser llamados a incorporarse a las Fuerzas Armadas para participar en las misiones
definidas en la Ley Orgnica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional, en las
circunstancias y condiciones que se establecen en esta ley
35
.

En la legislacin se menciona tambin la figura del reservista honorfico sin que por ello
formen parte del concepto de reserva, dado que no se les atribuye funcin alguna. Contrariamente
a lo que le sucede al miembro de la rserve citoyenne francesa, este reservista lo es como un
reconocimiento a los servicios prestados con anterioridad, sin que se le solicite expresamente nada,
ni siquiera que contribuya a la difusin de la cultura de defensa. En la tabla n. 27 se resumen las
principales caractersticas de los tres tipos aludidos.

Tipo de
reservista
Adquisicin
de la
condicin
Incorporacin Permanencia Requisitos
Voluntario Voluntaria
Voluntaria,
normalidad
Voluntaria
Todos los espaoles, hasta los
58-61 aos
De especial
disponibilidad
Voluntaria
Obligatoria,
crisis
Voluntaria
Ex oficiales de complemento
y tropa/marinera
Obligatorio Obligatoria
Obligatoria,
crisis
Obligatoria Espaoles entre 19 y 25 aos
Tabla n. 27: Clasificacin de los reservistas espaoles
36
.

En 2012, se dispona de 5.417 reservistas voluntarios pertenecientes, en su mayora, al
Ejrcito de Tierra. Los de especial disponibilidad, ligados al modelo de reclutamiento de personal
de tropa y de complemento, tenan una presencia meramente testimonial, como podr verse en la
tabla n. 28. En cuanto a los honorficos, 1.441 espaoles haban recibido esa distincin, ya fuera
por haber sido reservistas voluntarios y haber finalizado su compromiso de disponibilidad, ya fuera

35
Ley 39/2007 de la carrera militar, 19 de noviembre de 2007, BOE, n. 278. Las misiones establecidas por la ley de
defensa nacional son: 1. garantizar la soberana e independencia de Espaa, defender su integridad territorial y el
ordenamiento constitucional, 2. contribuir militarmente a la seguridad y defensa de Espaa y sus aliados, en el marco
de las organizaciones internacionales a las que pertenece, as como al mantenimiento de la paz, la estabilidad y la
ayuda humanitaria, 3. preservar, junto con las Instituciones del Estado y las Administraciones pblicas, la seguridad y
bienestar de los ciudadanos en los supuestos de grave riesgo, catstrofe, calamidad u otras necesidades pblicas, y 4.
llevar a cabo misiones de evacuacin de los residentes espaoles en el extranjero, cuando circunstancias de
inestabilidad en un pas pongan en grave riesgo su vida o sus intereses, (ley orgnica 5/2005 de la Defensa Nacional,
17 de noviembre de 2005, BOE, n. 276).
36
Cayetano (2011), pg. 15.
480 El reservismo militar en Espaa

por ser veteranos del servicio militar obligatorio. En dicha tabla se muestra cmo estn
distribuidos cada uno de los tipos citados por Ejrcito. Por otro lado, los hombres y mujeres que,
llegado el caso, pudieran llegar a ser reservistas obligatorios son los casi tres millones de
ciudadanos espaoles que, a finales de 2011, tenan entre diecinueve y veinticinco aos
37
.

Clase de reservista
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Total
De especial disponibilidad 36 5 11 3 55
Voluntario* 3.060 1.054 742 561 5.417
Honorfico
Procedente de RV (RH) 663 94 165 110 1.032
Procedente del SMO (RVH) 344 70 27 0 441
Totales 4103 1223 945 674 6.945
Tabla n. 28: Distribucin de los reservistas espaoles por clase
38
.

* Se incluyen los aspirantes que, habiendo conseguido plaza, se encuentran en proceso de
formacin militar.

En definitiva, se dispone de tres colectivos de ciudadanos civiles que pueden tomar las armas,
adems de los oficiales y suboficiales profesionales que estn en situacin administrativa de
reserva. Cul es el proceso de autorizacin para que puedan vestir el uniforme y su orden de
incorporacin? En la figura n. 8 se ofrece el proceso de aportacin gradual de reservistas, que
regir siempre que las necesidades de la defensa nacional no puedan ser atendidas por los efectivos
profesionales.
En una situacin de normalidad, los reservistas voluntarios son activados de acuerdo con los
planes anuales establecen distintos tipos de instruccin. No hace falta que suceda nada excepcional
para que este colectivo contribuya, en tiempo de paz, a mejorar las capacidades de las unidades a
las que estn adscritos, ya sea dentro o fuera del territorio nacional.

El Ministro de Defensa tambin podr autorizar la incorporacin de reservistas, con carcter
voluntario, para misiones en el extranjero o cuando las Fuerzas Armadas colaboren con las
Instituciones del Estado y las Administraciones Publicas para preservar la seguridad y bienestar de
los ciudadanos o para prestar servicio en las unidades, centros y organismos del Ministerio de
Defensa.


37
El nmero exacto, correspondiente a 2011, es de 2.974.475 potenciales reservistas obligatorios: http://www.ine.es
38
Datos actualizados a diciembre de 2012, Ministerio de Defensa.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 481


En cuanto se produjera un riesgo alarmante para la seguridad nacional, y las fuerzas regulares
necesitaran incrementar sus capacidades, el Consejo de Ministros podra adoptar las medidas
necesarias para incorporar, en primera instancia, a los reservistas voluntarios y de especial
disponibilidad que se requiriesen. En el caso de los primeros, sera necesario que se les impartiera
una formacin especfica aparte de la formacin continuada a la que normalmente estn
sometidos que les permitiera adaptarse a la plaza a la que se fueran a incorporar.

Normalidad Escalada
Necesidades
excepcionales
Reservistas voluntarios
Reservistas de especial
disponiblidad
Reservistas obligatorios
Oficiales y suboficiales en
situacin administrativa de
reserva
Personal
Activacin
Declaracin general
de reservistas
obligatorios
Movilizacin
Incremento del
personal activado
Incorporacin

Figura n. 8: Proceso de aportacin gradual de reservistas
39
.
Posteriormente, si la escalada deviniera en crisis, el gobierno solicitara al Congreso
autorizacin para emitir la declaracin general de reservistas obligatorios, a quienes se les
reconocera el derecho a la objecin de conciencia. En este caso, los objetores se asignaran a un
destino que no requiriese el empleo de armas. Al realizar la citada declaracin podran ser
movilizados tambin los cuadros de mando profesionales que se encontrasen en situacin de
reserva, potenciales jefes de las unidades de entidad entre pelotn y batalln que se constituiran
con los reservistas obligatorios puestos sobre las armas.
En este nuevo proceso de incorporacin de ciudadanos a la defensa, que reemplaz al fijado
por la ley de 1969, se deposita gran parte de las actividades que antes realizaban los antiguos
servicios de movilizacin, que son ahora ejecutadas por las Subdelegaciones de defensa, entidades
dependientes de la Secretara General Tcnica del Ministerio de Defensa y que prestan servicio en
cada una de las provincias
40
.

39
Aguirre (2009), pg. 76; y Cayetano (2011), pg. 24.
40
Real decreto 383/2011 por el que se aprueba el reglamento de reservistas de las Fuerzas Armadas, 18 de marzo de
2011, BOE, n. 70.
482 El reservismo militar en Espaa

A continuacin se profundizar ms en la descripcin de cada uno de los colectivos que
constituyen la reserva militar espaola.

2.1. Reservistas voluntarios

Son reservistas voluntarios los espaoles que resulten seleccionados en la correspondiente
convocatoria, superen los perodos de formacin militar bsica y especfica que se regulan en este
reglamento y se vinculen de forma temporal y voluntariamente con las Fuerzas Armadas, por
medio de un compromiso de disponibilidad. Sin duda, destacan en esta definicin las palabras
voluntariedad y disponibilidad, verdaderas claves que representan a este colectivo.
De acuerdo con el paradigma continental, se espera de este personal que, aparte de hacer
efectivo el derecho constitucional de defender a Espaa y de fomentar y mantener los lazos de
unin con la sociedad, sean tiles para las Fuerzas Armadas por medio de su conocimiento y
experiencia civiles. Y dicha utilidad se ha de evidenciar mediante el aporte complementario de
capacidades en determinadas reas y puestos, supliendo carencias de especialistas en determinadas
reas o, llegado el caso de una necesidad excepcional o una crisis, generando fuerzas. En tanto
llega el momento de desempear estos servicios, est previsto que los reservistas voluntarios
permanezcan en situacin de disponibilidad, siendo activados peridicamente para llevar a cabo
actividades de formacin continuada para as conservar las capacidades militares adquiridas
41
.
En palabras del general Echepare quien lleg a ser jefe de la Oficina General de
Reservistas, la manera en que ha sido concebida esta figura ha dado lugar a una verdadera
reserva de especialistas, una organizacin compuesta por profesionales que aportan lo que mejor
saben hacer en el ejercicio diario de su profesin
42
.
Echepare no es el nico oficial general que, habiendo dirigido uno de los rganos centrales del
Ministerio de Defensa con responsabilidad sobre reclutamiento, piensa que los reservistas
voluntarios son una capacidad militar necesaria para afrontar los retos estratgicos de la sociedad
actual. El almirante Cayetano ex subdirector general de reclutamiento dej escrito en 2011
que la variedad y grado de especializacin de este personal no se encuentra entre los componentes
de las Fuerzas Armadas y que, por eso, habra que reclamar su participacin activa y eficaz en la
seguridad y la defensa. Consideraba que su incorporacin podra ser apropiada, principalmente,
por las razones que se relacionan a continuacin.


41
Cayetano (2011), pg. 16.
42
Echepare Fernndez (2009), pg. 46.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 483


Eficiencia. En un contexto de limitacin del gasto pblico y de reduccin de plantillas,
el uso frecuente de los reservistas voluntarios constituye una iniciativa novedosa que
permitira tener orgnicas an ms reducidas sin menoscabo de su capacidad.
Mejora de la respuesta ante emergencias y catstrofes. El aporte inmediato de recursos
de este tipo, especialmente mdicos y enfermeros, ya es un hecho que se demuestra
con frecuencia en la Unidad Militar de Emergencias.
Existencia de ciberamenazas, es decir, el empleo perverso de las nuevas tecnologas de
informacin y de comunicacin que, adems, ofrecen nuevos y ms sofisticados
medios para el espionaje y la contrainteligencia. Algunos reservistas son verdaderos
expertos en este campo y, por ello, su contribucin sera muy apreciada.
Comprehensive Approach. Como se vio en su momento, la resolucin de los conflictos
actuales exige el concurso de especialistas en materias tales como administracin e
infraestructura civil, sistemas judiciales, de prisiones, derechos humanos y legislacin
internacional, polica, etc., capacidades que no suelen existir en nmero suficiente en
las Fuerzas Armadas
43
.

Ejrcito Clase
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(
%
)

Ejrcito de Tierra
Oficiales 28 1.237 1.265 1.078 187 14,8
Suboficiales 25 1.108 1.133 897 236 20,8
Tropa 14 648 662 480 182 27,5
Total ET 67 2.993 3.060 2.455 605 19,8
Armada
Oficiales 13 376 389 355 34 8,7
Suboficiales 9 344 353 311 42 11,9
Tropa 33 279 312 267 45 14,4
Total Arm. 55 999 1.054 933 121 11,5
Ejrcito del Aire
Oficiales 7 260 267 240 27 10,1
Suboficiales 5 265 270 230 40 14,8
Tropa 21 184 205 153 52 25,4
Total EA 33 709 742 623 119 16,0
Cuerpos Comunes Oficiales 44 517 561 400 161 28,7
TOTALES 199 5.218 5.417 4.411 1.006 18,6
Tabla n. 29: Distribucin de los reservistas voluntarios por ejrcito, empleo y sexo
44
.


43
Cayetano (2011), pgs. 24-26.
44
Datos actualizados a diciembre de 2012, Ministerio de Defensa.
484 El reservismo militar en Espaa

En la tabla n. 29 se encuentra la distribucin de los reservistas voluntarios por ejrcito,
empleo y sexo. El Ejrcito de Tierra es el de mayor tamao y, consecuentemente, el que ms
plazas ha ofrecido, contando con ms de la mitad de todos los efectivos reservistas disponibles. Le
siguen, por este orden, la Armada, el Ejrcito del Aire y los Cuerpos Comunes, principalmente el
de Sanidad. Como se podr apreciar, las plazas de oficial y suboficial han tenido una demanda
superior a las de tropa y marinera, que se suelen quedar sin cubrir en su totalidad por falta de
solicitudes. Se debe prestar atencin a la presencia femenina. Las mujeres se han sentido ms
atradas por la reserva voluntaria que por ocupar una plaza profesional: frente al 12,1 por ciento
que forman parte de las unidades regulares, un 18,6 por ciento de los reservistas voluntarios son
mujeres
45
.

2.1.1. Convocatorias y seleccin de aspirantes

Cada ao, el Consejo de Ministros establece las plazas de reservistas voluntarios con las que
se espera contar o, dicho de otra manera, el nmero y entidad de las convocatorias que hay que
realizar. Dichas plazas pueden ser cubiertas por cualquier espaol que cumpla las condiciones de
acceso que son, segn la procedencia de los candidatos, las siguientes.

Civiles. Aparte de cumplir con los requisitos particulares de la plaza a la que opten,
deben ser adultos que no hayan rebasado los lmites de edad de ingreso cincuenta y
ocho y cincuenta y cinco aos y que se encuentren en razonables condiciones
sicofsicas. No pueden tener tachas mayores de ndole legal, ni tener condicin militar
incluido pertenecer a la Guardia Civil o al Centro Nacional de Inteligencia como
personal estatutario ni haber abandonado las Fuerzas Armadas en condiciones
deshonrosas o con incapacidad fsica permanente. Una vez recibida la formacin, y
adquirida la condicin, reciben un empleo militar que depende de la titulacin
acadmica acreditada: primer ciclo universitario para oficiales, bachillerato o
equivalente para suboficiales y enseanza secundaria obligatoria o equivalente
para tropa y marinera
46
.

45
En realidad, slo hay una mayor presencia femenina en el Ejrcito de Tierra, en el del Aire y en los Cuerpos
Comunes. La Armada, en cambio, atrae aproximadamente en la misma medida a profesionales y a reservistas, siendo
incluso la proporcin de stas ligeramente inferior, Observatorio Militar para la Igualdad (2012), pg. 2.
46
En detalle, las condiciones acadmicas de acceso para un oficial son una de las siguientes: tener aprobados los
estudios de primer ciclo de educacin universitaria o los estudios completos de tres cursos de una carrera superior;
tener un ttulo de grado o de graduado o estar en posesin de los mismos ttulos que se exigen para el acceso a la
condicin de militar de carrera de los Cuerpos de Ingenieros o de Intendencia del Ejrcito de Tierra, de la Armada y
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 485


Oficiales de complemento o militares de tropa y marinera que hayan finalizado o
resuelto su compromiso. No deben dejar transcurrir ms de cinco aos desde la prdida
de la condicin de militar si quieren ser eximidos del proceso de seleccin por el que
pasa el resto de los civiles. Mantienen el Ejrcito, el rea de trabajo, el cometido, la
especialidad fundamental o el Cuerpo, el empleo, la antigedad y el destino cuando
sea posible en la unidad donde prestaron servicio. Pueden optar a empleos
superiores al suyo si tienen la titulacin exigida, aunque en este caso deben
incorporarse al proceso de seleccin desde el principio.
Militares profesionales que hayan renunciado a su condicin castrense. Se les aplica
ntegramente el punto anterior
47
.


Figura n. 9: Plazas de reservistas voluntarios convocadas y asignadas anualmente, con el ndice de
solicitantes por plaza (2003-2012)
48
.

Desde la implantacin del modelo actual, ha habido una notable evolucin en el nmero de
plazas convocadas, como se muestra en la figura n. 9. En el mismo ao 2005, un ao despus de
que fueran publicados en el BOD las primeras relaciones de reservistas, ya se deseaba contar con
4.000 de ellos, pensando en que esta cifra aumentara paulatinamente hasta llegar a 10.000 en el

del Ejrcito del Aire, y de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas. Para ser suboficial hay que estar en posesin
de uno de estos ttulos: de bachillerato, segn estaba definida esta titulacin en el ao 2006, o equivalente por
ejemplo, Bachillerato Unificado Polivalente ms Curso de Orientacin Universitaria, ambos de la ley general de
educacin de 1970; haber superado la prueba de acceso a la Universidad; o ser tcnico especialista o tcnico
superior de Formacin Profesional, o equivalente (real decreto 383/2011 por el que se aprueba el reglamento de
reservistas de las Fuerzas Armadas, 18 de marzo de 2011, BOE, n. 70).
47
Ibdem.
48
Datos actualizados el 1 de noviembre de 2012. Elaborada con datos proporcionados por el Ministerio de Defensa.
486 El reservismo militar en Espaa

ao 2025. Eso llev a realizar durante un tiempo dos convocatorias al ao, unas 4.000 plazas en
total. Si se tiene en cuenta el personal de este tipo que tienen pases como Francia, la cifra que se
prevea alcanzar en 2025 resulta proporcionada. Sin embargo, en 2007 el nmero de plazas
convocadas fue reducida a menos de la mitad, presupuestndose para los dos aos siguientes, de
forma contradictoria, la plantilla de mayor tamao que ha habido hasta la fecha 6.500. Como
se podr suponer, no hubo manera de conseguirla
49
. En los aos posteriores a 2009, inmersa
Espaa en una severa crisis econmica, las plazas convocadas quedaron en cantidades simblicas,
de poco ms de la centena, habiendo renunciado de momento, como queda de manifiesto, a
conseguir el nmero que el propio Ministerio consideraba adecuado para las necesidades
defensivas del pas. En cualquier caso, la escasez de vacantes no ha desanimado a los ciudadanos
y, desde la implantacin de la reserva voluntaria, ms de dos mil espaoles incluso ms de
cuatro mil en algn ejercicio se siguen acercando a las Subdelegaciones de Defensa para
participar en el proceso de seleccin anual. La asignacin de plazas, una vez acreditado el
cumplimiento de las condiciones de acceso se realiza por concurso de mritos entre los aspirantes
que hayan solicitado cada una de ellas, quedando el interesado firmemente vinculado desde
entonces a un Ejrcito, a un rea y a un cometido
50
.

