En Nombre de Ese Laurel II
En Nombre de Ese Laurel II
En Nombre de Ese Laurel II
EN NO MB RE D E ESE LAUREL
OBRA PO T I CA, 2
P OEMAS CI EN T FI CO S, C VI CO S,
FI LOS F I COS Y H UM O RST I CO S
EN NOMB RE DE ESE LAU REL
OBRA P O T I CA, 2
Directorio
Lic. Rubn Moreira Valdez
Gobernador del Estado de Coahuila de Zaragoza
Lic. Ana Sofa Garca Camil
Secretaria de Cultura de Coahuila
Lic. Carlos Flores Revuelta
Director de Actividades Artsticas y Culturales
Lic. Miguel Gaona Hernndez
Coordinador Editorial
Evodio Escalante
Diana Garza Islas
Ernesto Lumbreras
Impreso y hecho en Mxico
ISBN Obra completa: 978-607-96210-6-3
Edicin: Miguel Gaona ISBN Tomo 2: 978-607-96210-7-0
Diseo: Estefana Nict Estrada Saltillo, Coahuila de Zaragoza, 2013
Para los coahuilenses, el 2013 ha sido un ao de importantes conmemo-
raciones: celebramos el centenario de la firma del histrico Plan de Gua-
dalupe; recordamos el 170 aniversario luctuoso del padre del federalismo,
Miguel Ramos Arizpe, y asimismo el sesquicentenario de la Batalla de
Puebla, en la que el general Ignacio Zaragoza cubri de gloria a la nacin y
a nuestro estado. Finalmente, el 6 de diciembre, tras un ao de actividades
y festejos de nivel internacional en su memoria, conmemoramos el 140
aniversario luctuoso del poeta Manuel Acua Narro.
Esta publicacin, EN NOMBRE DE ESE LAUREL, rene su poesa
completa y nos presenta de nuevo al autor y al personaje; es el testimonio
material de la devocin y orgullo con que el Gobierno del Estado se ha
planteado la celebracin del saltillense, cuya existencia trgica, breve, le dio
tiempo bastante para confeccionar una obra literaria imprescindible en la
cultura mexicana.
Esta edicin no cierra, sino que abre permanentemente el homenaje y
las vas de acceso a la obra de Manuel Acua, reiterando asimismo el com-
promiso del Gobierno de Coahuila por fortalecer la imagen y la calidad de
vida en nuestro estado a travs de la poesa, de capitalizar en beneficio de la
sociedad los valores culturales que nos pertenecen.
El inminente reencuentro de Acua con los lectores representa en s
mismo un motivo de festejo, pues no slo el poeta, sino tambin los que
entendemos su obra como parte de nuestra identidad, vemos enriquecer con
ello la generosa herencia cultural que recibimos. Sirva como regalo para los
lectores del presente y del futuro la obra potica de Manuel Acua, orgullo
coahuilense y joya del siglo XIX mexicano.
Obra potica, 2
Poemas cientficos, cvicos, filosficos 92
y humorsticos
El libro de hueso
Juan de Dios Peza 145
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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2 No sera remoto que esta estentrea declaracin de Altamirano haya sido la fuente que
llev a Jos Gorostiza a sostener, en semejante plan autocrtico, y utilizando palabras muy
similares, que esta misma compulsin imitativa tendra que ser la causa del estancamiento del
grupo de los Contemporneos, lo que contribuye a que [...] todava en la actualidad, a ciento
veinte aos de la independencia poltica, la inteligencia bizca de Mxico tenga un ojo en la
tradicin espaola y otro en la francesa, y trate de caber un poco idealmente en ellas, en lugar
de esforzarse por ir haciendo, ya que no la hay, una tradicin mexicana. (Vase Hacia una
literatura mediocre, Prosa, 154)
to a la diatriba y el panfleto, a la exaltacin de la bandera propia y a la de-
nostacin de la del enemigo, mal podan los escritores mexicanos trabajar de
manera fructfera en lo que se supone era lo que tenan que hacer: una litera-
tura de alta calidad esttica. Se dira que en el pecado llevaban la penitencia.
Si bien esto obliga a los crticos y estudiosos a elogiar la actitud poltica de
nuestros romnticos, que destacan en tanto formadores de la conciencia na-
cional, como contraparte estiman, de modo general, que sus esfuerzos litera-
rios resultaron errticos y poco afortunados. Tal opinin cannica, revestida
de un prestigio inercial, la articula Octavio Paz en el ensayo con el que inicia
Las peras del olmo (1957). No me queda ms remedio que citarlo en extenso:
La radicalidad del dictamen de Paz, tal y como consta en las ltimas lneas
de la cita, podra deberse no tanto a las virtudes de una exotopa bajtiniana,
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LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
Como primer director de la Escuela Nacio-
nal Preparatoria, antiguo Colegio de San
Ildefonso (del que Acua fue alumno antes
de ingresar a la Escuela Nacional de Medi-
cina), Gabino Barreda luch por lograr una
educacin liberadora e introdujo la doctrina
positivista que propugnaba Augusto Com-
te, misma que l conoci en Pars mientras
terminaba sus estudios de Medicina. La in-
fluencia de dicha doctrina puede apreciar-
se en distintas composiciones de Manuel
Acua, como los poemas dedicados a la
Sociedad Filoitrica e incluso en Ante un
cadver.
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
Tras convertirse en Nacional luego de
haber nacido como Real y Pontificia,
la Universidad de Mxico uni los Esta-
blecimientos de Ciencias mdico y qui-
rrgico, lo cual dio pie a la creacin del
Establecimiento de Ciencias Mdicas,
que sera luego Colegio de Medicina,
Escuela de Medicina del Distrito Federal
y, a partir de 1842, Escuela Nacional de
Medicina, instalndose en el antiguo Pa-
lacio de la Inquisicin. Ah habit, cur-
s sus estudios y muri Manuel Acua,
siendo prefecto del establecimiento el
Dr. Manuel Domnguez, a quien el poe-
ta le dedica un par de poemas donde
muestra su respeto y amistad. Domn-
guez fue adems presidente de la Aca-
demia Nacional de Medicina.
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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4 Un romanticismo frenado, quiere decir, detenido, como quien aplasta el pedal del freno en
el automvil. La terminologa mecnica de que hace uso Martnez es ya bastante sintomtica.
Pero no slo se trata de un asunto de frenos, de cautela discursiva para evitar la aceleracin;
Martnez va mucho ms all cuando tajante dictamina que no aade por su cuenta ningn
tema propio. Lo que quiere decir que le parece repetitivo y a la vez estril.
5 Me pregunto si en el caso de que Acua hubiera sido un clerical consumado, apegado a los
dogmas de la jerarqua catlica, el crtico mantendra tan tajante opinin.
conformara con repetir y acaso con dilatar este dictamen, no me parecera
nada del otro mundo. Parto de lo que todos saben. Al suicidarse cuando
contaba apenas con veinticuatro aos, Acua trunc de un golpe aquello
que le reservaba el porvenir. Esto da pie a conjeturas casi infinitas. Qu
hubiese sucedido si Acua hubiera vivido otros veinte aos? Qu obras no
hubieran surgido de su talento indiscutible? Qu textos esmerilados por
la fuerza de la experiencia y el tesn del estilo no hubieran brotado de su
numen? Estas especulaciones, empero, acerca de lo que pudo haber escrito
y no lleg a escribir son completamente ociosas. Por otra parte, la existencia
meterica de Acua, lejos de ser la excepcin, no hace sino hermanarlo con
algunos de los ms conspicuos artistas del periodo. Jos Mara Heredia, el
poeta cubano avecindado en Mxico que todos consideran como el primer
promotor del romanticismo en nuestro pas, muri cuando tena treinta y
dos aos. Nuestro infortunado Ignacio Rodrguez Galvn, muri de fiebre
amarilla en Cuba a los veintisis. Juan Jos Daz Covarrubias, poeta y pa-
sante de medicina, muri fusilado en Tacubaya por los conservadores cuan-
do tena veintids. La lista puede continuar.6
Segn Jos Luis Martnez, al poeta Acua le habra faltado madurar.
Aunque reconoce, en trminos muy positivos, la amplia variedad de metros
y de formas estrficas empleadas en sus composiciones, aspecto en el que lo
reconoce superior a la mayora de sus contemporneos, tambin atreve una
severa censura relacionada con el mtier, al afirmar que su odo literario no
era muy bueno y que pueden detectarse en algunos de sus versos fallas tc-
nicas relacionadas con la mtrica. Cito en extenso el dictamen del crtico:
6 En el texto Mxico en busca de su expresin, Jos Luis Martnez (1037-1038) menciona
otros tantos infortunados que cayeron vctimas de la enfermedad, los asaltos de los bandoleros
o las discordias civiles.
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LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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Acaso el joven poeta debi emplear otra palabra mejor? Pero, la haba?
Oscurantismo es sin duda una palabra de idelogos y hasta de panfletistas,
7 Las citas de poemas fueron originalmente tomadas de Obras: poesa y prosa. (Para facilitar el
acceso a ellos hemos aadido la ubicacin de dichos poemas en la presente edicin. N. del E.)
pero tambin era el trmino que subsuma el credo progresista e ilustrado
del poeta, que lo empujaba en contra de la Iglesia y del fanatismo en todas
sus manifestaciones. No me parece fcil encontrarle un sinnimo capaz de
sustituirlo con ventajas. Paso a otro ejemplo. En uno de sus poemas ms
clebres, La ramera, y ms del gusto del populacho, habra que agregar,
tambin podra detectarse otra falta en contra del odo. Transcribo el ora-
torio arranque del poema:
Humanidad pigmea,
t que proclamas la verdad y el Cristo,
mintiendo caridad en cada idea;
t que, de orgullo el corazn beodo,
por mirar a la altura
te olvidas de que marchas sobre lodo.
