Revista Internacional - Nuestra Epoca N°11 - Edición Chilena - Noviembre 1986
Revista Internacional - Nuestra Epoca N°11 - Edición Chilena - Noviembre 1986
Revista Internacional - Nuestra Epoca N°11 - Edición Chilena - Noviembre 1986
NUESTRA POCA N 11
/viene del reverso de la contraportada I
EDICIN
v * ^^ * *CHILENA
. * kk iv r*.
revista
NTERNACIONAL
.
VIGENCIA
DE LAS IDEAS
Y LA CAUSA
DE OCTUBRE
NUEVOS TIEMPOS
DEMANDAN NUEVAS
ACTITUDES
LAS
CONTRADICCIONES
INTERIMPERIALISTAS
Y LA CLASE OBRERA
LAS MASAS
INDGENAS
EN EL MOVIMIENTO
REVOLUCIONARIO
DE AMERICA LATINA
NOVIEMBRE 1986
EL PARTIDO
COMUNISTA DE
CHILE HA GANADO
AUTORIDAD MORAL
Y POLTICA
DECLARACIONES
DE VOLODIA TEITELBOIM
AL PERIDICO ESPAOL
NUEVO RUMBO
(2a quincena de septiembre de 1986)
Nuevo Rumbo: Despus del intento fallido de ajusticiar al dictador y tras la declaracin del estado de sitio de Pinochet y 'os
militares, cul es la situacin real de Chile
en este momento?
Volodia Teitelboim: Despus de la accin,
reivindicada por el Frente Patritico Manuel
Rodrguez, la situacin en Chile cambi,
haciendo ms difcil la subsistencia de la
dictadura y particularmente el poder de Pinochet. Pinochet alguna vez manifest con
jactancia que en Chile no se mova una
hoja si l no la mova. Aquel domingo, cuando se produjo la accin contra Pinochet,
es evidente que l no mova esas hojas, aunque algunos hablaron de autoatentado, interpretacin que yo no comparto.
Creo que fue una accin justiciera del
Frente Patritico, que demostr que el hombre, que vive generalmente en el bunker,
y que cuando sale del bunker est rodeado
de una guardia pretoriana numerosa, sanguinaria, escogida entre los peores asesinos
REVISTA
INTERNACIONAL
(Problemas de la Paz y del
Socialismo)
PUBLICACIN
TERICA
DE
LOS
E INFORMATIVA
PARTIDOS
COMUNISTAS
APARECE
OBREROS
DESDE 1958
(339)
11
NOVIEMBRE
1986
SUMARIO
8
14
20
VIDA PARTIDARIA
A. MOHAMMED (Iraq). Dispuestos a luchar
26
FESTIVALES DE PERIDICOS
29, 53
INFORMACIN SOBRE NUEVAS EXPERIENCIAS. T. T. BABEQR (Sudn). Fidelidad a las consignas de la insurreccin popular. A. J. do AMARAL (Angola).
Atencin fundamental, a la calidad de los nuevos ingresos De los documentos L. SA (Portugal). Algo ms que una alianza electoral En el espejo de
30
la prensa Notas breves
JULIO ROJAS,
Primer Secretario Interino del CC
del Partido Comunista Paraguayo
36
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PANORAMA BIBLIOGRAFiCO
S.
S.
N.
G.
A.
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CADA ANIVERSARIO de la Revolucin Socialista en Rusia no slo es nuestra fiesta internacional comn, sino un nuevo recordatorio
sobre la importancia histrico-universal del
Gran Octubre y el grande y enorme camino del
atraso al progreso recorrido por el pueblo sovitico en un lapso relativamente breve. Habiendo significado el nacimiento del primer
Estado proletario del mundo, de la sociedad
de justicia social, la Revolucin de Octubre
abri una nueva poca en la vida de la humanidad, dio comienzo a cambios fundamentales
en la fisonoma del planeta. El socialismo devino realidad en un pas y, ms tarde, se convirti en un sistema mundial, limitando considerablemente la esfera de la dominacin imperialista.
Una peculiaridad del actual aniversario del
Gran Octubre consiste en que le han precedido
toda una serie de congresos de muchos partidos hermanos. Los documentos aprobados en
ellos son un aporte colectivo a nuestro patrimonio comn, a la teora y la prctica marxistaleninista. Ha tenido una enorme trascendencia
el foro de los comunistas soviticos, con quienes los comunistas de diversos pases vinculan
decenios de autntica fraternidad y solidaridad
internacionalista. Habiendo pasado por las
llamas de tres revoluciones, los combates contra los agresores extranjeros y las fuerzas de
la reaccin, forjado en la lucha y el trabajo,
el gran partido de Lenin en esta etapa crucial
del desarrollo del mundo contemporneo ha
levantado nuevos puntos de referencia en el
La delegacin del Partido Comunista Paraguayo que particip en las labores del XXVII
Congreso del PCUS destac dos de sus rasgos
caractersticos: la continuidad y el espritu innovador. El Informe Poltico del Comit Central, as como otros materiales y documentos
del congreso, enriquecen nuestro arsenal poltico y terico, constituyen una fuente de inspiracin para la lucha por los ideales socialistas. Y esto no es retrica, sino la constatacin
de hechos indiscutibles.
La nueva redaccin del Programa del PCUS
contiene un profundo anlisis de la realidad
contempornea. Al tiempo que generaliza la
rica experiencia de la lucha revolucionaria, no
slo seala las tareas en el plano nacional,
sino que indica la perspectiva de avance de la
humanidad hacia formas superiores de organizacin econmica y social. Sin pecar de exagerados podra afirmarse que el documento programtico del PCUS es el Manifiesto Comunista del siglo XX, que contribuye a reforzar la
unidad y la cohesin del movimiento comunista y obrero internacional, a desarrollar en todo
el planeta la lucha contra las pretensiones de
EE.UU. a la dominacin mundial y contra la
amenaza de una catstrofe nuclear.
Nos causaron enorme impresin los planes
productivo nacional. Se trata pues de una crisis general, porque afecta a casi todas las vertientes de la economa y a la inmensa mayora
de los habitantes; agravado esto en gran escala por causa de la decisin de los imperialistas y de la gran burguesa local de enfrentarla
para preservar y reordenar sus dominios, concentrar capitales y elevar las ganancias en
favor de los grupos ms poderosos.
Entre los principales elementos de la crisis
podemos anotar una perjudicial relacin de la
economa dominicana con la economa capitalista mundial; un insoportable y oneroso proceso de endeudamiento externo; un acelerado
proceso de concentracin del poder econmico
y de las riquezas nacionales en favor de la
banca extranjera y del capital financiero criollo y de los sectores monopolistas. Y esto a
costa del incremento de la miseria de las masas populares, del deterioro del nivel de vida
de las capas medias, de la quiebra o del incremento de las dificultades de las pequeas y
medianas empresas y de la declinacin de las
empresas ms dbiles del rea productiva y
del comercio. Es una crisis prolongada, dado
que sus desgarradores efectos tienden a desarrollarse y acentuarse, sin que los grupos dominantes cuenten con alternativas o frmulas
capaces de atenuarlos en el corto y el mediano plazo.
La naturaleza de la crisis permite establecer
con claridad la responsabilidad de la misma
en los bancos y corporaciones norteamericanos
que han subordinado la economa dominicana
a sus intereses, pero ella recae adems sobre
distintas fracciones de la gran burguesa nativa que se han asociado a esos intereses.
La responsabilidad poltica recae directamente sobre los gobiernos del Consejo de Estado, del Triunvirato, del Partido Reformista y
las dos ltimas administraciones del Partido
Revolucionario Dominicano', que han hecho
d ejecutores de las polticas que han conducido a esta situacin, siendo las administraciones del PRD las que mayor responsabilidad
tienen en la acentuacin del endeudamiento
externo y en las consecuencias de la intervencin del Fondo Monetario Internacional.
EL FvII IMPUSO su programa de ajustes en
estrecha relacin con los grupos dominantes
locales y con el Gobierno del doctor Jorge
Blanco, a partir de 1983. De esa fecha en adelante2 la disciplina econmica fondomonetarista se tradujo en un Acuerdo de Facilidad
Ampliada que, vapuleado por el levantamiento
popular de 1984, fue reemplazado por un
1
Despus de la muerte violenta del dictador Rafael
Lenidas Trujillo, en el pas se sucedieron en el poder
el Consejo de Estado' (1961-1963), el Triunvirato (19631965), el Partido Reformista (1966-1978) y el Partido
Revolucionario
Dominicano (1978-1986). N. de la Red.
2
Vase : 'sobre el particular: N. Isa Conde. El nuevo
abril dominicano: experiencias de una rebelin social,
en Revista Internacional, Na 12 de 1984. N. de la Red.
10
intereses de las grandes corporaciones extranjeras y de las grandes empresas privadas nativas.
No por ello dej de crear ilusiones en una
parte del electorado, incluyendo a sectores
avanzados. Este cuadro determin que en medio de esos tres polos, nuestro espacio, de por
s limitado, se redujera a su mnima expresin.
Las tres candidaturas presidenciales de esas
tres opciones, promovidas con un estridente y
calculado espritu triunfalista, se convirtieron
en enormes torbellinos enajenantes que explotaban el sentimiento utilitario del voto, el voto
til, el voto por el que puede ganar.
En realidad, una relativamente debilitada
bipolarizacin real fue presentada como tripolarizacin, con un tercer polo, el PLD, artificialmente abultado. La alta direccin del PLD
rehus la nica va que le hubiera permitido
debilitar simultneamente y en mayor grado al
PRSC y al PRD: abrir el abanico hacia las izquierdas y el movimiento popular, diferencindose plenamente de las dos grandes opciones
de la derecha, definiendo fronteras sociales y
estimulando al mximo las energas populares
contra los desgobiernos de los ltimos 20 aos,
causantes de la crisis. Nosotros le hicimos una
propuesta en esa direccin que fue tajantemente rechazada por Bosch.
Los efectos de la poltica peledesta fueron
mayores porque ni
como Frente de Izquierda
Dominicano (FID) 1 1 ni como partido logramos,
previamente a la campaa electoral, estructurar una fuerza poltica con ms races en
las masas populares y con ms capacidad competitiva en el plano electoral respecto al propio PLD. La ruptura de la continuidad del FID
cara a las elecciones, motivada fundamentalmente por decisiones sumamente errticas de
una parte de nuestros aliados, determin que
tuviramos que concurrir solos y en condiciones mucho ms precarias, en medio de la imposicin de una boleta nica tipo arrastre, lo
que impeda concretar cualquier sentimiento o
respaldo popular en favor de objetivos menores como la representacin congresional.
Es preciso adems hacer conciencia que esa
reduccin a niveles tan extremos de nuestra
votacin a consecuencia de factores polticos
externos, como la descrita tripolarizacin,
fue posible por el hecho de continuar arrastrando los problemas que han impedido superar nuestro estancamiento organizativo y que
han impedido tanto el crecimiento, una mayor
calificacin ideolgica, el incremento del rendimiento de la militancia, como una implantacin ms firme en la clase obrera, el campesinado y las masas populares en general.
Este accidentado proceso evidenci en mayor
grado las debilidades y resquebrajaduras que
afectan a la superestructura de la sociedad,
que a su vez han determinado la imposicin
11
Vase sobre el particular: N. Isa Conde. Lugar citado. N. de la Red.
11
de pactos polticos desde la embajada norteamericana, la conversin de la Cmara Americana de Comercio que agrupa a los representantes de las corporaciones norteamericanas en Repblica Dominicana en escenario
de exposicin de compromisos, antinacionales
y antipopulares, de parte de los candidatos
dispuestos a contemporizar con esos intereses.
En el curso de la campaa ha quedado ms
evidente que el Gobierno central, el Congreso
Nacional, las estructuras dirigenciales de los
dos grandes partidos, el Poder Judicial y el
aparato electoral son escenario de trfico de
influencias y de la corrupcin, instrumentos
parcelados por clanes polticos y econmicos,
medios para garantizar la impunidad, instituciones violadoras de la Constitucin, de las
leyes y de sus propias reglas de juego, organismos dedicados al reparto de cuotas de poder por encima del valor formal del sufragio
y por designio de los interventores extranjeros y de grupos poderosos locales.
Y todo esto tiende a extender y profundizar
el escepticismo de las masas respecto a esas
instituciones, que ya comenz a expresarse
con un incremento significativo de la abstencin, que alcanz al 30% de los electores.
Balaguer y su PRSC ganaron las elecciones
por una mayora limitada de votos pero afirmando su liderazgo electoral sobre los campesinos, amplios sectores de las masas marginadas, la mayora de la clase dominante y
ciertos sectores de las capas medias. El PRSC
en los ltimos tiempos, adems de consolidar
sus vnculos con importantes sectores de la
clase dominante, se ha inclinado definitivamente por la afiliacin a la democracia cristiana internacional y por un esfuerzo de modernizacin en su quehacer poltico y en sus
mtodos de organizacin. El caudillismo coexiste ahora con ese proceso, el reformismo
convive con el conservadurismo, su marcada
inclinacin al autoritarismo y a la represin
se mezcla con el intento de democristianizacin y se contiene frente a los avances en la
conciencia democrtica nacional, aunque podra resurgir con nuevas modalidades como
consecuencia de las tensiones sociales que genera la crisis socio-econmica.
El PRD perdi el Gobierno, evidenci una
reduccin de su influencia electoral en la capital de la Repblica y en los principales centros obreros del pas y ha disminuido su representacin en el Congreso Nacional y en los
ayuntamientos. A raz de su derrota se acentan las posibilidades de divisiones en medio
de las mutuas recriminaciones que se han lanzado tres fracciones en pugna, dos de las cuales estn mucho ms vinculadas a los designios
de la embajada norteamericana y de los grupos
econmicos conservadores que a la socialdemocracia internacional.
La declinacin y la crisis del PRD merecen
un anlisis ms detallado. Ni siquiera ha podi-
12
do ser mnimamente coherente con la proclamacin socialdemcrata de algunos de sus lderes y con su afiliacin a la Internacional
Socialista, aprisionado dentro de una camisa
de fuerza que se ha impuesto y que le han
impuesto la subordiiiacin al poder norteamericano y las fracciones de la burguesa dependiente dominicana que han copado su estructura dirigencial. :. ,. . .
.,.
.,,,..
Si el proceso de derechizacin del PRD en
su fase inicial tiene que ver con el viraje desde el populismo nacionalista a las condicionantes poltico-ideolgicas que determinaron sus
vnculos con la socialdemocracia europea (favorecidos por los aires iniciales de la Administracin Crter), en todo el trayecto posterior, y muy especialmente en el curso de la
era Reagan, esa derechizacin incluye la resignacin desde el poder de la mayor parte
de las banderas socialdemcratas y su asimilacin, en el marco de la poltica fondomonetaria y de la subordinacin a la estrategia de
los Estados Unidos, a un partido tradicional
al servicio de la dependencia, a una fuerza
poltica cada vez ms parecida a su principal
contrincante; el Partido Reformista Socialcris-;
tiano.El Partido de la Liberacin Dominicana, aunque duplic su votacin y su representacin
congresional, se qued muy por debajo de sus
espectativas en un tercer lugar y con el 18%
de los votos depositados. Su crecimiento es
significativo en los centros urbanos con mayor
poblacin obrera y en sectores de las capas
medias y de la juventud, lo que unido a sus
vnculos y su poltica de contemporizacin con
sectores del poder tiende a definir su configuracin ms que como un partido de liberacin
nacional, como uno de corriente neosocialdemcrata sumamente moderada e integrada en
el sistema.
