Peter Zumthor.
Peter Zumthor.
interior.
An
hoy,
en
la
capilla
huele
madera
quemada
El resto consisti en colocar las bolas de vidrio soplado en los huecos dejado
en el hormign por los tornapuntas que rigidizaban los encofrados y una solera
a base de latas de conserva usadas que se vertieron tras fundirlas in situ.
La analoga visual con la imagen de uno de los tneles de Gaza es pura
potica
O
no?.
Hace unos meses, mientras almorzaba con el actor Tobey Maguire y su esposa, Jennifer
Meyer, Peter Zumthor se mostr imperioso, encantador, y un poco reservado, como de
costumbre. El arquitecto suizo estaba en la ciudad para discutir un nuevo diseo para el
Museo de Arte del Condado de Los ngeles, y Maguire y Meyer lo haban invitado para
persuadirlo de que les construyera una casa. Despus de haber evitado durante mucho
tiempo proyectos de viviendas para ricos y famosos, Zumthor, con 67 aos
prsperos y
sofisticados, y estaban
perfectamente al tanto de quin era l. Zumthor, que renunci a sus honorarios porque el
proyecto le pareci interesante y termin consagrando aos para concebir la capilla con un
mtodo de construccin que le permitiera a los habitantes del pueblo construirla ellos
mismos, al estilo de la construccin de viviendas, se quej ahora de lo mucho que termin
costndole y de cmo sus clientes intentaban una y otra vez reducir los costos, aunque dijo
que, en ltima instancia, accedieron a todo.
As y todo, el cuento original tiene una pizca de verdad, porque con Zumthor un cliente
ingresa, en primer lugar, en una relacin que conlleva discusiones talmdicas y requiere
una paciencia digna de Job. Pida una cita con l, y probablemente no reciba respuesta
durante das o semanas. No tiene ningn publicista, ningn asesor que se ocupe de la
prensa. Desde hace tiempo, Zumthor hace lo que quiere y nicamente lo que quiere. Esa ha
sido su virtud y su carga, lo que permite compararlo con el difunto genio norteamericano
Louis Kahn, otro orgulloso perfeccionista que construy apenas unos pocos de edificios,
aprovechando al mximo un reducido crculo de clientes comprometidos para dejar un
puado de obras maestras.
Zumthor ha dicho varias veces que la mayor desilusin de su carrera profesional que
result ser una prdida mayor an para Berln fue haber abandonado varios aos atrs su
diseo para construir un museo en el sitio donde estaban el antiguo cuartel general de la
GESTAPO. Despus de batallar durante ms de una dcada con una cambiante e
indiferente nmina de burcratas estatales de mediana jerarqua, descubri que no tena
un socio, tal como lo expres. La construccin, finalmente, se estanc cuando la voluntad
poltica alemana decay, luego de que la apertura de un museo judo y de un memorial del
holocausto en la ciudad hicieron que el proyecto pareciera menos urgente.
Al final, aquello me ayud, porque la gente dijo que yo no haca concesiones, reflexion
Zumthor. Pero fue una catstrofe emocional en su momento.
Aun suponiendo que Zumthor encuentre un socio comprensivo, lo que termine por
construir invariablemente habr surgido de un largo y complicado proceso de gestacin. En
Bregenz, Austria, Rudolf Sagmeister, el curador de la clebre Kunsthaus que Zumthor
construy all y que abri en 1997, describi cmo ste esquiv las crticas de la gente del
lugar durante aos para obtener lo que quera.
Es el sueo de los arquitectos, especialmente de aquellos que odian sus vidas, hacer solo
unas pocas cosas pero de manera perfecta, cada una de ellas un hito de su carrera, por eso
los arquitectos lo envidian, dijo Sagmeister. Estbamos sentados en el caf que hay junto al
museo, frente a una pequea plaza tambin diseada por Zumthor, donde un par de nios
jugaban en una parcela iluminada por el fro sol de invierno.