(Obras, 19; En nombre, II, 68)
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LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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8 Otro poema en el que surge a primera vista un aparente problema mtrico es el que se
titula Ocampo. Este texto rima fulgores con condores. La ltima palabra, en un uso
que no estimo arbitrario, y que podra documentarse en otros poetas del siglo xix, es para
Acua (cuando menos en este contexto) una palabra grave. Slo de esta manera puede existir
una rima consonante entre los trminos mencionados que constituyen cada uno de ellos
final de verso. El tipgrafo, o bien el editor, o los dos juntos, al dar por buena la acentuacin
esdrjula de la palabra, y transcribir cndores en lugar de condores, arruinan no slo la
rima sino tambin la mtrica del endecaslabo. La Oda dedicada a la muerte del Dr. Jos B.
de Villagrn, documenta otro verso corrupto. Sigue viviendo an en el ocaso, tendra que
decir el endecaslabo; los tipgrafos aaden una palabra totalmente ociosa que desarticula la
mtrica, por lo que el verso queda as: Sigue viviendo an en el mismo ocaso (Obras, 98;
En nombre, II, 135). Muy parecido es el caso del verso ni la plida nube que importuna
de la Oda que Acua dedica a la notable poeta cubana Gertrudis Gmez de Avellaneda; el
descuido del editor rompe el endecaslabo al transcribir ni la plida nube que inoportuna.
Aqu lo nico inoportuno ha sido el descuido del editor (Obras, 133; En nombre, II, 203).
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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pgina 318, y la que exige el contexto del dilogo que he citado. Manuel
asegura que l prescinde del qu dirn, esto es, de las murmuraciones de la
gente. Por supuesto que sera una aberracin que con base en este obvio
error de tipografa los crticos concluyeran que Acua desconoca los rudi-
mentos de la sintaxis.
La fama de Acua se debe al Nocturno (a Rosario). En este texto se
traban el impulso amoroso, llevado hasta la exasperacin, la nostalgia por el
solar natal, y su conocida obsesin por el suicidio, que no era slo una pose
literaria, como podra llegar a pensarse, sino el eje ciertamente macabro sobre
el que giraba su atormentada cosmovisin. Pocos poemas tan citados y tan
maltratados como ste, que adems ha dado lugar como una prolongacin
a menudo aberrante de su fama a innumerables imitaciones y parodias. Su
msica es pegajosa y su sentido ha sido calificado por muchos como intras-
cendente y banal. Segn un crtico destacado carece estrictamente de au-
tntico temblor lrico; sus versos estn desprovistos de belleza formal (Pr-
logo, Poesa romntica, xiii). El suicidio de Acua, pocos meses despus de
conocido el poema, le otorga un aura adicional: con l Acua se despide a la
vez del amor, de la literatura y de la vida. Hay adems un facilismo discursivo
en l que aborrecen los crticos. No es extrao que muchos piensen que se
trata de un texto retrico y superficial, carente de mdula pero tambin de
forma artstica. Nada ms fcil que tacharlo de cursi y sensiblero. El poeta
y crtico Marco Antonio Campos, en un estudio reciente en el que invita a
una revaloracin, ha escrito:
El Nocturno, ledo a partir del suicidio, ha impedido leer con ojos crticos la
poesa de Acua y ha dejado una imagen maltrecha de un poeta de corazn
oscuro y de alma rota que por otras vas consigui lo que en vida le fue negado:
que Rosario fuera suya en el infinito vaco de la posteridad. (Manuel Acua, La
desdicha fue mi Dios, 31)9
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
EDI C IONES DE SU OBRA : 1885/1898/1949/2000
la densidad del sueo. Empieza a ver visiones: imagina la ceremonia ma-
trimonial, ah, en el terruo; a la vez que se le aparecen jirones de la amada
provincia en la que transcurri su infancia. La imagen de su madre se in-
corpora a esta visin del deseo cumplido para santificar esta unin que es
tambin de modo enftico un retorno al solar natal, siempre aorado por el
poeta. Tan se trata de un sueo, que se atreve a llamar a Rosario mi santa
prometida. Se supone que el verso molest a la mujer de carne y hueso,
quiz con razn, pero la expresin slo tiene sentido si se entiende que el
poeta tuvo un sueo y que Rosario jugaba en este sueo el papel de la novia
aquiescente. Es a esta mujer del sueo a la que se refiere Acua.
La ominosa presencia de la madre, cuyo cuerpo parece interponer-
se entre la pareja de recin casados, ha sido interpretada como una trama
edpica no resuelta por el autor. Es fcil ridiculizar esta presencia que por
supuesto dara al traste con la relacin amorosa, al menos desde la perspec-
tiva moderna en la que nos movemos. Pero quiz se trata de algo ms. Jos
Rojas Garcidueas ha observado que:
Por debajo de los gestos arrebatados del romntico viva el muchacho sencillo,
anheloso de regresar a la burguesa mediana de su pequeo y sosegado mundo
familiar, fuera del cual todo le resultaba oscuridad, tristeza y desorientacin.
(Manuel Acua, poeta... xxi)
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRAS RELA C IONADAS
cular del deseo, sino el bloque familiar en su totalidad.11 De este apego casi
desmesurado a la familia profesado por el autor, y en especial, a la figura de
los padres, hay prueba en otros poemas. Baste constatar el sentido texto que
escribe Acua con motivo del fallecimiento de su padre, al que ni siquiera
puede acompaar durante su sepelio, para advertir hasta qu punto los lazos
de familia eran en l especialmente fuertes. Esto me lleva a sugerir que si
el padre no estuviera por entonces muerto, el Nocturno no slo aludira
a la madre, sino de igual manera al padre, lo que quizs escandalizara por
partida doble a los lectores de hoy.
Transcribo dos de las estrofas ms conocidas del poema:
11 Segn Marco Antonio Campos, una lectura atenta del Nocturno tendra que desplazar
la importancia de la mujer amada: Si se analiza bien el Nocturno se percibir una segunda
lectura donde Rosario pasa a un segundo plano. Es un poema de la culpa: el hijo no ha vuelto
al terruo ni ha visitado a su madre en ocho aos. (Vase Manuel Acua en Ciudad..., 41; En
nombre, I, Manuel Acua en Ciudad, 62).
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LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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Y yo soaba en eso,
mi santa prometida,
y al delirar en eso
con la alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno,
por ti, noms por ti.
Para que no quede duda de que lo anterior es una visin fantstica, producto
de los delirios o las imaginaciones del personaje, Acua escribe en seguida:
Bien sabe Dios que ese era/ mi ms hermoso sueo...! Mas como la espe-
ranza queda trunca, y como a sus fulgores se opone el hondo abismo/ que
existe entre los dos el poeta decide despedirse de todos y de todo. Adis
por la vez ltima, exclama, y as se despide con un solo gesto, que resultar
trgico, del amor, de la poesa y de la vida.
Este poema de Acua ha tenido la suerte (o la desgracia) de merecer
mltiples parodias, muchas de ellas ridiculizando su contenido y su diccin.
Toda parodia es, sin embargo, bivalente e implica tambin un homenaje
oblicuo. Jos Luis Martnez incluye en su edicin de las poesas de Acua
un Apndice en el que recoge varias de estas parodias escritas en el siglo
xix. Por alguna extraa razn, deja fuera del catlogo la nica verdadera-
mente memorable, quiero decir, la nica que tiene un autntico valor arts-
tico: la que escribiera Eduardo Lizalde con el ttulo de Para una reescritura
de Acua, y que incluyera en su libro Al margen de un tratado, publicado
en la dcada de 1980. Que uno de los poetas mexicanos ms importantes
de la segunda mitad del siglo xx haya escrito este texto, es un indicio que
lleva a pensar que el romanticismo exacerbado de Acua es algo ms que
un ejemplo de cursilera trasnochada (Nueva memoria del tigre, 267-268).
Es curioso, pero Acua no cesaba de anunciar su suicidio. Registr tal
cantidad de alusiones, unas veces abiertas y otras veladas, en poemas del
ms diverso talante, que puedo asegurar que se trataba de una obsesin.
Acua no desaprovecha oportunidad para declarar su disgusto con la exis-
tencia y para sostener la inminencia de su partida. Varias veces se considera
a s mismo como un muerto, como un cadver viviente, carente de objeto en
esta tierra. Otras, afirma que hay en l el valor para cortar los lazos que lo
ligan a la existencia terrenal. En otras tantas, producto de una imaginacin
macabra, a la que no es ajeno, sin embargo, un poeta enorme como Rilke,
imagina de plano lo que sera una vida de ultratumba. El muerto, amorta-
jado en su sepultura, se da todava aliento para emprender nuevos viajes en
compaa de la amada.
Comienzo con uno de sus poemas ms logrados: los tercetos A Laura.
Se trata de una sentida exhortacin a que la amiga cumpla con el destino de
poeta que la vida le ha deparado. La escritora tiene un talento enorme y sera
muy cruel que lo desperdiciara o que lo dejara languidecer. A mayor talento,
mayor responsabilidad. Laura est obligada a escribir, a seguir adelante, a
referirle al mundo sus experiencias siderales. Prohibido abandonarse ni a la
incuria ni a las estrecheces de algn oscurantismo. Pues bien, el terceto con
el que se abre la composicin contiene una enftica cuanto inusitada decla-
racin en primera persona, en la que Acua declara, para darle mayor peso a
sus ideas, que se lo dice alguien que encierra en su pecho/ valor para romper
el yugo necio/ de las preocupaciones de la tierra. Que yo sepa, los crticos no
han advertido la importancia estratgica de esta declaracin.
En el poema Gracias encuentro una doble toma de posicin. Por una
parte el poeta se declara muerto: Yo que hace tanto tiempo que no llevo/
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LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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[]
llmame entonces, y a tu blando lecho,
mientras que t dormitas y descansas
yo ir a velar tranquilo y satisfecho
y a encender en el fondo de tu pecho
la estrella de las dulces esperanzas;
llmame y cuando en vano
tiendas la vista en tu redor sombro,
yo ir a llevarte en el consuelo mo
los besos y el cario de un hermano.
(Obras, 66; En nombre, I, 155)
[]
lancmonos entonces a ese mundo
en donde todo es sombras y vaco,
hagamos una Luna del recuerdo
si el Sol de nuestro amor est ya fro;
volemos, si t quieres,
al fondo de esas mgicas regiones,
y fingiendo ilusiones y placeres,
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LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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13 Encuentro aqu una alusin al persistente atesmo de Acua: Sin lmpara y sin Dios.
