Alimentacion Guerra Civil
Alimentacion Guerra Civil
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R E S U M E N
El
Nuestro
siones de identidad y/o defensa o ruptura de las normas morales que comparte
un grupo social.
PALABRAS CLAVE:
Reciprocidad,
Introduccin
El hecho alimentario se caracteriza por ser un
fenmeno muy complejo, determinado por factores
sociales, culturales e histricos diversos. Su anlisis nos permite entender algunas de las prcticas
que, en un contexto determinado, permiten o impiden la reproduccin social. Por otro lado, cabe
sealar que el estudio de determinados aspectos
de la alimentacin, como las crisis alimentarias,
adquiere, gracias a la riqueza de sus significados,
una relevancia muy notable. Efectivamente, tal y
como sugiere Mauss (1969:328), la fuerza y la debilidad de la cohesin social son espacios susceptibles de ser analizados de manera muy particular
en poca de crisis,
Este artculo presenta algunos de los resultados de una investigacin ms amplia llevada a trmino durante los aos 2006 y 2007 en Catalua. El objetivo principal de la investigacin fue recuperar la memoria oral alimentaria de las personas que vivieron durante la Guerra Civil
espaola y la posguerra. Se recogieron 33 narrativas que fueron completadas con informacin audiovisual y bibliogrfica. El proyecto fue financiado por el Centre de Promoci de la Cultura Popular i Tradicional Catalana (CLT/349/2006), la Agncia de Gesti dAjuts Universitaris
i de Recerca (AREM 2005) y la Caixa de Sabadell.
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Parece oportuno recordar que el estudio diacrnico de las diferentes situaciones crticas relacionadas
con la alimentacin (Ferrires 2002) nos permite
advertir la gran variabilidad que presenta este fenmeno, y esto, en funcin de los matices que aportan
la historia, la sociedad y la cultura que caracterizan
el contexto estudiado. Adems, cabe subrayar que estos perodos de crisis alimentaria no siempre tienen
que ver con la carencia de alimentos. En las sociedades de la abundancia alimentaria estas crisis guardan relacin con los excesos de la industrializacin
y la mundializacin: un caso paradigmtico sera el
de las vacas locas (Guidonet 2010).
Llegados a este punto, nos centraremos en el objeto de estudio que nos ocupa, que se caracteriza
por la falta de alimentos, ms o menos acusada, en
la que se desarroll la cotidianidad de los hombres
y mujeres que vivieron durante la Guerra Civil espaola y la posguerra. Se trata de un conjunto de
personas que tuvieron que llevar a cabo las tareas
alimentarias cotidianas (produccin y/o aprovisionamiento, transformacin, distribucin, consumo
y aprovechamiento o eliminacin) en unas condiciones poco favorables, o incluso, extremas.
Tal y como ya han puesto de relieve algunos
autores (Bandahuer-Schffmann 1999, Tylor y
Bogdan 1987, Roig, Estrada y Beltrn 1999), la
memoria oral, y ms concretamente, la memoria
oral alimentaria, nos permite acceder a aquellos
mbitos de subjetividad que no seran aprehensibles de otro modo. As, conocemos el malestar o la
desmoralizacin de todos aquellos que en poca
de carencia alimentaria tuvieron que suspender
la moral consensuada, poniendo en juego prcticas como el robo o el intercambio de alimentos.
Tambin nos ayuda a adentrarnos en el espacio de
determinados grupos sociales silenciados durante
dcadas, como las mujeres o los nios y las nias,
permitindonos analizar prcticas generadas a fin
de obtener alimentos diariamente, por ejemplo, las
derivadas de los cambios ocurridos en el seno del
grupo domstico.
Partiendo de estas premisas, el estudio que aqu
presentamos se llev a cabo utilizando tcnicas de
investigacin cualitativas. En primer lugar, se recogieron relatos biogrficos centrados en el periodo
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de supervivencia: de la diversifi-
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agricultores y que venden productos en el mercado. Este caso nos permite observar la dinmica de
la transaccin cuando la distancia social entre sus
miembros es mnima,2
Nosaltres tenem parents de Sant Climent, que venien a vendre a la plaa, i llavors ens donaven coses...
patates, fruitapoma, el que fos, i aix ens anava
b...com que eren parents, ens donaven coses...