A TRES AOS Y MEDIO de la intervencin
del FMI, es evidente que adems de haberse
elegido un nuevo Gobierno, se ha reelegido la
peor crisis econmica y social de nuestra historia reciente.
El pas no dispone de recursos para el desarrollo ni para mejorar el nivel de vida del
pueblo, pero el Gobierno se ha comprometido
a pagar este ao a los acreedores internacionales ms de 700 millones de dlares por concepto de una deuda externa que ya sobrepasa
los 4.000 millones. Esto ocurre mientras las
empresas extranjeras estn repatriando anualmente unos 200 millones de dlares. Las exportaciones llegaron a apenas 700 millones de
dlares el ao pasado en comparacin con los
1.200 millones anteriores. A ello hay que agregar que el producto interno bruto descendi
en 1985 un 2,2 por ciento. Este ao, si bien
se han reducido los gastos de petrleo, sufriremos las consecuencias de la crisis azucarera.
La zafra est paralizada en slo 405.000 tone-
13
fondo a los graves problemas nacionales; crisis nacional en medio de una gran crisis continental. ..
Es preciso ponernos a tono con esta situacin. Se necesita un partido fuerte, un conjunto de izquierda y un movimiento popular capaces de hacerle frente, de constituirse progresivamente en una opcin de poder y de iniciar
un camino que garantice su superacin. Porque el retraso es para su ms seria consideracin. Como partido. Como izquierda. Como movimiento popular organizado.
Arrastramos muchas debilidades, estilos de
trabajo inadecuados, estancamientos y sectarismos, desviaciones reformistas, radicalismos
improcedentes, bajas en el compromiso con
nuestra causa y en el necesario nivel de integracin. Trabajamos con el ritmo del reflujo
en una fase de crisis social activa. Se precisa
de un reforzamiento del espritu crtico-constructivo y de la autocrtica sincera, de un proceso de rectificaciones y reajustes, de una
mayor asuncin de las responsabilidades y de
la elaboracin poltico-terica creadora, de la
plena restauracin del compromiso revolucionario.
Y hemos empezado a hacerlo en nuestra propia casa, comenzando por la direccin nacional. Estamos empeados en avanzar con ms
celeridad hacia la concrecin de un partido,
una alianza de izquierda, un movimiento popular organizado, capaces de responder al reto
de este perodo histrico.
Nuevos tiempos demandan nuevas actitudes,
nuevas acciones.
antiimperialistas independientes, la Unin Sovitica y toda la comunidad socialista. El objetivo de la lnea estratgica del imperialismo
norteamericano es lograr la superioridad militar y destruir el socialismo por la fuerza de
las armas.
A diferencia de la poltica imperialista que
amenaza con el exterminio de toda la humanidad, la poltica de la URSS busca garantizar la
paz, prevenir un enfrentamiento con misiles nucleares en la Tierra y en el espacio, lograr un
or cada vez ms a menudo llamamientos a asestar un golpe contra Siria antes de que sta
logre la paridad militar con Israel. El Ministro
de Defensa, Itzhak Rabin, declar pblicamente
que la guerra con Siria es inevitable y que su
inicio era cuestin de tiempo. A juzgar por todo,
el principal objetivo de la visita realizada el
pasado mes de abril por el Primer Ministro,
Shimon Peres, a Estados Unidos era preparar y
coordinar los planes de las acciones conjuntas
antisirias. Desde el mismo ngulo enfocamos el
viaje a Israel de la Primera Ministra britnica,
Margaret Thatcher, que apoya activamente la
estrategia estadounidense en el Oriente Prximo.
Con su disposicin a participar en el programa de guerra de las galaxias los militaristas
israeles esperan tener acceso a los ltimos
adelantos tecnolgicos y las innovaciones militares que, a su juicio, pueden desempear un
papel decisivo en la futura guerra contra Siria.
Se tiene en cuenta las distintas formas de esta
guerra: desde los intentos de ampliar los territorios ocupados ' hasta ataques contra el potencial militar e industrial de este pas. Lo fundamental para la Administracin Reagan y los
sectores gobernantes de Israel es originar una
crisis interna en Siria y provocar cambios en
su poltica exterior. Tambin se fraguan planes
de incorporarla con el tiempo a la conjura de
Camp David.
En otras regiones del mundo, Israel cumple
funciones sucias y embarazosas, de las cuales
a menudo no quiere ocuparse la propia Administracin norteamericana: suministra armas a
las dictaduras fascistas, les proporciona instructores militares, organiza y apoya la actividad
subversiva contra regmenes progresistas.
Es ilustrativo que todos los partidos sionistas
se opongan a la idea misma de la liberacin
total de los territorios rabes ocupados desde
1967 y la creacin, all, de un Estado palestino
independiente. Ninguno de ellos vot en el
Knesset (parlamento) contra la alianza estratgica con EE.UU. y la participacin
en el programa de guerra de las galaxias 2 . Cuando en
la primavera pasada el grupo parlamentario
del Frente Democrtico por la Paz y la Igualdad 3 formul una mocin de censura contra el
Gobierno por haber firmado el correspondiente
acuerdo con la Administracin Reagan, ninguno
de los diputados al Knesset por los partidos
sionistas apoy esta propuesta. Slo los parla1
En 1967, Israel se apoder de las Alturas de Goln
sirias
y, en 1981, proclam su anexin. N. de la Red.
2
La Administracin Reagan conceda suma importancia al consentimiento oficial de Israel a participar en
dicho programa, esperando que tal paso contribuyera a
incrementar el apoyo que le prestan en EE.UU. influyentes sectores sionistas en el Congreso y en los crculos
de negocio y cientficos.
3
Creado en 1977 por iniciativa del PCI. Incluye al
Partido Comunista, la organizacin progresista de judos
sefarditas Panteras Negras, representantes democrticos de la poblacin rabe, presidentes de concejos municipales y personalidades pblicas progresistas. Tiene
4 diputados en el Knesset. N. de la Red.
15
16
17
18
19
DEMOCRACIA Y DISCIPLINA
EN SU UNIDAD DIALCTICA
BUGUYN DEZHID,
miembro del Bur Poltico y secretario del CC
del Partido Revolucionario Popular Mongol (PRPM]
LA EXPERIENCIA de los comunistas mongoles muestra que cada vez que ante el pas se
han planteado nuevas tareas, nuestro partido
ha sabido escoger caminos acertados para cumplirlas, ha procurado mejorar el estilo y los
mtodos de su actividad, adaptndolos, sobre
20
tido, permitindole desempear con mayor eficiencia su papel de fuerza dirigente y orientadora de la sociedad mongola.
EL XIX CONGRESO DEL PRPM', celebrado
este ao, volvi a subrayar que nuestro partido
es una organizacin autnticamente democrtica, que considera el carcter democrtico y colegiado de la direccin como una ley inviolable
de su labor. En el Programa del PRPM se dice,
entre otras cosas: El partido debe desvelarse
infatigablemente y ste es el principio esencial de su trabajo de organizacin por mejorar diariamente la seleccin, distribucin y
formacin de los cuadros; garantizar la mejor
organizacin del control partidario; impulsar
la democracia y la actividad de los comunistas
en el seno del partido; desplegar la crtica y
la autocrtica desde posiciones de principio,
recurriendo a este mtodo probado para revelar y subsanar los errores y deficiencias, para
educar correctamente los cuadros. La democracia no slo se proclama, sino que se garantiza en la prctica. Los Estatutos del partido imponen a los comunistas el deber de resolver de manera colectiva todas las cuestiones
de su vida interna. Las reuniones de los bures
de las organizaciones de base, las asambleas
generales, las conferencias, los plenos y, finalmente, los congresos son rganos del partido
reconocidos y prestigiosos que encarnan su experiencia y su inteligencia colectivas. La aplicacin consecuente del principio de la direccin colectiva asegura un clima sano en todas
sus organizaciones, permitiendo evitar el voluntarismo y tomar decisiones objetivamente
argumentadas.
Pero lo dicho no significa que consideramos
necesario que cada cuestin sea examinada en
asambleas o sesiones, sustituyendo el trabajo
vivo y concreto con debates interminables o
creando numerosas comisiones que suelen interferir en la marcha de los asuntos confiados
a personas concretas. Por el contrario: el partido se opone a ese hbito nada eficiente. En
el Congreso se cit el siguiente ejemplo: a fines del ao pasado, en la regin de Sujo Bator
trabajaron 22 comisiones y otros centros coordinadores que distrajeron del trabajo a ms
de 320 personas. El mximo foro partidario
conden con energa semejante prctica, sealando que el funcionamiento de toda organizacin del partido o del Estado ha de valorarse segn los resultados finales y los cambios
reales, y no por el nmero de decisiones y
actividades.
El Comit Central del PRPM ha aprobado medidas concretas,' aplicndolas con rigor para
afirmar el principio de la direccin colectiva.
Pero hay tambin el reverso de la medalla.
Se dan casos en que uno u otro funcionario,
escudndose en este principio, busca eludir su
responsabilidad personal por el asunto encar1
21
22
morales, su perseverancia y su ejemplo personal. En los ltimos aos, la poblacin de Mongolia ha rejuvenecido sensiblemente. Y por eso
es tanto ms lgico que se acreciente el papel
de ese ejemplo, que ayuda a los jvenes a adquirir hbitos profesionales y sociales, aprovechar la experiencia de generaciones precedentes y asimilar orgnicamente la necesidad de
la disciplina y la organizacin. En este plano
desempea un gran papel el movimiento de
preceptores. Hoy en da ms de 30 mil vanguardistas de la produccin, veteranos del trabajo y comunistas se desempean como preceptores de los jvenes que acaban de llegar
a la produccin.
En fin de cuentas, las tareas de fortalecer
el orden, lo mismo que el destino de toda la
poltica del partido corren a cargo de los colectivos laborales.
Hace dos aos, por primera vez verificamos
la combatividad de las organizaciones de base.
En esa labor participaron no slo los comunistas sino tambin los sin partido. Esta campaa permiti generalizar la experiencia positiva, detectar los defectos relacionados con el
cumplimiento por los comunistas de sus deberes estatutarios, descubrir las reservas para
reforzar la disciplina socialista. Demostr, en
particular, que las personas irresponsables,
poco conscientes en el cumplimiento de los
asuntos que les son encomendados, que los
burcratas y otros infractores de las normas
de convivencia socialista no son ninguna abstraccin, que an existen, viven y trabajan entre nosotros. Por esta razn, siguiendo la lnea
de esa campaa, prestamos especial atencin
a cmo detectar las causas de las infracciones
de la disciplina y eliminar oportunamente las
lagunas, elevando la eficacia de la accin educativa del colectivo laboral y de su ncleo, la
organizacin de base del partido.
Las relaciones de colaboracin camaraderil,
ayuda mutua y elevada exigencia en el seno
del colectivo, la lucha por reforzar la disciplina
pblica y laboral permiten formar una atmsfera de firmeza en los principios, de actividad
creadora y fecunda, contribuyen a conjugar
ms armoniosamente los intereses sociales e
individuales. Es natural que la preocupacin
por mejorar la organizacin y el orden se articule estrechamente con la solucin de las
cuestiones atinentes a las condiciones de vida
y de trabajo de la gente.
Los colectivos laborales de las empresas e
instituciones estn investidos de grandes derechos en todas las esferas de su vida interna.
Las asambleas de produccin, los puestos de
control popular y de la juventud revolucionaria, los grupos encargados de las normas de
trabajo y del anlisis econmico, los tribunales
populares, todos ellos son organismos genuinamente democrticos llamados a reforzar la disciplina en inters del pueblo. Integran estas y
otras asociaciones voluntarias representantes
elegidos entre la clase obrera, el campesinado
23
24
25
VIDA PARTIDARIA
DISPUESTOS A LUCHAR
AZIZ MOHAMMED,
Primer Secretario del CC
del Partido Comunista Iraqu (PClj
A PESAR de enormes dificultades y graves problemas que demandan solucin, logramos celebrar
el IV Congreso del PCI, hecho que constituye para
nosotros un xito notable y una gran conquista.
Este congreso desarroll sus labores en el territorio nacional y en la ms absoluta clandestinidad
del 10 al 15 de noviembre del ao pasado, o sea,
ms de 9 aos despus del III Congreso (Bagdad,
mayo de 1976].
La decisin de convocar el foro del partido fue
tomada por el CC en su Pleno de noviembre de 1981
y confirmada por sus sesiones plenarias de 1982 y
1984. El Comit Central y su Bur Poltico elaboraron los principios y las normas necesarias para
la preparacin del Congreso. Todas las cuestiones
relacionadas con ello fueron especificadas en las
pginas del boletn interno del partido Munadil alHizb.
Me refiero, en primer lugar, a la redaccin minuciosa de los documentos del Congreso: el informe
poltico, la nueva redaccin del Programa del PCI
y el balance de la experiencia de lucha del partido
DE LA REDACCIN. El retardo con el que publicamos
este articulo sobre el IV Congreso del PCI se explica
por las condiciones difciles de clandestinidad en que
tienen que desenvolverse los comunistas Iraques.
26
en el perodo de 1968 a 1979 '. Todas las organizaciones del partido discutieron ampliamente estos
documentos, manifestando un enfoque responsable,
objetivo y crtico y, a la vez, una actitud atenta
hacia la experiencia atesorada y el desarrollo actual y las perspectivas de la lucha. El Comit Central y otros organismos del partido recibieron gran
nmero de valiosas observaciones, propuestas y enmiendas. Muchas de ellas fueron tomadas en consideracin al elaborar definitivamente los documentos presentados, en nombre del CC, a examen de
los delegados al congreso. Es de sealar que, pese
a las duras condiciones de la clandestinidad, las
organizaciones del partido aprovecharon el perodo
precongresual para debatir activamente estos documentos, enriquecindolos con sus conocimientos y
experiencia para impulsar con mayor energa sus
propias actividades, en particular, desarrollar trabajos voluntarios (fuera de Iraq) y recaudar fondos
destinados al congreso.
Los delegados al congreso representaban a todas
las organizaciones del partido dentro y fuera del
pas, as como en el movimiento guerrillero. No fue
nada fcil garantizar una representacin tan amplia
en la situacin difcil en que nuestro partido tuvo
y tiene que desenvolverse hasta la fecha. Ya de por
s, este hecho refleja, primero, un crecimiento considerable del nmero de organizaciones del partido
y de sus militantes; y, segundo, pone de manifiesto
la voluntad de la direccin del PCI de ofrecer la
facilidad de participar en las labores del Congreso
al mximo nmero de cuadros del partido, con el
objeto de que contribuyan a elaborar la poltica y
las posiciones del partido, definir las perspectivas
de su desarrollo y el carcter de sus vnculos con
otras fuerzas. Adems, haba el deseo de que en
nuestro foro se expusieran opiniones distintas para
que se convirtiera en una autntica tribuna en la
1
Desde la subida al poder del Partido BAAS hasta
la ruptura de la colaboracin entre baaslstas y comunistas. N. de la Red.
27
28
marxismo-leninismo. Consideramos conveniente estudiar la posibilidad de convocar una conferencia internacional de los comunistas con el objeto de impulsar ms la unidad del movimiento y su solidaridad internacionalista en aras de nuevas victorias
en la batalla contra la amenaza de agresin y de
guerras que parte del imperialismo.
