Apuntes Sobre La Memoria
Apuntes Sobre La Memoria
absoluta entre uno y otro, y es as como podemos tener una vivencia de presente en determinados
momentos, correspondiendo en realidad a situaciones del pasado y viceversa.
Uno y otro tiempo en los seres humanos estn imbricados, a pesar de que no existe una
correspondencia exacta entre uno y otro. Es decir, entre uno y otro hay compatibilidades y hay
tambin incompatibilidades y contradicciones.
La memoria individual se va conformando a partir de una estratificacin en el aparato psquico
de huellas mnmicas. Cada acontecimiento se registra con determinada caracterstica de afecto, con
determinada representacin, y stos van quedando como huellas mnsicas estratificadas sobre las
cuales se efecta el trabajo de la represin. Desde esta concepcin, la represin sustrae aquellos
recuerdos vinculados a una carga de afecto angustiante, intolerable para el sujeto. Para Wilfred Bion
la memoria siempre es equvoca como registro de los hechos, por la distorsin de las fuerzas
inconscientes [Bion, 1967].
El fenmeno del apres-coup tambin forma parte de la concepcin freudiana. Es un fenmeno
por el cual resignificamos, damos un sentido determinado a un acontecimiento del pasado en
funcin de un acontecimiento del presente. (En esto estn basados aspectos de la concepcin de la
seduccin como trauma psquico fundante de la neurosis, ya que sta supone que ciertas situaciones
vividas en la infancia con los progenitores pueden en la adolescencia adquirir una significacin
diferente que aquella con la cual fue registrada y vivida en un primer momento).
Tambin hay recuerdos encubridores, recuerdos que no se corresponden exactamente con la
realidad de los hechos, que tienen como funcin tapar otros recuerdos muy angustiantes para el
sujeto.
Es as, entonces, como en el plano de la memoria individual existe la represin, un mecanismo
por el cual son sacados de la posibilidad de conciencia aquellos recuerdos que el sujeto prefiere
evitar.
En el mecanismo del olvido no hay, por lo tanto, solamente una cuestin funcional: no
podramos estar viviendo en el presente incorporando nuevas cosas si estuviramos todo el tiempo
dedicados a recordar el pasado, sino que tambin habra una cierta intencionalidad del trabajo de la
represin y de la censura como para borrar aquellas situaciones que fueron traumticas o aquellos
recuerdos angustiosos. Esto se puede producir tambin en la forma de lapsus cuando de pronto no
recordamos un nmero de telfono, el nombre de una persona o un lugar, y no lo estamos
recordando por algn significado concreto que ese recuerdo tendra en un momento para nosotros.
R. Kas distingue a nivel individual varias memorias. Memoria de las fantasas, memoria de lo
que nunca ha sido (lo que llambamos el recuerdo encubridor), memoria de la verdad y de lo que ha
sido, memoria del cuerpo [Kas, 1991].
Piera Aulagnier plantea la cuestin de ciertos registros de las primeras etapas de la vida,
registros que se dan a nivel de lo corporal. Estos tienen alguna expresin en el lenguaje popular,
como por ejemplo un fro hasta los huesos. Est indicando algo vivido corporalmente, preverbal,
que no ha podido ser representado en palabras porque existi antes de que tuviramos acceso al
lenguaje y a la palabra, y ni siquiera a la representacin de cosa, no ya a la representacin de
palabra. Ante ciertas situaciones de extremo desamparo o de extrema angustia que producen
regresin, se recurre a algunas de estas expresiones referidas a lo corporal para tratar de definir algo
que no podemos semantizar de otra manera.
La memoria del cuerpo no slo tiene que ver con un registro en lo corporal muy primario.
Sostenemos que esta memoria, en otro nivel, tambin tiene que ver con lo traumtico. Ya sea por la
regresin que el impacto traumtico puede producir o por la accin sobre el cuerpo, en personas que
han sido torturadas puede haber marcas corporales, como por ejemplo una anestesia en cierta parte
del cuerpo, que no encuentran explicacin neurolgica, que son un registro a nivel de lo corporal de
un rea que fue traumatizada y queda incapaz de sentir.
Esta sera una memoria del cuerpo. No se corresponde ni con una queja de tipo hipocondraco, ni
con un sntoma histrico. No hay acceso desde una terapia verbal, pero s hay acceso desde una
terapia corporal que abra un camino desde la vivencia corporal a la representacin.
Aunque metafrico, cuando la Asociacin de ex Detenidos Desaparecidos elabor un afiche con
el lema de Llevamos en el cuerpo todas las memorias, aluda sin duda a este tipo de memoria.
Tambin hay un tipo particular de memoria de lo traumtico que se expresa a travs de
repeticin o de reas de vaco que no pueden ser llenadas con palabras.
El papel de lo intersubjetivo en la memoria
Hay ciertos acontecimientos que producen efectivamente amnesia, por ejemplo un trauma
importante. Lo que produce amnesia puede ser tanto el traumatismo de crneo, es decir
estrictamente una perturbacin orgnica, neurolgica, como un factor psicolgico, emocional, o una
confluencia de ambos. En estos casos, la persona necesita reconstruir ese vaco que ha quedado en
su vida a partir del relato de otro, de un recuerdo que hace a la subjetividad del otro, de cmo el otro
ha vivido o est viviendo esa situacin. Podemos pensar, entonces, que en estos casos la
reconstruccin se hace sobre la base de un vnculo intersubjetivo en el cual es el otro el que acta
como una especie de pantalla para la reconstruccin de la memoria.
