Identidad Etnica y Muerte Torres Funerarias
Identidad Etnica y Muerte Torres Funerarias
ISSN: 0303-7495
[email protected]
Institut Franais d'tudes Andines
Organismo Internacional
Risto Kesseli*
Martti Prssinen**
Resumen
En este artculo los autores describen varias tradiciones de construccin de chullpas dentro del rea
histrica de Pakasa. Demuestran que existe en realidad una fuerte correspondencia entre los estilos
arquitectnicos de torres funerarias y los territorios de ciertos grupos tnicos en el altiplano boliviano
prehispnico. Al parecer, cuando la tradicin chullparia se generaliz repentinamente en el siglo
XIV, el seoro de Pakasa no era todava tan uniforme como describen los documentos de la poca
de Conquista espaola. Adems, demuestran que el estilo de mampostera incaica en las chullpas
redondas puede tener sus races en el rea suroeste de Pakasa o bien en Lupaca. No obstante, las
chullpas decoradas de adobe parecen haber sido construidas bsicamente durante la poca Inca. En
general, el artculo contribuye al debate terico sobre la correspondencia entre la identidad tnica y
la cultura material.
Palabras clave arqueologa andina, historia colonial, costumbres funerarias, muerte, chullpas,
identidad tnica, patrimonio cultural, inca, aymara, puquina, Titicaca
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Risto Kesseli & Martti Prssinen
styles darchitecture des tours funraires et les territoires de certains groupes ethniques de laltiplano
bolivien prhispanique. Il semblerait que lorsque la tradition des chullpas se gnralisa brusquement
au XIVe sicle, la chefferie Pakasa ntait pas aussi homogne que le dcrivent les documents datant de
lpoque de la Conqute espagnole. De surcrot, ils dmontrent que le style de maonnerie inca des
chullpas rondes a pu trouver ses racines dans la rgion sud-ouest des Pakasa ou bien chez les Lupaca.
Cependant, les chullpas dcores en adobe semblent avoir t construites principalement durant la
priode Inca. Cet article entend contribuer au dbat thorique sur la correspondance entre identit
ethnique et culture matrielle.
Mots cls arquologie andine, histoire coloniale, coutumes funraires, mort, chullpas identit
ethnique, patrimoine culturel, inca, aymara, puquina, Titicaca
Key words andean archaeology, colonial history, customs, undertakers, death, chullpas, ethnic identity,
cultural patrimony, Inca, Aymara, puquina, Titicaca
1. Introduccin
Jacques Le Goff (1995: 335) escriba que en la historia de las mentalidades humanas los estudios
sobre la muerte parecen ser uno de los campos ms exitosos. Por su parte, Michel Vovelle
(1990:128-130) describa a los rituales y ritos funerarios como una especie de dilogo entre
los vivos y los muertos. En tal sentido, existira una vinculacin muy estrecha entre las prcticas
funerarias y las mentalidades religiosas, culturales y tnicas de una sociedad determinada. En el
pasado andino esta conexin es obvia y estas prcticas guardan una ntima relacin con la jerarqua
y las estructuras de poder (e. g. Dillehay, 1995; Harris, 1983; Kaulicke, 2001: 287; Rowe, 1995).
Ms an, los cambios en estas prcticas reflejan normalmente cambios muy profundos en las
actitudes y valores culturales de la sociedad, acompaados por cambios religiosos e ideolgicos.
En tal sentido, las prcticas funerarias parecen tener incluso una vinculacin mayor con las
identidades tnicas que con el uso de ciertas caractersticas estilsticas en la cermica y otros
artefactos domsticos (Prssinen, 1997:48).
El perodo comprendido entre el siglo XI y comienzos del XVI AD en el altiplano boliviano ha
sido en la actualidad objeto de varios estudios. Para remarcar ms la dinmica humana luego de
la desaparicin de la cultura Tiwanaku, presentaremos en este artculo los resultados obtenidos
principalmente en las torres funerarias o chullpas donde se inhumaba a la elite de Pakasa (altiplano
boliviano), durante el proyecto Caquiaviri dirigido por Reino Kero, Martti Prssinen y Juan Faldn
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El altiplano boliviano de Pakasa: torres funerarias (chullpas) como smbolo de poder tnico (1250-1600 d.C.)
(co-director) en 1989-1994, as como en el proyecto Chullpa Pacha dirigido por Ari Siiriinen,
Risto Kesseli y Jdu Sagrnaga Meneses (co-director) en 1998-1999. Tambin presentaremos
algunos resultados del proyecto Formaciones y Transformaciones de las Identidades tnicas en
los Andes Centro Sur, iniciado en el 2003 bajo la direccin de Martti Prssinen, y co-dirigido
por Risto Kesseli, Antti Korpisaari, Juan Faldn y Jdu Sagrnaga. En general, las torres funerarias
son testimonios muy importantes para los estudios arqueolgicos e histricos, ya que son visibles
desde lejos, formando parte del paisaje cultural (e. g. Gil Garca, 2002; Moore, 2004), adems
de reflejar un pasado tnico del altiplano.
En contraste con el gran nmero de artculos escritos sobre las chullpas, siguen siendo pocas las
dataciones radiocarbnicas tradicionales o de AMS (Accelerator Mass Spectrometry) efectuadas
y publicadas por los investigadores. Hemos observado que, precisamente por esta razn, la
tipologa y la cronologa de las chullpas han permanecido bastante confusas, a pesar de algunos
esfuerzos serios por tratar de establecerlas (e. g. Rydn, 1947; Hyslop, 1976; 1977). El objetivo
de este artculo es plantear alguna correspondencia entre ciertos tipos de chullpas y los mayores
grupos tnicos conocidos histricamente en Pakasa y en seoros vecinos, tomando en cuenta
una cronologa revisada de las torres funerarias en los Andes centro sur.
En buena parte de los
reportes cientficos publi-
cados las chullpas son
descritas meramente como
de forma cuadrangular o
rectangular. En cambio,
en nuestra investigacin
consideramos necesario
el establecer un valor
numrico que facilitara la
clasificacin de las chullpas
y que a la vez nos ayudara
a obtener una idea objetiva
sobre la relacin entre
chullpas cuadrangulares
y rectangulares dispersas
en las diferentes zonas del
altiplano boliviano. Para tal
propsito, empleamos una
frmula simple: longitud
(pared exterior donde se
encuentra el vano, cm)
dividida por ancho (pared
exterior, cm) menos 1.
De este modo, la chullpa
cuadrangular ideal recibe
el valor 0, mientras que la Figura 1 Los seoros principales del siglo XVI en los Andes
chullpa rectangular ideal centro sur
Adaptado de Bouysse-Cassagne (1986)
el valor 1. Sin embargo,
nuestra investigacin revel que tambin existe un tipo intermedio, al cual se le otorga el valor
ideal de 0,5 (oscilando entre 0,26 - 0,75). Este ltimo tipo es comn en el territorio de Sora y
en el sur de Pakasa (Pacaje) (fig. 1). Aparte de todo lo anterior, conocemos tambin chullpas
hechas de piedra con base redonda, cuando no oval, poligonal o cuadrangular con esquinas
redondeadas (Rydn, 1947:403-476; Tschopik, 1946:10-17).
