Castidad
Castidad
La castidad es el gran xito de los jvenes antes del matrimonio. Es, adems,
la mejor forma de comprender y, sobre todo, de valorar el amor.
No es una negacin de la sexualidad, sino la mejor de las preparaciones para
la vida conyugal.
Porque es un entrenamiento en la generosidad, en el deber y en el dominio de
s mismo, cualidades tan importantes para el ejercicio de la sexualidad
humana.
En los jvenes, la castidad entrena y forma la personalidad.
Supone un esfuerzo que va dotando a la persona de solidez en la voluntad y
de una sensacin de posesin y dominio de s mismo, que, a su vez, es fuente
de profunda paz y alegra.
Los jvenes castos, normalmente, son ms constantes en el trabajo y en el
estudio, tienen ms ilusiones, son ms idealistas.
La pureza es una virtud eminentemente positiva y constructiva que templa el
carcter y lo fortalece. Produce paz, equilibrio de espritu, armona interior.
Purifica el amor y lo eleva; es causa de alegra, de energa fsica y moral; de
mayor rendimiento en el deporte y en el estudio, y prepara para el amor
conyugal.
Tambin Juan Pablo II dijo a los miles de jvenes reunidos en Rmini (Italia) en
agosto de 1985: Quieres encerrarte en el crculo de tus instintos? En el
hombre, a diferencia de los animales, el instinto no tiene derecho a tener la
ltima palabra
Dice el gran moralista belga Jos Creusen: La impureza, sin ser el ms grave
de los pecados, es el ms frecuente de los pecados graves.
La castidad, sin ser la ms perfecta de las virtudes, es una de las ms
necesarias. (...).
En materia de castidad lo ms fcil es el dominio completo. Andar a medias
es muy peligroso.
La explotacin de la sexualidad por s misma y sobre todo, con el nico fin de
conseguir la satisfaccin sexual, es funesta, tanto para la vida individual como
colectiva.
1 No sentir atraccin hacia otra persona del otro sexo diferente al cnyuge, sino saber
hacerlas a un lado voluntariamente.
2 No tener sentimientos hacia otras personas, sino saber dominar dichos
sentimientos, y no ser dominado por ellos.
3 No dejarse llevar por emociones o deseos sexuales hacia otra persona que no sea
el propio cnyuge, teniendo dominio de s y procurando evitarlos.
4 No tener malos pensamientos, sino saber quitarlos de nuestra mente y no deleitarse
con ellos.
5 El hombre o mujer valiente no es el que no siente miedo, sino el que, al sentirlo, lo
vence y no se deja vencer por l.
6 El hombre o la mujer casto no es el que no siente los impulsos de su tendencia
sexual, sino el que, al sentirlos, los domina. No se esclaviza a ellos, sino que se hace
amo de ellos responsablemente.
Por lo tanto, hay que trabajar. Si quieres ser fiel a las promesas de tu bautismo, si
quieres ser fiel a tu compromiso matrimonial, si quieres resistir a las tentaciones, hay
que poner los medios. Y, cules sern los mejores medios?:
1 Primero que todo, concete a ti mismo. Conoce cmo eres, tus tendencias, tus
cualidades, tus defectos. As sabrs con qu cuentas naturalmente.
2 Acptate. S humilde y reconoce, sin miedo y con objetividad, lo que realmente
eres.
3 Suprate. No basta que te conozcas y que te aceptes. Hace falta que tomes el
cincel y el martillo y dedicarte con trabajo y esfuerzo a esculpir la hermosa estatua de
tu grandeza. Es lo que en la Iglesia se llama ascesis.
4 Procura vivir en tu vida la obediencia a los mandamientos divinos.
5 Esfurzate por practicar las virtudes morales, como la prudencia, la justicia, la
fortaleza y la templanza.
6 Y, finalmente, s fiel a la oracin. Estte cerca de Dios Nuestro Seor. l ser quien
te pueda dar las fuerzas para vivir estos medios.
San Agustn nos dice en el libro de sus Confesiones: "La castidad nos recompone;
nos devuelve a la unidad que habamos perdido dispersndonos. (Conf. 10,29; 40)
Dominarse a s mismo, es una labor que ha de durar toda la vida. Nadie podr decir
nunca que ya se domina totalmente. No. Siempre debe existir el esfuerzo por lograrlo.
Hay etapas en la vida que el esfuerzo tiene que ser mayor, especialmente cuando se
forma la personalidad, durante la infancia y adolescencia.