Advirtase que el poeta se define a s mismo incorporndose a la imagen de un sepulcro antiguo.
la vida (Obras, 115; En nombre, II, 176). Para septiembre de ese mismo ao,
ya se est despidiendo de la vida, como lo demuestra su poema Adis. En
este texto declara premonitoriamente:
Tambin de 1873 son dos sonetos que dedica a su amiga Rosario de la Pea.
El primero se llama A una flor, y es una especie de carpe diem invertido.
Transida de dolor por una prdida de la que no sabemos nada, la mujer ha
cado en una depresin espantosa. Es esto, al menos, lo que se adivina en el
texto. La reaccin del poeta consiste en decirle que no es justo que cuando
apenas se entreabra el broche de su existencia, se doblegue abatida y sin
ganas de continuar viviendo. Resucita y levntate, le dice. Su actitud mor-
tecina es injusta con el Sol que ilumina su vida: Injusto para el Sol es tu
reproche,/ que esa sombra que pasa y que te ciega,/ es una sombra, pero an
no es la noche (Obras, 119; En nombre, I, 184).14
Rudo contraste: el poeta que ya desde hace mucho se siente un cadver
en vida, le exige a la mujer que recobre el buen nimo y que disfrute de los
dones de la existencia, prodigados de modo simblico por la presencia del
padre Sol. La contraparte, o cuando menos el complemento funerario de
este texto, es el siguiente soneto que el propio Acua habra escrito en el l-
14 Cabe la posibilidad que este ltimo verso se haya corrompido en el proceso de impresin,
pues se aparta de manera notoria del ritmo endecasilbico del texto. La restitucin del verso al
ritmo indicado dara: es una sombra, pero no es la noche.
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A Rosario
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I C ONO G RA F A
cina en el que las ideas de los ilustrados, a los que se acercaba, haban pro-
ducido un poderoso efecto, grabndose en su pensamiento con una notable
fuerza de conviccin. Menndez Pelayo, que conoci ese texto, se desvivi
en elogios hacia l. La visin de Acua le pareci tan audaz, tan convin-
cente y plena en su circularidad, que crey encontrarle un parentesco con
las filosofas de Leibnitz y de Hegel. Algunos comentaristas sealan su
cercana con Lucrecio, aunque no sera nada extrao que el ideologema de
fondo derivara de modo directo de Lavoisier, quien habra llegado a esta
sinttica conclusin que quizs el da de hoy contina siendo motivo de
escndalo entre ciertas conciencias: La materia no se crea ni se destruye,
slo se transforma.
Como se sabe, ste es el axioma materialista de la ciencia moderna, y
es el axioma que Ignacio Ramrez, El Nigromante, haba proclamado en su
discurso de ingreso a la Academia de Letrn, como mencion al principio de
este trabajo.16 Todo indica que Acua, un poeta al que no le iban las medias
tintas, hizo suyas las ideas ms radicales del sector ilustrado de su poca, y
que a esta radicalidad se deba en gran parte su innegable popularidad.17
Cuando hablo de su radicalismo ideolgico, no me refiero slo a su concep-
cin atea del universo, de la que hay suficientes pruebas en varios pasajes de
su obra, ni a su notoria simpata por algunas de las figuras ms destacadas
dentro del liberalismo de la poca, como Ocampo o el mismo Ignacio Ma-
nuel Altamirano, sino incluso a su visin sumamente crtica de lo que por
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entonces se llamara el problema social. Un claro testimonio literario de ello
lo tenemos en su famoso poema La ramera y en la celebrada obra de teatro
El pasado, que aunque no tratan exactamente del mismo tema, exhiben una
simpata por los cados, por los orillados de la sociedad. Enfrentando la moral
hipcrita de la poca, haciendo burla incluso del moralismo estrecho de la
alta sociedad, Acua encuentra que la prostituta no slo no es una figura
reprobable, sino que es la vctima de una sociedad enferma que primero
mancilla a la mujer y despus se asusta de lo que ella misma le ha hecho.
En el poema La ramera, Acua articula una voz de protesta social,
impregnada de romanticismo, es cierto, y hasta de un patetismo que aho-
ra parece ingenuo pero que en su momento tuvo una enorme efectividad.
Piedad para los humillados? Conmiseracin? S, puede ser, pero tambin
una visin de escndalo, un arrojar en cara a la sociedad hipcrita esa misma
hipocresa vuelta conciencia de s. Ahora podemos intuir por qu los versos
de Acua causaban revuelo y conmocin:
Los filsofos mienten, son los apstoles engaosos de la idea, pues ellos no
slo no comprenden el sufrimiento de la prostituta, sino que han contri-
buido a hundirla en el fango. Para que el contraste sea ms brutal, el poeta
propone un cambio total: se trata de una reversin que va del ngel a la pros-
tituta, del ser alado y celeste... a la mujer que rueda enfangada en el pecado:
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LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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tro de m./ Ah! Si basta no ms con que te vea/ para que yo ame a Dios,
creyendo en ti! (Obras, 181; En nombre, I, 212).
Ms all de estas sublimaciones amorosas, la verdadera posicin del
poeta ante el asunto de Dios queda registrada en la siguiente dcima titu-
lada precisamente Dios.
18 La versin que transcribo, empero, es la que da por buena Francisco Castillo Njera
(Manuel Acua).
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LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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Acua era tan poeta que hasta la doctrina ms spera y desolada poda
convertirse para l en raudal de inmortales armonas. Senta aquel mismo
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LOS ABISMOS DEL PENSAMIENTO
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Inscripcin en un crneo
19 Contrstese esta opinin con el dicterio de Jos Rojas Garcidueas: Una simple hojeada a
sus poemas nos muestra la absoluta falta de solidez y bases firmes en sus ideas (xxii).
EN NOMBRE
DE ESE LAUREL
PRESENTAC I N
LA RAMERA 68
EL HOMBRE 75
LOS BEODOS 86
1870
EN LA APOTEOSIS DEL ACTOR
MERCED MORALES 88
OCAMPO 94
LA SOADORA 101
A LAURO 106
EL POETA MRTIR
JUAN DAZ COVARRUBIAS 120
HIMNO 125
AL CIELO 141
A UN LIRIO 143
SONETO 176
A LA LUNA 209
A LA EMINENTE ACTRIZ
SALVADORA CAIRN 222
A LA PATRIA 235
HIDALGO 242
15 DE SEPTIEMBRE 243
LA MUJER 248
A UN ARROYO 254
LETRILLA 257
DE ACUA 267
De aqu slo sale indiana*
1864 ?
60
1868
A la Sociedad Filoitrica
en su instalacin
61
la luz de la poesa,
no busca sus raudales en la noche
sino en la aurora al despuntar el da;
y al encontrar la llama indeficiente
de la verdad sagrada,
mi pecho entonces se electriza y siente,
y de mi lira tosca y olvidada,
brotan cantares que sonar quisieran
desde el nuevo hasta el viejo continente.
sino siervos que at con mano airada [sino brutos, que iguales a los otros]
a su carro triunfal la tirana. [solamente el hablar los distingua]
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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Entrad!... en un aposento
donde slo se ven sombras,
est una mujer muriendo
entre insufribles congojas
Y a su cabecera tristes
dos nias bellas que lloran,
y que entrelazan sus manos
y que gimen y sollozan.
Y la infeliz ya no mira
ni tiene aliento en la boca,
y cuando habla slo dice
con voz hueca y espantosa:
Yo tengo hambre! Yo tengo hambre!
Por piedad, una limosna!.
Y callay las nias gimen
y calla y el viento sopla
y llora y nadie la escucha,
que nadie escucha al que llora!
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OBRA POTICA
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Humanidad pigmea,
t que proclamas la verdad y el Cristo,
mintiendo caridad en cada idea;
t que, de orgullo el corazn beodo,
por mirar a la altura
te olvidas de que marchas sobre lodo;
t que diciendo hermano,
escupes al gitano y al mendigo
porque son un mendigo y un gitano:
all est esa mujer que gime y sufre
con el dolor inmenso con que gimen
los que cruzan sin fe por la existencia;
escpela tambin! anda! no importa
que t hayas sido quien la hundi en el crimen,
que t hayas sido quien mat su creencia!
68
OBRA POTICA
69
70
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
71
72
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
JUAN DAZ
COVARRUBIAS
Xalapa, 1837
Tacubaya, 1859
75
est demasiado alta para el lodo;
del cielo? puede ser; pero la tumba,
donde concluye todo,
no dista de sus plantas ms que un paso,
y si fuera del cielo, debera,
ya que tiene un ocaso,
tener tambin su oriente cada da.
Aborto incomprensible de la nada
que lo lanz, destello de su abismo,
esperad, esperad a que las sombras
entre sus negros pliegues os cobijen,
que all tal vez, escrito entre esos pliegues
encontraris su origen,
esperad el momento en que se os abra
negro y aterrador ante los ojos,
ese libro de sangre donde labra
la triste muerte en caracteres rojos
de sus calladas vctimas el nombre,
y all veris, acaso, la palabra
que os ayude a saber quin es el hombre.
76
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
77
78
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
81
sin colores, sin luz y sin belleza,
de la noche que empieza
por yo no s qu lbregas regiones;
suspirando y en lgrimas deshecho
ante la triste realidad que asoma,
arranca un ay! terrible de su pecho,
y luego, al dar un paso, se desploma.
82
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
83
en su miseria misma
lo ve pequeo, pobre,
y cogiendo del cieno en que se arrastra
miserable reptil con su congoja,
burlndose de su dolo, a la frente
como un supremo insulto se lo arroja.
84
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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(Cuadro de costumbres)
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OBRA POTICA
87
Qu Tlamapa, ni qu nada!
A m el pulque no me aprieta.
Pos yo apuesto una peseta.
Pos yo apuesto mi frezada.
Merced Morales
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OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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Muri... su apostolado
hizo temblar en su poder al fraile,
y el fraile en nombre de ese dios maldito
que vive entre la noche y lo encubierto,
arm su mano entre la niebla impa,
y despus, al nacer el otro da,
hall el mundo un patbulo y un muerto.