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El altiplano boliviano de Pakasa: torres funerarias (chullpas) como smbolo de poder tnico (1250-1600 d.C.)
Otro testimonio relacionado proviene del padre Bartolom lvarez (1998 [1588]: 94), quien
nos ofrece observaciones minuciosas sobre la tradicin funeraria de la chullpa y los sacrificios
humanos vinculados a ella en el rea sur del Lago Poop (Ullaga) o la moderna aldea Pampa
Aullagas:
Solan los curacas principales, cuando mora algn principal curaca, hacer que en el
aposento del muerto se encerracen las mancebas que haban sido de aquel que estaba
muriendo. A las cuales las cercaban otras mujeres; dndoles a comer coca y a beber acua,
las hacan morir borrachas y ahogadas desta comida y bebida, diciendo come, come y
bebe presto y mucho, que has de ir a servir al malco que quiere decir seor; est
de partida y has de ir a servirle all donde va; que, si t no vas, no lleva quien le sirva.
Y as mataban a muchas, y las enterraban con ellos en sus sepulcros.
Aunque los incas efectuaron varias reducciones para trasladar muchos asentamientos originales
a las cercanas de qhapaq an, el real camino inca, hubo todava muchos seores locales que
construyeron nuevas torres funerarias cerca de sus asentamientos antiguos. Un caso bien conocido
es Cutimbo, el asentamiento preincaico y fortaleza del seoro Lupaca, que aparentemente sigui
siendo utilizado todava en tiempos incas como una necrpolis de los seores Lupaca de Chucuito
(Hyslop, 1977: 218-225; Tantalan Ynga & Prez Maestro, 2000: 26-37). Recientemente
Mercedes del Ro ha documentado un caso similar entre los Sora. En este territorio, Topa Inca
oblig a una importante parte de los nativos indios Sora a abandonar su antiguo asentamiento
fortificado llamado Sorasora cerca del Lago Poop y trasladarse al tambo de Paria, construido en
las inmediaciones del camino inca. Sin embargo, los dos seores locales llamados Condo y Arizita
posteriormente seran sepultados en el interior de las chullpas situadas en Sorasora, la fortaleza
y necrpolis de sus orgenes. Tambin se ha testificado que aquellas chullpas servan como hitos
o marcas territoriales de aquellos malkus principales y sus grupos descendientes o ayllus (Del Ro,
1998: 106-107). Ms an, Tristan Platt ha citado un documento temprano que demuestra el
esfuerzo colectivo, interprovincial, de construir un gran mausoleo funerario o chullpa para Tata
Paria, un importante seor local de Karakara. Eso no es todo, ya que el documento demuestra
que realmente la gente de cinco naciones (Karakara, Killaqa, Sora, Chui y Karangas) le construy a
Tata Paria dos chullpas de piedra: una en Macha, la capital inca de Karakara, y la otra cerca de las
Salinas de Carata (Platt, 1988: 385-386; cf. tambin Abercrombie, 1998: 181). La construccin de
dos chullpas para un solo personaje podra ser explicada por las importantes funciones simblicas
de la chullpa, considerando el culto a los ancestros y los orgenes, el prestigio del ayllu y las marcas
territoriales. Sin embargo, no sabemos cunta gente acompa al difunto en su viaje eterno ni
tampoco en qu chullpa fue depositada su propia momia.
1. 2. Fenmeno panandino
Gracias a los conocimientos actuales sobre la distribucin de chullpas de diferentes tipos y
tamaos, sabemos que la mayor parte de ellas puede ser encontrada en las reas montaosas de
habla aymara, puquina y quechua, en Bolivia y Per, partiendo de los Andes septentrionales del
rea peruana de Chachapoyas y Chota-Cutervo (Isbell, 1997: 164 mapa 6.1., 178 mapa 6.2.,
204-283; Savoy, 1970; von Hagen, 2002), por el rea de la provincia de Canta (Casana Robles,
1976) y alcanzando los grandes lagos salados de Uyuni y Coipasa en Bolivia (Lecoq, 1991: 292-
321). Ms an, la tradicin chullpa no se restringa a las tierras altas, ya que se han encontrado
algunas torres funerarias de piedra en las hmedas crestas montaosas del lado oriental de la
Cordillera Real (cf. Nordenskild, 1953: 85-88; Rydn, 1957: 160-195). Incluso algunas fuentes
coloniales tempranas mencionan la presencia de chullpas de adobe en forma de torre en el rea
selvtica del Beni (Recio de Lon, 1906 [1623]: 254-255). Sin embargo, conviene anotar que
durante las extensivas inspecciones de campo hechas por Prssinen (1997: 49-53) alrededor de
Chuquisaca, en el seoro Yampar (Bolivia), no se encontr rastro alguno de chullpas. Durante
nuestras inspecciones de campo en el 2004, en el Kara Kara del norte, tampoco hemos visto
chullpa alguna. Por ello, creemos que el fenmeno de las torres proyectadas sobre la superficie
no habra sido totalmente uniforme dentro de los seoros de habla aymara.
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En el rea histrica de Pakasa hemos identificado varios estilos de construir chullpas. A pesar de
la gran variedad entre las chullpas individuales, podemos distinguir varias tradiciones bsicas que
sern tratadas en este artculo: (1) las chullpas cuadrangulares de adobe en el rea nuclear, (2) las
chullpas cuadrangulares de piedra en el norte, (3) las chullpas rectangulares y semi-rectangulares
de adobe en el sureste, y (4) las chullpas de piedra tipo Lupaca en el suroeste. A estos datos
generales podemos aadir que en el rea de Guaqui no se conoce chullpas que tengan la forma
de torre (Albarracn-Jordan, 1996: 292-296), y en el caso de Pucarani, Huarina y Achacachi, nos
falta an informacin apropiada.
2. 1. Caquiaviri
Provincia Pacajes (1701 S, 6836 O)
El primer tipo de chullpa (cuadrangular
de adobe) es tpico en Caquiaviri, la
capital de la provincia Pakasa durante
el perodo incaico, situada a 53 km al
sur de Tiwanaku, a casi 3 920 msnm.
Durante la primera fase del proyecto
Caquiaviri (1989-1990) se realizaron
inspecciones arqueolgicas de campo
en los alrededores de Caquiaviri, en un
rea aproximada de 300 km2 (sobre la
estrategia de investigacin, cf. Prssinen
1997: 257-258). Una gran parte del
rea de inspeccin arqueolgica estaba
situada en Hurinsaya, al lado occidental
del pueblo de Caquiaviri (fig. 3).
