Revista Tierra Firme Definitivo
Revista Tierra Firme Definitivo
ISSN:0798-2968
TIERRA FIRME
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TIERRA FIRME
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Revista cuatrimestral arbitrada
Fundada en 1983
1983-2016, Nmeros 1-110
ISSN: 0798-2968
Depsito Legal pp. 198302DF882
TIERRA FIRME
Revista de historia y ciencias sociales
Final Av. Panten, Edificio del Archivo General de la Nacin PB.
Oficina de la Red de Historia Memoria y Patrimonio.
Telfono: 0212-509-5832
Correo electrnico: [email protected]
[email protected]
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SUMARIO
Presentacin
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PRESENTACIN
En estos tiempos en que nuestra patria atraviesa una difcil situacin en todos los aspectos
de su vida social, Tierra Firme ratifica su compromiso en la fuerza renovada de continuar la
difusin de la historia nacional, conscientes de que solo apoyados en ella podremos superar
prontamente todos los obstculos. Esta fe se funda en las innumerables demostraciones de
resistencia que el pueblo venezolano ha exhibido a lo largo de su existencia. Es esa cualidad
del pueblo la que nos anima a perseverar- ahora ms que nunca- en nuestra misin de divulgar
los trabajos y contribuciones que en materia de historia regional y local, historiografa y las
ciencias sociales hacen los investigadores e investigadoras de Venezuela. Habiendo asumido
desde el primer nmero el proverbio de que la Historia nos aporta claves para vivir mejor,
cmo no habramos de aferrarnos a esta idea cuando se trata de actuar con conciencia
histrica en el presente para hacer posible un futuro mejor?
Tal y como lo habamos anunciado, Tierra Firme entra en una nueva etapa como revista
cientfica. A partir de este ao 2016 ha sido asumida por la Red de Historia, Memoria
y Patrimonio (RHMP) colectivo organizado de historiadores, profesores, estudiantes y
cronistas (no dependientes del Estado y/o institucin gubernamental). El equipo fundador
de nuestra revista encabezado por Pedro Calzadilla lvarez, Arstides Medina Rubio y
Carlos Viso, habiendo llevado durante tres dcadas y ms la realizacin de este magnfico
proyecto, han decidido pasar el testigo a una nueva generacin de investigadores, para que
prosigan en el complejo pero gratificante proceso de produccin editorial de la revista Tierra
Firme. Nos corresponde agradecer a estos tres maestros historiadores por el valioso servicio
prestado a la cultura de nuestro pas; garantizndoles que emplearemos su mismo entusiasmo
y determinacin en continuar con la publicacin. Aprovechamos asimismo la oportunidad
para informar a nuestros estimados lectores que la revista saldr publicada tres veces al
ao, cumpliendo una regularidad cuatrimestral, que la coloca en la periodicidad ptima
considerada por los principales ndex a nivel mundial para las revistas de ciencias sociales.
El presente nmero 110 de Tierra Firme cuenta con importantes contribuciones de
jvenes historiadores, como muestra de la incesante produccin intelectual que nuestras
academias, comunidades, institutos y universidades mantienen a pesar de las adversidades.
En primer lugar se presenta el trabajo del profesor Miguel Daz Chang, que trata sobre la
historia del que otrora fuera el suburbio caraqueo de Sabana Grande; una reconstruccin
histrica interesante para aquellos que desean conocer detalles de la evolucin espacial de
este emblemtico lugar de la ciudad capital. El segundo artculo, del tambin profesor Luis
Fernando Castillo Herrera, versa sobre la vida y obra del notable pintor petareo Brbaro
Rivas, personaje fundamental de nuestra galaxia pictrica contempornea. Inmediatamente,
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Un camino en el tiempo de
Caracas. Apuntes para la
reconstruccin histrica de los
usos y la transformacin espacial
de Sabana Grande
Miguel Daz Chang
Instituto Pedaggico de Caracas
Resumen: El presente trabajo tiene por objeto de estudio las transformaciones ocurridas
en la localidad de Sabana Grande, ubicada en la parroquia El Recreo, como parte de los
procesos de urbanizacin que, con la expansin hacia el este de la ciudad de Caracas, se
inician en el albor del siglo XX. El objetivo, planteado con el enfoque de la Historia Local,
es interpretar la incidencia de las transformaciones espaciales en la vida econmica y social
de la localidad, atisbar la interaccin de representaciones y realizaciones en diversos mbitos
locales. Este recorrido se inicia en la buclica calle Real de Sabana Grande, de finales del
siglo XIX, y finaliza en el bulevar inaugurado, con motivo de la finalizacin de las obras del
Metro de Caracas, al inicio de los aos ochenta del siglo XX. Se concluye que Sabana Grande
es la metfora de un caleidoscopio, la representacin urbana por excelencia.
Palabras clave: Urbanismo, Transformaciones espaciales, Interaccin de
representaciones, Caracas, Usos del espacio.
Introduccin
lejano, difcil de describir o descrito brevemente; cuando no, pareciera que transcurrieran en un no-lugar apegado nicamente a las
determinaciones del tiempo. Tomar en cuenta esta falencia ha sido vital para los nuevos
emprendimientos historiogrficos, en especial los del enfoque de la Historia Regional y
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cambiante. Localizable por poseer coordenadas geogrficas que nos permiten conocer
lugar y posicin. Diferenciado en funcin de
su unicidad, por los elementos que definen
un espacio de otro. Y cambiante porque las
relaciones que se dan en el tiempo entre los
seres humanos y el espacio hacen que en
cada perodo histrico este tenga caractersticas propias, que resaltan y que son producto de su tiempo (2000: 37).
El presente trabajo constituye una aproximacin al conocimiento de las caractersticas que definen el espacio local del sector
Sabana Grande, ubicado en la parroquia
caraquea El Recreo. Mediante una reconstruccin histrica nos acercaremos al proceso de urbanizacin y transformacin de la
ciudad de Caracas, asistiendo a un captulo
de este proceso, un apartado que nos permita
comprender los diferentes usos que ha tenido el espacio a lo largo de poco ms de cien
aos. Nos anima un impulso comprensivo
por conocer, en especial, los cambios operados en las representaciones, los usos y las
relaciones sociales y econmicas en el mbito local.
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La nueva parroquia era un espacio eminentemente rural, cuyo uso estaba destinado
prioritariamente a la produccin de bienes de
consumo agrcola y pecuario. An en el ao
1891 El Recreo era agrcola en su totalidad.
Segn el Censo Nacional de ese ao existan tres plantos de caa, un trapiche, siete
plantos de caf, un alambique, una trilla y
53 plantos de frutos menores (Lpez Maya,
M. 1986: 110). Las caractersticas de un espacio como este lo convierten en proveedor de
sustento material para Caracas, receptor de la
demanda de vivienda que la ciudad no poda
absorber y lugar para el descanso y disfrute
de los caraqueos. El espacio es ordenado y
distribuido para los sembrados productivos.
Los establecimientos de vivienda los constituyen unas pocas casas de campo, desvencijadas quintas y escasos ranchos de negros,
ms all de la produccin agrcola, Sabana
Grande es solo un lugar de veraneo (Lpez
Maya, M., 1986: 119-120).
Las extensiones territoriales a lo largo del
camino del este, entre ellas Sabana Grande,
constituan un rea de valle con ingente fertilidad y actividad. Lpez Maya, acua el trmino paisaje de suburbio para referirse a estos espacios forneos que guardan un nexo de
dependencia con Caracas, el cual, de forma
evidente, regula el uso del espacio, propicia
su inclinacin agrcola y delinea su matiz de
lugar de paso en el camino Caracas-Petare.
Sabana Grande no es nicamente un enorme granero sino tambin un lugar de descanso y recreacin para los caraqueos. Este uso
recreativo estar signado por las diferencias
entre estamentos, las cuales restringan el
uso de los espacios y la realizacin de actividades. A mediados del siglo XIX los caraqueos de linaje y fortuna comprobada
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incursionaban en Sabana Grande para refugiarse durante unos das en las casonas de su
propiedad. En ellas daban paseos al aire libre,
se sentaban a la sombra de los rboles y hasta
realizaban picnics en lugares destinados a tal
fin! A pesar de no existir las condiciones de
infraestructura asistan con regularidad. Segn testimonios conservados de la poca era
comn observar a personas mojando sus pies
a orillas de las quebradas que bordeaban la
zona (Alfaro-Pareja, F., 2007: 307-308).
Con la aparicin, en primer lugar, de la
ruta del ferrocarril Caracas-Sabana Grande
-que funcion entre 1862 y 1864-; en segundo lugar, la construccin de la carretera del
este en 1878; y por ltimo la fabricacin, en
1886, de una nueva ruta ferroviaria, esta vez
con extensin Caracas-Petare, se consolidaron los nexos definitivos entre Caracas y su
periferia: (...) la carretera del este consolid
el fenmeno de acercamiento entre Caracas y los pueblos del este, producindose un
avance del suburbio caraqueo o si se quiere
un crecimiento de pueblos que existan que
fueron llegando a encontrarse con la capital
(Lpez Maya, M., 1986: 34). Este ensanchamiento o acercamiento del este hacia Caracas
devino en una socializacin del espacio. La
segregacin racial y econmica que reservaba
a los ms pudientes el acceso a la zona empezara a mermar.
A finales del siglo XIX Sabana Grande
constitua un lugar consolidado de esparcimiento para los caraqueos; especialmente
cuando a partir de 1895 se inaugura el Hipdromo de Sabana Grande1. Durante casi
13 aos (hasta 1908) este fue lugar de encuentro de los ms finos caraqueos, de la
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DESDE LA PERIFERIA
HASTA EL CENTRO. SABANA
GRANDE A PARTIR DE LA
EXPANSIN DEMOGRFICA
DE CARACAS (PRINCIPIOS
DEL SIGLO XX)
Las transformaciones en el paisaje de suburbio se dieron de forma paulatina desde
finales del siglo XIX. Esta situacin era
producto de la fuerza que la economa cafetalera an tena y a la preponderancia de la
actividad agrcola en la localidad de Sabana
Grande. Este influjo mantuvo a los poblados
del este en sus caractersticas agrcolas hasta
bien entrado el siglo XX (Lpez Maya, M.,
1986: 35). Ahora bien, el siglo XX venezolano va a estar marcado por la fuerza del petrleo; esa misma que irrumpe en el cielo
marabino con el estallido de los primeros
pozos, ser la que ms incida en las transformaciones fsicas en el territorio venezolano.