Sagmeister agreg: l es el smbolo de lo que todava puede ser la arquitectura, un trabajo
de amor, y de cmo se debe trabajar, con una decena o poco ms de asistentes de todas
partes del mundo, no grandes equipos de trabajo, sino arquitectos asociados que
permanecen por aos y trabajan en un estudio tranquilo construido en torno a un jardn:
un lugar idlico donde se puede hablar de arte, arquitectura y de la vida. l escucha cules
son los deseos del otro. Hace muchas preguntas inteligentes. Quiere saber sobre el rea
circundante, quiere saber si los clientes tienen tiempo, si estn dispuestos a esperar, a
someterse a un proceso de descubrimiento. Estn comprando un tipo de producto. Eso no
es lo que obtienen con Meter. Y no es lo que l quiere de un cliente.
Sagmeister record cmo Zumthor se opuso a las sugerencias de un gran ventanal con vista
al lago y a un restaurante en la terraza del Kunsthaus, y luego resisti el embate de la
empresa constructora que insista en que sera imposible lograr la calidad de hormign que
l exiga. Algunos cuestionaron la fachada de vidrio y dijeron que los pisos de la terraza se
agrietaran. Pero Meter saba que tena razn, porque l mismo lo haba sometido a prueba.
As que porfi, y ahora la gente aqu est muy orgullosa y no hemos tenido ningn
problema, e incluso hoy, tantos aos despus, miles de personas vienen a Bregenz solo para
ver el edificio.
No hace mucho, Zumthor y yo viajamos desde Haldenstein hasta el pueblo
suizo de artes aplicadas, inspirado en el Bauhaus y donde daban clases profesores de esa
misma institucin, de quienes aprendi todas las cuestiones bsicas del diseo, la destreza
de dibujar y observar, de mezclar colores, espacio blanco y espacio negativo: forma, lnea y
superficie. Luego, estudi diseo industrial en Nueva York, en Pratt, pero nunca obtuvo el
ttulo de arquitecto, algo que ahora parece ser un motivo de orgullo para l. Le gusta
quejarse de que los arquitectos jvenes, al volverse tan dependientes de las computadoras,
no saben cmo se construyen las cosas y han perdido el sentido de la escala. Su estudio
es famoso por producir los modelos ms extravagantes en cera, plomo, aluminio y arcilla, a
veces incluso modelos en tamao natural, instalados para que el cliente pueda atravesarlos
caminando y para que Zumthor pueda ver cmo un diseo se sostiene al cabo de meses o
aos. Hoy en da es todo terico, se quej en el auto. Mies van der Rohe y Le Corbusier
venan de una tradicin en la que los arquitectos todava saban cmo se hacan las cosas,
cmo hacer bien las cosas. Debemos forzar a las universidades a formar carpinteros y
trabajadores de la madera y del cuero. Ahora todos los arquitectos quieren ser filsofos o
artistas. Yo tengo la suerte de haber recibido la educacin que recib, porque en los Estados
Unidos, sobre todo, uno pierde contacto con el negocio concreto de la construccin.
He odo a detractores de Zumthor responder a este argumento diciendo que l es un
relojero suizo. Subrayan que l prospera en una pequea laguna pero que los bruscos
proyectos a escala global del siglo XXI requieren una visin ms flexible y grandiosa. Es
verdad que sus proyectos no son enormes; hay algo de intimidad en su obra. En lugares
como Bregenz o la capilla Bruder Klaus, los visitantes reaccionan no solo ante la apariencia
del edificio sino tambin ante sus sonidos, incluso al tacto de las paredes y de los pisos: eso
es lo que Zumthor ha descrito como el hermoso silencio que yo asocio a atributos tales
como la compostura, lo evidente, la durabilidad, la presencia y la integridad, y tambin con
la calidez y la sensualidad.
A medida que avanzbamos por la ruta, me fui dando cuenta de que estbamos atravesando
algo as como una versin acelerada del proceso que l establece con sus clientes. Los
granjeros de Wachendorf me haban dicho: l hace que la gente quiera dar lo mejor de s.