98
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
99
100
1870
La soadora
Oda
101
que fingen las tinieblas y la Luna
entre el hmedo cliz de las rosas;
virgen del amor en cuya casta frente
el Sol de lo inmortal resplandeca
majestuoso y ardiente,
con su rayo de luz grabando en ella
esa chispa radiosa que, ms tarde,
ante el sepulcro abierto se alza estrella
y en la va-lctea de los genios arde.
102
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
103
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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1871
Oblacin
A los muertos de la Sociedad Filoitrica
107
a travs de la bruma de su ensueo,
se lanza de su ensueo por la va, [se alza de su sueo por la va,]
En la cuna de aquellos
que hoy tienen nuestras almas por santuario,
y por incienso, el de las rosas blancas
que nacen en los bordes del osario,
tambin surgi con su fulgor de aurora
la chispa de la idea; tambin ellos
sintieron palpitar sobre su frente
los sculos de ese ngel que en la noche
baja a inspirar sus sueos al creyente
Sueos blandos y dulces como todos
los que su nfora encierra,
y que al fundirse con el hombre lo hacen
la encarnacin de Dios sobre la tierra.
108
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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OBRA POTICA
113
114
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
El desaparecido Teatro Acua,
cuya construccin se inici nue-
ve aos despus de la muerte del
poeta, en 1882. Para su inaugu-
racin, en 1886, se llev a cabo
una representacin de la obra El
pasado. Construido en gran parte
de madera, fue consumido por
un incendio seis aos despus.
de la Sociedad Filoitrica
y de Benef icencia
Falange de soadores
que de tu delirio en pos,
marchas entre los negrores
de la vida, a los fulgores
que en tu alma refleja Dios.
116
OBRA POTICA
117
No cejes en tu camino
aunque el destino te mande
luto y pena de contino,
que si es muy fuerte el destino
t tambin eres muy grande.
Y si en tu alma inspirada
hay fuerza y valor de sobra
para concluir la jornada,
ya que tu obra est empezada,
juventud, completa tu obra.
118
OBRA POTICA
119
Y graba en tu pensamiento
si tu valor se rebaja
porque se agote su aliento,
que en el taller del talento
quien triunfa es el que trabaja.
El poeta mrtir
1872
II
120
OBRA POTICA
121
III
se es el que se levanta
del arpa del patriotismo;
ese silencio es lo mismo
que la libertad que canta;
pues en esa lucha santa
en que te hiri el retroceso,
al sucumbir bajo el peso
de la que nada respeta,
sobre el cadver del poeta
se alz cantando el progreso.
IV
De tu existencia temprana
tronch la flor en capullo,
matando en ella al orgullo
de la lira americana.
Tu inspiracin soberana
rod ante su infamia vil;
pero tu pluma gentil
antes de romper su vuelo,
tom por pgina el cielo
y escribi El once de abril.
VI
VII
122
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
123
124
1872
Himno
A la Sociedad Filoitrica
Coro
Viajeros de la gloria,
que en fe de vuestra creencia
buscis dnde a la ciencia
rendir adoracin,
ni os hace falta un templo
teniendo la conciencia,
ni os hace falta una arpa
teniendo el corazn
II
125
y el plido azahar;
teniendo en vuestras almas
las flores del talento,
ningunas son ms propias
ni dignas de su altar.
III
IV
As es como a la ciencia
se deben los cantares;
as es como a la ciencia
se debe la ovacin;
cambiando para el culto
del mundo en sus altares,
al hombre en sacerdote,
y al libro en oracin.
126
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
JUSTO
SIERRA
Campeche, 1848
Madrid, 1912
129
Aqu ests ya... tras de la lucha impa [Ya ests aqu... tras de la lucha impa]
130
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
131
132
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
133
La tumba se convierte
en el primer peldao de esa escala
que los Jacob del genio suean tanto;
la lira de la muerte
en lugar de un gemido ensaya un canto;
y la cripta mortuoria
se cambia ante la losa que la cierra,
en la ltima jornada de la tierra
y en la primer jornada de la gloria.
134
OBRA POTICA
135
La muerte no es la nada,
sino para la chispa transitoria
cuya luz ignorada
pasa, sin alcanzar una mirada
de la pupila augusta de la historia;
pero la flor que muere y que se inclina
falta de aliento y de vigor al suelo,
sigue viviendo an en el ocaso
que de sus ricas galas la despoja,
cuando al rodar del vaso la ltima hoja
queda su esencia perfumando el vaso. [queda la esencia perfumando el
vaso.]
136
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
137
138
OBRA POTICA
139
140
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
1872
Al cielo
141
como el ala de un cisne en la laguna;
cuando la aurora al primer cario
no asomaba a desgarrar el velo,
que la ignorancia anglica de nio
oculta ante sus prpados el cielo;
tu alma como la ma,
al sentimiento y al placer precoces
forjaron en su virgen fantasa,
todo un mundo de ensueos y de goces;
y sintiendo el amor de aquel paisaje
las alas de un aliento soberano.
142
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
1872
A un lirio
143
1872
Inscripcin en un crneo*
144
El libro de hueso
Juan de Dios Peza
Una tarde lluviosa y tristsima del mes de julio de 1872 entr al cuarto nmero
13 del primer piso del segundo patio de la Escuela de Medicina, en busca de
mi constante compaero de ensueos; de mi admirado y fraternal confidente
en las aciagas luchas de la vida; de mi amigo del alma, cuyo nombre escrito con
caracteres de luz, campea y resplandece en el cielo de las glorias patrias: del poeta
Manuel Acua.
Haba en aquel cuarto un catre de hierro, con delgado colchn envuelto en
viejo y hermoso sarape del Saltillo y con una gran almohada que serva ms bien
de respaldo a cuantos all queran en moruna postura leer versos o escuchar los
del autor del El pasado. Haba tambin algunas sillas desvencijadas y cojas que
obligaban a estudiar las leyes del equilibrio, y una mesa de noche sustentando
enorme cafetera que pocas veces dejaba de estar en ebullicin; una cmoda negra
que hospedaba muchos papeles y poca ropa; una tosca mesa de pino, sin pintura
ni carpeta, sobre la cual, entre una botella de tinta, una fila de libros y un enma-
raado conjunto de folletos, se destacaba un crneo humano, es decir, lo que el
vulgo llama una calavera.
Aquel crneo, que alguno debe de guardar todava, era el tesoro, la principal
riqueza del dueo del cuarto. Su historia no deja de ser interesante. Acua se en-
contr un da en el anfiteatro de la escuela un cadver recin trado del hospital y
que le sorprendi por sus enormes dimensiones.
Mira le dijo al Peln (as llambamos al criado encargado de traer del
145
HUESO
EL LIBRO DE
Mucho tiempo estuvo a la vista de todos, el curioso crneo, pero sucedi con l lo
que con todo lbum: que no falt quien se lo llevara para escribir con todo reposo
y no volvi a aparecer en el cuarto del poeta.
HUESO
EL LIBRO DE
Reliquias del sepulcro Corrieron los aos; muri Acua; el cuarto en que
viva desapareci al modificarse el patio de la escuela; pocos sabamos la historia
del crneo y yo conservaba entre muchos vejestorios del pasado el diente aquel
arrancado por la mano del poeta.
Se trasladaron los restos del autor del Nocturno del panten del Campo
Florido al de Dolores; algunos de sus amigos tuvieron en sus manos el crneo
de Acua que tan bellas concepciones encerrara y uno advirti que tena flojo, a
punto de carsele, un diente.
Agapito Silva lo cogi entre sus dedos y sin esfuerzo ninguno se le qued en
la mano. Sin duda recordando la escena que describo, le ocurri envirmelo como
reliquia de mi amigo tan llorado y con una autntica, firmada por varios testigos.
Al recibir tan raro obsequio surgieron en mi memoria los recuerdos de la
noche en que se inaugur el libro de hueso; pens en todo lo dicho y sentido
entonces, y con los ojos hmedos, el nimo enfermo, la imaginacin poblada de
fantsticas visiones, envolv aquel diente, lo puse dentro de un sobre y escrib una
carta que deca as poco ms o menos:
A ti que amaste al poeta y te cautivaste con su genio, corresponde esta reliquia que
ha estado guardada en el sepulcro cerca de veinte aos. De aquella boca encendida y
ardiente que fue para ti un nido de arrullos y de sculos, no queda ya ms que polvo;
y entre ese polvo los huesos helados que no pueden ser indiscretos. Guarda el que te
envo, acrcalo a tu corazn y no temas que te sorprenda esa reliquia el ms celoso de
tus amigos. Quin inquiere la historia de un despojo nada potico y tan miserable?
Gurdalo como algo material de un poeta que te am mucho, tanto quizs como a
su inmaculado recuerdo y a su fulgente gloria ama tu antiguo confidente y amigo.
Iba yo a firmar la carta, cuando una voz me dijo muy alto en la conciencia: El
amor que se enciende en la juventud es fugaz y concluye.
HUESO
EL LIBRO DE
hijo del miedo del hombre, [hijo del miedo del hombre]
no existes en mi conciencia?
154
1873
En alas del pensamiento
Estrofa para Asuncin
CA.
I
155
al abrigo de esplndida maleza;
Amor era su Hoy... y Amor poda
y amando al fin sinti que se mova
encendiendo su ardiente fantasa
algo en su mente y al buscarle nombre
pens al fin que pensaba
Balbuciente sus labios entreabra
y la idea en sus ojos centelleaba
Nunca ms dulce sonr la amante,
jams el pecho suspir tan blando,
como en aquel instante
de lucha y embeleso,
de indefinible y plcida agona,
en que a la pdica efusin de un beso
toda la gloria humana se encerraba
en el placer que la mujer senta
y el hombre pensador idealizaba...
156
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
157
158
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
1873
La vida del campo
Beatus ille qui procul negotiis...
Horacio
159
Y como esos seores
saben decirlo y presentarlo todo
con ese meomodeodo
exclusivo a los buenos escritores,
de aqu resulta en consecuencia clara,
que ante cuadros tan bellos y felices,
ms de cuatro lectores
se quedan con un palmo de narices
y soando en rediles y pastores.