La caracterstica principal de estos cambios
fue la de expansin de los espacios urbanos
en detrimento de los rurales.
Si bien en Venezuela el proceso de transformaciones de lo rural hacia lo urbano
estuvo marcado por la preponderancia del
petrleo, no se debe soslayar el hecho de
que el continente americano, en especial el
Cono Sur, atraves por procesos similares
de urbanizacin, mejoras en salud, sanidad
y erradicacin progresiva de enfermedades infecciosas. Estos hechos, junto a los
procesos de modernizacin de los estados
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Esta nueva configuracin afect la conformacin primaria de la ciudad. El casco histrico y sus alrededores van perdiendo prestigio y
habitantes, se convierte en punto de partida del
poder poltico; los caraqueos se dispersan en
una ciudad que se ensancha dramticamente.
En Estudio de Caracas, una investigacin realizada por la Universidad Central de Venezuela en el ao de 1967, se afirma: () la ciudad
se expanda en todas direcciones, desbordando sus lmites tradicionales, y los grupos de
mayores recursos se asentaban en el este (...),
mientras los ms pobres se iban a vivir hacia
el oeste y el sur (UCV, citada en Cartay, R.,
2003: 53). Estos cambios hacen que en torno a
Sabana Grande se vaya configurando una zona
de trnsito vehicular abundante, caracterizada
por ser el lugar de convivencia de las clases
ms privilegiadas; este ltimo aspecto no es
llamativo si recordamos las caractersticas
de la localidad durante el siglo XIX. Lo importante ac son los nuevos contenidos de los
que la localidad va cargndose, el discurso de
un modernismo basado en el confort y dems
suntuosidades relacionadas a la idea del progreso. Mario Briceo Iragorry ilustra bien esta
interpretacin en la introduccin al libro As es
Caracas, publicado en 1951 con la intencin
de recoger la imagen de la nueva Caracas:
As es Caracas revela en forma
artstica y sugestiva el progreso
acelerado que est transformando
la vieja ciudad de los techos rojos
en masa imponente de edificios de
moderna y empinada arquitectura
(...). Un sueo constante de progreso
ha venido a realizarse, (El mes financiero y econmico de Venezuela,
1951: s/p).
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DE LA GRAN AVENIDA
AL BULEVAR. LA
TRANSFORMACIN DEL
ESPACIO Y LOS USOS URBANOS
DE SABANA GRANDE
Desde la perspectiva de los estudios
regionales y locales, los aportes tericos de
disciplinas prximas o lejanas a la historia
son plausibles. Bajo esta premisa, en este
ltimo acpite, asistindonos de elementos
conceptuales del urbanismo y la filosofa de
la ciudad, intentaremos acercarnos de forma
crtica a las caractersticas de la Sabana
Grande urbana, a su dinmica citadina y a los
elementos psicosociales que dan cuenta de
una transformacin de los usos del espacio,
mediante el estudio de elementos diversos
que coexisten con la actividad humana.
La ciudad y lo urbano tienen un valor cultural innegable, son el escenario donde se desenvuelve de forma predominante el drama del
ser humano contemporneo. En este sentido,
la importancia de la ciudad como objeto de estudio radica en un valor de memoria. Este valor estriba en la introduccin de elementos de
anlisis ms all de los documentos oficiales;
plantea que las viviendas, los comercios y dems elementos de la ciudad tambin poseen su
importancia desde el punto de vista histrico
(Gonzlez, L., 1991: 72). As mismo, el valor
simblico parte de la premisa de que la ciudad
visibiliza conceptos o valores: El orden urbanstico no solo refleja el orden social, sino
la razn metafsica o divina de la institucin
urbana (Gonzlez, L., 1991: 73). La ciudad
contiene un valor esttico-artstico, del cual se
desprende que esta es un producto artstico, establecindose una conexin de identidad entre
el arte y la historia (Gonzlez, L., 1991: 76).
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esencial de la concentracin, la aglomeracin, y por ello exige y necesita del encuentro y la interaccin continua entre elementos representativos de todo lo que va
ligado a la existencia humana (citado en
Almandoz, A., 2000: 46). Esta concentracin, esta amalgama de diversas generaciones y procedencias est bien documentada
por el fotgrafo Vasco Szinetar; su trabajo
nos ofrece una mirada de primer orden en
torno a los grupos que en aquellos aos se
reunan en la localidad. Y es que el auge de
Sabana Grande estuvo en ser el lugar donde
se daba: () la confluencia cosmopolita de
la capital (...) (Mas, F., 2004: 13).
Toda esta actividad marca profundamente
a la localidad. Los nuevos contenidos estn
representados en usos diversos, fundamentalmente asociados a una apertura cultural
que trae elementos recreativos de diversa
ndole, tales como bares, prostbulos, discotecas, libreras, salas itinerantes de exposicin. Nuevas estructuras, cargadas con la
idea del orden, la limpieza, la seguridad y la
comodidad, tambin aparecen; hablamos del
centro comercial. Asimismo nos topamos
con la permanencia de aquellos primeros
levantamientos arquitectnicos, su modernismo y funcionalidad, acaecidos durante
la dcada de los cincuenta, ya consolidados.
En la seleccin de fotografas que aparece
en el libro de Mas puede observarse un registro del acontecer urbano en la localidad.
Era el sitio nocturno para los cortejos, el
lugar elegido para las caravanas de graduacin, para la celebracin del carnaval. Una
fotografa de Tejada refleja, con la frase que
la acompaa, la representacin y la realidad
de Sabana Grande entre los setenta y ochenta; al pie de la foto puede leerse: El bulevar
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ATANDO CABOS.
A MODO DE CONCLUSIN.
En la historia de la transformacin urbana de la ciudad de Caracas, la localidad de
Sabana Grande tiene un papel relevante. Al
igual que muchos otros lugares adyacentes
a la cuadrcula caraquea de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, Sabana
Grande atraves un proceso vertiginoso de
transformaciones que respondan a las necesidades de ensanchamiento de una ciudad
que se le haba quedado pequea al poder
poltico y econmico nacional y a los intereses transnacionales cuyos capitales empezaban a ser atrados por la novedad petrolera.
La localidad del siglo XIX, parroquia
fornea, lugar alejado, de caractersticas
agrcolas y rurales, fue acercndose, en su
discurrir histrico, a la ciudad de Caracas,
amalgamndose en una nica configuracin
poltico administrativa que proyect la idea
de una ciudad grande, en franca expansin,
imagen de lo posible, utopa de la modernidad en los conceptos arquitectnicos y
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FUENTES
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One path in the Caracas time. Notes for the historical reconstruction of the uses and
spatial transformation of Sabana Grande
Miguel Daz Chang
Instituto Pedaggico de Caracas
Abstract: This paper shows a study about the transformations that occurred in Sabana
Grande (locality of Caracas in the parish El Recreo), as a part of the urbanization process that
started at the dawn of the 20th Century in order to expand the city toward the east side. The
goal of this research based on the local history approach is to interpret the influence of
the spatial transformations on the economic and social life of the locality. The research also
seeks to appreciate the interaction between representations and realizations on the context of
diverse local ambits. The path traced by this study begins at the bucolic Calle Real de Sabana
Grande (late twentieth century) and ends at the boulevard opened when the works of the
Metro de Caracas were finished in the early eighties. The conclusion is that Sabana Grande is
the metaphor of a kaleidoscope, the urban representation par excellence.
Calle Real de Sabana Grande, s/f. Coleccin Miraflores, Archivo Audiovisual de la Biblioteca Nacional.
Marisa Kucics, Tramo de la Plaza Venezuela hacia Sabana Grande (Postal), 1940.
En: Guillermo Schael, Caracas, la ciudad que no vuelve, Caracas, Grficas Armitao, 1974.
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Pinceladas de un petareo:
Comentarios en torno a la vida y
obra de Brbaro Rivas (1893-1967)
Luis Fernando Castillo Herrera
Instituto Pedaggico de Caracas
turbulento trnsito vital del maestro pintor venezolano Brbaro Rivas, nacido en Petare,
estado Miranda, en la ltima dcada del siglo XIX, as como examinar el carcter artstico
inmerso en su trabajo; destacando en este sentido no solo los aspectos ms relevantes de su
trajinada vida, sino adems el significado de algunas de sus obras, donde se apreciarn los
tres ejes temticos que caracterizan su acervo: religin, autorretratos y aspectos vivenciales
de Petare, con los cuales inscribi su nombre en el arco triunfal del orbe pictrico nacional.
Palabras clave: Siglo XX, Arte ingenuo, Petare, Pintores, Artistas venezolanos.
Introduccin
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UN PETAREO ENTRE
SUEOS Y TORMENTOS
El arte lo podramos calificar como la fugaz maravilla del ser humano. Es ir ms all
del cerco impuesto y aceptado por las caprichosas reglas de la sociedad. El arte y sus
protagonistas (los artistas) responden irreverentemente ante la apata, la monotona y la
frialdad de lo comn. Redime al hombre, lo
transforma y lo lleva a lo ms profundo de su
ser, convierte a la creacin divina (hombre y
mujer) en un pequeo y mortal creador.
Las lneas precedentes describen simblicamente a Brbaro Rivas. El singular petareo
ve la luz de la vida el 4 de diciembre de 1893,
hijo de Prudencio Garca y Carmela Rivas, de
quien obtendr el apellido con el cual pasar
a la inmortalidad. A pesar de haber nacido en
Petare, ser en El Caruto donde se desarrollar la infancia del futuro artista.