2.1.2. Formacin, adiestramiento y activaciones de todo tipo

Con la formacin militar, los aspirantes adquieren la capacidad castrense necesaria para
desempear las funciones que se les encomienden, siempre de acuerdo con la plaza obtenida.
Dicha formacin se divide en dos fases: una bsica a impartir en un centro de formacin y otra
especfica a realizar en la unidad que corresponda a la plaza. Cada uno de esos perodos no podr
legalmente exceder de treinta das, si bien en la prctica estn limitados a dos semanas como
mximo. Tras finalizar la formacin militar, el aspirante es evaluado y, de ser encontrado apto,
firma el primer compromiso de tres aos y adquiere la condicin de reservista voluntario con el
empleo que corresponda a la plaza conseguida y a la titulacin acadmica acreditada. El primer

49
Real decreto 124/2005 por el que se aprueba la provisin de plazas de las Fuerzas Armadas y de la Escala Superior
de Oficiales de la Guardia Civil para el ao 2005, 4 de febrero de 2005, BOE, n. 33; real decreto 65/2008 por el que
se aprueba la provisin de plazas de las Fuerzas Armadas y de la Escala Superior de Oficiales de la Guardia Civil para
el ao 2008, 25 de enero de 2008, BOE, n. 26; y real decreto 249/2009 por el que se aprueba la provisin de plazas de
las Fuerzas Armadas y de la Escala Superior de Oficiales de la Guardia Civil para el ao 2009, 27 de febrero de 2009,
BOE, n. 53.
50
Dentro del mismo ejrcito y de la misma rea General Logstica, por ejemplo, el reservista voluntario puede
solicitar una nueva plaza al renovar cada compromiso trianual o al cambiar de residencia. Adems, si ejerce una
profesin de aplicacin especfica en las Fuerzas Armadas se le podr destinar a plazas distintas a las inicialmente
previstas y acordes con su formacin (real decreto 383/2011 por el que se aprueba el reglamento de reservistas de las
Fuerzas Armadas, 18 de marzo de 2011, BOE, n. 70).
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 487


empleo que se concede es el ms bajo de cada una de las clases, es decir, el de alfrez o alfrez
de fragata para oficiales, el de sargento para suboficiales y el de soldado o marinero para
tropa. De haber sido militar con anterioridad y haber obtenido un empleo superior a stos, el
interesado puede solicitar que le sea reconocido.
Una vez adquirida su condicin, el reservista voluntario puede ser activado para realizar
actividades de formacin continuada o para prestar servicio en unidad, ya sea en territorio nacional
o en misiones internacionales, requirindose su autorizacin expresa para poder ser asignado a
estas ltimas. La formacin continuada se justifica porque la capacidad militar de este personal no
slo debe ser adquirida, sino que tambin hay que conservarla. Para ello, el subsecretario de
Defensa debe aprobar planes anuales que contemplen ejercicios de instruccin y adiestramiento,
cursos y seminarios de perfeccionamiento, y prcticas de adaptacin a la plaza asignada. La
asistencia a estas actividades formativas es retribuida
51
.
Mdicos y enfermeros son los que tienen mayor probabilidad de ser activados para prestar
servicio en unidades, centros u organismos de la defensa, dadas las carencias existentes en estas
especialidades. Y el destino en el que se les emplea preferentemente es la Unidad Militar de
Emergencias, a donde son llamados con frecuencia desde 2007. All facilitan y complementan la
labor del personal sanitario de plantilla con resultado muy satisfactorio, segn la valoracin
realizada por el Ministerio de Defensa
52
.
En cuanto a las activaciones para unirse a misiones en el extranjero, la primera oportunidad
surgi en 2005, cuando dos mdicos y tres enfermeros alfreces reservistas voluntarios
permanecieron en Sumatra (Indonesia) durante dos meses, formando parte de la operacin
Respuesta Solidaria. All colaboraron en las labores de rescate y reconstruccin que la comunidad
internacional puso en marcha tras el maremoto que asol la isla
53
. A pesar de que no consta que la
experiencia fuera negativa, la posibilidad de utilizar este recurso en misiones de paz fue ignorada
durante el resto de esa legislatura y la siguiente, desoyendo las reclamaciones de algn Estado
Mayor y de varias direcciones generales del Ministerio en el sentido de emplear mdicos y
enfermeros reservistas para aliviar la presin a la que se estaba sometiendo a los escasos efectivos
profesionales. Como dijo el general Echepare en 2009, la voluntariedad de participacin de los
reservistas, en cualquier misin, est fuera de toda duda. Ya lo han demostrado en la Unidad

51
Ibdem.
52
Respuesta al diputado Ignacio Cosid (PP) sobre medidas para paliar la falta de conocimientos de determinados
colectivos de reservistas voluntarios, 11 de diciembre de 2009, BOCG-C, n. D-344, pg. 409.
53
Los oficiales reservistas activados para la misin humanitaria de Indonesia fueron Manuel Ceballos Garca, Enrique
Cone Gallur, Carlos Cordero Cordero, Jaime Palacios Arvalo y Miguel Snchez Velasco (resolucin 431/01461/05
del subsecretario de Defensa, 25 de enero de 2005, BOD, n. 20; y resolucin 431/02629/05 del subsecretario de
Defensa, 14 de febrero de 2005, BOD, n. 33).
488 El reservismo militar en Espaa

Militar de Emergencias a lo largo de los tres ltimos aos y se encuentran a la espera de una
oportunidad para hacerlo en el exterior. Se la han ganado
54
.
Hubo que esperar hasta bien avanzado el ao 2012 para que el ministro de Defensa autorizase,
por primera vez en la historia espaola, que reservistas voluntarios participasen en misiones de
mantenimiento de la paz. Aunque la orden ministerial permita que los designados fueran enviados
tanto a la operacin Libre Hidalgo como a la Atalanta, slo se seleccion finalmente a una alfrez
mdico especialista en medicina familiar y comunitaria para prestar asistencia sanitaria al
grupo tctico de la primera de ellas, quien permaneci un tiempo aproximado de tres meses en la
base Miguel de Cervantes de Marjayn
55
.
Cuando esta activacin ya se encontraba en curso, en diciembre de 2012, sucedi que la
Unidad Militar de Emergencias acredit ante la entidad especfica de la ONU que su equipo de
bsqueda y rescate urbano (Urban Search And Rescue, USAR) creado, como en numerosos
pases, para auxiliar de manera rpida y eficaz a una nacin azotada por un desastre cumpla con
los requisitos necesarios para intervenir en este tipo de situaciones. Sin embargo, las carencias de
personal sanitario que esta unidad tena en su actividad en territorio nacional habran podido poner
en riesgo el xito de una eventual misin en suelo extranjero. Por ello, de inmediato, el Ministerio
extendi a los equipos USAR la posibilidad de activar a reservistas fuera de las fronteras
espaolas
56
.
Dijo el general Echepare que, dado que las misiones ms probables para las Fuerzas Armadas
durante el primer tercio del siglo XXI sern las de estabilizacin, crecer la demanda de reservistas

54
Echepare (2009), pg. 46. Hay otras personas involucradas en la defensa que piensan que habra que emplear con
mayor profusin a los reservistas voluntarios como, por ejemplo, la diputada Irene Lozano UPyD, que es
miembro de la comisin de Defensa del Congreso. Respondiendo a una pregunta sobre la sostenibilidad econmica de
las Fuerzas Armadas actuales, ella dijo que como propuesta o idea a desarrollar, considerando la muy probable
reduccin de efectivos, est la mayor implicacin de los Reservistas Voluntarios, Lacave, L. (2012, 21 de febrero),
Irene Lozano: UPyD pide una profunda revisin de la Ley de la Carrera Militar, Ateneadigital.es:
http://www.revistatenea.es/REVISTAATENEA/REVISTA/ARTICULOS/GESTIONNOTICIAS_7591_ESP.ASP
55
La operacin Libre Hidalgo se desarrolla en Lbano desde que, en 2006, el Consejo de Seguridad de la ONU
decidiese incrementar la entidad de la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en el Lbano (UNIFIL) constituida en
1978 hasta los 15.000 efectivos. Espaa particip desde ese mismo ao con 1.100 efectivos. La operacin Atalanta,
por su parte, fue iniciada a comienzos de 2008, cuando el deterioro de la seguridad martima en el entorno del Cuerno
de frica, por los actos de piratera, lleg a extremos inaceptables para la comunidad internacional,
http://www.defensa.gob.es/areasTematicas/misiones/enCurso/. La alfrez seleccionada fue la andaluza aunque
residente en Teruel Jacqueline Vzquez Rodrguez, orden ministerial 66/2012 por la que se autoriza la
incorporacin de reservistas voluntarios para participar en determinadas misiones de las Fuerzas Armadas en el
extranjero, 10 de septiembre de 2012, BOD, n. 186; Expsito, J.L. (2012, diciembre), Cambio de guardia en
Lbano, Revista Espaola de Defensa, n. 290, pg. 14; resolucin 431/15750/12 del Subdirector General de Personal
Militar, 17 de octubre de 2012, BOD, n. 210; y Efe (2012, 13 de noviembre), Una mdico de Teruel, primera
reservista en misin internacional del Ejrcito, ELMUNDO.es:
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/13/espana/1352823913.html.
56
Orden ministerial 95/2012 que modifica la orden ministerial 66/2012, de 10 de septiembre, por la que se autoriza la
incorporacin de reservistas voluntarios para participar en determinadas misiones de las Fuerzas Armadas en el
extranjero, 21 de diciembre de 2012, BOD, n. 8.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 489


voluntarios que acrediten capacidades apropiadas para el desarrollo de las tareas concretas que
requieren este tipo de misiones. Dichas misiones sern las que contribuyan a crear un ambiente
seguro, proporcionar a la poblacin los servicios fundamentales, apoyar el desarrollo econmico y
social, construir o reconstruir, en su caso las infraestructuras ms urgentes y proporcionar
ayuda humanitaria
57
.

Figura n. 10: Das anuales de activacin de los reservistas voluntarios (2004-2011)
58
.
En la figura n. 10 se puede observar la evolucin de los das anuales de activacin de este
colectivo, que lleva unos aos estabilizado en algo ms de 70.000 das, lo que no permite que un
reservista se active anualmente ni siquiera dos semanas la media ronda los trece das, cantidad
muy inferior a la media de los pases de la OTAN, los ya mencionados veinticinco das. En la
distribucin por Ejrcito se observa cmo se da un significativo peso a las activaciones de mdicos
y enfermeros particularmente notable en 2010 debido a su profuso empleo en la Unidad Militar
de Emergencias. Esta desproporcin en favor de los reservistas del Cuerpo Militar de Sanidad,
como se ha dicho, seguir mantenindose en el futuro.
Como cabe esperar, dada la escasa cultura de defensa existente en Espaa, la situacin de
crisis econmica ha afectado sensiblemente a los recursos que el gobierno destina a la formacin
continuada de los reservistas voluntarios y a la prestacin de servicio en unidad. En estos
momentos, la tendencia es preocupantemente decreciente tanto en valor absoluto como en valor

57
Echepare Fernndez (2009), pg. 45.
58
Elaborada con datos proporcionados por el Ministerio de Defensa.
490 El reservismo militar en Espaa

relativo, es decir, en cuanto al peso que el adiestramiento y empleo de reservistas supone en todo
el presupuesto de Defensa
59
.
Quiz en estas circunstancias de penuria deban tomarse en consideracin las palabras del
diputado y miembro de la Comisin de Defensa, Vicente Ferrer, quien sostiene que el modelo
actual de reserva, no permitira ganar una guerra en defensa de la libertad e integridad nacionales
60
.
En otro orden de cosas, y aunque no es un fin en s mismo, ser activado con frecuencia es algo
que resulta de inters para el reservista, no slo porque ello le permite desempear mejor sus
cometidos sino porque le da la oportunidad de hacer cierta carrera, ascendiendo por antigedad si
ha participado en activaciones y si se dan otras condiciones. Los empleos ms altos que se pueden
alcanzar son los de capitn o teniente de navo, brigada y cabo primero, resultando an
limitado si se echa un vistazo a las reservas equiparables de pases vecinos en los que, como
mnimo, los ascensos pueden hacer llegar al individuo hasta teniente coronel o coronel, por
mencionar solamente el caso de los oficiales
61
.
A resultas de los ascensos producidos hasta la fecha en que se han escrito estas pginas, y
debido tambin al reconocimiento del recorrido realizado con anterioridad en las Fuerzas Armadas
tanto a los veteranos del servicio militar obligatorio como a los oficiales de complemento, a los

59
El presupuesto destinado en 2012 a retribuir a los reservistas voluntarios para que puedan acudir a sus activaciones
anuales fue de 5.724.250 , mientras que la cantidad prevista para 2013 fue de 2.379.250 . Eso supone que, de
representar un gasto del 0,36 por ciento del presupuesto de Defensa, se pas a tan slo un 0,16 por ciento (resolucin
330/02267/2012 del Secretario de Estado de Defensa, por la que se desarrolla la prrroga del presupuesto de la seccin
14, Ministerio de Defensa, de 2011, durante el ejercicio econmico de 2012, 7 de enero de 2012, BOD, n. 33; y
resolucin 330/01552/2013 del Secretario de Estado de Defensa, por la que se desarrolla el presupuesto de la Seccin
14, Ministerio de Defensa, para el ao 2013, 28 de enero de 2013, BOD, n. 25).
60
Porque esa es la cuestin, y basta con echar un vistazo a cualquier pas con un mnimo de tradicin y experiencia
en este modelo, para concluir que unas Fuerzas Armadas profesionales se componen de dos elementos: uno regular y
otro de reserva. Y en ese sentido cabe preguntarse dispone Espaa del componente regular?, indudablemente s,
tenemos un grupo de excelentes profesionales, reducido, pero bien adiestrado y razonablemente equipado en la medida
de nuestras posibilidades, si bien este ltimo extremo puede ponerse en riesgo si continan los recortes
presupuestarios. Disponemos de una reserva en condiciones?, no, en absoluto; pero no porque no est en condiciones,
sino porque lisa y llanamente, no disponemos de reserva alguna que merezca ese nombre, Ferrer, V. (2011, 3 de
octubre), Tenemos unas FAS profesionales?, Ateneadigital.es:
http://www.revistatenea.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_5929_ESP.asp
61
Las condiciones principales para cada uno de los dos ascensos posibles son haber permanecido seis aos en el
empleo anterior y acreditar un mnimo de sesenta das de activacin para prestar servicio en unidades, centros y
organismos del Ministerio de Defensa o para participar en programas de formacin continuada. Adems, el interesado
tiene que ser informado favorable por el jefe de su unidad y por el subdelegado de Defensa, haber aceptado y realizado
todas las activaciones que se le hayan ofrecido excepto que haya habido causa justificada, de entre las tipificadas,
no haber sido separado del servicio disciplinariamente de cualquier puesto en la Administracin ni hayarse
inhabilitado para la funcin pblica y haber sido declarado apto en la evaluacin para el ascenso (real decreto
383/2011 por el que se aprueba el reglamento de reservistas de las Fuerzas Armadas, 18 de marzo de 2011, BOE, n.
70). Los primeros ascensos fueron publicados en enero de 2012 (resolucin 439/01212/12 de la directora general de
Personal, 25 de enero de 2012, BOD, n. 21; resolucin 439/01214/12 de la directora general de Personal, 25 de enero
de 2012, BOD, n. 21; resolucin 562/01228/12 del general fefe del Mando de Personal del Ejrcito de Tierra, 25 de
enero de 2012, BOD, n. 21; resolucin 631/01247/12 del almirante jefe de Personal de la Armada, 21 de enero de
2012, BOD, n. 21; y resolucin 762/01266/12 del general jefe del Mando de Personal del Ejrcito del Aire, 26 de
enero de 2012, BOD, n. 21).
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 491


militares de tropa profesional y a los militares de carrera que han renunciado a su condicin, la
distribucin de los reservistas voluntarios por empleos era la que se muestra en la tabla n. 30.
Dado que an no haba pasado el tiempo suficiente para que los que entraron de alfrez, sargento o
soldado fueran capitanes, brigadas o cabos primeros, en esa tabla puede apreciarse la influencia del
reconocimiento de empleos ya conseguidos en una pasada vida militar.

Empleo
E
j

r
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o

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Total
Comandante / capitn de corbeta 0 0 0 1 1
Capitn / teniente de navo 2 5 0 4 11
Teniente / alfrez de navo 64 45 23 84 216
Alfrez / alfrez de fragata 1.172 342 237 428 2.179
Brigada 0 0 0

0
Sargento primero 58 20 9 87
Sargento 1.049 314 256 1.619
Cabo primero 88 33 18 139
Cabo 66 48 25 139
Soldado 494 192 141 827
Totales 2.993 999 709 517 5.218
Tabla n. 30: Distribucin de los reservistas voluntarios por empleo y ejrcito
(efectivamente publicados en el BOD)
62
.

2.1.3. Apuntes de ndole sociolgica

Cmo es un reservista voluntario espaol? Como se vio en la tabla n. 29, casi la mitad de
ellos 46 por ciento son oficiales, mientras que un tercio son suboficiales. As, la presencia de
soldados y marineros queda reducida a algo ms de una quinta parte. El general Echepare pensaba
que esto era debido a que la reserva voluntaria ha tenido muy buena acogida entre los hombres y
mujeres de medio y alto nivel acadmico, que les da opcin a puestos de oficial y suboficial, y
resulta poco atractiva para niveles inferiores
63
. Sin embargo, dadas las principales misiones en las
que este personal puede ser de utilidad, no parece que esta desproporcin entre clases sea en s
misma un problema. Tambin se vio anteriormente que, aunque mayoritariamente masculina, se

62
Datos actualizados a 26 de noviembre de 2012, Ministerio de Defensa.
63
Echepare Fernndez (2009), pg. 44. Un perfil que se presenta con cierta frecuencia entre los oficiales reservistas es
el del directivo de una empresa o de un departamento de la Administracin pblica como, por ejemplo, el del alfrez
RV Mariano Blanco, director de Comunicacin y Mrketing de la multinacional aseguradora Chartis. El alfrez
Blanco puede acreditar dos licenciaturas universitarias, ha realizado distintos estudios de posgrado y habla cinco
idiomas, Garca-Juez, I. (2011, 24 de octubre), El reservista cumple con la Constitucin, Negocio.
492 El reservismo militar en Espaa

puede asegurar que hay ms mujeres que se han sentido atradas por esta modalidad de vinculacin
a la defensa que por hacer carrera como militares profesionales.

Figura n. 11: Distribucin de los reservistas voluntarios por edad y ejrcito
64
.
En cuanto a la edad, la poblacin de reservistas voluntarios es bastante madura, envejecida
podra decirse, como queda patente en la figura n. 11. Con una media de edad de 45,7 aos, el 75
por ciento de ellos ha superado la cuarentena. Segn distintos autores, como Echepare, esta
circunstancia puede condicionar el desempeo de sus cometidos aunque, por otro lado, el propio
modelo requiere de personas que sean verdaderos expertos en su profesin civil y no se prev que
esto suceda antes de alcanzar la madurez
65
.
Los reservistas voluntarios espaoles tienen una alta cualificacin acadmica, tal como
muestra la figura n. 12. Teniendo en cuenta todos los grados posibles, ms de la mitad de ellos
55,5 por ciento son universitarios y ms de un cuarto adicional tiene estudios superiores a los
mnimos 27,8 por ciento. Eso significa que el 83,4 por ciento de los reservistas voluntarios ha
conseguido llegar a metas acadmicas ms altas que la enseanza secundaria obligatoria, cuando la
poblacin espaola equivalente slo alcanza el 53 por ciento
66
.

64
Datos actualizados el 1 de noviembre de 2012. Elaborada con datos proporcionados por el Ministerio de Defensa.
65
Ibdem, pg. 45. La poblacin ms madura es la de los Cuerpos Comunes, con un 86 por ciento con edad superior a
los cuarenta aos y casi la mitad por encima de los cincuenta. En el otro extremo aunque no a una gran distancia
est el Ejrcito del Aire, con una media de cuarenta y cinco aos y el 72 por ciento por encima de la cuarentena, segn
datos proporcionados por el Ministerio de Defensa, actualizados al 1 de noviembre de 2012.
66
Ministerio de Educacin (2012), pg. 5.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 493


Figura n. 12: Distribucin de los reservistas voluntarios por formacin acadmica (%)
67
.
Si se piensa en la diversidad de las provincias y regiones de Espaa, cul es la predisposicin
que tienen los habitantes de cada una de ellas para hacerse reservista voluntario? Como cabra
esperar, la respuesta ante una necesidad colectiva como la defensa no es la misma. Refiriendo el
nmero de efectivos existentes en cada provincia a la poblacin comparable personas con
nacionalidad espaola que tienen la edad para iniciar el proceso de acceso se puede confeccionar
un ndice de proporcionalidad, que es el que se muestra en la figura n. 13 para las comunidades
autnomas. En el apndice n. 8 se encuentran asimismo los valores provinciales.
Las provincias con mayor nmero relativo de reservistas voluntarios son, por ese orden,
Melilla, Ceuta, Valladolid, Granada, Burgos, Cdiz, Sevilla y Lrida, siendo abrumadora la
involucracin de los espaoles de las dos ciudades autnomas. Las provincias con menor presencia
por cada 100.000 habitantes en edad til son, por orden decreciente, Cuenca, Teruel, Navarra,
Logroo, Cceres, Castelln, Vizcaya y Guipzcoa, destacando en sentido negativo esta ltima.
Por comunidades autnomas, las ms favorables son, aparte de Ceuta y Melilla, Castilla Len y
Andaluca. En el otro extremo del grfico estn Catalua, Pas Vasco y Navarra
68
.
Sera interesante ligar la inclinacin a hacerse reservista con algn otro indicador sociolgico,
de forma que, a travs de las variables que componen ste, se pueda predecir el comportamiento
futuro de una determinada comunidad o, en su caso, orientar sobre cules deberan ser las medidas
que podran paliar el desapego de algunos colectivos con la defensa, particularmente localizados
en determinadas regiones. En la figura n. 13 se han incluido los valores autonmicos del ndice de
Conciencia de Defensa 2011, con que el Instituto Espaol de Estudios Estratgicos mide la

67
Datos actualizados el 10 de diciembre de 2012. Elaborada con datos proporcionados por el Ministerio de Defensa.
68
Apndice n. 8.
494 El reservismo militar en Espaa

predisposicin de la sociedad a sostener sus Fuerzas Armadas. Las comunidades menos
implicadas, segn este ndice, son el Pas Vasco y Navarra. Sin embargo, la comparacin de los
valores de las otras regiones con la poblacin reservista relativa no permite establecer ninguna
relacin entre ambas, quedando pendiente una mayor investigacin de tipo sociolgico en este
sentido
69
.