De acuerdo a la tradicin oral, registrada
probablemente entre 1585 y 1589 (aos
en que, segn se sabe, Mercado de
Pealosa haba fungido dos veces como
corregidor de Pakasa), Caquiaviri era
[] un pueblo muy antiguo y nadie
sabe quin la fund [] (Mercado
de Pealosa, 1885 [1585-1589]:
53). Nuestras propias observaciones
arqueolgicas sealan que Caquiaviri
fue fundada, por un lado, despus del
colapso de Tiwanaku, dada la total
ausencia de cermica estilo Tiwanaku-
Puro o Clsico en el pueblo actual o en
sus cercanas; por el otro, las dos fechas
radiocarbnicas (Ua-2324, 84070;
Ua-2325, 91090) obtenidas en la
excavacin de los cimientos de una
casa inca rectangular en Tiquischullpa Figura 3 Mapa de distribucin de las torres funerarias
de Caquiaviri indican que el pueblo en Caquiaviri
No 8 es Cerro Huaraca, 10 Visamaypata, 19-20 Kari Alta
pudo haber sido establecido muy poco y 34 Ticorini.
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despus del colapso de Tiwanaku (Prssinen & Siiriinen, 1997: 257). La muestra ms antigua,
obtenida del piso quemado del edificio, corresponde a los aos 1030-1183, 1188-1209,
calibrados con 1 sigma (Prssinen & Siirinen, 1997: 265, Tabla 1).
En un sentido topogrfico, las chullpas de Caquiaviri estn situadas generalmente al pie de una
montaa, o en su ladera ms baja, o en la cima de una colina baja, pero nunca en la cumbre de
una montaa. De otro lado, tambin hay chullpas en llanuras abiertas, a corta distancia de ros
pequeos, cuya agua era indispensable para la elaboracin de adobes.
Aunque con mayor frecuencia las chullpas han sido
construidas individualmente, en ocasiones se ve grupos
de dos o tres chullpas dispuestas lado a lado. Por ejemplo,
tres chullpas de Visamaypata haban sido levantadas en
lnea (las dos primeras lado a lado, la tercera un poco ms
alejada pero an en lnea) (fig.4). Tambin tres chullpas
(una de ellas totalmente derruida) de Quimsachullpa
en Cerro Huaraca estn alineadas a intervalos de 1,5 m
(fig. 5). En general, la mayor agrupacin de chullpas est
alrededor de Cerro Huaraca (3 962 m), a casi 7 km al
noroeste de Caquiaviri. En un radio de 1 km alrededor del
cerro pudimos registrar 11 chullpas bien preservadas, ms
algunas torres totalmente colapsadas, varias tumbas cista
subterrneas, algunas pocas sepulturas e inhumaciones
hechas en pozas bajas, y tres sitios con gran cantidad de
cermica referida obviamente a asentamientos antiguos.
Una concentracin menor de chullpas est situada en
Ticoniri, unos 3,5 km al oeste de Caquiaviri. En este lugar
haba una chullpa parcialmente destruida y cinco torres
muy destruidas (fig. 3).
Una explicacin para la gran concentracin de chullpas
en Cerro Huaraca, con tumbas cista subterrneas,
puede estar en la idoneidad de este cerro cnico para
desempear la funcin de una buena marca territorial,
Figura 4 Una de las tres torres de Visamaypata sirviendo adems como huaca para la poblacin del
rea caquiavirea, o como un marka qollu, es decir, un
monte sagrado y lugar para sacrificios
(cf. tambin Montao Aragn, 1999:
196-197). Es importante anotar que
desde la ladera sur de Cerro Huaraca
se abre una buena panormica hacia el
sagrado Cerro Sajama (6542 m; 130
km al sur). Ms un, segn Garcilaso
de la Vega, la gente de Caquiaviri tena
una montaa sagrada con bella forma
de pan de azcar, a la que veneraban
y utilizaban como fortaleza. Si por un
lado no encontramos ninguna evidencia
de murallas defensivas de piedra en
Cerro Huaraca tampoco en Cerro
Sisuca que tambin tiene forma de pan
de azcar, por el otro la necrpolis
parece corresponder a la descripcin Figura 5 Quimsachullpa de Cerro Huaraca en Caquiaviri
de Garcilaso de la Vega (1976 [1609], La torre de la derecha (no 8: 6) da la fecha radiocarbnica AP
I: 126, lib III, cap. ii): 34060 (siglo XVI o finales del siglo XV)
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vanos comparten una caracterstica comn y uniforme: la orientacin hacia el este. Al medir las
ligeras diferencias entre las orientaciones de los vanos en el norte magntico, observamos que la
diferencia ms grande estaba entre la chullpa Tijllaka (no 8: 11) y la chullpa Kari Alta del sur (no
19), cuya istancia es de 4 km. En el primer vano se apunta a 80 grados y en el segundo a 111
grados. Creemos que la diferencia es casual y puede ser aceptada todava como una variacin
normal. Llama la atencin que este claro dominio de la orientacin hacia el este en los vanos de
las chullpas de adobe haya sido tambin objeto de inters para muchos cronistas, hasta el punto
que siempre recordaban mencionar esta caracterstica (e. g. lvarez, 1998 [1588]: 92; Cieza de
Len, 1986 [1553]: 275; cf. tambin Heredia Zavala, 1990: 120; Hyslop, 1977: 222; Prssinen,
1993: 9; Ponce Sangins, 1958: 15-16; Portugal Ortiz, 1988: 112, 116; Pucher, 1947: 6; Rivera
Casanovas, 1990: 82, 85; Rydn, 1947: 360; 1959: 88; Sagrnaga Meneses, 1997: Anexo 2,
202-231; Sever, 1921: 56; Tantalean Ynga & Prez Maestro, 2000: 32; Tapia Pineda, 1978: 14,
16-17; Tschopik, 1946: 13; Vsquez, 1937: 55-57).
El que los vanos estn situados siempre en la pared este, sugiere que de trasfondo haba alguna
creencia ideolgica muy fuerte. Hipotticamente, la explicacin ideolgica puede ser puesta en
relacin con la salida del sol y la creencia en su poder vital para mantener la vida y dar luz, calor y
fertilidad. As, el punto cardinal del Este sugerira un culto al dios Sol, a quien los aymara llamaban
por el nombre propio de Villca (Bertonio, 1984 [1612]: 386; Flores Apaza et al., 1999: 146).
En este punto es importante recordar que una cantidad de chullpas similares a las de Caquiaviri
(torres cuadrangulares de adobe con sus vanos en la pared este) han sido observadas en toda el
rea nuclear del territorio Pakasa (entre Callapa y Tiwanaku, y entre Ayo Ayo y Laja/Chuquiapo)
(cf. fig. 18). Ms an, en esta misma rea las evidencias cermicas muestran gran uniformidad.
Alrededor de las torres funerarias encontramos regularmente cermica de los estilos Pacajes e
Inca-Pacajes.
Finalmente, segn Mercado de Pealosa (1885 [1585-1589]: 61), la caracterstica tpica en
las chullpas del rea de Pakasa era el pintado de sus paredes exteriores. De ser correcta esta
aseveracin, la desaparicin de todas las evidencias en las actuales chullpas de Caquiaviri
habra de ser atribuida a la erosin natural y el impacto humano. Sin embargo, anteriormente
hemos documentado que en Caquiaviri algunas chullpas no estaban por lo menos pintadas, sino
que en lugar de ello haban sido decoradas al usar barro y adobes coloreados secados al sol.