Aquel lugar, escenario de futuras inspiraciones es reconstruido imaginativamente por
Reyes-Torres:
Muy cerca operaban los trapiches de
La Urbina, Marrn, Moreno y Arvalo. Tambin existieron potreros
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nuevo artista. Algunas auras mal intencionadas aseguraban que la figura de Brbaro
Rivas era inexistente, una invencin fantstica. Ante aquellos llamados de incertidumbre, Francisco Da Antonio busc mostrar la
efigie del maestro ingenuo, y el 25 de abril
de 1954 se publicaba un artculo de prensa
que revelaba el misterio del artista petareo.
La estocada que terminara por exponer
al hombre adusto y sencillo sera la pequea exposicin organizada por Francisco Da
Antonio en un local del pueblo de Petare
llamado Bar Sorpresa. Aquella exposicin
denominada Siete pintores espontneos
y primitivos de Petare, fue el escenario
propicio para que el mundo del arte local
conociera al nuevo integrante del olimpo
artstico venezolano.
El 23 de febrero de 1956 es una fecha significativa en la vertiginosa vida de Brbaro
Rivas. A partir de aquella presentacin pblica donde era posible visualizar al creador
con sus creaciones, se iniciara una poca de
luces brillantes para el artista. Los laureles
se posaran en las sienes de Rivas. Primeramente se le otorgara el Premio Arstides
Rojas, lauro entregado de forma unnime
por el jurado del XVII Saln Oficial Anual
de Arte Venezolano; entre los miembros del
jurado cabe sealar la presencia de notables hombres del orbe acadmico y artstico
como Manuel Cabr, Alfredo Boulton y Arturo slar Pietri.
Ese mismo ao el Museo de Bellas Artes
en Caracas expona cerca de cuarenta obras,
reuniendo piezas realizadas por Rivas entre
los aos 1926 y 1956. Sin embargo, el momento fulgurante de la vida artstica de Brbaro Rivas estar dado por su premiacin en
la IV Bienal de Sao Paulo. Entre los artistas
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ingenuos que se dieron cita en aquella oportunidad solo Rivas recibi mencin honorfica. Rivas contaba con sesenta y cuatro
aos cuando reciba su premiacin en tierras
cariocas; esto posea una significacin de
gran peso, pues pronto el cansancio fsico,
sumado a otras vicisitudes, golpearan el
genio creador. Entre la sucesin de hechos
desafortunados encontramos el incendio de
su casa en Petare. Aquella no sera slo una
estructura fsica; ese lugar devorado por las
llamas representaba el espacio mstico y especial donde el artista se senta gustoso para
dar rienda suelta a su creatividad.
A pesar de habrsele otorgado una nueva
vivienda, Rivas nunca estuvo cmodo. As
lo refiere Calzadilla (1976): le resultaba difcil acostumbrarse a esa nueva casa
de platabanda, demasiado clara, con sus
ventanales de cristal que dan para la calle,
sobre la vista del ro, y por donde entra una
luz excesiva... (p. 16). Pese a ese nuevo escollo en su vida tan trajinada, recibir una
vez ms en 1960 el Premio Arstides Rojas
por su magnfica pintura El ferrocarril de La
Guaira (1959). Obra que podramos calificar
como una de las ms importantes del artista.
Durante ese lapso se corren rumores de la
explotacin que sufra por aquellos que llegaron a considerarse como sus marchand.
La situacin pareca explicar el crecimiento de su produccin artstica. No obstante,
Von Dangel (1994) comenta aquella aparente extorsin hacia Rivas como un elemento
mtico sin fundamento: Es buena pues la
oportunidad para romper, al menos en parte, con el mito de la rapia a Brbaro como
se ha manejado (p. 26). Para Miguel Von
Dangel, no existi tal voracidad que acabara
con Brbaro Rivas, sino ms bien un mar de
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EL ONRICO MUNDO DE
BRBARO RIVAS
El mundo construido por Brbaro Rivas es
una adecuacin fantstica de la realidad; ese
onrico lugar gira en torno a tres variables
fundamentales. En primer lugar, la concepcin religiosa de la sociedad; para Rivas el
carcter religioso y bblico es imperante, no
puede entender su escenario vivencial sin los
mensajes aleccionadores de La Biblia. La segunda variable est representada por la bsqueda de su identidad a travs de una gama
de autorretratos. Finalmente, la representacin del espacio fsico donde se desarrolla
su vida se presenta como la tercera variable,
donde es posible observar su particular forma de apreciar Petare.
De esta manera, el factor religioso cobra
auge en la vida del artista petareo, como
pudimos apreciar en el primer acpite. Rivas desconoca las primeras letras, se trataba de un iletrado total. Empero, conoca los
aspectos religiosos con gran determinacin
y ese conocimiento lo expona en sus obras.
Escenas vibrantes como la ltima cena y la
crucifixin son temas predilectos del artista.
La forma ms expedita para lograr organizar las obras de temtica religiosa en
Brbaro Rivas es mediante la ubicacin de
cuatro grandes ejes representativos. Tal y
como lo refiere Fanny Pea, la obra de este
artista se resume en pinturas cristolgicas,
mariolgicas, de santoral y devocionales. De
esta manera, las cristolgicas representan la
vida pblica y privada de Jess, as como su
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son expuestos de forma grotesca, desordenados, siendo los nicos elementos de la obra
que carecen de color. Ese gris posee la representacin del pecado que debe expiarse a
travs de una larga peregrinacin.
Indudablemente, para Brbaro Rivas, tanto
el aspecto religioso personal como las expresiones colectivas posean una trascendencia
singular; es por ello que el tema de las procesiones tiene un lugar en su expresiva pictrica. El Nazareno de Petare (1964), ataviado
y adornado como usualmente ocurre en Semana Santa:
domina toda el espacio, aqu se
representa no al personaje, como
acatamiento bblico sino a la figura representada en una imagen del
Nazareno puesto que aparece con
las caractersticas propios de la
imagen que se utiliza en las iglesias para su adoracin y procesin
(Pea, 2001, p. 105).
Por su parte, Placita de Petare en 1910
(1953) simboliza otra de las creaciones de
Rivas donde se aprecia la visin del artista
hacia el terruo. La plaza que se observa en
la obra corresponde a la llamada plaza La
Libertad; se trata de una muestra pictrica
que evoca el mejor momento creativo del artista, donde el uso de los colores y el espacio
parecieran insuperables:
En primer plano se destaca una cerca azul que divide la obra en dos
espacios: el primero conformado
por una empinada escalera, cuya
construccin genera un ritmo horizontal-vertical que contrasta con las
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CONCLUSIONES
Brbaro Rivas simboliza un punto de quiebre en el concierto artstico venezolano, su peculiar estilo de singulares llamados al mundo
religioso lo hacen adems de un exponente en
el arte, un mensajero de la palabra de Dios. Sus
mltiples bigrafos concuerdan en ese aspecto.
La prolfica obra de Rivas, se clasifica en tres
vertientes fundamentales (religiosidad, autorretratos y vivencias) que incluyen el mundo
que l observ durante toda su vida.
Se trata de un caso excepcional. Iletrado,
aislado en mucho de la dinmica social,
aturdido ante las exigencias del entorno que
se encuentra en constante movimiento. Hijo
expsito, alcohlico, de crisis emocionales
suficientemente fuertes para derrumbarlo
por meses, ingenuo en su arte y en su desenvolvimiento con las masas. Todo aquel
marco dio paso al xito que probablemente
nunca comprendi en su totalidad.
La importancia de Rivas radica, en primer
lugar, en su espontaneidad autodidacta, lo
cual maravilla an ms. Es un hombre que
desconoce cualquier significado acadmico de arte, no reconoce estilos, gneros, ni
maestros del orbe pictrico. En segundo lugar, Brbaro Rivas logr conjugar el arte y
la religin desde la perspectiva ms sencilla.
Aunque su aparicin no signific la apertura
del arte ingenuo en Venezuela, s marcara
una impronta imborrable.
El arte ingenuo, naif o primitivo atraera la
atencin de crticos y del pblico general, y
con la llegada en escena de Brbaro Rivas,
marcara ms de una dcada de asombro y
halagos. Pero tambin de tristezas e injusticias, que solo concluiran con la muerte del
artista en 1967.
TIERRA FIRME
Desde la perspectiva regional y local, Rivas no solo ubic una vez ms a Petare en el
mapa mediante la evocacin de su nombre y
su estancia en aquel lugar. Adems de ello,
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FUENTES
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A petareo paintings: comments regarding the life and work of Brbaro Rivas
Luis Fernando Castillo Herrera
Instituto Pedaggico de Caracas
Abstract:The present article seeks to outline some aspects related to turbulent vital
transit of the venezuelan master painter Barbaro Rivas, born in Petare, Miranda state, in
the last decade of the nineteenth century and examine the artistic work immersed in his
character; stressing in this regard not only the most important of his hardest life, but aspects
besides the meaning of some of his works, where the three themes that characterize he work:
religion, self-portraits and experiential aspects of Petare, with which registered his name on
the triumphal arch of the national pictorial world.
KEY WORDS: Twentieth century, Naive art , Petare, Painters, Venezuelan artists.
TIERRA FIRME
41
Algunos datos biogrficos, obtenidos luego de investigaciones en fondos documentales del Archivo General de la Nacin, indican que Francisco Mara Faras se incorpor
al ejrcito patriota el 16 de septiembre de
1821. El Libertador Simn Bolvar, en atencin a sus mritos y servicios, lo admite
como teniente coronel de Infantera, grado
militar que tena en el ejrcito monrquico,
durante la mayor parte de la guerra de Independencia
Faras, ejerci funciones en los principales
cargos militares. Separada Venezuela de la
Repblica de Colombia, necesariamente el
nuevo ambiente poltico de pugna por el poder (posterior a 1830) lo obligara a participar activamente de la coyuntura, hasta 1838
fecha en que muri a la edad de 47 aos.