160
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
161
162
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
Hacerlo, y que tres perros
se me echaran encima, fue todo uno;
pero a la voz de alarma,
salieron de la choza unos pastores,
y cogiendo unas piedras, que son la arma [y cogiendo unas piedras que es
el arma]
de que se valen siempre esos seores,
a su sola presencia fue acabando
del canino furor hasta el residuo,
y yo pude por fin en eco blando
cantar la instalacin de mi individuo!
Oh habitantes felices
de esta comarca rstica y tranquila!
les dije yo tan luego
que vi a los canes en lugar seguro.
Yo vengo aqu tras del feliz sosiego
que en la alma del labriego
derrama este aire embalsamado y puro,
cansado de la vida
que se lleva en la corte aborrecida;
yo vengo con el mal que me destroza
y que gimiendo mi zampoa exhala,
a que me deis un sitio en vuestra choza,
media torta de pan y una zagala.
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
1873
Oda
A la memoria del eminente naturalista,
el doctor Leonardo Oliva
Si eso fuera verdad, si fuera cierto [Si eso ocurriera as, si fuera cierto]
171
Los hombres son iguales
ante el abierto fondo de un sepulcro,
porque del hombre en el cadver fro
la creacin inmortal no ve ni encuentra,
sino una estatua que al perder la forma
para otra forma en sus talleres entra;
pero all donde se hunde
todo pie, y enmudece todo labio,
all donde se pierde y se confunde
la huella del idiota y la del sabio,
si la tumba entreabierta
cubre a los dos bajo la misma calma,
y si al cruzar la inmensidad desierta
los dos encuentran una misma puerta
confundiendo en el cielo a una y otra alma;
la justiciera historia
dejando al uno vegetar perdido
alzar al otro un altar en su memoria, [le alza al otro un altar en su
memoria;]
marcando entre los dos la diferencia
que la Tierra y el cielo
borran ante la vida y la creencia,
y haciendo en el lugar aborrecido
donde acaba esta vida transitoria,
algo como otro cielo, de la gloria,
y algo como otro infierno, del olvido!
172
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
173
174
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
AL G UNAS IN F LUEN C IAS G AR C ILASO / SAN J UAN / B Y RON / LA V OISIER
1873
Soneto
176
1873
Nada sobre nada
Poesa leda en la velada literaria
que celebr la Sociedad El Porvenir
la noche del 3 de mayo de 1873
As dije, y tomando
no el arpa ni la lira,
que la lira y el arpa
no pasan hoy de ser una mentira,
sino una pluma de ave
con la que escribo yo generalmente,
violent las arrugas de mi frente
hasta ponerla cejijunta y grave,
y pensando en mi novia, en la adorada
por quien suspiro y lloro sin sosiego,
moj mi pluma en el tintero, y luego
puse estas ocho letras: A mi amada.
177
Su retrato, un retrato
firmado por Valleto y compaa,
se alzaba junto a m plcido y grato,
mostrndome las gracias y recato
que tanto adornan a la amada ma;
y como el verlo slo
basta para que mi alma se emocione,
que Apolo me perdone
si dije aqu que me sent un Apolo. [si digo aqu que me sent un Apolo.]
178
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
179
Y convencido de esto,
lo que era conveniente y necesario,
borr el ttulo puesto,
y buscando a mi lira otro pretexto
escrib este otro ttulo: El Santuario.
No, en la naturaleza
hay asuntos ms dignos y mejores,
y ms llenos de encanto y de belleza,
y ya que he de escribir, har una pieza
que se llame Los prados y las flores.
180
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
181
182
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
183
II
184
OBRA POTICA
185
III
IV
VI
VII
186
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
187
a despecho de su historia
y a despecho de su anhelo,
vio asomar sobre otro cielo
y en otro mundo la gloria.
VIII
IX
188
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
Ante un poema,
un cadver despus
Diana Garza Islas
Qu hay antes de un cuerpo muerto? Lo mismo que hay despus. Con, contra,
de y desde l, hay lo mismo, todo menos mortandad. Ante un cadver nos abre
la tapa del atad para que veamos que ah no hay muerte, sino ojos abiertos, ya sin
cuerpo incluso; pura contemplacin.
Si bien el poema a la muerte y, en especfico, el poema frente a un cadver,
fueron motivo recurrente de la poesa mexicana del romanticismo, en ste de Ma-
nuel Acua se realiza de manera magistral. Podra rastrearse una tendencia hacia
cierta esttica escatolgica centrada en el tpico de la muerte y la finitud de
las cosas desde los primersimos poemas que fundaron nuestra tradicin lrica,
tendencia que se concretar durante ese movimiento literario decimonnico. En
nuestro pas es Manuel Acua quien, como ningn otro poeta, encarn el ideal
romntico, tanto en su obra como en su forma de vida. Ante un cadver es acaso
el mejor ejemplo de cmo consolid ese ideal. Partiendo de un tpico tpico de la
poca el saltillense logra aqu un poema ceido a su tradicin y a la vez innovador
en su tratamiento, al ir ms all del retrato fenomenolgico o emocional en el que
haban ahondado poetas anteriores, para realizar una verdadera reflexin sobre la
muerte, o mejor dicho, sobre la imposibilidad de morir, pues este poeta nos habla
de ella no como un cese, sino como transfiguracin.
La originalidad de Acua reside en esto, se puede decir que en este poema
acu incluso todo un gnero: el poema filosfico a la muerte, en el que incurrirn
un sinnmero de poetas posteriores; acaso el de mayor consistencia, Jos Gorosti-
189
UN C AD V ER DES P U S
za con su emblemtica Muerte sin fin, culmen de una tradicin potica cuyo padre,
si quisiramos darle alguno, podra ubicarse en Nezahualcytl, con sus cantos a la
condicin efmera de la vida.
ANTE UN P OE M A ,
Son muchos los aspectos que saltan a la vista en la traduccin que hace
Samuel Beckett de este poema1. Como el gran atento al lenguaje que fue, logr no
slo traducir eficazmente a Acua, sino jugar puntualmente con ciertas construc-
ciones retricas que enriquecen al texto. De entrada, el ttulo: Before a Corpse. La
eleccin de la palabra before en lugar de in front of u otra frase sinnima, cumple
una funcin especial, pues nos sita no slo ante el cadver, sino antes del cadver.
La doble funcin como preposicin y adverbio que tiene esta palabra en ingls,
nos planta en una doble postura de direccin espacial y temporal, adems de su-
gerirnos una postura filosfica, la que desarrolla justamente Acua en el poema:
que no existe ningn antes ni despus del cadver, ningn antes y despus de la
muerte, pues visto de alguna forma, todo lo es. Si bien en nuestro idioma la prepo-
sicin ante remite tambin al adverbio antes, es una doble lectura que no aparece a
primera vista como s sucede con la palabra before, que nos sita inmediatamente
en el ante a, y, paradjicamente, en un antes o atrs de. Es interesante leer en pa-
ralelo el original y la traduccin para notar cmo se confunden preposiciones y
adverbios entre ambos idiomas: ante es before, que es antes, que es atrs, en lugar
de adelante. Lo que Acua nos dice en su poema y Beckett nos sugiere en su tra-
duccin, gracias a estas sutilezas lingsticas, es que las coordenadas temporales
y espaciales se igualan, los antnimos se anulan: for out of nothingness we are not
born, / and into nothingness we do not die. / Existence is a circle, and we err / when we
assign to it for measurement / the limits of the cradle and the grave.
1 Anthology of Mexican Poety. Compiled by Octavio Paz. Translated by Samuel Beckett. Preface by C.
M. Bowra. Indiana University Press, United States of America, 1958.
UNA ANTOLO G A DE P OES A M E X I C ANA , 1 9 5 8
UN C AD V ER DES P U S
del mbito cronolgico, y al que finalmente deseara llegar cada poema. Como
dice Octavio Paz en la introduccin a esta antologa: Every poem is a Fiesta, a
precipitate of pure time. [] There can be no poetry without history, but poetry has
no other mission than to transmute history. And therefore the only true revolutionary
poetry is apocalyptic poetry. Esta visin apocalptica de la poesa, que tiene ms
que ver con la transformacin que con la destruccin, puede incluso leerse en el
poema de Acua como una alusin al principio de la conservacin de la materia
de Lavoisier, realizado aqu de manera alegrica desde la traduccin de esa pri-
mera palabra en el ttulo, hasta sus ltimos cuatro versos: For when this transient
existence ends / to which with such solicitude we cling, / matter, inmortal as glory, is
endowed / with other semblances, but never dies. Hay que reconocer el esplndido
trabajo de Beckett como traductor, que con la sola y sutil eleccin de un vocablo
completa el axioma qumico-filosfico la materia no se crea ni se destruye, slo
se transforma, escondido en este poema, llevndonos adems a preguntarnos qu
hay delante de la muerte, para que nos respondamos que no hay tal, slo esencia
transformante.
Resulta interesante advertir que en la esttica beckettiana es patente una filo-
sofa de la muerte prxima a la que Acua sostiene en su potica. Beckett, que en
sus entrevistas afirmaba tener recuerdos prenatales y creer en la reencarnacin, tal
vez se permiti las que, para algunos, sera excesivas licencias, dado la cercana que
podramos suponer senta hacia Acua. Por ejemplo, su uso de la palabra alchemy
en lugar de laboratory. Al decidirse por esta palabra, ms que por conflictos m-
tricos, que hubiera resuelto fcilmente, l apela a extraernos del mbito cientfico
UN C AD V ER DES P U S
where the soul is spent / and spent the body, in that selfsame place / the dying being is a
nascent being.
Beckett incurre en un atrevimiento an mayor al traducir: All acaban la fuerza
y el talento, / all acaban los goces y los males, / all acaban la fe y el sentimiento, por:
There an end is made of strenght and talent, / there an end is made of pain and pleasure,
/ there an end is made of faith and feeling. Al transformar all acaba en all un final est
hecho (que podra remitirnos desde su there a la palabra therefore, por lo que podra-
mos leer incluso el verso como entonces un final, al modo de un silogismo lgico)
niega la destruccin y afirma que un fin no es acabarse, que un fin est hecho de cosas.