Mediante el uso de una composicin de adobes grises y rojizos dos chullpas fueron decoradas
con composiciones lineales, mientras que una chullpa lo fue con motivos romboidales y en
forma de X, similares a los observados en los textiles y ceramios andinos (Prssinen, 1993: 25).
Ms an, en un caso se presentaban marcas de combinacin de adobes rojos y verdes, as como
barro rojizo y gris (Prssinen, 1993: 24). Desafortunadamente, la chullpa estaba en tan malas
condiciones de preservacin que los motivos decorativos no pudieron ser discernidos.
Hay pocos otros sitios donde las paredes exteriores de las chullpas hayan sido decoradas con
adobes o barro de diferentes colores, a saber, rojo, verde, blanco, gris y negro (cf. Gisbert et al.,
1994: 427-485; Gisbert, 2000: 42-47; Guerra Gutirrez, 1982: 12; Kesseli et al., 1999: 347;
Kesseli, 2001: 353; Portugal Ortiz, 1988: 115; Sagrnaga Meneses, 1997: 31). Sin embargo, en
este artculo volveremos posteriormente a esta cuestin.
2. 2. Qiwaya
Provincia Los Andes (1620 S, 6843 O)
Nos trasladamos ahora al sitio de Qiwaya, situado a orillas del Lago Titicaca, 25 km al norte de
Tiwanaku. Este sitio, visitado por nosotros ya en 1992, pas a convertirse en el punto principal
durante el proyecto boliviano-finlands Chullpa Pacha (1998-1999). Cerca de Qiwaya se halla
la isla de Suriqui, a 3 km hacia el noroeste, en tanto que la isla de Pariti, estudiada en 2003-
2005 por nuestro equipo boliviano-finlands (Korpisaari & Prssinen, 2005), est a 2,5 km en
direccin suroeste. Pajchiri, el importante centro Tiwanaku, est situado a 6 km hacia el sureste,
mientras que Lukurmata se localiza a 11 km hacia el sur.
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El altiplano boliviano de Pakasa: torres funerarias (chullpas) como smbolo de poder tnico (1250-1600 d.C.)
Las ruinas arqueolgicas de Qiwaya estn situadas en una isla en forma de boomerang, conocida
tambin como la isla Cohani (longitud 3,2 km; anchura 500-1,200 m). La agricultura, la ganadera y
la pesca son las principales fuentes de ingresos de las casi 70 familias (300 habitantes). Ya que el lago
Wiaymarka, parte sur del Lago Titicaca, es de aguas poco profundas (alrededor de Qiwaya tiene
menos de 3 m), la totora crece abundantemente cerca de las orillas (Binford et al., 1991: 47-48 y
fig. 1; Mourguiart et al., 1995: 173-188). Adems, el espejo de agua del lago es objeto de fuertes
fluctuaciones (Abbott et al., 1997: 169-180; Binford & Kolata, 1996: 23-56). Por ello, durante varias
dcadas ha sido posible llegar hasta el centro del pueblo caminando a travs de un estrecho.
El sitio arqueolgico, conocido tambin como Kalauta, cubre una superficie de 1 km2 y est
localizado a 500 m al suroeste del moderno pueblo, al otro lado de la montaa. El sitio se localiza
en un valle de unos 700 m de anchura, y como en un anfiteatro, est dominado por una gran
rea de campos. Alrededor de dichos campos algunas montaas bajas se elevan con vegetacin
de arbustos, o con el suelo rocoso parcialmente expuesto, y en todo el contorno hay antiguas
terrazas de cultivo, takanas, que hace mucho dejaron de ser mantenidas. La relativa diferencia de
altura entre el lago (3808 msnm en 1998) y el Cerro Kapisi (3968 msnm) es de 160 m.
Tal vez uno de los documentos histricos ms antiguos que menciona a Qiwaya sea un mapa
hecho para el virrey Francisco de Toledo en 1573 (Bandelier, 1910: lmina LXXXV). En el mapa
aparece un lugar llamado Guebaya que presumimos debe ser el moderno Qiwaya. Sobre estas
ruinas algunas observaciones arqueolgicas han sido hechas por Alcides DOrbigny en 1833
(DOrbigny, 1958 [1839]: 890) y Arthur Posnansky en 1920 (Posnansky, 1957). Adems, Wendell
Bennett hizo una visita al sitio en 1934 (1950: 95) cuando excavaba en la vecina isla de Pariti.
El significado de la palabra Qiwaya/Khewaya/Quewaya/Quehuaya no ha podido ser descifrado,
e incluso la poblacin local desconoce el significado del trmino. Un dato interesante al respecto
lo omos en 1998 de un joven nativo aymara, Oscar Limachi, cuando hablaba sobre gente (en
Qiwaya) que vivi hasta hace unas pocas generaciones en una pequea isla de totora prxima a
Qiwaya. Limachi contaba cmo su abuelo haba dicho:
[] uro-jaqis en la isla no hablaban aymara sino un idioma como de las chokas.
Nosotros le llamamos juti a estas islas. (Sagrnaga Meneses, 1999: 3)
Si el topnimo Qiwaya no es una palabra uruquilla, entonces surge la posibilidad de que sea
una palabra puquina. Meja Xesspe (1979: 45; cf. tambin Adelaar, 1987: 374; Bernedo Malaga,
1949: 82-86) declara que aquellos nombres de lugares en las reas de los departamentos de
Arequipa y Moquegua (Per) con los sufijos -waya, -baya y -walla, son nombres toponmicos de
origen puquina, y menciona como ejemplo a Quewaya en el Per. Tambin el cronista Ramos
Gaviln afirma que alrededor del Lago Titicaca se hablaba puquina, e. g. en las islas, donde
adems de puquina se hablaba aymara (Ramos Gaviln, 1976: 36, citado en Gisbert, 1999:
8). Pero segn el estudio de toponimia realizado por Jonny Bustamante (1998: mapa 1 con 35
nombres de lugares) alrededor de Qiwaya, se desconocen otros nombres de lugares que lleven
los sufijos -waya, -baya y -walla. Sin embargo, se sabe que Tiraska, un pueblo cerca de Qiwaya,
es el nombre de un ayllu Uru, segn los documentos del siglo XVI (Patrones de La Paz, 1684,
fols. 87r. - 94r.).
En nuestra prospeccin de Qiwaya se incluyen 303 estructuras de piedra, de las cuales 283 (93,4%)
son casas individuales o complejos de casas; estos ltimos comprenden nueve habitaciones en
fila y tienen cada uno un pequeo vano rectangular. Si bien el nmero observable de chullpas de
piedra es 20 (6,6%), podemos presumir que algunas ms fueron destruidas durante la segunda
mitad del siglo XX, ya que a comienzos de la dcada de 1930 Wendell Bennett (1950: 95)
reportaba la presencia de 24 chullpas. En el aspecto arquitectnico, tanto las chullpas como
las casas han sido construidas mediante la misma tcnica de bloques y mampostera piedras
pequeas y planas y bloques ms grandes han sido colocados juntos muy cuidadosamente usando
tambin barro. En general, las chullpas estn agrupadas en tres sectores, a saber: sector este (A)
que agrupaba a 113 estructuras habitacionales y 3 chullpas; sector central (B) con 42 casas y 4
chullpas; y sector oeste (C) con 128 casas y 13 chullpas.