Este caso ilustra nuevamente la mnima distancia social entre el donador y el receptor del alimento, aunque aqu nos encontramos ante una relacin de naturaleza diferente (de amistad y no de
parentesco). Por otro lado, el ejemplo nos permite
dar cuenta de una particularidad interesante: las
diferencias en la distribucin de alimentos en el
seno del grupo domstico. Las narrativas analizadas muestran que son los adultos (generalmente,
las mujeres) los que distribuyen los alimentos intradomsticamente, favoreciendo a los ms jvenes
(siempre que alguno de stos no reciba alimentos en otro lugar, como los comedores colectivos).
Estas prcticas de distribucin pueden explicarse
por la moral de cuidado de los nios, las nias y
los y las adolescentes, y tambin porque facilitan,
ideal y materialmente, la reproduccin social. Y
esto, en un contexto histrico y poltico en el que
la supervivencia (tanto material como ideal) se
encuentra en peligro.
Resulta necesario aclarar que, a pesar de los errores lingusticos cometidos, hemos mantenido las expresiones de los y las informantes tal y
como las expusieron en las sesiones de entrevista, puesto que nos pareci que de este modo no restbamos espontaneidad a sus palabras.
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La informante se refiere al horno pastelera Foix, negocio familiar de Josep Vicen Foix (Barcelona, 1893-1987), uno de los ms destacados poetas de lAvantguarda.
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Otras veces, los intercambios contienen significados ms densos. Se trata del contradon en forma de
alimentos que obtienen los profesionales sanitarios.
En estos casos podemos delimitar el intercambio de
dos dones que resultan muy significativos en una sociedad en guerra o posguerra: alimentacin y salud.
Las narrativas muestran este tipo de transacciones
entre pacientes que disponen de algn excedente alimentario, y sanitarios (mdicos, enfermeras o matronas) que reciben el contradon a cambio del servicio de
salud prestado. De este modo, la persona que dispone
de conocimientos mdicos y que procura salud gracias a ellos, recibe, a su vez, alimentos que le ayudan
a continuar subsistiendo (y por lo tanto, manteniendo la salud de la comunidad gracias a sus saberes y
prcticas). Por su parte, la persona que carece de salud
pero que tiene alimentos, puede perpetuarse social51
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Como ya hemos comentado, el nivel de los intercambios no era el mismo para todo el mundo.
Los relatos recogidos nos dan algunas herramientas de reflexin sobre este valor de intercambio,
que variaba en funcin del poder adquisitivo de
las personas que participaban en la transaccin.
El siguiente ejemplo muestra un hombre, propietario de una bodega, que intercambia vino con bienes muy valorados en la categora alimentaria del
momento (carne), o bien, con bienes que no pueden ser categorizados como de primera necesidad
(muebles). Un tipo de productos que no entran en
el espectro de muchas otras personas, las cuales se
limitan a intercambiar bienes que permitan continuar subsistiendo (transacciones exclusivas de
alimentos). O bien, que son de muy baja calidad,
si por sta entendemos tanto el valor nutritivo del
alimento como su valor simblico dentro de la clasificacin de alimentos comestibles y/o apreciados
por la comunidad (intercambio y consumo de almendras, algarrobas, boniatos o maz, por poner
algunos ejemplos).
Amb el vi podem fer intercanvi per cuixes de pollastre, roba, mobles...tot era a base dintercanvis,
aix va durar tota la guerra!!
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establecen relaciones previas con el objetivo secundario de obtener alimentos. Algunos informantes
comentan la importancia de tener amigos en
una poca de crisis, dejando entrever este trabajo de creacin de una red con la finalidad de subsistir. En otras ocasiones, los ejemplos son mucho
ms ilustrativos. Esto ocurre en situaciones lmite,
como por ejemplo, en contextos de internamiento
en campos o prisiones. As, un hombre explicaba
que, en la prisin en la que se encontraba, cre lo
que podramos definir como una familia: en
la prisin, ramos tres. Estas tres personas, agrupadas gracias a una experiencia previa de afinidad
entre ellas, elaboran un pequeo contexto de ayuda
que les permite obtener, compartir e intercambiar
alimentos en un contexto especialmente hostil.
La
social
En los relatos recogidos en nuestro trabajo aparecen frecuentemente narrativas sobre prcticas
relacionadas con el hurto, el robo, la estafa o el
regateo. Este es un tema que merece especial atencin, puesto que la caracterstica suspensin de la
moral compartida permite la reproduccin social,
pero tambin se convierte en una situacin que
provoca reacciones diversas y contrastadas. A nivel
metodolgico, los datos documentales escritos nos
permiten delimitar esta figura y advertir su importancia en contextos de crisis, ya que, como venimos
afirmando, el grupo se reproduce gracias a ella. Sin
embargo, debe remarcarse que el recurso a la oralidad nos acerca al anlisis de otros aspectos relacionados con esta prctica, esto es, la valoracin que
suscita. Una percepcin, por otro lado, que puede
llegar a provocar, como veremos, la renuncia a su
puesta en marcha.