Figura n. 13: ndice de poblacin reservista voluntaria e ndice de Conciencia de Defensa por comunidad
autnoma
70
.

2.1.4. Aceptacin del nuevo reservista por parte de la componente activa de las Fuerzas
Armadas y de la Administracin pblica

Las primeras apariciones de reservistas voluntarios por los cuarteles provocaron cierto estupor
en los militares en activo. Es cierto que era una figura radicalmente nueva, si bien hay que decir en
contra de ese sentimiento que casi todos los que han compartido misin en el exterior con fuerzas
aliadas han convivido con este tipo de personal. Habituados ya a su presencia, la sorpresa ha dado
paso a dos posturas que se encuentran ms o menos consolidadas entre los profesionales.
La primera de ellas es la de admiracin. Desaparecida la conscripcin, muchos militares
pensaban que era difcil que pudieran llegar a compartir con unos civiles determinados valores
que, con el paso del tiempo, slo se ponan ya de manifiesto en la milicia. As, se quedaron
prendados de la vocacin, ilusin, ganas de servir, afn de aprender, disciplina, amor a la patria y

69
Ibdem; y Moreu Muniz (2011), pg. 184.
70
Apndice n. 8.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 495


afinidad por la vida castrense que mostraban los recin llegados, adems de racionalizar que eran
un recurso valioso que, al no suponer una merma de las plantillas de las unidades, no venan ms
que a aportar una mayor y mejor capacidad
71
. Muchos se apresuraron a incentivar la bsqueda de
sinergias entre las necesidades reales de las unidades y la disponibilidad de estos profesionales,
con el elogiable norte de satisfacer las necesidades de la defensa nacional
72
. En este sentido, el
coronel Ruiz Cruz, del que ya se ha hablado al principio de este captulo, pensaba que los
profesionales del Ejrcito del Aire deban aceptar con entusiasmo estos efectivos suplementarios
por las razones que se relacionan a continuacin.

Espaol que le gusta sentirse como tal. Consciente de que la defensa nacional concierne a todos
los espaoles. Orgulloso de sus Fuerzas Armadas. Acepta su cuota de responsabilidad dentro del
marco de la poltica de defensa nacional. Dispuesto a ejercer esa cuota de responsabilidad al
servicio de las Fuerzas Armadas de forma temporal. Dispuesto a aportar, de forma voluntaria, sus
capacidades, habilidades y conocimientos. Con el nivel acadmico adecuado a la plaza de alfrez,
sargento o soldado reservista voluntario que se le asigne. Seores, tal perfil merece un saludo
militar con el que darles la bienvenida al Ejrcito del Aire. Y tratarles como se merecen
73
.

Con la aprobacin de la ley orgnica de la defensa, la ley de tropa y marinera y la ley de la
carrera militar se podra decir que, a finales de 2007, la plena profesionalizacin de las Fuerzas
Armadas haba terminado. La Asociacin Unificada de Militares Espaoles (AUME) crea
entonces que, tras implantar el modelo profesional, era el momento de abordar la integracin del
militar en la sociedad a la que sirve, entregndole derechos que, segn esta asociacin, le haban
sido negados durante demasiado tiempo. Las iniciativas que, de ser aplicadas, convertiran al
militar en un ciudadano de uniforme se plasmaron en un documento al que llamaron 100
propuestas de ciudadana.
En dicho documento se hablaba de los reservistas como miembros de las Fuerzas Armadas,
dedicndoles las ltimas medidas de ese centenar de sugerencias. En ellas se solicitaba el
reconocimiento del tiempo servido, una adecuada formacin, una retribucin igual que los
militares profesionales del mismo empleo proporcional al tiempo efectivamente dedicado,
facilidades en los cambios de destino y la misma asistencia social que los militares de carrera en
situacin de reserva. Asimismo, se reconoca su valor para las Fuerzas Armadas y se demandaba
una mayor proteccin en el mundo civil y la mayor consideracin posible en el mbito militar.


71
Son impresiones recogidas por un reservista voluntario entre sus mandos, Gonzlez de Escalada (2005), pg. 28.
72
Jimnez de los Galanes (2011), pg. 277.
73
Ruiz Cruz, M. (2009, 27 de mayo), Reservista voluntario, y a mucha honra, Nuevo Observatorio de las Fuerzas
Armadas y Reserva Militar:
http://www.observatoriomilitar.es/articulo.asp?pagina=index.asp&seccion=16&titulo=Reservista%2Bvoluntario%2By
%2Ba%2Bmucha%2Bhonra&id=785
496 El reservismo militar en Espaa

El marcado carcter altruista y de servicio a las Fuerzas Armadas ha de estar investido de la
mxima proteccin administrativa a todos los efectos para todas aquellas personas que decidan
integrarse en las mismas como reservistas voluntarios.
As mismo, debern obtener de las Fuerzas Armadas el mximo respeto y todo el apoyo y
consideracin para el desarrollo de su labor. El conocimiento del medio al que se integran y la
preparacin han de ser dos parmetros fundamentales para el desempeo de sus cometidos
74
.

La postura contraria, y que ha llegado a cierto enconamiento personal, es la del rechazo. Esta
posicin ha venido motivada, en gran medida, por la falta de entendimiento del modelo de reserva,
aunque tambin haya influido que su desarrollo incipiente no ha permitido an que sean
suficientemente evidentes las ventajas de contar con este recurso. Mientras la reglamentacin
prevea mantener durante toda la carrera del reservista su empleo original, lo que resultaba
excepcional en toda la Alianza Atlntica, la animadversin de algunos colectivos de las Fuerzas
Armadas estuvo contenida. En 2011, tras la publicacin del nuevo reglamento en el que se les daba
la posibilidad de ascender hasta capitn, brigada y cabo primero, hubo una sonada reaccin que
tuvo dos mximos exponentes. El suceso ms importante, por el carcter corporativo e
institucional de su protagonista, fue el artculo escrito en la revista Minerva por el suboficial mayor
del Ejrcito de Tierra, asesor directo del JEME y representante ante l de todos los empleos
inferiores al suyo. De carcter marcadamente reivindicativo, y en defensa de unos suboficiales
pretendidamente agraviados y ofendidos, la publicacin arremeta no slo contra los ascensos, sino
contra la existencia de reservistas voluntarios con empleo militar.

Que no se me malinterprete. He conocido a algunos reservistas voluntarios, todos me han
demostrado su voluntariedad y me han parecido excelentes personas, pero esto no es sinnimo de
profesionalidad ni excusa para el agravio que se est haciendo con los verdaderos profesionales, los
que lo son por vocacin, no por aficin [].
Siempre hemos acogido como compaeros a la gente de bien, y lo seguiremos haciendo. Quizs
hubo un tiempo en que era necesario acudir a personas con formacin para responsabilizarles del
mando de determinadas unidades, pero en la sociedad espaola del siglo XXI no es necesario.
Mi respeto a los reservistas voluntarios que desean contribuir en nuestras Fuerzas Armadas, pero
para ello no hacen falta estrellas ni galones, no hace falta ofender a nadie
75
.

La otra manifestacin significativa tuvo lugar unos meses antes de la aparicin de este
artculo, cuando la Asociacin de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFAS) recurri el real
decreto que publicaba el reglamento de reservistas. En un comunicado, la asociacin entenda que
la regulacin resulta agraviante para el colectivo de suboficiales, al exigir a los reservistas una

74
AUME (2007), pgs. 45 y 46.
75
Baena Muoz (2011), pg. 19. En medio de cierto revuelo en los foros corporativos de Internet, el suboficial mayor
Juan Antonio Baena Muoz fue cesado al poco de difundirse el artculo reseado (resolucin 562/14631/11 del general
jefe del Mando de Personal del Ejrcito de Tierra,16 de setiembre de 2011, BOD, n. 188). Unos meses ms tarde, la
revista XXI Legio public una respuesta abierta al mayor Baena escrita por el presidente de la Asociacin de
Reservistas Espaoles (ARES), Carrasco Daz-Masa (2011), pgs. 17-20.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 497


formacin muy inferior a la requerida a un suboficial y unos periodos de servicio muy inferiores
para el ascenso al empleo superior
76
.
La Asociacin de Militares Espaoles (AME), por su parte, tambin critic la configuracin
de la reserva voluntaria en el marco de su propuesta de reforma integral de la ley de la carrera
militar. Segn esta asociacin, los reservistas voluntarios tienen una formacin insuficiente y en
un nmero, tambin insuficiente, para garantizar la Defensa militar. Proponan, en cambio, la
instauracin de un servicio civil en el que la mayor parte de la poblacin fuera involucrada en la
defensa, concluyendo que, con el estatus actual, no est garantizada la Defensa Nacional, militar
y civil, de Espaa
77
.
La brecha entre reservistas y militares profesionales puede percibirse incluso en los ejrcitos
donde ambas figuras comparten destino en la zona de operaciones. Como consecuencia, el
conjunto formado por fuerzas regulares y reserva pierde la oportunidad de aprovechar gran parte
de las sinergias que aparecen en dos componentes que tienen tanto en comn. De esta forma, tanto
la eficiencia global de la defensa como la satisfaccin de los colectivos se resienten. Algunos
pases han realizado esfuerzos para reducir dicha separacin, igualando la retribucin y adoptando
medidas estticas no por eso menos importantes, como suprimir los distintivos especficos de
reservista o concederles las mismas recompensas y condecoraciones que a los regulares, como
puso en prctica Francia a partir del ao 2003. Los estadounidenses fueron ms all y crearon en
2008 una comisin parlamentaria para la transformacin de la Guardia Nacional y las Reservas.
Entre las recomendaciones dadas por dicha comisin, se encuentra la de que la Secretara de
Estado de Defensa deba de favorecer la integracin liderando un cambio cultural entre los
militares profesionales, ya fuera fomentando que se hicieran reservistas al final de su vida
profesional, ya destinando oficiales en activo a puestos de la reserva procedimiento nicamente
vlido para el modelo anglosajn, ya suprimiendo la denominacin de reservista en los empleos
militares
78
.
Por otra parte, los defensores de la implantacin del modelo en Espaa y los propios
reservistas tambin tuvieron que vencer, durante sus primeros aos de vida, algunas barreras

76
EFE (2011, 26 de abril), La Asociacin de Suboficiales ASFAS recurre el reglamento de reservistas, Hoy.es:
http://www.hoy.es/agencias/20110426/mas-actualidad/nacional/asociacion-suboficiales-asfas-recurre-
reglamento_201104261235.html. Sin embargo, otra asociacin de suboficiales ASFASPRO emiti en 2009 una
propuesta de modificacin de la ley de la carrera militar, que envi a todos los partidos, donde no inclua ninguna
mencin sobre los reservistas, lo que hace presuponer su aprobacin tcita del texto legislativo:
https://www.asfaspro.es/index.php/2012-03-18-20-25-38/2012-03-18-20-26-49/2012-03-18-20-27-54
77
Redaccin (2009, 9 de diciembre), La Asociacin de Militares Espaoles propone derogar la Ley de Carrera Militar
y publicar urgentemente una nueva norma, Europapress.es: http://www.europapress.es/nacional/noticia-asociacion-
militares-espanoles-propone-derogar-ley-carrera-militar-publicar-urgentemente-nueva-norma-20091209185737.html
78
Punaro (2008), pgs. 323-331; y Ministerio de Defensa (2005, junio), Rapport dvaluation de ltat de la rserve
militaire en 2004, pg. 12: http://www.defense.gouv.fr
498 El reservismo militar en Espaa

levantadas por distintas instancias de la Administracin pblica, cuyos responsables debieron de
entender que la pertenencia a la reserva voluntaria de algunos de sus funcionarios supona tanto
una velada cesin de recursos al Estado como, recprocamente, una prdida de autoridad sobre
ellos.
En el ao 2006, la consejera de Interior de Catalua prohibi que los mossos descuadra
participaran en las convocatorias de acceso a reservista voluntario. El 12 de julio de ese mismo
ao, representantes del Ministerio de Defensa se reunieron con ella y con otros responsables de la
Generalidad, quedando claro en dicha reunin que ese derecho constitucional no poda ser negado
a ningn espaol. Como inslita contrapartida, se acord tambin que slo se activara a los
mossos para recibir formacin continuada, quedando consecuentemente dispensados de prestar
servicio en las unidades, es decir, de las activaciones ms largas. La Generalidad manifest que
aceptara como suyas las regulaciones futuras que se establecieran para la Polica Nacional, no
existiendo por tanto obstculos para la compatibilidad de la actividad como Mosso dEscuadra y la
condicin de reservista voluntario. Por otro lado, los ayuntamientos de Sabadell y de Zaragoza,
entre otros, protagonizaron algunos episodios de oposicin a la nueva figura, negando a algunos
policas locales la retribucin correspondiente a los perodos de formacin bsica y especfica. En
ambos casos la disputa lleg a los tribunales, quienes dieron la razn a los reservistas
79
.

2.1.5. La dimensin de la empresa

Es difcil atraer a reservistas o retener a los existentes si, por serlo, son discriminados en sus
empresas, no se les facilita la asistencia a las activaciones o pierden posibilidades de promocin
tras volver de ellas. En realidad, esto slo se ha conseguido evitar hasta el momento con los
funcionarios sea cual sea la dependencia de la Administracin pblica a la que pertenezcan,
quienes tienen derecho a recibir tanto la formacin militar inicial como la formacin continuada en
rgimen de permiso retribuido. Si se requiriese que el interesado prestara servicio en unidad, ese
tiempo tendra la consideracin de situacin de servicios especiales.
Cuando el reservista es trabajador por cuenta ajena, la cosa cambia bastante. Para ellos la
proteccin consiste en que la formacin militar podr tener la consideracin de permiso retribuido,
mientras que las activaciones anuales podrn ser causa de suspensin del contrato laboral con

79
Respuesta al diputado Jorge Fernndez Daz (GP) sobre la exigencia del Ministerio de Defensa a la Comunidad
Autnoma de Catalua de que deje de poner obstculos a la incorporacin de los mossos d'esquadra a las Fuerzas
Armadas como reservistas voluntarios, 29 de mayo de 2007, BOCG-C, n. D-573, pg. 119; sentencia del juzgado de
lo contencioso-administrativo n. 16 de Barcelona, procedimiento abreviado 578/2010, seccin A2, 28 de junio de
2011; y sentencia n. 360/2010 del juzgado de lo contencioso n. 1 de Zaragoza, procedimiento abreviado n. 9/2010,
25 de noviembre de 2010.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 499


reserva del puesto de trabajo y cmputo de antigedad. Lamentablemente, se establece tambin
que lo anterior requerir del acuerdo con la empresa. A resultas de todo ello, los reservistas
voluntarios suelen acudir a las activaciones empleando el tiempo de sus vacaciones y, en
consecuencia, haciendo partcipes a sus familias del compromiso adquirido.
Lo que no deja lugar a dudas es que la proteccin laboral del reservista es vital para el xito
de la reserva voluntaria en cualquier pas y, para conseguir que no se vea perjudicado, no parece
que sea suficiente con establecer por ley que no puede ser despedido ni limitado en su progreso
laboral. En realidad, la clave es conseguir el apoyo del empleador, como dice la propia legislacin
espaola, considerando el mismo de especial importancia para el buen funcionamiento del
modelo de reservistas establecido por la ley. En el reglamento, el desarrollo de este aspecto ha
quedado limitado al texto que figura bajo estas lneas.

1. El Ministerio de Defensa promover el establecimiento de convenios de colaboracin con
representantes de los empleadores de reservistas, privados y pblicos, agentes sociales y dems
organismos competentes de las Administraciones pblicas. A tal efecto, con la colaboracin del
Ministerio de Defensa, se podr promover la participacin de representantes de los empleadores de
los reservistas, de los propios reservistas, del Ministerio de Defensa y de los organismos oficiales y
particulares que se consideren oportunos para establecer los apoyos necesarios.
2. Se difundir por el Ministerio de Defensa la informacin necesaria para que tanto los
reservistas voluntarios como sus empleadores conozcan sus derechos y obligaciones en las
situaciones de disponibilidad y activado
80
.

En el momento de escribir estas pginas no consta que se hayan dado los pasos para establecer
ningn convenio de colaboracin, transcurridos casi diez aos del lanzamiento de la primera
convocatoria de reservistas voluntarios.
Cmo se promociona el apoyo de los empleadores en otros pases? El Ministerio de Defensa
francs es consciente de la necesidad de llegar a acuerdos de cooperacin con las empresas que
emplean a reservistas. El CSRM venan trabajando desde 2003 en un proyecto para crear el sello
de Partenaire de la dfense nationale, que fue finalmente lanzado en 2007. Se trata de una
manera de dar mayor visibilidad a las empresas que, mediante un convenio suscrito con el
Ministerio, se comprometen a mejorar la disponibilidad de los empleados pertenecientes a la
reserva
81
. Los argumentos con los que se convence a los empresarios, que giran en torno a los
beneficios obtenidos a travs del empleo de reservistas, son:

80
Ley 39/2007 de la carrera militar, 19 de noviembre de 2007, BOE, n. 278; y real decreto 383/2011 por el que se
aprueba el reglamento de reservistas de las Fuerzas Armadas, 18 de marzo de 2011, BOE, n. 70.
81
En Francia se dispone de un sello acreditativo que se puede incorporar a la imagen corporativa de la empresa. En
estos momentos existen 338 empresas, entidades pblicas y organizaciones de todo tipo con ese derecho, las cuales
pertenecen a los siguientes campos: Administraciones pblicas (45), Banca y Aseguradoras (5), Colegios y
Asociaciones (20), Distribucin (37), Electrnica, Informtica y Telecomunicaciones (10), Energa (3), Enseanza e
Investigacin (21), Industria e Ingeniera (56), Ocio (5), Sanidad (16), Servicios (93) y Transporte y Automocin (27),
500 El reservismo militar en Espaa

Si labsence dun cadre ou dun employ peut engendrer des contraintes dans une entreprise, en
revancha les chefs dentreprise peuven retirer un bnfice certain d lengagement de leurs salaris
dans la rserve. En effet, une telle exprience ne peut quenrichir celui qui la vit. Lesprit dquipe,
le sens des responsabilits, le got de linitiative, la discipline, la loyaut sont des qualits aussi
tiles lentreprise quaux forces armes.
Linvestissement que fait lentreprise en employant des rservistes engendre un enrichissement
mutuel. Par ailleurs, lexistence de rservistes dans lentreprise peut permettre celle-ci une
meilleure connaissance du milieu militaire et de la dfense; ce qui terme, favorise une meilleure
comprhension, donc de meilleurs changes qui concourent un veritable partenarial, entre les
armes et les chefs dentreprise
82
.