EL DEBATE en torno a la situacin interna del
partido y los problemas y dificultades que enfrentara y superara en el perodo transcurrido, as como
sobre los errores que cometiera, se distingui por
su espritu constructivo y crtico. Los delegados sealaron los xitos registrados en la construccin y
el fortalecimiento de las organizaciones del partido,
en el desarrollo del movimiento guerrillero, en la
intensificacin de las actividades del PCI, en el
fortalecimiento de sus vnculos con las masas trabajadoras, en la defensa de sus intereses en el
marco de una vinculacin ms estrecha entre las
demandas inmediatas y los problemas cruciales de
la nacin.
Los documentos que hacen el balance de esta
discusin que se caracteriz por la profundidad de
las ideas y el sentido de responsabilidad destacan
que la tarea central del trabajo organizativo del
partido en la etapa actual sigue siendo la construccin del partido en todas las regiones del pas,
entre la clase obrera y otros sectores trabajadores
de la ciudad, entre el campesinado, la juventud, los
estudiantes y las mujeres, en el seno de las Fuerzas Armadas y los lugares de residencia. Es importante seguir fortaleciendo los lazos del PCI con las
masas populares, elevar la combatividad de los sindicatos y de otras organizaciones democrticas. Los
esfuerzos que se hacen en este sentido constituyen
una garanta y un medio seguro para movilizar a
las masas populares e incorporarlas a la lucha revolucionaria por sus intereses y sus anhelos vitales.
El cumplimiento de esta tarea impostergable reclama que asimilemos profundamente la experiencia
pasada y enfoquemos con espritu innovador la bsqueda y el empleo de formas, mtodos y medios de
lucha nuevos. Implica la observancia irrestricta y
aplicacin creadora de las normas orgnicas y los
principios leninistas que rigen la vida interna del
partido: centralismo democrtico, crtica y autocrtica, direccin colectiva, respeto a las reglas del
trabajo clandestino. Es necesario asimismo discernir,
desde posiciones clasistas y con vigilancia revolucionaria consciente, las intrigas y planes de los
enemigos del partido para no ofrecerles la posibilidad de asestarnos un duro golpe.
El congreso analiz atentamente ciertos fenmenos negativos de la vida interna del partido y las
actividades multifacticas de los comunistas. Analiz con espritu crtico los errores y fallas cometidos por la direccin del partido, diversos organismos y algunos funcionarios responsables. Al mismo
tiempo, manifest una actitud solcita y cuidadosa
hacia las organizaciones y cuadros del partido. Se
confirm que el partido es capaz de superar las
deficiencias y conseguir que en su vida y trabajo
se afirmen normas leninistas sanas. El congreso declar que la nueva direccin del partido est lia-
EL IV CONGRESO DEL PCI fue una brillante manifestacin de la firme conviccin de los comunistas
iraques en la justeza de la teora cientfica por la
que nos guiamos de manera consecuente y creadora,
as como de su fidelidad indoblegable a los principios leninistas de la vida partidaria. Sin duda alguna, esto nos ayuda a superar las dificultades,
evitar los errores y avanzar seguros por el camino
correcto.
El mximo foro del partido coincidi con el 68
Aniversario de la Gran Revolucin Socialista de Octubre y se inspir en las ideas gloriosas de este
magno acontecimiento. La doctrina de Marx, Engels
y Lenin, grandes maestros de la humanidad, cohesion a los delegados en torno a su glorioso partido
y su justa causa; ha sido el Norte en su trabajo
noble y difcil. Ellos, los nietos y continuadores de
la obra de nuestros inolvidables camaradas Fahed
y Salam Adil, llevan muy en alto la bandera del
marxismo-leninismo y el internacionalismo proletario. La ms viva expresin de ello fueron magnficos resultados del congreso. Los esfuerzos creadores
de todos los militantes y amigos del partido, empeados en cumplir las tareas trazadas, acercarn la
hora de la victoria, la hora en que nos libraremos
de la guerra y la dictadura y haremos realidad una
alternativa democrtica en el suelo de nuestra querida patria.
FESTIVALES DE PERIDICOS
Miles de habitantes de Viena y
de otras ciudades austracas participaron durante dos das en la fiesta
del V o l k s s t i m m e , rgano de
prensa de los comunistas de Austria. El {estival transcurri bajo el
signo de la lucha en defensa de las
conquistas sociales y democrticas
de los trabajadores, por el derecho
al trabajo, la igualdad de la mujer,
la solidaridad internacional y la paz.
En el parque de Sempione, uno
de los sitios ms pintorescos de Miln, se celebr el festival nacional
de l'U n i t s, el peridico de los
comunistas italianos. La cindadela
de l'U n i t , que ocnp varias decenas de hectreas, fue construida
por los obreros durante sus vaca-
29
NUESTRAS ENTREVISTAS
30
31
32
DE LOS DOCUMENTOS
Brasil
EL OBJETIVO:
CONSTRUIR
UN PARTIDO
DE MASAS
En Sao Paulo se celebr una
reunin del Directorio Nacional
del Partido Comunista Brasileo
(PCB), durante la cual se analizaron las tareas prioritarias de
los comunistas que se desprenden
del desarrollo poltico del pas.
Los materiales aprobados subrayan
que para profundizar el proceso
democrtico en el Brasil tiene
gran importancia la transformacin del Partido Comunista en una
organizacin de masas que tenga un alto nivel de movilidad,
una base slida en la clase obrera, especialmente en las grandes
empresas industriales, y sea capaz de responder en forma rpida a las demandas de la lucha
poltica.
En el tiempo transcurrido desde el derrocamiento de la dictadura sealan los documentos
finales, el PCB ha conseguido
xitos considerables: ha sido legalizado como partido poltico y
ha creado una estructura orgnica a escala nacional. Pero, los
comunistas enfrentan todava muchas dificultades. La estructura
del partido, heredada de su pasado clandestino, no corresponde
a las posibilidades que ofrece la
nueva legislacin. Los comunistas
deben adaptar sus mtodos y formas de trabajo a las condiciones
de la legalidad, a la lucha a plena luz del da, tomando en consideracin la opinin pblica. Es
importante superar la subestimacin del estudio de la teora del
socialismo cientfico y de la rea-
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
vida demostr que la unidad necesaria para resolver los problemas concretos de las localidades
no poda basarse en un simple
entendimiento entre los partidos
polticos. En su totalidad, stos
agrupan en Portugal a medio milln de personas (200 mil son
miembros del PCP). La mayora
de la poblacin adulta no participa en sus actividades. Por otro
lado, entre quienes militan en
otros partidos, hay muchos que
lo hacen en contra de sus intereses de clase. Pero, tanto ellos
como tambin personas no afiliadas a ningn partido, reconocen
a los comunistas y a sus aliados
ms prximos como ciudadanos
honrados, experimentados, dedicados, competentes y preparados
33
la unidad de las masas trabajadoras. Procuramos al mismo tiempo aprovechar todas las posibilidades para impulsar la unidad
y convergencia de fuerzas, sectores y personalidades democrti-
EN EL ESPEJO DE LA PRENSA
Komunist
PERFECCIONAR
EL TRABAJO ENTRE
LAS MASAS
El semanario de los comunistas yugoslavos public un editorial dedicado a los vnculos entre el partido y los trabajadores.
El artculo seala serias deficiencias en el trabajo que la Liga de
los Comunistas de Yugoslavia desarrolla entre las masas. Los esfuerzos de los organismos dirigentes de la LCY por elevar su
eficacia an no han reportado
resultados tangibles. El partido,
escribe Komunist, considera insuficientes sus nexos con las organizaciones sociales de masas,
en primer lugar con la Liga Socialista del Pueblo Trabajador de
Yugoslavia (LSPTY) 1 , y no est
1
Organizacin socio-poltica de masas. Hasta 1953, se la conoci con
NOTAS BREVES
CEE
LBANO
Comunistas, socialistas y ecologistas, miembros de la Comisin Poltica del Parlamento Europeo, votaron
contra la propuesta que prev la
participacin de los 12 pases de la
CEE en el programa norteamericano
de guerra de las galaxias. La Comisin rechaz dicha propuesta por
26 votos contra 24.
SOLIVIA
RFA
35
LAS CONTRADICCIONES
INTERIMPERIALISTAS Y LA CLASE OBRERA
En los documentos aprobados ltimamente por una serie de partidos comunistas y obreros se destaca que
la presente etapa de la crisis general del capitalismo se caracteriza por la continuada profundizacin de
las contradicciones econmicas y socio-polfticas del sistema capitalista. Las ltimas dcadas se han significado por nuevas erupciones de la rivalidad nter imperialista. Al mismo tiempo se observa un afn de
coordinar la poltica imperialista. Los problemas que suscita esta situacin y las conclusiones que de
ella se desprenden para la clase obrera fueron temas debatidos por el Grupo de Investigacin de la comisin de la revista para los problemas tericos generales, en cuyas labores participaron JOHN PITTMAN, miembro del Bur Poltico del CC del Partido Comunista de EE.UU.; GEORG KWIATOWSKI, representante del Partido Comunista Alemn en la revista, y el profesor STANISLAV MENSHIKOV (URSS). Ofrecemos a continuacin una exposicin resumida de este intercambio de opiniones.
36
37
38
39
6
Gus Hall. The Worklng Class and the ImportExport Crisis. Polltical Affatrs, agosto de 1985, pp. 5-6.
7
Nombre que se da en la RFA al sector ms reaccionario de la coalicin gobernante.
40
41
el territorio nacional se convierta en campo de batalla en aras de los afanes aventureros del imperialismo norteamericano y un conflicto en torno a
la soberana nacional menoscabada por Estados
Unidos.
Algunos crculos gobernantes de los pases de
Europa Occidental quieren aplicar una poltica exterior independiente, opuesta a las tendencias agresivas de Washington, renunciar a la poltica de confrontacin y atenuar la tensin internacional. Tal
actitud se ve influida por profundos intereses econmicos, por la orientacin hacia una tctica de
tercera fuerza y de equilibrio entre los dos polos, y en ciertos pases por una tendencia soterrada a la neutralidad poltica. Al mismo tiempo, los
medios gobernantes se ven obligados a tener en
cuenta el ascenso del movimiento democrtico de
masas en favor de la paz, contra las armas nucleares y por un autntico desarme. Cuanto ms potente sea la resistencia de los pueblos a las fuerzas
de la guerra, ms favorables sern las condiciones
para la exteriorizacin de tales tendencias en el
seno de la burguesa.
En nuestros das conviene recordar la experiencia
de la segunda guerra mundial. Esta signific, a la
vez que un enfrentamiento entre dos grupos enemigos de naciones imperialistas, una lucha contra la
esclavizacin directa no slo de los ms dbiles,
sino tambin de pases capitalistas industrializados,
por los imperialismos alemn y japons. Sobre esta
base se constituy entonces una amplia coalicin
antifascista, que abarcaba tambin a una parte considerable de la clase dirigente de pases de capitalismo monopolista.
La humanidad se encuentra hoy amenazada por
una guerra que pondra en entredicho la existencia
fsica de todos los pueblos. Existe asimismo el peligro de que muchos pases pierdan su independencia poltica en aras de la satisfaccin de las ambiciones imperiales de Estados Unidos y el enriquecimiento del capital financiero transnacional, en aras
del lucro del complejo militar-industrial.
Como vemos, existe una base objetiva para una
amplia coalicin de las fuerzas de paz, opuesta a
las fuerzas de la guerra, el militarismo y el hegemonismo imperialista. Para los comunistas es de
palpitante actualidad la tarea de buscar y hallar
las vas que conduzcan a una cooperacin ms estrecha y eficaz con todos los sectores sociales, partidos y crculos polticos, organizaciones y movimientos sociales que estn realmente interesados
en conjurar la amenaza de una guerra nuclear, en
la creacin de un sistema fiable de seguridad internacional para todos.
La tarea no es sencilla, pues supone la cooperacin e incluso la alianza con sectores de naturaleza
de clase y de orientacin poltica muy distintas.
Pero slo mediante las acciones enrgicas de fuerzas heterogneas bajo la bandera de la lucha por
la paz es como se lograr ganar la batalla por el
mantenimiento de la civilizacin humana y crear
condiciones ms favorables para ir avanzando por
la senda del progreso social.
DE UN SIMPOSIO INTERNACIONAL
El ahondamiento de la crisis general del capitalismo y la agudizacin de las contradicciones entre los
pases de Amrica Latina y el imperialismo de EE.UU. han facilitado que las ms diversas capas de la
sociedad se incorporen a la lucha por la soberana, la emancipacin total de los pases de la regin respecto del dominio forneo, por la democracia, el progreso social y la paz. Un lugar importante en esta
lucha le corresponde al movimiento indgena, cuyos objetivos la liberacin social y nacional de la
poblacin aborigen se acoplan con las tareas estratgicas de la clase obrera y las fuerzas democrticas.
En dos repblicas, Bolivia y Guatemala, los indgenas constituyen la mayora de la poblacin. En Ecuador, Per y Mxico existen grandes concentraciones indgenas. La inmensa mayora de la poblacin paraguaya es mestiza por su composicin tnica. En Colombia, Chile y Brasil existen importantes concentraciones de poblacin india. Existen ncleos igualmente en Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Panam, Venezuela, Argentina, Surinam, Guyana, Belice y otros pases del continente. De ah el inters que despert
en la opinin pblica de varios pases el simposio cientfico internacional El movimiento indgena en
la lucha por la independencia nacional, la democracia y la paz en Amrica Latina, que organizaran
en Quito el Partido Comunista del Ecuador (PCE) y R e v i s t a I n t e r n a c i o n a l . En la discusin participaron representantes del Partido Comunista Colombiano (PCC) y del PCE, cientficos de Guatemala,
Cuba, Panam y la URSS, as como delegados de ms de 40 organizaciones indgenas ecuatorianas de las
ms diversas orientaciones polticas y destacadas personalidades pblicas.
A continuacin insertamos una resea de los principales materiales del simposio preparada por Alvaro
OVIEDO, miembro del CC del PCC; Luis Emilio VEINTIMILLA, miembro del CC del PCE, y Ynri ZUBRITSKI, destacado colaborador cientfico del Instituto de Amrica Latina de la Academia de Ciencias de
la URSS.
Pginas de la historia
Al inaugurar el encuentro, el camarada Rene Mauge, Secretario General del Partido Comunista del
Ecuador, seal que la empresa colonizadora acarre sometimiento y humillacin sin lmites a los
pueblos indios, constituyendo una de las mayores
injusticias histricas que conoce la humanidad. El
proceso de conquista y colonizacin en Nuestra
Amrica se abri paso en medio del genocidio, el
despojo y la destruccin de las formas religiosas
y las expresiones culturales autctonas.
Al respecto la ponencia presentada por el Centro
de Investigaciones Sociales de Colombia consignaba
que las tareas ms duras de produccin recayeron
tambin sobre las poblaciones aborgenes, ya diezmadas en las dcadas de la conquista y del asentamiento de la sociedad colonial. Dadas las condiciones materiales y espirituales de vida para las comunidades sojuzgadas, caracterizadas por la prdida de sus tierras, los traslados forzosos y los sistemas de tributacin establecidos, la poblacin aborigen sufri cambios sustanciales: en algunos casos
prcticamente fue extinguida o dispersada; en otros,
por la va del mestizaje se disolvi dentro de la
nueva sociedad, al .tiempo, que en otros contextos
finalmente mantuvo cierta cohesin y an preeminencia dentro del conjunto social regional.
