¿Esto Es Arte?
¿Esto Es Arte?
¿Esto Es Arte?
MDULO I.
Felshin, Nina (2001).
Pero esto es arte? El espritu del arte
como activismo, en Marcelo Expsito et al.
(eds.), Modos de hacer. Arte crtico,
esfera pblica y accin directa. Salamanca:
Ediciones de la Universidad de Salamanca.
P. 73-93
la reglamentacin en materia de derechos de autor (artculos: 147, 148, 150 y 151 de la Ley Federal del
Derecho de Autor). No tiene costo alguno, su uso indebido es responsabilidad del alumno.
Pero
esto
es
arte?.
El
espritu
del
arte
como
activismo.
Nina
Felshin.
Texto
extrado
del
libro:
Modos
de
hacer
:
arte
crtico,
esfera
pblica
y
accin
directa.
Universidad
de
Salamanca,
Ediciones
Universidad
de
Salamanca,
2001.
pgs.
73-94
El
proceso
de
cambio
Con
un
pie
en
el
mundo
del
arte
y
otro
en
el
del
activismo
poltico
y
los
movimientos
sociales,
surgi
a
mediados
de
los
70
una
curiosa
mezcla
de
prcticas
artsticas
que
se
expanden
en
los
80,
para
alcanzar
niveles
masivos
de
difusin
e
institucionalizacin
en
los
90.
Estas
nuevas
prcticas
de
activismo
cultural
se
han
convertido
en
el
tema
de
conferencias
y
artculos,
de
exposiciones
y
proyectos
vinculados
a
comunidades
y
patrocinados
por
museos.
Adems,
este
fenmeno
est
dando
mpetu
y
contenido
a
varias
revistas
y
organizaciones,
lo
que
trae
consigo
un
correspondiente
aparato
crtico
y
terico
en
el
que
se
plantean
muchas
cuestiones
an
por
responder.
Gran
parte
del
arte
del
siglo
XX
ha
sido
producido,
distribuido
y
consumido
dentro
del
contexto
de
lo
que
reconocemos
como
"mundo
del
arte".
Lo
que
ha
impulsado
a
sus
protagonistas
ha
sido
fundamentalmente
la
bsqueda
de
la
expresin
personal
y
los
objetos
resultantes
se
han
interpretado,
en
la
mayor
parte
de
las
ocasiones,
como
producto
de
dicha
expresin.
Hasta
finales
de
los
60,
el
formalismo
-una
de
las
ltimas
manifestaciones
del
modernismo-
se
hallaba
en
trayectoria
ascendente
entre
la
crtica
de
arte.
Pretenda
distinguir
distintos
tipos
de
arte
en
funcin
de
elementos
autorreferenciales,
enfatizando
no
slo
la
pureza
de
cada
gnero
con
respecto
a
otras
disciplinas,
sino
tambin
el
carcter
separado
de
la
cultura
en
relacin
a
las
otras
reas
de
la
vida.
No
obstante,
a
partir
de
finales
de
los
60
se
iban
a
producir
una
serie
de
cambios
en
el
mundo
del
arte
que
no
eran
sino
un
reflejo
de
los
cambios
que
estaban
teniendo
lugar
en
el
"mundo
real".
La
prctica
cultural
hbrida
a
la
que
nos
referimos
aqu
se
ha
desarrollado
a
partir
de
estos
cambios.
Estas
prcticas
activistas,
que
cobran
forma
tanto
a
partir
del
"mundo
real"
como
del
mundo
del
arte,
han
catalizado
los
impulsos
estticos,
sociopolticos
y
tecnolgicos
de
los
ltimos
veinticinco
aos,
en
un
intento
de
desafiar,
explorar
o
borrar
las
fronteras
y
las
jerarquas
que
definen
tradicionalmente
la
cultura
tal
y
como
sta
es
representada
desde
el
poder.
Estas
prcticas
culturales
suponen
la
plasmacin
ltima
de
la
urgencia
democrtica
por
dar
voz
y
visibilidad
a
quienes
se
les
niega
el
derecho
a
una
verdadera
participacin
y
de
conectar
el
arte
con
un
pblico
ms
amplio.
Surge
as
de
una
unin
del
activismo
poltico
con
las
tendencias
estticas
democratizadoras
originadas
en
el
conceptual
de
finales
de
los
60
y
comienzos
de
los
70.
Destaquemos
algunas
de
sus
caractersticas
principales.
