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  • Primeros Capitulos La Chica Que Patina

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    Primeras páginas de la novela "La chica que patina y el tonto que la quiere", de Andrés Guerrero

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    www.loqueleo.santillana.

    com

    2016, Andrs Guerrero


    Ilustraciones de Ana Guerrero
    De esta edicin:
    2016, Santillana Infantil y Juvenil, S. L.
    Avenida de los Artesanos, 6. 28760 Tres Cantos (Madrid)
    Telfono: 91 744 90 60
    ISBN: 978-84-9122-169-2
    Depsito legal: M-40.362-2015
    Printed in Spain - Impreso en Espaa
    Primera edicin: febrero de 2016
    Directora de la coleccin:
    Maite Malagn
    Editora ejecutiva:
    Yolanda Caja
    Direccin de arte:
    Jos Crespo y Rosa Marn
    Proyecto grfico:
    Marisol del Burgo, Rubn Chumillas, Julia Ortega y lvaro Recuenco

    Cualquier forma de reproduccin, distribucin,


    comunicacin pblica o transformacin de esta obra
    solo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares,
    salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO
    (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos, www.cedro.org)
    si necesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra.

    La chica que patina


    y el tonto que la quiere
    Andrs Guerrero
    Ilustraciones de Mike

    La nica que se ha dado cuenta soy yo:


    Gustavo tiene un sol entre los ojos.
    Elsa Bornemann, No somos irrompibles

    Este libro es para Miguel Gmez, para frica Windsor


    y para Elizabet Fanger.
    Porque ellos existen, como existimos nosotros.
    Y para Elsa Bornemann, all donde est.

    Primera historia

    El tonto soy yo.


    Y estoy enamorado de la chica que patina.
    Y ni siquiera s quin es.
    Yo soy Miguel.
    La chica que patina es guapsima. Es negrita,
    solo un poco, como el caf con leche. Tiene el pelo
    ensortijado con miles de caracolillos negros y recogido con trencitas de colores.
    No s cmo se llama, y parece ms alta que yo.
    Puede que sea por los patines.
    Siempre la he visto subida en ellos, y solo la veo
    los sbados.
    Porque los sbados trabajo.
    Tengo quince aos y voy al instituto, pero los sbados por la maana tengo un trabajo: paseo a Turquesa.
    Turquesa es la perra de una amiga de mi madre,
    la seora Fanger. La seora Fanger es mayor y Tur-

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    quesa es una perra husky, que son esos perros tan


    bonitos que tiran de los trineos y que, aunque sean
    mayores, necesitan hacer mucho ejercicio. Tiene un
    ojo de cada color: uno marrn y otro azul. Azul turquesa. Por eso el nombre. Supongo, no?
    La verdad es que nunca lo pregunt. Es como si
    a m me llamaran pelopincho o lentito. Tengo
    el pelo duro y tieso, como un cepillo. Y, probablemente, soy la persona ms lenta del mundo.
    Cada sbado por la maana me hago doce estaciones de metro, desde casa hasta el Retiro. La seora Fanger vive cerca del Retiro, en una antigua
    casona seorial rodeada de un pequeo pero abarrotado jardn, colapsado de adelfas, lilas y mimosas, y donde, a la sombra de una frondosa higuera,
    reina un enano de escayola. No es que yo sea un
    entendido en plantas, s estos nombres porque la
    seora Fanger cada sbado me cuenta cundo sembr y cundo florecer cada planta de su jardn.
    Nunca he sabido muy bien de dnde proviene la
    amistad de mi madre con la seora Fanger, supongo que no es extrao que a lo largo de la vida las
    personas hagan amistades inexplicables, o al menos difciles de imaginar, no?

    No s, pero esta amistad siempre me pareci


    extraa, no se parece al resto de los amigos de mis
    padres. Y mi madre, por respuesta, siempre dice lo
    mismo: Una vieja amiga de la familia.
    La seora Fanger es millonaria, o al menos a m
    me lo parece.
    Si la comparo con mi familia, lo parece.
    Nosotros, mi familia, vivimos en Carabanchel,
    un barrio de Madrid que sigue siendo barrio barrio. Aunque mis padres dicen que ha cambiado
    mucho y por las pocas fotos que tenemos de cuando mis hermanos mayores y yo ramos pequeos,
    s que es verdad que ha cambiado.
    A estas alturas supongo que os estaris haciendo algunas preguntas, o lo mismo os habis aburrido de escucharme y estoy hablando solo.
    Por si es lo primero, os dir las preguntas que
    me hice yo cuando mi madre me ofreci el trabajo:
    Por qu una persona tan lenta como yo aceptara
    pasear a un perro as, que necesita tanto ejercicio? Y,
    por qu una persona tan mayor como la seora
    Fanger, que apenas puede caminar por su jardn,
    tiene un perro que necesita hacer tanto ejercicio?

