EDMOND JABÉS - La Transparencia Escrita PDF
EDMOND JABÉS - La Transparencia Escrita PDF
La transparencia escrita
Despus, pero simultneo, aparece el dilogo con esa "metfora del vaco"
llamada Dios. Dialogar es poner en tela de juicio lo que se cree saber para
instaurar un nuevo espacio
Me reconfortara que mis libros suscitaran una cierta inquietud. No creo que
sean ilegibles. No pienso que sean oscuros. Se vuelven ilegibles si uno busca en
ellos certezas...
Si quisiera un lector ideal, pensara en aquel que, a travs de mis libros,
asumiera sus propias contradicciones, su propio vrtigo, y que aprendiera, poco
a poco, a no tener miedo...
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el riesgo de afirmarse.
Lo que creamos se nos parece. La creacin del hombre por Dios slo poda pasar
como se atraviesan los mares a travs de la semejanza.
Decir que Dios nos hizo a su imagen, es la confirmacin: una deduccin lgica...
"El Libro es la ilgica ausencia de toda existencia escrita; la prueba de Dios",
deca.
Tambin deca: "Lo que te parece ilgico slo es, a menudo, providencial acceso
a la lgica divina: una puerta donde no hay puerta."
Dios es el grito del vocablo blanco que nuestras letras trazan para el ojo.
El grito de Dios es el grito de toda ausencia.
(Dios imita a Dios para el hombre que lo imita.)
Mi desierto es espejo divino pulverizado.
El horizonte es siempre el vaco de un rostro.
Dios es una palabra sin fin.
El primero y el ltimo libro tienen en comn el imprescriptible silencio.
Toda pgina escrita es nudo desanudado de silencio.
El abismo es silencioso.
El vaco es espera de vocablo.
Todo lector es el elegido de un libro.
(T te asemejas a quien se asemeja a ti durante el tiempo de una semejanza.
No hay imagen eterna.
La eternidad de Dios es ausencia de imagen.)
"Tendras que habituarte a mirar las palabras como ojos que te miran", haba
anotado Reb Assayas.
("Nuestros labios conocen Tu libro, Seor, escriba Reb Somekh; pero qu mano
fraterna vendr a dar vuelta a las pginas del nuestro? Vivimos a la sombra de
esa mano.")
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Reb Assira
Cul es tu bien?
La transparencia.
"Nunca dos obras transparentes se asemejarn entre s deca. Y sin embargo, a
qu se parece una gota de agua si no es a otra gota de agua?"
El desierto es universo de transparencia.
"Quin te sostiene?", preguntaba Reb Asri a Reb Dabban.
"El vaco", le respondi ste.
Y agreg: "Acaso no sostiene al universo?"
La rosa de la muerte tiene un perfume de eternidad con- sumada.
"La palabra de Dios est en la del hombre.
"La palabra del hombre, en el silencio de Dios", deca tambin.
Como el dilogo, el libro tiene sus niveles de aproximacin.
As, escribir sera escalar los grados de nuestras carencias.
La palabra est en la cspide.
El corazn del dilogo est pleno de los latidos de la pregunta.
Vine para interrogarte dijo el discpulo.
No esperes de m ninguna enseanza respondi el maestro. Hemos recibido la
misma herencia: nuestra humilde sabidura.
He de irme tan pronto? dijo el discpulo.
Paciencia. Tratar de ayudarte de la mejor manera. Te ensear, poco a poco, a
desaprender. sa es la virtud del dilogo respondi el maestro.
"Desde la ventana miro, con las gaviotas, volar el mar.
"De aqu partir un da. No llevar conmigo la imagen de la tierra, sino la visin
de la infinita herida celeste", haba escrito."
La palabra, deca, como la ola, revienta sobre la playa, pero siempre es slo un
poco de espuma lo que desciframos".
Contrariamente al pjaro, el libro muere con las alas desplegadas.
La palabra debe su fuerza, menos a la certeza que ella marca, al articularse, que a
la carencia, al abismo, a la incertidumbre de su decir.
(A partir de qu momento podemos declarar que hemos entablado un dilogo?
Quiz en el momento crucial en que el universo ya no es nada.)
Nunca seremos dueos de los horizontes.
("La diferencia entre nosotros, deca, es la siguiente: T crees firmemente en una
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crecer an.
Nuestras vas son diversas, innombrables. Y, no obstante, slo son dos: la que
conduce hacia el Todo que es la Nada, y la que lleva a la Nada que es el Todo.
Una es polvo; la otra, humo.
La parte humana de la escritura es la parte conocida; la parte divina, la
desconocida.
El libro est en la semilla.
La semilla es vocablo.
El vocablo est en el libro.
La lectura del libro quiz no sea sino lectura de granos germinados.
No le pidas a Dios que barra a tu puerta. No fue l quien invent la escoba.
Escuchar a Dios en Su escritura me parece ser la leccin del judasmo.