El
arte
activista
es,
en
primer
lugar,
procesual
tanto
en
sus
formas
como
en
sus
mtodos,
en
el
sentido
de
que
en
lugar
de
estar
orientado
hacia
el
objeto
o
el
producto,
cobra
significado
a
travs
de
su
proceso
de
realizacin
y
recepcin.
En
segundo
lugar
se
caracteriza
por
tener
lugar
normalmente
en
emplazamientos
pblicos
y
no
desarrollarse
dentro
del
contexto
de
los
mbitos
de
exhibicin
habituales
del
mundo
del
arte.
En
tercer
lugar,
como
prctica,
a
menudo
toma
forma
de
intervencin
temporal,
performances
o
actividades
basadas
en
la
performance,
acontecimientos
en
los
medios
de
comunicacin,
exposiciones
e
instalaciones.
Una
cuarta
caracterstica
es
que
gran
parte
de
ellas
emplean
las
tcnicas
de
los
medios
de
comunicacin
dominantes,
utilizando
vallas
publicitarias,
carteles,
publicidad
en
autobuses
y
metro
y
material
adicional
insertado
en
peridicos
con
el
fin
de
enviar
mensajes
que
subviertan
las
intenciones
usuales
de
estas
formas
comerciales.
Por
ltimo,
se
distinguen
por
el
uso
de
mtodos
colaborativos
de
ejecucin,
tomando
una
importancia
central
la
investigacin
preliminar
y
la
actividad
organizativa
y
de
orientacin
de
los
participantes.
Estos
mtodos
se
inspiran
frecuentemente
en
modos
de
hacer
provenientes
de
fuera
del
mundo
del
arte,
lo
que
es
un
modo
de
asegurarse
la
participacin
del
pblico
o
de
la
comunidad
y
de
distribuir
con
cierta
efectividad
su
mensaje
al
mbito
pblico.
El
grado
en
que
estas
estrategias,
colaboracin
entre
artistas,
participacin
pblica
y
el
empleo
de
las
tecnologas
provenientes
de
los
medios
de
comunicacin
en
la
distribucin
de
la
informacin
sirven
y
se
incorporan
de
un
modo
satisfactorio
a
los
fines
activistas
de
la
obra
ser
el
indicador
fundamental
a
la
hora
de
valorar
su
impacto.
Adopten
una
forma
temporal
o
permanente,
el
proceso
de
creacin
es
tan
importante
en
dichas
actividades
como
su
manifestacin
visual
o
fsica.
Se
puede
decir,
pues,
que
las
prcticas
culturales
activistas
son
esencialmente
colaborativas,
una
colaboracin
que
se
convierte
en
participacin
pblica
cuando
los
artistas
logran
incluir
a
la
comunidad
o
al
pblico
en
el
proceso.
Esta
estrategia
tiene
la
virtud
de
convertirse
en
un
catalizador
crtico
para
al
cambio
y
la
capacidad
de
estimular,
de
diferentes
maneras,
la
conciencia
de
los
individuos
o
comunidades
participantes.
A
menudo,
los
proyectos
de
artistas
activistas
estn
fuertemente
vinculados
a
los
movimientos
sociales
implicados
directamente
en
los
problemas
de
los
que
este
arte
se
ocupa.
El
implicar
en
el
proceso
a
la
administracin
municipal,
a
organizaciones
comunitarias
o
a
otros
grupos
activistas,
a
sindicatos
de
trabajadores,
a
universidades,
a
especialistas
medioambientales,
iglesias,
artistas,
profesionales
del
arte
e
incluso
a
otros
artistas
activistas
en
sus
proyectos,
no
slo
permite
ampliar
el
pblico
y
la
base
de
apoyo,
sino
que
contribuye
idealmente
tambin
a
asegurar
el
xito
a
largo
plazo
del
proyecto
comunitario
que
se
ha
marcado
como
objetivo.
En
las
obras
dirigidas
a
grupos
especficos
como
las
mujeres,
personas
sin
hogar,
estudiantes
de
secundaria,
ancianas,
miembros
sindicales,
trabajadores
del
servicio
de
limpieza,
vctimas
de
la
violencia
sexual,
etc.,
frecuentemente
tales
grupos
toman
parte
activa
junto
con
los
artistas
en
las
distintas
actividades
mediante
el
dilogo,
la
historia
oral,
la
performance
y
el
diseo
conjunto
de
carteles
e,
incluso,
mediante
la
realizacin
de
prcticas
artsticas
de
tipo
tradicional.
La
participacin
se
convierte
de
este
modo
en
un
proceso
de
autoexpresin
o
autorrepresentacin
protagonizado
por
toda
la
comunidad.
