Tema 51
Tema 51
Tema 51
santo patrono de Madrid, mezclando un aspecto culto, extrado de los documentos destinados
a la beatificacin del santo, y otro popular, sacado de la conocidsima historia del patrono. En
1602 se publica La hermosura de Anglica, extenso poema pico en octavas en el que
pretendi seguir la huella de Ariosto. Las aventuras de Anglica y Medoro, ya muy
complicadas de por s, se enredan an ms con las incontables digresiones del poema. En La
Jerusaln conquistada, largo poema en veinte cantos, publicado en 1609, trata de situar a
Espaa dentro de la gran gesta colectiva de la cristiandad medieval, emparejando a Alfonso
VIII con Ricardo Corazn de Len en una empresa comn, que el poeta desarrolla a modo de
novela caballeresca.
Cuenta Lope con varios poemas de tema mitolgico (La Filomena, La Andrmeda, La
Circe o La rosa blanca), pero ocupan un lugar especial entre los poemas narrativos la
composicin burlesca La Gatomaquia, en siete silvas, graciossima parodia de la altisonante
pica culta, y la composicin didctica El laurel de Apolo, en el que menciona a ms de
doscientos ochenta poetas de Espaa y Portugal y a un buen nmero de italianos y franceses,
as como pintores, destacando por sus interesantes comentarios sobre problemas de mtrica,
las innovaciones italianistas, etc.
C. Gngora
C. 1. Las llamadas dos pocas de Gngora
La opinin general sobre la obra potica de Gngora insista en la existencia de un doble
Gngora: el prncipe de la luz y el prncipe de las tinieblas, tal como lo haba definido
Francisco Cascales en sus Cartas filolgicas (1634), Madrid, Espasa-Calpe, 1969. El
primero era el poeta fcil, sencillo y popular, que haba compuesto deliciosos romances y
letrillas; el segundo era el autor de los poemas oscuros, extravagantes, casi ininteligibles, que
son sus grandes poemas (el Polifemo, las Soledades y el Panegrico al duque de Lerma).
Segn esta opinin, se le atribuye incluso un corte cronolgico a esta dualidad, aceptando
como fecha inicial de esta segunda poca el ao 1610, cuando compuso la oda A la toma de
Larache.
Frente a esta idea, nos encontramos a Dmaso Alonso, que en La lengua potica de
Gngora, Madrid, CSIC, 1961, rechaza la tradicional separacin en el arte gongorino
diciendo que en las obras ms claras (sencillas) del poeta est en potencia el autor del
Polifemo y las Soledades. Sostiene que, indudablemente, existen dos Gngoras, pero no
cortados por barreras cronolgicas. Gngora, desde el comienzo hasta el final de su
produccin literaria, cultiva este paralelismo: de un lado la belleza del mundo, la virtud y el
esplendor; de otro, las miserias de la vida y las burlas menos piadosas. Slo en lo que al
hiprbaton se refiere, admite Dmaso que existe una notable diferencia: la frecuencia con que
aparece en la supuesta segunda poca hace que se multiplique considerablemente la
dificultad de su poesa. Y concluye este crtico diciendo que lejos de existir una separacin
entre dos pocas, lo que se produce en la trayectoria potica de Gngora es la intensificacin
de sus frmulas estilsticas normales.
romances pueden ser satricos y burlescos (La fbula de Pramo y Tisbe), moriscos (Serva
en Orn al rey), caballerescos (Anglica y Medoro), aunque normalmente se entrecruzan
temas y procedimientos.
En los sonetos gongorinos predomina el artificio formal, la perfecta arquitectura de sus
versos, sobre el clido sentimiento o concepto. En sus inicios destaca el tema amoroso
(Mientras por competir con tu cabello), pero posteriormente sus sonetos le servirn para
elogiar a grandes personajes (al marqus de Santa Cruz, a la duquesa de Lerma, a Juan Rufo,
al poeta granadino Soto de Rojas), con los ms gastados tpicos de la poesa cortesana y
ocasional. Los sonetos de los ltimos tres aos revelan ya el desengao de sus pretensiones
cortesanas, su cansancio, el presentimiento de muerte. El gusto por los colores brillantes y la
sonoridad desaparece o se difumina considerablemente (el dedicado al conde-duque: En la
capilla estoy y condenado; el que anuncia su deseo de abandonar la corte y regresar a
Crdoba: De la merced, seores, despedido). Pero no podemos olvidar los sonetos
burlescos y satricos, bien dirigidos a ros y ciudades (al Manzanares o contra Valladolid,
donde estaba entonces la corte), o bien a personajes (contra Lope: Por tu vida, Lopillo, que
me borres; o Quevedo: Anacreonte espaol, no hay quien os tope).
En las canciones y poemas breves de arte mayor predomina el tema patritico y
amoroso. Destaca la compuesta en esdrjulos Suene la trompa blica, las compuestas en
versos de 17 slabas A la Armada que fue a Inglaterra y la dedicada a San Hermenegildo, y
la Oda a la toma de Larache.