En Estados Unidos existe un completo programa de apoyo a los empresarios que emplean a
reservistas, valindose de argumentos parecidos a los franceses. Se les transmite que algunos de
los beneficios ms evidentes de emplear a estos militares a tiempo parcial son su mayor capacidad
de liderazgo, su disciplina, su capacidad de sacrificio, su motivacin y su compromiso en la
consecucin de objetivos. Asimismo, se trata de personas con mejor forma fsica, que han pasado
por una severa seleccin mdica, as que su absentismo es menor
83
. Adems, en 1996 fue instituido
el Employer Award, un premio nacional dividido en cuatro categoras que reconoce a los
empleadores que, cada ao, se distinguen en el apoyo a la reserva. La mxima distincin
Secretary of Defense Employer Support Freedom Award est en poder tanto de grandes
empresas American Express, Caterpillar, Citi, Delta Air Lines, General Motors, o Siemens,
entre otras como de empresas familiares
84
.
Reino Unido lanz en 2003 un programa para mejorar la relacin entre empresarios y
reservistas denominado Supporting Britains Reservists & Employers (SABRE). De manera

Secretara General del CSRM (2011, 7 de noviembre), Lentreprise et la rserve:
http://www.defense.gouv.fr/reserves/reserve-et-entreprises/l-entreprise-et-la-reserve; y Ministerio de Defensa (2005,
junio), Rapport dvaluation de ltat de la rserve militaire en 2004, pg. 12: http://www.defense.gouv.fr
82
[Si la ausencia de un encargado o de un empleado puede ser una distorsin para su actividad, los empresarios
pueden beneficiarse de la participacin de sus empleados en la reserva. De hecho, este tipo de experiencia puede
enriquecer a todo el que la vive. El espritu de equipo, el sentido de la responsabilidad, el gusto por la iniciativa, la
disciplina, la lealtad son cualidades utiles tanto a la empresa como a las Fuerzas Armadas. La inversin que realiza la
empresa que emplea a reservistas enriquece a las dos partes. Por otra lado, la existencia de reservistas puede propiciar
que exista dentro de la compaa un mayor conocimiento del medio militar y de la Defensa que, finalmente, lleve a
una mejor comprensin. De esta manera se contribuye a un intercambio, a una verdadera asociacin entre las Fuerzas
Armadas y los directivos de las empresas. Traduccin del autor], Secretara General del CSRM (2007, junio), La
rserve, une vie doublement active. Dfense et entreprise, un intrt commun, pg. 7:
http://www.reserve.air.defense.gouv.fr/IMG/pdf/Plaquette_Defense_et_entreprise_un_interet_commun.pdf
83
Departamento de Defensa, Benefits of Hiring Guardsmen and Reservists: http://www.esgr.mil/Employers/Benefits-
of-Hiring-G-R.aspx
84
Estos premios tienen cuatro categoras: Patriot Award, que consiste en un certificado que se entrega a todo
empresario que haya sido nominado por un reservista; Above and Beyond Award, que se concede a un nmero
limitado de empresas al ao que superen los mnimos legales en cuanto a facilitacin del adiestramiento y despliegue
de sus reservistas; Pro Patria Award, que se entrega a los empleadores que se distinguen por su excepcional apoyo a la
Defensa y por hacer ms fcil la vida de sus empleados como reservistas; y Employer Support Freedom Award:
mxima distincin concedida a una empresa y que entrega el Secretario de Estado de Defensa (Departamento de
Defensa, Employer Awards: http://www.esgr.mil/Employers/Employer-Awards.aspx; y
http://www.freedomaward.mil).
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 501


voluntaria, los empleadores firman un compromiso consistente en la aplicacin de buenas
prcticas. Entre ellas, la ms importante consiste en garantizar la posibilidad de adiestramiento de
sus empleados reservistas durante un periodo definido al ao, ya sea mediante das de asuntos
propios, ya sea como permiso no retribuido. Ms de 1.500 empresas de todos los tamaos han
firmado el convenio y, por tanto, pueden hacer pblico su compromiso. Entre ellas se encuentran
las prestigiosas 3M, BASF, Bombardier, EADS, Fujitsu, IBM, Jaguar, Motorola y Siemens
85
.
Algunos de los primeros ejecutivos de estas empresas han ido ms all de lo puramente formal y
han demostrado su compromiso visitando a los empleados enviados a maniobras o desplegados en
operaciones. En este sentido, es destacable la visita que cursaron a Irak, en 2007, los presidentes de
la multinacional BT y de la aseguradora Norwich Union, sir Christopher Bland y Patrick Snowball,
respectivamente, que compartieron el da con reservistas que trabajaban en sus empresas. El
primero de ellos declar lo siguiente:

These men and women serve alongside their colleagues in the regular forces with courage and
dedication, often at considerable personal sacrifice. They are a vital part of the nation's armed
forces and deserve the support of their employers every step of the way. We at BT admire their
commitment and will continue to support all current and future employees in the reserve forces
86
.

2.1.6. Breves notas sobre retencin

Cada ao, entre 300 y 400 reservistas voluntarios dejan de estar disponibles para servir los
cometidos que prev el concepto espaol de reserva, como muestra la figura n. 14. Si se tiene en
cuenta que las convocatorias anuales admiten slo a un centenar de ciudadanos, se comprender
que el modelo no es sostenible en las condiciones actuales y que algo habr que hacer para que el
nmero de efectivos, que se considera necesario, permanezca estable.
A qu se debe esta sangra de personal? Las causas principales estn en el dominio del
individuo, empezando por la decisin de no renovar el compromiso a su terminacin y, siguindole
a mucha distancia, el abandono en mitad de la vigencia de ste. Una fraccin pequea de las
rescisiones, aunque no despreciables, estn protagonizadas por el Ministerio, es decir, resoluciones
del compromiso que se podan llamar disciplinarias haber renunciado a ms activaciones que

85
http://www.sabre.mod.uk
86
[Estos hombres y mujeres sirven junto a sus colegas de las fuerzas regulares, con valenta y dedicacin, y a menudo
con considerable sacrificio personal. Ellos son una parte vital de las Fuerzas Armadas de la nacin, y merecen el apoyo
de sus empresarios en cada paso del camino. Nosotros, en BT, admiramos su compromiso y continuaremos apoyando a
todos los empleados actuales y futuros que estn encuadrados en las fuerzas de reserva. Traduccin del autor], White,
D. (2007, 6 de junio), Big names back our reserve forces, The Telegraph:
http://www.telegraph.co.uk/finance/markets/2810082/Big-names-back-our-reserve-forces.html
502 El reservismo militar en Espaa

las permitidas, no incorporarse a su unidad cuando se le haba indicado o incumplimiento de la
normativa general y tambin la prdida de la aptitud sicofsica.


Figura n. 14: Distribucin anual y por motivos de las bajas de los reservistas voluntarios
87
.

En cualquier sector, la motivacin de los voluntarios que prestan servicio de forma altruista
que no gratuita es una materia que se podra calificar de compleja y que resulta, desde luego,
plural y heterognea. Como sucede en otros voluntariados, el impulso que lleva a un ciudadano a
hacerse reservista, y a seguir mantenindose como tal, se origina a instancias de varios factores
que, adems, evolucionan con el tiempo. Dichos factores pueden ser de orientacin individualista
la realizacin personal, la integracin social o el beneficio econmico, entre otros, de carcter
moral ayuda a personas que lo necesitan o de orientacin social servicio a la comunidad,
siendo frecuente tanto el predominio de uno de ellos sobre los dems como que el individuo se
desplace entre distintos factores de motivacin en funcin de sus circunstancias
88
.
La retencin de los reservistas voluntarios es un asunto estratgico para los pases que siguen
el modelo anglosajn. Como se ha visto anteriormente, estos estados han dimensionado sus fuerzas
regulares teniendo en cuenta la capacidad operativa adicional que le proporcionan las unidades de
la reserva. Adems, algunas misiones esenciales en los nuevos escenarios han sido asignadas en
exclusiva a este tipo de efectivos. Por tanto, perder reservistas es perder operatividad en las
misiones expedicionarias en las que se encuentren comprometidos. Ese es un importante incentivo

87
Actualizado a noviembre de 2012. Elaborado con los datos proporcionados por el Ministerio de Defensa.
88
Zurdo Alaguero (2003), pgs. 301-318.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 503


para que estos pases sean realmente muy activos en el desarrollo de polticas que hagan posible el
mantenimiento de las fuerzas presupuestadas
89
.
Por el contrario, los pases que han implantado el modelo continental no tienen una alta
dependencia operativa de los reservistas y, por tanto, no existe en ellos gran avidez por implantar
medidas que favorezcan la adhesin a la reserva ni tampoco que aumenten la retencin de los
efectivos existentes, como sucede en Espaa. Dejando aparte la retribucin econmica y los
beneficios sociales, cuyo concepto en cada uno de los dos modelos es radicalmente diferente,
existen aspectos importantes que influyen en que el reservista desee seguir prestando servicio.
Estas materias problemas cuya resolucin constituye en muchos casos un verdadero desafo y
que han sido ya mencionados llevan decenas de aos en las agendas de los polticos occidentales
sin que, por el momento, puedan ser retiradas de ellas: integracin del reservista en las Fuerzas
Armadas, reconocimiento social de la figura y apoyo de los empleadores.

2.2. Reservistas de especial disponibilidad

Es sabido que la ley de rgimen de personal, a la vez que implantaba un modelo de Fuerzas
Armadas basada en la profesionalizacin total, naci en una coyuntura en la que no se saba si se
podran atraer soldados suficientes para completar las orgnicas de las unidades. De hecho, desde
1996, cuando incluso se haba lanzado un plan especfico de captacin, los resultados del
reclutamiento haban venido siendo ms pobres de lo requerido. Por ello, la ley incluy algunas
medidas de mejora del reclutamiento
90
. Para recuperar una fraccin de la inversin que se habra
de emplear para la instruccin del militar profesional, la ley cre el reservista temporal, una
manera de vincular al soldado voluntario o al oficial de complemento durante un tiempo limitado,
una vez que haba abandonado las Fuerzas Armadas
91
.
Pero el propio Ministerio manifest unos pocos aos ms tarde que la figura del reservista
temporal no era de mucho valor para el futuro, que est ligada a una situacin anterior y que
posiblemente [], en la nueva ley de carrera militar no debera pervivir. En su lugar se planeaba

89
Chun (2005), pg. 5.
90
Ortega (2008), pg. 303.
91
Los reservistas temporales tenan dicha condicin entre uno y cinco aos despus de resolver su compromiso,
dependiendo del tiempo servido y de si era militar de complemento o tropa profesional. Tambin se contaba con los
militares de carrera y los soldados de tropa permanente que renunciasen a su condicin militar. En este caso, el
compromiso inicial obligatorio era en todos los casos de cinco aos. Una vez finalizado el primer perodo como
reservista temporal, se poda continuar de forma voluntaria hasta el 31 de diciembre del ao en que el interesado
cumpliese cuarenta aos de edad (ley 17/99 de rgimen de personal de las Fuerzas Armadas, 18 de mayo de 1999,
BOE, n. 119).
504 El reservismo militar en Espaa

dar paso al reservista de especial disponibilidad, nueva figura no asimilable a la reserva tradicional
de los militares profesionales y que, como principal novedad, llevaba asociada una retribucin
92
.
Dicha figura fue efectivamente instaurada mediante la ley de tropa y marinera de 2006 con
finalidades totalmente distintas a las del reservista temporal. En ese momento se deseaba dar una
salida retribuida a los oficiales de complemento y a los militares de tropa profesional que, al
alcanzar los cuarenta y cinco aos, no haban sido capaces de acceder a la condicin de militar de
carrera. En esas condiciones deben dejar la situacin activa aunque, si han cumplido un mnimo de
dieciocho aos de servicio, pueden acceder a la condicin de reservista de especial disponibilidad
y percibir mensualmente una asignacin econmica de unos 600 euros, lo que da idea de la carga
que puede llegar a suponer este personal para el Estado. No obstante, su nmero es an reducido,
como se puede ver en la tabla n. 28. Durante la permanencia como reservista, que puede durar
hasta que el interesado cumpla los sesenta y cinco aos, estos veteranos mantienen su especialidad
fundamental y pueden ser movilizados en situaciones de crisis como un recurso sedentario para
emplear en segunda instancia despus de que hayan sido llamados los reservistas voluntarios
93
.

2.3. Reservistas obligatorios

De darse una crisis grave, el Gobierno podra obtener que el Congreso autorizase la
declaracin de reservistas obligatorios que ya se mencion anteriormente. Mediante real decreto, el
ejecutivo plasmara las instrucciones para las actividades que habran de llevar a cabo y el nmero
de reservistas que sera preciso incorporar. A partir de ah, cualquier espaol hombre o mujer
de entre diecinueve y veinticinco aos podra ser llamado a filas para ocupar un destino con el
empleo de soldado o marinero, ya fuera en las unidades de la fuerza, ya en las de apoyo a la fuerza.
Seran las Subdelegaciones de Defensa, como oficinas provinciales de reclutamiento, las que
informaran a cada afectado de que haba sido declarado reservista obligatorio potencial. A partir
de ah, el individuo sera sometido a un reconocimiento mdico y a pruebas sicofsicas de aptitud
que dependeran del destino a ocupar. En ese momento, el potencial reservista podra realizar
alegaciones y, si lo decidiera, declararse objetor de conciencia. De ser declarado apto, adquirira la
condicin de soldado y prestara servicio como tal hasta la finalizacin de la activacin que
estara acotada por la declaracin del gobierno, momento en que recuperara su condicin civil.

92
Comparecencia del seor subsecretario de Defensa (Zambrana Pineda) ante la Comisin de Defensa, 20 de
diciembre de 2005, DSCG-C, Comisiones, n. 459, pg. 9.
93
Ley 8/2006 de Tropa y Marinera, 24 de abril de 2006, BOE, n 98; y Cayetano (2011), pg. 17.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 505


Los objetores, por su parte, no tendran dicha condicin militar, siendo destinados en su lugar a
organizaciones con fines de inters general, donde tendran el mismo rgimen que los voluntarios
que, regularmente, prestasen servicio en dichas organizaciones
94
.

2.4. Reservistas honorficos

En el modelo continental no se quiere renunciar al valor que, para la difusin de la cultura de
defensa, pueden aportar las personas comprometidas con la seguridad. Esa es la razn fundamental
de la existencia de la rserve citoyenne en Francia, por ejemplo. En Espaa no existe una reserva
ciudadana como la francesa, en el sentido de que no se han asignado funciones relacionadas como
las esbozadas a ningn colectivo que se haya desvinculado de las Fuerzas Armadas. Sin embargo,
se desea mantener la vinculacin emocional de los que una vez se acercaron a ellas para mostrar su
disponibilidad y, eventualmente, prestar servicio. Por ello, la misma ley que cre a los reservistas
voluntarios recogi, por primera vez, la existencia de los reservistas honorficos.
Ms de mil reservistas voluntarios ver tabla n. 28 han cesado en su condicin para ser
distinguidos a perpetuidad con la consideracin honorfica de reservista. Pueden acceder a ello los
reservistas voluntarios que hayan dejado de serlo por haber agotado su compromiso o por haber
contrado una incapacidad sicofsica, es decir, quien haya abandonado la reserva honorablemente.
Conservan el empleo y quedan adscritos testimonialmente a su unidad, centro u organismo,
pudiendo asistir de uniforme a los actos y ceremonias militares propias de la misma.
Por otra parte, la ley de la carrera militar quiso reconocer a los espaoles que haban realizado
el servicio militar obligatorio en cualquiera de sus formas, ya fuera como mandos oficiales y
suboficiales de la Escala de Complemento o como tropa. Por ello, desde la aparicin del
reglamento de reservistas, los veteranos de la mili pueden solicitar, si lo desean y cumplen unas
determinadas condiciones, la consideracin de reservista voluntario honorfico. En el caso de que
se les concediera ese honor recibiran un diploma en el que constara el mximo empleo alcanzado,
algo que ya han recibido casi quinientos compatriotas ver tabla n. 28
95
.




94
Ley 39/2007 de la carrera militar, 19 de noviembre de 2007, BOE, n. 278; y Cayetano (2011), pgs. 17 y 18.
95
La condicin es, aparte de haber realizado efectivamente el servicio militar obligatorio, haber superado los cuarenta
aos de edad el da 1 de enero de 2008 (ley 39/2007 de la carrera militar, 19 de noviembre de 2007, BOE, n. 278; y
real decreto 383/2011 por el que se aprueba el reglamento de reservistas de las Fuerzas Armadas, 18 de marzo de
2011, BOE, n. 70).
506 El reservismo militar en Espaa

3. IMPACTO DE LA NUEVA RESERVA EN EL TEJIDO ASOCIATIVO

El modelo continental adolece del contacto frecuente entre los reservistas y sus unidades,
llegando a provocar falta de cohesin con la institucin a la que sirven e incluso entre ellos
mismos. En el mismo momento que Espaa estaba preparando la ley de rgimen de personal
militar de 1999, la legislacin francesa atribuy un papel muy importante a las asociaciones de
reservistas para paliar en la medida de lo posible esa amenaza. Dichas entidades fueron
convocadas para asistir de forma permanente a las reuniones del CSRM, mientras que se
enfatizaba su contribucin al estrechamiento de los lazos entre la nacin y sus Fuerzas Armadas.
Las disposiciones promulgadas con posterioridad en el pas vecino han reforzado el papel de las
asociaciones
96
.
Este espritu fue recogido por la susodicha ley espaola de 1999, marcando con ello otro hito
en la historia militar espaola al darle un inslito protagonismo a las organizaciones de reservistas.
Por primera vez se mostraba confianza en que las asociaciones mantuvieran la cohesin entre los
reservistas y resultaran eficaces difusores de la cultura de defensa, como rezaba su artculo 168.

Las Administraciones pblicas apoyarn y facilitarn la constitucin de asociaciones de
reservistas que ayuden a mantener las relaciones entre sus propios miembros, de la sociedad con sus
Fuerzas Armadas y de las que se constituyan con otras de carcter similar de otros pases, con el
objeto de difundir los valores de seguridad y defensa en el marco de la solidaridad y del
mantenimiento de la paz
97
.

En tiempo de paz y ante la ausencia de un CSRM al modo francs, otra funcin nada
desdeable de las asociaciones de reservistas es la de transmitir opiniones y sentimientos entre el
Ministerio de Defensa y el colectivo, ya sea a travs de los rganos centrales de dicho ministerio,
ya a travs de las Subdelegaciones de Defensa.

3.1. La aparicin de nuevas asociaciones y la adaptacin de las existentes

Al amparo de este nuevo escenario legal se produjeron muy tempranas reacciones entre los
primeros aspirantes a convertirse en reservistas, algunos de los cuales se reunieron en 2004 para

96
Les reservistes et leurs associations, relais essentiels du renforcement du lien entre la nation et ses forces armes
ont droit sa reconnaissance pour leur engagement son service [Los reservistas y sus asociaciones, vnculos
esenciales para el refuerzo de la relacin entre la nacin y sus Fuerzas Armadas tienen derecho a recibir un
reconocimiento por su compromiso de servicio, traduccin del autor], loi 99-894 portant organisation de la rserve
militaire et du service de la dfense, 22 de octubre de 1991, JORF de 23 de octubre.
97
Ley 17/99 de rgimen de personal de las Fuerzas Armadas, 18 de mayo de 1999, BOE, n. 119. La redaccin de este
artculo mantuvo prcticamente igual su contenido cuando, en 2007, se promulg la ley que sucedi a sta (ley
39/2007 de la carrera militar, 19 de noviembre de 2007, BOE, n. 278).
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 507


crear la primera organizacin espaola que exclusivamente admita esta nueva figura en sus filas,
la Asociacin de Reservistas Espaoles (ARES). Dicha entidad naci con la vocacin de integrar,
tambin por primera vez, a socios de los dos Ejrcitos, la Armada y los Cuerpos Comunes de
cualquier parte del territorio nacional y de cualquier empleo
98
. En paralelo, con la intencin de
adaptarse al nuevo modelo de reserva, las asociaciones de veteranos de la Escala de Complemento,
que an permanecan activas en ese momento, modificaron sus estatutos para admitir a los nuevos
reservistas, llegando algunas de ellas a cambiar su nombre para as enfatizar la renovacin de su
orientacin
99.