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Risto Kesseli & Martti Prssinen
Todas las chullpas estn situadas a solo pocos metros de las casas, por lo que no forman un
cementerio separado. Las medidas exteriores promedio son 186 x 185 cm y la altura promedio es
de 3,0 m. Su forma es claramente cuadrangular, puesto que el valor ndice promedio para las 20
chullpas es 0,03. De estas 20 chullpas registradas, casi todas (18) tienen doble cmara, mientras
que una de ellas probablemente tiene una sola cmara y otra chullpa tiene tres cmaras. En algunas
cmaras se not argamasa de arcilla en las paredes. La orientacin de los vanos es variable: en 11
chullpas los vanos apuntan hacia el oeste, en 3 hacia el sur, y en 6 hacia el sureste.
A fin de obtener mayor informacin sobre los entierros y materiales chullpa en Qiwaya, se
procedi a la excavacin en dos chullpas. En el sector oeste (C) decidimos excavar en la chullpa
no 17, bien preservada, con doble cmara. Las dimensiones de la cmara inferior en la chullpa
no 17 son 1,25 x 1,35 m, y su altura 2,0 m (fig. 6). Aunque el suelo estaba claramente disturbado
se recuper 176 tiestos cermicos, de los cuales 24 (14%)
tenan decoracin geomtrica propia de los estilos Pacajes
e Inca-Pacajes. Las formas cermicas incluan pequeas
escudillas de alta calidad y sin decoracin, as como ollas
globulares de manufactura bastante tosca (Kesseli etal.,
1999: 344-347; Korpisaari, 2000). Tambin se encontr una
pequea cesta de mimbre, adems de un medalln plano
de cobre ( 35 mm). De acuerdo al anlisis osteolgico,
los restos humanos hallados correspondan a por lo menos
cinco individuos: un varn (edad: 35-40 aos), un varn
(edad: aprox. 20), una mujer (edad: aprox. 25), dos nios
(edad: 1,5 y 3 aos, respectivamente) (Villamor, 1999: 1).
Otra excavacin fue conducida en el sector este (A), en
la cmara de la derruida chullpa A-52. Pareca que esta
chullpa haba tenido siempre una sola cmara (1,50 x
1,35m). Durante la excavacin dirigida por Sagrnaga
Meneses (1999: 56-60) se removi 50-60 cm de suelo
antes de llegar al lecho de roca. Debido al anterior
saqueo de la tumba, todos los artefactos recuperados
(prehispnicos y modernos) en la cmara se hallaban sin
contexto o entremezclados en la tierra. En esta cmara,
segn el anlisis osteolgico, estaban los huesos de como
mnimo 6 adultos (15-55 aos de edad) o como mximo 10
adultos. Ms an, se encontraron los huesos de 1-3 infantes
menores de 3 aos de edad (Villamor, 1998: 8). Adems
Figura 6 Chullpa cuadrangular de piedra de estos huesos humanos, se encontr huesos animales (83
en Qiwaya construida en la segunda unidades), e. g. el crneo de un cnido no identificado,
mitad del siglo XIV huesos de camlidos no identificados, pjaros, cuyes, peces
Su vano est orientado hacia el suroeste y algunos huesos de oveja (stos ltimos obviamente como
(foto: Antti Korpisaari)
elementos hispnicos) (Villamor, 1998: 8).
La cermica est dividida entre tiestos precolombinos y modernos. De los 314 tiestos recuperados,
haba 36 (11,5%) decorados con motivos geomtricos pintados mayormente en negro sobre
rojo, mientras que 278 (88,5%) carecan de decoracin. Entre los tiestos haba fragmentos de
ollas globulares, grandes vasijas abiertas, y los restos de una vasija globular de cuello estrecho.
Entre los hallazgos ms raros estn un medalln de piedra redondo y perforado, una piedra bola,
y los fragmentos de una cesta de mimbre y una cuerda de totora entretejida.
Hemos obtenido dos fechas radiocarbnicas AMS de las chullpas de Qiwaya. La primera
muestra proviene del sector oeste (C), de la chullpa C-17 excavada, y la segunda del sector este
(A), chullpa A-69. Las muestras de pasto fueron tomadas de la argamasa arcillosa de la pared
de la cmara. La primera muestra (Ua-16831) arroj un resultado de 62580 y la segunda
(Ua-16830) 65065, que corresponden a las fechas calibradas AD 1303-1361 1379-1421
390
El altiplano boliviano de Pakasa: torres funerarias (chullpas) como smbolo de poder tnico (1250-1600 d.C.)
y 1302-1363 1378-1402 (1 sigma, segn Stuiver & Reimer, 1993 y McCormac et al., 2002:
Calib Rev4.4), respectivamente. Por consiguiente, en vista de estas fechas, puede afirmarse que
las chullpas de piedra en Qiwaya fueron construidas durante el siglo XIV d.C. Ms an, vale
anotar que en diferentes partes del sitio se excav en algunas tumbas cista subterrneas, cuya
forma y material recuperado, aunque esparcido, sugieren una fecha del perodo de transicin
del Tiwanaku-Tardo al Intermedio-Tardo. En general, en el rea de investigacin en Qiwaya,
se encontr cermica de los estilos Pacajes, Inca-Pacajes y unos tiestos Tiwanaku en todos los
sectores cercanos a las ruinas.
En resumen, lo que consideramos ms importante en referencia a las chullpas de Qiwaya es que
no obstante su forma cuadrangular, estas hayan sido hechas de piedra en lugar de adobe y, ms
an, que no estn orientadas, annimamente hacia el este. En cambio, la orientacin hacia el
oeste y el sur es muy comn. Nuestra hiptesis es que esta diferencia refleja una identidad tnica
muy profunda y separada dentro del rea, a diferencia de Caquiaviri y otras reas meridionales.
Sin embargo, similares chullpas de 1-3 pisos son conocidas en Taramaya y Taquiri (Kesseli et al.,
2003: 97-120; Rydn, 1947: 343-355) y cerca de Charazani, en la parte oriental de la cuenca
del Titicaca (Rydn, 1957). Tal como Stig Rydn (1957: 173-191) ha documentado, tambin
en Charazani el patrn cuadrangular de las chullpas de piedra es el ms comn, e incluso una
chullpa arroja un valor ndice de -0,35. Ms an, al igual que en Qiwaya, las chullpas estn
orientadas hacia el sur, oeste y este, pero no hacia el norte. Histricamente se sabe que muchas
de estas reas adyacentes a las orillas del Lago Titicaca, as como Omasuyu de Pakasa, han sido de
habla puquina (Bouysse-Cassagne, 1975: cuadro 1; 1987: passim; Gisbert, 1987: 1-10; Montao
Aragn, 1992: 121-169; Prssinen, 2005: 242-247; Torero, 1987: 329372; Wachtel, 1986: fig.
15.4). Por lo tanto, es muy probable que en aquellos tiempos los puquina hayan expresado su
distinta etnicidad al construir sus torres funerarias de una manera diferente a los aymara.