42
TIERRA FIRME
LA CONSTITUCIN DE 1830,
EL GERMEN DE LAS
DISCORDIAS
La creacin de la nueva Repblica, apartarse de la figura del Libertador Simn
Bolvar y la contencin de aspiraciones de
mando en la lite militar son los puntos cruciales al momento de edificar la Repblica.
A partir de 1830 se produce mayor tensin
y una desestabilizacin en la estructura de
poder y en el orden poltico en el pas, como
tambin en la provincia de Maracaibo. Para
consolidar el nuevo ensayo poltico era necesario adaptarse al naciente clima poltico
y establecer alianzas con la principal figura, el general Jos Antonio Pez, quien controlar por varios aos los hilos de poder
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finalmente, la decisin a favor del gobernador Manuel Ramrez como jefe poltico
aun causaba fuertes crticas, y no pareca
consolidar el movimiento. Pero el hecho
de que el Acta de San Francisco fuera
llevada al cantn de Altagracia de manos
del coronel Faras, ya marcaba al otrora
miembro del ejrcito patriota como lder
del movimiento reformista en la regin.
Esta consideracin toma mayor fuerza cuando el da 25 se reunieron algunos
Tembleques y Campesinos, a quienes an
no les convenca la decisin propuesta en
relacin con el principal lder militar de
las facciones, el general Montilla. Por ello
fue nombrada una comisin por parte del
gobernador designado, Manuel Ramrez,
para que fuese a buscar al general Montilla, y anunciarle la decisin. Montilla
no fue localizado, pues ya se trasladaba
a Caracas, pero con una parada previa en
Curazao. Esta noticia, segn se indica,
desconcert mucho al gobernador Manuel
Ramrez () que se disloc y empez a
decir a gritos, me voy a seguir la suerte de
mi compaero de brollos y que iba entregar el gobierno36 .
En horas de la tarde se concretaban algunos hechos; comenz a llegar un grupo de
caballera que mandaba el coronel Faras,
con fusiles, lanzas y equipo de campaa,
mientras que algunos oficiales que acompaaban al gobernador Manuel Ramrez
le indicaban que deba aguantarse en la
situacin, pues se haba llamado al coronel
Francisco Faras, para asumir el liderazgo
del movimiento y fue amenazado con cuatro balazos si no apoyaba a Faras.
El temor de la partida de Montilla,
36 Ibdem, folio 175.
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ENTRE EL CAOS Y LA
INCERTIDUMBRE.
El MOVIMIENTO DE LAS
REFORMAS EN MARACAIBO
Para el 29 de septiembre el gobernador
Manuel Ramrez haba dejado el mando,
ocasionando un considerable estado de desorden y caos. Ese da el propio comandante
de la columna de operaciones, capitn Manuel Jimnez, diriga una comunicacin al
coronel benemrito Francisco Mara Faras,
en tonos enfticos, directos y apologticos
sobre el estado de la horrorosa anarqua en
que el pueblo de Maracaibo acfalo, y su
guarnicin se encuentran.
La coyuntura plantea como nica figura
que podra asumir el mando de la provincia
al coronel Faras, ante el llamamiento deseoso y las suplicas de amigos; y tambin compaeros de armas confiaban en que Faras
era el nico oficial con mayor rango y antigedad que podra dirigir la propia columna
al mando de Jimnez, la cual se compona
() por veteranos que han enrostrado muchas veces la muerte, y que la enrostrarn
40 dem.
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() haba preso varios ciudadanos; y el terror se haba apoderado de toda la poblacin por
consecuencia de los sangrientos
decretos que haba expedido; ya
mandando presentar a todos los
hombres de armas tomar so pena
de ser pasados por las armas; ya
declarando piratas a todos los
que, por constitucionales se haban refugiado en la flotilla que
estaba en el lago al mando del Comandante A. Pulgar; y ya por los
temores que infunda generalmente un tribunal que haba establecido compuesto de tres personas
para juzgar a los que intentasen
trastornar el rgimen que haba
fundado 49.
Sobre la magnitud de la fuerza militar con
que contaba Faras se indica: () hay alguna probabilidad de que puede tener sobre 200
soldados y que puede tambin hacerse de alguna gente ms, con las medidas que haba
tomado50.
Esta ltima informacin es importante, pues
exterioriza que para octubre el Cantn de Gibraltar, se haba pronunciado a favor de Faras;
de all el temor de que aumentara el nmero
de soldados a su favor, como afirma el gobernador de Trujillo: () pronunciado el cantn Gibraltar a favor de Faras hostiliza a la
flotilla del comandante Pulgar negndole los
49 Archivo General de la Nacin, Seccin: Revolucin
de Faras, tomo I. Comunicacin del Gobierno Superior
de la Provincia de Trujillo dirigida al seor Secretario de
Guerra y Marina, da parte del estado poltico en que se
encuentra la provincia de Maracaibo. 9 de octubre de
1835. Folios 137-139.
50 dem.
recursos que se pedan para sostener las tropas que tenan a bordo de los buques51.
Similares eran los temores para la principal
autoridad civil en el momento, Esteban Villasmil, quien incluso fue ms reflexivo y consider que estos hechos se relacionaban primero
con acciones que pueden catalogarse de desgraciadas. Adems, los propios oficiales, que
deberan ser los garantes del orden, la paz, el
cumplimiento de la ley, han sido perturbados
por oficiales que () han traicionado sus
deberes y juramentos, han echado el ms feo
borrn en la pgina gloriosa de nuestros militares52.
Obviamente, las palabras de Villasmil son
implcitamente directas a considerar un enfrentamiento fratricida que ha trastocado el orden y la paz y, peor an, cometido por aquellos
varones sobre los cuales el manto de la libertad e independencia recorra su extensa hoja
de mritos.
La situacin en Maracaibo pareca perderse
de control, la prensa se haca eco de la situacin, un sentimiento advenedizo y quebradizo
rodeaba la provincia, al parecer no se viva tal
caos desde la poca de independencia. Algunos editoriales, en relacin con los sucesos de
septiembre y octubre, comentaban:
El vecindario de Maracaibo, que a tan
caro precio ha comprado su independencia de la Espaa, sabr no permitir que le
arranquen las instituciones, bajo las cuales ha vivido en paz53.
51 dem.
52 Academia Nacional de la Historia. Documentos para
los Anales de Venezuela. Segundo perodo, tomo primero. Comunicacin del Gobernador de Maracaibo al
seor Gobernador de Coro. Maracaibo 5 de octubre de
1835, pp. 490-491.
53 Gaceta de Venezuela a 17 de septiembre de 1835.
Nmero 247. En: Academia Nacional de la Historia.
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LAS ARMAS DE LA
REPBLICA CONTRA EL
EJRCITO REFORMISTA.
AGUDIZACIN DEL
CONFLICTO MILITAR.
Los Reformistas obtuvieron la victoria el
7 de octubre en el sitio de Los Macanillos,
forzando la retirada de Los Constitucionales quienes dejaron en poder de Faras: Un
can montado, algunos pertrechos, armas,
vveres, etc.54. El parte transmitido por el
Jefe de la Fortaleza de La Barra, comandante constitucional Diego Jos Jugo, indicaba
que con esta accin se haba perdido el Puerto de Altagracia.
Al sealar las prdidas militares, fueron
pocas: tan solo un sargento fallecido y cinco
soldados heridos, mientras que en las fuerzas insurgentes fueron ms considerables,
cinco muertos y numerosos heridos que se
dieron a la fuga. Para el 16 de octubre exista una notable informacin de la situacin
en la regin occidental; el gobernador de la
provincia de Coro, Juan Elizondo, se comunicaba con el jefe poltico del cantn Carora,
indicando que por previas noticias del gobernador accidental de la provincia de Maracaibo, Esteban Villasmil, era ya notorio
el estado agonizante de los insurrectos en la
fortaleza de Puerto Cabello55, quienes se enDocumentos para los Anales de Venezuela. Segundo
perodo, tomo primero, p. 447.
54 Academia Nacional de la Historia. Documentos para
los Anales de Venezuela. Segundo perodo, tomo primero. Escrito de la Gaceta de Venezuela. A 24 de
octubre de 1835, p. 488.
55 Singular importancia tiene la derrota sobre los reformistas en Valencia, pues despus de su retirada, que
muy bien puede calificarse como derrota, el general
Santiago Mario resolvi enviar los Batallones Anzotegui y Cantaura, a las rdenes del coronel Jos
Mara Melo, a vigorizar el pronunciamiento de Ma-
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extranjeros intentaron abogar por esas personas ante jefes de la escuadra constitucional, situacin que caus molestia en Faras,
quien solicit como nica consideracin
para liberarlos la cantidad de 12.000 pesos.
La decisin de algunos comerciantes fue negarse a otorgar esa gran suma de dinero al
lder de la faccin reformista y de inmediato:
() todas las casas de comercio de aquella
plaza han asegurado sus mercancas en las
casas de comercio extranjeras, en fin que con
la eleccin hecha por Faras, se ha disgustado todo el pueblo como algunos militares61.
Es probable que Faras detuviera algunas
personas con importante caudal econmico en Maracaibo, y la decisin de asegurar
todas las mercancas por parte de las casas
de comercio extranjeras fue una accin de
proteccin, ya que en caso de suceder una
agresin de parte de los reformistas contra las casas de comercio de otros pases
se estara agrediendo directamente a otras
naciones, lo que complicara mucho ms el
panorama al revestir el conflicto quizs un
carcter internacional.
Al parecer este evento ocasion que uno
de los principales lderes de las fuerzas reformistas, como era el coronel Manuel Jimnez, se pusiera a favor del ejrcito constitucional y todo su escuadrn. Y las noticias
que recorran la ciudad eran que Faras: ()
se quedaba sin nadie con que contar y en su
desesperacin ha nombrado un triunvirato
recordando la memoria de Robespierre ()
y que casi todos los bandos publicados para
el dictador concluyen con la pena de muerte, que Maracaibo se halla en el estado ms
61 Archivo General de la Nacin, Seccin: Revolucin
de Faras, tomo I. Comunicacin de la Gobernacin de
la Provincia de Trujillo al Gobernador de la Provincia
de Barquisimeto. 16 de octubre de 1835, folio 108.