El proceso de colonizacin interrumpi bruscamente el desarrollo de avanzadas culturas como la
quechua, azteca, que alcanzaron grados importantes
de desarrollo y sistematizacin de sus conocimientos, de sus elevadas tcnicas de construccin y agricultura, dando lugar a comunidades con cierto grado de diferenciacin social y estructuras polticas
de cierta madurez y complejidad.
Los conquistadores despojaron por la fuerza a
los indgenas de sus tierras seculares. Los espaoles recibieron concesiones en forma de encomiendas que incluan las poblaciones indgenas con sus
tierras comunales. Las comunidades religiosas fueron tambin favorecidas con las encomiendas, institucin mediante la cual los aborgenes eran entregados a los encomenderos para que los defendiesen, protegiesen, enseasen y civilizasen y, tambin,
para que les exijan toda clase de trabajos y tributos. Los conquistadores se cuidaron, en algunos
casos, de respetar las funciones de los caciques
para aprovecharse del mando que diera continuidad
al trabajo agrcola y permitiera la recaudacin de
tributos. Adems de los tributos que se pagaban en
dinero y en trabajo, eran obligados a prestar ser-
vicios personales de lo ms variados para la construccin de iglesias, puentes, caminos y otras obras
pblicas que empleaban las mingas forzosas.
Cuatro siglos de dominio colonial fueron vencidos mediante las guerras de liberacin, la proclamacin de la independencia poltica y la subsiguiente constitucin del sistema republicano en los nuevos Estados. Mas, la repblica no hizo variar la
situacin de las masas indgenas, por el contrario,
los explotadores, liberados del control de la Corona,
ampliaron su poltica de exterminio, despojo y expoliacin. Los sucesores de los encomenderos las
oligarquas terratenientes conservaron todos los
privilegios feudales de la colonia. Hoy, bajo el capitalismo, y en las condiciones de la gida imperialista, en Amrica Latina los indgenas continan
sometidos a las ms crueles e inhumanas condiciones de vida y trabajo.
En el simposio se subray que la indomable vocacin librrima de los pueblos indios hostig permanentemente el flagelo de la conquista. La colonizacin siempre estuvo amenazada por una inquebrantable resistencia que cobr variadas manifestaciones, desde la resistencia armada, hasta la
defensa de las tierras de la comunidad y la oposicin a las formas de trabajo serviles, impuestas por
los terratenientes y misioneros, y que va prcticamente desde los comienzos de la conquista hasta
nuestros das.
El enfoque marxista
Hacia los aos 20 de nuestro siglo, es decir, en
la poca en que irrumpe con fuerza el proletariado
latinoamericano en la arena histrica, lo cual se
manifiesta, ante todo, en la formacin de partidos
comunistas y obreros, la cuestin indgena adquiere
en Amrica Latina gran agudeza y se convierte en
objeto de atencin de la opinin pblica.
Esto encontr su expresin en el movimiento indigenista que abarcaba las ms diversas corrientes y
tendencias: reaccionarias (incluso hasta anticomunistas), liberales burguesas y democrticas burguesas, siendo estas ltimas las ms caractersticas.
Pese a la amplitud de cuestiones de que se ocupaba,
el indigenismo result incapaz de trazar vas efectivas para resolver el problema indgena. En el
simposio se subray que el propio curso de la historia de los pases latinoamericanos determin su
solventacin por una nueva clase revolucionaria, el
proletariado, sobre la base de la teora leninista
acerca de la cuestin nacional.
Como es conocido, el leninismo destruy el muro
que separaba los pueblos cultos e incultos, reconociendo que todos ellos tenan derecho a la
emancipacin nacional y social. Es completamente
lgico que los partidos comunistas de la regin, ya
desde su misma fundacin, dedicaran gran atencin
al problema indgena, procurando comprender su
naturaleza y encontrar los caminos para su solucin.
Entre los tericos de finales de los aos 20, que
trataron de comprender la cuestin indgena, plantendola en el plano de la prctica revolucionaria,
un destacado lugar le corresponde a Jos Carlos
Maritegui, fundador del partido de los comunistas
44
46
J* 10, p.
112.
7
Lourdes Contern y Rosa de Vlteri. Organizaciones
indgenas del Ecuador. Quito, 1984, p. 21.
mientas indgenas constituyen una parte significativa del potencial progresista de los pueblos de
Amrica Latina, que luchan por la prevencin de
una catstrofe termonuclear y la conservacin de
la vida en nuestro planeta.
Las organizaciones indgenas mantienen posiciones claras en relacin a la defensa del entorno
natural. Manifiestan una particular actividad en las
cuestiones ecolgicas, puesto que la contaminacin
del medio ambiente o los cambios sustanciales en
su carcter significan un etnocidio, es decir, traen
consecuencias desastrosas para el rgimen econmico tradicional de los indgenas, las costumbres
vinculadas al entorno y la propia existencia de muchas etnias. Los indgenas se pronuncian de la manera ms enrgica contra la contaminacin de las
aguas del Ocano Mundial, los lagos y los ros, contra la destruccin de los bosques y la capa herbcea de las estepas, etc. Como subrayaron los participantes en los debates, una serie de organizaciones indgenas con toda justicia vinculan en un complejo nico la amenaza de guerra nuclear, la catstrofe ecolgica y el etnocidio.
Tal es el caso, por ejemplo, del movimiento de
resistencia en contra del acuerdo establecido entre
la dictadura fascista de Pinochet, la NASA y el
Pentgono, mediante el cual se ha iniciado la construccin de un aeropuerto para el aterrizaje de
emergencia de los transbordadores espaciales norteamericanos en la Isla de Pascua, posesin chilena
enclavada en el Pacfico Sur. Esas instalaciones, que
en realidad servirn a los objetivos militares globales de EE.UU., representan a la vez un atentado
a la paz mundial y un caso flagrante de ecocidio,
con gravsimas consecuencias para la poblacin autctona que all habita.
Para las etnias indgenas representa un peligro
especial la irrupcin en la selva de las transnacionales y los empresarios locales vinculados a ellas.
Como se sabe, la selva latinoamericana es el pulmn del planeta, y la humanidad debera estar
agradecida a los aborgenes que la defienden por
todos los medios, sin escatimar a veces incluso su
propia vida. Por ejemplo, desde 1985, los pueblos
indgenas de la regin oriental del Ecuador han entablado una lucha verdaderamente heroica, aunque
desigual, contra la destruccin del manto forestal
so pretexto de implementar un proyecto agroindustrial para cultivar la palma africana.
El militarismo norteamericano tambin constituye
una amenaza mortal para los indios. En los meses
de octubre-noviembre de 1984, un crimen cometido
en la cuenca amaznica, en el noreste de Brasil,
suscit una ola de indignacin en todo el mundo.
El Pentgono experiment en esa regin sustancias
altamente txicas, que ocasionaron la muerte de 7
mil indgenas. No menos brbaro es el crimen que
se comete en las masivas campaas organizadas
por la reaccin de esterilizacin de hombres y
mujeres de muchas tribus aborgenes con el propsito etnocida de exterminarlos.
La defensa que hacen las etnias autctonas del
entorno natural adquiere tanto mayor importancia,
cuanto que, a medida que ella se despliega, no slo
los propios indgenas y los pueblos de Amrica La-
47
48
confianza que an persiste entre parte de la poblacin indgena hacia los blancos, desconfianza que
surgi y se desarroll en los siglos de exterminio
despiadado, explotacin y opresin de la poblacin
autctona. En el simposio se cit el siguiente pensamiento de Lenin: Las antipatas nacionales no
desaparecern tan pronto; el odio y muy legtimo de una nacin oprimida hacia la opresora
perdurar por un tiempo; se evaporar slo despus
de la victoria del socialismo y despus que se establezcan de manera definitiva relaciones absolutamente democrticas entre naciones13.
La contradiccin entre la necesidad objetiva de
la alianza con las organizaciones de la clase obrera
y todas las fuerzas progresistas de Amrica Latina,
por un lado, y los factores que obstaculizan su consolidacin, por otro, se refleja en los lincamientos
de una serie de organizaciones indgenas. Al propio tiempo, subrayaron los participantes en la discusin, las posiciones de los movimientos indgenas
en una serie de problemas del mundo contemporneo permiten afirmar que la formacin y el fortalecimiento de dicha alianza, y con ello la incorporacin activa de los movimientos indgenas a la
lucha por un futuro mejor, ya ahora es real. Por lo
general, las organizaciones nacionales de la poblacin autctona, al plantear tareas antimperialistas
y anhelar la reestructuracin de la sociedad, tienen
plena conciencia de cuan fructfera es tal va.
En el simposio se subray que a esto coadyuvan
dos circunstancias. Primera, la proletarizacin de
vastas masas indgenas. Y, segunda, el hecho de
que la militancia de las organizaciones y partidos
progresistas de la regin, comprendidos los partidos
comunistas y obreros, va aumentando constantemente con un nmero creciente de miembros de base y
dirigentes procedentes de las masas indgenas que,
pese a todos los intentos de las clases dominantes
de mantenerlas alejadas de la lucha poltica, se
incorporan activamente al quehacer revolucionario.
LAS CONDICIONES ESPECIFICAS de cada repblica latinoamericana, se seal en las conclusiones
del simposio, predeterminan diferencias en el planteamiento de la cuestin indgena en los documentos programticos, en la poltica y las acciones
concretas de los partidos comunistas. Sin embargo,
se lleg a una conclusin nica: lo comn es tomar
en cuenta los intereses fundamentales de las etnias
indgenas, conjugndolos con las perspectivas de la
lucha por la autntica emancipacin, la paz, la democracia y el progreso social de todos los pueblos
de Amrica Latina.
13
V. I. Lenn. Obras Completas, 2a ed., Cartago, Buenos
Aires, t. XXIII, p. 473.
LAS FUNCIONES
DEL ESTADO A LA LUZ
DE LA LUCHA DE CLASES
JACQUES NAGELS,
miembro del Bur Poltico del Comit Central
del Partido Comunista de Blgica
49
50
La poltica neoliberal apuesta por la segunda lgica. Una poltica alternativa debe restaurar y ampliar el dominio de aplicacin de la primera lgica. Ello implica reformas importantes en el seno
del aparato del Estado.
El poder no puede reducirse slo a poderes pblicos. De manera correspondiente, el ejercicio del
poder no debe asimilarse con la ocupacin de algunos sillones ministeriales. Cualquiera que sea la
multiplicidad de funciones que ejerce el Estado, en
lo fundamental, el poder no le pertenece. Al analizar las funciones del Estado, es importante poner
en evidencia que, aunque la defensa nacional, las
infraestructuras econmicas, las escuelas, piscinas
y panqus pblicos son, por definicin, de competencia del Estado, las decisiones que ste toma obedecen a exigencias exteriores.
Todos cuantos se inspiran en Marx saben bien que
en la sociedad capitalista el poder pertenece al
capital, que obliga al trabajador a aceptar unas
relaciones sociales que proporcionan la plusvala
a los propietarios de los medios de produccin.
Esto predetermina que las condiciones de compraventa de la mano de obra puedan ser ms o menos
rgidas. Suavizar estas relaciones salariales, .cuando
la productividad sube rpidamente (los dorados sesenta), o endurecerlas, cuando la crisis obliga, son
epifenmenos que no modifican la naturaleza de
las relaciones sociales.
Se puede discutir hasta el infinito sobre cmo el
capital ejerce su poder eti una empresa: a travs
de los gerentes que dirigen el trabajo cotidiano,
los ingenieros que conocen las tcnicas de produccin o los tcnicos que dominan la informtica?
Estas cuestiones se borran ante una constatacin
trivial: de un da para otro estos seores son despedidos si Sus decisiones no estn conformes con
la lgica del capital, con la lgica de la solvencia
y la rentabilidad privadas. El capitalista invierte,
produce y vende; espera un beneficio neto. Cualesquiera que sean la forma, el aparato escnico, los
actores y los comparsas, el que decide es el capital, autor y director de escena. En funcin de la
correlacin de fuerzas, se ve obligado a entrar en
compromisos, recurrir a astucias, dar rodeos y nadar entre dos aguas, pero sigue siendo el que toma
la decisin final.
El papel de los monopolios
Las relaciones entre el Estado y los monopolios
no deben ser simplificadas. La concepcin leninista
de estas relaciones tiene muchas facetas, es matizada y prxima a la realidad contempornea. El
progreso terico en el estudio de este problema es
a menudo un retorno a las fuentes, al marxismo
no desviado de Lenin.
Primero, hay que insertar la lucha de clases en
el seno mismo del tndem Estadomonopolios.
Se dice con mucha frecuencia que la lucha de clases atraviesa el Estado. Hay que comprender esta
idea bajo dos ngulos, complementarios pero distintos.
En primer lugar, la constitucin de mltiples organismos del Estado, las excrecencias de viejos or-
ganismos o las modificaciones de organismos existentes son, en gran parte, resultados de la lucha
de clases, de la materializacin de los compromisos que consagran una correlacin de fuerzas en
un momento de la lucha. En Blgica, ilustran esta
tesis ejemplos tan incoherentes como la creacin,
en 1962, de la Sociedad Nacional de Inversiones y
la fundacin de instituciones regionales sobre la
base de la legislacin de agosto de 1980.
En segundo lugar, las decisiones del Estado cualesquiera que sean el nivel y el organismo que las
tomen son tambin resultado, a menudo momentneo, de conflictos e intereses contradictorios. Es
cierto que la mayora de las veces la burguesa
monopolista tiene preponderancia y que las decisiones estratgicas obedecen generalmente a sus
demandas, pero no siempre sucede as y muchas
decisiones estatales consagran la victoria de otros
intereses sociales. Adems, no se debe comparar a
la propia burguesa con una escuadrilla en formacin de combate, en la que cada caza ocupa su
lugar y tira en la misma direccin. Al contrario,
con frecuencia se encuentra dividida, porque agrupa a empresas compradoras y vendedoras, a empresas de produccin competitiva, a empresas orientadas al mercado interno y a las dedicadas al comercio internacional. Claro est que estas divisiones
internas pueden esfumarse cuando se trata de hacer frente a la clase obrera, pero incluso en este
caso las cosas no transcurren sin problemas. Todas
estas consideraciones rompen con la concepcin de
Estado-instrumento para desembocar en la de
Estado-objeto de lucha.
Los factores internacionales influyen tambin en
los vnculos entre los monopolios y el Estado. Al
no tomarlos en consideracin, se corre el riesgo
de pasar por alto un gran nmero de realidades
econmicas y sociales y la necesidad absoluta para
el. movimiento progresista de tener, por lo menos
en los pases de la CEE, una estrategia que englobe
las perspectivas a escala europea.
Existe un complejo conjunto de interrelaciones
no slo entre las grandes firmas privadas y su
Estado. Paralelamente a ello, hay un conjunto igualmente complejo de interrelaciones entre las empresas privadas nacionales o transnacionales y los
organismos supraestructurales transnacionales. Tenemos tambin, desde luego, lo que constituye la
parte visible del iceberg: las interrelaciones entre
el Estado nacional y los rganos supranacionales.
El Grupo de Economa Marxista, que goza de mucho prestigio en Blgica 2 , ha calificado a estas
ltimas como mecanismo transnacional nico.