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    A la primera pregunta podra contestar que


    por dinero, pero no, no es por eso, aunque la seora Fanger me paga generosamente. Es porque mi
    madre me lo pidi, porque dice que su amiga necesita que la ayudemos y que as, de paso, aprendo lo
    que es tener una obligacin aparte de estudiar. La
    respuesta a la segunda pregunta es bastante ms
    triste.
    La seora Fanger tena una hija, y Turquesa era
    suya. La hija de la seora Fanger era deportista y
    aficionada a la montaa. Era ella quien se ocupaba
    de Turquesa y quien se la llevaba por ah: al bosque, a la nieve
    Muri en un accidente de coche. Turquesa se
    salv, pero qued malherida. La seora Fanger
    cuid de ella como si lo estuviera haciendo de su
    propia hija. Aquello sucedi bastantes aos atrs.
    Eso me cont mi madre.
    Turquesa se recuper bastante bien, pero, si te
    fijas, cuando corre cojea un poco de una de sus patas traseras, la izquierda.
    Por eso cuando paseo con Turquesa por el Retiro me siento bien. No s cmo explicarlo, pero me
    siento bien.

    Yo me canso solo con ver a la gente hacer deporte, y


    el Retiro es el mejor lugar para cansarse en directo.
    Digo en directo porque lo ms cansado del
    mundo es ver en televisin a los ciclistas en el Tour
    de Francia o en la Vuelta a Espaa.
    Cinco o seis horas en bici!
    Qu agotamiento! Lo que tiene que hacer esa
    pobre gente para vivir.
    Jams tendra un trabajo as.
    Cada sbado llueva, nieve, haga fro o calor,
    como el viejo lema del Pony-Express, el paseo de
    Coches del Retiro se llena de todo tipo de personas sudadas y en continuo movimiento: ciclistas,
    patinadores, corredores algunos incluso con el
    perro, grupos haciendo taich aunque estos
    sudan menos y cualquier otra manifestacin deportiva-sudorosa-saludable que puedas imaginar.

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    Esta hiperactividad conlleva una amalgama de


    edades, razas, formas y colores; nios, nias, jvenes, mayores, ms mayores; gordos, flacos, altos, bajos Y toda la infinidad de combinaciones
    posibles entre ellos: nio gordo rubio en patines,
    nia alta morena en bicicleta, hombre alto gordo
    castao caminando, mujer mayor bajita delgada
    corriendo As hasta el infinito total.
    Yo, como ya dije, posiblemente sea la persona
    ms lenta del mundo. Cuando camino por la calle
    me doy cuenta de que todo quisqui me adelanta.
    Quizs sea porque camino sin prisa, o que, por lo
    general, no tengo prisa por llegar a los sitios.
    Y de gimnasia la justita para aprobar en el
    insti; un suficiente me es suficiente. Un sobresaliente sera un exceso innecesario. As que, los
    sbados, si no fuera por la chica que patina y el
    cario que les tengo a Turquesa y a la seora Fanger, seran para m ms una tortura que un trabajo.
    Recuerdo el primer da que la vi. Fue el sbado
    en el que los sbados dejaron de ser simplementesbados y pasaron a ser maravillosossbados.

    Llevaba unas mallas negras y una sudadera


    rosa, el pelo recogido con trenzas de colores y una
    bonita sonrisa que dejaba ver unos dientes blancos
    como las nubes de primavera. Me fij en ella cuando hizo un trompo cerca de m. Casi se cae; bueno,
    en realidad no, solo perdi un poco el equilibrio y
    lo corrigi rpidamente a la vez que sonrea como
    diciendo ufff!. Porque eso fue lo que dije yo
    sentado en mi banco desde donde la observaba.
    Cuando yo dije ufff! no fue por el trompo,
    no, fue porque me pareci la chica ms guapa del
    mundo.
    Desde aquel da, cada sbado, llueva, nieve,
    haga fro o calor, paso por el mismo sitio y a la
    misma hora. Y siempre, siempre, siempre, aparece la chica que patina. Y siempre viste igual: las
    mismas mallas negras y la misma sudadera rosa
    y, cuando hace fro, se pone una cazadora de color
    morado, o violeta, que nunca supe distinguir bien
    un color del otro.

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