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EL GENERAL MONTILLA
AL MANDO Y BLOQUEO
DEL LAGO DE MARACAIBO:
ESTRATEGIA FINAL DEL
EJRCITO CONSTITUCIONAL
En tan solo un mes desde el 14 de noviembre, el asedio continuo hacia el movimiento
reformista en la provincia de Maracaibo motiv a que la solucin del problema pasara
por conformar un ejrcito solamente enfocado en disipar tal accin. Si bien todava
los comandantes naturales de la provincia
mantenan un control de la zona, el nombramiento del general Montilla, como segundo
jefe del Ejrcito constitucional y del general
Jos Flix Blanco como comandante de Armas y Operaciones en la provincia, implic
la coordinacin ms efectiva de las acciones
contra Faras.
El propio 14 de noviembre el comandante Bustamante, en unin con el comandante
Manuel Jimnez, marcharon con tropas de
Coro sobre los puertos de Altagracia, en seguimiento del coronel Ramn Soto, quien no
pudo reunirse con Faras, mientras este conduca los restos del Batalln Cantaura, con
motivo del asedio martimo76.
76 El 21 de noviembre indicaba el gobernador de Coro,
Mariano Garca, que por Paraguan haban arribado
tres buques de los facciosos el da 18 de noviembre,
situacin que pona en advertencia al secretario de
Guerra y Marina, que podra ser la primera avanzada
de una posible invasin de parte de los reformista dirigidos por Faras; esta situacin provoc que () la
clase pobre, se prestara con mucho gusto y entusiasmo, para
asomar las armas y otros a hacer emprestados y donativos. Es decir, haba una reaccin de defensa contra
los reformistas, situacin que claramente expresaba
la necesidad de tener personal preparado para combatir a un enemigo ms all de las fuerzas militares,
que eran escasas en la zona. Archivo General de la
Nacin, Seccin: Revolucin de Faras, tomo I. Comunicacin del Gobernador de la Provincia de Coro al
Secretario de Despacho de Guerra. Coro 18 de noviem-
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85 dem.
86 dem.
LA RENDICIN DEL
CORONEL FARAS Y EL
RESTABLECIMIENTO DEL
ORDEN LEGAL EN LA
PROVINCIA DE MARACAIBO
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CONSIDERACIONES FINALES
La culminacin de la guerra de Independencia y la difcil convivencia en la unidad colombiana trajeron como desenlace
el ascenso de un personal poltico distinto
al de los promotores del movimiento emancipador; necesariamente implic un parto
espinoso para el advenimiento del Estado
nacional, puesto que planteaba significativamente la ruptura radical con el pasado inmediato, un pasado que haba sido glorioso,
pero que ahora simplemente se marcaba por
el rechazo categrico a la frmula colombiana y la condena abierta a la hegemona
autoritaria del Libertador Simn Bolvar y
al centralismo.
A partir de la creacin de la Repblica,
el Gobierno del general Jos Antonio Pez,
como otra de las medidas para debilitar a
aquella lite que durante los aos de la Independencia asumi definidas posiciones
autonomistas, coloc al frente de los organismos locales a funcionarios provenientes
del militarismo vencedor.
Este vuelco en la estructura de poder ocasion, para el caso de la provincia de Maracaibo, que se dividiera en dos bandos: Campesinos y Tembleques. Los Campesinos,
formados por la mayor parte de la gente notable e influyente econmicamente, pertenecan a todos los gremios y contaban con apoyo poltico en sectores menos privilegiados.
Los Tembleques, que representaban el sector
arribista, desautorizaban y desconocan
en forma permanente a los miembros de la
lite local. A mediados de 1834, durante el
proceso eleccionario nacional, los Tembleques infringieron repetidas veces la ley de
elecciones; y los Campesinos, colmado el
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TIERRA FIRME
vaso, reaccionaron en su contra y denunciaron los hechos ante el Poder central; este se
constituy en el elemento nodal para un estallido de mayores magnitudes entre ambos
bandos en el ao 1835.
A pesar de sus diferencias, estas facciones
sentan una gran admiracin hacia Pez,
quien ejerci una sutil influencia sobre los
dirigentes polticos maracaiberos y de otras
regiones del pas. Esto hace presumir que
ambos partidos apoyaron la Repblica y no
llegaron a manifestar deseos autonomistas
por conviccin, sino por oportunismo la
mayora de las veces; ya que Pez ceda una
cuota de autonoma a la provincia de Maracaibo, as como a otras entidades, en un
juego poltico que buscaba mantener su hegemona sobre el territorio venezolano.
Los Tembleques en su mayor parte fueron
quienes, disgustados con Pez por el apoyo
prestado a los Campesinos durante las revueltas de 1834, se manifestaron en junio
de 1835 como partidarios de las Reformas
propuestas por el general Santiago Mario,
y quienes respaldaron en septiembre de 1835
a Francisco Mara Faras y su posterior invasin y ocupacin de Maracaibo.
Sobre el movimiento reformista es necesario afirmar que amalgam las posiciones
quizs ms extraas y opuestas en un determinado fin comn, pues se juntaron oficiales
militares bolivarianos como Pedro Briceo
Mndez, Diego Ibarra, Francisco Carabao,
Justo Briceo, Per de La Croix, Jos Laurencio Silva; los oficiales separatistas como
Jos Tadeo Mongas, Santiago Mario; y anti
bolivarianos como Pedro Carujo y Rufino
Gonzlez; todos ellos unidos como jefes
reformistas. A la vista de cualquier anlisis
resulta compleja la unin entre bolivarianos,
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las fuerzas constitucionales fueran benvolas; para el caso de Maracaibo hay diversos
testimonios que indican respuestas desmedidas por parte de algunos oficiales, quienes deseaban restablecer el orden legal; por
eso fue comn toparse con relatos sobre
prdida de vidas numerosas por los enfrentamientos. Esta es una omisin historiogrfica importante en este tema. Por ejemplo, se caracteriza casi siempre al Ejrcito
constitucional con un manto de piedad y
absoluta indulgencia en todas las acciones,
cuando no fue as, segn los testimonios o
referencias descritas en la investigacin.
As, el gobierno de Faras se extendi por
ms de dos meses. Sus excesos en el ejercicio del poder, y el cambio radical de su
inicial orientacin poltica por una de corte
separatista, resultaron sumamente peligrosos para el Gobierno constitucional, pues
an Maracaibo era una plaza importante
para la nacin y deba ser reconquistada por
los constitucionales.
Solo cuando el general Mariano Montilla es
nombrado como segundo jefe del Ejrcito constitucional, por Jos Antonio Pez, comenz un
asedio importante y continuo. La nica estrategia militar efectiva para romper la hegemona
militar del coronel Faras fue realizar el bloqueo del lago de Maracaibo. Montilla comand
la flota de barcos para adentrarse en la ciudad y
tomarla, mas un acuerdo entre este y Faras impidi una lucha sangrienta. La decisin de rendicin de Faras pudo estar fundamentada en
que el panorama para los reformistas era cada
vez ms sombro y quizs analizando que an
no estaba agotada la clemencia del Gobierno,
acept un indulto que garantizaba a l y a los
suyos la vida y las propiedades.
Esta respuesta no solo de Faras sino de otros
lderes reformistas nos demostr que los preceptos constitucionales eran aceptados por
encima de los propios intereses partidistas o
locales y exista una respetada obediencia a las
disposiciones del Congreso o Ejecutivo, ms
all de las contadas excepciones en el irrespeto
a las elecciones y el carcter ilegtimo en el autonombramiento de autoridades como sucedi
con Faras en la provincia de Maracaibo.
El ao de 1835 demostr no solo en el caso
de Faras sino en el de otros hroes de la Independencia, que los hombres de galones y
bordados de uno y otro partido se prepararon
y enfrentaron en una guerra fratricida, ya no
contra el enemigo espaol sino entre ellos, que
se manifiesta como la primera expresin de disenso entre aquellos hroes de dcadas atrs.
Los hechos relacionados con el movimiento reformista trajeron numerosas prdidas materiales, econmicas y de vidas humanas an sin
cuantificar debidamente que causaron para
el momento un importante trastorno nacional
y demostraron ampliamente los problemas de
gobernabilidad durante la creacin del Estado
nacional, pues an predominaba la confusin
y el desconocimiento de la realidad en cada
provincia. El esfuerzo se dilua en someter los
mltiples enfrentamientos armados, acciones
conspirativas y amenazas de invasin.
El anlisis y resultado de los diversos testimonios vislumbran que el episodio de la Revolucin de las Reformas, incluso en la provincia de Maracaibo, necesita ser revisado por la
acuciosa experticia de los investigadores. Hoy
da existen herramientas innovadoras que pueden funcionar en los planos metodolgicos y
tericos para enfrentar este periodo con nueva
visin.
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FUENTES
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74
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Alexander Zambrano
Archivo General de la Nacin
Abstract: The following research shall be the historiographic study and document
analysis to the proceedings currently existing in the General Archive of the Nation and
to all printed documents published in connection with the insurrection led by colonel
Francisco Mara Faras in the city of Maracaibo in the year 1835 research is contextualized
in the early years of the republic, when it occurs in Venezuela, the struggle between the
so-called constitutional reform and in addition to the debate on federalism in the building
of the republic.
Key words: Revolucin de las Reformas, Francisco Mara Faras, Constitutional
Retrato del coronel Francisco Mara Faras. Tomado de: Juan Besson, Historia del Estado Zulia, Maracaibo,
Editorial Belloso Rosell, 1945, Tomo II, pp, 302.
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LA PRIMERA FASE
INDEPENDENTISTA 1810-1816.
GUERRA CIVIL O DE
EMANCIPACIN?