La transformacin que hace Beckett del primer verso en la estrofa que sigue es tam-
bin significativa: all acaban los lazos terrenales se convierte en there and end is made
of earthly joys. El trueque de lazos por alegras da un sentido indito, acorde con el
fondo original del poema, reafirmndonos que los lazos no se acaban, sino que todo
est hacindose.
Sealo finalmente otros trueques lxicos que llaman la atencin por la in-
tencionalidad de Beckett en forzar desde ah un cambio semntico. Traduce, por
ejemplo, otro organismo por the being to be (el ser a ser), alimentndose por its subs-
tance (su substancia), mquina por body (cuerpo), contribuciones que sin duda de-
forman al poema y lo enriquecen.
Sin dejar de vista la premisa filosfica del poema original, Beckett se toma
aqu sus licencias, y sin destruirlo ni crear uno nuevo, lo transforma maravillosa-
mente. Lo hace tambin con soltura en cada uno de los poemas reescritos por l
en esta antologa donde se public la versin de Acua; este traductor es, efec-
UN C AD V ER DES P U S
tivamente, un licencioso. Podra decirse que Beckett traiciona Ante un cadver,
como ocurre con toda traduccin, pero tambin que al hacerlo lo tradiciona, lo
expropia apropindoselo y lo vuelve algo de suyo propio.
ANTE UN P OE M A ,
Como ante la muerte, no queda mucho por decir ante un poema cuando
es un poema. Y ste verdaderamente lo es, por partida doble. Baste decir que la
versin de Beckett es valiossima no slo como curiosidad literaria, sino por los
mritos propios del poema en ingls; e indispensable, por supuesto, para todo
aquel interesado en la obra de Manuel Acua, cono indiscutible del romanticis-
mo mexicano y quien ha inspirado a no pocos epgonos en la ruta de una de las
ms notables tradiciones lricas del pas.
Well! there you lie already on the board Y bien! aqu ests ya sobre la plancha
where the far horizon of our knowledge donde el gran horizonte de la ciencia
dilates and darkens to a vaster verge. la extensin de sus lmites ensancha.
Where that glorious luminary shines Aqu donde derrama sus fulgores
whose light extinguishes the difference ese astro a cuya luz desaparece
that separates the master from the salve. la distincin de esclavos y seores.
UN C AD V ER DES P U S
Where the voice of fable is heard no more Aqu donde la fbula enmudece
and reality speaks out aloud y la voz de los hechos se levanta
and superstition vanishes away. y la supersticin se desvanece.
ANTE UN P OE M A ,
that which arises from a premised reason Ella que tiene la razn por lema
and hangs upon your lips to be unsealed y que en tus labios escuchar ansa
in the tremendous voice of final truth. la augusta voz de la verdad suprema.
There you lie beyond the ignoble strife Aqu ests ya... tras de la lucha impa
in which it was vouchsafed to you at last en que romper al cabo conseguiste
to break the bonds that held you fast to pain. la crcel que al dolor te retena.
There is no more light within your eyes, La luz de tus pupilas ya no existe,
lifeless and inert your tenement rests, tu mquina vital descansa inerte
its end forsaken and its means destroyed. y a cumplir con su objeto se resiste.
Vanitas! they seeing you will say Miseria y nada ms!, dirn al verte
whose creed is that the empire of life los que creen que el imperio de la vida
ends at the point where that of death begins. acaba donde empieza el de la muerte.
But it is false!... your mission is not fulfilled, Pero, no!... tu misin no est acabada
for out of nothingness we are not born, que ni es la nada el punto en que nacemos,
and into nothingness we do not die. ni el punto en que morimos es la nada.
UN C AD V ER DES P U S
Existence is a circle, and we err Crculo es la existencia, y mal hacemos
when we assign to it for measurement cuando al querer medirla le asignamos
the limits of the cradle and the grave. la cuna y el sepulcro por extremos.
ANTE UN P OE M A ,
[] []
Yet a little and you, your last breath sped, T sin aliento ya, dentro de poco
will be restored to earth and to its womb volvers a la tierra y a su seno
which is the source of universal life. que es de la vida universal el foco.
And there your dust, in seeming so remote Y all, a la vida en apariencia ajeno,
from life, will quicken once again beneath el poder de la lluvia y del verano
the fecundating might of rain and summer. fecundar de grmenes tu cieno.
And with the springing up from root to grain, Y al ascender de la raz al grano
a witness to the plant you will arise irs del vegetal a ser testigo
to the high realm of sovereign alchemy; en el laboratorio soberano.
or it may be, converted into corn, Tal vez para volver cambiado en trigo
returned to the sad hearth where the sad spouse, al triste hogar donde la triste esposa
wanting for bread, is with you in her dreams. sin encontrar un pan suea contigo.
What time the larva from your cloven graves En tanto que las grietas de tu fosa
uncovered depths ascends, its being changed vern alzarse de su fondo abierto
into the being of a butterfly. la larva convertida en mariposa,
and faltering in its first uncertain flight, que en los ensayos de su vuelo incierto
comes to the desolate pillow of your love, ir al lecho infeliz de tus amores
bearer of your kisses from the dead. a llevarle tus sculos de muerto.
UN C AD V ER DES P U S
And in the midst of all this inner change Y en medio de esos cambios interiores
your skull, instinct with an impetuous life, tu crneo lleno de una nueva vida,
instead of thoughts will bring forth flowers, flowers en vez de pensamientos dar flores,
ANTE UN P OE M A ,
within whose chalice timidly the tear en cuyo cliz brillar escondida
perchance will glisten that your loved one shed la lgrima, tal vez, con que tu amada
on your departure, bidding you farewell. acompa el adis de tu partida.
And yet within that mansion at whose door Pero en esa mansin a cuya puerta
our breath is quenched, there breathes another breath se extingue nuestro aliento, hay otro aliento
by which we are awaked to life anew. que de nuevo a la vida nos despierta.
There an end is made of strength and talent, All acaban la fuerza y el talento,
there an end is made of pain and pleasure, all acaban los goces y los males,
there an end is made of faith and feeling. all acaban la fe y el sentimiento.
there an end is made of earthly joys, All acaban los lazos terrenales,
and the idiot and the sage together y mezclados el sabio y el idiota
sink to the abode where all are equal. se hunden en la regin de los iguales.
Yet in that same place where the soul is spent Pero all donde el nimo se agota
and spent the body, in that selfsame place y perece la mquina, all mismo
the dying being is a nascent being. el ser que muere es otro ser que brota.
ANTE UN P OE M A ,
It receives the clay and it alone, l recoge la masa nicamente
and, altering its form and destiny, y cambiando las formas y el objeto
ensure that it shall live eternally. se encarga de que viva eternamente.
The grave holds nothing but a skeleton; La tumba slo guarda un esqueleto,
and life within this mortuary vault mas la vida en su bveda mortuoria
continues secretly to find its substance. prosigue alimentndose en secreto.
For when this transient existence ends Que al fin de esta existencia transitoria
to which with such solicitude we cling, a la que tanto nuestro afn se adhiere,
matter, immortal as glory, is endowed la materia, inmortal como la gloria,
with other semblances, but never dies. cambia de formas; pero nunca muere.
1873
Soneto
A mi querido amigo Vicente Fuentes
200
1873
Oda
Leda en la sesin que el Liceo Hidalgo
celebr en honor de
doa Gertrudis Gmez de Avellaneda
De los tres cielos que recorre el hombre [De los tres ciclos que recorre el
hombre]
de la existencia en la medida impa,
cuando la gloria me ense tu nombre
yo estaba en el primero todava.
202
OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
SALTILLO , C OAHUILA V ISTA E X TERIOR DE LA C ASA DEL P OETA
SALTILLO , C OAHUILA V ISTA INTERIOR DE LA C ASA DEL P OETA
1873
A la luna
Al seor don Manuel J. Domnguez
209
y hasta recuerdo que sal una noche
sin ms objeto que se;
pero aunque el muy ilustre Ayuntamiento
me hizo creer que en el cielo te hallara,
t, que probablemente estabas mala,
te ocultaste y me diste una antesala
que me pesa en el cuerpo todava.
Esto no te lo digo
por lanzarte una pulla ni un reproche;
pero este negro bosque me es testigo
de que no ms que por hablar contigo [de que tan slo por hablar contigo]
me anduve por aqu toda la noche.
Lo mismo que otra vez, ya no recuerdo
si fue en abril o en mayo... suspirando
por verte frente a frente
y a tu lado pasar la noche entera,
de modo y de manera
de estar solos y lejos de la gente,
vengo, y t que sin duda me creste
algn gemidor de esos
que porque est desesperado y triste
ya quiere que le des un par de besos,
no bien tras de estos lamos me viste,
que escondindote en medio de las nubes [escondindote en medio de
las nubes]
cerraste tu balcn y te metiste.
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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Yo mismo, si maana
a algn crtico ocioso y exigente
se le diera la gana
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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216
OBRA POTICA
217
Yo no s si ya habr muerto
aquel que en su desamparo,
an ms que unos pocos das,
y an ms que unos pocos aos,
pudo gozar la dulzura
de ver a su hijo en los brazos,
libre del infame nombre
de hijo del ajusticiado;
pero yo que desde nio
aprend lleno de espanto
a aborrecer los verdugos
y a maldecir los cadalsos,
dejo a la gloria que entone
para ensalzarte su canto,
y del condenado a muerte
bajo los recuerdos gratos,
en nombre suyo, las gracias
de la humanidad te mando.
218
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
JOS
MART
La Habana, 1853
Dos Ros, 1895
219
GUILLERMO
PRIETO
Cd. de Mxico, 1818
Tacubaya, 1897
221
A la eminente actriz
1873
Salvadora Cairn
222
1873
Adis a Mxico
Escrita para la seora Cairn
y leda por ella en su funcin de despedida
Que enamorada de ti
desde antes de conocerte,
yo vine slo por verte,
y al verte te puse aqu.