Este mecanismo puede ser representado por la siguiente cadena: firmas privadas (europeas: Philips,
Unilever, Siemens; norteamericanas: General Motors,
Ford, ITT) los doce Estados miembros de la
CEE superestructuras transnacionales (Comisin 3 ,
2
Este grupo cientfico Incluye a economistas, historiadores, socilogos miembros del PCB o no afiliados
a ningn partido que se dedican al estudio del marxismo. Desde 1977, el grupo ha publicado varios trabajos3 sobre problemas del capitalismo contemporneo.
rgano ejecutivo de la CEE. N. de la Red.
51
52
Esta alianza entre los partidos polticos tradicionales y el mundo industrial y financiero desnaturaliza el pluralismo. Se trata de un pluralismo de fachada y no de uno autntico, que permita a las diferentes capas sociales expresarse con
plena libertad. El haz de interrelaciones entre el
gran capital y los polticos constituye para la
burguesa un medio privilegiado para asegurar y
perpetuar su dominio en el Estado.
En resumen, el poder no se divide y, por consiguiente, est ntegramente en manos del capital.
Mientras que ste mantenga su hegemona, el eje
CapitalEstado desempear el papel dominante.
Durante la transicin al socialismo habr que sustituirlo por el eje TrabajoEstado, lo que implica
que la gran burguesa perder su posicin hegemnica.
Los cambios reclaman una intervencin activa de
las masas, sobre todo en los momentos crticos
del desarrollo social. Una misma reforma puede a
la vez consolidar el capitalismo o acercar el socialismo. Tomemos un ejemplo: la nacionalizacin de
una empresa deficitaria o de un conjunto de empresas amenazadas de transnacionalizacin no es
en s misma una medida revolucionaria. Pero si
va acompaada de otras medidas participacin
de los trabajadores en la toma de decisiones vita-
FESTIVALES DE PERIDICOS
El festival de I'H u m a n i t ,
rgano de prensa del Partido Comunista Francs, que se celebr en el
suburbio proletario parisino de La
Conrnenve, confirm su fama de ser
una de las fiestas polticas ms importantes de Francia. Como en ocasiones anteriores desempe un papel importante en la campaa de
recaudacin de fondos para la prensa del partido y de divulgacin del
peridico. Este ao, el festival se
distingui por su carcter sumamente combativo, habindose transformado en una amplia manifestacin
de los trabajadores franceses contra
Ibdem, p. 41.
53
EN los ltimos aos, en nuestro pas se ha acentuado indudablemente el inters por los problemas
ticos, que son abordados cada vez ms a menudo
tanto por socilogos como por personalidades de
la cultura, pues la aprehensin espiritual del mundo
moderno por medio de las categoras de la moral
y el reflejo de la realidad a travs de la literatura
y las artes tienen muchos puntos comunes. La creciente atencin que se dedica a estas cuestiones es
un sntoma que caracteriza aspectos importantes del
desarrollo de la sociedad socialista.
CABE RECORDAR que, para el marxismo-leninismo,
la moral es un conjunto histrico concreto de nociones ticas (principios, juicios, valores y normas)
junto con las correspondientes formas de comportamiento real y relaciones morales. Carlos Marx fue
el primer pensador que coloc la tica sobre un
fundamento materialista consecuente. Baj la moral
de los cielos a la tierra al demostrar qu esta forma de conciencia no es independiente, sino que
tiene sus races en la vida social, se explica por
sta y lleva la impronta de las condiciones objetivas d la actividad del hombre.
Las nociones, ideas, principios y criterios ticos
son promovidos y formulados por idelogos que expresan intereses de clase; lo mismo que en otras
esferas de la vida social, en esta rea se enfrentan
las distintas concepciones del mundo. Por consiguiente, la moral no es un conjunto de verdades y
54
normas abstractas y eternas, obligatorias para todos y para cada uno. Engels insista en que la
virtud, la justicia y la moral en ningn caso son
una base, sino, por el contraro, son producto de
la sociedad, en la que figuran 1 . La dialctica de la
historia y de la lucha de clases es perfectamente
aplicable a la moral: en estrecha relacin con los
dems componentes de la vida espiritual, en especial sus formas ideolgicas, las ideas ticas inciden
en los objetivos y la prctica sociales, modificndose con ellos.
Qu papel corresponde a la moral en la formacin del ideal del socialismo?
Los clsicos del marxismo-leninismo en ms de
una ocasin objetaron a quienes deducan directamente los objetivos de los comunistas de un sentido
moral, de una noble indignacin frente a las injusticias y las contradicciones de la sociedad. La tesis
de que todo el producto social debe pertenecer a los
obreros, por ser stos los nicos productores autnticos, es falsa... en el sentido econmico formal
escriba Engels, ya que constituye una simple
aplicacin de la moral a la Economa Poltica. Segn
las leyes de la Economa Poltica burguesa, la mayor
parte del producto no pertenece a los obreros, que
lo han producido. Cuando decimos: es injusto y no
debe ser as, esto no tiene ninguna importancia
directa con la Economa Poltica. Decimos simplemente que este hecho econmico contradice nuestro
sentido moral 2 . Lenin tambin consideraba el deseo de construir una nueva sociedad desde el punto de vista, supongamos, de la verdad, de la justicia, del igualitarismo en el trabajo como un enfoque subjetivista. Los ideales socialistas deben expresar los intereses de una clase con existencia efectiva y cuyas condiciones de vida la fuerzan a actuar en un sentido determinado 3 .
Por consiguiente, al abogar por el socialismo, un
marxista no saca argumentos en su favor del sentido moral, sino de la evolucin objetiva' de la historia, de las leyes de la vida material de la sociedad
y del desarrollo de sus fuerzas productivas y sus
relaciones de produccin. No obstante, la moral es
irremplazable como estmulo a la concientizacin y
evaluacin de los procesos econmicos y splales,
de las interconexiones esenciales y los conflictos
de la vida social, como motivo que incita a la gente
a transformar la realidad circundante. Lo que es
1
2
para erradicar las desviaciones de las normas morales del socialismo. Pero, no se puede atribuir toda
la responsabilidad por semejantes relaciones a las
circunstancias objetivas. Despus de que la revolucin las haya reestructurado, el progreso ulterior
en cada situacin concreta depende de la transformacin del propio individuo. Me refiero a sus convicciones ideolgicas y sus principios ticos, a su
voluntad y disposicin de luchar por ciertos ideales
y objetivos, a la adopcin consciente de decisiones
y a la atmsfera moral que estimula tal actitud y
acenta la predisposicin interna hacia la integridad
y la responsabilidad, sobre todo la personal, que
no puede ser sustituida por nada. Todo ello puede
ejercer una fuerte influencia en el desarrollo de la
sociedad y, lo que es de suma importancia, no slo
es susceptible al influjo de sta, sino que tambin
necesita tal influjo. (Sin embargo, tampoco se debe
sobreestimar el valor del factor subjetivo, ya que
ste slo tiene verdadero efecto si se modifican
simultneamente las condiciones en que se desarrolla la actividad.)
A diferencia de todas las formaciones anteriores,
el socialismo es creado y se desarrolla por la accin consciente y planificada de las masas dirigidas
por los partidos marxistas-leninistas. Y por cuanto
los principios ticos son capaces de multiplicar esta
conciencia, adquiere cada vez mayor actualidad la
cuestin de las fuerzas motrices del progreso moral
en nuestra sociedad, tanto ms que el enemigo de
clase intenta influir de manera coherente en las
relaciones morales existentes en ella.
La moral, incluida la socialista, no es simplemente
un sistema ideolgico de principios y requisitos, sino
tambin una de las formas ideolgicas de las que
valen los seres humanos para resolver los conflictos materiales y sociales de su existencia. La moral
tiene que ver constantemente con la dialctica de
los intereses del individuo y la colectividad, el individuo y la clase, el individuo y la sociedad, y en
el socialismo es un instrumento que permite superar
en un plano espiritual y prctico las contradicciones
entre el individuo y el cuerpo social en beneficio
de la sociedad. La moral acta en una esfera especfica: en situaciones en las que la opcin por una
u otra solucin depende en gran medida de la voluntad, la comprensin, los valores y la conciencia
del sujeto. Los juristas diran que las normas morales no pueden pretender a que el Estado obligue
a seguirlas6. Su esfera de accin es el comportamiento o la actitud que son producto de una decisin propia, libre y responsable del individuo... En
este sentido, Kant tena razn al ver en la ley moral
una especie de regla para utilizar la libertad7. El
conflicto moral se distingue por el hecho de que el
hombre se enfrenta a la necesidad de optar entre
diferentes variantes posibles de conducta, cada una
de las cuales a veces responde en igual medida a
exigencias ticas. Esto explica justamente por qu
la moral ocupa un lugar importante entre las fuerzas motrices del socialismo.
6
K. Mollnau. Recht und Moral m Sozialismus. In:
Einheit,
1982, H. 7/8, S. 777.
7
W. Eichhorn. Wie tst Ethk ais Wissenschaft mOglich?
Berln, 1965, S. 20.
55
LA PROPIEDAD SOCIAL de los medios de produccin y el poder de la clase obrera han modificado
radicalmente la dialctica de los intereses individuales, colectivos y sociales, y han creado una base
objetiva para eliminar el antagonismo entre el individuo y la sociedad. En las relaciones entre stos,
han aparecido varios elementos nuevos y caractersticos que, tanto hoy como en el futuro, requerirn
un intenso reajuste moral. Me refiero al hecho de
que los fenmenos en cuestin originan, por un lado,
situaciones, problemas y conflictos morales y, por
otro, varios procesos en la conciencia de masas que
merecen ser estudiados de la manera ms seria por
los trabajadores del frente ideolgico.
Mencionar cuatro de estos elementos nuevos.
Primero, se opera de hecho una rpida socializacin de la produccin y el trabajo. En la RDA, por
ejemplo, entre 1970 y 1984, el volumen de los fondos bsicos calculado por cada persona ocupada en
la esfera productiva de la economa nacional, aument de 58.600 a 120.200 marcos, mientras que la
renta nacional per cpita pas de 17.700 a 32.200
marcos 8 , lo cual significa que las premisas sociales
de la actividad individual se amplan con la misma
rapidez que sus resultados. Se fortalecen los vnculos entre el funcionamiento de toda la economa
nacional y el trabajo de un individuo o colectividad
determinada, y al mismo tiempo aumenta tambin
su responsabilidad.
Segundo, ha cambiado la estructura de la sociedad. El Programa del PSUA hace constar una aproximacin gradual de las clases y capas en nuestro
pas: en la segunda mitad de los aos 70, este proceso condujo a que las diferencias esenciales en
las condiciones de vida y de trabajo de determinados grupos sociales en el seno de las clases y capas
se expresaran de manera ms clara que las diferencias globales entre las clases y capas correspondientes en tanto -que entidad. Esto permite sacar
la conclusin general de que la desigualdad social
en la sociedad socialista, a diferencia de la desigualdad de clases, se determina ahora, en lo fundamental, no por los factores que originan la existencia
de las clases, sino ms bien por elementos concretos como la situacin en el sistema de divisin del
trabajo, el papel en la divisin social del trabajo y,
en consecuencia, las condiciones objetivas inmediatas del trabajo 9 .
En efecto, un rasgo caracterstico de la sociedad
socialista de nuestros das consiste en que, junto
con las diferencias de clase, en su seno van surgiendo gradualmente otras diferencias ms marcadas: en el trabajo, las condiciones de vivienda, el
monto de los ingresos procedentes del trabajo, las
posibilidades de satisfacer las demandas, etc. Estos
elementos se distinguen de los criterios de clase
porque no se manifiestan en forma de circunstancias
vitales predeterminadas, fatales e irreversibles, sino
que dependen de la actividad y el desarrollo individuales y, por consiguiente, son susceptibles a la
8
Statistisches Jahrbuch der DDR 1985. Berln, 1985,
S. 108, 14.
9
Lebenswese und. Soztalstruktur. III. Kongress der
marxistisch-leninistischen Soziologte in der DDR. Berln,
1981, S. 27.
56
57
58
der poltischen
18
Ibd., S. 6.
Ibd., S. 75.
2 Ibd., S. 595.
K. Marx/F. Engels. Werke, Bd. I, S. 370.
59
A CONTRAPELO
DEL CHOVINISMO
DE LA BURGUESA
KATTORGE PABLIS SILVA,
Secretario General del CC
del Partido Comunista de Sri Lanka
60
tre los empleados pblicos, se convirtieron en mayora. Cambios anlogos se produjeron en la educacin, principalmente en las universidades, donde antes los estudiantes tamiles predominaban sobre los
cingaleses en trminos numricos. De esta manera,
los regmenes burgueses hicieron suya la tctica
colonialista de meter cua entre los grupos tnicos
que viven en un mismo pas. Por otro lado, la poltica econmica que siguieron dichos regmenes exacerb los problemas sociales y esto afect la situacin de la juventud cingalesa y, en mayor medida,
de la tamil.
Las dificultades para acceder a la educacin, el
desempleo y el despojo de tierras, todo este creciente fardo generado principalmente por el sistema explotador y las prcticas capitalistas, fue atribuido por la burguesa tamil exclusivamente al gobierno cingals. Especulando con los sentimientos
nacionales, ella se propona supeditar al pueblo a
su propia influencia, sobre todo en las reas habitadas por los tamiles (por ejemplo, stos constituyen
el 98% de la poblacin en la provincia del Norte,
cuya capital es Jaffna). Este es un caso tpico de
trapacera poltica burguesa, cuyo objetivo es escindir a la clase obrera de acuerdo con su afiliacin
tnica. Los chovinistas cingaleses pagaron con la
misma moneda: argyeron que si no fuera por los
tamiles, la economa nacional y otros asuntos del
pas se encontraran en mucho mejor situacin. Al
mismo tiempo que camuflaba la opresin y explotacin de los trabajadores, la burguesa fomentaba la
hostilidad hacia los tamiles entre la poblacin cingalesa. As, el candente problema de las relaciones
intertnicas al que no se ha dado solucin revel su dimensin central, su dimensin clasista.
Ahora examinaremos ms detalladamente la situacin en la comunidad tamil. Durante muchos aos
su vocero ha sido el Frente Unido Tamil de Liberacin (FUTL), organizacin poltica de la burguesa
tamil. Poco antes de subir al poder el actual Gobierno del PNU (1977), el Frente celebr un congreso especial en el cual proclam que su objetivo
era crear un eelam tamil, o Estado tamil separado.
Por cuanto los males sociales y otros sufrimientos
de los tamiles eran imputados exclusivamente al
Gobierno cingals, el FUTL exhort a que los tamiles formaran su propio gobierno. Estas exhortaciones nacionalistas incendiarias tuvieron considerable
eco entre la gente desposeda, especialmente entre
los jvenes.
En las elecciones generales de hace nueve aos,
la aplastante mayora de candidatos del FUTL llegaron al parlamento y ganaron prcticamente todos
los escaos en el consejo municipal de Jaffna. Sin
embargo, los lderes burgueses tamiles intentaron
entablar negociaciones secretas con el gobernante
Partido Nacional Unido para alcanzar determinados
acuerdos. Pero elementos jvenes del Frente consideraron esto un abandono a la consigna del eelam
y denunciaron tales negociaciones declarando que
la intencin era celebrarlas no a travs de una
mesa redonda sino por debajo de la mesa.