Teniendo en cuenta algunos de los factores arriba sealados, es necesario, por el
momento, hacer referencia al texto de Gerardo Molina sobre La formacin del Estado en Colombia. El autor menciona algunos
problemas fundamentales que encontraran
las lites criollas en la Nueva Granada para
organizar el Estado, en la primera fase de
la independencia: a) Las desigualdades heredadas del rgimen colonial (nfasis sobre
las aristocracias: racial, clerical y terrateniente)2; b) las desigualdades sociales y
2
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Estado colonial se organiz social, econmica y polticamente sobre cuestiones de pureza de sangre, nobleza y raza.
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Una de las primeras provincias que declar abiertamente su independencia de la Corona espaola fue
Cartagena, en noviembre de 1811. Mientras, Cundinamarca, en su primera constitucin, abril de 1811, se
declar monrquica; no sera sino tras la reforma de
1812 cuando se declarara como una Repblica.
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acord el reconocimiento de las dos entidades polticas y que estas seguiran existiendo de modo independiente: de un lado,
el supremo Gobierno del Estado de Cundinamarca, y del otro, el Soberano Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva
Granada (Martnez, A., 2005: 78). De tal
manera que los dos proyectos, en lugar de
debilitarse, se fortalecieron y adems terminaron por reconocerse mutuamente.
Es as como cada uno de estos modelos hegemnicos organiz sus aparatos estatales.
Para ello reafirmaron su organizacin en
actas, leyes y constituciones polticas, que
establecan cmo deban de ser los pactos,
las formas de gobierno y la manera en que se
organizaran las tres ramas del poder: ejecutivo, legislativo y judicial.
La coexistencia pacfica de los dos proyectos hegemnicos no durara mucho, pues por
un lado, el peligro monrquico apareci; y
por otro, el enfrentamiento interno an continuaba. Finalmente, en 1814, las Provincias
Unidas sometieron a Cundinamarca, y se
empez a preparar el enfrentamiento contra
el ahora s enemigo externo; pero las constantes luchas intestinas haban debilitado
social, econmica y militarmente a las diferentes provincias, de tal manera que esto
facilit la reconquista espaola, en 1816, liderada por Pablo Morillo.
La suerte del primer proceso independentista fue descrita por Simn Bolvar, desde
su exilio, a finales de 1815, en la Carta de Jamaica; en ella adverta: Cuando los sucesos no estn asegurados, cuando el Estado
es dbil y cuando las empresas son remotas,
todos los hombres vacilan, las opiniones se
dividen, las pasiones las agitan y los enemigos las animan para triunfar por este fcil
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SEGUNDA FASE
INDEPENDENTISTA 1819-1830.
EL PROYECTO
GRAN COLOMBIANO.
El papel de la Iglesia catlica, en esta fase,
fue defender la causa realista y por ende al
comienzo no estuvo de acuerdo con los proyectos emancipatorios de las colonias hispanoamericanas. La Iglesia y los clrigos partidarios de la Corona realizaban discursos en
contra de las nacientes repblicas. Sin embargo, aunque la Iglesia no estuviera de acuerdo
hubo clrigos (del orden jerrquico medio y
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10 En gran parte de la literatura historiogrfica, para diferenciar la Republica de Colombia fundada en 1886,
a este primer proyecto colombiano se le suele colocar
el mote de Gran Colombia.
En las constituciones de Cundinamarca (1812), deberes del ciudadano, art. 28; y Antioquia (1815), deberes del ciudadano, art. 4, es explicito que no es un
buen ciudadano quien no cumple tales requisitos.
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APUNTES FINALES
La formacin del Estado y la nacin durante
el periodo independentista deja entrever que
son mltiples proyectos los que se esbozan:
aquellos que van de lo local, lo provincial y lo
nacional. Tales proyectos no se empezaron a
constituir en el marco de la guerra contra el
enemigo externo, sino que, ms bien, las primeras batallas fueron internas, es decir, guerras civiles. Lo anterior contradice gran parte
de la historiografa patria colombiana y venezolana, que hace nfasis sobre batallas contra
un enemigo externo y de una supuesta unidad.
La guerra contra el enemigo externo se empez a perfilar en el momento en que Fernando
VII qued en libertad y decide recuperar sus
13 El Neogranadino, 9 de octubre de 1831.
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colonias. Las pugnas internas haban debilitado econmica y militarmente a las nacientes
repblicas, que no tardaron en sucumbir ante
la reconquista de la Corona espaola; es as
como la primera fase independentista lleg a
su fin.
En la segunda fase independentista se observa un proyecto mucho ms amplio, que
recoge parte de lo que una vez fue el Virreinato de la Nueva Granada. Tal proyecto fue
liderado por Simn Bolvar y algunas facciones de las lites, con el apoyo de algunos
sectores populares. Mientras estuvo presente el enemigo externo y su artfice, la Repblica de Colombia se mantuvo, pero, una vez
desaparecido el enemigo externo y muerto
su artfice, tal proyecto tambin sucumbi.
Con la desmembracin de la Repblica de
Colombia surgieron nuevos proyectos de
construccin de Estado y de nacin.
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FUENTES
Primarias digitales
El Neogranadino, 9 de octubre de 1831.
Primarias impresas
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Secundarias
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Independence and Revolution in Spanish America: Perspectives and problems. Anthony
Mcfarlane and Eduardo Posada-Carbo. Londres, Institute of Latin American Studies.
Hbrard, V. (1999). Ciudadana y participacin poltica en Venezuela, 1810-1830. En: Independence and Revolution in Spanish America: Perspectives and problems. Anthony Mcfarlane
and Eduardo Posada-Carbo. Londres, Institute of Latin American Studies.
Lomn, G (2000). Colombia 1810 a 1828: guerra de emancipacin o guerra civil?. En: Museo,
memoria y nacin, Bogot.
Martnez, A. (2005). La transicin de un reino indiano de la Monarqua hispnica a un Estado
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a los Estados nacionales en los pases andinos, nuevas perspectivas: memorias del Segundo Mdulo Itinerante de la Ctedra de Historia de Iberoamrica, Cartagena de Indias.
Bucaramanga, UIS.
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Tamayo, J. (1976). Nuestro siglo XIX. La Gran Colombia. Bogot, Banco Popular.
Tovar, H. (1986). Problemas de la transicin del Estado colonial al Estado nacional (1810-1850)
En: Estados y naciones en los Andes. (Comp.) J. P. Deler y Saint Geours. Lima, IEP ediciones.
The genesis of neighbor. Some features of the formation of the nation-state in the Nueva
Granada (1810-1831)
Carlos Franco
Universidad Central de Venezuela
Abstract: The neighborhood with the present Republic of Colombia, has linked us in a
common origin in the processes of state formation, framing itself common factors between the
two republics, but have traveled differently depending on the internal variables of each case. This
proposal will study some aspects of the independence process in the New Granada, with the aim
of analyzing the role had civil wars in independence and state formation in the various phases
identified by Colombian historiography. We also will approach how was the relationship State /
Church / clergy / Army / subalterns in the constitution of the nation-state in the independence
period.
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Resumen: Este 2016 se cumplen 200 aos de la Expedicin Libertadora de Los Cayos;
sin embargo, este crucial episodio de la Guerra de Independencia es mayormente desconocido
para el pueblo venezolano e incluso para gran parte de la comunidad acadmica.
La Expedicin Libertadora de Los Cayos fue una campaa naval clave para la creacin de
la Tercera Repblica y la liberacin de Venezuela del yugo colonial espaol; pues le permiti al Libertador, acompaado por patriotas como Luis Brin, Manuel Piar, Jos Antonio
Anzotegui, Santiago Mario, Jos Francisco Bermdez y Gregor Mac Gregor, entre otros,
recuperarse de las derrotas ante los realistas del ao anterior, salir de su exilio en Hait, y
retomar la liberacin del pas.
Durante la Expedicin Libertadora de Los Cayos se dio el Combate Naval de Los Frailes,
el cual fue primer combate naval en mar abierto de nuestra Guerra de Independencia, nico
combate naval de toda la guerra en el que Simn Bolvar estuvo a bordo de uno de los buques.
En la accin de Los Frailes, Luis Brin fue herido y luego ascendido a Almirante por el Libertador; tambin Renato Beluche fue ascendido a Capitn de Navo. Este combate permiti
el desembarco de los patriotas en Margarita, salvando as del exterminio a las fuerzas de Juan
Bautista Arismendi, y el posterior desembarco en Carpano donde Simn Bolvar decret la
liberacin de los esclavos. La expedicin tuvo, pues, un impacto crucial en el desarrollo de la
Guerra de Independencia, y su legado sigue vigente para la Armada, pues las siete goletas que
la integraron estn representadas en su Escudo y en su Pabelln de Proa.
Palabras clave: Bicentenario, Expedicin de Los Cayos, Independencia, Armada.
La importancia estratgica
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naval para el logro de nuestra independencia. Por otra parte, el estudio de dicha campaa contribuye actualmente al proceso reflexivo de las nuevas generaciones militares
para el diseo de estrategias de seguridad y
defensa de la patria.
Cumplindose ahora dos centurias de la
Expedicin Libertadora de Los Cayos, consideramos necesario recordar que aquella
expedicin extendi el teatro de operaciones
de la Guerra de Independencia al mar. El
aspecto ms visible que nos ofrece primeramente el mar, al considerarlo bajo el punto de vista poltico-social, es el de un gran
camino, o mejor dicho, una vasta extensin
de propiedad comn por la que el hombre
puede trasladarse en todas direcciones14.
Este espacio result fundamental para introducir tropas patriotas a Tierra Firme durante
la gesta independentista, adems demostr
la importancia de los territorios insulares
como bastiones para la resistencia contra el
imperio espaol.
Los prceres de nuestra independencia
hallaron refugio en las islas del Caribe que
para aquel momento eran libres del dominio
espaol15; desde ah reflexionaron sobre el
resultado de las batallas pasadas; logrando
planificar y reunir los recursos necesarios
para emprender nuevas luchas por la libertad
de los pueblos de Amrica. Este fue el caso
de Simn Bolvar durante su exilio en Jamaica, situacin similar a la de los emigrados de
14 Mahan, Alfred T. Anlisis de los elementos del poder
naval. Geopoltica(s). Revista de estudios sobre espacio y poder naval. vol. 4, nm. 2, 2013, pp. 305-334.