La gente ve eso en Zumthor y ve que trabajar con l es una situacin nica, una
oportunidad que rara vez volvern a tener en sus vidas. Le pregunt sobre sus influencias,
y l habl de artistas que conoci en los aos 60 y 70: norteamericanos como Richard
Serra, Walter De Maria y Michael Heizer, escultores que adaptaron el Minimalismo a
proyectos enormes que se prolongaban en el paisaje. Tambin habl con encomio del
voluble artista alemn Joseph Beuys, el piloto de la Luftwaffe devenido en artista-chamn,
que confiri a materiales excntricos, entre ellos la cera y el fieltro, todo tipo de alusiones
privadas e histricas, y cuya vida misma se convirti en una especie de performance. Con
Beuys, explic Zumthor, mi inters tiene que ver con la mitologa y la sensualidad de sus
materiales, la importancia que ha tenido su vida privada en su arte. l miraba objetos con
historia, con un pasado.
En ese momento, Zumthor conduca a travs de un paisaje espectacular. Mi primer trabajo
de verdad, seal, fue en este cantn, sondeando los tipos tradicionales de
construcciones, catalogando los antiguos sistemas econmicos, el sistema de las alqueras,
estudiando cada una de las casas viejas, por dentro y por fuera. Trataba de averiguar por
qu las cosas de aqu tienen la apariencia que tienen, qu es lo que las hace hermosas,
estticas. Para m, como arquitecto, termin siendo una cuestin de superar el Modernismo
arquitectnico, segn el cual todo tena que ser nuevo y se supona que nada tena historia.
Ahora, el Bauhaus me parece demasiado limitado en ese sentido, y ese sondeo me ayud a
superar esa limitacin.
abarca tambin el museo, cuya discreta entrada da a unas galeras que, al igual que las
termas, son todas distintas pero todas dan la sensacin de haber sido hechas a medida para
el arte, de la misma manera en que el arte, elevado por la arquitectura ms sensual, da la
sensacin de haber sido creado especialmente para estos ambientes.
Yo creo que las probabilidades de encontrar belleza son ms altas cuanto menos uno la
busca, dijo Zumthor, al describir su filosofa. En arquitectura, la belleza responde a su
carcter prctico. Eso es lo que uno aprende al estudiar los viejos paisajes urbanos de los
granjeros suizos. Si uno hace lo que debe hacer, entonces al final hay algo ah, algo que
quizs uno no puede explicar, pero que, con un poco de suerte, es algo que tiene que ver con
la vida.
Un poco ms tarde, esa misma maana, fuimos en auto hasta un par de casitas de madera
que l haba terminado de construir para s mismo y para Annalisa haca poco, cerca de una
cumbre que dominaba Vals. Ella se cri en esas montaas. Una casa de madera era su
sueo. Zumthor, por su parte, encontr una excusa para repensar el diseo de la cabaa de
troncos local. Conserv la clsica construccin con vigas de madera, pero, en lugar de
utilizar la vieja estructura rectangular de cuatro paredes, que produce ambientes pequeos
y oscuros, l bsicamente convirti los rectngulos en torres extendidas mediante amplias
placas de vidrio que dejaban margen para espacios abiertos que servan de marco para
vistas espectaculares.
Trabajar con las tradicionales vigas de madera, dijo, fue crucial. La madera slida casi ha
desaparecido, porque es demasiado cara, complicada y anticuada, explic. Yo la
reintroduje aqu como mtodo de construccin, porque brinda una agradable sensacin
estar en contacto con ella, estar en su interior. Uno se siente de una cierta manera en un
edificio de vidrio u hormign o de piedra caliza. Tiene un efecto sobre la piel de uno lo
mismo con el contrachapado o el enchapado, o con madera slida. La madera no roba
energa al cuerpo de la manera en que el vidrio y el hormign roban calor. Cuando hace
calor, una casa de madera se siente ms fra que una de hormign, y cuando hace fro
sucede exactamente lo contrario. As que conserv la construccin de vigas de madera en
virtud de lo que puede hacer por el cuerpo de uno.