Desilusionados por las acciones de la burguesa y
habiendo perdido su confianza en ella, algunos lderes juveniles emprendieron la lucha armada por la
formacin de un Estado tamil separado en la isla,
61
62
Estos llamamientos incendiarios envenenan las relaciones entre las dos naciones, generan confusin
en la sociedad srilanquesa, que es atizada an ms
por los medios de informacin burgueses locales
que, a su vez, sugieren a la opinin pblica la venenosa idea de que la India planea una injerencia
militar y que esta injerencia puede traducirse en
una peticin de asistencia militar a EE.UU. Muchas
figuras influyentes de las clases gobernantes han
hecho declaraciones denigrantes para la India. Este
atizamiento de las hostilidades contra nuestra vecina slo crea nuevas dificultades en el camino hacia un arreglo del conflicto tnico. Sin olvidar que
la CA realiza acciones subversivas en la India y
Sri Lanka con el fin de mantener la tensin.
La situacin es explosiva. En la provincia del
Norte, la administracin civil no funciona y la actividad social est paralizada. Militantes tamiles han
destruido la mayora de puestos de polica. El Gobierno ha perdido el control de la situacin en la
provincia del Este. De vez en cuando las autoridades anuncian las prdidas infligidas a terroristas
marxistas, en tanto que las tropas gubernamentales asesinan a gente inocente. En las operaciones
contra los boys participan aviones ligeros y helicpteros y esto provoca nuevas vctimas entre la poblacin civil. Los gastos gubernamentales en operaciones punitivas contra tamiles llegan a las 160.000
rupias diarias, siendo sta una de las razones del
ulterior deterioro de la situacin econmica y financiera del pas.
En una declaracin hecha pblica este verano,
nuestro partido puntualiz que el Gobierno no ha
podido solucionar el problema tnico y es incapaz
de garantizar la seguridad de la poblacin. Tal situacin ha desembocado en un creciente aislamiento de Sri Lanka en la arena internacional, lesionando gravemente sus relaciones con la India. Nosotros
demandamos el cese inmediato de los choques armados y del terror por el Gobierno y por las organizaciones tamiles armadas y urgimos a emprender
otro intento de lograr un acuerdo poltico razonable y democrtico entre los cingaleses y los tamiles a travs de negociaciones y por mediacin de
la India.
La actitud de los comunistas
En la base de la actitud del Partido Comunista
de Sri Lanka hacia el problema tnico est la motivacin internacionalista de que se establezcan relaciones fraternales entre las dos principales comunidades tnicas, que viven en un solo pas durante
muchas centurias. Nosotros no abrigamos ilusiones:
el problema de las nacionalidades no puede solucionarse de una vez y para siempre en una sociedad
capitalista. Pero los comunistas creemos que el camino para llegar a una solucin temporal y esencialmente democrtica de la cuestin nacional
puede ser encontrado en el marco del sistema existente.
Ya en los aos 60, el Partido Comunista formul
claramente su posicin diciendo, franca y abiertamente, que los tamiles de Sri Lanka tienen derechu
a la autodeterminacin. Lo que esto significa fue
explicado al pueblo por los comunistas, concretamente: el derecho de los tamiles a salvaguardar y
63
de todos los partidos, as como de las organizaciones del pueblo tamil de Sri Lanka. Aunque posteriormente tales conferencias tuvieran lugar, no todas las partes estuvieron representadas en ellas. Sin
embargo, cada vez que surga una posibilidad real
de avanzar hacia un arreglo a travs del dilogo
democrtico, los sectores chovinistas trataban de
agudizar la situacin ya sin ello explosiva. Esta
actitud es la que mantiene hoy el Partido de la
Libertad de Sri Lanka, que no avanza ninguna propuesta alternativa a las -que ya fueron hechas. Los
lderes burgueses y sus organizaciones estn dispuestos a sumir el pas en el abismo de chovinismo
para conquistar el poder poltico, y con este fin
estn especulando con los sentimientos patriticos
de la gente, con su orgullo nacional.
Los comunistas y sus aliados contraponen a las
ambiciones egostas de los capitalistas cingaleses y
tamiles una actitud patritica e internacionalista
llena de preocupacin por el futuro de la patria y
de las nacionalidades hermanas que la habitan. Aunque el mayor culpable de la presente situacin es
el Gobierno, ahora no es suficiente con identificar
quin es el responsable. Ambas partes deben cesar
las operaciones armadas y las acciones terroristas,
creando las condiciones necesarias para un arreglo
pacfico del conflicto, aunque sea en forma temporal.
La alianza de tres partidos el Comunista, el
Socialista y el Partido Popular de Sri Lanka apoy
una propuesta hecha durante una reciente conferencia: crear consejos provinciales electivos4, lo cual
podra ayudar a establecer la paz entre las comunidades, ante todo en reas tamiles. Repetimos: abogamos
por una solucin democrtica del problema tnico
aunque por ahora no sea definitiva, y apoyaremos
una decisin de este tipo si los partidos de la burguesa cingalesa y tamil hacen un esfuerzo por llegar a un acuerdo. Las siguientes medidas podran
ayudar a crear condiciones favorables para un
arreglo:
la anulacin de los recientes despidos discriminatorios e ilegales de tamiles de algunas instituciones gubernamentales y corporaciones estatales;
el cese de los arrestos infundados de jvenes
tamiles en Colombo y otros lugares;
la garanta por el Gobierno de que toda persona detenida en virtud de la Ley de Prevencin del
Terrorismo (y de otras leyes similares) sea llevada
ante los tribunales en el plazo de tres meses o
puesta en libertad;
la revocacin de la sexta enmienda a la Constitucin, porque ella en modo alguno protege la
unidad y la integridad territorial de Sri Lanka. Por
el contrario, slo sirve como base para castigar a
la gente por sus puntos de vista, e impide la discusin democrtica y pacfica de los problemas;
el reconocimiento de los tamiles de Sri Lanka
como una nacionalidad que disfruta de iguales derechos incluyendo el inalienable derecho de desa4
Buscando asegurar la transferencia del mayor nmero de funciones posibles de las autoridades centrales a
las provinciales, llamamos al Gobierno a conceder a los
consejos provinciales u otros consejos similares amplios
derechos en reas tales como la educacin, el empleo,
la poblacin de tierras y el mantenimiento de la ley y
el orden.
A nosotros nos alientan grandemente los esfuerzos que hacen el PCUS y el Gobierno sovitico por
normalizar las relaciones entre la Unin Sovitica
y China. Tambin, el Partido Comunista de Sri Lanka est en favor de un mejoramiento de las relaciones entre China y Vietnam. La normalizacin de
las relaciones entre los Estados socialistas de la regin podra contribuir a la causa de la libertad y
el progreso social, al fortalecimiento de la paz y
la seguridad, a la prevencin de la guerra nuclear.
UN COMPONENTE ACTIVO
DE LAS FUERZAS
DEMOCRTICAS
ROBERT STEIGERWALD,
miembro de la Direccin
del Partido Comunista Alemn fPCA)
lo cual en gran parte es resultado de la lucha exitosa de la clase obrera contra el monopolio de la
burguesa sobre la instruccin; cambian sus condiciones de vida y de trabajo. Los intelectuales van
perdiendo sus viejos privilegios y sufren las consecuencias de una reglamentacin ms rgida en
la esfera de su actividad profesional, en lo cual
ellos ven una limitacin a su libertad de creacin
y autoexpresin directa, hecho que estimula la protesta democrtica. Sobre ellos ejerce tambin una
determinada influencia la erosin de los valores
democrtico-burgueses.
Por regla general, los portavoces de la protesta
no proletaria se distancian del socialismo real. La
causa es el anticomunismo profundamente arraigado en la conciencia social, as como ciertas dificultades y problemas en los pases socialistas. De
all que el movimiento ocupe, por decirlo as, posiciones intermedias en todas las cuestiones fundamentales: comenzando por el carcter de la propiedad que, segn ellos, no es gran capitalista ni
socialista, sino propiedad privada media o pequea
(tambin la cooperativa) y terminando por el tipo
de democracia que no es burguesa, en el capitalismo monopolista de Estado, ni socialista, sino algo
que ocupa una tercera posicin.
La nocin de protesta no proletaria es empleada a falta de un mejor trmino, pese a que tiene
un matiz negativo. Si intentramos dar una definicin positiva para este fenmeno, sera conveniente hablar de una protesta de las capas medias. Pero tambin esta definicin sera sumamente
relativa, puesto que no nos encontramos ante las
capas medias en general. A diferencia de la vieja
capa media artesanos y campesinos la nueva
carece de medios de produccin. En lo fundamental, vive de la venta de su fuerza de trabajo en la
esfera intelectual. A su protesta se suma una parte
de la clase obrera, sobre todo los jvenes obreros '.
Por consiguiente, el trmino protesta de las capas
medias no sera, ni mucho menos, el ms apropiado.
Es evidente que en los pases capitalistas industrializados los comunistas todava durante mucho
tiempo tendrn que tratar con movimientos dominados por sectores no proletarios, puesto que ellos
cuentan con una base objetiva y surgen como una
reaccin a los problemas de nuestra poca. Pese
a todo el carcter contradictorio de la protesta no
proletaria actual, pese a todas las diferencias conceptuales que nos separan de sus portavoces, ella
no se identifica con la vieja protesta pequeoburguesa que Marx y Engels calificaron con justa razn de parcialmente reaccionaria (por cuanto, aunque no siempre, estuvo dirigida contra el progreso).
La vieja pequea burguesa era una clase en extincin de la sociedad feudal y con frecuencia
combata desde posiciones orientadas al pasado
contra el capitalismo en ese entonces an revolucionario. La protesta de las capas medias de tipo
nuevo, contemporneo, dirigida objetivamente con1
Para ms detalles vase R. Steigerwald. Acerca de
los cambios en el sistema del trabajo asalariado, en
Revista Internacional, WQ 9 de 1985, p. 58.
65
66
Es as como reaccionan los idelogos de las capas medias a los peligros que genera el desarrollo
capitalista. El movimiento obrero, que se gua por
el marxismo-leninismo, hace tiempo est consciente
de ellos, pero los atribuyen al funcionamiento del
sistema capitalista. Exhorta a renunciar a este sistema y pasar a otro tipo de desarrollo social, socialista y comunista. Por consiguiente, reclama,
a diferencia de las nuevas capas sociales, un cambio cualitativamente diferente en el desarrollo de
la sociedad. En la postura de aquellos sectores,
que niegan la necesidad de superar el rgimen
capitalista por la va del socialismo y el comunismo, vemos, en fin de cuentas, una manifestacin
de la ideologa burguesa (pese a que definimos
como anticapitalista la propia protesta).
La estrategia del movimiento en cuestin es preferentemente de carcter reformista. Y el propio
movimiento llena el vaco que surgi entre comunistas y socialdemcratas cuando estos ltimos se
transformaron de partido socialreformista tradicional en partido reformista de la poca del capitalismo monopolista de Estado.
Este movimiento, constituido polticamente en la
RFA como el partido de los verdes, no se limita
a una sola reivindicacin sino que se pronuncia
sobre numerosos problemas: de la economa a las
cuestiones de la guerra y el desarme. Las concepciones que adelanta prevn cambios al nivel de
los medios de actuar sobre la naturaleza, del enfoque del mundo circundante, as como de la organizacin de la vida y el trabajo. Como hemos sealado, se plantea la tarea de defender la pequea
y mediana propiedad, preconizando en ciertos casos
su forma cooperativizada. Si se parte de las nociones del materialismo histrico y la economa poltica marxista, se trata, por consiguiente, de una
transformacin de los medios de trabajo, de los
instrumentos de produccin y de los modos del
pensar [substitucin de lo racional por lo irracional), de una ofensiva contra la gran propiedad.
El anlisis de la plataforma del movimiento nos
permite sacar las siguientes conclusiones:
primero, la- actitud capitalista o, expresndose con
trminos caros al movimiento, la actitud alienada
de la sociedad hacia la naturaleza que dimana
necesariamente de la propiedad privada de los medios de produccin, la cual engendra el afn de
ganancias y, por ende, la expoliacin de la naturaleza y la fuerza de trabajo, es separada del capitalismo, declarndosela esencia antropolgica,
o sea, el capitalismo, en definitiva, se justifica;
segundo, la tesis idealista del carcter determinante del pensamiento se combina con el postulado
voluntarista, segn el Cual un modo de pensar puede ser sustituido fcilmente por otro;
tercero, se proclama el carcter determinante de
los medios de trabajo en la sociedad y, por ende,
se saca del campo visual la cuestin de la propiedad y se relega a segundo plano al hombre, sujeto
de la historia y la produccin, creador de los medios de trabajo. Esta postura puede definirse como
antihumanismo terico.
Las divergencias entre el movimiento obrero que
ecologa. La conciencia de los verdes puede caracterizarse, en muchos aspectos, como reformismo
ecolgico.
Ellos subestiman el valor de las relaciones de
produccin y definen la sociedad como industrial
o como sociedad del crecimiento. Critican, ante
todo, el aspecto material de la produccin. Capitalismo y socialismo son identificados en el espritu
de la teora de la convergencia, considerndolos
como sistemas industriales con los mismos vicios
(alienacin, burocracia, dominacin de una lite,
fetichizacin del crecimiento econmico y de la
productividad del trabajo). Como alternativa se propone una sociedad compuesta por unidades econmicas y administrativas, autogestionadas y autosuministradas, orientadas hacia una produccin descentralizada, concentrada en pequeas subdivisiones. El problema del poder queda, en medida considerable, fuera del campo visual.
Entre los verdes predomina una actitud displicente hacia la clase obrera: se le niega la capacidad de llevar a cabo una transformacin revolucionaria de la sociedad. El marxismo es rechazado
como una teora finisecular y la economa poltica
es reemplazada por la ecologa. Los marxistas son
declarados prisioneros del afn de crecimiento econmico y consumo, al igual que quienes fetichizan
el desarrollo econmico.
Las diferencias que existen entre las corrientes
del partido de los verdes conciernen, en primer
lugar, a su futura orientacin poltica y, tambin,
a algunos planteamientos ideolgicos. La actitud
hacia la socialdemocracia es el tema que provoca
los ms acalorados debates. Este problema tiene
actualidad para el partido en vista de que en los
ltimos tiempos los verdes han abandonado, en
lo esencial, las acciones extraparlamentarias para
dedicarse casi exclusivamente al Parlamento. Por
lo tanto, afrontan el problema de las alianzas parlamentarias.
En las condiciones actuales aumenta la influencia de los realistas ecolgicos. Esta corriente se
ha estructurado, en lo fundamental, en torno a dos
objetivos: conseguir reformas sustanciales y formar
una coalicin con los socialdemcratas. Sus representantes son realistas al valorar la poltica de
distensin internacional y varios problemas sociales, pero se hacen ilusiones respecto al carcter
del PSDA. Esta tendencia se muestra particularmente activa en Hesse, Renania Septentrional-Westfalia y Sajonia Baja. En las filas de los ecorrealistas militan tambin antiguos maostas con su fuerte anticomunismo.
A otra corriente, la de los ecoliberales, se la
puede definir como conservadora. Con planteamientos ecolgicos seudorradicales justifica sus posiciones de derecha. Por ejemplo, dio su consentimiento
para recortar los logros sociales de los trabajadores. Los ecoliberales estn concentrados, sobre
todo, en Berln Oeste y Baden-Wurttemberg. En la
cuestin de la alianza con los socialdemcratas se
adhieren a los ecorrealistas.