Una vez colocada la primera piedra del asociacionismo reservista de nuevo cuo, el
crecimiento de la poblacin de potenciales socios, unido a la necesidad de dar cobertura a las
distintas sensibilidades regionales, corporativas y de clase tal como sucede en Francia, dio
lugar a un fenmeno de generacin de nuevas asociaciones. Asimismo, algunas disensiones
internas en cuanto al rumbo que deban tomar ciertas organizaciones constituyeron un factor de
proliferacin.
En este sentido, un grupo de socios de las MNU fund en 2005 la Unin de Oficiales
Reservistas de la Armada (UORVAR), claramente orientada hacia los oficiales de ese ejrcito,
aunque actualmente admite a cualquier reservista voluntario de la Armada. A finales del mismo
ao, algunos miembros de las asociaciones de veteranos de Operaciones Especiales se reunieron
para constituir la Asociacin de Suboficiales Reservistas de Espaa (ASORE), cuya principal
vocacin fue la organizacin de actividades de aplicacin militar y ostentar la representacin de
nuestro pas en los foros de suboficiales reservistas internacionales donde, hasta entonces, el
Ministerio de Defensa se haba visto obligado a enviar a cabos primeros procedentes del servicio
militar obligatorio. La ltima asociacin generalista que se constituy en esta tercera poca fue el
Grupo de Deporte y Entrenamiento de reservistas voluntarios (GDE), un conjunto de reservistas,
aspirantes y simpatizantes que se reunan informalmente en parques pblicos de Sevilla para
practicar algo de ejercicio y que, en 2006, consideraron conveniente formalizar su situacin y
compartir esa manera de entender el funcionamiento asociativo, sin distincin de empleo ni de
ejrcito
100
.
Concluido este primer perodo de generacin de entidades de alcance nacional, resultaba poco
probable que una asociacin pudiera cubrir por completo todo el territorio, como sucede en los

98
Estatutos de ARES: http://www.ares-resvol.es
99
En 2004, por ejemplo, la Asociacin de Veteranos de Milicias Universitarias de Navarra (AVMUNA), se transform
en Asociacin de Reservistas y Milicia Universitaria de Navarra. A su vez, la Asociacin Catalana de la Milicia
Universitaria pas a denominarse, en 2005, Asociacin Catalana de la Milicia Universitaria y Reserva Voluntaria,
archivo de la FORE.
100
Ceballos-Escalera (2007), pg. 44; VV. AA. (2009), pgs. 179-181; y archivo de la FORE.
508 El reservismo militar en Espaa

pases anglosajones. Razones de ndole cultural y la extrema soledad en la que vive el reservista
mientras se encuentra disponible no pudieron compensarse con la potencia de los medios
tecnolgicos actuales principalmente Internet y el correo electrnico. Por ello, a partir de
2007, numerosos reservistas de la periferia, deseosos de contar con una actividad asociativa ms
intensa y ms cercana, se lanzaron a fundar organizaciones de mbito provincial o regional, cuya
evolucin puede verse en el apndice n. 9. En total, los reservistas espaoles podan pertenecer en
2012 a cualquiera de las veintisiete organizaciones relacionadas y que se encontraban repartidas
por el territorio nacional, nueve de las cuales son asociaciones de veteranos de la Escala de
Complemento adaptadas en su momento al nuevo entorno legislativo
101
.
Son muchas o son pocas? Resulta inmediato pensar que, para cumplir con su funcin de
cohesin en tiempo de paz, estas organizaciones deben encontrarse cercanas a los reservistas tanto
en lo fsico como en lo emocional. Una referencia podra ser, de nuevo, la reserva francesa y su
rico entramado asociativo, con multitud de entidades de mbito provincial y corporativo. Con sus
198 asociaciones, Francia tiene un ndice de 290 reservistas por asociacin. Aplicando la misma
proporcin, Espaa tendra suficiente con alrededor de 19 organizaciones de este tipo, circunscritas
a un entorno geogrfico reducido o a un ejrcito, plaza o empleo determinado, con el fin de los
socios estn lo ms cohesionados posible y favoreciendo, tambin de esta manera, la interlocucin
con las autoridades locales. Se puede concluir, por tanto, que no es necesario que el proceso de
proliferacin asociativa siga generando nuevas entidades, siendo en su lugar recomendable
potenciar las ya existentes
102
.
En cuanto a su capacidad de atraer a los miembros de la reserva, es preciso decir que la
afiliacin no es alta. Segn los datos de la federacin mayoritaria FORE y de la asociacin
ms importante ARES, el nmero de reservistas asociados no llega al millar, lo que supondra
alrededor del 18 por ciento de todo el colectivo
103
. Este resultado no debe ser chocante. Segn
Laura Morales y Fabiola Mota, Espaa es una de las democracias consolidadas con menor nivel de
participacin asociativa, por debajo incluso de Eslovenia, Portugal y el territorio ocupado por la
antigua Alemania. En este sentido, slo Moldavia, Rumana y Rusia estn en peor situacin que la
espaola. Sin embargo, es posible que, en este caso, cupiera esperar algo ms de un colectivo que
muestra tanta disponibilidad
104
.

101
Apndice n. 8.
102
http://www.unor-reserves.fr/index.php/2011-11-23-14-02-09/le-role-des-aort
103
Archivo de la FORE; y http://www.ares-resvol.es
104
Lo mismo le sucede, en mucha menor medida, a los otros pases del sur de Europa Francia, Grecia, Italia y
Portugal, lo que algunos socilogos denominan sndrome meridional y que comprende no slo la pertenencia a
asociaciones sino tambin la participacin en las actividades organizadas por stas, la creacin de nuevas entidades,
las donaciones y el trabajo voluntario en el seno de las mismas. Las organizaciones que captan la inmensa mayora de
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 509


3.2. Federacin de Organizaciones de Reservistas de Espaa (FORE) o el nexo de
representacin de los reservistas

Puede decirse que, mientras que el capitn general Gutirrez Mellado fue el gran promotor de
la transicin militar en Espaa, el almirante Rodrguez Martn-Granizo constituy, en palabras del
ministro Julin Garca Vargas, el artfice de la apertura de las Fuerzas Armadas al mundo,
jugando un importante papel desde su puesto de JEMAD para la participacin de tropas espaolas
en misiones internacionales
105
. A consecuencias de este impulso, durante los primeros aos
noventa el Gobierno mostr mucho entusiasmo ante las iniciativas de defensa comn que se
tomaban en el entorno aliado as que, durante el mandato del almirante Martn-Granizo, fueron
firmados acuerdos fundamentales que obligaban a Espaa a ciertas contrapartidas
106
.
Era un contexto de difcil equilibrio. Por un lado se pretenda incrementar la participacin en
la vida interna de la Alianza como reflej la propia directiva de defensa nacional 1/92
mientras que, por otro, se permaneca voluntariamente apartado de la estructura militar integrada.
Adems, la falta de cultura de defensa comenzaba a preocupar al partido en el gobierno, dado que
la primera directriz de mbito nacional de la directiva anteriormente citada haba sido precisamente
fomentar la conciencia de preservar la seguridad nacional y la implicacin en esa tarea por parte de
todos. Poda ser un buen momento para considerar al asociacionismo reservista como ese puente
con la sociedad civil para el que, segn los estatutos de sus propias asociaciones, haba nacido
107
.
En esa coyuntura, la CIOR indic al Comit Militar que le interesaba contar en su seno con
los ltimos incorporados a la Alianza y que, por tanto, esperaba el ingreso de las asociaciones
nacionales de Espaa, Portugal y Turqua. El representante espaol en dicho comit (MILREP)
a la sazn, el general Fernando Pardo de Santayana transmiti dicha indicacin al JEMAD
quien, a continuacin, solicit la admisin en sendos rganos de la reserva vinculados a la OTAN

las voluntades hispanas son las deportivas 14 por ciento, las caritativas el mismo porcentaje, las culturales
con un ocho por ciento y las de cooperacin siete por ciento. La larga lista de tipos restantes cubre porcentajes
bastante menores de la poblacin, siendo despreciable la afiliacin a asociaciones relacionadas con el mundo de la
defensa, Morales (2006), pgs. 79, 80 y 86.
105
Vid Puell de la Villa (2012); Redaccin (1992, 17 de diciembre), Fallece Martn-Granizo: artfice de la apertura de
las Fuerzas Armadas al mundo, ABC, Madrid, pg. 24; y Ortega (2008), pg. 120.
106
Mientras que el almirante Martn-Granizo permaneci en el cargo, Espaa particip del despliegue naval de la UEO
en el Golfo Prsico con ocasin de la Guerra del Golfo (1990-91) y fueron firmados varios acuerdos secretos de
colaboracin con la OTAN, como el de defensa area del territorio, el de operaciones aeronavales en el Atlntico
oriental, el de operaciones navales en el Mediterrneo occidental, el de coordinacin del Estrecho de Gibraltar y el de
uso del territorio nacional como base logstica aliada, S. N. (1991, 14 de abril), El Gobierno asegura que no dar
apoyo logstico nuclear a la OTAN, ni en caso de ataque atmico, ABC, Madrid, pg. 27; De Andrs, F. (1992, 27 de
mayo), Espaa culmina su coordinacin militar con la OTAN diez aos despus de su ingreso, ABC, Madrid, pg
28; y San Sebastin, I. (1990, 23 de agosto), Un comit poltico coordinar el despliegue naval de la UEO en el golfo
Prsico, ABC, Sevilla, pgs. 24 y 25.
107
Directiva (1992), pgs. 15 y 16.
510 El reservismo militar en Espaa

la CIOR y el NRFC. El representante en el NRFC era sencillo de determinar y, aunque la
tradicin aliada indicaba que haba que enviar a un oficial general preferentemente general de
divisin, bast con nominar a un coronel o a un teniente coronel destinado en el EMAD
108
.
Sin embargo, qu asociacin nacional elegir como nico interlocutor con la CIOR? Las
nicas que existan estaban integradas por veteranos de la Escala de Complemento. Como se
recordar, los oficiales reservistas de que se dispona entonces provenan principalmente del
servicio militar obligatorio en sus modalidades IPS, IMEC y SEFOCUMA que, en aquella poca,
deban permanecer en la reserva hasta la edad de retiro de los militares profesionales, hasta
cumplir quince aos desde su ingreso en filas con el mximo de treinta y cuatro aos de edad,
o hasta tres aos despus de la finalizacin del servicio activo, dependiendo de la legislacin que
les correspondiese a cada uno. Por tanto, en virtud de su edad y de los cambios legislativos
ocurridos en las ltimas dcadas, la inmensa mayora de los miembros de las asociaciones
existentes no eran ya efectivamente reservistas
109
.
Ante la ausencia de una asociacin nacional representativa, el Ministerio de Defensa resolvi
finalmente pedir a las tres asociaciones de veteranos de la Milicia Universitaria de los dos
Ejrcitos y de la Armada, que cumplan la condicin de haber sido creadas tras la muerte de
Franco, que se constituyesen en federacin. Eso sucedi tras la redaccin de unos estatutos que
convenan a ambas partes, quedando la FORE registrada el 3 de enero de 1992. La federacin pudo
participar ese ao el 6 de febrero de 1992 por vez primera en el congreso de invierno de la
CIOR, hecho que se ha repetido anualmente desde entonces. Entre los principales hitos cubiertos
por la federacin espaola se encuentran la organizacin del congreso de verano de la CIOR
durante el mes de julio de 2001. Ese ao fue especialmente fructfero para las relaciones
internacionales de la FORE dado que, dos meses antes de la celebracin del citado evento, su

108
Apndice n. 10; y real decreto 729/1990 por el que se destina al Estado Mayor de la Defensa para desempear el
cargo de Representante Militar ante el Comit Militar de la Organizacin del Tratado del Atlntico Norte al general de
divisin del Ejrcito de Tierra don Fernando Pardo de Santayana y Coloma, 8 de junio de 1990, BOE, n. 141. Durante
la mayor parte del tiempo de presencia espaola en el NRFC, el puesto de representante ha sido principalmente
ocupado por coroneles y por tenientes coroneles, en lugar del recomendado de general de divisin. Por ejemplo, en
1994 ostentaba esta responsabilidad el coronel del ET Fernando Lozano Mndez-Nez, en 1998 el coronel del ET
Fernando Ferrando Morera, en 1999 el coronel del ET Rafael Salas Arjona y en 2003 el teniente coronel del EA
Nicols Murga Mendoza. No fue hasta 2004 que dicho puesto fue desempeado a la vez que era jefe de la Oficina
General de Reservistas, dentro de la Subdireccin General de Reclutamiento por el general de divisin Jos Luis
Asensio Gmez, archivo de la FORE; orden DEF/3163/2004 por la que se dispone el nombramiento del general de
divisin del Cuerpo General de las Armas del Ejrcito de Tierra don Jos Luis Asensio Gmez como jefe de la Oficina
General de Reservistas, 24 de septiembre de 2004, BOE, n. 240; y Asensio Gmez (2004), pg. 481.
109
Como se vio en su momento, la asociacin de militares en situacin de reserva HEPERMISA se postul para
representar a Espaa en CIOR y, ante la negativa del gobierno, desat una feroz campaa de desprestigio de la FORE,
Rodrguez, S. (1995, 12 de marzo), Militares en reserva: los socialistas nos han rebajado nuestros derechos porque
nos odian, ABC, Sevilla, pg. 68.
Captulo XIV.- El modelo reservista espaol del siglo XXI 511


presidente, alfrez del EA Arcadio Lpez, firmaba el hermanamiento con la federacin francesa
UNOR
110
.
En 2005, cuando slo haba pasado un ao desde el nombramiento de los primeros reservistas
del modelo actual, el Ministerio solicit a la FORE que se adaptase a la nueva realidad existente,
en la que los reservistas voluntarios deban jugar un papel preponderante. En una generosidad sin
precedentes, los veteranos de la Escala de Complemento aprobaron unos estatutos en los que
dieron paso a asociaciones abiertas a los nuevos reservistas, an a sabiendas de que la diferencia
de signo en el crecimiento vegetativo de ambos colectivos les hara perder el control de la
federacin en pocos aos. Esa FORE refundada fue acogiendo paulatinamente a la inmensa
mayora de las nuevas asociaciones, eligiendo como presidente a finales de 2008 al primer
reservista voluntario. El relevo generacional haba culminado
111
.

110
El Protocole de jumelage franco-espagnole entre UNOR y FORE fue firmado en Nantes el 26 de mayo de 2001 por
el coronel (H) Herv Thaudire y el alfrez (C) Arcadio Lpez, siendo testigos el teniente coronel (R) Patrice Fichet,
por parte francesa, y los alfreces (C) Eugenio Cobertera y Fernando Lasa, del lado espaol (apndice n. 11). Este
hermanamiento fue renovado en Toulose el 16 de octubre de 2010, con ocasin de la celebracin del congreso anual
de la UNOR (apndice n. 12).
111
La asamblea del 29 de noviembre de 2008 eligi al teniente RV Jos Miguel Quesada y a una junta directiva
formada por un 94 por ciento de reservistas voluntarios con compromiso en vigor, siendo el resto un reservista
honorfico que haba terminado su compromiso por haber sobrepasado la edad mxima (archivo de la FORE).

Conclusiones 513


CONCLUSIONES


Cuando se formul hiptesis de la investigacin se presupuso que la situacin actual de la
reserva militar de Espaa puede compararse, en lo que respecta al escaso empleo de sus efectivos,
con las modalidades histricas equivalentes. Se propona adems que, a pesar de la evolucin de la
sociedad y del estado del arte castrense, existe un paralelismo entre las razones que, a lo largo de la
Historia espaola, han llevado a no contar con los reservistas como un personal que pudiera usarse
con, al menos, moderada frecuencia. En los prrafos inmediatos se mostrarn las razones que
validan dicha hiptesis.

1. Ya sea para recibir adiestramiento, ya sea para prestar servicio en su unidad de adscripcin,
un reservista voluntario espaol se pone el uniforme la mitad de das al ao que el
promedio de sus compaeros de la OTAN. Adems, mientras que muchos aliados hacen de
ellos un uso intenso fuera de sus fronteras, la primera activacin de un reservista espaol
para formar parte de una misin de mantenimiento de la paz se produjo a finales del ao
2012, cuando haban pasado ya casi diez aos desde que el modelo en vigor comenzara
efectivamente su andadura. Y aun as, no dej de ser algo meramente simblico, dado que
el personal activado consisti en una teniente RV del Cuerpo Militar de Sanidad, que fue
enviada dos meses al Lbano. No obstante, aunque se espera que la iniciativa contine con
unos pocos oficiales mdicos ms a lo largo de 2013, el nmero escaso no cambiar el
carcter testimonial de su contribucin. Hasta el momento, las otras prestaciones de
servicio realizadas por reservistas han tenido lugar en suelo nacional, limitndose la
mayora de ellas a oficiales del Cuerpo Militar de Sanidad y a los efectivos adscritos a la
Unidad Militar de Emergencias.
Este bajo grado de utilizacin no es nuevo. Se podra afirmar con carcter general que,
desde la Toma de Granada hasta la Primera Guerra Carlista, las reservas militares no han
contribuido de forma importante a reforzar las unidades regulares espaolas que han
combatido en suelo europeo. Por ejemplo, aunque la Milicia Provincial del siglo XVIII cedi
seis batallones para combatir en la Guerra de Sucesin Austriaca y durante el Segundo
Pacto de familia fueron enviadas algunas de sus unidades a Saboya, esta reserva sirvi
principalmente como depsito de hombres para el Ejrcito durante su vida til, sobre todo a
partir de que aparecieran problemas de reclutamiento. Los otros hechos de armas en los que
particip se situaron en el siglo XIX, cuando la Milicia tuvo el dudoso mrito de contribuir a
514 El reservismo militar en Espaa

la restauracin de Fernando VII. Adems, en la Primera Guerra Carlista luch codo con
codo con el ejrcito regular.
Tras la ltima contienda mencionada, se abri un nuevo parntesis histrico en el que
los reservistas fueron escasamente empleados. Este perodo se cerr con la Tercera Guerra
Carlista, establecindose un nuevo puente hasta la Guerra Civil espaola. En los aos
intermedios se moviliz personal de este tipo para participar tanto en la Guerra de Cuba de
1995-1998 como en la Guerra del Rif de 1909, pero los desrdenes sociales que
coincidieron con esta ltima puesta sobre las armas de reservistas marcaron el siglo XX,
ocasionando que todas las movilizaciones ajenas a la Guerra Civil quedaran limitadas a
contrarrestar el xito de algunas huelgas obreras, particularmente las de transportes.

2. El nmero de reservistas voluntarios es muy inferior a las necesidades estimadas por el
propio Ministerio de Defensa, del orden de la mitad el contingente necesario, previsto en
sus primeros aos de vida, era de 10.000 efectivos. Adems, la capacidad nominal se
encuentra cada vez ms fuera de alcance, habida cuenta que las convocatorias anuales
cubren, a duras penas, un tercio de las bajas que se producen en el mismo perodo.
Sin embargo, este no es el nico momento de la Historia espaola en el que no se ha
contado con un nmero suficiente de reservistas. Las autoridades de los siglos XVI y XVII
tuvieron serias dificultades para reclutar efectivos tanto para la Milicia General de Castilla
como para las otras modalidades ensayadas, llegando a cubrir tan slo un tercio de las
orgnicas el momento ms favorable de su implantacin. Durante la Ilustracin, en cambio,
la Milicia Provincial, las milicias disciplinadas americanas y las compaas de milicia
urbana s que mantuvieron en sus filas a una apreciable cantidad de ciudadanos, merced a
los privilegios que les fueron concedidos.
A partir de la Primera Guerra Carlista, descontadas las fuerzas que no se pueden
considerar una reserva militar, esta fraccin sedentaria del Ejrcito comenz a jugar un
papel fundamental en la atenuacin de la macrocefalia existente, generndose vacantes en
las unidades de la reserva para ubicar en ellas el excedente de mandos. En cuanto a su
dimensionado, las pretensiones del general Narvez en 1867 200.000 reservistas, del
general Serrano en 1873 125.000 efectivos extraordinarios organizados en 80
batallones, del general Martnez Campos en 1882 700.000 reservistas, de Juan de la
Cierva en 1918 1.500.000 hombres movilizables fueron sistemticamente
incumplidas.
Conclusiones 515


En cuanto a la oficialidad de complemento, creada a partir de 1912, en 1918 se confiaba
en poder llegar a encuadrar a 30.000 de estos oficiales pero, al instaurarse la Segunda
Repblica, no se contaba ni con la dcima parte de lo previsto 2.117 exactamente.
Azaa pretendi darles un impuso y reclutar a 80.000 de ellos aunque, comenzada la
Guerra Civil, la falta de incentivos no haba permitido conseguir siquiera el triple de lo
recibido del perodo anterior, con lo que ambos bandos tuvieron que implantar nuevos
procesos de generacin de oficiales eventuales. Quiz la certeza de que nunca se habran
podido movilizar tantos soldados como se planeaba, que el nmero de oficiales en activo y
en reserva siempre fue muy alto y que el ascenso de los sargentos haba sido la eterna y
socorrida solucin para una provisin inmediata de alfreces incluso cuando la
formacin necesaria para estos ltimos se haba distanciado enormemente de lo que poda
proporcionar la instruccin adquirida por aqullos, hicieron que la falta de una clase de
complemento numerosa estuviera en consonancia con la negativa situacin general de la
defensa.
Por el contrario, en la posguerra, y a lo largo de los sesenta aos en los que continu el
reclutamiento de efectivos para la Escala de Complemento, fueron abrumadoramente
superadas las necesidades defensivas dado que, slo en el Ejrcito de Tierra, 246.532
jvenes pertenecieron a dicha escala. En realidad, suprimida la cuota militar, el rgimen
franquista utiliz esta modalidad de servicio militar para favorecer a los jvenes
universitarios sobre todo a los hijos de las clases pudientes, dndoles unas condiciones
preferentes y un tiempo sobre las armas ms corto y compatible con su calendario escolar.