A
travs
de
tales
expresiones
creativas,
los
individuos
son
dotados,
adquiriendo
paulatinamente
voz,
visibilidad
y
la
conciencia
de
formar
parte
de
una
totalidad
mucho
mayor.
Lo
personal,
de
este
modo,
pasa
a
ser
poltico
y
el
cambio
se
hace
posible,
incluso
si
inicialmente
slo
se
produce
en
el
interior
activismo
contemporneo.
El
desprecio
por
el
objeto
de
arte
y
su
sistema
de
distribucin
en
forma
de
mercancas
que
caracterizaba
al
conceptual,
su
deseo
de
expandir
las
fronteras
estticas
y
su
nfasis
en
las
ideas
por
encima
de
lo
formal
o
la
definicin
visual,
condujo
a
los
artistas
conceptuales
a
experimentar
con
toda
clase
de
materiales
y
formas
no
permanentes,
baratas
y
reproductibles,
incluyendo
fotocopias
y
otros
sistemas
de
comunicacin
no
artsticos,
instrucciones
(para
ser
ejecutadas
por
otros),
vdeo,
instalaciones
y
performances,
as
como
proyectos
deliberadamente
efmeros,
todo
ello
enraizado
en
el
"mundo
real".
Los
proyectos
a
menudo
exigan
un
cierto
grado
de
participacin
por
parte
del
espectador
o
espectadora
y
frecuentemente
tenan
lugar
fuera
de
los
emplazamientos
tradicionales
del
arte.
La
pieza
de
Robert
Barry
Telephatic
Piece
de
1969,
por
ejemplo,
estaba
acompaada
de
una
afirmacin
en
el
catlogo
que
deca:
"Durante
la
exposicin,
tratar
de
comunicar
telepticamente
una
obra
de
arte,
la
naturaleza
de
la
cual
es
una
serie
de
pensamientos
que
no
son
aplicables
al
lenguaje
o
la
imagen"`.
En
otro
ejemplo
de
finales
de
los
60,
Joseph
Kosuth
realiz
una
serie
de
trabajos
en
peridicos
y
revistas
en
los
que
se
buscaba
destacar
cmo
"la
inmaterialidad
de
la
obra
se
acenta
y
cualquier
posible
conexin
con
la
pintura
se
trata
con
rigor.
La
nueva
obra
no
est
relacionada
con
un
objeto
precioso,
es
accesible
a
tanta
gente
como
est
interesada;
no
es
decorativa,
no
tiene
nada
que
ver
con
la
arquitectura;
puede
ser
llevada
tanto
a
casa
como
al
museo
pero
no
fue
hecha
pensando
en
ninguno
de
los
dos
sitios.
En
estas
y
otras
reacciones
a
la
esttica
exclusivista
del
formalismo,
el
conceptual
plante
la
idea
de
que
el
significado
de
una
obra
de
arte
reside
no
en
el
objeto
autnomo,
sino
en
su
marco
contextual.
La
idea
de
que
el
contexto
fsico,
institucional,
social
o
conceptual
de
una
obra
es
lo
que
constituye
su
significado
influy
en
muchos
de
los
desarrollos
que
siguieron
en
los
70,
incluyendo
las
nociones
expandidas
de
escultura
y
arte
pblico.
La
importancia
de
la
contextualizacin
llega
hasta
el
punto
de
que
un
buen
nmero
de
crticos,
crticas
y
artistas
han
llegado
a
considerar
que
el
arte
activista
es
"el
nuevo
arte
pblico",
y
que
el
contexto
representa
un
refinamiento
de
la
nocin
de
site
specificlty
(especificidad
espacial)
tal
y
como
se
ha
venido
aplicando
en
la
escultura
y
el
arte
pblico.
Inicialmente,
ste
specific
se
refera
a
una
relacin
formal
integral
entre
la
escultura
y
el
emplazamiento,
una
relacin
segn
la
cual
la
obra
no
poda
ser
separada
de
su
entorno.
A
finales
de
los
60
y
comienzos
de
los
70
se
instalaron
este
tipo
de
obras
en
paisajes
remotos,
en
entornos
urbanos
y
en
galeras
y
museos.
En
contraste
con
el
notorio
turd
in
the
plaza,
una
variedad
de
arte
pblico
que
a
menudo
consista
en
poco
ms
que
una
versin
a
gran
escala
de
una
obra
de
estudio,
el
arte
pblico
site-specific
tena
una
relacin
real
con
su
contexto
y,
supuestamente,
tambin
con
la
gente
con
quien
iba
a
enfrentarse
.