Uno puede entender exactamente a qu se refiere con solo viajar una hora hasta Sumvitg,
para ver otra capilla diseada por l, hace casi veinticinco aos. Una avalancha destruy a
haba all. El
prroco del pueblo llam a concurso para reemplazarla. El plan de Zumthor requera una
cua de madera oscura cubierta con guijarros, que acababa en punta y se aferraba a la
ladera de la montaa, como la proa de un antiguo barco misteriosamente encallado, con
ventanas de triforio, una modesta puerta nica encima de sencillos escalones de hormign y
dos campanas que cuelgan de una torre delgada. El interior, baado de luz y exaltado,
sugiere la galera de un barco: un alhajero de madera con un piso de madera crujiente.
Eso fue a propsito, me dijo Zumthor. Hice que los pisos estuvieran levemente alabeados
para que crujieran a un volumen justo por debajo del nivel de conciencia. Llmelo
romntico, si quiere. Toda msica precisa algn tipo de contenedor, y ese contenedor hay
que disearlo. Eso es lo que puede hacer la arquitectura. Yo siempre pienso: Cmo debe
ser la acstica de un museo, una capilla, un bao? Puede que los arquitectos no les
pregunten esto a los clientes, pero le gente siempre puede decirte lo que quiere.
tantos
es el recuerdo de la iglesia que yo tena de nio. Justo en ese momento divis un armario
de madera falsa, encajado cerca de la puerta principal, y que, segn dijo, haba sido
instalado sin su aprobacin. Pero queda bien, dijo. Despus abri la puerta principal,
esperando or el sonido del picaporte, entrecerr los ojos para enfrentar el sol de invierno y
volvi a hacer crujir la nieve mientras volva al coche.
Meses ms tarde, Zumthor me dijo que haba aceptado hacer la casa para Maguire y Meyer.
Maguire le haba pedido una cancha de bsquet, cont. Zumthor, en cambio, imaginaba
jardines, una Alhambra en Holywood. Yo no dije nada, aunque ya saba quien habra de
ganar esa discusin.
Que este mismsimo arquitecto suizo estuviera construyendo no solo la casa de una estrella
de cine, sino tambin repensando un gran espacio pblico para esta emblemtica ciudad
norteamericana puede parecer extrao. Result ser que Zumthor haba vivido un tiempo
en Los ngeles unos aos antes, y, al igual que tantos otros europeos, se enamor de su
carcter cosmopolita. Pero, ms all de eso, Los ngeles, al igual que Zumthor, ha
desarrollado su propia lucha idiosincrtica contra el Modernismo, a travs de sus paisajes,
su clima, la luz del sol, los espacios. De hecho, Zumthor se siente aqu extraamente como
en casa.
As era precisamente como se vea, con su camisa blanca de cuello redondo, su holgada
campera de lino marrn y sus negros pantalones sueltos, al llegar una maana al Museo de
Arte del Condado de Los ngeles para exponer y debatir ideas. Con una gran libreta de
anotaciones abierta y lpiz en mano, Zumthor enfrent en la sala de conferencias a un
puado de miembros del personal, incluido Michael Govan, el director del museo. Tienen
libertad para decirme que estoy loco o lo que quieran, empez diciendo, mientras
garabateaba en el bloc con la mirada ausente. Empiezo por la coleccin, que es la base del
museo. Pienso en colecciones separadas, ponindolas en dos pisos diferentes, y entonces
tengo esa horrible sensacin de estar en un gran almacn, con zapatos y camisas. Entonces
dibujo un bosque. Y en el bosque encuentro unas joyas. Yo pienso en esas joyas como partes
de la coleccin, con sus propios pabellones, y eso me da una nueva sensacin.
Imaginen los pabellones como rboles metafricos, sigui diciendo, con ramas
voluminosas, bien altas. Entonces necesito un sistema de rampas. A lo mejor hay un
sistema de puentes. Bosquejaba cada vez ms rpido. Ahora tenemos la sensacin
contraria a la de un gran almacn. Pero me siento confundido, endeble. Quiero tener una
sensacin de libertad informal. Quiero sentir que estoy al aire libre. Quiero un pueblo, pero
con un nivel superior, o uno inferior. Segua y segua bosquejando. Pero tiene que dar una
sensacin de paz. Ahora me parece que estar bien nicamente si las colecciones tienen
casas de verdad.