3. El bajo nmero de das de activacin anual, en comparacin con la media de la OTAN,
como se comprender, tiene una inmediata repercusin en el nivel de instruccin y
adiestramiento del reservista voluntario espaol que, consecuentemente, no tiene la misma
preparacin que los miembros de las reservas homologables de los pases aliados.
Desde los alardes medievales, la legislacin sobre reserva ha venido estableciendo
medidas para asegurar el adiestramiento de los ciudadanos en situacin de disponibilidad
para el servicio de las armas. Lamentablemente, en la prctica los reservistas no siempre
eran convocados a unas actividades que habran mejorado sus capacidades y, por lo tanto,
los ejercicios no se realizaron con la intensidad que se requera. As, durante el siglo XVIII,
la Milicia Provincial y su homnima americana tuvieron unas reglas de instruccin precisas
principalmente dedicadas al tiro, en las que se estableca tanto periodicidad como
contenido. Sin embargo, no siempre fueron observadas, siendo adems el mantenimiento
516 El reservismo militar en Espaa

del armamento manifiestamente deficiente. Por el contrario, a modo de permanente rplica,
las milicias disciplinadas s que fueron un modelo de conservacin de las capacidades en
situacin sedentaria.
En las centurias posteriores la determinacin de la frecuencia de los ejercicios de
adiestramiento fue obviada en la legislacin, estableciendo, de indicar algo, que sus
efectivos podran ser llamados para recibir instruccin o para participar en maniobras con
su unidad, de cuya efectiva realizacin no se han encontrado evidencias. En realidad, ni
gobierno ni sociedad estaban preparados para ello. Por ejemplo, en la Segunda Repblica,
el ejecutivo cedista de Ricardo Samper intent concentrar a un importante nmero de
soldados en servicio activo que se encontraban con licencia ilimitada en sus domicilios
por tanto, no eran aun formalmente reservistas. No obstante, el revuelo organizado por la
prensa polarizada de la poca, y las manifestaciones y desrdenes populares desatados a
consecuencia de ello, hicieron que se retirara la iniciativa. Casi simultneamente, 45.000
reservistas franceses eran convocados en la regin de Mourmalon para realizar maniobras
de divisin.
En cuanto a la Escala de Complemento, tanto la escasa instruccin que se les imparta
como la ausencia de ejercicios de adiestramiento durante la permanencia en reserva
convirtieron a sus oficiales en personal muy escasamente preparado, sobre todo si se le
comparaba con sus homnimos franceses y alemanes. Tras la Guerra Civil, aunque el
perodo de prcticas como cuadro de mando aument hasta cuatro meses, siguieron
careciendo del nivel de formacin de sus homlogos europeos, no siendo nunca llamados
para recordar o mejorar su instruccin.
Consecuentemente, la reserva peninsular, en sus distintas configuraciones, difcilmente
habra sido capaz de afrontar con cierta dignidad las acciones blicas en las que
participaron sus homnimas prusiana, francesa o rusa durante el siglo XIX, o las francesa y
alemana durante las dos guerras mundiales del siglo XX.

Como se ha dicho, el modelo espaol actual de reserva cuenta ya con una dcada de
implantacin efectiva, siendo los reservistas voluntarios su elemento principal. Se entiende que la
consolidacin del mismo cierra la profesionalizacin de las Fuerzas Armadas, tratndose adems
de una modalidad de contribucin ciudadana a la defensa que encaja perfectamente con las
reservas de los pases aliados y que responde muy bien a los retos estratgicos del momento
presente. La aceptacin entre la poblacin civil particularmente entre las personas de ambos
sexos ms preparadas y entre las mujeres ha sido extraordinaria, con la presentacin cada ao de
Conclusiones 517


aproximadamente 20 candidatos por plaza. Adems, existen representantes espaoles en los dos
rganos de la OTAN encargados de asesorar al Comit Militar sobre la organizacin y el empleo
de las reservas.
De esta manera, ha quedado claro que la reserva espaola del siglo XXI est compuesta por
personal voluntario y que se confa en su empleo como una capacidad suplementaria merced,
esencialmente, a su conocimiento y experiencia civiles. Sin embargo, tambin resulta un hecho
que, salvando la distancia histrica, vuelven a repetirse las condiciones que hicieron fracasar la
puesta en prctica de anteriores modelos, concluyendo que Espaa no dispone en realidad de una
reserva militar que pueda ser fcilmente puesta sobre las armas para contribuir eficazmente a la
resolucin de una crisis importante, como ha sucedido durante tantos siglos. As, se considera
demostrada la hiptesis planteada al principio de la investigacin.
A todo lo largo de la tesis han ido surgiendo lneas de investigacin abiertas en las que
convendra profundizar ms y que se relacionan a continuacin.

1. El anlisis detallado de lo que sucedi con los alfreces de milicias provinciales de la
Restauracin, experiencia negativa que quisieron evitar repetir los que crearon la figura del
oficial provisional al principio de la Guerra Civil espaola. Varios autores slo llegan a
estimar lo que debi de pasar con ellos, sin haber ninguna certeza.
2. Aunque su importancia es significativamente inferior, se considera necesario extender el
estudio cuantitativo realizado no slo a los cuadros que pertenecieron a la Escala de
Complemento del Ejrcito de Tierra durante el franquismo y la Transicin, sino tambin a
sus homnimos de la Armada y del Ejrcito del Aire.
3. La sangra de bajas existentes entre los reservistas voluntarios debera preocupar a los
responsables directos del Ministerio de Defensa en particular y a los partidarios del
fomento de la cultura de defensa en general, sobre todo si se considera la escasa
implicacin personal de los espaoles tanto en el mantenimiento de la integridad del propio
territorio como en la seguridad de sus conciudadanos. Por ello, resulta una interesante lnea
de trabajo la realizacin de una seria investigacin estadstica sobre los reservistas que han
abandonado su situacin de disponibilidad. De esta manera, se identificaran con todo rigor
cules son las mejoras a introducir en la gestin del modelo de reserva.

Fuentes y bibliografa 519


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http://www.archives.gov
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http://www.nationalarchives.gov.uk
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http://www.culture.gouv.fr
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http://www.legislation.gov.uk
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http://www.admin.ch/ch/f/rs/rs.html
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http://www.poderjudicial.es/search/index.jsp
ARCHIVO GENERAL DE MARINA
Madrid
ARCHIVO GENERAL MILITAR
Madrid
ARCHIVO HISTRICO NACIONAL
Madrid
BIBLIOTECA CENTRAL MILITAR
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BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE ESTADOS UNIDOS
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520 El reservismo militar en Espaa

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2004 Disidencia y subversin: la lucha del rgimen franquista por su supervivencia, 1960-
1975, Barcelona, Crtica, 342 pgs.
ZAMORA TERRS, Juan
1996 El Sindicato Libre de la Marina Mercante, un intento de unidad sindical: notas para
una historia del movimiento obrero en la Marina Mercante, Tesis doctoral,
Barcelona, Universidad Politcnica de Catalua, 752 pgs.


546 El reservismo militar en Espaa

ZURDO ALAGUERO, ngel
2003 La ambivalencia social del nuevo voluntariado: estudio social del voluntariado
social joven en Madrid, Tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 532 pgs.

















ANEXOS







Apndices 549


APNDICE N. 1: ORDEN DE MOVILIZACIN DE LOS SOLDADOS EN FUNCIN DE SU SITUACIN EN
EL SERVICIO MILITAR, DE ACUERDO CON LA LEY DE RECLUTAMIENTO DE 1912


M
a
y
o
r

p
r
o
b
a
b
i
l
i
d
a
d

d
e

m
o
v
i
l
i
z
a
c
i

n


C
a
j
a

d
e

r
e
c
l
u
t
a
s

(
d

a

o
s
)

1. situacin
servicio activo, 3
aos
2. situacin
servicio activo, 5 aos
Reserva, 6 aos
Reserva
territorial, (4-d)
aos


CUPO DE INSTRUCCIN







CUPO DE FILAS


Soldados sobre las armas
Soldados en activo con licencia ilimitada
Reservistas vinculados a las unidades activas
Reservistas encuadrados en las unidades administradas por las Cajas
Excedentes o exceptuados en los depsitos, dependiendo de las Cajas
Cambio de estado por el paso del tiempo
Flujo de compensacin de bajas, en el cupo de filas, por los depsitos


Apndices 551


APNDICE N. 2: DISTRIBUCIN POR ESCALAS DE LOS ALFRECES EVENTUALES DE
COMPLEMENTO DE LA IPS (EJRCITO DE TIERRA)
1


Ao
public.
Inf. Cab.
Artillera
2
Ingenieros
3

Int. San. Far. Vet. Total
ACA AAA ACO Zap. Tra.
1943 1.822 143 573 0 0 80 0 0 0 0 0 2.618
1944 2.829 273 1.006 0 0 134 0 0 0 0 0 4.242
1945 2.239 318 776 0 0 167 0 0 0 0 0 3.500
1946 2.747 462 1.108 0 0 230 0 0 0 0 0 4.547
1947 2.259 332 874 0 0 219 0 0 0 0 0 3.684
1948 2.320 669 362 80 0 498 0 0 0 0 0 3.929
1949 2.732 190 554 63 37 630 0 0 0 0 0 4.206
1950 2.784 306 461 81 53 586 0 0 0 0 0 4.271
1951 3.295 2 203 48 61 1.124 0 0 0 0 0 4.733
1952 2.631 2 666 83 64 665 0 0 0 0 0 4.111
1953 3.004 306 458 431 68 432 0 0 0 0 0 4.699
1954 92 205 582 416 96 18 0 0 0 0 0 1.409
1955 1.366 87 382 410 95 3 0 0 0 0 0 2.343
1956 1.138 130 361 194 92 0 0 0 0 0 0 1.915
1957 1.725 153 532 173 94 0 0 0 0 0 0 2.677
1958 2.356 172 615 153 92 247 163 0 0 0 0 3.798
1959 2.552 223 824 191 97 472 389 0 0 0 0 4.748
1960 3.142 191 806 238 61 544 320 0 0 0 0 5.302
1961 3.017 209 1.184 293 113 583 523 0 0 0 0 5.922
1962 3.311 204 1.358 254 93 637 467 0 0 0 0 6.324
1963 3.101 102 1.080 207 94 447 253 0 0 0 0 5.284
1964 1.835 279 622 313 72 357 269 0 0 0 0 3.747
1965 1.625 302 697 328 87 455 305 0 0 0 0 3.799
1966 1.436 250 507 305 90 333 223 0 0 0 0 3.144
1967 1.238 250 404 241 55 359 241 0 191 15 6 3.000
1968 1.118 245 469 283 62 367 248 0 187 15 6 3.000
1969 1.112 245 472 283 59 358 257 0 192 16 6 3.000
1970 1.047 236 451 275 55 384 254 0 279 13 6 3.000
1971 1.059 240 451 280 56 369 249 0 275 15 6 3.000
1972 1.075 252 439 275 55 277 250 0 277 15 6 2.921
Total 62.007 6.978 19.277 5.898 1.801 10.975 4.411 0 1.401 89 36 112.873


1
Fuente: elaboracin propia a partir del DOME, aos 1943-1972.
2
Hasta 1946 inclusive, los alfreces publicados son de Artillera, sin distincin entre escalas.
3
Entre los aos 1943 y 1957, ambos incluidos, no se distingue entre Zapadores y Transmisiones, siendo todos de
Ingenieros.

Apndices 553


APNDICE N. 3: DISTRIBUCIN POR ESCALAS DE LOS SARGENTOS DE COMPLEMENTO DE LA IPS
(EJRCITO DE TIERRA)
1


Ao
public.
Inf. Cab.
Artillera
2
Ingenieros
3

Int. San. Far. Vet. Total
ACA AAA ACO Zap. Tra.
1943 353 15 140 0 0 30 0 0 0 0 0 538
1944 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
1945 580 159 365 0 0 70 0 0 0 0 0 1.174
1946 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
1947 821 381 0 90 0 393 0 0 0 0 0 1.685
1948 1.540 0 61 0 29 638 0 0 0 0 0 2.268
1949 983 135 0 33 18 347 0 0 0 0 0 1.516
1950 613 16 377 2 9 295 0 0 0 0 0 1.312
1951 0 123 164 347 24 0 0 0 0 0 0 658
1952 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
1953 1.740 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1.740
1954 1.802 0 639 460 118 2.009 0 0 0 0 0 5.028
1955 2.522 0 96 28 12 1.188 0 0 0 0 0 3.846
1956 504 62 157 0 0 219 291 20 19 8 2 1.282
1957 129 14 47 9 16 246 185 6 5 1 1 659
1958 70 4 20 6 5 4 3 0 0 0 0 112
1959 74 2 34 9 14 8 5 0 0 0 0 146
1960 130 57 28 31 3 18 15 0 0 0 0 282
1961 108 9 63 22 8 13 13 0 0 0 0 236
1962 372 26 158 30 16 73 64 0 0 0 0 739
1963 1.429 98 303 138 44 201 305 0 0 0 0 2.518
1964 2.690 406 926 458 108 525 398 0 0 0 0 5.511
1965 1.601 298 685 324 78 440 302 0 0 0 0 3.728
1966 1.411 238 502 293 73 314 195 0 0 0 0 3.026
1967 1.371 182 526 314 73 268 181 0 0 0 0 2.915
1968 1.442 223 425 257 57 209 142 0 0 0 0 2.755
1969 1.541 208 462 278 58 209 149 0 0 0 0 2.905
1970 1.523 208 471 287 58 207 138 0 0 0 0 2.892
1971 1.515 199 453 282 56 211 142 0 0 0 0 2.858
1972 1.576 163 463 289 58 283 145 0 0 0 0 2.977
Total 28.440 3.226 7.565 3.987 935 8.418 2.673 26 24 9 3 55.306


1
Fuente: elaboracin propia a partir del DOME, aos 1943-1972.
2
Hasta 1946 inclusive, los sargentos publicados son de Artillera, sin distincin entre escalas.
3
Entre los aos 1943 y 1954, ambos incluidos, no se distingue entre Zapadores y Transmisiones, siendo todos de
Ingenieros.

Apndices 555


APNDICE N. 4: POBLACIN MASCULINA UNIVERSITARIA DE COMPARACIN CON LOS
ALFRECES Y SARGENTOS DE LA IPS PUBLICADOS CADA AO (1943-1972)
1


Ao
corresp.
public.
IPS
F
a
c
u
l
t
a
d
e
s

g
e
n
e
r
a
l

B
e
l
l
a
s

A
r
t
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s

T

c
n
i
c
o
s

g
r
a
d
o

s
u
p
e
r
i
o
r

T

c
n
i
c
o
s

g
r
a
d
o

m
e
d
i
o

M
a
g
i
s
t
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r
i
o

C
o
m
e
r
c
i
o
,

A
d
u
a
n
a
s

y

E
m
p
r
e
s
a
r
i
a
l
e
s

A
y
u
d
a
n
t
e
s

T

c
n
i
c
o
s

S
a
n
i
t
a
r
i
o
s

TOTAL
1943 2.817 22 258 316 727 1.584 0 5.723
1944 3.354 15 257 315 885 1.546 0 6.373
1945 3.436 51 253 178 1.278 1.598 0 6.793
1946 3.467 62 275 870 1.711 2.074 0 8.459
1947 3.155 50 294 847 1.571 2.172 0 8.088
1948 3.689 37 308 958 1.357 3.697 0 10.047
1949 3.625 56 293 1.373 1.153 5.251 0 11.751
1950 4.080 55 351 1.301 1.073 4.758 0 11.618
1951 4.097 53 350 1.402 1.096 5.206 0 12.203
1952 4.156 62 418 1.543 1.196 4.786 0 12.160
1953 4.797 71 449 1.176 1.291 5.965 0 13.749
1954 4.170 56 428 1.259 1.471 6.132 0 13.517
1955 4.118 48 472 1.337 1.560 6.613 0 14.148
1956 4.325 70 564 1.406 1.982 5.226 0 13.573
1957 4.068 60 638 1.462 2.463 3.518 0 12.209
1958 3.772 67 694 1.641 2.673 3.037 0 11.884
1959 4.004 61 684 1.982 2.770 2.702 172 12.374
1960 3.481 58 665 2.946 3.733 2.793 156 13.832
1961 3.798 75 610 3.269 3.640 2.538 259 14.189
1962 3.506 63 744 3.395 3.520 2.021 247 13.495
1963 3.986 76 861 3.114 3.688 1.684 266 13.675
1964 4.265 86 991 4.743 3.974 1.341 356 15.756
1965 4.372 78 1.388 5.807 3.726 1.371 389 17.132
1966 4.949 102 1.768 5.730 4.267 1.346 408 18.570
1967 5.831 87 1.871 5.767 5.115 1.390 444 20.504
1968 6.152 87 1.754 7.824 5.597 1.495 528 23.438
1969 6.537 119 2.473 6.792 5.773 1.402 621 23.717
1970 7.148 130 2.417 6.111 4.574 1.930 606 22.916
1971 7.736 141 2.361 4.927 4.722 2.526 738 23.150
1972 9.172 253 2.372 3.738 3.682 2.362 963 22.542

1
Fuente: elaboracin propia a partir de los datos existentes en www.ine.es. La tabla se ha confeccionado utilizando el
dato de los alumnos que, cada ao escolar, terminaron sus estudios en las carreras que tenan posibilidad de acceder a
la IPS. Dicho valor se ha afectado del porcentaje de varones existentes, factor que dependa con gran dispersin del
ao y de la titulacin. Se supone que no exista fracaso universitario entre el penltimo ao de la carrera y el ltimo, es
decir, que los alumnos que terminaban sus estudios eran los mismos que, un ao antes, haban cursado el penltimo
ao de los mismos. Son precisamente los alumnos del penltimo ao de las carreras superiores los que deben
emplearse por comparacin con los alfreces y sargentos publicados cada ao para determinar la penetracin de
la IPS en la poblacin estudiantil. En cambio, para las carreras medias se utiliza el ltimo ao.

Apndices 557


APNDICE N. 5: DISTRIBUCIN POR ESCALAS DE LOS ALFRECES EVENTUALES DE IMEC
(EJRCITO DE TIERRA)
1


Ao
efect.
Inf. Cab.
Artillera Ingenieros
Int. San. Far. Vet. Total
ACA AAA ACO Zap. Tra.
1973 1.571 339 811 238 86 412 379 102 519 18 16 4.491
1974 1.465 369 797 230 79 364 495 120 558 20 20 4.517
1975 1.503 348 762 228 62 351 472 182 547 20 23 4.498
1976 1.594 355 765 230 62 348 475 151 563 23 23 4.589
1977 1.019 181 490 148 58 201 274 86 345 12 12 2.826
1978 1.041 215 500 154 58 195 269 86 357 12 11 2.898
1979 987 201 480 147 54 180 246 83 426 12 12 2.828
1980 687 134 348 112 39 113 154 75 244 10 8 1.924
1981 710 125 346 109 40 114 146 77 249 10 7 1.933
1982 703 138 343 106 40 114 153 75 242 10 9 1.933
1983 572 109 273 89 30 94 127 63 200 7 8 1.572
1984 548 115 210 75 53 82 118 62 215 10 9 1.497
1985 551 105 228 81 52 93 128 59 205 10 11 1.523
1986 535 124 248 87 61 98 143 68 218 10 10 1.602
1987 612 130 255 93 59 99 154 74 199 11 9 1.695
1988 539 112 218 77 49 90 126 82 190 8 10 1.501
1989 743 185 260 89 55 106 159 122 172 4 5 1.900
1990 452 188 158 60 57 107 178 126 206 5 10 1.547
Total 15.832 3.473 7.492 2.353 994 3.161 4.196 1.693 5.655 212 213 45.274



1
Fuente: elaboracin propia a partir del DOME, aos 1973-1977; DOE, aos 1977-1985; y BOD, aos 1985-1990.

Apndices 559


APNDICE N. 6: DISTRIBUCIN POR ESCALAS DE LOS SARGENTOS EVENTUALES DE LA IMEC
(EJRCITO DE TIERRA)
1


Ao
public.
Inf. Cab.
Artillera Ingenieros
Int. San.
2
Far. Vet. Total
ACA AAA ACO Zap. Tra.
1973 1.185 0 302 87 32 135 0 6 0 0 0 1.747
1974 685 137 157 35 27 0 0 0 0 0 0 1.041
1975 490 5 184 57 16 0 0 0 0 0 0 752
1976 358 0 59 34 6 0 0 0 0 0 0 457
1977 900 184 447 134 49 162 229 73 0 0 0 2.178
1978 1.059 201 511 156 57 204 238 87 0 0 0 2.513
1979 1.072 208 529 161 57 191 261 90 0 0 0 2.569
1980 747 145 334 108 40 141 183 56 38 0 0 1.792
1981 693 157 323 101 38 132 183 50 0 0 0 1.677
1982 704 174 331 110 41 148 194 55 0 0 0 1.757
1983 569 115 246 83 32 107 139 43 0 0 0 1.334
1984 551 123 223 87 55 114 144 63 23 0 0 1.383
1985 568 137 234 92 59 115 160 68 0 0 0 1.433
1986 576 137 256 102 69 115 140 76 0 0 0 1.471
1987 554 145 228 93 55 118 148 83 0 0 0 1.424
1988 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
1989 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
1990 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Total 10.711 1.868 4.364 1.440 633 1.682 2.019 750 61 0 0 23.528


1
Fuente: elaboracin propia a partir del DOME, aos 1973-1977; DOE, aos 1977-1985; y BOD, aos 1985-1990.
2
Asistentes Tcnicos Sanitarios / Diplomados Universitarios en Enfermera.