15 La primera nacin en librarse del yugo espaol en
territorio latinoamericano fue Hait y rpidamente se transform en una isla que brindara apoyo a
los independentistas de tierra firme, siendo base de
operaciones para Francisco de Miranda en 1806 y de
Simn Bolvar en 1815 y 1816.
LAS ALIANZAS
INTERNACIONALES
No es coincidencia que desde la expedicin libertadora de 1806 liderada por Francisco de Miranda, Hait haya decidido involucrarse en los asuntos concernientes a la
independencia de Venezuela; no con un fin
efectivamente mediador o imparcial, sino
abiertamente anti imperialista. Una postura
entendible, ya que los Estados en el sistema
internacional actan y toman decisiones de
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acuerdo a sus intereses y preferencias, lo
cual no podra sorprender de quien fuera la
primera repblica de Latinoamrica en lograr su independencia.
Bolvar encontr en Hait el ms firme sostn de sus proyectos. El presidente
Alexandre Petin no solo impuso su autoridad para defender al Libertador de las
acusaciones que formularon algunos de sus
compaeros en la histrica asamblea de Los
Cayos, sino que le facilit en dos ocasiones (muy crticas por cierto) dinero, barcos,
hombres, armas y municiones para la guerra (Verna, P., 1970: 172-180). Los haitianos, los mejores y ms bravos marinos de
las Antillas, nuclearon las tripulaciones de
los barcos que, guiados por Bolvar, partieron de Jacmel en diciembre de 1816.
Si bien es cierto que Hait no es el nico
pas de la regin que fue aliado de Venezuela, desde 1806 se convierte en un caso emblemtico porque brind apoyo a los prceres de nuestra independencia prcticamente
sin condicionamientos de ningn tipo. La
alianza entre ambos Estados explica por s
sola la decisin del Libertador de pronunciar
el decreto de libertad de los esclavos el 2
de junio de 1816, con el objetivo de sumar
aliados en la lucha por la aplicacin de los
Derechos Universales del Hombre.
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IMPORTANCIA HISTRICA Y
LEGADO
La Expedicin Libertadora de Los Cayos
fue un hecho estratgico de primer orden, un
punto de inflexin que cambi el curso de la
Guerra de Independencia en Venezuela.
En efecto, aunque poco estudiada y menos
divulgada, la Expedicin Libertadora de Los
Cayos constituye un momento fundacional
para la Armada patriota, hoy Armada Bolivariana de Venezuela. Asimismo, fue con
esta campaa naval que se unific definitivamente el mando patriota en la guerra; fue
a propsito de esta expedicin que los patriotas venezolanos comenzaron a disponer
de una escuadra ms o menos fija y estable,
y es adems durante el curso del mayor combate de la expedicin que apareci la figura
del Almirantazgo en Venezuela.
Mencin aparte merece el hecho de que las
dos expediciones de Los Cayos; es decir, la
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primera, en marzo de 1816, y la segunda, llamada tambin Expedicin de Jacmel, realizada a finales del mismo ao, fueron ideadas
y lideradas por el propio Libertador Simn
Bolvar; son entonces las nicas campaas
navales de la Independencia conducidas por
l. Adems, el Combate Naval de Los Frailes, primer gran combate en mar abierto de
la Guerra de Independencia de Venezuela,
fue el nico en el que el Libertador estuvo
a bordo.
Sealados entonces estos datos, podemos pasar a estudiar, con un poco ms
de detalle la importancia histrica de la
Expedicin Libertadora de Los Cayos en
dos niveles: la consolidacin del liderazgo
patriota y el legado institucional que llega
hasta la actualidad.
CONSOLIDACIN DEL
LIDERAZGO PATRIOTA
Como es conocido, tras la cada de Cartagena ante la Expedicin Pacificadora
del general espaol Pablo Morillo en 1815,
los lderes patriotas tienen que exiliarse en
el Caribe. Es en ese contexto es cuando el
Libertador en Jamaica escribe su clebre
Contestacin de un americano meridional
a un caballero de esta isla.., cuyo objetivo
fundamental era lograr el apoyo britnico a
la causa emancipadora, cosa que por ese momento no se logr. Por otra parte, otros lderes patriotas, como Montilla, Piar, Mario,
Bermdez, Anzotegui, entre muchos otros,
fueron a Hait en busca de refugio y ayuda.
Para finales de 1815, Pablo Morillo y la Corona en Madrid bien pudieron pensar que
su victoria era completa: los patriotas estaban exiliados, sin fuerzas, y profundamente
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divididos por rencillas producto de sus diferentes criterios de comando durante la guerra, causa en s misma de sus derrotas. Pero
pronto eso cambiara
El Libertador estaba en Jamaica cuando
recibi una carta de Brin, a quin conoca
desde 1814 por sus servicios a la Repblica.
Brin se pona de nuevo a sus rdenes y le
ofreca material de guerra adquirido en Inglaterra para continuar la lucha por la independencia. Bolvar se fue entonces a Hait,
donde encontrara el decisivo apoyo del presidente Alexandre Petin, y el firme respaldo de Brin (Jimnez Lpez, H., 1991: 57).
Ante la insistencia de Petin y del an capitn de fragata Luis Brin propietario de
la mayora de los buques y de las armas,
los patriotas celebraron una asamblea a finales de febrero para decidir quin mandara y
cmo se desarrollara la expedicin. A dicha
reunin asistieron el propio Bolvar, adems
de todos los lderes patriotas que se encontraban al momento en Hait, resaltando:
Santiago Mario, Jos Francisco Bermdez,
Manuel Piar, Gregor Mac Gregor, Bartolom Salom, Carlos Soublette, Jos Antonio
Anzotegui y Ambrosio Plaza, entre muchos
otros lderes militares y civiles de la causa
patriota. Esta asamblea determin que sera
Simn Bolvar el comandante de la expedicin y Luis Brin el comandante de la escuadra, siendo ascendido entonces a Capitn
de Navo por el Libertador (Jimnez Lpez,
H., 2001: 84). Por fin la causa patriota tena
un comando nico ya no producto de la imposicin, sino de la decisin consciente y
consensuada de su alto mando. Si bien ms
conatos de divisin apareceran ms adelante, fue en aquella reunin en Hait donde
se empez a configurar definitivamente el
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LEGADO INSTITUCIONAL
Como dijimos anteriormente, la Expedicin Libertadora de Los Cayos constituye
un momento fundacional para la Armada
Venezolana. Fue la primera vez que los
patriotas dispusieron de una escuadra estable, incrementndose la misma a partir del
ao 1816 gracias al corso y a la incorporacin de marinos nativos y extranjeros que
simpatizaron con la causa emancipadora.
Aquellas siete goletas que surcaron los mares como escuadra unificada, con el tricolor
mirandino en sus mstiles y bajo el mando
del Libertador, son hoy recordadas con las
siete estrellas plateadas del Torrotito o Pabelln de Proa de la Armada Bolivariana;
apareciendo tambin como siete estrellas
doradas en su Escudo de Armas. Es decir,
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FUENTES
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Eljury-Yunez, Antonio (1985). La Batalla Naval del Lago de Maracaibo. Caracas, Imprenta Naval.
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Jimnez Lpez, Hadelis (2001). La Armada de Venezuela en la Guerra de Independencia. Caracas,
Editorial Tecnocolor.
Jurado Toro, Bernardo (1980). Bolvar y el mar. Caracas, Editado por el autor.
Toro Jimnez, Fermn (2008). Historia Diplomtica de Venezuela, 1810-1830 (Tomo I). Caracas,
Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Jurdicas y Polticas.
Vargas, Francisco Alejandro (1988). Historia Naval de Venezuela. Caracas, Comandancia General
de la Armada.
Vargas, Francisco Alejandro (1983). Nuestros Prceres Navales (Tomos I y II). Caracas, Comandancia General de la Marina.
Verna, Paul (1970). Petin y Bolvar. Caracas, Ministerio de Educacin.
Fuentes hemerogrficas
Jimnez Lpez, Hadelis. Brin, ejemplo de solidaridad americana e integridad militar, Revista
de la Armada, N. 2, 24 de julio de 1984.
Jimnez Lpez, Hadelis. El Protector y el Autor de la Felicidad de Amrica: Luis Brin y Alejandro Petin, Revista de la Armada, N. 23, 19 de abril de 1991.
Jimnez Lpez, Hadelis. Primera Expedicin de Los Cayos Revista de la Armada, N. 24, 24 de
julio de 1991.
Marcano Mata, Cirilo. Combate Naval de Los Frailes: entre bergantines y goletas, Revista de la
Armada, N. 38, 24 de julio de 1997.
Fuentes electrnicas
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Descargado de: (http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/viajes/indice.htm)
Mahan, Alfred T. Anlisis de los elementos del poder naval. Geopoltica(s). Revista de estudios
sobre espacio y poder naval. Vol. 4, nm. 2, 2013, pp. 305-334. Disponible en: https://webcache.googleusercontent.com/searchq=cache:SjtrT4D7SpgJ:https://revistas.ucm.es/index.
php/GEOP/article/download/46354/43574+&cd=3&hl=es-419&ct=clnk&gl=ve
Historic and strategic importance of the Expedicin Libertadora de los Cayos 1816.
Alexis Palencia
Jos Gregorio Maita
Direccin de Estudios y Acervo Histrico
Naval del Comando Naval de Educacin
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Abstract: This 2016 marks the 200th anniversary of the Expedicin Libertadora de
los Cayos; however, this crucial episode of the War of Independence is largely unknown
to the Venezuelan people and even for much of the academic community. The Expedicion
Libertadora de los Cayos was a key naval campaign for the creation of the Third Republic
and the liberation of Venezuela from Spanish colonial yoke; because it allowed the Liberator,
accompanied by patriots like Luis Brin, Manuel Piar, Jose Antonio Anzoategui, Santiago
Mario, Jose Francisco Bermudez and Gregor MacGregor, among others, recover from losses
to the realistic last year, leaving his exile in Haiti and resume the liberation of the country.