Es
significativo
sealar
cmo
la
General
Services
Administration,
que
administra
las
propiedades
del
gobierno
federal
y
est
encargada
de
solicitar
la
realizacin
de
obras
de
arte
para
sus
nuevos
edificios,
tom
conciencia
del
nuevo
pensamiento
en
torno
al
arte
pblico
y
cambi
el
nombre
de
su
programa
a
mediados
de
los
70,
reemplazando
el
trmino
Fine
Arts
in
New
de
este
cambio
hacia
una
esttica
ms
abierta
dentro
del
mundo
del
arte
se
encuentran
principalmente
en
el
conceptual,
y
despus
en
los
proyectos
interdisciplinares
postmodernistas.
Lamentablemente,
la
crtica
del
capitalismo
llevada
a
cabo
por
el
conceptual
no
consigui
realmente
abolir
el
objeto
de
arte
o
socavar
el
sistema
de
mercado.
Como
lo
demuestran
los
ejemplos
de
Barry
y
Kosuth,
el
contenido
del
arte
conceptual
no
acab
de
adoptar
totalmente
los
mtodos
y
las
formas
de
la
filosofa
democrtica
que
le
inspiraba,
de
tal
modo
que
nunca
lleg
a
considerar
las
cuestiones
sociales
y
polticas
como
un
objeto
realmente
viable.
As
pues,
aunque
las
ambiciones
y
estrategias
del
conceptual
fueran
democrticas,
sus
trabajos
siguieron
cristalizando
en
formas
de
arte
esencialmente
exclusivas
y
fuera
del
alcance
de
cualquiera
que
no
perteneciera
a
dicho
mundo.
A
pesar
de
ello,
las
implicaciones
derivadas
del
conceptual
han
tenido
un
gran
alcance,
ayudando
a
crear
un
clima
en
el
mundo
del
arte
que
ha
propiciado
que
los
artistas
que
llegaron
despus
se
decidieran
a
completar
la
revolucin
que
el
conceptual
puso
en
marcha.
Se
podra
decir
que
el
conceptual
ayud
a
pavimentar
el
camino
hacia
el
postmodernismo
y
proporcion
un
marco
estructural
firme
para
las
prcticas
de
arte
activista.
Sntesis
en
las
prcticas
No
obstante,
a
pesar
de
su
aparicin
a
mediados
de
los
70,
no
fue
hasta
los
80
cuando
el
arte
activista
realmente
encontr
su
plena
justificacin
en
respuesta
a
las
fuerzas
conservadoras
que
dominaban
tanto
el
mundo
poltico
como
el
mundo
del
arte,
la
presencia
creciente
de
los
mtodos
activistas
tanto
en
la
izquierda
como
en
la
derecha,
la
influencia
persuasiva
de
los
medios
de
comunicacin
y
la
consolidacin
de
las
relaciones
pblicas.
La
erosin
de
la
democracia,
debido
tanto
al
desmantelamiento
de
los
programas
sociales
como
a
la
promocin
de
iniciativas
que
favorecan
a
los
ricos
durante
los
aos
de
la
administracin
Reagan-Bush,
condujo
a
una
polarizacin
creciente
entre
ricos
y
pobres,
entre
los
poderosos
y
los
que
carecan
de
poder,
entre
la
izquierda
y
la
derecha.
Los
activistas
de
izquierda
se
movilizaron
en
torno
a
temas
mucho
ms
diversos
que
antao,
como
fueron
la
crisis
nuclear,
la
intervencin
de
Estados
Unidos
en
Centroamrica,
la
derrota
de
la
Enmienda
de
la
Igualdad
de
Derechos
y
la
amenaza
al
derecho
al
aborto,
el
fenmeno
de
las
personas
sin
hogar,
el
silencio
clamoroso
del
gobierno
federal
en
respuesta
a
la
crisis
del
SIDA,
la
censura
y
el
abandono
cada
vez
mayor
de
sectores
de
la
sociedad
que
ya
estaban
marginados
de
antemano.
Los
activistas
de
la
derecha
protestaban,
por
su
lado,
contra
el
aborto
y
ejercan
presiones
para
lograr
una
poltica
pblica
en
apoyo
a
sus
convicciones
sobre
la
moralidad
pblica
y
privada.
El
mundo
del
arte
estaba,
por
su
parte,
"fuera
de
juego"
debido
a
los
muchos
ataques
sufridos
[desmantelamiento
del
sistema
de
financiacin
pblica,
censuras,
etc.].
En
muchos
aspectos,
el
mundo
del
arte
de
los
80
reflejaba
el
"mundo
real"