223
Que mi alma reconocida
te adora con loco empeo,
porque tu amor era el sueo
ms hermoso de mi vida.
224
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
225
226
sonaban dulces y claras,
la voz de una cuna hablando
de cuanto los nios hablan;
la voz de una madre, rica
de sentimientos y de alma,
y la voz de un hombre que era
la eterna voz de la patria,
soando ya con sus glorias
y ya con sus esperanzas.
Tez cobriza como aquellos
primeros hijos de Anhuac,
que tantas veces hicieron
temblar de miedo a la Espaa,
cuando la Espaa atrevida
midi con ellos sus armas;
fuerte y gil como todos
los hijos de las montaas;
como un labriego, robusto;
como un patriota, entusiasta;
como un valiente, atrevido,
y como un joven, todo alma,
el hombre de aquellas selvas,
el hombre de aquella casa,
era el eterno modelo
de esas figuras sagradas
que en el altar de los siglos
hacen un Dios de una estatua.
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
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II
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EN NOMBRE DE ESE LAUREL
1873
A la patria
Composicin recitada por una nia
en Tacubaya de los Mrtires,
el 16 de septiembre de 1873
235
vio al fin en su omnipotencia,
al Sol de la independencia
rompiendo la oscuridad.
Yo te amo y al acercarme
ante este altar de victoria
donde la patria y la historia
contemplan nuestro placer,
yo vengo a unir al tributo
que en darte el pueblo se afana
mi canto de mexicana,
mi corazn de mujer.
236
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
237
El pasado
un ensayo dramtico en tres actos
El 9 de mayo de 1872 se realiz el exitoso estreno de la obra El pasado, escrita
por Manuel Acua, con la famosa actriz Pilar Belaval en el papel de Eugenia. En
dicho evento Acua recibi al menos tres coronas de laurel, a las que luego hara
referencia en sus poemas y ofrendas a Rosario de la Pea. Se realizaron distintas
funciones, la mayora de ellas con gran xito; en otra de ellas la actriz espaola
Salvadora Cairn tom el papel principal.
El pasado es una pieza dramtica cuya accin total transcurre en doce horas;
inicia con el regreso a la ciudad de una pareja joven y feliz, y culmina con la pre-
cipitacin de la mujer en la deshonra, asaltada por las sombras de su vida pre-ma-
trimonial, en el que tuvo que entregarse a un hombre tratando de salvar (aunque
sin xito) a su madre moribunda. Encontramos en ella una relacin temtica con
el poema La ramera, tambin de su autora, en donde alude a la novela La dama
de las camelias, de Dumas (le convertiste de camelia en lodo), otra de sus fuentes
de inspiracin para este drama en tres actos.
Esta historia tuvo un gran xito en su poca. En 1926 se realiz su adaptacin
para una pelcula muda de Hollywood, dirigida por el canadiense Wilfred Lucas y
titulada Her sacrifice. Adems, es perceptible su presencia como un hilo conductor
en la trama (mucho ms moderna) con que Wilberto Cantn cuenta la historia de
la lavandera Soledad (empatndola con el personaje de Eugenia) en El Nocturno
a Rosario (1956).
En el segundo semestre del 2013 se realizaron tanto la adaptacin como el
montaje de El pasado en distintos escenarios del estado de Coahuila, en el marco
del homenaje por el 140 aniversario luctuoso del poeta.
237
En 1849 se premiaron en Saltillo los Juegos Florales convoca-
dos por el Centenario de Manuel Acua, en donde resultaron
triunfadores los poetas Miguel N. Lira (categora principal) y
Salvador Novo (laudanza de la provincia). Este ltimo present
adems en la capital coahuilense la obra de teatro El pasado,
con actores del Instituto Nacional de Bellas Artes, siendo Bea-
triz Aguirre quien represent el papel de Eugenia.
El Corrido de Manuel Acua, del poeta y editor
tlaxcalteca Miguel N. Lira, logr cautivar al mismo
tiempo la esencia popular del gnero y hacer un
refinado retrato biogrfico del autor saltillense: Del
aire van los suspiros / de amor, como contrasea, /
y ya se los lleva el aire / a Rosario de la Pea. Con
l obtuvo el premio principal de los Juegos Florales,
cuyo segundo premio fue para Elas Nandino con la
obra Dios poeta.
Segn narra el crtico y acadmico
Francisco Monterde, la actriz Ligia de
Golconda le solicit adaptar la obra
de teatro El pasado para el cine, pero
l se apart del proyecto cuando los
productores norteamericanos decidie-
ron introducir un elemento absurdo
de comedia que contrariaba el drama
original. La actriz mexicana aparece en
pantalla junto a Gaston Glass, Bryant
Washburn, Gladys Brockwell y el pro-
pio director de la cinta, Wilfred Lucas.
La compaa teatral El Sptimo Cielo llev la puesta en
escena de El pasado a distintos escenarios durante el 2013.
En la imagen,los actores Cristina Dvila y Juan Antonio Vi-
llarreal interpretan a Eugenia y don Ramiro en el Teatro de
la Ciudad Fernando Soler de Saltillo.
1873
Hidalgo
242
1873
15 de septiembre
La santa, la querida
madre de aquellos muertos, vencedores
en su misma cada,
fue hallada entre ellos, trmula y herida
por el mayor dolor de los dolores
En su semblante plido an brillaba
de su llanto tristsimo una gota
A su lado se alzaba
junto a un laurel una macana rota
y abandonada y sola como estaba,
vencido ya hasta el ltimo patriota,
al ver sus ojos sin mirada y fijos,
243
los espaoles la creyeron muerta,
y del incendio entre la llama incierta
la echaron en la tumba con sus hijos
244
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
245
A esta hora, y en un da
como ste, en que incensamos su memoria,
fue cuando aquel anciano lo deca,
y desde ese momento, patria ma,
t sabes bien que el astro de tu gloria [t sabes bien que el astro de la
gloria]
clavado sobre el libro de tu historia,
no se ha puesto en tus cielos todava.
246
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
OBRA POTICA
247
As es como en tu frente
podrs al fin ceirte la corona
que el porvenir te tiene destinada;
l, que conoce tu alma, que adivina
en ti a la santa madre del progreso,
y que hoy ante el recuerdo de aquella hora
en que uno de sus besos fue la aurora
que surgi de tu noche entre lo espeso,
mientras el pueblo se entusiasma y llora
te viene a acariciar con otro beso.
La mujer*
1873
248
Estrenada en 1955, en Saltillo, bajo la di- Galardonado con el Premio Lengua de
reccin de Salvador Novo, esta obra fue Trapo por esta obra, Pepe Montesern
publicada en 1956 por Juan Jos Arreola aborda en La lavandera el entendido de
en Los Presentes. En ella Cantn atrapa una relacin cercana, acaso demasiado,
la pasin que late en el Nocturno, nu- entre Manuel Acua y Soledad: Segn
trindose por igual de datos reales que de Luis Garca Montero, se trata de una ex-
los mitos que rodean la vida y la muerte celente novela para aproximarse a la fi-
de Manuel Acua. gura del poeta mexicano Manuel Acua,
as como para asomarse a los intrincados
caminos del azar y de la vida.
IN F LUEN C IA
La influencia cultural que ha tenido Manuel menino, del suicidio y de la certeza de que la
Acua como autor y personaje abarca muy tumba es el final de la jornada, segn apunta
distintas manifestaciones: vida, obra y muerte el periodista cultural Miguel ngel Quemain.
del poeta sirvieron, por ejemplo, de inspiracin En Los tres Garca, filme de 1946 dirigido por
para la pelcula Nocturno a Rosario, de 1991, Ismael Rodrguez, el personaje de Luis Manuel
dirigida por Matilde Landeta y protagonizada (interpretado por Vctor Mendoza), le declama a
por Ofelia Medina, mientras que en el 2013, Lupita (Marga Lpez) el Nocturno de Acua,
como parte del homenaje por el 140 aniversario pretendiendo que es de su autora.
luctuoso, el Festival de Cine de la Seccin 38 El mismo Nocturno, ha sido asimismo
del SNTE dio lugar al estreno de cinco cortome- musicalizado e interpretado entre otros por
trajes inspirados en la vida de Acua. Lorenzo de Monteclaro, Chalino Snchez, Los
El dramaturgo Hctor Mendoza public en Tepetatles, el uruguayo Hctor Numa Moraes,
1975 la obra In Memoriam, espectculo basa- el Grupo Comanche de Guatemala y Los Alta-
do en la vida y obra de Manuel Acua, una miranos, de Chile.
visin extraordinaria del poeta, del eterno fe-
1873
En la biblioteca popular
Improvisacin
251
1873
En este campo do
el placer rebosa
Yo pecador.
Ripalda
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OBRA POTICA
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254
OBRA POTICA
255
257
y agrega usted que sera
muchissimo mejor
que hacerles caso o echarles
un indigesto sermn,
dejarlos a que los oiga
la madre que los pari.
Pues s, seor don Gregorio,
tiene usted mucha razn,
eso mismo que usted dice,
eso mismo digo yo.
II
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OBRA POTICA
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III
IV
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OBRA POTICA
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262
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
Todo se acaba
S/F
Soando y reclinado en la pendiente [Tendido, recostado en la
pendiente]
de la colina verde y matizada,
donde una noche sorprend a mi amada
repitiendo mi nombre tristemente; [repitiendo mi nombre dulcemente]
263
Historia de un pensamiento
S/F
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OBRA POTICA
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266
EN NOMBRE DE ESE LAUREL
De Acua
S/F
(Indito)
De un pozo en el abismo
cay don Blas y se rompi el bautismo.
Pero a pesar de esa desgracia rara
el agua de aquel pozo qued clara
y los que la beban
est muy dulce el agua me decan
y yo vine a sacar por consecuencia
que siempre no es amarga la existencia.