Para el judo, mirar hacia atrs es ver el futuro antes de haberlo vivido.
A donde el judo va, el ghetto lo sigue.
Nuestras cadenas estn en nosotros mismos.
Estn escritas.
Lo que est por abrirse, una vez abierto, abre.
En esta apertura, en esta serie de aperturas, me inscribo.
La verdad de Dios est en el silencio.
Volvernos silenciosos con la esperanza de fundirnos en esa verdad.
Pero slo podemos tomar conciencia de ella a travs de la palabra.
Ay! Mas la palabra siempre nos est alejando del objetivo.
Quin escribir jams la errancia? Ella se escribe con nosotros.
Errante, yo soy su escritura.
"Y t escribirs mi libro falsificndolo, y esa falsificacin ser el tormento que te
agitar en extremo.
"Mi libro falsificado inspirar otro, y ste, otro, y as hasta el fin de los tiempos;
pues larga ser tu descendencia.
"Oh, hijo y nieto del pecado de escribir, la mentira ser vuestra respiracin, y la
verdad, vuestro silencio."
As habra podido hablarle Dios a Moiss.
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Y Moiss habra podido responder: "Por qu, Seor, condenar a Tus creaturas a
mentir?"
Y Dios hubiera podido agregar:
"Para que cada uno de vuestros libros sea vuestra verdad y que frente a la Ma,
esa verdad indigna se hunda y, por s misma, se haga polvo.
"Ah radica Mi gloria."
Dios es nombrado en lo ms secreto de su ausencia.
Imagen del vaco anterior al vaco.
Saba Eva que al morder la manzana era su alma lo que devoraba?
Eva y Adam amaron de antemano, en su fragilidad, a su futura descendencia, a
travs de la infancia que ellos mismos nunca tuvieron; pues Dios ya los haba
abandonado a su suerte con el fin de ser tambin l abandonado por ellos.
Pues su libertad oh, soledad herida deriva innegablemente de este doble
abandono.
Pero dos preguntas subsisten.
Al crear al hombre, saba Dios que nunca llegara a ser de l un hombre puesto
que es a ste a quien le corresponde llegar a serlo por s mismo?
La debilidad de Eva se le revel a Dios, ms tarde, como una leccin, y a Adam
como la prueba esencial sobre una cierta conciencia de existir, sobre la
aceptacin de la vida y de la muerte?
Ms que al sentido, apgate al silencio que ha modelado a la palabra.
Aprenders ms sobre ella y sobre ti cuando ambos sean, nicamente, escuchas.
"Si se me preguntara cul, de entre todos los misterios, es el que permanece por
siempre impenetrable, yo respondera sin dudar: la evidencia", haba anotado.
Hermanas siamesas separadas por la cabeza: el pensamiento y la poesa.
Como el pensamiento para el pensamiento, o como el amor para el amor, la
poesa slo puede ser salvada por la poesa.
Respiramos como leemos.
Al mismo ritmo.
No hay que confundir claridad de la lengua y claridad del texto.
Una brilla al exterior; la otra, al interior.
Ondulantes fronteras.
"Qu es lo que te pertenece? Casi nada, e incluso ese casi est de ms.
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"...de ms como el vaso de agua que se le tiende a quien no tiene sed", haba
escrito.
No dejes a las palabras agriarse. Tienen la misma longevidad que el vino.
Mis lmites son mi libertad.
Si se te ocurriera evocar mi relacin con el judasmo, no digas el judasmo, sino
ese judasmo.
Entre tu noche y mi noche est el obstinado infinito de una noche incondicional.
...este mundo tiene un rostro: el nuestro.
El mar no tiene ms confidente que el mar, ni ms testigos que el cielo.
Slo hay un infinito nico.
Cuando la ceniza se hace libro pstumo, las palabras renacen de sus primeros
sonidos.
"Un sabio ciego, un sabio mudo y un sabio sordo formaran juntos tres sabios
baldados si no fuera porque, en realidad, se trata del mismo sabio: ciego frente a
Dios; mudo frente al texto; sordo a las seducciones de nuestras frvolas
palabras", haba dicho.
Separacin de las aguas! Nuestros lmites son internos.
Un solo vocablo basta para designar al universo deca pero, a cuntas
palabras nos hace falta recurrir para entreabrirlo?"
El extranjero te permite ser t mismo al hacer de ti un extranjero.
"La singularidad es subversiva."
Mi pregunta no es "quin eres?", sino "qu me aportas?"
Lo que yo te aporto es lo que soy le fue respondido.
No le preguntes al extranjero su lugar de nacimiento; sino su lugar de destino.
Invisible Auschwitz en su horror visible. Nada hay que ver que no haya sido visto
ya.
Serenidad del mal.
"Qu infeliz ha de sentirse Dios al haber cometido tantos errores.
"Sus lgrimas son ahora las mas", escriba un sabio.
"El hombre le respondieron llora por Dios que ya no tiene ms lgrimas desde
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