C. 3. 2. Poemas mayores
La Fbula de Polifemo y Galatea. El mito de Polifemo es de los ms antiguos en la
historia de la literatura y Ovidio en el Libro III de sus Metamorfosis dar ya la versin del
gigante enamorado que recoger Gngora. En la figura de Polifemo, horrible en su
deformidad, pero temblando de emocin ante su amada Galatea, se funde en trgico contraste
la ms grotesca fealdad con la ms delicada ternura. Consta de 504 endecaslabos en 63
octavas reales y es la hiprbole el recurso estilstico dominador (existirn otros como
metforas, hiprbatos, cultismo), haciendo que aquel tema, manoseado de todos, pase a ser
esencialmente suyo, convirtindose en la cima de las imitaciones que en nuestra literatura se
han hecho en los siglos XVI y XVII.
De toda la produccin potica de Gngora, las Soledades constituyen la obra ms
tpicamente gongorina. En sus otros poemas extensos, la octava real pona lmites a los
perodos poticos y sintcticos, pero ahora elige una forma mtrica, la silva, cuyas estrofas,
ampliables o reducibles a voluntad, permitan todo gnero de complejidades y proliferaciones
sintcticas. La Soledades iban a ser cuatro (Soledad de los campos, Soledad de las riberas,
Soledad de las selvas y Soledad del yermo), pero no pasaron de dos, quedando la segunda
detenida en el verso 979 por la muerte del autor. Segn Pellicer de Salas y Tovar en
Lecciones solemnes a las obras de don Luis de Gngora y Argote, Pndaro andaluz, Prncipe
de los poetas lricos de Espaa, Hildesheim-New York, Georg Olms Verlag, 1971 (ed.
facsmil), el andaluz deseaba simbolizar en las cuatro Soledades las cuatro edades del
hombre: juventud, adolescencia, virilidad y senectud.
Pedro Salinas en La exaltacin de la realidad (Luis de Gngora), en Ensayos
completos, I, Madrid, Taurus, 1983, pp. 260-277, seala que el tema de las Soledades no es
otro que el mundo, sus formas externas, su realidad, pero resulta que su poesa no tiene nada
de realista, pues esta realidad sensual exterior la magnifica y exalta, transformndose en una
realidad potica.
En 1617 emprendi la redaccin del Panegrico al duque de Lerma para atraerse el favor
del valido, pero la cada del ministro lo dej inconcluso. Consta de 79 octavas reales en las
que relata la vida privada y pblica del citado hasta la Tregua de la Haya en 1609, por lo que
al poeta todava le quedaban bastantes aos por cantar.
D. Quevedo
Quevedo escribi de todo, aunque ms que la pluralidad de temas, sorprende la variedad
de sus actitudes; as, junto a la prosa o la poesa ms desvergonzada, encontramos la obra
seria y elevada del moralista, del historiador o del poltico. Quevedo fue el gran satrico de
aquel sombro momento de la decadencia espaola. Consciente de la ruina de su pas,
zarandeado por todos los vaivenes de la fortuna y envuelto desde nio en todos los enredos
de la corte, los das fueron acrecentando sus amarguras y aguzando su pesimismo natural,
perfil dominante en todos sus escritos.
La vasta y polifactica obra de Quevedo necesita de minuciosa clasificacin. Por razones
de relevancia en cuanto al ttulo del tema que tratamos, nos saltaremos su admirable obra en
prosa (Historia de la vida del Buscn llamado don Pablos, El alguacil endemoniado, los
Sueos, La hora de todos y la fortuna con seso, La culta latiniparla, etc.) y nos detendremos
en su tambin excelente poesa.
D. 1. Caractersticas y clasificacin de su obra lrica
El carcter ms notable de la poesa de Quevedo es el estrecho abrazo de las vertientes
ms contrarias: la invasin del mundo real en las ficciones ideales, el salto de la palabra
extrapotica a las delicadezas del petrarquismo, la fusin del plano noble con el plebeyo, la
degradacin de lo bello hasta la vulgaridad o, por el contrario, la conversin en poesa de la
realidad ms baja, provocando un desgarrn afectivo (Dmaso Alonso, op. cit., 1971).
En su vertiente amorosa, con su insistente antifeminismo y sus burlas crueles contra las
mujeres, sigue la lnea petrarquista, pero su caracterstica principal es la temprana aparicin
de vetas de sombra y ardiente expresin afectiva. Quevedo cant a diversas damas, reales o
supuestas, fundamentalmente por medio de sonetos, pero fue a Lisi llamada tambin Lisis o
Lsida a quien dedic una serie de sesenta y cinco sonetos, acompaados de un madrigal y
cuatro idilios, compuestos a lo largo de veintin aos, que forman como un completo
cancionero de amor. Es inolvidable su soneto Cerrar podr mis ojos la postrera.
Aunque es cierto que hasta en sus poesas de carcter burlesco podemos hallar una
intencin moralizadora, el autor cultiv la poesa moral en algunas silvas y varios sonetos.
Los motivos estn tomados del pensamiento estoico y de la tradicin asctica cristiana,
siendo las cuestiones de la vida humana y de la muerte las ms comunes, tratadas con un total
pesimismo que nace de su experiencia desengaada. La estructura formal procede muchas
veces de los antiguos latinos, pero la originalidad de Quevedo reside en la fijacin en