Visualidad Tecnica y Cambios de Paradigmas
Visualidad Tecnica y Cambios de Paradigmas
En este trabajo se intenta realzar algunos conceptos que fueron parte de los
paradigmas de la modernidad, y trazar algunas hiptesis sobre las formas que
adoptan los nuevos mitos y modos del hombre contemporneo, este nuevo
sujeto que propone y dispone la tecnologa digital.
Tiene lazos con lo poltico ya que los movimientos que se dan en el campo de
la ideologa, lo que denominamos "la estetizacin de la poltica", es parte de la
forma que asume la democracia de mercado actual, frente a la "politizacin de
lo esttico" como frmula de expresin en los dos perodos ms revulsivos del
pasado siglo:
Durante las dcadas del 20-30 y las del 60-70, donde la politizacin del arte, y
el activismo poltico fueron las propuestas que intentaban re-elaborar una
nueva dimensin de la cultura y de los modos de produccin.
"Pensar la imagen".
Est claro que el sueo existe slo en cuanto es expresin: monlogo interior
que recuerda lo vivido o exteriorizacin discursiva como relato del sueo.
Es decir, que el sueo est atravesado por el lenguaje; y que la imagen es
parte del vvido archivo que proyecta la memoria.
"Pensar la imagen" es admitir esta doble realidad como caras de una misma
moneda, del logos como pensamiento basado en el lenguaje verbal, y de la
imagen como modelo especular del mundo.
No creo pues, que los actuales paradigmas que intentan contraponer y separar
las influencias de una cultura basada en el logos, frente a otra cultura de la
imagen, sean los ms adecuados.
De hecho, las investigaciones de la semitica visual de los aos 70, que entr
de lleno en el debate sobre las relaciones entre logos e imagen, son en
algunas acepciones todava vlidas. Tanto por lo que hace a sus hallazgos,
como a las grandes decepciones y limitaciones que llevaron a su implosin.
En el caso que quiero abordar, utilizo esta distincin entre el logos y la imagen,
a efectos prcticos. No porque logos e imagen sean dimensiones contrarias o
irreductibles, sino porque plantean modos de culturizacin superpuestos.
Las vanguardias polticas y artsticas de las primeras dcadas de ese siglo que
comenzaba, reunidas en facciones organizativas buscaban dinamitar el orden
existente:
Crear una nueva visin orgnica del hombre, derribar la estatua del dictador
(un cono mtico a partir de"Octubre" de Einsestein), desmantelar la corrupcin
e hipocresa del sistema, redistribuir la tierra y las riquezas.
Desde entonces como "progresistas" se definen las fuerzas polticas que creen
y operan ese cambio.
Creo que hemos heredado estas dos visiones contrapuestas del adelanto
tcnico: por un lado una vertiente optimista de la mquina como catalizador de
los procesos sociales, y por otro la tecnologa como un adentrarse en caminos
que conducen a la destruccin de lo que entendemos por humano.
Cito pues, de esta mitologa, algunas de las imgenes que ms han excitado
mi imaginacin; puede el lector agregar las que ms le inquieten:
Desde el bblico fuego destructor de Yahv, hasta un Cristo que se reconoce
como el "Hacha que cortar el tronco", "El monstruo de Frankenstein" como las
pesadillas de los sueos de la razn, "El Golem de Praga"...
Tcnica es una fantasa de salvacin, pero tambin la posibilidad de la
destruccin total.
Desde nuestra cultura actual, - esta cultura que estamos describiendo como
preponderantemente visual; este presente nuestro tan marcado por
herramientas de comunicacin e informacin-, desde nuestro presente veloz y
disperso, sorprende el ingente esfuerzo de racionalizacin y pedagoga a la
que dedic sus energas el hombre Moderno.
Parece increble que los discursos sobre temas que parecan definitivamente
agotados y dilapidados ( de lo que gustis: economa poltica, medios de
comunicacin masivos, tcnica y poder, por citar algunos) surjan hoy, y se
traten de manera que pareciera que todo aquel pensamiento dedicado al
esclarecimiento de las masas, a desentraar "la esencia" de las cosas,
parecera que ha servido de bien poco.