La particular ruptura con la moral establecida
genera, como decamos, conflictos diversos. stos
pueden afectar a la persona que acta o que tiene
la oportunidad de actuar llevando a cabo el hurto,
el robo, la estafa o el regateo. Pero estas situaciones
tambin aparecen entre personas ajenas a la transaccin. En estos casos, la valoracin de este tipo
de prcticas es muy negativa. Lo que estas personas
expresan aqu es que la parte tomada les hubiera
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en suspenso la norma moral consensuada. Generalmente se observa la aceptacin del uso de este
tipo de estrategia, justificndose como una prctica
que permite sobrevivir durante los aos ms difciles. Esto es lo que le ocurre a la persona que relata
el testimonio que expondremos a continuacin. La
protagonista de la narrativa recuerda la comida que
le traa su padre del hotel en el que trabajaba,
Quan va venir la guerra tot aix estava molt malament, el meu pare es va posar a treballar de cuiner,
treballava pels qui estaven a la guerra, aqu, a Barcelona, on est el Corte Ingls. Estava lHotel Victoria i a la planta baixa hi havia un comer molt gran
que tenia moltes botigues, es deia comercial Vicen
Ferrer. Hi va arribar un moment que les gallines estaven tan primes de no poder-les donar de menjar,
que no ens feia goig de matar-les i menjar-les, de
tant primes que estaven queien de cul perqu tamb
els hi va tocar passar gana. Doncs el meu pare em
feia baixar de linstitut i anar-lo a veure i sempre
em donava unes galetes, o els companys del pare, i
em donava uns pots de carn russa que eren com un
fiambre, i ell mhi posava les pells de les llenties, el
que sobrava perqu sho mengessin les gallines, per
a sota de tot em posava un potet de carn russa, quedava camuflat... O arrs trencat i fet malb, doncs el
bullien i feien pur i les sobres del pur, el meu pare
les guardava per les gallines...
El relato deja entrever el equilibrio que, a posteriori, esta persona intenta establecer entre la necesidad de alimentarse y el conflicto que suscita la
suspensin de la norma moral imperante,
...perqu el meu pare sempre va ser molt considerat
per buscar menjar per nosaltres, en realitat el que feia
era un robo...all era un robo, per ho feia per nosaltres, mirat fredament feia una estafa...
El apropiarse de alimentos con el fin de conseguir la reproduccin social del grupo tambin adquiere significados diferentes en funcin de quin
es el que lleva a cabo la prctica. Llegados a este
punto, no podemos dejar de mencionar la figura del estraperlista. Originariamente, el trmino
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el feien vendre per intermediaris, ells no, eh?, directament...el venien ms car...el tenies que pagar
ms car...si voleu menjar jo us en puc facilitar, a
la plaa, perqu all hi havia gent...parlaven amb
la gent, escolti, si vost vol carn o vol algo...aix els
intermediaris, oi?, jo li puc subministrar a tal preu,
vale, perqu la gent fa esforos per tenir menjar...et
citaven a un puesto...
Como decamos, esta estrategia no es utilizada nicamente por personas cercanas al rgimen
franquista y con la intencin de enriquecerse. Tambin es llevada a cabo a pequea escala, y por personas que intentan subsistir en medio de la miseria y la escasez de alimentos. Barranquero y Prieto
(2003:226-227), en un minucioso estudio llevado
a cabo en la provincia de Mlaga, describen el gran
nmero de mujeres dedicadas a esta otra modalidad
de estraperlo, llamado domstico, una prctica
que es utilizada por aquellas que, como consecuencia de la guerra, se convierten en responsables exclusivas de la familia.
El ejemplo que expondremos a continuacin
resulta especialmente ilustrativo. La madre de la
persona que nos relata los hechos tuvo que separarse de su pareja cuando el conflicto finaliz, ya
que sta tuvo que refugiarse en el sur de Francia. El
hombre no volvi nunca ms. La madre de la narradora, que viva en aquel tiempo en Torroella de
Montgr, un pequeo ncleo rural de la provincia
de Gerona, empez a practicar el estraperlo, consiguiendo subsistir y dar de comer a su hija,
El pare va marxar al Febrer del 37 i jo vaig quedar
amb lavi i la mare. La meva mare havia treballat
en una fbrica txtil per clar, tot sen va anar...i al
quedar aix, sola, a la guerra encara treballava fent
material de guerra, per desprs va ser molt difcil...i
es va dedicar a lestraperlo i recordo que anava als
masos a buscar blat de moro i sem duia a mi, i recordo quan venem a les nits dels masos o dUll i
ella ho venia a paperines, mig quilo, un quilo, a
gent que tenia gallines...(...) la mare es va dedicar a
anar a vendre amb un cistell, als masos: venia seg...