391
Risto Kesseli & Martti Prssinen
En nuestra visita a Kulli Kulli (1989 y 1998) no se realizaron mediciones sistemticas de las torres
funerarias. Sin embargo, Trimborn (1958: 30) considera como representativas dos medidas
obtenidas en Kulli Kulli: la primera es 3,95 x 2,20 m, altura 4,85 m; y la segunda es 5,45 x 3,10
m, con una altura de 6,40 m. Al aplicar nuestra frmula, la primera da un valor ndice de 0,79 y
la segunda 0,76. Adicionalmente, medimos una chullpa de gran tamao (5,50 x 2,90 m; altura
aprox. 5,0 m), que arroja un valor ndice de 0,89. Ms an, segn las medidas tomadas por
Ruden Plaza Martnez (2003: fig. 10) y Victor Plaza de 35 chullpas del grupo principal en Kulli
Kulli, el valor ndice aritmtico promedio es 0,86 lo que nos permite clasificar como rectangular la
forma de las chullpas en Kulli Kulli. Ms an, todas las chullpas estn reorientadas hacia el este.
Algunos tiestos diagnsticos recuperados alrededor de las chullpas pertenecen a la tradicin
Altiplano, con vasijas profundas de fondo plano y pequeos jarros con asa vertical. Los motivos
geomtricos estn pintados en negro sobre rojo y con frecuencia su lado interior cerca del
borde incluye lneas ondulares gruesas, la figura de un nido, candelabros y llamitas. En general,
el estilo puede ser clasificado dentro de la categora Pacajes, pero las variantes Inca-Pacajes
parecen ausentarse por completo (cf. Albarracn-Jordan, 1996: 265-266; 1999: fig. 7.2 entre
pginas 90 y 91; Heredia Zavala, 1991: 111; Ibarra Grasso & Querejazu Lewis, 1986: 268;
Trimborn, 1958: 36, Abb. 42). Durante nuestra visita al sitio un terrateniente local nos mostr 7
vasijas abiertas, profundas, de fondo plano, de diferentes tamaos (dimetro aprox. 10-15cm).
Nos dijo que dichas vasijas bien cocidas provenan de las chullpas de Kulli Kulli. Algunas de
las vasijas parecan datar del perodo Intermedio Tardo o bien del Horizonte Tardo porque
estaban decoradas con motivos geomtricos pintados en negro sobre rojo; estos motivos ya los
habamos visto en el material recuperado en otros sitios chullpa de Pakasa.
Para la datacin radiocarbnica tomamos muestras de tres chullpas en el sitio principal. La primera
muestra proviene de la esquina noroeste del sitio. La muestra Ua-2901 dio un resultado de AP
720 80, cal d.C. 1264 (1291) 1389, 1 sigma 68,3%. La segunda muestra Ua-2902 provena
de la chullpa ubicada en el centro del sitio principal y databa AP 77075, cal d.C. 1220 (1279)
1297, 1 sigma 68,3%. La tercera muestra viene de la chullpa ubicada en la esquina sureste del
sitio principal. La datacin para la muestra Ua-2903 es AP 57085, cal d.C. 1304 (1407) 1439,
1 sigma 68,3 % (Prssinen, 2003: tabla 1; 2005: 159). En vista de estas dataciones sugerimos que
las chullpas ms antiguas del sitio Kulli Kulli son aquellas situadas en el centro del sitio principal,
mientras que las menos antiguas estn en los alrededores del cementerio. Tambin es posible
que el sitio Kulli Kulli haya alcanzado su extensin actual ya antes de producirse las conquistas
incas en este territorio (fig. 7).
En trminos generales, las fechas
radiocarbnicas sugieren que
muchas chullpas de Kulli Kulli
seran ms antiguas que las chullpas
cuadrangulares de Caquiaviri. Sin
embargo, lo que consideramos
en extremo interesante es la
presencia en el interior del territorio
Pakasa, en Kulli Kulli, de una de
las mayores concentraciones de
tumbas funerarias en un solo lugar.
Ms all de su forma y valor ndice,
las chullpas de Kulli Kulli acusan
una clara diferencia respecto a
las chullpas de la parte central del
territorio Pakasa. Estos dos hechos
Figura 7 Torre funeraria construida en la segunda mitad de siglo indican que las prcticas funerarias
XIII situada en el centro de la necrpolis de Kulli Kulli en el rea de Sica Sica reflejaban un
patrn algo diferente, as como una
392
El altiplano boliviano de Pakasa: torres funerarias (chullpas) como smbolo de poder tnico (1250-1600 d.C.)
identidad distinta a Caquiaviri. De ser as, podemos postular que la incorporacin de Sica Sica
bajo la hegemona de Caquiaviri ocurri no antes del siglo XV.
393
Risto Kesseli & Martti Prssinen
394
El altiplano boliviano de Pakasa: torres funerarias (chullpas) como smbolo de poder tnico (1250-1600 d.C.)
395
Risto Kesseli & Martti Prssinen
el vano est apuntando hacia el este. La muestra de pasto (Ua-2905) extrada de la argamasa de la
cmara sugiere que la torre rectangular fue construida entre 1436 y 1520, es decir, en tiempos incas
(Prssinen, 2003: tabla 1; 2005: 155).
La tercera muestra fue tomada de la muy derruida y erosionada chullpa semi-rectangular de
adobe (nica de su tipo en el sitio), situada sobre una ladera ligeramente inclinada, a unos
200 m al noreste de la chullpa mayor en Pirapi Chico. En el lado norte de esta chullpa se
encuentra una torre redonda de piedra cuya mampostera ltica es de estilo Cuzco. En estas
chullpas los vanos tambin apuntan hacia el este. Las medidas exteriores de la chullpa de adobe
son aproximadamente 3,5 x 2,5 m. Excepcionalmente, esta chullpa fue construida sobre una
fina base de piedra al estilo Cuzco (Prssinen, 2005: fig. 93; cf. tambin Escalante, 1994: 330,
fig. 259). En el interior de la cmara se puede observar protuberancias de piedra en cada pared.
La muestra de pasto (Ua-2906) obtenida de la pared de la cmara arroj la fecha calibrada AD
1417 (1437) 1459, 1 sigma (Prssinen, 2003: tabla 1; 2005: 155).
2. 5. Rosario
Provincia Pacajes (1723 S, 6848 O)
2. 5. 1. Chiarachullpa
2. 5. 2. Jachaphasa
396
El altiplano boliviano de Pakasa: torres funerarias (chullpas) como smbolo de poder tnico (1250-1600 d.C.)
de 100 chullpas de piedra, de forma redonda, concentradas en unos 10 12 grupos. Entre estas
chullpas hay tambin doce de forma cuadrangular, situadas mayoritariamente en sitios aislados
fuera del rea nuclear. Adems, es importante notar que hay varias agrupaciones compuestas
por una chullpa grande y otras 2-4
ms pequeas levantadas junto a la
grande. Hay tambin tumbas en los
aleros que son rocas erosionadas,
e igualmente, observamos varias
tumbas subterrneas en forma
de cista cuadrangular ( 45-
50cm). La cermica recolectada,
generalmente bastante gruesa,
es propia de los estilos Pacajes y
negro sobre rojo.