Zumthor estaba poniendo a prueba a su pblico. John Browsher, el responsable de las
instalaciones especiales del museo, mordi el anzuelo. El tiempo, dijo, transcurre de forma
distinta en Los ngeles que, digamos, en Nueva York o en Suiza. Aqu existe una
uniformidad, el pulso de la vida vivida en coches, dijo. As que si le dan esa misma
uniformidad a la gente en el museo, entonces no tiene nada de especial.
Zumthor hizo una pausa. Decir construyamos algo flexible no da buenos resultados, dijo.
Yo tengo que darle a estas obras de arte alienadas algo de energa, algo para que la gente
no pase simplemente junto a ellas y diga Viste arte africano? No s. As que ahora ya no
veo ms un pueblo sino un parque. Odio los museos didcticos. El objetivo es lograr un
lugar altamente emotivo, lograr que alguien est de nimo para escuchar, leer o sentir.
Govan intervino. Dijo que el museo tena ciertos tesoros que precisaban un tratamiento
especial. Cmo deben organizarse las colecciones en torno a esos tesoros?, pregunt.
Poda una nueva disposicin brindar nuevas formas de contar la historia del arte?
Lentamente la conversacin fue volcndose hacia cuestiones concretas como la divisin en
zonas, estacionamiento y tuberas de gas, cada vez ms lejos de los temas del tiempo, los
rboles y los tesoros. Una vez finalizada la reunin, Zumthor de inmediato comenz a
mostrarse inquieto. Lo haban contratado para reconsiderar solo la parte oriental del
campus. El extremo occidental era una mezcolanza de edificios y jardines, dijo, con una
idea de orden clsico a la que faltaba mucho desarrollo. No entiendo esta idea de ejes,
como si fuera para el rey de Francia, dijo. Llegu demasiado tarde. Se consol
imaginando los senderos y las vistas que concebira en torno al campus para obras al aire
libre de Heizer, Jeff Kiins y Robert Irwin.
Al da siguiente, repiti ms o menos la misma perorata ante Terry Semen, uno de los dos
presidentes del consejo de administracin y ex presidente de Warner Brothers y Yahoo.
Semel quera escuchar ideas que trajeran a ms familias al museo y que lo relacionaran con
el Rancho La Brea que est muy cerca. Rememor su propia experiencia al mando de un
parque temtico, la decisin de inaugurar atracciones peridicamente para hacer que el
pblico volviera. Sugiri escalonar la apertura de cada nuevo pabelln para lograr el mismo
efecto. Por qu no hacemos un lugar al que toda la familia quiera venir un par de veces
ms al ao, no solo una?
El museo tiene que estar estrechamente vinculado con el parque, fue la respuesta de
Zumthor. Tambin entreveo nios corriendo por el lugar, preguntando qu es ese edificio
dorado que hay all?
Un edificio dorado?, pregunt Semel, pero Zumthor no le prest atencin, por tratarse de
otro comentario sobre el aspecto de los edificios. Esa noche me dijo: Los funcionarios de
los museos siempre dicen tener la mejor coleccin de esto o de aquello, y por supuesto
siempre tienen razn. Lo que quieren saber de m es: Qu aspecto va a tener? Entonces
tengo que volver atrs y hablar de contenido, cmo funciona un lugar, y les digo que
necesito tiempo antes de poder llegar a su pregunta.
Despus de reflexionar, concluy que las reuniones haban salido bien y que seran el punto
de partida de un largo y complicado proyecto, algo que, para l, significaba el verdadero
placer de la arquitectura. Volvi a contemplar la idea de galeras en las copas de los rboles.
Creo en el valor espiritual del arte, siempre y cuando no sea exclusivo, dijo. Lo mismo
vale para la arquitectura.