During the Liberating Expedition of the Keys the Naval Battle of Los Frailes, which was first
naval battle in open our War of Independence, the only naval battle of the war sea in which
Simon Bolivar was aboard one of he vessels. In the action of Los Frailes, Luis Brin was
wounded and then promoted to Admiral by the Liberator; Renato Beluche also was promoted
to Captain. This battle allowed the Patriots landing in Margarita, saving the extermination
forces Juan Bautista Arismendi, and the subsequent landing in Carupano, where Simon
Bolivar decreed the liberation of slaves. The expedition was therefore a crucial impact on the
development of the War of Independence, and his legacy remains in force for the Navy, for the
seven schooners that integrated are represented in its shield and its Pavilion Proa.
Key words: Bicentennial, Expedicin Libertadora de Los Cayos, Independence,
Navy.
Tito Salas, Expedicin de los Cayos, el abordaje del bergantn Intrpido, circa 1927-28. Coleccin Casa Natal del Libertador.
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Reseas
Vladimir Acosta. Las juntas criollas hispanoamericanas y el comienzo
del proceso de independencia. Caracas, Coleccin Bicentenario, 2013.
No obstante, es menester recordar los antecedentes de esta intervencin que haba sido
acordada por Carlos IV, rey de Espaa, siendo
Manuel Godoy su portavoz, y Napolen Bonaparte en el tratado de Fontainebleau, el 27 de
julio de 1807, en el que se permitira la presencia militar francesa en el suelo espaol, con el
objeto de que Napolen atacase desde Espaa a
Portugal, a cambio de la supuesta participacin
espaola en la reparticin del reino portugus.
Inglaterra era enemiga de la Francia napolenica y aliada a su vez de Portugal; por esta
razn Inglaterra custodia los barcos portugueses que trasladaban toda la dinasta portuguesa
hacia Brasil, que era la colonia que posean en
el continente americano.
Otra vertiente que contribuy a que se caldearan las aguas en las colonias de la Amrica espaola fueron los distintos intereses que tenan
los criollos de corte conservadora y los otros
criollos de corte liberal, antes de que aflorara
la crisis espaola a raz de la injerencia francesa. Estos se estaban disputando el poder poltico, algunos con la tendencia de compartirlo
con los espaoles, mientras que otros vieron el
momento vital para expulsar a los invasores y
tomar ellos el poder.
Las juntas criollas que se instauran en Hispanoamrica son los motores que desbrozarn
el porvenir, para luego suceder a un centenar
de cruentas, crueles y brutales batallas donde quedaron diezmadas un sinfn de vidas de
patriotas, campesinos, esclavos, pueblo pardo,
mestizo para lograr alcanzar la independencia.
Dentro de este escabroso y difuso camino, que
es el del antiimperialismo o anticolonialismo,
se encontraron prceres como el criollo y civil Pedro Domingo Murillo, quien lideriz el
movimiento paceo de 1809, que tendr por
nombre Junta Tuitiva, y como segundo al mando el militar espaol Juan Pedro Indaburu, que
terminar traicionando el movimiento una vez
que lo ve derrotado por la cuna de la antirrevolucin: el Virreinato del Per y el rioplatense.
En representacin del primer virreinato para
aplastar el movimiento de liberacin estaba
Jos Manuel de Goyeneche; y en representacin del segundo, el general Nieto.
Similares movimientos al paceo ocurren
en Quito, Nueva Granada y Caracas, donde se
aprovecha en gran medida la crisis monrquica en Espaa, pero los criollos disentan entre
s debido a los distintos sesgos e intereses que
tenan con respecto al poder poltico, ya que
varios de ellos pertenecan a las familias ms
adineradas de las provincias capitalinas.
En el caso de Quito destacan las figuras de
Juan Po Montfar, marqus de Selva Alegre,
Antonio Ante, Juan Salinas, Manuel Rodrguez de Quiroga, entre otros, considerados
amigos del promotor y protagonista de las luchas de liberacin de Quito, Francisco Eugenio
de Santa Cruz y Espejo. Todos ellos, excepto
Espejo, quien ya haba fallecido para 1795 y era
de procedencia humilde, eran terratenientes,
esclavistas, explotadores; empero, no tenan el
poder poltico y era eso sustancialmente por lo
que se lucha en sus orgenes, aunque varios de
estos criollos estaban iluminados por las ideas
de la Revolucin francesa, realmente era algo a
medias tintas, con cortapisas; no era una revolucin a fondo sinceramente, ya que era enemiga de reconocer derechos polticas a los pardos,
ni conceder las reivindicaciones que el pueblo
mereca desde haca centurias.
Ninguna de las juntas criollas del resto del
continente queda excluida del anlisis que se
dispuso a tratar el profesor Acosta; es decir,
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todas comenzaron con una tendencia a favorecer los intereses de la oligarqua, de los
mantuanos. Estas juntas eran netamente elitistas y no tenan al principio ningn inters
en hacer profundas revoluciones sociales.
El autor hace un anlisis de las especificidades de la junta de Buenos Aires, la santiaguina y la paraguaya de Asuncin. En cuanto a
la primera, antes de su conformacin ya vena
arrastrando unos problemas muy peculiares
desde 1806, cuando los ingleses invaden el
estuario del Plata, desembarcan en Quilmes
el 25 de junio del mismo ao y dos das ms
tarde toman Buenos Aires sin ninguna resistencia; algo sencillo de explicar, ya que Rafael de Sobremonte, el virrey espaol, haba
huido de forma timorata hacia Crdova junto
con su familia en cuanto tuvo conocimiento
de la invasin inglesa, por lo que haba dejado
a la ciudad sin recursos financieros y sin defensa, debido a que gran parte de esta haba
sido usada para su proteccin.
Esta situacin lleva a que el pueblo criollo,
unido a algunos espaoles como Martn de
lzaga, y Santiago de Liniers de origen francs, pero bajo el servicio espaol, sacaran a
los ingleses de all, hacindolos capitular en
Montevideo el 7 de julio de 1807. Aos ms
tarde irn madurando la idea de liberarse de
los espaoles; sin embargo, por los momentos ven como invasores solo a los ingleses.
Cabe destacar que por la situacin que viva
Espaa, la junta de Caracas es impulsora de
la creacin de la junta de Buenos Aires el 25
de mayo de 1810.
Las curiosas particularidades que tienen
Chile y la independencia de Paraguay de
Buenos Aires tienen similitudes y diferencias profundas que no comparten con
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ninguna de las otras latitudes donde se efectuaron juntas criollas. Estas las devela el
autor con su brillante narrativa, al igual que
hace con la de Nueva Espaa (hoy Mxico),
el virreinato de Per y Uruguay, que lograron sus independencias tomando otros caminos debido a elementos diacrnicos-sincrnicos propios de estas regiones, lo que nos
invita a inferir y a entender en buena medida
el comportamiento del chileno y la profunda y asidua lucha de los mapuches, vigente
los dos siglos continuos siguientes. Acosta
tambin nos revela la actuacin del imperioso caudillo de oriente, Jos Gervasio Artigas
Arnal; del padre Morelos, quien enarbola la
bandera y consagra la continuidad que amerita el legado del cura Miguel Hidalgo; el
papel fundamental de Bernardo O Higgins
y Manuel Rodrguez en Chile, entre otros
patriotas, amn del inmenso e inagotable
esfuerzo del Libertador Simn Bolvar, que
permiti cristalizar el sueo de la suntuosa
independencia de las incipientes repblicas
que tuvieron que ser refundadas en varias
ocasiones, mientras que el Imperio espaol
insista en mantener bajo la sumisin y en la
servidumbre a todo un continente que haba
decidido ser libre
Para los tiempos actuales, el autor plantea
la imperiosa tarea de emancipacin que tienen pendiente estas generaciones y lo comprometido de su porvenir.
Miguel Arcngel Manrique Torrealba
Estudiante de Geografa e Historia
Instituto Pedaggico de Caracas (IPC)
La larga marcha hacia la sociedad comunal. Tesis sobre el socialismo bolivariano
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Iraida Vargas y Mario Sanoja. La larga marcha hacia la sociedad comunal. Tesis
sobre el socialismo bolivariano. Caracas, Editorial El Perro y La Rana, 2015.
y la diversidad cultural venezolana. La reiterada sugerencia de Sanoja-Vargas para que
la educacin formal e informal venezolana
se sostenga sobre una base histrica contra
hegemnica como la presentada por ellos
-desde la dcada de los noventa!- an no ha
sido escuchada por la dirigencia de la Revolucin Bolivariana.
El tercer y ltimo grupo de captulos, que
van del trece al veintids, contiene mltiples
y sugerentes reflexiones sobre el proceso de
construccin de los Consejos Comunales y
las Comunas, cuyo horizonte ms que dar
respuestas o exponer anlisis claros y distintos, abre discusiones de fondo, deja preguntas para iniciar nuevas investigaciones y
plantea problemas actuales y futuros para la
construccin de una sociedad comunal.
Como toda obra cientfica que se propone conocer la complejidad de lo real desde
una totalidad conceptual y no desde cierta
parcialidad, La larga marcha tiene lmites
propios, algunos inherentes a los mismos
objetivos del estudio, otros derivados de la
realidad que intenta conocer.
En el primer regln podemos subrayar
que la obra carece de un balance real de los
Consejos Comunales y las Comunas que actualmente estn conformadas o en proceso
de conformacin en el territorio nacional.
Este balance, por dems, escapa a la misma capacidad de Vargas-Sanoja y, tal como
ellos mismos han propuesto en ms de una
ocasin, una investigacin que permita tener un balance cientfico de estos procesos
de organizacin es tarea de una equipo multidisciplinario de alto nivel. Dicho estudio
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