Los ecosocialistas personifican el ala izquierda
del partido. Por lo general, critican acerbamente
el capitalismo y el imperialismo, as como la teo-
67
68
CUANDO LA INJUSTICIA
SE CONVIERTE EN NORMA
MICHAEL GRABER,
miembro del Bur Poltico del CC
del Partido Comunista de Austria (PCA)
lugar en la realidad. Pues, entre los no asalariados se encuentran los pequeos productores, pero
tambin los millonarios. Slo al diez por ciento
de los ms ricos le corresponde la mitad de los
ingresos pertenecientes a esta categora de contribuyentes. Es evidente que en la sociedad capitalista
una considerable proporcin de pequeos y medios
propietarios experimentan con frecuencia las brutales manifestaciones de la creciente desigualdad social, casi al igual que la clase obrera y otros sectores de la poblacin trabajadora.
La apropiacin de la riqueza social por medio
de la explotacin lleva a enormes desproporciones
en los ingresos personales de los austracos. Desde
1980 se observa una disminucin de la parte de
esta riqueza que corresponde a quienes trabajan
por un salario. En nuestro pas, el ingreso promedio real neto ha cado al nivel de 1975. El otro
aspecto de este proceso es el aumento de la parte
del gran capital y del capital financiero, que de
hecho se han apropiado ntegramente de todos los
frutos del crecimiento de la productividad del trabajo en el decenio transcurrido. Segn los clculos
ms conservadores, la proporcin de todas las ganancias registradas que fueron a parar a los bolsillos de los magnates bancarios aument del 37,5
al 40,2%. Tan slo los ingresos en concepto de intereses se multiplicaron por cinco en este perodo.
Los ingresos declarados oficialmente por los diez
rnil contribuyentes ms ricos superan, como trmino
medio, en 20 veces los ingresos de los obreros industriales.
La profundizacin de la desigualdad social, incluido el aumento de la desproporcin en la distribucin de la riqueza social, dimana de la propia
lgica del funcionamiento de la sociedad capitalista. El salario de un trabajador es suficiente tan
slo para renovar sus fuerzas y mantener a su familia, para cubrir las necesidades sociales y culturales ms elementales. Como regla general, lo mismo se puede decir en este caso de los ahorros individuales. Por otra parte, las clases pudientes quieren no simplemente vivir en el lujo, sino tambin
aumentar constantemente su riqueza y fortalecer
su dominacin econmica y poltica. Y, de acuerdo
con la lgica mencionada, los ingresos del capital
financiero autntico centro de poder de todo el
sistema monopolista de Estado moderno crecen
ms rpidamente que todo.
Al igual que en otros pases capitalistas, la concentracin de altos ingresos en Austria refleja el
proceso de concentracin de la propiedad. Las estadsticas revelan que el 52% de toda la propiedad
imponible se concentra en manos de 1.277 personas, cada una de las cuales posee una fortuna superior a los 30 millones de schillings.
NO ES POR MERA CASUALIDAD que hayamos
mencionado datos de las estadsticas tributarias.
Una peculiaridad de Austria es que el Estado no
lleva un registro de los altos ingresos y de las fortunas. Y esto en un pas que tiene una experiencia
administrativa de siglos, y donde parecera que la
burocracia es capaz de recoger informacin sobre
cualquier cosa! De existir estas estadsticas, revelaran contrastes sociales an ms violentos. Pues
los grandes capitales en efectivo son dinero no
declarado, que sistemticamente se mantiene oculto
al sistema fiscal. Estudios hechos por el Instituto
de Investigaciones Econmicas de Austria revelan
que, entre 1970 y 1980, las acumulaciones privadas
en dinero y valores totalizaban 770 mil millones
de schillings. Pero las estadsticas tributarias re-
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70
tratan de presentarse como defensores de la justicia social, opuestos a las formas extremas de injusticia. En lo que se refiere a las contradicciones
sociales, exhortan a aceptarlas con resignacin,
fundamentalmente por dos razones: primera, porque supuestamente tan slo la propiedad puede ser
la base de la libertad de cada individuo, y, segunda,
porque el trabajo de cada cual debe ser remunerado de la manera correspondiente. Para ilustrar esto,
citaremos los programas adoptados recientemente
por dos partidos burgueses de Austria.
En el Manifiesto del Futuro del Partido Popular
de Austria se dice: Un incremento de la propiedad
debe llevar a una mayor libertad y, tambin, a una
mayor movilidad social; la posesin de propiedades,
de bienes, es una va probada para convertir al individuo en una personalidad fuerte y debilitar el
poder del aparato sobre el individuo. La propiedad
en la sociedad de mercado cumple tres funciones.
Ayuda a mantener sus principios fundamentales y
asegura el equilibrio social y la distribucin de responsabilidades. Quien con su dinero crea puestos de
trabajo y riqueza1 pblica, debe tener la correspondiente ganancia .
En el nuevo programa del Partido Austriaco de
la Libertad podemos leer: El reconocimiento de la
propiedad privada es la condicin fundamental para
cualquier sociedad libre. Nosotros queremos que la
mayor cantidad posible de toda clase de propiedades, especialmente los medios de produccin, se encuentre en manos privadas y ampliamente repartida. .. pues, la propiedad consolida la independencia
personal, fortaleciendo la libertad de cada cual2.
Por supuesto, los autores de semejantes documentos no pueden dejar de tomar en cuenta la incesante concentracin de la propiedad capitalista, los
medios de produccin, la tierra, los bienes inmuebles y las finanzas en manos de unas cuantas personas. De all la demanda de una mayor reparticin de la propiedad, la emisin de acciones populares, la creacin de oportunidades de acumulacin para los asalariados, etc. El objetivo es refrendar las declaraciones oficiales acerca de los
esfuerzos que se hacen para garantizar el bienestar
de todos los miembros de la sociedad. La unin de
los conceptos de propiedad y libertad es un
procedimiento propagandstico fraudulento, pues en
este caso la propiedad adquirida como resultado
del trabajo personal se equipara a la acumulada
a travs de la explotacin del trabajo ajeno.
Qu puede haber de comn entre el propietario
de un coche y el dueo de una fbrica de automviles, entre el poseedor de una pliza de seguros
y el presidente de un consorcio de seguros, entre
el titular de una pequea cuenta bancaria y un
banquero? Qu puede haber de comn entre vender su propia fuerza de trabajo e invertir dinero
en una empresa capitalista o en una operacin financiera internacional? Sin embargo, lo uno y lo
otro se presentan como algo digno de remuneracin por su elevada contribucin laboral. La realidad capitalista refuta mil veces al da la falacia
de que el explotado, trabajando con diligencia, puede cambiar radicalmente su situacin. Y el destino
de unos cuantos, que han llegado a ser propietarios y mantienen una independencia ilusoria, no
cuestiona esta dura realidad.
Como es natural, el concepto de contribucin laboral en modo alguno es ajeno a la clase obrera.
1 Das Zukunftsmanifest der VP, Wien, 1985, S. 23.
Programm der Freihettlichen Partel sterreichs, Wien,
1985, S. 23.
2
71
LO QUE DEMOSTR
EL CONGRESO DE LIMA
DE LA INTERNACIONAL
SOCIALISTA
SEMOU PATHE GUEYE,
miembro del Bur Poltico
y secretario del Comit Central
del Partido de la Independencia
y del Trabajo de Senegal (PITS)
YA HAN transcurrido varios meses desde la celebracin en Lima, capital del Per, del XVII Congreso de la Internacional Socialista. Sin embargo,
nos parece til y hasta necesario volver a l, y ello
por varias razones, por las que nos gustara comenzar.
El inters de los comunistas senegaleses por todo
lo que concierne hoy a la socialdemocracia internacional obedece ante todo a consideraciones puramente nacionales. En efecto, Senegal est gobernado por un partido que se dice socialista, particularmente adicto a las profesiones de fe democrticas y que desempea un activo papel en la Internacional Socialista, cuya estrategia trata de aplicar en frica. Y aunque su poltica oficial no est
determinada por las resoluciones y tomas de posicin de la IS, no puede, al menos en algunos de
sus aspectos, dejar de tener en cuenta dichas reso-
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75
76
REPORTAJE POLTICO
COMO AYUDAR
A LAS CIUDADES
Los comunistas italianos
en las municipalidades
ANATOLI VORONOV,
colaborador de Revtsta Internacional
BOLONIA. En el muro del antiguo Palazzo Comunale, a un costado de la Plaza de Neptuno, donde
numerosos turistas se retratan al pie de la fuente
del dios de los mares, se pueden ver pequeas fotografas descoloridas por el tiempo. Decenas de rostros, jvenes y viejos, se alinean sobre el oscuro
revoque de piedra. En algunos lugares, la fotografa ha sido reemplazada por una pequea estrella,
rodeada por hojas de laurel. Una inscripcin reza:
Bolonia. 8 de setiembre de 1943 25 de abril de
1945. Caldos de la Resistencia por la libertad y la
justicia, por el honor y la independencia de la patria.
En este sitio, durante la guerra, los nazis fusilaban a los patriotas italianos. En el muro, los verdugos escribieron con humor macabro las siguientes
palabras: Lugar de reposo de los guerrilleros. Despus de la liberacin aqu se colocaron los retratos
de los cados...
Bolonia es el centro de la Emilia-Romana, donde
arda el fuego de la resistencia antifascista durante
la segunda guerra mundial. Los comunistas desempearon un papel decisivo en este movimiento. Y el
prestigio que ellos ganaron entre la poblacin en
aquellos aos, se fortaleci en el perodo de posguerra. Durante ya ms de 40 aos los comunistas
administran la ciudad, con los socialistas, o solos.
No fue por azar que los neofascistas hayan escogido Bolonia como lugar de sus crmenes. En agosto
de 1980, una bomba explot en la estacin de ferrocarril de la ciudad, dejando como saldo 80 muertos,
entre adultos y nios. As lo recuerda una placa conmemorativa. Antes, en 1974, una bomba hizo volar
el tren Italicus que atravesaba un tnel no lejos
de Bolonia. Pasados diez aos la misma suerte corri al tren N 904. ..
Sin duda alguna estos golpes estaban enfilados contra la ciudad y la regin, donde el nivel de
conciencia cvica y democrtica de los ciudadanos
es uno de los ms altos de Italia recalc en una
entrevista con nosotros el alcalde de Bolonia, Renzo
Imbeni, miembro del CC del PCI. El objetivo prin-
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Capital de la cultura
El vicealcalde de Florencia, Michele Ventura,
miembro de la direccin del PCI, precisamente antes
de conversar con nosotros recibi en el Palazzo
Vecchio a un grupo de demcratas chilenos. La entrevista vers sobre la posibilidad de organizar en
la ciudad un encuentro internacional Por la libertad de Chile, en el que se prevea la participacin
de ms de 150 personalidades polticas y sociales
de diferentes pases, as como grandes nombres de
la cultura y representantes de movimientos juveniles.
Nuestra ciudad tiene aejas tradiciones humanitarias subray Michele Ventura. Tomamos muy
a pecho todo cuanto se refiere a la defensa de la
paz, la libertad y la democracia.
Florencia ha sido reiteradas veces sede de actos
antiblicos nacionales e internacionales. Hace poco
las autoridades locales tomaron la decisin de proclamar el territorio de la provincia y de la ciudad
zona desnuclearizada. Esta medida fue promovida
por la juventud comunista, que tuvo todo el apoyo
del PCI. La idea fue respaldada por los jvenes catlicos y por muchas organizaciones y movimientos
sociales. El concejo provincial examina la posibilidad de reconvertir para la produccin civil las empresas que fabrican armamentos. Los comunistas insisten en que en las escuelas de la ciudad se den
clases especiales con el fin de educar a los nios
en un espritu de paz y colaboracin entre los pueblos, de repugnancia hacia la guerra.
Nos pudimos convencer de cuan grande es el espritu antiblico de los florentinos, cuando miles
de muchachas y jvenes invadieron sus calles para
protestar contra los bombardeos de Libia por la
aviacin norteamericana, y los sindicatos declararon
una huelga de tres horas, expresando as su inquietud frente a la creciente amenaza de guerra en el
Mediterrneo.
Nosotros no disociamos las cuestiones de la
lucha por la paz nos dijo el vicealcalde de Florencia de la proteccin y multiplicacin de los
valores culturales de nuestra ciudad y de toda Italia. Al pronunciarnos por la paz y la amistad entre
los pueblos, defendemos la premisa primera y fundamental para la conservacin y el desarrollo de
la herencia cultural de toda la humanidad..
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81
82
emitir una conclusin competente se pidi la opinin de especialistas, as como de los sindicatos y
la poblacin. Los problemas relacionados con la
obra se discutieron en las reuniones de los comunistas miembros de los concejos comunales, provinciales y regionales.
Como resultado, las propuestas presentadas reflejan los puntos de vista de las ms amplias capas
de la opinin pblica. Los comunistas, en trminos
generales, se pronuncian por la construccin del
aeropuerto, pero critican las deficiencias del proyecto. Se puede planificar de manera ms racional,
y con menor perjuicio para el medio ambiente, la
red de carreteras, as como prever medidas ms
eficaces de proteccin contra el ruido. Adems, el
Estado asigna recursos insuficientes: menos de la
tercera parte de la suma necesaria para los trabajos.
En lo que se refiere a la proteccin de las zonas
verdes, la anterior giunta de izquierda, que gobern Miln, ya haba aprobado el proyecto de crear,
al sur de la ciudad, un gran parque, que ocupara
casi ochenta mil hectreas. Los comunistas insisten
que se implemente dicha decisin. A propuesta suya
se est formando un comit especial, que tendra
como objetivo asegurar la proteccin y el desarrollo
de las zonas verdes.
Al igual que en Bolonia y Florencia, los camaradas milaneses hicieron hincapi en las limitadas
posibilidades de las administraciones locales y en
la reduccin de las subvenciones estatales. Este ao,
por ejemplo, la regin tiene a su disposicin 770
mil millones de liras menos que el ao pasado, lo
cual imposibilitar la puesta en prctica de muchos
proyectos. En todo el pas se plantea con suma
agudeza la cuestin de los presupuestos locales. No
fue simple casualidad que precisamente la discusin
en el parlamento (junio de 1986) del proyecto de
ley sobre dicho asunto suscitara disensiones en la
mayora gobernante y provocara una crisis de Gobierno.
Los comunistas insisten en que los postulados
progresistas de la Constitucin italiana respecto al
papel de las administraciones locales se lleven a
la prctica de manera consecuente. Este es el sentido de las reformas que ellos proponen. Como subrayara el Partido Comunista, la limitacin del papel de estos rganos de poder es un elemento de
la ofensiva conservadora que se despliega en los
ltimos aos. Estas instituciones, que dan al Estado italiano sus rasgos originales, siguen rodeadas
de una aureola de desconfianza y de trabas paralizantes3. El aumento de la independencia real, las
atribuciones, los recursos materiales y las posibilidades de las regiones, provincias y comunas, el establecimiento entre ellas y el poder central de relaciones nuevas, tal es el camino que los comunistas
italianos consideran, adems de otros factores, como
la condicin determinante para un nuevo desarrollo econmico y social a travs de la programacin
democrtica 4 , como un componente importantsimo
de una poltica que dimana de los intereses del
pueblo.
3 Ibdem.
* Ibdem.
PANORAMA BIBLIOGRFICO
POTENCIAL DEMOCRTICO
DE LA RESISTENCIA
K a r i m M r o u e . La Resistencia. Reflexiones
sobre sus orgenes, experiencias y perspectivas. Dar al-Farabi, Beirut, 1985. 304 pp. (en
rabe).