Para la datacin radiocarbnica
tomamos una muestra de paja
de la argamasa de una chullpa de
piedra tallada, forma cnica y base
redonda (dimetro interior 175
cm; altura exterior 390 cm) (fig.
11). Segn el anlisis efectuado
en el laboratorio ngstrm de la
Universidad de Uppsala, Suecia, la
muestra identificada con el cdigo
Ua-23823 arroja la fecha 60540
(con la correccin equivalente Figura 11 Una tpica chullpa de Jachaphasa, datada en el siglo XIV
C=-25 % contra PDB). La fecha
corresponde a los aos calibrados 1323-1346 1390-1418 (1 sigma, segn Stuiver & Reimer,
1993; McCormac et al., 2002: Calib Rev4.4). En base a este resultado, la fecha ms probable de
construccin de la chullpa es el siglo XIV.
397
Risto Kesseli & Martti Prssinen
base redonda (fig. 12). Adems, en varias chullpas las osamentas estaban todava casi intactas.
Por ejemplo, en una chullpa calculamos 14 sacos de cestera donde los cadveres con sus crneos
deformados conservaban la posicin sedente. Haba sacos para adultos ( aprox. 46 cm; altura
80 cm), y sacos para nios ( 27 cm; altura 40 cm). La cermica encontrada en la zona se parece
mucho a la de otras fortalezas de Pakasa (Achiri), Jachaphasa
(Rosario), y Pucarpata (Caquiaviri) (cf. Prssinen, 2005: 115-
117). Los fragmentos cermicos, normalmente de platos y vasos
pequeos, corresponden al estilo Pacajes y negro sobre rojo.
Entre las chullpas de Chosi Kani hay dos torres que tienen
caractersticas excepcionales. En el lado este se encuentra una
chullpa redonda ( exterior 210 cm; altura 350 cm) hecha de
piedras poligonales al estilo Inca Rstico (fig. 13). Arriba del
vano (90 x 40 cm) se encuentran dos huecos para los kerus de
madera. Otra chullpa excepcional se encuentra aislada en el
centro de la fortaleza. Se trata de una torre casi cuadrangular
(altura 4,10 m; longitud 3 m; ancho 2,65 m; ndice 0,13,
como las chullpas tpicas de Caquiaviri). Adems, en la pared
norte exterior se ven rasgos de un dibujo geomtrico hecho
de barro color blanco, negro y rojo (fig. 14). En los captulos
siguientes trataremos ms detalladamente sobre las chullpas
decoradas y las chullpas incaicas.
Despus de la visita en el Cerro Chosi Kani nuestro equipo
camin con el gua unos 2 km al sureste, hacia el pueblo
Catacora. Unos 500 m al este de la pequea aldea y encima
de una colina hay una chullpa de piedra redonda de grandes
Figura 13 Chullpa hecha de dimensiones ( 5,5 m; altura 8 m) (fig. 15). Est bien
piedras poligonales al estilo conservada y a su lado se encuentra una chullpa cuadrangular
Inca Rstico (siglo XIV) de adobe. Ambas chullpas estn construidas sobre una
398
El altiplano boliviano de Pakasa: torres funerarias (chullpas) como smbolo de poder tnico (1250-1600 d.C.)
En el altiplano boliviano hay varias chullpas con caractersticas del estilo Inca. Ya hemos
mencionado sitios como Pirapi Chico de Achiri, Chosi Kani de Anantuco, y Markiviri de Catacora
en Pakasa. Igualmente, en Karanga hay varias chullpas con mampostera de piedras talladas:
las observamos en el ao 2004 en Jaraque, Antin Curahuara y Macaya; estos lugares son bien
conocidos por los especialistas. No obstante, es importante destacar que las chullpas incaicas
de Karanga tienen, como la mayora de chullpas de adobe, una forma rectangular o semi-
rectangular (ndice 1 0,5), mientras que las chullpas incaicas de Pakasa son redondas y
cuadrangulares (ndice 0).
Tal como uno de nosotros (MP) plante anteriormente en referencia a la fecha obtenida
de la chullpa grande (redonda) de piedra en Pirapi Chico (Achiri), es probable que el estilo
arquitectnico conocido como Inca estuviera ya presente en el altiplano boliviano desde casi
un siglo antes de la conquista cuzquea (Prssinen, 1993; 2003; 2005). Adems, no se debe
descartar que los arquitectos incas adaptaran el estilo del rea del Titicaca, debido a que varias
fuentes confirman la utilizacin de albailes lupacas y pakasas en las construcciones del Cuzco
(Cieza de Len, 1986 [1553]: 284; Sarmiento, 1943 [1572]: 199; Dez de San Miguel, 1964
[1567]: 39, 80, 92, 106, 116, 204; Cabeza de Vaca, 1885 [1586]: 71; Cobo, 1964 [1653]:
82; cf. tambin Gasparini & Margolies, 1980: 11; Murra, 1988: 72; Isbell, 2001: 323). Dado
que los incas del Cuzco preferan las formas cuadrangulares y rectangulares, y como la chullpa
cuadrangular de tipo Inca de Pirapi Chico data del Horizonte-Tardo, decidimos verificar si en
realidad todas las chullpas redondas de estilo Inca eran o no preincaicas. Para ello, procedimos
a la datacin de la chullpa redonda de piedras poligonales al estilo Inca Rstico (Chosi Kani
de Anantuco), as como de la chullpa grande de Markiviri (Catacora). La primera muestra (Ua-
23824) da la fecha AP 59550, demostrando que pertenece a la misma poca que la chullpa
cercana de Jachaphasa, es decir, al siglo XIV o las primeras dcadas del siglo XV (1323-1346
1390-1428 d.C., segn la probabilidad de 1 sigma de Stuiver & Reimer, 1993 y McCormac
et al., 2002: Calib Rev4.4). La fecha apoya nuestra hiptesis de que el estilo se origin en
el altiplano boliviano ya en tiempos preincaicos. No obstante, la chullpa grande de Markiviri,
situada al lado del tambo incaico, da la fecha AP 30540 que corresponde a los aos calibrados
AD 1510-1551, 1559-1575, 1622-1654 1658-1666 (1 sigma). Esto significa que la tradicin
de construir chullpas de piedras talladas tipo Inca continu hasta finales de la poca Inca e
incluso hasta inicios de la poca Colonial.
399
Risto Kesseli & Martti Prssinen
De todos modos, segn nuestras evidencias actualizadas, las chullpas redondas del tipo Inca
tienen, de hecho, un origen preincaico en Pakasa, mientras que las chullpas rectangulares y
cuadrangulares de tipo Inca seran innovaciones del Horizonte-Tardo. Adems, ambas
variantes siguieron estando en uso hasta la poca de la Conquista espaola.
2. 6. 2. Chullpas decoradas
Como hemos sealado anteriormente, en Caquiaviri hay algunas chullpas decoradas mediante
adobes de diferentes colores. Por otro lado, en Chosi Kani observamos una chullpa decorada
utilizando barro coloreado para pegar un dibujo geomtrico sobre el revestimiento o revoque.