La funcin del otro actuando como pantalla es, por otra parte, la funcin del terapeuta ante la
situacin traumtica, (o ante ciertas situaciones que fueron sacadas de la memoria). Aquella
situacin traumtica que adquiere una intensidad tal que no puede ser completamente rodeada de
significados, que deja agujeros, puede, en el vnculo intersubjetivo que se construye en un
tratamiento, ir siendo devuelta al paciente que la ha sufrido. Esta es, por otra parte, una de las
funciones de los grupos de reflexin en las situaciones traumticas [Edelman, 1995]. Desde ya, para
esto tenemos que admitir que es una construccin que siempre incluye algo de hipottico, o sea,
sabemos que la construccin que se est devolviendo de esta manera no es la construccin exacta de
aquello que ocurri, sino una hiptesis sobre lo ocurrido y la significacin que para esa persona
tuvo aquello ocurrido.
Ren Kas seala este papel de lo intersubjetivo en el sostenimiento de la memoria, de la
presencia de recuerdos delegados en la memoria de otro, como un proceso constante, habitual, y no
slo vinculado a los agujeros que lo traumtico puede dejar en la memoria.
Memoria de la especie
En la hiptesis freudiana, el ncleo del inconsciente estara constituido no por capacidades
heredadas, sino incluso por contenidos heredados a los que denomina memoria de la especie.
Pensamos que lo que se puede heredar son slo ciertas capacidades, ciertos mecanismos que nos
permiten desarrollar nuestro aparato psquico en la medida en que ste se va construyendo en el
vnculo intersubjetivo, pero no podemos heredar contenidos psquicos concretos de la especie. Es a
travs de la cultura que estos contenidos se transmiten continuamente. Contenidos, prohibiciones,
represiones, etc., son producciones culturales, histricas, y no con un inconsciente colectivo
transmitido a travs de la herencia.
La memoria colectiva
Entendemos representacin social como el producto y proceso de una elaboracin psicolgica y social de la
realidad. Tiene, por lo tanto, su apoyatura en lo ideolgico.
Cabe mencionar que la memoria colectiva tambin puede transmitir idealizaciones alienantes
que operan como modelos identificatorios.
Hay, por lo tanto, una parte de la memoria que funciona en grupo, que es colectiva, pero que
cumple funciones muy importantes para cada sujeto individual, ya sea por identificacin, por
restitucin de lo que el sujeto ha rechazado, o tambin manteniendo disponible ciertas
significaciones en un relato colectivo del cual el sujeto puede apropiarse de ciertos aspectos [Kas,
1991]. La memoria individual est, entonces, modelada por las representaciones pblicas y oficiales
del pasado. Todo recuerdo personal forma parte de un sistema de produccin social de la memoria
que determina los mecanismos de seleccin, interpretacin y distorsin de lo recordado [Berguero y
Reati, 1997].
La memoria colectiva de la dictadura, por el efecto traumtico tan importante que sta produjo,
hace que cuando hablamos de memoria colectiva en la Argentina, automticamente pensamos en la
memoria de la dictadura. Sus conmemoraciones muestran claramente cmo la memoria colectiva
responde a necesidades del presente y del futuro.
En la medida en que no hay una situacin de justicia, en que hay una poltica de olvido, a veces
es un grupo el que se tiene que convertir en el portavoz de la historia y de la memoria, con todo lo
que esto implica, a veces, de conflicto con las particularidades del procesamiento singular de la
situacin traumtica. En estos casos se da la paradoja de que el opuesto de olvido no sea memoria
sino justicia.
Memoria histrica
Se considera que para que se pueda hablar de memoria histrica los sujetos que participaron
directamente en una situacin determinada, ya no estn. Sus mecanismos son inseparables de los de
la memoria colectiva, aunque juegan un papel mayor tanto los mitos, las leyendas, como la
transmisin escrita de la historia o de sus interpretaciones. La memoria articula la historia de los
pueblos. Es, por lo tanto, gestora de identidad colectiva. A pesar de que se logr borrar de la historia
oficial y de nuestro conocimiento el genocidio indgena, por ejemplo, no se pudo impedir su
reaparicin como memoria colectiva en la conmemoracin de los 500 aos de la conquista de
Amrica.
En Mxico, con el movimiento zapatista, aparece claramente que hay una memoria histrica del
pueblo maya, de la conquista y la opresin, y tambin de su resistencia y de sus levantamientos
contra esta opresin. Esta memoria incluye mitos previos a la conquista, mitos sobre el origen, tales
como el de los hombres de maz, que dice que los hombres nacen a partir de una mazorca de maz.
Mito, por otra parte, ligado al presente, ya que sta sigue siendo una cultura del maz. Pero aparece
otro elemento en la memoria histrica ms reciente, que adquiere forma de leyenda: Zapata no
muri, est vivo. Esto formulado no como metfora referida a sus ideales, sino como una creencia
que le otorga vida real.
La memoria colectiva es as un proceso permanente y un componente esencial de cualquier
nueva identidad que tramite su construccin.
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Publicado en Libro Paisajes del dolor, senderos de esperanza. Salud mental y derechos humanos en
el Cono Sur, Buenos Aires, Argentina, noviembre de 2002. Pgs. 215:223