ESTE LIBRO, escrito en un estilo tan directo que
nos parece que su autor hubiera sido un protagonista de las operaciones militares de los patriotas
libaneses, esclarece el sentido y la importancia de
un fenmeno histrico cualitativamente nuevo en
el desarrollo del proceso revolucionario en el Lbano y en el mundo rabe, y nos presenta a sus
participantes que, en el curso de la lucha, se esfuerzan por convertir el movimiento de resistencia
en un movimiento de liberacin.
Karim Mroue, miembro del Bur Poltico del Partido Comunista Libanes (PCL), analiza en este libro
muchos problemas complejos relacionados con el
desarrollo de la resistencia patritica libanesa, sus
posiciones y sus nexos con la guerra civil y la
revolucin democrtico-nacional en el Lbano, con
la crisis del movimiento rabe de liberacin nacional y con las perspectivas del proceso revolucionario en la regin.
Como escribe en el prefacio Georges Hawi, Secretario General del CC del PCL, el gran aporte del
autor consiste en que refleja y sintetiza los esfuerzos creadores colectivos acometidos por nuestro
partido despus de su II Congreso y que encontraron su plasmacin en los materiales del III y el
IV Congresos, en los documentos y decisiones del
Comit Central y su Bur Poltico, en numerosas
declaraciones de dirigentes del PCL hechas oralmente o por la prensa, en artculos de periodistas
y comentaristas del partido... Al mismo tiempo, el
libro marca el advenimiento de una nueva etapa
en el trabajo ideolgico que, en vsperas del V Congreso, se despliega en un contexto que se caracteriza por el mayor nivel de madurez alcanzado por
el movimiento revolucionario en nuestro pas (p. 6).
Al constatar que el movimiento patritico libanes ha llegado a este nivel superior (una conclu-
83
mica o shita), y de fragmentarla en movimientos que obedezcan a diversos signos polticos, religiosos, comunales o ideolgicos. Al analizar estos
fenmenos, Karim Mroue plantea la necesidad de
velar por el progreso del movimiento de resistencia, depurndolo de todo cuanto pueda repercutir
negativamente en su contenido democrtico-nacional
revolucionario, as como impedir u obstaculizar su
crecimiento. Hoy, habindose transformado en un
movimiento patritico revolucionario de liberacin,
la resistencia se plantea no slo la tarea de recuperar los territorios lbaneses ocupados por Israel,
sino tambin de determinar, en consonancia con su
propia esencia, la forma y el carcter del futuro
poder poltico en el pas.
En el libro se subraya que existen dos aspectos
inseparables de la guerra en el Lbano: la lucha
contra las fuerzas falangistas y las acciones de la
guerrilla contra los invasores israeles. En lo que
concierne a esta cuestin escribe Karim Mroue,
quisiera cuestionar dos enfoques de la misma. Uno
sostiene que el movimiento de resistencia se desarrolla independientemente de la guerra civil; el
otro slo ve un nexo entre la guerra civil y la
resistencia, a saber, el impacto negativo de la primera en la segunda, y pasa por alto otros aspectos
{p: 95).
El autor parte de que la invasin israel al Lbano y la ocupacin de parte de su territorio son
un componente de la guerra civil, un elemento introducido en la lucha interna con el fin de apoyar
los planes falangistas, que prevn el aislacionismo
confesional, y asestar un golpe contra las fuerzas
democrticas nacional-patriticas rabes. Por consiguiente, la resistencia es tambin parte integrante
de la guerra civil. La liberacin de los territorios
ocupados se vincula orgnicamente con la lucha
contra los falangistas y sus designios. Esta interconexin puede apreciarse por los cambios cualitativos que la resistencia ha introducido en la lucha
interna en el Lbano. En tanto que fuerza unificadora, la resistencia es el antpoda de la fragmentacin religiosa y romunal en la que depositan sus
esperanzas el imperialismo, el sionismo y sus secuaces falangistas.
Karim Mroue demuestra que el proceso revolucionario libanes choca con una corriente aislacionista adherida a una concepcin seudonacional y
antipatritica de que el Lbano es un pas occidental y no rabe. Sin embargo, el fracaso del acuerdo israel-libans del 17 de mayo de 1983, el combate exitoso contra los invasores israeles y las
victorias obtenidas en las batallas contra los partidarios del plan falangista reflejan una nueva
tendencia en la guerra civil y en la lucha multifactica que se despliega en el curso de ella. En
realidad, dicha tendencia refleja los profundos cambios que han acaecido, aun cuanto todava no han
concluido, en la actitud de los libaneses hacia su
patria, su creciente cohesin... De hecho, tiene lugar una especie de proceso de vindicacin del patriotismo libanes (p. 100).
En el libro se identifican tres corrientes que obstaculizan la formacin de un patriotismo libanes
esencialmente rabe. La primera surgi y progres
sobre la base de la doctrina del aislacionismo, que
separa el pas de su historia rabe, lo identifica
con una sola comunidad y afirma que el futuro
del Lbano depende de su alejamiento de los Estados rabes y su vinculacin con protectores forneos. Los adeptos de la segunda corriente minimizan o menosprecian la lucha por transformaciones
revolucionarias y niegan la existencia de un pro-
blema especficamente nacional del Lbano. Los partidarios de la tercera corriente se basan en los
dogmas del Islam y consideran que carece de sentido discutir en torno a problemas nacionales
panrabes si ellos no se enfocan como parte de
una entidad ms grande: el Islam y la unidad de
los musulmanes. En suma, reducen los conceptos
nacin y pueblo al de comunidad musulmana.
Poniendo de relieve la esencia y las races de
estas corrientes, el autor contribuye sustancialmente a desentraar el problema de la idiosincrasia
de nuestro pas. Seala que la lucha interna en el
Lbano es, en verdad, una lucha de clases en la
cuestin nacional que se desarrolla, como lo demuestran los hechos, en torno a dos problemas
fundamentales las dos caras de una misma medalla: el reconocimiento de la identidad nacional
rabe del Lbano y la exigencia de transformaciones democrticas. La vindicacin del patriotismo
libanes es un proceso inseparable de los cambios
democrticos internos.
No cabe duda de que al lector le interesar tambin el captulo del libro dedicado a la contribucin de sirios y palestinos a la batalla contra los
invasores israeles .y al impacto que han tenido en
la situacin libanesa la escisin en las filas de la
Organizacin para la Liberacin de Palestina y la
crisis del movimiento rabe de liberacin. Al mismo
tiempo, el autor muestra cmo los patriotas libaneses influyen con su lucha y sus victorias en el
desarrollo del movimiento revolucionario rabe
(p. 109). ;;
CONTINUA EL RELEVO
INTERNACIONALIZA
P h i l i p S. P o n e r . MAY DAY. A Short
History of the International Worker's Holiday.
1886-1986. International Publishers. New York,
1986. 184 pp.
LA CARRERA ARMAMENTISTA:
MILLN Y MEDIO
DE DOLARES POR MINUTO
LOS TRABAJADORES Y LA CARRERA ARMAMENTISTA. Comit Sindical Internacional por
la Paz y el Desarme (Comit de Dubln). 1986.
59 pp. (editado tambin en ingls, francs y
ruso).
85
86
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88
GPR0 LENKER
IMPOTENCIA DE LA JUSTICIA
ITALIANA
30 ANNI DE SCANDALI.
L'Espresso, 1985. 113 pp.
Roma,
Editorialc
Es una tarea difcil y a veces mortalmente peligrosa se puede leer en el libro coger en flagrante delito a asesores rapaces y funcionarios
corruptos, as como a otros personajes gogolianos, porque la corrupcin, denunciada en los ltimos aos por los periodistas democrticos, est
lejos de ceder sus posiciones (p. 13), habiendo
arraigado profundamente en el aparato poltico de
gobierno.
Es proverbial la lentitud de los servidores de la
justicia en Italia. Pero, cuando peligran sus intereses, son capaces de actuar con una agilidad inaudita. Por ejemplo, se cita el siguiente hecho: cuando el Consejo Supremo de la Magistratura, encargado de controlar las actividades de los rganos
que supervisan la aplicacin de las leyes, acus a
los fiscales capitalinos de complicidad con la famosa logia P-2, stos de inmediato montaron un
contraataque. A los miembros del Consejo se les
enjuici por despilfarrar los fondos pblicos en...
tomar caf durante las sesiones. Esta historia
pas a los anales de los tribunales italianos como
el proceso de una taza de caf.
La recopilacin pone al descubierto los mtodos
y los medios que se emplean contra los periodistas
cuyos escritos no fueran del agrado de la derecha.
Veamos un caso tpico. En 1967 el general de Lorenzo, antiguo jefe del servicio de inteligencia militar y, ms tarde, comandante del cuerpo de carabineros, acus de calumnia a Eugenio Scalfari y
Lino Januzzi, reporteros de L'Espresso, autores de
varios artculos sobre los inspiradores del complot
del 14 de julio de 1964, cuyo propsito era dar un
golpe de Estado reaccionario.
El libro demuestra que grandes fraudes financieros, operaciones burstiles ilegales, negocios en la
construccin y especulacin de tierras se entrelazan
estrechamente con la poltica e influyen en el sistema de gobierno. A ttulo de ejemplo se da el caso
Sindona, nombre ste que tambin ha venido a
figurar en el proceso de Palermo. Este individuo
fund una red de compaas financieras fantasmas
para sacar billones de liras de los bolsillos de los
italianos, amasando as una fortuna enorme. No
slo los mafiosos, sino tambin los polticos que le
daban un slido respaldo, sacaban beneficios de las
sucias maquinaciones del banquero. Basta mencionar una sociedad annima fundada por Sindona en
el principado de Liechtenstein, que encubra las especulaciones de prominentes figuras del partido
demcrata-cristiano. Las ganancias se destinaban,
entre otras cosas, a financiar campaas polticas y
sobornar empleados pblicos. Siendo hombre de la
mafia, Sindona estableci estrechos contactos con
la CA y los servicios secretos de ciertos pases
de Europa Occidental. Con su apoyo el banquero
preparaba un golpe separatista en Sicilia.
La derecha italiana hizo lo imposible por salvar
del castigo al aventurero. Pero, bajo la presin de
las fuerzas democrticas y, sobre todo del Partido
Comunista Italiano, las autoridades tuvieron que
arrestar a este empresario de reputacin intachable, segn los respetuosos calificativos de la prensa
reaccionaria. El proceso, en el transcurso del cual
se evidenci la complicidad de Sindona en varios
asesinatos polticos, produjo pnico entre sus amigos: agentes de los servicios secretos de Occidente, mafiosos, masones fascistoides de Italia. A principios de 1986 el banquero, condenado a cadena
perpetua, fue envenenado en circunstancias misteriosas. Sus asesinos todava no han sido encontrados.
En el libro se dan los detalles de otro escndalo,
que estall en 1979, con motivo de un gigantesco
AtESSANDRO MONTI
C. Marx. Poblacin, criminalidad y pauperismo.
89
Cuadro 1
ENSAYOS C O R R E S P O N D E N C I A INFORMACIN
90
pases independizados
(sin los socialistas)
Pases
socialistas
Pases capitalistas
industrializados
2,6
4,6
8,0
9,5
2,5
4,8
8,0
9,1
1,5
2,4
3,3
3,6
6,8
5,2
6,7
4,7
3,8
2,9
1950 = 1
1960
1970
1980
1984
Ritmos del
incremento
promedio
anual (en /o]
en 1951-1984
en 1971-1984
Aos
1928
1939
1946
1960
1969
1985
Nmero
de pases
donde actan
partidos
comunistas
46
69
78
87
88
95
Nmero total
de comunistas
(en millones
de personas)
1,7
4,2
20,0
35,0
50,0
ms de 80,0
En la dcada del 70 y la primera mitad de los aos 80, el nmero total de comunistas aument
en ms de 30 millones. Y no se
trata slo de una contribucin de
los pases socialistas. Desde luego, no son iguales las posibilidades de crecimiento de las filas comunistas en el mundo socialista
y fuera de l. Los partidos gobernantes no tienen otros lmites que
las normas y procedimientos establecidos por ellos mismos para
regular su composicin cuantitativa y cualitativa. En el mundo
no socialista la situacin es diferente. A travs de los medios burgueses de informacin social se
despliega una incesante, refinada
y hbil propaganda anticomunista.
Ms an, en varios pases la militancia en el partido comunista
o una simple manifestacin de
91
92
gran descontento, que fue acentundose despus de 1966, cuando Obote, a la sazn Primer Ministro, entr en conflicto con el
presidente del pas, el Kabaka
(rey)
de Buganda ', al que destituy para hacerse elegir ms tarde jefe del Estado a tono con una
Constitucin que l mismo haba
redactado.
En 1971, se produjo en Uganda
un golpe de Estado. Sealemos de
inmediato que ste se justificaba
y tena el carcter de pronunciamiento popular. Pero, ingleses e
israeles robaron al pueblo los
frutos de la victoria imponindole
al pelele Idi Amin.
Las fuerzas progresistas se opusieron al gobierno de Amin. Forzados a emigrar a Tanzania, los
representantes de estas fuerzas,
incluido el actual Presidente de
la repblica, Yowery Museveny,
desplegaron desde all la lucha.
Se form un ejrcito guerrillero,
cuyos destacamentos se infiltraban en territorio ugands, realizaban operaciones militares e incorporaban a sus filas a la poblacin local. La lucha continu hasta
1979, ao en que, con la ayuda
de nuestros hermanos tanzanios,
logramos expulsar a Amin del pas.
El pueblo esperaba que as se
desbrozara el camino del progreso. Pero, aprovechando el apoyo
de parte del ejrcito de liberacin, Obote volvi a hacerse nuevamente con el poder mediante el
fraude electoral de 1980. Las fuerzas progresistas otra vez se vieron obligadas a levantarse en armas bajo la direccin del lder
revolucionario Museveny.
Nuestras posiciones no eran envidiables: las operaciones militares fueron iniciadas apenas por
27 personas que haban consegui1
Desde 1900 formaba parte del
protectorado britnico de Uganda.
Gozaba de cierta autonoma una vez
que el pas obtuvo su independencia. La Constitucin de 1967 proclam a Uganda como una repblica
unitaria y priv a Buganda de su
status autnomo. N. de la Red.
93
94
95
CRNICA
T. Tayeb Babeqr, miembro del Secretariado del CC
del Partido Comunista Sudans, visit la Redaccin de
Revista Internacional. Al intervenir en una sesin ampliada de la Comisin para problemas del movimiento
de liberacin nacional en los pases de Asia y frica,
se refiri a la situacin en Sudn y a la lucha de los
comunistas por salvaguardar y consolidar las conquis-
Atenas, Grecia
NUESTRA POCA N 11
/viene del reverso de la contraportada I
EDICIN
v * ^^ * *CHILENA
. * kk iv r*.
revista
NTERNACIONAL
.
VIGENCIA
DE LAS IDEAS
Y LA CAUSA
DE OCTUBRE
NUEVOS TIEMPOS
DEMANDAN NUEVAS
ACTITUDES
LAS
CONTRADICCIONES
INTERIMPERIALISTAS
Y LA CLASE OBRERA
LAS MASAS
INDGENAS
EN EL MOVIMIENTO
REVOLUCIONARIO
DE AMERICA LATINA
NOVIEMBRE 1986