Apndices 561


APNDICE N. 7: DISTRIBUCIN POR ESCALAS DE LOS ALFRECES EVENTUALES DE SEFOCUMA
(EJRCITO DE TIERRA)
1


Ao
public.
Inf. Cab.
Artillera Ingenieros
CIP
2
Int. San
3
. Far. Vet. Total
ACA AAA ACO Zap. Tra.
1990 199 148 94 34 35 71 110 0 87 130 10 12 930
1991 446 155 188 77 65 101 147 0 89 179 27 58 1.532
1992 554 184 207 86 74 122 192 0 29 198 34 41 1.721
1993 271 88 76 37 27 55 89 0 0 8 13 18 682
1994 329 105 81 40 29 58 88 0 0 66 16 20 832
1995 280 89 89 45 15 57 90 0 0 128 14 20 827
1996 331 103 95 46 16 62 95 0 0 93 17 24 882
1997 343 111 95 45 16 63 94 0 0 74 17 22 880
1998 335 104 88 47 15 54 82 27 0 66 18 21 857
1999 133 41 43 5 2 19 19 7 0 24 11 15 319
2000 40 9 7 3 2 7 1 6 0 5 1 5 86
2001 3 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3
Total 3.264 1.137 1.063 465 296 669 1.007 40 205 971 178 256 9.551




1
Fuente: elaboracin propia a partir del BOD, aos 1990-2001.
2
Cuerpo de Ingenieros Politcnicos del Ejrcito de Tierra.
3
1998: 38 mdicos y 28 enfermeros; 1999: 14 mdicos y diez enfermeros; y 2000: tres mdicos y dos enfermeros. Las
otras promociones estn compuestas nicamente por mdicos.

Apndices 563


APNDICE N. 8: NMERO DE RESERVISTAS VOLUNTARIOS POR COMUNIDAD AUTNOMA Y POR
PROVINCIA (2012)
1


Comunidad
autnoma
Provincia
Nm. de
RV
2

Poblacin de
comparacin
3

ndice de RV
por 100.000
hab.
ndice de
Conciencia
de Defensa
4

Andaluca 1.350 4.910.112 27,49 47,2
Almera 88 426.200 20,65

Cdiz 229 736.341 31,10
Crdoba 98 454.828 21,55
Granada 226 537.595 42,04
Huelva 31 303.631 10,21
Jan 105 375.301 27,98
Mlaga 232 962.369 24,11
Sevilla 341 1.113.847 30,61
Aragn 184 741.926 24,80 45,3
Huesca 36 121.956 29,52
Teruel 7 77.383 9,05
Zaragoza 141 542.587 25,99
Asturias 111 595.988 18,62 46,3
Canarias 296 1.315.751 22,50 44,7
Las Palmas 165 682.394 24,18

Sta. Cruz de Tenerife 131 633.357 20,68
Cantabria 69 336.380 20,51 53,1
Castilla-La Mancha 200 1.196.592 16,71 48,2
Albacete 59 230.901 25,55

Ciudad Real 33 298.968 11,04
Cuenca 11 118.157 9,31
Guadalajara 38 151.489 25,08
Toledo 59 397.077 14,86
Castilla-Len 449 1.381.323 32,51 41,7
vila 17 90.541 18,78

Burgos 82 201.787 40,64
Len 80 264.312 30,27
Palencia 16 93.768 17,06
Salamanca 51 188.172 27,10
Segovia 20 89.287 22,40
Soria 13 50.143 25,93
Valladolid 145 303.721 47,74
Zamora 25 99.592 25,10
Catalua 431 4.190.615 10,28 39,2
Barcelona 295 3.041.397 9,70

Gerona 64 428.272 14,94
Lrida 20 249.323 8,02
Tarragona 52 471.623 11,03
Ceuta 53 45.598 116,23 No disponible
564 El reservismo militar en Espaa


Comunidad
autnoma
Provincia
Nm. de
RV
2

Poblacin de
comparacin
3

ndice de RV
por 100.000
hab.
ndice de
Conciencia
de Defensa
4

Comunidad Valenciana 447 2.936.606 15,22 47,6
Alicante 175 1.120.225 15,62
Castelln 27 347.075 7,78
Valencia 245 1.469.306 16,67
Extremadura 111 622.538 17,83 50,9
Badajoz 93 392.279 23,71

Cceres 18 230.259 7,82
Galicia 337 1.535.625 21,95 44,7
La Corua 168 637.999 26,33

Lugo 24 180.852 13,27
Orense 23 168.372 13,66
Pontevedra 122 548.402 22,25
Islas Baleares 98 622.538 14,76 30,6
La Rioja 20 178.190 11,22 57,5
Madrid 844 3.775.164 22,36 46,4
Melilla 83 44.510 186,47 No disponible
Murcia 207 884.206 23,41 49,4
Navarra 30 355.740 8,43 24,5
Pas Vasco 89 1.196.633 7,44 24,7
lava 24 179.904 13,34
Guipzcoa 19 379.725 5,00
Vizcaya 46 637.004 7,22
TOTAL ESPAA 5.409 26.907.478 20,10 44


1
Fuente: elaboracin propia a partir de los datos proporcionados por el Ministerio de Defensa; y http://www.ine.es.
2
Actualizado a 10 de diciembre de 2012.
3
La poblacin de comparacin se corresponde con los ciudadanos que, en diciembre de 2011, se encontraban entre los
dieciocho y los cincuenta y ocho aos.
4
Fuente: Ministerio de Defensa. Son datos de 2011. El ndice de Conciencia de Defensa mide la predisposicin de la
sociedad a sostener a sus Fuerzas Armadas, es decir, el grado de inters de la sociedad hacia la necesidad de que
Espaa cuente con unos ejrcitos modernos y eficaces. Para su elaboracin se utilizan variables medidas entre
espaoles, extradas de los datos de la encuesta La Defensa Nacional y las Fuerzas Armadas, que realiza el Centro
de Investigaciones Sociolgicas por encargo del Instituto Espaol de Estudios Estratgicos, Moreu Muniz (2011),
pg. 184.
Apndices 565


APNDICE N. 9: FEDERACIONES Y ASOCIACIONES ESPAOLAS DE RESERVISTAS VOLUNTARIOS
(2012)
1


Naturaleza
Ao
fund.
Nombre Acrnimo
Tipo de
socio
2

RV EC
Federacin 1992
Federacin de Organizaciones de Reservistas de
Espaa
FORE
Federacin 1992
Asociacin de Veteranos de la Milicia Universitaria
del Ejrcito de Tierra
AVMUETE
Asociacin 1966 Unin Nacional de la Milicia Universitaria UNAMU X X
Asociacin 1981
Fundacin de la Milicia Area Universitaria Vara de
Rey
X X
Asociacin 1984
Asociacin de Oficiales y Suboficiales de la Escala de
Complemento del Cuerpo de Infantera de Marina
AOSSCIM X X
Asociacin 1986 Asociacin Milicia Naval Universitaria MNU X X
Asociacin 1992
Asociacin Catalana de la Milicia Universitaria y
Reserva Voluntaria
ACMURV X X
Asociacin 1993 Asociacin Madrilea de la Milicia Universitaria AMMU X X
Asociacin 1994
Asociacin Guipuzcoana de Veteranos de la Milicia
Universitaria
AGVMU X X
Asociacin 1994
Asociacin de Reservistas y Milicia Universitaria de
Navarra
AVMUNA X X
Asociacin 1995
Asociacin Riojana de Reservistas y Milicia
Universitaria
ARMU X X
Asociacin 2004 Asociacin de Reservistas Espaoles ARES X
Asociacin 2005 Asociacin de Suboficiales Reservistas de Espaa ASORE X
Asociacin 2005
Unin de Oficiales de la Reserva Voluntaria de la
Armada
UORVAR X

1
Fuentes: http://www.unamu.org; http://www.avmuete.com; Ceballos-Escalera (2007), pgs. 40 y 41; Corbatn
(2010), pg. 293; Redaccin (1994, 13 de marzo), Ms de cien veteranos de la Milicia Universitaria crean una
asociacin, Diario de Navarra, pg. 24; VV. AA. (2009), pgs. 179-181; Martnez, J. (2007, 2 de julio), Julin
Manuel Domnguez: La relacin de la sociedad ceut con el Ejrcito es muy particular, El pueblo de Ceuta:
http://www.elpueblodeceuta.es/200707/20070702/200707025105.html; Carrin, E. / Moreno, J. (2009, 2 de
setiembre), Aumenta el nmero de voluntarios para ejercer su profesin en el Ejrcito, elnortedecastilla.es:
http://www.elnortedecastilla.es/20090902/zamora/aumenta-numero-voluntarios-para-20090902.html; Corbella, S.
(2010, 17 de noviembre), Manuel Teijeiro: Nos recibirn en el Ministerio de Defensa el da 30, El Progreso:
http://elprogreso.galiciae.com/nova/67799.html?lang=es; http://rearma.es.tl/Bienvenidos-a-Rearma.htm; Redaccin
(2012, 27 de enero), Algeciras: Nace en Algeciras la asociacin de voluntarios reservistas General Castaos,
Algeciras, portal de tu ciudad: http://algeciras.portaldetuciudad.com/es-es/noticias/algeciras-nace-en-algeciras-la-
asociacion-de-voluntarios-reservistas-general-castanos-algeciras-006_1_1_288839_116.html; Ministerio de Defensa; y
archivo de la FORE.
2
RV: reservistas voluntarios; EC: veteranos de la Escala de Complemento.
566 El reservismo militar en Espaa


Naturaleza
Ao
fund.
Nombre Acrnimo
Tipo de
socio
2

RV EC
Asociacin 2006
Grupo de Deporte y Entrenamiento de reservistas
voluntarios
GDE X
Asociacin 2007
Asociacin de Reservistas Voluntarios Catalanes
Ultonia-Girona
ARVCU X
Asociacin 2007 Asociacin de Reservistas Voluntarios de Ceuta AREVOLCE X
Asociacin 2007 Asociacin de Reservistas Voluntarios de Galicia ARGA X
Asociacin 2007
Asociacin de Reservistas Voluntarios de las Islas
Baleares
ARIBAL X
Asociacin 2007 Asociacin de Reservistas Voluntarios de Zamora X
Asociacin 2008 Asociacin de Reservistas Voluntarios de Catalua AREVOC X
Asociacin 2009
Asociacin de Reservistas Voluntarios de los Cuerpos
Comunes de las Fuerzas Armadas de Espaa
ARVCC X
Asociacin 2009 Asociacin de Reservistas Voluntarios de Melilla ASREVOME X
Asociacin 2010
Asociacin de Reservistas Voluntarios de Alicante,
Castelln y Valencia
ARESCAV X X
Asociacin 2010
Asociacin de Reservistas de la Armada de Mlaga
Ruy Lpez de Villalobos
REARMA X
Asociacin 2010
Asociacin de Reservistas Voluntarios de Jan
Fernando III
X
Asociacin 2010 Unin Reservista de Lugo URL X
Asociacin 2011
Asociacin de Reservistas Voluntarios del Campo de
Gibraltar General Castaos
ARESVOL X X
Asociacin 2012 Spanish Air Force Reserve Association SPAFRA X

Apndices 567


APNDICE N. 10: DOCUMENTACIN SOBRE ORGANIZACIONES DE OFICIALES DE RESERVA,
ENVIADA DESDE EL ESTADO MAYOR CONJUNTO A LOS SEGUNDOS JEFES DE ESTADO MAYOR DE
LOS DOS EJRCITOS Y LA ARMADA
1



ESTADO MAYOR DE LA DEFENSA
ESTADO MAYOR CONJUNTO DE LA DEFENSA
Secretara Tcnica


Para conocimiento, se remite documentacin sobre organizacin de la Confederacin Interaliada de
Oficiales de la Reserva y de la Federacin de Oficiales de Reserva de Espaa [sic]
2
, as como de la
audiencia concedida por el Sr. Ministro de Defensa a esta ltima [cuatro documentos en total].

Madrid, 12 de mayo de 1994

EL GENERAL JEFE DEL EMACON



Santiago Valderas Caostro

1
Fuente: Archivo de la FORE.
2
En el nombre de la FORE aparece un error, en virtud del cual se coloca el trmino Oficiales en lugar del verdadero
Organizaciones. En el resto del texto la denominacin de la federacin se consigna correctamente.
568 El reservismo militar en Espaa

[Documento n. 1]

ASUNTO: LA CONFEDERACIN INTERALIADA DE OFICIALES DE RESERVA (CIOR)

1.- ANTECEDENTES Y ORIGEN DE LA CIOR

1.1.- La extensin y duracin de los conflictos modernos exige una gran cantidad de recursos humanos y
materiales cuyo elevado costo imposibilita, en tiempo de paz, su mantenimiento organizado con carcter
permanente.
Tradicionalmente, los pases de nuestro entorno hicieron frente a estas necesidades mediante la
adecuada dosificacin de:
- Una fuerza permanente organizada desde tiempo de paz y
- La previsin de completar aquellos requerimientos humanos en tiempo de guerra con una reserva para
hacer frente a aquellas necesidades de defensa nacional.
En ambos conjuntos las necesidades se cifraban en nmeros de Oficiales, Suboficiales y tropa.
El mbito de este estudio se limitar solamente a Oficiales por ser ste el constitutivo de la
Confederacin Interaliada de Oficiales de Reserva (CIOR).
La fuerza permanente estar constituida por los Ejrcitos de Tierra, Mar y Aire.

1.2.- Los cuadros de mando permanentes de los Ejrcitos estn constituidos por personal militar de carrera
que, hasta alcanzar la edad de su pase al retiro se encuentra en dos status distintos:
- En servicio activo, que a su vez comprende varias situaciones.
- En situacin de reserva.
Durante su permanencia en ambos status bsicos el militar de carrera, al menos en Espaa, mantiene su
condicin de militar, est sometido a las leyes penales militares y, aun cuando se encuentre en situacin de
reserva puede, por necesidades del servicio, ser destinado por el Ministro de Defensa a determinados
puestos orgnicos del Ministerio, contina percibiendo sus retribuciones segn las normas que regulan el
sistema retributivo del personal de las Fuerzas Armadas y, en caso de ser movilizado, queda sometido al
rgimen del personal militar profesional, adems de ser computable su permanencia en la situacin de
reserva a efectos de trienios y derechos pasivos.
Las anteriores circunstancias son la expresin de una acusada dependencia de la administracin militar.

1.3.- La reserva en los pases aliados est compuesta por civiles formados como Oficiales en el servicio
militar cuya recapacitacin peridica les ofrece una carrera de reserva.
Su denominacin es Oficiales de Reserva, no en reserva.
Apndices 569


La larga duracin de los dos ltimos conflictos mundiales llev a estos Oficiales de Reserva, no
profesionales militares, a elevar a nivel corporativo los lazos y relaciones que establecieron en el seno de
los ejrcitos.
As naci la relacin, a nivel nacional primero, que se formaliz en la Confederacin Interaliada de
Oficiales de Reserva (CIOR) en noviembre de 1948 en el primer Congreso de Bruselas, meses antes de que
en abril de 1949 se crease en Washington la OTAN.
No es, pues, un organismo de la OTAN, aunque s se mantiene una estrecha relacin, deseada por
ambas, y formalizada en el Documento del Comit Militar de aquella MC-248.

2.- LA CIOR, CARACTERSTICAS, FINALIDADES, OBJETIVOS Y MBITO

2.1.- La Confederacin Interaliada est compuesta por asociaciones nacionales (una sola por cada pas, que
comprende a todas las clases de Oficiales de Reserva).

2.2.- Estos Oficiales de Reserva son precisamente los no profesionales militares que se especifican en el
prrafo 1.3.
Tienen como timbre de honor su doble servicio a la Nacin: en el seno de su vida profesional en la
sociedad civil y su eventual y peridica contribucin a la defensa nacional.
Existe, en general, un ambiente de apoyo civil a estas Asociaciones en el seno de la opinin pblica,
especialmente en los pases sajones y nrdicos.

2.3.- Sin embargo, en algunos de los pases, no en todos, (algunos lo tienen formalmente prohibido, como
Grecia en sus asociaciones de Reserva de los Ejrcitos y en la nacional) se admite que, adems de estas
asociaciones de Reserva de no profesionales militares y al lado de ellas, exista una asociacin aparte
constituida por ex profesionales militares que ya no tienen vinculacin con las Fuerzas Armadas cada uno
de cuyos miembros ha solicitado de forma individual y voluntaria ser admitido como Oficial de Reserva.
El nmero de componentes de sta no es elevado, en general, ni por razn de su ex profesionalidad
militar obtienen preeminencia alguna en la orgnica de la Asociacin nacional de Oficiales de Reserva.

2.4.- Ello no supone, en formal alguna, una discriminacin negativa, sino simplemente surge de la razn de
que las citadas Asociaciones civiles de Oficiales de Reserva no profesionales militares y, por tanto, la
Confederacin Interaliada, han sido creadas por ellos y para ellos.

2.5.- Otra particularidad de la CIOR es que en sus asociaciones se admite, no slo a los que por su edad y
circunstancias militan en la Reserva y tienen puesto militar en caso de movilizacin, sino tambin aqullos
que han rebasado ambas.
570 El reservismo militar en Espaa

Su continuidad en las asociaciones, en las que incluso ocupan puestos directivos, obedece a que por su
experiencia y edad ocupan puestos eminentes en la Administracin, Universidades, Empresas privadas o
estatales y organizaciones polticas (Congreso, Senado, etc.) desde los cuales pueden apoyar a las reservas y
a las que aportan una conciencia y conocimiento de la defensa nacional cuyo fruto es el apoyo civil antes
mencionado.

2.6.- Sus objetivos son:
- Incremento de la capacidad de defensa de la Alianza reforzando a travs de sus miembros la
conciencia de defensa entre sus connacionales y el pblico en general.
- Mantenimiento a travs de cada miembro (Asociacin Nacional) de un enlace estrecho con las
organizaciones nacionales de defensa.
- El desarrollo y logro de uniformidad de deberes, derechos Instruccin y despliegue de los Oficiales de
Reserva de los pases aliados en el respeto de sus diferencias y tradiciones nacionales.
- Establecimiento y desarrollo de contactos entre Oficiales de Reserva para conocimiento y
comprensin mutua.

2.7.- El mbito geogrfico de la Confederacin es el de los pases de la Alianza Atlntica en primer lugar,
con tendencia a incluir a los neutrales europeos. Por ello se insisti tanto en la adhesin de Espaa, que se
produjo en 1992, la de Turqua, en 1993, y se espera en plazo prximo la de Portugal.

2.8.- La actividad de la CIOR, especialmente en cuanto afecta a la participacin de las asociaciones
nacionales que la constituyen, se materializa en:
- Una reunin de invierno de tres das de duracin que tiene lugar en el mes de febrero en el Cuartel
General de la OTAN con la asistencia del Comit Ejecutivo (cuatro representantes por pas) y de las seis
Comisiones de trabajo (al menos un representante de cada pas por Comisin).
- Un Congreso de verano que se celebra por rotacin en distintos pases de los que estn representados
en CIOR al que debe asistir, como mnimo, la representacin antes especificada y asimismo otros miembros
que lo deseen, a sus expensas, que participan en un programa general ms amplio (siete das).
- Unas competiciones militares por equipos nacionales con representacin de uno o ms equipos por
pas, que se celebran coincidiendo con los Congresos de verano.
- Asistencia de Oficiales de Reserva a cursos que, para ellos, ofrece la OTAN con una duracin de unos
seis das en el Colegio de Defensa de la OTAN en Roma (cada dos aos) o en Oberamergau (Alemania)
cada ao.
- Un Seminario para Oficiales de Reserva con experiencia que se celebra en Bruselas cada dos aos a
cargo del Gabinete de Prensa de la OTAN: NATIP. Mximo de cuatro por pas.
- Un Seminario para Oficiales de Reserva Jvenes que alterna cada dos aos con el anterior, tambin a
cargo de la OTAN.
Apndices 571


2.9.- Con el fin de mantener un contacto y una coordinacin con la lnea mantenida por las autoridades de
Defensa en lo que se refiere a cuestiones de reservas y orientaciones o tendencias dentro de cada pas, se
hacen coincidir las reuniones de invierno y los Congresos de verano con representantes oficiales del
Ministerio de Defensa de cada pas en el Comit de Fuerzas de Reserva Nacionales (NRFC), de nivel de
General de Divisin.