Als masos portava sab, que sel feia ella amb olis i
greixos perqu tamb venia oli destraperlo, i ana-
va a les cases. Al fer loli sempre quedava la brutcia i all ho venien i la mare ho comprava per fer
sab, o sin a vegades de loli que era ranci, perqu
clar, li devien de posar tantes coses perqu en sorts
ms...Tamb venia moltes mongetes de les triadures, perqu clar, les mongetes es trien, no?, doncs de
Palafrugell, que era ms industrial,ms gran...no hi
havia per menjar, i venien aqu. De les mongetes es
feien tres parts, al vespre fiem la triadura i hi havia
tres categories...
Queda claro que la ruptura de las normas morales en un contexto determinado se acepta en mayor o menor grado en funcin de factores diversos,
como puede ser la percepcin del grado de necesidad del que la lleva a trmino (necesidad vs. enriquecimiento y/o abuso). Tambin hemos podido
delimitar la situacin que califica de intolerable la
ruptura de la norma moral (muy a pesar de la necesidad apremiante). Este ejemplo quedaba ilustrado
por el caso de la joven que no quera apropiarse de
la comida de los almacenes violentados durante los
caticos das que sucedieron a la prdida de Barcelona a manos de las tropas franquistas.
Un ltimo ejemplo nos puede dar herramientas
para reflexionar sobre los porqus de la negativa
a romper la moral establecida en situaciones crticas. Adems, nos ayudar a reforzar la hiptesis
que afirma que el hecho alimentario, a pesar de encontrarnos en poca de carencia, contiene aspectos
simblicos sustanciales, que hacen que comer o
dejar de hacerlo se convierta en un acto comunicativo que mantiene la identidad del grupo y que
opera como transmisor de unos valores sociales.
Este anlisis puede aplicarse a la persona que nos
relata la vivencia que expondremos seguidamente. Se trata de una persona que tuvo que exiliarse
a Francia con sus padres. Las condiciones materiales eran muy duras y la alimentacin de la nia se
basaba fundamentalmente en productos de la recoleccin. En la escuela, se encontraba con nios
y nias que tenan una alimentacin suficiente.
Durante el tiempo de recreo, estos nios y nias
coman alimentos que acababan generando sobras, las cuales iban a parar a la basura. La mujer
nos explica que era capaz de coger los frutos de los
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huertos que encontraba en el camino de casa hacia la escuela, pero que nunca cogi ninguna de
las sobras que los nios y nias franceses tiraban.
Esta accin habra significado la apropiacin simblica de los valores de los nios y nias franceses,
claramente opuestos, en el rea estudiada, a la de
los republicanos espaoles (Fischler 1995),
Als nens, si els hi sobrava menjar el tiraven en una
espcie de bid que hi havia al pati i jo men recordo
que macostava moltes vegades a aquell bid, per
mai vaig arribar a agafar cap tros, i jo tenia set anyets noms...
Conclusiones
El anlisis de la memoria oral alimentaria durante la Guerra Civil espaola y la posguerra permite, en primer lugar, afirmar la importancia que
tuvo la figura de la reciprocidad durante este perodo de tiempo como estrategia de aprovisionamiento, y en segundo lugar, delimitar la carga subjetiva
asociada a su puesta en prctica.
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ante personas que aprovechan la coyuntura sociohistrica con el objetivo de lucrarse. En ocasiones,
cuando se trata de reafirmar las normas del grupo,
es posible delimitar una clara negativa a romper
con la moral hegemnica. En estos casos, y pesar
del hambre, la persona involucrada en la accin
se niega a comer. Esto habra significado perder la
dignidad defendida por el grupo de los vencidos,
que aunque se encontraban en el exilio, lucharan durante dcadas por el sistema de valores que
silenci su derrota.
Llegados a este punto, podemos concluir afirmando que, en el contexto estudiado, el hecho de
comer o de dejar de hacerlo est ntimamente
ligado a prcticas de poder y de mantenimiento
de la identidad y moral del grupo. Es preciso remarcar que estas prcticas van mucho ms all de
los aspectos puramente materiales. Aunque, como
hemos puesto de manifiesto, estos adquieren, por
razones obvias, una gran relevancia en pocas de
caresta alimentaria.
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