Sea cual sea la razn de este retraimiento, son tiempos malos para la lrica,
pero peor an para la prosa.
Mientras lea este artculo sobre la dimensin esquizofrenia del nuevo sujeto
pos-moderno, augurada y defendida, sobre todo por Deleuze en su descripcin
de este nuevo sujeto social, recordaba mi personal fascinacin por los Dibujos
Animados de la Warner.
El hombre Moderno no haba sufrido este acecho por parte del Mercado de
Trabajo.
El Mercado ha cambiado la forma del gesto corporal del "sujeto
contemporneo", nuestro sentido e idea del Tiempo, han cambiado tambin
nuestros paradigmas y nuestra relacin trabajo-ocio, pero lo que no ha
cambiado son nuestros Modos de Produccin.
Creo que es una opcin pertinente de los estudios visuales, el buscar nuevas
frmulas de relacionar Logos-Tcnica-Imagen, para intentar encontrar en este
paisaje de destruccin de la tradicin a la que nos acomete continuamente el
acelerado avance tcnico, para poder realizar una "Arqueologa de la Cultura",
de manera de poder escoger entre los escombros, aquellos desechos que
puedan marcar una pauta de accin y resistencia.
Debemos partir del hecho que las tecnologas audio-visuales representan para
el Mercado la consolidacin de un enorme poder econmico, de creacin de
consenso, de establecimiento de su principio de realidad.
l desarrollo tcnico y las formas que este adopta estn dirigidas y limitadas
por los dueos del Programa.
Entendiendo la nocin de "Programa" en sentido Flusseriano, es decir:
"Las imgenes no las hace un mamfero con un aparato a partir de unos
fotones, sino que se hacen cuando mamferos, aparatos y fotones estn
enfocados.
El enfoque resulta ser consecuencia de una meta-intencin, concretamente de
un programa fotogrfico en funcin del cual el fotgrafo, el aparato y los fotones
se han colocado y ajustado. Por su parte, el programa es consecuencia de una
intencin superior (que podramos llamar cultural)" (V. Flusser, 1983- *8)
"Escasez y exuberancia"
Las nuevas formas tcnicas desarrolladas en la ltima dcada han ido tambin
variando las "rupturas" en la dimensin de lo sensible: inmaterialidad de la
obra, ubicuidad espacial del espectador, comunicacin radial, etc., pero las
relaciones de poder, modos de produccin y trabajo se mantienen.
Esta forma de contencin para perpetuar un orden nos lleva hacia otro
pensador "moderno" cuyas claves son interesantes para nuestra investigacin.
George Bataille en "La Nocin de Gasto", propone una hiptesis sugerente: "el
planeta tierra padece problemas de abundancia."
" En vez de operar con ella a nuestro antojo eligiendo formas de disipacin
ms favorables, nuestra ignorancia sobre la ley general del gasto del
excedente, nos lleva a sufrir las salidas catastrficas de sta energa: la
guerra."
" "El desarrollo tcnico, frenado por el gasto productivo de la guerra, necesita
direccionar su utilitariedad".
Sera importante deshacerse de los fetichismos varios a los que nos somete el
artefacto, y poder situarlo ms en el mbito de lo orgnico (es decir, delo que
crea la piel), que no en forma alienada, slo del lenguaje y del espejo de la
imago.
Bibliografa:
*8.- V. Flusser, 1983. Una filosofa de la fotografa. Pag. 166. Ed. Sntesis.
- V. Fluser. "El consumo fragmentario de la informacin". Revista Letra 1998.
*9.- G.Bataille: "Leyes Generales de la Economa". "La Parte Maldita", Ed. Icaria
1987.
*10.- Jordi Oliv, 1992 : Bataille y La Parte Maldita. Tesis doctoral. UB, Filosofa
y Letras. 1993
*11.- P. Weibel: "El Mundo Digital". Revista El Paseante 1997.
Jacobo Sucari.
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