2.10.- Aun cuando la CIOR no es un organismo de la OTAN, mantiene con esta Alianza un estrecho
contacto, con intercambio de representantes permanentes entre ambas.
Esta relacin ha sido establecida oficialmente, y resulta extraordinariamente provechosa, en un
documento oficial del Comit Militar de la OTAN: MC-248, cuyo texto se acompaa.

3.- LA INVITACIN A ESPAA Y CREACIN DE LA FORE

La entrada de Espaa en la Alianza Atlntica el 30 de mayo de 1982 y, sobre todo, la ratificacin por el
referndum nacional de 1986, determinaron el inters de la OTAN, manifestado a travs del MILREP en
Bruselas y suscitado al propio JEMAD en su normal relacin con sus colegas extranjeros, y de la CIOR por
recibir a Espaa como miembro de pleno derecho de esta ltima, fueron urgidos con insistencia.
La consiguiente incorporacin de Espaa a los diferentes organismos y equipos de trabajo de la OTAN
aconsejaba, dada la diferencia de naturaleza de nuestra reserva, una respuesta, al menos testimonial y
profesional de solidaridad, a reserva de su posterior perfeccionamiento. Esta fue la razn de la creacin de
la Federacin de Organizaciones de la Reserva de Espaa (FORE).

572 El reservismo militar en Espaa

[Documento n. 2]


LA FEDERACIN DE ORGANIZACIONES DE RESERVA DE ESPAA (FORE)

- Legalmente constituida el 3 de enero de 1992 como federacin de las asociaciones de antiguos
Oficiales y Suboficiales de Complemento procedentes de la Milicia Universitaria, en sus sucesivas
versiones, formadas por miembros asociados por Ejrcitos en los que hicieron su servicio militar.
- En ella se integran:
La Fundacin Laureado Coronel Vara de Rey de la Milicia Area Universitaria (MAU).
La Asociacin de la Milicia Naval Universitaria (MNU), que incluye a la de Infantera de
Marina y Cuerpo General.
La Asociacin de Veteranos de la Milicia Universitaria del Ejrcito de Tierra (AVEMUET)
[sic].
- El 14 de enero de 1992 una delegacin de FORE se presenta al Almirante JEMAD oficialmente para
informarle de su constitucin y presentacin de Estatutos al Ministerio del Interior para inscripcin en el
Registro General de Asociaciones del citado Ministerio, entregando al JEMAD una copia del Acta
Fundacional y de los Estatutos.
- Invitada a asistir como observadora a la Reunin de Invierno de la CIOR con reconocimiento del
Almirante JEMAD, como representantes de los Oficiales de Reserva de Espaa y con el debido
conocimiento del Sr. Ministro, es admitida como miembro de pleno derecho de la Confederacin Interaliada
de Oficiales de Reserva (CIOR) cuando comunique a la Confederacin que han completado su
oficializacin.
- El Ministerio del Interior, previo informe del Ministerio de Defensa comunica que, con fecha 12 de
junio de 1992 y con el nmero 110.111 ha quedado inscrita en el Registro de Asociaciones.
- Comunicado lo anterior a la CIOR, queda oficialmente admitida como miembro de pleno derecho.
- El da 2 de agosto de 1992, en la ceremonia inaugural de apertura del Congreso CIOR de Breda 1992,
se izan por primera vez los colores de Espaa entre los de los pases aliados miembros de CIOR. El
Presidente de FORE da conocimiento de ello al JEMAD, Ministro de Defensa y S. M. El Rey.
- A su regreso de Breda el Presidente de FORE al frente de una delegacin hace su presentacin al
Almirante JEMAD, solicitando ser recibidos en audiencia por el Sr. Ministro de Defensa. Dicha Autoridad
ofrece acompaar a la delegacin a la citada audiencia. El fallecimiento del Almirante [Martn-Granizo] lo
impide.
- La FORE hace su presentacin al Teniente General JEMAD.
- Durante los aos 1992, 1993 y 1994 asiste a las reuniones de invierno y congresos oficiales de CIOR a
cuyos fines obtiene los apoyos necesarios del Ministerio de Defensa y Cuarteles Generales de las Fuerzas
Armadas.
Apndices 573


- En el congreso de Washington 1993 asiste por primera vez un equipo de competiciones de FORE
entre los pases aliados.
- El da 19 de abril de 1994 el Teniente General JEMAD acompaa al Presidente y una delegacin de la
FORE a la audiencia que le es concedida por el Sr. Ministro. A la audiencia asiste tambin el Coronel
Lozano Mndez-Nez, que acta como enlace entre la CIOR, el Estado Mayor de la Defensa y la FORE.
En ella se obtiene el pleno reconocimiento de la FORE por el Sr. Ministro y del papel que, como vnculo,
pueden jugar los oficiales de reserva entre el Ministerio, Fuerzas Armadas y la sociedad.

574 El reservismo militar en Espaa

[Documento n. 3]

AUDIENCIA DEL EXCMO. SR. MINISTRO DE DEFENSA A UNA DELEGACIN DE
LA FEDERACIN DE ORGANIZACIONES DE RESERVA (FORE)

----------------------------------

Da y hora: El martes 19 de abril a las 10:00 horas.
Lugar: Despacho del Excmo. Sr. Ministro.
Lugar de concentracin: En la Cafetera del Ministerio con entrada por la calle de General Yage a las
9:30 horas con el Coronel Lozano.
Lugar de reunin con el Teniente General Jefe del Estado Mayor de la Defensa: a las 10:45 horas en el
despacho que el JEMAD tiene en el Ministerio.

PUNTOS QUE SE SUGIERE QUE PODAN SER TRATADOS EN LA AUDIENCIA

1.- Primeras palabras de agradecimiento por el honor que el Sr. Ministro les ha concedido al recibirles
en audiencia. (Es de suponer que previamente el Tte. General JEMAD habr realizado la presentacin de la
delegacin).
2.- La FORE nace el 3 de enero de 1992 como consecuencia del deseo de los antiguos Oficiales de
Complemento procedentes de la Milicia Universitaria de mantener vivo un contacto de sus asociaciones con
sus respectivos Ejrcitos y con sus colegas extranjeros que se integran en la Confederacin Interaliada de
Oficiales de Reserva (CIOR).
3.- Desde la confirmacin por referndum de 1986 de la entrada de Espaa en la OTAN el 30 de mayo
de 1992, la OTAN encomend y la CIOR invit ambas repetidamente y por varios canales, la conveniencia
de que Espaa participara con su asociacin de Oficiales de Reserva en CIOR.
4.- Un Comit de la CIOR, presidido por el ex-Presidente de la Confederacin Coronel Luigi Sartori y
el Coronel Santesmasses de la Unin Nacional de Oficiales de Reserva de Francia realizaron activas
gestiones para lograr nuestro ingreso, as como el de Portugal y Turqua, nicos miembros de la NATO que
an no pertenecan a ella.
5.- Espaa ingres en el Congreso de Breda de 1992, Turqua en el de Washington de 1993.
6.- La CIOR concede gran importancia a que en las asociaciones Nacionales y en ella misma existan
dos clases de miembros:
- Los Oficiales de Reserva que por su edad tienen asignado puestos operativos en caso de
movilizacin y pueden participar en la defensa nacional de forma activa y
- Los que, por haber rebasado tal edad, ya no lo tienen, pero por su edad, profesin y experiencia
ocupan puestos destacados en la sociedad (Universidad, empresas, Administracin, Congreso,
Apndices 575


Senado, medios de comunicacin, etc.) en cuyo entorno pueden actuar como vnculo entre las
Fuerzas Armadas y la sociedad, ayudando a la creacin de una consciencia de la necesidad de
defensa.
7.- La OTAN, de cuya organizacin no depende la CIOR, pero con la que mantiene una estrecha
coordinacin, formalizada en el documento del Military Committee MC-248, concede una extraordinaria
importancia a este segundo aspecto de enlace con la sociedad civil.
8.- La Directiva de Defensa Nacional 1/92 estipula para el desarrollo de la poltica de defensa la
creacin en el pueblo de esta conciencia de defensa nacional y la creacin de un vnculo entre Fuerzas
Armadas y sociedad.
9.- El paralelismo y coincidencia, tanto en el mbito de la OTAN, como en el de la propia defensa
nacional, de esta lnea de cooperacin y acercamiento es, pues, una necesidad sentida, deseada y favorable a
la defensa.
10.- En este sentido, la FORE, hoy todava constituida mayoritariamente por personal que ya ha
rebasado la edad militar e incluso la de participacin en la reserva movilizable por razones de edad, aunque
realiza activa gestin para incorporar a ella a las nuevas promociones que constituyen la reserva del servicio
militar, tiene a ttulo de honor el ofrecer a V. E. su disponibilidad para asumir ese papel de vnculo en la
medida y lnea que se considere til por las autoridades de defensa y militares, como contribucin actual de
nuestro esfuerzo a la defensa nacional.

Una vez expresados a V. E. nuestras aspiraciones y ofrecimientos creemos llegado el momento de
agradecer el apoyo econmico ofrecido por el Ministerio de Defensa para asistir a las reuniones
internacionales oficiales de CIOR (dos anuales) desde 1992, as como facilidades, ya que, de otra forma, no
habramos podido asumir esta necesidad.
A tal fin se sugiere la posible conveniencia de, si ello fuese posible, establecer la reserva en uno de los
captulos presupuestarios del Ministerio con carcter permanente, evitando en cada caso el recurso
extraordinario para una atencin que tiene carcter oficial y peridico.
En la misma lnea y, dado que coincidiendo con el congreso anual se celebran competiciones de
patrullas militares, se solicita que se autorice a los Cuarteles Generales de los Ejrcitos a facilitar los medios
para que un equipo de reservistas (normalmente de tres participantes por ejrcito, con un delegado y un
suplente que atienden a los tres equipos) se les faciliten los medios econmicos y de equipamiento as como
autorizacin para que utilicen las instalaciones militares necesarias para su entrenamiento.
Finalmente, Seor Ministro, quisiramos solicitar de V. E. la concesin de una recompensa para
agradecer la extraordinaria atencin recibida de los antes mencionados Coroneles en reserva Santori y
Santesmasses y el apoyo prestado a la delegacin espaola de FORE en sus pasos iniciales en la CIOR,
gratitud que les es debida.
576 El reservismo militar en Espaa

[RESEA OFICIAL DE LA REUNIN CON EL SR. MINISTRO]

En relacin con el deseo expresado por la FORE de que se estableciese con carcter permanente el
apoyo a las necesidades econmicas para asistencia a las reuniones peridicas oficiales de CIOR en el
exterior en la forma que se vena haciendo manifest que el Ministerio lo seguir apoyando por considerarlo
de inters, especialmente teniendo en cuenta lo razonable y justo de las peticiones cursadas en este sentido.
El Sr. Ministro hizo referencia a este apoyo que se le ofreca por estas asociaciones y que le recordaba
el que tuvo durante el desempeo de su anterior carrera de Sanidad por parte de asociaciones de ex
enfermos y de sus familiares que le prestaron un confortante y estimulante apoyo durante su gestin y que
recordaba con gratitud.
Aadi que sera conveniente que el marco de las Asociaciones se hiciese tambin extensivo al de los
Suboficiales de Complemento, donde tambin podran existir anlogas disposiciones hacia la defensa.
El Coronel Lozano expres al Sr. Ministro que las asociaciones espaolas de los tres Ejrcitos incluan
tambin a Suboficiales, sin embargo, a la hora de participar en la CIOR, habida cuenta de que esta
Confederacin era slo de Oficiales, slo asistan a sus reuniones aquellos miembros, solamente, que tenan
rango de Oficial, informndosele por el Alfrez Oliv que estaba ponindose en marcha otra Confederacin
Interaliada de Suboficiales.
El Alfrez Llorens signific que en mbito de las Comisiones de trabajo de la CIOR, en ocasiones, se
les planteaban cuestiones sobre cmo se haca en Espaa o cul era el punto de vista oficial sobre algn
aspecto determinado a lo que en ocasiones se encontraban faltos de fundamento para contestar, hacindolo a
su leal saber y entender y en este sentido sera conveniente contar con informacin.
El Sr. Ministro no hizo puntualizacin a este respecto, quiz por estimar que su punto de vista estaba
incluido ya en la difusin de la informacin por parte de DRISDE [Direccin General de Relaciones
Informativas y Sociales de la Defensa] al responder al Sr. Villar (y, por otra parte y, al margen de lo
expresado por el Ministro, la actualizacin de conocimientos militares y situacin del momento militar de
Espaa que se le facilita antes de partir, pueden servirles como normas orientadores en el aspecto militar y
en el del proceso de creacin de la reserva movilizable en Espaa).
Interviene el Alfrez Folch informando sobre la accin que se est haciendo por la Asociacin de
Ejrcito de Tierra (que l preside) para extender por todas regiones [sic] la creacin de estas asociaciones,
ya implantadas en muchas de ellas, citando la reciente reunin en Navarra, accin que se ejecuta a forma de
extensin de la mancha de aceite y de cmo, a travs de sus contactos con las asociaciones vecinas
francesas llegaron al conocimiento de la existencia de la CIOR. Igualmente de su intencin de hacer
extensivo esto a las nuevas generaciones que hoy, al trmino de su servicio militar activo, pasan a integrar
la reserva del servicio militar en una visin de asegurar y renovar la continuidad de las asociaciones.
El Sr. Ministro consider adecuado este sistema de mancha de aceite utilizado por las asociaciones.
El Teniente Ripol puso de relieve que, a veces, se encuentran con una falta de informacin, en las
autoridades a las que se dirigen, de lo que realmente es la FORE y de cierto recelo de falta de respaldo
Apndices 577


oficial cuando se invoca a sta, para solicitar algn apoyo, recelo que no existe cuando, por ejemplo, ante el
Cuartel General de la Armada lo hacen con antiguos Oficiales de Complemento de la Armada.
En este mismo sentido insiste el Alfrez Bistuer que estima conveniente una comunicacin oficial a los
Cuarteles Generales informndoles acerca de un reconocimiento oficial de la FORE.
El Sr. Ministro expres la posibilidad de tratar con el Asesor Jurdico para ver la forma de proceder en
este caso.
Interviene finalmente del Alfrez Hernndez Oliv para hacer hincapi en la conveniencia de mostrar la
gratitud a los Coroneles en reserva Luigi Sartori, presidente del Comit que en la CIOR se encarg de
promover y apoyar el ingreso de Espaa en la Confederacin y guiar los primeros pasos de la delegacin
espaola en ella, y Santesmasses, presidente de la francesa UNOR (Unin de Oficiales de Reserva) por la
colaboracin, apoyo y gestin activa con los mismos fines, gratitud que les es debida y que podra
materializarse en la forma de una recompensa.
Finalmente el mismo Sr. Oliv (Presidente de la FORE) agradeci [sic] nuevamente al Sr. Ministro su
agradecimiento por la concesin de la entrevista y por los apoyos econmicos para asistencia a las
reuniones internacionales a lo que el Sr. Ministro respondi con su agradecimiento por el ofrecimiento
realizado por la FORE, procediendo a la despedida de la delegacin.
578 El reservismo militar en Espaa

[Documento n. 4]

CONFEDERACIN INTERALIADA DE OFICIALES DE RESERVA (CIOR)

Traduccin de un extracto del discurso pronunciado el 26 de septiembre de 1991 por el Secretario
General de la CIOR al Comit Militar de la OTAN.
... mi prximo punto ser el concepto de fuerza total.
Este concepto incluye:
- Fuerzas activas.
- Fuerzas de Reserva o movilizables, y
- Consenso ciudadadano.
Las asociaciones de reserva juegan un papel de fuerza esencial en el concepto de fuerza total y ms
especficamente en los dos ltimos puntos.
Cmo participa la CIOR en este concepto?
Nosotros podramos clasificar a los miembros de la CIOR en dos categoras:
- Los que tienen un puesto de movilizacin en las Fuerzas Armadas en caso de guerra y
- Los que ya no lo tienen.
La primera categora tiene una clara misin en las fuerzas de reserva en el aspecto militar de la defensa,
pero tambin en la vida civil como ciudadano. La importancia de su papel se explica por s misma.
En la segunda categora se encuentran oficiales de reserva antiguos con una gran experiencia y mayor
influencia en su entorno civil. Su contribucin es esencial para conseguir el consenso de los ciudadanos
sobre cuestiones polticas y militares en tiempo de paz, crisis y guerra. Su implicacin en el concepto de
fuerza total es mxima.
Terminar expresndoles mi esperanza de haber podido mostrarles:
- La disposicin de la CIOR para ser una eficiente contribucin a la defensa de la NATO.
- Que la CIOR es y seguir siendo una fuente principal para la informacin a la opinin pblica y
autoridades sobre la necesidad de apoyar una defensa fuerte.
- Que la CIOR est implicada con fuerza en el concepto de defensa total.
- Que la implicacin del reservista dos veces ciudadano, segn Winston Churchill, en la
estructura de la fuerza total aporta un mejor conocimiento de las necesidades de la defensa y de
consenso a las decisiones polticas y militares.
Finalmente deseo corroborar al Presidente de CIOR al solicitar el apoyo de ustedes para proporcionar la
instruccin y las estructuras necesarias para hacer que las reservas puedan ser realmente unos elementos
clave de la estructuras de fuerza de la OTAN.
Apndices 579


APNDICE N. 11: PROTOCOLO DE HERMANAMIENTO ENTRE LA FORE Y LA UNOR
1



PROTOCOLO DE HERMANAMIENTO FRANCO-ESPAOL

Nantes, el 26 de Mayo 2001

La Federacin de Organizaciones de la Reserva de Espaa
y
L'Union National des Officiers de Rserve

Con espritu de camaradera militar,
Deseosos de reforzar los lazos de amistad ya existentes en el seno de la Confederacin Interaliada de
Oficiales de Reserva y de la Confederacin Interaliada de Oficiales Mdicos de Reserva,
En el marco de los objetivos de la Alianza Atlntica y de la Unin Europea,
Con el fin de dar a conocer y de promover el papel de las reservas en la defensa de sus pases,
Para desarrollar la cultura de defensa y sensibilizar a la opinin pblica y a las autoridades nacionales
sobre la necesidad de la defensa, de la capacidad militar y de la importancia de las reservas,
Para estudiar y favorecer la armonizacin de las funciones, deberes y derechos de los reservistas
espaoles y franceses, respetando las peculiaridades y tradiciones nacionales,
Para establecer y fomentar los contactos entre reservistas y entre asociaciones, con el fin de mejorar su
conocimiento mutuo y su colaboracin,
Se sella el presente protocolo de hermanamiento.

Por F. O. R. E, Por U. N. O. R,

El Presidente, El Presidente,


Prof. Dr. Arcadio Lpez Col (H) Herv Thaudire
Alfrez (C) de Aviacin

El Delegado de Relaciones Internacionales El Delegado de Relaciones Internacionales
Vicepresidente de C. I. O. R, Past [sic] Secretario General de C. I. O. R,


Prof. Dr. Eugenio Cobertera Lieutenant Colonel (R) Patrice Fichet
Alfrez (C) de Artillera

1
Fuente: archivo de la FORE.

Apndices 581


APNDICE N. 12: RENOVACIN DEL PROTOCOLO DE HERMANAMIENTO ENTRE LA FORE Y LA
UNOR
1



Con ocasin del congreso de la UNOR, celebrado en Toulouse el 16 de octubre de 2010,

La Federacin de Organizaciones de Reservistas de Espaa
y
LUnion Nationale des Organisations de Rservistes

Renuevan los trminos del hermanamiento firmado en Nantes en 2001 y acuerdan en particular:

Favorecer la participacin cruzada en los raids [sic] y en las otras actividades organizadas
por las reservas militares francesa y espaola.
Crear una comisin permanente de seguimiento de los intercambios de informacin y de
elaboracin de proyectos en comn.
Realizar un encuentro, por lo menos bianual, entre los rganos de direccin, a tener lugar
alternativamente en Francia y en Espaa.

Por la FORE, Por la UNOR,

El Presidente, El Presidente,


Jos Miguel Quesada Jacques Vitrolles

1
Fuente: archivo de la FORE.

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