267
ERNESTO LUMBRERAS
MANUEL ACUA:
EL POETA Y EL SUICIDA
Vctima de su popularidad y de la leyenda desatada en torno a su no-
velesco suicidio, la azarosa obra de Manuel Acua ha sobrevivido a los
gustos literarios de varias pocas y generaciones, a los movimientos y a
las escuelas poticas que la eclipsaron o la descalificaron del modernis-
mo a los vanguardias del siglo XX as como al escrutinio de numerosos
crticos que, en el mejor de los casos, le perdonaban la vida por el mrito
de reunir dos o tres poemas de vala. El arco de tiempo de su produccin
literaria es impresionantemente breve: cinco aos. Como lo anota Jos
Luis Martnez Acua escribe su obra entre 1868 y 1873, es decir, entre
sus diecinueve y sus veinticuatro aos1
1 Manuel Acua, Obras. Poesa, teatro, artculos y cartas. Edicin y prlogo de Jos Luis
Martnez, Editorial Porra, S. A., Mxico, 1986, p. VI.
En otras latitudes geogrficas y estticas, la obra de Arthur Rimbaud,
segn refiere Verlaine, se escribi entre los diecisis y veintids aos; la de
John Keats, que tambin fue estudiante de medicina como Acua, se ges-
tara entre los dieciocho y veinticinco aos. Sin embargo, a diferencia del
francs y del ingls, el mexicano dejara una obra dispersa en peridicos y
revistas con la sola excepcin de La gloria (1873), breve poema escrito en
dos cantos publicado en un fascculo pocos meses antes de su trgico final.
Con la estima y la tutela intelectual de las figuras del momento, Ig-
nacio Ramrez e Ignacio Manuel Altamirano a la cabeza, el joven poeta se
convertira muy pronto en lenfant terrible de la poesa mexicana romnti-
ca. Cules fueron las pruebas y los escenarios para alcanzar tal reconoci-
miento? Coincidiendo con su entrada a la Escuela de Medicina en 1868,
Manuel Acua ingres a la vida literaria de aquellos aos participando en
la Sociedad Filoitrica y en la Sociedad Literaria Netzahualcyotl y, ms
tarde, en 1872, en calidad de socio titular en el prestigiado Liceo Hidalgo;
asimismo publicar poemas y artculos en los principales diarios y revistas
de la restaurada Repblica: El Renacimiento, El Libre Pensador, El Federa-
lista, El Siglo XIX, El Bcaro, El Domingo, La Iberia, El Anhuac, La De-
mocracia, El Eco de Ambos Mundos y en el peridico humorstico El Torito.
Sin embargo, el acontecimiento que colocara la corona de laurel sobre sus
sienes sera, literal y simblicamente, el estreno de su obra El pasado el 9 de
mayo de 1872 en el Teatro Principal; dicho drama tendra, en total, cuatro
representaciones siendo el escenario de la ltima el Teatro Nacional, el 26
de julio de 1873, a cargo de la compaa del famoso actor espaol Jos Va-
lero teniendo en el papel de Eugenia a la primera actriz Salvadora Cairn.2
2 Refiere Jos Luis Martnez que el drama de Acua tambin se represent en Toluca y en
Puebla.
EL P OETA Y EL SUI C IDA
del da inclua entre los discursos y los brindis inevitables, la lectura de una
o varias piezas lricas. En ese entendido, de los 82 poemas reunidos en sus
Obras pueden tomarse como piezas de ocasin, con los altibajos inevitables
que toda obra de encargo conlleva, cerca de la mitad de su produccin.
Entre sus contemporneos, el bardo saltillense gustaba de obsequiar, en
las tertulias de corte social, poemas autgrafos codiciados por los lbumes
nacarados o ebrneos de las seoritas y seoras que se daban cita a estos
rituales decimonnicos. De aquellos versos de saln (Nicanor Parra dixit)
es posible rescatar algunos poemas como Oda. A la memoria del eminente
naturalista el doctor Leonardo Oliva, leda en sesin extraordinaria de la
Sociedad de Historia Natural el 17 de enero de 1873 con la presencia de
Sebastin Lerdo de Tejada, Presidente de la Repblica tras la muerte de
Benito Jurez.
Cules son esos dos o tres poemas que sobreviven ms all del inters
arqueolgico? sentimental? sociolgico? de los historiadores de la litera-
tura mexicana del siglo antepasado? Para Marcelino Mndez y Pelayo, en
el balance de una antologa de poetas de lengua castellana de 1892, eran
salvables de la criba solamente el Nocturno y Ante un cadver. Un si-
glo despus, Marco Antonio Campos anota: no deja de asombrarnos la
precocidad deslumbrante que lo llev a escribir poemas como A Laura su
primer gran instante lrico, a los 22 aos; Ante un cadver, la pieza maestra
del romanticismo tardo mexicano, apenas cumplido los 23; el Nocturno,
EL P OETA Y EL SUI C IDA
ramos de flores envenenadas, cuando estaba por cumplir los 24, y Hojas
secas, ya cerca del final de su vida3 En la antologa, Poesa romntica
(1941), prologada por Jos Luis Martnez y seleccionada por Al Chuma-
cero, la muestra del poeta coahuilense la integran ocho piezas: La brisa,
M ANUEL A C U A :
La felicidad, el soneto que comienza con Porque dejaste el mundo de
dolores, A una flor, A un Arroyo, Gracias, Hojas secas y Ante un
cadver.
En su antologa de lector, de poemas y tipos de poesa, tanto o ms
que de poetas, es decir, en mnibus de poesa mexicana, Gabriel Zaid se
desentiende del gusto popular alrededor del Nocturno, ausente tambin
en la seleccin de Chumacero, y reproduce tan slo algunos fragmentos
de Ante un cadver, poema que tambin haba escogido, dcadas atrs,
Octavio Paz para una antologa preparada para la UNESCO con traduccin
al ingls de Samuel Beckett.4 Por supuesto, los frutos maduros y luminosos
del malogrado Manuel Acua se cuentan con los dedos de una sola mano.
Desde un punto de vista literario, a nuestra lrica romntica le falt ambi-
cin de lmites ms all del desgarramiento emocional o del fragor nacio-
nalista. En la revisin a la antologa citada, Jos Luis Martnez pone las
cartas al descubierto: No es, empero muy rico el fruto de esta antologa. De
ella salvamos la imagen de un romanticismo frenado, reducido a la propia
forma mexicana. De ella podran salvarse, sobre todo, varios poemas y un
3 Manuel Acua. La desdicha fue mi Dios. Compilacin y estudio de Marco Antonio Campos,
Cuadernos de la Memoria. UAM, Mxico, 2001, p. 29
4 En la versin beckettiana el ttulo del poema es Before a Corpse y el primer terceto se lee
de la siguiente forma: Well! there you lie already on the board / where the far horizon of our
knowledge / dilate and darkens to a vaster verge.
EL P OETA Y EL SUI C IDA
M ANUEL A C U A :
A los pocos meses de su entierro6, con todos los honores laicos de un
vate de la nueva Repblica, los amigos del malogrado Acua dieron a la
imprenta la reunin de su poesa, dispuesta en un orden cronolgico de
acuerdo a la aparicin de cada pieza lrica en las mltiples publicaciones
peridicas. Despus de esa edicin vendran otras, con el sello de editoras
francesas y espaolas, como era costumbre en aquella poca, incorporando
de tiempo en tiempo poemas no coleccionados. A lo largo y ancho del con-
tinente de la lengua castellana, la leyenda del poeta mexicano se divulgaba
con curiosa morbosidad, al tiempo que un ejrcito de declamadores reblan-
deca el alma de los asistentes en teatros abarrotados por devotos de Ma-
drid a Buenos Aires, de Mxico a Lima, de Barcelona a La Habana que
repetan a coro los versos del Nocturno (a Rosario) que un actor al borde
del colapso desgranaba con voz de fatales y trgicas melodas.
6 Hasta ahora, la crnica ensaystica mejor documentada, y por dems amena, en torno a la
tragedia de Acua se encuentra en el captulo III, Un testamento de la ciudad romntica. (6
de diciembre de 1873) del libro Elogio de la calle. Biografa literaria de la Ciudad de Mxico
1850-1992 de Vicente Quirarte. Gracias a este estudio, conocemos los detalles de la vspera
de su encuentro con la del rubor heladoas como del legendario cortejo de sus funerales,
otorgndonos mayores elementos para comprender el mito que comenzaba a gestarse alrededor
de la figura del poeta coahuilense.
EN NOM B RE D E ESE LAU REL
Bibliografa
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Mxico: ICOCULT, 2000.
Acua, Manuel. Obras. Prlogo de Juan de Dios Peza. Buenos Aires: Editoriales
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1977.
Cantn, Wilberto. El Nocturno a Rosario. Pieza en tres actos. Mxico: Los presentes,
1956.
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acompaamiento de piano. Serie I (transcripcin del original por Eduardo
Figueroa Orrantia). Mxico: H. Nagel Sucesores.
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Gonzles Pea, Carlos. Historia de la literatura mexicana. Desde los orgenes hasta
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Iconografa
Figura 64.
Grabado de Navellier & L Marie SC
286-287
(Poesas, Garnier Hermanos, 1885)
EN N OMB RE DE ESE LAU REL
Crditos
Investigacin:
Saltillo: Alejandro Beltrn; Isabel Chvez Echeverri; Ren Gil Gonzlez
Saltillo, Monterrey, DF: Valeria Salas Carrillo
Semblanzas:
Ren Gil Gonzlez
Correccin:
Alejandro Beltrn; Jos Antonio Santos Fernndez
Agradecimientos
Los editores (disculpndose por cualquier omisin involuntaria) agradecen
a las siguientes personas e instituciones por su apoyo, por las facilidades
brindadas para el desarrollo de este proyecto y/o por su confianza:
M A NU EL ACUA EN CI U DAD D E M X I CO
MARCO AN TON I O CAM PO S
O B RA PO T I CA, 2
P OEMAS CI EN T FI CO S, C VI CO S,
FI LOS F I COS Y H UM O RST I CO S
A NT E UN P O EM A , U N C A DV ER D ESPU S
DI ANA G ARZ A ISLAS
MA NU EL AC U A : E L P O E TA Y E L SU I C I DA
ERN ES TO LUMB RERAS
EL LI BRO DE H U ESO
JUAN DE DI OS P EZ A
9786079621063