En el valle Ollachea (norte de La Paz), as como en el norte de Chile, se conocen tambin algunas
chullpas con revestimiento coloreado (Nordenskild, 1953: 69-77, Lam. 4; 2c, 3c; Squier, 1973
[1877]: 131; Daulsberg, 1983: 73; Muoz Ovalle, 1998: 131). Igualmente, en Kuntur Amaya y
en Mallku Chullpa (sur de Pakasa), se conocen chullpas revestidas con barro y chullpas decoradas
por composicin de adobes, respectivamente (Sagrnaga Meneses, 1997: 30-31; Kesseli et al.,
1999: 347). No obstante, la posicin de esas chullpas no est claramente en el ncleo de las
grandes agrupaciones de torres, y la impresin general es que estas chullpas nunca constituyeron
una mayora entre las chullpas del altiplano.
De hecho, solamente en algunos sitios de Karanga tenemos una mayor concentracin de chullpas
decoradas. Ms conocidas son las chullpas rectangulares de Macaya y Sacabaya en el rea del
ro Lauca, estudiadas por Teresa Gisbert y sus colegas (Gisbert et al., 1994; Gisbert, 1999). En la
decoracin se utilizaron tanto la tcnica de revestimiento como la de adobes coloreados. Adems,
la cermica recolectada incluye tiestos Karangas (Chilpe), Inca e Inca-Pacajes (observacin
propia en 2004). Durante las prospecciones de Karanga encontramos tambin un sitio cerca
de Estancia Mamanjalla, a 2,5 km al este de Crucero, donde observamos los restos de nueve
chullpas. De stas, haba tres decoradas con la composicin geomtrica de adobes coloreados
(gris claro, gris oscuro, negro y rojo). Igualmente, todas estas chullpas tienen forma rectangular
como la gran mayora de chullpas de Karanga. Adems, alrededor de las chullpas de Mamanjalla
recolectamos tambin varios tiestos Inca, Inca-Pacajes, Karangas (Chilpe) y algunos tiestos con
ganchos pintados, reminiscentes del estilo Caquiaviri (cf. Prssinen, 2005: 204).
Tal como uno de nosotros (Prssinen, 1993: 16; cf. tambin Gisbert et al., 1994) haba anotado
anteriormente, las figuras geomtricas en las chullpas parecen tener una conexin con los
textiles y motivos cermicos incaicos (cf. por ejemplo fig.1.3.2 en Prssinen, 1993 y Tnica
400
El altiplano boliviano de Pakasa: torres funerarias (chullpas) como smbolo de poder tnico (1250-1600 d.C.)
de Caudeville publicado por Morris & von Hagen, 1993: fig. 184; cf. tambin Gallardo, 1993:
fig. 15). Tambin el hallazgo de cermica Inca e Inca-Pacajes en muchos de los sitios con
chullpas decoradas, indica que stas pertenecen al perodo Inca. Sin embargo, es importante
notar que muchos de aquellos motivos, aunque adaptados por los incas, eran de uso general ya
en el perodo Intermedio-Tardo (cf. Prssinen & Siiriinen, 1997: 255-271). Este es el porque
decidimos obtener evidencia independiente sobre la edad de las chullpas decoradas. En este
sentido, en Mamanjalla tomamos una muestra de la chullpa ms grande decorada con un diseo
diamante (fig. 16); en Sacabaya tomamos muestras de tres chullpas: una de Willa-Kollu (chullpa
con el diseo de cruz aspada; fig. 17), y dos de Churi-Patilla (T13 y T8, segn Gisbert, 1999).
Los resultados de la prueba sugieren que las chullpas de Mamanjalla y Willa-Kollu pertenecen al
siglo XVI (calibrado 1 sigma), mientras que las dos chullpas de Churi-Patilla pueden ser datadas
en la segunda mitad del siglo XV (1 sigma, segn Stuiver & Reimer, 1993 y McCormac et al.,
2002: Calib Rev4.4). Esto sugiere que todas las chullpas con decoracin geomtrica de Karanga
que fueron datadas perteneceran realmente al perodo Inca. Al emplear analoga, asumimos
que tambin las chullpas decoradas en Pakasa son del mismo perodo.
3. CONCLUSIONES
401
Risto Kesseli & Martti Prssinen
que es necesario plantear la posibilidad de que fueran construidas por los puquina, y no por
los aymara. Como explican las fuentes histricas, en dichas reas el puquina fue un idioma
comn durante la poca Colonial. Adems, aunque en Qiwaya y Taramaya la cermica parece
ser una variante de Pakasa (Umasuyu), toda la parte este del Titicaca pertenece ya a la tradicin
cermica Mollo, que puede ser interpretada como un reflejo de la misma realidad tnica.
En otras reas Pakasa la orientacin de las chullpas es siempre hacia el este, con pequeas
variaciones casuales. No obstante, hay una gran diferenciacin entre las chullpas de piedra
con base redonda (suroeste de Pakasa) y las chullpas cuadrangulares (ncleo de Pakasa) y las
chullpas rectangulares (sur y sureste de Pakasa). Las chullpas de piedra con base redonda estn
claramente relacionadas con las chullpas del rea Lupaca, mientras que las chullpas rectangulares
y tambin semi-rectangulares que se conocen en el sur de Pakasa (Ponce Sangins, 1958; 1959;
1993; Sagrnaga Meneses, 1997) pertenecen a la tradicin compartida con los karanga y sora
en ambos lados del Lago Poop. Por ello, parece probable que todava en el siglo XIV, cuando la
tradicin chullparia se generalizaba repentinamente, el seoro de Pakasa no fuera tan uniforme
como describen los documentos de la poca de Conquista espaola. No obstante, no sabemos
si las reas perifricas de Pakasa, desde el punto de vista de Caquiaviri y del ncleo de Pakasa,
fueron integradas bajo Caquiaviri, capital de Pakasa, ya antes de la conquista incaica o, si en
realidad, fue una formacin incaica del siglo XV.
De todos modos, con este artculo hemos querido demostrar que existe en realidad una
fuerte correspondencia entre los estilos arquitectnicos de torres funerarias y los territorios de
ciertos grupos tnicos en el altiplano boliviano prehispnico. Estas evidencias pueden tener
consecuencias significativas, tambin, para el debate terico sobre la correspondencia entre la
identidad tnica y la cultura material (cf. Browman, 1994; Jones, 2000; Lecoq, 1997; Prssinen,
1997) Por ello, estas chullpas son importantes testimonios del pasado, especialmente de las
pocas que van desde el Intermedio-Tardo hasta el Colonial-Temprano en los Andes Centro Sur.
Adems, forman parte del paisaje cultural y las podemos calificar como patrimonio nacional
y transnacional, e incluso mundial. Por todo ello, las chullpas merecen medidas urgentes de
proteccin. Si no las protegemos hoy, la mayora de ellas desaparecer dentro de los prximos
50 aos.
Agradecimientos
402
El altiplano boliviano de Pakasa: torres funerarias (chullpas) como smbolo de poder tnico (1250-1600 d.C.)
Referencias citadas
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